Jump to content

Mey Potter Black

Magos Expertos
  • Mensajes

    2.094
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    14

Mensajes publicados por Mey Potter Black

  1. Eran noches solitarias como aquella las que Mey elegía para encontrarse con sus informantes. El Callejón Diagón caía a aquellas horas en un manto de oscuridad ideal para encontrarse con aquellas criaturas de la noche, brujas y magos solitarios y peligrosos... casi casi tan peligroso como la Potter Black. Ella siempre resultaba la encargada de lidiar con aquel tipo de personas, los espías, los infiltrados de la Orden del Fénix, las fuentes...

     

    –Lacras mentirosas capaces de vender a sus propias madres para obtener así un poco de oro.

     

    Gruñía por lo bajo la muchacha al pensar en el hombre con quien debía encontrarse, mientras los tacos de sus altas botas negras que le llegaban hasta los muslos no paraban de taladrar los adoquines de la callejuela. No muy lejos de allí, un mago gordo y sudoroso también pensaba en Mey, con casi el mismo aprecio que esta hacia él...

     

    –Maldita niña psicópata, enferma del control. Al menos se encuentra cabando su propia tumba.

     

    Se esperanzaba el mago, acelerando el paso. Sabía que la chiquilla Potter Black no soportaba el retraso, y por mucho que la odiara (y que le costara admitir), la perspectiva de aquella endemoniada varita mágica bailoteando entre los dedos de la furiosa bruja, no le hacía una maldita gracia.

     

    Mey había llegado a la Dumbledore´s Night con tiempo de anticipación, más por inercia, que por la preocupación de llegar temprano a su cita. A ella nunca le importaba llegar temprano a ningún lado, ella no esperaba a nadie, ellos debían esperarla. Pero había terminado una misión de captura mucho más rápido de lo que había supuesto y no tenía ningún lado a donde ir luego de ello.

     

    Con paso seguro y mirada altiva ingresó al local. Su manera de caminar, como una pantera en búsqueda de su presa, y la misma concienca total de su propia atracción, otorgaban a la bruja cierta aire de superioridad nada agradable ante las miradas femeninas, pero inequívocamente interesante ante los hombres. Nada de esto le importaba a Mey, cuyos ojos se desplegaban por el lugar, cual foco de luz, estudiando el escenario ante ella. Porque sí, todo aquel lugar al que se dirigía Mey, lo veía como un escenario de batalla.

     

    Algo la distrajo... Junto a la mesa una cabellera rubia y un porte incofundible la sacaron de su estado de ensimismamiento. ¡ÉL! Solo dudó una fracción de segundo antes de reconocerlo por completo. Cual acto reflejo, Mey bajó la capucha de capa de viaje, revelando así su pálido rostro expresando una mezcla de furia, incredulidad y diversión poco conocida en ella. Sin pensarlo demasiado -aunque Mey era del tipo que pensaba mucho antes de hacer algo -, se cruzó con un par de largas zancadas el salón, hasta ubicarse junto a Carlomagno Malfoy, justo en el momento en que este pedía su bebida al barman.

     

    –¿Seguro que eres capaz de tolerar lo más fuerte que puedes encontrar en este lugar?

     

    Inquirió con falsa dulzura obligándolo a alzar el rostro para observar a la bruja frente a frente. La sorpresa del mago duró tanto o más de lo que tardó en en propinarle una rápida cachetada en su mejilla. PLAF! escuchó el cantinero, volteando los ojos automáticamente a ellos; al reconocer a Mey, este no dijo nada y siguió su trabajo (el cual consistía en limpiar monótonamente unos vasos). La mano le ardía a Mey, por lo que supuso que la mejilla colorada del Malfoy debía sentirse igual. Antes de que este pudiera dedicarle un improperio, Mey respondió a la pregunta que aún no había pronunciado con un...

     

    –Te fuiste lo acusó ceñuda, sentándose en la banqueta de altas patas junto a él –. Sin despedirte –agregó respirando dificultosamente.

     

    Se podría decir que la mayoría de los miembros de la Orden del Fénix que habían estrechado una buena amistad con Carlomagno le habrían recriminado el hecho de traicionar al Bando, de volver a la Marca Tenebrosa, de fallarles... Pero no Mey, el hilo de razonamiento de la chica siempre iba por otros lares diferentes al del resto de las personas. Y allí estaba ella, echándole en cada una obviedad, años después de lo ocurrido incluso.

    • Me gusta 2
  2. Cómo se encuentra la Drinidad el día de hoy?!

     

    Yo a punto de volver al estado "Vacaciones" si tengo que negociar con Patrick de vuelta *-* xDDDD

     

    Esto es simple: captura de May noséqué Malfoy. La desarmamos, pero estamos solo Jank y yo cuando llegan media docena de mortífagos, razón por la cual obviamente salimos. Jank intenta llevarse a May, pero resulta que tenía un detritus de X, así que no puede.

     

    Listo, hasta acá debería finalizar la negociación ¿verdad? En el mundo del mortífago no-pe-lo-tu-do sí, pero no aquí... NO SEÑOR!

