Jump to content

Runihura

Magos Expertos
  • Mensajes

    461
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    2

Todo lo publicado por Runihura

  1. Runihura

    Libro de las Auras

    Runihura esbozó una clara sonrisa, aún tenía sus dudas respecto a la muchacha, pero pensaba que no podría tenerla allí de forma indeterminada. ¿Cierto? Total, lo importante de aquella clase era que fuese capaz de desplazar las Auras de forma tal, que sea beneficioso para ella y sus allegados, y pernicioso para quienes la tengan en contra. No todos lograban comprender los poderes del libro o leer las letras chicas que venían con él. Esperaba, sobre todo, que Helike no fuese de ese tramo de magos y brujas que no leían. Pero se llevó una sorpresa, era obvio por la sonrisa tan franca que le mostró, al fin había logrado hacer algo que la Uzza le venía pidiendo desde que había llegado hasta ella. Casi parecía una niña satisfecha con alguien que le llevó la punta en el capricho infantil. - Vale, creo que ya puedes ir de excursión. Todos había pasado por allí, no sería la primera vez que enviara a un alumno a su suerte. Además, les servía como experiencia en el campo de batalla y Runihura quería probarla, como lo había hecho con los anteriores. - A dos kilómetros hay un pueblo que necesita ayuda. Ver la Quimera y, cuando vuelvas, dime de qué color es. -le guiñó un ojo, pues se refería al aura de la bestia.- ¿Tienes alguna duda respecto a los poderes? El pueblo era como los otros, con aldeanos poco instruidos en el arte de la guerra y se encontraban a merced de todas las feroces criaturas salvajes que llegaban a ellos. Helike debería encargarse de brindarles protección haciendo uso, únicamente, de los poderes del Libro de las Auras. Todo lo que necesitasen. La guerrera abrió el portal para su alumna y esperó a que ésta lo atravesase.
  2. Runihura

    Libro de las Auras

    Respiró hondo, necesitaba tranquilizarse y eso lo tenía claro. El que Helike empezara con su ronda de disculpas, sobre una estela de rabia -quizás frustración- hizo que la guerrera asintiera y calmase ese carácter que amenazaba con soltarse. Normalmente, y aunque no considerase a nadie apto para estar en su clase, le gustaba creer que era accesible, excepto cuando pasaban ese tipo cosas, claro. Descansó los hombros, de modo que se despegaran de la tensión que había generado las circunstancias. Sonrió medio de lado cuando la muchacha intentó invocar un Aura, algo que no le dio resultado debido a la primera invocación de Runihura. Algo que, de principio, le había pedido a ella que hiciera. Pero no se detuvo en lo que no fue, prefirió seguir avanzando. Volvió a fijar su distancia, la misma que hacía un rato, y desde allí le dedicó una mirada penetrante a su alumna. ― Quiero que lo intentes de nuevo. Haz que tu aura llegue hasta mí. Necesitas sentirla, disfrutarla, 'saborearla', si es posible. No sabía bien de qué forma explicarle que, cuando uno era consciente de su propio poder, lograba tener control sobre una de las esencias más poderosas, si era posible, de su propia magia. Para entender los poderes que escondía el Libro de las Auras, se requería la plena confianza y determinación de que, lo que allí había, se podía lograr. Las dudas y la auto compasión, eran cosas que no estaban valoradas en el manual de las Auras. Después de tantos libros previos, era inconcebible la inseguridad en la capacidad de sus habilidades. ― Anda, quiero que me envuelvas con ella. Y esta vez sin caminar. ―intentó bromear.
  3. El momento y el lugar correctos, muchas veces tardaban en aparecer. Para Runihura no era un juego de niños esperar la ocasión más propicia para tener una batalla, aún cuando ésta fuese sólo para probar los conocimientos de uno o más estudiantes. Los duelos tenían que tomarse en serio, con errores o sin ellos, era la única manera en la que podrían aprender algo sus alumnos. De hecho, quien tomaba su prueba aquella mañana de calor infernal, cerca de la cabaña de la Uzza, era nada más y nada menos que uno de sus más recientes aprendices próximos a graduarse. El escenario, ya conocido por todos los que llegaban a su hogar en busca de vinculación con el Libro en el que era experta, se prestaba para conformidad -o ausencia de ella- de los contendientes. La guerrera había cumplido con enviar el mensaje al señor Tonks, de presentarse en la hora y fecha establecidos, de modo que restaba esperar su pronta aparición. Así como la de Bakari, su compañero Uzza a quien se había tomado la molestia de invitar a una amistosa batalla. Ah, es que a Bakari le gustaban ese tipo de cosas. ― Espero estén listos. ―dijo, una vez los vio llegar. Luego, le dirigió una cómplice mirada al guerrero.― No te emociones tanto, no quiero que salga en camilla de aquí. Dudo que San Mungo pueda curar el tipo de heridas que, sé muy bien, puedes causar. Sonrió como siempre, cada que estaba por presenciar una pelea, y fijó su distancia de ambos. De modo que no resultara perjudicada -cosa que dudaba- en el fuego cruzado. ********* El duelo tendrá una duración de una semana, cerrando el día 13/02/2019. Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados. Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono y, en caso de ser el alumno, reprobará. Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, neutrales graduados y los libros de hechizos hasta el libro de las Auras. Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos. Por ésta prueba, se podrán realizar un aura en un duelo individual, recordando que éstas están permitidas únicamente en duelos grupales. Dudas en el tópico correspondiente.
  4. Runihura

