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Dimitri Croft

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Mensajes publicados por Dimitri Croft

  1. La chica se presentó como Meight Ravenclaw – Un gusto entonces Meight – dijo mirando el rostro de la chica, parecía ser tímida le estaba dando esa impresión. – Bueno espero yo también que suceda eso – dijo recostándose en el alfeizar de la ventana que estaba frío. La nieva caía con fuerza del otro lado.

     

    - No te preocupes, me manejo bien en lo que se refiera a sociabilidad –apuntó encogiéndose de hombros – Así que podemos dejar el peso de eso en mis hombros – bromeó tratando de arrancarle una sonrisa a la Ravenclaw.

     

    - ¿Qué pasa que no hay mucha gente en la sala? – Preguntó viendo la poca concurrencia de personas - ¿Dónde esta el prefecto?, ¿lo Aethonans somos muy dormilones? – volvió a bromear tratando de romper el hielo.

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  2. Mientras Dimitri luchaba por encontrar ideas para un traje original sucedieron varias cosas a la vez. Una fantasma entró en la sala común e instaló el alboroto, se debía tratar de la fantasma residente de aquella casa, como en Hogwarts cada casa tenía una fantasma en aquella escuela de magia debía de suceder lo mismo.

     

    El Croft desistió de su imposible tarea, jamás diseño un traje y no tenía idea por donde comenzar, apartó la tela se apoyó contra el respaldo del cómodo sillón rojo en el que estaba sentando. Jugaba con su varita entre las manos divertido pendiente de la escena que estaba montando la alegre figura del más allá.

     

    Pero no se esperó que llegara hasta el propinándole un frío beso en la mejilla que lo hizo temblar de frío, por suerte una acogedora chimenea crepitaba alegre e inundaba de luz y calor la sala común. El fantasma comenzó a cantar y bailar en el centro de la habitación y el demonio no pudo evitar reírse, con personajes como ella jamás de aburriría durante su estadía.

     

    La chica fantasma propuso cambiar la temática del concurso a algo más acorde con las fechas que se aproximaban y eso alivio al rubio, se sentía mucho más cómodo creando adornos que diseñando ropa.

     

    - Apoyo la moción de la chica – dijo apuntando a la fantasma, se incorporó de su asiento y avanzó guardándose la varita en uno de los bolsillos del pantalón que llevaba hacia una compañera que acaba de llegar de las habitaciones. – Mucho gusto, Dimitri Croft – se presentó a su compañera.

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  3. - Nada en especifico decidí darme una vuelta por el castillo y sentía voces y aquí estoy – dijo sonriendo mientras tomaba asiento. Alonzo lo llamó por hermano y eso le sorprendió y aquella sorpresa de alguna manera se manifestó en su rostro ya que el chico le pregunto si aquella complicidad le molestaba.

     

    Era todo lo contrario le encantaba que le llamaran hermano cuando se llevaba bien con alguien pero le sorprendió que ese saludo proviniera de Alonzo, ya que se lo imaginaba más frío o distante como actuó durante el transcurso de Generales 124.

     

    - No para nada, solo que me sorprendió que tú fueras el que lo dijera – le sonrió al Black. Zoeh dijo que fue seleccionada junto con Ariza para los Tritones del Río Wye mientras tanto Alonzo apuntó que junto con Keyce y Annika era miembro de los Centauros de Blodwyn pero que aun no se paso por allí.

     

    - ¿Aun no? – le preguntó extrañado – Pues apresúrate la experiencia de estar en tu casa es asombrosa, además conoces personas nuevas – le recomendó a base de las sensaciones que tuvo cuando llegó por primera vez a la torre mas alta. – Yo soy miembro de los Aethonans de Salem y como dijo mi querida Zoeh no la cambio por nada, me integre muy fácilmente – explicó a sus compañeros.

     

    -¿Qué hay de ti Marishka? -

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  4. La iluminación de las antorchas con su fuego azul era bastante tenue demás de darle cierta frialdad y siniestridad al ambiente. Le alegraba tener de compañera a Zoeh, de a poco iba conociendo a la bruja y se estaba dando cuenta de que además de caerle muy bien era una potencial compañera para este tipo de situaciones y parecía ser muy inteligente y aplicada bueno no se podía esperar menos de un verdadero miembro de Ravenclaw.

     

    Dimitri imitó a la bruja y también encendió su varita – Si esto es como en Hogwarts, no tardara en bifurcarse y se transformara en una especie de laberinto – hasta el que era miembro de Slytherin se confundía en ocasiones al descender a las mazmorras del colegio. – Si, será mejor no separarnos – afirmó mientras seguía a su compañera.

     

    Caminaron en silencio por un largo trecho y como predijo el Croft se encontraron con una bifurcación – Típico – bufó, apuntó con su varita los dos caminos, el movimiento de la luz de su varita le mostró unas inscripciones en las paredes, el rubio se acercó y se dio cuenta de que se trataban de runas. Lamentó nuevamente no haber tomado esa asignatura en Hogwarts y se volvió hacia Zoeh.

     

    - Son Runas, - explicó – pero no puedo leerlas nunca tomé esa materia – dijo esperando la respuesta de la rubia.

     

    @@Mia Zoeh

  5. No hacia mucho desde que logró finalizar la tercera y última tarea de Generales 124 y fue asignado a la casa de los Aethonans de Salem y el Croft se paseaba sin rumbo fijo por los amplios y concurridos pasillos de la Academia. No tenía clases aún, así que contaba con mucho tiempo libre y cansado de pasarlo en su sala común decidió estirar los pies y recorrer un poco, con algo de suerte se encontraría con sus compañeros.

     

    Sus pies lo condujeron involuntariamente hacia el pasillo del Gran Salón, tras una enormes puertas dobles de madera se hallaba en lugar de reunión de las cuatro casas y de los profesoras, nunca estuvo antes en aquella habitación, las veces que desayuno, almorzó y cenó lo hico en la sala común de los Aethonans en la torre más alta del castillo por encima del nivel de las nubes.

     

    Se estaba acostumbrando a estar tan alto por eso ver tierra por las ventanas después de mucho tiempo de ver nubes lo cautivó bastante. Empujó las puertas que estaba silenciosas y se encontró con la sala prácticamente vacía, todas las mesas estaban sin gente excepto una la los Tritones donde había tres personas que conocía de Generales, Alonzo, Zoeh y Marishka – Parece que no estamos reuniendo – dijo acercándose al grupo y saludando uno por uno.

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  6. Y Zoeh se dejó caer no podía fallarle, después de todo la chica arriesgo su vida confiando en el Croft. Dimitri se posicionó en el lugar en el cual su amiga caería y logró atraparla, la fuerza de la caída hizo hincarse de rodilla sobre el suelo de piedra, la rubia era liviana pero la fuerza de la caída era muy grande, pero por suerte todo salió bien.

     

    - ¿Te encuentras bien? – le preguntó mirando la cara de terror de la chica y sonriéndole antes de ayudarle a pararse. El pasillo en el que se encontraban estaba completamente oscuro, excepto en la zona donde se encontraban ya que entraba luz del exterior. El rubio notó que había antorchas apagadas por todo el pasillo y agitó su varita e inmediatamente todos ellas se encendieron con un fuego azulado.

