Jump to content

^Animaga Black^

Magos Expertos
  • Mensajes

    4.555
  • Ingresó

  • Última visita

Mensajes publicados por ^Animaga Black^

  1. - ¡¡¡Dany!!! – gritó Amber dejando de lado el sándwich de lomito que aún le estaba sirviendo de COMIDA, tenía el estómago lleno – Sigues vivo niño...

     

    La mujer se abalanzó sobre su sobrino para apretujarlo en los brazos. Estaba muy feliz de saber que aún la muerte no lo alcanzaba, pero de nuevo ese sabor amargo de sentir que en poco tiempo sí se deberían enfrentar.

     

    - ¿Lo conoces?- dijo señalando a Lysander – Es un Lestrange, reconocido Jefe de Árbitros… no en la actualidad claro… ja… - casi se le escapa una lágrima al pensar en lo mucho que extrañaba subirse a una escoba.

     

    Volvió a su tronco para tomar un poco más de AGUA y le hizo un gesto al vampiro para que se sentara junto a ella.

     

    - Estaba por proponerle a Lys de formar una alianza… aunque supongo que en poco tiempo deberemos morir… se le tornó rígido el semblante. - ¿Tu qué opinas?

  2. Cada día que avanzaba su mochila estaba menos pesada. Las raciones de comida se acababan con rapidez y sólo esperaba que la victoria le llegara rápido… o la muerte. Dentro de su mochila tenía doblada otra mochila un poco más pequeña que ganó en una de las pruebas. También poseía una bolsa de dormir y las cajas con compartimientos en dónde descansaba su comida. En los bolsillos laterales del bolso se encontraban las botellas de agua y en el bolsillo central un pequeño frasco con esencia de díctamo y el cuchillo que la ayudó a evadir los dementores.

     

    - ¡Ey! ¡Tú! ¡Pequeño.. no tan pequeño Lestrange!

     

    Amber se había encontrado con su Jefe de Árbitros. Aquel rubio que la acompañó en sus años mozos de Directora. Le hizo un gesto con la mano para saludarlo, le agradaba encontrarse con alguien conocido entre tanta soledad.

     

    - Espero que no estés lo suficientemente hambriento como para comerte mi escasa comida…- bromeó al tiempo que sacaba una hamburguesa completa, típica de la costanera - Es de ‘los carritos’ – explicó al notar que Lysander olfateaba su COMIDA.

     

    Se lo terminó sin dejar rastro de la bondiola. Y luego bebió una botella, finamente gasificada, de AGUA.

  3. - Ahora que lo mencionas, a mi me pasó algo parecido hace poco. Desperté en San Mugno y ni sé cómo llegué hasta allí…- el semblante de la mujer se volvió algo rígido - Me atendió una sacerdotiza muy simpática, Aleera de nombre. Pero no me dio ninguna información extra, sólo que podía irme a mi casa…

     

    Una mortífaga le había aplicado un hechizo desmemorizante durante los días que estuvieron reviviéndola en el Hospital Mágico. La Black fue desafortunada en cruzarse con unos cuantos aliados a Lord Voldemort en la casa de una Aurora, de profesión, a la que visitaba.

     

    En DJ del lugar comenzaba a ambientar el lugar a medida que llegaba la gente. Ahora sonaba un clásico de Led Zeppelin:

     

    - ¿El Ministerio estará siendo tomados por seguidores de Quién-Tú-Sabes? ¿Y por ello hay tanta pérdida de memoria? – intentó ponerle algo de misticismo a las palabras, pero al final le salió un risa algo indiscreta.

     

    No conocía las intenciones del muchacho, aunque supuso que él sabría algo de historia como para saber que el linaje de Amber era puramente mortífago.

     

    - Esto se vació tan rápido que… - por un momento un sentimiento de vergüenza le cruzó el pecho. Pero luego se olvidó del poco decoro que debía demostrar en ese lugar, no estaba trabajando, sólo debía distenderse. - Deme uno de estos por favor – le dijo a la cantinera señalando un trago con vodka.

     

    El DJ cambió de música de forma remixada, esta vez un

    comenzó a sonar en la pista. Amber saltó de su silla, estaba como poseída por aquella melodía. Tomó a Oliver de una mano para arrastrarlo al centro del bar.

     

    - ¡Vamos, vamos!

