Boss Elessar

Presentado en la oficina, gracias por avisar.

Se trataba tal vez de una... ¿ilusión? un sujeto de cabello castaño, y mirada amenazadora se postraba frente al castillo Gaunt. El cigarro que se estaba fumando vio su fin al caer contra el asfalto. Elessar ya no era el mismo de antes. Varita en mano, y la cara cubierta por una cegadora luz blanca, el hombre se vio obligado a penetrar la entrada enrumbado al castillo. Le habían faltado el respeto, osaban atacar lugares donde habitaban magos honestos, con hechos que no venían al caso. Si los mortífagos querían medirse contra la Orden del Fénix, tendrían ante ellos a su peor adversario. El líder de la Orden del Fénix por fin ingresó a los jardines del castillo Gaunt, enviando varios patronus a sus compañeros.

No había pasado mucho desde la última vez que llovió, y por eso, el pasto levantaba el rocío tras sus pasos (grandes zancadas mejor dicho) todavía no le cabía en la cabeza aquellos actos inmorales. Él nunca había sido un santo, pero tampoco un gran tonto como los mortífagos.

-- Es todo lo que tengo, ya sabrás qué hacer -- había dicho el mortífago a los servicios de Boss. El moreno asintió y con el pergamino que acababa de entregarle su espía, desapareció de aquella desolada colina. ¿Su destino? en donde quiera que un mortífago se encontrara, y ahora iría por una tal... Anne Haughton, una alta sospechosa mortífaga. El espía de Elessar era confiable, y le había dicho que aquella mujer era de las más peligrosas en la actualidad.

Ya en los jardines se postró a esperar. Miraba a lo lejos como el sol se ocultaba casi del todo tras las colinas inglesas, y daba paso a la noche... sin lugar a dudas, de presentarse los mortífagos -como el esperaba- sería una noche sangrienta.

-- Anda Abigor... todavía no es tu momento -- dijo Boss a su lobo que le había seguido hasta ese lugar. El aún cachorro se retiró de inmediato tras la orden de su amo. Pronto sería una de las bestias más temibles por todo ser vivo.

Permisos pedidos.

Y sí, está vetada. De hecho, había dejado una lista por ahí hace algún tiempo...

Jebusito volvió al juego? JAJAJAJAJAJA pero si es un troll! xDDD tiene el mismo tiempo que yo de entrar a HL. Pedí todos los permisos de antes, el último lo pediré si en verdad demuestra interés este chico.

Mitzi me ha enviado mp, así que ya está tomado en cuenta. Ojalá y le dure esa hiperactividad que destila y se vea reflejado en un buen jugador de rol, y futuro miembro de la Orden del Fénix. Sus permisos serán solicitados.

Ahora, sobre el caso de Etoile. Agradecemos sus opiniones al respecto, sin embargo, la decisión final será tomada por nosotros. Con esto quiero decirles que evaluaremos su situación, pero que todavía no es un sí o un no definitivo.

Saludos,

Oh, se me había olvidado informar ¿Patrick se curó en San Mungo? debía curarse, la triada aceptó su muerte y debía curarse en San Mungo, ya está fuera de veredicto.

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Sobre lo de Kritzai, no entendí nada xD solo que es un usuario novato que comete errores, pero nada de gran importancia o que nos cause mayores problemas. Si roleó con un personaje ajeno a su ficha no se le podía capturar.

Creo que los casos de Pandora ya expiraron xD aunque en su momento fueron atendidos, solo que estaba solo y me liaba demasiado para avisar acá que ya estaban siendo tratados xD.

Con respecto al último caso, como te podrás fijar Mei, ya fue presentado a la triada. Así que espero poder encontrar una solución lo más rápido posible a esto.

Hola chicos, las altas ya fueron solicitadas. Solamente para informar que estamos al tanto.

Saludos,

Hola,

El caso ya lo vi, y de hecho, tomé acciones al respecto. Gracias por informar Aimé.

