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Fengari M.

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Todo lo publicado por Fengari M.

  1. Fengari M.

    Libro de la Sangre

    —Si —sonreí a Nicole caminando hacia ella esperando no llamar demasiado la atención del uzza— espero que el guerrero me acepte en su clase —susurré, pues a pesar de tener la inscripción en el curso, el guerrero podría hacerme a un lado y no compartir sus conocimientos, aquello era más doloroso que ser marginada. Para nosotros, los humanos desprendían un aroma diferente, y aquellos que tenían magia aún más. Lo primero que percibíamos era el calor de sus cuerpos, rebosantes de vida liquida que podíamos sorber, pero también estaba su aroma, el olor de todo lo que nos rodeaba, y así también variaba conforme las situaciones lo requerían, por ejemplo cuando existía miedo ese olor en particular cambiaba, así también con los años, cuando los cuerpos envejecían; y era eso lo que llamaba mi atención del uzza, su longevidad, y aunque no quería caer en darle importancia, por momentos me distraía adivinando su edad, ¿sería más anciano que el que fue mi padre? ¿Más anciano que otros vampiros que conocíamos? Reacomodé mi postura desenredando mis brazos, acercándome al grupo lo suficiente para captar cada lección que el guerrero impartía, y con la suficiente precaución para no fastidiar al maestro. Cuando salía de las distracciones, me centraba en el misticismo que desprendía el libro de la sangre, tan fascinante como su nombre, portador de hechizos específicos, lo más cercano a jugar con rituales. Levanté la vista para observar otra indicación por parte del brujo, y me contuve en mi lugar, fascinada por lo que estaba a punto de hacer mi hermana. Parpadeé varias veces esperando enviar mis pensamientos al fondo de mi cabeza, respiré profundo en la medida de lo que podía controlar y me mordí los labios escuchando lo que el uzza le indicaba a Nicole, haciendo un esfuerzo por controlar las ganas de participar. Me senté en una de las rocas que se encontraban a orillas del río, y observé la daga que Nicole acaba de materializar, con hermosas piedras encrustradas y poder peculiar. Miré nuevamente la daga del guerrero para marcar mentalmente las diferencias y encontré una inusual fluctuación de energía en cada una, como si cada arma tuviera una energía en particular «personalidad», y me pregunté cómo sería la mía.
  2. Fengari M.

    Libro de la Sangre

    Después de haber sido negada mi inscripción por una absurda confusión, me había limitado a practicar algunas artes oscuras de algún libro que hipotéticamente no debía usar, no obstante, en medio de un experimento, una carta había llegado a mis manos, anunciando que mi inscripción había sido validada. El asombro fue menor a mis ganas por cursar esa materia, pues mis expectativas sobre ese libro eran enormes, por lo que debía integrarme a la clase del Libro de la Sangre lo antes posible. Me apresuré en juntar las herramientas necesarias para el curso, los lancé al fondo de mi bolso y cambiando la túnica del laboratorio por una chaqueta guinda de cuero, desaparecí del taller. Poco después me materialicé en la ubicación marcada. Desde ese punto pude distinguir la clase del guerrero. -- espero que sepa de mi existencia. El uzza se veía como un anciano por lo que pude deducir que incluso era más longevo de lo que parecía. Me sentí intrigada por aprender de él, así que con cuidado me acerqué hacia el grupo descubriendo a la otra persona que se sentaba junto a él. Después de su familiar voz, descubrí su cabello, castaño en perfecto contraste con mi cabellera plateada, mi hermana estaba llena de vida y sus ojos irradiaban virtud, mientras yo era una especie rara, híbrida y fuera de lo natural, tan fría y efímera como el hielo. Acorté la distancia y miré de reojo a la Crowley acercándome al guerrero. --Buenos días. Mi nombre es Fengari Munter Evans --me presenté extendiéndole el pergamino que me autorizaba a recibir su clase. Esperaba no haber llegado demasiado tarde, por lo que imité a Nicole y me senté en una piedra. El guerrero se veía más sorprende a esa distancia, su cabello largo de opacaba a comparación de sus grandes cicatrices y tatuajes. Estaba deleitando mi curiosidad con cada rasgo del guerrero, hasta observar el libro en frente de ambos, lo estudié desde mi posición, recordando haber leído algo sobre el mismo, para después reposar mi vista en la daga que el uzza llevaba en sus manos, llena de misterio y poder.
