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Lord Cubias

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Todo lo publicado por Lord Cubias

  1. Jajaja buen resumen, me puedo suscribir también a este blog (?) Faltó la conversión de mi país El Salvador, pero como se usa el dólar y muy pronto el Bitcoin como moneda oficial (dato real u.u), entonces no hay mucho que convertir. Pero aprovechando la duda ¿habrá otro salvadoreño acá? si antes no había un solo rolero compatriota que yo recuerde, hoy quizá menos jaja. Bye
  2. PERFIL Nombre: Lord Cubias Nacionalidad: Italiano Edad: 30 Posición: Buscador Equipo: Tutshill Tornados ATRIBUTOS Velocidad: 15 Giro: 11 Percepción: 10 Evasión: 13 Agarre: 11 HABILIDADES ESPECIALES - Agarre de Potter - Perspicacia (2) EXPERIENCIA 51 puntos ESTADÍSTICAS Partidos: 4 Avistamientos: 4 Capturas: 3 Intentos de capturas: 3 Evasiones: 3 Daño recibido: 12 PREMIOS Campeón con Tutshill Tornados (Superliga Europea II) Líder en Avistamientos (Superliga Europea II) Líder en Capturas (Superliga Europea II) LOGROS
  3. No tuvo que esperar mucho antes de ser interrumpido en su escaneo visual del lugar, apenas habían pasado unos minutos desde que Cubías se posara al lado del ventanal cuando una voz que musitaba su nombre le interrumpió sus pensamientos. -Cubías- De mala gana el ojinegro giró su mirada para determinar el origen de la voz que lo llamaba por su nombre. - ¿por qué no me extraña? - pensó al ver la figura del rubio que lo había llamado, Ilidian Black era el que se posaba a su lado y quien sin mediar palabras tuvo el improperio de llamarlo vejestorio. Cubías tuvo una primera intención de devolverle el adjetivo, pero sus palabras fueron inmediatamente interrumpidas antes de salir de su boca -hermano- dijo una segunda voz. Era difícil interpretar lo que estaba pasando en ese momento, en un mismo instante se encontraba al lado de su viejo colega de la Trifuerza, Ilidian, y también de su hermano Ludwig, les dedicó una sonrisa amistosa a los dos, no era propio de Cubías mostrar abiertamente sus sentimientos, pero en ese momento sintió que era necesario hacerles saber que se alegraba de verlos. -No tengo idea de qué es esto, pero espero que sea algo bueno, me da gusto verlos- respondió Cubías a sus dos acompañantes al tiempo que agregó -Me daría más gusto si sostuviera una cerveza en la mano y si en mi otra mano sostuviera…- el ojinegro prefirió no terminar la frase, pero por su sonrisa era evidente a lo que se refería, además al decir esa frase su mirada se había posado sobre una chica desconocida que rondaba por el lugar. @ Ada Camille Dumbledore Ni bien terminaba de asimilar lo que estaba pasando cuando dos figuras más se incorporaron al momento. -¿Ellos son tus amigos?- interrumpió la primera voz dirigiéndose a Ludwig, y en ese mismo momento otro vejestorio se entrometió en la charla… -Parece que esta es la noche de los muertos- respondió Cubías fijando la mirada en Thanatos y devolviéndole el saludo con la mano. En ese mismo momento y pese a la música electrónica del lugar, Cubías tenía una sola melodía en su cabeza “Thriller, thriller”… @ Illidan Black Lestrange @ Ludwig Malfoy Triviani @ Cillian @ Thanatos L. Lestrange
  4. Que interesante repaso, me ha gustado porque sale mi nombre ahí HERO: jajajaja No, la verdad que con esto me he enterado del contexto actual del foro, pues como bien decis, han pasado muchos años desde que varios de nosotros los muertos vivientes no tenemos ningún contacto con esto, pero debo decir que ha sido bonito volver, y realmente no sé cuánto tiempo pueda quedarme (hoy la vida adulta es cruel jaja), pero creo que el foro es un proyecto que vale la pena rescatar por todo lo que ha significado para muchas personas y lo que sigue significando. Así que nada, aquí estamos para ver qué se puede hacer, y es bonito recordar.