     

    - El color no lo elijo yo – bromeó para que su compañera dejara la impresión de la caída atrás. El pasillo le resultaba conocido y creía que a la chica también le resultaría igual – Esto me recuerda a las mazmorras de Hogwarts, ya sabes donde estudiábamos Pociones y donde estaba mi sala común… creo que estamos en las mazmorras de la Antigua Academia de Magia y Hechicería – dedujo – como esto estaba bajo en el nivel de la superficie cuando el castillo fue destruido esto quedo intacto – trató de imaginarse - ¿tu que crees? -

     

    @@Mia Zoeh

  7. - No tendré problema en pagar las cuenta de mi hermana si ella no se molesta pagando las mías – dijo sonriéndole a la Black Lestrange, se sentía cómodo bromeando con la bruja, todavía recordando la extraña bienvenida que le dio era momento de devolver un poco las cosas – Y también espero dulce hermanita que no te moleste tener bajo tu tutela, ¿como era que se decía?... – fingió que trataba de recordar – claro, los hermanos sean unidos – repitió volviéndole a sonreír a May.

     

    Se volvió hacia Cye nuevamente cuando esta le explicó lo que estaban haciendo, se trataba de una especie de concurso de disfraces, el más original se llevaría un premio igual de original. Nunca diseñó nada, no era su estilo pero no había nada que un poco de magia no pudiera mejorar, pero por otro lado aún no tenía en mente de que podía disfrazarse.

     

    - Déjenme adivinar – dijo al ver como Cye miraba a su hermana - ¿Mi hermana tuvo la idea del premio? – si era May jamás podría llegarse hacer una idea del premio – Quizás pueda ser un casco que te permita leer la mente… - solo May podría entenderlo y eso era lo que quería. – Bueno será mejor que empiece a trabajar si quiero ganarme el casco – volvió a bromear mientras avanzaba hacia una de las tantas mesas de la sala común, el resto de sus compañeros parecía encontrarse callado.

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  8. - Me alegro que te guste – dijo al escuchar las palabras de Zoeh, a pesar de que el lugar no encajaba en la categoría en la que la mayoría de las personas colocaban lo agradable, tenía su propio encanto y mística.

     

    Ambos comenzaron avanzar por los terrenos olvidados de aquella zona de la Academia el frío se hacia notar y la neblina no ayudaba mucho ya que dejaba húmeda la ropa del Croft - No sabía que haría tanto frío – le comentó a su amiga mientras avanzaban por entre los escombros de lo que una vez fue la primera Academia de Magia y Hechicería.

     

    - ¿No sentiste eso? – preguntó el rubio mirando a la bruja, fue como un grito mezcla son silbido pero fue apenas audible mas bien como una exhalación pero suficiente para captar la atención del chico, trató de describirle el sonido a su amiga – Y no fue ningún ave u otro animal – el se comunicaba con los animales era una habilidad del demonio que habitaba en su interior y que ocultaba de los demás por temor a rechazo, y ese sonido no le informó de nada fue eso, solo un extraño sonido.

     

    El Croft detuvo su marcha agudizando el oído, dispuesto a descubrir si aquel sonido existió o si fue nada más que una mala pasada de su cabeza, una sugestión por el lugar en el que estaban. – Creo que solo fue… - pero se interrumpió porque estaba vez el sonido apareció nuevamente y con mas fuerza, se volvió hacia la rubia estaba vez tenía que haberlo sentido - ¿Lo escuchaste no? – esta vez aquel grito silbante le permitió localizar el lugar de donde provenía, era una zona en la suelo a unos metros de ellos, la tierra era distinta como si la hubieran escarbado.

     

    El mago se acercó hasta el lugar – No es la misma tierra que la de la superficie, son las capas de más abajo, escarbaron aquí – le comentó a Zoeh - ¿Qué crees que pueda ser? – Preguntó, avanzando un poco mas y pisando con su pie izquierdo la superficie, parecía estable – Es resistente – dijo antes de avanzar con ambos pies y parecer sobre el suelo. Pero no era así, la superficie se desplomó hacia abajo y el Croft cayó hacia las profundidades.

     

    - Aresto Momentum – gritó con fuerza y el encantamiento fue inmediato, comenzó a caer a baja velocidad hacia un pasillo de piedra que le resultaba familiar, la tierra llegó antes que el mientra el apenas sintió el impacto con la piedra. Se incorporó y miró hacia arriba, parecían diez metros de profundidad podía ver el cielo gris de la superficie y el rostro de Zoeh – Estoy bien – le aseguró – Parece un pasillo abandonado – le recordaba a las pasadizos que lo conducían hacia las mazmorras y por supuesto a la sala común de Slytherin en Hogwarts. – Es increíble esto – gritó a la superficie – Déjate caer yo te atrapo - no estaba seguro si Zoeh confiaría en aquello era una locura dejarse caer desde 10 metros.

     

    @@Mia Zoeh

  9. Apenas terminó de presentarse al resto de la casa una mujer se acercó hasta el, se parecía mucho al Croft solo que un una versión femenina, mismo cabello rubio, mismo ojos azules y se presentó como Cye Lockhart y era una de las jefas de los Aethonans. – Es un placer – contestó educadamente a la bruja – Una de las mejores experiencias de mi vida – aseguró todavía sintiendo los efectos del vértigo emocional que vivió mientras ascendía hacia los cielos rumbo a la sala común.

     

    - ¿May? – dijo al ver acercarse a la mujer, era su sobrina o mejor dicho su hermana como habían arreglado por las similitudes de edades que tenían. No se podía creer que May fuera jefa de casa de los Aethonans de Salem - ¿Mi hermana siendo mi jefa? Esto va estar interesante – bromeó fijando sus ojos en los de la bruja, ¿seguiría con esa manía de tratar de leer la mente de las personas?, al parecer ya no.

     

    - Gracias, jefa – pronunció ante el recibimiento de su hermana, al parecer se encontraban sumidos en alguna especie de actividad antes de su llegada - ¿Y que estaban haciendo? – preguntó al ver telas y otros utensilios por la sala común.

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  10. - Si por norma general la mayoría nos quedamos con amigos solos de nuestras casa, me caen muy bien los de Ravenclaw y Hufflepuff pero no puedo decir lo mismo de los Gryffindor – la rivalidad entra la casa de la serpiente y la de el león era antigua y muy bien conocida por todos los habitantes del castillo. Ambas casas monopolizaban la mayoría de los eventos y competencias y ambas se acostumbraron a la gloria y al placer de vencer a la otra y competir por quien es la mejor.

     

    - Gracias – dijo mientras Zoeh le tendía la mano, se colgó la mochila al hombro derecho y se encaminó junto con la bruja. Conocía donde tenían que ir y era un poco lejos de donde estaban en un lugar poco concurrido. – Claro la casa del agua – repitió al escuchar que su amiga era de los tritones – Su sala común estaba debajo del lago ¿no es así? – preguntó señalando el gran espejo de agua.

     

    - Nosotros estamos en el oriente de la Academia en las torre más alta por encima del nivel de las nubes, es maravillosa es todo muy elegante y etéreo el blanco el plateado…. Ya sabes somos la casa del aire – estaba muy conforme con su casa no se lo esperaba pero ya no la cambiaba por nada.

     

    Siguieron avanzando por los bellos jardines de la academia muy concurridos y con mucho calor – Es detrás de ese bosquecillo de cipreses – le dijo a su compañera, se movieron por entre los árboles, el Croft sentía una gran emoción a medida que avanzaban y al final llegaron.