  3. —Hola Matt, ¿cómo estás? Observé curiosa al mago, disfrutando del traje que había elegido para la ocasión, se veía «interesante», sentía muchas ganas de quitarle ese gorro navideño y regalárselo a la chimenea. Después de la fiesta de Wallpurgis no había tenido ocasión en conversar con él más allá de un Hola, no porque estuviera evitándolo, o tal vez sí, pero quería pensar que era otro el motivo y más general «como evitar a todos», sonreí educadamente y me limité a registrar visualmente a los demás. En ese momento me encontré con la mirada de P-ka, una de las elfinas más queridas del castillo. Siempre observando con sus enormes ojos amables, capturando la atención de forma inexplicable, siempre haciéndome sentir rara, como si le importara, en serio, no como lo hacían otros elfos que servían porque era su naturaleza, P-ka lo hacía porque realmente le importábamos, «tenías que ser el elfo de Bel..» pensé batiendo mis pestañas, tendiendo la mano hacia una copa con un oscuro licor, dulce y engañoso. Ante la pregunta de P-ka, pensé que me daba igual empezar o esperar a los demás, pero entonces analicé mejor la ocasión y replanteé mi punto de vista— pienso que debemos esperar a que llegue alguno más, después de todo, es una cena familiar especial. Mientras deleitaba mis sentidos con la fragante bebida alguien en la mesa preguntó por la bandeja que Chelsea había puesto, así que ubicando la copa en su lugar, parpadeé sonriendo— sí, es Espaguetis a la Monaguesca y fougasse monegasque, es un pastel completamente delicioso que se prepara con agua de azahar, y diferentes frutos secos nueces, almendras y anís. @@Vincent Mériadec@@@Syrius McGonagall@@Nicole Evans Crowley
  4. —Por supuesto que no es personal —le respondí mientras me ubicaba en mi lugar, habíamos acordado el duelo tiempo atrás, por mera práctica. Me sujeté el cabello en una trenza francesa para no distraerme con el pelo, aquella mañana de invierno el sol se había asomado, pero no era suficiente para aplacar el insensibilidad clima. Estaba usando unos pantalones ceñidos oscuros, botas altas y una cazadora de cuero color vino que ocultaba una blusa simple con algún mensaje en doble sentido. Sin adornos, solo la varita plateada en mi diestra, estudiando mi alrededor, que parecía haber sido limpiado de bultos, a excepción de una cerca blanca de madera, a unos seis metros de ambas, cuya función era limitar el área del huerto del patio. Observé a la bruja e intuí que estaba alistando el primer ataque, por lo que rápidamente me concentré «zancadilla», el embrujo hizo que la hechicera cayera de bruces al suelo, a causa de un lazo mágico que anudó sus tobillos. El rápido movimiento la desequilibró y su rayo se desvió a varios metros por encima de mí por lo que me mantuve ilesa— ¡que agresiva! Lista con el siguiente ataque, pensé «disparo de flechas» disparando una docena de flechas que viajaron hacia Nicole impactando en sus ojos, torax y brazos. @@Nicole Evans Crowley
  5. Planilla de compras para PERSONAJES ID: 117776 Nick (con link a la ficha) Fengari Naberrie Black Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) http://www.harrylati...naberrie-black/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylati...naberrie-black/ Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: 12 Fecha: 2019-12-30 Criatura: Ashwinder Puntos: 40 P. Precio: 2000 G. Criatura: Fwooper Puntos: 40 P. Precio: 2000 G. Total de puntos: 80 Total de Galeones: 4000
  6. Para Libros de Hechizos: ID: 117776 Libro de Hechizos: Libro de la sangre Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): justificante Link a la Bóveda: bóveda Link a la Ficha: ficha Gracias
  7. Planilla de compra: ID: 117776 Nick: Fengari Naberrie Black Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) http://www.harrylatino.org/topic/108354-boveda-trastero-de-fengari-naberrie-black/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/101944-boveda-de-fengari-naberrie-black/ Link a Tópic de la clase o a la prueba: Nivel Mágico: 12 Fecha: 2019-12-30 Nombre del producto: Libro de la sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo. Nivel (del libro): 7 Precio: 7.000 G. Precio total: 7.000 G.