     

    Patrick afirma que Jank no logra salir. ¿Razones? Rol de salida del señorito Jank:

     

    Stark resguardó su varita de cerezo entre las mangas de su capa. En una exhaustiva carrera hacia May, la tomó por los hombros. La chica parecía delirar, al parecer. Las cuerdas habían impactado en ella, y su varita no estaba en su mano como para intentar ejecutar algún tipo de acción mágica. Además, con el floreus de Mey, en caso tal de que tuviese una "varita", hubiese bloqueado la acción que intentaba hacer. Pero no era el caso, porque estaba atada por tres zonas del cuerpo para aquel entonces.

    La mortífaga reposó en su hombro aparitr de ese instante y, junto a él, salieron del Tártaro con rapidez, perdiéndose entre las inmensidades de diagón con prisa. Había dejado atrás una marcha de gente que, como siempre, llegaba tarde a las situaciones donde en realidad sí se requería su ayuda. Pero no valía más tarde que nunca. May se alojaría en Abaddon por un largo tiempo desde ese día en adelante, eso podía asegurarlo con la vida y el amor que le tenía al bando mismo.

     

     

     

    Según él, por esto:

     

    [05:13:57 p.m.] Patrick Colt: 15.- No se puede desaparecer sin varita
    [05:14:04 p.m.] mey: tiene la varita
    [05:14:09 p.m.] mey: no se encuentra desarmado
    [05:14:10 p.m.] Patrick Colt: en un bolsillo, no en la mano
    [05:14:13 p.m.] mey: nada dice de emuñarla
    [05:14:22 p.m.] mey: nada dice de llevarla en la mano
    [05:14:26 p.m.] Patrick Colt: la que tiene la varita es la túnica/gabardina, no él
    [05:14:33 p.m.] mey: la tiene él
    [05:14:34 p.m.] Patrick Colt: no puede desaparecer sin varita

     

     

    hasta le hice dibujitos explicándole la ubicación de la manga: http://i42.tinypic.com/vsjngh.jpg

    IGUAL! porque soy sumamente genial, no va a pendientes... Pero Patrick dijo que lo llevaría con su Triada, así que lo traigo con la Drinidad ahora, para que no se lo haga aceptar a algún otro AR que no tenga ganas de discutir durante UNA hora, una redada de 20 minutos *-*

     

    Saludos!

     

  3. Hola! Vengo a pasarme por lo mismo que Mei: Cillian.

     

    El chico no para de rolear, osea, desde que lo capturamos no ha dejado de rolear nunca O.o Osea, con Mei hubiésemos podido capturarlo otras cinco veces más .____. Sé que es Base y toda la bola, pero la Trinidad debe hacer algo para pararlo o tendremos muchos más mortífagos que se sumen a este. Y así sí que perderá la gracia capturarlos.

     

    :ninja:

  4. La misión era capturar a Darla Potter Black y nada más. Por mucho que a Mey le hubiese gustado sumar a la mujer un par más de enmascarados, se hacía tarde y no quería poner en peligro a sus compañeros. Razón por la cual, Mey se limitó tomar el cuerpo sin vida de Darla y arrastrarlo junto a ella a la saliad del local The Arabic Place. Por suerte no habían provocado mayores daños que la mesa desaparecida y que ahora constituía el alma del fénix que sobrevolaba sobre los fenixianos. Por un instante Mey se planteó la idea de dejarle una nota a Bodrik disculpándose, pero luego la descartó al instante.

     

    -Gracias, compañero -haciendo especial énfasis en la última palabra. Sus ojos se encontraban fijos en la copa de Gitax -. Aunque la salud... Creo que se encuentra sobrevaluada estos días... ¿No crees? - Le sonrió con descaro -. ¿Te la llevas tú?

     

    Inquirió cuan orden a Jank, señalando el cuerpo sin vida de Darla su lado. Este la tomó y se fue con ella. Aquel muchacho, a quien reconoció Mey como fenixiano aunque nunca lo hubiese visto luchando por la Orden del Fénix se mantuvo ajeno a lo que sucedía allí. Dicho esto, Mey volvió a dirigirse a Gitax; sus ojos pasaban de hito en hito desde el hipogrifo de este, hasta él mismo. Pero no dijo nada, su mirada entre alegre y nostálgica lo decían todo.

     

    -¿Nos vamos?

     

    Dijo a continuación, tomándolo por el brazo y arrastrándolo fuera del local. Una vez en el exterior, se desapareció con Gitax rumbo al Número 12 de Grimmauld Place, dejando en el aire las palabras "se te extrañó, compañeritos de aventuras", antes de haber desaparecido por completo

     

     

    OFF

     

    Darla Potter Black es capturada, tras haberse impactado todos los hechizos dirigidos a ella . Por otro lado, todos los miembros de la Orden del Fénix logran salir completamente ilesos.

     

    Saludos!

    • Me gusta 1
  5. Si no hubiese sido porque las batallas en donde corría sangre nunca le hacían una maldita gracia, Mey se hubiese sonreído al ver a Darla intetando escaparse cuando aún era demasiado pronto para ello.

     

    -Al fin llegan -fue todo el saludo que les brindó a sus compañeros, Jank y Gritax, con su brusquedad habitual -Suerte que soy rápida... Morphos!

     

    Exclamó en ese momento apuntando con su varita mágica auna pesada mesa de madera, convirtiendo la misma en un maravilloso ave fénix, el animal se dispuso a su lado dispuesto a protegerla, curarla o atacar. Lo que fuera necesario.

     

    -Corpus Patronus!