    Libro de las Auras

    Runihura hizo una mueca, algo que simulaba una sonrisa, bastante desagradable y expandió su aura con fuerza. No demasiada, presintió algo en la alumna que hizo que no mostrara toda la brutalidad de la que era capaz su magia. Hizo trastabillar a Helike, la haría retroceder, sin caer. Ya no era calidez lo que se sentía, el aura de la guerrera parecía abrasar la piel. Al cabo de unos segundos, regresó a su estado normal. La Uzza observó a la muchacha como si la viera por vez primera. No lograba entender cómo, habiendo tenido todas las clases que había tenido y estando en su posesión en Libro de las Auras, se atreviese a hacer algo tan básico como tocarle los brazos para bloquear su aura. ― Quiero creer que has leído mi Libro, antes de llegar a MI clase. ―masculló, como si le resultara insultante la idea de que no lo hubiese hecho. Pero es que no se explicaba de otra forma su accionar.― ¿Qué sentido ha tenido para ti agarrar mis brazos para 'bloquearme'? ¿Intentabas hacerlo de forma física? Porque si ha sido así, te digo que podría haberme deshecho de tu agarre de una forma menos agradable. La guerrera volvió a establecer la misma distancia que en un principio, cuando le ordenó que expandiese su aura. ― No entiendo tampoco la caminata. Pedí que me hicieras llegar tu aura desde tu posición, hacia donde yo me encuentro. Repito, ¿qué sentido ha tenido toda esta demostración?. ―inquirió con una voz exasperada― Venga, otra vez. ―ordenó― Intenta invocar un aura, te enseñaré cómo bloquear sin agarrar a nadie. Aura de Inmunidad. De su arma mágica, salió un aura de luz en forma de Sirena. El cántico era hermoso, pero no estaba allí para complacer los sentidos de la vista de nadie, sino que se encargaría de impedir que su alumna invoque su aura. Esperaba que pudiera aprender algo con ello, de otro modo, seguramente estaba perdiendo el tiempo y eso no le gustaría para nada. Pero no pudo disfrutar mucho de la victoria en medio del enfado, pues Niko había vuelto ya con el acertijo que le había pedido traer de la esfinge. ― ¿De verdad? ―inquirió cuando éste se lo dijo― Debe estar haciéndose vieja, creí que sería algo mucho más fácil. ―se encogió de hombros― Anda, ya vete. No te quiero ver por aquí. ―lo despidió hacia su prueba, y regresó su atención a la Rambaldi.
  5. Runihura

    Libro de las Auras

    Runihura sonrió ante el reconocimiento del poder de su aura, no era para menos si trabajaba todos los días en ella, en superarse. Así que escuchó atenta a la respuesta de la muchacha, aún cuando ello incluía tener que escucharla carcajearse. ¿Cuál era el motivo? Sólo ella lo sabría. No entendía los impulsos emocionales de quienes poseían magia. Bah, no entendía absolutamente nada de lo que hacían ellos, en Londres. No eran muy distintos, en apariencia, pero vaya que distaban demasiado, en todo. Era contradictorio, sí. — No entiendo cómo, un vampiro, clasifica en la parte de 'ser vivo'. Tengo entendido que no están vivos, ¿no? —no era un reproche, era más bien curiosidad. Conforme Helike hablaba, la Uzza salvó la poca distancia que las separaba y puso una mano en el pecho de ésta. Presionó un poco, sólo para hacer expulsar algo de aire a la chica. — Claro que necesitas algo para 'ver' el aura, entender cómo funciona mi clase, el Libro de las Auras. No porque no seas parte de una Orden Sacerdotal para dominarlo. El hecho de que 'percibas' energía, habla mucho de tu capacidad para percibir cualquier tipo de energía, independientemente de si es familia o no. —presionó una vez más. Dejó que la Rambaldi respirara de manera tranquila y presionó por tercera vez. — Expulsas aire, pero necesito que saques a relucir tu propia aura. La sientes aquí... —señaló con el índice, el pecho de la bruja— y la expandes por todo tu cuerpo para, por fin, exteriorizarla. Intenta hacerlo sola. —se alejó dos metros de ella.— Haz que llegue hasta mí. Y, ya que estamos, dime cómo podrías impedir que muestre mi aura e inténtalo.
  6. Runihura

    Libro de las Auras

    ― Llegarías tarde dependiendo de la hora en la que, se supone, debías venir. No sabía que esperaba un alumno más. ―estiró el cuello por sobre la cabeza de la muchacha, por si se aparecía alguien más. Runihura estaba atenta a la determinación de Niko, pero no podía estarlo por mucho tiempo, ¿verdad? Al fin y al cabo, la recién llegada también primaba en su clase. Por lo que bajó de la roca en la que se había sentado y se acercó a la chica, lo suficiente como para concentrarse sólo en ella, de momento. ― Veo que mis panteras te han dejado llegar hasta aquí... ―enarcó una ceja y les dio una mirada recriminatoria a cada una― Supongo entonces, que han autorizado la cercanía. ―soltó una sonrisa enigmática, ¡como si ella necesitara autorización! Al cabo, fijó la mirada en Helike y expandió su aura de tal manera, que llegó a envolver a la aprendiz. El campo energético que las rodeaba era de un naranja brillante, aunque la guerrera tenía sus dudas de que la Rambaldi pudiese distinguirla. ― Dime, ¿qué ves? O, más importante, ¿qué sientes? ―ladeó la cabeza, curiosa. Tras unos minutos, redujo su aura hasta que sólo parecía envolverla a ella misma. No todos los que llegaban allí eran capaces de ver o sentir, incluso, el aura propia, así que no se sorprendería si a Helike le costaba como a otros. ― ¿Qué sabes de las auras? ―preguntó por fin. Clave en el inicio de cualquier aprendizaje.
  7. @ Para nada me ha parecido ofensivo, por el contrario, pero sentí la necesidad de las disculpas pues tardé más de lo previsto. En cuanto a los roles: El mío. El tuyo. Los felinos están a mitad de camino, se supone que ya emprenderías la marcha hacia mi ubicación. En ningún momento haces mención que te has movido del lugar y tampoco que hayas llegado hasta donde estoy con Niko que, dice mi rol, no es lejos de la cabaña y somos perfectamente reconocibles. Espero entonces tu próximo rol para poder continuar. Un saludo y buena noche.
  8. Buenas noches. Me permito venir a avisar a mis alumnos que la clase continúa y expreso mis disculpas la demora. Sin embargo, @ , verás que en mi última respuesta no he incluido nada que lleve tu nombre pues creo haber sido clara en el rol anterior con lo que debías hacer y la parte final de la tarea. Si no me he explicado bien, favor de hacérmelo saber para así poder entendernos un poco más. Un saludo y que tengan buena noche.
  9. Runihura

