Dimitri Croft

- Un gusto Nicole – dijo tras que la chica lo saludara y Zoeh los presentara, la Evans era la prefecta de la casa del agua de ahí que Zoeh la conociera. Mientras ambas tritones se iban a ocupar de unas cuantas cajas el Croft se volvió a las suyas. El Salón se estaba llenando y había mucho por hacer pero seguía pensando en que debía apurarse a invitarla.

Muchas veces se volteó y la vio observándolo pero la chica rápidamente baja la vista sonrojada. Marishka pronunció unas palabras que quizás ella no supiera que ayudarían bastante al demonio y Zoeh acepto. Se volteó para verla realmente desde que llegó al Gran Salón esa era el momento no podía permitirse perdérselo.

- ¿Zoeh te puedo hablar por un segundo? – le preguntó señalando con la cabeza el pasillo, allí estarían solos y no habría tantas personas mirándolos. Se encaminó hacia el lugar indicado sabiendo que Zoeh lo seguía de atrás, una vez que ambos estuvieron fuera el Croft se aclaró la garganta y dijo-

- Lo que paso anoche…. – se sentía muy nervioso y le costaba decir las palabras – Yo… yo – se pasó una mano por la nunca – Te quería invitar al baile de navidad – las ultimas palabras lo dijo muy rápido pero estaba seguro de que la chica las entendió.

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Zoeh le indicó unas cajas que había que comenzar a abrir, se notaba también un poco de distancia por parte de ella y era entendible lo que sucedió ayer abrió una brecha entre la amistad de ellos y sería muy difícil recuperarla. – Gracias, yo me encargare de lo mas pesado – le contestó casi fríamente.

Se volteó hacia a Marishka ella no tenía porque estar en aquel ambiente ella no tenía nada que ver con lo que estuviera sucediendo entre el y la rubia por eso le sonrió - ¿Cómo ha estado todo por los Dragones? – le preguntó, así un tiempo importante que no hablaba con su amiga, mientras movías unas cajas bastantes grandes.

Del otro lado de Marishka Zoeh se encargaba de otras cajas, el Croft bajó la vista y comenzó a ocuparse de sus cajas, abrió la primera y se encontró con cientos de adornos que parecían ser de bronce eran centauros, tritones, dragones y atheonans las criaturas que representaban las cuatro casas de la Academia.

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Aquel día hacía mas frío del que esperaba, la nieve caía desde que amaneció y nunca se tomó un respiro a ese paso todo la Academia se encontraría bajo una capa blanca y fría para el mediodía. El Croft recorría los terrenos blancos de la Academia rumbó al Gran Salón porque en aquel lugar por la noche se llevaría a cabo el baile de Navidad y todos estaban invitados a colaborar en la decoración del espacio.

Llevaba una gorra gris para el frío y una gruesa campera que lo protegía de las bajas temperaturas, unas botas para la nieve y unos guantes negros. Obviamente no sería la ropa para el baile ya tenía un traje que lo esperaba en su habitación en la torre de los Aethonans de Salem, era solo para recorrer el congelante camino que había desde su sala común hasta el Gran Salón.

A veces se preguntaba porque ponían tan lejos las casas del edificio principal, igual preguntándoselo no ganaría nada así que apresuró el paso para llegar en minutos al lugar indicado. Por otro lado debía hacer otra cosa además de decorar el salón tenía que invitar a Zoeh al baile, se lo pensó mucho y creía tener las palabras para la propuesta solo esperaba que ella lo aceptara, no podían fingir que nada sucedió la noche anterior había pasado algo aunque hubiera sido por un corto y confuso tiempo.

Llegó resoplando hasta la puerta principal del Gran Salón la cual abrió y entró acompañado de una fina ráfaga de copos de nieve, la cerró y el calor del lugar de unión de las cuatro casa lo envolvió. Se desprendió la campera y la colgó en un perchero común, mientras que los guantes se los guardó en los bolsillos del pantalón.

Se dejó el gorro porque no le molestaba para nada y se encaminó hacia la acción, ya había muchas personas estaban varias jefas de casa y se sorprendió de ver a su hermana Cissy como jefa de los Centauros, también estaba May su hermanita jefa de su propia casa los Aethonans de Salem. Saludó a la brujas y se dirigió junto con el resto de los alumnos, ubicó a Marishka y Zoeh y tragó saliva.

Saludó a sus compañeras aunque trató de no mirar mucho a los ojos de Zoeh, la invitaría mas tarde aún tenían mucho que hacer. - ¿Bien por donde empezamos? – preguntó a las chicas y un chico que se encontraba allí.