     

    No sabía muy bien lo que hacía, pero posó sus manos sobre los hombros del Granger rezando que la bebida no se volcara. Y así empezó a bailar.

  4. ¿Cómo podría haberse olvidado del hechizo ‘abrillantador’? Ese hechizo era el encargado de mantener la entereza de las escobas en su tiempo de desuso. Como bien decía Sagitas se habían empezado a aplicar en los últimos modelos de escobas. Y en épocas de verano, en Hogwarts, se les sumaba un conjuro impermeabilizante para que la paja no tomara humedad.

     

    - ¿Aquí mismo?- preguntó la Black con un halo de inseguridad. De seguro le costaría trabajo no llevarse por delante las cosas – Veamos qué sale…

     

    Apagó el cigarrillo en el suelo y tiró la colilla en un cesto de basura, le daba algo de pena tener que abandonarlo siendo que recién lo encendía. Pero no estaba allí para pasar el rato, debía trabajar. Así que sacó de su bolsillo trasero la varita y gritó:

     

    - Accio Flecha Plateada

     

    Una de las escobas se separó de los ganchos que la sujetaban en la pared para dirigirse hasta las manos de Amber. Ella sonrió al tomar por el mango aquella escoba que en algún momento perteneció a Madame Hooch. Se sentía una niña haciendo una travesura.

     

    Salió del cuarto para desembocar un pasillo que, en línea recta, debería tener unos cien metros de largo. Hizo un sonido gutural, dándole la orden a la escoba de que se posicionara de forma oblicua para que ella pudiera montarla. Y antes de comenzar con su proeza saludó con la mano a Sagitas.

     

    Se aferró con fuerza al palo de la escoba y agradeció llevar puesto el equipo de Quidditch, sino las palmas de las manos se le habrían lastimado. Se elevó alto, lo más alto que pudo aunque aquel pasillo no se caracterizaba por la altura. Al llegar al extremo se quedó flotando cerca de unos ventiluces, como emulando los arcos, y empezó a girar en círculos. Si se prestaba atención se podía ver que estaba haciendo los molinetes típicos del Double Eight Loop.

     

    Luego volvió volando en línea recta hacia dónde se encontraba Sagitas y a mitad de camino deslizó su cuerpo para quedar colgada con ambas manos, bien sujeta al palo, pero con las piernas en el aire mismo.

     

    - ¡Tranquila! - le gritó Amber al ver que los ojos de su profesora parecían salirse de su cara – es un Sloth Grip Roll. Así evadimos las bludger.

     

    Para finalizar cayó en picada, movimiento obligatorio del Amago de Wronsk. Táctica muy utilizada por los buscadores para distraer a sus oponentes.

     

    - Esto es todo – dijo una vez con los pies en la tierra. - Si quieres que haga otro movimiento me dices.

    • Me gusta 1
  5. Hola, buenos días!

    Antes que nada (y para completar un par de líneas xD) vengo a decir que concuerdo con lo que dice Dany. Sobre los plazos de los tiempos el lugar físico en el que se encuentran los tributos y demás.

     

    Ahora bien, tengo una duda con respecto a las alianzas:

     

    http://vvcap.net/db/0eoPKBnG7CgLilAEXZ7y.png

     

    En la explicación de las alianzas se ejemplifica un ataque de B y C contra A. ¿O sea que las alianzas deben hacerse por fuera del rol y atacar en conjunto? ¿Yo no podría sólamente hacer una alianza (roleándolo) con Paú? ¿O sí o sí cuando se habla de "formar una alianza" implica directamente el atacar a alguien?

     

    Gracias!

  6. Intentó recogerse el cabello en forma de coleta, pero los bucles estaban tan enmarañados que no podría peinarse aunque quisiera. Bufó ante la idea de parecer una indigente, creyó que ni en sus peores épocas de anonimato se encontró en ese estado tan deplorable.

     

    - Veamos qué nos queda aquí dentro…

     

    Se había sentado sobre una roca para sacar de su mochila un sándwich de pollo, que le serviría de COMIDA, y una botella de AGUA.

     

    Cuando se terminó todo siguió caminando.

