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Runihura

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Todo lo publicado por Runihura

  1. @ Zamolódchikova Joven aprendiz, le recuerdo lo importante que es leer las reglas de un duelo: Dicha regla indica que no son permitidos los hechizos de otros libros así que los ataques realizados han sido considerados inválidos pero el duelo debe continuar y dentro de las mismas fechas. Espero que de ahora en adelante se respeten las reglas del duelo para lograr demostrar los conocimientos necesarios para aprobar.
  2. Runihura chasqueó la lengua. Decir que estaba a gusto con la situación era una mentira porque, si se prestaba atención, estaba bastante disgustada. Alargar una prueba no le gustaba en lo absoluto, ni le gustaría. Era su primer intento fallido y el hecho de que empezara de aquella manera, con hechizos ajenos a su propio libro, la fastidiaban. El Cinaede no salió, la varita chasqueó lastimosamente y no ocurrió nada. -Strellatus Con un movimiento de varita, la guerrera Uzza envió una ráfaga de luz cegadora que dejaría a Ishaya sin visión por un tiempo considerable, a menos que hiciera algo al respecto. Y con ello impediría que pudiera realizar rayos o invocaciones que requirieran puntería. Disparo de Flechas Una docena de flechas cortantes salieron disparadas de la varita de la mujer, que apuntó directamente al pecho de Ishaya. Dn caso de impactar, se clavarían en su piel provocando graves heridas profundas y cortantes, que producirían una gran pérdida de sangre. E impactarían, seguramente, porque al impedirle la visión no había forma de que supiera lo que había enviado sin ver, porque se trataba de un hechizo verbal. Posteriormente, Rubihura hizo lo que Ishaya tuvo que haber hecho desde un principio: invocar un Aura. Estando en una batalla, no podía ser tan lenta y elegante como lo había sido al explicarles, en clase, cómo era el procedimiento. Con rapidez y estupenda maestría, realizó el movimiento general de anatomía, en una danza que duró apenas un segundo. Apretó la varita sin hacer mucho esfuerzo e inhaló. -Aura de Confusión -lo pensó durante un momento-... Aguamenti Una de sus acciones solo en el turno siguiente, ya que se trataba de un duelo individual que solo estaba permitido por la ocasión , tendría que ser obligatoriamente un Aguamenti. Eso no sólo limitaba sus posibilidades, sino que le exigía mucho más de lo que le había pedido en un principio.
  3. Odiaba los retrasos. Los retrasos impulsaban al fracaso y por ende, tener que verse en la obligación de retrasar una prueba le resultaba incómodo. Sagitas había terminado a tiempo, casi sin dificultad, pero con anterioridad le había demostrado que sabía usar el poder de las Auras y que había aprendido a dominar la magia de su pueblo como si tuviera lejanas raíces Uzza. Ishaya en cambio no había hecho aún su primer Aura, ¿qué pasaba si aquella prueba no era más que una pérdida de tiempo y esfuerzo? Suspiró, agotada de sólo pensarlo, mientras andaba alrededor del domo. A diferencia del que había destinado a Potter Blue, éste era mucho más pequeño. Era como un pequeño cuadrilátero en cuanto a dimensiones y la cúpula, de un buen salto, podía alcanzarse con la punta de los dedos. Lo bastante grande como para que pudieran moverse en un radio cómo y a la vez, poco permisivo. Con éste intentaría hacer que Ishaya se mantuviera en la constante necesidad de actuar. Atacar, defender, realizar Auras. El punto era que no se mantuviera sedentario como había estado hacía largo tiempo. Dentro del domo no había nada. Ni siquiera arena, como se esperaría de aquél sector del desierto perteneciente al Ateneo. La tierra era tan compacta que podría haber sido un enorme azulejo corrugado. Pero nada más. Sólo serían ella e Ishaya. Runihura se detuvo al fin, después de haber contado los segundos con dedicación y miró al frente, con los ojos entornados y los labios apretados. Su oponente acababa de presentarse y con él, empezaría un duelo que más que enfrentamiento terminaría como la clase que tuvo que haber tomado en realidad. Para la ocasión, su vara de cristal había regresado a ser una varita común y corriente, de madera como la varita que usaban los magos en Europa. Pero en su mano aún podía percibirse el poder que tenía, el daño que era capaz de causar. Era una oponente dura, pero también era una profesora dedicada. En cuanto acabaran, Ishaya dominaría a la perfección las Auras y con un poco de suerte, seguiría en pie. Runihura cuadró bien las botas en la tierra y acomodó los hombros, sintiendo la tela rozar su piel como si sintiera el viento del que la cúpula los resguardaba. Era momento de empezar. Ishaya Vs. Runihura El duelo tendrá una duración de una semana, cerrando el día 13/06/2017. Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados. Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará) y el instructor, Runihura, tomará su lugar. Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Mago Oscuro (MT) y Templario (OdF) y hechizos del libro de las Auras. Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos. Por ésta prueba, se podrán realizar un aura en un duelo individual, recordando que éstas están permitidas únicamente en duelos grupales. Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el topic de dudas y consultas del libro de las Auras.
  4. El domo que había elegido para la ocasión era espléndido, de esos que dejaban sin palabras a quien los viera únicamente por ser del tipo de lugares que no dejaban espacio para el aburrimiento. Una cúpula de cristal brillaba bajo la luz del sol, cristalino como si alguien se hubiese tomado la tarea de pulirlo hasta dejarlo completamente resplandeciente. Pese a que ocuparía sólo a tres personas en su interior, el domo era enorme en comparación al lugar en donde se encontaba; en un bosque amazónico había un pequeño claro -dentro de las dimensiones de la inmensidad selvática- y ahí estaba el domo, rozando a los árboles en un círculo perfecto de un radio de unos treinta metros. En el interior había más de lo que se podía apreciar afuera y daba la impresión del que lugar buscaba en realidad separarlos del exterior, para que no causaran ningún daño en la naturaleza, que de protegerlos de ella. Y era objetivo, puesto que el verde de las plantas era magnífico, el color de las flores vívido y casi desconocido, rozando una magia que no podían invocar incluso con ayuda de sus varitas. Y había animales rondando, curiosos, viendo qué era ese objeto transparente que había aparecido hacía unas horas en medio de su hábitat. Pequeños arbustos decoraban los bordes interiores del domo, donde aparecerían los alumnos de Runihura una vez que cruzaran el portal. Éstos no eran enormes, pero tampoco eran diminutos. Eran del tamaño perfecto como para ocultar ciertas criaturas que, ¿por qué no? Se habían quedado en el interior con la intención de formar parte de la prueba. Criaturas muggles, selváticas, que se mostrarían solo cuando hubiera empezado la batalla. Si alguno de los contrincantes deseaba usarlas a su favor, estarían en su derecho. En el suelo, esparcidos a muchos metros de distancia, habían troncos de árboles secos que habían caído ahí mucho tiempo atrás. Pero lo más importante era que se trataba de un espacio abierto en su totalidad, pese a que las paredes los encerrarían, tenían muchísimo espacio para moverse y realizar invocaciones de cualquier tipo. En el medio de todo, Runihura había aparecido y parecía formar parte del mismísimo entorno, como si hubiese nacido ahí en vez de la tierra de los guerreros Uzza. No obstante, su concentración estaba puesta en sus pupilos. Era el momento de saber si tenían lo necesario o no. Cuando aparecieron, alzó las manos, una para cada uno de ellos. Los instruía. ―Desde este momento, son contrincantes. No espero que se maten entre sí, lo que espero es que prueben lo aprendido. Elijan bien su Aura, puesto que sólo tendrán una oportunidad y lleven el duelo con fluidez, no hay tiempo que perder ―hizo una pausa algo prolongada y dio varios pasos atrás, apartándose en silencio por el césped suave de Amazonas―. Pueden comenzar. Yekaterina Vs. Sagitas Reglas El duelo tendrá una duración de una semana, cerrando el día 29/05/2017. Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados. Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará) y el instructor, Runihura, tomará su lugar. Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Mago Oscuro (MT) y Templario (OdF) y los libros de hechizos hasta el libro de las Auras. Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos. Por ésta prueba, se podrán realizar un aura en un duelo individual, recordando que éstas están permitidas únicamente en duelos grupales. Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el topic de dudas y consultas del libro de las Auras. Saludos y suerte.
  5. Runihura

    Libro de las Auras

    Asintió con firmeza, viendo la forma en que Sagitas iba y venía en un vaivén armónico con la magia, logrando invocar el poder de las auras. Sólo una persona con mucho poder y estabilidad mágica podía invocar un aura, puesto que no era algo sencillo y tampoco se podía aplicar en todo momento, puesto que en algún momento le pasaría factura al invocador. Pero en ese instante, dónde solo estaban ellos tres presentes, Sagitas estaba teniendo una práctica casi perfecta si se ponía a observar lo poco que habían avanzado en tanto tiempo. Su culpa, por supuesto, los estudiantes no tenían nada qué ver. Ella no usaba magia negra seguido, puesto que no era su estilo, se mantenía dentro de los parámetros de la magia Uzza y dentro de los poderes que su pueblo se dedicaba a enseñar en la actualidad a los magos de Londres. Sin embargo, el poder de la Aura de la llama del Fénix llegó a ella con la potencia de cualquier hechizo avanzado y a pesar de que no tenía intención de atacar a ninguno, pudo sentir la magia intentando influir en su organismo. De haber sido un Mortífago, como los llamaban en la Inglaterra moderna, los efectos habrían sido más evidentes. ―No impiden que uses la magia blanca, sólo bajan el nivel. Por ejemplo si yo fuese un... ―hizo memoria pero no lo consiguió―. No recuerdo el nombre. Pero si fuese un Alto Rango de la Marca Tenebrosa, tendría que usar los hechizos de un rango inferior al que tengo. Si fuese el rango más bajo, el primero, tendría que usar hechizos neutrales. Esto en el caso del Aura de la llama del Fénix que acabas de invocar, el Aura de la Muerte afecta a los miembros de la Orden del Fénix y tiene el mismo efecto. Limita sus hechizos, no la utilización de la magia de su bando. Runihura no entendía las problemáticas del mundo mágico, esas que se salían de los límites de lo que había en su tierra y sus propios problemas. Por lo tanto, pasó por alto el comentario de Sagitas sobre la magia blanca. Una persona normal habría descifrado algo oculto, habría visto una inclinación. Pero a ella le daba tan igual como el hecho de que Ishaya aún no reaccionara. Decidió que no podían esperar más. Alzó la vara de cristal, apuntando al cielo y con una danza similar a la que había enseñado antes, aunque un poco más corta, realizó el último aura del libro. Dejaría como una incógnita el Aura del Escudo fantasmal. ―Aura de Inmunidad. Una luminosa sirena, brillante y casi cegadora, apareció sobre los tres y empezó un cántico de protección, hermoso y casi hipnotizante. Runihura dio un paso al frente y dio por acabada la clase, guardando la vara en los pliegues de su vestimenta. ―Con esto, ningún aura puede ser invocada durante su funcionamiento. Lo que protege a todos los que están de nuestro lados, por un tiempo limitado, de otras auras. Éstos hechizos son para usarlos en equipo, no están permitidos en duelos individuales porque en sí, no tendrían funcionamiento. No obstante, podrás utilizarlos en la prueba. Cortó el aire una vez más, invocando el haz de la noche y un portal apareció, para ella y para Ishaya a pesar de que éste aún no mostraba interés. ―Adelante, es tiempo de que pruebes tu valía ―dicho esto, ella desapareció del árbol de fuego, rumbo al mismo lugar que sus estudiantes.
  6. Runihura

