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Finnick Oddair

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Mensajes publicados por Finnick Oddair

  1. Finnick y Akamaru

     

    Aquel día tenía ganas de comprarme unos cuentos libros después de todo no solo había que entrenar el cuerpo sino también la mente y ampliando tus conocimientos era una buena opción para tal objetivo. El día se encontraba lluvioso, frías gotas caían de un cielo color gris uniforme.

     

    Los magos y brujas valientes que habían decidido ha realizar comprar se protegían del clima através de paraguas o pilots. Yo no era para menor y me protegía de la lluvia con un paraguas completamente negro que no solo me protegía a mí sino también a mi cachorro Akamaru.

     

    Muchas personas eran las que subestimaban al animal, solo lo veían como una simple mascota, pero mi sangre vampira había formado un gran lazo con el perro convirtiéndonos a ambos casi en un mismo ser, yo obtuve más características animales y el más humanas, claro no podía hablar, pero yo era capaz de entenderlo.

     

    Entramos al local mas recomendado en Londres para comprar libros de cualquier tema Flourish & Blotts. Cerré el paraguas en la puerta e ingresamos al local, estaba muy tranquilo como me esperaba. No me molestaba la lluvia, en Río la lluvia era algo habitual, lo que si me incomodaba un poco era el frío con la lluvia.

     

    Toqué una campanilla que había en el mostrador y aguardé que alguien se nos acercara para atenderme.

  2. Finnick y Akamaru

     

     

    Al parecer no había nadie en aquella habitación lo cual era extraño, ni siquiera un elfo doméstico limpiando o algo por el estilo. – Bueno parece que tendremos que esperar un buen rato – sentencié mientras me apoyaba en una mesa vacía y clavaba la mirada en el piso, Akamaru se echó a mis pies y cerró los ojos.

     

    Senté cuando alguien habría la puerta y le dirigí una mirada al recién llegado, era Santos Malfoy, reciente contrincante en un duelo que había perdido – Hola Malfoy – lo saludé secamente y volví mi mirada al suelo, no había nada para hacer – Creo que estaremos un buen rato aquí – le comuniqué.

     

    - Así parece – le contesté volviendo mi mirada hacia mi nuevo compañero de trabajo. Sonreí irónicamente – Yo no subestimaría a Akamaru, no tienes ni idea de lo que es capaz, pierde la varita y no podrás con el cachorro – le contesté sonriendo ante lo subestimación del Malfoy, diciéndole una gran verdad.

     

     

    Una mujer llegó hasta nosotros levanté la mirada nuevamente y me alegré al ver que no tenía problemas con Akamaru – Buenos días – saludé a la recién llegada que de seguro sería nuestra jefa. En cuanto nos ordenó que la siguiéramos me puse en pie y Akamaru me siguió.

     

    Llegamos a una especie de sala de reuniones donde dos magos ya se encontraban los saludé vagamente y tomé asiento. Escuché las palabras de la mujer y llegó la hora de presentarnos. Desde el asiento me presente – Mi nombre es Finnick Lockhart, tengo 16 años y trabajo en calidad de aprendiz en este departamento, el es Akamaru, que no les engañe por ser un perro, es muy hábil y tiene un comportamiento mejor que el de muchos magos- sentencié dejando en claro que el que tuviera problemas estaría perdiendo el tiempo.

     

    - No tengo muchas dudas, solo quisiera saber si nos encontramos trabajando en algo y si la respuesta es afirmativa, una idea de los avances que tienen – aclaré mirando a la mujer.

  3. Finnick y Akamaru

     

     

    Me coloqué de cuclillas y tomé una gran bocanada de aire, me encontraba exhausto pero feliz, los entrenamientos eran cada vez más difíciles pero mis resultados eran cada vez más altos, Tarutobi estaría muy orgulloso, pero conociendo al viejo no lo demostraría me diría algo como que se podría mejorar y volvería a tomar aquel té verde que yo tanto odiaba.

     

    Levanté la mirada del pasto dorado por la puesta de sol inminente y la dirigí hacia mi entorno, los cuerpos de mis contrincantes yacían inmóviles con heridas de todo tipo, no estaban sin vida porque nunca lo estuvieron, el encantamiento dentro de unos minutos desaparecería y volverían a ser troncos y rocas.

     

    Akamaru se encontraba un poco mas alejado tirado sobre la hierba con la lengua afuera respirando agitadamente, estaba exhausto lo notaba, el había acabado con mucho de aquellos cuerpos, su fuerza, agilidad y velocidad habían llegado a límites insospechado por su tierna apariencia.

     

    En una de mis manos sostenía mi varita y en la otra una kunai ensangrentada, pasé la mano con la kunai sobre mi frente para apartar aquellas gotas de sudor y polvo de mis ojos y me incorporé. Guardé la kunai en mi portador en la pierna izquierda y la varita en uno de los bolsillos de mi pantalón deportivo, a lo lejos Akamaru levantó el hocico hacia mí, le sonreí y como respuesta él movió la cola.

     

    Desvié mi atención hacia el sol, ya era casi la hora, dentro de una hora comenzaría nuevamente Rol Básico eso me había informado la carta que recibí hace pocos día durante un desayuno. El cachorro se levantó del suelo y comenzó a caminar hacia mí, serpenteó por entre los cuerpos y cuando llegó hasta mi lo acaricié.

     

    Volutas de humo acompañas por pequeñas explosiones comenzaron a acontecer a nuestro alrededor, era el fin del encantamiento. Un cuerpo desaparecía detrás de una explosión y humo blanco y luego volví a ser lo que era originalmente, normalmente un tronco o una roca. Al final todos los cuerpos volvieron a su estado original, el encantamiento de mi padre era muy bueno, pensar que aquellos troncos y rocas que ahora nos rodeaban minutos atrás eran feroces guerreros que tenían únicamente como meta aniquilarnos.

     

    - Akamaru me tendré que dar un baño no me puedo presentar así a la clase – le comenté a mi perro mientras juntos emprendíamos el camino hacia el castillo familiar.

     

    El agua fría corría por mi cuerpo eliminando toda muestra de sudor, polvo, tierra o sangre, siempre resultaba relajante un baño después de entrenar, normalmente durante los mismos no pensaba en nada, dejaba mi mente en blanco y relajaba todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo. Cerré el grifo de bronce y la lluvia cristalina cesó, corría las cortinas blancas y salté hacia las baldosas del baño privado que tenia en mi habitación.

