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Hessenordwood Crouch

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Mensajes publicados por Hessenordwood Crouch

  1. "Garry" M. Ollivander
    ….Improvisando (?)
    Rol random x$

    Y el deseo por un poco de tabaco ardiendo era cada vez más fuerte y su mano izquierda se apretaba con fuerza sobre su brazo derecho en un fallido y frustrado intento por tratar de aminorar la necesidad. Al fin había dejado de vagar por el lugar y se había encontrado un bonito rincón, no tan alejado y que le dejaba una vista bastante amplia (aunque todo el lugar era muy embriagador para su criterio). La brisa exterior llegaba hasta él, perfumándolo con el frio de la noche que afuera estaba en su plenitud. Anqué si no fuera consiente de la hora, podía engañársele con facilidad, pues todo aquello deslumbraba como luz de día.

     

    <<Esto es verdaderamente aburrido, ¡larguémonos de aquí!>>

     

    –¿Uhm? Pero si ha sido tu idea asistir en primer lugar– de nuevo lo hacía, hablar con la bestia, al menos aquello se estaba volviendo tan común que se había hecho de maña para disimular su dicción y no llamar la atención, sin contar que la máscara que tenia puesta le auxiliaba en este caso –No me digas que te has aburrido tan pronto, aunque sea disfruta el paisaje– murmuro en tono divertido.

     

    <<Pues es espantoso, tú haces que todo lo “productivo” se vuelva sumamente ¡aburridoo!>>

     

    –Creo que te ignorare el resto de la noche, no tengo humor de que me insultes hoy– tenía que hacerlo, podía tomarse, ya, como bastante anormal estar alejado del evento hablando consigo mismo –Como sea, puedo hacerlo interesante si me lo propongo ¿Qué tal si hago lo que esa mujer de ahí y me acerco a ese grupo de…más mujeres? – aquello sonaba tan raro que no se creía haberlo dicho.

     

    <<Esas son demasiadas personas, ¿Qué se supone que haremos? ¿Comerlas?>>

     

    –¿Uhm? No suena mal, pero pensaba en charlar.

     

    <<Mala idea>>

     

    –Quizá, pero…

     

    <<Mala idea>>

     

    –Cállate Grell– Soltó un largo y pesado suspiro y paso su mano sobre su cuello, tratando de relajar los nervios tensos antes de recobrar ese aire prepotente y altanero que tenía su porte. El licántropo era el único ser (por así decirlo) que lograba ponerle de mal humor con tanta facilidad.

     

    Trato de recordar el ultimo evento de la orden a la que asistió, se había perdido entre tantas personas a su alrededor, todo era confuso, gente por aquí y otra tanta por allá, personas que lo llamaban y personas que solo chocaban con él por accidente y se disculpaban sin siquiera verlo a los ojos. Se sonrió ante el recuerdo “muy divertido” después de todo, esto resultaba un poco mejor, más relajado, más lento, algo mas intimo. Para el modo tan tranquilo del Ollivander, aquello resultaba bien por ahora.

     

    Se sintió tentado por deshacerse de la máscara y terminar con aquello de una vez, pero seguramente al volver a casa Hanimi le preguntaría sobre su noche y si no inventaba algo bueno seguramente se vería en la incómoda necesidad de tratar de buscar algo que hacer fuera de la hacienda y ya que mentir no era su fuerte (todo depende del momento y el lugar, claro) simplemente se dejo guiar por su instinto y finalmente termino por acercarse a aquel grupo de mujeres que había mencionado, eran quizá una cuatro o cinco, ninguna reconocible, pero le parecía divertido.

     

    –¿Puedo? –soltó con voz grave al llegar a la mesa –No espero a nadie en especial, pensé que tal vez podría…– pensó en como terminar aquella mala frase –…Estar aquí– concluyo apartando la vista y con una sonrisa divertida, realmente aquello no podía ir peor.

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  2. Garry M. Ollivander

     

    Los pasos sobre las calles vacías que lo aventuraban por los callejones, resonaban con eco apenas sonoro para sus oídos aturdidos por los pensamientos que zumbaban en su cabeza, como si se tratara de una plaga de duendecillos inquietos, y él ya sabía lo que era tratar con un asunto de esos. Su rostro maltratado, se mantenía inerte, quizá por el frio londinense o quizá simplemente por ser, como casi siempre, poco expresivo. La gabardina negra que ondeaba su capa con el viento no hacía más que dramatizar la marcha de joven mago que se había armado de valor aquella tarde y a había tomado rumbo hacia aquel local donde tiempo atrás había dejado un asunto pendiente.

     

    El por qué ese asunto había quedado inconcluso, con un atemorizado Garry diciendo de manera espontanea un “Lo siento tengo que irme” (o por lo menos el creyó haberlo dicho) solo para no sufrir aquella situación y escapando sin más de la joven que amble y cortésmente le había atendido, bueno, no era del todo un misterio para él, pero el no quererlo admitir era algo completamente diferente.

     

    <<Hay personas que…no saben quiénes son, hay quienes saben quienes son…Pero claro, también existen esas personas que, aunque sin saberlo, son alguien y esos que aunque saben quienes son, buscan incansablemente eso que ellos ya saben>>

     

    Pero el no, el sabe quién es, y está consciente de lo que ahora es y de lo que antes fue, entonces ¿Por qué huía de lo que ya sabía? ¿Por qué no buscaba más? ¿Por qué no tenía esa hambre de conocimiento tan común en él? ¿Por qué si se trataba de sus…de ellos, no quería saber nada más de lo poco que quedaba en su cabeza de ellos? y aunque lo deseara, aquello que tan poco sabia simplemente no se iba, no lo dejaba en paz.

     

    <<Y también…existen esas personas que no saben quiénes son, por que alguien se les ha arrebatado eso, y entonces ellos lo buscan, pero entonces están aquellos que saben quienes son…pero que prefieren no saberlo, que no quieren hacerlo, que lo niegan>>

     

    Un sentimiento de pesadez le invadió por completo. Se percato entonces de que tenía ya un buen rato que sus pasos había cesado y que se encontraba a unos cuantos metros frente al local que con un antiguo letreo llevaba por nombre el mismo que él cargaba. Lo leyó varias veces antes de continuar el trayecto, y no pudo evitar embozar una amplia sonrisa al leer en la entrada, una vez más, aquel nombre que traía consigo todo lo que el tiempo se había tratado de llevar con amargura.

     

    -Ollivander- leyó por última vez en un susurro antes de abrirse camino y entrar de lleno al local.

     

    Guardo un momento antes de continuar, se pregunto si no caía en algún mal momento, o si Ariane Dumbledore no se encontraba ausente, o si estaba dispuesta a atenderle después de su último encuentro. Quizá haber mandado una lechuza con anticipación hubiera sido lo más adecuado, una mejor idea quizá, pero debía admitir que, ahora mismo, simplemente seguía un fiel instinto que un impulso repentino de valentía le había inspirado.

     

    Al sentir el cálido ambiente que contrastaba con el exterior, aquello parecía perder sentido, y si no fuera porque creía que estaba siendo dramático, seguramente ya se hubiera marchado por donde vino <<Debiste irte desde la segunda vez que leíste el nombre allá afuera>> Si Ariane Dumbledore no se encontraba ahí esa tarde o no deseaba atenderle, seguramente el licántropo no tendría problema alguno por ello.

  3. "Garry" M. Ollivander

     

    Se removió nervioso antes de decidirse si tomar o no el trasladar.

     

    Su mano derecha enfundada en brillantes guantes de cuero negro, a pocos centímetros de este titubeaba nerviosamente, dudosa de su acción. Cada musculo claramente tenso ante la presión de tomar tal decisión, una tan simpe y casual que estaba llevando, al Ollivander, al borde de la locura. Pero ¿Que se estaba pensando en realidad asistir a tal evento? Suspiro pesadamente << ¿Y por qué no?>> había sido el argumento que la elfo de la hacienda, que le atendía sin siquiera solicitarlo, le lanzaba en uno de sus intentos de convencer al mago de salir de su encierro.

     

    *****

     

    Aquella tarde se había pasado metido en la biblioteca de la hacienda buscando algún libro que hablara sobre toxinas benignas y no letales provenientes de la secreción de plantas de regiones húmedas o pantanosas <<Solo es motivo académico>> le había recitado a la elfina como si se tratara de un inocente crio con tal de que la criatura le dejara en paz un rato y le permitiera curiosear los libros que ella misma le había restringido por seguridad de él, del joven Anthoni, de ella misma y de toda la hacienda. Pero la elfo sabia tanto como él mismo que aquello no podía ser un “motivo de estudio” hasta no haber sido llevado a la práctica.

     

    –Es solo que eso-es-muy…aburridooo, Hanimi– soltó al mismo tiempo que teatralmente se dejaba caer sobre uno de los sofás de tres piezas que eran parte del amueblado de la habitación –Ahí no habrá nada con escamas…o que sea contagioso– dijo encogiéndose de hombros mientras comenzaba a abrir el libro que tenía entre sus manos.

     

    La elfina solo resoplo, quizá por encima vez desde que había comenzado a tratar de convencer al mago de salir a divertirse. El Tonks solo se preguntaba por qué tanta insistencia por parte de la criatura por sacarlo de esas paredes, quizá ya no lo soportaba merodeando por la mansión con sustancias, probablemente nocivas, dentro de su taza de té. Pero el sabia que la pobre elfo no hacía más que preocuparse por el joven Anthoni y él, siendo los únicos que aun quedaban por la hacienda, seguramente la elfina comenzaba a resentir la partida de su ama y al pequeño de cabellos azules que tenia por retoño.

     

    –Si no sale de aquí, joven amo, pronto usted terminara como alguna de aquellas cosas que guarda después de sus… “experimentos” – la elfina removía sus manos en un tic nervioso y hacia un gesto muy gracioso mescla de desagrado y repulsión.

     

    –Mientras aun pueda tomar ese té de manzanas que usted prepara Hanimi…– sonrió malicioso sin despegar la vista del libro. El sonido de un chillido por parte de la criatura le arranco una suave risa –Todo está bien Hanimi, además…a veces salgo… ya sabe…al departamento en el ministerio…o…a….buscar…cosas– se rió de sí mismo, mentir no era lo suyo.

     

    –¡O solo a causarse daño! – soltó en un grito exasperado, trayendo consigo la atención del mago –No…yo…disculpe joven amo…no quise….lo siento…– y de los ojos de la pobre criatura, grandes lagrimas salían sin discreción acompañados por suaves y agudos sollozos.

     

    Suspiro cansado ¿Por qué Hanimi tenía que sentir lástima por él? Ese no era su problema, si al menos una vez al mes se ausentaba unos días de la hacienda solo para hacer cumplir el castigo que la luna llena traía consigo, no tenia porque afectar a la criatura, ni el volver semiconsciente, ni el tener marcas en la piel. Le observo limpiarse lágrima tras lágrima. Tenía que admitir que un sentimiento de calidez, bastante agradable, le nacía en el interior al verla preocupada por él, y aunque no supiera el porqué, eso era mejor a que ella le temiera por su estado…mucho mejor.

     

    –Desacuerdo….buscare algo– le regalo esa sonrisa tan suave que lograba calmar siempre los nervios de la pobre criatura.

     

    Ella solo le sonrió jubilosa, su rostro iluminado por felicidad y las lágrimas que había comenzado a derramar por su “insolencia” habían cesado en tan solo un instante. El Ollivander llego a pensar que todo aquel teatro había sido montado con tal de sacarlo a “orearse” un poco. Definitivamente tenía que dejar de ser tan dramático en presencia de Hanimi.

     

    Volveré tempranodijo descuidadamente a la elfina mientras que dramáticamente se colocaba su capa escarlata sobre sus hombros. Después de dos días de haberlo convencido, el Ollivander le comentaba que asistirá a un evento aparentemente “exclusivo”.

     

    –Puede llegar hasta mañana si usted quiere, joven amola elfina parecía muy contenta por la salida del mago. Le observo extrañado, inspeccionándola, al final no encontró nada en ella para sospechar, solo esperaba que, al volver, su habitación se encontrara tal y como estaba y no libre de frascos con sustancia extrañas dentro, objetos raros y calderos humeantes.

     

    –Nada de fiestas elficas en mi ausencia Hanimibromeo antes de desaparecer tras la puerta principal.

