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Darla G Dumbledore

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Todo lo publicado por Darla G Dumbledore

  1. La Potter Balck se detuvo frente al ingreso del Ateneo, observando el lugar, hacía ya tanto tiempo que había estado allí, más de dos años. Sus experiencias con Sauda y Amara habían sido únicas, solo Badrú, el Nefir, había logrado calar en ella como lo habían hecho las arcanas, aunque estaba segura que ni los guerreros Uzzas ni los Arcanos se sentirían felices con la comparación. Darla acomodó sus cabellos, rizos hasta los hombros, con el rojo clásico con que algunos la habían conocido, aunque a veces estaba volviendo a usar su tono castaño de la juventud mágica. Al ingresar al ateneo de la Universidad sintió crujir bajo la suela de sus borcegos la grama seca del verano londinense mezclada con grava. Le habían indicado dónde estaba la cabaña del Arcano que buscaba y hacia allí dirigió sus pasos. Darla había leído sobre Nguyen Thant, bueno, lo poco que aquellos que no conocían a los arcanos podían conocer sobre ellos en los registros mágicos existentes. Compartían una sola cosa, su raza, desconocía si su inmortalidad había tenido un inicio no buscado como le había ocurrido a ella. El sol de la mañana parecía picar ese día, y agradeció haber elegido una ligera remera de algodón mangas cortas y un pantalón cargo de un tono verde musgo. Sí, no era la ropa más adecuada para el calor, pero tampoco sabía bien a dónde iría a parar, tenía entendido que debía atravesar un portal si no encontraba al arcano en su choza y no le habían querido decir a dónde iba a terminar. La pelirroja encontró aquel bungaló sobre pilares que era como un extraño oasis en medio del lugar. Sonrió, pensando que cada arcano había recreado a su modo lo que había sido su hogar, avanzó despacio, preguntándose si era correcto golpear las manos para anunciarse como se hacía en el país de sus padres o hubiera sido más correcto aprender la costumbre de presentación en Vietnam. Los libros en su hogar hablaban sobre ellos, pero Darla había elegido no adentrarse demasiado, no estando segura de si el veterano mago aún conservaba o no dichas costumbres. --¿Hola? —dijo avanzando despacio sintiendo como había ocurrido en la clase de Historia que atravesaba un portal al cruzar la oscura entrada a aquel lugar. La vegetación la hizo sentir como si estuviera en una pequeña selva y el sonido del agua le recordó que al arcano le gustaba pescar, aunque desconocía si por los mismos motivos que a ella. Otro punto en común, que a su vez podía ser rivalidad. --¿Anne? —agregó sorprendida al descubrir que no estaba sola en el lugar y era su madrina quien se encontraba en aquel lugar. —¿Vienes a la clase de Pársel o…? —se quedó callada al sentir como algo se arrastraba entre la maleza unos metros a su izquierda, por instinto sacó su varita, pero se mantuvo solo alerta, no se vería bien que atacara a su mentor de entrada ni a sus compañeros de cuarto, por lo que había sabido él no vivía solo en aquel lugar.
  2. Acabo de descubrir que hace 2 años que no hago habilidades y que en aquel momento había roleado cuando me inscribí ufff Nick: Darla Potter Black ID: 34050 Habilidad: Hablante de Pársel Rango Social: Orden del Caduceo Nivel de Magia: XXXV (35) Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): este que soy 1° generación de la 1° Academia, allá por noviembre del 2008 Nº de conocimientos que se poseen: 10 (+1 que aún no está certificado) Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78114 Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78108
  3. Darla yéndose con Seba - antes de la boda... (sí, estoy atrasada, no me banco 30 páginas sorry) Darla comenzaba a sentir un verdadero ataque de ansiedad. No tenía idea de por qué. ¿Sería paranoia? Era como si alguien les estuviera siguiendo desde que habían salido con Seba hacia el lugar de la boda. Miró por sobre sus hombros y le pareció ver una melena que estaba segura de reconocer. Masajeó sus sienes y tras cambiar sus ropas a un sencillo vestido gris hasta la rodilla se tomó del brazo de Seba. —Estoy nerviosa —sus ojos pasaron por los que estaban presentes en la boda, no sabía cómo manejar aquello y no haber encontrado a la “Sagitas” que le había hablado al llegar la tenía preocupada, quizás lo mejor fuera buscarla a ella. ¿Sería acaso la verdadera? Si es que se podía decir que la que había venido del futuro no era real. —Espérame un minuto —susurró a su prometido al oído y se apresuró a ir hacia Harpo, deteniéndolo en uno de sus viajes ida y vuelta. —Harpo, es imperativo que entregues lo más pronto que puedas estas cartas a Matt —la Potter Black entregó al elfo un sobre atado con un lazo azul, conteniendo las cartas que había obtenido en la mansión de Escocia en sus dos viajes. Tras dejar en manos seguras y explicarle como tres veces que tenían que ver con el futuro de la familia y que el Blackner debería tener en su poder esas cartas lo más pronto, la pelirroja regreso con su novio. Solo esperaba que Harpo no lo olvidase, no podía saber que las cosas se saldrían de control, o quizás sí debió saberlo… estaban en la Potter Black. —¿Aún tienes las llaves amor? —le preguntó y tras que él le confirmara que sí, le susurró de salir de allí, para explicarle todo lo que había pasado desde que llegara a la Potter Black y el por qué debían ir a buscar a la Sagitas Potter Blue que la había recibido al llegar. —Necesito me acompañes ¿crees que podemos ir en el auto a Escocia o volvemos a utilizar las puertas? —la idea de las puertas de pronto le supo extraño… ¿cómo había llegado a Escocia por las puertas? ¿y si resultaba que eran ida y vuelta? Ella no lo había logrado pero ¿y si por eso habían logrado entrar? La Potter Black tomó de la mano a su novio y se alejó con él, con la intención de averiguar qué era lo que pasaba del otro lado ¿se perderían la boda? No lo sabía aún… quizás…
  4. Las palabras del mago atraían su atención, el suave acento marcado al hablar en inglés y su gesto entre paternal, por su paciencia y profesor atento, aunque algunos alumnos se comportasen como de kinder, era relajante. El accio ara el truquito que había pedido Jeremy arrancó un suave gorjeo de sus labios, el cual fue disimulado al esconder su rostro en el cuello de Seba, quien la abrazó. Tras la mini incursión explorativa de Anne fue ella, quien a pedido de Amadou, le recordó el detalle de las varitas, definitivamente debería haber una especialización en el tema. Más adelante explotaría esa sapiencia de su madrina, cuando no de su propia sobrina el día que pudiera regresar. La Potter Black asintió satisfecha de sus nuevos conocimientos mientras se acurrucaba a su prometido. --Perfectamente, gracias --respondió Darla al profesor africano, deseosa de realizarle más preguntas, pero en ese momento sonó un golpe en la puerta y tras el sí de Bahati, una mujer asomó, hablando el mismo extraño idioma que le había oído antes a la Gaunt --Definitivamente me interesaría aprender idiomas mi amor --susurró Darla a Seba quién la observó como haciéndole notar que aún no terminaban con la clase de historia. Su amado le tenía suficiente paciencia y aún más amor para seguirla en todas sus locuras. La visita había implicado el fin de la clase y tras despedirse de cada uno de ellos, Amadou dejó en manos de Anne el regreso a casa. Se habían puesto de pie y siguieron a Anne quien había creado un nuevo portal de regreso a Londres. La pareja caminaba tomada de la mano hacia él y antes de atravesarlo, tras el gesto de Seba, cediéndole el paso la Potter Black alcanzó a susurrar a su profesora. --Me interesaría saber más sobre las varitas y Bahati --y tras dedicarle un guiño a Anne atravesó el portal de regreso seguida por Seba.