     

    Salí del baño con una toalla atada en mi cintura para cubrir mi desnudez y tomé dirección hacia el armario. La ropa ya estaba elegida no porque tuviera indecisiones al momento de ponerme algo para ir al colegio, sino para no perder tiempo. Luego de unos minutos lucía una camisa negra holgada, unos pantalones deportivos y calzado que me permitía libertad de movimiento, uno nunca sabía que lo podía esperar en una clase de la Academia y eso era lo que la volvía tan interesante.

     

    - Akamaru vamos – apremié al cachorro con el cual compartí un vinculo muy profundo desde los dos años, éramos uno mismo, sabíamos que pensaba o sentía el otro, peleábamos en equipo, nos complementábamos y ambos daríamos la vida por el otro. Akamaru saltó de mi cama en la cual se encontraba dormitando y se detuvo al llegar a mis pies. Alcancé mi varita que estaba sobre la mesa de luz y me coloqué mi portador en la pierna izquierda, dónde guardaba mucha de mis armas más mortíferas.

     

    Salimos de la habitación y comenzamos a recorrer el castillo rumbo al salón principal del mismo, me despedí de Cye e Ishaya mis padres y me detuve frente a la gran estufa de la habitación más grande del castillo. Tomé un puñado de polvos flú y los arrojé hacia el débil fuego que crepitaba, unas llamaras verde esmeralda de incesó tamaño aparecieron apenas aquellos polvos hicieron contacto.

     

    - Adentro – le indiqué a Akamaru y luego entré yo. – A la academia – grité y desaparecimos en una explosión verde.

     

     

    Y luego de un viaje muy incómodo aterrizamos en el duro suelo de piedra de un salón de cual desconocía en los terrenos de la Academia de Magia y Hechicería. – Según la carta tenemos que llegar hasta los terrenos del colegio que es dónde se desarrollará la clase – le comuniqué a Akamaru mientras cruzábamos el edificio rumbo a los jardines.

     

    El ocaso era ya más que inminente dentro de pocos minutos la noche se cerraría sobre el Reino Unido, a pesar de eso los jardines estaban muy ajetreado a estas horas, los estudiantes disfrutaban de las altas temperaturas que la jornada nos regló. En mi menté recordaba el lugar donde iniciaría la clase no estaba muy lejos de nosotros.

     

    Al final llegamos y me sorprendí al ver el muro verde detrás de las profesoras – Laberinto – susurré por lo bajo, Akamaru me miró. Me encantaban aquella clase de desafíos y era my bueno en ellos. Terminamos de recorrer los pocos metros que nos separaban de la clase y guardé silencio esperando que diera comienzo la misma.

     

    Como todo comienzo normal de la clase llegó el momento de presentarse, cuando Atria concluyó me coloqué delante de todos con Akamaru pegado a mis pies y me presenté

     

    - Buenos noches, me llamo Finnick Lockhart, soy hijo de Cye e Ishaya, nací en Brasil, tengo 16 años y soy un paladin entrenado por el mejor maestro, Tarutobi. Pasé gran parte de mi vida entrenando en Japón y creo que he sido un buen alumno – realicé una pequeña pausa – El es Akamaru, un cachorro de siberiano, es mi mejor amigo y compañero de entrenamiento, puede decirse que uno puede adelantarse a los pensamientos del otros – acaricié las orejas de mi perro – Bueno creo que con eso es suficiente – concluí y volví a mi lugar.

     

    - ¿Y Atria más encuentros con carroñeros últimamente? – le pregunté a la chica mientras le sonreía, recordando nuestro último encuentro. Akamaru se acercó a ella para que lo acariciara – un laberinto ¿eh?, - dije sonriendo a la chica – no creo que nos la dejen fácil – terminé exponiendo una de mis ideas y mirando las espaldas de las profesoras.

     

     

     

     

    OFF:

     

     

    Mi nombre es Javier, soy de Uruguay actualmente estudio mi último año de secundaria planeó seguir a futuro la carrera de Medicina del Deporte, que es algo que me apasiona. Bueno soy un desastre para este tipo de cosas, soy un chico que le gusta estar el aire libre, detesto estudiar, aunque me va bien, pero si pudiera no la haría, podía decir que soy vago con respecto al liceo, XD.

     

    Espero divertirme y aprobar esta clase.

  4. Finnick y Akamaru

     

     

    El sol todavía no salía completamente, pero ya se distinguía los tintes rojizos y dorados sobras las copas de los árboles que rodeaban el castillo familiar. Como otra señal de que el amanecer se acercaba el color del cielo cada vez era más claro, había pasado del negro cerrado a un azul oscuro y seguía mutando, ahora lucía algo violeta.

     

    - Creo que esta vez no le dí – le comenté a Akamaru, mi perro a mi lado guardó silencio. No podía estar totalmente seguro de haber fallado, desde mi posición era bastante dificultoso verlo, además no había suficiente luz matinal, aún.

     

    Acerqué mi mano hasta el portador que reposaba en mi pierna izquierda, y sustraje del mismo una cuchilla kunai. La levanté un poco sobre mi cabeza y su filo brilló cuando la impactó un rayo dorado del sol. Fijé mi vista hacia donde se encontraba el tiro al blanco, ocultó entre los árboles de aquel bosque que rodeaba el castillo.

     

    Apunté y lancé, la kunai cortó el aire de la mañana y realizó una trayectoria perfecta hacia la espesura del bosque, cuando penetró en la zona arbolada ya la dejé de ver. – Vamos a ver – le dije a mi amigo y junto saltamos de aquella rama en la que nos encontramos y llegamos al mullido y húmedo césped.

     

    Un salto de veinte metros de altura y nada, no había sido más que un simple salto de cama para nosotros, podría quejarme de que Tarutobi era un viejo gruñón en muchas ocasiones, pero nos había entrenado de una forma excelente. – Veamos cuantas veces fallé – comenté al aire matinal mientras recorríamos la distancia que nos separaba del bosque.