    Libro de las Auras

    El por favor, aunque forzado, fue lo único que impulsó a Runihura a ceder ante aquella bruja. Su procedencia realmente no le importaba, la había insultado y eso no tenía ningún tipo de perdón. Sin embargo, más allá de la aversión que pudiera tenerle por haberla irrespetado, la mujer había cumplido con su petición después de todo e incluso con mayor velocidad y astucia que el mismo Ishaya. Por lo tanto, no hizo más que invocar un portal casi sin esfuerzo y enviarlos a los dos de vuelta al Ateneo, más específicamente al Árbol de Fuego. A lo lejos se podía escuchar la tutela de Badru a un grupo mayor de estudiantes, llegar a su libro era relativamente sencillo, continuar no lo era tanto y su cantidad de estudiantes era la prueba de ello. ―Bien. Es importante que sepan que éste no es un tipo de magia común y por lo tanto, deberán tratarla con más intensidad de la que puedan proporcionar a cualquier otra invocación. Bajo el sol, Runihura y sus estudiantes estaban colocados en una posición estratégica, una posición que ninguno de ellos dos parecía haber elegido pero con lo que la guerrera seguramente tenía algo que ver. En un triángulo equilátero perfecto Runihura, Sagitas e Ishaya permanecían separados por la misma cantidad de metros, marcando un centro lo bastante grande como para que los tres pudieran realizar cualquier hechizo sin impactar al otro por accidente. La Uzza sacó la vara de cristal y con suma lentitud, empezó a demostrarles cómo debían moverse para invocar un aura. A diferencia de Bakari y su libro del Caos, la invocación de las auras no se asemejaba a la invocación del azar. La danza de Runihura era rítmica, sencilla, casi repetitiva, pero ocupaba todo el cuerpo y pronto, a medida que iba haciendo una y otra vez los mismos movimientos, demostró que la canalización de la magia era corporal, no únicamente en las manos. De modo que después de hacer el movimiento por décima vez, ya no era lento, sino una floritura perfecta y fluida que en un segundo la hizo resplandecer, como si la magia se desprendiera de ella en un latigazo de poder. ―Aura de Muerte. Ellos no eran sus enemigos pero aún así, la luminiscencia esmeralda que salió de la varita de la guerrera los envolvió a ambos como señal de que ahora ellos estaban bajo los efectos del Aura. ―El Aura de la Muerte impide a nuestros contrincantes que usen magia blanca dentro de sus propios límites. En cambio, al usarla deberán hacerlo con un nivel inferior al que poseen. Esto quiere decir que neutraliza a los rangos inferiores y a los superiores, los degrada un rango. Ahora bien, no es necesario que lo probemos ahora mismo, sólo que entiendan el poder que conlleva. Hemos visto antes el poder del Aura de la Confusión, así que Potter Blue usará el Aura de la Llama del Fénix e Ishaya, rompiendo la línea de que somos "enemigos" realizará el Aura del Escudo Fantasmal, invocando un fantasma para cada uno de nosotros. »Es importante que tengan en cuenta que las Auras empiezan a funcionar posterior a su invocación. Esto quiere decir que ahora mismo, a partir de este momento, cualquier hechizo de magia blanca que intenten hacer hacia mí deberá ser de un rango inferior. Pero no afecta el pasado, sino el futuro. Por lo tanto los fantasmas de Ishaya empezarán a defendernos de ataques que vengan posteriores a su invocación. Hizo una pausa, mirando a cada uno. ―Espero haberme explicado. ¡Andando! Solo un poco más y tendrán que probarse para aprobar.
  7. Runihura

    Libro de las Auras

    El extranjero entendió rápidamente el pedido que Runihura había hecho y parecía más que dispuesto a llevarlo a cabo, pero, por el contrario, la otra mujer, parecía más bien molesta. La Guerrera alzó una ceja en señal de extrañeza al oírla, y luego, oyó aquel insulto que inmediatamente hizo mutar su cara. ¿Acaso no era más fácil preguntar para qué requerían de apenas un dedo de sangre de Uro? ¿Realmente era necesario el insulto? Parece que a aquella anciana le gustaba el peligro. Sus ojos, por lo general llenos de vida y diversión, ahora desprendían una amenaza casi palpable. Ya no le importaba mantener su apariencia de niña buena y traviesa, ahora más bien, su orgullo, de por sí grande, le dictaba fuertemente que debía enfrentarse a aquella mujer, dejarla sobre el piso, adolorida y, ¿por qué no? Al borde de la inconsciencia, pero aún en sus cabales, sólo lo suficiente para que se disculpara e implorara su perdón… ―Nunca más te atrevas a insultarme, o juro que me encargaré de hacer que te arrepientas todos los días de tu vida de haberlo pensado siquiera―murmuró, mirando fijamente a Sagitas justo antes de que ésta abriera el portal para dirigirlos hacia donde se encontraban los Uros. Si se había asustado o no, no le importaba, pero su amenaza era real. Nunca nadie la había insultado sin disculparse y había vivido para contarlo, y no empezaría en aquel momento. Trazó un rápido movimiento transversal con la mano justo por debajo de ella, haciendo que cayera por otro haz de la noche y llegó hasta donde se hallaban los Uros, los cuales inmediatamente se alborotaron y comenzaron a alejarse y reagruparse, dispuestos a huir de los extraños. Pero Ishaya fue más rápido y se apresuró en realizar un pequeño corte a uno de los uros más distraídos y conseguir así, un poco de sangre del animal, que inmediatamente echó a correr en cuanto se percató de lo que le habían hecho. ―Bien hecho, Triviani―susurró, estando de brazos cruzados, si bien había pensado en ayudarlos en un principio, a ese momento se había retractado de su pensamiento, estaba tan molesta y enojada que no se sentía capaz de seguir con la clase sin comenzar a darle una paliza a la de pelo extravagante―. Ya que nos encontramos aquí aprovecharé para aplicarles algunas de las Auras para que puedan entender cuál es el efecto que tienen y lo que sus oponentes, o ustedes mismos, sentirán. Varita en mano, la misma rápidamente creció, dejando ver su forma única en cuanto tomaba la forma de Vara de Cristal, y con un golpe seco sobre el húmedo terreno, invocando una neblina que rodeó a ambos alumnos gracias al poder del Aura de Confusión, la cual les causaría una leve pérdida del conocimiento, costándoles unos segundos importantes. Acto seguido, un nuevo golpe sobre el suelo, con la Vara, y esta vez la manada de Uros, que había comenzado a huir, rápidamente se vio afectada por un conjuro que los hizo dar media vuelta y dirigirse a toda velocidad y en forma de estampida directamente contra Sagitas e Ishaya. ―Cuidado con los Uros, si logran zafar de ellos, les enseñaré cómo utilizar realmente las auras. Sobre todo a ti, inglesa nariz parada, pues por tus propias acciones ahora llevas las de perder en esta clase. Al ser una manada grande, los Uros podrían ser esquivados de alguna forma durante el primer instante de reacción de ambos alumnos, pero no del segundo, más aún teniendo condicionados uno de sus movimientos a una confusión inevitable.
  8. Runihura

    Libro de las Auras

    Observó los movimientos que, de a turnos, tanto el hombre como la mujer hacían. Uno se las ingenió para tratar de salir de las fango, mientras que la otra… caminaba con mucha paciencia. Parpadeó varias veces, ¿pensaba llegar en dos horas acaso? Soltó un imperceptible suspiro, embargada por un sentimiento de cierta frustración. La lluvia no se detenía, aunque la cantidad había variado de una gran cantidad de agua a más bien poca, lo cual la hacía mantener aún de malas ante aquel clima tan inestable, ¡ella necesitaba sol! Triviani fue el primero en terminar, bastante rápido a decir verdad. Entrecerró los ojos, viéndolo, mientras el hombre se encargaba de tomar sus cosas. Estaba agitado, sí, ¿pero acaso era suficiente? Y fue entonces cuando la segunda alumna, Potter Blue, hizo algo que definitivamente no esperaba. Oh, sí, la había estado viendo utilizando uno de los anillos. Usar una criatura para ahorrarse el trayecto, es cierto que había caminado un buen tramo… pero no era suficiente. ¿Acaso tendría que poner mano firme con ellos dos? Tal vez un poco, su estado no era precisamente el indicado para poder ejecutar de forma medianamente decente un aura. ―Cálzate ― le respondió a la mujer en cuanto llegó, sin poder ocultar su tono de sorpresa ante el pedido que le hacía, ella era dueña de calzarse cuando lo quisiese, ¿por qué esperaba sus órdenes? ―. Bien, como ya te habrás dado cuenta, soy la Guerrera Uzza del Libro de las Auras, Runihura. Veo que han hecho un trabajo rápido, pero aún les falta un poco más. Hizo una breve pausa, girándose para darles la espalda, no a propósito, sino más bien para observar la zona en la que se hallaban. Estaban cerca, lo sabía, pero el hecho de que la lluvia azotara el lugar no ayudaría demasiado para conseguir fácilmente dar con su objetivo de aquella parte de la clase. Pero por el momento, y mientras esperaba a que el temporal se calmara, volvió a mirarlos. ―Les haré una breve introducción a la magia de las auras, ― comenzó a hablar, haciéndose a un lado los mechones de cabello mojado que se pegaban en su rostro ― hasta el momento han utilizado tipos de magia de distinta índole, pero bastante similares a las clásicas. Las auras, por el contrario, son bastante complejas; las mismas ocupan enteramente la energía corporal y mental, por lo que tiene un límite de uso, y se requiere mucha práctica para lograr de forma correcta la conjuración de alguna de ellas. Por eso entenderán que, mientras más conectadas estén la mente y el cuerpo al momento de ejecutarlas, mayores probabilidades tienen, y aquí les va un secreto: la exposición a guerras reales; el estrés de la situación sumada a la adrenalina, conforman la combinación perfecta para invocar un aura. »Pero por el momento, como no tenemos una guerra por los alrededores, tendremos que recurrir a otros métodos ― agregó, abarcando con su mano el espacio a su alrededor y encogiéndose de hombros ―. Por ahora tendrán una nueva tarea en la que les ayudaré personalmente. En esta zona se halla una manada de Uros adaptados a las condiciones que esta zona les otorga. Como sabrán, la sangre de esos animales otorga una fuerza inmensurable, y es uno de los ingredientes principales para producir mi delicioso brebaje de todas las mañanas, ― comentó entre risitas burlonas, a forma de broma ― pero son difíciles de localizar y de conseguir la sangre aún más, evidentemente, por lo que les aconsejo trabajar en grupo. Pueden usar la magia nuevamente, y no hay que extremar los esfuerzos: sólo requiero de la medida de una pipeta ancha. ¿Dudas? ¿Ideas para comenzar la captura? ― dijo por último en tono divertido y algo más emocionado. La expectativa de poder ponerse en movimiento y del hecho de que la lluvia había disminuido hasta ser una leve llovizna había hecho mella en ella y su humor.
  9. @ lamento la tardanza. Lo que se refiere es a lo que en realidad dice, fantasmas, es un aura que es capaz de invocar espectros (de los que tu quieras y elijas en tu rol, pueden ser desconocidos, personajes conocidos, etc.) Lo que dice a continuación hace referencia a que, luego de invocada el aura, en los 3 posteos siguientes del rol donde se hace la invocación, aquellos que posteen estarán protegidos por los fantasmas, y estas personas que vayan a postear deben rolear que los fantasmas los protegen, pero indicando de forma clara de qué acción los protegen (dependiendo de qué hechizo que algún contrincante le envió desea protegerse). Espero quede claro.
  10. Runihura

