Boss Elessar

Hola chicos,

Paso a informar que Near y Gitax ya no están pendiente de veredicto. Gitax está preso en Nurmengard (si es que Near lo fue a dejar 24 horas después de haberlo capturado) saludos.

Porque debo dejarlo así en la oficina para que puedan dar las bajas. No he pedido ninguna baja aún, por favor sigan instrucciones.

Hola, ya he pedido las altas que solicitó Aimé, disculpen la tardanza, estaré más al tanto de este tópico. Ahora, no he pedido las bajas de Sara. Dejé un formato a seguir para pedir las altas y bajas, por favor respetenlo ._.

Ahora, agradecería si piden las altas y bajas como les mostraré a continuación:

Altas:

Millie M.: http://www.harrylatino.org/index.php/user/118146-millie-m/ id: 118146

KyttaBlackPerduts: http://www.harrylatino.org/index.php/user/110197-kyttablackperduts/ id: 110197

Esas fueron las altas que fueron pedidas, además.

Saludos.

Hola!

Definitivamente que la calle te contagia de navidad... y hoy he vuelto a casa con toda esa buena vibra y espíritu navideño. Así que aprovechando mi momento, paso a inscribirme en el amigo secreto. Espero buenos regalos, preferiblemente en efectivo(?) no es cierto xD al fin y al cabo lo que cuenta es la intención.

Saludos!

-- Paf! -- fue el bufido que emergió de la nada a pocos metros de Abaddon, y la fuente de aquel sonido caminaba como si no necesitara las piernas para hacerlo. Elessar volvía por fin a sus dominios, el Líder de la Orden del Fénix nuevamente había dado cátedra de duelos junto a varios de sus compañeros de bando. Un viejo refrán hacía eco en los pensamientos de Boss, y es que "lo que bien se aprende, nunca se olvida" y aunque pasaran los años y él se hiciera más viejo, así también se fortalecía, y su poder era aún más magnífico ante las fuerzas oscuras.

Por fin se había encontrado cara a cara con el Ministro de Magia, y no tuvo la necesidad de alzar su varita contra él para poder vencerlo. El anciano era más débil de lo que creía. Así estaba él, junto a una mortífaga que al parecer estaba liderando la contienda anterior, Juve. Ambos flotaban atrás de Elessar que con actitud serena cruzaba los inmensos portones que custodiaban Abaddon.

-- Quiero a la mujer encerrada en una celda del tercer piso, aquella de máxima seguridad -- ordenó Boss a uno de sus guardianes, que de inmediato se aplomó a obedecerlo, tomando por la cintura a Juve y montándosela a los hombros emprendió rumbo al tercer piso de Abaddon.

-- Y al anciano... -- carraspeó Boss mirando con lástima a Crazy Malfoy -- lo quiero en una celda del primer piso, allí permanecerá hasta que sea citado para el interrogatorio, y por favor tengan mucho cuidado, temo que se quiebre algún hueso, parece demasiado... frágil -- los dos guardianes encargados de Crazy se limitaron a hacer una leve reverencia a Boss, y de inmediato tomaron al prisionero entre ambos y lo depositaron en su respectiva celda.

Por el momento restaba esperar a que llegara Mei con sus dos prisioneros, para entonces dar inicio a una interesante velada en Abaddon.

Buenas,

Tal cual comentaba con Goderic, la captura es válida. Él dice que es "negociable" y sí, lo es, pero citando nuevamente al muchacho, por el bien del juego, que la captura sea válida. Así que de mi parte ya saben la respuesta.

Saludos,

-- Unos, dos, tres... parece increíble que después de tanto tiempo, todo siga igual... quizás mi alma pierda la voluntad y decida dar un paso al costado. Pero lo cierto es que nunca me rendiré y a pesar de todo, seguiré con la frente en alto -- esa voz... era una muy reconocida voz. Quizás el señor de la Orden del Fénix no había sido acabado del todo. La oscuridad doblegaba poco a poco a la luz, pero, de repente, sin premeditación alguna, una tenue luz brilló en los desolados pasillos de Nurmengard.