     

    El ambiente era completamente opuesto al de los jardines principales, allí hacia frío, la neblina lo cubría todo, no había risas, sonidos todo estaba muy silencioso, árboles esqueléticos crecían esparcidos por el lugar y diferentes estructuras se alzaban derruidas por el terreno – No me esperaba esto – le dijo a su compañera emocionado el cambio de atmosfera le dio renovadas ansias por descubrir aquel lugar.

     

    @@Mia Zoeh

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  11. Se sorprendió al escuchar que Zoeh también iba en sexto grado de la casa Ravenclaw, era imposible no habérsela cruzado en algún lugar, clase o algo por el estilo, miró mejor a Zoeh y le resultó algo familiar como si la hubiera visto por los pasillos de Hogwarts – Ahora que lo pienso mejor creo que recuerdo tu rostro de Hogwarts, compartía clases con Ravenclaw yo si te recuerdo a pesar de nunca haber hablado – sentenció mirando a la chica.

     

    - Nunca hablamos allá lo cual no es extraño al ser de diferentes casas… - miró un poco el cielo claro de aquel día, - ¿Sabes una cosa? – dijo volviéndose hacia la rubia – Dicen que hay una zona de los Jardines Sumaes donde se encuentran los escombros de la antigua academia que la guerra de bando tiro abajo – los rumores llegaron a los oídos del Croft y ahora las ganas de conocer en lugar lo atraían poderosamente.

     

    - ¿Te gustaría ir? – invitó a su amiga, sería una experiencia única y no la podían dejar pasar – Por cierto yo soy un Aethonan de Salem ahora ¿y tu? – volvió a preguntarle.

     

    @@Mia Zoeh

  12. Zoeh le explicó de qué trataba el libro y como se esperaba si trataba de literatura muggle lo desconocía, no era muy partidario de los muggles y sus cosas, aun no entendía porque eran ellos lo que se escondían y los muggles podían estar a sus anchas. Dimitri creía que la situación se debía invertir, no deseaba eliminarlos pero si que ellos fueran los que se escondieran de los magos y no a la inversa.

     

    El Croft le devolvió el libro a su amiga – Mucho gusto – bromeó cuando escuchó el nombre del autor – No se nada sobre muggles, debería de haber tomado Estudios Muggles en Hogwarts pero hubiera sido un desperdicio – agrego mientras se acostaba sobre el pasto sobrecalentado por el sol, era un día hermoso para hacer cosas interesantes.

     

    Zoeh comenzó a explicarle un poco de su vida y de cómo fue criada por muggles, eso si era extraño. No se imaginaba creciendo entre muggle, el fue criado por magos y vivió toda su vida en aquel mundo paralelo que tenían con los sin magia. – Pues de la literatura mágica se un poco más – dijo observando a su compañera desde el suelo, cruzó los brazos debajo de su cabeza y suspiró, se sentía totalmente relajado.

     

    - Yo fui criado por mis padres ambos magos, Near y Brardolla Croft así que me críe con las costumbres mágicas…. Estoy estudiando en Hogwarts me queda mi último año y soy de la casa Slytherin ¿tu has estudiado en algun colegio mágico sin ser este? – le preguntó a su amiga, no la recordaba de Hogwarts sería muy raro que le dijera que estudiaba alli y no haberla visto antes.

     

    -¿En que casa vas aquí? – le preguntó a la rubia.

     

    @@Mia Zoeh

  13. Le había propuesto a su amiga Zoeh de Generales encontrarse para conocerse un poco mejor en los jardines de la Academia. Tenía una muy buena relación con su generación y eso era algo sumamente positivo a pesar de estar en diferentes casas el trato debía seguir manteniéndose.

     

    Caminaba por los concurridos jardines de la Academia en busca de la chica, se acordaba perfectamente de ella fue con la que hizo el show como segunda tarea de Generales 124. Ahora que se lo pensaba un poco más, tuvo como el papel de unir a la clase, fue el que propuso e incentivo el trabajo en grupo.

     

    Encontró a la chica sentada bajo la sombra de un árbol leyendo un libro, sonrió al verla tan concentrada en su lectura y apartada un poco de lo que sucedía su alrededor. Se sacó su mochila oscura y la apoyó en el suelo cercano a la rubia - ¿Si te encuentras ocupada puedo volver en un rato? – le dijo bromeando dedicándole una sonrisa. - ¿Qué lees? – le preguntó sentando también en el suelo.

     

    @@Mia Zoeh

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  14. Dimitri terminó con la máxima nota su clase de Generales situación que lo llenaba de orgullo y acaba de ser relacionado para la casa del aire, la casa de los Aethonans de Salem. Era algo nuevo y emocionante, escuchó varias cosas sobre aquella casa y que era de las mejores de la Academia de Magia y Hechicería.

     

    También conocía la forma de llegar a su nueva sala común, en la torre más alta tan alta como las nubes al oriente de los terrenos de la Academia. Podría subir por unas largas e inmensas escaleras apreciando la estructura de la torre por dentro o volar montando en un Aethonan de piedra y apreciar la torre pero desde afuera.

     

    De las dos opciones le última le resultaba la mas emocionante después de todo ya conocía la contraseña y por nada del mundo quería perderse aquel vuelo. Caminó desde su aula de Generales hacia la estatua del Aethonan y se quedo impresionado con la belleza y realidad que imponía la criatura.

     

    Estiró una de sus manos y acarició la fría y perfecta piedra, sus sentidos parecían estar jugándole una mala pasada pues la realidad de la escultura era tal que sintió que tocaba piel, algo caliente como si tratase de verdad en un ser vivo. Fijo sus ojos azules en los bellos del animal y repitió la contraseña que le habían informado. Los ojos de la estatua pestañaron y su cabeza se sacudió, el rubio retrocedió algo sorprendido en el momento que el animal extendía sus enormes alas, eran inmenso.

     

    Sabía que lo tenía que montar si quería llegar a la sala común, por eso cuando el Aethonan doblegó sus piernas delanteras el Croft lo montó. El animal tomó impulso y se lanzó hacia el cielo. El viento le daba con fuerza en la cara, sentía el movimiento del animal debajo de él y una desbordante alegría y adrenalina en su cuerpo. Se contuvo de gritar por la emoción pero después de la velocidad del arranque el animal se estabilizó y comenzó a prácticamente planear hacia la cima de la torre.

     

    El paisaje era hermoso y la torre altísima, están muy arriba y aún no podía ver la cúpula de la torre. Cruzaron la altura de las nubes empapando al Croft y se sumergieron en un mundo irreal. Debajo de ellos el suelo era un mar de nubes blancas, arriba el cielo más celeste que jamás vio todo bañado por la luz de un enorme sol dorado. Y cerca de ellos la torre de los Aethonan de Salem, su nuevo hogar. La cúpula era extraña era como si se abriera a los inmensos cielos.

     

    El Aethonan entró por una de los tantos ventanales de la Sala y el rubio descendió, el animal volvió a salir y el chico quedo enfrentado a sus nuevos compañeros – Dimitri Croft nuevo ingreso de los Aethonans de Salem – dijo sonriéndole al resto.

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  15. La situación con su herida comenzó a deteriorarse a medida que avanzaban hacia la Gran Carpa Roja, sus amigos tuvieron que cambiarle nuevamente las vendas por unas nuevas porque las anteriores ya no podían absorber más sangre. – No me esperaba que fuera tan grave – dijo tratando se sonreír pero solo logrando una mueca de dolor mientras Marishka le colocaba la nueva venda.

