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Dark Dragona

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Todo lo publicado por Dark Dragona

  1. Se miró al espejo mientras se peinaba su cabello castaño oscuro. En este se reflejaba una sonrisa en su rostro, acababa de levantarse y estaba animada, lo que era buena señal porque sabía que hoy tenía un duelo con Romina y quería volver a dar lo mejor de sí, seguro esta vez el combate sería mucho más intenso ya que cada vez su amiga mejoraba más. Se había puesto un ligero vestido negro con tirantes cuya falda le llegaba por encima de las rodillas mostrando sus blancas piernas. Se había puesto unas sandalias y en uno de sus pies llevaba una tobillera la cual tenía una bola de color verde. Besó el colgante en forma de corazón y luego se lo puso alrededor del cuello. Estaba lista, fue hacia el lugar indicado y cogió aquel bote, parecía que Romina había llegado antes que ella. Sonrió de lado, ¿quien fue el que dio la idea de hacer el combate en una isla? Ah si... ella. Finalmente llegó a la isla y caminó por aquel lugar respirando hondo mientras el viendo hacía bailar sus cabellos, le gustaba mucho sentir el aire en sus mejillas. Miró que Romina ya estaba allí y una vez Dragona estuvo lista cogió su varita que tenía sujeta a la pierna por una especie de cinta específicamente para eso. La puntó y no lo pensó mucho cuando vio que Romina hacía su primer movimiento pues había estado bien al ser tan rápida pero ella necesitaba serlo para no ganar ante ella. -Protego- pronuncio invocando un escudo delante de ella que la protegió del rayo del desmaius mientras en su mente preparaba una estrategia. - Embrujo punzante- pensó, y de su varita salió un rayo que impactó en el rostro de Romina el cual se desconfiguró produciendole un ligero dolor agudo e impidiéndole ver con claridad.
  2. Observó como el mago ataca a aquel oso el cual se vio obligado a parar un momento en el sitio pues las tres cuerdas se habían aferrado a una de sus patas delanteras pero sin atarla a ninguna parte lo que le hizo tropezar. - Silencius -susurró con una voz tranquila apuntando a Sean provocando que su expelliarmus que iba dirigido a ella no se completara pues fue silenciado y de su boca solo salió un <<exp...>> sin duda le hacía gracia eso de cortar las palabras de los demás con aquel hechizo. - Sí... mira que molestar al pobre osito, con lo bien que debía de estar tomando la siesta hasta que unos intrusos aparecieron en su cueva -dijo con una voz tranquila para luego mirarle seria- Parece que siempre estás haciendo daño... ¡es hora de que pagues por lo que hiciste! -Sectusempra -pronunció mientras seguía apuntando a su rival y de su varita salió un rayo el cual impactaría en el pecho del chico convocándole serias heridas sangrantes que le llevarían a la muerte. Mientras, el oso, todavía más molesto se levantó y como le había ordenado Dragona corrió gateando pero no por eso sus pasos parecían más lentos, hasta que llegó a la altura de Sean y rápidamente se puso en dos patas y le dio un zarpazo con la pata que no tenía ataca en su rostro provocandole serias heridas, finalmente con sus colmillos le mordió la mano que sujetaba la varita rompiéndole las falanges y Sean no pudo sostener la varita provocando que esta cayera al suelo.
  3. Sonrió de lado ante sus palabras, eso no la iba a cabrear ni a distraer, ni mucho menos. Es más, produjeron el efecto todo lo contrario de lo que su rival esperaba. Sonrió de lado, sintiendo como ardía. Pues sí, una chica era quien iba a matarlo y no repararía en como, si tuviera que hacer alguna masacre lo haría. No sería la primera vez que matara a alguien y sería mejor que aquel tipo no la subestimara porque, a pesar de que su apariencia era inocente, podía llegar a convertirse en un verdadero monstruo como había hecho ya una vez en un periodo de su vida la cual prefirió no recordar en ese momento. Aunque aquella vez no supo muy bien lo que pasó ya que su furia interior la había tomado por completo y su subconsciente se encontraba fuera de la realidad en un profundo sueño. Aquella locura era algo que prefería evitar, bien había matado también bajo esa apariencia inocente y aquella sonrisa había visto más de lo que uno pudiera imaginar. Observó como detenía su primer movimiento, algo obvio que era seguro que pudiera hacer, pero antes de que pudiera pronunciar su segundo hechizo Dragona, que seguía apuntando a Sean pronunció: - Silencius -de pronto Sean se vio incapaz de hablar y no pudo terminar de formular el hechizo provocando que de su boca solo saliera un <<inc...>> por lo que el hechizo que quería usar nunca salió. Rápidamente pensó en su siguiente movimiento, había tantas opciones... le daban ganas de decorar un poco el sitio y hacer que aquel cielo azul que se alzaba encima de ellos se pintara de rojo y simulara el atardecer, aquel momento del día que a ella tanto le gustaba. No sabía muy bien porqué le atraía tanto, igual porque era el momento de que las estrellas aparecieran o por el rojo intenso tan parecido al fuego o a la sangre. De pronto, escuchó un rugido y giró la cabeza para ver de que se trataba. Era lo que ella temía encontrarse, un oso polar macho, era adulto con afilados dientes y enormes garras, pero esta vez haría que aquella aparición fuera a su favor y apuntó a aquel oso el cual parecía mirar el combate y pensar quien de los dos magos sería su primera presa por allanamiento de morada. - Oppugno -susurro provocando que el animal estuviera bajo su control mental y rápidamente le ayudó a decidir aquella decisión de a por quien ir - Ve hacia Sean y dáñalo de muerte- y como Dragona le indicó el oso, que estaba a 5 metros de Sean, corrió hacia él y con sus zarpas le hizo múltiples cortes en el pecho para luego morderle con sus afilados dientes una de sus manos la cual sostenía la varita provocando que Sean no pudiera cogerla ya que se le rompieron las falanges y esta cayera al suelo. - Pues sí, ¿algún problema con eso?-sonrió ya sabiendo que el mago seguramente se habría dado cuenta de que la había comprendido que la había subestimado. - ¿Es que teme que te derrote una chica? -dijo con un tono un poco burlón para devolverle la jugada y que sea este quien se enfureciera.
