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Matthew Black Triviani

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Mensajes publicados por Matthew Black Triviani

  1. Matthew Black Triviani

    La madrugada pincelaba el cielo de un tono violáceo melancólico. Black permanecía petrificado con la vista perdida entre la curvatura de las nubes tempestuosas con la espalda recostada en la pared de una alta torre, su castillo se encontraba sumido en un silencio filoso desde que sus miembros habían decidido desaparecer sin dejar rastro uno por uno, así que, allí solo, su respiración era lo único que podía oírse en toda la explanada seca. 

    Arrugó la nariz cuando no fue capaz de divisar una pequeña porción de cielo en donde no se vislumbrara tormenta —al igual que en su interior— los relámpagos servían de advertencia para que corriese a resguardo y sin embargo prefería hincar los codos y talones en las muecas del tejado para no deslizarse y caer como un tonto, la altura era demasiado peligrosa y amén de ser conocedor de primeros auxilios, podría romperse un hueso seguro. En el interior, la única luz encendida pertenecía a su habitación donde todo estaba perfectamente organizado y un dulce felino de cuatro cientos años descansaba entre mantas y mullidos almohadones, velando su sueño un inmenso huargo de pelaje negro  y ojos amarillos. Rumania siempre sería uno de los más aguerridos recuerdos que el mismo se hubo impuesto quizás de manera inconsciente.

    Inhalaba el vicioso aroma a tierra mojada que anunciaba la proximidad de la lluvia, aquel era para el gitano uno de los pequeños placeres de la vida. El verano se acercaba silencioso escondido detrás de una dorada primavera que arañaba los árboles florales arrancando una que otra hoja mientras teñía sus copas de tonalidades bronce, caoba y muerte. Palpó su pecho a la altura del corazón sintiéndose vacío más no se trataba sino de la singular falta del bolígrafo, no existía prenda u ocasión en que no la llevase consigo como aferre al olvido o la negación al mismo.

    Muchas cosas se hacen problemáticas por una sola razón: el descontento con uno mismo.

    Su grave voz parafraseó aquella frase seguido de un golpe debajo, quizás, proveniente del salón. 

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  2. ¡Hola! tenia mucho tiempo que no me pasaba por el club a molestar y espiar por las rejillas de las puertas que estaban haciendo :ninja: ¿andan activos por acá? no vaya ser que después nos quieran cerrar el club por falta de actividad o alguna de esas cosas extrañas que sacan a ultimo momento 😧

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  3. Matthew Black Triviani

    Habían pasado unos cuantos minutos para Matthew en su mente, las cosas podrían decirse que pasaron rápido, un momento a otro su mente se sentía confundida, quizás por tanta magia utilizada en vano en un lugar donde el juicio parecía tardarse más de lo que habían mencionado, analizó todo a su alrededor y decidió que era hora de partir de aquel salón, volver a sus aposentos y continuar embriagándose como lo estaba haciendo hasta ese momento.

    Los dementores que estaban sujetos por alguna especie de conjuro sobre el techo estaban algo inquietos, Black nada podía hacer contra ellos, solo intentar espantarlos o crear invocaciones para defender a los presentes mientras él se retiraba. Sabia que ellos no atacarían si estaban desmayados (?) por lo que tomo de entre sus pertenencias un pequeño frasco transparente, con Pétalos de Pensamientos. Tomo unos cuantos y los coloco en un pocillo de metal sobre una de las velas que estaba posada en la mesa junto a Boss. 

    Fumos Duo

    Menciono y creó varias pantallas de humo negro para proteger la ubicación de los demás, una táctica de la Defensa Contra de las Artes Oscuras. 

    Haz de la Noche— un portal se creo desde la nada misma, y Black lo atravesó para desaparecer de Castelobruxo. 

     

    Quito post del conocimiento Defensa contra las Artes Oscuras.

  4. Matthew Black Triviani

    Hizo caso omiso a lo que había sucedido momentos atrás, no le apetecía entrar en un circulo del cual luego iba a ser complicado salir, sabia que el castaño tenia novio, y seguramente de estar rondando por los pasillos lo vería, lo ultimo que necesitaba era asesinar a alguien frente a un jurado mágico, era un pase directo a Azkaban... O a juzgar por su largo historial, la muerte.