     

    Por su culpa la velocidad de la marcha tuvo que descender, era el movimiento que provocaba más perdida de sangre pero a pesar de eso Dimitri se sentía despierto, algo desorientado, débil y cansado pero todavía conciente de todo lo que sucedía a su alrededor. Las luces de la Carpa los alcanzaron y el Croft soltó un suspiro de alivio, eran los primeros en llegar a pesar de todos los contratiempos.

     

    Los 5 llegaron al centro de la misma donde los esperaban los profesores – Aquí tienen sus pertenencias – les dijo alcanzándoles la mochila y la pulsera, trataba de no preocupar tanto a los mismos pero el asunto con su herida se estaba tornando grave. Saco su varita y materializó una silla donde se sentó, ahora que no estaba parado se sentía un poco mejor, Siberian se acercó hasta el muchacho y colocó su cabeza sobre las rodillas del rubio nuevamente – Estaré bien Zoeh – trató de despreocupar a su amiga y gruñó cuando la vio alejarse –Profesor Granger, Profesora Evans, voy a quedarme con Siberian – no se quería separar del felino y el animal tampoco de el, formaron un lazo muy bueno durante la aventura en el circo.

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  16. Las animales estaban bajo control pero su herida era otra cosa, aquel sarapazo de la leona seguía sangrando y tenía que hacer algo rápido el riesgo de infección era alto y no sabía cuanta sangre podía seguir perdiendo, el sangrado no era profuso pero si constante. Tenía su varita pero desconfiaba de utilizar la magia para la herida, no era un experto en medicina y sus conocimientos básicos resultarían peor.

     

    Recordó su mochila, la que dejó arriba junto con Siberian en ella tenía un poco de alcohol y una gasas era mejor que nada. Sus pertenencias eran trabajo de sus compañeros, sabía que podían encontrar la forma de resolver el dilema de los cofres, además si mal no recordaba Ariza era buena inventando encantamiento ella podía resultar muy útil.

     

    Los leones y el oso no serian una molestia pero no le agradaba dejarlos sueltos y abandonar la arena, sus compañeros podrían correr algún riesgo principalmente por la leona. Sustrajo su varita y apunto a las tres puertas corredizas por donde salieron los animales (que se habían cerrado) y las volvió a abrir nuevamente, indicó a los animales que entraran y cuando estos lo hicieron agitó nuevamente su varita y las puertas se sellaron.

     

    Sostuvo su varita con la izquierda mientras que con la diestra se ejercía presión en el hombro, no intentó llamar la atención de sus amigos no quería distraerlos ni preocuparlos. Subió la escalera y llegó hasta Siberian. El animal se preocupó y se levantó inmediatamente, pero el rubio le hizo un gesto con la mano para disipar sus preocupaciones – No pasa nada – le aseguró mientras se arrodillaba frente la mochila pero… ya no había solo una mochila sino dos, otra negra había aparecido y junto a ella una pulsera.

     

    - ¿Fuiste tu? – le preguntó, no Siberian no tenía nada que ver con ello habían aparecido de la anda ¿una mochila y una pulsera? Se lo pensó un poco y la voz de un compañero comunicándole que sus profesores perdieron una mochila y una pulsera resonó en su cabeza. ¡Eran los objetos perdidos de los profesores! Una sonrisa silenciosa se dibujo en el rostro del Croft mientras habría su propia mochila y encontraba las gasas y el alcohol.

     

    Se aplicó el alcohol primero que le produjo un gran ardor y luego se colocó las gasas, ya estaba mucho mejor, guardó todo lo que le sobro, se calzó ambas mochilas y se guardó en un bolsillo la pulsera de la profesora Evans. – Tenemos todo Siberian – dijo distraídamente mientras acariciaba las orejas del animal, se volvió hacia el fondo de la arena y observó como sus amigos resolvían el acertijo de los cofres.

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  17. Todo lo que le dijeron, todo lo que veía y todo lo que olía le reafirmaba la idea de que estaban en la zona de los animales. Y de alguna manera sabía que si lo transportaron hasta aquel lugar el fin de su búsqueda radicaría en los confines de alguna de las tantas jaulas que los rodeaban. Avanzaba en silencio pendiente a cualquier pista o sorpresa desagradable que los molestos fantasmas tuvieran preparadas.

     

    Su ropa tenía manchas de barro, le dolía un poco la cabeza, su cuerpo estaba algo magullado, se sentía preocupado por Siberian y la integridad de sus tres compañeros, se imaginaba que tenía cierto grado de responsabilidad por todos ellos y eso lo obligaba a estar atento no solo por una persona sino por 4 y un tigre. El sol se estaba ocultando pasaron todo el día en aquella feria, una feria que en algún momento le pareció entretenida ahora solo deseaba que todo aquello acabara.

     

    Se les agotaba el tiempo, Siberian estaba cansando y se lo trasmitía al rubio pero no se podía detener. Todo comenzaba teñirse de rojo sangre a medida que sol bajaba y la temperatura que durante todo el día fue alta comenzaba a descender. Se pararon un segundo cuando Keyce encontró una especie de prisma de cristal, el Croft aprovecho para secarse el sudor de la frente con una mano y al ver sed en los ojos de Siberian, formó un cuenco con la mano y sosteniendo la varita con la boca pensó “Aguamenti”, un chorro de agua transparente y fría cayó en su manos y comenzó a llenarlas de agua.

     

    Detuvo el encantamiento y se arrodillo junto al tigre que comenzó a beber del cuenco formando por las manos del mago. El animal se lo acabó rápido y el demonio se incorporó – Mas tarde te daré mas, ahora debemos seguir moviéndonos -. Avanzaban en silencio por aquel lugar que era mucho más grande y amplio de lo que se imaginó el demonio, mientras Keyce seguía jugando con aquella especie de prisma.

     

    Un arco iris apareció de la nada en la visual del mago y este se volvió hacia su origen, era el prisma de Keyce al reflejar la luz del sol. El efecto fue tan rápido que no lograron apreciar donde acaba el mismo. Intentaron varias veces mover el crisma de varias formas para que recibiera la luz del sol en varios sentidos pero nada, hasta que decidieron utilizar a Dimitri como poste que no pudo ofrecer resistencia pues no le dieron tiempo y su cuerpo ya de por si magullado soporto por segunda vez el peso de Keyce.

     

    Pero tanto sufrimiento no fue en vano pues Ariza descubrió el punto final del arco iris, una jaula vacía. Los 5 se movieron hasta dicho lugar y encontraron una nueva nota solo que esta vez en el suelo sucio de la jaula. Debían de buscar en más nuevas jaulas, eso les decía la nota – Creo que de eso nos encargaremos en el momento Marishka – respondió el Croft a la pregunta de la chica.

     

    El grupo siguió avanzando hasta que se encontraron con una especie de gran fosa, no tendría mas de 6 metros de profundidad y terminaba en una especie de arena al chico se le hizo similar a una especie de coliseo solo que sin las gradas, estaban las puertas corredizas y todo en el fondo. Solo había una escalera que descendía hasta la arena. – No perdemos nada con investigar, además… - lanzó una mirada al fondo – parece la clásica broma que haría un fantasma revoltoso – se volvió a Siberian – tu aguárdanos arriba – le indicó rascándole la oreja.

     

    Los cuatro jóvenes bajaron sosteniendo con fuerzas sus varitas y luego de unos minutos sus pies tocaron la arena. El Croft sentía una extraña sensación en aquel lugar, sabía que no les darían nada servido en bandeja de plata, si querían obtener algo debían probarse a si mismos. Llegaron al centro de la arena cuando sintieron sonidos, a unos metros de ellos se elevaron del suelo tres cofres que al abrirse mostraron en su interior los objetos perdidos, el collar de zafiros, el broche y el collar de dientes de tiburón.

