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Sunar PBT

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Mensajes publicados por Sunar PBT

  1. Raizor, elfo doméstico de Sunar

     

    Muy raro, demasiado.

     

    No veía a la matriarca, a la tía de la señorita Sunar, y no quería ser el mensajero de tal noticia, por si no la hallaban. Pero perderse allí, en ese planta, donde no había para donde irse.

     

    ¿Y ese? – exclamó.

     

    Un hombre se encontraba con ellos, dónde se fue la señora Sagitas. La sobrina de la matriarca, la chica de a familia Vladimir también miraba atónita al hombre, mientras el elfo buscaba con su mirada alguna señal de la señora.

     

    También llegó el amo, el hijo. Esto se ponía cada vez más extraño y loco.

     

    ¡No lo haga amo! – le gritó porque el chico de cabellos rojos, le apuntaba con la varita. No debía permitir que cometiera un error de esos. –¡No lo haga amo! – repitió Raizor.

     

    Pero también se quedó pasmado al observar en dirección a las miradas de los amos. La señora se hallaba dentro del espejo, y volvió hacia el hombre. Ese salió de allí. ¿Qué querría? Si no fuese por él, no estaría pasando eso, no estaría la señora Sagitas allá metida, no estaría casi a punto de cometer asesinato el amo Matt y la señorita Xell vería eso. Y... él, no estaría allí estresandose con todo.

  2. Luego de estar en Accidentes. Sunar va con una misión xD

    Asunto Ministerial

    Tras haber terminado su inspección en uno de los departamento del Ministerio de Magia, la pelicastaña guardó todos sus enseres, hasta cargaba con ella esas dos bolsas de pulgas aturdidas para que no insistieran en escapar. Era mejor así porque no quería matarlas, aún. No obstante, había escuchado los ruegos de su prima, y empleada del departamento.

     

    - Tengo que hallar la forma de alejarlos - se dijo para sí.

     

    Sería complicado encontrar un buen lugar que pudiera albergar tales criaturitas, que no perjudicaran a los seres humanos y mucho menos a los animales. Que no transmitieran enfermedades como normalmente lo haría una pulga.

     

    Así llegó al callejón Diagon, a la entrada del edificio que por cosas de trabajo, ni miraba cada vez que entraba a Gringotts, lo cual le recordó que debía hacer unos pagos, y otro trámites. Sin embargo, primero lo primero.

     

    Trabajo.

     

    Sunar entro a la gran edificación que era el Profeta. Tanto que nunca vio y esa era la primera vez que apreciaba tal movimiento en dicho sitio. No quiso ver nada más porque el tiempo apremiaba y pronto causarían un revuelo dentro de su bolso.

     

    - Buen día. Soy de la Agencia Consultiva de Plagas - saludó a las secretarias que vio a su llegada cuando se dirigió al lado izquierdo. - Vengo a ver al director del diario. - aclaró la Potter Black.

     

    El tiempo diría que es lo que sucedería en ese lugar, pero un favor era un favor. Todo por limpiar, como siempre lo hacia ella, y más, el nombre de las personas que apreciaba mucho.

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  3. Nuba, elfina del Parque

     

    Salió disparada del hotel, cruzándose con Leo en su camino y luego con Pikomi que vio que se dirigía hacia la zona de las piscinas. Mejor para ella, así se evitaba tener que ver a otro elfo que no la dejaba en paz. Su sentido de la responsabilidad era tanto que nadie se lo quitaba.

     

    - Que se ha creído - dijo sin pensar que algunos clientes la miraban a su paso.

     

    Siguió su camino sin darse cuenta que sus palabras eran escuchadas por los adultos como los niños que iban y venían de todo el parque acuático. Y es que estaba enojada y no era para menos, propasarse con ella, un elfo. Faltaba más que esa clase de problemas lo tuviera en un sitio tan grande.

     

    Pronto vio a una mujer que entraba por las grandes puertas de hierro que eran la entrada.

     

    - Bienvenida señorita - saludó a la bruja (Heliké) - ¿Necesita de algún servicio en particular? - preguntó Nuba hacia la mujer.

     

    Que mejor forma de olvidarse del mal rato, atendiendo a una clienta, mientras no tuviera que volver al hotel y encontrarse con ese "empleaducho" de elfo.

  4. Sunar con más trabajo pulgoso :sad: xD

    Asunto Ministerial


    Un golpecito de monedas sobre la mesa fue otro de los ruidos que se la bruja escuchó cuando se fijó en la parte interior de la oficina de la directora.

    ¿De dónde salieron todos?

    No obstante, no fue mucho el tiempo que ellos se quedaron, casi cuando ya pasaban algunos segundos de que la Potter Black llegara, salían como si les hubiesen ordenado algo, a sus labores cotidianas. Así lo pensó la pelicastaña aunque no escuchó exactamente qué dijeron.

