Romina Black Lestrange

Estábamos en la tienda con Alessandra borracha y todavía la luz no volvía y se hacía imposible ver las cosas. Cuando le saque la botella se quejó y hasta me la pidió nuevamente pero no se la di. Luego empezó a zarandear a Morrighan pidiéndole que le dé la botella a toda cosa. Todo era tan divertido pero a la vez serio que no sabía si reírme por lo que pasaba o quedarme seria y seguir ayudando.

En ese momento observe a mi abuela regresar y apuntando hacia Alessandra le lanzo un Rictusempra que no pudo evitar y le impacto haciendo que se viera más graciosa de lo que ya estaba en ese momento. Parecida que ya se estaba poniendo un poco mejor porque empezaba a reaccionar cuando la amenazaban con llamar a alguien.

-Abue… ¿Qué hay que hacer ahora?- le pregunte esperando que me dijera que tenía que hacer porque además de que venía a conocer el lugar también venía a trabajar y no me iba a quedar todo el día parada sin hacer nada.

No entendía como era posible que algo que estaba practicante ante nuestras narices no lo viera la mayoría de las personas que estaban presentes allí. No sabía si estaba loca o simplemente era mi imaginación pero parecía tan real que juraría que todo era cierto. De un momento a otro todos empezaron a caminar hacia una de las habitaciones de la cual provenía un grito como los anteriormente escuchados.

Al llegar no podía creer la cantidad de sangre que había y lo peor de todo era que un hombre estaba allí con un cuchillo y se lo clavaba. No pude evitar soltar un grito; nunca había visto a nadie hacerse eso. Solo lo había visto en las películas pero sabía que esto no era una película y que era real. El hombre parecía no sentir dolor; eso era muy raro pero así lo parecía.

En ese momento me detuve a pensar quien había sido la persona que me había convencido de venir a este lugar y porque. No lo recordaba, pero sabía que no venía por voluntad propia sino que o me habían obligado o de una u otra forma habían logrado convencerme. Al escuchar las palabras que decían no lograba entender como estaban tan distanciados los muggles de los magos; negué con la cabeza a la vez que quería salir corriendo de ese lugar. No aguantaba más esa locura.

Observe a Bel y a Adry acercarse a un misterioso baúl. Cuidadosamente me acerque a él porque en ese momento la curiosidad podía dominarme más que todo. Me asome un poco ya que no conseguía ver del todo bien y lo que vi no me gusto para nada; hasta pegue un grito. Eran cabezas metidas en frascos y también habían huesos. Lo primero que se me vino a la mente fe que este lugar estaba “embrujado” y que todo o la mayoría de las cosas que pasaban eran de fantasmas. Y seguramente esas cabezas y huesos eran de aquellos niños con los que antes habíamos estado.

-¿Qué significa todo eso?- pregunte mientras seguía mirando con curiosidad y asco lo que había en el interior del baúl-¿Qué tienes?- le pregunte a Bel mientras veía como se caía al suelo de un momento a otro; intente despertarla pero no reaccionaba o al menos eso creía-¿Y ahora? ¿Dónde se supone que esta el espejo?- pregunte a los que todavía estaban allí.

Mientras seguíamos a la profesora que se encaminaba hacia donde había una hermosa vegetación llena de árboles y plantas una chica comenzó a hablarme. Le sonreí para escucharla y luego responderle ya que seguramente se había llevado una mala impresión por mi manera de actuar hace unos minutos atrás.

-Hola; me llamo Romina- le dije ya un poco más calmada a la chica que me había hablado. Mientras íbamos avanzando intente escuchar todo lo que decían para no perderme de nada y tener que estar preguntando; nunca había logrado entender porque motivo no me gustaba preguntar a los demás cuando no me enteraba de algo.

No sabía que era lo que pasaba; el ambiente estaba demasiado raro y sumándole el hecho de que prácticamente no teníamos magia todo era aún peor. Camine siguiendo a todos mientras que un pequeño aguacero caía sobre todos nosotros y la vez sentía como unas ramas o tentáculos o algo por el estilo me tomaban por los tobillos y justo en el momento en el que iba a intentar cortarlos con una navaja que traía en el bolsillo esta se me cae y la planta que descubrí que era un lazo de diablo me tenía atrapada y mirando al suelo.

-¡Como los odio!- grite dirigiéndome hacia los profesores. No sabía ni lo que decía estaba tan enojada que lo único que hacía era columpiarme para ver si la maldita planta me soltaba y recordé que mientras más me movía iba a ser peor. Las ramas me apretaban los tobillos cada vez más y sentía como sus tentáculos o lo que tuviera empezaba a trepar por mi cuerpo y me apretaba aún más. Justo cuando iba a gritar algo se enrosco en mi boca y no pude evitar morder a la planta y sentir un sabor espantoso; pero valió la pena porque había logrado que me soltara o al menos eso creía. Solo me seguía sujetando de los tobillos y logre sentir un pinchazo y en ese momento sentía como que estaba despierta pero a la vez no. Era una sensación muy extraña. Cerré los ojos.

En ese momento muchos recuerdos venían a mi mente. Aunque hacia menos de un año que había llegado con mi familia no quería volver a vivir lo que había pasado en aquel orfanato muggle. Simplemente quería borrar todo de mi infancia y comenzar a vivirla desde ahora anqué fuera un poco tarde. Me sentía mareada, intentaba luchar para no recordar esas cosas pero llego un punto en el que no aguante más y los pocos recuerdos que tenia de estos casi catorce años parecían cobrar vida; era como si se salieran de mi mente para volverlos a vivir. Era algo bastante aterrador y parecía que todos los que estaban allí podrían verlo aunque mucho no me importaba que supieran mi historia no me gustaba hablar del tema y me ponía de mal humor.

FlashBack

Estaba jugando en el orfanato como cualquier niña normal de once años. Tenía solo tres amigas con las que estaba prácticamente todo el día metiéndome en pequeños problemas que no eran de mucha importancia. En ese momento estaba sola sentada bajo la sombra de un árbol y lo que había descubierto que podía hacer me había emocionado tanto que decidí contarles a mis amigas. Las lleve hacia el sótano para que nadie pudiera vernos ni oírnos. Estaba segura de que ellas se emocionarían tanto como lo había hecho yo.