-- Celerus detritus -- exclamó Abel, volviendo a cubrirse por la densa niebla oscura. Defensiva y efectiva contra los ataques de los fenixianos. La niebla también cubrió a Fined. -- Morphos -- musitó haciendo mutar una piedrecilla que estaba en el suelo. La piedra se transformó en un bezoar que tragó de inmediato Abel, y fue capaz de sanar todos los venenos que recorrían su torrente sanguíneo. Estaba sano de todos los envenenamientos que había recibido. Y aún estaba allí, de pie, enfrentando a un enorme ejército de miembros de la Orden del Fénix. Su dragón, en su última oportunidad, lanzó doble llamarada de fuego una contra Allen y la otra contra Nathan. -- Inferí -- soltó al final, tomando bajo su control el cuerpo de Vrael, quien le defendería de cualquier ataque directo en su contra. El sujeto se posicionó justo frente a Abel, dispuesto a saltar con sus fuertes garras cual fiera sobre cualquier persona que Abel le ordenara.

-- A mi señal... -- rugió Abel a su compañero, que se le veía bastante cómodo pese a la desventaja numérica. Las bolas de fuego negro siguieron creciendo, y ya estaban en su nivel más alto. Lanzó las dos: la primera contra Mei y la segunda contra Hank. Su dragón hizo lo propio, lanzando dos llamaradas de fuego desde el aire también. La primera contra Wonder, y la segunda contra Hank. Su kraken cambió rápidamente de objetivo tras haber acabado con la vida de Helen. Ahora atacó fieramente a Etoile, Nathan y Helen nuevamente que estaban bastante juntos en posición, y fue de manera rápida, dado que el kraken se tornó en sombras tras la orden mental de Abel, y volvió a soldificarse sobre sus tres objetivos.

En ese momento, ya casi al final, Abel volvió a cerrar los ojos. Cuando los abrió, la katana de oro estaba en su mano derecha, y proyectó el corte de la misma sobre Mei. La katana estaba invocada previamente, así que no fue necesario volver a invocarla (valga la redundancia). Justo en ese momento los silencius que recibió (y no eran acumulables) hicieron efecto.

Volvió a proyectar el corte de la katana, esta vez sobre Laimi.

-- Fuego maldito mortis -- volvió a decir, con una voz macabra. El calor del fuego hizo que le salieran algunas gotas de sudor en su frente, pero esto no se notaba debido a su máscara plateada. Tres llamaradas con forma de químeras aparecieron, la primera fue en contra de Mei. Las otras dos contra Hank, y Kirara. Y dejó de funcionar el floreus justo tras aquel hechizo.

Abel

Y con una sonrisa, su dragón entendió la orden. La bestia de inmediato lanzó dos potentes llamaradas de fuego a las cabezas de cada uno de sus objetivos. La primera iba a la cabeza de Nathan, y la segunda contra Vrael.

-- Fuego maldito mortis -- añadió justo después de que aparecieran los miembros de la Orden del Fénix. Tres llamaradas de fuego aparecieron, las tres con forma de nundus. Fueron directamente a sus objetivos: la primera contra Hank, la segunda contra Madelaine, y la tercera contra Mei. Con este hechizo fue anulado el efecto del floreus causado por Nathan.

-- Expectro protego -- volvió a exclamar Abel. Nuevamente otra figura de sombras empezó a formarse, esta vez en una dirección opuesta al dragón. Se trataba de un enorme kraken del océano Atlántico. La bestia rugió con fuerza, dejando ver sus enormes dientes mates. Y de inmediató se fue en contra de tres objetivos: Wonderfairytale, Helen y Allen que estaban bastante juntos entre sí, dejándose caer pesadamente sobre ellos y causándoles heridas de gravedad debido a sus fuertes, enormes y afilados dientes. El kraken abarcaba un radio de trece metros, y estaba alejado de Abel y Fined.

-- Absorvere -- susurró instantes después, con su hechizo partiría la tibia derecha de Nathan, Kirara, Helen, Wonder y Madelaine. Y así era todo, sus bolas de fuego negro seguían sobre él, aumentando su poder destructivo.