    La vio.

    Su tía la llamaba dentro cuando la vio asomada. Que suerte la de ella porque no había visto aún el florero con esa peculiar forma. Solo era lo que le faltaba por terminar para dar por culminado la revisión, más que todo, despulgar el departamento. Si es que así se le podía llamar a su tiempo dentro del mismo.

    Claro – entró la jefa de plagas. Allí no se sentía necesariamente una jefa, más la sobrina de una tía atareada.

    Al entrar y fijarse en la página que le señalaba, se dio cuenta del motivo de su enojo. Lo leyó completo. Increíble que allá en ese sitio también hubiera pulgas, pero a los comentarios realizados por los presentes (los que aún quedaban) comprendía que no fue su intención, más bien un malentendido.

    Encantada tía… digo, Termino de ver el florero y me dirijo al Profeta – contestó Sunar.

    Pidió permiso para salir. Al verse fuera, a un costado observó ese pie de bruja hecho florero. Acercándose con su varita en mano, y las dos bolsas –las cuales tuvo que volver a golpear con unos hechizos para evitar que las pulguitas se salieran – agudizó su visión para encontrar las que se escondían allí.

    Así fue que en pocos minutos se encargó de las que se hallaban rondando el florero, en su interior huyendo de los humanos que no los quería, y esperando el momento para atacarlos. Pero se quedaron con las ganas y cayeron en manos de la Potter Black. No en sus manos, claro, en la bolsa con los demás sifonápteros.

     

    Informe de Eliminación de Plagas


    Para: Sagitas E. Potter Blue
    Directora del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes

    En calidad de representante de la Agencia Consultiva de Plagas, certifico que el Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes se haya libre de plagas mágicas/no mágicas.
    Durante el tiempo que se ejecutó la limpieza del departamento, se logró atrapar todos los especímenes (pulgas) que pudieran ser de riesgo para la salud humana, de los empleados que laboran allí tanto como los que realizan trámites en dicho departamento.
    Dado en los primeros seis días del presente mes de Febrero del año 2014

    Sunar Potter Black Tonks

    Jefa de Agencia Consultiva de Plagas

    Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas

     


    Aquí está tú constancia que ya no poseen más pulguitas molestosas por aquí – le dijo a su tía al terminar de redactar el informe, el cual también tendría que llevar una copia a sus expedientes de inspecciones de departamentos ministeriales. – Entonces, voy enseguida a el Profeta – agradeció la ayuda prestada para salir del despacho de la directora.

     

    En su camino vio a su prima Xell que atendía a unas brujas, y dentro de ese grupo reconoció a su jefa. Sonrió saludando pero no podía quedarse a dar más explicaciones, debía cumplir algo más para aclarar la reputación de los accidentosos. No solo porque muchos de ellos eran familia y amigos, inclusive, eran buenos trabajadores.

     

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  5. Que lindo Maddie que nos traigas una fiesta tan especial como el mes mismo, y la fecha también ;) Ya actualizo.

    Hola Sherlock.

    Toda la ayuda es buena, y no es necesariamente en los locales, aunque no esta de más ir de visita por ellos jeje Más bien es en La Madriguera que se requiere de personal para limpiar el cobertizo que el señor Weasley dejó sin vigilancia.

    Lo digo así porque desde que se fueron, han ido apareciendo infinidades de objetos, hechizados, y los que el mismo hechizó para probarlos. (Recuerda que le gustaba mucho los artefactos muggles).

    Así que solo ve a la madriguera y acércate a cooperar un poco, es divertido, y no tardes que después no te toca almuerzo:lol:

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  6. Sunar trastabillando al escuchar el grito desaforado de Sagitas :unsure:

    Asunto Ministerial

     

    Tras salir de la sala de juntas, la joven iba en pos de su próxima tarea dentro del departamento de accidentes. Procurar que no quedara ni rastro de pulgas sería un milagro de esos que no se explicaría ni la misma Sunar.

     

    Sin embargo, y de lo más tranquila iba caminando sin darle importancia a nada porque ya estaba casi por regresar a la oficina, cuando un alarido la sobresaltó y la hizo dar un saltito hacia atrás por lo espelúznate de su tono, por poco chocando un silla. Las bolsas en sus manos no se soltaron, las tenía bien apretadas en su puño porque entonces se hubieran soltado las pulguitas que ya había recogido.

     

    -¡Por poco! - Dijo la mujer al ver su puño como si se aferrara a su vida. Luego continuó aunque más lento su andar hacia la dirección.

