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Darla G Dumbledore

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Todo lo publicado por Darla G Dumbledore

  1. La pelirroja escuchaba las palabras de su prometido y levantó la mirada hacia él, le había seguido en cada movimiento y le veía ir de aquí para allá. Sus ojos se posaron en su cálido rostro, sintiendo que la invadía una oleada de ternura, de amor puro. --Yo también te amo --apoyó su mano sobre la mano de él sobre su pecho y lo llevó hacia el pecho de ella, --¿lo sientes? solo late por tí --lo vió arrodillarse y se enderezó hacia él, escuchando sus palabras, suspiró al sentir sus labios sobre el anillo. --Yo te quiero en mi eternidad, yo quiero ser tu eternidad --suspiró sintiendo que quería abrazarlo y comerlo a besos, se inclinó hacia él --yo te quiero para siempre y por siempre, no lo dudes amor --y sus labios rozaron los de su prometido, viéndolo con ternura, acaricio su mejilla --te amo tanto. Darla observó con amor a su prometido, dispuesta a dar el paso de su vida, para estar por siempre y para siempre junto a su Seba, sintiendo que su corazón no podía pertenecer a ninguna otra persona en este mundo ni en ningún otro.
  2. La reacción de Seba la hizo estremecer, mordió su labio por dentro y evito llorar, él también mordía su labio e insinuaba que era ella la que se podía arrepentir de haberse casado. ¿Cómo podía pensar eso? Tragó intentando entender qué le hacía pensar eso. El que se levantara y comenzara a caminar, alejándose de ella en realidad la marcó, presionó sus manos una contra la otra, jugando con sus dedos, por no tener algo más que presionar entre sus manos. --Para mí también es serio, no es ningún juego, y también estoy enamorada, no sé qué te hace pensar en que podría sentir de otra manera. Sé que lo que vemos en el mundo mágico, las parejas van y vienen, son pocos los constantes, pero nosotros no seremos una pareja de hoy y no te conozco mañana --se detuvo, respirando profundo. --Nuestros momentos no han sido siempre perfectos, hemos tenido discrepancias, malos momentos y aquí seguimos, contra viento y marea, firmes, sostenidos el uno en el otro. No sé por qué ves dudas en mí o que tomo nuestra boda como un juego, un papel o una escena de teatro, para mí no es juego, para mí es en serio el amor. Lo miró dando vueltas y creyendo que ella estaba insegura, que complejo, ella no era así, ¿por qué justo ahora no la veía como era? ¿por qué no se daba cuenta que estaba dispuesta a dejar todo y a cambiar todo por él? --Mis miedos son tu falta, tu ausencia, ese es mi boggart no tenerte --suspiró con tristeza --yo te amo y quiero estar para siempre a tu lado.
  3. Las palabras de Seba le habían arrancado un oohh, a pesar de todo lo que ella vivía y el ambiente en que se movía, nunca tenía en cuenta ese detalle, si alguien se metiera con sus elfos se las vería con ella. Pero Seba tenía razón, estaba rodeada de personas que seguían viendo a los elfos como seres inferiores, una sombra pasó por su rostro, pues sí, quizás fuera mejor consultar, pero estaba segura que si el elfo viera aquello sería feliz. Asintió suavecito, preguntarían luego si podía venir o si era bienvenido, o al menos no mal visto. Sonrió y acarició la mano de Seba en la silla antes de sentarse tras que él le acomodara el asiento. Su prometido era todo un caballero y ella amaba cada gesto de ese hombre que se había ganado su corazón a fuerza de amor. --Gracias mi vida --agradeció a su novio mientras éste le preguntaba a Katy sobre las rosas, se sonrojó, su novio sabía que le gustaban las flores, y aquel gesto tan tierno de su parte le hizo sentir feliz y mimada. A veces se sentía tan torpe por no poder tener esos detalles tan tiernos y delicados para con él, ella era tan salvaje y aunque lo amaba con todo su ser sabía tan poco de cortejar con delicadeza. Miró a su novio con amor y poniendo su mano sobre la de él, la acarició con ternura. De verdad lo amaba hasta el infinito y más allá como solía decirse. Sus ojos pasaron de su novio a la joven que los atendía para ver cuál era su reacción ante la pregunta del apuesto, pero sonrojado mago.
  4. Los ojos de Darla se llenaron de un cristalino rocío al escuchar las palabras de su amor, ella lo amaba tan cual él la amaba a ella, sin condiciones, aceptando todo lo que era él. Había defendido y encubierto a su novio, aún cuando él se había revelado, lo había protegido ante todos, incluyendo sus líderes y había estado dispuesta a poner las manos en el fuego por él, porque sabia que jamás se quemaría. Hasta dispuesta a matar a quien se interpusiera o intentara atacarle. Saber que él la aceptaba de la misma manera la hacía sentir la mujer más feliz del universo. Siguió el suave movimiento de él sobre su anillo, asintiendo y acariciando el de él, viéndolo con amor, susurró un sí, ante el hecho de ser ellos dos y sus elfos lo único y lo primero. Ella no dejaría que nada ni nadie más se interpusiera en sus vidas, como había sucedido en el pasado, no dejaría que las dudas ajenas envenenaran sus mentes. --Siempre he sido tu Mujer, siempre seré la Señora Granger ante tí y ante los demás, cambiaría mi apellido y mi vida por tí, nunca dudes de eso mi Seba, eres mi más grande amor, yo te acepto en mi vida, con todo lo que eres y te pido que tú me aceptes a mí con todo lo que soy. No quiero que solo me ames hasta la muerte, quiero que nuestros lazos vayan más allá de ella --la pelirroja sintió subir un calor por sus mejillas, no quería perderle, por nada del mundo, la idea de que todo acabase al él morir la torturaba, no podría sobrevivir sin él. Un frío recorrió su espalda al verle bajar la cabeza y la sombra que oscurecía su rostro, al decir que el paso era muy grande. ¿Recordaría a Luna? Se estremeció, lo había ayudado a buscarlo, en secreto, había ido tras ella, hasta que no había podido encontrar más pistas. ¿Aún la amaría? Los temores y las dudas por su gente llenaron su vacía y fría alma. --No es cierto, no es poco, es muchísimo, es el infinito, es más de lo que alguna vez podría haber soñado, pero quiero que estés seguro de lo que me dices, no quiero ver sombras de tristeza en tu rostro, si vamos a dar este paso, si vamos a formar una unión aún más profunda de la que tenemos, no tengas dudas por favor, no creas jamás que no te amo, somos una familia, somos una pareja, somos dos amantes y una sola alma, porque la mía ya está fundida en la tuya, para siempre, jamás podrá volver a ser mía porque ya no me pertenece, es tuya --y sin poder evitarlo, rompió a llorar, con lágrimas de sangre y hielo como nunca antes había llorado jamás.