    El collar, si, posiblemente tenga todo que ver con esto... ¿Por qué motivo masacraría un pueblo muggle? —jugo con sus dedos un momento mientras pensaba y giraba sobre sus pies—. ¡Exacto! por diversión. —señalo con su dedo como si lo estuviera acusando. 

    Espera... No haz dicho nada, me disculpo —intento sonreír—. Las voces de mi cabeza.

    Protego Diabolica

    Pronuncio mientras giraba en un circulo, alrededor del salón un gran aro de fuego azul se había creado, un escudo que cumpliría la función de Defensa contra las Artes Oscuras, todo aquel que no sea invitado y tenga intenciones malignas, se quemaría en el. 

    ¿Qué hay de él?—clavo su mirada en Boss Herr. 

     

    Cuarto post del conocimiento Defensa contra las Artes Oscuras.

  5. Matthew Black Triviani

    La verdad es que no veía demasiado conveniente certificarse en el arte de las Defensas contra las Artes Oscuras, sinceramente lo veía sin sentido, por qué alguien debería saber defenderse de ellas y no aprender a utilizarlas, con todo el potencial que ellas tenían. El vacío de los ojos de Herr, era muy similar al que la expresión de Black tenia la mayor parte del tiempo, Boss se vio reflejado en los profundos ojos negros del gitano y justo cuando parecía que podían entenderse, Ryddleturn rompe esa pequeña conexión entre sus mentes. 

    Le lanzó una mueca de desprecio al ver que levantaba su varita —Déjalo que se cure, dudo que pueda realizar más que simples conjuros sin su extensión. 

    Para estar seguro de que no haría nada est****o, decidió invocar nuevamente una de sus Auras, para tener Defesas contra las Artes Oscuras, o encantamientos que Herr intentara realizar, después de todo, Cillian lo necesitaba vivo, pero, claro, Matthew se iba a divertir un poco antes de eso... Aura del Escudo Fantasmal, murmuró, y de su varita surgieron fantasmas que rodearon al posible mago tenebroso. Aquellos impedirían que jugara sucio, al menos por un tiempo. (tres posteos luego de éste). 

    Mordió su labio inferior por el sabor que le daba la agonía de otros y asintió al pedido del Haughton.

    Collar de Ópalo, ¿tienes conocimiento sobre aquel esquisto artefacto? —no había terminado de formular su pregunta, que los labios del mago se plantaron en los de él. 

    <<Las pálidas manos del castaño se aferraron a sus finas facciones tatuadas, eran cálidas, como las de un humano... Sus labios finos se posaron con delicadeza sobre los de él, y por un momento, había bajado la guardia.>>

    Levantó la surda suavemente pasando su palma por su brazo, hasta llegar a su muñeca, dejando una pequeña marca de sangre con forma de lobo. Aquella Marca era imborrable, pero si desaparecía cuando Matthew cumpla su cometido con ella. 

    ¿Qué haces?—carraspeo, intentando aclarar su garganta, después del numerito que se había montado frente a todos. 

    No podía decir que no lo había disfrutado, pero no era el lugar... O si. (?) 🌚

     

     

    Tercer post del conocimiento Defensa contra las Artes Oscuras. 

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  6. Matthew Black Triviani

    Se limito a observarlo.

    ¿Quién a pedido una confesión? esta demasiado lejos de mis intereses el que te declaren culpable o inocente, si fuera tu verdugo, ya te hubiera ejecutado de la forma más sádica y dolorosa que posible —hizo una breve pausa y se acerco hacia la mesa de böser Herr—. No se confunda conmigo, no somos iguales, para mi usted es un simple mago más, rebelde y sin disciplina que solo masacro un pueblo con poderosas criaturas que tenían más potencial que unos sucios muggles. 

    No lo iba a negar, se había sorprendido de la sagacidad de Herr, pero no confiaba en lo absoluto en él, no lo conocía, y así mismo se proclamaba un mago tenebroso, ¿acaso formaba parte de las filas? intento en un descuido observar su ante brazo, y el tatuaje no estaba... ¿Podía ser capaz de ocultarlo con magia negra? podía averiguarlo con algún encantamiento, pero, eso solo dejaría en evidencia lo que estuvo tratando de evitar. 