Abel

-- Celerus... -- bramó Abel, de inmediato sintió como era succionado por la tierra. Pero era cuestión de imaginación. La agilidad en el líder de los mortífagos se incrementó notablemente, viendo de reojo como los miembros de la Orden del Fénix osaban aparecerse. -- Expectro protego -- finalizó. De inmediato un poderoso colacuerno húngaro de sombras apareció, con los ojos anegados en fuego. La bestia voló como si de una sombra se tratase hacía el cielo, esperando instrucciones de su invocador.

-- Fuego negro -- musitó Abel, invocando una enorme bola de fuego negro justo sobre su cabeza -- Fuego negro -- volvió a repetir, y una bola de fuego negro idéntica a la anterior se formó también en los aires. Ambas tenían la orden de permanecer sobre su cabeza y esquivar cualquier tipo de ataque hasta que recibieran la orden de ir contra un objetivo. Mientras tanto se dedicarían a esquivar posibles "ataques". Él permaneció afuera, aguardando a por la presencia de compañeros (que dudaba mucho que llegaran) o rivales para acabar de una vez por todas con la Orden del Fénix. Su dragón siguió aguardando instrucciones, sediento de sangre. Su katana aún permanecía en su mano izquierda, esperando ser proyectada sobre algún miembro de la Orden del Fénix.

Abel

-- Menuda noche... -- comentó el mortífago para sí mismo en voz baja. Podía ver como el vaho salía de su boca tras sus breves palabras, aún tras la máscara plateada que centellaba en la oscuridad. Su capucha oscura cubría a duras penas el cabello rubio, miraba a lo lejos como su único compañero tenía varias horas ahí, tanto que había llegado en el día, pero era ya de noche. Tenía algo de temor, debía aceptarlo, pero entonces ¿qué sería de él? ¿qué sería de su bando? en los últimos tiempos la Orden del Fénix estaba oponiendo una férrea defensa, a pesar de que el Ministerio de Magia ya había caído -él personalmente había asesinado al ministro de magia- pero ¿por qué todo seguía estando igual que antes? ¿estaba haciendo algo mal?

Una risa macabra en su cabeza ahogó esos pensamientos, obligándole a alzar la cabeza y contemplar con los ojos inyectados de sangre como el castillo Winterfall seguía acogiendo a miembros de la Orden del Fénix. La rabia que eso le causaba hacía chirriar los dientes como si de un serrucho sobre madera se tratara.

-- Traidores... malditos sean traidores... -- susurró sin moverse de su posición. Esperaba que los miembros del castillo disfrutaran sus últimos minutos de vida, antes de que Abel ingresara al lugar acabando con toda señal de vida que se le cruzara por el frente. En su diestra portaba la varita, y en la otra mano una filosa katana de oro.

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"Libertad, valor, reciprocidad, inteligencia e inteligencia en la consciencia"

Ante la figura de Richard, que ataviado con su traje gris observaba todo desde la lejanía, se alzaban los terrenos del hogar de los Stark. Había sido una construcción imponente, con cuatro torres, una nave central y todo construido de dura y cara piedra. En esos momentos, sólo podían observarse los cimientos calcinados y los cúmulos de cenizas llevadas por el viento.

Todo gozaba de un silencio reconfortante. Los perros habían muerto al igual que los huargos y los únicos sobrevivientes eran los animales de la propia Pandora, en aquellos momentos también muerta. Richard observaba el escenario con la expresión cargada de nostalgia y tristeza. Su hogar nunca volvería a ser el mismo.

La antigua residencia Stark había tardado dos años en construirse. Richard ya no estaba de humor para dirigir otra apoteósica construcción. Nunca más.

Sólo el bosque de dioses había permanecido intacto. Sus altos y viejos árboles lucían el color y salud de siempre. La hojarasca debajo de ellos no había sido tocada y el entero bosque se había salvado de la destrucción por puro milagro. Richard avanzó por aquel terreno de aire puro pensando en el lago del centro. En el árbol corazón.

La noche era tranquila, pacífica y quieta. Y Richard esperaba parado bajo las hojas del color de la sangre de aquel joven arciano. Pronto, Athena y Madeleine llegaron a su encuentro. Y también Catherine. Pero allí, no llegó nadie más. Los miembros originarios se habían dispersado. No había más personas a las cuales acudir. Tampoco tenía las fuerzas para exigir tal cosa.