    Libro de las Auras

    Permanecía tranquila, en una perfecta posición de loto sobre la roca. Ambos dedos, índice y medio, se tocaban en las yemas, simulando extrema concentración. Y lo cierto era que, aunque no lo notase, estaba bastante concentrada. Lo único que lograba escuchar era la respiración de su alumno y la pequeña disparidad en los vaivenes de su pecho, le indicó que había dado inicio al ejercicio. Algo para lo que, mentalmente, ya estaba preparada. Mantuvo la misma postura serena con la que había comenzado, en un principio nada parecía indicarle que estaba siendo invadida, suponía que el esfuerzo no era del todo efectivo. Aunque sentía la calidez del aura de Niko, la suya propia no daba señales de querer moverse y, claro, con la resistencia de la Uzza le sería bastante difícil. Sin embargo, al cabo de un par de momentos largos, un cosquilleo comenzó a molestarle en los costados. Se extendió hacia el centro del estómago, espalda, cuello, piernas. Recorrió sus brazos hasta la punta de sus dedos, en donde sintió un pequeñísimo chispazo que hizo que abriera los ojos. Ya no era sólo la calidez del aura invasora, sino también la suya propia que hacía amagos por soltarse sin permiso de la guerrera. Aquel naranja brillante, el color de su aura, amenazaba con rendirse ante los intentos del Tonks para controlarla. Runihura observó con fijeza al aprendiz, al tiempo que buscaba una brecha en la mancha azul que lo rodeaba. Le resultaba increíble darse cuenta de lo mucho que le estaba costando defenderse y romper la barrera de Niko, quería culpar a la práctica anterior con la Black Lestrange, pero no sabía qué tan segura podía estar de que fuese esa la razón. Sin embargo, no alteró el gesto tranquilo -aunque la mirada intensa- que había adoptado en un principio. Sólo quedaba el golpe de gracia, lo más probable. Quiso decir algo, entonces, mas soltó un suspiro y agachó la cabeza. ― Llevaba muchos años sin hacer este tipo de prácticas. ―elevó el índice como petición de tiempo. Otro suspiro.― Bien, creo que es hora de poner algo de dificultad a tu aprendizaje. Se puso de pie y generó otro portal. Lo enviaría al mismo lugar al que había enviado a su anterior alumna. ― Hay una aldea acosada por todo tipo de criaturas, asegúrate de echar una mano y traerme el acertijo de la esfinge, ¿quieres? Creo que me serviría a futuro. ―se encogió de hombros y miró expectante al chico, a que cruzara el portal y cumpliese con la tarea.
  10. Runihura