  5. Darla escuchó las palabras del arcano y lo observó, con curiosidad y sorpresa, luego miró a Anne y se encogió de hombros. Era verdad que la tarde estaba calurosa, pero que no respondiera la dejaba más que intrigada, era como si el arcano estuviera dispuesto a ignorarlas por completo. La serpiente de la cual se había hecho amiga, Aisha, le decía que así enseñaba él, eligiendo lo mejor para sus alumnos. Pero la verdad era que de los tres arcanos que había conocido hasta ahora éste era el más indiferente, la habían odiado, la habían maltratado, la habían tratado afectuosamente, habían dudado sobre sus habilidades o capacidades, pero hasta ahora no había encontrado un arcano que hiciera algo y luego actuara como si la consigna que les había dado no existiera. Un suspiro escapó de los labios de la Potter Black pero evitó comentar, ni siquiera con su amiga la serpiente ni con su madrina, lo que pasaba por su mente, claro que se intentaba proteger con oclumancia, pero a esta altura del partido sospechaba que quizás solo sirviera con Anne, no con los demás. Un suave rumor la hizo enderezarse buscando el origen, el propio Lawan miraba en ese momento hacia el lago en el que había estado pescando y, no lo podía negar, le hubiera gustado pescar a ella también. Pero parecía que la pescada sería ella y sospechaba que Nguyen Thanh había sido la carnada. Una vampiresa es rápida, y estaba segura que lo hubiera sido más que la anaconda, pero demostrar recelo, que pudiera ser interpretado como temor no le parecía conveniente en ese preciso momento. Fue por eso, que sin poder evitarlo de forma amable, la pelirroja se vio arrastrada por una de las dos serpientes hacia el centro del agua. Alcanzó a escuchar las palabras el arcano y un alarido molesto escapó esta vez sí de sus labios. —¿Creo? ¿Cómo que creo? —el gruñido de la bruja podría haber espantado a todas las aves de los alrededores y ni siquiera se había dado cuenta que lo había chillado en pársel. Aisha se había acercado al borde de la roca donde ella había estado, estirando su cuerpo hacia lo alto, para ver mejor y de su boca salió un suave siseo. Razzona con ella. Darla puso los ojos en blanco, respiró profundo y se obligó a no utilizar la fuerza vampírica, no quería herir una serpiente y menos terminar herida por ella. Estaba segura de que podía con el animal, pero Aisha tenía razón, lo que buscaban Lawan era que manejara el pársel aún mejor. —Dissculpe, esspero que el párssel sea universsal porque portuguess no manejo… —se sentía est****a —Lawan, el arcano Nguyen Thanh —se corrigió al toque —pienssa que solo quieren jugar, ¿podría apretar menoss miss tobillosss y permitirme nadar a ssu lado para practicar párssel? —era una jugada muy peligrosa —esstoy sssegura que mientrass máss variedad de usstedess conozca y ssuss cosstumbress mejor noss podremosss comunicar e interactuar. Ya, si no era su imaginación el apretón en los tobillos había aflojado un poco, aunque la serpiente no la soltaba del todo, la miraba con curiosidad. Así como ella misma estudiaba al reptil de tres metros de largo, si no había leído mal, era un macho, ya que las hembras eran mayores. Su color verdoso resaltaba con las manchas negras ovaladas y sus amarronados ojos, con destellos verde oliva la observaban, mientras la lengua “olfateaba” el aire. —¿Le he ofendido o atacado de algún modo? Sse que no atacan humanoss ssalvo en defenssa propia. Le pido dissculpass por ambass si hicimoss algo mal. Un suave siseo de parte de la anaconda ¿o del anaconda? ¿Cómo sería la expresión correcta? Como fuere, el siseo le indicó que no le había disgustado lo que le decía, aunque todavía no le respondía a ninguna de sus preguntas, la presión en las piernas había disminuido y, aunque estaban más al centro del lago, no estaban bajo las aguas. Eso, según ella, no era mala señal. Tras ellas podía sentir que Lawan hablaba con el Uzumaki. Evitó fruncir el ceño e intentó escuchar cómo le iba a Anne.