    El chasquido que nació detrás de si lo hizo voltear la cabeza para ver a sus espaldas, revelando que un paquete pequeño esperaba detrás de él. Frunció el ceño y torció sus labios, no había momento más inoportuno que aquel. Extrajo su varita y la atrajo sin tocarla, también en medio de la levitación sus lazos fueron deshilándose y cayendo hacia el suelo al tiempo en que ascendía continuamente hacia sus manos. 

    Al abrir la caja, una bandada de Duendecillos de Cornualles salieron de ella, Black soltó la caja dando manotazos al aire.

    Si antes te odiaba sin conocerte, ahora te odio con motivos... —expresó a Herr, pensando que había sido el culpable de aquella broma.

    ¡Immobulus!.

    Apuntando hacia las diabólicas criaturitas, dejándolas inmóviles flotando en el aire. Ese conjuro era una buena Defensa contra las Artes Oscuras.

    Ahora, dime... ¿Dónde esta el collar? podemos negociar tu escape. —no le interesaba el poder utilizarlo, si no, el dinero que ganaría con el. 

     

    Segundo post del conocimiento Defensa contra las Artes Oscuras. 

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  7. Matthew Black Triviani

    Aquella sensación había vuelto, algo malo estaba a punto de suceder. 

    Giró su cabeza al verse interrumpido por Cillian, Puedo asegurar que mis propósitos son meramente educacionales. —intento no reírse ante la mentira que había dicho, estaba en busca de ese maldito collar, lo necesitaba, su valor era demasiado alto como para que se desperdicie dentro de uno de los museos mágicos, o vuelva a manos de su madre en Borgin & Burke. 

    En la surda, su anillo encantado que contenía todos los amuletos de los Guerreos Uzza que había recibido por la aprobación de sus míticas clases, recordó uno de los conjuros que protegían a los magos sobre cualquier ataque a sus sentidos y en caso del acusado, los restauraría, por estar bajo la maldición Imperio. Solo la agitó mientras recito el encantamiento, que serviría como una de las Defensas contra las Artes OscurasCantar de Eleboro.

    Ahora, durante cuatro tiempos, estarían protegidos, tanto el acusado, como el propio gitano.

     

    Primer post del conocimiento Defensa contra las Artes Oscuras.

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  8. Matthew Black Triviani

    Luego de haber tomado la varita del mago, que aun no podía saber su proveniencia, su situación se tornaba un poco más interesante.

    ¿Por que se había tomado el tiempo de masacrar a todo un pueblo de Alemania? 

    Según los recuerdos del mago sin identificar, había un collar maldito, ¿Se trataría del mismo collar que se comerciaba en el Concilio de Mercaderes? aún recordaba sus tiempos como miembro de la exclusiva Logia Eligentium, uno de los más cotizados por sus compañeros en las filas tenebrosas, de ser ése mismo, era muy peligroso que se encontrase en manos de los muggles en un pueblo rural, el Collar de Ópalo, poseía una de las maldiciones más poderosas de todo el mundo mágico, según recordaba, se había cobrado la vida de diecisiete magos, incrédulos, que lo tocaron con las manos sin protección. 

    Una época oscura de la historia en esa tierra, avanzó con una mano en su mentón, aún fanatizado con aquella historia, con aquel motivo, tanto que había olvidado su verdadero objetivo. 

    Pudo notar que había utilizado una Poción de cuerpo rudimentario, era una muy rara, y pocas personas se habían atrevido a utilizara, Black, gracias a su Conocimiento de Maldiciones, la conocía, y sí, todo lo considerado como una "maldición" era aquello relacionado a las Artes Oscuras, practica en la que se consideraba diestro. 

     

    Quinto posteo del conocimiento Conocimiento de Maldiciones. 

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  9. Hola de nuevo, Arcana. Estamos listos para enfrentar la prueba del portal —alzó la barbilla, expectante, mientras esperaba.

    Se mantuvo tranquilo mientras escuchaba a la anciana, sin mover la expresión en ningún momento. No se arrepentía de haber atravesado todo lo que paso hasta el momento, ni de haber sido insensible con lo que vio. Fue por ello que agradeció cuando Sauda dejó el tema de una vez por todas, esbozando una ligera sonrisa al ver el anillo que usarían en la prueba final. 

    Estoy listo.