  7. Como diría Angus en su mejor modo de “mentor responsable”: pasaste de c***!!!! xDDDDDD

     

    Ya, suerte que nadie apostó por mí, porque no sé si sólo se repartían galeones a los que obtenían los 3 primeros lugares o a todos xD

    En fin… ya queda la última prueba, así que les voy a pedir un favor :3 Si podemos ver la forma de hacer esto en equipo, trabajando como un verdadero grupo de apoyo así vemos si podemos ganar.

     

    Si por alguna razón llegase a obtener el primer premio, repartiré los galeones que gane entre todos ustedes (L)

  8. - ¡Basta!- gritaba Amber.

     

    Sentía cómo la soledad le estaba jugando una muy mala pasada, volviéndola delirante. Se agarraba la cabeza de vez en cuando para golpear con la palma de la mano, así alguna idea lograba surgirle… pero nada. No le quedaba nada más que esperar y esperar a que algo o alguien se le interpusiera.

     

    - Si consigo salir con vida…. Si consigo salir con vida…- balbuceaba aunque sus palabras no llegaban a ningún lado.

     

    Así, malhumorada, se sentó a COMER, una de las últimas raciones de ensalada que le quedaban en la mochila. Y luego, se tomó una refrescante botella de AGUA. Esperaba que algo cambiara pronto en la Arena o terminaría yendo al árbol del ahorcado.

  9. - Puedes tutearme, eso de “usted” me hace sentir un poco… vieja.- dijo abriendo los ojos.

     

    Ciertamente Amber era algo mayor que Oliver. Pero por sus años se mantenía bastante bien, salvo alguna que otra marca en su cuerpo producto de los duelos y batallas en los que había participado. Se llevó el vaso por segunda vez a la boca y para su sorpresa ya no quedaba casi nada del trago que le había invitado el joven.

     

    - ¿Cómo es eso que “no te acuerdas”?- indagó esta vez dándole la última pitada al cigarro y apagándolo en un cenicero.- ¿Te pasó algo? Bueno, si quieres contarme no estás obligado.

     

    Sus mejillas enrojecieron por un momento dándole a entender que había actuado de intrometida. Por algo el Granger pasó por alto ese comentario con tanta rapidez y ella no debía meterse en dónde no la llamaban.

     

    - Disculpa...- carraspeó un poco y tomó la carta algo nerviosa - Ahora te invito algo, total… paga Glenin. – lanzó una carcajada medio de pícara y medio de… “el alcohol ya me está empezando a hacer efecto” – Hace unos meses, justo cuando ingresaste al cuerpo de árbitros asumí como Directora, creo que eso lo sabes. Y luego, porque la paga del Ministerio hacia los deportes mágicos realmente es muy pobre, me vi en la necesidad de abrir un negocio.

     

    Le hizo un gesto a la mesera para que se acercara, la pobre muchachita revoleó los ojos, seguramente creyó que provocaría un surco en el piso de tanto ir y venir.

     

    -Sortilegios Weasley… el original- y guiñándole un ojo le dijo –Si en algún momento quieres pasar por allí o trabajar temporalmente puedes decírmelo.- Su voz se tornó sensual por un instante.

     

    Las palabras comenzaban a salir de su boca sin filtro. Tenía que aprender a controlar sus dichos. Algún día alguien se ofendería o pensaría muy mal de ella.

  10. Los truenos hacían retumbar las tribunas del estadio y por un momento, Amber, sintió que temblaba el piso. La profesora continuó con las preguntas, contando de qué iba a ir las clases… y al nombrar la idea de volar esquivando un dragón, la pelirroja, abrió grande los ojos.

     

    - Mientras no sea esquivando los rayos de esta tormenta… - rió algo nerviosa mirando por una ventana.

     

    La idea de compartir un vuelo con un dragón no le agradaba del todo, pero si se sumaba a la lluvia seguramente se negaría. Los rayos la asustaban mucho. Suspiró profundo para dejar sus miedos de lado e intentar concentrarse en la pregunta sobre las escobas que le acababa de hacer.

     

    Todo lo que sabía sobre el Quidditch había sido gracias a Thanatos, su anterior novio. Él fue su entrenador día y noche, y quién más creía que la Black lograría llegar lejos en su carrera de deportista. Ojalá él estuviera allí con ella para poder compartir la alegría que sentía al ser directora del la Villa, pero la vida les había sorteado otros rumbos, caminos que se habían separado a lo largo del andar.