Richard llevaba a la espalda la espada familiar. Así, desenfundó a Shadow con gesto parco y les ordenó arrodillarse con una voz que no admitía réplicas.

Ninguna de las allí presentes eran dóciles, mas lo hicieron al instante. El bosque parecía escuchar las palabras mientras Richard posaba la espada sobre cada uno de sus hombros, murmurando el juramento en la antigua lengua, que ninguna de las tres conocía. Sus murmuraciones parecían plegarias, maldiciones, promesas. Todo eso, en un conjunto infinito de posibilidades, todas adversas. Y aun así, ellas no retrocedieron. El peso de su juramento cayó sobre ellas y todas respondieron con un bajo y perfectamente inteligible: sí.

El eco pareció fundirse con la naturaleza y el sonido de la voz de Richard se transformó en un cántico cuando enfundó la espada. Su voz, una voz profunda como nunca nadie le había escuchado, reverberó en troncos, ramas, hojarasca y la superficie del agua por igual. Era una tonada profunda y pura, un tenor inigualable. Sin saber cómo y tan sólo con la música que parecía surgir de ninguna parte aunque en realidad fuera producida por él, encendieron una fogata junto al lago y empezaron a danzar alrededor de ella, como sólo lo habían hecho las antiguas brujas en los días de fiesta.

Catherine extrajo el violín que cargaba, de su estuche. Nadie allí, salvo quizá Richard, conocía la naturaleza de aquella mujer y Madeleine, por el contrario, fruncía el ceño al verla. Pero, al escucharla tocar, todos eran capaces de adivinar su interior. Era una música vívida, hermosa, mas de una hermosura plagada de desesperación, que encantaba y ataba el alma en una espiral de dolor y placer. Todos allí, bailaron y cantaron, con las manos alzadas en alto y en medio de una magia que no habían conocido jamás por esos sitios.

Catherine siguió tocando y bailando y pronto, fue imposible ignorar aquel flujo de energía cargado del dolor de la pérdida y de la esperanza del mañana, en una posibilidad imposible. Lo contradictorio del nuevo comienzo.

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TÓPICO DE REGISTRO

(Si quieren entrar a la familia den click arriba y llenen la ficha)
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***

Bienvenidos al simulacro. Esto constará de dos equipos, Mortífagos vs. Orden del Fénix.

Mortífagos

Boss Elessar - Líder
Zbignew Fined - Mago oscuro

Orden del Fénix

Athena Rouvás - Líder

Hank - Knight

Vrael Myrddin - Templario

Laimi Evans - Legionario

Aziid - Legionario

Wonderfairytale - Legionario

Helen Reyes - Legionario

Kirara Ruak - Legionario

Etoile Black - Legionario

Allen J. Walker - Legionario

Groter - Legionario

Nathan Weasley - Legionario

El sol de aquel día ya era historia. Pequeñas estrellas comenzaban a abovedar el cielo, y la luna llena bañaba con su luz el sitio de combate en el cual Mei se enfrentaba al pobre diablo que estaba perdiendo la batalla contra el tiempo. Podía sentir como sus huesos respondían al frío nocturno, y como su rostro se tornaba inmediatamente taciturno ante tal sensación.

-- Prefiero los silencios incómodos antes que palabras sin sentido... -- dijo Elessar llevándose la mano libre a la barbilla, intentando adoptar una posición de señor refinado, intentando también olvidar las sensaciones de su cuerpo. Miró de reojo las estatuas que tenía a los costados, ambas estaban allí disponibles para el. Sonrío luego de que su varita le impidiera realizar un hechizo, intentando intercalar algo al episkey realizado por Mei. Al parecer el efecto de la gladius había logrado minar su poder mágico en la primera acción, impidiendo anular el episkey de Mei y así ganar el duelo de una manera sencilla.