     

    Tuvo en mal presentimiento que no solo los dueños de los nombres en voz alta pagarían por su “enojo”, también ella, aunque no lo creía. Se serenó Sunar antes de acercarse a ese florero, que se encontraba cerca de la fuente de los gritos, y más cuando vio a varios de los accidentosos entrar.

     

    Los saludó y sacó su varita de nuevo para inspeccionar el dichoso sitio con el resto de las pulgas. Pero su curiosidad fue más grande para entrar a echar un vistazo tras observar a su prima de la familia Tonks entrar a la oficina de Sagitas.

     

    ¡Hola!

     

    Por primera vez en su vida, tuvo miedo, mucho. Quería a Sagitas, pero escucharle vociferar de esa forma, no era bueno, y no quería que la agarrara con ella, también.

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  7. Sunar haciendo su trabajo(? u.u

    Asunto Ministerial

     

    Sus familiares y amigos, la gran mayoría en ese departamento se fueron a sus demás labores. Poco a poco se quedó la Potter Black terminando con las pulgas de ese salón porque debía ir hacia la dirección que su tía le comunicó. Más bien, un sitio más que se ubicaba allí en el departamento.

     

    El lobo se quedó un rato jugando con esa quimerita “linda” pero mejor para Sunar que no se fijó en ella o no hubiese realizado bien su trabajo. Pero la pelicastaña no se percató que la madre de Xell se llevaba a su mascotita y que ya no tendría que estar echando un ojo (mirando) que no se le acercara con sus colmillitos a algún lugar de su cuerpo.

     

    Así estuvo un rato más, muy entretenida para darse cuenta de lo que acontecía fuera de esas paredes de la sala de reuniones accidentosa.

     

    Nadie se dará cuenta – se dijo viéndose ya sola en ese despacho del departamento.

     

    Luego de terminar de recoger cada pulguita y echarlas en las bolsas, dos por cierto, entonces la sobrina de la directora y jefa de la agencia, se sentó un rato. Si su memoria no le fallaba, creía que Fenrir debía estar por ahí, al irse la quimera, pero no le importó y cerró los ojos.

     

    Solo serán unos minutos – en su mente se sinó tan convincente.

     

    No lo fue.

     

    La puerta estaba cerrada, y la joven abrió los ojos lentamente tratando de no apresurarse tanto para no caerse, pero al llevarse la mano y ojear el reloj en su muñeca derecha, se dio cuenta que durmió una hora. Se levantó de golpe y acabó con un dolor en sus muslos al pegarse con la mesa de reuniones.

     

    Rápidamente se giró hacia la puerta por si alguien estaba allí, nada. Suspiró aliviada.

     

    Trató de coordinar sus ideas, y recordar que debía hacer a continuación. Si, lo recordó bien. El florero cerca de la oficina de Sagitas.

     

    Tomó las dos bolsas, volvió a revisar que ninguna pulga estuviera saltando de la alegría, o hubiera estado saltando de la alegría mientras ella estuvo roncando. Sunar roncaba, no muy fuerte, pero si lo hacía.

     

    ¡Todo bien!

     

    Abrió la puerta, salió de allí para dirigirse a su nuevo punto de inspección dentro del departamento de Accidentes.

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  8. Sunar continuando su trabajo y Fenrir molestando jugando :3

    Asunto Ministerial

    Las movía de un lado para el otro. La bolsa de tela era muy buena para ese tipo de criaturas porque al despertar de su sueño no podría hacer nada para salir, solo si alguien le desamarraba el nudo de la abertura, mientras tanto allí se quedarían hasta que la Potter Black decidiera.

     

    ¡Xell! – exclamó buscando a la rubia de la familia Vladimir.

     

    Se giró mientras para ver, pero sus labios se curvaron en una sonrisa rara al escuchar la pregunta de su tía acerca de las situaciones que pasaban en los departamentos. Es más, recordó que antes de salir a Diagón, casi fue destrozado por un Calvert con ínfulas de bazuca de fuego. Seguramente, la pobre Zamira junto a los demás tuvieron que arreglar todo.

     

    Nadie en este ministerio se salva –comentó buscando con sus ojos color marrón a la prima.

     

    Y fue entonces que gracias a los señalamientos de la Potter Blue, observó a una figurita, ya no tan chica como debió ser momentos antes que la joven madre y jefa de la agencia de plagas la viera, empezó a recuperar su estatura normal, sin embargo, ella siguió su labor.

     

    Asintió a la siguiente orden de pulgas -no comestibles, por supuesto- pero si debía evitar que se quedara alguna molestando. No quería perder ese toque siempre la caracterizó para las inspecciones y gracias a eso, no había tenido alguna queja de los “clientes”.