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    Asintió con la cabeza levemente en respuesta a la presentación. Realmente no creía si verdaderamente o no el hombre se tomaba en serio aquellas palabras; en otro tiempo, en un lugar muy lejano de aquellas tierras tan lluviosas, habría podido negarse a enseñar sus conocimientos como lo había hecho gran parte de su vida, pero el Primer Contrato la ataba… Giró levemente la cabeza, apenas unos centímetros hacia su derecha. Sí, lo había oído, un grito que parecía ser de furia. Asintió con la cabeza, sin emitir respuesta al hombre, quien rápidamente dio una explicación a lo que creía estaba sucediendo. Mientras él hablaba, Runihura aprovechó para activar uno de los anillos que llevaba puesto, el Anillo de Presencia, el cual no tardó en materializar una forma casi holográfica de la pequeña Guerrera justo frente a Sagitas, la cual parecía seguir haciendo berrinche. Por un momento pensó y creyó que si ella tenía aspecto de casi una niña, tal vez existían casos a la inversa, niños con aspecto de adulto. ―Creo que es a mí a quien llama ― dijo al fin para llamar su atención, sonriendo de una forma adorablemente siniestra ―. Debes ser Potter Blue, ¿no? Uno de los directores me avisó que vendrías. Me presentaría, pero prefiero hacerlo estando frente a frente ― se llevó una mano a la barbilla, tocándose mientras meditaba un segundo, para luego volver a mirar a la mujer ―. Nos hallamos al norte de los terrenos de la Universidad, siguiendo en línea recta por el Monte en el que te hallas. A unos… veinticinco kilómetros aproximadamente. Esta vez miró hacia Ishaya, aunque el anillo de presencia seguía mostrándola a la mujer. ―De seguro ambos han leído algo del libro, y si no, mejor es, pues tengo algo que decirles: de nada les servirá las explicaciones que salen en esos papeles, para poder invocar alguna de las Auras, su mente y cuerpo deben estar preparados físicamente para ello con anticipación. La magia de las auras se rige gracias a la emanación de energía que emiten ustedes mismos, y para comenzar con esta clase, lo primero será algo tal vez… un poco inusual para este tipo de clases. »Habrá que ponerlos al límite lo más posible para lograr el punto exacto. Mujer inglesa ― volvió a dirigirse a Sagitas, mirándola con un brillo especial en sus ojos, aunque era un brillo indescifrable ― recorrerás esos kilómetros que nos separan, a pie descalzo. Cuidado con el lodo fangoso que suele crearse en las proximidades de ésta área. Triviani, tú ― esta vez bajó su mirada hasta los pies del hombre, donde, sin que se diera cuenta, había aterrizado justo encima de arenas movedizas que, gracias a la lluvia, podían resultar un arma mortal para quien no se las arreglara para salir ― tienes trabajo que hacer también. Y por si no quedó claro: nada de magia de ningún tipo, sólo ustedes, su fuerza física y su inteligencia para superar cualquier adversidad y salir de problemas. ¡Vamos!
  11. Runihura

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    El solitario rayo de sol que había logrado filtrarse entre las nubes le daba de lleno en el rostro, proporcionándole un calor adicional que realmente anhelaba, pero al cabo de un momento dejó de sentirlo, y abrió los ojos, comprobando que las nubes tapaban al astro. Soltó un suspiro largo y de resignación, no le gustaba el cielo de aquel país, casi siempre nublado o incluso lloviendo. Y allí estaba, apenas dio unos pocos pasos y una inesperada lluvia copiosa comenzó a caer. Gruñó de forma sonora, aquel día no estaba de su mejor humor. Bajo la lluvia dio su paseo de reconocimiento, dejando que su piel se mojara, aunque su peto parecía repeler las gotas de agua de forma mágica. —¡Auch! ¡Oye! Había recibido un golpe inesperado por su falta de concentración en su alrededor. Una lechuza, bastante vieja y con las plumas desaliñadas, se había estrellado de lleno con ella, haciendo que resbalara un poco. Observó al animal moverse y sacudirse, al cual no tardó en colocar un conjuro para evitar que se mojara demasiado, para luego recoger la nota que traía en su pico. No es que le extrañara recibir una notificación de la Universidad acerca de tener un nuevo alumno, sino el hecho de que enviaran al ave, habría sido más fácil si ella solita se daba cuenta. Caminó con paso algo apresurado, ya que sabía que pronto llegaría su nuevo pupilo, y unos metros antes de alcanzar a llegar, fue capaz de sentir su aura. Uno de ellos nuevamente. Parpadeó un par de veces, algo curiosa. Justo en cuanto dobló por un lado e Ishaya fue visible a sus ojos, alzó la varita y sin nada por decir al hombre, pensó en un hechizo que inmediatamente abrió un portal por debajo de los pies ambos, haciendo que cayeran de forma irremediable para aparecer en un nuevo lugar. No era el Monte, y este no se veía sino a la distancia, estaban en un área muy específica que había reconocido meses atrás luego de arduas exploraciones. Una zona de arena y algunas que otras rocas, pero no más que eso. —Bienvenido, hombre inglés, — dijo, dejando que su dulce voz con tonos aún inmaduros hicieran el efecto que casi le salía natural: dar aspecto de niña buena y algo traviesa — soy Runihura, Guerrera Uzza de las Auras, un libro que, se podría denominar, como poco, particular. Ahora, preséntate, por favor.
  12. ―Él no es quien está poniendo a prueba sus conocimientos de las Auras, ― se limitó a responder, encogiéndose de hombros al tiempo que alzaba las cejas ― además, podrías apuntar a él también y… Pero no pudo continuar la frase al sentir cómo sus vías respiratorias repentinamente se sentían dañadas de una forma que reconoció al instante. Le lanzó una mirada significativa a Khufu, sabiendo que había sido él, pero no por molestarse, sino en señal de haber hecho una jugada impecable. Acto seguido, su muñeca se quebró de forma dolorosa. Aquel maldito cíclope estaba resultando más molesto de lo que pensaba. De haber podido hubiese hablado largo y extendido, pero realmente el dolor la consumía poco a poco. El cinaede proveniente de alguien tan poderoso era un conjuro realmente mortal. ―Cinaede ― susurró entonces a duras penas. A pesar de que era consciente de que la prueba era de las mujeres, tenía por seguro qué era lo que haría desde un principio. Y ahora que tenía un respiro y la oportunidad, envió su ataque directamente a Khufu, por lo que inmediatamente el gas invisible lo rodeó, aspirándolo sin darse cuenta y quedando envenenado de forma inevitable. Anapneo pensó a continuación, librando sus vías respiratorias del efecto del cinaede, por lo que ya estaba asegurada que, por lo menos por el momento, no moriría. Curación pensó por último, curándose las heridas que el veneno le había causado en su organismo, y aunque el mismo sanó, aún faltaba por terminar de curarlo por completo. Luego de ello, vio que Leah invocaba un aura, el aura del escudo fantasmal, pero poco y nada duró, de otra forma no habría dudado en aprovechar a los fantasmas para evitar tener que vérselas con algún nuevo hechizo encima. Ahora el aura operante era la que el guerrero había invocado de último.
  13. Y como no era menos, Khufu se hizo sentir al silenciarla justo antes de que lograra realizar su segundo hechizo, dejándola a mitad de camino de forma un tanto ridícula. Pero sonrió, lo último que podía hacer era enojarse, ¡cómo lo haría! Una buena batalla siempre la animaba y entusiasmaba a altos niveles. El hecho de poder comparar su poder con el de sus adversarios, entre ellos un Uzza, era algo intrigante. Pero no sólo eso, sino que ahora tendrían que lidiar con un cíclope invocado por las fuerzas del caos. ¡Vaya suerte que tenía ese hombre! No era particularmente fanática de ese tipo de magia, pero sí la conocía lo suficiente como para saber que la suerte muchas veces no jugaba de la mano de varios. Pero evidentemente no se podía decir lo mismo de él. El cíclope comenzó con su ataque al mismo tiempo que Taurogirl intentaba anular de forma inmediata e Aura de Confusión, pero había olvidado un detalle, y es que las mismas tardaban unos pocos segundos en comenzar a surtir efecto, aunque de todas formas la misma ya no se hallaba operativa. La bruja, astutamente intentó dejarla totalmente desarmada utilizando la vara de cristal en conjunto con un expelliarmus. Su varita saltó en el aire, justo hacia su izquierda, por lo que, motivada por la adrenalina, se lanzó de forma literal y rápidamente en su búsqueda, alcanzando a sujetarla nuevamente en su mano y logrando dar una voltereta en el aire para quedar con los pies sobre el suelo y acuclillada, para luego ponerse en pie. Sí, había logrado recuperar su varita, pero justo luego de hacerlo, cayó de bruces al suelo ante un evidente hechizo zancadilla que había salido justo luego, proveniente de su ahora contrincante Taurogirl. Suerte que había logrado recuperar previamente su varita. ―Morphos ― murmuró rápidamente, apuntando en dirección a la misma mujer que acababa de atacarla. Inmediatamente la zapatilla derecha de Taurogirl mutó y se convirtió en un escorpión que, al hallarse justo encima de su pie y ya que no tenía medias de por medio, la picó con su llamativo aguijón, causándole un envenenamiento inmediato con síntomas progresivos, pero no por ello menos letales ―. Anular mis hechizos no me detendrá ― dijo, refiriéndose al guerrero y a su ahora nuevo acompañante, el cíclope, el cual sabía no perdería oportunidad de atacarla cuando le fuese conveniente. Y esperaba que no fuera demasiado pronto.
  14. Asintió con la cabeza una vez al verlas llegar y estar listas para comenzar. Luego, le dirigió una gran sonrisa hacia Khufu en señal de respeto y entusiasmo. Pocas veces había tenido la oportunidad de tener un pequeño encuentro –aunque fuera amistoso- con algún Guerrero Uzza, y menos todavía con los que se hallaban allí en el ateneo, por lo que aquella experiencia era interesante a grandes niveles. Se alejó entonces de quienes ahora serían sus contrincantes y se giró, observando al Uzza y a la mujer que tenía del otro lado, Taurogirl. Al parecer no era la única emocionada con todo aquello, pues su compañera de equipo de aquella ocasión dio el primer paso y atacó rápidamente a quien era su pareja. Con cuidado y con bastante paciencia, Runihura abrió el frasquito que contenía la poción y se lo bebió de un solo sorbo, sintiendo que la energía emanaba por todo su cuerpo y su mente se agilizaba más si es que era posible. Se sacudió un poco, al mismo tiempo que su varita ya aparecía en su mano. ―Hagamos las cosas interesantes desde un principio ― comentó, más para ella misma que para su compañera y sus rivales, por lo que hizo un ligero movimiento de muñeca en dirección a Taurogirl ―. Silencius ― inmediatamente la voz de la mujer se interrumpió, quedando la frase de su segundo hechizo apenas a la mitad y oyéndose apenas un “detr…” que nunca finalizó. Entonces, volvió a hacer un movimiento con la varita en el aire, invocando de esa forma una neblina que rápidamente envolvió a Taurogirl y Khufu, causándoles un estado de aturdimiento inmediato. El Aura de Confusión que acababa de efectuar les obligaría a realizar el hechizo Alohomora una y otra vez cada determinado tiempo. ―Cinaede ― susurró a continuación. Inmediatamente un gas invisible pero altamente venenoso apareció, rodeándola, causándole que inevitablemente lo aspirara y por ende, el veneno comenzara a circular por su organismo, causando estragos en ella si no se aplicaba una rápida curación. Y el bezoar no era una opción. Giró su varita entre los dedos, entusiasmada por ver la respuesta que tendrían, tanto las dos mujeres como el guerrero.
  15. Las había enviado a sus respectivas casas una vez que la etapa de enseñanza había finalizado al fin, pero no sin dejarles tarea, claro, y era que debían de practicar todos los días los hechizos –sin sobrepasarse, por supuesto, aunque a esas alturas era un riesgo que quedaba bajo su propia decisión- hasta que fueran llamadas a dirigirse nuevamente al Ateneo y, por ende, realizar la prueba. ―¡Khufu! ― exclamó con alegría mientras veía llegar al Guerrero Uzza hasta donde se hallaba. Poco y nada había tratado con él, sólo lo conocía de algún que otro vistazo, pero el hecho de poder tener contacto con alguien de su tierra la había puesto de buen humor luego de haber pasado ya tanto tiempo a solas, y en tierras extranjeras. El guerrero amablemente había accedido a ayudarla con su prueba final, dado que la misma sería distinta a la que todos se habían habituado anteriormente, pero necesitaba de un número superior a tres personas. Ahí era donde entraba Khufu. ―Gracias por ayudarme ― prosiguió, acercándose al hombre e inclinando levemente la cabeza a forma de saludo varias veces ―. Las extranjeras llegarán en cualquier momento, ya las envié a llamar. Y era cierto, a primeras horas de la mañana había enviado dos lechuzas de la Universidad con el mismo papel para ir en busca de las dos mujeres. Las citaba en el Ateneo, en la réplica del Monte Catalina, allí donde habían tenido sus clases. Pero ni Runihura ni Khufu estarían allí, sino que, en su lugar, al llegar al pie del monte, las mujeres encontrarían una nota escrita a mano: "Deberán escalar nuevamente el Monte desde la zona sur, y una vez en la cima, dirigirse lo más rápido que puedan hasta la otra punta, todo por la parte más alta. Una vez lleguen a la zona norte, bajarán y atravesarán las arenas movedizas, hasta llegar al desierto de dunas que se encuentra al otro lado. Allí las estaremos esperando." Agitó enérgicamente sus manos, sintiendo la adrenalina correr por su cuerpo, y no era para menos, pues se había dirigido hasta allí luego de hacer un precalentamiento físico bastante intenso. Hacía aquello cada vez que salía de su terreno habitual, como era el caso. El desierto de dunas arenosas los rodeaba y envolvía por completo, aunque en la zona en la que se encontraban era más bien estable, con un par de rocas no demasiado grandes dispuestas por el terreno. La erosión de los vientos no daba tregua a nada ni a nadie, incluso aquellas serpientes y escorpiones que se ocultaban en el lugar se limitaban a salir lo justo y necesario cuando el terreno se hallaba tranquilo. La charla con el hombre fue la justa y necesaria, hasta que las mujeres, agitadas de tanto correr, llegaron al fin al lugar de encuentro. ―Una pequeña prueba para conmemorar la primera clase ― las recibió, lanzándoles dos pequeños frasquitos, uno a cada una, con un líquido de un color bastante familiar para ellas. Le dio otro a Khufu, dejándose el cuarto y último para ella ―. Poción revitalizante, ayudará a potenciar la energía mental y corporal para permitirnos ir un poco más allá de lo habitual. Tu harás equipo con el Guerrero Khufu, y tu conmigo ― dijo, señalando primero a Taurogirl, y luego a Leah, apremiándolas para que se movieran y la prueba final de las mujeres comenzara. Reglas de la prueba: En el primer rol, el de llegada, deberán de rolear su entrada, pero además, deberán de sortear los obstáculos colocados antes de llegar al lugar con los Uzza. Se tomarán en cuenta las mismas reglas que para redadas y asaltos, con variación en los tiempos de espera. Cada usuario dispondrá de un plazo de 24 horas para responder a los ataques de su rival. En caso de que no lo haga dentro de este límite de tiempo, se considerarán impactados los hechizos con sus respectivas consecuencias. En el caso de que un mago acabe de atacar a otro, no podrá postear atacando a nadie más hasta que haya transcurrido un mínimo de 12 horas. En caso de posteos en simultáneos (se entiende por simultáneo posteos de hasta un minuto de diferencia entre ellos) en donde en el que se publicó primero se ataca al usuario cuyo post se publicó segundo, el usuario atacado tendrá hasta 30 minutos de tiempo para curarse o que algún compañero postee tras él curándolo. Cada participante (incluyendo Uzzas) podrán usar hasta dos Auras en batalla de forma excepcional y sólo por esta vez. Recordar que en batallas reales el usuario sólo puede invocar un Aura por asalto/redada El simulacro permanecerá abierto hasta el 26 de Octubre, inclusive El Aura de Inmunidad solo podrá ser usada en los últimos 2 días de la prueba. Leah A. Ivashkov y Taurogirl Crouchs podrán usar hechizos hasta Mago Oscuro y todos los libros hasta el de las Auras. Uzzas podrán usar hasta el libro de las Auras. Las dudas, quejas y/o sugerencias respecto a la prueba deberán de postearse dentro del topic de Consultas y Sugerencias correspondiente.
  16. Runihura