  6. Suspiro con cada beso que él le daba, sintiendo como ardía su piel al contacto de los labios del hombre que se había ganado su corazón. No importaba cuanto tiempo pasará ni si un abismo se habría entre ellos y los separaba, ella nunca dejaría de amarlo y de buscar atravesar el mundo para estar a su lado. --Lo daría todo por ti y lo sabes, sé que me aceptas tal cual soy, con virtudes, pocas, y defectos, muchos, pero estaría dispuesta a perder mí inmortalidad por ti a una palabra tuya. Sus ojos siguieron los de él, que veían su brazo, dónde un tatuaje de una rosa iba y venía ocultando otro que le habían hecho más profundo. La magia de la metamorfosis siempre había estado con ella escudándola. --No eres solo un tipo --protestó ante estas palabras --ambos sabemos mucho de magia como para enfrentar a quién venga --aceveró la Potter Black aún consciente que él jamás dejaría que nadie la dañará, cómo ella misma estaba dispuesta a protegerlo de quién fuera. Una sonrisa se dibujo en los labios de Darla con el amor a segunda vista, recordando al joven mago que había conocido en un rescate en Nurmengard. Él le había ayudado a reconstruir esos recuerdos que la salida de la Orden habían pretendido llevarse de su persona. Pero el amor es más fuerte. --Yo te amo y siempre cuidaré tu corazón, cómo sé que tú cuidarás el mío, en este momento y para siempre te entrego una vez más todo mí ser, soy tuya solo tuya ahora y para siempre Seba Granger, soy solo tu mujer, como tú eres mí hombre --respiro unos segundos, viéndolo a los ojos --te amo, te ame y te amaré solo a ti, ahora y siempre por la eternidad mí bebé --acervó sus labios a los de él y los rozó suavecito, con timidez.
  7. Las palabras de él la sorprendieron, sacudió la cabeza negando ¿cómo podía dudar de cuánto lo amaba? ¿de cuán feliz era con él? Levantó la cabeza y acaricio la mejilla de su prometido, viéndolo a los ojos con amor y ternura. Sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho con solo ver esos bellos ojos en los que podría perderse por una eternidad. --Soy enteramente feliz a tu lado mi amor, no hay nadie que pudiera llenarme tan plenamente como tú llenas mi vida, me complementas --Darla sintió que se enrojecía pues ella no solía dejarse llevar por la ternura excepto con él --eres mi media naranja, mi otra mitad, mi compañero, mi confidente, mi alma --tomó las manos de Seba entre las suyas viéndolo con adoración. --Por ti estoy dispuesta a dejar mi inmortalidad, tu madre, mi sobrina, me había hablado de un hechizo que los sacerdotes conocen y que podría volverme humana una vez más. Solo tomaría tu sangre si tú me lo pidieras mi amor y solo si fuera para que de humano pasaras a ser vampiro que compartiera conmigo la vida hasta los últimos días de la tierra, pero si me pides que sea yo humana, buscaré la forma de estar a tu lado así, juntos, hasta ser un viejito y una viejita caminando de la mano, con arrugas, con canas y con el amor más grande del universo que tú me inspiras. Darla acarició una vez más la mejilla de su amado viéndolo con amor y adoración a los ojos. --Nunca dudes de que te amo y que no hay nadie más en vida más que tú, eres todo lo que quiero en ella.
  8. Podía sentir cada latido de su corazón, el de él corría tanto o más que el de ella misma. Podía ver la vena de su cuello como una invitación que hizo que sus lengua humedeciera sus labios mientras respiraba profundamente sintiendo el aroma tan delicioso de su piel, de su ser. Era como que esa bella persona que era su amor oliera al más exquisito e irresistible vino preparado especialmente para ella. Acaricio su mano con ternura mientras se dejaba guiar hasta la banca. --Lamento haber llegado tarde --comentó haciendo referencia a la demora que había tenido al salir del banco y el tiempo que se había tomado en recorrer a pie los último metros hacia el campus. --Recuerdo muy bien nuestra primera cita, la guardo en un diario --confesó la Potter Black, había relatado los hechos en aquel cuaderno oculto y lo guardaba bajo siete llaves, para no perderlo jamás. Darla sonrió con el comentario, los Jardines Sumaes se habían convertido en su lugar, y lo habían recreado o reflejado como ahora en un lugar similar, para refrescar su memoria y repetir esa oportunidad de revivir uno de los momentos más felices de su vida. La bruja tomó asiento presionando entre sus manos la mano de su prometido, cada vez más extasiada con la presencia de su amor. --Ni yo me arrepiento y si quiero repetir nuestros encuentros y vivir contigo así feliz, para siempre --un suspiro escapó de sus labios al sentir la mordida de su novio y sus labios y su lengua acariciaron los labios de él. --Te necesito a mi lado, no podría vivir sin tí --susurró la Potter Black en los labios de Seba y lo abrazó fuerte a él, como si temiera se desvaneciera de repente y se mantuvo así, escuchando el latir de su corazón contra su pecho y la respiración del mago sobre su cuello. Temiendo abrir los ojos y que él no estuviera allí --no te imaginas cuanto te necesito y cuanto te amo --volvió a susurrar.