     

    Tranquila tía, puede hacer lo que necesite, yo continuo y sigo con ale florero. – dijo Sunar colocando la bolsa en una silla para que el remolinillo subiera, cuando las pulguitas fueran depositadas en el mismo. Pero Fenrir comenzó a jugar, al menos ya las de la sala se encontraban aturdidas y esas no saltarían al pelaje del lobo.

     

    Siempre fue algo monótono ir a ayudar con las plagas en otros lugares, pero en los últimos habían sido más extraños que el año pasado. ¿Sería que esto auguraba una serie de criaturas extrañas por todo Ottery y Diagon? Ya terminaba el mes y aún faltaban once meses, qué le esperaría?

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  9. No quiero que los nuevos sostengan las sartenes porque si un cliente nos llama la atención, ustedes serán los que responderán por eso – no quería que la imprudencia de los elfos le costara un mal rato.

     

    La Potter Black sabía bien que no debió hablarles así, pero también no era sano que siempre los tratara como si se fuesen a quebrar. Los elfos más viejos entendían, pero los nuevos ayudantes de cocina, al crecer la cantidad de lugares dentro del restaurante, podía creer que sería fácil atender los pedidos de los clientes.

     

    Muchos asintieron y se fueron para hablar con los demás, mientras tanto, la ojimarrón observó que a lo lejos se veía el funcionamiento exitoso del parque. La zona de juegos mecánicos era un bullicio de personas subiendo a los aparatos, y las luces brillaban bastante. Lo único que no había revisado era la zona de las piscinas, pero ya tendría tiempo.

     

    No olviden los bohíos de las piscinas – comentó la pelicastaña al pasar el vestíbulo luego de salir del restaurante del hotel.

     

    Iba a buscar a su tío pero lo pensó mejor. Si no echaba un vistazo a la otra zona, no se sentiría tranquila. Así fue que Sunar desvió su camino, en vez de seguir hacia la entrada del parque, tomó un sendero de piedras que comunicaba con la zona de las piscinas. Debía pasar unas edificaciones qué fungían como vestidores y los bohíos que solo se ubicaban en las albercas de los adultos.

     

    ¿Qué tal todo por acá? – interrogó a dos elfos que pasaban con una canastas de comida.

  10. Muy bien – dijo la Potter Black al escuchar a la clienta pedir uno de los tres últimos calderos de la lista.

    Se alejó un poco para buscarlos, entretanto, Sethy se acercó a la mujer con los juegos de pociones. Al dejárselos corrió hasta la señorita Potter Black para ayudarle con los tres calderos, los cuales depositó sobre el mostrador de esa cuarta planta.

    Si, ya vamos para esa parte. – comentó al oírle preguntar por los pergaminos.

    Y viendo que sería innecesario hacer otro viaje a la quinta planta donde se encontraban los materiales variados, miró al elfo.

    Asintió al escuchar la petición de la bruja y desapareció.

    Ya se le trae el resto del pedido – y comenzó a arreglar dentro de los calderos el juego de pociones, para aguardar.

    No tardó tanto como esperó la bruja que el elfo lo hiciera. sEthy reapareció de nuevo con varios rollos de pergaminos, y una extraña caja de color color vino. Sunar le pidió los rollos, y los acomodó con los calderos, y al agarrar la caja, la abrió.

    ¡Oh! – Como expresión de asombro –Esto es la pluma de águila real – sorprendida de ver una por primera vez en su vida. – Usted me dirá si necesitaba algo más. – agregó hacia Heliké.

  11. Sunar empezando a realizar su trabajo (por fin) u.u

    Asunto Ministerial

    Y qué hacían ellos con una quimera en el departamento? Lo sabría Tauro? Seguramente, las veces que estuvo allí, ni se percató. Más no quería ser ella la causante de un problema. Mientras no se comiera a nadie, ella no diría nada.

     

    –Claro, ya me pongo a ello – comentó antes de ver a Sagitas irse a sus labores, los demás igual.

     

    Lo único raro era ver a Fenrir allí sin que Matt lo llamara, porque no entendió la razón de tener al lobo en el ministerio. No quería que los demás empleados de otras plantas, que fuera allí, corrieran a denunciar la presencia del canino. Lo dejó tranquilo con una serie rasquiña por las pulgas. Esperaba que Matt lo bañara para que no se le pegara nada de eso a las mascotas de la casa.

     

    Vio entonces a Reena, la directora de servicios administrativos que se acercaba al lobo, pero Sunar solo la saludó. Mejor no la molestaba.

     

    Se giró hacia el interior de la sala de juntas y sacó su varita para ir reuniendo a las pulgas que saltaba por todas partes. Esas manchitas negras que parecían querer escapar de ella. Pero prefirió ir echándoles una sustancia, le quedaba muy poca, que le ayudaría a que se calmaran (por lo inquietas que eran) y así poder recogerlas con paciencia.