     

    Dijo a continuación, mientras una voluta de una extraña sustancia materializaba al instante a un hipogrifo adulto, el animal también se ubicó junto a Mey, dispuesto a proteger a la bruja ante cualquier ataque.

     

    -Aqueora!

     

    Dijo al final, materializando a su vez una gruesa capa de agua en torno suyo. Sabía que aquello era inútil, nadie vendría a rescatar a Darla, pero extrañaba dicho hechizo, siendo así que los mortífagos nunca respondíana sus ataques, no solía invocarla con habitualidad.

     

     

    OFF

     

    Darla:

     

    14.- Toda desaparición antes del tercer post dentro de un asalto/redada queda invalidada.

     

     

  6. Con aquella rapidez característica en la bruja que solo años de experiencia en batalla le habían podido otorgar, se dispuso a una distancia de seis metros de Darla, desenvainando a una velocidad de vértigo a Nefertiti, varita se apareció en su mano en ese mismo instante. Sus enormes ojos azules no se separaron ni un instante de Darla, mientras la apuntaba directamente y murmuraba un...

     

    -Ardius...

     

    Iniciando el proceso de un hechizo que le otorgaba una rapidez inhumana, y finalizando así con un Confundus, que sumió a Darla en un profundo estado de ensoñación. Confundus, volvió a sumirla en aquel mismo estado de confusión. Esperando que aquello fuera rápido, y sabiendo que la mujer era una mortífaga luego de su escape la última vez, Mey ni pestañó al exclamar su...

     

    -Sectusempra!

     

    Enviándole un rojizo rayo a Darla, misma que impactó de lleno en su pecho, provocándole profundas y mortales heridas que no podría curarse ya que el tiempo para ella había finalizado.

  7. No era la primera vez que iban por aquella mujer, y si bien la perspectiva de atrapar a alguien que alguna vez perteneciera a su familia no atraía en absoluto a Mey, no podía negarse: Darla Potter Black era una traidora a su bando, y después de todo, hasta la propia Mey seguía órdenes de arriba, siendo así que ella también tenía sus propios jefes. La última vez se les había escapado entre sus manos, aunque claro, aquella vez no era la ex Potter Black la que comandaba aquella misión, por lo cual no podía hacerse responsable -por lo menos no del todo -del desastroso resultado.

     

    Así se había aparecido en el Callejón Diagón, justo frente al local de su amiga Bodrik, The Arabic Place, lugar donde le había comunicado su fuente directa con la Marca Tenebrosa, se encontraban la mortífaga en cuestión. Solo por un momento a Mey le extrañó que el lugar elegido por Darla para pasar la tarde, temiendo que esta continuara relacionándose con gente de su bando. Pero la duda se disipó ni bien hubo enviado su patronus (un imponente y fantasmagórico nundu adulto) y entrado al local, para encontrase así con la figura de Darla allí.

     

    -Lamento interrumpir...

     

    Mintió sin remordimiento, acercándose a esta.

    • Me gusta 1
  8. Al aparecer en los terrenos circundantes de Abaddon, el rostro de Mey expresó inmediatamente toda la consternación que la embargaba. Normalmente la bruja solía mantener un ecuánime comportamiento antes los demás -claro, siempre que no se encontrara enojado por algún motivo, algo que sucedía bastante seguido -, pero ya sola... Era otra cosa. Curiosamente, pensó Mey mientras caminaba derecho hacia la Torre, no se encontraba sola en aquella ocasión; el cuerpo de Sophie Liz Granger era trasladado en ese momento mediante magia delante suyo, y aún cuando Mey no apartaba su varita mágica del camino, ni sus ojos de la mortífaga, su mente divagaba en otros planos de realidad, distante a aquel momento.

     

    Casi no se percató de lo que hacía, hasta que se encontró en el tercer nivel de la Torre, encerrando a la mortífaga dentro de una celda mediante magia. Sus tobillos se encontraban atados, al igual que sus muñecas y su boca. Sobre todo su boca... Mey procurró que la cuerda que la ataba se ajustara lo suficiente para impedir que esta comenzara a hablar. Pocas cosas irritaban a la bruja más que la es.tu.pi.dez que podía surgir de los labios de los mortífagos con menos retórica que sentido del valor. A decir verdad, justamente pensaba eso cuando pasó junto a una celda del primer piso, donde uno de los mortífagos que ella misma había capturado se encontraba lanzando grititos de damisela en apuro.

     

    -¡QUÉ DIABLOS QUIERES?!

     

    Rugió ella a su vezcomo respuesta, acercando su rostro a una velocidad vertiginosa a la puerta de barrotes de la celda de Cillia, casi pegando su rostro al suyo. Sus ojos, de un azul glacial, lo barrió como si de una lámpara de luz se tratara. Sus manos tomaban los barrotes a cada lado, tensando sus pequeños dedos en torno al frío hierro. La capucha de su vestido calló hacia atrás en ese momento, revelando un rostro crispado que no daba lugar a una respuesta por parte del muchacho.

     

    Aquella era justamente una de las razones por las cuales Mey no visitaba Abaddon nunca, odiaba aquel jueguito de jardín de infantes entre los Guardianes y los prisioneros, estos últimos siempre tendían a aparentar tener un retraso mental en cuanto a su comportamiento, como si de niños se tratara. Ella era una comandante de batallas, y nada más, su trabajo no era estar allí. O por lo menos eso intentaba mentalizarse en aquel momento.