     

    *****

    Y entonces… ahí estaba ahora, parado frente al trasladar, luciendo aquel traje de gala de tres piezas negro y rayas blancas, que parecía haber sido hecho solo para él, justo a su medida, ni más grande ni más chico, sin duda esto solo hacia más extraño el “creo que de casualidad tengo algo que puede usar para esa noche” de la elfina cuando le menciono el evento programado que tenia para esa noche. Supuso que tal vez debió comenzar a dudar de ella desde el momento en el un “¿Por qué Hannimi tendría un traje de noche (y de hombre) entre sus cosas?” cruzo por su cabeza.

     

    Y llevaba puesto aquel traje lustroso, que solo resaltaba más su altura y su porte lleno de gallardía, dándole un aire de prepotencia que esa mirada de indiferencia que se cargaba no ayudaba nada en ablandar su semblante. Los brillantes ojos heterocromos brillaban en la oscura noche que guardaba los terrenos de la orden y la capa que caía sobre sus hombros le daba un aspecto bastante lúgubre a la silueta que se movía nerviosa y erráticamente de un lado a otro, tarando de convencerse de hacer su siguiente movimiento.

     

    Se detuvo en seco. Peino, con una de sus manos, un rebelde mechón cano que se había escapado de su tan peinado cabello, que tanto le había costado darle un orden esa noche. Una mirada a su entorno que termino en el traslador fue de lo último que fue consiente ¿A qué otro lugar podía ir para hacer tiempo hasta llegar a una hora lo bastante creíble para que la elfo le creyera que había asistido al evento?

     

    << ¡¡Intoxiquémonos!!>> Le llamo la bestia desde el interior.

     

    Bueno, el trato era salir a pasear ¿no? El cómo, cuando, donde y porque no eran el problema ¿cierto? No tenia por que asistir a ese sitio forzosamente ¿no?

     

    Se sonrió. Hacia tanto desde la última vez que había asistido a algún evento por parte de la Orden. Sin duda estaba nervioso, no estaba convencido de encontrarse con gente que probablemente ya había conocido pero que seguramente las había olvidado por “falta de uso”. Entonces recordó la máscara que cargaba en su otra mano, el motivo del misterio con las mascaras le alentaba, aquello indicaba que prácticamente todos serian desconocidos entre ellos mismos. Entonces el caer en la incómoda situación de no saber con quién se podía encontrar, se alejaba y su ausencia le animaba un poco la velada.

     

    <<Podría ser divertido>> vaya, el licántropo estaba de buen humor.

     

    Y antes de que su “racionalismo” tratara de llevarse la poca valentía que su curiosidad de había dado, se coloco en el rostro lo que parecía una máscara rota de aspecto triste y dramático de colores verde olivo con exigua ornamentación dorada que ocultaba sus ojos y aquellas feas cicatrices que corrían por su quijada de lado izquierdo, símbolo en lo ahora se había convertido, pero dejándole libre el extremo derecho de su mentón y su boca. Y que hacia un contraste muy escalofriante con su vestimenta. Entonces…tomo el traslador sin dudar ni un segundo más.

     

    La sensación jamás había sido placentera, curiosa de algún modo, pero siempre terminada lo bastante mareado para tardar varios segundos en reconocer su nueva ubicación. Aun siendo así, en este caso, ni horas eran suficientes para reconocer el lugar. Claro era que jamás había puesto pie en aquel sitio, no conscientemente por lo menos. La bruma que sintió al ver aquello le robo el aliento por unos eternos segundos. Sin duda un lugar… Encantador.

     

    Un suave “oh” se escapo de su boca, viendo con brillantes ojos su entorno <<Realmente ¡Oh!>> Se encontraba mas sorprendido de lo que su rostro inexpresivo y mirada indiferente (aunque un tanto oculta tras la máscara) demostraban. Se adentro, no sin dejar de pasar su vista por cada detalle que llamaba su atención, con pasos suaves, pero firmes, produciendo un apenas audible eco que se escapaba cada vez que los tacones se clavaban en el suelo y las puntas de sus pies se arrastraban con demás galantería.

     

    Finalmente se encontraba ahí <<Bah~ no fue tan difícil>> Entro a un gran salón lleno de rosa y cojines, hizo una mueca que parecía mas del licántropo que de él mismo, y sin moverse un centímetro más de la puerta paso la visa por todo el lugar. Había señales de personas que habían llegado antes, mujeres la mayoría y claro ninguna de aspecto familiar, aunque era difícil distinguirles desde tan lejos y con toda esta temática adornando el ambiente.

     

    Titubeo por un segundo antes de adentrarse por completo, avanzando discretamente por uno de los extremos de lugar, tenía que darle una oportunidad a todo aquello, después de todo no estaba en su naturaleza ser tan cerrado de cabeza y el “experimentar” la situación le daba a aquello un toque un tanto mas excitante. Y quien sabe, quizá al final de la velada, estando en un lugar como ese, en un evento que prometía bastante…podría llegar a resulta divertido.

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  4. Que tal...
    Hacia mucho que no me pasaba por acá y bueno...

    Quisiera hacer algunos cambios en mi ficha

     

     

    FICHA DE PERSONAJE
    Datos Personales:

    Nombre del Personaje:
    Grelliam (Garry) M. Ollivander T.
    Sexo:
    Masculino
    Edad:
    22 Años
    Nacionalidad:
    Griega
    Padre(s) Adoptivos: --
    Trabajo:
    Empleado. División de Seres, Duendes y Espíritus. Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas.
    Poderes Mágicos:
    Rango Social:
    Unicornio de Bronce
    Bando:
    Orden del Fénix
    Rango dentro del Bando:
    Initié
    Nivel de Poder Mágico: 0
    Puntos de poder en objetos: 20
    Hechizos adicionales: --
    Puntos de poder en criaturas: --
    Criaturas controlables en asaltos y duelos: --
    Habilidades Mágicas:--
    Conocimientos Especiales:
    -Defensa contra las Artes Obscuras
    -Runas Antiguas
    Perfil del Personaje:
    Raza:
    Licántropo
    Aspecto Físico:
    Desde su llegada a Othery, Garry se ha desarrollado tanto mental como físicamente, de tener estatura muy baja, ahora llega a medir casi el 1,85m teniendo un gran cambio físico en tampoco tiempo y dándole un aire petulante y pretencioso. En el aun permanece la palida y maltratada piel áspera de aspecto enfermizo, el rostro adornado con ojeras, llena de rasguños y algunos moretones, casi siempre por las transformaciones sufridas durante las noches de luna llena y en algunos casos por “experimentos fallidos”. De lado izquierdo de su cara lleva casi permanentemente tres rascuños que corren desde su mentón hasta por debajo del hombro, siendo esta su marca que lo delata como licántropo.
    Usualmente de cabello corto color caoba rojizo, algo esponjado y ondulado, y generalmente despeinado. Con mirada taladrante sus ojos (heterocromos) color ámbar y gris, adornados en algunas ocasiones con unos anteojos para mejorar su estropeada visión. Tiene una marca de nacimiento, un lunar, que hace que en su cabello se pinte un mechón canoso y a esto también se debe la heterocromidad de sus ojos ya que la marca corre por todo su lado izquierdo.
    Su vestimenta no varía mucho del estilo muggle, de trajes de tres piezas (sin saco), llevando normalmente capas sobre sus hombros o algún abrigo largo, y calzado pulcro. Adornan sus ojeras con algunas perforaciones con broqueles brillantes y sus manos siempre enfundadas en guantes de piel de dragón.

    Cualidades Psicológicas:
    • Siempre de aspecto extremadamente tranquilo.
    • Suele cargarse un humor muy positivo incluso en los peores momentos, salvo en días fríos y días anteriores a la luna llena.
    • Es extremadamente curioso y posee un incontrolable deseo de aprendizaje, puede llegar a ser todo lo que un niño pequeño, curioso, inquieto, molesto, imprudente, despistado, incluso confundirse con facilidad, pero a veces da la impresión de que esa ingenuidad es solo una apariencia.
    • Es poco expresivo, aunque sus pensamientos corran de un lado a otro en su cabeza.
    • Difícilmente pierde el control de sus acciones delante de las personas, es muy paciente incluso ante la curiosidad.
    • Conserva desde su infancia, un fuere interés por plantas, y animales de todo tipo.
    • Se auto nombra “Según los muggles Científico loco” ya que invierte tiempo en investigaciones y experimento de todo tipo con diferentes sustancias o materiales.
    • Cuando poco le importa lo que pasa en su exterior, suele olvidar lo que sucede y ser lento hasta para sentir el dolor que debería sentir, incluso olvidar que está acompañado si es el caso.
    • Tiende a fabricar objetos extraños, con utilidad difícil de explicar.
    • Esta constantemente ensimismado, pensando en los misterios que entraña este mundo, el universo e incluso la muerte, lo que también la hace a veces incapaz de recordar incluso hasta los nombres, aunque se hace de métodos para ingeniárselas.
    • Recordar el pasado lo ve como una molesta urticaria, por lo que prefiere no hacerlo, aunque su traicionera memoria siempre lo lleva a días remotos en su exilio o a antes de ello.
    • Es de mente abierta, respeta los caminos y decisiones que las personas toman y sin juzgar toma las enseñanzas que la gente le ofrece, pues cree que de todas las experiencias, malas o buena, siempre se aprende algo.
    • Es capaz de ofrecer su apoyo sin dudarlo a quien cree que en verdad quiere ayuda y mientras sea capaz de hacerlo, lo hará sin pensarlo mucho.
    • Trata siempre de ser siempre muy respetuoso y educado, era algo que se le había aprendido casi por su cuenta y que es casi su naturaleza, blanda y algo sumisa.
    • Le gusta escuchar buenas historias y ver películas viejas de terror muggle.
    • Generalmente, al comienzo nunca toma enserio a las personas y parece nunca entender cuando se habla de sentimientos, esto no quiere decir que sea insensible solo que siempre intenta usar la lógica para entenderlo cosa que nunca le funciona cuando trata de corresponder un sentimiento o hacer sentir bien a las personas y sin querer puede insultar o herir y ser imprudente, incluso suele llamar “objeto de estudio” cuando siente interés por una persona. Esto se debe a la pocas ocasiones en la que se vio a si mismo experimentando dichos sentimientos debido al exilio.
    • Suele expresarse demás cuando se emociona aunque siempre lo haga por cosas raras.
    • Es una persona que prefiere el calor.
    • Es tal vez demasiado pacifista, pero si requiere usar a la agresión física (o la magia) tampoco es algo que le limite a actuar de inmediato.
    • Los días cercanos a la luna llena, cuando el mal humor del licántropo hierve hasta en la sangre, suele encerrarse en su habitación o mantenerse alejado de problemas, trata de evitar disgustos o situaciones incomodas para no perder el control de sus palabras o acciones.
    • En ocasiones se deja llevar por pensamientos más molestos que el llama “son producto de la criatura” y que lo hacen un poco mas imprudente, malicioso, y atrevido.


    Historia:

    ¿Eh? ¿Mi historia?

    Pues es muy simple realmente, fui criado por viejo mago, probablemente un familiar, después de ser abandonado con él por mis padres después de saber sobre mi estado, al parecer la licantropía no tiene una cura, el anciano mago les ofreció la ayuda de lidiar con mi problema a cambio de que le proporcionaran una vivienda y algunos otros beneficios.

    Mis padres estaban cansados de lidiar con mis problemas y no estaban dispuestos a pasar por más, así que accedieron fácilmente, sin dudarlo. Mi padre, como cualquier buen comerciante, tenia terrenos a las afueras del pueblo, él le ofreció al brujo un bosque alejado del pueblo, para que no causara daño, así me mantendrían lejos, custodiado, exiliado.

    Una noche toco comenzaba y terminaba al mismo tiempo, ellos me llevaron a ese bosque. Mi madre parecía preocupada tenía el rostro cansado y los ojos y nariz rojas como si hubiera estado llorando, mi padre también tenía un rostro cansado, pero su mirada era severa, como siempre, en un rostro rígido, realmente nunca me lleve bien con mi padre, creo que estaba decepcionado de que su primogénito y heredero de sus negocios comerciales no estuviera interesado en aquello.