     

    De vez en cuando miraba hacia la criatura con sus colmillos, no era muy partidaria de esas clases de criaturas aunque estuviera trabajando en la cuarta planta.

     

    Luego de verlas regadas, como una alfombra de semillas, una floritura las alzó para depositarlas en una bolsa de tela que la pelicastaña cargaba consigo en su bolso de trabajo. Fueron subiendo como un remolino hacia la bolsa, entretanto, la ojimarrón no dejaba de ojear a la quimera por si las dudas.

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  12. Mientras tanto... en la cuarta planta.

     

    Siempre era cómodo estar en un sitio que no había antes. Así se sintió la Potter Black recorriendo esa planta en busca de los artículos que la clienta quería. Sunar se quedó cerca a la mujer por si tenía preguntas acerca de los calderos, entretanto, Sethy escogía los elementos más representativos para mostrárselos a la clienta, en cuestión de implementos para pociones.

     

    - Si tenemos de varios materiales - mencionó la ojimarrón.

     

    Le señaló un listado donde se podía leer:

     

    Calderos

    Peltre - 3 galeons

    Latón - 4 galeons
    Cobre - 6 galeons
    Plata - 9 galeons
    Oro -14 galeons

     

    - Y los dos últimos son los mejores para pociones más fuertes por su resistencia. Además, esos son excelente para cuando tiene poco tiempo en una preparación. Pero aquí es donde debe tener mucho cuidado, porque si no lo vigila bien, puede tener un grave accidente. - explicó la Potter Black a Heliké.
    Si todo le parecía bien a la joven, estaría esperando su respuesta, y así ya veía a Sethy regresar con los demás materiales que pidió la joven.
  13. Pikomi, elfina de los juegos mecánicos.

     

    No vio a los dueños del parque cerca, y aunque quiso ir detrás de niño, tuvo que dejarlo pasar porque la fila de los clientes que deseaban entrar a esa área se alargaba. Los atendió lo más rápido que pudo, hasta que observó a un elfo que caminaba como perdido.

     

    - ¡Hey tú! Atiende este lado - le dijo agarrándolo del brazo al acercase a ella.

     

    La elfina le dio unos consejos para que los más "osados" no lo accedieran al parque. Pero se apresuró a seguir al pequeño que corría como un loquillo en busca de algo que destrozar. No fue hasta verle agarrarse al mago de cabellos pelirrojo que se dio cuenta que alguien de la familia debía ser. Se acercó pero no pudo decir una palabra porque el mago junto al niño se movían a otro lado, a la puerta opuesta de entrada del parque.

     

    Observó que una mujer de cabellos violetas se hallaba curiosamente atrapada. Las defensas funcionaban bien, aun así resultó ser otro familiar.

     

    - Comenzamos un día de estrés - se dijo Pikomi para girar sobre sus taloncitos y regresar a su puesto de trabajo.

     

    Y todavía faltaba revisar ciertos detalles del Hotel donde Sunar se encontraba para revisar el restaurante y retornar con su tío. Se daría la sorpresa de ver la madre del mismo y al pequeño Ithilion.

  14. http://i.imgur.com/RicDrFX.png

    La poca paciencia que tenía se le agotaba, y muy rápido. Ya no podía seguir esperando a que le atendieran, porqué. Lizzy debía estar segura que tendría una camita cómoda para descansar y así enfrentarse al día siguiente a todas las vicisitudes que le traería el un nuevo día en Diagon. La búsqueda de u lugar para quedarse con tiempo casi permanente, todo mientras reunía la cantidad suficiente para adquirir un cuarto a largo plazo.

     

    La rubia se enderezó allí en el sillón, mientras se escuchaban voces que provenían de otro lugar dentro del local. No obstante, no quería aguardar la respuesta del elfo. Se levantó y dejó la maleta en su sitio para intentar una vez más, la extracción de una llave del negocio y así escabullirse hacia el cuarto para dormir plácidamente.

     

    - Que pesado - soltó al ver a un elfo amenazarla con usar su magia contra ella.

     

    Dio media vuelta, fue hasta el sillón y tomó su valija. Le envió una mirada desaprobadora y amenazante aunque sabía que no le podría hacer nada. Por eso, salió del establecimiento refunfuñando por su mala suerte. Sería un milagro que alguien fuera atendido en ese sitio.

     

    http://i.imgur.com/91y1kjH.png

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  15. http://i.imgur.com/RicDrFX.png

    De vez en cuando abría los ojos. El sillón no era tan cómodo como una cama pero era mucho mejor que esperar a que alguien le diera un cuarto. La espera no era su punto fuerte y más cuando se hallaba molesta con todo lo que no le agradara que en un negocio no se hiciera.