  9. Llegas a las afueras del campus no le había llevado casi nada, se alegró de estar ese día con zapatos con taco chino, no muy alto, un cómodo pantalón de jean, sin importar lo que dijeran era un gran invento muggle, aunque las malas lenguas decían que en realidad lo había inspirado un mago explorador del oeste americano. Mientras recorría el lugar, observando la mezcla de edificaciones, soltó el botón superior de su camisa, quedando en escote en V, no hacía tanto frío a pesar de la hora. Sus pasos seguían una búsqueda que esperaba diera un buen resultado, el anillo seguía sin marcar peligro y el aroma que llenaba el aire hacía sospechar a la Potter Black que en la nota había una línea "incorrecta" sí creía conocer bien a quien había enviado la nota. ¿Habría hecho que alguien más la escribiera? Posiblemente, ya que un elfo desconocido la había entregado. A lo lejos observó el campo de quidditch, mientras que la variedad de árboles la sorprendía, pero lo que más le atrajo fue algo que vio cercano al lago, mientras recogía sus cabellos en un rodete, una sonrisa se iba dibujando en su rostro. Allí, bajo la sombra de un frondoso roble se podía observar una figura familiar, junto a una banca antigua. Se acercó hacia donde el hombre de sus sueños estaba mientras dejaba atrás las edificaciones las salas del campus en sí, los salones de estudio y la sala de práctica y se apresuraba a llegar a aquel más lejano y tranquilo. A su mente llegó el recorrido que había hecho de los jardines Sumaes tomada de la mano de Seba, que cuidaba que no tropezara en ninguna imperfección del jardín, o alguna roca oculta entre los pastos. Recordaba también el bello mantel sobre el que les esperaba un delicioso picnic y cómo había saboreado de la mano de Seba unos trozos de queso y el delicioso sabor de sus dedos, incomparables con el exquisito sabor de sus labios. --Creo señor que en su nota, había un pequeño error, aunque no niego que la sorpresa lo hace un poco desconocido, por el lugar, quizás, pero juraría que conozco cada bello rincón de su cuerpo y deseo que conozca cada rincón de mi alma que le pertenece. Un estremecimiento recorrió todo su cuerpo cuando él se volvió a mirarla y Darla supo que estaba cada día más enamorada, que quería no solo entregarle todo, sino entregarse toda ella por entero, sin reservas, desde su cuerpo, hasta su corazón, desde su mente hasta su alma. --¿Sabías que cada vez te ves más guapo y cada día estoy más enamorada de tí? --susurró con un dejo de ahogo, sintiendo el acelere de su corazón que al lado de su Seba cobraba vida y latía más rápido que el galope de un caballo desbocado. Se acercó a su novio y le tendió la mano, tomando la de él y abrazándolo lo besó largamente en los labios, sintiendo que el mundo, el tiempo y todo lo demás dejaba de existir, solo estaban ellos dos ahí, en ese su pequeño mundo, su réplica, casi perfecta, del momento mismo, en que se habían visto a los ojos y habían sabido que se podían amar. Ese pequeña porción del lago se convertía para ellos en los jardines de Sumaes, su jardín del amor. @@Seba Granger
  10. @@Candela Triviani Dejo los descuentos que corresponden al siguiente post: Post #612 • Pago a Profesores de Conocimientos ― Octubre Orión Yaxley Jeremy Barton Apolo Granger Gabrielle Delacour Sagitas E. Potter Blue Emmet Haughton Gaunt Juv Malfoy Croft
  11. Leto, elfo de Darla El elfo iba y venía, había traído un pequeño bols de cerámica con salsa picante, más servilletas y otro plato de bocadillos para luego ir en busca de varios libros referidos a runas antiguas y lenguajes perdidos. Estaba yendo y viniendo escuchando a su amigo, y viendo como se interesaba en los libros y probaba los bocadillos que le había llevado, disfrutando de los mismos. Mientras que estaba en eso llegó el Granger y el elfo se inclinó para saludarlo tras recibir una sonrisa de afecto de su parte. Respetuosamente permaneció a un lado hasta que el mago le tendió un ramo de flores y le indico las dejara junto a la cama, del lado de su ama. --Leto va corriendo, Leto las pondrá en un jarroncito con agua --dijo rápido, inclinándose y partiendo hacia el piso superior, donde sus amos tenían su departamento. Darla, saliendo del trabajo... La mañana había sido tranquila, pero ella seguía con dudas, había revisado no una, ni dos, sino tres veces que no se hubiera olvidado de poner ningún dato, no quería que los duendes le tiraran las orejas. Demasiado era ya que se vivieran quejando que el trabajo con magos y brujas era abrumadoramente lento. Claro, como si ellos pudieran ser más rápidos que un vampiro, claro que no quería ni recordar la respuesta quejumbrosa y descalificadora que le habían dado al respecto un día en que lo insinuó. Miró el reloj y tras dejar los papeles, un poco más relajadas en la bandeja que viajaba hacia el área de control, se levantó de su escritorio y fue a enjuagar su rostro antes de tomar su bolso y prepararse para regresar a casa. El otoño había llegado pero los días continuaban teniendo su toque cálido. ... llegando a House of Books. Había extrañado a Seba por el camino, sabía que él tenía otro trámite que hacer, por eso había elegido el camino más largo, pasando por varios locales, observando vidrieras nuevas y tomando nota mental de aquellas a las que invitaría a su novio para conocer juntos. Excepto claro las de ropa femenina, no pensaba torturarlo de esa manera. Cuando llegó al local ingresó con la mayor delicadeza posible y atajó la campanilla al vuelo mientras cerraba la puerta. Saludo a Tommy que estaba tras el mostrador de la planta baja y cuando iba a aparecerse directo hacia el departamento del segundo piso sintió las voces. Seba había llegado, y no estaba solo. Se apareció en el primer piso y se encontró con su prometido acompañado de un peliverde al que reconoció al instante. --Antoni, que gusto verte y no en medio del caos ministerial --saludó la pelirroja recordando cómo había tenido que luchar por sacar al mago tras las peligrosas jugadas que ambos habían llevado a cabo para escapar de la Seguridad Mágica.