  4. Llegó a aquella sorprendente cueva de hielo, sin duda la había dejado con la boca abierta, parecía como si el cielo se hubiera congelado y se podía tocar. Había muchas rocas en aquel lugar y un pequeño río en el medio. A primera vista no parecía haber ningún animal en aquel lugar, esperaba no toparse con ningún oso polar que tuviera allí su casa. Le gustaba mucho la nieve, pero nunca estuvo realmente en el hielo ya que nunca antes había salido de España hasta que llegó a Londres, pero ahora tenía la ilusión de querer verlo todo, se sentía llena de energías en ese momento, sin duda alguna era su día. Llegaba unas botas, un pantalón negro y una chaqueta del mismo color para resguardarse de aquel frío, por encima de su ropa llevaba su capa roja la cual la abrigaba más de forma que no pudiera coger un resfriado, ya que quería seguir con esas energías por muchos días. Se centró en lo que la llevó a aquel lugar, habían mencionado que había un asesino suelto y había encontrado la información de que venía mucho por ese lugar, seguramente sería su escondite o algo por el estilo, esperaba que no fuera ninguna trampa... Cogió su varita estando atenta, no tenía nada cerca suyo en un radio de siete metros, una distancia prudente sin duda. Se encontraba lista... esperaba poder encontrar a la persona que buscaba y matarla... Delante de ella vio una sombra, al otro lado de aquel pequeño río a diez metros de ella se encontraba alguien. No dudó de que podía ser aquellas persona ya que ¿quien más iría allí? Lo apuntó directamente sin preguntar siquiera y pronunció. - ¡Sectusempra! -provocando que de su varita saliera un rayo que luego impactaría en aquella persona desconocida probocándole graves heridas sangrantes que le llevarían a la muerte. - ¡Me voy a vengar por lo que hiciste, asesino! -sentenció dando por hecho de que era él.
  5. Ya todo se había relajado y todos se habían olvidado del incidente del libro quemado, todo estaba como si nada hubiera pasado. Era una suerte que no estuviera el propietario del local o le hubiera dado un ataque por que quemaran uno de sus libros. Miró al chico quien se presentaba, realmente... no recordaba haberlo visto en la academia, sabía que le sonaba de algo pero no recordaba cuando, su memoria a veces era pésima, no le gustaba que le dijeran aquellas cosas que debía saber y que realmente no recordaba. No dijo nada para no interrumpir su presentación y en su mente se quedó con lo básico haciendo una leve lista, había conocido ya a muchos aurores pues en su familia había varios, suponía, de momento solo había visto a Robb trabajando en aquel lugar, igual le conocía. Miró a Morrighan quien se presentaba primero y luego les hacía esa pregunta y asintió con la cabeza acerca de lo de la Academia. Realmente ella tampoco estaba enterada de mucho cuando llegó a este lugar hace tan solo un mes. - La Academia de Magia y Hechicería es donde los magos van para aprender... -casi iba a decir para aprender a sobrevivir, esperaba que si la chica fuera a la Academia no tuviera la excursión que tuvo ella- Es una escuela de magia -resumió ya que no sabía como explicarlo mejor. Claro que para ella... escuela de magia y una leche, ahí más bien parece que los profesores quieren librarse de los alumnos, parece que tuvieran una norma para eso o alguna manía, igual había demasiados alumnos y por eso intentaban matarlos de aquellas maneras.
  6. Abrió los ojos sorprendida cuando delante de ambas apareció un libro en llamas, por suerte no fue a más y todo quedó arreglado gracias a aquel chico de antes. No pudo evitar impresionarse por como reparaba todo, aún se sorprendía las cosas que se podían hacer con la magia ya que antes donde ella estaba esta estaba demasiado limitada por el riesgo de que los muggles se dieran cuenta de su existencia y te quemaran en la hoguera o algo por el estilo. ¿Quién habría sido el que provocó aquello? No le parecía muy chistoso eso de quemar un libro, si fuera uno de la escuela aún un poco lo entendería. Por suerte no ocurrió nada grave así que tampoco había porqué alarmarse tanto. No había tantas personas en aquel lugar como para intentar descubrir quien sería el culpable pero tampoco quería montar una polémica en aquel lugar donde normalmente la gente va para estar en un sitio tranquilo. Ocultó una risa ante el comentario de Morrighan, parecía que se le ocurrían siempre frases muy ingeniosas al momento, al contrario que ella que siempre se le pasaban por la mente cuando ya era tarde o cuando ya no venía al caso. Miró a su acompañante, ella tampoco había sufrido daño alguno así que todo siguió como estaba con la diferencia de que ahora serían uno más, si el chico quisiera estar con ellas claro estaba. - Yo soy Dark Dragona -se presentó ella también después de Morrighan y también le indicó que se sentara con ellas, parecía un chico educado y agradable que no rechazaría la petición de dos damas, además de que a ambas les debía una por haberlas asustado un poco con aquel espectáculo del libro en llamas.