     

    No culpaba al pobre chico que casi corrió al baño, pero no creía que debiera enfrentar al elfo que le atendió. Posiblemente le dijo algo que lo dejó muy mal como para que no saludara cuando ella entró.

     

    Nunca encuentro un buen lugar – balbuceó.

     

    Lizzy se cambió de lugar y cruzó los brazos. De verdad necesitaba conciliar el sueño y no la dejaban con algunos ruidos en ese local.

     

    La puerta se abrió, eso fue lo que la rubia escuchó pero no prestó la mínima atención a lo que o quién entró. Solo quería dormitar un poco antes de emprender la penosa búsqueda de un sitio permanente.

     

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  16. Pikomi, elfina de los juegos mecánicos.

     

    Luego de abrir a medias, no era una reapertura muy concurrida, más porque los dueños debían terminar unos detalles para la fiesta de re-inauguración del establecimiento. Pero no podían dejar de atender a los clientes que esperaron con paciencia el regreso al callejón de ese negocio.

     

    Las filas de personas; amigos, familia y hasta parejitas, entraban ordenadamente. Algo muy diferente a la vez anterior, ya que el desordene era parte de un día de trabajo. Y como no quería volver a ser pesada, se tranquilizó al verlos tan cooperativos. Agradecía no tener que gritarles o evitar el paso.

     

    - Niño, vuelva a la fila - le ordenó a un pequeño sin un adulto cerca.

     

    Buscó con su mirada a la persona responsable del pequeño, pero no lo veía. Le llamó la atención nuevamente y lo vio correr en dirección de los juegos, específicamente, los carritos chocones. Pero esos no se conducían sobre una superficie, el aire era la pista y al chocarse, le bañaba a la persona con una sustancia pegajosa que con agua se podía quitar. Además, la estatura para pasar no la alcanzaba aquel niño.

     

    - ¡Hey! - volvió a exclamar.

     

    Lo que no sabía la elfina es que era el hijo de la tía de los dueños.

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    -De verdad esto es un caso - susurró para que el elfo no la escuchara hablar mal. Pero la espera no le estaba agradando mucho, y aún así quería tener un sitio donde descansar.

     

    Entretanto, el hombre se escabulló de su vista, no es que le importara si iría al baño o no, o lo que haría al llegar a él. Lizzy observó hacia donde dirigía -por si a ella también le daba por necesidades fisiológicas- pero su mente y cuerpo se hallaba centrada en la reacción de ese elfo mudo. No decía nada.

     

    - ¿Y me piensa atender? - refunfuñó la chica.

     

    Su temperamento comenzaba a salir, y si no lo controlaba a tiempo, el problema empleado elfo, sería víctima de su mal genio. Dejó la maleta en el suelo, se acercó al mostrador pero fue detenida por otro elfo. Le impidió que viera el libro de registro. La rubia pensaba apuntarse en un descuido del primer elfo, pero ese fue más rápido.

     

    - Bien, entonces me haré en un sillón - dijo ya con tono enojado.

     

    Y caminó hasta uno hasta que alguien le dijera su tenía su cuarto o no.

     

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  18. Sunar rascándose la cabeza (y no por pulgas) xD

    Asunto Ministerial


    Los ojitos marrones de la jefa de a agencia se trasladaron hacia varios de los presentes en esa sala. Algunos saliendo y otro dentro. Mientras aguardaba, ya que no vio en el camino presencia de algún animalito que pudiera estar amenazando la integridad de los empleados o estructura del edificio, observó que su prima de la familia Tonks la saludaba.

    -¿Cómo que pulgas? -le escuchó decir a Sherlyn cuando salía de la tercera planta con otra compañera. A ella la conocía de la tienda de la familia.

    Y antes de poder preguntarle, el gritó de la pelivioleta ocasionó la reacción en la chica. Sunar se agachó como si le fuese a caer algo encima, sacando su varita en el instante en que Sagitas se acercaba a ella. Si tenía problemas de fantasma, no era su área de trabajo, aunque estuviera en un departamento que trataran con ellos. Además, la matriarca de la familia si que era “experta” en ese campo.

    -Hola tía - observó por unos segundos a Fenrir con un caso grave de pulgas, por la forma que se rascaba - ¡Quimera! - exclamó con cierto recelo, pero debía retirar la amenaza de la tercera planta. -Si, me pondré a trabajar - respondió al verla dar órdenes a los demás.

    Luego pensó que por eso su tío estaba como abstraído, por el tema de Fenrir con problemas de pulgas. Ella se fue y la Potter Black se quedó mirando al pobre lobo. Su tío debía sacarles la que tenía y aplicarle un baño para matar a las demás. También el señor de aspecto sudafricano –en realidad no sabía de dónde era, pero el colorcito casi era característico de esa región – le informó de algo que no comprendió muy bien la joven.