     

    A pesar de que en los jardines el sol ya iluminaba bastante, en aquel bosque la luz todavía no terminaba de penetrar, recorrí unos 50 metros en aquella espesura hasta llegar al tiro al blanco, estaba justo donde lo deje, en aquel tronco nudoso del viejo roble. Akamaru ladró y yo me sorprendí. Ni una kunai había fallado del tiro al blanco, cierto, tan solo 2 de 20 habían dado en el centro, pero había rota una marca personal, y solo me había guiado por la mente, no llegaba a ver el tiro al blanco, solo recordaba el trayecto que había hecho hasta el roble.

     

    - Una nueva marca personal ¿eh? – le dije a Akamaru, mientras este ya se encontraba arrancando con los dientes algunas cuchillas. – Si sigo con este ritmo todas darán en blanco – le comenté mientras sacaba una kunai. Luego de unos minutos volví a meter todas mis kunais en mi portador y salimos del bosque rumbo al castillo.

     

    Mientras recorríamos el césped se me ocurrió algo para divertirnos al notar aquella pelota de tenis abandona. La tomé sin que mi perro se diera cuenta y dije - ¡Akamaru piensa rápido! – el perro volteó su hocico velozmente y observó como lancé con todas mis fuerzas aquella pelotita.

     

    El perro explotó de alegría y sus ladridos resonaron por todo el terreno, a pesar de ser tan solo un cachorro de husky siberiano tenía un gran ladrido. Corrió a una velocidad sorprendente y antes de que la pelota tocara suelo saltó en aire y la tomó con la boca. Y ya sabía lo que se venía, el perro corrió como una topadora hacia mí y antes de llegar salto y cayó con todas sus fuerzas en mi cuerpo, por lógica caí al suelo y allí empezamos a jugar.

     

    Jugamos, me mordió, le lancé pelotas durante unos minutos hasta que un intruso nos interrumpió. Una lechuza cruzaba el cielo y entró por la ventana abierta de la cocina. – Vamos a ver – le dije a mi mascota mientras corría hacia la cocina. La puerta como era lo normal no estaba trancada, la empujé y entre justó cuando la lechuza soltaba una carta del pico y emprendía el vuelo hacia el cielo ya celeste de aquel día.

     

    Me apresuré a tomar la carta, parecía oficial y tenía el sello de la Academia. Abrí la misiva y comencé a leer el pergamino. Las clases de duelo comenzaban hoy, un poco tarde habían enviado la carta hoy. Tomé la carta en mis manos y subí corriendo las escaleras hasta mi habitación, corrí hasta el baño, me lavé los dientes a las corridas y me miré en el espejo, solo tenía manchado de tierra y pasto la camiseta y los pantalones.

     

    Por mi iría así a la clase, porque sería obvio que me ensuciaría, pero mi madre me mataría si iba así, Cye enloquecería. Volví hacia mi habitación y tomé una camisa negra simple y unos deportivos de igual color y me cambié. – Akamaru tráeme mi varita, esta sobre la mesa de luz – le dije a mi perro mientras me calzaba. Akamaru obedeció y guardé la varita en uno bolsillo – Listo vámonos -.

     

    Bajamos las escalera pasé por la cocina y sentí movimiento en ella – Mamá desayunaremos cuando volvamos, no tengo tiempo – ya podía sentir las réplicas de la bruja, pero no tenía tiempo. Llegamos hasta la sala me acerqué hasta la estufa y tomé la bolsa con polvos flú y arrojé un puñado a la misma. Unas llamas altas y verdes crepitaron – Adentró, - y juntos, Akamaru y yo entramos – A la academia – grité y desaparecimos.

     

    Aterrizamos sobre el duro suelo de piedra de una de las tantas salas de la Academia, no tenía idea de cual era, pero no tenía tiempo que perder. Caminando rápido llegamos hasta el salón de clases – Lógico – comenté, no había nadie, solo bolas de cristal en los pupitres.

     

    Caminé hasta uno de ellos y noté que un traslador faltaba, al parecer no sería el primero en llegar. Con una mano tomé a Akamaru y con la otra toqué la bola de cristal, un brillo dorado nos envolvió y en fracciones de segundos nos encontrábamos viajando en un huracán multicolor.

     

    Aparecimos en un claro del bosque, unas rocas nos rodeaban, un pequeño riachuelo de agua cristalina cruzaba por nuestra zona y el resto era todo paz y tranquilidad, los rayo del caían sobre nosotros. Miré hacia los profesores, eran mi padre y Derek, otra vez tendría los mismos maestros.

     

    Los saludé con una inclinación de cabeza, esta vez le demostraría que estaba más preparado para aquella clase, no fallaría y la aprobaría con muy buena nota. También me percaté de mi compañera, como había notado en la clase no sería el primero en llegar, la saludé y esperé junto a Akamaru a que la clase diera comienzo.

     

    Los demás alumnos fueron llegando y la clase dio comienzo. Luego de las debidas presentaciones de los maestros, el ataque comenzó. Mi padre adoptivo transformó las grandes rocas que nos rodeaban en unos feroces osos pardos, uno para cada uno. Akamaru gruñó – Quieto Akamaru, esta clase es para probarme a mí solo, no pelearás ni me ayudaras – podía notar el desconcierto del cachorro, pero no tenía tiempo para aquello.

     

    Una manos de barro emergieron del suelo y me cubrieron del animal, me volví hacia el profesor Derek y tenía la varita en mano, el había creado aquellas manos con un hechizo no verbal. El oso se estaba acercando a mi posición, podía oír sus enormes rugidos, un zarpazo de aquel animal y estaría muerto, tenía que actuar rápidamente.

     

    Salí desde detrás de las manos y apunté al animal con mi varita, sus dientes destellaban contra la luz del sol, era enorme, pero no tenía miedo y grité el conjuro que había elegido para liquidar este asunto de una vez por todas.

     

    - Sectusempra –

     

    Un rayo color rojo sangre viajó desde mi varita hacia el cuerpo del animal, el animal lanzó un aullido de dolor cuando profundas heridas comenzaron a aparecer en toda su anatomía, se estaba desangrando, al final con una última sacudida la vida del animal mermó cayó sobre su propio charco de sangre.