  5. La Potter Black había tomado del brazo a su prometido que la esperaba al otro lado, observando el portal. La pareja avanzó, acercándose a donde estaba Anne, apreciando el lugar y a la vez escuchando sus palabras. En el rostro de ambos se reflejaba un poco la curiosidad y el interés. La pelirroja pensaba que en cierta forma tenía razón, bastaba un mago o una bruja que tuviera su pequeño lugar en el mundo para que tuviera su valor, mayor o menor, no importaba. Al trío se les habían unido Zoella y Jeremy, por lo que escuchó mientras se acercaba hacia un sendero con Seba, la pareja tenían una pequeña discusión, a la cual prefirió no prestar atención, para disfrutar con Seba de los detalles que ambos se iban marcando el uno al otro, de las decoraciones y tallas del imponente edificio en la montaña. —Se ve fantástico ¿verdad amor? —susurró al oído de su novio quien le respondió, arrancándole una sonrisa, pero no tuvieron mucho tiempo de intercambiar muchas palabras ni arrumacos más, ya que Anne los apresuró a todos. Atrás quedó el portal camuflado, esperando a ver si aparecía Rhaella más tarde. Seba la tomó suavemente de la mano, ayudándola a atravesar el camino de tierra, cerrando la procesión encabezada por su profesora. —Otro portal —dijeron asombrados y al unísono ella y Seba mientras Anne se acercaba a unos niños que estaban en lo que parecía un patio de ingreso a la Escuela de Hechicería de Uagadou. Darla giró unos segundos, mientras Anne hablaba, observando el camino que habían dejado atrás, solo había más patio y un sendero de lozas que llevaba más allá pero no resultaba claro hacia dónde. Tampoco tuvo mucho tiempo en averiguar si era el camino de regreso al caminito rodeado de piedrecillas blancas. Debían seguir a Anne, quien les comentaba sobre un tal Amadou Bahati, profesor de pociones, interesante, había disfrutado de aprender pociones, aunque no había podido aprovechar la clase al máximo, era de sus materias favoritas. Darla sonrió, alguna vez tendría que tener una charla con su madrina sobre esos viajes que ella hacía, porque de algún modo sospecaha que ambos, Bahati y ella se habían cruzado en más de un viaje. Su mano acarició la de Seba mientras el mago saludaba a su mentora. —Prometida de Seba —agregó divertida tras el saludo de Seba, mientras hacía ella misma una inclinación de cabeza para saludar y como para resaltar lo obvio, ya que ambos continuaban tomados de la mano. Sus ojos se posaron unos segundos en el Askar que también se “auto” presentaba, una vez más marcando territorio como lo había hecho en la mansión al ver a su novia rodeada de hombres. Pero no pudo disfrutar demasiado de su diversión porque Anne indicaba, una vez más, que era la causa de la elección del lugar del viaje, su mano apretó suavemente la de Seba y se acurrucó a él, con cierta timidez. Finalmente el africano les indicó que le siguieran para aprender sobre ello en su despacho, los pasillos se sucedieron y Darla intercambió un par de veces miradas con su prometido mientras uno u otro susurraba la palabra “portal” cada vez que sentían un brevísimo cambio en el aire. Finalmente llegaron a la habitación que le hacía de despacho, Darla observó con la misma curiosidad que Anne el caldero e intentó identificar el aroma mezclado de ciertas bayas y raíces, había algunas que no lograba captar del todo. Los dedos de Seba acariciaron los suyos mientras le hacía un suave gesto, cediéndole una de las sillas que había acercado Amadou para luego sentarse a su lado. Mientras el mago hablaba Darla imitó el movimiento que le había visto hacer antes para arrimar las sillas y luego el que hiciera para alejar el sillón. Todo lo que el mago había dicho le dejaba mucho que pensar, ¿qué hubiera ocurrido en el mundo mágico si todos hubieran seguido la costumbre africana? Con Anne habían hablado sobre no poder enfrentarse a un mago del medioevo, y si al contrario, los magos hubieran logrado poner más poder en sus propias manos. Por otra parte, las varitas, algunas maderas u otros materiales con los que estaban hechos y sus núcleos, hacían que tal o cual varita fuera mejor para tal o cual tipo de hechizo. Era todo tan confuso. Las miradas entre ambos profesores y la risa de Anne le confirmó de que debían existir viajes de ida y vuelta entre esos dos y una sonrisa se amplió en sus labios, disfrutando que aquello seguramente molestaría al Askar. Mientras ella pensaba fue Zoe la primera en preguntar y a continuación lo hizo, algo impertinentemente, el novio de la profesora, Darla negó con la cabeza, si fuera por ella le volvería a desaparecer el asiento, para que se comportara decentemente. Miró al mago y cómo había movido sus dedos, para luego preguntar con tranquilidad. —¿No hay ningún momento en tu historia en que pienses que la magia se pudiera ver incrementada al canalizarla a través de elementos que la pudieran hacer más poderosa? O sea, si tú ya eres poderoso y usas los hechizos con un conductor que incrementa ese tipo de magia ¿no es mejor acaso? —se preguntó si no se estaban yendo del punto y miró al profesor y luego a Seba, encogiendo los hombros ante la sonrisa divertida de su novio, consciente de que se había enredado.