  8. Estaba discutiendo con uno de los elfos, que evidentemente estaba ocultándome el paradero de la traviesa de Chelsea, cuando una voz familiar me sorprendió, mi memoria tardo unos segundos en rescatarla de mis recuerdos que cuando caí en cuenta de quién era, ya estaba abrazándome— ¡Ania! —la sorpresa fue tal que no podía caber en mí, no pude decir nada después de gritar su nombre, estaba atontada entre reír y reclamarle. Después de un rato me compuse y la jalé del brazo llevándola a un sillón, unos magos estaban descansando ahí, por lo que con un movimiento de mi varita los empujé rápidamente del mueble. Me sentí y obligué a la bruja a imitarme— ¿dónde estabas? ¿Qué has hecho? El presente Después de semanas negándome, finalmente había accedido a quedarme en el castillo Evans, a pesar de la ausencia de Bel, que era una pena interminable, le tenía mucho cariño a la mansión, y más por su hermosa arquitectura antigua. No estaba segura de que estaban preparando en el piso principal, si es que me llegó el aviso probablemente lo ignoré perdida en mis problemas. Había sido un año con muchos giros inesperados «demasiados» acordé recordando el drama que tenía con mi otra familiar, y que aún no había compartido con los Evans. Me levanté de la tina envolviéndome con la bata mientras caminaba hacia mi cama, fijando mis ojos con fastidio en lo que descubrí en la cama— ¿Chelsea qué es esto? —Pregunté tomando en manos un suéter que llevaba las siglas de la familia— si esto es una broma tuya estas en serios problemas, o peor aún, si es idea de alguien de la familia llevar estas cosas… no puedo ni siquiera digerirlo. Me dejé caer en la cama sintiéndome nuevamente estresada. Al poco rato, la elfina apareció y con ella una bandeja de un familiar aroma. El aroma me traía nuevamente a la infancia, a mi padre, a mis inicios… —¿por qué has traído eso? —Señorita Fengari, hoy es el compartir gastronómico y debe alistarse lo antes posible, su hermana y sus primos ya están reunidos en el salón principal— dijo la elfina observando el suéter con una risita que olía a broma. Era increíble como mi memoria era excepcional para todos los datos posibles menos para los de asuntos familiares. Me mordí los labios y me paré frente al alto espejo de marco de plata, con una floritura de mis manos atraje un vestido de tela gruesa del ropero, los brocados contrastaban sutilmente sobre la tafeta verde oscuro, que combiné con unas altas botas negras y un corto abrigo negro de piel, satisfecha con la elección me di un último toque de mascara de pestañas y salí de la habitación arrastrando mi desgano «podría decir que me siento enferma… aunque eso ya lo dije en Navidad ¡diablos!» me mordí los labios bajando las escaleras. Chelsea apareció a mi lado levitando una bandeja de Espaguetis a la Monaguesca, la cual lleva como ingredientes variedad de especias, aceitunas, anchoas, tomates y el toque de queso unido todo a una salsa secreta de excelente sabor, y por supuesto una de mis pasteles favoritos, el Fougasse. Me senté a lado de Nicole esforzando una sonrisa, de segura ella sabría antes que todos, mis extremísimas emociones al estar reunida con toda la familia. @@Nicole Evans Crowley@@Ania Evans Weasley
  9. Escuché a Tauro y me convencí por sus palabras y su apoyo, estaba cansada de dar tantas vueltas al asunto, acobardarme solo retrasaba la confrontación, y era bastante indiscutible que el destino me regresaba siempre al mismo lugar. Después de una pausa, de reacomodar mis ideas y empujar todos los miedos al fondo, observé a Tauro y asentí mostrándome de acuerdo. Después de unos shots de tequila en el salón, encendí mi confianza y decisión. —¿qué? ¿Elfos gratis? —me quedé unos segundos acomodando las ultimas ideas y seguí a Tauro, quien ya se había adelantado. Sin embargo no eran elfos lo que llamaba la atención. Lo reconocí de la vez que Tauro me había invitado a una búsqueda con su familia. Cuando mencionó el nombre de Anne, todo mi perfil curioso cambió a indolencia. Desde mi lado, observé con neutralidad como el mago se revolvía cruelmente a causa de un sospechoso encantamiento, miré con cuidado a la otra bruja y adiviné que posiblemente ella fuera la causante. «Estoy rodeada de personas muy quisquillosas» pensé regresando la mirada hacia el hombre, había algo en él que me enojaba de forma incomprensible y que ataba cualquier intento de ayudarlo, por alguna razón su presencia me molestaba. Busqué con la mirada la imagen de Anne, pero parecía estar ausente de ese lugar, ni si quiera podía escuchar su voz a la distancia «parece que no está aquí». Estaba sobrando en esa discusión familiar, así que me giré para marcharme con cautela «tendré que regresar otro día», por lo que caminé en dirección hacia… «¡mier**! ¿Cuál era la puerta?» no podía decidir qué puerta me llevaría a la salida. Exhalé sintiéndome exhausta, apenas había dado un par de pasos lejos del grupo armada con toda la indiferencia que podía, pero ahora me veía obligada a preguntar por la salida. Cerré los ojos escuchando la conversación de Tauro con su madre, escuché también los sonidos ahogados del mago intoxicándose, así también susurros lejanos de algunos elfos en rincones lejanos de la residencia. Y escuché también el comentario de Tauro sobre su hermana, poniéndome totalmente rígida ante la mención subliminal, ¿Betis lo habría notado? ¿Quiénes más podrían sospecharlo? Me giré y busqué un asiento, esperando que la conversación terminara para despedirme de Tauro e irme. Me sentí tonta esperando ahí, pero no había mucho que pudiera hacer, de momento. —¿Tauro? —Llamé, sin embargo, en un giro inesperado, una de las brujas encantó todo el espacio alrededor con notas festivas, invitando a todos a celebrar el solsticio de invierno y el nuevo año— ¿todos? —repetí.