     

  9. Al bajar la capucha negra de su capa, los ojos de Mey de un azul glacial, barrienron como una lámpara de luz la figura desarmada de Sophie y el lugar a su alrededor. Era una estancia bonita sin lugar a dudas, un lugar donde una familia podría ser feliz; lamentablement, la maldad de su matriarca echaba a perder todo aquello. Dando un profundo suspiro, Mey se acercó a Sophie, quien siquiera había atinado a defenderse y la tomó por el brazo, arrastrándola con ella hacia el final del jardín. Mei la seguía de cerca, en silencio.

     

    -Rápido ¿eh? -un asomo de sonrisa apareció por una fracción de segundos en su rostro pálido de rasgos suaves -. Menos mal que nadie más llegó, hubiese sido una pérdida de tiempo -reconoció mientras seguía avanzado por los terrenos de la Granger -. Aunque eso no quita que deba realizarles un llamado de atención. Tienen un deber después de todo.

     

    Habían llegado hasta el final de la Mansión, allí donde el enorme portó dividía los jardines de la acera de Ottery. Mey la traspasó y en el mismo instante tomó a su compañera, la otra Mei del brazo, y junto a Sophie desaparecieron de allí rumbo a Abaddon. Probablemente su compañera no esperaba que esta la condujera con ella, pero esto a Mey no le importaba en absoluto, no sufriría sola el martirio de tener que pasar por Abaddon nuevamente.

     

     

     

    OFF

     

    Sophie Liz Granger es desarmada y capturada tras haber pasado la hora desde el envío de los ataques sin recibir respuesta alguna de su parte, razón por la cual se dan los mismos como impactados. Por otro lado, los miembros de la ODF salen completamente ilesos.

     

    Saludos!

    • Me gusta 1
  10. Bajando la capucha de su capa hasta ocultar prácticamente todo su rostro, Mey avanzó unos pasos hasta ubicarse a una distancia de seis metros de Sophie. La mujer no se percató de la presencia de las brujas hasta que Mey la llamó por su nombre de pila. El rostro de la Demon Hunter se encontraba impasible, como si fuera completamente consciente de su propia seguridad. Aquello para ella no era más que un simple trámite, y así lo resolvía.

     

    -Sophie Granger -la saludó fríamente, alertándola sobre su presencia -. Tenemos pruebas de tu ayuda al Bando mortífago, temo que tendrás que acompañarnos -bastó una simple mirada a su compañera para que pudieran coordinas ataques -Ardius Expelliarmus!

     

    Exclamó Mey desenvainado su varita mágica en un abrir y cerrar de ojos, apuntando así a Sophie y enviándole un rojizo rayo que impactó de lleno en el pecho de la mujer, lanzando su varita mágica a cinco metros a su derecha. Confundus, pensó a continuación Mey, sin dejar de apuntar a Sophie, la mortífaga cayó de esta manera en un profundo estado de ensoñación. Mey se sonrió, aún sin ayuda del confundus, Sophie no sería capaz de defenderse.

     

    -Incárcerus!

     

    Dijo a continuación, invocando tres gruesas cuerdas: la primera impactó en los tobillos de Sophie, impidiendo que esta pudiera así caminar con libertad. La segunda en torno a sus muñecas, sujetándolas alrededor de sus gruesas caderas para que no pudiera utilizar sus manos, mientras que la tercera y última amordazó su boca, de esta manera, ningún sonido podría surgir de sus labios.

  11. En cuanto sus fuentes le informaron de la presencia de Sophie Liz Granger en la Mansión de su familia, Mey no dudó dos veces en enviar su Patronus (un fantasmagórico y feroz nundu adulto) en búsqueda de sus compañeros de Bando informando sobre la nueva misión. La Directora dudas sobre la ayuda que prestaba la directora del departamento auror al Bando mortífago ya casí se habían despejado por completo; y sin bien nadie podría catalogar a Sophie como una bruja con importante ni mucho menos, al menos las trabas burocráticas que brindaba al esclarecimiento de los crímenes en Ottery ayudaba a los mortífagos en gran medida.

    Durante su última visita a dicha Mansión, la bruja y su compañera de batallas la habían llegado demasiado tarde para poder encontrarla. Pero aquella vez... ¡Vaya que Mey se había apresurado! La muchacha había tardado menos de dos minutos en ponerse la capa de viaje encima del vestido y calzarse las botas, para luego aparecerse justo frente a la residencia Granger, en mitad de la calle. Mei, quien parecía casi tan apurada como ella en llegar a la misión no tardó en aparecerse junto ella.

     

    -¿Qué dices? ¿Entramos ahora o esperamos al resto?

     

    Inquirió la Delacour. Sendas Demon Hunter lanzaron una mirada al mismo tiempo, el perfil de la Mansión Granger las parecía llamar. Fue entonces cuando Mey se encogió de hombros y dio un paso adelante, acercándose al portón de entrada a los terrenos.

     

    -Vamos, no quiero perder tiempo. Cuando lleguen que ingresen.

     

    Mey no dudó en avanzar con cuidado atravesando la puerta de entrada; muchas personas le habían advertido sobre los supuestos peligros de dicha Mansión ante los intrusos, pero teniendo en cuenta que ninguna de las Matriarcas de dicha familia se caracterizaba por su poder mágico, Mey no se preocupó demasiado. Al llegar a la entrada de la Granger, la bruja giró sobre sus talones y le dijo a Mei:

     

    -Sígueme, está por aquí.