  5. Lo único inevitable era la muerte y el paso del tiempo, Cubías tenía claridad sobre ambas cosas; la primera la había esquivado muchas veces, la mayoría gracias a la suerte, pero la segunda era más difícil de sortear, de hecho, era su físico el que se encargada de recordárselo cada tanto y esa noche por alguna razón y mientras caminaba por una de las calles de Ottery estaba más consciente de lo que la crueldad del tiempo había hecho con él. Quizá su mente estaba exagerando, pero estar de nuevo en ese lugar le hacía sentir más viejo de lo que realmente aparentaba su figura, era evidente que su rostro ya denotaba algunos rasgos marcados por la edad, pero a la vista común aún reflejaba cierta juventud en sus expresiones. Sus ojos oscuros mantenían el brillo y seriedad, el cabello negro le colgaba casi hasta los hombros, era consiente que dejarse algunos mechones sobre la cara también lo hacía ver más atractivo y por suerte, su alta estatura y cuerpo delgado cumplían con su afán de verse en condiciones favorables, y es que esa noche parecía más obsesionado en lucir bien, después de todo no quería perder el talante ante la posibilidad de encontrarse a viejos conocidos en ese lugar en el que no había estado desde casi una década o más. Cubías avanzó un par calles, iba ensimismado en sus pensamientos, cada que levantaba la mirada y observaba hacía algunas de las mansiones que rodeaba el sitio le era inevitable recordar su pasado, le sorprendía ver que algunos de los lugares seguían en pie, al verlos llegaban a su mente ráfagas de imágenes en donde él junto a otros encapuchados protagonizaban algunos desastres en el lugar, todo en el afán de defender los viejos ideales de la marca tenebrosa, misma marca que seguía latente en su brazo izquierdo, aunque no era visible en ese momento pues su ajustada túnica negra con mangas largas la ocultaba. Fue en ese instante, que Cubías, mientras pensaba en su marca del brazo empezó a preguntarse ¿para qué estaba ahí nuevamente?. El ex mortigafo detuvo sus pasos y por un momento posado frente a le enorme entrada de la mansión pensó en dar marcha atrás, ¿qué más daba?, de todas formas nadie había notado su presencia, se podía marchar y todo seguiría igual. -Ojalá valga la pena- pensó mientras recordaba la invitación que había recibido, de hecho, su curiosidad era unas de las razones por las que estaba ahí, le parecía inquietante que una lechuza haya dado con su ubicación, pues después de tantos años se suponía que nadie sabía de su paradero, pero la magia era sorprendente y las lechuzas aún más, de alguna forma habían conseguido dar con él, la pregunta de nuevo era ¿para qué?, pues para él ese lugar no tenía más cabida en su vida. Tras vacilar unos instantes frente a la entrada, el pelinegro por fin se decidió en avanzar hacia el interior del lugar, era un espacio en donde nunca había estado. Mientras caminaba al destino señalado evitó toparse con algunos de los que se hallaban ahí, cosa que no fue difícil, pues prácticamente era un desconocido, a penas y llamaba la atención, sumado a que su vestuario tampoco era tan elegante como el de todos en el lugar. Le fue fácil pasar entre los pocos que estaban ahí sin que nadie lo detuviera o reconociera, se internó al salón principal hasta posarse en un espacio al costado de los grandes ventanales, desde ahí se limitó a esperar recostado en una pared de brazos cruzados y con la mirada escaneando a los demás invitados.