Caminaron en silencio y sin mirarse el trecho que los separaba del lago. Dimitri no podía creer lo que estuvo apunto de hacer en la banca jamás estuvo en sus planes pero la forma en la que lo miraba lo tenía loco, era un chica muy hermosa cualquier estando en su lugar hubiera intentado lo mismo pero… ¿ella lo hubiera aceptado? ¿ o se habría ligado una cachetada?.

Le dolía el cuerpo, todavía seguía confuso luego de la aparición de Azrael y ahora no entendía que era esa atracción extraña que sentía hacia su amiga, le gustaba y eso lo tenía muy claro pero no sabría decir si estaban manejando bien la situación ambos. Llegaron hasta la orilla del lago, suaves olas golpeaban las orillas y una gran luna llena bañaba de plata todo lo que su luz tocaba, el ambiente era hermoso.

Miró los ojos de la chica y vio como estos brillaban como hipnotizándolo, se tenía que controlar eran solo amigos. – Tu… tu también eres asombrosa y muy inteligente - ¿Qué estaba diciendo?, ¿no se lo podía ocurrir nada mejor?, pero todo eso se borró y de hecho su mente quedó en blanco cuando ella lo besó en la mejilla rozando la comisura de sus labios.

Lo tenía loco y esto apunto otra vez de besarla pero se contuvo, miró hacia la estatua del tritón y le sonrió – Nos vemos mañana Zoeh – se despidió y mientras se alejaba pensó si ella no sentiría lo mismo ¿acaso lo estaba provocando? ¿Debía de haberla besado en el momento?

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- Entonces tendré que darle unos cuantos puntos positivos a Azrael – bromeó antes de quedarse perdido observando los ojos de Zoeh, se quedaron un tiempo en silencio mirándose fijamente. Dimitri sabía que cosa tenias ganas de hacer pero se contuvo unos centímetros antes del rostro de la chica, sacudió la cabeza y observó que ya era de noche, tosió para aclararse la garganta estaba muy nervioso.

Se soltó de la mano de Zoeh y se incorporó de la banca – Esta anocheciendo – dijo, esquivando un poco la mirada de la chica – Te acompaño hasta el lago, ya es muy tarde – la iba acompañar hasta que ella llegase a su sala común y luego el iría a la suya, tenía mucho que procesar de aquel día y había muchas cosas que aún no entendía.

-¿Quieres? – le preguntó metiendo ambos manos en los bolsillos de su pantalón y estaba vez mirando directamente a la rubia, no podía creer que estuvo a punto de besarla.

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- Gracias – fue lo que dijo, no había más que agregar sabía que ella no lo estaba juzgando ni la situación la incomodaba y eso era lo que mas quería, sobre todas las personas que conocía no quería que aquella rubia que le provocaba tantas sensaciones lo abandonara. Trató de cambiar de tema

- ¿Cómo es que salimos de las mazmorras? – preguntó, no tenía idea de lo que hizo Azrael cuando controlo el cuerpo, pero si mal no recordaba Zoeh le habló sobre una puerta pesada. Tenía que mejorar su comunicación con su otra parte pero recién ahora estaba conociendo más sobre su condición.

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- Esta bien – dijo observando las ganas de Alonzo por el desafío. Se lo tenía que poner bueno e interesante para que el juego no muriera. Con Alonzo ya todos habíamos pasado por una ronda de verdad o desafío, cuando al rubio le tocara girar la botella después de cumplir su reto podría tocarle a cualquiera no necesariamente tenía que ir de nuevo para Marishka.

- Dicen que hay un fantasma muy viejo viviendo en el baño de los chicos de la primer planta, dicen que nadie entre allí porque es muy arisco y molesto, detesta cuando alguien interrumpe sus interminables lamentaciones de su vida y las quejas de su infinita muerte – comenzó a explicar no dejando de sonreír jamás – Quiero que vayas a ese baño y abras todas las canillas de los lavabos manualmente, sin magia y salgas antes de que el viejo fantasma te atrape – sentenció, no era algo peligroso ya que el fantasma no le haría nada grave pero sería divertido ver como corría de aquel vejestorio.

- Te acompañamos – le prometió el Croft.

Una lechuza ingresó por una de las ventanas de la torre, tuvo que haber ascendido bastante razonó el Croft viendo como el ave depositaba una carta en la mano de su hermana. La bruja la abrió y la leyó para si misma, mientras todos los estudiantes quedaron pendientes de ella. Su hermana les llamó la atención a todos porque tenía un anunció.