    Libro de las Auras

    ― Nada mal para haber vuelto de la inconsciencia. ―insistió, a pesar de las palabras del chico. Runihura se dio media vuelta y volvió a sentarse sobre una gran roca, desde allí decidió observar al único alumno que le quedaba. Se deliberaba entre las próximas tareas a asignarle, así que decidió hacer algo un poco más arriesgado, pues la segunda opción le parecía un poco prematura para realizarla. Respiró de manera profunda y cerró los ojos. ― ¿Tienes algún conocimiento de Legilimancia? ―preguntó y abrió los ojos para mirarlo fijo.― No digo que vayamos a practicarla, pero quiero que entiendas lo que pretendo que hagamos. ―su rostro calmo, sin señales de perturbación― Quiero que intentes 'manipular' mi aura. Quizás expandirla un poco más de su estado normal. Por supuesto, yo me resistiré. ―sonrió, como quien disfruta de una golosina. No lo había intentado antes con ningún alumno, no que ella recordara, así que le resultaba una experiencia nueva incluso a ella. Quizás, si salía bien, podría ser un método que utilizara con los que seguían. Claro que tenía sus propias dudas, pero el reto que le suponía la propuesta se le antojaba atractiva. La guerrera tenía pensado contraatacar en la primera oportunidad que se le presentara, desde luego, pero eso sólo podría hacerlo si su alumno era de reacción tardía y no se lo impedía. Mientras tanto, ella y Niko alejados varios metros de la cabaña donde habitaba, Runihura ignoraba el hecho de que había alguien llamando a su puerta en ese preciso instante. Sin embargo, no era muy difícil ubicarlos pues estaban casi a campo abierto. A lo lejos, ambas figuras eran perfectamente reconocibles. Mas no sería fácil llegar hasta la ubicación de la Uzza, pues a mitad de camino, la nueva estudiante se encontraría con los 'guardias' preferidos de la guerrera: dos panteras adultas. Las bestias atacaban a quien sea que no haya sido autorizado a pisar los terrenos, al menos por ella misma, así que era seguro que se abalanzarían sobre ella. Por su parte, la recién llegada tendría que sortear el ataque de la mejor forma, según sus propios conocimientos (o los nuevos), y demostrar que se encontraba allí, precisamente, por la clase que impartía Runihura.
  11. Runihura ladeó la cabeza un poco al ver el escudo que había invocado Mía para su protección, sonrió apenas notando que al menos algo había aprendido de ella, como profesora. Pero no se quedó allí, tendría que demostrar un poco más antes de darle un veredicto final. ― Morphos. ―murmuró apuntando a una de las piedras que se encontraban en el montículo donde se hubo sentado en algún momento. Ésta, adoptó la figura de una pantera, cuya misión era atacar a la Black Lestrange. El animal recorrió la corta distancia que separaba a las féminas con la firme intención de atacar a su presa: Mía. Así, y sin pensarlo demasiado, elevó su varita para lanzarle un Disparo de flechas, haciendo que una docena de ellas salieran del arma de la guerrera, dirigidas al pecho de su alumna. Runihura tenía ganas de ver cómo procedía a defenderse la bruja, ya se había dado cuenta de que no era muy fácil bajarle las defensas, y se mostraba interesada en cada uno de los movimientos que hacía. Sin embargo, ya casi era hora de comer, esperaba terminar lo más antes posible o se quedaría sin almuerzo.
  12. Silenciosa, dispuesta a la reacción temprana. Casi que le empezaba a agradar la Black Lestrange, de no ser porque, en realidad, no le agradaba nadie que fuera su gente, o su familia incluso. No podía criticarla por no responder a sus palabras, pues eso demostraba su compromiso en el duelo que estaban teniendo. Además, no es que la Uzza fuese muy parlanchina en batalla. Ensanchó la sonrisa cuando vio el efecto logrado en la varita de la bruja, no era la primera vez que lo usaba, pero sí había pasado bastante tiempo desde la última vez. Runihura arrugó la nariz y negó, de forma caprichosa, ante el ofrecimiento de Mia con las orquídeas. Quiso decir que le daba alergia, pero estaría mintiendo, así que calló. ― Silencius. ―dijo, con un tono de voz bastante calmado para su gusto, en el segundo después de que su aprendiz le ofreciera las flores; de modo que, lo que fuera a decir y/o invocar (Aura de la confusión) no llegaría a salir de su boca. Para entonces, ya había pensado en su siguiente ataque. ― Sectusempra. ―el rayo salió de la varita de la guerrera con dirección al pecho de Mia. Quería ver cómo reaccionaba, a menos que decidiera recibir el ataque y dejarse hacer profundos cortes en el cuerpo.
  13. Chupaba la mitad de una naranja mientras esperaba a que su aprendiz llegara al lugar de encuentro. Es cierto que la había enviado sin decirle exactamente a dónde y qué haría, pero confiaba en que Mia fuese poseedora de excepcionales habilidades, mismas que la llevarían a donde se encontraba Runihura. ― Me negaba a creer que podrías perderte. ―comentó al verla llegar, hizo desaparecer la naranja y secó con su palma las pequeñas gotas que habían quedado adheridas a su piel. La guerrera dio un salto, para bajar del gran montículo de rocas en el que estaba sentada, y se paró frente a la bruja. Unos tres metros distanciándolas, sería suficiente. Lo que seguía no tenía muchas herramientas, rocas pequeñas, hierba muy corta. Un claro enorme, eso sí. ― Tengo curiosidad por ver cómo termina un enfrentamiento nuestro. Verás, no me gusta hacerme cargo de las pruebas de mis alumnos, pero visto y considerando que no contamos con otra opción... ―se encogió de hombros y enarboló su varita de madera de álamo.― Floreus. ―el siguiente hechizo de Mia, resultaría ser sólo flores. Y como si estuviera desafiando, golpeó suavemente su pecho, cubierto por un peto de cuero. Arrastró uno de sus pies desnudos hacia un costado, agradecía mantener su apariencia incluso con la falda de cuero, le confería movilidad, de modo que quedara en posición de combate. Y sonrió, como solía sonreír cuando se emocionaba por la lucha. OFF: @@Mia Black Lestrange El duelo tendrá una duración de una semana, cerrando el día 13/12/2018. Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados. Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará) y el instructor, Runihura, tomará su lugar. Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Mago Oscuro (MT) y Templario (OdF) y los libros de hechizos hasta el libro de las Auras. Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos. Por ésta prueba, se podrán realizar un aura en un duelo individual, recordando que éstas están permitidas únicamente en duelos grupales. Dudas en el tópico correspondiente.
  14. Runihura

    Libro de las Auras

    La Uzza se relajó, llevaba largo rato intentando quitarle los ojos de encima a la joven, pero era claro que no lo conseguiría. Se sorprendió un poco al ver todo lo que la Black Lestrange había hecho en tan poco tiempo y, si bien no esperaba la perfección, casi casi que estaba encaminada. Así que no tenía mucho ya para decirle. ― Me has maravillado. ―comentó con un tono poco sincero. Acto seguido, abrió nuevamente el portal y señaló el centro con el índice.― Deberíamos regresar, entonces. Al encontrarse nuevamente en el claro de donde habían partido, Runihura encaró a su alumna y se cruzó de brazos. ― ¿Y bien? ―inquirió― Estoy esperando por tus dudas. ―mas no dejó que ella respondiese― Si no las tienes, deberías marcharte. La guerrera le hizo un gesto con la mano, para que se fuera, y volvió sobre sus pasos al lugar en donde había dejado al Warlock. Dio un pequeño salto, cuando lo encontró, para ubicarse frente a él. No pudo dejar pasar la oportunidad de echarle agua helada en la cara, de ese modo despertaría más rápido, ― No acostumbro a ver alumnos desmayándose en mi clase, señor Tonks. ¿Le resulta muy aburrida? Si es así, debería considerar en retirarse. De lo contrario, me complacería que terminara con el ejercicio que le di. ―y a dos pasos de la Uzza aparecieron, no uno sino dos, panteras bastante grandes para ser su tamaño normal.
  15. Runihura