     

    Luego de un par de vueltas más, las mujeres encontraron a Sophie y se ubicaron detrás de ella, sorprenidéndola de la nada.

  12. -Vaya, creo que llegamos justo a tiempo.

    Observó con ironía al observar a su alrededor el desastre acumulado. Rayos, explosiones y extrañas invocaciones se iban sumando a los gritos y protestas. Pero Mey no tenía tiempo para aquello, les gustaban más las batallas silenciosas, los discursos baratos la aburrían. Lanzando una afirmativa mirada a su compañera, las dos brujas se ubicaron cercanas, pero de forma tal que pudieran atacar desde distinto flancos.
    Recorriendo junto a Mei el lugar, se dispusieron cercanas a los mortífagos, en el caso de Mey, a unos seis metros de estos, misma distancia que mantendría durante toda la batalla. Desenvainando rápidamente a Nefertiti, Mey susurró un...
    -Ardius Expelliarmus!
    Una rojiza luz surgió de su varita mágica en ese momento, al apuntar a Zack, la varita de este voló a cinco metros a su derecha por los aires.
    -Incarcerus!
    Fue lo siguiente que dijo, invocando tres gruesas cuerdas que se ataron en torno a sus tobillos, imposibilitándolo para caminar, sus muñecas a sus caderas, evitando que pudiera mover sus manos y la última en su boca, para que no pudiera hablar. Confundus, fue lo siguiente que pensó Mey, sin dejar de apuntar a Zack, sumiendo al hombre en un profundo estado de ensoñación.

     

    • Me gusta 3
  13. Como tantas otras veces, Mey se apareció en el Callejón Diagón luego de recibir el llamado del patronus de Mei, un fantasmagórico y poco agraciado puma concolor. Aparentemente habían atacado a un miembro de la Orden del Fénix, sin embargo Mey no había recibido ningún llamado de ayuda hasta el momento. Al detenerse frente al local "El Refugio Mágico", la bruja no tardó en percibir el alboroto en su interior.


    -Umh... Tal vez no nos necesiten -le sonrió con ironía a Mei al llegar junto a ella -. Pero ya sabes, el deber es el deber... Después de usted, compañera.


    Guiñándole un ojo, Mey se adentró en el local propinando una patada a la puerta de entrada, ya que tenía sus manos ocupadas buscando en el interior del morral que colgaba de su cadera su varita mágica. Para aquella ocasión el vestido que llevaba puesto no le servía de nada puesto que no tenía escote en donde esconderla; tampoco le servía su calzado, ya que para la ocasión, en lugar de sus cómodas botas, llevaba unos zapatos de vertiginoso tacón. El interior del local era el conocido caos que Mey no extrañab en absoluto, apenas pudo distinguir a sus compañeras en el interior, pero su atención se encontraba fija en el grupo de enmascarados a su alrededor.


    • Me gusta 1
  14. Hola!

     

    Vengo a traer una sugerencia... más que nada por un gusto personal xD. Cuando se da de baja a un fenixiano, o un grupo de fenixiano, de la Orden del Fénix, no se podría notificar tipo en un tópico??? Creo que antes se avisaba, no siempre, pero se lo hacía...

     

    Me pasa por ejemplo que de vez en cuando se hace una "limpieza" de la lista del Bando y desaparece personas y uno solo se da cuenta porque ya no ve el fenixito en el perfil O.o Me pasó por ejemplo hace mucho tiempo con Russell Rider, quien estaba de "Vacaciones" y lo fletaron xD

     

    No digo que esté mal, solo para enterarnos...

     

     

     

    Saludos!

  15. Manteniendo aún la distancia de seis metros de los mortífagos, Mey no esperó a verificar el resultado de los hechizos de sus compañeros, tenía cosas mejores que hacer, como preparar las defensas que la protegerían y velarían por la salida sana y salva de Sunar, su compañera prisionera de Numengard en aquella ocasión.

     

    -Corpus Patronus!

     

    Invocó haciendo surgir de la punta de Nefertiti, su delgada vara de negue africano una serie de hilos dorados de una extraña sustancia que dieron vida en el acto a un ave fénix adulto.

     

    -Morphos!

     

    Dijo a continuación, aprovechando al ver a Sunar, apuntándola con su varita mágica. La prenda superior de esta mutó en aquel instante hasta convertirse en la piel de dragón que repelería cualquier rayo dirigido a ella. Había caminado hacia el interior de la prisión y ahora se encontraba a tan solo unos metros de la prisión. Sunar salía finalmente de allí, y ella haría lo mismo en cuestiónde segundos a menos que los miembros del Bando contrario se decidieran a defender su siniestro lugar de "trabajo"

     

     

  16. El viento marítimo barrió su enjuta figura, cual fino golpe, ni bien apareció en los alrededores de la Fortaleza de Numengard, ubicada en aquel momento en la ciudad de Constanta. Hacía varias horas que Mey había recibido el patronus de Pandora, un fantasmagórico quetzal, sin embargo la bruja había tardado más de la cuenta, esperanzada ante la idea de que algún asalto o captura interrumpiera el curso de su destino de aquella tarde. Pero no había sido así. Aquel día había resultado poco más que ordinario, y no tuvo mejor opción responder al llamado de ayuda.