  6. Su mano acariciaba a la de Seba mientras escuchaba las respuestas que iban y venían, por un momento miró por sobre su hombro, aunque estaba puesta medio de costado, para ver los rostros de los que hablaban y no. Creía que Seba también había notado el aire un poco enrarecido en el lugar. Creía que tendría que hablar con Anne luego para saber si todo marchaba realmente bien. Pero por ahora era mejor dedicarse a escuchar con atención las palabras de la Gaunt, asintió al escucharla explicar sobre el uso de la varita, de los magos europeos y de los africanos e interpretó su gesto al mirarla de una manera particular. Asintió casi sin darse cuenta, y de golpe sintió la caricia, no era invasiva, había sido como si una mente hubiera intentando acercarse a la suya ¿había sido Anne? Casi por instinto se había cerrado con oclumancia y la había no rechazado pero si mantenido a raya, aunque la presencia se había replegado casi por su cuenta. Eso también tendría que consultarle luego. El viaje la entusiasmó, aunque debía reconocer que aunque entendía perfectamente la advertencia, la risa del mago del cuadro no le simpatizó. Ella entendía a lo que se refería Anne, había visto los efectos en películas muggles, estaba segura que el Efecto Mariposa era una posibilidad real. Incluso había visto el tema tratado de una forma un poco más cómica, en un programa muggle, pero tampoco era lo óptimo, no quería terminar convertida en culebra. Observó como la platinada invocaba el fulgura nox, con curiosidad e interés, era eso lo que quería lograr hacer. Se puso de pie y se sintió un poco orgullosa de que su comentario sobre Africa los llevara allá. Seba ya había cambiado su túnica y ella misma lo imitó, moviendo a Edelweiss y transformando su ropa en una túnica celeste clara, con un cinturón trenzado en azul marino y plata. Darla siguió a su prometido tras que éste atravesara el portal siguiendo a la profesora de la clase. Respiró profundo y atravesó el portal ella también. Sus ojos pestañearon, ya que, aunque el salón era luminoso, el lugar al aire libre lo era mucho más, quizás en parte tuviera que ver que estaban en Uganda, un lugar más cálido que Inglaterra. --Entero y tan bello como siempre --respondió a su novio mientras sus ojos se extasiaban con la imagen del imponente edificio tallado en la piedra y que daba la sensación de estar suspendido en las nubes. La suave neblina cubría el lugar pero aunque no era espesa daba esa mágica sensación que seguramente habría hecho pensar a muchos de que sus ojos los engañaban y estaba realmente flotando en el lugar. Tras escuchar la pregunta de Seba miró a Anne esperando a escuchar la respuesta e intentando imaginar a quién iban a conocer a principios del siglo veinte.
  7. En el callejón rumbo a Colombia Las fiestas de cumpleaños solían sucederse una tras otra en los últimos días. La Potter Black se había levantado temprano, tras disfrutar de una excelente noche en brazos de su prometido. Sabía que él hubiera preferido compartir la ducha, de hecho más de una vez habían disfrutado del completo cuarto de baño, pero si se dejaba llevar no llegarían ni al cumpleaños ni a dejar en orden todo en el local para que funcionara sin ellos. Aunque sus elfos jamás dejaban que ello funcionara mal ni siquiera en la ausencia de ellos. --Buen día mi amor, te amo --ronroneo la pelirroja mientras respondía al beso que le daba Seba y acariciaba su cuerpo y jalaba su labio sin quitárselo. --Si --agregó con un pucherito cuando él se fue hacia el escritorio, debería haber optado por una ducha compartida. Se apresuró a ducharse y vestir lo que su elfina le había dejado listo a la noche, tal cual ella le encargara. una camisa blanca bordada, un pantalón palazzo color arena y unas sandalias blancas, recogió su cabellos en una coleta. Salió de su cuarto y se dirigió al escritorio donde estaba Seba, llevaba su mochila a la espalda y en el bolsillo lateral del palazzo su varita. En su mano una capelina haciendo juego con el palazzo. --Ya estoy lista mi amor --dijo dando un nuevo beso a su prometido y saliendo junto a él rumbo a la Botica una vez más. En el camino habían ido bromeando y poniéndose de acuerdo referente a la decoración de su próxima adquisición. Cuando llegaron a la botica, la pelirroja aspiró profundo, en verdad le encantaba el aroma de los arbustos. Cuando ingresaron al local ya había una mesa llena de barquitos, algunos de los cuales parecían haber sido ya utilizados, ya que había soportes abandonados sobre la mesa. Tomó la mano de Seba con ternura y ambos tomaron un barquito a la vez, sintiendo como eran jalados por el ombligo en el viaje hacia las playas colombianas. --Guau, ésto es realmente increíble --susurró la bruja mientras disfrutaba del viaje casi tomados de la mano con su Seba, y más increíble fue cuando comenzaron a vislumbrar las cálidas playas, rodeadas de perfecta vegetación y junto a un mar azul que invitaba a nadar en él ya. --Es una hermosa elección --murmuró mientras daban los pasos en el aire para aterrizar correctamente en la arena del lugar.