    Libro de las Auras

    Runihura observó con atención los movimientos de su alumna, la relación que había hecho de las auras de ambos animales no estuvo mala del todo y era, más o menos, lo que había visto ella. Hizo una mueca con los labios, indescifrable, y se colocó al lado de la muchacha de un pequeño saltito. — Vamos a hacer algo un poco más... Práctico. —murmuró mientras cruzaba las manos en la espalda.— A un kilómetro de aquí hay una aldea, acosada por extrañas criaturas. Quizás puedas echar una mano, en lo que completas tu aprendizaje. Hizo una pequeña floritura con la que abrió un portal que las llevaría directo al lugar nombrado. — Digamos que yo estaré bajo tu protección también. —anunció con una sonrisa de oreja a oreja. El escenario que le ofrecía a la joven Black Lestrange no era muy alentador. Habían quimeras y serpientes por donde mirara. Los aldeanos se habían reunido en grupos muy pequeños, para protegerse de las bestias, los niños tenían el terror reflejado en sus miradas y los chacales, que rodeaban el lugar, mostraban los colmillos rabiosos a quien se les acercara. Así pues, Mía tendría que usar lo que sabía hasta ese momento, y lo que hubiera leído en el libro de las Auras, para poner en práctica todo lo adquirido.
  16. Runihura

    Libro de las Auras

    Quiso aplaudir pero hubiese sido poco ético. Mas bien le dedicó una sonrisa de lado a la muchacha por el grado de rapidez con el que había realizado lo que se le pidió. También contuvo una ligera risilla por el dilema mental que, notaba, estaba teniendo. Quizás se debatía entre protegerse a sí misma o no. Pero cuando Runihura vio que Niko no estaba reaccionando, decidió actuar de manera inmediata; expandiendo así su propia aura, para proteger a su aprendiz de la bestia. ― Parece que le ha sorprendido un poco semejante demostración. ―dijo observando a Niko.― Quizás es mejor dejarlo tomar un poco de aire. Nosotras podemos continuar desde aquí. Las bestias desaparecieron al instante y ya sólo restó contraer el aura. Le indicó a Mia que lo hiciera primera, con una mano, e hizo lo propio después. ― No era tan difícil, ¿verdad? La buena noticia es que, una vez aprendes a dominar esa parte del aprendizaje, todo lo que viene luego es mucho más sencillo. ―caminó un par de metros, alejándose del joven que tenía un poco de shock.― Por supuesto, no esperaba que lo lograras al primer intento. No es normal. ―enarcó una ceja y la observó con marcada curiosidad. Se detuvo en medio de un claro llenos de restos de árboles. Allí había un cerco con algunos animales pequeños dentro. ― Ahora intentaremos algo, también sencillo. ―sacó del cerco un conejo y una cabra.― Dominar las auras supone cierta manipulación. No es ético, no es aconsejable, pero es un método que pondrá a prueba todo de ti. Puso ambos animales frente a ella se sentó sobre la hierba. ― Quiero que me digas qué ves en ambos. Y que intentes combinar ambas auras.
  17. Runihura