El rayo de luz fue avanzando, lento pero seguro, penetrando hasta en los más milimétricos espacios entre los ladrillos que conformaban las paredes. Y finalmente, a través de una pequeña rendija, la luz llegó hasta el suelo de aquella olvidada celda. Y era Elessar, con la barba cruelmente crecida, tanto que apenas se podía apreciar su rostro demacrado. Con harapos que le hacían ver quinientos años más viejos, y con los ojos anegados en lágrimas que abría poco a poco, respondiendo al llamado del amanecer. De un nuevo y prometedor día. De dejar atrás la tristeza y darle una nueva oportunidad a la vida.

-- ...lealtad y sacrificio -- musitó poniendo fin a su melancólica melodía. Apretó fuertemente los puños, y sintió como sus heridas ya eran cicatrices. Se sentó en la cama y quiso esbozar una sonrisa, pero lo único que salió de su boca fue un bufido. Dejó ver en ese momento sus amarillentos dientes, que se sumaba a su pésimo aspecto. Había estado demasiado tiempo encerrado, siempre en secreto, siempre solitario. Pero aún tenía poder, aún era un mago de temer. Hizo aparecer una cegadora luz blanca en su rostro, antes de que cualquier mortífago pudiese verlo. Por suerte él había estado mirando a la pared y nadie, absolutamente nadie podría haber notado su presencia. Ya era un prisionero olvidado.

Su dragón lanzó dos llamaradas de fuego más: una contra Blackimse y la segunda contra Mía. Luego, se quedó paralizado debido a un fuego maldito de Zack.

-- Aqueora -- bramó Elessar, logrando detener el fuego maldito de Zack, e interceptar el billywig de Blackimse, que no logró afectarle debido a la imposibilidad para atravesar la amplia pared de agua. Boss se curó las heridas provocadas por el absorvere, y estaba totalmente compuesto. -- Morphos -- dijo quedamente. De inmediato su zapato izquierdo mutó en un bezoar que tragó de inmediato, evitando que muriese envenenado por el veneno de la viuda negra invocada por Mía.

-- Cyclone maximus -- dijo después Boss. Y un enorme ciclón se formó en medio del salón, evitando el contacto con los miembros de la Orden del Fénix, dado que estaban bien alejados del torbellino. Su dirección era Zack. Zack sería llevado por el tornado, y estrellado contra la pared. Patrick, Hades e Isaac correrían con la misma suerte, dado que estaban a tan solo un metro de Zack. Los cuatro mortífagos serían llevados por el tornado, el cual acabaría con ellos.

Boss aún estaba fuera de prisión, y aprovechando que se trataba de un monte en Honduras, en donde habían grandes y pesadas rocas, transformó una enorme roca, similar a las rocas volcánicas. Podía tener un diametro de casi cinco metros -- Ardius morphos -- bramó, de inmediato un vipertooth peruano comenzó a formarse a partir de la roca gigante, de tamaño adulto, medía casi cuatro metros. Seguidamente ambos ingresaron a la prisión, tanto Boss como el vipertooth. El dragón lanzó dos potentes llamaradas de fuego contra Derek, y la segunda contra Zack. Ambas llamaradas de fuego iban directamente a sus cabezas.

-- Strellatus -- el efecto era inmediato. Afectaría la visión de Zack, Isaac, Hades, Patrick y Mía.

-- Tripio sectusempra -- dijo cortante. Tres rayos salieron de su varita, el primero contra Hades que estaba a siete metros de Boss luego de que este avanzara con largos pasos. El segundo contra Patrick, que estaba a un metro de Hades, y el tercero contra Koa, que estaba a un metro de Hades también. Todos estaban a siete metros de Boss. La velocidad y adrenalina del combate solo era comparable a las grandes carreras de muerte que se daban en los viejos tiempos. Quizás eran superados en número, pero jamás serían superados en talento.