  6. Todo a su alrededor se eclipsó, quedó únicamente en punto de enfoque la figura de Aland, aquella chica que en tiempo pretérito fuera su amada, aunque de aquella época los recuerdos eran inciertos y hasta podía ser mentira que alguna vez hubo relación alguna entre ellos. Lo que tenía más veracidad eran las palabras que la Triviani exclamó, palabras que inevitablemente y desgraciadamente le hicieron recordar a su esposa; Beltis. ¿Había llegado a aquel lugar a buscar a su esposa?, ¿acaso aquella era la razón por la que Cubías decidió regresar a Ottery?, ni siquiera él podía dar respuesta a esas preguntas. -No, no me he equivocado de dirección (la verdad es que sí, se había equivocado, pero nadie se enteraría que erró sus pasos intentando dar con el castillo, de todas formas ese era su destino desde el inicio y fue por culpa de ir con la cabeza gacha que se perdió), es aquí exactamente a donde quería venir- respondió el exmortifago al tiempo que se percató como la chica se ruborizaba, si acaso ese era el adjetivo correcto, pues Aland estaba más roja que las nalgas de un babuino. Cubías le sonrió maliciosamente al verla, no podía evitarlo, era inherente a él portarse de esa forma, como si su misión fuera la de seducir a cada mujer. El eclipse terminó cuando escuchó el aberrante tono de voz de Danyellus, después de tanto tiempo el tipo no aprendía modales y el Malfoy le dedicó una mirada acusadora, pues sus palabras provocaron que se hiciera la imagen de él siendo devorado por quién sabe qué criatura. Y si acaso faltaba un familiar (ya que esa noche parecía que todos los astros se alineaban para que los Trivianis aparecieran en el sitio de la nada), Alyssa había llegado en el momento justo -Vaya, vaya, vaya…. ¿Cubias? ¿De verdad eres tú? – dijo la bruja. El exmortifago guardó silencio, aunque pudo haber respondido aquello haciendo gala de sarcasmo, pero no lo estimó conveniente. -Soy yo- se limitó a responder –para mí también es una sorpresa estar aquí, pero no existen las casualidades…- añadió el Malfoy, sus palabras escondían algo más, pero aquella bruja no le dio mucha importancia y enseguida se metió en sus asuntos apartándose de la vista. En cambio Cubías permaneció ahí, en el lugar donde había aparecido y de donde no se había movido. Todo a su alrededor parecía un alboroto y aquella sala estaba muy concurrida, tanto que él no supo qué era lo siguiente que debía hacer, se mantuvo perplejo y pensativo, tratando de ordenar sus ideas y observando de reojo a quienes estaban cerca, en su mayoría mujeres, era como si de pronto se hubiese congelado.
  7. ¿En qué momento pudo pensar que aquello era buena idea?, ni por un instante se imaginó que su vuelta desencadenaría una marea de reclamos, lo que él tenía planeado era llegar de manera sigilosa al lugar, mantenerse un tiempo lejos de cualquier contacto externo al castillo, y sobre todo fuera del alcance de los Malfoy, pero evidentemente aquello fue imposible. Parecía la santa inquisición, sus dos hermanas parloteaban como loras en época de reproducción, hablaban, reclamaban, insultaban, amenazaban, era todo un coctel de palabras proferidas en contra de Cubías, que en ese momento no pudo hacer más que guardar silencio, era muy sabedor que cualquier cosa que él dijera solo agravaría la situación, y eso era lo que menos deseaba. -Ustedes dos no tienen idea de…- Cubías se interrumpió antes de terminar su frase –no tiene caso explicar nada, si buscan explicaciones, pues mucha suerte-, les sonrió a las dos. Por alguna razón sabía que aquellas palabras terminarían de incendiar a las dos brujas, pero eso le causaba cierto placer. De pronto y sin que pudiera advertirlo, Cubías se vio empujado contra la verja –¡insolentes!- pensó en un primer momento, hasta que se percató que no se trataba de un hechizo ni de ningún ataque de parte de sus hermanas, más bien era una figura demoniaca la que lo había apresado, él no lo admitiría nunca, pero claro que sintió miedo, y más que temor lo abordó el desconcierto, pues todo aquello era una locura; de reclamos familiares pasó a una situación que parecía verdaderamente peligrosa, tenía la varita en la mano, pero no se le ocurrió ningún encantamiento, ya no era tan habilidoso, antes quizá aquella figura que lo apresaba estaría rogando piedad… Todo se puso oscuro por un instante, la luz regresó y cuando mirar a su alrededor se dio cuenta que estaba en otro lugar, el engendro lo había trasladado hacia el interior del Castillo, y en ese instante la figura horrenda adoptó una figura femenina, era su hija. -Encontré un vago- , alcanzó escuchar el mago y observó al mismo tiempo a una segunda mujer dentro del hogar –¡Aland!- susurró. Al ver el rostro de aquella bruja y mencionar su nombre tampoco pudo evitar el carrusel de imágenes que pasaron por su cabeza; su manos acariciándola, sus labios unidos en un beso… -Aland- susurró nuevamente, y esta vez su mirada estaba más impregnada de lujuria que de otra cosa. En medio de aquello también agradecía el haberse alejado de los gritos en el exterior del castillo, aunque sus hermanas seguramente no tardarían mucho en ingresar y volverlo a inquietar.