El rubio se inclinó hacia delante pendiente de las nuevas, pudo observar el sobre y tenía el escudo del colegio así que debía de tratarse de algo muy importante y oficial. Su hermana les leyó el contenido y el demonio quedo sorprendido ¿Un baile de navidad?.

Miró a Meight y ella parecía igual de sorprendida pero cuando habló se dio cuenta de que no estaban pensando en lo mismo. El se preguntaba si aquello era una especie de costumbre de la Academia de Magia pero gracias a la pregunta de su compañera se dio cuenta que el tema de las parejas era preocupante.

Claro que había una persona a la que quería invitar, pero no sabía si aceptaría la invitación era también de la Academia pero de diferente casa, además no sabía como decírselo pero tenía que darse prisa rápido porque sabía que invitaciones no le iban a faltar. Se quedó en silencio esperando oír la respuesta de su hermana.

Zoeh lo condujo hasta uno de los tantos bancos que había esparcidos por los terrenos de la Academia y tomaron asiento en el. El chico observó a la bruja, todavía seguía agradecido de que siguiera allí y no se hubiera ido cuando se enteró de que era un demonio, era uno de sus mayores temores. Seguían tomados de la mano cuando el Croft habló – No… no recuerdo nada- contestó – Cuando Azrael sale yo me desconecto completamente de la realidad – complementó pensando que a la inversa eso jamás pasaba, sabía que Azrael conocía todo lo que sucedía cuando Dimitri era el consciente.

- ¿No te molesta que sea un demonio? – le preguntó mirando de nuevo los ojos azules de la rubia, tan parecidos a los suyos. Generalmente existe el preconcepto hacia los demonios, seres oscuros que solo quieren hacer el mal y en gran parte era cierto, eran seres oscuros conocedores de aspectos de la magia y el mundo que muchos otros tratarían de evitar y también había cierta maldad en ello pero era como en todos, nadie era completamente bueno.

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Los roles se habían invertido, ahora era Dimitri el que necesitaba contención y se sentía perdido y Zoeh era la que llevaba el peso de la situación. Las palabras de la rubia fueron como una caricia para el Croft porque eran ciertas lo podía ver en los ojos azules de la bruja, ella no lo estaba juzgando, no lo veía como un monstruo, no manifestaba rechazo.

Pero la mirada impregnada de tristeza seguía impresa en los ojos de Dimitri, no quería que Zoeh hubiera conocido su verdadera esencia de aquella manera, no estaba listo para afrontar lo que diría no aún. Conocía a Azrael era el, algo tan confuso para los demás - No se como te trató Azrael… digo como te trate yo, no tenias que haber terminado de conocer de esa manera… mira lo siento todavía es algo que estoy aprendiendo a manejar ser un demonio se que puede provocar temor, rechazo… pero es lo que soy – lo único que le salía era disculparse con la chica.

La visita de Azrael también dejó secuelas en su cuerpo, sentía los músculos de todo el cuerpo adoloridos no sabía que fue lo que hizo su demonio porque no tenía conciencia de lo que sucedió cuando estuvo ausente. Seguía con los ojos fijos en los de Zoeh – Me duele todo el cuerpo – dijo tratando de sonreír, los ojos de la rubia le decía que no tenía nada que disculpar y que todo esta bien.

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El demonio recibió el abrazo de la chica y sonrió ante el intento de ella de comunicarse con Dimitri. – Siempre te voy a cuidar – dijo Azrael viendo a Zoeh, el estilo irónico que normalmente lucía el demonio desapareció al darse cuenta de la conexión que tenía con la bruja – Los dos de hecho – se corrigió.

¿Sería la hora de volver ya?, la estaba pasando genial en aquel lugar y junto con Zoeh era mejor pero Dimitri tenía que volver. Sus parpados cayeron y cuando se volvieron a abrir eran unos ojos azules los que miraba a la rubia.

Dimitri sabía lo que paso, Azrael tomó control de su cuerpo se sentía aterrado, confundido y avergonzado. Bajó la mirada, no podía ver a la rubia a los ojos, Azrael los sacó de allí el poder del demonio era suficiente para salvarlos a ambos y así lo hizo y estaría eternamente agradecido.

Pero aún así… no quería encontrar unos ojos juzgadores, espantados que lo miraran como un monstruo como otras tantas veces vio, el miedo a la soledad volvió a tomar control de su cuerpo, quería alejarse de aquel lugar, poner la mayor distancia de Zoeh que pudiera, refugiarse en la torre de los Aethonans.

- Lo siento – fue lo único que logró decirle antes de emprender la marcha hacia la torre más alta del colegio en la zona este de los terrenos.