    Era una noche muy tranquila, me encontraba yo en la parte de atrás del transporte, mi cuerpo se sentía cansado y adolorido, desde la ventana solo podía distinguir el cielo nocturno lleno de estrellas y a la luna menguante sonreírme, era bastante relajante de hecho, aquello era algo aturdidor y no podía entender los murmullos que hacía la charla de mis padres.
    Me di cuenta cuando entramos al bosque, comencé a ver las ramas secas de los árboles como chamizos que me hipnotizaban, el ambiente se torno lúgubre y frio, yo odio el frio, no tengo una excusa, simplemente nunca me gusto el dolor que causa sobre las heridas cicatrizando.
    Sentía como la turbulencia del vehículo me arrullaba, mi madre voltio hacia atrás y me sonrió, ella siempre me sonreía, yo no entendía por qué, si las cosas estaban mal ¿Porque ella me sonreía? Poco a poco el cansancio me fue venciendo y sin más entre en un sueño profundo.

    Después de esa noche jamás volví a saber de ellos ni de mi vida antes de eso, bueno no importaba nunca me sentí en casa realmente, no importa que hiciera o todo lo que me esforzara parecía nunca ser lo suficiente, hasta que decidí dejar de complacerlos ¿Para qué? no tenia caso. Simplemente no era lo que yo quería.
    Siempre me gusto explorando por los alrededores, observando o buscando criaturas que hubiera visto en libros o cosas fuera de lo normal, lo hacia todos los días, todo el día, durante horas y horas y jamás me aburría de hacerlo, y cuando llegaba a casa mi madre, exasperada gritaba y lloraba por mi ausencia.

    - No tienes que preocuparte...las personas no están juntas para siempre- Trataba algunas veces de calmar a mi madre, pero al parecer (por su llanto) nunca parecía funcionar, jamás entenderé a las personas.

    Vivir en aquel bosque con el viejo brujo no era tan malo, ni siquiera sabía su nombre, solo que era un Ollivander igual que yo, raras veces hablaba con migo, pero debo admitir que siempre supo cuidar de mi en días de luna llena y siempre me traía cosas (además de comida y ropa) de sus viajes al pueblo, como libros u objetos extraños…me gustaban aquellos objetos…
    Pero el viejo Ollivander murió cuando tenía siete, al parecer estaba bajo una maldición que le contaba los días, supongo que por eso no le importaba cuidar de mi. Finalmente permanecí en aquel lugar un par de años más, aunque no por decisión propia, aquel bosque que pareció cobrar vida propia era ahora mi prisión y mi guardián que cuidaba a los demás de mi, y que me cuidada a mi mismo de los carroñeros que venían a llevarse lo que no era suyo o aquellos extraños que decían ser viajeros. Andar por aquellos senderos era casi igual que estar perdido en un laberinto como muros de acero impenetrables. Era…asfixiante.
    El bosque siempre alejaba todo de mi, finalmente era mi refugio. Por lo que había leído los licántropos no estaban bien vistos por la sociedad, no es que eso me mortificara, pero seguramente habría hombres como mi padre en aquel lugar.
    Me quede en aquella vieja casa de madera podrida por varios años, a excepciones de cuando me escabullía por el pueblo para conseguir alimento y vestimenta, como ya no había quien curara de mis heridas, la gente se compadecía de mi rostro mal herido…y tal vez también para que me fuera sin hacerles daño.

    Si algún día tuve intenciones de salir de ahí habia sido nada más y nada menos para conocer más, para llenarme de conocimientos y de experiencias propias hasta que mi vida mortal me lo permita, lidiando con la luna llena de cada mes. Me arriesgaría solo para obtenerlo, solo para poder vivir lo que aun me faltaba por vivir.
    La oportunidad de hacerlo llego con junto con aquella lechuza marrón de aspecto arrogante, muy simpática la criatura, y con la carta, mi primera carta, una invitación a la Academia de Magia y Hechicería. Al fin estaba en mis manos la oportunidad, el pretexto que buscaba era justificado, con aquella carta y la fascinante criatura.

    Partí a Ottery unos días antes de comenzarla, por suerte, antes de que el viejo Ollivander muriera, tuve la fortuna de obtener una dirección de un lugar en Ottery, el pueblo en el que tenía entendido estaba conformado por una comunidad de familias mágicas, ¿Qué termino tan extraño no? ¿Acaso habrá en el mundo gente sin magia? En fin, había conseguido aquella dirección de uno de los viajeros que intentaron cruzar el bosque.
    Yo rondaba por ahí aquella tarde, me gustaba dar paseos largos por el bosque, era mejor que estar encerrado ¡claro que lo era!, aunque no había mucho que ver más que árboles secos, pero con suerte encontraría algo más. Y así mismo fue aquella tarde, la mujer yacía en un claro despejado, estaba mal herida e inconsciente y como si lo hubieran invocado el viejo apareció y a regañadientes y sin decirme ni una palabra (como de costumbre) le llevo a la vieja podrida donde vivíamos. Creo que solo lo hizo para no asustarme, la curo y me dejo a cargo de ella hasta que despertara.

    Se trataba de una mujer que venía justo de Ottery, se presento como una Tonks, realmente no recuerdo su nombre, y mientras le curaba el resto de las heridas me preguntaba cosas sobre mi vida, no le conté mucho, es decir, no es muy interesante pasar una infancia en aquel bosque, ella decía que no está bien que permaneciera ahí en el exilio, sin un motivo “altamente justificado”.
    No le preste mucha atención realmente, el viejo me había mencionado una noche que la mujer podría estar delirando, y después de investigar que significaba aquello solo cuide de ella hasta que se recuperara y cuando pudo sostenerse en pie por su cuenta…Pero el viejo la corrió de ahí al poco tiempo y le amenazo con que no dijera a nadie y que no volviera jamás por aquellos lados.
    Aaah el viejo Ollivander. Antes de marcharse la mujer se volvió hacia a mí y me entrego un pedazo de pergamino. Me dijo “Cuando te sientas listo o lo necesites ve a verme”, el viejo dio un gruñido y la mujer agradeció y se fue sonriente, solo la vi perderse de vista entre la maleza lejana del bosque.

    Es verdad, no la he vuelto a ver, la dirección que me había dado era para llegar a la hacienda Tonks, fue muy útil para mi llegada a Ottery, ellos me abrieron las puertas amablemente y me dejaron hospedarme como uno de los suyos, aunque espero que no sea por mucho, nunca me gusto la dependencia aunque no seré mal agradecida con la gente que me ha apoyado y cuido de mi.
    Con todo esto, la carta y mi mudanza a una “vivienda digna”, mi vida había dado un giro de trescientos sesenta grados. Me encontraba yo impresionado por todo aquello de lo que había sido alejado, de todo lo que no me era permitido y aunque me resultaba un poco difícil entender que es lo que pasaba, como es que todo aquello funcionaba, estaba mas que dispuesto a aprender y a enfrentarme a ello.
    Estudiar en la Academia de Magia y Hechicería, pudo ser de las mejores cosas que he vivido, aunque claro, han me faltan muchas cosas más, sin embargo, en la academia fue donde comenzó todo, nuevas experiencias y sucesos que ni en mas retorcidas agonías pude haber fantaseado. Tuve ahí mis primeros contactos con demás personas, fascinantes, todas tan diferentes las unas de las otras, ¡Era una variedad infinita!
    Con los días prendí, en la hacienda, un par de cosas buenas sobre cómo sobrevivir en el pueblo sin llamar la atención o causar problemas. Asistí a incomodas pero interesantes reuniones (fiestas) durante mi estancia en la academia y durante una de mis clases conocía al espécimen humano femenino más bello que jamás he visto en mi vida, físicamente no la recuerdo, pero una extraña sensación en mi interior dice que simplemente es ella es bellísima. Aun no comprendo que es lo que me pasa cuando ella está cerca, tal vez un hechizo mal hecho. Quizá algún día investigue bien este fenómeno.
    Los meses pasaban en la academia y logre convertirme en prefecto de la casa de los centauros, donde debo admitir que pase muy buenos momentos, muy divertido realmente, sin duda un reconocimiento de lo más grato que me lleno de una sensación que reconocí como orgullo. Y finalmente egrese de la academia con los conocimientos suficientes para seguir adelante.
    Al tiempo me hice de, creo que se dice “amigos” aunque prefiero llamarlos “gente que conozco” realmente no se que hace un amigo, así que prefiero dejarlo así. También me forme y logre obtener un puesto en el mejor departamento de todo el ministerio de magia, el departamento de control y regulación de criaturas mágicas, oficina de seres duendes y espíritus. Realmente es un lugar placentero para ejercer.
    Finalmente en desidia apoyar a una de esas organizaciones rebeldes que luchan en la famosa guerra mágica ¿Por qué estoy ahí? Qué buena pregunta ¿no? Tendré que averiguarlo, después de todo…este no es el final de mi historia…

     

     

    Creo que es todo...aunque con todo esto de las reformas no se si esta correcta del todo...en si solo edite la historia, el aspecto psicológico y físico...correcciones banales...

    En fin..
    Graciaaaas

  5. -Catheriiine~ - barrio en nombre de la bruja en señal de auxilio mientras era jalado del brazo por Bel.

     

    Había bebido, desprevenidamente, el líquido amargo de aquella botella que le fue empinada sin previo aviso y que le provoco una mueca de completo disgusto, le había dejado un mal sabor de boca y un ardiente dolor en la garganta. Aunque después de todo, no se sentía tan mal al final. Aturdido por aquello apenas logro captar las palabras de la bruja frente a él quien gesticulaba divertida, solo trataba de aclarar su garganta del intenso ardor que la sustancia le había dejado.

     

    Bel le jaloneo hasta acomodarlo en algún lugar de aquel sitio, no puso mucha resistencia, realmente no esperaba que Bel le hiciera mucho daño, así que ¿que podría salir mal? Trato de seguirle el juego a la Evans, pensó en tal ves usar el desconcierto de Bel para engañarla un poco, siendo que no lo recorva, tal vez podría divertirse un poco con aquello, es decir podía fingir que fue, algunos ayeres, alguien importante para ella, o que era su hijo que venía del futuro para prevenirla de algún mal(?) <<Tenemos que dejar de ver esas películas muggles>>. Finalmente opto por no hacerle mucho caso a esa idea, después de todo era un mal mentiroso seguramente perdería el juego antes de ver a Bel Evans mortificarse por recordarlo.

     

    - ¿Tan poco importante le he sido?- fingió indignarse -Bueno…- le sonrió nuevamente divertido, con esa mirada de maliciosa travesura que el Tonks se cargaba –Me sorprende que habiendo sido profesora de la academia, lo cual espero que así sea aun, se encuentre usted tan experta sobre estas “fiestas clandestinas” en estos baños averiados- sin darse mucha cuenta de lo que hacía tomo la copa que le ofrecía –Seguramente es usted una de esas “niñas malas” que nunca se pierde de estas cosas-le guiño en señal de que solo bromeaba y bebió el liquido de la copa.

     

    Nuevamente ardía, pero comenzaba a acostumbrarse.

     

    Pensó su respuesta a la otra cuestión, procurando no hacerla enfadar más de lo que decía estar, tal vez aparente, tal vez solo quería intimidarle o tal vez solo fingía por diversión, pero no se arriesgaría a hacerla enfadar, aunque era bastante tentador el querer saber qué es lo que podía llegar a suceder si eso pasara. Apenas trato de articular y se vio interrumpido por la llegada de una persona mas, quien muy animada y de la manera más natural preguntaba por conseguir un trago. El Tonk le sonrió a la recién llegada, le parcia divertido ver como llegaba al lugar.

     

    -Por favor- el Tonks se puso de pie ofreciéndole su silla a la recién llegada –Por un trago es por lo último que se tiene que preocupar en este sitio, por lo que veo.

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  6. Garry M. Ollivander~
    el que no es un señor DD;

     

    -Ya veo- pauso su salida al escuchar a la aclaración de Nats, sobre su compañía –Así que de la división de bestias, ¿eh? Interesante- dijo esta vez refiriéndose a la joven desconocida –¿eh? Pero que grosero he sido, soy Garry Ollivander y por su puesto estoy a sus ordenes- nuevamente le regalaba una sonrisa y una suave reverencia a la joven frente a él –Seguramente nos veremos muy seguido por acá-

     

    Pensó por un momento en la propuesta de Nats, ya que no se trataba de un cliente del todo, bien podría quedarse un poco más de tiempo para conversar con ambas jóvenes, y tal vez aprovecharía para cuestionar a la compañera de bestias sobre su oficina, si bien lo pensaba desconocía las demás áreas del piso, es decir sabía que Kaitie (le costó recordar el nombre) había pertenecido a esa oficina, pero realmente jamás había logrado mantener una conversación tranquila con ella, era tal vez, demasiado dinámica para él.