-¡Miren! ¡Miren lo que puedo hacer!- exclame muy contenta por lo que había descubierto o creía descubrir. Levante la palma de mi mano sobre una pequeña cajita cerrada que había encontrado en ese viejo sótano, hice que la caja se elevara un poco y se comenzara a abrir lentamente. Mis amigas miraban asombradas ya que la pequeña caja había permanecido cerrada durante años y además con una llave que se había perdido.

-¿Cómo hiciste eso?- pregunto una de ellas con mucho asombro mientras seguía mirando como esta flotaba en el aire y se terminaba de abrir.

-No sé, lo descubrí hace algunos días creo que es eso a lo que llaman magia- le respondí a mi amiga muy contenta pero a la vez desconcertada.

La pequeña caja que parecía ser de mármol ya estaba completamente abierta. La tome con mis manos y pude distinguir un precioso collar de piedra verde llamada jade con una pequeña nota “este collar le traerá suerte para el que haya logrado abrir la caja”. Lo mire sorprendida y me coloque en el cuello; quizá eso me ayudaría a encontrar una familia y vivir con ellos.

-¡Dame eso ahora!- exclamo una chica a la que no había visto entrar- Dame ese collar o le diré a la directora que practicas la magia que aparecía en uno de esos libros- dijo esa chica mirándome a los ojos con mucha rabia y envidia pero al notar que yo no le hacía caso se echó a correr gritando por todo el lugar lo que había visto.

Salí corriendo del lugar hasta que me topé con una mujer que era muy alta, era la directora que en ese momento me llevaba a rastras hasta su oficina para hablar conmigo. Estando ahí me dijo muchas cosas y me amenazo de enviarme a un instituto en donde no adoptaban sino que se quedaban ahí hasta que eran mayores de edad. Mire a un costado y la chica que había acusado estaba feliz y burlándose de que me estuviera castigando; con una mirada hice que algo se le cayera en la cabeza y esta salió corriendo inmediatamente.

Recordaba que después de ese día me habían mantenido encerrada en una habitación oscura durante varios meses recibiendo solo pan y agua, sin poder ver la luz del día. Me quede pensando en el collar que llevaba puesto; quise arrancármelo del cuello porque lo que decía en la nota no era cierto y no me había traído nada de suerte, al contrario habían sido los peores mese de mi vida. También había estado pensando en que el collar hacia efecto en varios años no este mismo y me quede más tranquila.

En la habitación entro la luz del día que hace mucho tiempo que no veía y las primeras figuras que vi fueron de dos mujeres; una ya la conocía y la otra se presentó como la directora del instituto al que me trasladaría. Al llegar contemple el enorme edificio de aspecto lúgubre en donde pasaría los siguientes años de mi vida.

Años después cansada de la vida que llevaba dentro de ese lugar porque recibía constantemente castigos y era maltratada hicieron despertar en mí una personalidad que tenía completamente oculta. Había pasado de ser una chica alegre y tierna a ser una chica de carácter fuerte y que siempre estaba enojada.

Una noche logre escapar de ese espantoso lugar para comenzar una nueva vida después de haber descubierto que era una bruja gracias a una carta que me habían entregado diciendo que buscara a mi madre. Estaba contenta porque el collar había influido mucho en esto; era como una señal de que debería cambiar y empezar una nueva etapa de la vida y no recordar la anterior.

Ya estando con mi familia una noche de luna llena me muerde un lobo que hasta el momento no sabía si me convertiría o no. Aquella mordedura había cambiado nuevamente mi carácter ya que ahora era un poco bipolar y cambiaba constantemente de humor.

Fin FlashBack

Abrí los ojos lentamente queriendo gritar por haber recordado los días que había pasado en el orfanato y en el instituto que ya empezaba olvidar poco a poco. Estaba tan enojada que había olvidado que seguía colgando de los tobillos y no sabía cómo soltarme; lo único que quería hacer en ese momento era gritar y reclamarles a los profesores por la mala experiencia. Después de todo ellos nos habían traído a esta isla y habían provocado todo esto.

-¡Ya sáquenos de aquí, no quiero estar ni un minuto más en esta isla!- comencé a gritar muy enojada dirigiéndome a los profesores-¿Por qué no se les ocurrió otra mejor idea antes de querer matarnos a todos? Exijo una respuesta ahora- empecé a decir enojada pero a la vez estaba muy nerviosa por todo lo que pasaba y no sabía que es lo que pensarían los demás de mi comportamiento en ese momento pero de alguna forma u otra tendrían que entenderme-¡Los odio les juro que si no estaría atada los mataría!- grite aún más enojada dirigiéndome a los profesores.

No sabía que era lo que me pasaba; solo que me había atrapado el lazo de diablo y me había pinchado y eso había provocado que empezara a recordar o a revivir recuerdos que hace tiempo no venían a mi cabeza gracias a la familia que tenía.

@ Bueno por lo que entiendo creo que van a actualizar el árbol xD quería decirles si me podrían colocar como familia sanguínea porque esa era mi idea al principio pero como no entendía muy bien todo y la había puesto como que quería que me adopten por error xD Solo quiero saber si se o no y si el miembro que me había adoptado (Adryanie) me quiere como hija sanguínea o no. Listo eso era todo!

@@Marcellus Allan no es que no leí e.e pero tampoco me voy a poner a leer todo detalladamente ya que no ando con mucho tiempo y tengo que responder muchos roles. Solo quería que me digas si tienen que pasar necesariamente cuatro días para que me busquen otro oponente. Porque después si no llego a tres roles la tarea no cuanta y me bajan la nota *eso creo*. Solo era eso de ultima no me respondas y listo T_T

Hola! Perdonen pero no creo que vaya a leer todas las paginas que hicieron solo pude darme que dejaron tarea y nada más.

@@Marcellus Allan Quería preguntarte que pasa si mi oponente ya no postea más? Es que veo que ya pasaron varios días y no responde y además como veo que ya falta poco para que llegue la fecha creo que si no me ponen otro oponente o mi rival no responde no tendré nota de esa tarea. Espero a que me respondas.