  7. Intentó memorizar su nombre el cual le había parecido muy bonito, lo había escuchado muy pocas veces pero siempre le había parecido que aquel nombre tenía clase, por eso le llamaba la atención. Sin embargo antes no había conocido a nadie que lo tuviera, solo lo había visto en algunos libros o autores. La escuchó hablar mientras le contestaba a su pregunta, al menos no le había parecido mal que se dirigiera a ella porque había conocido a personas, curiosamente la mayoría chicas, que no le gustaban hablar con desconocidos o que preferían estar sola, eso dependía también de la personalidad de cada uno. No los culpaba, había veces que Dragona también sentía que necesitaba estar sola. Cogió el libro que tenía entre sus manos y el jugo que el elfo le había dado y siguió a la chica mientras pensaba quien sería el otro chico que se había sentado en la otra mesa, sin duda parecía agradable, le sonaba de algo, igual lo había visto de pasada cuando fue a algún lugar pero no recordaba donde, tampoco le sonaba como alguien importante, aunque igual lo era, quien sabe. Se sentó en una de las mesas donde Morrighan se sentó y dejó allí el batido, le agradaba tener a alguien con quien platicar solo esperaba que no le estuviera molestando ya que era probable que hubiera venido allí tan solo para leer, no sabía si quisiera entablar una conversa, aunque por el momento bien que podía haberse negado y más la invitó a estar con ella así que no tenía porque precipitarse, solo tenía que encontrar temas interesantes...
  8. Levantó la vista cuando vio aparecer una chica en aquel lugar que le llamó la atención, no solo porque se acercó a ella sino porque pidió un libro sobre dragones y, como bien indicaba su nombre, eran sus criaturas favoritas. Sin duda siempre había estado hipnotizada por esos animales infernales aunque nunca supo porqué, tal vez sería cosa de su padre seguramente ya considerando como era su casa, claro que aún no lo había conocido... El elfo le dio el jugo a Dragona tal como se lo había pedido mientras un chico se acercaba a ambas para darle el libro que la mujer había pedido, sin duda muchas casualidad pero fue una suerte aquello sin duda. Miró como se alejaba el chico, parecía que se conocían de algo pero no quiso entablar ninguna conversación así que tampoco parecían tan cercanos. - Hola, me llamo Dark Dragona -le sonrió a la mujer que se había acercado cuando acabó de hablar con aquel hombre- ¿Quieres tomar algo? -dijo ofreciendo el asiento que tenía al lado -¿Te gustan los dragones? -le preguntó imaginando que la respuesta era afirmativa ya que sino no hubiera cogido aquel libro por lo que la pregunta era un poco absurda pero era la mejor que había encontrado.
  9. Miró los libros que el elfo le dio y miró los autores que había escogido. No pudo evitar esbozar una leve sonrisa al ver que uno pertenecía a Descartes, nadie se pensaría el porqué le daba tanta gracia aquel nombre, pues detrás de esa sonrisa había una historia... peculiar. - Muchas gracias -le sonrió cogiendo la Metafísica de Aristóteles, esperaba poder entenderse, sin duda tenían libros muy buenos. Pensó un momento eso de tomar algo, no sabía cuanto tiempo podía quedar por ahí pero por el momento tenía todo el tiempo del mundo así que no vendría mal tomar algo aunque fuese de beber ya que ella no era ningún demonio que pudiese vivir sin comer nada, menos siendo ella. - ¿Tienen algún batido? -preguntó sintiendo que quisiera uno de fresa, sin duda ese era su favorito.
  10. Miró el piso de arriba que el elfo le mostraba, parecía tan grande o incluso más que el primero a pesar de tener todas esas cosas para sentarse e incluso tomar algo. Iba a ser imposible leer todos esos libros pero de todas formas eso no le iba a impedir que viniera para leer algunos que necesitase o, como ahora, por simple gusto. Asintió con la cabeza y subió aquellas escaleras. Se sentó en uno de los sillones sintiendo que eran muy cómodos, uno casi podría dormirse en ellos que se sentiría en una nube. De igual forma no lo iba a hacer porque, además de no tener sueño, eso era una grosería, pero si le gustaría llevarse esos sillón para su casa. Recordó que el elfo iba a ir por los libros que le había dicho, esperaba que no le trajera todos ya que sería bastante desorden luego volver a colocarlos. Además de que todos era imposible de leer no solo por el grosor sino por la complejidad que estos tenían. En un principio nunca se había interesado por la filosofía, prefería la fantasía, pero ahora en este tiempo le gustaba de todos los géneros, o al menos todos los principales. Le había comenzado a gustar la filosofía cuando se la explicaron bien, como debía de ser, mostrando todo lo positivo de esta y sin que pareciera aburrido. Aun no había leído ninguno de los libros que decían había que leer por orden, ya que sino uno no se enteraba, así que esperaba que de los libros que el elfo trajera estuviera ese. De todas formas aunque no lo hubiera había conocido quien leyó una saga por el final, no se había enterado de nada hasta que leyó el primero claro, pero luego sí se enteró porque pasaba tal cosa. Igual esto sería lo mismo solo que un poco más complicado ya que no trata solo una historia. Miró abajo sin levantarse para ver si el elfo iba a tardar mucho, luego ojeó con la mirada aquellos libros que allí se encontraban. Sin duda había toda una colección digna de admiración. Esperaba poder coger alguno para leerlo en su casa por si se había muy tarde y tenía que volver. No le daba miedo la noche, pero sí quedar como un zoombie por culpa de la falta de sueño.