     

    Me volví hacia mi perro que estaba junto a mí – Buen chico, me hiciste caso – lo felicité mientras lo acariciaba, sabía que el perro se moría de ganas de entrar en la pelea y ayudarme y que se encontraba un poco contrariado cuando no lo dejé participar, porque siempre pelábamos juntos.

     

    Dirigí mis ojos tan particulares, uno verde y el otro azul hacia el rostro de mi compañera Jane - ¿Cómo te ha tratado el tiempo desde la última vez que te vi? – le pregunté mientras le sonreía.

     

     

    OFF:

     

    Soy un desastre para esto, mi nombre es Javier, vivo en Uruguay, tengo 17 años, estoy en mi último año de secundaria, planeó seguir la carrera de Medicina del Deporte, porque involucra dos cosas que me gusta, y no se que mas, decir, a si que prometo terminar esta clase esta vez, jajajaja. Bueno espero divertirme y que todos se diviertan.

  5. Finnick y Akamaru

     

    Bueno un nuevo día de trabajo comenzaba, con mis 16 años ya era mi segundo trabajo dentro del Ministerio de la Magia Británico. Aquella misma mañana me levanté muy temprano, me duché y tomé un desayuno abundante para que los nervios no me traicionaran.

     

    Aquel día había elegido llevar un formal camisa negra liviana, y unos jeans y zapatos de igual color, y por si fuera poco y lamentaba llevarlos unos lentes de sol de igual color, que cubrían mis ojos, uno de ellos de color azul y el otro de color verde ambos muy brillantes. Ante las insistencias de mi madre (Cye), peiné mi cabello rubio y me coloqué un dejo de colonia.

     

    Y como era de esperarse mi compañero de vida Akamaru (mi cachorro de husky), iba a mi lado. Ojala no tuvieran inconveniente en que trabajara conmigo, sería de mucha ayuda en la oficina y si había problemas le explicaría todo a mi nueva jefa, porque a pesar de su aspecto Akamaru no era un perro común y corriente.

     

    - Un nuevo día de trabajo ¿eh amigo? – le dije a mi perro, mientras lo acariciaba, el ladró como toda respuesta – Si, yo también estoy un poco nervioso, pero le demostraremos que somos buenos trabajadores – dije para infundirnos ánimos.

     

    El Atrio del Ministerio estaba repleto de magos y brujas trabajadores, ojala lográramos alcanzar algún elevador. Había una mezcla impresionante de olores, de todos los tipos que uno se pudiera imaginar, traté de tranquilizarme, cada vez que me ponía nervioso mi olfato se disparaba y captaba aromas que era mejor no captar.

     

    Al final logramos tomar un ascensor que no tardó en llenarse. Los magos y brujas del mismo estaban pendientes de sus propios problemas, no conocía a ninguno. Planta 2 y nos bajamos, el estómago se me encogió de los nervios, a mi lado sabía que Akamaru estaba igual de nervioso.

     

    - Escuadrón para la Aplicación de la Ley Mágica – leí claramente – Aquí entramos amigo – alcancé a decir mientras empujaba la puerta. El Departamento era muy bonito y elegante, ojala no estuviera tan nervioso y pudiera apreciar un poco más el lugar.

     

    Tenía que encontrar la Oficina del Cuerpo de Seguridad, allí es dónde trabajaría, después de unos minutos de búsqueda la hallamos, golpeé con el puño en la madera de la puerta para avisar y entré

     

    - Buenos días, Finnick Lockhart y Akamaru, nuevos – me presenté torpemente.

  6. ¿Le tienes miedo a la Oscuridad?

     

    Finnick y Akamaru

     

     

     

     

    - Si se quedará a vivir aquí mientras yo permanezca en la torre – le comuniqué a mi compañera Sherlyn, ante su pregunta por Akamaru. Poco a poco la fiesta se iba desarrollando con naturalidad y bajo todo lo planeado.

     

    A eso de las 11:30 de la noche, Cillian se encargó de lanzar los fuegos artificiales al cielo nocturno. El azul noche del cielo pronto se tiñó de destellos de todos los colores imaginados e imágenes que tenían que ver con la casa del aire, por lejos la mejor casa de la Academia.

     

    Luego de apreciar el espectáculo todos volvimos a entrar a la torre, la fiesta no se iba a terminar ahí, no señor, había planeado realizar un pequeña ronda de historias de horror para antes de acostarnos, por el tiempo no había problemas, los jefes de la casa me habían autorizado para estar hasta un poco más tarde de la hora permitida.

     

    - Bueno chicos – dije en voz alta, mientras me posicionaba con Akamaru en el centro de la sala – Les tengo una pequeña sorpresa para que nos vallamos muy cómodos y tranquilos a dormir – comenté en un tono misterioso.

     

    Agité mi varita y todas las luces de la sala se fueron apagando, apunté con la varita a la estufa e inmediataza un gran y suculento fuego comenzó a arder. Ignorando las miradas y susurros de mis compañeros realicé el tercer movimiento de varita y todos los muebles y mesas se apartaron hacia las paredes y con un último movimiento de mi varita en el centro de la sala aparecieron cojines y una gran silla de madera formando un círculo.

     

    Volví la mirada hacia el rostro de mis compañeros y comenté – Espero que no les tengan miedo a las historias de horror, porque eso es lo que haremos esta noche – todo aquello lo dije en un suave susurro para agregarle ambiente a la situación.

     

    - Si serían todos amables de tomar asiento – les dije señalando los cojines – Por ahora eviten sentarse en la silla de madera – les terminé de comunicar. La sala se encontraba en penumbras, solo el fuego de la chimenea era una gran fuente de luz, lanzando destellos dorados y rojos en los rostros de todos.

     

    Caminé hacia las repisas y comencé a tomar las velas que aún se encontraban encendidas en sus respectivos platillos y las fui colocando entre los cojines, y la silla, de modo de que una vela estuviera en el medio de dos cojines, o en el medio de un cojín y la silla.

     

    Realicé toda esa ceremonia en silencio y cuando terminé me senté en uno de los cojines, Akamaru se tiró al lado de mí y apoyó su hocico en mis piernas. – Bien… - comencé hablando alternando mi vista en todos los rostros de mis compañeros – el que se siente en la silla será el que contará una historia, después de contarla volverá a su cojín, ¿entendieron?, muy bien… Helen ¿Por qué no nos haces lo honores? – le dije a la chica mientras le sonreía y le señalaba la silla de madera con una mano.