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Estaba tan distraída que no lograba concentrarme. Todas las cosas que hacían eran completamente raras y desconocidas para mí que hasta me parecía que estaba tratando con gente loca. En ese momento alguien se presentó como el jefe de la oficina a la cual me había postulado a trabajar; lo único que hice en ese momento fue sonreírle y en un abrir y cerrar de ojos cuando iba a decirle mi nombre había desaparecido. Seguramente en otra oportunidad nos conoceríamos mejor.

Mire a Hayame, no logre entender como de un momento a otro cambiaba de carácter; primero estaba como seria y después hacia bromas o al menos eso parecía. Escuche los gritos de Xell, no podía creer que estaban desnudos eso no era normal o al menos para mí. Me acerque cuidadosamente hasta que la escuche decir que no me acercara. Sin importar lo que me decía me iba acercando hasta asomarme por el agujero y al ver que era cierto no pude evitar reírme y luego me gire hacia atrás y me quede sentada intentando procesar todo lo que estaba pasando; estaba a punto de volverme loca.

Mire con cara de desconcierto a Xell cuando nos daba unos trajes blancos parecidos a los que se usaban cuando querían estar cerca de las abejas. Observe a Kirara que parecía estar cada vez más nerviosa y buscaba a Matt a costa de todo. Se podía escuchar todo lo que pasaba en el piso de abajo pero a la vez intente no hacer caso a todo lo que escuchaba. Cosas de las que hablaban no las creía ciertas; los zombis.

-¿Zombis?- pregunte asombrada- ¿Esas cosas existen, no son solo de las películas?- pregunte mientras esas ganas de escaparme venían nuevamente a mi cabeza; era algo que no podía evitar y con tantas cosas que habían pasado lo más probable era que me volviera loca o que no regresaría jamás al trabajo sin importar lo que me dijeran.

Me había levantado muy temprano y mirando el reloj decidí taparme hasta la cabeza con mis sabanas para seguir durmiendo. Cuando estuve a punto de dormirme un ruido que provenía de la ventana me despertó y parecía ser de algún ave que seguramente se había estrellado o algo por el estilo. En ese momento estaba tan enojada porque no me gustaba para nada que cuando dormía o estaba a punto de hacerlo alguien me despertara. Salí de la cama no con el mejor de los ánimos pero salí; era el Halcón de Dragona y traía una carta.

Tome la carta y abrí más la ventana para dejar pasar al Halcón pero este lo único que hizo fue dejarme la carta en la mano e inmediatamente comenzó a volar hasta que desapareció de mi vista. Deje la carta encima de la mesa de luz para después verla con más calma ya que este momento estaba un poco enojada. Al regresar de la ducha me acosté en la cama dispuesta a leer la carta más corta que había recibido en toda mi vida. La carta decía que quería que empecemos el día con un combate en el cementerio que ella me había mencionado una vez.

La verdad de todo esto era que hoy no era mi día y que tenía ganas de quedarme en la casa. Pero por otro lado si no iba mi amiga pensaría que era cobarde y no quería enfrentarla. Resople varias veces pero al final conseguí calmarme un poco para poder hacer el duelo que ella tanto quería de la mejor manera posible. Me mire al espejo para acomodarme un poco la ropa; llevaba puesto un pantalón de jean, mis zapatillas y una remera manga corta.

Camine lentamente hasta llegar al cementerio; lo primero que vi fueron lapidas seguidas de huesos tirados por todas partes. Mientras me iba adentrando más note que Dragona ya estaba allí esperándome y preparada con su varita apuntando hacia donde yo estaba como si hubiera adivinado precisamente en donde iba a estar parada.

-Protego- grite cuando escuche a Dragona pronunciar su primer hechizo y apuntando con mi varita hacia donde se dirigía el rayo salió inmediatamente un escudo que absorbió por completo el rayo que ella había lanzado-Yo no me alegro mucho; no me das opciones para elegir el lugar y cuando apenas llego lanzas un hechizo de muerte sin saludar- que decepción pensé a la vez que negaba con la cabeza.

-Sectusempra- dije apuntando con mi varita al pecho de Dragona; el rayo recorrería la distancia de diez metros y le impactaría en caso de que no se lo curara moriría en el acto.

@@Marcellus Allan @ hay algo que no me quedo claro; de los hechizos bonificados se puede usar cualquiera o solo los del bando al cual aspiremos pertenecer? Bueno esa era mi duda xD espero que se entienda y si no es así me avisan y la intento preguntar de otra forma para que se entienda mejor.

@ Hola! Una pregunta; cuanto van a tardar en abrir los otros duelos? Y si llegan a pasar varios días más desde que no los abren; nos van a dar más tiempo para responder o va a ser hasta el 21? Bueno eso es todo; se que no es una duda pero me quede pensando en si era la única que no podía ver los duelos o que xD aunque suene ilógico u.u

Estaba cruzada de brazos mirando todo lo que pasaba a mí alrededor; la profesora se había acercado hasta las chicas y le había sacado la cerveza para luego arrojarla al mar. No entendía como esa chica se atrevía a traer esas cosas a una clase; una cosa era traer una botella de agua y un poco de comida y otra muy diferente eran traer ese tipo de cosas. Deje de darle importancia a eso y comencé a escuchar lo que decía la profesora para luego de que la mayoría caminara detrás de ella ir también. Mire al profesor y escuche las palabras que decía; no lo conocía pero sus palabras daban seguridad pero a la vez miedo.

Antes de caminar observe como se seguían provocando <<al menos eso hacía que esto fuera más divertido>>, pensé. No pude evitar largar una carcajada ante las palabras de la chica (Ley); no era de juzgar por las apariencias y por las cosas que los demás decían pero estaba bien claro que esa chica quería pertenecer a la orden. Mo volteé hacia la otra chica (Lunatica); no sé en que estaban pensando esas dos para seguir provocando a Alexis y sus hermanas. En un futuro seguramente lo único que se ganarían seria venganzas y más problemas.