    Libro de las Auras

    Permaneció en silencio, jugando de forma distraída con su varita mientras observaba el proceder de las mujeres. No le importaba demasiado lo que ellas dijeran, ella tenía sus razones y no se molestaría en explicarles, a fin de cuentas la vida solitaria que había llevado desde hacía ya varios años no la habían ayudado a ser una persona especialmente comunicativa. Por eso se ocultaba tras la máscara de una niña, tal vez. Vio cómo Taurogirl invocaba el aura de inmunidad, logrando de esa forma deshacerse de los fantasmas que quedaban aún sin utilizar. El aura de inmunidad hacía desaparecer el efecto de cualquier otra aura que estuviese aún activa en el campo, por lo que no había que subestimarla. Era un aura muy poderosa, quizás la más poderosa de todas. Luego, fue el turno de Leah, quien logró realizar el hechizo sin problema alguno al segundo intento. Asintió con la cabeza, más para ella misma que para sus alumnas. El aprendizaje de aquellas mujeres estaba llegando a su fin, pero eso sólo quería decir que la prueba final se acercaba y sería momento de que demostraran todo lo que habían sido capaz de aprender. Las dejó hablar un rato, mientras ella seguía en silencio, esperando a que los minutos pasaran. Eran las consecuencias de haber creado aquella magia, todas ellas estaban limitadas por el aura de inmunidad y su efecto duraba unos largos minutos. Dejó que pasaran mientras su mente se perdía en un mar de pensamientos a futuro, decidiendo lo que debería hacer en un par de días. ―Bien, creo que ya ha pasado el tiempo suficiente, ― pensó en voz alta, poniéndose en pie nuevamente y agitando su varita ― podemos proseguir con lo último. El Aura de Confusión es bastante particular. Ésta magia influencia al adversario, obligándolo a caer en un estado de confusión tal que nos permite poder decidir qué hará nuestro contrincante a continuación; el contrincante podrá realizar magia normalmente, pero uno de sus hechizos será sí o sí uno que nosotros decidamos. Por ejemplo… Movió la varita en el aire, haciendo una floritura a la derecha y otra a la izquierda con su muñeca. Aura de Confusión pensó, e inmediatamente una neblina gris comenzó a emanar de su varita, envolviendo a Taurogirl y Leah, aturdiéndolas levemente y dejándolas influenciadas para que sus próximos hechizos se trataran de unos inofensivos aguamenti. ―Deben pensar con detenimiento qué hechizo desean que sus contrincantes realicen justo después de haber invocado el aura y mientras afecta a los rivales. Ahora, intenten realizar un hechizo cualquiera.
  17. Runihura