    ¿Dónde estaba Xell? Todavía no la veía.

    <<Debe estar en una misión>>

    Sunar asumía que el trabajo era tanto que por eso no se había presentado en el departamento. Así que se centró en buscar esa quimera en la sala de reuniones, mientras los demás se iban a terminar sus labores, o seguir. Sunar tenía que terminar para volver a la oficina y acabar de una vez por todas, sus informes.

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  19. Le resultó algo gracioso observar a su tía con un semblante tan aéreo. Pero no la podía culpar, ella misma estuvo también perdida en sus pensamientos, en detalles de un evento que en pocos meses se llevaría acabo y que la tenía un poco distraída de otros asuntos. Hasta del trabajo que siempre intentaba mantener al día.

     

    - Lo sé, pero al tener uno, me di cuenta que no es tan fácil como lo veía - agregó algo más al comentario sobre los niños.

     

    Sunar estuvo aprendiendo de ese pequeño que llegó a su vida, que si no fuera por su familia no sabría como le hubiera ido al criarlo sola. Ellos le daban esa fuerza para intentar comprender el misterio de tener un hijo, si aprendía bien hasta podría con otro. Pero darse esa situación, faltaría mucho.

     

    - Espero que sea pronto para que tú y tu familia encuentren sosiego. Debe estar muy ocupada para enviar una. Algo raro. - comentó acerca del hermano de la Rydddleturn.

     

    Entonces lo pensó mejor, pero tampoco era que iba a plantearle todo porque eso ya lo tenía cubierto con sus familiares.

     

    - Pronto será el cumpleaños de Argi, y espero que no haya problema en que se invite a tu madre al festejo. No te preocupes, la invitación llegará en su momento. - expresó contenta de dar a otra persona la noticia del festejo de su único y adorado hijo.

     

    Y al decirle eso, recordó que la lista de invitados era bastante reducida. Solo amigos y familia sería los agraciados a tal evento. Mientras tanto, la joven se disculpó, después de tanto beber, era tiempo de ir a un sitio que nadie más podía llevarla. Al regresar la haría otra pregunta a Anna.

  20. No pudo disfrutar de la naturaleza, su compañero tenía prisa que eso acabara y ella que deseaba tener más para disfrutar lo poco que le agrada la actividad, pero no podía pedir más. Así eran los duelos, sin contemplaciones y más cuando de ganar se trataba.

     

    Pero que lindas – soltó al ver de su varita salir unas flores. Azucenas. Esas que tanto amaba su hijo congelar en el jardín de la mansión. –Casi un caballero – agregó mientras las azucenas dejaban la varita como de costumbre.

     

    Siempre en un duelo, y más cuando se hallaba al aire libre, los animales se apartaban de esa área. No les gustaba ser interrumpidos por cuestiones frívolas entre humanos. Como le tenía enviada la pelicastaña, ya que ellos solo debía preocuparse por sobrevivir y si podía evitar enfrentamientos, llegaban a disfrutar la vida.

     

    No obstante, no era el caso para ellos. Y eso lo sabía perfectamente la mujer que alzó nuevamente la varita para lanzar otro hechizo.

     

    ¡Silencius! – dijo hacia Aziid.

     

    Ni siquiera pensó si el chico le diría algo más, pero al intentar él lanzar otro hechizo, no lo lograría al verse mudo. Y suspiró. No era bueno callar a un hombre, pero muchas veces lucían mejor de esa forma.

     

    ¡Strellatus! – dijo con Heiwa en dirección al joven Tonks. (familiar que nunca veía en casa porque ella andaba en otros asuntos.) O no pisaba el Hacienda?

     

    Se proyectó hacia él una brillante luz que lo cegaría por un rato. Ella solo aprovecharía el tiempo para admirar más el paisaje antes que el chico se enojara por su atrevimiento. Ya quería irse a jugar con su hijo, y seguramente su siguiente maniobra le daría a ella ese viaje a casa.

     

    Lo mejor de todo es que ni pensaría que ella no tenía la más mínima intención de decirle la razón, él solo haría su trabajo.

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  21. Sunar con más valor, y lista a trabajar :3

    Asunto Ministerial


    La pelicastaña no sabía hacia dónde dirigirse para dar la noticia de su llegada (al fin) y que le dijera la razón del llamado. No es que no supiera la disposición de las oficinas, ya anteriormente estuvo allí, dos veces creía. No obstante, nunca se estaba del todo seguro el sitio de alguna infestación.