  8. Por un instante Cubías pensó que era una mejor idea entrar sin preámbulos al castillo, pero aquella tentativa se desvaneció tan pronto cuando éste advirtió la llegada de alguien al lugar. A esa hora de la noche y con el frio que penetraba hasta la capa más robusta, era inusual que alguien deambulara sin razón alguna por las calles de Ottery. –Será alguna de las matriarcas, ojalá así fuera, con las ganas que tengo…- pensó. Pero al mismo tiempo reparó en que aquel lugar no era precisamente un sitio seguro, podría tratarse de un bandido – ¡ja bandido!- repitió en su mente conteniendo una sonrisa burlona y recordando su pasado, un pasado que no podía borrar. Se distrajo un momento pensando en la marca que seguía impregnada en su brazo izquierdo, cuando de pronto aquella presencia irrumpió en el lugar y cuestionó con tono amenazante incluida una varita apuntando a su cuello. Cubías no se inmutó, desde que había llegado él tenía su varita preparada y pudo haber proferido cualquier hechizo en contra de aquella mujer que ahora lo amenazaba, una floritura hubiese bastado para tumbarla al piso, pero por alguna razón Cubías no realizó movimiento alguno y en cambio fue sorprendido por una cachetada, esa no la vio llegar. -Afrodita- susurró al verla, no le complacía verla, después de todo ella tampoco había hecho el intento por saber de él en todo ese tiempo que estuvo ausente. –No creo que sea de tu interés qué hago acá-, respondió de forma tajante el hechicero a la bruja, intentó disimular una sonrisa burlesca pero no pudo. En seguida, y sin tiempo a que su hermana dijera otra palabra, Cubías giró levente el cuello al advertir la llegada de otras dos figuras. –Esto es raro-, pensó el ojinegro, y es que minutos atrás aquellas calles y avenidas parecían desiertas, ¿cómo era posible que la tranquilidad aparente del lugar fuese perturbada de manera tan rápida?. No pudo responder aquella pregunta pues pronto sintió una pisada sobre su pie. –Que bien, es perfecto, todo este tiempo sin impórtales mi paradero y ahora las tengo a las dos acá, como si nada…si no tienen nada importante que hacer es mejor que se larguen- , dijo Cubías ahora enfocando la mirada hacia May, su otra hermana. Estuvo a punto de decir algo más, pero su atención fue atraída por la tercera mujer en el lugar, la observó de pies a cabeza sin poder recordar quién era. Por un momento sintió temor, temor de haber perdido parte de su memoria, a lo mejor era eso, pues no podía saber quién era la otra ¿acaso otra hermana?, Cubías mantuvo fija la vista en aquella dama, no le importaba ser muy obvio al observar también sus pechos.