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    Sus ojos siguieron los movimientos de las mujeres. Principalmente el que hacían para guardar los frasquitos en sus bolsillos y evitando beber el líquido que acababa de otorgarles. Y eso la molestó, aunque no lo demostrara en su rostro. Si no seguían sus reglas en la clase… Las dejó hacer y experimentar, a fin de cuentas aquel tipo de expresiones había experimentado hasta ella misma al momento de descubrir el poder de aquella magia. Se cruzó de brazos, casi de forma aburrida, hasta que una de ellas se dirigió a la Tiferim, y le respondió, sin quitar la expresión de aburrimiento de sus facciones poco definidas. ―Si llegaron a pensar por una fracción de segundo que se trataba de veneno, lamento decepcionarlas. No tengo interés alguno en contaminar la magia que envuelve este Monte con la muerte de dos extranjeras, llevaría demasiado tiempo y esfuerzo el volver a purificar esa magia ― sacó entonces el tercer frasquito que había tomado de su vivienda y, abriéndolo, se llevó la botellita a la boca, bebiéndose todo el contenido de un solo trago ―. Se trata de una preparación muy especial, oriunda de la Tierra Uzza, para dar vitalidad al cuerpo y aumentarla también. Si lo bebían, podrían haber tenido la oportunidad de realizar más auras al cabo del día, pero si se niegan, tampoco me molestaré en insistir. Lo toman o lo dejan, no hay muchas opciones. Guardó el frasquito nuevamente en su lugar, a la vez que sentía cómo poco a poco el efecto del líquido activaba cada célula de su cuerpo y, hasta habría jurado que incluso sus neuronas habían sido afectadas por la poción. Acto seguido, movió su varita, y sin emitir palabra alguna, los fantasmas que ambas mujeres habían invocado desaparecieron, y en su lugar, se oyó un canto muy particular, el canto que sólo una sirena podía emitir bajo el agua, bello y melódico a niveles hipnóticos, pero antes de que las mujeres pudiesen apreciar en sumo detalle de la luz con forma de sirena por encima de las cabezas de todas, la misma desapareció, a la vez que su canto. ―Pues no exactamente. Aún les falta ver dos Auras más, ¿tienen algún apuro por irse? ― se sentó entonces sobre el suelo, cruzándose de piernas y usando su brazo de apoyo para su barbilla ―. Entonces, tienen dos opciones. O toman la poción y podrán seguir adelante con el Aura de Inmunidad que acabo de ejemplificar y el otro conjuro que queda, o… Hizo un movimiento con su otro brazo, señalándoles el lugar por el cual habían llegado, una clara invitación a que podían retirarse si realmente lo deseaban. Runihura nunca las obligaría a quedarse, ni a ellas ni a nadie más que llegara hasta allí, a fin de cuentas, mientras menos personas pudiesen adquirir los conocimientos de las Auras era casi un triunfo para ella. Ella no haría nada para sabotear a los alumnos, pero si ellos solos lo hacían, no iba a ir en contra de aquel comportamiento.
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    El alba llegó, anunciando un nuevo día, y Runihura ya se hallaba despierta, e incluso trotando alrededor de la base del Monte Catalina. Aún era demasiado temprano para esperar a las dos mujeres, pues a pesar de que ya hubiesen despertado, aún debían practicar el aura que el día anterior les había enseñado. El Aura del Escudo Fantasmal era uno de sus favoritos, gracias a esa magia había logrado muchas cosas, además de que siempre era grato poder llamar a los fantasmas de los viejos Guerreros Uzza caídos. Cinco vueltas ya había completado, y estaba dispuesta a dar una más, pero entonces notó que el sol ya había llegado a un punto bastante alto en el firmamento, por lo que desistió y se preparó para ir al encuentro de sus alumnas, no sin antes darse una rápida vuelta por su morada para recoger tres pequeños frasquitos que guardó inmediatamente en un bolsillo oculto de su falda, junto a su varita. ―Veo que vienen con bastante energía ― comentó para cuando llegaron hasta donde se encontraba, apenas unos minutos luego de que ella llegara, y llegaban cargadas de preguntas ―. Antes que nada, tomen, ― sacando nuevamente dos de los tres frasquitos que había echado en el bolsillo, le lanzó uno a cada una, dejando ver el contenido viscoso de un color verde agua muy brillante ― bébanlo. El Aura de la llama del Fénix disminuye considerablemente los poderes del contrincante si éste se ha especializado en la magia tenebrosa; esto quiere decir que se verá limitado y sólo podrá invocar magia tenebrosa un rango por debajo de lo que lo hace habitualmente, y sí, sólo abarcaría a magia “bandista”. Creo que así le dicen acá ― agregó, rascándose la cabeza de forma pensativa ―. El sectumsempra es un hechizo al que todo el mundo tiene acceso, no es un conjuro realmente especializado en magia tenebrosa, por lo que no entraría en esa categoría. »El Aura del Escudo Fantasmal protege a tres personas -no necesariamente el invocador-, pero su protección es totalmente distinta a la que han conocido hasta el momento: uno de los fantasmas será capaz de protegerlos de cualquier tipo de hechizo. Rayo, invocación, efecto o incluso criaturas, todos estos tipos de ataque que vayan dirigidos hacia alguien, el fantasma podrá cubrirlo de ellos, aunque sólo sucede una vez, y deben ser muy cuidadosos de elegir con exactitud el momento en el que usarán esta protección única, ya que cada fantasma sólo dispone de una utilización. Esto es lo que practicarán. Deberán aprender a utilizar el aura, no sólo a invocarla. Rápidamente, volviendo a meter la mano en aquel bolsillo oculto, sacó ahora a su varita y la agitó con suma ligereza frente a Taurogirl y Leah, apuntando primero a Taurogirl: ―Cinaede ― inmediatamente, un gas invisible al ojo humano rodeó totalmente a la mujer, dispuesto a envenenarla de forma mortífera. Arenas del hechicero siguió, esta vez dirigiendo su varita a Leah, la cual podría verse afectada por los huesos cristalizados, causándole una ceguera momentánea. Pero confiaba en que supieran usar la magia que acababa de enseñarles y aprendieran, de forma certera, cómo contrarrestar aquellos dos hechizos efectos con alguno de los fantasmas que invocaran con el aura.
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    Las observó emplear la magia de la cual ella se sentía particularmente orgullosa. Había nacido para manejarlas como sólo un Guerrero de las Auras podía hacerlo, era su especialidad, su vida. Llevaba ya tanto tiempo empleándolas -aunque no lo pareciera-, que le resultaba sumamente sencillo invocar varias auras al cabo del día, pero como toda aquella magia dependía enteramente del cuerpo y la mente en su máximo punto, al cabo de un rato de invocar varias, terminaba por caer exhausta al suelo. Observó primeramente a Leah, quien tardó un poco en lograr invocar el Aura que le había indicado, pero que al cabo de unos minutos lo logró. Asintió con la cabeza, a forma de aprobación, para luego dirigir sus ojos hacia Taurogirl, quien intentaba realizar el conjuro que la Tiferim misma les había mostrado. ―Se requieren años de práctica… No, una vida entera dedicada a esta magia en especial para poder dominarlas, y aún así es de sumo peligro hacer uso y abuso de ellas ― hizo una breve pausa, acuclillándose y apoyando la palma de su mano contra el suelo ―. La invocación de las auras es enteramente energía, energía que transmitimos desde nuestro cuerpo y mente a la varita, la cual la transforma en magia. Entenderán entonces que las auras roban gran parte de nuestras energías corporales. Sólo un Guerrero Uzza de las Auras experimentado podría invocar varias auras al cabo del día sin desfallecer en el proceso, pero y de todas formas nuestros cuerpos se resienten. Ustedes, extranjeras, aún novatas en esta magia, no deberían intentar forzar el límite de sus fuerzas. Lo último que deseo es tener que rendir cuentas ante alguno de los burócratas del llamado Ministerio o la Universidad. Se puso en pie nuevamente luego de tomar un puñado de tierra arenosa del monte, haciendo que escapara por entre sus dedos, volviendo a su lugar de origen. ―Las curaciones no es magia blanca preicsamente. Las curaciones sencillamente son eso, magia curativa. El principio de la magia blanca se basa en combatir a la oscura, así que no se preocupen demasiado por ello. Las observó intentar invocar aquellos hechizos que acababa de enseñarles. Aún faltaban algunos, pero por el momento no parecían tener problemas con los puestos en práctica. Runihura meditó por un momento mientras las observaba atentamente comprobar los efectos de los hechizos sobre ellas mismas. A pesar de parecer en óptimas condiciones, parecían hallarse ya bastante cansadas. Estaban llegando a su límite. Desvió la vista hacia una de las llamas, alcanzando a ver que se sacudían debido a la tormenta que aún azotaba afuera. Era momento de darles la última tarea del día, o por lo menos el conocimiento sobre una de las Auras. ―Suficiente por hoy, ― sentenció, señalando con un dedo sus varitas ― descansarán en la cueva durante unas horas, ya que tarde o temprano el sueño y el agotamiento les vendrán encima, y si desean seguir deben recuperarse primero. Un silbido algo tenebroso retumbó en la cueva, producto del viento, aunque bien podía asemejarse al murmullo de varias voces de ultratumba. La Guerrera Uzza sonrió de forma casi imperceptible, como si hubiese estado esperando aquello desde hacía rato. ―Nuestro pueblo le tiene mucho respeto a la naturaleza, y las tormentas de arena no son la excepción ― retomó la palabra, pero esta vez con un tono distinto al que había estado usando hasta el momento, era algo divertido, como si se tratara de una real niña contando una historia ―. Se dice que las tormentas de arena son originadas por los viejos espíritus de los guerreros caídos, aquellos que aún no alcanzan la iluminación, y siguen en busca de ella, entrenando. Cerró los ojos un momento, dejando que el viento, que ahora se filtraba cada vez más por la abertura, azotara su rostro y algunos mechones de su oscuro cabello. «Aura del Escudo Fantasmal» Abrió los ojos, dejando ver un particular brillo en ellos antes de que un repentino viento se formara dentro de la cueva, el cual poco a poco fue tomando forma por detrás de la diminuta figura de la Uzza. Bomani, el antiguo guerrero orgulloso; Hakizimana, gran guerrero devoto a la Diosa Uzza; Jahi, un hombre de aspecto frágil pero de fortaleza inigualable; Khaldun, Nassor, Sadiki. La figura fantasmal de varios guerreros tomó forma, dejando ver parte del pasado de los Guerreros de las Auras, aquellos a los cuales el Monte Catalina había acogido por unos pocos años. ―Este es el poder del Aura del Escudo Fantasmal, puede invocar a los fantasmas que ustedes deseen a forma de protección, aunque no una protección permanente, sino más bien limitada de cierta forma ― explicó, mirándolas fijamente ―. En cuanto hayan descansado despertarán y comenzarán a practicar ese hechizo. Sólo una vez hasta que les haya salido a cada una, no hagan más, pues luego deberán volver a hacerlo, pero en otras condiciones. Una fuerte ráfaga de viento azotó la cueva, llevándose con ella los fantasmas de los Guerreros caídos. ―Las dejaré descansar. Cuando hayan logrado la primera invocación, salgan de la cueva. Las estaré esperando al pie del Monte.
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    La tormenta de arena alcanzaría la posición de las mujeres al cabo de unos pocos minutos, mientras que la Tiferim permanecía en su lugar, con los ojos cerrados, inmutable ante el hecho de que la arena azotaba sin piedad su rostro, pero la zona más importante por lo menos la tenía cubierta, y era la parte de la boca y la nariz, respirando sin problema alguno. Pero la parte más densa de la tormenta aún no llegaba, y sus alumnas aún no habían alcanzado la cima. Se planteó internamente si interferir o no, pero para cuando se dio cuenta, las mujeres acababan de llegar por segunda y última vez a la cima antes de que la parte más peligrosa de la tormenta llegara, aunque en realidad, faltaba apenas poco menos de dos minutos. –Bien hecho – dijo, asintiendo con la cabeza y levantándose al fin del lugar –. Seguiremos en un lugar más seguro, por el momento cúbranse el rostro y los oídos si pueden con alguna tela. Vamos, síganme, debemos bajar un poco. Se giró sobre sus talones hasta quedar de espalda a las extranjeras y comenzó a caminar rápidamente hacia una de las orillas del monte. Apresuró el paso para cuando las partículas de arena azotaban cada vez más fuertemente la piel al descubierto de Runihura, sabiendo que lo peor les pisaba los talones. Comenzó entonces un descenso por el lado norte del Monte Catalina, seguida de cerca de Taurogirl y Leah, hasta que llegó a su objetivo, una pendiente mucho más suave y que, por detrás de una roca el doble de alto que ella que sobresalía por un lado y la cual rodeó rápidamente, allí pudo apreciarse un pequeño pasadizo angosto por el cual les hizo señas que se metieran, entrando la guerrera de última, un instante antes de que la tormenta llegara al fin. En el interior de la cueva no se veía absolutamente nada, ya que el sol no alcanzaba a llegar a aquella cerrada área y, para ser menos, el astro había quedado cubierto casi en su totalidad. Sin perder tiempo avanzó hasta salir del estrecho pasillo y llegar a una parte mucho más abierta, aunque oscura como la boca de un lobo. Sin perder tiempo, la Tiferim sacó su varita e invocó un poco de fuego que proyectó sobre algunas rocas pequeñas, tanto en el suelo como en lo más alto del techo, logrando así una iluminación óptima. –Ha sido un comienzo intenso – murmuró, girándose para quedar frente a las mujeres nuevamente –. La vitalidad de sus cuerpos ha logrado llegar a un buen punto, su cuerpo irradia energía pura y su mente se conecta con ella. Están listas para empezar. Lo primero que deben saber es que las auras, cualquiera de ellas, no se comportan como todos los hechizos que conocen, éstas son más complejas, empezando por el estado físico y mental que deben dominar previamente; para luego seguir con los efectos que cada una tiene. »El Aura de la llama del Fénix, el Aura de Muerte, Aura de Poder, Aura del Escudo Fantasmal, Aura de Confusión y Aura de Inmunidad. El movimiento de varita de cada una de ellas las pueden encontrar en el libro. Les sugiero que lo saquen y vean mi primer ejemplo. Su varita de álamo temblón apareció en su mano rápidamente, y para cuando estuvo segura de que le prestaban atención, comenzó con un movimiento de mano y muñeca bastante complejo, a la vez que mentalmente pronunciaba el hechizo. “Aura de Muerte”. Inmediatamente, una luminiscencia de un color verde fosforescente salió de su varita, elevándose en el aire y envolviendo por completo tanto a Leah como a Taurogirl por un instante, para al segundo siguiente, desaparecer sin dejar rastros. –Esto fue una prueba, si poseyeran determinada magia, en este momento esa Aura las estaría limitando, pero ésta aura en especial no les afecta a ustedes. Comencemos entonces, deben canalizar toda esa energía corporal y mental a través de la varita. Intenten primero con la que yo les hice de ejemplo, y una vez lo logren, tú comenzarás a practicar el Aura de la llama del Fénix contra tu compañera; – dijo, señalando a Taurogirl – y tú lo harás con el Aura de Poder sobre tu compañera también – ahora señaló a Leah –. Descubran los efectos que estas auras tendrán en ustedes y sus contrincantes.
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    Asintió con la cabeza de forma distraída al ver que una de ellas, la que se había presentado como Taurogirl, hacía algunos estiramientos previos a comenzar la carrera, era algo que nunca podía faltar cuando del entrenamiento físico se trataba; era partidaria de que el dolor hacía a la fuerza, pero no el dolor por no haber precalentado correctamente, aquello traía más complicaciones que beneficios. Las vio bajar a la carrera en cuanto el ambiente entre ellas se tornó competitivo, a lo cual volvió a asentir, esta vez con una pequeña sonrisa en los labios. Sí, la competencia era buena, bien lo sabía ella que tenía un alma fuertemente competitiva. Se sentó sobre la cima, de piernas y brazos cruzados, cerrando los ojos a su vez. A simple vista podía parecer que descansaba, o incluso que se había dormido, pero lejos de eso, Runihura había entrado en un levísimo trance en el cual logró conectarse con el monte, detectando cada milímetro del mismo, siendo consciente de cada oleada de viento que azotaba a las piedras, y sobre todo, el rápido descenso de ambas mujeres que llevaban un ritmo de vértigo. Las siguió, comprobando que llegaban hasta abajo y, con sumo entusiasmo y reflejos, se giraban para comenzar el ascenso. Cada una de las partes tenía su dificultad, el descenso parecía bastante sencillo en un principio, pero debía tenerse mucho cuidado de no perder el control y bajar dando tumbos, causándose heridas notables como poco. Y el ascenso, el evidente hecho de estar seguro del lugar por donde uno se sujetaba, evitando contactos en falso, algo que Leah entendió de primera mano en un momento de descuido. Frunció el ceño en señal de atención por si debía intervenir de alguna manera, pero la mujer logró solucionar el problema por ella sola. Una vez llegaron a la cima, en la primera carrera, la Tiferim permaneció sin alterar su posición, esperando a que comenzaran nuevamente el descenso. –Con cuidado, el terreno suele ser traicionero – se limitó a decir. «Sobre todo si una niña traviesa puede jugar con él» pensó en el momento exacto en el que cambiaba de posición, esta vez deshaciendo el cruce de brazos y apoyando ambas palmas de las manos sobre la tierra. Si las dos alumnas se hubiesen encontrado quietas y sin la adrenalina corriendo por su cuerpo, hubiesen sentido un pequeño movimiento de advertencia bajo sus pies, previniendo el momento en el que la Guerrera cerró las manos, formando pequeños puños que dio duramente contra el monte en un golpe seco. Y haciendo eco de su movimiento, el terreno por el que acababan de subir Taurogirl y Leah se modificó por completo, adquiriendo más irregularidades que antes, agregándole la dificultad suficiente como para poder forzar sus cuerpos al máximo, como así también su mente a la hora de tomar decisiones respecto al lugar más conveniente en el cual confiar e, incluso, agilizar su sistema nervioso y el subconsciente a la hora de la toma de decisiones en situaciones de peligro, si llegaba a darse el caso. –¡Vamos, vamos! ¡Quiero ver de qué son capaces!
  22. Runihura