     

    Y no se diga de la oficina de plagas, salvo por el trabajo improvisado al que acudió un día en compañía del resto de la oficina de seres, y de que su único familiar del que tenía conocimiento había sido jefa de la oficina, el Tonks desconocía todo lo restante de esa sección del departamento, según tenía entendido había bacantes para todas las áreas, se pregunto si tal vez los puestos estaban malditos o algo así, aunque pensándolo bien tal vez eso sería algo mas para la oficina de seres, curiosamente, parecía la oficina más activa y solicitada del departamento.

     

    -Creo que mejor las veo en un rato mas, iré por algo para comer, ¿Podría traerles algo?- cuestiono a sus compañeras con cortesía –Ah y Nats! Tengo en mi oficina un espécimen de raíz que encontré en…pensando lo bien no es necesario saber donde lo encontré- rio divertido –Igual lo traeré, este lugar esta algo…. “acilliado”(Cillian style) para usted y seguro se vera muy bien sobre su escritorio-

  7. -¿Nats?...respeto su privacidad llamando a la puerta…pero reafirmo mi autoridad como ayudante de carga entrando de todas maneras~- Llamo a la puerta antes de abrirla con un pie y adentrarse en la nueva oficina, la cual, pensó, no había visitado. No que él recordara por lo menos.

     

    Tan solo llevaba consigo las carpetas que la castaña le había echado encima y unas cuantas cosas más que según él podría cargar al mismo tiempo para ahorrarse algunos viajes, aun así comenzaba a acalambrarse de los brazos, su estado humano no era tan resistente como el licántropo eso estaba bastante claro para él, pero ayudaría a Nats a acabar con su mudanza de oficina hasta que terminaran o hasta que ella se lo pidiera…o si el licántropo enfadaba de hacerlo y buscaría un pretexto para tener que hacer otra cosa. Esperaba no ser orillado a la ultima opción.

     

    -¿Donde quiere que ponga esto, Nats?- Pregunto distraído, buscando con la mirada por toda la oficina un espacio desocupado para colocar las carpetas de la Jefa. –Ohu~- pronunció apenas audible sin mucha sorpresa al ver a la joven que hacia compañía a Nats <<Seguramente un cliente>> –Lo siento mucho, espero no haber interrumpido…ehm…pondré esto por aquí e iré por mas cosas <<Naah es hora de un descanso>>, con su permiso- y con una reverencia y una sonrisa divertida dirigida a las jóvenes se retiraba del lugar.

  8. como la humedad con Nats~

     

    Se encontró estirando sus brazos y sus piernas aun sentado en esa silla que giraba sobre su propio eje detrás de su viejo escritorio. Se había vuelto algo perezoso en el trabajo últimamente, pero es que las noches de luna llena seguían siendo bastante agotadoras, aun así se las ingeniaba para tratar de llevar su vida del día a día en el trabajo que por cierto se había vuelto algo aburrido desde que había decidido acabar con todo aquel viejo pergamino que guardaran aquellos cajones polvorientos de su escritorio. Gracias a Merlín, esa tarea estaba resuelta casi en su totalidad y podría entonces volver a las labores generales. Con Nats a cargo…podría resultar aquello más interesante.

     

    Había decidido alejarse nuevamente de ahí, dar una vuelta por la oficina por si era requerido en algún área, procuraba hacerlo al menos cada hora, pero cuando no se adentraba mas en esos pergaminos, el aburrimiento le hacía dormitar sobre su cómoda silla. Se incorporo nuevamente tratando de recuperar el porte que había perdido por completo desde el momento en el que cabeceo de sueño leyendo el pergamino número 103 del día. El trabajo en oficina no era tan bueno como el campo, pero cierto, lo tenía entretenido de algún modo.

     

    Camino con paso distinguido y silencioso alrededor de la oficina, sonriendo cuando sus vista se topaba con la de alguien más, a distancia distinguió a Cillian, pero parecía bastante entretenido, por lo que prefirió hablar con el después, aun que no era como si tuviera algo que contarle al Ryddletunr, también quiso reconocer algunos rostros familiares, pero pensó que ver fijamente a los clientes (o a las personas en sí) hasta reconocerlas, no era una buena idea. Finalmente opto por acercarse a Nats, la joven que bien aun reconocía como “hermana mayor”, la nueva jefa de la oficina seguro le daría algo de trabajo extra por su mal desempeño de los últimos meses, o eso pensaba que podría pasar. Se poso silencioso junto a ella.

     

    -Buen día Nats- Saludo a la castaña con un susurro tratando de no asustarla por su repentina aparición y tratando de no interrumpir –¿Hay algo en lo que le pueda serle útil?- pregunto con sonrisa divertida en su rostro. Los bi-color brillaban ansiosos por la respuesta de la castaña.

  9. -Ah eso…- desvió la mirada del Ryddleturn tratando de no hacerle notar la pena que se escondía en ellos. Era verdad que se había ausentado por ya bastante tiempo del departamento de bestias, se había entretenido bastante en otros asuntos, aunque no se comparaba con su trabajo, el Tonk se hacía dedicado bastante en atenderlos –También espero que pronto- contesto en vos baja, apenas audible.

     

    Escucho el grito de la Stark, el cual le provoco un estremecimiento. Le sonrió pareciendo más preocupado que otra cosa, lucia bastante diferente a la Catherine que recordaba. Aun así se alegraba de verla de nuevo y se adelanto hacia ella con un par de pasos largos para apresurar el encuentro. Sin darse mucha cuenta tomo con torpeza la botella que la joven llevaba en su mano, y con la otra sostuvo con suavidad a la Stark del brazo, la verdad estaba más preocupado por que el equilibrio de Catherne no faya en aquel momento.

     

    -Catherine…- se encontró con ella manteniendo el semblante cálido que generalmente lo caracterizaba –Que gusto verle…- le sonrió divertido –También a usted, Bell- desvió su sonrisa de una bruja a otra mientras que a la ultima le saludaba inclinando su cabeza hacia un lado.

     

    Se encontraba en un momento, para él, de lo más extraño, no encontraba relación entre los personajes que se encontraban en aquel sitio, claro, no tenía por qué haberla, pero aun así le parecía bastante raro. Su ventaja podría ser, tal vez, que conocía a la mayoría de los presentes, salvo por aquel joven que se encontraba junto a Cillian, pero un tres de cuatro hacia aquello menos incomodo.

     

    -¿Eh? ¿Pero qué sitio es este?- pregunto distraído mientras agitaba el contenido de la botella que sostenía en su mano. Sonrió con malicia una ves creyó entender que pasaba en el lugar.

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  10. -Ah~ ¡claro!-rebusco en sus bolcillos con torpeza lanzando vistas fugases pidiendo con la mirada un poco de paciencia a aquel fantasma que se había aparecido frente a él y que le impedía continuar su camino,–¡Aquí esta!- leyó con discreción el pedazo de pergamino en sus manos -Seria …Pachanga constante~ – soltó aquello de modo divertido entre risas.

     

    Aquello se sentía como un escenario de lo más normal; seguía instrucciones de una nota desconocida que había encontrado por casualidad en…algún sitio y que citaban, en él, un lugar en el que jamás había ido antes. Parecía seguro echar un vistazo. Aunque una vez el fantasma se desvanecía frente a sus ojos el Tonks pensó en que tal vez tenía que reconsiderar lo maleable que podía ser en algunos casos.

     

    A pasos distinguidos y estéticos se adentro lo suficiente para poder encontrarse con los dueños de los murmullos murmullos que se escuchaban a distancia. Se detuvo un momento, sin duda una de aquellas personas era Catherine, ahora se sentía más tranquilo en hacer su aparición. Entro sin llamar la atención, pero sorpresa fue para el Ollivander encontrase dentro no solo con Catherine, Bel Evans también se encontraban en aquel lugar.

     

    Un gesto de entre espanto y nerviosismo se dibujaba en su rostro al mismo tiempo que trataba con sigilo de dar media vuelta para salir discretamente del lugar, no estaba cien por ciento seguro de que aquello podría salir bien si Bell Evans tenía en su mano una botella de ron tan animadamente. Sin embargo fue, tal vez, la otra persona entre ellas quien llamo su atención de inmediato.

     

    -¿Ciilian?- extrañado por la presencia del Ryddleturn en aquel sitio, hizo notar su presencia con vos grave.

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  11. Balanceaba su peso sobre aquella silla detrás de su escritorio, empujando su pie encontrar de este, haciendo un constante sonido irritante del cual no se había percatado si quiera, estaba demasiado concentra en ese momento para ello. No tenía mucho tiempo de haber regresado, se había encerrado en aquel pequeño espacio de la oficina y se había dedicado a estar revisas de que trataban aquellos tanto pergamino que se habían amontonado sobre el viejo mobiliario.

     

    Tenía ahí metido tres o cuatro horas, tal vez mas, tal vez menos, pero se había entretenido bastante con ellos, tanto que no se había percatado de lo verdaderamente aburrido que era el estar leyéndolos. Rompiendo de vez en cuando que se entretenía haciendo florituras con la pluma que sostenía con su otra mano.

     

    <<Escucho pasos cerca>>

     

    Los primeros en todo el día a decir verdad, estaba consciente de que en la oficina había movimiento, pero no se había molestado en ver de qué se trataba todo aquello, decidió esperar a que le salvaran del eterno aburrimiento y fueran a reclamarlo para trabajar. Despego la vista del pergamino, una vista fugas sobre sus anteojos, entonces vio a Nats caminar no muy lejos de él. Pensó un instante. Realmente nada que hablar con ella podría ocurrírsele, pero tenia que salir de ese lugar cuanto antes.

     

    << ¿Qué tal del clima?>>- Negó suavemente.

     

    El paso decidido de la joven le indicaba al Tonks que ella se manchaba a su oficina.

     

    <<Que tal sobre los aburridos pergaminos que acabamos de leer?>>- bufo exasperado, al mismo tiempo que enderezaba su silla dejando de mantener el equilibrio.

     

    -Supongo que…- dejo el pergamino y la pluma sobre el escritorio –...del clima será…- y avanzo con pasos rápidos hasta lograr pasarla y plantarse frente a ella mirándola con rostro divertido y ambas manos por detrás contemplando con esos grandes ojos bi-color, la reacción de la castaña.

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  12. -<<¿Hacia cuanto no hacíamos esto Garry?>>- pregunto el licantropo. La brisa acariciaba con suavidad el rostro maltratado y paseaba por su despeinado cabello, mientras el Tonks yacía recostado sobre la alta hierba.

     

    El día se prestaba bastante agradable p. Un momento para él, solo, recostado en el pasto contemplando las nubes que se movían con el viento adormeciendo al brujo. Todo era perfecto…si tan solo no se encontrara extraviado en aquel sitio.

     

    El mismo Garry.

     

    Tan solo un par de horas atrás el Tonks había salido de la hacienda para dirigirse al departamento, había dejado ya almacenadas una montaña de mensajes de parte de su jefe preguntando por su ausencia “<<Tal vez….debimos avisar que nos iríamos>>” tenía que hacer acto de presencia más seguido en su puesto si no quería perderlo, pero bueno aquello era otra historia, pues su traicionera y caprichosa concentración había aparecido al brujo en un lugar…completamente desconocido para sus ojos.

     

    ¿Pero donde se supone que estaba? Aquello de “aparecerse” comenzaba a ser bastante conflictivo para alguien que dentro de su cabeza corrían infinidad de pensamientos como abejas molestas. La concentración nunca había sido su fuerte.

     

    Un gesto de exasperación se dibujaba en el por unos instantes, antes de detenerse a contemplar atento aquel paramo que de inmediato le invitaba a caminar sobre él dejando la idea de “volver a intentar una aparición” para regresar al ministerio "<<Si el departamento de trasportes se enterara de tus continuos fracasos de aparición…seguro nos quitan la licencia>>" eso sin contar que, bueno esa tarde seguro no llegaría a la oficina a tiempo.