-- ¿Pre... pretenden hacerlo en verdad? -- se preguntó a sí mismo Elessar, negando con la cabeza, colocándose una cegadora luz en el rostro que ocultaría su identidad, y desapareciendo con rumbo a América. Su destino era la prisión Nurmengard, la cual estaba ubicada en el lejano país de Honduras. Boss anteriormente había recibido un patronus, el cual había logrado informarle acerca del lugar de rescate.

Y un leve frío empezó a recorrer el cuerpo de Elessar. A lo lejos, el sol comenzaba a salir entre las altas montañas del centro de América. Boss con los ojos levemente inundados en lágrimas debido al resplandor del amanecer, comenzó a avanzar a través del camino que habían trazado sus compañeros.

Miró de reojo como su legión de guerreros iban avanzando, y sonrío, pues supo que ese día se llevarían la victoria. Divisó la prisión, en donde habían varios más capturados. Y prosiguió, con el objetivo de liberarlos. La blanca túnica ondeó cuando estaba por ingresar a la prisión, varita en mano, Elessar acabaría con todo mortífago que se le pusiera por delante.

-- Buenas tardes, aunque parece que se pondrán mucho mejor -- saludó Boss las dos recién llegadas, arqueando una ceja y colocando una mano sobre el escritorio. Aparentemente buscaban a Ishaya, pero le parecía muy penoso que su hija prodiga se acercara a esa oficina únicamente por asuntos de trabajo y no para visitar a su modesto padre.

-- Ishaya... Ishaya debe estar ocupado, no soy su secretario ni nada por el estilo, pero creo que en algo podré ayudarles. ¿Cuál es el tema que le compete con respecto al departamento que representan? -- preguntó dejando momentáneamente de lado los lazos familiares y hablando con un tono autoritario.

Les invitó a una taza de té, que muy amablemente su elfo doméstico ofrecía en una bandeja de plata. Últimamente el departamento de juegos mágicos estaba muy solitario, y era complicado ver movimiento en la oficina. Y más complicado aún, ver sensuales movimientos. Justo cuando pensaba eso, Elessar dedicó una coqueta sonrisa a Rachel, mostrando su perfecta dentadura inmaculada.

Volviendo al tema, devolvió su mirada solemne a Bel, la persona al mando de aquella visita a su departamento. -- Espero que no sea ningún tipo de daño a la salud pública, tengo entendido que Ishaya siempre ha mantenido respeto por la ley mágica -- con ese comentario había quedado en evidencia: jamás escuchó con atención lo dicho por Bel, esperaba que eso no le pasara factura en la conversación.

Cerca estaba Helen, una entusiasta muchacha que daba sus primeros pasos en el mundo laboral. La muchacha habló con claridad, presentándose ante las dos funcionarias del departamento de leyes mágicas, y seguidamente fue a la oficina de Ishaya. Un gesto muy elocuente se formó en el rostro de Boss, casi rozando en la sorpresa y con un toque de satisfacción personal. Definitivamente su legado había crecido, y mucho. Desde hace mucho tiempo no estaba al tanto del crecimiento en su familia, sus eternos Evans McGonagall, pero no tenía idea de que justo en el mismo lugar que él trabajase una de las personas que tenía la misma sangre que él corriendo por sus venas.

-- Ahí va nuestro futuro... -- musitó con un gesto esperanzador, y una mirada brillante de ilusión.

Hola chicos, veo que tienen esto muy abandonado xD

He visto un par de pupilos que han abandonado sus tutorías... me pensaré seriamente las sanciones.

Ahora, yo venía a sugerirles un tema para las tutorías, ambas, tanto la de básico como la de intermedios. Y este consejo es con respecto a las redadas. Como le aconsejé a Xell en msn, creí conveniente avisarles a ustedes también para que difundan el conocimiento y... el truco!