  10. Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 117776 Nick: Fengari Naberrie Black Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) bóveda 108354 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: bóveda 101944 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2019-11-23 Objeto: Capa de Invisibilidad Puntos: 160 Precio: 8000 Galeones. Objeto: Armario Evanescente Puntos: 160 Precio: 8000 Galeones. Total de puntos: 320 Total de Galeones: 16000
  11. ¿te asustaste? pregunté a la peliazul mientras ponía una mano en mi pecho y sentía como el aire llenaba mis pulmones, aun me sentía ligeramente agitada, pero con menos signos de morirme (? creo que alguien creyó que un poco de veneno en los dulces serian una buena broma. Aparté el plato donde había colocado mucho antes, unos dulces de la barra del buffet, empujé la bandeja hacia un extremo vacío de la mesa, subí la vista y noté que ya casi quedaban pocas personas alrededor. Entre ellos una madre con su hija y recordé el estrés que le producía a mi cuerpo retomar el tema de mi madre, de mi padre o familia, todo lo relacionado a mi herencia genética. Me prometí ignorarlo y me centré en algo más presente, sangre. si. Soy vampira de nacimiento creo, no estoy segura de cual de mis padres lo heredé explicar ésta oración, me recordó que había acordado conmigo misma dejar de ligar la conversación hacia mis padres, solo decirlo me provocó ganas de abofetearme. Rodeé los ojos sintiéndome patética por conversar conmigo misma mentalmente «estoy enloqueciendo» suspiré sonriendo y seguí bueno, mi padre adoptivo también era vampiro, y él me conseguía la sangre, humana. La sangre animal no me gusta tanto, prefiero evitarla concluí, pero entonces noté que la Munter tenía alguna duda más profunda sobre el tema ah sí tengo buenos contactos para conseguir la sangre. Sonreí nuevamente y me chupé los labios sintiéndome sedienta, esperaba que aquella sensación desapareciera pronto, aunque sabía de buena tinta que así de rápido volvería la sed. Entonces reí ante el comentario de Tauro sobre la pinta de sangre. No, y te aseguro que fue de lo primero que me percaté aquí.
  12. —Estoy bien, no te preocupes… Repetía mientras sujetaba el vaso de agua y lo bebía lentamente, contaba los sorbos, no quería atragantarme, pero casualmente un extraño dolor en el estómago me producía un ardor raro y la sed acrecentaba conforme pasaban los minutos. Mire a la bruja y comprendí que ella tenía razón, me estaba intoxicando. En ese momento no sabía cómo proceder, solo pensaba que Tauro y mi madre eran familia, y lo terrible que me parecía todo en ese minuto. La peliazul se levantó mi pulso se aceleró, sentía miedo y no sabía por qué. —Espera —le tomé la mano con fuerza y busqué velozmente con la vista mi varita, la aferre y encanté el vaso de cristal, convirtiéndolo en un bezoar. Lo tragué rápidamente esperando sentirme mejor. Cerré los ojos y aguardé a que haga su efecto, como siempre el sabor era terrible, pero su poder curativo era grandísimo— creo que me sentiré mejor. Suspiré sintiéndome como mi pulso se normalizaba, al cabo de varios minutos, podía respirar con tranquilidad, no sabía si era el bezoar había apagado un envenenamiento o si mi sistema nervioso se había alterado por sí mismo. Miré lo que estaba comiendo anteriormente y lo rechacé con la vista, mi estómago estaba harto de comida ordinaria, necesitaba sangre y eso lo sabía bien, por otro lado, esperaba que esa necesidad me mantuviera concentrada en mi misma y no en ella. —me siento mejor, perdón por asustarte. No sé qué me paso, pero ahora necesito un poco de sangre… @Tauro.