     

    Se adentro a el.

     

    Camino por un largo rato recorriéndolo, tratando de reconocer algo que él, o el licántropo, pudiera reconocer. Nada. Aquella era la vez primera que estaba en aquel sitio. Entonces, ¿Por qué había aparecido ahí?.

     

    Se recostó en un lugar donde la hierba alta le escondía casi en su totalidad, solo con una vista muy buena alguien podría distinguirle recostado ahí. Hubiera sido bueno saber lo invisible que era. No mucho tiempo después, cuando el movimiento de las nubes casi terminaban por acabar con la poca conciencia que quedaba del brujo, el licántropo escucho a distancia, el crujir de suaves pisadas rompiendo la hierva debajo de ellas.

     

    <<Deberías ver quién es?>>

    -uhm-

     

    El movimiento de las nubes resultaba tan enigmático en aquel momento que las pisadas parecían estar a bastantes leguas de distancia…aun tenía tiempo parara…

     

    Callo un quejido ante el dolor.

     

    Aquellos pasos no parecían estar tan lejos después de todo y sin haber sido visto sumergido entre la hierba, sin producir ruido alguno ni mover un solo musculo, habían tropezado con él. Como si fuera una roca en el camino. Se quedo inmóvil por unos instantes, tratando de despertar del trance en el que aquellas enigmáticas y aparentemente suaves nubes lo tenían.

     

    Suspiro cansado.

     

    -Lo lamento…- se incorporaba lentamente colocando su mano izquierda sobre la rodilla lastimada -…No era mi intencion causarle problemas, espero no se haya…- al fin se molesto con buscar con la mirada al otro adolorido ser que y ahora también yacía en la alta hierva -¿Bodrick?- exclamo con cierta intriga en el rostro.

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  13. Se estremeció al escuchar una vos después de bastante tiempo.

     

    Adriane hacia acto de presencia en la habitación, era bastante vergonzoso que le encontrara “husmeando” en aquel sitio, pues ella confesaba era un cuarto familiar, bastante intimo, pensaría el joven brujo, recordando el día que exploraba la hacienda de los Tonks y recibió una llamada de atención por la elfa domestica de Sunar, por la necedad del Ollivander de encontrar al fantasma de la familia, pero esa era otra historia…una bastante vergonzosa también.

     

    –Comprendo- contesto en un susurro y dando cara a la bruja –Adriane yo…- Nada. Su mente estaba completamente en blanco y su rostro seguramente se había tornado carmesí, siempre había sido malo mintiendo –No era mi intención, solo….-apunto nuevamente al retrato del viejo brujo. No estaba seguro de preguntar, o de que debía preguntar exactamente o más bien si quería ori respuesta alguna.

     

    Mordió su labio inferior con nerviosismo, sentía un ambiente denso, pero cálido a la vez ¿Quién era Adriane Dumbledore en realidad y por que el viejo estaba en su retrato? La idea lo puso nervioso. Bajo con timidez la vista, no soportaba todas esas ideas que flotaban en su cabeza, detestaba que se alteraran sus pensamientos que le mostraban un mapa de posibilidades infinitas, era como tener un enjambre de abejas dentro de ella.

  14. Garry M. Ollivander T.

    Llevaba ya algunas hora en busca de aquel fantasma. No tenia caso seguir buscando mas tiempo, era obvio que el fantasma no se presentaría ante él pues el registro decía claramente que solo la propietaria del lugar podría verlo, Ariane Dumbledore. Hizo n gesto que parecía un puchero “ ¿Por qué había fantasmas tan caprichosos?” a pesar de ya tener tiempo en el oficio, le Tonks aun no se hacía en poder contemplar uno. Aquel modo infantilmente curioso era algo que a pesar de todos los cambios que bruscamente había tenido, no cambiaba en lo absoluto.

     

    Se recargo sobre un buro muy antiguo que estaba cerca de él, done coloco encima su reporte y un puñado mas de pergaminos que se cargaba. Decidió contemplar el escenario, su búsqueda había sido tan intensa que había ignorado el hecho de admirar el lugar, algo que también era muy de su carácter infantil. Paso un largo vistazo por el lugar, en sus anteojos se reflejaba todo aquello que contemplaba a su paso. Era un lugar…familiarmente interesante. Boquiabierto miraba cada detalle sobre las cosas, atrayéndole lo más insignificante o inusual que podría encontrarse, sin duda se sentía en un lugar bastante cómodo, casi podía jurar que pasar todo el día ahí encerrado no podría casarle molestia alguna.

     

    Un gesto de disgusto se reflejaba en l rostro que la luna llena muchas noches había maltratado, el reflejo de sus anteojos iluminaba con la escasa luz que provenía de un vano cercano a un librero. La noche se anunciaba próxima ¿Cuánto tiempo había durado buscando al fantasma? Realmente esperaba que fueran horas y no días. Se incorporo nuevamente mientas que atientas buscaba con una mano sus papeles y con la otra dentro de su bolcillo…su tan preciado y extraño reloj.

     

    Se encontró apenado al darse cuenta que era más tarde de lo que pensaba, probablemente el lugar se encontraba ya cerrado y si se habían olvidado de su presencia ahí…seguramente estaba solo en aquel local…”Encerrado”. Trago con dificultad. La idea de no tener una salida comenzaba a asfixiarlo, pero mantenía la calma.

     

     

    Guardando nuevamente aquella reliquia que usaba como reloj, se abrió paso hasta el vestíbulo principal. Había sido tan osado de haber permanecido en aquella área “privada” por más tiempo que el que incluso la misma dueña se había imaginado. Ahora mismo tenía dos opciones, tratar de anunciar su salida o salir antes de que se dieran cuenta que a tan altas horas aun permanecía ahí dentro.

     

    –¿Señorita Dumbledore?- Llamo antes de llegar al vestíbulo.

     

    Lo último que recordaba era que ella y el joven que le había atendido se habían retirado una vez la Dumblerore le había dado permiso de buscar al fantasma por su cuenta, después de ello, no había escuchado nada mas de ellos, ni un ruido. Algo apenado decidió adentrarse hacia otro lado, tenía que anunciar su salida y disculparse por las molestias. Esa mala manía de tener buenos modales en momentos inoportunos.

     

    –¿Señori….

     

    El asombro que estremeció al Ollivander cuando sus heterocromos se toparon con aquello que según parecía era el árbol genealógico de los Ollivander. Se congelo por unos instantes antes de reaccionar. Sabía que tal vez no debía estar ahí en ese lugar que tal vez era tan intimo para sus dueños, pero fue aquel retrato en el que llamaba su atención. Sus ojos yacían clavados sobre el retrato de uno de los personajes, en realidad, el único que lograba reconocer. Contemplo con rostro calido el retrato de su viejo. Ya había pasado tanto tiempo que había olvidado el gesto molesto que siempre se cargaba.

    La tranquilidad que emanaba el rostro del brujo era envidiable, la hora incluso el lugar se habían apartado de su mente para llenarse con recuerdos de su exilio “no era tan malo después de todo”. Su brazo se estiro de manera inconsciente con la intención colocar sobre la imagen del viejo su mano enfundada en cuero de dragón.

     

    El ruido de pasos cercanos hizo contraer su brazo de regreso, sin poder tocar el retrato, sorprendido de el mismo por su reacción, trato de mantener la calma ¿Seria acaso el fantasma de Ollivander?. Negó suavemente. Seguro se trataba de Arianie que a estas altura ya tendría que haberse dado cuenta de la intromisión. Permaneció en la habitación escuchando aquellos pasos cada vez más cerca de este, escapar no tenia caso alguno, pero tendría que pensar pronto en una excusa lo bastante creíble, por su presencia en aquella habitación.

  15. Garry M. O. Tonks~
    (Oxidado)

     

    Soltó un largo suspiro cansado.

     

    Hacia un tiempo que no se encerraba en aquel excéntrico ascensor, nunca le había gustado la experiencia de este, era tan “asfixiante” que ponía de mal humor al joven brujo, sobre todo en los últimos días del siclo. A pesar del molesto sentimiento, el brujo sabia como disfrazar ese mal humor tras una sonrisa, o al menos eso intentaba, aunque para ser honestos, aquello se estaba volviendo cada vez más difícil, tal vez por el inesperado giro que habían dado las cosas a su alrededor de la noche a la mañana, apenas se acostumbraba a su vida en Othery y ahora tenía un par de pendientes fuera de este que atender.

     

    Quien dijera que el viejo brujo con el que vivía fuera tan complicado. Tal vez la idea de haber salido de aquel exilio no era tan buena –“Pero que estas pensando Garry”- realmente no había día que no se asombrara por algo nuevo desde que salió de aquel sitio, todo lo que había experimentado en Othery, aunque poco, era bastante grato, su familia, su trabajo y…bueno otro par de cosas que el joven no se pondría a pensar en ello dentro de aquella molesta maquina.

     

    Una sonrisa cansada se dibujo en el enfermizo rostro lleno de rasguños. Anoche fue bastante difícil. Pero ya estaba en casa, o a lo que él podría llamar casa. Había decidido que la primera parada que haría al regresar al pueblo seria el departamento, una de las cosas que más echaba de menos, su trabajo y la gente de ahí –“Los extraño…..¿Extrañar?”- la palabra resonó en su cabeza. ¿Cómo podía extrañar todo aquello que vivió por tan poco tiempo? La nostalgia no pertenecía a la naturaleza del licántropo, pero tenía que aceptar lo agradable que era subir de nuevo a aquel molesto ascensor.

     

    Las puertas del ascensor estaban por cerrarse nuevamente y alejar al licántropo de la séptima planta del ministerio a la cual le había costado llegar. ¿Hace cuanto que la melosa voz de este anunciaba el departamento de control de bestias?. No se había percatado de ello. Estaba tan sumido en el pensamiento que no se había percatado de la brisa fresca que golpeaba su rosto cuando estas se abrían.

     

    “Te estás volviendo tan común Garry”

     

    Se apresuro a detenerlo y salir al fin de este. Sus primeros pasos fueron torpes, pero mantuvo su compostura y volvió a aquel porte lleno de gallardía que se cargaba y que presumía impecable con aquella altura. Se encamino con pasos lentos pero firmes. Decidido. Por un momento se pregunto si se encontraría con alguien nuevo o sin alguien de los que ya estaban. Esperaba que todo siguiera igual. Por su cabeza también llego la idea de que pasaría si no fuera bien recibido, si había perdido su puesto. Seguro lo haría experimentar aquella sensación de tristeza que atosiga a muchas personas, sería tan molesto, pero estaba a dispuesto a trabajar lo necesario para ganarse nuevamente un puesto en aquel departamento o pasaría meses encerrado en su habitación en la hacienda tratando de encontrar una lavor tan estimulante como lo era su trabajo.

     

    Al fin entraba a la oficina de seres, todo parecía muy igual. Se adentro hasta donde había recordado habia un escritorio que encontró debajo de una pila de pergaminos y que se había puesto la tarea de desenterrarlo y hacerse de él. Aclaro su garganta, desde la estación hasta este momento el Tonks no había pronunciado palabra alguna, no era de extrañarse si se escuchaba mas ronca de lo común.

     

    -Buen día-

     

    Esperaba obtener una respuesta pronto acompañada de un "...y ahora ponte a trabajar" .

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  16. Miraba, quizá por décima vez en menos de diez minutos, el extraño artefacto que llamaba reloj, era como si el brujo estuviera ansiosos por que la reliquia marcaba alguna hora deseada. A pesar de ello no parecía ansioso ni impaciente, al contrario podría verse en su rostro un gesto de lo que algunos podían decir que se trataba de indiferencia o aburrimiento quizá. Un largo suspiro salía de su boca mientras mantenía la mirada fija en la manecilla torcida que marcaba los segundos, se había adentrado en sus pensamientos con el apenas audible, pero hipnotizante sonido, que hacia el engranaje del reloj de bolsillo y que tal vez solo él podía distinguir entonces.

    La repentina cuestión de Kelly lo aterrizo en un segundo, cerrando la cubierta del reloj con más fuerza de la que hubiera querido y torpemente <<Solo es Kelly>> pensó tratando de ordenarse un poco, había sido tan descuidado para no notar la presencia de la pelirroja justo a su lado, eso era una falta bastante grabe para él. Volteo regalándole una amplia y cálida sonrisa, por supuesto que no se negaría a la idea de quedar para tomar una copa o hacer algo con la joven bruja.