    Libro de las Auras

    La Uzza se contuvo una pequeña risa al escuchar las palabras de la muchacha.― Astuta. ―le concedió. Aunque luego cambió un poco de parecer, tras escucharle terminar su respuesta.― Mi pregunta fue sobre tu conocimiento sobre las 'auras', no he preguntado por los poderes del libro. Ya llegaremos a esa parte. Runihura no se llevaba muy bien con las estructuras y le parecía que, de primera impresión, la dueña de la melena rubia tenía unos cuantos cubos sin soltar. Esperaba equivocarse, desde luego, no le apetecía tener que moverle los esquemas a alguien que hubiese llegado hasta ella nada más que por los conocimientos del Libro y, en realidad, necesitaba algo más. Decidió, entonces, prestarle atención al joven que -¿acaso era un elfo aquello que veía?- se dirigía a ella en esos momentos. Con palabras acertadas, quizás un poco incompletas, pero estaba encaminado. Le hizo gracia su siguiente pregunta. ― Si entiendes las auras 'individuales', entiendes las del Libro. Uhm... Veamos. ―hizo una mueca pensativa y atrajo una piedra grande hasta su posición, sobre la que se sentó.― El aura es la energía que nos rodea, nacemos con ella, la proyectamos al mundo de distintas formas. Muchos necesitan un 'motivo' para poder proyectarla, no la extienden más de tres o cuatro pies de distancia de su cuerpo. Y sí, probablemente sean motivos los que se necesiten. La guerrera se puso en pie de un salto y se colocó entre sus dos aprendices. ― Esa energía nace en cada punto importante de sus cuerpos, ―tocó la cabeza de ambos, el pecho, el estómago.― aprendes a controlarla, a darle forma -color, incluso, aunque éste depende más de tu estado físico y mental al momento de usarla-, y la expandes a tu gusto y paciencia. Así... ―se alejó unos cinco pasos e hizo apenas un movimiento, casi invisible, y la materia luminosa -quizás transparente, a ojos de ambos jóvenes- recorrió la distancia que la separaba de sus alumnos y los cubrió, dándoles una vaga sensación de calidez. A Runihura le gustaba mucho hacer esa demostración, podía admirar los colores de su propia aura, algo que disfrutaba. ― Mi motor era mi gente, mi pueblo. ¿Cuál es el motor que tienen ustedes para expandir su aura? ―cuestionó de forma curiosa― Vamos a practicar algo muy sencillo, de hecho, debería ser lo más fácil de aprender. Quiero que piensen en lo primero que sientan el deber de proteger, ¿vale? Traten de invocar el Aura del Escudo Fantasmal. No debería ser algo muy difícil, peeeeeeeeero... Dos dientes de sable aparecieron a pocos metros de Mía y Niko, estaban en posición de ataque, esperando solo una señal. ― Obviamente, debes proteger a tu compañero. Si usan cualquier otro tipo de hechizo u objeto protector, fallan. Si deciden protegerse a sí mismos, fallan, y la bestia los atacará de todas formas. Así que, vamos, tienen 20 segundos antes de que se conviertan en licuado por estos enormes dientes... ―casi que lo decía con cariño, pero no se atrevía a acariciar a los animales, con lo furiosos que se mostraban.
  18. Ah, de repente se sintió más pequeña de lo normal. Detestaba no poder ver y, si bien había aprendido a lo largo de todo su entrenamiento a adaptarse al medio y con lo que le tocaba vivir, seguía siendo incómodo perder cualquiera de sus sentidos, así fuese por un corto período de tiempo. Más aún, cuando el sentido que había perdido en ese momento, era el de la vista. Bueno el movimiento. ― Haré como que no vi nada. ―quiso bromear un poco, en respuesta a las palabras del chico, pero no le salió la sonrisa como hubiese querido. Así pues, la daga del sacrificio que poseía, se materializó en una de sus manos y, sin pensarlo demasiado, atacó.― Immolo Opuggnare ―recitó y realizó un profundo corte en la mano equivalente a la de Orión, con la que sostenía la varita. De forma inmediata, aplicó un Curación en la mano que había cortada, sanándola completamente. Le hizo gracia escuchar apenas un gruñido, o le parecía que era un gruñido. Arena del hechicero. Y el mismo efecto sería para el Yaxley, se quedaría sin vista. ― No creo que haya por aquí un par de lanzas, ¿o sí? Olvidé dónde dejé las mías.
  19. Llevaba mucho tiempo sin pasar por una prueba que no tuviera que ver con el Libro que ella enseñaba, y no es que le fastidiara, particularmente, probar a un alumno que, al fin y al cabo, tendría más adelante entre sus aprendices. ¿Su vestimenta? La de siempre. Difícilmente cambiaría el cuero en el pecho, el cuero a modo de falda y las tobilleras ―del mismo material― por ropa que, quizás, otros considerarían más cómoda. Incluso su cabello era el de siempre, trenzado. No creía que nadie, jamás, la hubiese visto de otro modo, exceptuando a su gente. Encontró al joven a un par de metros, se había pasado caminando todo el rato para explorar el terreno desconocido al que la habían enviado. Sí le molestó tener que salir del Monte Catalina, pero ya no podía negarse luego de haberle dicho que sí a Badru, no hubiese sido honorable de su parte. Se fijó en las casas Obsistens. Era bicolor, variaba entre el naranja, con pequeñas notas azules. El cerco de materia luminosa se formó delante de la Uzza, en el momento justo antes de que impactaran en ella las flechas de fuego con las que era atacada. De esta manera, las flechas desaparecieron gracias a su defensa. Ladeó la cabeza, como si encontrara muy curioso el tono del muchacho Yaxley, y le sonrió. ― Si eso fuera cierto, ―empezó respondiendo a su modo de 'saludo'― habrías evitado ser el primero en dar el paso. Pero me gusta tu actitud. ―estaba por hacer uso del tipo de magia en el que era experta, entonces se dio cuenta de que no sería justo para él.― Morphos. ―su varita apuntó directo al montículo de tela que había quedado tirado a los pies de Orión, convirtiéndola así en una colorida serpiente, pequeña y muy venenosa, que lo atacó de forma inmediata, por orden de Runihura.
  20. Runihura