Consiste en esto (haré copy paste de cómo se lo expliqué a Xell):

01:48:02

 

puedes dividir la pantalla, o sea, en una mitad pones la conversación del skype y en la otra mitad el navegador

 

 

con las pestañas abiertas de la redada, dos pestañas, una con mensajes previsualizados (o sea el cuadro de texto en "añadir respuesta" en donde pones tu rol, y antes de mandarlo le das en "previsualizar mensaje" para ver si te han atacado" y la segunda ventana de redada con el ritmo del tópico, para ver todo con las firmas incluidas, ahí es más fácil ver quién postea xD

 

 

01:50:03

 

también puedes tener la pestaña de hechizos de la orden del fénix, de la marca tenebrosa y de la lista neutral, además de las reglas, ya sea de redadas y asaltos, como las de las cárceles

Es algo que yo siempre hago, y que es muy útil, pues estoy al pendiente de la multiconversación en skype y de la redada al mismo tiempo, sin pasar detalles por alto. También se aconseja que se divida la sección de skype, o sea, que en la barra de herramientas, en la opción de "Ver" ingresen y seleccionen la opción contraria a vista "Predeterminada" para que las conversaciones sean individuales a la ventana principal de skype en donde están los contactos, esto al menos durante las redadas.

Creo que es todo. Saludos!

El reloj marcaba el mediodía. Fue entonces cuando Elessar alzó la vista hacía la entrada, esperando al joven Vladimir que había solicitado a través de una amable carta un duelo contra él. Boss, recordando aquellos viejos tiempos cuando él era un alumno de la academia, y soñaba con enfrentarse a los más grandes duelistas de la época, aceptó la invitación para rememorar aquellos viejos tiempos.

Carraspeó ligeramente cuando el muchacho ingresó al salón, atravesándolo como una flecha, sin siquiera un saludo de buenas tardes. Tras unos pocos segundos, se había corregido, saludándolo con un gesto respetuoso, al cual el más viejo de los dos correspondió.

Sus ojos se entrecerraron un poco, mientras Vladimir se cambiaba de vestimenta. Desde hace varios días un poderoso dolor de cabeza le atormentaba, y no era la primera vez que pasaba. Quizás era tiempo de pensar en el retiro...

Boss se puso de pie al notar que ya Vladimir estaba listo para el combate. Separado a siete metros, su contrincante lucía un extraño atuendo, para nada típico en los duelos, al menos no para Boss que había enfrentado a una extensa cantidad magos durante toda su vida. Palpó su túnica blanca en busca de su varita, extrayéndola luego de unos segundos. Su atuendo consistía también en un par de zapatos negros, y un sencillo reloj de pulsera en su muñeca izquierda.

Cuando abrió la boca para dirigir algunas palabras de instrucción a Vladimir, el muchacho se adelantó lanzando un potente rayo verdoso contra la anatomía de Boss. El viejo auror abrió los ojos como platos al ver la magnitud del rayo, y con su varita en ristre invocó un escudo transparente que absorbió en su totalidad el rayo de Vladimir, luego de proferir un fuerte -- Protego -- que retumbó en las paredes del lugar. El rayo de Vladimir había quedado entonces en el olvido.

-- Es bueno iniciar los duelos con agresividad, pero me has sorprendido demasiado -- comentó Boss, mirando rápidamente su entorno. Las lámparas estaban contra las paredes a modo de antorchas. Además, el sitio estaba acondicionado para este tipo de eventos. Habían exactamente tres rocas en el lugar, la más cercana a Boss estaba a exactamente cinco metros de él, y a dos metros de Vladimir. Tenía un diámetro de tres metros más o menos, y era la roca más grande de la sala. Las otras dos eran mucho más pequeñas.

-- Limitate -- bufó Elessar, presintiendo como su poder minaría a su contrincante. Un sonoro "crack" haría eco en el salón, señal de que su efecto sobre la varita de Vladimir había surtido lo deseado. No apartó su mirada del valeroso aspirante a la Orden del Fénix, al cual había conferido temporalmente los poderes de un templario.