No sabía de quien había sido la magnífica idea de traernos a una isla que parecía desierta y además sin magia y no pudiendo saber que peligros se nos avecinaban; después me puse a pensar que habíamos llegado hasta aquí con magia y con un traslador y que sin eso no lograríamos volver ya que en el mundo habían demasiadas islas como para distinguir cual era cada una de estas. Algo empeoraba aún más la situación; al mirar al cielo note que en cualquier momento se avecinaba una gran tormenta y todavía no sabíamos cuánto tiempo íbamos a estar allí metidos, tampoco sabíamos si lograríamos encontrar o hacer un refugio.

Camine siguiendo a la profesora y a dos chicas que también iban con un chico. Iba un poco alejado de ellos ya que no los conocía y por la primera impresión que me habían dado las dos chicas no sabía si me caerían bien. Los gritos de aquella chica me hicieron alarmar hasta el punto en que me hubiera gustado tener magia para callarla de una vez por todas. Mire para ver porque era que pegaba tales gritos y no pude creer lo que había visto; ¿un mamut, en una isla? Eso sí que era extraño pero a la vez sorpréndete porque se creía que estas criaturas se habían extinguido hace millones de años atrás. Lo primero que se me vino a la cabeza mientras caminaba y observaba al animal era que de alguna forma habíamos hecho un viaje en el tiempo; me frote los ojos intentando descartar esa idea absurda y volver a la realidad.

-No puedo creer que primero intentes ser valiente diciendo que debemos mantener la calma cuando tú misma eres la que provoca que nos alarmemos- dirigí esas palabras a la chica (Lunatica); en ese momento también me pareció que la chica se iba a unir a la orden y estuve a punto de decirle otra palabra más cuando Cirse apareció por detrás y fue directamente al mamut para tocarlo. No podía creer como la otra le había tenido miedo a ese tierno animal que parecía que venía de otro mundo porque había reaccionado de lo más bien.

-Creo que lo que debemos hacer ahora es mantener de verdad la calma- dije mirando enojada a la chica que podría haber provocado que el animal se exaltara y nos atacara-y continuar caminando para intentar sobrevivir y salir de esta isla recuperando la magia- comente para ver si alguien más pensaba como yo o era la única que tenía esos pensamientos.

Observe a Cirse que se hallaba montada en el mamut; se notaba a simple vista que a la chica le gustaban los animales y no sería capaz de hacerles daño. En ese momento no sabía porque estaba reaccionando de esa manera; parecía que estaba cambiando y que otra persona se estaba apoderando de mí. Estaba perdiendo un poco la timidez y me atrevía a hacer comentarios que hasta parecían sarcásticos y ofensivos para algunas personas allí presentes. Y de ninguna manera quería que alguno de los profesores me regañara ya que nunca en mi corta vida había recibido un regaño ni por parte de mi familia y mucho menos de algún profesor. Suspire pensando en esas cosas y pensando que siempre había una primera vez para todo.

Hola! Bueno paso a cambiar algunas cosas de mi ficha; lo único que cambia es la historia, el aspecto y las cualidades psicológicas porque el resto sigue todo igual. La pongo entera porque decidí cambiar la letra y los colores. ¡Saludos!

En medio de toda la confusión que habían provocado esos dos fantasmas traviesos no logre ver nada y mientras hablaba con Emilia no me había dado cuenta de que me encontraba tirada en el suelo. Escuche las palabras de mi abuela y no pude evitar soltar una carcajada; no veía nada de malo en hacer bromas si estábamos en un lugar que se dedicaba específicamente a eso. Me quede sentada en el suelo hasta encontrar mi varita que tenía en uno de mis bolsillos y murmure <<Lumus>> y de mi varita salió una luz que iluminaba hacia donde apuntara.

Me pare y mire a Emilia que estaba gateando hasta el mostrador y después se puso a hablar con un elfo para que traiga a Alessandra. Me quede tan impresionada cuando el elfo desapareció en un abrir y cerrar de ojos; nunca en mi vida había visto como esas criaturas desaparecían.

En poco tiempo la puerta se abrió nuevamente y una chica (Alessandra) se encontraba tirada en el suelo con una botella de Ron en la mano y llorando. Apunte hacia donde se encontraba mi abuela y aunque no la conocía mucho podría jurar que estaba enojada y que en cualquier momento estallaría.

A Emilia y a mí nos había dicho que nos encarguemos de nuestra hermana. No estaba muy segura de lo que tenía que hacer; no sabía si sacarle la botella de la mano o dejársela. Mire a Emilia que seguía cerca del mostrador y me acerque a Alessandra sacándole la botella de las manos y no espere a su reacción.

-Ten Emilia- le dije mientras me acercaba hacia donde estaba y le entregaba la botella-Escóndela por alguna parte- le dije mientras la miraba esperando que hiciera algo-¿Siempre se pone así?- le pregunte a Emilia; realmente no las conocía del todo bien y no podía decir nada sobre ellas.

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Me alegre al saber que Hayame se sujetó a la soga para que la pudiera levantar. Antes de empezar a jalar de la cuerda la escuche como intentaba darme ánimos de que si podía hacer algo. Seguramente lo hizo porque anteriormente intente escaparme por solo el olor de las pociones; pero ahora iba a hacerlo porque prácticamente sentía que no estaba en un lugar seguro.

Tome con mucha fuerza la cuerda con las dos manos y haciéndome hacia atrás para no caerme empecé a jalar de la cuerda lo más fuerte que pude para que Hayame pudiera subir de la manera más rápida posible. Hasta que al fin llego y se paró sobre el techo piso o lo que sea que fuera.

-Y… ¿Qué se supone que tendríamos que hacer ahora?- le pregunte a Hayame esperando que ella tuviera alguna idea porque seguramente estaba acostumbrada a esto todo el tiempo-Porque creo que el hechizo gelatinizador ya no servirá o ¿Si?- le pregunte esperando alguna respuesta y alguna idea.

Me quede esperando alguna respuesta. Seguramente con el tiempo trabajando aquí me acostumbraría al ritmo de trabajo y a la locura que se veía que todos llevaban encima. Esperaba no volverme como eran ellos en algún momento pero si eso llegaba a pasar iba a ser solo mi culpa por haber elegido este trabajo.