  9. Ya sólo quedaban los vestigios de lo que había sido, o quizá ni eso, y es que seguramente sólo fue su cabeza obstinada la que alguna vez le hizo pensar que era alguien -no, no solo fue su cabeza-, pero lo cierto fue que al fin y al cabo lo olvidaron, lo humillaron y lo hicieron a un lado. Para él fue increíble la manera en que le pagaron sus años de servicio, de sacrificio, de gloria... Cuando se fue, nadie preguntó adónde iba y mucho menos si algún día iba a regresar, -ingratos- de haber preguntado tampoco hubiesen encontrado respuesta alguna, y ahora que decidía volver mucho menos dispondría explicar o hablar del tiempo pasado y perdido, eso era cuestión suya, suya y de nadie más. Caminaba con la cabeza agachada, pasos lentos, manos en los bolsillos y cientos de pensamientos moviéndose a la par suya entre las sombras, las sombras de las oscuras y tétricas calles de Ottery, un lugar que no lo esperaba, y él tampoco esperaba estar ahí, pero ahí estaba. La capa sobre sus hombros se arrastraba hasta el piso, era increíble que no estuviera rota con el roce que esto generaba, más bien estaba impecable al igual que su pantalón gris y camisa blanca abotonada hasta el cuello. Siguió andando durante varios minutos sin alzar la cabeza, no necesitaba ver su camino, él sabía para donde iba y cómo llegar ahí, lo que no sabía era por qué necesitaba ir a ese lugar, pues podía simplemente llegar a su destino final y reclamar lo que era suyo –pero esa idea es muy est****a- y él era todo, menos tonto, y su regreso a aquel lugar no era un simple capricho, tenía que medir y elegir muy bien sus pasos. Pero por alguna razón su instrumento de medida estaba defectuoso, pues cuando pensaba que había llegado al sitio al que se dirigía, se dio cuenta que estaba en otro totalmente distinto. No le quedó de otra que dar marcha atrás a sus pasos y buscar el camino correcto, esta vez prefirió alzar la vista, de manera que las luces de los faros lograron iluminar su rostro; un tipo apuesto, un tanto demacrado y con visibles ojeras negras bajo sus parpados, aún así cualquier tipa necesitada no dudaría en “quererlo”, y él no ofrecería resistencia, estaba más que dispuesto, después de tanto tiempo… El haber recorrido el doble de camino que se suponía que debía hacer, le permitió a al menos pensar con más tiempo y claridad las cosas, su plan, su objetivo. Dobló una esquina y avanzó al menos tres cuadras más, giró a la izquierda y siguió recto unos metros hasta que logró ver el imponente castillo Triviani, en donde esperaba ser recibido, o por lo menos no echado a patadas. Al llegar al área limítrofe de aquel hogar siguió andando con paso sigiloso hasta la puerta delantera, llevó su mano derecha hasta su varita –por si acaso- pensó, y se sentó a esperar afuera. Decidió no entrar, en algún momento lo haría, pero no era ese. Por alguna razón pensaba que lo mejor en ese instante era aguardar junto a la puerta, a pesar que tenía tanto derecho como cualquiera sobre ese lugar, o eso era lo que él pensaba. –El tiempo ha llegado-, susurró casi sin mover sus labios.
  10. Hola, yo solo queria pedir de favor que editaran mi ficha cambiando mi familia adoptiva, actualmente tengo la Triviani, cambiar esa por la Slytherin! Gracias
  11. —La misma idiosincrasia de siempre- Exclamó Cubías al ver que nadie había llegado para hacerles frente, todo eso entonces significaba que Oterry era un pueblo sin ley y de esa manera los únicos amos y señores del lugar eran los Mortifagos, el ojinegro parecía un tanto emocionado sacando esas conclusiones en su mente, aunque también estaba disgustado al ver la poca resistencia que mostraban sus adversarios. De qué manera se suponía que el Nigromante iba a probar ante todo el poderío que ostentaba, como demonios Cubías iba a convertirse en el héroe que todos esperaban que fuera, si sus principales rivales no daban la cara… Sin tener más opciones Cubías dio un paso hacia atrás y empezó a caminar nuevamente hacia el lugar por donde había llegado, simplemente dejo caer la bola de gas en los ventanales haciendo que estos se quebraran por completo ante la gran explosión, en seguida el joven siguió avanzado hasta llegar a las afueras del jardín, lugar desde donde pudo desaparecer sin ninguna complicación. El Malfoy solo esperaba que la próxima vez los odefos al menos mostraran la mínima de dignidad llegando al lugar y así defender lo que en su momento juraron hacer.