     

    Pero como supuso no todo lo que brillaba era oro puesto que el cofre que contenía el collar de zafiros se cubrió de un misterioso líquido verde que borboteaba, el del broche fue cubierto por una especie de mineral violáceo y transparente que parecía muy duro y el del collar de dientes de tiburón estalló en llamas, los objetos no se hicieron daño pero debían encontrar la forma de hacerse con ellos.

     

    Pero la prueba no finalizó con aquello, tres puertas corredizas se abrieron y de ellas salieron dos leones una hembra y un macho y un enorme oso negro. Los animales rugieron encolerizados a los muchachos – Tranquilos – fue lo primero que se le ocurrió decirle a sus compañeros, un sudor frío recorrió su rostro no le gustaba aquella situación. Su don con los animales serviría pero no podía colaborar con el tema de los cofres – Ustedes ocúpense de los cofres, hay tres uno para cada uno yo me quedo con los animales, ellos no los molestaran se los prometo – vocifero para hacerse oír.

     

    Mientras los chicos se iban a resolver el dilema de los cofres el Croft se quedó enfrentado a los animales, su don de demonio le permitía entender a la perfección a los animales y lograr comunicarle sus ideas a ellos y esa iba ser su mejor arma contra ellos tres. Sacó su varita y la agitó e inmediatamente un enorme palo de madera gruesa se materializó y cayó sobre la arena, guardó su varita y sostuvo con fuerza su nueva arma apuntando a los animales – No queremos problemas – dijo con firmeza.

     

    La leona saltó sobre el chico, Dimitri salió de aquel encuentro con apenas un rasguño en el hombro que comenzó a sangrarle. Agitó con violencia la vara y golpeó tres veces con fuerza el suelo, - No se acerquen mas – bramó marcando un límite que no debían cruzar. El oso se irguió sobre sus patas traseras y gruñó con una fuerza imponente, pero la mirada de Dimitri no bajó ningún ápice se mantenía firme y quería demostrarle que en aquel lugar era el, el que mandaba.

     

    - ¡No! – rugió provocando eco al ver como la leona daba tres pasos hacia el. El animal detuvo su marcha pero mantuvo sus ojos fijos con malicia en el cuerpo del rubio. – No queremos problemas – volvió a repetirles, el león fue el primero en bajar las orejas y echarse sobre la arena, de los tres fue el que actuó con menor agresividad. Fue el primero que confió en sus palabras, el oso volvió apoyarse en cuatro patas y su mirada se suavizó.

     

    Estaba funcionando, la única que se mantenía dispuesta para la pelea era la leona. El chico bajó el palo pero la mantuvo firmemente sujeto con su mano, mientras pasaba por donde estaba la leona fingiendo no verla pero siempre atento a un inesperado movimiento del felino, la leona gruñó y sacudió la cola pero dejó pasar al muchacho. Dimitri llegó hasta el oso y el león y los acarició, los animales no mostraron resistencia sabían que nos le haría daño. Notó confusión en el rostro de la leona – No te voy a dañar – le aseguró más tranquilo.

     

    La leona avanzó hacia el chico, estaba tensa y desconfiada pero no agresiva, nos se dejó acariciar pero se hecho cercana a Dimitri. – Listo – se dijo a si mismo mientras se tocaba el hombro izquierdo, estaba sangrando tenía que encontrar ayuda médica.

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  18. Keyce no tardo en llegar cayendo sobre Dimitri y sumándolo un nuevo dolor a la caída, cuando el Stark se levantó y Dimitri pudo por fin incorporarse el Croft se dedicó a observar su entorno. Estaban de nuevo fuera y por lo que apreciaba aún seguía en el circo a los lejos se podía notar la gran Carpa Roja donde empezó la búsqueda. El olor e irremediablemente de animales y estaba en lo cierto pues se encontraba en una especie de pasillo formando por varias jaulas que contenían diversos animales.

     

    Sujetó con fuerza la cadena de Siberian al sentir unos pasos que se aproximaban hasta ellos, pero doblando una esquina aparecieron las compañeras que reconoció la voz al llegar Ariza y Marishka – Eran ustedes – suspiró aliviado ya se podía esperar cualquier cosa de aquella feria. Como era obvio las mujeres les inquirieron sobre su aparición en el lugar y por suerte fue Keyce el que se atrevió a contestar con lujo de detalles todo lo que sucedió, Dimitri solo se limitó a asentir con la cabeza en silencio mirando a sus compañeros.

     

    - Por lo menos recuperaste tu collar, detesto a estos fantasmas algún día de estos terminaran por matarnos – maldijo esperando que los profesores los premiaran después de aquella tarea que les impusieron. - ¿Estamos en la zona donde guardan a los animales no? – les preguntó a las chicas.

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  19. - Entonces entremos – le dijo dedicándole una sonrisa para que no estuviera tan nervioso – Quizás tengamos tanta suerte que encontraremos un collar de dientes de tiburón y otro de zafiros – bromeó dándole dos palmaditas en el hombro. El Croft empujó la puerta de madera de la atracción y se sumieron en un mundo de espejos donde sus imágenes les eran devueltas de todas direcciones.

     

    - No se que me esperaba sabiendo que esto era un laberinto de espejo – dijo a sus compañeros, pues verse reflejado tanta veces lo confundía, notaba cierta incomodidad en el ambiente de parte de todos, Siberian agitaba violentamente su cola demostrando molestia – Shhh, shh – susurró el mago dándole pequeños golpecitos en la cabeza.

     

    Se encontraban en una habitación en la que solamente habían espejos, en los techos, paredes y piso solo una parte esta vacía y era donde lógicamente en una casa normal habría una puerta, solo que en aquel lugar faltaba la puerta solo era aquel espacio. – Lumus – susurró sacando su varita, la oscuridad era agobiante y muy atemorizante.

     

    - Para ser una atracción no es nada atrayente – trató de bromear para quitar esa nota de encierro que se sentía. Alumbró con su varita al espacio donde tendría que ver una puerta y se encontró con un largo pasillo lleno de espejos de todos los tamaños y en aquel pasillo también estaban los espacios donde deberían haber puertas que conducirían a nuevas habitaciones supuso el hechicero.

     

    - Avancemos – en aquella habitación no había nada ningún tipo de collar o pista, cruzaron el umbral y se sumergieron en la irrealidad del pasillo. Puso sentir un ruido seco al entrar en aquel lugar pero no le prestó la debida atención. Si era lúgubre el primer cuarto aquel pasillo era un infierno.

     

    El aire no era solo mas pesado, el olor no era solo más dulzón sino que se sentía algo malo y rondando por aquel lugar. Las imágenes de los espejos le devolvían imágenes deformadas y grotescas de si mismos que erizaban la piel del mago, Keyce asustado retrocedió y chocó contra una pared. El rubio apuntó con su varita y donde antes estaba en umbral de la puerta ahora solo había muro negro. Estaban encerrados.

     

    Siberian se asustó y estaba desesperado, el animal comenzó a rugir y sus sonidos rebotaban en las paredes profanando un coro espantoso – Muchacho tranquilo – se apresuró a decirle arrodillándose junto al animal era un estado peligroso, lo sentía como perdido eso le estaba trasmitiendo. Trató de detener sus rasguños sobre los espejos que para sorpresa del chico no se rompían ni sufrían daño alguno.