  7. Muchas gracias, hermano te quedo genial y justo como me la imaginaba, XD, ahora ya no se como llenar las tres líneas reglamentarias para no cometer spam, que de no ser así me harían subir la barra de advertencia y no quiero que pase eso, porque me gustaría que se quedará en 0 % como se encuentra ahora.

     

    Para continuar ¿se enteraron que la sede de los Juegos Olímpicos del 2002 será Tokio?, yo creo que serán unos excelentes juegos.

  8. Hola diseñadores vengo a dejar un pedido,

     

     

     

    Imagen: http://images2.fanpop.com/image/photos/11200000/kiba-by-k3k3-kiba-and-akamaru-forever-11212922-1024-768.jpg

    Texto Firma: Finnick y Akamaru //Todos tenemos un lado animal

    Texto Avatar (si se requiere): No es necesario el avatar

    Medidas: Rectangular, digo que si quiero pueda poner alguno que otro blinkie

    Colores: Me gustaría que los colores de las palabras sean azul oscuro, ustedes verán si le agregan algún efecto

    Otras especificaciones: ¿Se podría borrar lo de Inuzuka Kiba,? Si es posible, porfavor quitenlo.

     

     

    Bueno vengo a pedir firma nueva, XD, no soy experto en esto de los dieños, y tampoco soy crítico de ellos, ustedes saben mejor que yo que queda bien y que queda mal, por eso si ven algo que deseen agregar para que se vea mejor, además de mis especificaciones háganlo, vi las frimas que han hecho y me encantaron por eso confío plenamente en ustedes y sus criterios, XD

     

    No hace falta decirlo pero muchas gracias desde ya y sé que harán un excelente trabajo.

  9. Finnick y Akamaru

     

     

    Un elfo doméstico se nos acercó hacia nosotros y nos preguntó que era lo que andábamos buscando, a pesar de que tenía en claro lo que necesitaba para la academia, extraje un pedazo de pergamino arrugado de uno de mis bolsillos.

     

    - Disculpe – le dije a la criatura, mientras comenzaba a alisar el pergamino para entender lo que decía, después de unos segundos de lucha el papel estaba listo, bueno, más liso de que cuando lo saqué de mi bolsillo.

     

    - Andaría buscando unos libros avanzados de Defensa Contra las Artes Oscuras y Transformaciones – comencé a decirle al elfo – y también un juego de material para pociones nivel intermedio y un caldero, ¿me podría mostrar los modelos que tiene? – le dije al elfo. Esperaba no haberlo aturdido con tantas cosas, Akamaru aburrido se echó a mis pies.

     

     

    OFF: Perdón por lo del cuarto piso, XD, pensé que podía llegar,

  10. Finnick y Akamaru

     

    Dentro de pocos días comenzaría Básicos, una etapa muy importante en mi vida como estudiante y para tal momento debería de estar listo y equipado con todo. Caminaba por el Callejón Diagon en compañía de Akamaru buscando aquel negocio que me habían recomendado.

     

    Después de un buen trecho de caminata sentí como algo tiraba de mis pantalones, cuando bajé la mirada vi a Akamaru mordiéndolos y cinchándome para que me detuviera. - ¿Qué pasa ahora? – le pregunté, mi amigo soltó mis pantalones y torció la cabeza en dirección a un local.

     

    Levanté la mirada y si, tenía razón, estábamos frente a la Tienda P.B de Material Escolar. – Gracias Akamaru – le agradecí al perro. Casi me pasaba de largo, nunca la iba encontrar. Me detuve a observar el plano del edificio, bien sería mejor que me dirigiera hacia la 4º planta.

     

    Necesitaba unos libros avanzados de Defensa Contra las Artes Oscuras y Transformaciones y un surtido de pociones elementales y claro un caldero. Subimos los peldaños de la escalera y llegamos a la cuarta planta.

     

    Caminé hacia el mostrador, mientras Akamaru olí toda la habitación. Toqué una pequeña campana que había y aguardé a que alguien respondiera.

  11. Poco a poco mis compañeros de casa comenzaron a acercárseme para felicitarme por mi reciente nombramiento. La unión que había entre los Aethonans era impresionante, éramos como una gran familia, todos nos apoyábamos, y realmente nos teníamos apreció entre todos.

     

    - Gracias Helen – le agradecía a mi compañera de casa y que sería de gran ayuda en mi nuevo nombramiento porque ella según tenía entendido había sido prefecta, también. Luego se me acercó Cillian, mi antecesor.

     

    Me tendió la insignia y con mucho cuidado, como si fuera algo frágil me la coloqué sobre la camiseta que llevaba puesto, no podía creer que yo, llevará aquella insignia, nunca me imaginé ser prefecto de algo.

     

    - Gracias Cillian, me costará trabajo superarte, - le dije sonriendo a mi compañero de cuarto – ¿pero me gustaría saber si contaré con tu apoyo y consejos para esto? – le dije al demonio, aunque ya podía imaginarme la respuesta afirmativa.

  12. Finnick y Akamaru

     

     

     

    - Claro no hay problema, debo de haber tenido un pequeño error – me disculpé con el mago mientras me volvía a tender el formulario. Si creo que había exagerado un poco (XD), apoyé el pergamino en el escritorio tomé prestada un pluma del mago y la mojé en tinta, en pocos segundos enmendé mi error y le entregue el nuevo formulario.

     

    Ficha para el Registro de Vampiros

     

     

    • Link a la Ficha Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101367

    • Nombre Completo: Finnick Lockhart Tonks Gryffindor

    • Residencia: Castillo Lockhart

    • Vampiro desde: desde mi nacimiento

    • Mordido por: nací con la condición

    • Dieta: Normal, no me es necesaria la sangre, (soy un semi – vampiro)

    • Cualidades Especiales: Una profunda conexión con mi perro Akamaru, la cual nos permite en caso de desearlo aumentar nuestro lado salvaje en una batalla.

    • Situación que causa el enojo/descontrol: Controlo muy bien mis emociones

    • Aspecto Físico Caracterizador: Ojos de distinto color, uno verde y otro azul, ambos brillantes.