Estaba seguramente en la tienda más loca de todo el Callejón. Emilia estaba convertida en una especie de lobo o algo así y su voz que le salía rara hacía que dé un poco de miedo. Sentí como mi corazón latía mucho en ese momento; era porque estaba asustada pero a la vez no. Eran dos cosas totalmente opuestas pero que las sentía el mismo tiempo.

Logre escuchar como la puerta se abría lentamente a pesar del ruido que se escuchaba de otra parte del lugar. Apareció otra chica y no pude evitar reírme al verla cubierta de burbujas. No la conocía pero a primera impresión parecía ser agradable. Emilia que seguía siendo lobo se sentó con normalidad como si fuera uno de ellos y rogué que ella no haya notado mi cara de sorpresa.

Mágicamente Emilia volvió a su normalidad justo en el momento en el que se escuchaban pasos que venían desde la planta baja. Estaba mi abuela y tres fantasmas. Por suerte aún no conocía a ninguno pero estaba segura de que no tardaría mucho en hacerlo. No pude evitar reírme un poco al escuchar las palabras que Emilia le decía a esos dos fantasmas a los cuales llamaban traviesos. Yo nunca había hecho ninguna travesura y mucho menos una broma y supuse que este sería el lugar indicado para hacerlo con ayuda de alguien.

Ahora entendía un poco porque llamaban así a esos gemelos fantasmas; de un momento a otro ya se habían puesto a hacer más travesuras y de pronto se podría decir que prácticamente todo el lugar quedó a oscuras.

-Emilia… cuando termines de hacer lo que dijo la abuela, si es que lo vas a hacer. ¿Quieres hacer alguna broma o travesura? Es que nunca hice ninguna de las dos y creo que este es el lugar perfecto- me dirigí a Emilia esperando que ella tuviera un poco de experiencia y me ayudara a lograr mi propósito. Dije esas palabras esperando que nadie más que ella me escuchara; más bien no quería que me escuchara mi abuela.

Me desperté muy temprano nerviosa por asistir nuevamente a clases para graduarme de una vez por todas. Todavía el sol no se había asomado a la ventana de mi cuarto por lo que decidí quedarme en la cama media hora más o por lo menos hasta que la luz del día pegara en mi ventana. No sabía en qué momento los parpados de mis ojos se habían cerrado y tuve el sueño más corto de toda mi vida y lo único que recordé al despertar bruscamente gracias a los ruidos que se escuchaban. Y ahí estaba; sentada en mi cama intentando descifrar de que se trataba ese extraño sueno que había tenido; en mi cabeza sonaba una y otra vez las palabras de una anciana que me decía “no debes ir hoy a la clase, cosas muy extrañas que no olvidaras jamás en tu vida”. Lo único que lograba recordar eran las palabras de aquella mujer que me provocaban un poco de temor a que lo que me había dicho en el sueño sea cierto. Pero volviendo a la realidad y usando la lógica era casi imposible que los sueños se volvieran realidad.

Me levante de la cama intentando olvidarme de todo para tomar un pequeño baño; cambiarme y caminar tranquilamente hasta llegar a la clase. Era temprano y me daría tiempo a llegar a hacer todo o al menos la mayoría. Camine hacia el pequeño baño que tenía en mi habitación girando el grifo para que el agua tibia comenzara a llenar la bañadera. Mientras espere a que se llenara comencé a revolver mi armario para buscar ropa que ponerme. No sabía si vestirme con el mismo estilo de siempre o en esta ocasión cambiarlo solo un poco. Deje todo preparado encima de mi cama y me dirigí al pequeño cuarto de baño en donde una tina de agua tibia me esperaba. Al salir ya estaba un poco más relajada y lista para seguir con este que pensaba que sería uno de los mejores días hasta que recordé el sueño que había tenido en poco menos de media hora.

Comencé a vestirme; me puse una calza color negro con unas pequeñas tachas que iban desde un poco más arriba de la cintura hasta que terminaba, una remera manga corta blanca con el dibujo de un gatito pequeño y encima de eso me puse una campera roja. Saque de la pequeña cajita donde guardaba las cosas más importantes que tenía mi inseparable collar de piedra jade y me lo coloque en el cuello para que me diera suerte. Sentí un ligero frío en mis pies y recordé que estaba descalza y que no debía asistir así a clases y saque rápidamente de un cajón que tenía unas zapatillas y rápidamente me las puse. Agarre un pequeño bolso que combinaba con todo lo que llevaba puesto y con varios hechizos se convirtió en uno de esos bolsos en el que se podía colocar cualquier cosa porque parecía un agujero negro; parecía no tener final.

Ya estaba lista para salir del castillo y dirigirme a la clase. Abrí la gran puerta e intentando no hacer mucho ruido salí de la casa y camine durante unos diez minutos. En ese transcurso me puse a pensar en que volvería a ver a los que ya habían sido mis compañeros y que se los podía llamar amigos y gente nueva que aunque al principio me costaría un poco adaptarme a ellos tendría que acostumbrarme y aceptarlos.

Cuando al fin había llegado observe primero a mis compañeros reconociendo solo a algunos pocos; después los demás se me hacían completamente desconocidos. Examinándolos con una mirada rápida y a simple vista parecían buena gente pero sabía que no debía llevarme por las apariencias para juzgar a las personas sino conocerlas y ver cómo eran en su interior. Observe a los profesores y al parecer se odiaban por la forma en que decían las palabras y por sus reacciones.

Las palabras del profesor hicieron que en todo mi cuerpo se estremeciera luego la profesora que dijo las palabras en otro tono muy diferente me tranquilizó un poco. Observe al profesor que estaba hechizando una calavera y dijo que sería un traslador. Eso no me alegro mucho; nunca me había gustado tocar trasladores que no eran de mi agrado y ese que era un cráneo no era uno de los que me hubiese gustado tocar. Pero esta vez iba a ser valiente y a tocarlo cuésteme lo que me cueste.