    Había un aro junto al anillo de compromiso que poseía un único color y una piedra preciosa que reflejaba la luz como un tornasol, fue ahí donde agregó el anillo de Oclumancia; años atrás, cuando habían empezado a cursar los libros de hechizos, había unificado todos sus anillos en uno solo mediante un encantamiento complicado y justo encima, más delicado, estaba el anillo de Hablantes de Parsel. Con las dos habilidades juntas, sería más fácil asumir lo cerca que estaba de terminar con la clase. Compartió la última mirada con Hess, así como una sonrisa y avanzó hacia el portal, perdiéndose en un pequeño remolino de colores.

    Abrir los ojos fue una mala idea, tomando en cuenta la cantidad de luz blanca que había y cómo esta atravesaba su delicada retina como si quisiera hacer lo miso con su cabeza. Tuvo que pestañear varias veces hasta que por fin logró mantener los ojos entreabiertos, centrados en un punto más blanco. Al girar la cabeza, todo lo que podía ver era blanco de aquí a allá, sin nada más relevante que lo vacío del ambiente. ¿Estaba de pie? Al mover la mano, comprobó que en realidad estaba tendido en el suelo y se puso en pie con mucha dificultad, como si estuviera metido en un bote de crema.

    Un músculo era más pesado que otro, así que cuando intentó caminar, no avanzó mucho más que un paso a medio camino. La prueba no podía ser esa, a menos que Sauda encontrara divertida su limitación. No obstante, pronto volvió caer de espaldas al suelo y el golpe en la cabeza la dejó desorientado. Lo habían movido como a un muñeco y habían logrado que quedara pegada a la superficie blanca. Apretó los dientes en cuanto pudo enlazar dos ideas similares para formar un pensamiento decente y trató de ponerse en pie...

    ¿De verdad estaba tratando?

    Recordaba la movilidad de su cuerpo complicada al despertar, pero no imposible como en ese momento. Lo único que parecía responderle eran los ojos, que se movieron lentamente hasta enfocar su mano derecha, donde empezó a poner toda su fuerza de voluntad en mover el índice. Nada. Una y otra vez, por los minutos más desesperantes que había pasado en mucho tiempo, trató de mover el dedo y no pudo hacerlo, preso de lazos invisibles que lo mantenían sujeto a la nada. Pestañeó ante esa idea y fue entonces cuando recordó qué era lo que estaba haciendo ahí.

    Con la misma aparente parsimonia, llevó los ojos a la mano contraria y comprobó que el anillo seguía ahí, justo abajo del anillo de la habilidad que ya poseía. Como un recuerdo presente en lo más profundo de su dolorosa inmovilidad, las palabras de Sauda llegaron a su cabeza como un remolino de esperanza "Protege tu mente". Cerró los párpados y empezó a hacer una especie de auto-reconocimiento corporal, donde estudió su anatomía de principio a fin hasta detectar cuál era el problema. Black creía estarse moviendo pero la verdad era que no, no había intentado moverse. Porque alguien o algo en sí, le hacía creer que se movía cuando en realidad la orden era que se mantuviera quieta en el suelo.

    Oclumens. —Primero lo murmuró, muy lo bajo y después, recordando que no era necesario, simplemente alzó el muro que había aprendido en clase. Fue mucho más sencillo que antes por la ayuda del anillo y por sencillo, fue que no funcionó del todo bien. El índice se movió al fin y luego se pegó otra vez al suelo, puesto que había sido muy débil para la fuerza mental que ejercía sobre el gitano

    En cuanto lo hizo, la tarea empezó a tornarse más complicada. Ya no era sólo su cuerpo el que se veía afectado, sino su mente en sí. De pronto imágenes que lo distraerían empezaron a aparecer ante sus ojos. Su primer encuentro con Keaton, la última batalla que había tenido, recuerdos. Alzó el muro otra vez dentro de su cabeza y se empeñó en mantenerlo, olvidando momentáneamente cuál era su tarea principal: levantarse.

    A diferencia de otras veces en que había atravesado un portal, no hubo torbellinos de colores ni la molesta sensación de mareo. Solo hubo silencio, oscuridad y un par de ojos abiertos que no enfocaban nada en absoluto. Después de unos minutos de incertidumbre, se atrevió a mover las piernas para andar, comprobando que estaba de pie. Con un movimiento de varita, encendió la punta de ésta y trató de iluminar su camino, logrando ver únicamente los zapatos moviéndose en un piso uniforme sin un destino fijo.