  12. Título de la canción: Tú me das amor (Paisaje) Cantante: Vicentico Género: Balada Romántica Dedicatoria: @@Seba Granger, Te amo bebé No debemos de pensar que ahora es diferente Mil momentos como este quedan en mi mente No se piensa en el verano cuando cae la nieve Deja que pase un momento y volveremos a querernos Jamás la lógica del mundo nos ha dividido Ni el futuro tan incierto nos ha preocupado Una vez los dos pensamos "hay que separarse" Mas deshicimos las maletas antes de emprender el viaje Tú no podrás faltarme cuando falte todo a mi alrededor Tú, aire que respiro en aquel paisaje donde vivo yo Tú, tú me das la fuerza que se necesita para no marcharse Tú me das amor, me das amor No debemos de pensar que ahora es diferente Mil momentos como este quedan en mi mente No se piensa en el verano cuando cae la nieve Deja que pase un momento y volveremos a querernos Tú no podrás faltarme cuando falte todo a mi alrededor Tú, aire que respiro en aquel paisaje donde vivo yo Tú, tú me das la fuerza que se necesita para no marcharse Tú me das amor, amor Ah, ah Tú me das amor, ah Amor
  13. Mientras esperaban la respuesta de Michelle una nueva empleada del bello llugar se hizo presente, aunque sutil, la vampiresa pudo sentir en sus ropas el fresco aroma del café y otras especialidades culinarias. Sabía que para cualquier ser humano el aroma sería imperceptible, pero no para ella, y la verdad es que eran perfumes de una delicada fragancia, se notaba el esmero que habían puesto en la preparación. --Buen día Katy, muchas gracias --dijo la pelirroja mientras tomaba la mano de su novio, para ir tras la bruja que los había invitado ir tras ella para conocer las especialidades de la cafetería. Tras un intercambio de señas entre la recepcionista y la chica de la cafetería, Darla y Seba fueron junto a ella recorriendo los pasillos con detalles de mármol y madera. Era todo un desafío a los sentidos, ya que la Potter Black podía sentir el aroma de la madera, estaba segura que no era originaria de Europa. Cuando llegaron al jardín también había mármol pero sobre todo una gran variedad vegetal. --Esto le encantaría a Eros, quizás debamos invitarlo a que venga a ver los jardines de la Libélula para que encuentre nuevas variedades para nuestro jardín --comentó la vampiresa a su prometido, claro que debía reconocer que al elfo del Granger no había planta que se le escapara o no conociera. --De verdad han hecho un bello lugar aquí --respondió al comentario de Katy sobre las flores, el aroma de ambas especies se entremezclaban y resultaba más que delicioso también, era una hermosura la naturaleza. --Muchas gracias --agregó sonriendo por las palabras de Katy --el lugar me parece perfecto ¿no lo crees Seba? --consultó la pelirroja dirigiéndose a su prometido.
  14. La mirada de la rubia vampiresa observó la entrada del local al sentir el sonido de su apertura, reconoció al mago, novio de su compañera y jefa de inquisidores, o quizás debería decir mejor, ex jefa. Cuando Darla había dejado el Cuartel, Kimberly había durado poco tiempo más en ese empleto, no tenía nada contra sus nuevos jefes, peor era su relación con Scarlet, el alter ego de Darla, por lo que se había mantenido en el trabajo. El elfo al que le había realizado el encargo apareció unos minutos después, mientras una elfina atendía al Granger. El elfo cargaba una bandeja que era casi tan grande como él, donde había un delicado juego de té de porcelana blanca, con unos dibujos en verde en el borde, una tetera del mismo estilo y un plato sobre el cual había una pila de galletas. El elfo acomodó todo sobre un mantelito individual que colocó sobre la mesa junto a una delicada servilleta y tras dedicarle unas palabras ofreciéndose a servirla se retiró. Kimberly duró unos segundos, mientras revolvía y el té y observaba al Granger a quién le ofrecían esperar en una mesa mientras le traían su pedido. --Señor Granger, buenos días, ¿cómo está? ¿gusta sentarse mientras espera? --la voz suave de Black rompió el silencio del lugar. http://i.imgur.com/wHKrWjQ.jpg
  15. Dejo los descuentos que me correspondían del siguiente post: Post #607 • Descuento por Inscripciones a Conocimientos — Octubre Akiza Ravenclaw H. Jank Dayne Sol Lestrange Black R Juliette Macnair Ventanilla al día hasta aquí.
  16. Dejo la parte que me corresponde de los pagos solicitados : Post #603 • Pago a Profesores de Conocimientos — Septiembre Gabrielle Delacour Anne Gaunt Orión Yaxley Madeleine Eileen Moody Bodrik Melrose Moody • Pago a Profesores de Conocimientos — Julio (Pendiente) Jeremy Barton Post #604 • Pago a Profesores de Libros de Hechizos — Septiembre Keaton Ravenclaw Hades Ragnarok Athena Rouvas
  17. Titulo de la canción: Solo tengo ojos para ti Cantante: Juan Luis Guerra Género: Balada Romántica Dedicatoria: @@Seba Granger, Te amo mi Tian. Sólo tengo ojos para ti No te das cuenta, no lo has notado Y te quiero más de lo que hoy puedo decir Sólo tengo ojos para ti Sólo busco el tiempo para ti Vaya manía de estar a tu lado Y lo eterno cabe, en tu minuto enamorado Y yo sólo tengo ojos para ti Te veré como siempre en el rincón Donde guardo el corazón y tan sólo vives tú Y aunque el mar pierda una orilla Y el comienzo su partida Sólo tendré ojos para ti Sólo tengo ojos para ti No de das cuenta, no lo has notado Y te quiero más de lo que hoy puedo decir Y yo sólo tengo ojos para ti Te veré como siempre en el rincón Donde guardo el corazón y tan sólo vives tú Y aunque el mar pierda una orilla Y el comienzo su partida Sólo tendré ojos para ti Sólo tengo ojos para ti Sólo tengo ojos para ti https://www.youtube.com/watch?v=1R3Ydp2Yqu4