    Libro de las Auras

    Vale, había ignorado el primer llamado. Y es que le apetecía tomarse un poco más de tiempo de descanso antes de enfrentar su próxima clase; su última pupila llevaba mucho tiempo de haberse marchado y estaba disfrutando un poco la soledad, la disfrutaba siempre que la tenía, de hecho. Pero un segundo llamado, de una persona totalmente diferente, hizo que se re planteara la actitud. Podía hacer caso omiso de uno, mas no así con dos o, quién sabe, si llegase a sumarse uno más. Así pues, abandonó la comodidad de la hierba acariciando su espalda, brazos y piernas, y se incorporó de un salto; provocó un sonido cantarino con el repentino movimiento, gracias al repiqueteo de las pulseras en sus muñecas. El ruido la llenó de dicha, mas se quedó congelada un par de segundos. ¡Había descubierto su propia ubicación! Ya, no podía tardarse mucho más, ¿cierto? Por lo que salió de detrás de una gran roca. Bueno... Grande para ella, considerando el menudo porte que ostentaba. ― Interés en el aprendizaje. ―dijo como para romper el silencio que, ella creía, se había formado y era bastante incómodo.― Muy bien... ―se acercó paso a paso, arrastrando los pies desnudos, hasta quedar a una escasa distancia de sus nuevos pupilos. Los observó a ambos con curiosidad extrema, ambos rubios, visiblemente más altos que ella. Los dos tenían un aire de... No sabría describirlo, pero de principio fue algo con lo que no se sintió del todo contenta.― Díganme, entonces, ¿qué tienen ustedes para ofrecerme, en caso de que acceda a enseñarles? ¡Rayos, el contrato! Bueno, al fin y al cabo que, de igual manera, tendrían que responderle. ― ¿Qué saben de las Auras? Es un buen punto donde empezar, muchos ni siquiera saben lo que son y quiénes la poseen. ―era obvio que todos y cada uno de los seres vivos poseían un aura, pero no todos ellos eran conscientes de tenerla.
  21. @ Badru, GAhíji y Asenath serán mis compañeros de equipo, en efecto, tú puedes utilizar a 3 personajes "inventados" que te ayudarán a enfrentarse contra nosotros. De preferencia utiliza otros que no sean los que dan las clases de libros, no queremos que se sientan "utilizados". Serían, en efecto, con los mismos poderes que tú tienes: rango MO y libro de las auras. Así es, cada uno de los personajes que muevas junto con el tuyo tendrán su respectivo turno y sus respectivas acciones. Bienvenida a la prueba. Justamente en las especificaciones de los poderes dice que "no pueden existir dos auras activas al mismo tiempo" y aclara que "si se invoca una segunda, se elimina la anterior" y, como lo puse en la descripción de la prueba, cada uno de los 8 personajes involucrados posee el libro de las auras, es decir, que cada uno puede utilizar una aura en el combate. Piensa muy bien en tu estrategia. No. Igualmente se especifica en el uso de los poderes del libro que no es por acciones, comienza a realizarse después del turno de invocación. Pongamos un ejemplo: Badru invoca el aura en el primer turno, utilizó dos acciones, a pesar de que Khufu puede intercalar las acciones (por reglas básicas de asaltos/duelos) todo el turno de Khufu se verá ya afectado por el aura invocada del mismo ya que estos poderes, del libro de las auras, afectan a partir de los siguientes turnos invocados. No es ninguna molestia, por eso era necesario activar la última prueba para que entendieras mejor el uso de los poderes. Seguiré pendiente de tus dudas.
  22. En el momento en que ambas cruzaron el haz de la noche la joven aprendiz se pudo dar cuenta de lo que estaba a punto de enfrentarse. Habían llegado a las arenas de un coliseo, enorme, iluminado completamente por un cielo lleno de fuego, nubes negras que brillaban de una extraña forma y soltando relámpagos de ve en cuando; el olor a azufre era inconfundible y todo el lugar estaba en ruinas aunque no había algún objeto como tal en todo el campo de batalla. Era momento de comenzar con la verdadera prueba. Tres guerreros Uzza se acercaron hasta la bruja, ellos serían los miembros de su equipo mientras que yo, por otro lado, caminaba hasta el otro extremo de aquel lugar para encontrarme con Badru, que ya conocía, Gahíji y Asenath, los dos próximos guías que se encontraría más adelante en su crecimiento, sería una excelente forma de ir midiendo sus fuerzas para futuros entrenamientos. Era momento de comenzar. - Floreus. - El primer conjuro que lancé en contra de Anne era un simple efecto que pondría en dificultades a la joven mientras no tuviera en claro lo que tenía que hacer. Justo en esos momentos comenzó a aparecer una neblina gris en el campo de batalla dándole un aspecto lúgubre a todo el lugar (aún más de lo que ya parecía), envolviendo a todos los presentes en el sitio aunque, bueno, más adelante solo afectaría al grupo de la aprendiz debido a que estaba invocando el aura de la confusión para que utilicen un sonorus en sus movimientos. - Limitate. En lo que terminaba de activarse el conjuro, lancé otro efecto en contra de mi aprendiz para que su varita funcionara únicamente con efectos durante una cantidad de tiempo razonable, el tiempo necesario para que mis compañeros guerreros y yo le dificultáramos su avance dentro de aquella prueba final. Off: @ El aprendiz del libro de las auras manejará simultáneamente 3 personajes secundarios como guerreros Uzza más su propio personaje. Se enfrentarán contra un equipo de Uzza que manejarán hechizos de la Orden del Fénix únicamente, por su parte el equipo del aprendiz utilizará hechizos de la Marca Tenebrosa correspondientes a su actual rango. Nos guiaremos por las reglas básicas de duelo y de asaltos a excepción de poder comenzar el duelo atacando. Los hechizos permitidos serán de neutrales y de bando más los correspondientes al Libro de las Auras. No se permiten los poderes de otros libros. Pasados tres días de la apertura de la prueba sin respuesta del aprendiz, se considerará abandono y suspenderá la clase. Pasadas 24 Hrs sin respuesta al duelo, los ataques del enemigo se considerarán impactados. Pasadas 48 Hrs sin respuesta al duelo, se considerará abandono y el alumno suspenderá la clase. Dudas en el tópico correspondiente.
  23. Runihura