Luego de que la muchacha se curara, Boss se puso en marcha. -- Piertotum locomotor -- dijo apuntando a las estatuas que tenía a los costados, ambas seguían siendo fuertes, de un material duro y resistente. No se habían abollado al intentar herir a Elessar, así que podía tener total seguridad de que las estatuas tendrían éxito con su siguiente orden. -- Ataquen a Mei, cada una a un costado diferente, dando fuertes golpes y quitándole la varita de ser posible, que sus ataques sean tan violentos que requiera curaciones de emergencia -- las estatuas ya se habían puesto en marcha luego de las órdenes de su invocador, con claras intenciones sobre la anatomía de Mei.

En ese momento Boss hizo una breve pausa, analizando un poco mejor el terreno, y viendo las amplias posibilidades que este otorgaba. Tal vez fuese mejor intentar una estrategia diferente, porque a decir verdad, aún no había trazado ningún tipo de estrategia. Supo entonces que debía hacerlo lo más rápido posible, o aquel duelo se le complicaría más de lo esperado.

-- Confundus -- pensó como tercera y última acción. De esta manera, Mei caería sumida en un poderoso hechizo que le daría un minuto extra (era todo lo que necesitaba) a Boss para idear un plan de ataque, sin descuidar la defensa que hasta esos momentos estaba manteniendo.

Debía admitir que el cuerpo semidesnudo de la demon hunter frente a él le desconcentraba un poco, sobretodo por las bonitas y tonificadas piernas que modelaba. -- Ya veo el resultado de tantas redadas y situaciones de apuro con los mortífagos -- dijo desde su posición, lanzando una leve carcajada. Hasta el momento nunca había volteado a ver sus propias compañeras de bando, pero vaya de lo que se estaba perdiendo!

Off rol.

Hola chicos, luego de haber negociado con Pik Macnair y en parte también con Juve, se ha llegado a la siguiente conclusión.

Marca Tenebrosa

Muertos: CentauroLechuza, Gyvraine C. Sullivan, Radamantys, y Juve.

Orden del Fénix

Todos ilesos.

Agradecemos a todos por participar, y esperamos que los que cayeron en combate vayan a curarse pronto a San Mungo para que vuelvan a caer en combate.

Saludos,

El detritus de Juve había desaparecido, y su dragón, el vipertooth peruano, le lanzó una llamarada de fuego desde el aire. Para su fortuna, el expectro protego de Juve no había salido, gracias a Hank.

-- Guardián -- dijo Boss, hechizando el cuerpo de Radamantys al cual tomaba bajo su control. -- Guardián -- dijo nuevamente, ahora era el cuerpo de Centauro, quien también sería su marioneta, ambos a su disposición. Ahora tenía a dos mortífagos, y sería bastante cruel lo que haría con ellos. De inmediato las criaturas se pusieron a correr flanqueando a Boss, ambos le protegerían de cualquier ataque en su contra.

-- Ataquen... -- gritó Elessar a sus marionetas antes de caer sumido a una poderosa confusión, pero ya la orden estaba dada. Ambos mortífagos atacaron a sus propios compañeros. Centauro vociferó un -- Avada kedavra -- contra Juve. Y un segundo -- Avada kedavra -- también fue invocado, esta vez contra Gyvraine que ya no tenía detritus.

Ahora era el turno de Radamantys para atacar, el mortífago gritó un -- Cruciatus -- contra Juve. Y volvió a lanzar un segundo hechizo, esta vez se trató de un -- morphos -- que gritó con todas sus fuerzas, haciendo mutar el calzado izquierdo de Juve en una avispa marina. En ese momento Boss salía de su confusión, pero ya sus guardianes habían hecho el trabajo por él, siguiendo sus órdenes al pie de la letra.

-- Ardius... -- rugió inundando el lugar de su formidable voz. De inmediato sintió como su ritmo sanguineo se incrementó, a tal punto de que sería muy peligroso atacarle en mano a mano. Sonrío al notar que, de alguna forma u otra, los mortífagos caerían ante el poder de la Orden del Fénix. Y por eso concluyó su acción con un -- ...corpus patronus -- de inmediato un imponente vipertooth peruano apareció en el lugar. Cuatro metros de largo era su tamaño, y tenía una devoción increíble por la carne humana, en especial si estaba chamuscada. Por esa razón lanzó dos potentes llamaradas de fuego: la primera contra Juve, la segunda contra Gyvraine.