  12. El ojinegro de traje gris siguió avanzado por el jardín junto a sus colegas que lo seguían muy de cerca, luego de haber dado varios pasos y avanzado algunos metros, Cubías se posicionó al frente de la mansión justo en la puerta de entrada, entonces levantó su mano derecha extendiendo un enorme cartel sobre la pared. http://i881.photobucket.com/albums/ac20/tobalito/5-miembro.gif En seguida el Malfoy observó como uno de sus colegas destrozaba la puerta de entrada y se dispuso a entrar al lugar, sin embargo el Nigromante permaneció en el umbral de la puerta, desde ahí tenía una mejor posición por su acaso se desencadenaba la batalla. —Fuego negro- Exclamó el joven enseguida haciendo que una bola de energía se materializara un par de metros sobre su cabeza, el hechizo permanecería ahí hasta que llegara el momento de utilizarse. —Que todo quede muy limpio- Exclamó el Malfoy dirigiendo sus palabras a los demás mortifagos que estaban ingresando.
  13. Varias palomas que se posaban sobre un árbol salieron volando apuradamente al escuchar el sonoro crac proveniente de la aparición del mortifago en el lugar, envuelto en una densa nube gris Cubías se había materializado en las afueras de un enorme jardín en el pueblo de oterry, su cuerpo estaba ataviado por una camisa blanca de manga larga sobre la que se abotonaba un fino chaleco gris, las pierdas de aquel hombre estaban cubiertas también por un pantalón del mismo color. —Es tiempo, es tiempo, es tiempo…- susurró Cubías con una mueca de satisfacción y maldad, aunque solo él podía saber que la mueca estaba ahí, pues todas sus facciones eran cubiertas por una ajustada mascara oscura El Nigromante avanzó hacia adelante internándose en el jardin de la mansión Granger, llevaba su varita muy sujeta y lista empuñada en la mano derecha, sus pasos hacia el hogar eran lentos pero firmes. Mientras avanzaba escuchó un sonido tras de él, seguramente era otro de sus colegas que llegaba al lugar, no pasaría mucho tiempo para que el sitio se colmara de mortifagos pues era el momento de tener acción…
  14. Totalmente de acuerdo con la entrada y tambien con lo que dice Jocker!!! Pero claro esto no es culpa de los aspirantes, esto es culpa de los que decidieron que todos los graduados podian entrar a los bandos, cuando en realidad deberia de ser algo muy selectivo, y los que entren al bando sean solo aquellos que de verdad lo merecen! si no, vean la marca tenemos mas de un ciento de mortifagos la mayoria bases y tempestad de los cuales solo se veran unos 5 o 6 por ahí exagerando. YO PROPONGO: No a la entrada libre de newbies a los Bandos! tiene que ser SELECTIVO
  15. Hey suena interesante!!! hace 2 años hice una canción!!! Quién quiere hacer dueto con migo? hahaha Maxmus? hahaha
  16. Interesante tu entrada! Yo creo que estoy igual que Mack, luego de tomar un descanso vuelvo reactivado. Creo que paé ausente casi 1 año y volví al foro hace unos 3 meses de nuevo, y pues he sentido que he vuelto como matrix Recargado! jajajaja. Pero bueno eso es porque no tengo demasiadas cosas que hacer, ya cuando me ocupe, otro gallo me va a cantar.