    Con la mente libre de la molestia e sus recuerdos siendo invadidos, era mucho más fácil concentrarse en lo que quería lograr. Tenía que ponerse en pie y para ello debía impulsarse hacia arriba, usando brazos y piernas con un par de movimientos certeros. Nunca había pensado tanto en levantarse. La jaqueca se había reducido considerablemente en los últimos minutos pero había una pequeña punzada a la altura de su sien que estaba matándolo, a la par en que intentaba mover una vez más el índice. Curiosamente, lo logró a la primera sin mucho esfuerzo. Probó tres veces más y las tres veces apuntó hacia arriba, sin ningún tipo de inconveniente. Su cerebro empezó a trabajar.

    Había roto el poder que tenía el entorno sobre su dedo antes de que este respondiera con la intromisión en su memoria y había roto el lazo, de modo que ahora podía mover el dedo con normalidad. Cerró los ojos, tratando de mantenerse lo más sereno posible en aquél lugar infernal y empezó a concentrarse. Esta vez quería mover el brazo entero y eso le costaría mucho más que antes, a lo que recibiría posiblemente una respuesta por parte de la sala extraña donde estaba atrapada. Cada inhalación iba acompañada de un Oclumens y con ella la punzada se hacía más fuerte, pero lo ignoró hasta el final.

    Lentamente, fue alzando el brazo del frío suelo hasta que el hombro por fin giró, dejándola libre. La punzada se hizo insoportable y fue ahí cuando pensó en el nuevo Oclumens, esta vez centrada en el anterior muro que había construido para impedir que se metiera en su cabeza. Funcionó. La punzada se detuvo y con ella, una sonrisa apareció de pronto en el rostro del gitano, el cual aprovechó de limpiar con la manga de su camisa.

    Si se ponía a pensar... ¿Cuántos muros había alzado en pocos minutos?

    Aumentó la apuesta sin detenerse a pensar en si podía o no, olvidándose del dolor de cabeza y simplemente pensando en la meta, que era ponerse de pie, queriendo mover no sólo los brazos sino el torso entero. Apoyó la palma bajo su control en el suelo y empezó a empujarse hacia arriba, poniendo todo su empeño en la orden que tenía que seguir su cuerpo. Supo que había ganado en cuanto la nuca empezó a despegarse del suelo y ahí apretó un poco más, ésta vez sintiendo más dolor en lo que era la zona frontal de la cabeza. Uno solo, para ambas exigencias del entorno y logró estabilizarse, sentándose.

    Arriba, Black, no te detengas ni por un segundo.

    Agarró todo el aire que había, abriendo los ojos ésta vez para tener la meta fija en sus piernas, que era lo único que le faltaba y se preparó.

    Ahora —gruñó, dispuesto a no caer en la prueba. En ese momento, juraría que el anillo de oclumante brilló ligeramente.

    Esta vez no necesitó recitar el hechizo de Oclumancia como había estado haciendo, sino que centró todo su poder mental en las piernas rígidas y el objetivo: separarse del suelo. Soltó el aire de un sólo golpe y rodó sobre sí misma en una especie de vuelta involuntaria, la cual terminó en el arrodillado y agotado con la cara apuntando hacia el suelo. Pero se había movido. Sonrió como señal de victoria final y logró ponerse en pie, sin dolor de cabeza ni necesidad de enfocar su mente en cada movimiento corporal. No obstante, lo que fuera que lo había pegado al suelo en primer lugar dio un golpe en su pecho -o así lo sintió-, tratando de lanzarlo hacia atrás.

    No había acabado.

    Confió en la fortaleza corporal que había adquirido con los años, por el entrenamiento constante que mantenía en el bando y estiró las piernas, usando los brazos para impulsarse hacia arriba. Una vez estabilizado, inclinó el cuerpo hacia delante y empezó a correr en contra de la fuerza que quería frenarla, usando la misma táctica de antes. Ya no necesitaba repetir una y otra vez el hechizo, sólo necesitaba saber lo que quería lograr mientras algo casi tan natural como su respiración protegía su mente. Eso era todo. Paso tras otro, se empujó cada vez con menos dificultad hacia adelante.