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No tuvo que pensar mucho una respuesta para la pregunta de Zoeh – Todo – sentenció, si era alguien que realmente le importaba no había nada que no hiciera por ella /el – Lo legal y lo ilegal, lo posible y lo imposible – complementó. Pues era cierto no había limites para alguien especial.

Miró la botella que siguió igual de transparente que siempre, sabía que no se teñiría de rojo pero era como una costumbre observarla después de contestar. – Creo que pase la prueba – sonrió, ahora le tocaba a él girar la botella le dio unos empujoncitos y esta no paró de girar hasta que se detuvo apuntando a Alonzo.

- Hermano ¿verdad o desafío? – dijo mirando al chico.

La pregunta que opto formular Marishka fue que era lo que hacia mas feliz en la vida a la rubia. Era una pregunta muy interesante, podría parecer algo simple pero era muy complicada en realidad. El rubio trató de analizar que contestaría el en caso de aquel fuera su turno, era muy complicada la vida tenía tantas delicias que le costaba encontrar la mayor de todas.

Pero Zoeh lo resumió bastante bien y era lo que el hubiera contestado también, la familia y los amigos era lo mejor que podía tener algo, ¿no era acaso la soledad lo que mas pavor le daba?, no podía estar solo se sentía débil.

La botella volvió a girar pero esta vez comanda por Zoeh y para su sorpresa se detuvo en el. ¿Verdad o Desafío? ¿Qué escogería? ¿seguiría la corriente y escogería verdad o sería el primero en dar un salto hacia reto?, no estaba seguro si Zoeh sería bueno proponiendo desafíos… si fuera Alonzo el que le preguntara obviamente elegiría desafío porque sabía que el rubio podría salirle con cualquier cosa por eso dijo – Verdad – sentenció mirando fijo a la chica.

Azrael seguía saboreando la confesión de la chica, pues si sentía alguna especie de atracción por Dimitri también lo sentía por el, muchas personas jamás llegaban a comprender la identidad de un demonio no lograban unir las dos cara de la moneda en una y los trataban como si fueran dos individuos. Pero había tanto de Dimitri en el en aquel momento como de Azrael en Dimitri desde que la conoció.

Siguieron avanzando en silencio, el Basilisco parecía perdido y eso de debía a la presencia de Azrael, los demonios eran seres muy particulares y con muchas habilidades y lograban confundir hasta criaturas enormes como el Basilisco que ponía en riesgo sus vidas. El demonio prosiguió en silencio mirando de vez en cuando a Zoeh por si necesitaba ayuda, protegería a la chica era muy importante para el.

- Creo que es esa – corroboró a las palabras de la rubia que por primera vez parecía contenta y eso alegró a Azrael. El pasillo los llevó frente a una enorme puerta de piedra corrediza, había una pequeña apertura que dejaba pasar un poco de luz del sol, suficientemente grande para las arañas pero imposible para ellos.

Calculó las posibilidades que tenían si la destruían le darían una salida perfecta para el Rey de las Serpientes y eso no ayudaría a nadie. – Vas a estar bien preciosa – le aseguro el demonio que se encaminó hacia la enorme y pesada puerta de piedra. Ser un demonio tenía sus ventajas físicas y una de ellas era la fuerza, Dimitri jamás podría con ella pero no era problema para Azrael.

El demonio lentamente comenzó a correr la puerta, era muy pesada pero aún podía con ella, la abrió casi hasta el final y miró a la bruja – Sal, vamos rápido – la apremió. Cuando la chica salió de las mazmorras y se alejo del peligro el demonio la imitó y volvió a cerrar la puerta esta vez desde fuera.

- Azrael cumple su palabra – di con suficiencia el demonio mirando a la chica.

@@Mia Zoeh

Azrael vio como la chica le soltaba la mano y volvió a sonreír, pese a la situación en la que se encontraban no sentía miedo en realidad la estaba pasando genial, sabía que en aquel cuerpo no podría hacer mucho contra una Basilisco pero si la transformación fuera completa…. Una vez más maldijo la mala comunicación con Dimitri. - ¿Pensé que te gustaba, preciosa? – bromeó nuevamente.

- Te veo sorprendida – dijo mientras apoyaba una de sus manos sobre la pared de piedra – Esto también es Dimitri, no somos dos personas en un cuerpo ambas somos el cuerpo –pausó - complementación- entonó como si estuviera diciendo una cancioncita. – Pero no te preocupes linda, Azrael te va a sacar de aquí este demonio cumple su palabra – cerró los ojos y se dejó ir.