  13. Finnick y Akamaru

     

    El efecto del vapor duro por unos cuantos segundos después de los cuales mis orejas volvieron al estado normal que se les pediría a un par de orejas. Caminé junto con Akamaru por la sala de la casa saludando a mis diferentes compañeros, pero me detuvo al ver a Helen, - Helen, ¿dónde te había metido? – le pregunté a la chica.

     

    Para luego volverme hacia la recién llegada Hydra. Me acerqué a ella, suponiendo que para cualquier nuevo siempre era difícil adaptarse a nuevas personas. – Un gusto Hydra – saludé a la chica – Soy Finnick y el es Akamaru – continúe presentándome a mi y a mi mascota, una cachorro de husky siberiano – Espero que la pases bien en la mejor casa del colegio, y esta fiesta también abarca tu llegada – le dije a la joven, estaba apunto de seguir cuando Jank que daría un anunció.

     

     

     

    ¿Prefecto yo?, ¿pero que me habían visto?, podría haber un error, pero no lo creía posible, por otro lado era un orgullo ser reconocido con tan titulo, pero como todo título grande llevaba un gran responsabilidad, ya podía comprender a Cillian cuando estaba apunto de explotar con todas las cosas que había que hacer.

     

    - Gracias – alcancé a decir – prometo llevar esta casa al máximo – agregué, bueno si ahora tenía aquella responsabilidad para con la casa, tendría que volverla muy activa. Como era lógico el primero en felicitarme fue mi mejor amigo Akamaru que inmediatamente después de mis palabras saló hacia mí y comenzó a lamerme la cara.

  14. Buenos días moderadores, perdonen que los venga a molestar pero creo que se pasar por alto una petición de actualización de ficha que realice el 24 de Agosto, pensé que había habido un pequeño atraso con la actualización de las fichas, pero luego vi que otros usuarios que pidieron cambios de ficha después de mi, estos se le fueron hechos.

     

    Por eso creo que no vieron mi solicitud y se las vuelvo a dejar aquí el link, para que la vean:

     

    http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101367&view=findpost&p=4553194

     

     

    Desde ya muchas gracias y perdón por las molestias.

  15. Finnick y Akamaru

     

    - Creo que todos deseamos que la guerra termine pronto, aunque no compartamos quien queramos que gane – dije sonriendo – Akamaru te veo muy cómodo allí, si quiere te dejo – le bromeé a mi mascota.

     

    - ¿calor?, si este país es congelante, - el reino Unido me parecía frío y a la chica este lugar la parecía caluroso, era increíble como el cuerpo humano se acostumbraba a la zona en que vivó por mucho tiempo – yo extraño el calor de Brasil, los británicos dicen que con 20º están en verano, 20º en Brasil era en pleno invierno – agregue.

     

    - Si hay gente que no es partidaria de las mezclas, es interesante, a mí me da igual – suspiré – si me tocara estudiar con sangres limpias, con mestizos o hijos de muggles, como me paso en Brasil ni me quitaría ni me agregaría, bueno quizás gané porque hice amigos de todos los tipos allí, por eso es bueno estudiar con otras personas, conoces – concluí exponiendo mi punto de viste sobre el asunto – en fin, cada uno con sus creencias – si aveces podía tener una actitud desinteresada.

  16. Finnick y Akamaru

     

     

    - ¿Qué no eres valiente? – le dije a la chica mirándola con incredulidad – Tu eres valiente, mira, sin tener el entrenamiento que yo tengo, sin no haber tenido ningún problema como este antes, te defendiste y nos ayudaste a mi y a Akamaru, venciste a dos magos muchas mayores que ti, con dos hechizos y con gran velocidad, si eso no es ser valiente y hábil, entonces me perdí varias lecciones importantes – le dije a mi compañera.

     

    - Podías haber huido, quedarte petrificada pero no lo hiciste, hay mucho poder en ti – me quede observando como Akamaru se dejaba acariciar por Atria – hasta le caes bien a Akamaru – sonreí.

     

    - Siempre me lo pregunté, pero eran conocidos de mi padre y de gran confianza para él, por eso les encargo que me cuidaran, mi padre también es un paladín y mi madre una sacerdotisa, me tuvieron lejos de aquí, por la guerra entre bandos, no creían conveniente la crianza de un bebe en medio de esta guerra – dije pensando en aquella maldita guerra que aún continuaba, algún día se detendría de eso estaría seguro.

     

    - Rusia, me comentaron que la escuela de magia de Rusia es una de las mejores de Europa, pero no veo como soportaste aquel frío, detesto el frío – agregue riéndome.

  17. Finnick y Akamaru

     

    Bebí un poco más del whisky de fuego que el amable cantinero nos había traído. Beber aquel trago recuperaba un poco las energías perdidas durante la batalla, aún tenía que mejorar un poco más aquello del control de la energía corporal, mandarla y concentrarla en diferentes partes del cuerpo me agotaba.

     

    - Bien, los paladines – comencé a decir tras escuchar la pregunta de Atria – Los paladines son una sociedad ya no tan secreta cuya finalidad es velar y dar su vida para que prevalezca la Justicia – realicé una pequeña pausa – somos armas preparadas para protegerla. Los Paladines es una sociedad tan antigua como la magia misma y estamos extendidos por todo el planeta. – bebí un poco mas de whisky de fuego.

     

     

    - Como es lógico, al ser el planeta tan grande la diversidad de los tipos de paladines esa muy alta, cada uno influenciada por la zona en la que vive, pero todos tenemos el mismo objetivo dar nuestra vida por la justicia. Cada vez que nace un niño con actitudes para paladín, es entrenado por un tutor para perfeccionarse tanto física como mentalmente. Es un entrenamiento muy duro, dónde te preparan para todas las eventualidades que puedan aparecerte en el camino que has elegido, claramente puedes echarte para atrás si lo deseas, pero muy pocos lo hacen, solo los cobardes y los débiles. –

     

    - Mi tutor era Tarutobi Yakito, un poderoso paladín japonés, quien desde que nací me reconoció con potencial para elegir este camino el fue mi padre adoptivo en Brasil, él y su esposa Sakura Ikimichi. Por eso es que utilizo principalmente armas japonesas y técnicas de combate de aquel país a pesar de ser brasileño. Claro obviamente seguí también el camino de cualquier mago, nací con el don de la magia, también tenía que utilizarlo y aprender a dominarlo. –

     

    - Y a todo eso también se le suma que he heredado un poco la condición vampírica de mi padre, convirtiéndome en una especie de semi vampiro – le sonreí – si, tengo bastantes cosas, pero me las arreglo, además esta Akamaru para ayudarme, ¿verdad que si muchacho? – Akamaru ladró como respuesta afirmativa.