     

    Hizo un gran esfuerzo por recordar una de las noches que se pasaron la noche en vela leyendo “Historia del Quidditch”, y encontrar las respuestas precisas.

     

    - Con respecto a la pregunta que me has hecho sobre la fabricación – se enderezó un poco en la silla, no estaba del todo segura de lo que diría pero intentaría sonar convincente - se sabe que la construcción de la madera se hace de forma manual, dicen que no hay hechizo conocido que pueda cortar tan perfectamente el palo de la escoba como la mano humana. Una vez que se talla lo suficiente para que la ergonomía se corresponda con el modelo en cuestión, se le aplica un hechizo de impermeabilidad.

     

    Sacó del bolsillo de su jean la tabaquera para encenderse un cigarro. Esperó que a Sagitas no le molestara el humo, aunque al tratarse de cigarrillos mágicos los olores siempre eran reconfortantes, así como las formas aleatorias que se formaban en el aire.

     

    - Una vez que está la escoba armada, palo y paja, se hechiza con “Broomardius”, que le brinda la celeridad y una invocación que repele hechizos destructivos. Hubo un campeonato de Creaothceann donde iban tan desiguales los equipos, en sus marcadores, que el que llevaba menos puntos decidió atacar violentamente a sus contrincantes haciéndoles partir los palos de escobas. Fue tal el revuelo que el Departamento de Deportes Mágicos tuvo que incursionar en la protección de las escobas para evitar este tipo de ataques.

     

    Eso era todo, no conocía más secretos sobre la fabricación.

  11. Por uno momento prefirió tomar algo de agua para bajar el sabor del coñac, pero no sería descortés ante la iniciativa de Oliver por continuar con las bebidas alcohólicas. Así que esperó a que la cantinera se acercara para tomar el pedido de los Chupitos de Piruleta para decirle:

     

    - Por favor, ¿podrías traer un vaso de agua también?- torció el rostro volviendo al joven - Cuando mezclo gusto termino por no saber qué estoy bebiendo, por eso prefiero cortar cada trago con algo de líquido insípido.

     

    Sus palabras tenían algo de mentira, pues cuando bebía, y terminaba ebria, olvidaba aplicar esa regla tomando un vaso tras otro. Pero al hacer contacto su mano con la de Oliver, al pasarle el encedendedor, se olvidó de lo que estaba pensando. ¿Sería algo de química? Su semblante permaneció inmutable para no dar noticias de lo que se le cruzó por la mente.

     

    - Veo que no estás familiarizado con los objetos muggles. Son realmente asombrosos. Este era de mi padre.- no tenía problema en darle a entender que era “sangre sucia”, aunque prefería no llamar así a las personas que tenía familiares no-magos. – Es una de las pocas cosas que me quedan de él. Luego, cuando ingresé en la familia Black… y mis horizontes cambiaron de norte…. Le hice esas inscripciones y decoración.

     

    Casi se olvidaba de su cigarrillo, así que se lo llevó a la boca para fumarse las últimas pitadas. Con cada exhalación su alrededor, el espacio que había entre ella y Oliver se llenaba de olor a frutilla.

     

    - A parte del Quidditch, ¿a qué te dedicas?- preguntó con ansias de conocerlo un poco más.

  12. - ¡Aerrrggg! – gritó Amber al verse las heridas en su sus piernas.

     

    La primera curación que se había aplicado le bastó únicamente para el torso y los brazos. Para su suerte Angus había actuado con rapidez, y sin pasar más de dos días un nuevo frasco de esencia de díctamo llegó volando. Sin si quiera recompensar a la lechuza se vertió el líquido sobre la piel aún lastimada. Una vez más el dolor le llenó el alma. Y una sensación de vació le llenó el pecho al pensar en que tal vez sería la última vez que debería aplicárselo. Al fin y al cabo la competencia estaba por terminar y ella ganaría o moriría.

     

    - ¿Qué tenemos por aquí?- se preguntó revisando la mochila y extrayendo un tupper que contenía la COMIDA de ese día. Luego bebió algo de AGUA.

     

    - Delicioso…- murmuró al terminar el último bocado.

  13. Amber esbozó una amplia sonrisa, por suerte no se había equivocado de persona con lo cuál habría quedado en ridículo. Aunque siendo sincera, más de una vez le pasó de saludar o llamar a alguien de forma errónea. Efectos del alcohol… lógicamente.