    Ya no estaba luchando, sino que parecía estar venciendo a lo que sea que la mantenía allí. Apretó el paso, dando pisadas firmes y cuando menos lo esperaba, algo se la tragó. En este caso, el anillo se había accionado para bien y la estaba sacando de la tortura en plena carrera. Y tanta había sido su determinación que nunca había dejado de correr, ni siquiera mientras atravesaba el portal, por lo que a diferencia de otros el no llegó en pie como se suponía que debía haber hecho sino que rodó sobre sí mismo tres veces en el duro suelo del templo. Maldijo por lo bajo, lleno de tierra y se puso en pie, con las piernas raspadas ligeramente.

    He estado tanto tiempo en el suelo que estoy seguro de que soy un azulejo más —gruñó de mala gana, ladeando el cuello hasta conseguir que crujiera. Cruzó una mirada con la anciana, más plácido y luego se fijó en su compañero—. ¿Estaría bien?

    Olvidando sus propias heridas superficiales y el dolor de las articulaciones, se acercó un poco hacia él y la revisó visualmente, viendo que estaba "bien". Miró el anillo y luego regreso la atención a la Arcana.

    Hemos pasado la prueba... ¿no? —tocó el anillo con la mano contraria, esperando haberlo conseguido de una vez.

    @ Aailyah Sauda

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  10. Matthew Black Triviani

    Una ligera sonrisa se dibujo en su rostro ante lo que estaba escuchando, la sensación del peligro que se acercaba; su cuerpo comenzaba a prepararse, algo extraño recorrió sus vertebras, sus extremidades, llenándolo. Se irguió en su asiento y movió el cuello en varias direcciones, produciendo un sonido seco al tronar sus articulaciones proporcionándole un sentimiento de libración que no podía describir. 

    Observó con el rabillo del ojo que uno de sus profesores, Cillian, lo estaba observando, y tomo la sabia decisión de no irrumpir sus pensamientos ni su manera de aplicar aquellos conocimientos. No iba a intentar ser amable, no le apetecía, pero sabia que pronto seria necesario, al menos hacerle algunas preguntas... Busco con la mirada a quien debería estar enseñándole Maldiciones, pero al parecer se había perdido por los pasillos de Castelobruxo.

    Utilizo la Legilimancia y se inmiscuyo en la mente del acusado, desde la comodidad de su silla. 

    Se sorprendió al escuchar lo que estaba pensando, aún se encontraba bajo la maldición Imperios que anteriormente lo había lanzado, con ello fue mucho mas fácil acceder a su mente y poder entender lo que había sucedido con aquel pueblo de Alemania. 

    <<¿Todas esas criaturas liberadas generando caos por un collar maldito? ¡POR UN MALDITO COLLAR!?>>

    Golpeo sus puños contra la mesa, respiró e intento calmar su furia. Todo un potencial desperdiciado por nada, pudo haber logrado muchas cosas con todo ese armamento de bestias... La varita del mago, era una clave fundamental de la investigación, por lo qué se paró de su cómodo respaldar y fue hacia donde se encontraba, allí, saco a Frida -su varita- y con un encantamiento la analizó. 

    Ya veo... Sectusempra

    Aplicó su erudición en los Conocimiento de Maldiciones. Pudo identificarlo gracias a que Black era un fiel empleador de ella.

    Y la lista no terminaba ahí, simplemente continuaba. 

     

    Cuarto post del conocimiento Conocimiento de Maldiciones.

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  11. Hola, una duda. ¿Es válido hacer cinco roles con ambos conocimientos aplicados en el rol? O es imprescindible que sean si o si, cinco roles para cada uno, por separado? Es una regla que no se termina de comprender.

    Gracias.

     

    Vi la respuesta de Kahlan anterior, y efectivamente, se deben hacer 10 posteos en total para poder aprobar ambos conocimientos, así qué, pido que mi profesor pase a hacer puentes para poder terminar a tiempo la clase. 0/

    • Me enluna 1
  12. Matthew Black Triviani

    Se echó la capa de lana negra sobre los hombros, encima de un sencillo traje de color y unos pantalones de vestir grises, finalmente se calzó su sombrero. La clase parecía ser un poco aburrida, y lo que él debía hacer no podía hacerlo con tantas personas a su alrededor, si bien podría utilizar algunas maldiciones para penetrar la mente del acusado y entender bien que es lo que había pasado, pero eso también dejaría en evidencia que clase de mago era, y posiblemente no terminaría para nada bien. 