El contacto con la pared le formó una imagen mental de todo el laberinto, podía ver cada recoveco, puerta o escalera y claro esta el basilisco. Pero el demonio buscaba otra cosa y la encontró varios metros delante de el, arañas una fila de alrededor de veinte de ellas se movían buscando la salida.

Abrió los ojos y soltó la mano de la pared – A varios metros por este pasillo esta nuestra salida, princesa – sacudió la cabeza – No te preocupes no te tomaré de la mano – dijo antes de avanzar hacia la oscuridad del pasillo. – Dimitri no me va a perdonar por haber salido, no le gusta que los demás se enteren que tiene a Azrael, en sus primeros años en Hogwarts sufrió mucho cuando un grupo de niños se enteró lo que el era por temor lo apartaron pero ya lo superó – le dijo, le gustaba contar la intimidad del rubio.

- Pero siempre supo elegir hermosas compañías – acotó mirando a Zoeh, volvió a sonreír pero esta vez para si – Estoy diciendo todo lo que Dimitri no se atrevería – siguieron avanzando – Buscamos a las arañas ella temen al Rey de las Serpientes y es tanto su temor que saben encontrar una salida enseguida, vi un grupo de ellas huyendo en aquella dirección - . Sus pasos provocaban eco mientras avanzaban por ese laberinto tétrico.

El haz de la varita que Azrael sostenía iluminó una fila de arañas que huían lo mas rápido que sus ocho patas le permitían – Aquí nuestras salvadoras – se burló mirando a los arácnidos.

@@Mia Zoeh

Miró a su hermana, ¿enserio seguiría actuando de aquella manera?, Meight no tuvo oportunidad de contestar la pregunta del rubio cuando ya May parecía exasperada, no se movieron solo estaban dándole iniciativa a una sala que parecía abandonada. Se estiró cómodamente contra el respaldo del sofá y de igual manera lo hizo con los pies debajo de la mesita de madera que tenían enfrente.

- Querida hermana – dijo cansando, en un intento de sonar reconciliador pero con pocos logros. -¿Dónde esta tu espíritu navideño? - se apresuró a decirle en un tono irónico – No hemos hecho nada aún y ya estas echando canas verdes – miró a la Ravenclaw.

- ¿Qué piensas que haremos con un poco de hielo? – Sentía que la Black Lestrange estaba exagerando con todo aquello - ¿un Golem gigante que dirigido por nuestras ordenes destruirá la torre?, este lugar ahora es mi casa y lo cuidaré así que no te preocupes y relájate – y le señaló un cómodo sofá cercano al fuego – Acuéstate, disfruta del calor y acompáñalo con una vasito de whisky - le recomendó haciendo referencia a la primer bebida que le vio tomar cuando la conoció.

Se sentó junto a Zoeh cuando esta lo atrajo hacia el, se sentía atrapado, impotente y responsable de todo lo que estaba pasando. En otras situaciones contó con ayuda externa pero en aquel lugar solo estaban él y Zoeh, nadie sabía que ellos estaban ahí ahora lamentaba eso. Pensar en un milagro que viniera de afuera era perder el tiempo, tenía que poner todas sus energías en buscar una salida de aquel lugar y poner a salvo a ambos.

La rubia dio su idea en voz baja, solo la luz de la varita del demonio alumbrara el lugar, el rostro bello de la chica ahora lucia una mascara de espanto, no quería que le pasara nada porque a pesar de que ella insistiera que la situación fue conducida por ambos, sentía que todo el peso de aquello estaba sobre sus hombros, una mochila muy pesada que comenzaba a asfixiarlo.

- No conozco estas mazmorras, pero se parecen a las de Hogwarts así que debe ser un inmenso laberinto de habitaciones conectadas por idénticos pasillos – contesto, hasta el de vez en cuando tenía que volver sobre sus pasos cuando paseaba por aquellos pasillos en Hogwarts. Lo peor que podían hacer era quedarse allí, quedarse encerrados era la peor de toda las opciones, el movimiento era vida los que se movían era los que sobrevivían.

Miro a la chica tras la tenue luz de su varita y le dijo – No podemos quedarnos aquí, quedarnos encerrados es nuestra peor opción, si nos movemos tendremos mil opciones – le aseguró mientras se levantaba y aun sosteniéndole con firmeza la mano abría la puerta. El basilisco aún no llegó hasta la altura de aquel pasillo, pero se acercaba saboreando sus cuerpos.

- Vamos Zoeh – dijo el rubio empezando a correr, los métodos de poner fin a una vida del Rey de las Serpientes eran variados, pasando desde su tamaño, sus colmillos y su mirada. No poder verlo complicaba mucho, temer ver a sus espaldas y encontrarse con aquello ojos era de las peores pesadillas.