  13. Escuche mi nombre y empecé a desperezarme, aún tenía los ojos cerrados y una punzón agudo en la sien derecha me daba el buenos días. Bostecé y me rendí al sueño nuevamente, perfecto y cómodo. Entonces nuevamente la voz familiar me llamaba, intenté ignorarla, sin embargo la insistencia me sacó de mis casillas y tuve que impulsarme a sentarme de golpe lista para gritarle a quien fuese, que me dejara en paz. Abrí los ojos y separe los labios, cuando tomé consciencia de donde me encontraba. —¿qué pasó? —me tomé la cabeza con una mano, mi cabello se sentía ligeramente húmedo, mis manos tenían un extraño color gris artificial manchándome la piel, y mi ropa había desaparecido, pero aún estaba vestida con un camisón negro «¿por qué no tengo mi ropa?» la pregunta me aterró cuando divisé a lo lejos a otros magos en iguales condiciones. Miré a Nicole con terror por lo que podría decirme. Encontré mi varita al tanteo sobre una cómoda de roble, de hermoso tallado, expuesta al horror de la fiesta. Con la varita mágica, me calcé un vestido blanco que llegaba a las rodillas, y sujeté mi cabello plateado en una alta coleta. —¿cómo dejaste que pasara esto Nicole? —le reclamé, pero más que un reclamo, era una pataleta por el poco registro que tenia de la noche anterior, y peor aún, por haberme visto descontrolada o enloquecida. Sabía que tenía un lado oscuro con tendencias homicidas… vamos, todos tenemos cosas que ocultar, pero también reconocía que a veces me pasaba de intensa o…— Pudimos quemar la casa… ¿esto es normal? Porque no recuerdo que las fiestas terminaran así. Me lamenté la falta de cordura y me alcé del suelo atravesando el desastre que había quedado de la fiesta «noche de brujas, wallpurgis… diablos! ¿Qué paso aquí?» me preguntaba mientras observaba algunos muebles rotos y los cuerpos de otros brujos que aún no tomaban consciencia. Caminé a través de uno a quien no reconocía a simple vista, hasta llegar al escenario, donde algunos miembros de la banda estaban embebidos en alcohol y destrozados por el sueño. Sin embargo, entre los mismos, una figura en particular llamó mi atención. —¿Melrose? @@Nicole Evans Crowley@
  14. Dubitativa observaba mis manos, entrega a la distracción, cualquier cosa que mantuviera mi concentración en otros lados. Pero era inútil, sabia en el fondo de mí, que aquel secreto arañaba en mi garganta para poder salir, como algo tosco, algo que no era natural, algo que a veces me asfixiaba y se mezclaba con todo lo demás, con todos los problemas, y estaba harta de vivir así, ocultando algo que escapaba de mis manos, que me enojaba y me entristecía al punto de querer huir. Y ahí estaba, en el hogar de los Munter, rodeada de ellos y con una amistad que parecía tan sincera con la peliazul, tan real y tan efímero como el lazo que nos unía, tan presente y tan frágil que dolía—. Sí, me gustaría conocer el invernadero. La seguí y traté de reponerme, pero me sentía tan fría y me veía tan fría, muerta y sin esperanzas. Me esforcé por endurecer mi mirada, y empecé a alzar esa armadura que nos ponemos cuando sabemos que todo ira mal, me vestí de frialdad y me tragué el miedo. Y cuando estaba lista por contárselo, la peliazul me puso en alerta sobre una planta a la que casi rozaba con el brazo, la miré con atención, sus colores y el invisible veneno que contenía, letal. Mire hacia otra planta, fingiendo atención, escuchando a Tauro, mintiéndome a mí misma y considerando que tal vez las cosas podían terminar bien, al menos con ella. Me alenté a confiar. —Ok —me volví hacia Tauro mientras ella terminaba de redactar una carta —como sabes, nunca conocí a mis padres sanguíneos, me abandonaron apenas nací. No es algo que me agrade, no me gusta el papel de huérfana buscando la aprobación de sus padres. Mírame, incluso me veo… anormal —confesé tomando todo el valor posible. —Hace años, cuando trabajé en el ministerio de magia, como aurora, hubo un accidente con algunos dementores, muchos departamentos salieron de control y hubieron algunos saqueos, no documentados… y una esfera con una profecía llego a mí, de un desconocido, que hablaba de mis padres. Una est****a profecía que recitaba que yo... En fin. Creo que sé quién es mi madre, y creo que tú la conoces... es Anne. Entonces, escuché su voz, a la distancia, pero en el mismo piso. Tomé la mano de Tauro con fuerza, sin estar segura de cómo estaba asimilando lo que le decía— ella no lo sabe, o tal vez sí, no lo sé —y eso era lo que me enojaba a más no poder. Entonces sentí que volvía nuevamente a ser frágil y las lágrimas amenazaban con presentarse— te aseguro que no vine a exigir nada, yo solo… pero no sé qué hacer… @Tauro. @
  15. —México, genial —Sonreí asintiendo al grupo, y nos dirigimos hacia el siguiente stand. La elección era México, y aunque tenía algunos conocimiento básicos sobre su cultura y gastronomía, ésta vez quería ahondar más y conocer aquellos platos típicos y oriundos del país azteca, mas allá de los tacos, que eran muy preciados, esperaba descubrir nuevos sabores y otros platillos llenos de sabor e historia. Mientras caminábamos, observé varios pabellones de comida, y muchos grupos de magos que degustaban la comida que ofrecían, pero entre ellos, una silueta en particular llamó mi atención. Entrecerré los ojos esforzando la visión, a pesar de los dones dados por la naturaleza a cambio de ser un monstruo hibrido, la visión debía ser un sentido superior al rango, sin embargo la poca sangre ingerida me limitaba… no estaba segura si era él, el corazón empezó a martillarme y un suave cosquilleo en la yema de los dedos me obligaban a ir por él. Me mordí los labios y me separé del grupo en tanto conversaban, caminé rápido deslizándome entre las personas, pidiendo permiso o disculpándome por empujarlos, pero a pesar de abrirme camino hacia él, no lo alcancé. Sin aliento, por la emoción, miré hacia todos los lados posibles, sintiendo mis ojos humedecerse. «¿Dónde estás?» pero él ya no estaba ahí. Bajé la vista lentamente presionando mis puños, sintiéndome est****a. Y cuando por fin me convencí de que no encontrar al mago ahí, regresé al grupo. —¿Qué es esto? —pregunté agarrando una botella que decía mezcal, con una pintoresca etiqueta. @Tauro.@Anthony Ryvak Dracony