  18. Las palabras de Anne de que se encontraba bien la habían dejado más tranquila, aunque su tono parecía agotado, pero no la culpaba, ella misma, aunque no fuera su propia experiencia se había sentido agobiada. La historia que Scarlet le ocultaba iba mostrando sus hilos cada tanto y empezaban a conformar lentamente, muy lentamente, un tapiz de lo que había sido la vida de la rumana. La vida y la muerte, pensó en las palabras que la serpiente le había dicho, ¿cómo no culparla por esa sensación de que si no hubiera tenido miedo, si se hubiera atrevido a hablar del tema hubiera salido adelante y todo habría sido mejor? Scarlet lo supo años después, su familia tenía una larga tradición de hablantes de Pársel, pero siempre habían preferido que su hija más pequeña no supiera de los lazos mágicos de la rama materna. Ego del padre quizás, pero sus hijos, aunque lo habían logrado ocultar, tenían magia, y si no desarrollaron un oscurus fue porque su madre era una experta en obliviarlos luego de hacerlos practicar. Pero esos detalles de la vida de su alter ego eran solo vislumbrados por ella en momentos como ese. Aunque Scarlet estaba casi siempre en conocimiento de las cosas de Darla la situación no solía ser recíproca. Todos esos pensamientos se habían diluído en los propios de Darla cuando su padre había aparecido ¿era su padre? ¿o le había mentido al llegar a Ottery? Ahora se planetaba eso, y aunque la había protegido y cuidado en un principio luego todo había quedado en la nada. De nuevo envuelta en esas sensaciones salió de ellas con el golpecito que Anne le dio en el hombro. --Si, sí --, murmuró a desgano, saliendo por la otra entrada que llevaba hacia el río, o un lago, no le quedaba muy claro qué era el lugar. Desssspeja tu mente, le siseó Aisha que la observaba con una mezcla de afecto y preocupación. La serpiente había tomado bajo su protección a la bruja, sin que ella lo supiera e intentaba guiarla en el despertar de la habilidad. Darla caminó despacio tras Anne, aún en silencio, con Aisha reptando a su lado, observó con curiosidad las cañas y la diversidad de carnadas que el arcano había dispuesto alrededor, sobre una tela como de arpillera blanca. Se preguntó si las serpientes comerían los peces que pescaba el vietnamita o si él los liberaba luego de atraparlos, claro que si se lastimaban con el anzuelo era complicado, aunque nada que un mago de su calibre no pudiera sanar seguramente. --¿Hace ésssto con todoss? --preguntó a la serpiente que seguía a su lado, juraría que ella se río. --Lawan hace lo que cree mejor para ssssusss alumnosss. Interesante, Darla se preguntó por qué creía él que la pesca sería un incentivo o relajante para ellas, camino tras Anne, acercándose a donde estaban las cañas libres y las carnadas, había cascarudos, caracoles, vísceras diversas, juraría que de pollo y pescados y otras que la pelirroja no pudo reconocer. Estaba segura que Anne pondría el grito en el cielo si tenía que encarnar con algunas de aquellas especies, sobre todo con las resbaladizas anguilas o los duros peces cascarudos. Aunque la bruja, al igual que ella antes, estaba más interesada en el brebaje que habían bebido que en las formas de pescar. La Potter Black se acercó, muy interesada en conocer la respuesta a ello. Aunque por el enfurruñamiento de Scarlet y como se había encerrado dentro de su mente casi como si se hubiera dormido no dudaba de que sí debían ser reales las imágenes que habían visto y las experiencias que habían recordado. Porque estaba segura que si ella tenía un recuerdo aletargado Anne también, después de todo ahora se la veía más confiada, incluso considerando que el basilisco de Lawan había pasado junto a ella para ir a enroscarse a los pies del arcano. La vampiresa no dijo nada, sino que sentándose en una piedra cercana, con la serpiente a su lado, observó con curiosidad una de las cañas, esperando que el arcano respondiera a su compañera.
  19. Genial, pensó la Potter Black cuando vió que el vietnamita había tomado su sombrero y unas cañas de pescar, aún sentada en el suelo, en canastita, observaba a la serpiente que se mantenía a su lado, como cuidándola. A su mente vino la cara de "no me gusta me cuestionen" que había hecho el arcano cuando ella quiso saber antes de actuar. El vampiro debería saber que ella no era un soldado o una simple alumna adolescente, estaba acostumbrada a hacer muchas cosas, pero por una buena razón, y hasta su alter ego había sido una comandante más que salvaje en sus tiempos. --Supongo que tenemosss que seguirlo --comentó intercambiando miradas entre Anne, que no terminaba de reaccionar y Aisha que pareció asentir mientras un basilisco se alejaba con aires de ofendido, Darla podía sentir que no se sentía del todo satisfecho con las dos brujas, pero que parecía aceptar que estaban encaminando sus pasos. --Anne ¿te encuentras bien? --preguntó a su compañera, mientras se ponía de pie y se acercaba a ella tendiéndole una mano. ¿Tendrían que contarse sus experiencias? Consciente ahora de que solo había visto caer a su compañera y cubrirse la cabeza entendía que ni una ni otra había visto su experiencia con las serpientes. ¿Habría sido la de Anne también su primera vez? ¿O cada una tendría el recuerdo de una experiencia que la marcó? Él lasss espera, les recordó Aisha mientras comenzaba a serpentear hacia el exterior, Darla recordó que el arcano no había llevado una caña, sino tres, interesante, ¿pretendería que pescasen ellas también? Había pasado tanto tiempo desde la última vez que se había dedicado a ese ¿deporte, entretenimiento, hobby? No tenía idea de cómo llamarlo. Había sentido los pasos acercarse, pero concentrada como estaba en la atención de su madrina no había prestado atención a quién podía ser, estaba segura que en aquel lugar no había ningún peligro, y de alguna manera sabía que las serpientes, en particular Aisha, la protegerían. Por eso cuando se escuchó el saludo desde el exterior dió un respingo y su innecesaria respiración se aceleró. Los ojos de la Potter Black se dilataron, una mezcla de sentimientos y demasiados recuerdos vinieron a su mente. Las imágenes de la Mansión Potter Black y de otros lugares cuya fachada resultaba borrosa sacudieron su mente. La catarata de recuerdos y afectos que surgían. La visión de la perdida Masnión Karwrithg, el que había sido su segundo hogar al llegar a Ottery, la sacudieron. Era extraño, por un lado la añoranza y por el otro el ¿odio? No, no era un sentimiento tan negativo. Era resentimiento, por primera vez en tanto tiempo se dio cuenta que sentía resentimiento hacia ese hombre que le había abierto las puertas de Ottery, y de algo más, que le había enseñado magia y duelos, pero sobre todo, que cuando más lo había necesitado, la había abandonado. Se mordió un labio y dijo con voz queda. --Creo que Lawan tiene un nuevo aprendiz --respiró profundo, no quería llorar y por primera vez tuvo que apretar con fuerza los anillos de oclumancia y metamorfomagia entre sus dedos, porque sus emociones y pensamientos amenazaban con salir a la luz, los lazos familiares y los afectos afectaban de manera extraña a una de las mujeres más frías, que no lo había sido en su juventud. --El arcano nos espera, espera si quieres al nuevo alumno, me voy adelantando --dijo de repente, incapaz de hacer frente al hombre que acababa de llegar y al que alguna vez llamó... padre...