  8. Escuchaba divertida lo que le comentaba sobre sus elfos, defintivamente iban a tener que agrandar en algún momento los aposentos de los elfos, o al menos en algún momento sospechaba que tendrían un cambio de dormitorios. Pero no quería pensar demasiado en ello, sonaba como que invadía la intimidad de sus elfos y eso era algo que no pretendía hacer, le gustaba dejarlos ser y que tuvieran su propia vida, aunque la misma se entrelazaba con la de ellos en función de ser elfos domésticos. Igualmente los seis elfos tenían más libertad que muchos de los elfos del mundo mágico, aunque la P.E.D.D.O. les había dado muchos más derechos que años antes. --No lo sé amor, creo que quizás por ser resonsable se retiró, cuatro negocios es muchísimo, nosotros apenas podemos con un par, bueno, uno nuestro y el que tienes a medias con tu hermana y el de tu mamá, al que cuidamos --se encogió de hombros, pensando que no se imaginaba con tantas actividades como tenía el joven peliverde. En eso en verdad le admiraba. Sonrió con el ronroneo de su novio y le dio otro besito antes de responderle. --Me parece que podríamos intentarlo mi vida, tal vez sí tengamos suerte la verdad, hace mucho no lo veo y la última vez no se le veía muy feliz. La conversación de la pareja era un popurrí sobre sus elfos y sus amigos, Darla asintió al escuchar a Seba, el sueño de la cabaña lo venían teniendo hacía un buen tiempo y si con la compra del par de terrenos era posible, sería fantástico. Casi lanza una carcajada ante el comentario de los elfos, tenía razón, todos tenían una personalidad tan particular que sí, ya estaban preparados para saber atender hijos y tenerlos contentos si podían lograr lo mismo con sus elfos. --Pues habrá que ir buscando planos de cabañas ¿verdad mi amor? --dijo mientras pasaban frente a un panorama mezclado, un local cerrado y a la venta, otro que tenía el cartel de descuento por inauguración y un antiguo local que llevaba años en el Callejon.
  9. Título de la Cancion: Cuando un amigo se va Cantante: Alberto Cortez Género: Balada Dedicatoria: para una minina bella que me tira pedacitos de atún desde su nube de color rosa donde la imagino molesta conmigo :'/ Cuando un amigo se va Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo. Cuando un amigo se va queda un tizón encendido que no se puede apagar ni con las aguas de un río. Cuando un amigo se va una estrella se ha perdido, la que ilumina el lugar donde hay un niño dormido. Cuando un amigo se va se detienen los caminos y se empieza a rebelar, el duende manso del vino. Cuando un amigo se va galopando su destino, empieza el alma a vibrar porque se llena de frío. Cuando un amigo se va queda un terreno baldío que quiere el tiempo llenar con las piedras del hastío. Cuando un amigo se va se queda un árbol caído que ya no vuelve a brotar porque el viento lo ha vencido. Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo
  10. Darla asintió, le parecía buena idea seguir recorriendo el Callejón, había tanto nuevo para ver y tantas sorpresas que uno se podía llevar al descubrir que aquel antiguo local en que comprabas artículos para Quidditch o tomabas un batido había desaparecido para dar lugar a una tienda de modas, a un museo, u otros locales uno más sorprendente que el otro. --Oh, a Lualú le gustan los dulces y los chocolates ¿crees que por eso Dash te los encargó? --río Darla, --pues entonces tendremos que comprar los dos y averiguar si los elfos necesitan dentista porque a mí también Lualú me encargó una bolsita de chocolates --la Potter Black sacudió la cabeza divertida ante la situación tan romántica que estaban viviendo sus propios elfos, inesperadamente romántica, solo les faltaba que Nana se fijara en Leto o Tommy. Darla recordó que no había respondido sobre los locales de Antoni. --Oh, sí mi amor, el participaba en el Restaurant Divergente, pero los otros días vi su baja de socio, y los otros dos locales, creo que son dos, espera que piense, no, tres, pero me parece que tiene rubros relacionados con el arte y las criaturas --se quedó pensativa --pero hay uno que quizás tenga restaurant, no sé si para ajenos, porque es algo así como un hotel. Escuchó tras su respuesta el comentario de Seba, era verdad, habían estado pensando en ese terreno desde hacía tiempo atrás y sabía que Eros no era el único interesado, Tommy quería ampliar los establos y separar las criaturas clasificándolas según su especie. Eso iba a ser un pequeño conflicto entre ambos elfos si ellos no lo sabían manejar. --Si mi amor, creo que lo mejor sería comprarlo y el más pequeño al lado de ese también, porque Tommy también quiere una parte para ampliar el hogar de nuestras mascotas --Darla dió un beso en la mejilla a su novio y le susurró al oído --y creo que mejor evitamos una guerra de elfos, ¿qué dices? --la bruja sonrió divertida y acarició con amor a su prometido.
  11. --Todo bien --susurró Darla, sin demasiado tiempo hacia su novio, presionando con amor sus dedos, en señal de confianza. Las respuestas de su novio y Jeremy la hicieron asentir. La duda del mago de hecho la dejó algo sorprendida y preocupada. Se imaginaba el riesgo que era ir al pasado y correr el riesgo de alterar algo. ¿Cuál sería el resultado de conocer cuál sería el futuro y poder regresar para luego alterarlo desde el presente? No, jugar con el tiempo era peligroso, eso lo sabía. La voz del cuadro la hizo prestar atención, no sabía por qué pensó en Sir Cadogan, no tenía sentido. Igual se sintió algo inquieta, definitivamente parecía que sí tendría la oportunidad de conocer los portales en el tiempo, si el Askar que ya había cursado se preguntaba sobre el futuro y el cuadro mencionaba experiencias anteriores, lo cual le hacía sospechar que sí habían viajado al pasado, sus deseos se verían cumplidos. Se obligó a no desvariar pensando en portales temporales y prestó atención a las palabras de Anne, mientras esperaba la respuesta de las primas Zoella y Rhaella. ¿Qué habría sido la broma de los regalos? --¿En verdad no podríamos volver a aprender a utilizar como los magos africanos nuestras manos para producir la magia? ¿Así como en el pasado? Nuestras varitas deberían ayudarnos a tener más control sobre nuestra magia, no limitarla, pero sí, hay muchos magos y brujas que se creen superiores pero que sin su varita no saben expresar la magia que cuando niños nos surge naturalmente --se calló, dándose cuenta que se estaba yendo de tema. --Perdón la interrupción, creo que aún quedan las chicas por responder --se disculpó.