-- Strellatus -- añadió con rapidez sin darle tiempo de planear hechizos a los mortífagos. De inmediato la energía acumulada se proyectó en los ojos de Isaac, Juve, Gyvraine y Radamantys.

Sonrío al ver que eso era todo, de momento, y había sido suficiente para afectar a casi todos los mortífagos que le plantaban cara en aquella oportunidad. Intentó hacer un tercer hechizo, pero le fue imposible, gracias a un confundus de Juve.

-- Vaya, vaya... -- decía en voz alta Elessar recostado del marco de la puerta. El local de peculiar nombre hispano le daba la bienvenida. Había estado caminando por Diagón, estando siempre al pendiente del local, pues había recibido un aviso por parte de sus compañeros de bando. Ahora que los mortífagos acudían en defensa del también mortífago Centauro, Boss se sorprendía de ver qué tan abarrotado estaba el negocio.

Quizás era cuestión del destino, pero siempre se le presentaban ese tipo de situaciones inesperadas, incómodas y abusivas. No le gustaba tener que matar mortífagos, pero era su deber, su deber para con la comunidad mágica. Erradicar aquella plaga.

Con el rostro cubierto por una cegadora luz blanca -desde mucho antes- Elessar ingresó al local, ataviado con una ligera túnica celeste. Varita en mano, examinó quiénes serían sus rivales. Sí, quizás eran fuertes, pero él lo era mucho más. Y ahora, le tocaba acabar con la vida de ellos: los mortífagos. Y divisó a Juve, una de las mortífagas que tendría el placer de asesinar en aquella oportunidad.

***

Off.

Centauro (Emmet) murió a causa del doble confundus - sectusempra de Hank. Por favor, no sigas posteando.

Nombre del Equipo: Dragones de Durmstrang

Colegio del Equipo: Durmstrang

Lema: Strength, courage and soul

(Escudo en construcción)

Capitán:

Datos en HL.com: .Boss Elessar. (ID: 38047)

Datos en HL.org: Boss Elessar (ID: 46255)

Ficha de personaje: Dimitri Garrix - http://www.harrylatino.org/index.php/topic/103241-ficha-de-dimitri-garrix/

Datos en HL.com: taurogirl (ID: 75053)

Datos en HL.org: Taurogirl Crouchs (ID: 101680)

Ficha de personaje: Ivanna Milinova - http://www.harrylatino.org/index.php/topic/103269-ivanna-milinova/

Miembro 2:

Datos en HL.com: Jank (ID: 202746)

Datos en HL.org: Hank (ID: 115890)

Ficha de personaje: Alec Balanchett - http://www.harrylatino.org/index.php/topic/103270-ficha-de-alec-balanchett/

Datos en HL.com: Ser Greyjoy (ID: 245761)

Datos en HL.org: Patrick Colt (ID: 34186)

Ficha de personaje: Shavdar van Tyr - http://www.harrylatino.org/index.php/topic/103244-ficha-de-shavdar-van-tyr/

Datos en HL.com: Adr. (ID: 238309)

Datos en HL.org: Adr. (ID: 116160)

Ficha de personaje: Raisa Milinova - http://www.harrylatino.org/index.php/topic/103245-ficha-de-raisa-milinova/

Nombre del Personaje: Dimitri Garrix.

Sexo: Masculino.

Edad: 20 años.

Nacionalidad: Holandés.

Varita: Posee una varita que mide 30 centímetros, su núcleo es de nervio de corazón de dragón, la madera es fresno. Es flexible y buena para duelos. La adquirió en una tienda de varitas en Amsterdam, Holanda. No es una varita legendaria ni nada por el estilo, pero le agrada, nunca le ha fallado. La nombró Dubstep.

Colegio: Durmstrang

Patronus: Su patronus es producto del recuerdo más feliz que tiene de su vida: sus padres. Ellos murieron hace varios años, y su recuerdo le inspira a hacer un patronus realmente poderoso que consiste en un feroz lince plateado.