Off rol.

Ya que mencionas que lo tomarás como tutoría, empezaré por corregirte varias cosas.

Para empezar, te di permiso para usar el rango de legionario, no de templario. Sin embargo no tengo problema con que uses los hechizos de un mago templario.

Otro; podrías haberte esmerado un poco más en el rol inicial. Dejas mucho lugar a que tu rival se aproveche del escenario, de haber querido, hubiese podido rolear que había una gran cantidad de rocas rodeándote. Asegúrate siempre de ser muy detallista con tus roles, sobretodo con el inicial.

También es importante que remarques tus hechizos, ya sea con negrita o cursiva. Esto más que nada por costumbre, para que cuando estés en una situación de batalla (léase redadas, rescates, etc.) no olvides que debes hacerlo, y ya sea costumbre.

Eso por el momento, con el transcurso del duelo iré mencionándote más cosas.

Saludos.

Pd. Edité porque se me había mandado el post con la mitad del rol xD una disculpa.

-- Perdón, ¿qué decías? -- Boss carraspeó y devolvió su atención a la mujer que tenía justo al frente. Desde hace mucho tiempo no visitaba su puesto de trabajo, de hecho, le sorprendía demasiado que aún no le hubiesen despedido. Se había enterado de que hace poco Ariane Dumbledore había renunciado al puesto de directora. Situación que causó una gran sorpresa en Elessar. Aquella prometedora muchacha Dumbledore hacía su mejor esfuerzo por tener el departamento bien encaminado, y le veía con muchas ganas de seguir progresando. Quizás algún día tendría la oportunidad de conversar con ella más a fondo para saber la verdadera razón de su renuncia.

Alzó la vista y contempló su oficina. Seguía tan inmaculada como siempre, como cualquier lugar personal del norteño. Supuso entonces que era un "mal de familia" porque a duras penas recordaba como era su padre de organizado y pulcro, no recordaba su lugar de trabajo, pero sí recordaba que siempre iba vestido de una manera elegante, igual que él.

Pestañeó entonces y se llevó las manos a la cara. Apretando con fuerza sus párpados y sintiendo la pesadez del cansancio. Desde que se había puesto en marcha ese día no había parado. Seguramente su compañero Ishaya andaba trabajando por doquier, le recordaba como una de las personas más hiperactivas y entusiastas que había conocido en toda su vida. Admirable, sí, y un viejo amigo también.

Sin embargo, al que le molestaba mucho de aquel departamento era lo aburrido y monótono que se ponía a veces. Estaba seguro de que, con un buen director, todo eso cambiaría. Él ya estaba demasiado viejo para ser director, pero seguramente su experiencia se podría imponer y una buena labor en el departamento de juegos podría sorprender a la comunidad mágica.

Off rol.

Se da por finalizado el rescate.

Quedan liberados con éxito:

-Héctor D. Weasley

-Sunar PBT

-Boss Elessar

-Vrael Myrddin

Todo esto tras haber negociado con el alto rango a cargo de la Marca Tenebrosa, Zack Black Rowle.

Saludos!

Elessar entonces se daría a la fuga. Corrió a toda velocidad, rumbo a la mismísima salida de Nurmengard. Sintiendo el pesado aire de la altura hondureña, miró de reojo como todavía hechizos seguían volando por doquier en la mítica prisión de la Marca Tenebrosa. Desapareció al salir totalmente de la prisión, con un rumbo fijo: el cuartel general de la Orden del Fénix. Debía descansar y reponer fuerzas, pronto cobraría venganza por aquella penosa captura y posterior derrota que habría sufrido en Diagón a manos de un grupo de mortífagos medianamente organizados. Pero el error fue suyo, por ir con tanta confianza a combatir a un grupo que demostraron no ser un grupo de niños exploradores.