  12. Sonrío con la propuesta, ya se imaginaba repitiendo su día de bodas, la felicidad de ellos y los chillidos de Nana por tener que hacer de nuevo la comida y de Eros sufriendo por tener que armar con sus flores los ramos de cada día. Imaginaba a sus elfos llevando los anillos y la cola de la novia, se lo pensó unos segundos, mejor sin cola, era mucho embrollo. --Eternamente amor --susurró y beso los pucheros que hacía su novio con mucho amor --¿porqué me hace morritos mi bebé? Pues no así, tranquilo --río al verle cerrar los ojos y le robo otro beso. --Quizás sí bordado pero no todo el vestido y tampoco con tan larga cola, no quiero llevar a todos los elfos colgando de ella --río, sí hasta el suelo, pero no arrastrando tras ella. --Me encantaría ¿qué lugar te gustaría visitar? ¿o descubrimos alguno nuevo? --Darla quedó pensativa, no tenía noticias de él desde que lo había rescatado del Atrio y lo había dejado en brazos de esposa --pues ahora que lo dices amor, hace tiempo que no, quizás deberíamos tomarnos el tiempo para ir a alguno de sus negocios o a su hogar... --se detuvo pensativa, ¿dónde estaba viviendo el mago ahora? Había visto reportes en el banco que le hacían notar que estaba dejando de lado algunas de sus actividades, lo cual preocupó un poco a la pelirroja.
  13. Las palabras de su novio la hicieron sonreír feliz y el rubor del sonrojo se convirtió en uno de felicidad, difícil de explicar si nunca has estado lo bastante enamorado como para que la persona junto a tí sea lo único que importa en todo el universo. Y eso es lo que le pasaba a Darla cuando estaba junto a Seba. O más bien, con Seba, ya fuera que estuvieran juntos y felices como ahora, paseando por el Callejón o cuando ella salía a cazar, o durante sus jornadas en Gringotts o incluso cuando estaba con su bando. No había nada que estuviera por encima de su novio. --Te amo con todo mi ser mi vida, tú eres todo para mí, quien me hace feliz y me hace respirar cada nuevo día. De hecho Darla sentía que era menos salvaje, menos inhumana cuando estaba junto a Seba, él era su humanidad, su vida, su amor eterno. La Potter Black nunca había pensado que podía sentir tanto y tan fuerte por alguien así en su vida. Y ese alguien tenía nombre y apellido: Seba Granger y ese fortuito encuentro, o más bien re encuentro los había unido de por vida. Quizás deberían elegir una réplica de los Sumaes o hacer la de ellos en los jardines de su hogar. Darla abrazó a su Seba y lo beso con mucha ternura, deteniéndose por unos minutos frente a una vidriera a la que no prestó atención, sin importarle los transeúntes que iban y venían alrededor de ellos. Luego miró a los ojos a su amado con ternura y ronroneó en sus labios. --Continuamos mi vida o creo que pego media vuelta y nos vamos a la camita --bromeó con ternura mientras se tomaba de nuevo del brazo de Seba y seguían paseando, por el callejón, pero antes de arrancar la caminata miró la vidriera frente a la cual se habían parado, qué casualidad, vendían túnicas de gala y vestidos de fiesta y en el centro de la vidriera había un bello vestido blanco, bordado en piedrería, no era tal cual como Darla se imaginaba su vestido de bodas, pero le pareció que aquello era toda una señal.
  14. Una sonrisa se dibujó en los labios de la Potter Black cuando de repente frente a ella tuvo la más bella vista que podía esperar, su prometido había aparecido, pero puchereaba. Bueno, no lo culpaba, al no encontrar a su madre y como si fuera poco, perder a su hermana. --No tienes que agradecerme mi amor --dijo para luego besar los pucheros de su prometido y verlo a los ojos con amor --hola --baja decibeles, se dijo a si misma o se pondría a arrumaquear a su novio allí mismo, pero él me hace pucheritos, se respondió y lo abrazó con ternura, para luego tomarse de su brazo. --Que Akiza no se pierda no es novedad, la que me preocupa es tu madre --giró la mirada para ver a lo lejos un árbol que conocía bien, se le estrujó el corazón por unos segundos y luego se obligó a olvidar, allí yacía la tumba de Lucas Dumbledore, suspiró, odiaba no entender del todo los detalles de su pasado. --¿Por dónde quieres que empecemos? A Akiza la podemos rastrear en el local, el castillo o... bueno, ya veré si algunos conocidos en común --no podía decirle quienes eran pero él podría adivinarlo, aunque, no sabía si la rubia le había contado algo a su hermano. --Pero Ariane me preocupa, ella viene muy pocas veces, se aleja tanto desde que perdió a su esposo --a decir verdad ambas mujeres le preocupaban, su sobrina por sus sentimientos dolidos y su compañera por sus viajes a lugares desconocidos, eran casi como los viajes de Seba, aunque él jamás regresaba herido. Sacudió la cabeza. --¿Hay alguien más en el castillo a quien pudiéramos preguntar? @@Seba Granger @ @@Akiza Ravenclaw H.
  15. --No tienes nada que agradecer, es de corazón y me alegro mucho te agradara nuestro regalo --dijo sonriendo la pelirroja, le había alegrado a su vez que le gustara el regalo que habían elegido para ella, no siempre se acertaba en el gusto literario de las personas, incluso había quienes preferían otro tipo de regalo. Tras escuchar a Seba, Darla hizo un gesto hacia Leto para que no fuera tímido con el elfo de Bodrik e hiciera caso a sus indicaciones para juntos preparar la vajilla para que el trío pudiera disfrutar una tarde des pastel. La pelirroja se puso a pensar de golpe, deberían haber llevado un termo con chocolatada, ¿cómo no se le había ocurrido antes? Susurró algo al oído de su elfo y volvió a acercarse a dónde estaban Seba y Bodrik. --Obvio, y ni creas que te salvas de que te cantemos el feliz cumpleaños --sacó su varita e hizo un suave movimiento con la misma haciendo que aparecieran unos globos flotando sobre sus cabezas de los cuales parecía surgir la música del Feliz Cumpleaños. --Espero que conozcan esta versión --agregó tras lo cual empezó a cantar --Feliz feliz en tu día, amiguita que Dios te bendiga que reine la paz en tu día y que cumplas muchos mássssss... --la Potter Black hizo un gesto señalando el pastel --ahora si tus deseos y a soplar. En ese momento la pareja de elfos regresaba con una bandeja con platos, servilletas, cucharitas, una cuchilla de torta y otra bandeja conteniendo tres tazas con sus platos y una humeante jarra de cerámica con chocolate. --Espero que les guste la idea ¿o preferirían algo más fresco como un jugo u otra bebida? --consultó la Potter Black. Los elfos acomodaban todo con mucho cuidado sobre la mesa tras aparecer sobre él un mantel blanco delicadamente bordado. Darla se acercó a la pareja de pequeños y les ayudo a disponer todo mientras su novio charlaba con la cumpleañera.