  16. —tu familia. Aquellas palabras las había repetido en mi mente, varias veces y despacio, como quien absorbe una dosis para perder la consciencia. Y así me sentí, débil y adormecida. En mi cabeza, muchos pensamientos rondaron sin cesar sobre lo que significaba que Anne fuera parte de la familia de Tauro, peor aún, su hermana. Pero en el estómago, sentía como si hubiera recibido un puñete que me quitaba el aliento. Observé a Tauro, esforzándome por escucharla, aunque las demás palabras no me daban ningún consuelo «¿Cómo reaccionará cuando sepa la verdad?». Aferré una de mis manos al borde de la mesa, sosteniéndome toda y aguardando no llamar la atención, aun sentada pero frágil, me mojé los labios con un vaso de agua y bajé la vista por unos segundos que parecieron horas, entrando y saliendo de un trance que no podía controlar, no quería controlar, estaba cansada de los problemas que se sumaban a mi situación, y cansada que el destino jugara de forma tan cínica con mi vida. Parpadeé varias veces y me obligué a retomar el control. Suspiré disfrazando el gesto como quien toma aire, e intenté sonreír— ya veo. Tienes una familia bastante “distintiva” —empecé a jugar con una servilleta mientras centraba mis ojos en eso— Y sobre el trabajo, ¿Dónde lo realizaríamos? @Tauro.
  17. Sonreí y miré encantada como la bruja comía el sándwich y disfrutaba del jugo, que había sido también su favorito. Parpadeé escuchándola y con el estómago satisfecho, me acomodé en la mesa colocando mis brazos sobre el borde de la misma, había cosas que realmente me apasionaban, y las pociones eran por distancia una de ellas. Así que aunque inventara mil y un razones para negarme, aquella propuesta sobre practicar pócimas era irrechazable. —ok. Como lo plantas no puede negarme —sonreí algo avergonzada, bebiendo un poco de jugo para evitar reír— realmente será un placer acompañarte en tu experimento Tauro. Entonces, un cambio en la conversación me desencajó y me quede unos segundos en silencio asimilándolo. Sonreí, como sonreímos cuando tratamos de mostrar seguridad, de esas sonrisas practicadas, y bajé la mirada hacia la manzana que aún no había tocado, la miré un poco y la mordí volviendo mis ojos a la peliazul, mientras tanto, mi cabeza ya estaba buscando las palabras que usaría para responderle. No quería mentirle, odiaría hacerlo, pero tampoco estaba lista para contarle “eso” que no me dejaba dormir tranquila. —si. Claro, es decir, me uní muy joven a cierto grupo de magos que tú y yo sabemos. En ese entonces Beltis era una de las líderes, la conozco de ahí y por supuesto jamás habíamos hablado antes. Y lo mismo con… Anne—mordí nuevamente la manzana y observé a Tau—. ¿Son tu familia? —pregunté esperando no confirmar mis sospechas. @
  18. —¿tamarindo? —repetí saboreando solo la palabra, ante la propuesta de Antoni, que me parecía de lo más extraño y curioso. Estaba encantada— definitivamente debemos ir por unos tamarindos enchilados, pues no lo he probado jamás ¿es un postre? Entonces volteé hacia Nicole, que estaba sentada junto a mí, y miré con curiosidad su plato, las empanadas se veían buenísimas, así que tome la de su plato y la lleve a la boca, mirándola con una sonrisa, forzando los límites de la confianza con mi hermana. —me gusta esto, ¿es una empanada mexicana? El saborcillo de la empanada era algo picoso pero con mucho sabor, como una suave explosión de sabores en el paladar, aunque la nota del picante era lo que más percibía, y si bien no estaba acostumbrada a él, realmente admitía que le daba un toque especial y diferente. Así que mientras los magos conversaban en la mesa, continúe comiéndolo. Me sentí dichosa en ese mismo instante, tenía en esa mesa todo lo que necesitaba; amigos, comida y una plática amena, realmente muy feliz. Cuando terminé de comer, observé a todos, conversando entre ellos, aunque quisiera, no podía evitar escuchar un poco de la conversación de Antoni y Tauro. La nostalgia se había hecho presente en el comedor. No imaginaba como se sentían cada uno de ellos, ni los problemas que podrían tener, pero comprendía perfectamente que cada persona era un mundo, y así como el momento feliz, corto pero lleno de amor, así también habían momentos oscuros donde la pesadumbre y la tristeza reinaba. Suspire un poco mordiéndome los bordes de la boda, tratando de pensar en algo para conectar nuevamente a los magos de la mesa. —entonces, ¿ya decidieron a donde iremos a continuación? —Planteé animándome y esperando que los demás se animaran— como dijo Tauro, podríamos continuar con la zona de Latinoamérica o ir al otro continente. Yo personalmente aún no he ido por México ni Colombia, y me encantaría ir a ambos lugares. @@@@Nicole Evans Crowley