  17. Bueno, aun no he tenido tiempo de hecharle un vistazo completo a las novedades del nuevo foro, solo la primera que este ancho enorme de pantalla que nos obligará a escribir más de la cuenta! hahahaha Pero bien ya en estos momentos, iré a ver que es todo lo que trae! Muchas Gracias a todo el equipo que ha trabajado para hacer que esto funcione.
  18. En vista de la resolución a mi favor en la pregunta de Boss, se puede dar por sentado que mi avada lo impacta y entonces el duelo ya esta terminado! sí es así me gustaria por favor que pasaran a cerrarlo! http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=90715 Gracias
  19. 1.- Link al tópico de su ficha de personaje. http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78165 2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje Negocios Activos -- Negocio Cerrado Restaurante Familiar El pollo Feliz http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78429 Dark palace http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78428 3.- Link del tópico de registro de su familia sanguínea. Malfoy, Triviani 4.- Link a la bóveda de su familia sanguínea Malfoy, Bóveda Familia Triviani Saldo en bóveda previo a la Migración: 1013 G
  20. Datos Personales: Nombre del Personaje: Lord Cubias Sexo: Masculino Edad: Mediana edad Estado Civil: Divorciado de Beltis Nacionalidad: Italiano Familia(s): * Familia 1: Malfoy * Familia 2: Triviani Padre(s) Sanguíneo: Mistify Malfoy & Crazy Malfoy Padre(s) Adoptivos: Trabajo: Ministro de Magia de Italia Poderes Mágicos: Puntos de poder en objetos y pociones: 540 Hechizos adicionales: Puntos de poder en criaturas: 40 Criaturas controlables en asaltos y duelos: Habilidades Mágicas: * Habilidad 1: -- * Habilidad 2: -- * Habilidad 3: -- Conocimientos Especiales: Leyes Mágicas Artes Oscuras Maestría en Escobas Defensa Contra las Artes Oscuras Pociones Conocimiento de Bando 1 Medallas: Medalla Pack de Bienvenida: 30000 Medalla por Aprobación del Curso Libro de la Fortaleza: 2000 puntos Medalla por Aprobación del Curso Libro de la Sangre: 4000 puntos Total Experiencia en medallas: 36000 puntos Perfil del Personaje: Raza: Humano. Aspecto Físico: Altura de 1.85 cm, complexión mediana, color de piel clara, cabello negro y lacio, ojos color café oscuro, posee un semblante serio Cualidades Psicológicas: Serio y reservado, tienen a ser un tanto altanero y egocéntrico. Cubías es aparentemente relajado y parece no darle importancia a lo que sucede en su entorno, le da igual ser de un bando o de otro, simplemente está del lado que le conviene, sin embargo es leal a sus amigos. Historia: Cubías vivió alejado de sus padres biológicos durante toda su infancia y parte de su juventud. De pequeño jamás supo cómo había ido a parar a una de las avenidas de Venecia, en donde fue adoptado por una humilde familia, la cual se encargó de criarlo durante su infancia. En ese entonces, el aún niño no tenia conocimientos acerca de la magia, sin embargo poseía habilidades difíciles de explicar, y a las cuales no les daba mayor importancia. Hasta la edad de ocho años todo transcurrió de forma normal, Cubías (nombre elegido por sus padres adoptivos) día a día se esforzaba junto a sus padres por conseguir algo de dinero, ellos tenían un pequeño negocio de comida, en donde el chico recogía los pedidos de las mesas, al lugar cada viernes siempre llegaba un anciano hombre cuyo pelo pintaba muchas canas y su apariencia era la de alguien adinerado, era extraño verlo llegar a un sitio humilde como ese, cosa que a Cubías no le importaba demasiado, pues cada que lo hacía dejaba varias monedas sobre la mesa. Pasaron muchos viernes de la misma forma, con total normalidad, hasta que uno de esos fue perturbado por un extraño ataque; media docena de enmascarados se adentraron al pequeño local destruyendo todo a su paso y asesinando a quienes se le interpusiera en su camino, los padres adoptivos de Cubías no pudieron hacer nada para defenderse cuando dos rayos verdes se