  16. Darla sonrió ante su novio empezando a explicar que iba por ella, por un lado le daba pena, andar arrastrándolo a cada locura que ella tenía para cursar y por otro lo amaba aún más por aceptar acompañarla en cada nuevo conocimiento que quería tomar. Escuchó con amor y estrechó tiernamente la mano de su prometido, como señal de agradecimiento y amor. --Siempre me ha gustado la historia, conocer los detalles de cada hecho que ocurre, me encanta y --dudo antes de continuar --creo que me ayudaría conocerla para poder aplicar mejor el fulgura nox ehmmm... tú sabes... los portales y eso --no quería reconocer abiertamente que deseaba viajar en el tiempo, ya lo habían hablado con Seba, y como iban llegando sus demás compañeros ellos no necesitaban saberlo pero sabía que su madrina entendería y si no luego podrían hablarlo mejor un día que visitara la Gaunt. La puerta se abrió segundos después y entro una joven cuyo rostro le resultaba familiar, había estado el día del tatuaje de la Marca, esos pensamientos de Darla estaban ocultos tras una barrera oclumántica, no había hablado con ella, pero la joven sí parecía recordarla y ahí tuvo en cuenta que habían compartido algún simulacro, respondió a su saludo con una inclinación de cabeza. --Mi prometido --agregó tras que Seba se presentara a la muchacha. No había pasado mucho tiempo cuando la puerta volvió a abrirse y el gesto de Darla fue de indisimulado disgusto, el novio de su madrina. El mago había intentado saber quién era ella en la Marca Tenebrosa desde que la había visto por primera vez rondando en los lugares habituales de reunión. Recordó como Arya, sin quererlo, había revelado su nombre durante la ceremonia de tatuaje. Sus dedos se entrelazaron a los de Seba e ignoró aún más al mago mientras se dirigía hacia las últimas filas, mejor, no tendría que soportar su humor ni sus ganas de querer saber todo de todos. Sus ojos volvieron a posarse en la profesora de la clase. --Anne, ¿la clase suele centrarse en alguna época en particular o es completa desde los inicios de la historia mágica hasta la actualidad? --quería saber qué tan lejos podría llegar con ayuda de sus conocimientos y hasta dónde realmente podría regresar.
  17. En House of Books Darla se encontraba en el jardín, para ser más exactos en los establos, ayudada por Tommy y Lualú para realizar las mejoras y ampliaciones para las nuevas criaturas,cada una de ellas tenía su propio espacio, según las especies. Solo los micropuffs solían ser llevados a la casa y hasta había hecho construír una réplica exacta del altillo de la antigua Snape sobre el altillo para los ghouls. Cuando terminaron y volvió al local, el pequeño Dash vino corriendo a entregarle una esquela de su prometido. La Potter Black se estremeció, apurándose a leer la nota, temiendo algo malo, pues habían quedado en salir a dar un paseo y que Seba se fuera así no era habitual en él. El rostro de la bruja se relajó a medida que leía el motivo y una sonrisa cálida se dibujó en sus labios. --Lualú, trae mi capa, creo que yo también iré a donde la familia Dumbledore --dijo mientras se apresuraba a revisar que tuviera todo en su bolso de piel de moke el cual aseguró a un lado del cinturón, del lado contrario al que guardaba la varita. Darla tomó la capa y la echó sobre la túnica de trabajo azul que llevaba puesta, había realizado un par de fregotegos sobre la ropa y se veía como nuevo y hasta olía a vainilla. Tras encargar el local a sus elfos desapareció rumbo al Chateau Dumbledore En el castillo El crack sonó en las afueras del Castillo, tras las verjas y al acercarse a ellas movió su varita, para presentarse con la señal de la familia. Aunque su sangre no fuera la misma había sido la tía adoptiva de Ariane antes de que ella encontrara a su verdadero padre y años después había descubierto con alegría y sorpresa que su sobrina del corazón era la madre de su prometido. Una doble alianza que hacía bromear a al vampiresa llamando sobriegra a su querida amiga. Atravesó el jardín a paso rápido, pues no se había cambiado los borcegos bajos que llevaba ese día. Esperaba poder encontrar a Seba y a su sobrina, y por lo que él había puesto en la esquela también estaría allí Akiza, milagro si la niña aparecía en realidad. @@Seba Granger @ @@Akiza Ravenclaw H. Ravenclaw
  18. Darla preparaba la mesa para el desayuno, Nana les había llevado una bandeja con una tetera, un par de tazas y un recipiente lleno de bizcochos y facturas. La elfina había lanzado un suave gruñido cuando ella le había dicho que se fuera tranquila que ella pondría la mesa del desayuno. Seba se estaba bañando y ella había madrugado un poco más, para ocuparse de poder organizar todo para ese momento de intimidad de pareja que era compartir un desayuno y leer las noticias en los periódicos de la mañana. Justo cuando terminaba un par de notas aparecieron en el local, traídas por una lechuza de la Universidad. Darla le dio una golosina al ave y luego dejó la nota a nombre de Seba junto a su taza y abrió el suyo, segura de que ambos debían provenir de la clase de Historia de la Magia a la cual la paraje se había inscripto. Una sonrisa se dibujó en los labios de la Potter Black al ver que su antigua compañera de escuadrón sería su profesora. Esperó a que Seba saliera del baño y estuviera listo, para luego comentar sobre las misivas recibidas durante el desayuno que compartieron. Darla recogió una pequeña mochila de cuero negro que se echó al hombro, en sus manos llevaba todos los anillos de poderes y habilidades, así como los amuletos y algunos frasquitos protegidos con hechizos que estaban convertidos en dijes y colgaban de una cadena en su cuello, bajo la remera mangas cortas que se había puesto. --¿Crees