-- Aqueora -- bramó Elessar, anteponiendo una poderosa oleada de agua ante el expelliarmus de Patrick, repeliéndolo sin problemas. Y a la vez que curaba el tobillo afectado por Lisa, el halo de luz blanca sanó por completo su hueso. Justo cuando él se curaba, su dragón acababa con la vida de Blackimse, dado que su hipogrifo no la defendió. Y su dragón lanzaba una llamarada de fuego contra Mía, justo antes de que ella hiciera su anular ardius. Ahora estaba totalmente quemada.

Su aqueora también logró detener las dos llamaradas de fuego maldito que había enviado Mía en su contra. Boss seguía ileso. Blackimse y Zack acababan de caer muertos en combate debido a las llamaradas de fuego de su ridgeback noruego.

Su dragón lanzó una segunda llamarada de fuego contra Caroline, dejándola moribunda, pues ella prefirió atacar con un sectusempra a Athena. Caroline estaba al borde de la muerte.

-- Corpus patronus -- volvió a rugir Elessar, con las mejillas hinchadas del sulfuro. Un hipogrifo apareció justo al frente de él, para defenderle de cualquier hechizo. Pero la bestia de momento tenía otro objetivo, y fue directamente contra Spectum a atacarle con sus zarpazos, sería desde la espalda que la atacaría.

-- Episkey -- pensó finalmente Boss, sanando las heridas causadas en su muñeca, obra de Blackimse con un absorvere.

Con un guiño del ojo, Elessar agradeció a Jank por la rápida entrega de la varita. Ya era un guerrero armado. Con varita en mano, descendió varios pisos hasta el lugar en donde se batían a duelo todos. Estaba en el lugar de las refriegas.

-- Ardius -- gritó con fuerza. Sí, ya sabía cómo iban a responder sus rivales mortífagos. Aquello le causaba bastante gracia, pues se lo esperaba. -- Corpus patronus -- concluyó antes de que cualquier mortífago se le adelantara. De inmediato, el bestial Malacoda apareció. El enorme ridgeback noruego estaba posicionado frente a Boss, y le defendería de cualquier hechizo. Además de rociar con sendas llamaradas de fuego a dos mortífagos. Zack se vería afectado por las llamaradas de fuego, al igual que Blackimse.

-- Strellatus -- dijo después. Zack, Blackimse, Mía, Spectum y Leah.

Seguía voraz. Elessar no pararía su accionar ofensivo hasta ver a los cuerpos mortífagos caer al suelo, sucumbiendo al poder del líder de la orden del fénix.

-- Cyclone maximus -- concluyó. Un enorme ciclón de aire se empezó a formar, hasta arremolinarse como un mismísimo tornado. El ciclón tenía la dirección inicial de ir contra Zack, llevándose todo lo que había de por medio. Además, se llevaría consigo también a Blackimse y Spectum, que estaban justo al lado del ángel caído, solo a un metro de él. Los tres volarían por el aire, estrellándose contra las paredes de Nurmengard, requiriendo de prontos episkeys para su curación.

Y eso era todo... a lo lejos el sol comenzaba a ascender por entre las lejanas colinas centroamericanas. Era primera vez en la historia que Boss estaba en un lugar como aquel, tan escondido del mundo. No era muy frecuente en el continente americano, pero cuando lo visitaba, solía ir a las principales urbes, o tal vez a lugares históricos y reconocidos.

Sintió entonces como el gélido aire del amanecer penetraba la pequeña ventana de su celda. Sonrío ante el hecho de sobrevivir a un día más. De sentir la presencia de compañeros en la prisión.

-- Solamente un poco más... -- rezó en voz baja Elessar, cerrando los ojos para descansar los párpados y disfrutando de la poca brisa matinal que golpeaba su cuerpo. Estaba totalmente desarmado, vestido con una túnica maltrecha y una opaca luz en el rostro que lograba cubrir su identidad. Aún así, desarmado y desaliñado, no estaba nada débil. Seguía teniendo un poderoso poder, la magia siempre recorrería sus venas y con un simple movimiento de su mano la magia podía ser invocada.