     

    -Hola Mei.

     

    Saludó a su tocaya sin molestarse en recordar uno de esos infantiles pseudónimos que los guardianes de Abaddon solían ponerse para preservar su identidad. De todas maneras, allí nadie la escuchaba. Delante suyo se encontraban los dos fenixianos encargados de sortear las defensas de la Fortaleza, por lo cual Mey se limitó a seguirlas de cerca, sin interrumpir su trabajo, mientras continuaba hablando con Mei.

     

    -Debo admitirlo... no me emociona en absoluto retornar a estos lares después de tanto tiempo.

     

    Confesó guardando la varita en el escote de su vestido de seda negra. La capucha de la capa de viaje caía sobre su rostro ocultando la mayor parte de este, tan solo la palidez en sus rasgos lograba escapar de vez en cuando.

  17. -Okaaay, lo admito, son más de los que esperaba -suspiró Mey a su compañera, justo antes de dar unos pasos a un costado alejándose de esta para evitar una explosión.



    El dolor, como siempre, resultó ser mucho peor de lo que recordaba.


    -Aqueora!


    Murmuró invocando así la ola de agua que la cubrió por completo antes de recibir el impacto de los sectusepras de Santos y los fuegos malditos de Blackimse e Isaac . Así también, el poder del aqueora dio una primera curación a la herida del absorvere de Patrick. En ese momento el fénix derramó una lágrima sobre la misma herida. Episkey, repitió apuntando con su varita mágica y la herida del absorvere terminó de curarse, pero en ese momento cayó en un profundo estado de ensoñación . Episkey, pensó y esa vez si pudo curar el absorvere de Patrick. El fénix le brindó una nueva lágrima, esta vez a las heridas provocadas por el absorvere de Hades.


    -¡Diablos! Es cada vez peor...


    Ahogando un nuevo gemindo, se apuntó con su varita mágica a las heridas provocadas, pero estas ya se encontraban por completo curadas ¿qué diablos le pasaba? Hacía unos momentos había intentado lanzar al menos seis hechizos a la vez... debía dejar el whiskey de fuego (???


  18. -Al fin altos mandos -le sonrió a Mei para aligerar el clima de tensión que se vivía-. Llegué a creer que habían dejado la Marca Tenebrosa a cargo de neófitas brujas con más discursos de memoria que poderes reales...



    Fue en ese instante en que los mortífagos comenzaron en la zona de Abaddon. Mey no era una guardián, si no una simple fenixiana. Saliendo hasta la ubicación de los mortífagos, a una distancia prudencial de seis metros de cualquiera de los mortífagos, Mey volvió a desenvainar la varita que había guardado en su bota y apuntó directamente a Isaac.



    -Ardius... Floreus.



    Murmuró luego de que este invocara su detritus, por lo cual su Confundus nunca pudo surgir. El fénix curó con una lágrima el efecto del fuego maldito de Near. Mey cambió de mano la varita al notar esta rota. La estatua de Gandalf se interpuso entre las necrohands de Near y ella, manteniendo la distancia y así evitando que las mismas la molestaran. Confundus, pensó apuntando a Near obligándolo a caer en un estado de confusión. La estatua de Davis por otro lado fue hasta Koa, con la misión de volver a arrastrarla hasta su celda y evitar a toda consta que saliera de Abaddon.






    -Silencius!


    Dijo a continuación antes de que Isaac pudiera lanzarle su séneca, por lo cual ningún sonido surgió de sus labios. El fénix volvió a derramar en ese momento una segunda lágrima sobre la herida del fuego maldito de Near.



    Comenzó, para finalizar su hechizo pensando un Confundus, que sumió a Near en un momentáneo estado de enajenación. Confundus, repitió el mismo pensamiento, impidiendo de esta forma que la mujer pudiera enfocarse en la batalla. Finalmente, y debido a la prepotencia de la mortífaga, se decidió por acabar aquello rápido.




    -Tripio Sectusempra!



    Exclamó por último, haciendo surgir de la punta de su varita mágica tres rojizas luces. Las primera impactaría de lleno en la espalda de Near, la segunda la de Isaac y la tercera en la de Near. De impactar aquellos rayos en sus respectivos objetivos provocarían mortales heridas que precisarían de una rápida curación.

  19. Al escucharlos romper las primeras defensas de Abaddon, Mey inmediatamente desenvainó a Nefertiti y se dirigió a las ubicación de las estatuas custodias de la Torre, aquellas que representaban la viva imagen de los historiadores del Bando. La bruja apuntó por gusto propio a aquellos a quienes creía tener más relevancia en la historia del bando: Davis y Gandalf.

     

    -Piertotum Locomotor!

     

    Murmuró dando vida así a las estatuas de sendos magos. Con sus dos metros de altura, las efigies saltaron de su pedestal y flanquearon a Mey sacando a relucir sendas espadas; su objetivo sería obvio, defender a Mey ante cualquier ataque, así como atacar de ser necesario.

     

    -Corpus Patronus!

     

    Dijo esta vez la muchacha, sin apuntar a ningún objetivo en particular. De la punta de su varita mágica comenzó a surgir en ese momento una extraña sustancia ambarina que dio forma y vida a un fénix corpóreo. El ave legendaria se dispuso junto a Mey al igual que las estatuas, teniendo como objetivo principal cuidar a su ama ante cualquier ataque, y así mismo, curarla o atacar de ser necesario.