que esté bien así? —preguntó a su prometido mostrándole el atuendo que había elegido: unos jeans azul oscuro, una remera con capucha y bolsillo delante un tono más claro y zapatillas. No tenía idea de lo que tendría en mente Anne para la clase y prefería vestirse cómoda y algo sport, su estilo favorito a decir verdad. Tras un par de arrumacos la pareja se despidió de sus elfos y se dirigió a la Universidad, optando por aparecerse en las afueras de la misma, y recorriendo como una pareja de paseo el camino empedrado y luego las escalinatas hacia el aula en el piso superior. Cuando dieron con la puerta del aula correspondiente, golpearon suavemente antes de ingresar. —Buenos días —saludó la pareja mientras que ingresaban a un aula pequeña, pero cómoda y luminosa. Su saludo fue correspondido no solo por la profesora, sino también por cada uno de los cuadros que había en el aula. Parecía que los únicos alumnos serían ellos o que eran los primeros en llegar, aunque el lugar tenía solo media docena de bancas para alumnos, por lo visto no era una materia en exceso concurrida o solía ser muy personalizada la clase. Pero no tuvo mucho tiempo más de pensar en ellos pues los ojos de la vampiresa se perdieron en dos cosas de las cuales se enamoró a primera vista: la réplica del primer campo de Quidditch, deporte que amaba, pero que hacía años no practicaba y un busto de Newt Scamander, la pelirroja se había devorado el libro de Animales Fantásticos en su juventud. —Ésto está genial —dijo mientras saludaba con la mano a algunos de los grandes magos y brujas que les saludaban deseosos de darse a conocer desde los cuadros en la pared. Darla se acercó más a su novio y dejó que él eligiera los lugares en que se iban a sentar, no dudaba que la clase iba a estar genial. Miró al frente, sonriendo, ahora para prestar atención a su profesora, mientras tanto tomó la mano de su Seba, acariciando sus dedos con ternura.
  19. El sonido de una aparición se sintió cerca de la puerta y segundos después una voz familiar les saludaba, parecía que en un primer momento Bodrik no los había reconocido pero un instante después su tono se volvió más familiar y el saludo fue más afectuoso. --Buenas tardes Bodrik, que bueno verte tan bien cielo --dijo la Potter Black soltando por un momento la mano de su prometido y acercándose a la paladín para abrazarla con mucho afecto. Cuando la pelinegro hubo saludado a los dos Darla señaló los paquetes sobre la mesa, el que contenía el pastel y el del libro de poesías. --Espero que no te moleste pero un pequeño pajarito, creo que era un jobberknoll, nos contó que cierta bella señorita de la familia Lockhart estaba cumpliendo los años en estos días y pues nada, nos pareció que sería bonito poder festejarlo con ella, ya que siempre está pendiente de todos los cumpleaños mágicos, estaría bueno que ella también tuviera su cumpleaños sorpresa ¿tú qué dices mi amor? --agregó Darla guiñándole un ojo a su prometido y cediéndole la palabra para saludar a la cumpleañera. Darla sonrió con timidez, ella no era la más social del futuro matrimonio pero había querido expresarle con palabras el cariño que sentía la pareja hacia la joven bruja y de esa manera poder celebrarla en su natalicio. Mientras estaban allí una lechuza apareció volando, Darla juraba que ya la había visto antes entrar a su local y que era la misma que había visto un día antes en la Potter Black y cuando habían ido a almorzar a Ranas Lunares ¿los estaría siguiendo? Pero era imposible, bueno, no, en realidad parecía que al ave le habían encomendado recorrer todo Ottery y el Callejón para dejar en cada local y mansión una invitación para una inauguración. @@Bodrik @@Seba Granger
  20. Darla ronroneó suavecito al sentir el roce de su novio y respondió sus besos con ternura, escuchando como la extrañaba y se aburría sin ella, debía reconocer que el ritmo de ambos era un poco más movido que el que podían llevar en el Banco. Juntos seguramente irían a alta velocidad y tendrían el tiempo para compartir y hablar entre ellos, ayudarse y comentarse, pero trabajando cada uno por su lado, eso disminuía las capacidades de la pareja de complementarse y ser uno para el otro. La pregunta de Seba sobre el nuevo compañero que tenía en los controles del banco le arrancaron un gesto que solo en la intimidad de ellos dos podría haber hecho. Delante de cualquier otra persona hubiera recurrido a la metamorfomagia para mantener una expresión neutral y a la oclumancia para cerrar sus pensamientos, pero ante su amor sabía no hacía falta. Esperó a que la elfina se retirara antes de contestar. --Pues aprende rápido, trabaja bien, pero creo que se acelera, no sé si sepa delegar y eso ufff, a mí me cuesta hacerlo pero lo aprendí, él en el trabajo compartido --se encogió de hombros en un gesto resignado --es apurado, quiere termina ya ¿te recuerda a alguien? --río sabiendo que en cierta medida ella había sido así en el pasado, y se refrenaba en el presente. Sonrió ante la pregunta de Seba y le señaló una ranita que justo hacía un amague pero al verse observada se volvía a quedar quieta, decían que para no marear a los comensales. --Cuando piensan que no las ven, las de las paredes también --susurró como para que las ranitas lunares se sintieran libres de pegar algún que otro saltito por el lugar. --Pues raptémonos en algún momento mi amor, el día que tengamos una Luna de Miel nos tendrán que extrañar y... --Darla puso cara de susto e hizo una mueca de puchero --¿no nos corresponden vacaciones juntos? mato a Mía si nos las da por separado... --protestó como una chiquilla empacada mientras extendía su mano para tomar la de Seba, como protegiendo su posesión o entregándose a su dueño.