    Libro de las Auras

    ¿Cuánto tiempo había permanecido allí en aquella posición, esperando? No podía asegurarlo, pero tampoco es que le importara. Aprovechaba aquel momento en el que había tenido de paz, para meditar un rato, sentada de piernas cruzadas una con la otra sobre la tierra. Sus ojos, cerrados, centrados en el pasado, en el presente y en el futuro al mismo tiempo si es que era posible. Le gustaban aquellos días, de mañanas calurosas y tranquilas, por lo menos por un rato, regalándole aquellos momentos de soledad. Abrió los ojos repentinamente al oír el susurro del viento, y al cabo de unos pocos segundos, las figuras de dos mujeres aparecieron por un lado del monte. Sus primeras alumnas eran particulares, por lo menos así lo notó al primer vistazo. Sus auras, sí, podía detectarlas a la perfección, a fin de cuentas era su especialidad, y sabía lo que en ellas había, no había magia que pasara desapercibida para la guerrera. En cuanto llegaron y se presentaron, las observó de arriba abajo, inspeccionándolas ahora de forma más profunda. Notó las ropas que llevaban, e internamente se preguntó el por qué habían elegido un atuendo tan poco particular para aquella ocasión, pero haciendo caso omiso de ello, asintió con la cabeza en señal de saludo, sin emitir palabra por el momento, o moverse siquiera. –Bienvenidas, – era probable que aquello las sorprendiera, pues no todos los Uzza estaban dispuestos a recibir de buena forma a los ingleses – son las primeras que han llegado hasta tan lejos, las felicito. Pero eso sólo significa que su entrenamiento será cada vez más duro. No tengo idea lo que los otros Guerreros les habrán dicho, – dijo, luego de una breve pausa, esta vez poniéndose en pie al fin – pero esta enseñanza será mucho más dura que las demás. El manejo de las auras no es algo que se pueda aprender sencillamente con el libro, esas palabras casi son vacías. Para poder dominar las auras, deberán dominar, primeramente, su cuerpo y mente, la energía que emana de ellas dos combinadas. En cuanto terminó de sacudirse la pequeña falda, sólo en ese momento se irguió, dejando ver la particularidad de su apariencia. Su infantil figura, bastante bien formada, no era algo que pasara desapercibido para nadie, ni siquiera para los de su pueblo en un principio. Sonrió de lado, rara vez podía ponerse seria por demasiado tiempo, sobre todo cuando comenzaría con el entrenamiento a aquellas inglesas. –Comencemos entonces – agregó, en un tono más divertido, haciéndose sonar los dedos al estirarlos. Luego, buscó su varita rápidamente, la cual tenía su tamaño normal por el momento, y con un sencillo movimiento de ella, un haz de la noche apareció por debajo de los pies de ambas mujeres, haciendo que cayeran inevitablemente por él, mientras Runihura creaba otro para ella misma. El otro lado del primer portal que acababa de invocar apareció justo en la cima del Monte Catalina, a una mayor altura de lo que el monte mismo tenía, por lo que las llamadas Taurogirl y Leah caerían al vacío, dándose algunos raspones con la caída. La pequeña apareció desde el otro portal a la misma altura, pero cayendo a toda velocidad, para aterrizar con las rodillas flexionadas sobre la dura superficie de la cima. No había rasguños en ella, ni una señal de moratón o algo similar, su cuerpo estaba preparado para ello y mucho más. –Antes de empezar con cualquier hechizo, deberán preparar, como dije anteriormente, su mente y cuerpo, para que puedan unirse y funcionar como uno solo, manejando aquellas energías que ni siquiera en su vida hubiesen imaginado utilizar; – y mientras hablaba, tomó el pañuelo que había mantenido sujeto en una mano y se lo ataba por encima de su nariz, dejando protegido aquella parte baja de su rostro – la única forma de hacerlo es forzándolas a ambas, llevándolas lo más al límite posible. Levantó la mano repentinamente, apuntando con la varita tanto a una como a la otra. –Deberán bajar y subir el Monte al menos dos veces, sin utilizar ningún tipo de magia o artilugio posible, si llegan a hacerlo, tengan por seguro que lo sabré – sus ojos parecieron prenderse fuego mientras una sonrisita traviesa se dibujaba en sus labios, aunque en aquel momento no pudiesen verla –. Y será mejor que se apresuren, – esta vez dirigió su varita por entre medio de las mujeres, señalando un punto lejano en el sur – aquella tormenta de arena no tardará en llegar, y cuando lo haga ustedes deberán estar subiendo por última vez. ¡Rápido!
  23. http://i.imgur.com/xZieRcS.png Topic destinado a resolver dudas ya sean de hechizos como de la trama de la clase como así mismo entregar algún tipo de sugerencia o feedback. El topic estará a cargo del Guerrero Uzza correspondiente. Adjunto los hechizos y algunos apuntes a tener en cuenta a la hora de la utilización y aprendizaje de este libro: Puntos importantes a tener en cuenta: Sus poderes son utilizables en rol y en duelos, redadas, asaltos o cualquier tipo de batalla mágica. Las auras crean luminiscencias mágicas que protegen o refuerzan no sólo al mago o bruja que las invoca, en virtud de los poderes que confiere este libro, sino también a otros magos que se encuentran con ellos. Un mago o bruja sólo podrá convocar un aura durante un asalto/redada o duelo. El aura tiene la duración que se indica en cada caso. La invocación no consume ninguna acción. Las auras no pueden superponerse. Cualquier aura que se establezca eliminará a cualquier otra que estuviera operativa antes. Es decir, sólo puede haber un aura operativa. Si hay una puesta y se lanza otra, ésta anula la anterior, que deja de tener efecto y, a partir de ese momento, sólo tiene efecto la última aura invocada. Las referencias a "turnos" en las definiciones siguientes, hay que entenderlas no como turnos de los invocadores, sino como turnos del equipo del invocador, en asaltos/redadas u otras batallas mágicas grupales. Es decir, cuando se dice que un aura dura 10 turnos, se refiere a 10 turnos del equipo. Estos hechizos son grupales o de equipo. Son espectros de luz de diferentes aspectos y tienen un alcance amplio. Es por ello que afectan a varios magos y brujas a la vez o, incluso, a todo un grupo. A estos efectos, los bandos se consideran un grupo, pero también lo son las familias que luchen juntas en un ataque determinado. Las auras no pueden intercalarse. Sus efectos siempre serán a partir de la última acción del turno en que se invocó. Es decir, siempre afectan a los posteos posteriores a aquel en el que son lanzadas, nunca a los anteriores o al propio posteo en el que se lanza. Hechizos Aura de la llama del Fénix: De la varita del mago, al invocar el aura, surge una enorme luz espectral e iridiscente, con la forma de un Fénix envuelto en llamas, que ilumina todo el campo de batalla como si fuera una aurora boreal. El pico de ese fénix de luz exhala una luminiscencia naranja que envuelve a todos los enemigos de quien invoca el aura, de forma que éstos no pueden conjurar magia tenebrosa en condiciones normales y todo aquel que la utilice se ve obligado a usar hechizos de un rango inferior al que ostentan. Este aura dura 10 turnos del equipo (siguientes 10 posteos del equipo afectado). No utilizable en duelos o batallas individuales. Aura de Muerte: De la varita del mago, al invocar el aura, surge una enorme luminiscencia de un verde fosforescente, que envuelve a todos los enemigos de quien invoca el aura, de forma que éstos no pueden conjurar magia blanca en condiciones normales y todo aquel que la utilice se ve obligado a usar hechizos de un rango inferior al que ostentan. Este aura dura 10 turnos del equipo (siguientes 10 posteos del equipo afectado). No utilizable en duelos o batallas individuales. Aura de Poder: De la varita del mago, al invocar el aura, surge una lluvia de estrellas que inunda el cielo de un blanco resplandor. Este aura otorga poder al equipo del invocador quienes podrán, durante los siguientes tres turnos del equipo (siguientes tres posteos del equipo que la invoca), lanzar hechizos de un rango superior al que ostenten los usuarios que postearán dichos tres turnos. Aura del Escudo Fantasmal: De la varita del mago, al invocar el aura, surgen fantasmas que invaden el campo de batalla. El invocador elige qué fantasmas aparecerán para proteger a su equipo. Durante los siguientes tres turnos del equipo del invocador (siguientes tres posteos del equipo) los fantasmas protegerán a quienes posteen de una acción enemiga que ellos mismos deberán elegir en su posteo. Los fantasmas impiden la penetración total de hechizos, ya sean rayos, invocaciones o efectos, y de criaturas durante una de las acciones de cada uno de los tres posteos siguientes, sin consumir ninguna acción. Aura de Confusión: De la varita del mago, al invocar el aura, surge una tenue neblina gris que aturde y confunde a sus enemigos, obligándoles a que durante los siguientes 10 turnos del equipo (siguientes 10 posteos del equipo rival) una de sus acciones sea un hechizo concreto que el invocador especificará en el momento de la invocación del aura (por ejemplo, tragababosas). Aura de Inmunidad: De la varita del mago, al invocar el aura, surge un aura de luz iridiscente con forma de sirena que entona un cántico protector. Este aura no produce efecto alguno sobre la batalla, pero impide que el resto de auras puedan ser invocadas, de forma que, mientras dure el aura de inmunidad, ningún otra aura puede ser convocada. Dura 10 turnos. Saludos y mucha suerte en su aprendizaje de ahora en más.
  24. Runihura