     

    - Tengo este trago, se llama Betsy no se qué..- dijo sentándose al lado de Oliver - Pero si te fijas en las mezclas de colores no parece muy prometedor, ja. Pero sí, te acepto la invitación. – finalizó guiñándole un ojo.

     

    A decir verdad, el contenido del vaso era de un extraño color marrón, que si no fuera porque vio con sus propios ojos a la cantinera prepararlo, no se animaría a probarlo. Lo batió un poco con el sorbete de plástico para que el hielo enfriara más el líquido, y sin más se lo mandó a la boca.

     

    - ¡Brrrhhghghhg…!- exclamó tiritando por un momento. - Fuerte, muy fuerte… pero sabroso.

     

    Extendió el brazo para dejar el vaso medio lleno sobre la mesa. Después, escarbó en su pequeño bolso para sacar un encendedor Zippo de plata. Cada uno de los lados tenía inscripciones en runas, dibujos de serpientes y calaveras. Era una reliquia heredada de su padre.

     

    - Es un elemento muggle – explicó - Abres la tapa, giras la rosquita y ¡listo! Fuego instantáneo.

     

    Se lo apoyó sobre la palma de la mano para prestárselo al Granger.

  14. La cantinera tardó sólo un minuto en prepararle su trago, en verdad era una increíble barwoman y había danzar las botellas de coñac y oporto a medida que los líquidos se iban mezclando en el vaso.

     

    - Gracias, anótalo en la cuenta corriente de Glenin Black – le dijo guiñándole un ojo.

     

    Se aprovechaba de lo descuidado que era su padre a la hora de hacer números todos los meses, y mientras ella no se excediera mucho con los gastos, no se daría cuenta de algún que otro galeon faltante. El día en que Sortilegios Weasley le retribuyera lo suficiente como para autoabastecerse, lo haría.

     

    Girando levemente el cuello para sacar la cigarrera del bolso, quedó de cara al los sillones. Y entre las pocas personas que estaba poblando el bar, hubo alguien que le llamó la atención. Estaba segura de conocerlo. Así que posó rápidamente un cigarrillo mágico en su boca para encenderlo con la zurda, y cogió el vaso del Betsy Ross. Deslizando el trasero por su asiento se despegó de él para comenzar a caminar en dirección al joven.

     

    - Oliver, ¿verdad? – dijo Amber a modo de saludo extendiendo una mano y entrecerrando un ojo, pues algo del humo del tabaco la estaba haciendo lagrimear. - Creo que me conoces aunque nunca tuvimos la oportunidad de hablar. Soy Amber Black.

     

    La pelirroja era Directora del Granger, aunque por cuestiones de tiempo nunca había entablado charla alguna. Sabía de su desempeño como árbitro por los registros que llevaba en las carpetas de su oficina, pero nunca lo había visto en persona.

     

    Un olor a frutilla invadió momentáneamente las fauces de los magos, el tabaco se estaba quemando de forma pareja.

  15. La noche anterior a su primera clase de Maestría de Escobas, una pequeña lechuza picoteó la ventaba de su habitación para avisarle, mediante una pequeña carta la ubicación de la tutoría. Dado al clima turbulento de la última semana, Amber, había decidido abandonar la carpa que le sirvió de hogar, para acurrucarse en las suaves sábanas de su recámara en el Castillo Black.

     

    - ¿Dormiste bien pequeñito?- murmuró con dulzura viendo cómo el pichón abría los ojos.

     

    Teniendo en cuenta la tormenta, no le había parecido correcto dejar que la lechuza regresara bajo el agua, así que decidió que esa noche durmiese con ella. Para su suerte, la lluvia esa mañana había aminorado. Así que antes de salir en dirección al Estadio, dejó al animal en libertad.

     

    Vestía su equipo completo de Quidditch: rodilleras, coderas, antiparras, guantes y la capa verde que usaba habitualmente para arbitrar. Debajo del equipo se podía ver un jean elastizado, las botas de cuero de dragón y una camisa también verde, pero más oscura que la capa. El pelo, completamente recogido, caía por su espalda en forma de coleta. Estaba de buen humor aunque la idea de tener que cursar esa asignatura le parecía algo ridícula. ¿Quién habría pensado que la mismísima Directora de La Villa Quididtchera tendría que asistir a esa materia? Curioso, pero real.