    Libro de las Auras

    Entrecerré mis ojos al ver el esfuerzo que realizaba en esos momentos la aprendiz, se notaba con poca concentración al momento de invocar el aura de la muerte al tener solo un pequeño brillo a mi alrededor al considerarme como un enemigo para ella o, en este caso, al ser la única persona presente en el lugar. No podía hacerla esperar más tiempo en esos momentos, si en verdad quería verificar el avance en el aprendizaje necesitaba continuar con el entrenamiento ya en un campo de batalla real y no solo como práctica en alguna misión que tuviera que realizar. Recordé brevemente el juramento que hizo nuestro pueblo al llegar hasta este sitio y poder brindarle nuestra ayuda a los guerreros de aquella sociedad mágica, en cierto punto había pensado que sería interesante el conocer las costumbres que tenía otro pueblo respecto a la forma en que ellos se entrenaban para crecer y desarrollar más sus habilidades en el campo de batalla; igualmente recordaba la decepción con los primeros aprendices, la desesperación por encontrar encerrados en sus deseos el crecimiento personal por vanidad y no el orgullo de un guerrero. Sin duda sus costumbres y las nuestras jamás serían las mismas, lo único que me quedaba por hacer con todos ellos, con todos los aspirantes a nuestros poderes, era brindarles algo de nuestra sabiduría. - Haré un llamado a unos cuantos Uzza para que podamos llevar nuestro entrenamiento al siguiente nivel, - comencé a hablar mientras dejaba que el débil aura que había invocado la alumna siguiera rodeándome - necesito que corrijas los errores que tuviste en el desierto, cerca del oasis, y si no lo logras tendré que pedirte que continúes con tu entrenamiento durante más tiempo. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo? En realidad no esperaba que me respondiera la bruja, simplemente invoqué un haz de la noche en esos momentos para poder atravesarlo en cuanto ambas estuviéramos listas. Sí, ambas, porque no dejaba de ser su guía en aquellos momentos y lo sería hasta que ella se vinculara con los poderes del libro de las auras o renunciara a seguir con su entrenamiento. No me importaba realmente algún camino en especial.
  24. Runihura

    Libro de las Auras

    Mostré una sonrisa en mi rostro juguetona, propia de una niña de once años, mientras escuchaba la respuesta de la bruja notando demasiada tensión y angustia en su tono de voz, en verdad le preocupaba el hecho de contestar con la respuesta correcta más que con la seguridad de sacar la información de su mente, de su pecho, de sus mismos miedos inclusive. No, no estaba lista para enfrentarse en una batalla como cualquiera en la que hubiese estado pero es que realmente su raza era demasiado suave y tierna en ese aspecto. Acaricié con el dorso de mi mano el tronco del Árbol de Fuego mientras retomaba mi discurso, el entrenamiento debía de continuar con la nueva información que recibía. - Necesitas extender tu poder mágico fuera de tu propio cuerpo, sentirlo crecer desde el interior de tu ser hasta golpear el aire a tu alrededor mientras crece y explota su fuerza. - Coloqué la otra mano en mi pecho mientras cerraba los ojos. - Las auras son justamente eso, el resultado de nuestro crecimiento mágico sobre las cosas que nos rodean y por ello su limitante en cada enfrentamiento en el que nos encontramos: es agotador expandirnos de esa forma. Tomé suavemente la mano de la bruja y se la llevé a su pecho mientras cerrara mis ojos esperando que ella hiciera lo mismo con los suyos. - Debes de tener primero una tranquilidad espiritual si quieres controlar las auras, - mis palabras podrían sonar duras la mayoría del tiempo, inclusive sin muchos sentimientos, pero en esos momentos podría notarse solo un poco mi verdadera edad que hablaba a través de la experiencia - los poderes que te brindan resultarán tan naturales después de eso que te sorprenderás de no haberlas realizado anteriormente. Inténtalo, concentra tus energías e invoca el aura de la muerte...
  25. Runihura

    Libro de las Auras

    Miré a la bruja inglesa cuando estalló presa de la desesperación del lugar y observé con cierto recelo la manera en que intentaba invocar el aura sin realmente ponerse a pensar lo que conllevaba el uso de los poderes, como todas las personas mágicas de su pueblo, simplemente creían que por repetir palabras las cosas sucederían bajo su orden y comando. No podía exigirle más en esos momentos, no estaba lista. Sin decir palabra alguna convertí mi varita en una vara de cristal para golpear el suelo con ella mientras colocaba una rodilla sobre el mismo, al instante un golpe de fuego salió directamente contra cada una de las mantícoras que se encontraban cercanas a nuestra posición evitando con precisión que la aprendiz resultara herida. Sí, desde el principio pude solucionar el pequeño inconveniente, podía utilizar cualquiera de los poderes de los Uzza a mi favor sin darle una simple oportunidad a la bruja que me acompañaba de ponerla en verdad a prueba... una prueba que no estaba lista, ahora me daba cuenta de ello. Seguí sin hablar cuando me giré hacia ella y con un simple movimiento de mi cabeza la indiqué que me siguiera, regresaríamos hasta el oasis para entregar la noticia de que su problema había quedado resuelto. Durante todo el camino me mantuve en silencio, entregamos las buenas noticias y salimos de aquel lugar para crear nuevamente un fulgura nox, esperé a que lo atravesara primero mi acompañante hasta llegar a la Plaza del Árbol de Fuego. Me senté con cuidado sobre mis piernas recargada al árbol mientras le clavaba la mirada preguntándome si su aspecto físico era en realidad el suyo, claro, por su habilidad como metamorfomaga, porque entonces su musculatura sería un engaño ya que contaba con el hecho de que era más que una bruja, que tenía algún tipo de entrenamiento en batallas. Odiaba equivocarme de esa manera. - Esta no es una clase, es un entrenamiento. - Al fin hablé, cuando el tiempo había sido el suficiente para reflexionar sobre lo que había ocurrido. - Venir preparada es parte del aprendizaje, conocer al menos en teoría lo que hace cada uno de los poderes escondidos en el libro de las auras es solo el comienzo, ¿es verdad que quieres utilizar correctamente los conjuros? Entonces responde, ¿por qué crees que te llevé a entrenar a ese lugar?, ¿cuál es el secreto de las invocaciones de las auras?, ¿cómo es que funcionan en las situaciones de batalla? Piensa bien tus respuestas, quizás sea tu última oportunidad en esta ocasión para poder continuar con el entrenamiento adecuado.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.