    Libro de la Fortaleza

    Se giró, mirando de un lado al otro. La imitación era casi exacta, todo a su alrededor era árido y con elevaciones que representaban a su tierra natal. Cerró los dedos de los pies, sintiendo al Monte Catalina en contacto directo con ella, y aspiró aire, llenando sus pulmones de aquella magia tan especial, tan viva y misteriosa, que a ella correspondía. La mañana había pasado lenta y de forma aburrida, ya había entrenado sus horas, ya había orado por la Diosa Uzza y no tenía nada que hacer. Se removió, de forma incómoda sobre la roca, recordando que aquel día los ingleses empezaban sus cursitos, llevados a cabo por aquellos designados a llevarla a cabo, aunque no habían logrado vincularse aún a los libros debido a que aún estaban a prueba. Una leve sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios, recordándolos a todos. ¿Cómo les estaría yendo? Tenía entendido que otro Uzza se haría cargo de llevarlos hasta el lugar destinado a que demostraran si estaban realmente capacitados para dejarlos usar el poder de aquellos libros. Levantó una ceja, tenía curiosidad por ver quiénes serían sus primeros pupilos, si es que llegaban todos ellos, tenían un largo camino por delante y no es que fuese precisamente fácil. Se levantó entonces, decidida a salir por fin de las proximidades de su vivienda y sacando su varita, pronunció unas pocas palabras, logrando que el arma mágica creciera en tamaño y adquiriera una nueva forma: su vara de cristal fue revelada, dejando ver la majestuosidad en ella para luego abrir un portal y trasladarse hasta las sabanas de África. *** Sus ojos se abrieron como platos al ver lo que sucedía a su alrededor. Los extranjeros se lanzaban hechizos a diestra y siniestra a quien sea que se les cruzara por delante, hiriendo hasta la muerte a los animales que los rodeaban y convirtiendo en aquello en una locura. Abrió la boca, no muy segura de qué estaba sucediendo, hasta que logró localizarlo: Badru se hallaba allí, oculto, mirando todo sin decir nada. Una ira la invadió, y se acercó a él, ignorando si los ingleses habían notado o no su presencia. ¡¿Se puede saber qué rayos estabas pensando en dejarlos usar los poderes así como así?! chilló con voz más aguda de lo normal, y en la lengua natal de la Tierra Uzza, por lo que nadie, excepto una persona, podría entender lo que decía Ten cuidado o a la próxima todos terminaremos bajo la mirada del Consejo por algún descuido. Una feroz mirada le fue lanzada antes de voltearse y quedar frente aquel particular grupo en el cual, curiosamente, reconoció un rostro que no era precisamente extranjero, pero omitió el hacer comentario alguno. Dio un fuerte golpe con la punta de la vara en el suelo, sacudiendo la tierra a su alrededor y llamando la atención de todos. Detengan inmediatamente su locura, les dijo, elevando una vez más su voz, intentando por esta vez ante la ocasión bastante particular, que sonara imponente puede que hayan conseguido hacerse con algunos de nuestros poderes, puede que hayan logrado que les enseñemos acerca de ello, pero bajo ningún término permitiremos que usen estos poderes como les venga en gana; esto es magia que va más allá de lo que sus mentes podrían entender, por lo que les exijo, tanto mis compañeros Guerreros como yo, que respeten el libro, sus hechizos y el que se les permita, aunque sea por un ínfimo momento, el usarlos. Guardó silencio un momento, pasando la mirada de un rostro al otro, deteniéndose durante unos segundos más en aquellos a quienes le habían otorgado la responsabilidad de llevar los conocimientos del Libro de la Fortaleza. Pero sin hacer comentario al respecto, movió la vara, señalando con la parte superior a un par. Tú, tú y tú, dijo, apuntando a Lyra, Valkyria y Aine se enfrentarán en pareja a esos dos esta vez Anne y Elvis fueron los indicados. Luego de unos minutos, ya había armado algunas parejas para que se enfrentaran con otras, haciendo que se alejaran entre ellas para poder verlas a todas por igual y sin problemas. Los grupos confirmados eran: las anteriores mencionadas, por otro lado, Sagitas y Catherine versus Hades y Asuhr (Mackenzie), y por ultimo, Monica y Agatha contra Taurogirl y Sofia De acá nadie se irá hasta que hayan logrado dominar los hechizos, volvió a hablar deben esforzarse si realmente quieren el privilegio de tener el libro y poder usarlo, no aceptaremos que nadie se lo lleve así como así. Ustedes tendrán su método de usar la magia, pero el nuestro es distinto y aún estamos en el derecho de exigir lo que nos crea conveniente. Ahora, hizo una breve pausa, mirando de reojo a Badru ¿quieren irse? ¿Quieren lograr vincularse con el libro? ¿Desean poder? ¿Desean sencillamente retirarse de esto? Pues, para que sea posible alguna de esas opciones, deberán luchar hasta caer rendidos, haciendo gala de sus poderes, de su magia y sus habilidades. Veamos cuánto son capaces de resistir agregó en un susurro. Una vez más, movió su varita luego de que la misma recuperara su forma original de apenas unos centimetros, esta vez, apuntando directamente al lago improvisado que se hallaba a unos metros más allá. Los animles, sabios y captando su advertencia, se retiraron de forma inmediata antes de que el agua comenzara a agitarse. Generando cada vez más movimiento con su vaivén de manos y varita, lograba ocasionar olas cada vez más grandes, hasta que al fin lograron la altura y ancho que deseaba y sin dudarlo, la envió en dirección a los extranjeros, deseando ver lo que harían a continuación a la vez que luchaban. Quienes recibirian este ataque por su parte serian las mismas personas que ella misma habia separado y formado las parejas para el duelo.
  25. Ficha de Runihura Guerrera Uzza del Libro de las Auras ____________________ Nombre: Runihura ("Destructor". Nombre otorgado por su maestro Uzza, quien resulta ser también su padre, por lo que es a la vez el nombre de nacimiento. Si bien su nombre como Guerrero le fue otorgado poco antes que naciera, el mismo no se le fue revelado hasta que logró consagrarse como Guerrera Uzza al fin. Mientras tanto se la llamó por su segundo nombre, el cual actualmente es un misterio) Sexo: Femenino Nacionalidad: Tierra de Uzza Tribu: Tiferim Raza, grupo étnico, etc.: Humano, Guerrero Uzza Edad: Aparenta entre 12 y 13 años, pero en realidad tiene 28 Clase Social de la Familia: Atsu, su padre, es Guerrero Uzza, como así también su abuelo, mientras que su madre fue una famosa y respetada Taikir antes de que sus servicios se viesen disminuidos luego de casarse. Runihura también tiene un tío al cual no conoció nunca debido a que, al igual que ella, es un Guerrero Uzza, pero que decidió ir en busca de la perfección y el conocimiento en el extranjero. Amuleto: Lleva siempre consigo brazaletes en ambas muñecas, los cuales son el emblema y distintivo tanto de su familia como la de su descendencia como Guerrera Uzza. Los brazaletes son de oro puro, con símbolos antiguos sagrados de los de su pueblo y raza, y con algunas delgadas cadenas en representación de la historia de cuando su gente era esclava de los faraones del antiguo Egipto. En la parte visible de los mismos, en el centro, posee una pequeña bola de cristal en ambos, las cuales contienen tierra. Esta tierra es sagrada, proveniente del Monte Catalina, lugar donde permanecen desde que se inician como Guerreros Uzza de las Auras hasta el fin de sus días. A su vez, entre los símbolos antiguos que se encuentran gravados en los brazaletes, existe una fusión entre el oro y una pequeña ramita del árbol de fuego de la Tierra Uzza con sus pétalos incluídos, unidos mágicamente de tal forma que pareciera que aquella pequeña parte del árbol aún tuviese vida y sus hojas se vieran de un llamativo color rojo, imitando a la perfección el color del follaje al atardecer. Objetos y Posesiones: Posee pocas cosas debido al hecho de no obtener recompensas en oro por sus servicios, entre ellas la mayoría heredadas de su padre y madre para disponer de lo básico y necesario que requiera. Posee todos los viejos instrumentos de su madre como Taikir, pero no los utiliza, sino que los guarda como recuerdo y para cualquier otro Taikir que acuda a su llamado y acceda a usar esos viejos utensilios Vara de Cristal: Normalmente su varita es de unos 24.5 centímetros, de madera de álamo temblón, flexible; su núcleo es de pelo de esfinge. Una vez toma forma de Vara de Cristal crece hasta adquirir un metro ochenta de alto; el cristal es de un color plata luminoso, el mango es cilíndrico y liso. La parte superior tiene exactamente la misma forma que su tatuaje aunque con la medialuna acostada y en tres dimensiones; la decoración interna está en relieves. En el centro de la medialuna se halla una esfera cristalina que simula las fases de la luna en colores negros y plata. Conocimientos y poderes: Sabe Artes Oscuras y la Defensa contra ellas. Le gusta la Astronomía, por lo que se le da bien el estudio de los mapas celestes, y hasta a veces va más allá, intentando predecir eventos futuros mediante los astros, siempre poniendo especial cuidado en no hacer premoniciones como las de los Ktam, pues eso iría contra el Código de Honor. Pero definitivamente, es especialista en una habilidad que la caracteriza, y es el manejar las auras de todos los seres vivientes sobre la tierra. Puede usarlas como desee, ya sea en su beneficio o el de otros siempre que quiera; aunque dependiendo del nivel en que lo haga tendrá una consecuencia sobre ella misma, lo cual por lo general suele ser su cuerpo el afectado, debido es una vieja ley antigua entre los suyos el no intervenir con la vida ajena por un beneficio egoísta sea o no para ella, además de mantener el equilibrio sobre todo. Se rumorea entre los Ktam y los miembros de su propia tribu que posee un poder que va más allá de lo que los demás Guerreros Uzza de las Auras hubiesen logrado, aunque nadie sabe precisarlo, esto es algo real, aunque sólo lo saben los Ktam que le impusieron la prueba para la Segunda Iniciación, pero nunca estuvieron dispuestos a relatar lo que sus propios ojos vieron. Aspecto Físico: No se parece a sus padres ni a la mayoría de los Tiferim, pues no es alta ni tiene el cabello rizado y su piel no llega a ser del todo negra. Mide aproximadamente un metro cuarenta, tiene una figura bastante formada para tratarse de la edad que simula. De piel oscura, sin llegar a negra; de cabello color negro azabache y lacio para sorpresa de varios de la tribu, como todos los Guerreros Uza lo lleva trenzado en su totalidad, si bien en la intimidad de los suyos se lo deja suelto. Sus rasgos aún son bastante redondeados, pero puede apreciarse varias cosas más definidas, como el mentón en punta, nariz pequeña, labios gruesos pero de boca pequeña; sus brazos y piernas advierten levemente a los desconocidos del entrenamiento que lleva a diario. Sus ojos son grandes y expresivos de color castaño oscuro y profundo. Se cree que dentro de