     

    ***

     

    - Buenos días, gracias – dijo Amber tomando asiento.

     

    Conocía a la perfección ese lugar. Ella y Lysander, el Jefe de Árbitros, iban diariamente al Estadio para cumplir con sus asuntos quidditcheros y cada uno tenía una oficina en el último piso, justo encima de las tribunas. Antes de contestarle no pudo evitar hacer un recorrido en la extravagante cabellera de su profesora. “Qué increíble color de pelo”, pensó. Sin dudas era la segunda persona, a parte de su hija, que conocía con pelos violetas.

     

    - Un gusto Sagitas, soy Amber Black. – se presentó esbozando una sonrisa, algo le hacía pensar que la mujer no estaba completamente cómoda con su oficio. - Soy jugadora de Quidditch hace dos años, comencé jugando en los Murciélagos de Ballycastle como cazadora y hace poco más de medio año fui escogida como Directora de La Villa Quidditchera. - hizo una leve pausa para pensar los motivos que la llevaban a cursar la materia –Si bien he participado en muchos partidos, y vuelo en escoba desde mis 11 años, quería hacer este curso para oficializar mi vocación. - concluyó.

     

    La primera pregunta que le hizo Sagitas le resultó muy simple de responder y a su vez apasionante. Le encantaba contar la historia de cada uno de los objetos que rondaban el mundo quidditchero.

     

    - Sobre tu cabeza, de lado izquierdo – dijo señalando la pared que estaba por detrás de la pelivioleta –puedes ver una Flecha Plateada, la mismísima Madame Hooch la utilizó por última vez. Es una reliquia de Hogwarts que nos han dejado trasladar aquí. Aquella es una Oakhsaft 79, forjada en 1879, claramente. - Giró el torso para mostrarle dos modelos más que estaban en la pared opuesta a la anteriormente indicada – Esa es una Barredora 1, y esa otra, la del mango de fresno, es una Moontrimmer.

     

    Volvió el rostro a Sagitas y le hizo un gesto afirmativo para darle a entender que eso era todo. Estaba impaciente por ver en qué irían las próximas preguntas o ejercicios.

  16. La sangre había teñido el césped. Sólo seis tributos de los cuarenta inscriptos llegaron a la final. La Black estaba pasmada por la brutalidad de la última prueba vivida, y unas profundas heridas se podían observar en casi toda su piel.

     

    - Odio esto… pero no me dejaré morir por negligencia –

     

    Sacó la esencia de díctamo para aplicarse esa cura en cada una de sus raspones. Sin duda el proceso de curación le dolería muchísimo, pero era el precio que debía pagar por permanecer con vida.

     

    Las lágrimas brotaron de sus ojos a medida que las grietas se cerraban. En muy pocas ocasiones había sentido tanto dolor. Luego, pasada la media hora, decidió COMER un salteado de carne y verduras y luego tomarse una botella de AGUA.

     

    - Falta poco… muy poco…

  17. Chasqueaba los dedos a medida que una melodía sinfónica sonaba en su mente. Se estaba vistiendo para salir a pasear, hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una noche a lo grande. Cada tanto se paraba en seco, dejando sus atavíos de lado, para dirigir con las manos una orquesta imaginaria. Le encantaba escuchar Mozart, y La Marcha Turca que retumbaba en su cabeza no podía ser mejor aliciente para ayudarla a terminar de cambiarse.

     

    - En una ópera, la poesía por fuerza ha de ser hija obediente de la música. – dijo en voz alta citando a Wolfgang Amadeus.

     

    Antes de salir de su carpa, lugar en donde vivía hacía unos cuantos meses, se miró al espejo. El cabello estaba en su sitio gracias a una crema para peinar, que lograba que sus bucles rojizos adoptaran la forma de tirabuzón que tanto le gustaba. Unos aretes plateados combinaban bastante bien con el vestido negro y los zapatos de taco que llevaba puesto. Como estaba empezando a refrescar decidió llevarse un tapado de cuero rojo y un pañuelo atado al cuello.

     

    Colgando de su hombro se podía ver una cartera que, a simple vista, parecía realmente muy pequeña pero estaba hechizada de tal forma que podía poseer casi cualquier objeto sin importar su tamaño. Como por ejemplo su varita, la billetera, una petaca de whisky, la cigarrera, entre otras cosas.