  11. Hola ^^ venía a apuntarme (sino para que escribiría aquí? xD) es un placer estar con vosotros. Vamos a pasarlo bien y a cometer muchos actos de locura! aquí dejo la infromación que se solicita, espero que esté todo correcto y no haya ningún problema, si es así avisadme. Saludos ^^ Nick: Dark Dragona Nombre: Natalia Edad: 17 Fecha de cumpleaños: 29 Octubre País: España Skype: drak.dragona
  12. Hooola, siento dejar el juego de la madriguera pero ya todos sabrán que me voy asi que estoy no será sorpresa de que quiera desescribirme de la madriguera XD En fin, fue poco tiempo pero ya me voy. Recuerdos ^^ bueno, escribo un poco más para rellenar las lineas blablabla, creo que ya van más de dos XD un gusto conocerles. Hasta otra. "Adeus que eu voume"
  13. Se sorprendió al ver que Ironía la cubría, sonrió y vio que la cosa se calmó, parece que al fin comprendieron que lo que hicieron estuvo mal. Así que mientras Ironía la cubría ella escapó. No era bueno que se viera involucrada, aunque Alexis tampoco. Por suerte no se había caído su capa roja así que la conocerían ahora como la chica misteriosa de la capucha roja. Le gustaba ese mote de chica misteriosa. No sabía si decir alguna palabra, pero Ironía ya tenía bastante peligro como para que la distrajera, además de que con su voz podrían distinguirla. Salió del castillo de la Haughton para luego mirar un último vistazo a la mansión y salir corriendo de ese lugar esperando que su amiga estuviera bien. Le alegraba haber llegado en un momento tan oportuno y poder haberla ayudado. Finalmente corrió alejándose del lugar hasta que desapareció de vista de cualquiera.
  14. Vio que Alexis también vino aa yudar, a saber que hacía por ahí pero lo mismo podían preguntar de ella. No escuchó si Ironía le dijo algo, no le importaba, lo importante ahora eran sus herida. Se habían motivado demasiado. - Espikey -pensó apuntando a la herida de Ironía para curar definiticamente a Ironía del Sectusempra de Starling que le habían hecho y luego volvió a pensar siguiendo apuntando a Ironía- Espikey- para terminar de curar a Ironía del Cyclone Maximus de Hank. Luego de eso la siguió saliendo con ella del campo de batalla. Al menos por suerte había llevado la capucha por lo que nadie la reconocería.
  15. Vio como estaba herida su compañera, no entendía porqué la atacaban de esa forma pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras hacían algo que no tenían permitido. Cogió su varita apuntando a la herida de Ironía pensando- Espikey -para curar a Ironía del Sectusempra de Starling que le habían hecho y luego volvió a pensar siguiendo apuntando a Ironía- Espikey- para curar a Ironía del Cyclone Maximus de Hank. No sabía que estaban haciendo, pero no podían atacarla, eso lo tenía claro, y fuera lo que fuese que vinieron a hacer ya lo habían hecho y por tanto podían retirarse, si querían aún más acción no debían meterse con alguien que aún estaba en duelo básico como Irony y ella, además, no tenían ninguna prueba contra ella.
  16. Caminó por el lugar, le parecía que iba bien, la casa Haughton estaba por ese lugar. Quería hacerle una visita a Iro para explicarle lo de su primero y que no pensara mal entendido. Esperaba que no se hubiera imaginado alguna cosa que no fuera cierta, porque realmente no había tenido mucho contacto con él aunque pareciera más. Iba con el rostro cubierto por una capa roja que le llegaba hasta abajo por las nubes que en el cielo se comenaban a oscurecer, ahora mismo no le apetecía sentir la lluvia. Cuando llegó se sorprendió al ver tanto revuelo, no comprendía que estaba pasando. Fue hacia la casa donde vio a varias personas que no logró ver bien. ¿Qué estaba pasando? No sabía si sería alguna disputa familiar o algo... por si acaso se mantuvo alerta, a ella no le habían avisado de ninguna redada así que debían ir por libre. Como fuera, tenía que saber como estaba su compañera. Entró en la casa procurando que nadie la viera y la vio en el hall sin ver a las demás personas que había, solo ella pues la seguridad era lo primero, aunque le había sonado familiar una voz que escuchó, no quiso ver de quienes se trataban. -Iro... -corrió hacia ella viendo que parecía herida, se molestó bastante, creía que NO podían ATACAR a los ESTUDIANTES. Eso era algo que le habían explicado bien. No le importaba quienes fueran, si alguien necesitaba ayuda tenía que ir por él, más si era alguien que aún no se había graduado y que por NORMA no podía ser atacado.
  17. Hola! me llamo Dark Dragona, vine aquí por petición de Memi realmente no para unirme a la familia sino... para pasarme ya que ya tengo dos familias. Bueno, aquí dejo la ficha con mis datos, espero que no haya problema en que me pase por la casa a saludar, además de que soy hija de Vrael y tan raro no quedaría. Saludos.