su familia por parte materna tiene descendencia de otra tribu y por ello algunas diferencias con los Tiferim. En sus tiempos libres, en la más estricta intimidad familiar, suele usar un vestido sencillo, marrón y de tela ligera, el cual le llega por encima de las rodillas para su mayor comodidad, pero por lo general, cuando se prepara para entrenar, batallar o incluso para impartir clases, se coloca un peto de cuero mágico que le cubre la zona del pecho, dejando el abdomen al aire, y por debajo, una falda hecha de las mismas tiras de cuero para mayor comodidad, confiriéndole una movilidad absoluta.En las piernas lleva unas medias en red de cuero negro mágico hasta un poco más abajo de las rodillas que, aunque no parezcan, sirven como tobilleras de protección junto al peto y la falda Siempre va descalza y rara vez accede a colocarse algún tipo de calzado. En la parte posterior del cuello, justo al inicio de la espalda, Runihura tiene un tatuaje en forma de medialuna con detalles en las puntas y en el centro, representando a la Diosa Uzza y en forma de eterno servicio a ella. Características psicológicas: Su personalidad corresponde a la de una joven adulta de los años que realmente tiene, pero lejos de demostrarlo, le gusta hacer creer al resto de personas que la vea que se trata de una niña, aprovechándose de ello en la mayoría de los casos. Alegre, activa, siempre yendo de un lado al otro, trabajadora y con una sonrisa de oreja a oreja; le gusta molestar a todo el que pueda y con el que tenga un mínimo nivel de confianza. Sus pasatiempos son las luchas cuerpo a cuerpo, por lo que se la pasa buscando contrincantes nuevos a los cuales sorprender con su amplia variedad de artes de la lucha. Los momentos en los que realmente demuestra madurez y seriedad, es cuando de luchar verdaderamente o cuando de sus poderes particulares se trata, por lo que suele vérsela incluso dura a la hora de enseñarle a alguien más la magia de las auras. Tiene una cuota de orgullo muy alto, sobre todo cuando de ser derrotada se trata, en las raras ocasiones en que eso sucede, retomará un duro entrenamiento tanto físico como mental que la lleve a mejorar, y volverá a retar al contrincante que la superó para una revancha. A pesar de su clase social baja dentro de su tribu, se siente orgullosa y bendecida al haber nacido dentro de un linaje destinado a ser Guerreros Uzza, por lo que todo lo relacionado con eso será tema que tratará con la mayor atención posible, aunque lejos de ser reacia al acercamiento con extranjeros, debido a sus propias vivencias tiene mucha tolerancia a los provenientes de otras tierras, aunque no todos logran ganarse su respeto fácilmente. Vivienda en la Universidad: Como todos, decidió vivir en el área destinada a los Uzza, aunque más que decidirlo por cuenta propia, muchas veces se ve obligada a ello. Más precisamente vive dentro de la zona donde se dan las clases, debido a que allí mismo se creó un área especial para ella, una donde imita casi a la perfección el Monte Catalina, el monte más alto de la Península Sinaí dado que en aquel lugar, la leyenda cuenta que la tierra posee una magia extraña y no comprendida hasta la actualidad, esa que su familia usó, usa y seguirá usando en su beneficio. La tierra compuesta por la imitación del Monte Catalina, es proveniente del lugar de origen. Historia: Como parte de los Guerreros Uzza, un séquito de antepasados guerreros la preside. Desde tiempos inmemorables, todos los hombres de la familia Diao* han sido reconocidos por ser guerreros perfeccionistas, llegando a dominar desde hace siglos la magia de las auras de todo lo remotamente conocido. Dentro de la historia de la familia Diao se han encontrado guerreros reconocidos a través de los tiempos, varias veces requeridos por los altos mandatarios de diferentes lugares del mundo en busca de un poco de ayuda para cuando de situaciones de batalla se refería, saliendo victoriosos en las luchas que han enfrentado, otorgándoles a todos aquellos hombres una fama sin precedentes. Runihura, lejos de ser una sucesora natural, desde un comienzo representó algo distinto de lo que se podría esperar de una renombrada y respetada familia: su nacimiento solo significó un caos sin precedentes para su abuelo y padre. Cuando Atsu, el padre de Runihura, conoció a Masika, quien sería el amor de su vida, no dudó en casarse y decidir formar una familia junto a ella. El tiempo juntos como pareja fue pacífico, feliz y memorable, hasta el momento en el que de crear descendencia se trató. La primera vez que Masika dio a luz a un niño varón, el mismo ya tenía destinado su nombre como guerrero, pero grande fue el dolor de ambos al enterarse de que era un Zumma, y lo que ello conllevaba: el pequeño fue prontamente sacrificado para que la Diosa Uzza lo entrenara como un guerrero y regresara al fin con el destino de ser el Guerrero Uzza de las Auras. Tiempo pasó, pero el niño esperado no llegó, sino más Zumma y más sacrificios; pero nunca dejaron de intentarlo. Hasta que al fin, supieron que al fin el niño prometido había llegado, uno que desboraba de magía incluso desde el vientre de la madre. Con esta gran noticia confirmada y debido al arrebato de euforia, no dudaron en heredarle el nombre de aquel primer niño al cual regresaron a la diosa: Runihura, el nombre como Guerrero, por el cual sería reconocido, y el nombre que sólo sus padres y él mismo conocerían. Runihura (destructor) fue bautizado, sin posibilidad de cambio, pero no consideraron el hecho de que podría tratarse de una niña, pues confiaban ciegamente en que la Diosa Uzza los recompensaría con aquel regalo del heredero esperado. No es un secreto que los Guerreros Uzza de las Auras entrenan a sus hijos varones desde su nacimiento para que en el futuro sigan la tradición familiar. Esta costumbre está particularmente arraigada entre los Tiferim, dado que su procedencia del Monte Catalina hace que se consideren los únicos herederos de este tipo de magia y teniendo en cuenta que la costumbre no está estrictamente prohibida por el Código de Honor, se les permite a condición de que la Iniciación de estos niños sea idéntica a la del resto de los niños Uzza y a la edad de 12 años, durante el ritual sagrado, proclamen con total libertad el Glorioso Destino que hayan elegido. El 13 de febrero de 1987 fue que nació, y con ella trajo una sorpresa inusitada. Tanto su abuelo como su padre, enfurecidos con el suceso, se vieron en la obligación de verse envueltos en una conversación que determinaría el futuro de los Guerreros Uzza de las Auras. No podían permitir adiestrar a una mujer para que en su futura Iniciación llegara a elegir el Glorioso Destino que le haría heredera de la tradición familiar, haciéndose cargo de los poderes del Libro de las Auras, era algo totalmente inaceptable, por lo que optaron por la decisión más obvia: Atsu junto a Masika seguirían concibiendo hasta que el preciado niño varón llegara. Pero meses enteros pasaron con malas noticias, y es que la mujer quedaba embarazada mes sí y mes no, y aquellos en los que lograba llevar vida en su interior, el pequeño moría a los meses posteriores debido al hecho de tantos embarazos anteriores que había tenido.Cuatro años pasaron sin éxito alguno, Atsu iba envejeciendo debido al uso de su poder, y al final, su esposa terminó muriendo debido a la última pérdida que había tenido. No fue hasta que Runihura cumplió cinco años que todo cambió. Su abuelo estaba en sus últimos días de vida, por lo que nuevamente, padre e hijo guerreros tuvieron la última reunión con motivo de tomar una nueva decisión. Atsu se negaba a buscar una nueva mujer, había amado demasiado a Masika como para intentar concebir un niño con otra, por lo que, y sin remedio alguno, la historia de la familia cambió en cuanto decidieron dejar que Runihura pudiese heredar los conocimientos de su magia. A la edad de seis años, Runihura realizó el ritual de Iniciación y eligió el Glorioso Destino para el que la habían educado. Desde ese entonces, su entrenamiento en el Monte Catalina comenzó, como así también, toda su vida entera cambió. El hecho de que los Uzza de las Auras entrenaran en las tierras próximas al Monte Catalina no era por mero capricho, sino debido a todo lo que los conectaba a aquella tierra mágica. El manejo de las Auras tanto propias como ajenas y hasta místicas, causaba una aceleración en el cuerpo de los guerreros, haciéndolos que envejezcan a una velocidad exorbitante; muchos de los originales guerreros murieron a una corta edad, hasta que descubrieron la magia que aquel Monte les otorgaba. Su estancia allí desde el momento de la iniciación, hacía que el ritmo al cual envejecían fuera más lento, aunque aún más rápido que el tiempo de vida de un mago normal, por lo que desde ese instante, donde quiera que fueran debían llevar un poco de aquella tierra sagrada para evitar morir. El efecto en la primera mujer Uzza de las Auras fue totalmente distinto a lo que había sucedido hasta el momento: su crecimiento se ralentizó a tal punto que apenas crecía unos pocos centímetros por año. El Nahm Uzza del libro de las Auras siempre fue muy reacio con la mayoría de los Guerreros que fueron pasando con el tiempo, llegando a ocultar celosamente secretos acerca de conocimientos de hechizos y poderes impensados. En cuanto conoció a Runihura como la sucesora de Atsu la desaprobó debido al hecho de tratarse de una mujer, además de creer que la magia del libro terminaría por acabar con su vida incluso más pronto que con cualquier otro Guerrero; pero grande fue su sorpresa al encontrarse con una pequeña dispuesta a llegar y sobrepasar los límites para entrenar y seguir los pasos de su padre y abuelo, y más sorprendido quedó en cuanto notó la extraña sintonía entre las tierras del Monte Catalina y ella. Aún con sus reservas acerca de lo que debía pensar de ella, se mantuvo al margen, pero observando siempre sus entrenamientos y el cómo iba avanzando. Runihura, lejos de sentirse presionada o algo similar, intentaba hablar con él cada vez que podía, conocerlo y curiosear acerca de lo que en realidad el Nahm Uzza hacía ya que no lo tenía del todo claro; en un principio nada lograba, pero luego de unos meses, las respuestas provenientes del sabio eran más elaboradas, y al cabo de un año, al final el viejo había terminado por encariñarse con la niña. Pasaron los años y su forma de niña apenas varió, al punto de que, aún a la edad de quince, en realidad aparentaba entre ocho y nueve años. Atsu murió cuando Runihura cumplió sus dieciocho años de vida, y al cabo de un año la muchacha se sometió a su Segunda Iniciación, en la cual logró superar con creces la prueba que los Ktam le habían colocado con ayuda de algunos conocimientos que su Nahm Uzza le había confiado a falta de su padre. *El apellido usado por esta familia Uzza es falso, nadie ajeno a ella conoce el verdadero apellido.

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