     

     

    - ¿y tu que tienes para contarme acerca de ti?, claro recién nos conocemos y no estas obligada a decirme algo – le dije a la chica.

  18. Caminaba junto a mi mascota Akamaru por los pasillos del Ministerio de la Magia que en aquellas horas se encontraban repletos de magos y brujas. Así un tiempo ha esta parte que no volví a pisar terreno del Ministerio, pero hoy venía a realizar un importante trámite.

     

    Desde hacia unos días había descubierto que había heredado cierta características sanguíneas vampíricas de mi padre, no era un vampiro completamente, sino mas bien como un híbrido, en una primera instancia había sentido repulsión por aquella nueva parte en mi, pero ahora luego de unos días, la vi como una mina para explotar mis habilidades.

     

    Tomamos un ascensor y subimos hasta la cuarta planta, el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. Tenía que llegar al la Oficina encargada de los registros de vampiros. – Akamaru no te pierdas por aquí, podría ser el peor lugar para que tu te pierdas – le dije a mi perro.

     

    Llegamos a la oficina indicada y tomé un formulario y comencé a llenarlo, cuando lo completé se lo entregue a un oficinista del lugar – Espero que este todo en orden – le dije.

     

    Ficha para el Registro de Vampiros

     

     

    • Link a la Ficha Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=101367

    • Nombre Completo: Finnick Lockhart Tonks Gryffindor

    • Residencia: Castillo Lockhart

    • Vampiro desde: desde mi nacimiento

    • Mordido por: nací con la condición

    • Dieta: Normal, no me es necesaria la sangre, (soy un semi – vampiro)

    • Cualidades Especiales: Control de las sombras, puedo deformarlas y extenderlas y con ellas tomar el control del cuerpo de una persona, obligándola a repetir los movimientos que realizo. Además de un profunda conexión con mi perro Akamaru, la cual nos permite en caso de desearlo aumentar nuestro lado salvaje en una batalla.

    • Situación que causa el enojo/descontrol: Controlo muy bien mis emociones

    • Aspecto Físico Caracterizador: Ojos de distinto color, uno verde y otro azul, ambos brillantes.

  19. Finnick y Akamaru

     

    - Pero siempre se puede mejorar – le contesté a Atria frente a su cumplido – Soy un paladín en entrenamiento, hay cosas que debo aprender y perfeccionar, pero prometo convertirme en uno de los paladines mas grandes de la historia – continué mientras le sonreía a la chica.

     

    Atria se acercó hasta nosotros y extendió su mano para acariciar a Akamaru. El perro acercó su cabeza para que lo acariciara, Akamaru sabía que ella nos había ayudado y le agradaba aquella chica. – Akamaru es el mejor, sin el sería la mitad de lo que soy ahora – confesé, y era cierto, no podía imaginarme vivir sin Akamaru y se que él sentía lo mismo, estábamos unidos por un lazo muy profundo y que duraría toda la vida.

     

    El cantinero volvió de llamar al Ministerio para que se encargaran de los maleantes y Atria le encargó alcohol y agua. Me agache sobre el cuerpo que peor se encontraba y sustraje las otras tres kunais.

     

    - Lamento haberte hecho ver sangre – le dije a Atria mientras me guardaba mis armas – yo estoy preparado, pero no se como tu te llevas con ello – le dije a la chica, no quería hacer sentir mal a la compañera que nos había ayudado.

  20. Finnick y Akamaru

     

    Me volví a ver a mi compañera Atria, los otros dos hombres se dirigían hacia ella. Estaba apunto de saltar sobre ellos cuando la chica se defendió con sorprendente rapidez y reflejos, les lanzo los hechizos justos y con la precisión requerida y como extra no ensució el suelo, algo que yo no lo logré.

     

    - Cállate – le grité al hombre que le había hecho un corte en la mano - ¡Silencius! – lo apunté con mi varita y enmudeció al instante. – Desmaius – continúe y un rayo rojo partió de mi varita e impactó en el pecho del hombre dejándole inconsciente en el acto.

     

    Un inmovilizado, otro petrificado, otro inconsciente y el otro muy malherido y fuera de juego. Me arrodillé sobre el duro suelo y acaricié a Akamaru – Bien hecho muchacho, como siempre – lo felicité, el como respuesta me lamió el rostro. Me incorporé y observe a Atria – Eres genial – le dije a la chica de manera espontánea, me había sorprendido, no me la imaginaba tan rápida, por un leve momento pensé que se quedaría petrificada, pero por suerte me había equivocado.

     

    Miré el espectáculo que habíamos logrado hacer, limpié la sangre de la kunai en la túnica del mago petrificado y la volví a guardar en el porta que llevaba en la pierna izquierda, debajo del pantalón. – Somos un gran equipo ¿sabes? – le sonreí a Atria.

  21. Finnick y Akamaru

     

     

    Me reí ante el comentario de Atria – Creo Atria que eso es algo que deberían de darse cuenta ya si es que ya no lo hicieron, ellos perderán y nosotros ganaremos – exclamé mirando al cuarteto desafiante.

     

    Teníamos que actuar y rápido, tenía que planear una estrategia o algo, pero primero tenía que medir su nivel de poder, saber a que nos enfrentábamos. Sin perder mas tiempo lance mi Kunai hacia uno de ellos e inmediatamente después la apunté con mi varita y conjuré

     

    - ¡Geminio! – cuatro copias mas aparecieron de la kunai y siguieron su trayectoria, los hombres se sorprendieron, pero al que apunté estaba peor, vi como trato de esquivar mi kunai, pero no pude con las otras cuatro copias que impactaron en su cuerpo provocándole heridas profundas y sangrantes.

     

    - ¡Akamaru no perdamos mas el tiempo!, ¡Ataque coordinado! – envié energía corporal a los músculos de mis piernas aumentando mi velocidad corporal. Corrí velozmente hacia ellos, tenía tiempo suficiente podría volver a recuperar algunas de las kunai que le habría arrojado a uno de ellos y utilizarla contra el resto.