     

    - Basta, basta – repitió dos veces - ¡Basta! – rugió y el animal de detuvo clavando sus ojos locos en los azules del muchacho. La mirada primitiva comenzó a desaparecer de Siberian y exhausta se arrojó al suelo. Dimitri se levanto y se volvió hacia Keyce - ¿Te encuentras bien? ¡estamos ***idamente encerrados! – maldijo.

     

    Y como respuesta una luz verde se encendió a sus espaldas, el rubio de volteó y se encontró con la brillosidad verdosa de un de los espejos una tan grande que iba del piso al techo. Se acercó al mismo y para sorpresa del muchacho Siberian no se resistió sino que avanzó encantado hacia el espejo. - ¿Qué crees que… - pero no pudo terminar la pregunta para Keyce, porque Siberian se adentró hacia el espejo arrastrando a Dimitri - ¡Keyce! – fue lo único que logro gritar antes de desaparecer en un infinito y brillante color verde.

     

    Sentía que caía y no podía sentir a nadie cerca de, el cerró los ojos con fuerza y dio contra algo duro. Cuando abrió los ojos vio tierra, Siberian también estaba allí y se estaba levantando del suelo. Y sintió dos voces y las reconoció eran las voces de asombro de Akiza y Marishka. - ¿Dónde estoy? – preguntó incorporándose.

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  20. Sus compañeros comenzaron a dividirse en pequeños grupos, Keyce dijo que quería acompañar al Croft en su búsqueda norteña, Ariza y Marishka optaron por descubrir el oeste, Alonzo se marcho nuevamente en solitario hacia el sur y Andrew optó por el este, solo quedaban sus compañeras de espectáculo Sherezade y Zoeh – Si tienen la corazonada de que sus cosas están en el nosotros vengan con nosotros – las invitó para luego volverse hacia su compañero de viaje.

     

    - Bien, vámonos – lo apremió mientras emprendía la marcha hacia el norte de la feria, una corazonada lo guiaba hacia aquel lugar, sabía que aquel collar de dientes de tiburón lo encontraría solo en aquella dirección. Caminaron unos minutos en silencio mientras el rubio sostenía con fuerza la cadena que mantenía a Siberian el tigre blanco del circo, se volvió hacia el Stark - ¿Qué es lo que te fue robado? – tenía que entrar en confianza y conocer un poco más a su compañero – Lo mío no es de mucho valor es solo un collar de dientes de tiburón que compre en Cardiff pero no es el valor lo que me molesta sino el hecho de que lo hallan escondido – bufó mientras miraba a su compañero.

     

    - Aunque sabes que… creo que esta es otra tarea más ¿viste la sonrisa extraña que tenía la profesora Evans durante todo esto? – sentía como Siberian trataba de aumentar la velocidad de la marcha – Tranquilo, todavía tenemos tiempo – le dijo al animal – Somos tres en este grupo y este amiguito nos ayudara bastante contra los poltergeists – se estaba encariñando con el animal y el tigre parecía sentir mucho confianza con el Croft.

     

    A metros de ellos divisó una atracción era una especie de prisma enorme con las paredes completamente negras sin ventanas y solo una puerta de color marrón y un cartel adelante que rezaba: “Laberinto de los Espejos”, Siberian movió la cola y el chico sintió un extraño cosquilleo en su cuerpo, era allí – Creo que mi collar esta en aquel lugar – le comentó a Keyce.

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  21. Las presentaciones dieron fin con el acto de su última compañera pero no hubo demasiado tiempo para el descanso, Dimitri acariciaba distraídamente la cabeza del enorme tigre blanco cuando aquellas palabras plateadas surgieron de la nada. Levantó la vista hacia el lugar donde con anterioridad aparecían las estrellas que los calificaban, ahora se leía con claridad “SI SUS COSAS QUIEREN HALLAR, EN LA FERIA DEBEN BUSCAR”.

     

    No llegó a deducir el total significado de aquello cuando sintió el grito de Alonzo, su guitarra desapareció y eso fue el detonante de que una luz se encendiera en la cabeza del rubio y los murmullos desesperados de sus compañeros. Abrió su mochila negra y la colocó entre sus piernas, estaban los libros, algo de comida, la botella de agua, plumas, tinta todos menos la caja con el collar de dientes de tiburón que compró en Gales el fin de semana pasado.

     

    Cerró la mochila molesto y observó al resto de sus compañeros todos parecían haber perdido algo también, había seres no muy buenos ocultos entre el público invisible. Miró las gradas de la carpa en el vano intento de encontrar algo pero nada seguían igual de vacías que siempre, pero los murmullos persistían. Helen los invitó a investigar sus posesiones como si fuera necesario que lo repitiera.

     

    - Por lo menos a ti no te falta nada – le dijo irónicamente a Siberian que parecía algo molesto e incómodo con todo aquel alboroto. ¿Poltergeist? Escuchó susurrar a los profesores, algo era algo ahora sabía con lo que tendría que ladear no eran peligrosos pero si muy tramposos e irritantes. Se calzó las mochilas al hombro no podían seguir perdiendo el tiempo – Siberian creo que me ayudaras mucho – le dijo al tigre, el animal iba a ir con el por aquel collar de a dos siempre era mejor y el tigre podía asustar un poco a los molestos fantasmas.

     

    Abandonó la tienda de primero y al darse vuelta todos su compañeros estaban allí (los profesores se quedaron dentro) – Dividámonos en grupos así será más fácil – sugirió sosteniendo con fuerza la cadena del felino – Yo ire a la zona norte, otros vallan al sur, este y oeste – no les quedaba mucho tiempo – si cubrimos la mayor cantidad de zonas se nos hará fácil dar con los objetos, quien quiera venir conmigo vamos – dijo mientras el muchacho emprendía una rápida caminata junto al tigre hacia el norte de la feria.

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  22. - Entonces tenemos todo en orden – dijo al ver volver a Sherezade con la vara para su acto de equilibrio y Zoeh al comunicarles cual sería su talento. El mago acarició distraídamente el lomo del tigre mientras miraba a sus compañeras – Hagamos esto, yo abro el show te doy pie a ti Sherezade y luego tu se lo das a Zoeh quien se encargará de cerrarlo si todo sale bien quizás logremos las 5 estrellas – les aseguró a las chicas.

     

    Sonaban gritos y aplausos desde el interior de la carpa al parecer los unipersonales dieron comienzo nuevamente no les quedaba mucho tiempo – No estamos perdiendo la mayoría de las presentaciones – se maldijo, quería ver los talentos del resto de sus compañeros y así conocerlos un poco más – creo que seremos lo que cerramos todo esto, ya es la hora – apunto tomando un poco de aire y prosiguiendo a entrar en la carpa seguido de sus compañeras.

     

    Apenas puso un pie un potente foco blanco le dio de lleno en el rostro, sentía los murmullos de las cientos de “personas invisibles” del recinto – Tranquilo – le susurró al tigre para que nada de aquella situación lo incomodara pues lo podía sentir. Se giró hacia atrás y observó como sus compañeras se iban hacia la periferia del escenario para preparar sus cosas, les levanto el pulgar para darles a entender que todo saldría bien.