Ya los profesores habían sido los primeros en tocar el traslador lo que me sorprendió bastante porque generalmente siempre esperaban a los alumnos. Ya casi todos mis compañeros lo habían tocado y decidí acercarme. Respire profundamente dando un suspiro pensando que no me quedaba de otra; lo toque y sentí lo mismo que todas las veces, un mareo y mi cuerpo extraño. Era la primera vez que tocaba un traslador y caía de pie sin tambalearme.

Observe asombrada a los profesores y como intentaban atacarse mutuamente. Aunque sabía un poco de lo que se trataba la clase nunca me había imaginado que se trataran de aquella forma tan rara. Luego observe que al momento de que el profesor quiso atacar a la profesora de su varita no salió ningún hechizo; note que el profesor no traía puesta su máscara que decía claramente que era un mortífago y que la profesora ya no tenía esa luz que indicaba que era de la orden.

Antes de intentar lanzar algún hechizo y comprobar como todos lo estaban haciendo si había o no había magia observe la isla; quizá los mismos profesores la habían encantado al haber llegado primero. Pero era prácticamente imposible porque ellos estaban tan asombrados como lo estábamos todos.

Apunte mi varita probando lanzar hechizos hacia todos lados pero no conseguí nada y me frustre un poco y estuve a punto de partir mi varita en dos. Mire a mis compañeros y note que no era la única que tenía ese problema. Pensé varias veces que decirle a los profesores para no sonar mal y que de alguna forma se terminaran enojando conmigo.

-Me parece bastante interesante que nos hayan traído a una isla en donde seguramente tendremos que enfrentar cosas horribles y sin nuestras varitas siendo magos y brujas que necesariamente para alguna cosas es necesario usarla- le dije mirando fijamente a ambos profesores esperando que cualquiera dijera algo, aunque sea una sola frase que sea alentadora para todos.

La verdad no me importaba mucho el tema de no tener varita porque hace prácticamente un año que había descubierto quien era realmente y en muchas ocasiones cuando salía de la casa me la olvidaba por cualquier parte. La mayoría de mis compañeros preguntaban qué era lo que pasaba y a la vez hacían comentarios. Lo único que esperaba era que los profesores dejaran de mirarse como si quisieran matarse y que nos dijeran algo.

-No debemos seguir el ejemplo de los profesores- comente al notar que algunas empezaban a discutir-Mejor lo dejamos para cuando no estemos en la Academia porque se supone que esas cosas de andar peleándonos entre bandos viene después- seguí diciendo sorprendida de mi misma por haberme atrevido a hablar; si estaba en mi estado normal lo único que haría era observar y quedarme callada, pero últimamente estaba teniendo varios cambios.

Como odiaba que la gente se esté peleando sin sentido aunque ya estaba acostumbrada por lo que pasaba en las otras clases entre Dragona e Irony sentía que en algún momento iba a explotar e iba a ser peor que todas juntas. ¿Acaso las personas no podían dejar una vez en la vida de pelarse? Aunque sea en las clases de la Academia; fuera de estas que hicieran lo que se les diera la gana. Escuche como la chica amenazaba a Lex; por mi parte nunca hubiera hecho eso siempre la había considerado como una persona que si la provocaban no se cansaría hasta haberse vengado o algo por el estilo.

Note que la mayoría de los que estaban ahí se habían presentado; pensé por un momento en hacerlo pero decidí dejarlo así. Después de todo si alguien estaba interesado en conocerme podría preguntarme y listo.

Me quede quieta esperando que de una vez por todas los profesores abran la boca para decir algo respecto a lo que todos preguntaban o que simplemente nos dijeran lo que teníamos que hacer. Empecé a impacientarme y a enojarme un poco. Podía sentir el viento frío que arrastraba la arena haciendo que esta entre en mis ojos impidiéndome ver con claridad.

Escuche las palabras de la chica que hablaba con su hermana y además de Alexis que hablaba con las suyas. No pude evitar reír al ver que la chica comenzó a sacar comida y cosas para beber en una situación como esta y también me reí al escuchar las palabras de Lex que eran demasiados ciertas.

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Todo lo que estaba pasando en la clínica era tan extraño pero a la vez tan sorprendente que ya no sabía ni lo que iba o tenía que hacer. Mientras terminábamos de subir las escaleras para llegar hasta donde estaban todos me adelante un poco para ver bien todo lo que pasaba.

Al estar en el tercer piso logre entender porque en el de abajo había una bañera; era por el gran agujero que había y porque algo caía en el piso o techo que provoco que se desintegrara y que seguramente en cualquier momento se terminaría de caer.

Observe atentamente todo lo que pasaba y casi no lo podía creer; dos personas (Sean y Amya) se estaban pelando. Discutían y gritaban aunque no logre entender porque lo hacían lo primero que se me vino a la mente es que todo lo que pasaba lo provocaban las pociones.

Me quede mirando a esos dos quieta desde donde estaba. Estaba tan asombrada que cuando Xell grito “terremoto” lo único que hice fue correrme un poco para atrás y ver como a Xell la empujaban y como esos debajo de Amya y Sean el piso comenzaba a romperse hasta que se cayeron; seguramente en la bañadera que tenía un mejunje de pociones.

Casi di un grito cuando Xell estuvo a punto de caerse también junto con ellos. Después empezó a caminar hacia otro lado; seguramente para irse de la clínica pero se la veía enojada. Por un momento pensé en seguirla pero por otro la curiosidad también se me hacía muy grande.

Camine hacía el agujero y me asome cuidadosamente y no pude evitar echar una lleve carcajada al ver como Amya y Sean estaban “tomando un baño de pociones” que además tenía escombros. Logre ver que Hayame estaba cerca de donde ellos estaban y que preguntaba si había alguien arriba o de lo que se suponía que quedaba de la parte de arriba.

-Yo quedo todavía- dije riéndome un poco por la situación y al ver como hacia supuse que quería algo y se me ocurrió sacar de mi pequeño bolso que tenía ese raro hechizo que hacía que pudieras tener todo lo que quisieras. Saque una soga-Ten, agárrate de la soga voy a intentar subirte- le dije mientras le lanzaba la soga para que la agarrara.