    Un atisbo de sonrisa apareció en el delgado rostro del mago, mientras el elfo personal del gitano. Termidor, tenia como afición enfrentarse a los magos que amenazaban a sus señores, se consideraba el adalid de la caballerosidad y acababa por verse en aprietos más veces que las que él mismo reconocía. Claro que Matthew no estaba en peligro, pero no le quitaría aun esa idea de la cabeza... Prefería mantener al elfo con navaja a su lado, alguna vez podría serle útil, pese a su evidente rechazo por su raza. 

    Imperio—pronuncio en voz baja a unos metros del acusado, su Conocimiento en Maldiciones y también el ser un mago tenebroso le permitían hacer uso de aquel encantamiento que lo ayudaría a manipularlo a su voluntad. 

    Podía haber usado su habilidad en la Legilimancia, pero prefería hacer las cosas a la antigua. 

    Las brujas quemadas en Salem estaban desapareciendo nuevamente por las sombras del salón. Aquella barrera mágica que había implementado para protegerlos de cualquier ataque estaba desapareciendo, pero, Black, siendo diestro en el manejo de las Artes Oscuras, pensó rápidamente en un plan y se apresuro a cumplir con su misión, protegerlos, forzadamente, ya que prefería verlos a todos corriendo por el lugar y rayos viajando en todas direcciones. 

    Salvio Hexia

    Levanto la surda, mientras que con la mano que ocupaba su varita, hacia un sutil movimiento hacia abajo, como si cortase el aire. Aquel encantamiento era muy eficaz como Defensa contra las Artes Oscuras.

    Luego de eso, retomo su camino hacia el acusado, para preguntarle que lo llevo hasta donde estaba ahora, mientras se encontraba con aquel maleficio. 

     

    Tercer post del conocimiento Conocimiento de Maldiciones.

  13. Nombre del equipo: Trolebuss.

    Capitana: Luciana Aymar

    Jugadores:

    • Guardián: Sevelinda Parada (Estados Unidos) - -> 8 
    • Golpeador: Carminha Branco (Brasil) - -> 10
    • Golpeador: Joanne Fontaine (Estados Unidos) - -> 12
    • Cazador: Dimitry Belikov (Rumania) - -> 10
    • Cazador: Aedis "Mosquito" Greengrass (Inglaterra) - -> 12
    • Buscador: Belmont Dubois (Francia) - -> 11

    Presupuesto: 8+10+12+10+12+11 = 63. 

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  14. @ Martin N Roses , entiendo, me habían dicho que viniera y dijera que iba a participar con ese personaje, la verdad no tengo idea de como se maneja, solo hice lo que me dijeron que haga para participar. (?) Tenia entendido (por terceros) que podía seguir inscribiéndome, que habías dicho que no existía problema con ello; parece ser que se mal interpretó todo y el mensaje llego como teléfono descompuesto hacia mí. 

    So... Si mi personaje es de Bulgaria, lo mismo que el de Inglaterra ¿lo puedo manejar yo? o lo hará otra persona? caso que no me gustaría. No entendí muy bien lo de ser colaborador ¿Cuál seria la función de ello? lo que quiero es participar en realidad. 

    Gracias por responder a la brevedad. :ninja:

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  15. Fue horrible nada más —tomó aire y asintió—. Sigamos, ¿qué más podría pasar?

    Quizás, había sido demasiado pronto para juzgar la inventiva de la anciana. 

    Observó al muchacho de reojo y no pudo evitar soltar una mueca de sonrisa al escuchar sus palabras —Claro que soy el real, si quieres puedes tocarme, para que veas que no estoy mintiendo. —siempre, sus palabras tenían un doble sentido— Vamos.

    Sentía que debía protegerlo, una sensación innata que pocas veces tenia, pese a que él, era evidentemente capaz de cuidarse. 