  19. Fengari M.

    Fengari vs Sherlock

    Esperaba que pronto terminara para que podamos volver a la tranquilidad de un ambiente donde el clima no fuera un fastidio. Pensé nuevamente que aquella clase había sido extrema al llevarnos ahí, pero también muy interesante. Miré a Sherlock y fruncí los labios algo fastidiada porque el duelo se extendía, miré de soslayo al oso que había devuelto al mago, y cómo este aún en el suelo de bruces, sostenía su varita. Antes de que dijera algo, me adelanté y haciendo una rápida floritura de mi varita, pensé "crece uñas" creando un rayo que viajó hacia el Holmes provocando que las uñas de sus ambas manos crecieran rápidamente, malogrando su puntería. Así que ví como su rayo caía a unos seis metros de mi ubicación, haciendo un hueco superficial en la tierra. Complacida con eso continúe con "morphos" transformando la única camiseta que usaba el mago en una avispa marina que al contacto con su pecho desataría sus toxinas en el mago envenenandolo y de no curarse le produciría la muerte.
  20. Fengari M.

    Fengari vs Sherlock

    El viento arañaba mi rostro, podía sentirlo en la piel, y aunque me agradaban las maravillosas vistas blancas que nos rodeaban, preferiría en ese momento estar bajo un techo firme y una taza de chocolate caliente. Observé los movimientos del guerrero uzza a la distancia, golpeando su cabeza a la nieve, como un pájaro carpintero al tronco de un árbol. Sonreí con aquella situación cómica, y aunque no me hubiera molestado ayudarlo con empujar su cabeza al suelo frio –y de forma menos amable- me conformé con aquella minúscula muestra de agresión de su parte. Observé también como movía su varita viendo a lo lejos, jugar a un par de oseznos polares. Los observé como a cuarenta metros, pero no jugando, sino aferrándose ante el salvaje viento que había logrado espantar a todas las criaturas de alrededor, pues la velocidad con la que corría el viento era altísima. Los oseznos empezaron a correr, pero el viento los obligó a volver en su dirección buscando cobijo, probablemente asustados por el clima, después de unos segundos, ya estaban fuera de vista. Me lamenté por ellos, puesto que de seguro habían perdido a su madre. Volví a observar al Holmes, a quien le caía un rayo que parecía ser absorbido por un hechizo. Hice un mohín mirando como el mago había encantado a un tronco hueco cerca de mí. Suspiré y sonreí, encantada por la ocasión perfecta para usar aquel hechizo que hacía poco había aprendido. «Orbis Bestiarum» pensé provocando un anillo de color dorado que envolvió a la bestia justo antes de que se acercara a mí, controlándola para que obedeciera mi orden: ataca a mi enemigo. El oso corrió en dirección a Sherlock con intenciones de embestirlo salvajemente. De hacerlo, le arrancaría el brazo o se comería su rostro. Pensé en todo ello sin remordimientos. Después me concentré en la ubicación del Holmes, y pensé en «Zancadilla» embrujándolo para que caiga al suelo con brusquedad, atándole un lazo mágico a los tobillos.