Llegaron a un nuevo cruce de caminos, eran tantos y los lugares donde podían llegar a terminar eran infinito que le era imposible decidirse por alguno, pero no le podía fallar a su amiga, se sentía responsable de la vida de Zoeh. Hasta que sintió algo, algo que nunca sintió antes pero sabía de qué se trataba.

El peor de sus miedos se estaba cumpliendo, sentía que se sumía en una profunda oscuridad pero que su cuerpo seguía manteniéndose firme y sabía que “el” tomaría el control de la situación. No podía detenerlo, temía por Zoeh, por su cuerpo pero antes de desaparecer por completo en aquella niebla un último pensamiento le dio esperanzas, quizás “el” lograría salvarlos.

El demonio del Croft tomó posesión de su cuerpo y miró a la chica que sostenía su mano, era hermosa y joven – Dimitri se fue preciosa – le informó mostrándole una siniestra sonrisa, los ojos normalmente azules del rubio ahora eran completamente negros y algún destello rojo los recorría de vez en cuando.

El demonio sabía que la transformación no era completa, para que ello sucediera los dos debían de estar de acuerdo. Pero aquella situación lo obligo a tomar control y despertar, no podía arriesgar a Dimitri los dos eran uno – Soy el peor temor de Dimitri – se presentó – Pero no te preocupes soy el único que puede sacarlos de aquí – el basilisco no tardaría en llegar hasta ellos. Protegería también a la chica por que Dimitri sentía aprecio y cariño por la joven – Zoeh – bromeó, sabía que era el segundo nombre de la rubia pero Dimitri gustaba llamarla de aquella manera.

@@Mia Zoeh

Una vez las reglas del juego fueron explicadas todos se pusieron de acuerdo en darle comienzo. Tomaron asiento y colocaron la botella en el centro de la mesa, Alonzo se propuso para girar la botella primero, dio tres giros y la misma comenzó a girar con desenfreno. Nadie sabía a quien le podía tocar y eso generaba un poco de ansiedad.

La botella se detuvo pero no apuntaba al Croft sino que a Marishka, la pobre chica era la única que hasta el momento desconocía las reglas del juego y ahora era la primera seleccionada para aceptar verdad o desafío.

La chica acepto verdad y el rubio miró a su amigo esperando ver con que tipo de pregunta le salía, se podía preguntar de todos menos claro esta el tema referente a los bandos tema prohibido dentro de los terrenos de la Academia y para el resto de la sociedad del Reino Unido.

Alonzo optó por preguntarle sobre sus miedos, era una pregunta jugosa y que le permitiría conocer mejor a la chica. Ella contó que su mayor miedo fue el hombre que la convirtió en vampiro, sabía que convertirse en vampiro era una de las experiencias más traumatizante que se podían tener.

- Bien Marishka me olvide de comentar otra regla el que contesta la pregunta o realiza el desafío es el que debe girar la botella para el próximo turno, así que querida amiga tu giras las botella – dijo empujándole la misma hacia ella.

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- Hay que salir de acá – dijo a la chica mientras la tomaba de la mana y empezaba a correr en busca de la salida. Sabía que era lo que se acercaba porque entendió todo las piezas del puzzle y también estaba al tanto de que ellos no podían hacer nada para detenerlo. Comenzó a correr, sintiendo esa cosa acercarse, ya sabía que ellos estaban allí abajo.

No podía permitir que le pasara algo a Zoeh porque era su culpa si algo sucedía, el la invitó a visitar aquel lugar, a bajar hacia las mazmorras y convencerla de seguir explorando pese a las advertencias. Llegaron hasta una bifurcación y el alma se le cayó a los pies al rubio, no sabía por donde era la salida, estaban atrapados en aquel laberinto con un ser persiguiéndolos.

Un sudor frío corría por su rostro mientras apuntaba con el haz de luz de su varita cualquiera de los dos caminos. Sentía esa cosa enorme acercarse hacia ellos, lenta y tranquilamente como tomándose su tiempo, saboreando el terror de los chicos.

Esta vez optó por el camino de la izquierda y se sumergieron en un pasillo igual de oscuro que los anteriores, unos metros delante encontraron una especie de pequeña entrada. Tenía que explicarle a Zoeh lo que pasaba o creía que pasaba y ese era un buen lugar para hacerlo, estaban fuera del camino principal y podrían esconderse.