Aspecto Físico: Mide apróximadamente 1'80, de complexión delgada. Posee unos ojos claros, muy similares a un color grisáceo. El pelo es lo suficientemente largo como para peinárselo hacía atrás, de color café oscuro. Suele vestir atuendos muggles, pues aún es bastante joven y conserva amistades no mágicas.


Cualidades Psicológicas: Es un chico muy calmado, amante de las fiestas y la buena vida. Suele ser muy discreto, no le gusta pavonearse demasiado, y le gusta trabajar bajo perfil. Aunque no hay que dejarse engañar por su apariencia reservada, pues puede sacar a relucir un carácter muy fuerte. Es muy optimista, soñador y seguro de sí mismo.

Historia

Nació en Amsterdam, Holanda. De padres magos, que murieron cuando aún él apenas tenía 15 años. Su padre murió primero, a causa de un infarto, y su madre murió minutos después, luego de la tristeza al pensar en vivir el resto de su vida sin su amor eterno. Fue en ese entonces cuando Dimitri quedó expuesto, y solo ante el mundo, siendo apenas un adolescente. Se las ingenió, ahorrando lo suficiente para viajar a Bulgaria y recibir una beca estudiantil por parte del director en turno del colegio Durmstrang, pues para su mala suerte, sus padres no le dejaron ni un pénique.

Le tocó trabajar en el colegio, haciendo labores de limpieza en ocasiones, o también ordenando libros en estanterías de la biblioteca; todo esto sin magia, para que aprendiera lo duro que era vivir sin ella.

Hizo varios amigos durante su estadía en el colegio, y se puede decir que también hizo algo más que amistad con algunas chicas, al parecer gozaba de cierta popularidad por su no tan típico acento holandés en esa región de Europa. Tanto así, que algunos de sus amigos le llamaban el "rompecorazones".

Muchos de sus profesores le consideraron como un alumno "regular" dado que jamás se destacó en ninguna asignatura, no era para nada talentoso, pero podría sobrevivir en el mundo. Su única habilidad era con el espionaje y su trabajo bajo perfil, aunque eso no era muy tomado en cuenta por los profesores: su astucia.

Sueña con vivir una vida tranquila, en la cual no deba trabajar y tenga lujos extravagantes, aunque no es un delincuente, por eso prefiere ganar el dinero de manera justa y honrada. Aunque no le molestaría apartar a algunos de su camino si es necesario para llegar a su objetivo.

Pertenencias: Solamente posee su varita como objeto mágico.

-- Aqueora -- invocó Boss, articulando de manera grave el hechizo. Y de inmediato una oleada mágica le cubrió por todos lados, rodeándolo como un caparazón. Le curó también de las heridas causadas por el absorvere, su muñeca estaba sana. Estaba ileso. Boss miró desde su fortaleza acuática como los mortífagos llegaban, cada vez eran más y más, su vipertooth peruano por su parte hacía su trabajo, sobrevolando el lugar y preparando nuevas llamaradas de fuego contra quien osara atacarle de alguna forma u otra. Sus estatuas seguían la orden inicial que les había dado, atacando ferozmente a su objetivo: Patrick Colt.

Elessar siguió en su posición, aparentemente inmaculado. Estudiando la distancia que le separaba de sus rivales, notando que si hacía ataques directos con certeza tendría éxito. Los mortífagos no seguían formaciones de batalla, eran muy indisciplinados y no tenían un verdadero comandante qué seguir. Los mortífagos de antaño que le había tocado enfrentar a Boss, ya no existían y eran algo bastante cercano a una leyenda urbana, que quedó en eso: el pasado. Sus años de gloria habían pasado, aunque muchos de ellos aún tenían la falsa idea de que estaban en su mejor momento, aunque visitaran todas las semanas San Mungo a manos de un miembro de la Orden del Fénix que le presentaba batalla por sus actos pecaminosos. Luego de unos instantes volvió a pensar -- Episkey -- sanado las heridas de su muñeca por completo.