Presintió que pronto recibiría la visita de mortífagos en su celda. Esperaría paciente, pues, tendría algo preparado para ellos.

Volvió a su cuarto en el norte de Europa; estaban los muebles distribuidos en su antiguo orden. Se acostó en el viejo catre. De pronto, el sonido familiar de unas sandalias y un olor muy conocido hicieron que Elessar se incorporara; los ojos querían salirse de las órbitas. La puerta rechinó...

Un brusco cambio de escena. Ahora se encontraba en medio de una plaza en Londres, reviviendo el mitín inquilinario del Londres viejo. Los mismos hombres enardecidos, las mismas mujeres arrebatadas gritando a voz en cuello su miseria y una humillación ya insoportable. Era una escena triste, de miseria y ruina.

Sobre la una de la madrugada Boss se levantó. A tientas, se encaminó hasta los barrotes de la diminuta celda. Se dio cuenta entonces de que tenía la garganta reseca, la sed era demasiada. Se percató entonces que habían dejado un vaso con agua -tibia- y un plato de una insípida carne y un arroz sin sal -la comida fría-. Comió cuanto pudo, intentando olvidar los recuerdos de esa pesadilla tan real.

Poco a poco sintió como el sudor frío comenzaba a recorrer su cuerpo por completo, y como recuperaba su color de piel. Debía haber quedado pálido, aunque era imposible de detectar eso en la espesa oscuridad de Nurmengard.

-- Muchas gracias... -- dijo a duras penas Elesar, tomando en sus manos el par de preservativos que le había aventado la mortífaga. Ignoró por completo el resto de sus palabras, disimulando una media sonrisa al abrir los paquetes y tirando las piezas de látex contra la pared. Se sentó entonces en el catre, reclinándose sobre la fría pared de Nurmengard.

Hace mucho tiempo no pisaba la prisión mortífaga. Parecía increíble que después de tanto tiempo no hubiese ningún tipo de cambios. Seguía tan triste, monótona y fea como de costumbre.

Sobrevino un largo, opresivo silencio. Un estremecimiento exquisito dobló el espinazo de Boss. Miró a un guardia que pasaba cerca de su celda, pero aquel hombre lucía tan distante, a pesar de la proximidad física, tanto así que experimentó la sensación de contemplar un muerto. Quizás eran tantos años de batalla que ya le pasaban factura.

A Elessar le era imposible pegar los ojos. La dureza e incomodidad del catre, y el recuerdo de los sucesos en el Callejón Diagón lo desvelaron. Ya próximo el amanecer, un pesado sueño oprimió los párpados del líder de la orden del fénix.

Y así fue entonces como cayó en un profundo sueño...

-- Menuda valentía... -- musitó Elessar. Sin defensas, sin nada de por medio que le pudiese ayudar, se había precipitado a un duelo en el cual no contaba con nada de ventaja. Para empezar, ni siquiera había empezado atacando. Aquello le dejaba muy descolocado.

Y fue imposible anteponer una defensa. El confundus de Zack le había dejado descolocado nuevamente, y ahora era tendido por el tobillo. Colgaba desde el aire, mirando al revés todo el mundo. Una sonrisa cubrió su rostro, mientras un hilillo de sangre recorría su mejilla.

Varias cuerdas comenzaron a atarle. Sin embargo, una cuerda jamás era tan fuerte como para impedir que alguien quedara enmudecido, a menos que esta cuerda le impactara en la boca. Sin embargo, impactó en la garganta y a duras penas Elessar logró articular algunas palabras. -- Aqueora -- susurró como pudo: a duras penas. Una oleada de agua le cubrió totalmente, aún estando en el aire, deteniendo el avada kedavra que Lisa acababa de lanzar. Posteriormente detuvo el fuego maldito de Blackimse y también logró curarle del "katanazo" obra de Zack. También logró detener la invocación de Zack, el Morisoseo ánima. -- Episkey -- pensó sanando las primeras heridas del fuego negro enviado por Mía. -- Episkey -- pensó por segunda vez, sanando las heridas causadas por el segundo fuego negro de Mía.