- Aquí – dijo entrando en aquel lugar que resultó ser una mazmorra de pequeño tamaño y cerrando la pesa puerta de acero de la misma. El lugar estaba atestado de montañas de libros mohosos, humedecidos y rotos. Miró a su compañera – Zoeh fue un error haber continuado y soy totalmente responsable de todo esto, tenemos que salir de aquí – tragó saliva, la mano le temblaba un poco.

- Lo que nos persigue es el Rey de las Serpientes, un Basilisco – pronunciar en voz alta aquello que estaba pensando lo hizo volverse mas real y darse cuenta de la grave situación en la que se encontraban. – Yo puedo comunicarme con los animales, excepto con las serpientes no puedo entenderlas y ellas a mi tampoco, será porque ese tipo de conexión esta solamente permitida para los hablantes de pársel – contaba deprisa – Por eso no entendí aquel grito silbante que escuchamos, las mazmorras es un hábitat ideal para un basilisco que gustan de lugares fríos oscuros y no sabemos la clase de locuras que tendría esta Academia así que es probable que hallan dejado encerrado a un Basilisco –

- Y entramos en su guarida y no esta contento – finalizó esperando la respuesta de la chica.

@@Mia Zoeh

Escuchó lo que su compañera dijo sobre los estudios y sonrió - ¿Tu eras de Ravenclaw no? – le preguntó – Porque tienes el perfil perfecto de una verdadera Ravenclaw, además del apellido claro – dijo mirando las llamas – Yo en Hogwarts soy de Slytherin – se volvió hacia la Ravenclaw – Pero porque no mejor empezamos a diseñar algo para la sala-

Recordó el baño de escarcha que recibió de la fantasma – Ese baño de escarcha que te dio la fantasma me dio una idea – podrían trabajar con hielo y hacer algo maravilloso, algunos encantamientos para que no se derritiera y otro retoque y podrían tener algo realmente hermoso para la casa.

No sabía si se podía trabajar en grupo pero ahora eso era lo de menos, dos cabezas son siempre mejor que una y además podría seguir conociendo a la única otra Aethonans que vio desde que llego. – Podrías hacer algo con hielo – se aventuró a decirle.

@@Meight Evans

Todos sus compañeros se apuntaron al juego de la botella y para sorpresa del Croft casi todos conocían las reglas del juego, si bien el juego tenía origen muggle el rubio lo conocía ya que alguna que otra vez lo jugó. Miró a Marishka que era la única de los presentes que desconocía aquel juego.

- Marishka las reglas son bien simples, uno de nosotros toma lo botella la acuesta sobre la mesa y la gira, cuando esta pare de girar el pico va apuntar a uno de nosotros y es el elegido el que va a tener que elegir “¿Verdad o Desafío?”, si escoges verdad tendrás que contestar una pregunta con sinceridad absoluta pero si eliges Desafío tendrás que cumplir un reto, y después de ese turno el juego continua – miró al resto de sus compañeros – Pero nosotros somos magos y esta botella no es una simple botella, siempre apuntara a alguien y ese alguien no se repetirá hasta que todos hallan cometido su confesión o desafío – pausó y explico – si la botella me señala a mi yo no volveré a participar hasta que todos ustedes hallan pasado por lo mismo y segunda cosa… no se puede mentir si mentimos la botella se teñirá de un rojo escarlata – eso era la bueno de tener magia, el juego era mucho más interesante.

- Entonces… ¿Quién empieza girando la botella?, el que gira la botella es el que formula la pregunta o el desafío – acotó mientras colocaba la botella en el centro de todos.

Avanzaron en silencio por el pasillo de la derecha manteniendo las varitas delante para alumbrar su camino. Mientras caminaban muchos pensamientos se le vinieron a la cabeza al Croft, dejando de lado las ideas de que todo aquello era un error, una trampa mortal y que estaba arriesgando la vida de una amiga comenzó a deducir todo aquello.

Quizás no fuera el alumno diez pero era alguien astuto, sabía unir los puntos y ponerlo todo en practica y buscar una solución, sabía aprovechar los medios como buen Slytherin para lograr sus fines y no estaba dispuesto a perder frente aquel evento, estar vagando por unas mazmorras abandonas con un posible peligro desconocido acechándolos. Tenía varios aces bajo la manga, una de ello era su conocimiento sobre estructuras gracias a los Croft la familia con mayores conocimientos arqueológicos de todo el Reino Unido, la otra era su habilidad con los animales, su espíritu de Slytherin y su demonio interno, pero eso último lo aterraba jamás dejó que saliera completamente, ni siquiera sabía que forma tendría y nunca uso todo aquel poder que tenía por temor.