  20. Para ser otoño y que las temperaturas rondaban los catorce grados la figura que caminaba por el Callejón Diagón iba muy cubierta con una capa de viaje, echada la capucha sobre su rostro casi. Las botas de montar que llevaba ni resonaban en el empedrado del Diagón mientras flotaba a su alrededor la capa, dejando cada tanto al descubierto el pantalón de cuero negro que lucía la bruja que se acercaba a paso rápido a un local de tres pisos. La figura se detuvo, observando el escaparate y la entrada, a través de la vidriera podía observar un par de ranas lunares saltando divertidas entre sí en una de las paredes del fondo, como si estuvieran jugando. Aunque no se alcanzaba a ver si había alguien aún desde fuera la vampiresa pudo sentir el aroma de un elfo doméstico tras el mostrador de la planta baja. Con decisión empujó la puerta de ingreso, adentrándose en el local. La primera impresión era cálida, observó las mesas cuadradas, con cuatro sillas a su alrededor, junto a la pared había gabinetes más íntimos, estilo reservados, de cálidos colores. Del otro lado la escalera que iba a los pisos superiores y otra puerta de vidrio que daba a un sector de juegos. La rubia sonrió bajo su capucha antes de echarla hacia atrás revelando su dorada cabellera que pareció agradecer la libertad, ya que las ondas de su cabello parecieron inflarse, como respirando al fin la libertad. Un elfo con un costal de té azul oscuro apareció frente a ella, en su pecho llevaba un gafete con su nombre, Spax. Kimberly lo observó con curiosidad mientras éste se inclinaba casi hasta el suelo para saludarla. --Bienvenida a Ranas Lunares, ¿en qué la puede servir Spax? --Buenos días Spax, quisiera un té de menta y boldo y un plato de galletas marinas si tienes, esperaré en uno de los reservados --respondió la Black mientras señalaba el reservado más alejado de la puerta. El elfo volvió a inclinarse hasta el suelo y se alejó mientras ella dirigió sus pasos hacia el lugar que le había indicado, se quitó la capa y la plegó delicadamente dejándola en uno de los asientos para ubicarse de frente de forma tal de poder controlar el ingreso al local. Buscó entre sus ropas y sacó un pergamino enrollado, estaba segura de que podría revisarlo tranquila en ese lugar. Sus ojos observaron el callejón, mientras jugueteaba con el cordón que ataba el pergamino. Hacía muchos meses ya que se había alejado de Londres y Ottery para realizar investigaciones, era hora de traer el resultado de las mismas de regreso a casa. http://i.imgur.com/wHKrWjQ.jpg
  21. Leto, elfo de Darla Leto temió haber asustado a Antoni, el cual se encontraba pensativo en el momento en que se acercara con la bebida que le había solicitado, pero el joven parecía de buen humor, el elfo se preguntó qué sería lo que había estado meditando mientras esperaba su bebida. Por lo menos le habían gustado los bocadillos y eso que no había visto aún los sandwichs de ataúd ni los deditos de salchicha que habían ideado con Nana. Cuando se trataba de comida, la elfina protestaba pero si le parecían buenas las ideas del elfo hasta le regalaba una ración extra en su plato. El pequeño elfo escuchó las palabras del peliverde y casi se le cae la jarra de jugo ensuciando su nuevo mandil, el cual ya se había puesto feliz y agradecido por el regalo que le hicieran. Sus ojos se abrieron de sorpresa igual que sus labios, no por temor a los vampiros, sino por la sorpresa del hecho ¿cuándo el amo Antoni se había dejado convertir? Pero la risa y el guiño cómplice lo hacen soltar una risita también mientras deja la jarra sobre una bandeja en la mesa donde se ha ubicado el muchacho. --Salsa picante y runas --dijo el elfo con una sonrisa mientras tomaba nota mental de los gustos del mago y sus necesidades, quedó uno momento pensativo --Leto ha visto libro de runas celtas y nórdicas, también del alfabeto cirícilo ruso pero Leto no recuerda si hay de runas cirílicas, Leto tendrá que buscar en el sección especial y de magias antiguas --el elfo frunció el ceño pensativo antes de agregar --el profesor de runas o el de idiomas de la universidad también han de tener algunos libros, Leto buscará en la sección de libros universitarios para el amo Antoni.