  18. Hola! me llamo Dark Dragona, encantada de estar aquí. Bueno, aquí dejo mis datos que pedís, espero que no haya ningún problema. Quisiera estar aquí porque creo que tengo mucho fuego en mi interior que quiere salir como el ave fénix y si no lo dejo liberar es posible que acabe explotando XD por eso creo que mi lugar está aquí (creo que ya rellené linea suficiente, eh aquí el cuestionario ^^) Saludos.
  19. Se apenó un poco no poder verlos pero no importaba, seguramente tendría tiempo en otro momento cuando estuvieran listos. Era comprensible si el lugar acababa de abrir hace poco. Pensó un momento que libro le interesaba y entonces recordó unos que le gustaría leer. - Me parece bien -esperaba que tuvieran buen té porque en eso era de gusto difícil- ¿Hay algún libro de filosofía? -le dijo al elfo, sino tampoco importaba, podía pensar en buscar algún otro como poesía.- O por cierto, me llamo Dark Dragona -le dijo sonriendo, un poco tarde pero mejor tarde que nunca, además de que era probable que fuera una cliente habitual en aquel lugar así que tenía que presentarse. No sabía muy bien como actuar con los elfos, ya que siempre le parecía que eran demasiado miedosos, aunque lo comprendía ya que algunos podían llegar a tener amos bastante duros, por eso a veces ella no sabía muy bien como tenía que actuar, prefería no tener ningún elfo, sería útil en algunas ocasiones pero a Dragona le gustaba hacer las cosas ella misma. Eso fue algo que le había enseñado un amigo suyo tiempo atrás...
  20. Le alegró saber eso, la verdad es que últimamente no le molestaba tomar algún té, le venía bien para relajarse algo, además de que los pastelitos también nunca estaban de más. Sin duda le agradaba ese sitio. Pensó en esos libros tan misteriosos que no eran normales, eso le sonaba interesante, quisiera saber cuales eran, pero no sabía si era algo prematuro aún si ni siquiera habían inaugurado. - ¿Podría ver esos libros tan escasos? -le preguntó para resolver sus dudas, pero igual los dueños de la tienda aún los querían tener guardados. Era la primera vez que escuchaba eso de tiraje, pero supuso que quería decir eso de que su venta fue muy escasa y por eso eran muy especiales al haber tan pocos de su edición, lo que los hacía únicos, eso le daba más curiosidad.
  21. Se paró en seco, al ver que un alfo aparecía de pronto delante de ella. Parecía que los dueños estaban ocupados pero al menos tenían elfos los cuales podían atenderla. - Encantada Leto. Verás... -pensó bien lo que iba a decir, nunca sabía muy bien como tratar con un elfo- quería leer un libro y -claro, para que otra cosa habría venido aquí- ... ¿se puede leer aquí o hay que comprarlo? -preguntó, ya que antes de comprar un libro quería saber de que trataba, y también por si algún día necesitaba alejarse de todo saber que tenía este lugar para eso.
  22. Paseaba por las calles del callejón, quería descansar un poco, ver algún otro local nuevo. Entonces sus ojos se iluminaron al ver lo que parecía ser una librería. No dudó en entrar y sus ojos se abrieron al ver tan cantidad de libros. Se adentró con pasos lentos mirando la cantidad de libros que había, este iba a ser uno de sus lugares favoritos también. Parecía que tenían gran variedad de género. Miró a sus lados para saber si había alguien. - ¿Hola? -preguntó, le gustaría ir a las estanterías donde estaban todos los libros pero no sabía si debía esperar a que supieran al menos que tenían un cliente.
  23. Hola, venía a que me cambiaran la ficha ^^ Aquí les dejo todo lo que me gustaría que pusiera nuevo, ya pongo la ficha entera aunque algunas cosas no las modifique pero como es una letra distinta la que también quiero que cambien ya la relleno completa de nuevo. Gracias: Nombre del Personaje: Dark Dragona Sexo: Femenino Edad: Aparenta 17 años Nacionalidad: Española Familia(s): Familia -- Targaryen Familia Adoptiva -- Black Lestrange Padre(s)Sanguíneos: Padre -- Vrael Targaryen Madre -- Euterpre Padre(s) Adoptivos: Padre -- Jocker Black Lestrange Trabajo: -- Rango Social: Aprendiz Bando: Neutral Rango dentro del Bando: -- Nivel de Poder Mágico: 0 Puntos de poder en objetos: 20 Puntos de poder en criaturas: Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: -- Raza: Humana (con alteraciones genéticas) Aspecto Físico: Mide 1'65; tiene el pelo largo, de color castaño oscuro, liso y con el flequillo a un lado el cual le tapa el ojo derecho; su piel es blanca; los ojos verdes claro con pupilas achatadas; sus labios tienen forma de sonrisa y con algún corte de costado por su manía de morderlos. Tiene una figura envidiable, con el pecho no muy grande, una cintura fina y unas caderas perfectas. Su aspecto en un principio parece inocente y delicada. Cualidades Psicológicas: Es muy bipolar, pero siempre es sincera; si tiene una meta no cesará hasta conseguirla. Le gusta la lectura (de muchos géneros diferentes) y le encanta los dragones. Puede llegar a proteger a alguien que aprecia con su misma vida. Tiene varias personalidades, cinco para ser exactos: Hikari White, la inocencia y la esperanza; Abismo Tenebrus, la nada y la inexpresiva; Yurena Light, la valiente y la guerrera; Furia Furore, la asesina y la