¿Zoeh seguiría con el si se enterara que era un demonio?, ¿Qué bajo esa apariencia de humano había un ser oscuro que ni el conocía?. Sacudió la cabeza, no quería pensar en eso debía concentrarse en descubrir todo el misterio que había encerrado. El sonido que escuchó que provenía de este lugar y no reconoció era la clave, no lo entendió si fuera de un animal o criatura sabría su significado.

Luego estaban aquellas mazmorras, donde generalmente se ocultaban secretos o tesoros que era ferozmente protegidos… mazmorras como las de Hogwarts… mazmorras como la sala común de Slytherin, la casa de la serpiente. Y luego estaba el pozo por donde cayó, eso lo habían hecho. ¿Pero quien o que?, los terrenos estaban abandonados, técnicamente era recomendado alejarse de aquel lugar si se podían, no había humanos… se parecía la entrada oculta de una madriguera.

Claro a los ojos de un animal no notaría la diferencia entre la tierra de la entrada y la del resto pero para los humanos si era fácilmente identificable. Pero si fue hecho por un animal debía de ser uno muy grande… no le estaba gustando lo que pensaba, era imposible no había de esos en Gran Bretaña desde hacia tiempo. Y luego estaban las advertencias, no era posible que les avisaran de esa manera por unos conejos gigantes, lo que vivía en aquel lugar era un predador algo que los podía dañar.

- Zoeh… - comenzó a decir parándose en seco, pero antes de que pudiera terminar se sintió un sonido de algo grande y que se arrastraba por unos pasillos cercanos de aquel laberinto que era la mazmorra que provocó que la piel del demonio se erizara.

@@Mia Zoeh

Se quedo en silencio observando la espalda de Zoeh mientras leía las runas, era maravillosa y una genio, era la clásica imagen de una Ravenclaw la belleza no tiene que estar necesariamente peleada con la inteligencia. Se quedo apartado con la varita en las manos sin interrumpir a la chica mientras esta descifraba.

-“Has llegado hasta aquí… cuidado” y “Enemigos” – repitió pausadamente el rubio – No creo que sea una mensaje de buenos deseos y bienvenida – resopló – Generalmente en los castillos guardaban cosas o criaturas peligrosas en las mazmorras ya que en ella se guardan desde tesoros hasta prisioneros – pensó.

Miró a su compañera, el quería seguir avanzando y descubrir de que iba todo aquello pero no lo haría si Zoeh se rehusaba a avanzar, no la iba a obligar a hacer nada que no quisiera. - ¿Quieres seguir avanzando? – le preguntó – No te sientas presionado por mi o algo por el estilo, no te voy a juzgar por eso – se apresuró a decirle.

@@Mia Zoeh

Meight hizo sonreír al Croft a la alusión de que a ella le encantaba dormir y que por eso casi siempre llegaba tarde a todos lados. El no era de dormir mucho pero tampoco de dormir poco, dormía lo justo y necesario para comenzar cada día bien, eso si, si alguien interrumpía su sueño eso lograba sacarlo de sus casillas en ocasiones.

- Jaja, tranquila que conozco a varias que tienen tu mismo problema, pero no te preocupes… dormir es más importante que el estudio – dijo sonriéndole a la Ravenclaw.

El rubio tomó asiento en uno de los sillones cómodos de la sala, una ubicado privilegiadamente cercano al fuego y la invitó a que lo acompañara – Yo terminé Generales y ahora también empezare Rol Básico y Duelo Básico – le contestó – O sea que soy una generación más baja que vos – dedujo mirando a su compañera.

Una última compañera llegó hasta ellos se trataba de su amiga Ariza - Bienvenida al Club de la Generación 124 – bromeó como se tratara una reunión privada. – Y estamos comentando un poco de cómo nos han tratados nuestras respectivas casas desde que las clases dieron fin – apuntó haciendo un buen resumen de lo hablado.

Generalmente era un chico que podía irse por las ramas pero en algunas situaciones era alguien sumamente amante de la síntesis y sabía como aplicar y con quien hacerlo, ahora si se lo ponía e pensar lo social era su fuerte.

- ¿Y bien que podemos hacer ahora que ya nos pusimos al tanto de nuestras vidas? – Preguntó lanzando una mirada cargada de misterio – ¿Que les parece…. –comenzó a decir lentamente y tratando de agregar ansias en los demás – si jugamos… - extrajo su varita y apunto la mesa – A … - tras un destello azul una botella de vidrio apareció – Verdad o Desafío? – terminó de decir sonriéndole a sus compañeros, ¿se atreverían a aquel traicionero juego?