    Pronto un aroma extraño llegó a su nariz y frunció el ceño en respuesta, como si no le gustara. Y es que no lo hacia. Era extremadamente dulzón, lo bastante como para que su cabeza empezara a doler como reflejo inmediato a su olor. Alzo la mano libre, puesto que tenia la otra moviendo las hojas de los vastos arbustos, para tapar sus fosas nasales y no tener que respirar más de aquella cosa. Pero a medida que los segundos pasaban, ya el problema no era el olor y sino la confusión que lo tenia embobado. Se sentía como tener un hechizo encima, uno desorientador, quizás solo era parte de una jugada de la Arcana, sentía que estaban próximos a algo. 

    Hess tenia razón, el lugar estaba repleto de criaturas, tanto inofensivas como extremadamente peligrosas, Matthew aún no tenia la capacidad de comprenderlas, su conexión a ella se basaba mucho en los artefactos Uzza que fue recolectando de sus viajes a las diferentes Islas de los guerreros, pero, Sauda los había despojado de todo articulo mágico, valiéndose por si mismos y sus conocimientos adquiridos hasta el momento. 

    ¿Qué debía hacer?

    La muralla de cristal que habían encontrado parecía solo permitir el paso a aquellos seres que formaran parte del paraje, el gitano pensó por unos cuantos segundos que podía hacer, utilizar su Metamorfomagia no iba a ser necesario, ya que parecía ser que eso leía las mentes, se alimentaba de los recuerdos y pensamientos. ¿Seria como Caronte? —¿Debemos pagar con un recuerdo para pasar?—preguntó a Hess.

    En un intento ahogado, tomo su brazo esperando que éste no se lo cortara por hacerlo, cerro sus ojos y concentró toda su energía en un intento de utilizar la Proyección Mágica e intentar pasar hacia el otro lado, pero, para su infortunio, la muralla los rechazó... Debian mermarse con la naturaleza, ser capaces de engañar a aquel organismo y que los dejara pasar. 

    Decidió huronear la mente de su compañero, difícil, por las barreras que había implementado en su mente, pero, por ese momento parecía haberse entregado totalmente a sus recuerdos, Matthew los veía borrosos, pero le dieron una idea... Mientras él pudo lograrlo e invitaba a que pasase por el mismo lugar, se decidió a imaginar los campos de cerezos del Castillo Ravenclaw, donde solía pasar el tiempo con su amado Alexander... Se entregó completamente a ello, y dio unos cuantos pasos, hasta estar del otro lado.

    Lo hemos logrado, estamos a unos metros de la Pirámide... Nuevamente. —ladeo su cabeza y juntos caminaron hacia la entrada, donde Sauda los estaría esperando. 

     

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  16. Matthew Black Triviani

    Ryddleturn... —hizo una breve pausa en sus palabras, lo recordaba, aunque ahora no tenia muy en claro que estaba haciendo para ganarse la vida—. Entiendo, las brujas vigilaran que ningún mago quiera blandir su varita aquí dentro, si eso sucede, ellas se encargaran rápidamente de ofuscar sus ataques. —medio sonrió y continuo jugando por al rededor del estrado, con dirección nuevamente hacia la mesa del acusado y su abogado Macnair. 

      Sus sentidos se alertaron casi de inmediato, su aguda audición había captado un zumbido proveniente de la ante sala, aún con su varita en mano se dirigió hacia el umbral que conectaba ambos espacios y pudo ver una bandada de Imps intentando ingresar al lugar, ¿Qué hacían esas criaturas oscuras en aquel lugar? si bien eran muy poco amenazables, casi inofensivas, eran muy fáciles de manipular por otros magos, Black dibujo una floritura en forma de uve —Flipendo—su varita se iluminó y la pequeña manada de imps habían sido aturdida con aquel conocimiento de Defensa Contra las Artes Oscuras.

    Asquerosas criaturas—murmuró mientras pateo una con su pie. 

      Parecían estar siendo manipuladas, por lo que se decidió gracias a sus Conocimientos en Maldiciones, pudo determinar que se encontraban bajo la maldición Imperio. Solo un mago oscuro podría ser capaz de utilizar aquella técnica, sus finos labios dibujaron una sonrisa al ver la perspicacia del invocador, se devolvió a la sala donde se encontraban todos y solo camino hacia la mesa vacía a un costado del acusado, se sentó y aguardó. 

     

     

    Segundo post del conocimiento Conocimiento de Maldiciones

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