  21. Las palabras de Seba provocaron que Darla sonriera, había lanzado un suspiro mientras le besaba la mano. Vio su suave gesto, notando que sus ojos se desviaron unos leves segundos hacia el lugar en donde tenía tatuada la Marca Tenebrosa. Darla mordió levemente su labio por dentro, pensando en si eso le molestaba o le asustaba, en verdad no deseaba que nada se interpusiera entre ellos. Lo siguiente, sobre Scarlet la hizo tener una mezcla de sorpresa, miedo y tranquilidad. Su novio aceptaba su alter ego, pero no la quería metida entre ellos, río con esa idea y asintió. --Nada de tríos, tranquilo mi amor --sus ojos lo vieron con tanto amor como había en los azules ojos de su Seba. Darla se perdió unos segundos recordando el momento en que su amado le había entregado la alianza de compromiso que llevaba en su dedo. Un sonrojo suave cubrió sus mejillas mientras pensaba en lo que había ocurrido en aquel jardín, réplica de los Sumaes donde habían tenido su primer cita completa y se habían puesto de novios. --Cuando quieras firmamos los papeles y lo hacemos oficial para el mundo mágico mi vida --susurró con timidez, pensando en cuánto desearía que su sobrina y suegra pudiera estar con ellos y se preguntó si su padre se dignaría a entregarla o no. Pero sin importar ello, lo principal es que ellos dos harían no público, porque su amor ya lo era, sino oficial el hecho de que Seba era el hombre de Darla y que Darla era la mujer de Seba y de nadie más.
  22. Título de la Cancion: Tomo mi mundo eres tú Cantante: Därath (cover) Género: Balada/el grupo es de rock progresivo Dedicatoria: @@Seba Granger por si tenías duda de lo que siento que eres para mí.... ♥ Todo mi mundo eres Tú Pienso en ti sin descansar, cada día más Siempre estás presente tu, siempre tu En cada poro de mi piel, en mi forma de pensar Siempre estás tu Tu eres parte de mi ser, la razón de mi existir, sólo tu Tu eres todo para mi, infierno y cielo, siempre, siempre tu Todo mi mundo eres tu, toda mi vida Todo mi mundo eres tu, toda mi vida Todo mi mundo eres tu, toda mi vida Todo mi mundo eres tu, toda mi vida Sólo estando junto a ti, nada importa ya Todo es distinto si estás tú, junto a mí Mis noches no lloran soledad Hay problemas entre tu y yo, no hay tensión Tú eres parte de mi ser, la razón de mi canción, sólo tú Marcado a fuego estoy por ti, te llevo dentro Siempre, siempre a ti Marcado a fuego estoy por ti, te llevo dentro Siempre, siempre a ti, toda mi vida Todo mi mundo eres tu, toda mi vida Todo mi mundo eres tu, toda mi vida Todo mi mundo eres tu, toda mi vida Todo mi mundo eres tu, toda mi vida Sólo tu, sólo tu, toda mi vida ¡Sólo tu, yeah, toda mi vida, oh, oh!
  23. Hhola vengo a inscribirme y sí, sino a qué va a ser?... Nick: Darla Potter Black ID: 34050 Conocimiento: Historia de la Magia Nivel de Magia: 33 Link a la Bóveda: 78114 Link a la Ficha: 78108 *se sienta a esperar a Seba*
  24. --Oí lo de los cierres, no sé si los magos y brujas se van o simplemente se cansan de tener negocios. Lo comentaba con un poco de asombro, ella no se cansaba de tener la librería y compartirla junto con Seba, claro que en este caso era algo más que un negocio, era su hogar. Habían pensado con Seba tener su propio hogar, una cabaña junto a un lago quizás, pero por ahora ese lugar tenía todo lo que ellos necesitaban, quizás más adelante pudieran darse el gusto de tener su propia casa, una familia, no solo con sus elfos, sino con hijos. La caricia de la mano de Seba y su posterior pregunta la trajeron de vuelta. --Pues él habló de ir al pasado en general, no solo al mio amor, creo que podríamos ver el de quien quisiéramos, puedo atravesar contigo el portal, ida y vuelta --, comento la bruja mientras se sorprendía por la última pregunta de su prometido. --Claro que te la mostraría, quizás no todas sean cosas para enorgullecerse pero son lo que hicieron de mí lo que son y me han traído a tí mi amor --acarició el rostro de su novio con amor y le dio un beso tierno. --¿No te asustaría conocer algunas cosas de mi pasado o el de Scarlet? --en cierta forma el pasado de la Akane era ahora parte del suyo, cuando su álter ego la había convertido en su horrocrux había hecho que sus vidas, pasadas, presentes y futuras se entretejieran. Darla se preguntó si haría algo para cambiar su pasado, llegando a la conclusión de que jugar con ello sería muy peligroso, quizás solo poder disfrutar una vez más de aquellos que amo y ya no estaban.
  25. Darla se puso roja a su vez con la mirada de Seba tras su pregunta, lo había dicho más por su cuñada que por él, pero luego recordó que a él tampoco le gustaba limpiar de la forma mágica sino que prefería la tradicional. Muy distinta a ella en realidad, desde que había descubierto la posibilidad de poner orden con un chasquido o con un par de movimientos de varita había sido la mujer más feliz del mundo. Pero no tuvo tiempo de disculparse con su novio por su pregunta, porque la elfina de Akiza apareció en ese momento, escuchó las recomendaciones y miró a Seba, quien con un rápido susurro le prometió explicarle luego, ella asintió. A su memoria vino una reacción extraña que había tenido la Ravenclaw durante una reunión en el Cuartel Inquisidor, la rubia parecía haberse quedado dormida, luego de lo cual al despertar se había sobresaltado, como si en realidad hubiera viajado extracorporeamente. Era raro que algunos magos o brujas hicieran aquello, pero no por eso imposible. --¿La esperamos acá o vamos a buscarla con la elfina? --preguntó en un susurro, recordando las recomendaciones y dudando en si era buena idea ir donde Akiza o mejor dejar que Akiza viniera a ellos. --Podemos aprovechar a tomar algo aquí... luego de limpiar, claro... --dijo mirando el pequeño desorden que había en la zona interna del local.

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