  21. Después de comer todos los dulces que había llevado en la bandeja, a excepción de la fruta, decidí que necesitaría algo más para darme por satisfecha— espérame un momento, iré por un sándwich, hoy tengo mucha hambre —le dije sonriendo, dirigiéndome nuevamente a la mesa donde estaba servido el buffet. Busque algunos sándwiches y tome dos, por si Tauro también quería uno, además elegí dos vamos de jugo de naranja «aunque no es sangre» pensé traviesa imaginando traer mi vaso personal de sangre con sorbete y adornitos, tipo coctel al ministerio. Regresé a la mesa y puse el vaso de jugo para la peliazul— ¿sed? Me acomodé y mordí un poco del sándwich, no podía hablar pero estaba atenta a lo que decía. Seguía con atención poco a poco su explicación sobre un experimento que tenía planeado, al parecer aun no lo había hecho, pero su invitación a ser parte de él me conmovió. Asentí. Tauro era de las pocas personas con las que había logrado una conexión desde hace muchos años, y en mi retorno a la comunidad mágica, se había convertido en una de las amigas más leales y comprensivas que tenía. En ese momento me puse a pensar seriamente sobre el parentesco que podría existir entre Tauro y yo. recordaba la ultima vez que había estado reunida con los Munter, por invitación de ella, parecía una reunión familiar donde también estaba Anne, pero no sabia a ciencia cierta los lazos que existieran entre todos ellos. esa consciente que la peliazul era parte de esa familia, ¿pero que tan cercana era Tauro a mi madre? ¿cual era el lazo entre ellas? Terminé de comer y sonreí. —te agradezco por considerarme para tu experimento. Yo estaré encantada de ayudarte, pero no quisiera ser una traba en el desarrollo del mismo. Porque no tengo mucha experiencia en el campo… @
  22. —oh! Excelente! Me encantara estar por ahí, de hecho el fin de semana sería perfecto —pensé considerando que las mañanas de los sábados eran muy solitarias— podríamos desayunar juntas Tau. Y la soledad no era incomoda la mayoría de las veces, pero debía admitir que en ocasiones, por momentos cortos, los espacios se hacían más grandes y el eco de una sola voz era demasiado triste. Suspire reevaluando la facilidad con la que podía cambiar nuestra perspectiva cuando consideramos los pequeños momentos, esos que ignoramos, aquellos que al restarle importancia por insignificantes, eran los que contaban. Suspire volviendo a concentrarme en la conversación. Sonreí terminando la última porción del turrón, fascinada por el dulce arenoso en el paladar, con aroma a licor y suaves toques de anís y otras especias. Estaba enamorada de ese sabor. Pestañeé observando a los demás, asintiendo y debatiéndome a donde seguir— bueno, no estoy segura, hay tanto que ver! ¿A dónde quieres ir tu Tau? De pronto escuché una voz familiar y me tenté a girar a su encuentro, pero solo me tomé la mejilla después de recibir un beso de mi hermana —Nicole! —su presencia fue tan sorpresiva que sonreí un rato mientras ordenaba mis ideas, estaba feliz por verla ahí, miré a Tau y a los otros magos en la mesa, suponiendo que todos se conocían, sin embargo no estaba segura de que conocieran nuestro parentesco, y definitivamente eso podría darme un comodín con Tauro y su curiosidad sobre mi familia sanguínea—. Ella es Nicole, mi hermana. —Estoy sorprendida de verte aquí Nicole ¿Encontraste cosas ricas? @@@Nicole Evans Crowley
  23. Hola a todos Quería preguntarle al uzza @@Badru , si el ataque de los oseznos son parte del duelo como una acción o, como parte de rol sería válido solucionarlo meramente en rol? Gracias de antemano por la respuesta :3
  24. Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 117776 Nick: Fengari Naberrie Black Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla) bóveda 108354 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: bóveda 101944 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2019-11-23 Objeto: Navaja mágica multiusos Puntos: 80 Precio: 4000 Galeones. Objeto: Baúl de siete cerrojos Puntos: 40 Precio: 2000 Galeones. Total de puntos: 120 Total de Galeones: 6000
  25. Fengari M.

    Fengari vs Sherlock

    Observé al Holmes, cómo quien analiza una hoja de evaluación, no lo conocía mucho, pero había tratado de ser amable en el campamento. Sin embargo, todos eran amables hasta que llegaba el momento de un duelo. Mojé mis labios y sentí el frescor del aire, el clima era particularmente frío y aunque me adaptaba a éste, me impresionaba todo el paisaje blanco del lugar. Centré nuevamente los ojos en el hechicero, escrutándolo, y aunque me mostraba serena e imperturbable, por dentro me debatía si aquel duelo sería tranquilo o rudo. Dejé que el rayo me impactara, y en lugar de sangre o dolor profundo, sentí muchas ganas de reír. No obstante, aún tenía firme mi varita en la mano derecha y tenía consciencia sobre el duelo y mi futura respuesta al Holmes. Pensé entonces en salvaguarda mágica e inmediatamente el efecto me hizo intangible, tanto que ninguna materia sólida podría atravesarme, como las flechas que venían hacia mí, que traspasaron mi cuerpo sin hacerme daño. Me sentí segura y fijé los ojos en el mago, analizando la jugada que intentó hacer, comprendiendo que el mago iba a hacer las cosas más rudas. -- Entonces quieres jugar así. Pues así jugaremos --dije batiendo las pestañas, pensando en lo que haría a continuación. Y de la misma forma que el mago intentó herirme, lo haría yo. Aún firme pensé en un disparo de flechas , invocando una docena de flechas que impactarian en el mago. Las flechas chocarían sobre sus ojos, tronco y brazos.

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