     

    - Buenas tardes – dijo con voz alta y fuerte para que todos lo escucharan volviéndose hacia las gradas, susurros de “un tigre” se escuchaban acompañados de voces que demostraban ansiedad – Para darle un fin a este gran espectáculo que montamos los integrantes de Generales 124, tenemos un acto tripe – sonrió, era un chico carismático y no quería perder a su público – Tres talentos en un solo show que prometo les encantara – el publico aplaudió con ganas.

     

    Chico y tigre avanzaron hacia el centro del escenario – Yo soy Dimitri Croft y el es un buen amigo mío ¡Siberian el tigre blanco! – esperó a que los aplausos finalizaran y dio comienzo al show. Apuntó con su varita a unos metros de el y tres aros dorados y de gran tamaño aparecieron flotando a 2 metros del suelo. – Vamos tu puedes hacerlo – le aseguro al tigre mientras se arrodillaba para sacarle el collar y luego dándole un pequeño abrazo.

     

    Se incorporó y el tigre rugió con fuerza, el público sostuvo la respiración - ¡Ahora! – el felino tomó carrera y corrió hacia los aros, saltó y logró pasar por el centro de los tres el público vitoreó. Pero no se acabo solo en eso los aros comenzaron a moverse y se ubicaron de varias maneras, formando un circulo, un triángulo, se movían veloces y algunas veces lentos , formando complicados circuitos pero Siberian pudo con todos ellos y logró atravesarlos sin nunca llegar a rozar un solo límite.

     

    El público estalló, los aros desaparecieron y el tigre salió corriendo hacia el rubio se abalanzó sobre el Croft y debido al peso y tamaño del animal tiró al suelo al mago. El público gritó algo preocupado pero el mago estaba tranquilo pues sabia que aquello no era nada malo e inmediatamente el tigre comenzó a acariciar al chico. Dimitri soltó una carcajada y se levanto del suelo acariciando al animal – ¡Con ustedes el gran Siberian! – gritó al público – Y ahora la bella y talentosa ¡Sherezade! – anunció dándole paso a su compañeros, se apartó del escenario junto con Siberian y se sentó cerca sus compañeros y profesores al ver el show de las dos chicas que quedaban.

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  23. Se les estaba acabando el tiempo y aún no tenían nada resuelto, Alonzo y Andrew optaron por hacer algo individual mientras que solo dos chicas mostraron interés por su propuesta Zoeh y Sherezade en cuanto al resto… se mantuvieron totalmente callados. – Lo arreglamos ahora – le dijo a las chicas mientras les dedicaba una sonrisa y volvía a tomar lugar, ya que las presentaciones de Alonzo y Andrew dieron comienzo.

     

    Alonzo optó por tocar música mientras que Andrew se movió hacia el humor, aplaudió con fuerza ambas presentaciones y se acercó a felicitarlos cuando los chicos volvieron al VIP. Hubo como un breve tiempo fuera de las presentaciones y esto le permitió al rubio volverse hacia las dos chicas que se encontraban en la fila de atrás – No se que talento tengan o planeaban demostrar pero no tenemos mucho tiempo para organizar algo desde cero… tan solo podemos unir nuestras 3 presentaciones en un solo espectáculo ¿Qué creen? – las consultó.

     

    Se volvió hacia los profesores – Profesora Evans, Profesor Granger ¿podemos salir Sherezade, Zoeh y yo un momento afuera? Es por la presentación – se disculpó mientras se bajaba de las gradas – Vamos – les dijo a la chicas. Tenía algo planeado para el espectáculo y estaba seguro que encontraría lo que buscaba por algún lugar de la feria, después de todo eso que buscaba era muy normal en ellas.

     

    El sol seguía pegando fuerte en el exterior, sus ojos acostumbrados a la oscuridad de dentro de la carpa le molestaron un poco por tanta luz. – No se que tienen planeado para la tarea, pero yo voy a usar animales- les dijo, el se entendía con ellos era debido a su parte demoníaca pero eso no lo diría, no estaba seguro de cómo reaccionarían sus compañeros fue rechazado en varias ocasiones por compañeros en Hogwarts por aquella condición.

     

    - Me llevo muy bien con ellos – explicó - ¿y ustedes que van a hacer? creo que dentro de esta feria hay de todo un poco, si nos damos prisa podremos hallara todo lo que necesitamos y volver a tiempo para nuestro show – terminó de decir cuando encontró lo que buscaba, a unos 20 metros de ellos había una gran jaula y dentro de ella un enorme tigre blanco. – Ahí esta lo que buscaba – comentó a las chicas mientras caminaba hacia la criatura.

     

    Llegó hasta la jaula y clavó sus ojos azules en el tigre, el animal desde el fondo de la jaula mostró sus fauces y rugió, le quedaba claro no quería nada con Dimitri. – Vamos amigo, no tengas miedo – le dijo en un tono suave – No te voy hacer nada – le aseguro siempre manteniendo la mirada en el animal, sabía que lo entendía era su don y sabía usarlo desde pequeño.

     

    El tigre se levantó y avanzó hacia el Croft, el chico no tenía miedo y el tigre tampoco. El demonio estiró un poco la mano por entre los barrotes en un intento de tocar la piel del animal pero este lanzó un poderoso zarpaso capaz de destrozar el brazo del chico, pero los reflejos lo salvaron justo a tiempo. El tigre rugió con furia pero Dimitri le sostuvo la mirada – No – dijo quedadamente y el tigre bajo las revoluciones, nuevamente metió el brazo a la jaula y el tigre se acerco hasta el, comenzó a olfatearlo y sin previo aviso comenzó a frotar su cabeza contra la mano del mago.

     

    Dimitri sonrió – Buen chico – lo felicito mientras abría la jaula, el tigre saltó hacia el exterior y se sentó junto al chico – No se preocupen – les dijo a la chicas sin saber si ellas estaban asustadas o no. – Bien amigo necesitamos una cadena no quiero que a los profesores les de una crisis nerviosa – dijo mientras le colocaba un fuerte collar de acero en el cuello y tomaba el extremo de la cadena con una mano.

     

    - Vamos – le dijo al tigre dándole una palmadita en el cuerpo y avanzando hacia las mujeres. – Ya tengo mi espectáculo ¿Qué necesitan ustedes? -

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  24. Cuando las presentaciones dieron su fin ambos profesores invitaron a los alumnos a ingresar dentro de la gran carpa roja que tenían detrás. El no lo podía negar sentía gran curiosidad por lo que había dentro, se podía hacer una idea de lo que encontraría puesto que el entorno a la carpa lo delataba pero jamás se daba nada por sentado y menos con aquella novedosa clase de la Academia.

     

    Entró junto con sus ocho compañeros aun manteniendo ese silencio debido al desconocimiento a pesar de que las presentaciones revelaron datos sobre todos no se estaba aún en completa confianza ni siquiera para hablar. Pero la charla y la distancia con sus compañeros fueron opacadas al observar el recinto donde se encontraban, era lo que se imaginaba una típica carpa de circo pero aún así no dejaba de maravillarlo.

     

    Un enorme escenario ocupaba el centro de la escena era donde normalmente se realizaban los espectáculos, solo que en aquel momento no había nada. En torno al escenario, rodeándolo cientos de butacas muy bien cuidadas y bastante elegantes vacías a simple vista pero de ella provenían cientos de rumores, charlas y risas como si sus ocupantes fueran invisible, posiblemente podía ser así se lo pensó el demonio pero según lo que escuchó de la charla de los profesores eran efectos de sonido.