    -Cuando así lo desee, Kelly- dijo esta vez siendo el quien le regalaba un guiño, aunque eso algo era muy de Kelly, al Tonks le divertía ese gesto de la pelirroja.
    Rió casi por inercia al escuchar la riña entre el jefe y Nats, parecía normal de ella quejarse por el trabajo o más bien decir la verdad acerca de este. Alzo la vista para contemplar la risa de la castaña por su travesura, hubiera deseado ver el rostro de Cillian en ese momento, sin embrago solo tuvo el gusto de escucharlo aproximarse para continuar nuevamente con la tarea deseada. Nats parecía decidida a hacer que el maremoto de pergaminos fuera más ameno con sus bromas, extrañamentelo estaba logrando.

    El interés, si así podía llamarse, que Cillian se había conseguido por parte de sus empleados se esfumaba en el mismo instante que una voz, ya escuchada por esas paredes de la oficina, llegaba anunciando nuevamente a Sira. Tras ella un joven más hacia acto de presencia, sin mencionar al hombre que había llegado buscando ayuda con sus duendesillos traviesos, con todo esto la oficina de seres no hizo más que ponerse a trabajar. Para el Ollivander solo era un buen momento para segur contemplando la hora en su reliquia con un gesto híbrido.

    La repentina pregunta de Nats hizo que el Tonks mirara aquella conflictiva lista de turnos para ver con sorpresa la ausencia de la Black Lestrange en ella, solo por un momento se preguntó por Katie, mientras se encogía de hombros como señal de que ignoraba el motivo de su repentino cambio. <<Tal vez compartir escritorio con Garry le afectaba más de lo que me imaginaba>> pensó divertido para sí <<No, eso no es para reírse>> pensaba negando con suavidad mientras trataba de esconder una risa. Una vez calmado, fijo su vista nuevamente en su reloj, alzo la cejas al mismo instante que una cuarta manecilla se movía haciendo en los oídos de Garry un ruido seco y áspero.

    Cerro con delicadeza la tapa del reloj para después deshacerse con suavidad de las arrugas sobre su ropa que la mala postura le había hecho y mientras se incorporaba de su escritorio con la mirada entrecerrada buscaba a su querido jefe de oficina, que en ese entonces parecía atender a uno de los clientes recién llegados. Sigiloso, de manera muy limpia y estética se abrió paso por la oficina para llegar justo detrás de él. Tomando en cuenta que el Ollivander, casi de un día para otro, había sobrepasado la altura del Ryddleturn se inclinó un poco asía adelante quedando a la altura de su oído y con un susurro hablo en tono de complicidad.

    -El próximo cliente lo atiendo yo, si no es problema claro- una sonrisa algo lúgubre se dibujaba haciendo que las heridas en su rostro dolieran.

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  17. -Bueno yo...-

     

    Nervioso por la broma de la pelirroja trato de contestar, pero Nats comentaba en ese instante que Kelly podía compartir lugar con Emmet. Después Katie comentaba que ella tenia que ser quien compartiera escritorio por ser "la novata". El Ollivander se dejo caer sobre su silla detrás del escritorio y con los brazos cruzados, la mueca que fingía en el rostro prometía un berrinche bastante malo.

     

    -Ni que fuera tan malo compartir escritorio con migo- dijo el licantropo ofendido.

     

    Volteó hacia Nats fingiendo el berrinche de un pequeño que acusa a las niñas con su hermana mayor por estar siendo molestado por ellas. Pero el gesto le duro poco, pues detrás de la castaña se acercaba con sigilo el jefe de la oficina. El rostro y las señas que el rubio indico, fueron bastante claros, aun así Garry prefirió dar una fracción de vuelta sobre su silla para no delatar al Ryddleturn con la mirada, era bastante malo para mentir si se lo pedían.

     

    Dejo escapar una risa al escuchar la voz con la que el jefe jugaba una broma a Nats. Al fin se había aparecido y una vez la Rambaldi descubriera la identidad del brujo, el Tonks se incorporaba nuevamente para tomar lugar frente a su escritorio y recargarse sobre la orilla de este con los brasos cruzados. En el reflejo de sus anteojos se miraba un Cillian diferente a los ojos del licantropo, aunque no podia decir con seguridad de que se trataba. Estrecho con fuerza la mano del Ryddleturn cuando le saludo y simplemente le sonrió. Con discreción lo siguio con la vista en todo momento.

     

    Nuevamente una risa se le escapaba al escuchar la rapida contestacion de Nats hacia la pregunta de Cillian, solo de ella podia escuchar con tal seguridad contestar aquello. Mirando simplemente de reojo a sus compañeras al hablar, Garry prefirio seguir escuchando la propuesta del jefe, solo esperaba no lo pusiera actuar nuevamente, ya habia quedado claro que el Ollivander no era un buen actor.

     

    Cillian terminaba de dar una introduccion a su proxima actividad a realizar, en el rostro tranquilo de Garry una casi invicible sonrisa se mostraba inerte, mientras miraba atento con aquellos heterocromos entrecerrados al Ryddleturn. No importaba que tan exigente fuera la tarea que le asignaran, simplemente no podia negarle una orden al rubio, después de todo...ese era su trabajo. Solo esperaria paciente a recibir su proxima tarea para llevarla acabo.

     

    La llegada de un hombre que se auxiliaba en la oficina de plagas distrajo a la oficina. Cillian atendio al recien llegado casi sin pensarlo. Kelly y Katie fueron detras de él. -<<...curiosidad tal vez...>>- pensó Garry al ver a una a cada lado del Ryddleturn. Por la manera en la que el Ollivander mordio por un instante su labio inferior de manera nerviosa qudaba claro que él tambien se moria por saber que pasaba con esos duendecillos traviesos que, a pesar de la distancia del cliente, había escuchado desde su lugar gracias a sus sencibles oidos, pero aguadaria para saber de que se trataba aquello, ya preguntaria a Kelly mas tarde.

     

    Un largo y pesado suspiro aparto la vista y los pensamientos de aquellos tres que atendían "un asombroso caso de duendecillos traviesos", esta bien tal ves exageraba con lo de "asombroso" pero las criaturas mágicas no dejaban de fascinar al Ollivander, incluso al Garry en el que se habia convertido ahora. Quito sus gafas de su rostro y con un pañuelo lumpio los cristales, aquellos eran tan viejos y aun asi tenian el mismo aspecto que cuando los recivio de aquel viejo brujo con el que vivia exiliado.

     

    Reposaba pensativo desde su lugar que tan exigente podía ser aquella labor que planteaba Cillian, seguro era tarea sencilla, tarea sencilla que llevaría bastante tiempo, si tal ves solo era eso. Su vista viajo sin expresión alguna hasta Nats.

     

    - <<Nats seria entonces la supervisora de...bueno aquella actividad>> pensaba para si mismo algo perdido en sus pensamientos -<< Seguro le va bien el ...>>- las conflictivas galletas de la Rambaldi distraian al Tonks y miro traviezo a la Rambaldi.

     

    Realmente no fastidiaría tratando de atacar su bocadillo, ultimamente habia perdido el gusto por los sabores dulces, podía ser por la cercanía de la luna llena o que simplemente ya no disfrutaba el dulce sabor de un postre.

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  18. Se sentía algo aliviado de que sus compañeras entendieran el estado del brujo sin molestarse, Garry esperaba volver a su puesto en la oficina y ejercer como era debido, pero por el momento existían ciertas...complicaciones que le impedían al Tonks autorizar registros. A decir verdad aquella idea lo tenia algo nervioso, pues ahora solo podía tratar de ser un "bonito asistente" en la división, claro que la idea no le molestaba del todo, pero no era lo que el esperaba estrenado su puesto como empleado.

     

    Asintió suavemente a la conversación con sus compañeras, a él tampoco le molestaba la idea de compartir escritorios, seguro de alguna manera podría ser divertido. Desde su lugar buscaba con la mirada un escritorio que le gustara, buscaba algo con muchas gavetas, aunque recordar donde guardaba cada cosa podía llevarle tiempo recordarlo, seguro se entretenia encontrando diferentes cosas en cada una, parecía le gustaba complicarse la existencia. Se pregunto por un momento si al igual que él Katie querría algunas peculiaridades, pero en ese momento la Black Lestrange atendía a una cliente y ahora no podía llamarla para cosas como esas.

     

    Clientes llegaban al departamento a realizar diferentes registros y solo dos de tres de los funcionarios presentes atendían a uno tras otro, aquello de no poder hacer mucho no le gustaba, pero antes de que pudiera reaccionar a cualquier incomodidad de su desempeño, Nats había respondido por él en su turno. Garry agradeció inmensamente el gesto de la castaña y esta ves no le bastaba con un "gracias" y una sonrisa, seguro mas tarde el Tonks trataría de invitarle el almuerzo.

     

    Trato de no pensar mas en la bajas que todo esto le traía, tampoco servía de nada que solo se quedara ahí parado, por lo que siguió con la dichosa búsqueda de escritorio, aunque realmente no le llevo mucho encontrar uno en perfecto estado, en una ubicación algo oculta cerca de uno de los muros, con vista perfecta hacia la entrada, asi podia ver con facilidad si un cliente llegaba, era" casi" lo que buscaba y por las pilas de pergaminos que tenian ensima podia decir que estaba avandonado.

     

    Camino hasta el con paso estetico, muy a su estilo, sin quitarle la vista al mueble de oficina , como si el licantropo le estibiera asechando, el mobiliario cumplia con muchas de las caracteristicas que Garry habia pensado, asi que no dudo en ordenarlo, seguro al aserlo podia darse cuenta si ya tenia dueño ese escritorio, por otro lado al menos el Tonks se quedaria con él. Sin perder mas tiempo tomo un asiento comodo y se dispuso a ordenar comenzando por el desorden que habia por debajo del escritorio.

     

    -<<Tanto por un escritorio>>- Metido por debajo del escritorio tratando de alcanzar un par de pergaminos olvidados pensaba para si el brujo despues de recordar que tal vez si usaba su barita aquello estaria listo mas pronto de lo que el podria. Apenas habia desidido salir de ahí abajo y buscar su viejo tejo cuando la familiar voz de Kelly llegaba a sus sencibles oídos. Cuando porfin habia consegudo incorporarse sobre su asiento, noto que Kelly ya habia inicado sus labores.

     

    Divertido el joven se recargo sobre su "nuevo" escritorio y contemplo a la pelirroja mientras atendia a su cliente. La precensia de Kelly en el departamento le resultaba aun mas familiar que todas, Kelly habia sido su compañera en su estancia en la academia de magia e incluso habian concluido sus estudios de hechiseros al mismo tiempo, verla en el departamento le parecia muy grato. Una vez la pelirroja terminaba con su cliente se daba la media vuelta para "terminar de llegar" a la oficina. Garry alzo la mano por lo alto en forma de saludo tratando de llamar la atencion de la Haugton.

     

    -Kelly, cuanto tiempo- decia con una sonrisa al mismo tiempo que se ponia de pie -Mire Kelly- dio un par de palmadas al escritorio frente a él -Nats nos dio permiso de tener escritorios-bromeo -¿Que le parece este?- Garry se habia tomado aquello de los escritorios de una manera divertida, ya que tenia restringidas varias actividades en la oficina, algo como buscar un escritorio tenia que bastarle por ahora.

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  19. Negó suavemente sin borrar su sonrisa al escuchar a Katie, no se suponía que él "hablaría con ella mientras Katie hacia los formularios" era el trabajo de ella hacer pasar un buen rato al cliente mientras atendía sus registros, la Black Lestrange tenia que recordar el trato que había recibido por parte de Cillian el día que ella misma había acudido al departamento a realizar unos registros.

     

    La mirada de complicidad que Katie le compartió unos instantes después le hacia pensar al Ollivander que la joven había entendido el punto que trataba de hacerle entender. Garry le soltó una amplia sonrisa, la Balck Lestrange parecia bastante agradable cuando no pretendia tanta frialdad ante las personas, sin contar que a Garry le simpatisaban lo gestos que Katie soltaba en ocasiones. No pudo evitar reír al escuchar a distancia las palabras de advertencia por parte de Nats, él estaba consciente de que el turno le pertenencia a Katie, aquello era algo que respetaba mucho.