     

    Me detuve sobre el cuerpo del herido que aún no podía levantarse del suelo y sujeté el frío mango de una de las kunai, cuando el más bajo de ellos me apuntó con la varita. Sonreí, en ese momento Akamaru saltó y clavó sus colmillos en la brazo del mago, el hombre gritó de dolor.

     

    Sin pensarlo dos veces extraje la kunai del cuerpo y me sentí nuevamente armado. Como lo pensé los hombres se fijaron en mis movimientos y los de Atria pero no le prestaron atención a Akamaru, que en cuanto corrí hacia ellos el hizo lo mismo por el otro lado. El es muy rápido y ahora tenía al hombre a su merced, tenía que ayudar a mi mejor amigo.

     

    Clavé la kunai en la mano que sostenía la varita y la saqué rápidamente. Akamaru hizo lo mismo con el brazo y juntos dimos unos cuantos pasos para atrás. Aquel hombre ya no podría utilizar aquella mano y dudaba que fuera ambidiestro, eran muy poco los que lo eran y yo era uno de ellos.

  22. Finnick y Akamaru

     

     

    Fue en un segundo, sucedió muy rápido. Aquellos tipos que eran cuatro sacaron sus varitas y nos apuntaron con ella, lo sabía, sabía que no se traían nada bueno, los tres nos dimos cuenta de eso.

     

    Los reflejos funcionaron bien, mi padre nos había entrenado de muy buena forma. Milésima de segundos después que la pared de enfrente estallara me incorporé del suelo al igual que Akamaru.

     

    Varita en la mano diestra y cuchilla kunai en la zurda, Akamaru tenía el pelo del lomo erizado y enseñaba los colmillos a los intrusos. Me volví hacia Atria - ¿te encuentras bien? – le pregunté a la chica, que ya tenía la varita preparada en mano y apuntaba a los magos.

     

    - Saben muchachos, se metieron con la gente equivocada – le dije de manera amenazadora, aquellos tipejos habían cometido un error al meterse con nosotros. - ¿Atria espero que no tengas ningún problema en darles una paliza a ellos? – le dije sonriendo a la chica.

     

    - Somos cuatro y ustedes tres – dijo el que parecía ser el líder con un tono grave. El olor a sangre y mugre que emanaban sus cuerpos era insoportable, eran repugnantes. ¿Pero que eran?, ¿Atria ya se abría dado cuenta?, le eché una fugaz mirada a la chica, buscando una señal de reconocimiento en su rostro.

     

    - ¿Crees que con eso nos van a asustar?, pues se equivocan, pero eso si, me sorprendiste, pensé que no sabías contar – me burlé del hombre.

     

    - La pagaras caro mocoso – sentenció ferozmente uno de ellos.

  23. Finnick y Akamaru

     

    Que rápida y sigilosa que era aquella mujer, normalmente me daba cuenta de la presencia de las personas, pero Leah me había tomado por sorpresa, por eso cuando sentí su voz me sobresalté. En cuanto vi a la jefa de mi casa, sentía un gran miedo, ya podía ver como me obligaba a tener que dejar a Akamaru en alguna perrera de la Academia.

     

    Por eso cuando escuché que podría quedármelo no daba crédito a lo que oía – Claro, haré todo eso – me apresuré a contestar a Leah, en cuanto la mujer volvió a la sala, Akamaru saltó hacia mí – Lo logramos amigo, te quedas aquí – le dije contento, le sonreí a Cillian, bajé a Akamaru y entré a la sala.

     

    Leah comenzó a repartir una serie de pastelillos, hacía cuanto no probaba aquellas cosas pensé mientras tomaba uno de la bandeja que transportaba la bruja.

     

    En cuanto lo probé sentí algo extraño y a los pocos segundos de mis orejas salían dos chorros de vapor e inmediatamente después comencé a reírme.

  24. Finnick y Akamaru

     

    - Si debe ser por eso que no te encuentro acento, porque yo también lo soy – razoné, porque si fuera británico notaría cualquier acento incluso los propios que había en cada una de las regiones del Reino Unido.

     

    - Akamaru no es un perro normal, de eso ya me di cuenta en cuanto me lo regalaron, por eso es tan especial – le contesté a Atria mientras acariciaba la cabeza de mi perro. Mientras nos encontrábamos hablando unas personas entraron en el local.

     

    Akamaru abrió los ojos y me miró, yo también lo pude sentir. Aquel aroma, era tan fuerte, bueno no para todos, pero de todos mis sentidos el olfato era el que más tenía desarrollado, no tan poderoso como el de Akamaru que podía detectar en nivel de poder de las personas, pero el mío era mejor que el de los humanos. Sangre, aquellos hombres olían a sangre.

     

    Dirigí una mirada hacia Atria, ¿se abría percatado de algo extraño en la presencia de aquellos hombres?. Akamaru comenzó a gruñir, le di unas palmadas suaves en el lomo para que se tranquilizara, no podíamos actuar con precipitación, me gustaba esperar el movimiento de los otros, y luego moverme yo, una estrategia que me servía mucho.

  25. Finnick y Akamaru

     

     

     

    Logré captar la atención de Cillian, el chico salió de la sala principal donde el resto de nuestros compañeros se encontraban celebrando una nueva fiesta. Mi estado no era tranquilo estaba un poco nervioso y Akamaru parecía estarlo un poco también.

     

    No quería separarme de mi mejor amigo y compañero de toda la vida, pero tampoco quería tener que abandonar mi casa, la casa en la que había formado tantos amigos. Escuché su pregunta – Se llama Akamaru, y es mío – comencé – lo tengo desde que cumplí 2 años, un regalo de mis padres y desde entonces somos inseparables – Akamaru salió de detrás de mí y se pego a mis piernas – Somos uno, los dos nos complementamos, no es una simple mascota para mí, y el no es un simple y común perro, no causará problemas, de hecho creo que colaboraría mucha más que algunos de nosotros – tomé un poco de aire.

     

    - Pero el motivo de todo esto como creo que has adivinado es que quiero que se quedé conmigo aquí, en la torre, ¿sería posible? – pregunté tratando de que no pareciera una súplica.

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