     

    Ocupó asiento en la zona VIP junto al resto de la clase las butacas de aquella exclusiva zona se diferenciaban en color de las otras, mientras las otras eran de un color rojo oscuro aquellas eran doradas y plateadas además de contar con una posición privilegiada con respecto al escenario. No tuvo tiempo de preguntar algo cuando los profesores ya estaban explicando su próxima tarea… ¡¿talentos?! Pero si el no tenía ninguno digno de un show, tragó saliva y siguió pendiente de las palabras de los adultos del lugar mientras pensaba que podía demostrar.

     

    Criss fue el primero en subir al escenario, todas las luces bajaron su intensidad excepto un potente reflector blanco que acompañó los movimientos del mago. El hombre de cabello azul agitó su varita y muchas bolas de colores flotaron por toda la carpa, el rubio quedo hipnotizado mientras observaba los movimientos de aquellos objetos preguntándose que sucedería continuación.

     

    Su profesor comenzó a apuntar las bolas con su varita y estas comenzaron a estallar en chispas de colores por doquier provocando el suspiro de los invisibles espectadores y de muchos de sus compañeros, cuando la última estalló bañando al profesor en agua el Croft soltó una sincera carcajada y fue uno de los que mas aplaudió junto al publico – Fue genial – les dijo a sus compañeros.

     

    La siguiente en subir al escenario fue su profesora que comenzó a cantar una dulce canción con una hermosa voz, el mago se percato del rubor que cubrió sus mejillas por un instante y comenzó a aplaudir para darle ánimos, cuando ella acabo fue el primero en pararse y aplaudirla. Cuatro estrellas fue el resultado que obtuvo Helen, solo tenían que alcanzar 3 estrellas como Criss para aprobar la tarea.

     

    Tenía en mente algo pero no estaba completamente seguro, la magia y el canto quedaron descontados – Podemos hacer algo en equipo, parejas o pequeños grupos – sugirió al volverse hacia Andrew, Zoeh, Marishka, Sherezade, Keyce, Alonzo y Annika sus compañeros de Generales.

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  25. Era el día que comenzaría con la Academia de Magia ya cuando recibió la nota que certificaba que contaba con una vacante en la institución y la fecha del inicio de las clases toda angustia anterior desapareció. Estaba al tanto de que la Academia era muy popular entre la población de Ottery y no quería ser uno de los pocos que quedara fuera. Dimitri se encontraba apoyado en el muro de su propio balcón en la Mansión Croft observando el amanecer, aquella mañana el calor y los nervios lo despertaron mucho mas temprano de lo que esperaba.

     

    Mientras observaba el sol teñir de dorado los jardines de su familia se preguntaba muchas cosas y no era para menos, dentro de horas daría comienzo a algo nuevo que lo cambiaría y todo le resultaría extraño y novedosos, nuevos profesores, nuevos compañeros que con suerte se transformarían en amigos las clases sabía que no se daban de la misma manera que en Hogwarts, era un sinfín de cambios para mejor se repetía internamente.

     

    Se quedó un tiempo colgado en sus pensamientos para cuando sintió como golpeaban la puerta de su habitación, se dio vuelta y observó su cuarto en penumbras y volvió a sentir como golpeaban la puerta. Se apartó del balcón y avanzó hacia el interior de su habitación, la luz del sol todavía no llegaba hasta aquel lugar y las luces estaban todas apagadas por lo cual todo estaba muy oscuro.

     

    Abrió la puerta después de sentir el tercer golpeteo y al bajar la vista se encontró con el pequeño elfo doméstico familiar – Amo Dimitri ya es hora de que baje a desayunar sino no llegara a tiempo a su primera clase – le informó la criatura. El joven Croft sentía un gran apreció hacia el elfo ya que siempre estaba pendiente de que todo le estuviera perfecto y en orden, gracias a el llegaba a tiempo a todas partes – Gracias, ya bajaré – le contestó. El elfo hizo una pequeña reverencia y se esfumó.

     

    Dimitri cerró al puerta y aplaudió e inmediatamente todas las luces se su habitación se encendieron mostrando un cuarto en perfecto orden (no obra de el, obviamente sino de los elfos domésticos que laboraban para su familia) ya estaba vestido fue lo primero que hizo al levantarse. Para aquella ocasión se decidió con algo simple y para nada elaborado, una camisa blanca de manga corta, una corbata corta de color gris con franjas diagonales azules mas para dar un poco de actitud que como algo elegante, unos jeans oscuros y calzado deportivo. No hacia falta peinarse su cabello rubio estaba bien, se bañó la noche anterior y estaba prolijo el motivo para volver a la habitación fue para tomar su varita mágica no iría a la Academia sin ella de hecho jamás se movía si no contaba con aquel instrumento junto a el.

     

    El desayuno fue rápido un par de tostadas y jugo de naranja se despidió de sus padres Brardolla y Near y abandonó la mansión rumbo a la estación de trenes de Ottery. En parte ir hasta la Academia en tren lo tranquilizaba un poco porque le recordaba a la manera en que todos los años iba a Hogwarts pero por otro lado de le hacia un poco más de los mismo algo repetitivo. Llegó a la estación justo a tiempo llevaba el pasaje de tren en su bolsillo y se lo entregó al guarda antes de abordar.

     

    La mayoría de sus compañeros estaban en el mismo vagón y el se sentó junto a ellos, fue un viaje demasiado tranquilo y con poca charla y era algo normal nadie se conocía y no había suficiente confianza todavía en aquel grupo. El viaje pasó volando y sus nervios iban en aumento no estaba seguro de que lo esperaría al bajar y eso también le emocionaba. Cuando el tren se detuvo bajó junto al resto de sus compañeros y como la gran mayoría se vio sobrecogido por la inmensidad de la Academia.

     

    Era prácticamente un palacio daban ganas de conocerlo un poco más pero aquel no era el momento pues su clase sería en los jardines no dentro del edificio. Siguió a sus compañeros en silencio hacia el lugar de la clase y para cuando llegaron hubo un choque de realidad importante en su cabeza. El contraste entre aquella zona y el resto de la Academia era notorio y de impacto, dejaron atrás estructuras antiguas y de elegancia y ahora se encontraban en el centro de una gran feria con juegos, atracciones, puesto de comidas y todo eso.

     

    Y delante una gran carpa roja al estilo circense y en la entrada los profesores una mujer y un hombre. Se acercó hasta ellos y escuchó sus presentaciones, recibió de Helen y Cris un pergamino con información sobre el Ministerio de Magia y llegó el turno de que se presentaran frente a la clase. Después de una ronda de presentaciones llegó el turno de Dimitri, el Croft paso delante y comenzó a hablar.

     

    - Me llamó Dimitri Croft Black Lestrange, tengo 16 años y soy de aquí Londres soy hijo sanguíneo de Brardolla y Near y adoptivo de Jock y estoy muy contento de comenzar las clases y con muchas ganas también – concluyó mientras volvía a su lugar.

     

     

    OFF:

     

    Primero que nada Buenos Días, tardes o noches soy Mati tengo 19 años y soy estudiante y también soy uruguayo veo que en la clase hay mucha presencia charrúa y eso esta bueno me voy a sentir más en casa. No se que mas decir de mi no soy bueno hablando de mi mismo, me gustan muchas cosas y detesto unas cuantas me gusta divertirme estar con amigos lo básico como todos.

     

    Dimitri es un chico de 16 años normal es demonio y planea convertirse en mortífago, es alegre le gusta la ***a y es rebelde posiblemente siempre va encontrar una forma de llevarle la contra a los demás.

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