dirigieron hacia ellos quitándoles la vida al instante, el niño escondido bajo la mesa no entendía nada de lo que estaba pasando, por un pequeño agujero observaba al anciano de los viernes defenderse de los encapuchados haciendo uso de una simple vara al igual que ellos. Pasado los minutos la calma volvió al lugar los enmascarados se habían marchado y el viejo era el único que se encontraba de pie en el destruido local… En ese momento la vida del chico cambio de rumbo, el anciano observando que Cubías se quedaba desamparado decidió adoptarlo, de esta manera el pequeño fue llevado a un enorme castillo, contrastante con la pobre casa en la que vivía, no pasó mucho tiempo para que el viejo hombre quien resultó ser un mago, se diera cuenta de la peculiaridad del niño, estaba más que claro que tenia poderes sobre naturales; podía mover pequeñas cosas con la mente, y a veces hasta destruirlas… fue así que Cubías empezó a ser instruido en el arte de la hechicería, al llegar a la pubertad ya tenía los conocimientos básicos sobre la magia, y gracias a las influencias del anciano el joven había conseguido ser admitido en el colegio de magia, al cual partiría al acabar el año. Antes de que eso sucediera el anciano fue asesinado, en ese momento Cubías gracias a las enseñanzas e historias ya comprendía la situación; el viejo era un auror perseguido por mortifagos y exiliado de la orden… Tras la muerte del anciano, a su temprana edad Cubías estaba dispuesto a vengarse de lo sucedido, primero sus padres adoptivos, y ahora él viejo, la única opción que tenía era ir al colegio de magia y buscar el camino para lograr su cometido. Fue así que al empezar el nuevo ciclo estudiantil, el Malfoy entabló sus estudios siendo uno de los alumnos más destacados, lo cual lo colocó como prefecto de la clase. En el colegio el joven empezó a conocer nuevas personas y hacerse de amigos, poco a poco iba olvidando su accidentado pasado, y se acoplaba a su nueva vida. Su talento con los hechizos era evidente, tanto que empezó a llamar la atención de algunos maestros, entre ellos la que para ese entonces era directora de la academia Mistify, ella le ofreció un lugar dentro de la familia Malfoy, sin dudarlo Cubías aceptó de inmediato. Con el paso del tiempo el Malfoy se había logrado hacer de unos cuantos amigos, con los cuales empezó a formar una sociedad secreta que después seria conocida como “Trifuerza”. Al finalizar la academia y a causa de la relación con la familia Malfoy el joven se había encaminado hacia el lado tenebroso, siendo aceptado a su temprana edad en el bando mortifago, se convirtió de esa manera en el primer mortifago de la nueva generación. Llegó a poseer el título de Ángel Caído dentro del bando mortifago. Durante su etapa de mortifago a Cubías le atribuyeron una reputación de casanova. Durante mucho tiempo no se supo nada de él, pero luego de casi una década desaparecido del mundo mágico, retornó a su origen en busca de su vieja gloria. Pertenencias: Objeto Mágico Legendario: Elfos: * Elfo 1: -- * Elfo 2: -- Licencias, Tasas y Registros: Licencia de Aparición: Licencia de Vuelo de Escoba: Personajes Secundarios: * Personaje 1 * Personaje 2 * Personaje 3 * Personaje 4 * Personaje 5 Otros Datos: Otros datos: Fue prefecto en la academia Fundador de la Trifuerza - Grupo de élite en la Marca Tenebrosa Seleccionado mortifago más codiciado 2009 Ex tutor de duelo Ex candidato a líder mortifago (perdió xD) Registro: Casado con Beltis Ryddleturn. Divorciado de Beltis Cronología de cargos: Premios y reconocimientos: Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: #398 Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 78389 Link a Bóveda Trastero: Bóveda N° 116043 Link a Bóveda de Negocio: Restaurante Familiar "El Pollo Feliz" (cerrado) Casino Dark Palace (Cerrado) Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Malfoy Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Triviani

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