     

    - Todo listo, ¡es hora de divertirse!

     

    Abotonándose el abrigo salió de los jardines del Castillo Black para aparecerse en el Callejón Diagon. Cada mañana cuando iba a trabajar en su negocio pasaba por la puerta de un bar nocturno que le llamaba la atención, y hoy estaba decidida a entrar. Con suerte pasaría un buen rato.

     

    - Esto es magnífico… - balbuceó pasmada viendo cada detalle mortífago en la decoración de Wishes Banned.

     

    Caminó por el salón principal, que a esa hora aún no estaba abarrotado de personas, y la boca se le hizo agua luego de ver la variada lista de tragos. Alguno le llamó más la atención que otro a decir verdad, pero estaba impaciente por probarlos todos. Así que sin dudarlo se sentó en la barra.

     

    - Buenas noches. – su voz sonaba sensual - Un Betsy Ross para comenzar, por favor.

  18. Necesitaba asegurarse la victoria final de los juegos. Su única meta en los últimos días había sido galardonarse con el premio mayor: la vida misma. Así que se dispuso a COMER unas rabas secas que llevaba en la mochila y luego tomar un poco más de AGUA.

     

    - Perfecto... aún queda sólo un trecho en este viaje a la muerte.

  19. Las luces, que flotaban por arte de magia en todo la circunferencia del Cornucopio, se apagaron creando la ilusión de una noche completamente negra. Era imposible ver, aunque para Amber eso le era indiferente. Su garganta se secó de golpe, producto al hechizo de ataque que le lanzó Anastasia. Y en ese momento supo que no le quedaría más tiempo de vida, no podría curarse del envenenamiento.

     

    Un segundo antes que su visión se anulara vio como el animalizado Muto saltaba encima de su presa, mordiendo a la mujer principalmente en sus manos. La sangre comenzó a teñir el césped, mezclándose con la tierra. La oscuridad y la pérdida de la varita serían los factores que le complicarían aún más, a Anastasia, deshacerse de aquella criatura. Los segundos eran valiosos, y Amber necesitaba actuar antes que la mujer recuperase su vara. Así que se propuso ser cómplice del Muto, aunque sea por un momento.

     

    - Zancadilla – pensó.

     

    No necesitaba saber la ubicación exacta de la vampiresa para utilizar aquel hechizo, y un leve temblor de su propia varita le hizo saber que había conseguido formar el lazo mágico alrededor de los tobillos de su adversaria. Si la mujer pretendía defenderse de la bestia utilizando sus piernas le resultaría imposible, así también como la búsqueda de la vara. A esta altura los rasguños y cortaduras en la carne eran tan profundos que de no hacer algo en breves, se desangraría viva.

     

    De repente la cabeza de Amber comenzó a dar vueltas. Sintió que le costaba mucho más respirar y por más que hiciera bocanadas profundas de aire sus pulmones no cedían, estaban abandonado sus facultades. Abría y cerraba los ojos, como si en algún momento, con ese accionar, volviera a ver con claridad en medio de la espesa negrura. Frases sin sentido turbaron sus pensamientos:

     

    - ¿Delirio? Ah sí, esta es mi lengua, no la lengua de Macbeth… - otra vez Shakespeare se apoderaba de ella - ¿Por qué ya no pone palabras en mi boca? Entonces… ¿Qué se puede esperar de esta lengua si no despropósitos? Espejo, tráeme agua de mar donde perderme o nacer de nuevo…

     

    Lanzó carcajadas al ver cómo una ola gigante se formaba a unos metros de distancia, allí en la oscuridad. Su imaginación, manipulada por el efecto del veneno, le estaba jugando una muy mala pasada. Se le formaban imágenes que no existían, situaciones que en la vida real no ocurrirían pero que para ella, para esa persona que estaba agonizando los últimos minutos de su vida: eran ciertas. Se apuntó a la cabeza y pensó:

     

    - Casco burbuja

     

    Creyendo que el agua la taparía y así moriría ahogada, la Black se formó una burbuja alrededor de su cabeza. El cuerpo se le enfrió y el mareo la tiró al suelo. Acto seguido comenzó a escupir sangre, su corazón daría los últimos latidos antes de sumergirse en un eterno, y sin retorno, letargo.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.