Hola! Espero poder pasar esta clase y que la mayoría sean activos no como paso con la otra u.u pero bueno como dicen todos borrón y cuenta nueva (?) xD . Lo primero que les voy a decir es que no soy buena para las presentaciones; nunca lo fui y nunca lo seré u.u Y no sé si presentarme a mi primero a mi personaje porque se basa prácticamente en mi misma con la diferencia de que exagero o cambio algunas cosas (?). Bueno ahora las presentaciones:

Algo sobre mí

Algunos ya me conocen y otros no; me llamo Romina y creo que hasta ahora voy ganando con eso de las edades a ver si logro que algunos se sientan viejos (?) ok no xD tengo 13 años y bueno no puedo decir tantas cosas sobre mi porque estoy en la edad que “las cosas cambian” y todo se complica. A ver si logro decir algo sobre mí; me gusta leer, escribir, cocinar, pasar tiempo con mis amigos y amigas ir al cine y ver películas (sobre todo las de terror), en la escuela todos me dicen “nerd” solo porque estudio y no llevo materias para poder estar más tiempo en el foro (?) xD. A ver qué más puedo decir; soy un poco loca (solo un poquito), me gusta todo lo que tiene que ver con Harry Potter y creo que nada más. Se me olvidaba; soy de La Plata, Buenos Aires, Argentina (?) voy a segundo de secundaria. Como verán no tengo mucho que contar porque llevo pocos años de vida (?) lo digo porque 13 son pocos para poder contar algo u.u

Sobre mi personaje

Sobre mi personaje también me va a costar bastante que decir solo espero poder decir algo más de lo que tengo planeado y llenar más las líneas. Mi personaje se llama Romina su aspiración es ser mortífaga y aunque pertenezca a familias que apoyan a la Orden; a la Evans McGonagall y a la Targaryen no las cambiaria solo por el bando al que aspira pertenecer. Algunas veces es pasiva y otras agresiva dependiendo de la situación y con quien se encuentre. No va a reaccionar de la misma forma con “extraños” que con los de su propia familia y amigos; es decir que si tiene que hablar con alguien que no conoce o no tiene la suficiente confianza lo hará de manera nerviosa y tímidamente. Aunque últimamente está teniendo cambios en su forma de ser; se puso algo rebelde y no le importa mucho lo que pasa a su alrededor hasta que la hacen reaccionar. Como ya había dicho es muy parecida a mí; también le gusta leer y escribir estar con sus amigos y con su familia (cosa a que mi mucho no me gusta o.o), también le gusta cocinar y hacer todo tipo de cosas que sean de su agrado. Trabaja en el departamento más locos y divertido de todos (?)Ok no xD trabaja en el Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes en la oficina contra el Uso Indebido de la Magia; por ahora aunque creo que trabajara ahí toda su vida o hasta que se canse. Aunque mi personaje es un poco raro u.u espera llevarse bien con todos y no tener problemas con nadie, esto solo pasaría si la provocan muchas veces y ya no aguanta más. Bueno creo que nada más.

Bueno como verán no es una de las mejores presentaciones pero hice todo lo que pude para que este lo más completa posible. Espero poder superar esta clase aunque sea con la nota más mínima pero pasarla. Espero conocer gente nueva y llevarme bien. Y por si alguien quiere agregarme mi skype es romina.117 Saludos!!

Antes de salir de la casa para dirigirme a la tienda de bromas que se llamaba “Moco de Troll” me arregle un poco el cabello que tenía como una melena de león. Mire la dirección que había anotado en el papel y decía que estaba casi en la entrada del callejón diagón. Nunca logre entender cómo es que en ese lugar cabían tantos lugares.

En el camino al callejón estuve pensando en que este iba a ser mi primer trabajo para empezar a conseguir galeones por mí misma y no depender siempre de mi familia. Camine por todo el callejón diagón antes de buscar la tienda a la que debía ir. Recorrí varias veces el callejón mirando y observando cada tienda que había en todo el lugar. Algunas eran muy pequeñas, otras muy grandes pero lo que era más sorprendente es que mayoría de ellas estaban muy juntos.

Camine lentamente hasta las primeras calles del callejón diagón para esta vez entrar en la tienda de bromas. Seguramente iba a ser el lugar más divertido. Pensaba eso porque ya conocía un poco a las dueñas y seguramente habían pensado todo bien y con mucho cuidado para que la gente que se atreviera a entrar pase una experiencia inolvidable.

Llegue a la parte de afuera del lugar; tenia las paredes de un color amarillo y la puerta era celeste. Me sorprendí al notar que el lugar era tan pequeño. Al abrir la puerta celeste muchas burbujas salieron del lugar y me cubrieron. Sonreí; era una grandiosa idea que cuando alguien entrara su primera sonrisa fuera porque se había llenado de burbujas. O al menos esa era lo que pensaba.

Al pasar por la puerta celeste llena de burbujas me sorprendí aún más. No podía creer lo que estaba viendo. Primero que habían muchas cosas para hacer bromas; y segundo que el lugar era enorme por dentro y por fuera parecía que era el lugar más pequeño que se encontraba en todo el callejón.

-Hola, muy lindo el local- después de decir eso me quede esperando a que alguna de las dueñas recordara que yo era una de sus nuevas afiliadas y estaba muy contenta por poder trabajar.

Ya estaba sentada cómodamente en uno de esos sillones y dos chicas más que se presentaron como las jefas de la casa. Una se llamaba Bodrik y la otra Cissy. En ese momento me agarro tanta vergüenza por estar con gente que no conocía. Nunca logre entender porque en frente de otras personas reacciono así. Me aclare un poco la garganta para poder decir algo.

-Hola Brodik, hola Cissy- le dije mirando a cada una con una sonrisa aunque nunca había sido buena para entablar una conversación solo esperaría a que me hagan alguna pregunta para acostumbrarme un poco y después poder hablar-¿Hace mucho tiempo que están en la academia?- les pregunte a ambas para el silencio que había no se hiciera eterno.