atracción; Dark Dragona, la amable y la sanadora. Dentro de esas cualidades hay mucho más que destacar pero que es ya más complicado. Ella es como un libro abierto así que fácilmente se puede ver si está triste o alegre o si algo le preocupa. No dudará en acudir en ayuda de sus amigos y hará todo lo posible por ellos. Historia: Su madre se llamaba Euterpe, era pobre y siempre tuvo que saltar de sitio en sitio sin saber a donde ir exactamente, en aquellos lugares donde ella podía encontrar trabajo se quedaba poco tiempo. Al final acabó viajando por muchos lugares. Euterpe tenía el pelo rojo, pero era un rojo muy claro el cual parecía que se tenía de rosa. Sus ojos eran marrones, pero parecían como si tuvieran algún toque amarillo arenoso si se le veía bien. Era hermosa, parecía delicada pero a la vez fuerte, y destacaba sobretodo por sus canciones. Trabajaba sobretodo en los bares como camarera y cuando podía atraía a la clientela como cantante. Venía del mundo mágico pero allí su familia la odiaba. La echaron y la abandonaron en la primera ruta que vieron, desde entonces Euterpe había tenido que valerse por sí misma desde los siete años. Huyendo de los que la trataban de bruja. Dio a luz en Galicia, en un pueblo gallego. Allí fue donde se quedó mucho tiempo, pues ese lugar era el más apartado y abandonado de todos. Trabajó también como granjera, se podía ver que allí era muy feliz. La niña, bautizada con el nombre Dragona (en nombre de su padre que ella sabía que le gustaba los dragones), con cinco años ya sabía anda y hablar, aunque le costaba un poco ambas cosas. Todas las noches su madre le contaba un cuento para que se durmiera. Una noche, la niña le pidió que le contara como era su padre. - Un chico... peculiar -pareció pensar la madre- Te pareces mucho a él. Tiene muchas energías y es muy valiente. Un poco cabezota, pero honrado. - ¿Donde está papá ahora? - Llendo hacia el norte, en aquel mundo mágico. -la niña eso le sonaba maravilloso, quería ir allí para ver a su padre. -Pero es mejor que el no venga, aquí está demasiado peligroso -la mujer desvió la mirada, la niña siempre se preguntaba de que se escondía, quienes la perseguían. Pero jamás obtuvo respuesta, su madre siempre le cambiaba de tema. -Pero ya verás, algún día iremos junto a él, y seguro se pondrá muy contento de verte. Esa fue la última noche que pudo pasar con su madre, pensando en su padre Vrael. El día transcurrió con un aire tenso y esa noche oscura en la que las nubes lo tapaban todo unos hombres de negro asaltaron el pueblo. Euterpe corrió hacia la habitación de Dragona y la metió dentro del armario. - Quédate aquí... no hagas ningún ruido -le ordenó. - Mamá... -dijo la niña asustada sin saber que estaba pasando, se escuchaban golpes, disparos y pisadas muy fuertes. La madre la miró y la abrazó con fuerza. - Te quiero -fue lo último que escuchó de ella antes de que esta cerrara la puerta del armario. La niña se abrazó a sus piernas, esperando que su madre regresara. Quedó despierta toda la noche, con la esperanza de que volviera a buscarla. Mucha gente pasó por la casa, y ella no respiró siquiera procurando hacer caso a su madre de no hacer ruido. Cuando llegó la mañana, todo pareció haber cesado. Ella se encontraba cansada, pero quería seguir esperando a que alguien la viniera a buscar. Entonces la puerta del armario se abrió y vio a un señor con bata blanca. La luz que se filtraba por una de las paredes rotas la cegaba así que no pudo ver bien su rostro, al final cayó rendida por el agotamiento. Ella no recuerda nada de eso, el primer recuerdo que tiene es el de una oscuridad inmensa, no veía nada. No supo cuanto tiempo estuvo así, sin poder abrir los ojos, ni si quiera sabía donde estaba. Entonces divisó una luz, y en su cabeza resonó una voz que le resultó familiar... la de su madre: Busca a tu padre... Vrael Targaryen... en el mundo mágico... ¿Sería alguna clase de sueño? ¿Estaría enloqueciendo? Cuando abrió los ojos se encontró en una habitación metálica con muchos aparatos electrónicos. No recordaba nada... Se llevó una mano a su cabeza. Sí... algo recordaba, esa voz que acababa de escuchar... era su madre. Y ella... vagamente podía recordar. -Bienvenida... -miró a su lado, la poca luz que había le dañaba los ojos. Pudo distinguir al hombre y sintió como un deja bu al ver aquella vata blanca. Pero esta vez logró ver su rostro.- ...Dark Dragona -le dijo. Era un anciano, casi sin pelo y con gafas viejas. Estaba acompañado de un joven, de más o menos quince años. Intentó profesar lo que le decía. Dark... Dragona. ¿Ese era su nombre? No lograba recordar. Miró su mano, en ese momento se sintió extraña. Miró todo su cuerpo y luego giró la cabeza a otro lado donde se vio en un espejo de cuerpo entero. Aparentaba 17 años. Tenía una figura envidiable. Pero no muy grandes, pero cintura y caderas perfectas, su pelo casi negro, realmente era castaño oscuro, y sus ojos... ya no había rastro de esos ojos marrones que ella no recordaba, ahora eran verdes, muy verdes, y tenía las pupilas achatadas. Por un momento le pareció los ojos de una serpiente... o quizás un gato, o un dragón. Dependiendo de como se viera. Llevaba un top blanco sin tirantes que le dejaba mostrar toda su cintura. En esta vio una especie de tatuaje como una pluma. Unos pantalones cortos color verde oscuro y en sus pies llevaba una tobillera la cual tenía una bola verde de adorno que le resultó algo extraña. Se sentó sobre la cama donde estaba sin dejar de verse en el espejo. Esa... ¿era ella? Despacio, puso sus pies en el suelo sintiendo el frío metal. Por un momento tuvo que apoyar sus manos en la cama para no caerse pues sus piernas le temblaban. Cuando al fin logró mantenerse de pie, caminó despacio hasta el espejo y alzó una mano para tocar su rostro reflejado en el cristal. - Hoy ha nacido un nuevo ser -escuchó al científico tras su espalda y se dio vuelta para verlo.