     

    -Entonces, creo que estoy de sobra- dijo divertido volteado en dirección de Nats -Esta en buenas manos Kutsy- regreso hacia las jóvenes -Cualquier cosa, estamos a sus ordenes, con permiso- esta vez hizo un suave y casi inexistente inclinación refiriéndose a las dos brujas. Sin querer despegar sus ojos de los de la Loveless giro sobre sus talones y balanceo sus pasos en dirección a Nats.

     

    Se comenzaba a sentir nuevamente cómodo en aquel sitio, le divertía la manera de Katie, le parecia algo inestable, pero al Tonks le agradaba, y sobre Nats, simplemente siempre se sentía mejor junto a ella, estar cerca de ella le resultaba por de mas divertido y cómodo. Además de aquello no podía evitar preguntarse por el resto de la oficina, seguro que aquello de "los turnos" los traería algo locos, pero seguro seria divertido tratar de solucionarlo.

     

    - Entonces, ¿Dice que hay que compartir escritorios?- pregunto entre realidad y broma a la Rambaldi.

     

    Antes de recibir cualquier palabra de Nats un cliente mas llegaba a la oficina para realizar un registro de razas. Aun quedaba pendiente el los registro de Katie. Saco de su chaleco el reloj de aspecto extraño, no hacia mucho que había llegado a la oficina. Los clientes que llegaban comenzaba a darle vida nuevamente el departamento, aquello era una buena señal.

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  20. Regresaba por tercera o cuarta ves la vista a la recién llegada, le sorprendió el modo en el que le insistió a la Rambaldi que le autorizara sus formularios, la joven le parecía algo tensa, aunque la percepción del Tonks casi siempre fallaba, un pensamiento fugaz se cruzó por su mente al ver el rostro de la Black, su modo le recordaba justo a una persona de la cual no se confiaba mucho, pero la cercanía que la joven frente a él podría tener con la persona de quien desconfiaba podría ser nula, era muy precipitado de su parte firmar sentencia. Sonrió naturalmente al ver como se mordió el labio y regreso la vista a Nats, la joven castaña pondría las cosas claras de una ves por todas o al menos lo intentaría.

     

    Asintió a Nats satisfecho en señal de que había entendido lo que la joven había explicado, no podía estar seguro si era por que lo había hecho muy bien o por el miedo de que la Rambaldi le fulminara con esos ojos de indiferencia por no prestar atención. Nats apenas terminaba la explicación cuando Katie repasaba lo dicho, le sonrió divertido cuando clavo sus bellos ojos azules en sus heterocromos gris y ámbar ocultos tras sus gafas, el Ollivander no podía distinguir si la joven estaba molesta por aquello o solo quería dejar claro que había entendido todo, aunque bueno, a Garry aun le costaba entender la manera de las personas. Regreso el a Katie el formulario del registro de elfos que él tenia aun en la mano y mientras la vio escribir una nota trato de responder a una de sus preguntas, comenzaba a sentirse pared en ese momento.

     

    -Ahora que lo menciona Katie...- trato de subir el tono para que la joven le oyera, aunque no era de su gusto hablar a gritos -No sobria decirle si todos aquí tenemos un escritorio, después de todo este es mi nido...- decía sonriente mientas volvía a cruzarse de brazos y sentarse sobre la orilla del escritorio de Nats -Aquí revise mis primeros formularios y tuve una primera noción de lo que se trata todo esto, pero seguro ahora que he crecido un poco, Nats me corre de el- rió tontamente en tono bajo y carraspeo antes de continuar -Habrá que preguntar al jefe- la Black volvía de dejar sus formularios junto con una nota para Kelly, Garry se pregunto por el paradero de la pelirroja.

     

    Solto un largo y pesado suspiro al escuchar nuevamente hablar de esa "lista", la joven Balck no tenia por que preocuparse, en algún momento llegaría su turno, había muchos, como él, que a diferencia aun andaban desaparecidos, diaria su lugar si eso ablandara las cosas por ahí, pero eso tal ves solo Cillian podria decidirlo, igual Garry estaba dispuesto a ceder su lugar a Katie. Comenzó a tararear en un tono apenas audible, la lúgubre cancion que siempre rondaba su cabeza, cuando te acostumbrabas a ella no parecia tan siniestra. Noto que Katie hacia una pausa para tomar aire cuando casi al mismo tiempo formulava una nueva pregunta que aterrizo al Tonks de sus pensamientos.

     

    La boca de Garry habia quedado media habierta para tratar de contestar la pregunta cuando una nueva precensia se aparecia en la oficina de seres. Como si se tratara del mismo Merlin el Ollivander se incorporo rapidamente al escuchar su nombre por la recien llegada, le saludo con una cordial y pronunciada reverencia mientras por su cabeza trataba de recordar el nombre de la que sabia era hermana de Cillian. Para su fortuna casi de inmediato la cliénte se presentaba con Katie como Kutsy Loveless. Al escuchar el nombre de la joven no pudo evitar que el carmesí pintara su rostro.

     

    Escucho sin interrumpir el saludo de Katie, pero no pudo seguir "solo escuchando" al oir de la Black aquella pregunta tan directa que había formulado a Kutsy de manera fria. Tranquilo volteó a Nats y le sonrió algo nervioso "¿Que prisa tenia esa chica por despachar a un cliente?" Suspiro nuevamente antes de decidir meterse en el camino de Katie, esperando no meterse en lios por lo que haria continuación.

     

    Una ves Katie habia decidido dejar atras a Nats y a Garry para atender a Kutsy, el Tonsk carraspeo lo bastante fuerte para llamar la atención de Katie y con un paso lento se acerco a ellas. Parecía verdad que al fin era el turno de Katie, Garry respetaba mucho eso, pero consideraba que tal vez, la joven, podía ser un poco mas cálida con los clientes, eso lo había aprendido del mismo Cillian, aunque tal ves el Tonks exagerava la actitud de la joven bruja y tal vez era mal educado de su parte interrumpir de aquel modo, pero nada lo hacia con intención de molestar.

     

    -Katie, ¿Puedo ayudarla con Kutsy?- pregunto suavemente sin borrar la sonrisa de su rostro -Kutsy es un cliente muy especial, seguro no le molestara si tiene a dos de los mejores funcionarios de la oficina de seres a sus servicios- bromeo esta vez sonriendo a Kutsy. En el fondo esperaba que Nats no le estuviera escuchando.

     

    Dejaría que la Black hiciera todo el papeleo, pero solo quería hacerla entrar en la idea del "trato al cliente", que cliente que llegara era muy importante y que debía tratarse con mucho respeto y paciencia, aun si no fuera de nuestro agrado. Entonces lo recordó, justo el día que conoció a Katie, Cillian le había recalcado aquello del respeto a un cliente cuando el Ollivander trato de atender a Katie, aquello no le había salido tan bien como esperaba.

     

    -Kutsy, perdón por la interrupción, es un gusto verla de nuevo- miro directo a esos ojos que al igual que el pertenecían a gamas diferentes el uno del otro y continuo -Cillian esta ahora tratando algunos asuntos que su nuevo puesto le exige- dijo muy seguro de sus palabras, aunque la verdad ni siquiera él sabia el paradero del Loveless -Si gusta puede esperarlo, de otra manera Katie y yo podemos atenderle en ausencia de Cillian- el Tonks se mantenía bastante tranquilo y sonriente -Lo que usted prefiera estamos a sus servicios- concluyo esperando una respuesta de la Loveless, si aceptaba la ayuda de los jóvenes funcionarios, dejaría a Katie continuar con su trabajo.

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  21. A distancia de brazos cruzados y recargado sobre el escritorio de la Rambalddi, contemplaba a la joven en "acción" aquello le recordaba los primeros días que había pasado en la oficina de seres, Cillian y Nats le habían enseñado lo que sabia hasta ahora, lo mejor era el trato que recibía por parte de ese par, hacían sentir a Garry que pertenencia a ese lugar mas que a otro.

    Una amplia y divertida sonrisa se dibujaba en el rostro de Tonks con la pregunta de Nats, la joven había terminado con el cliente mas pronto de lo que él mismo hubiera podido, seguro aun había muchas cosas que aprender de la joven bruja. Antes de que a Garry pensara en alguna respuesta ocurrente para desviar el tema, una joven bruja entro a prisas quitándose su capa y tomando un lugar en un escritorio, por la naturaleza de sus acciones, no podía tratarse de algún cliente, seguro era algún nuevo en el departamento.

     

    Extrañado por la identidad de la joven la siguió un momento, la joven se acerco al par de brujos con unos cuantos formularios en mano, Garry desvió la vista la tabla con los nombres buscando alguno que no le fuera familiar. La casi invisible sonrisa del Tonks se pronunciaba nuevamente por la tensión que se sentía entre las jóvenes, mientras hacían algo parecido a hablaban entre ellas, pero las cosas no iban nada bien. Bajo la mirada y carraspeo lo suficiente para llamar la atención de la recién llegada, seguro ya era un buen momento para intervenir.

     

    -Claro Nats, yo me encargo- contesto sonriente a la Rambaldi al dirigirse a él. Se incorporo por completo y se acerco a la bruja recién llegada para tomar los formularios -Kelly aun no llega, pero si me permite, tal ves yo pueda hacer algo al respecto- sonriente extendió su mano izquierda para recibir los formularios.

     

    Echo un vistazo rápido a ambos formularios y por un segundo hizo una mueca de molestia antes de volver a dirigirse a las chicas.

     

    -Así que usted es Katie Black- ajusto sus anteojos y con un modo mas blando pregunto sin despegar los ojos del pergamino -Garry Ollivander- aparto el pergamino de su rostro e hizo reverencia a la bruja -Estamos del mismo lado- bromeo encogiendose de hombros, nunca había sido bueno con las presentaciones.

     

    Desconocía a la joven, aun así esperaba que este se tratara de un mal rato, algo pasajero, tenia la impresión de que la había conocido en algún otro sitio, aunque era poco probable.

     

    -Ahora me encargo de esto, pero...- hizo una pausa pensando en lo que estaba por decir no quería molestar pero errar tampoco era una opción -Me temo que no conozco del todo el protocolo del registro de razas- volteó asia Nats tratando de mantener en su rostro un intento de súplica en su mirada -Necesitaremos a Nats para el registro de razas- decía tranquilo.

     

    Resistiendo las ganas de reír de su propio rostro de cachorro desahuciado estiro a la Rambaldi el pergamino de razas de Katie, no estaba seguro de que los datos fueran correctos y no quería cometer un error como cuando atendió a Mitzi.

     

    -¿Podría ayudarnos con este, Nats? Aun no conozco del todo estos registros- le sonrió una ves mas tratando de no molestarla -Vamos, no me haga suplicar que eso no le va a gustar- Bromeo esperando que la Rambaldi tomara el pergamino, para él revisar con mas calma el registro del elfo y aprovecharía para aprender de la Rambaldi el procedimiento de razas.

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  22. El fuerte "clak" de los zapatos recién pulidos resonaban con el ritmo de aquellos firmes pasos que avanzaban seguros y veloces hasta el ascensor del ministerio, el joven licantropo esperaba simplemente no fuera la hora del día donde, despreocupados servidores del ministerio, apurados llenaran los ascensores con tal de llegar con mas prontitud a sus empleos, de los cuales esperaban no ser despedidos por llegar retrasado a un primer día después de un tiempo de andar desaparecidos, justo como el joven Garry Ollivander, quien por quita vez, desde que arribaba el ministerio con un hechizo de aparición, contemplaba aquel extraño reloj de bolsillo que bien pintaba ser solo una reliquia. Una mueca de desagrado se pintaba en su rostro marcado del joven y una cuarta manecilla de ese reloj marcaba un símbolo extraño donde debía estar el numero siete.

     

    Sin problema alguno mas que el tiempo en su contra, el Tonks abordaba el ascensor, él, parecía seria el único pasajero en el turbulento viaje, los ascensores podían ser divertidos cuando no quedabas atrapado entre el aroma de las colonias y perfumes de los magos y brujas que suban al ascensor, claro que el metro ochenta y cuatro que el joven presumía con ese porte que se cargaba era de bastante ayuda, pero era preferible no estar en uno de esos ascensores.