  20. Hacía tan solo un par de horas desde la última visita de Mey a la Torre. Una larga pila de pergaminos bailoteaba peligrosamente en la punta de mesa en el momento mismo en que la bruja decidía si suicidarse o no con su propia pluma antes de terminar todos aquellos informes, cuando el patronus de Mei, un puma concolor se apareció ante ella comunicando sobre lla irrupción mortífaga en la prisión fenixiana. La bruja no lo dudó un segundo, desapareciendo del Número 12 de Grimmauld Place al instante.

     

    Unos segundos después la bruja aparecía en las inmediaciones de la Torre de Abaddon, y si bien aquel lugar no le agradaba en lo absoluto, la excusa resultaba perfecta para dejar a un lado sus aburridas obligaciones administrativas. Ajustando el cinturó de su vestido, corrió hasta la torre, encontrándose allí a Mei en primer lugar y luego al resto de sus compañeros.

     

    -¿Cuántos son?

     

    Fue la primer pregunta que atinó a realizar de manera lacónica; pero no pudo aguardar a escuchar la respuesta, puesto que se podía escuchar con toda claridad a los enmascarados acercarse cada vez más. Ubicada ya en el hall de entrada de Abaddon, Mey largó la capa de viaje a un lado y aguardó.

  21. Ni bien hubo aparecido en los alrededores de Abaddon, Mey ya tenía en claro que aquello que debía hacer no se trataba más que de un trámite. El cuerpo atado y amordazado de Koa Black flotaba unos metros delante suyo mediante magia, al igual que el de Ethiane Slytherine, aunque este se encontraba desmayado en realidad.


    El trayecto hacia la Torre resultó ser más lento que de costumbre, dada las circunstancias actuales, pero aún así agradeció no encontrarse con ningún guardián en su camino. Había algo en todo ello que la incomodaba en grado sumo. Ni bien traspasó las pesadas puertas dobles de entrada, Mey ubicó a Koa en una celda del primer piso, luego de atar mejor sus cuerdas alrededor de sus tobillos y muñecas y cerrar la puerta de la celda mediante magia. Pero con Ethiane... debía ser diferente.



    -Expecto Patronum!


    Invocó su patronus, un fantasmagórico y temible nundu que tenía como misión ubicar a un guardián lo antes posible. Ya había introducido a Ethiane dentro de la celda y la había cerrado mediante magia, pero debía acordar un par de cosas antes.



    -Tú -fue todo el saludo que dio al guardián -. La mortífaga Slytherine se encuentra en un estado... delicado, necesita otro tipo de atenciones -señalando el abultado vientre de Ethiane.


    Dicho esto giró sobre sus talones y se marchó de allí antes de que a cualquier otro se le ocurriera hacer más preguntas.


  22. Al recibir el patronus de Mei, la bruja no pudo evitar sonreírse con autosuficiencia. Sabía que aquel día llegaría, tarde o temprano. No tardó mucho en tomar su capa de viaje y salir de los Terrenos de la Orden del Fénix para poder desaparecerse finalmente de allí. Minutos después aparecía Mey Potter Black fuera de los límites de la Mansión Granger, en mitad de una adoquinada acera. Su compañera de Bando aún no se encontraba allí, lo cual sonsacó su repentino malhumor.


    Un mohín de disgusto tensó automáticamente sus rasgos. Automáticamente sacó un cigarrillo del morral y, llevándoselo a los labios, lo prendió con suspiro. La sombra de un olmo le otorgó la protección que necesitaba para no ser vista y pasar disimulada. La capucha de la túnica de seda negra caía también delicadamente sobre su rostro, y solo cuando los rayos de luna se filtraban entre el techo de hojas se dejaba ver la palidez de la mujer.


    -Menos mal que fuiste tú la que envió el patronus -se quejó al verla llegar -. Yo también tenía cosas que hacer y aquí estoy.


    Apuntó ceñuda, pisando la colilla de su cigarrillo, ya completamente consumido. Sin mediar palabra, se marchó de allí desapareciendo con un fuerte crack, que hizo lanzar un maullido de queja a un gato callejero que intentaba dormitar en la rama del mismo árbol.

  23. Pasar dos días seguidos por la tortura de viajar a Abaddon era demasiado, incluso para ella, quien había sobrevivido a más de una tortura física. Pero allí estaba nuevamente, expresando con su agresivo lenguaje corporal su latente malhumor y frustracipon por su actual circunstancias. A Mey no le sorprendió en absoluto no haberse cruzado con ningún guardián en su camino por la Torre de Abaddon, nadie en su sano juicio tendría el valor de interrumpirla en aquel estado.

     

    Su mano temblaba un poco al dirigir el cuerpo sin vida de Bastian a través de los pasillos de la Torre, aquella no era una tarea para una bruja como ella ¿pero a quién se la dejaría? Sally Anne era la Líder del Bando y se encontraba demasiado ocupada ante la ausencia de sus compañeros de liderato como para tratar nimiedades como aquella. ¿Y Fined? -aquel vago infeliz -pensó Mey al instante, sonriéndose a su pesar, irritada y divertida al recordar a su compañero. Era inútil, al menos aquella tarde era la única disponible.

     

    -Aquí llegamos...