- Mi creación... ¡ha sido todo un éxito! -se regodeó- Si es que soy un genio. Pronto comenzaremos con el entrenamiento para saber de que eres capaz. La sonrisa de aquel hombre le produjo un escalofrío que no supo explicar. Pero la mirada del joven, quien parecía ser su hijo, emanaba cierta preocupación. No entendía muy bien... que estaba pasando. Al día siguiente se despertó en su nuevo cuarto, uno sencillo en el que solo había una mesa y un escritorio. Había jaleo afuera. El chico que había visto el otro día abrió la puerta de pronto y la agarró por el brazo. - Corre, escapa -le dijo. Ella no entendió nada pero lo hizo. Había destrozos por todas partes y el fuego consumía algunas paredes. Cuando ya al fin veía la salida, sintió un golpe en la nuca, y de nuevo el negro lo inundó todo. Esa vez, cuando despertó, lo primero que vio fue unos ojos marrones que la miraban fijamente. Era un chico joven, apuesto, con barba de dos días y el pelo castaño. Desvió la mirada cuando vio que ella despertaba y se dirigió al grupo que estaba en la sala -Despertó -Dark Dragona levantó medio cuerpo sin comprender muy bien donde estaba. El lugar era de madera, y había muchos papeles de todo tipo. -Tranquila, no te haremos nada.-le dijo el chico mientras por detrás podía escuchar "ella debe de ser el experimento", "el arma definitiva", "nos será útil". Quedó con ellos, moviéndose de un lado a otro, no entendía muy bien de que trabajaban ya que parecía que no paraban de matar gente. Según ellos eran los defensores de la verdad y mataban a todo aquel que estaba en contra de ella. Más tarde se enteró de que eran Mortífagos por lo que dijo una de sus víctimas. No entendía porque la llevaban con ella, igual esperaban algo de ella. Realmente en ese momento... no sentía, no le importaba nada, era como si tuviera todo sentimiento anulado, como si fuera una simple sombra. Aún así la ayudaron a defenderse, como allí no podían hacer magia ya que los descubrirían, la entrenaron en la lucha y en el arte de las armas. Allí descubrió que podía ver espíritus, personas que murieron y los demás no veían, le fue muy útil a la hora de buscar información y conocer muchos más secretos. Aquel chico de ojos marrones siempre estaba con ella, era su entrenador personal, y su mejor amigo. Eran inseparables, como hermanos. En muy poco tiempo incluso se enamoró de el. Pasaron pocos meses, pero ya era uno de ellos, reía con ellos y luchaba con ellos. Le gustaba estar allí, y sobretodo con él. Pero llegó un día inesperado, en el que magos que no eran Aurores pero tampoco Mortífagos y no trabajaban para el Ministerio llegaron. Todo había quedado destruido, y muchos murieron, había cadáveres por todas partes. Luego de librarse de uno de los intrusos, corrió a buscar al mortífago. Tenía una herida en la pierna y otra en la muñeca pero poco le importaba. Al fin, lo encontró, corrió hacia él alegre de que estuviera vivo. Pero entonces antes de llegar a su lado se pasó en seco. El filo de una espada que el chico empuñaba apuntaba directamente a su pecho. Lo miró sin comprender, y entonces el chico sonrió de lado, esa sonría diabólica llena de orgullo y sed de sangre que ella conocía tan bien. De verdad... ¿iba a matarla...? ¿Por que...? Una sombra apareció detrás del chico. Una mujer de cabellera naranjada con sonrisa arrogante. - Eso es... ella es también una de tus enemigos... debes acabar con ella y todo habrá terminado... -había poseído al chico, o borrado su memoria y convencido de una historia que no era la verdadera. Una lágrima corrió por las mejillas de la chica, era la primera vez que lloraba... Justo el chico empuñaba la empuñadura con fuerza para clavársela cuando vio su lágrima y se detuvo en seco. La mujer no comprendió que pasaba. Qué iba mal. Entonces el mortífago, luchando por decirle algo a Dragona susurró de forma que solo ella podía escucharle... - Mátame... -Dragona sintió una puñalada en el corazón. No podía hacer eso... no podía. Entonces él dejó caer su espada en el suelo. La miró, sabiendo que si no lo hacía pronto... el control volvería sobre él y sería demasiado tarde. Dragona, casi en shock, cogió su espada y le apuntó el pecho. No... no podía hacerlo. Le temblaban las manos y le ardían los ojos. Tenía que haber otra manera. La mujer furiosa alzó su mano hacia la cabeza del chico, iba a controlarlo de nuevo cuando entonces el mortífago movió bruscamente su propio cuerpo hacia delante clavándose la espada que Dragona tenía apuntando hacia