     

    Una ves el ascensor anunciaba la cuarta planta del ministerio y abierto sus puertas el joven brujo salio de la estrecha cabina pasando una mano por el cabello que el sutil freno de la máquina había logrado despeinar y la otra guardando la extraña reliquia que disponía como reloj, en uno de los bolsillos del chaleco de traje rayado que se ajustaba a su figura y que combinaba muy bien con aquella camisa de vestir verde oscuro de mangas cortas. Se abrió paso a un ritmo tranquilo y suave, ondeando su capa con cada "clak" que hacia los lustroso zapatos.

     

    Sonrió a la joven recepciones una ves ahí, de la cual jamás había escuchado ni una sola palabra, y que el Tonks esperaba que le reconociera, si, había cambiado físicamente casi de la noche a la mañana, pero se podía distinguir al mismo Garry de siempre, o eso era lo que él esperaba. Sin decir o hacer nada mas que una leve reverencia siguió su camino hasta la oficina de seres, duendes y espíritus. Una ligera sonrisa se mostraba en su rostro por tan solo la idea de pisar aquel lugar nuevamente, lugar que había escuchado por ahí, había sufrido remodelaciones , aun así esperaba encontrar al extravagante equipo de la oficina de seres justo como antes, solo que esta vez era la primera que fingía como un empleado.

     

    Quitaba de su cuello de su camisa el broche que sostenía su capa al mismo tiempo que llegaba a la oficina, lo primero que noto fue una pizarra con los nombres de los empleados y el nombre del Loveless que firmaba como jefe del departamento, resoplo una risa y se deshizo de su capa, se pregunto si ahora que era un empleado también tendría un escritorio. No tardo tanto en notar la presencia de Nats, la castaña yacía en su escritorio comiendo aquellas conflictivas galletas. Naturalmente una sonrisa se le escapaba para la Rambaldi y mientras se acercaba a ella busco con la mirada al resto del personal. A distancia solo distinguió la cabellera rubia de Cillian y un par mas de personas que no conocía.

     

    -Digame que no me he perdido de nada bueno- bromeo la Rambaldi -¿Como esta, Nats?- pregunto a la joven al llegar a su escritorio, estaba muy contento de verla -Parece que el "club" esta completo ¿no?- debió su mirada hacia el pizarra con los nombres. Le agradaba estar ahí con la Rambaldi, le gustaba el modo que tenia la bruja, no estaba seguro de un por que, solo le gustaba.

     

    En el momento, un cliente aparecía entregando su formulario para un registro, aunque el Tonsk tuviera ganas de volver a la actividad de su trabajo, tenia que respetar las reglas del nuevo jefe. Espero a que Nats tomara el caso de la cliente, y nuevamente volvió la mirada a Cillian ¿Quien seria esa persona que lo tenia tan entretenido? No parecía ser alguien que solo viniera a registrar a sus elfos, ¿Estaría metido en problemas?. Negó suave con la cabeza y volvió a pasar la vista en la pizarra con los nombres, ya no se sentía tan mal por haber llegado con un "ligero" retraso.

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  23. Atendiendo a Mia Loveless

     

    Caminaba a lado de Kelly rumbo a buscar aquellos pergaminos de registros de razas cuando una sonrisa nerviosa se le escapo, esos guiños de la pelirroja siempre lograban ese efecto en el Tonks, era algo que le agradaba bastante de su joven compañera, era algo de lo cual aun no se podía acostumbrar y de cierta manera muy de ella.

     

    Todo parecía bastante tranquilo en el departamento, ni un alma que casara ajetreo, más que una sola, una sola que pareciera su objetivo en la vida no era más que ese mismo, Cillian Ryddleturn el rubio que algunos del departamento esperaban tarde o temprano fuera nombrado jefe del mismo y que por ahora solo sabia demostrar porque es que se merecía el puesto, aquel joven con la iniciativa de mover sus perezosos y muertos cuerpos de los empleados por el departamento y que aquellos mismos justificaran los motivos de esos galeones en sus bóvedas.

     

    “¿Qué pasa aquí?” aquellas palabras del Ryddleturn le hicieron dar media vuelta casi de inmediato, de un modo tranquilo, pero curioso por saber de que hablaba el rubio esta vez, aun seguía algo aturdido por "el show del departamento de seres” pero tenía la impresión de que sería nuevamente algo como aquello. Mientras se escabullía por una botella de agua escuchaba la manera en como Cillian trataba de animar a los empleados del departamento.

     

    –Eeh…si, bueno si deben estar todos lisos- contesto al rubio algo nervioso antes de empinarse la botella de agua y beber un poco de ella.

     

    Pareciera aquellos formularios personales para Nats y Emmet tendrían que esperar, al fin después de un tiempo que casi pareció eterno, poco movimiento se veía por parte de los clientes, demasiado poco tal vez considerando la cantidad de empleados al servicio, pero al menos lo había.

     

    Despreocupado el Tonks permaneció en su lugar, bebiendo de aquella botella cilíndrica donde cargaba agua, miro de reojo a la chica que Cillian había dicho: “Sain, ¿Te parece si atiendes a Mía?”
    Al ver a la joven tras el mostrador casi escupía el agua por todas partes, atragantándose con ella, trato de simular su tos tratando de no llamar más la atención. Carraspeo una vez se controlo.

     

    -Aah…si, si…-contesto nervioso limpiándose el agua que había caído sobre su camisa y con el dorso de su mano otro poco más que tenía en la barbilla –Yo...yo me encargo de ella, no se preocupe- y retomando su postura tranquila avanzo hasta la joven.

     

    Si Garry se consideraba malo para los nombres, aquel rostro no lo podía olvidar aun así fuera un tonto, se trataba de la misma Mia Loveless, la pelirroja de aquel desconcertante lugar que bueno, había mucho que decir de ella, tal vez un poco más de lo que al joven Ollivander le gustaría recordar, pero no podía negar que esa chica de cabellos como lava, se había infiltrado en su cabeza.

     

    -Buenas tardes señorita Loveless- aun no terminaba de llegar saludo sonriente en cuantos sus ojos se cruzaron con aquellos suaves ojos azules.

    De algún modo pensó que la joven no lo había olvidado, no muchos se encuentran a un hombre medio muerto, lo sanan y se olvidan de eso, bueno a él si podía pasarle, pero esperaba en el fondo que este no fuera el caso.

     

    –Que gusto volver a verla tan pronto, espero que se encuentre bien- aquella sonrisa cálida se dibujaba en su rostro con tanta naturalidad que era difícil esconderla –Veamos ¿a que va todo esto?- tomo el pergamino de la joven para revisar que todo estuviera en orden –¿Solo un registro de elfo?- cuestiono mientras lo revisaba una segunda vez.

     

    Camino un par de pasos de costado sin quitarle los ojos al pergamino, esperaba solo no cometer errores, sabía que eran muy comprensivos pero no quería casarles problemas al departamento ni a los clientes con errores diminutos.

     

    –Creo que no hay problemas con su formulario, solo queda aprobarlo:

     

     

    Aprobado el registro de Un Elfo Doméstico a nombre de Mia Loveless

     

    –El registro esta completo- regreso ese par de pasos de costado que le habían quitado de su vista a la Loveless y mostró sonriente el registro aprobado a la joven –¿Es que puedo servirle en algo más?- miro a la joven directo a los ojos esperando respuesta y en su rostro una sonrisa divertida se dibujaba.

  24. Garry Sain~

     

    Avanzaba dando pasos largos por el sendero que marcaba el camino a su destino, tratando mantener aquel porte tan distinguido que su metro ochenta le otorgaba y de alcanzar a aquella silueta en la lejanía que sin duda no podía ser otro que el de la misma Bodrik Lockhart.

     

    Hacia unos instantes el silencio se rompía a las afueras de Othery con aquel molesto sonido que hacia una aparición, haciéndole perder el equilibrio y dibujando una sonrisa divertida en su rostro. Contemplo erguido aquel paisaje que los terrenos de la Orden ofrecían, la noche caía anunciando a la distancia con luces brillantes aquel lugar que tanta publicidad había tenido días antes, aquel panfleto pareciera perseguirle como una maldición a dondequiera que iba, no ir, podría ser lamentable.

     

    Había tenido malas experiencias un los eventos de la orden, pero eso no evitaba que el Tonks dejaría de apoyar de alguna manera, solo esperaba esta fuera una excepción. Antes de emprender camino por aquel sendero, echo una mirada hacia atrás, contemplando sin expresión alguna y por tan solo unos segundos la lejanía de Othery antes de regresar la vista al frente y distinguir la bonita silueta que Bodrik dibujaba a la distancia.

     

    Con un sutil pero fuerte movimiento hecho aquella capa color negro que colgaba de sus hombros hacia atrás, se ajusto el cuello de aquella camisa de vestir salmón de mangas cortas muy a su medida y fajada en aquellos vaqueros azules ajustados con aquel cinturón de lona, había preferido llevar un atuendo muy a lo muggle debajo su capa, así era mas cómodo para una noche en la feria o así se lo imaginaba, sin perder más tiempo se abría paso por el sendero, tratando de alcanzar a su joven ex profesora que a paso veloz; avanzaba en dirección a una vieja casona de madera. Carraspeo con suavidad al estar a corta distancia de ella para hacerle notar a la joven su presencia.

     

    –¿Sabe una buena historia?- soltó con suavidad casi como un susurro tratando de no asustar a la Lockhart mientras caminaba junto a ella, sin formalidades ni nada de eso, todo simplemente como si hubieran dejado aquella conversación a medias.

     

    No le resultaba sencillo entablar conversaciones, el joven era de los que prefería escuchar más que hablar, como muchos tal vez, pero a menudo se esforzaba por cambiar aquello, sin contar que esta vez era una excepción tratándose de Bodrik. Sin esperar la respuesta de la joven continúo hablando:

     

    –Vera, todos los domingos a eso de las siete de la tarde, los gatos de aquel lugar solían reunirse en una iglesia abandonada. Antes de entrar, un gato que tenía manchas café solía ir primero para comprobar que estaba abandonada, pero un día el gato de manchas café entró en el lugar y no regresó- pensativo no despegaba la vista del frente distinguiendo cada vez más cerca su destino. Continuo – Los gatos esperaron y esperaron y después de un rato se fueron…Nadie se quedó a comprobar si el gato a manchas regresaba- hizo una pausa y sonrió divertido –Es curioso ¿no cree? – miro a la Lockhart directo a aquellos ojos azules primera vez en la noche –Yo no creo que los gatos tomen café.

     

    Pensó un poco sobre su seca historia, tal vez no resultaba ser tan buena historia, tal vez hubiera sido mejor contar aquella otra historia del ave caprichosa, aquella que leyó una noche en el libro de portada desgastada que el viejo brujo con el que solía vivir le había traído de su último viaje antes de que falleciera y que ahora yacía guardado en su estante. Desvió la vista hacia el frente y soltó otro largo suspiro.

     

    – Ahora que lo pienso no es tan buena historia- dijo mordiéndose un labio, la fea historia de Garry por lo menos le había entretenido lo suficiente hasta llegar a aquella casona –Por suerte no tendrá que escucharme más- dijo divertido a la Lockhart mientras se adelantaba para abrirle la puerta del lugar –Por cierto Bodrik…si me permite el comentario...- le sonrió mientras la joven cruzaba la puerta –Se ve muy bella esta noche.

     

    Al entrar detrás de Bodrik una brisa cálida abrumo al joven mago y asombrado echo una vista por todo su alrededor, no se había ni imaginado la clase de lugar que era aquel y que por una primera impresión prometía mucho. Camino junto a joven hasta recepción, distraído por todo aquello era difícil saber qué hacer a continuación. A distancia no muy lejos logro distinguir algunos rostros familiares que le dibujaron una amplia sonrisa y saludo a distancia con la mano con un “hola” legible aunque sordo en sus labios.

     

    Bel Evans era uno de esos rostros familiares, uno que le sorprendía ver después de tanto tiempo, Mitzi también se encontraba ahí, y una joven que si bien recordaba era la hermana de su superior en el departamento en el que trabajaba ¿Acaso también lo encontraría a él esa noche?, rápidamente busco de regreso a Bodrik quien no estaba muy lejos de él y sonriente le ofreció su brazo por si quería acompañarle con aquel grupo de brujas.

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