     

    Murmuró para sí misma, dejando depositado el cuerpo sin vida de Bastian sobre un sucio colchón en el segundo piso de Abaddon. No se molestó en atarlo, el mago no parecía capaz de lograr grandes cosas en materia mágica -un mediocre más del montón, haciéndose el malvado -, pero tampoco lo revivió, para eso sí tenía gente. Ella tardaba más del doble de tiempo que la mayoría en realizar hechizos curativos. No era lo suyo definitivamente. Aún así, cerró la puerta hierro mediante magia. Era perezosa, no i.d.i.o.t.a. Eso, y que dada su poca paciencia no toleraría la perorata trillada de un "inocente empleado ministerial atacado sin motivo alguno.

     

    Confiando en que sería su Líder misma la encargada de informar a la Guardia la llegada de un nuevo prisionero, se podría decir que Mey escapó de allí. Luego de dos días seguidos de veradera guardia defensiva por Ottery St. Catchpole y El Callejón Diagón se merecía un buen trago y un descanso. Aunque aún no había decidido el orden.

     

    -Black, Malfoy, Lestranges... Son todo más de lo mismo. No se salva ninguno, si no son poderosos hechiceros oscuros, son mediocres maguitos de alta alcurnia como este que no sabe cómo destacarse y solo se entrometen en esta guerra- Pensaba la bruja mientras se alejaba de la Torre con la cabeza en alto y un cigarrillo bailoteando entre sus labios.
  24. La brisa azotaba su larga cabellera azabache de forma insistente, pero lejos de disfrutar aquello o el paisaje ante ella, la bruja no para de recitar una seguidilla de insultos y retahílas ante su suerte. Odiaba Abaddon, odiaba todo lo que aquella prisión (fuera fenixiana o no) significaba, y odiaba dirigirse a allí, llevando consigo a Gyvraine C. Sullivan, atada de cabeza a los pies.

     

    Su paso era lento debido a la situación de su prisionera, algo que la irritaba en grado sumo, pero era completamente consciente que su completo malhumor llegaría en el momento mismo en que atravesara las pesadas puertas dobles de entrada a la Torre. De vez en cuando lanzaba mirada de advertencia a la bruja a su lado quien, aún si varita, perfectamente podía cometer algún tipo de est.u.p.i.d.e.z.

     

    —Te dejaría aquí mismo para que te recogieran los guardianes… —dudó ante la feliz perspectiva —. Mejor no —pateando una piedrita —. Ya tendrás que fumártelos allí dentro.

     

    Dicho esto la tironeó del brazo para que la siguiera al interior, solo deteniéndose para apartar las cuerdas de sus tobillos (con estas puestas no podría subir las escaleras). Mey tardó unos cuatro tramos en decidirse en qué piso dejar a la prisionera. Luego unos minutos más en elegir la celda, junto a una pequeña ventana, pero lejos de cualquier prisionero. Luego volvió a invocar las cuerdas para asegurar sus tobillos y la dejó encima de un mohoso colchón.

     

    No se dignó a saludar a la prisionera, aún cuando esta le dirigiese una mirada de fingido reproche. No le importaba en absoluto, conocía todos sus trucos. Ya había hecho más que suficiente (según ella) capturándola sin sangre de por medio. Al cerrar la puerta de la celda mediante magia, miró de un lado a otro del pasillo para corroborar que no se encontraría con ningún guardián en su camino. Y salió de allí rumbo al Cuartel General de la Orden del Fénix. El comunicado de la Comandante de Defensa notificando de la nueva captura no tardaría en llegar a la Prisión. No la necesitaban en absoluto.

  25. Dado los últimos vestigios de juvenil vanidad que aún reinaba en la personalidad de la bruja, esta hubiese preferido mil veces que una docena de flechas se clavasen en su cuerpo antes que recibir el efecto de un Embrujo Punzante. A decir verdad, esta estaba completamente segura de que el joven mago haría aquello; sin embargo, no era así. En su lugar le había un rayo poco menos que útil, pero sí demasiado molesto para su gusto. Aún así, aquello no modificaba en absoluto sus planes…

     

    Silencius!

     

    Respondió al ataque de Vladimir, justo antes de que este intentara pronunciar aquel “morphos” que le salvaría la vida. Cuando vio venir la luz del rayo, Mey automáticamente cerró los ojos con fuerza, como si de esta manera evitara el desagradable efecto. Conteniendo un gemido de dolor, repitió su…

     

    Silencius!

     

    No había dejado de apuntar a Vladimir en ningún momento. Y si bien la bruja era consciente de que a partir de aquel momento ningún tipo de palabra podría ser pronunciada por su contraparte, su atención se encontraba dirigida a su propio rostro, cuya pálida piel comenzaba a hincharse y tensarse, adquiriendo así cierta semejanza con un sapo blanco con dos rendijas azules por ojos.

     

    Por suerte para ella, él chico no parecía lo suficientemente ágil como para moverse demasiado. De todas formas, y aún con el efecto molesto del embrujo punzante sobre ella, este la impedía su puntería por la varita, exceptuando así su posibilidad de dirigir rayos, pero no así los hechizos del tipo efecto… para estos solo necesitaba tener una idea de la ubicación de su contrincante. Y si bien su visión se encontraba disminuida, el hechizo no tenía un efecto cegador. Ni siquiera necesitaba curarse, puesto que el efecto del mismo no tardaría en terminarse.

    • Me gusta 1

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.