él. La chica abrió los ojos, temblando. No podía... creerlo. Sentía la sangre correr por su cuerpo, no podía soltar la espada... no podía moverse, estaba petrificada. Con las últimas fuerzas que a él le quedaban la abrazó con fuerza sin importarle que la espada se le clavara más. Sonrió tiernamente como nunca en su vida lo había hecho, y al igual que ella, una lágrima también calló por su mejilla. Sentía su aliento frío en su oreja al tener el mentón del chico sobre su hombro, y este susurró sus últimas palabras... - Princesa... Te amo... -en ese momento, su corazón dejó de latir. Dragona se había quedado sorprendida de que él también la quería... y tenía que haberse dado cuenta ahora... ahora... Gritó, un grito fuerte y largo que asustó a todo ser viviente que se encontraba en su radio. La mujer decepcionada. Se dio la vuelta para irse pero entonces Dragona bajó la cabeza de forma que no se vieran sus ojos. Dejó al chico acostado en el suelo y le besó los labios. Luego, cogió su espada y se levantó del suelo. Poco recuerda lo que pasó después. Solo supo que aquella mujer había tenido la peor de las muertes. Ahora su cabeza colgaba en la más alta torre y su cuerpo estaba descuartizado, habiendo sido apuñalado una y otra vez incluso después de haber muerto. Dragona abrió los ojos, se sentía hundida, sin meta a donde ir, sin objetivo de vida... todos sus amigos muertos, él... muerto. Se sentiría culpable por el resto de su vida, había sido su culpa. - Gracias... -escuchó la voz del chico, y pudo verlo delante de ella. Se sintió paralizada sin poder movier su cuerpo, queriendo abrazarlo de nuevo. Este le sonrió y se acercó a ella, veía como su cuerpo iba desapareciendo. Puso sus manos sobre los brazos de Dragona sin tocarlos ya que los transpasaría y luego posó sus labios sobre los suyos. Dark cerró los ojos sintiendo el frío de sus labios traspasar levemente los suyos y el chico fue desapareciendo poco a poco hasta que no hubo rastro de su espíritus. Dragona abrió los ojos, se sentía algo mejor aunque su corazón seguiría roto por siempre. Se secó los ojos y miró al frente pero realmente no sabía donde ir. Entonces sonó la voz de la mujer en su cabeza << Busca a tu padre... Vrael Targaryen...>>. El Mundo Mágico... era lo único que le quedaba ahora. No sabía si su padre sabría de su existencia, si la aceptaría o si creyera que era su hija. Pero era lo único que le quedaba. Así que allí fuera, rumbo al Mundo Mágico. Estaba sola, pero sentía que aun así la acompañaban. No, no estaba sola, sentía que ahora tendría una nueva vida... con él acompañándola. Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos: Objeto 1: Varita mágica. Madera de Serbal, 27 cm. Núcleo de escamas de dragón. Semi flexible, especial para hechizos de fuego. - Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto 2: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Mascotas y Criaturas: Criatura 1: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Criaturas en la reserva: Criatura 1: -- Clasificación: -- Puntos de poder: -- Elfos: Elfo 1: -- Elfo 2: -- Licencia de Aparición: -- Licencia de Vuelo de Escoba: -- Registro de XXX: -- Otros datos: Tiene inclinaciones asesinas pero no se sabe con exactitud sus ideales. Puede ver espíritus. Encierra un poder que ella desconoce. Cronología de cargo: -- Premios y reconocimientos: -- Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda 104359 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Targaryen Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Black lestrange
  24. Ok XD entonces aquí tienes mis datos. (Perdón la tardanza estuve un poco liada estos días). Creo que va todo bien, si hay algún problema díganme ^^ estaré encantada de pasarme por su local en cuanto me digan. Saludos! Link a Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/104358-ficha-de-dark-dragona/ Link a Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/104359-boveda-de-dark-dragona/ Link de alguna familia: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78195-boveda-familia-black-lestrange/
  25. Vio como Irony se iba pero extrañamente había vuelto y... ¿se había sentado a su lado? No pudo evitar extrañarse pero en parte se alegraba por querer empezar desde cero. Vio a la otra chica que acababa de entrar y que había tropezado con un chico. Parecía un poco alterada pero no parecía que pasara nada fuera. Nunca hubiera imaginado que en un lugar así vendrían tantas personas. Se quedó con el nombre del chico, parecía fácil de acordarse porque a ella le costaba memorizar algunos nombres. Pidió un zumo de melocotón para tomar mientras hablaran, no sabía si el dueño del restaurante debía de estar sorprendido por tanta gente que había entrado tan de repente. No comprendió del todo lo que le quería decir Irony con su respuesta, ya que ella no había visto esa parte de ella, pero si no se habían conocido del todo entonces debían hacerlo ahora que era el mejor momento. No sabía muy bien como empezar una conversa así que miró a la chica que Radamantys había invitado para se uniera al grupo. - Hola, soy Dark Dragona -se dirigió a Mia una vez la chica se acercó.

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