  22. La idea de una libébula gigante le hizo casi reír, a su mente vino el nombre de "dragonfly" curiosamente, de algún modo se relacionaba con su pasado, no tenía idea de por qué, seguramente tendría que indagar en ello más tarde. Darla escuchó las palabras de su novio y acarició su sonrojo mientras ingresaban al local. Le encantaba ese hombre, era todo lo que había soñado alguna vez y más. No terminaban de atravesar la puerta de entrada cuando ya eran recibidos por una joven que parecía tener la tarea de ser recepcionista del lugar. Seba respondió a sus palabras mientras ella le dedicaba una sonrisa y una inclinación de cabeza en señal de saludo a la joven bruja que les atendía. Mientras su prometido hablaba explicándole qué hacían allí y la idea que tenían de comer y conocer el lugar, los ojos de la Potter Black recorrían cada uno de los detalles que estaban a su vista. Definitivamente le encantaba el lugar, la linea arquitectónica era deliciosa, le recordaba una antigua casa que había conocido en alguno de sus viajes por Irlanda, pero las maderas no eran irlandesas, era obvio, por las vetas reconoció las mismas y hasta ella llegaban los apagados pero no por ello menos sensibles aromas de la madera canadiense. Sonrió, hacer atravesar los océanos un cargamento de árboles importados mostraba que el arquitecto o el dueño original tenían sus manías y además el dinero para darse el gusto. Todo era una perfecta combinación que daba placer a la vista y al aroma, podía sentir mezclada con la madera el aroma de un patio fresco, con tierra recién regada y plantas, algunas aromáticas y otras florales. Pero también había aroma a pinturas, tinta y pergaminos, extraña mezcla, le recordó a una pregunta sobre el aroma de la amortentia. Sus ojos volvieron a la visión más cercana, intentando dejar de escuchar más allá e imaginar que había en las distintas salas, mejor darle la oportunidad a Michelle de enseñarles sobre el lugar.
  23. La pelirroja sonrió coqueteando con su novio mientras él la abrazaba acercándola a su cuerpo. Asintió, había oído de los locales, de hecho había tenido parte del trabajo de registrar algunos de ellos en los listados de bóvedas nuevas. La idea le gustaba, porque en realidad le gustaba ver qué había de nuevo en el Callejón, y en Ottery también, pero no era cuestión de caer de visita por las casas de los nuevos vecinos sin invitación. --Si mi amor, me parece fantástico --, respondió mientras se tomaban de la mano y disfrutaba de la risa de Seba, era bueno verlo así, feliz. --Pues aprendiendo amor, he tenido que rehacer algunos registros porque me olvidaba de poner copia de las órdenes de pago o descuento, pero aparte de eso, todo bien --Darla se hubiera sonrojado si no fuera de raza vampiro, aún la ponían nerviosa algunos trámites, no quería meter la pata, como ella decía, pero estaba tranquila de que tenía el mejor profesor para aprender cada trámite, su prometido. Darla observó a su novio, mientras acariciaba su mano en la de ella, ¿sería su imaginación o lo sentía algo tenso? No sabía que hubiera tenido problemas en el banco, entonces debía ser otra cosa ¿algún otro viaje? No pudo seguir especulando por el comentario de él. --¿Ahh si? ¿La libélula algo? mmm... no me han tocado los pagos a ellos, pero creo recordar que agregué a los registros una Libélula Encantada a fines del mes pasado, supongo puede ser ese amor, no creo que haya muchas otras libélulas --río la Potter Black mientras caminaban despacio por el callejón. La pareja caminó varios metros más de la mano, mientras ella intentaba imaginar el frente antiguo al que hacía mención su novio, ella adoraba las fachadas del siglo diecinueve y principios de los veinte, los detalles que ponían entonces eran tan delicados y llamativos. Tampoco le desagradaba la arquitectura moderna, pero era como que lo antiguo era más atrayente, por eso lanzó un silbido de aprobación al ver la fachada que Seba le indicaba, justo entre medio de dos grandes edificios modernos sobresalía uno de dos siglos atrás. --Me gusta, ¿a qué dices se dedica? Se ve muy interesante el lugar, mira, allá hay una cartelera amor --señaló la que indicaba los eventos que había cada semana.
  24. Dejo los descuentos solicitados por @@Athena Rouvas Post #600 • Descuento por Inscripción a Libro de Hechizo Libro del Druida -Nivel 15- Undefined Keaton Ravenclaw Libro del Caos -Nivel 20- Arya Macnair Jessie Black Lestrange Libro de las Auras -Nivel 30- Niko Uzumaki
  25. Saliendo de Gringotts antes de ir al local... Seba le había dicho que tenían que hablar, al principio casi la infarta, si es que un vampiro se puede infartar, pero luego le había aclarado que tenía una cosa que contar. La pelirroja había sonreído y asentido prometiéndole que terminaría lo más temprano posible para encontrarse en su esquina. Sí, porque se había convertido en la esquina de los encuentros, allí se veían cuando salían de Gringotts y desde allí, tomados de la mano o abrazados recorrían el callejón como en los viejos tiempos. Darla estaba inquieta y no sabía por qué ese día, el pensar en los viejos tiempos le hacía recordar cuando ambos eran atacados. Seba había tenido que ir a buscarla en San Mungo cuando su prima y otras brujas fenixianas la acusaban de ser traidora por haber dejado la Orden. Era ridículo que pensaran que sus recuerdos no podrían volver luego que ellos mismos la acusaban de haber dejado la Orden. Pero también Seba había sido atacado por sus compañeros de bando, por lo cual Darla había empezado a sospechar y luego él se lo había confirmado, es más se había revelado y ella lo había protegido del cuartel inquisidor mientras estaba a cargo. Recogió su cabello en una coleta para ponerse echar sobre sus hombros la capa, el otoño empezaba a traer los primeros fríos y por eso ese día llevaba botas cortas y pantalón en conjunto con una chaqueta que se había puesto una vez más sobre la camisa, el banco estaba climatizado y allí no necesitaba tanto abrigo. Bueno, no necesitaba nunca, pero le gustaba hacer sentir cómoda a la gente, comportándose dentro de sus parámetros mentales que la hacían parecer normal. Cuando salió al fin a la calle allí estaba su novio, esperándola en la esquina, sonrió y se apresuró a salvar los metros que la separaban de él. --Espero no haberte hecho esperar demasiado --dijo antes de besar con amor sus labios y luego abrazándolo con amor susurró en sus labios --¿a dónde me llevará hoy mi príncipe encantado? --sus ojos reflejaban todo el amor que sentía por ese hombre que la hacía la mujer más feliz del universo.

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