-- No, no ahora... escogieron un pésimo día -- decía Elessar lo más calmado posible. Siempre había tenido la sensación de que entre más calmada era su voz, más temor infundaba en el rival. Y no se equivocaba, pues en ocasiones anteriores era así. Luego de que Patrick hiciera el absorvere y Boss se cambiara la varita de mano, atacó:

-- Ardius... -- bramó. De inmediato sintió como el poder se incrementaba, algo mágico le confería velocidad. Sus ojos, con las pupilas dilatadas tras la luz, se fijaron en el mortífago más cercano: Patrick. Él sería su objetivo principal -- ...confundus -- concluyó la acción, pensando el último hechizo, al mismo tiempo que su dragón lanzaba dos potentes llamaradas de fuego, la primera contra Patrick, y la segunda contra Kritzai. Ambas llamaradas de fuego iban en picada, pues su dragón atacaba desde el aire, o sea que afectarían directamente a sus cabezas. El expectro protego de Patrick no logró salir, producto de la confusión. Posteriormente su dragón cayó, aunque las llamaradas lograron aún cayendo. Sin embargo, evitó el contacto con las estatuas.

-- Ustedes, salgan ahora y ataquen al mortífago que está justo allí -- dijo Boss a las estatuas, mientras señalaba a Patrick -- quiero que lo ataquen hasta la muerte, den golpes fuertes y rompan sus brazos y piernas -- ordenó Boss a las estatuas que fueron corriendo a toda velocidad hacía Patrick. Las llamaradas del dragón no le podrían dar, estas venían desde el cielo.

-- Strellatus -- farfulló después. El hechizo hizo mella en los mortífagos, dado que la energía acumulada impactó directamente en sus ojos, y así, tanto Patrick, como Valent, y Kritzai.

-- Morphos -- fue su último hechizo, que salió casi como una carcajada -a juzgar por su tono de voz- la túnica de Patrick mutó, convirtiéndose en una avispa marina adulta, cargada de veneno. Y era obvio lo que pasaría, al estar la criatura marina en la espalda desnuda de Patrick, esta le envenenó al contacto.

-- Encárgate de ella, que sepa las desventajas que puede suponer pertenecer a un grupo tan abominable y cruel como los mortífagos, nosotros protegemos a los inocentes, y ella... ella no es inocente, es una mortífaga, cruel y despiadada -- dijo Elessar a voz pulmón, totalmente enfurecido. No había cosa más cruel que asesinar a personas inocentes -y digo, realmente inocentes- tan solo por su estatus de sangre. Si los mortífagos querían guerra, pues guerra tendrían mientras se mantuvieran afectando tanto a la sociedad mágica como a los inocentes muggles que nada tenían que ver con sus asuntos.

-- Corpus patronus -- invocó Boss, ondeando su varita aún afuera de la habitación de Valent, y haciendo aparecer un imponente vipertooth peruano. La criatura medía unos cuatro metros de largo, y era de tamaño adulto. Listo para cualquier eventualidad. La bestia rugió con fuerza, esperando la primera orden de su invocador que lo miraba extasiado.

-- Haré algo... -- dijo Boss a Nathan, montando en el lomo de su dragón y bajando hasta la planta principal, y posteriormente a través de la puerta abierta, visitó los exteriores del castillo. Localizando las estatuas, agitó su varita y dijo -- Piertotum locomotor -- de inmediato las imponentes estatuas tomaron vida; la de Mathías Crowley, la de Aiacos y la de Raehgar. Las tres estatuas eran bastante altas, la más pequeña medía un metro y setenta centímetros, la más alta dos metros. El material era resistente, se trataba del más puro acero.

-- Custodien el salón del castillo, asesinen a cualquier mortífago que se aproxime -- ordenó Elessar a las estatuas que de inmediato fueron al trote hasta el interior del castillo, montando guardia en el salón principal. Él ordenó a su dragón en su segunda acción que lanzara una potente llamarada de fuego a la mortífaga Valent, que intentaba huír del lugar. Pero no, no se escaparía. Valent estaba afuera del castillo, al igual que Boss y el vipertooth peruano que ya se aproximaba a Valent, el olor de la carne humana chamuscada era algo que les encantaba a los dragones de esa raza, algo que no podía evitar Boss.