Aún seguía con la varita en la mano, que aún "partida" seguía manteniendo su puntería perfecta.

Pero cayó muerto. Lamentablemente no había podido realizar los episkeys de emergencia porque al intentar hacerlo, los "fuegos negros" de Mía le habían anulado esa posibilidad de realizar acciones. Mía Black Lestrange era la que a final de cuentas, entre tantísimos ataques, había acabado con su vida.

Era un soldado caído.

Boss cerró los ojos. Había perdido la primera acción a causa de un doble confundus. También había recibido el impacto de una densa llamarada de fuego. Los demás hechizos caían por su cuenta. Ninguno tuvo efecto. -- Episkey -- pensó al final Boss, sanando las heridas del fuego negro. Miró de izquierda a derecha y notó que estaba en pie aún. Vivo. Pero no tenía la ventaja del duelo, y lo más probable es que caería en el lugar. Pero nada de eso era impedimento para que Boss pudiese desplegar su habilidad con la varita. Las acciones ya habían sido perdidas, pero tendría tiempo de recuperarse. Un escorpión ahora envenenaba su torrente sanguíneo. Negó con la cabeza, decepcionado ante la poca creatividad mortífaga.

-- Ardius... -- musitó Elessar, sintiendo como la adrenalina y presión se incrementaban en su cuerpo y su agilidad se acrecentaba. -- Episkey -- pensó por segunda vez Elessar, sanando las primeras heridas causadas por el fuego maldito de Zack. -- Episkey -- pensó nuevamente, sanando por completo sus heridas. -- Episkey -- pensó finalmente, sanando las heridas ocasionadas en su pierna. Aún no había ingresado al local, seguía afuera. Ya había logrado sanar todas sus heridas, y eso era debido a que el segundo fuego maldito lanzado por Zack, no había causado mayores efectos en Boss. Las heridas no eran acumulables. Boss estaba ileso nuevamente, y dispuesto a un buen duelo. Pero seguía afuera del local. Miró a sus compañeros, y notó que eran superados al menos en poder ofensivo. Sin embargo eso no era impedimento para él. Boss se había cambiado la varita de mano, la otra estaba rota.

-- No hoy... no ahora -- musitaba Elessar, con los ojos encolerizados de furia. Le estaba empezando a fastidiar la osadía de los mortífagos que día a día invadían más Londres y atacaban a personas aún yendo de civiles por ahí. Boss, ataviado con una bonita túnica oscura y una cegadora luz en el rostro que cubría su identidad llegó a Diagón, yendo directamente hacía el local que llevaba por nombre "El hipogrifo asustado".

Estudió con la mirada el local. Sabía que los mortífagos que yacían allí, intentando vencer a una mujer que en sus brazos llevaba un bebé ¿había acaso algo más inhumano que eso? sin lugar a dudas debería ser denunciado a El Profeta.

-- Como de costumbre, miles de hechizos previamente invocados para enfrentarnos... creo que la valentía es un cliché en estos días -- dijo sin miramientos, posicionándose al frente del local sin ingresar aún. Esperaría a su legión de miembros de la Orden del Fénix. Todavía no pensaba en ingresar.

Su semblante lucía tan tranquilo como siempre, pese a que estaba lleno de furia. Acabaría con la vida de los mortífagos o moriría en el intento. El terror regresaba nuevamente a Londres, aunque obligado por mortífagos en son de valentía. Permaneció tranquilo, respirando hondo, como cuando estás apunto de zambullirte en una profunda piscina. Así mismo fue, la eterna respiración antes de lanzarte al vacío.