Estaba esperando a que me respondan; pero por alguna razón siempre que conocía a alguien nuevo los minutos y los segundos parecía que se hacían eternos y que nunca pasarían. Comencé a mirar hacia todos lados poniéndome cada vez más nerviosa.

@ perdóname pero no entendí nada de lo que dijiste T___T mas la parte de los fantasmas xD a ver supongamos que empiezo a postear cuando no hay clientela; que se supone que tengo que hacer xD porque si es un negocio tengo que trabajar no me voy a pasar mirando el suelo T__T a eso es lo que voy xD no se si se entiende u.u

@ o.o que rápido creí que ibas a tardar mucho más estoy contenta

A lo que voy con que no se lo que tengo que hacer es a que si solo tengo que postear cuando viene gente o cuando yo quiera y segundo no entiendo la regla numero cinco.

No se si puedes explicarme todo esto por aquí o no sino mándame un MP que es lo mismo XD

Después de haber estado un rato en los jardines tomando aire fresco y leyendo un gran libro debajo de uno de los árboles. Camine un rato pensando que ya debía entrar para volver a la sala común y sentarme por primera vez en uno de esos cómodos sillones. Ahora que lo pensaba bien nunca había hablado con nadie ya que siempre que entraba iba directamente hacia la habitación.

Camine por todo el lugar pasando el gran salón donde se encontraba muchos que estudiaban allí y que pertenecían a otras casas. Fui directamente hacia donde estaba la Casa de los Centauros sin detenerme en donde estaban todos me escabullí para que nadie me notara.

Cruce la puerta de madera con el libro que traía en la mano y me dirigí hacia donde estaban los sillones para sentarme en uno. Al sentarme note que uno de ellos había una chica. Tarde un segundo en poder hablar ya que era muy tímida pero tome valor y lo hice.

-Hola- fue lo único que pude decirle a la chica que estaba allí y sonreírle con vergüenza. Empecé a mirar hacia todos lados para que no notara que seguramente me estaba poniendo toda roja como un tomate.

OFF: @ bueno perdón por tardar tanto en pasarme xD si sigues con la idea de charlar con alguien ya deje a mi personaje y si no quieres no importa

Después de haber estado ayudando a los niños para que llegaran a un acuerdo uno de ellos se quedó con el avión y el otro se quedó en el suelo un poco triste. Me quede al lado de este último y empecé a jugar con él niño que tenía unos hermosos ojos celestes y al parecer no superaba los cuatro años.

Observe como el niño miraba atentamente mis botas de lluvia; no sabía que era lo que le atraía tanto hasta que sus pequeñas manos se movieron en dirección a estas y tomaron cuidadosa la varita que tenía escondida. No sabía cómo sacársela sin que empezara a llorar.

-Me la prestas- le susurre al niño que inmediatamente me coloco la varita en la palma de mi mano- Mira lo que voy a hacer- le dije mientras agarraba mi varita y apuntando a un autito murmure unas cuantas palabras para que se elevara y viniera hacia nosotros. Dirigí la mirada al niño que tenía sus ojos bien abiertos y brillantes mirando como el autito volaba y caía directamente en sus pequeñas manos e instintivamente empezó a jugar.

En ese momento me puse a pensar si había hecho bien en hacer magia en frente del niño; seguramente los que estaban en la habitación no habían visto nada de lo que estaba pasando. Observe como el niño me hacía señas para que le preste la varita. Dude por un segundo si prestársela o no, pero me daba tanta ternura de la manera en que me miraba que se la di.

De pronto la luz se apagó y pude escuchar varios gritos, pasos de gente corriendo y un ligero temblor. Cuando la luz volvió casi no podía creer lo que había pasado, era tan sorprendente ver que de un momento a otro los niños habían desaparecido y solo estaban allí sus juguetes.

Me entro una desesperación cuando recordé que aquel niño con el que había estado jugando había desaparecido junto con mi varita. La varita era lo de menor importancia aunque si me tenía que defender de alguien o algo no podría hacerlo. Mientras la mayoría de las personas salían de la habitación; algunas se dirigían hacia la puerta principal, y otras hacia otras partes del orfanato.

Cuando todos salieron me quede un rato más buscando mi varita; si tenía suerte lograría encontrarla. Me enoje mucho al descubrir que no había rastro de mi varita; y además la habitación había quedado toda desordenada. Salí de allí y cerré cuidadosamente la puerta y caminé hacia la salida y me sorprendí al notar que otra chica había entrado y cuando la puerta se cerró no la pudieron abrir más.

Estaba tan distraída pensando en todo lo que había pasado que no me di cuenta que algunos de los que estaban allí empezaron a subir las escaleras. No se me ocurrió mejor idea que ir tras ellos para no estar sola y además sin varita para defenderme.

Subí lo más rápido que pude las escaleras; estas llevaban a un largo pasillo que parecía no tener fin. Lo que vi me aterro aún más. La figura de una chica que caminaba por el pasillo de una forma muy extraña y estaba vestida de forma rara. Cerré los ojos y deje escapar uno de esos gritos típicos de las películas de terror.

Al abrirlos logre ver que la mujer aún no había desaparecido lo único que hacía era ir y venir de un lado a otro del pasillo; y eso no era lo peor. La mujer caminaba en todas las direcciones; de arriba abajo, saltaba y hacía cualquier cosa aterradora que uno se pudiese imaginar.

-No, no podemos dejar a nadie aquí- dije con un tono de miedo esperando que la mujer rara no acercara más a nosotros- Recuerda que la puerta no se puede abrir y hasta que encontremos una salida cualquier cosa puede pasar- mientras hablaba sentía que mi corazón latía tan rápido y fuerte que se me quería escapar-También… están los niños… seguramente están con Hank o cerca de él pero de ningún modo hay que abandonar a nadie- dije mientras metía mi mano en mi bota buscando instintivamente mi varita y recordé que la había perdido y seguramente no la iba a recuperar más- Creo que debemos llegar al final de todo esto…- termine de decir y me quede pensando.

Estaba esperando a que alguien dijera que íbamos a llegar al final de esto o al menos algún plan para salvar a los niños y a Hank, que supuse que era aquel chico con el que había estado hablando antes de entrar al orfanato.