    Trató de no pensar en ese armario y caminó un poco por el hall del departamento. Hasta busco con su mirada alguna de esas sorpresas que seguramente tendrían para darle, los empleados de la tercera planta. Eran de temer.

    << ¡Por las barbas de Merlín! Ella está aquí >>

    Dibujó una sonrisa amigable esperando que no fuera atrapada en alguna situación de esas que la mujer solía traerse. La Adler le señalaba y decía que fuera a la Sala de Reuniones, mientras la Potter Black le agradecía, la vio dirigir su mirada a un costado de ella.

    La ojimarrón giró porque no quería sorpresas raras sobre ella, y observó a su tío.

    Matt, ¿qué haces allí? Le huyes “la plaga” – interrogó sin saber aún de qué clase de criatura se trataba el motivo del llamado. –Si estás muy ocupado, te dejo que tía Sagis debe estar medio exaltada y más porque llego a última hora. – agregó caminando hacia la dichosa sala de reuniones.

    Escuchó algunos gritos, exclamaciones y una serie de palabras que no entendió. Ya tenía algo de recelo aproximarse y más porque no sabía si le saltaría algo, o le mordería.

    No tengas miedo, si ya has tenido enfrentamientos – se dijo animándose a acercase a la sala. –Buenas, díganme para qué soy buena – exclamó sin dejarlos decirle algo.

    Sin embargo, ya recibiría las instrucciones, y también que le intrigaba la razón de tanta excitación entre los empleados. Aún no veía a su prima de la Vladimir ya que ella siempre la saludaba y quería saber si le fue bien con los artículos que adquirió en su tienda. Necesitaba buena propaganda para tener más clientela.

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  22. Sunar luego de una laguna mental muy profunda u.u, llegando al Departamento con todo y ungüento >_>

    Asunto Ministerial

     

    Estuvo a punto de ir a la casa, no a la mansión porque seguramente su tía la haría añicos, pero si quería descansar. Si no era ir de un lugar a otro, era escuchar charlas, ver malas caras y hasta sonreír a personas que no pasaba ni con aceite de ricino (wakala). El trabajo no acaba y muchos menos cuando se trataba de algo tan importante como evitar enfermedades propagadas por criaturitas que plagaban casas, edificios y departamentos del Ministerio. Solo que no podía creer que allá dentro, no hubiera alguna forma más eficaz de prevención.

     

    Y yo que pensaba que eramos tan buenos en esto —suspiró un poco antes de verse frente al elevador que la llevaría a la tercera planta.

     

    Lo bueno de estar en las plantas superiores es que se hallaba más cerca de la salida, ya que si tuvo que visitar la parte más profunda del ministerio. Fue tan sofocante -y eso que no sufría de claustrofobia - pero no le gustaba andar tan abajo. Sin embargo, la nota fue recibida algo tarde, o ella la guardó tan bien para evitar que se le perdiera que la leyó tarde? Lo cierto era que iba con mucho tiempo de retraso, y solo faltaba que ya nada quedara sano en ese departamento.

     

    Casi toda su familia y amigos trabajaban allí, tendría una grave merma de regalos en su cumpleaños por cuenta de su olvido. Pero era mejor ir y no dejarlo pasar sin siquiera una disculpa. Porque si algo malo pasaba y ella no estaba, haría que se sintiera peor de lo que ya estaba por la demora.

     

    Luego de unos segundos ya una voz anunciaba el nombre del esa tercera planta. Se abrieron las rejas que separaban el recinto del ascensor.

     

    Hola —dijo con algo de aprehensión a toparse con su tía o la bruja esa que tendía a atraer las situaciones más extrañas que Sunar pudiera haberse imaginado jamás. —Agencia de Plagas llegando —retomando su valor, y hablando más alto. De ser más que urgente, le dirían exactamente que pasaba para actuar de inmediato sobre el problema que presentaban.

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  23. <<¿Quién osaba poner sus manos encima de mi? >>

     

    Pensó de repente al sentir aquel abrazo.

     

    Al girar vio a su tío. Apretó una mano formando un puño y se lo enseñó. Le asustó al punto de casi sacar su varita para aturdir al agresor. Con el corazón a mil por el saludo tan efusivamente diferente de Matt, sonrió con esa característica que solo Sunar tenía. Quería a su tío y le perdonaba muchas cosas raras.

     

    Más te vale que terminaras – exclamó con cierto sarcasmo en su tono de voz. Pero no pudo asomar otra vez la sonrisa.

     

    Le enseñó el menú del restaurante con dos platillos nuevos. Uno era una pasta hecha con jengibre (receta que una vez le contaron) y otra con almejas en salsa de tomate. Las bebidas era las mismas, una selección que nunca podía falta en cualquier restaurante y bar.

     

    Creo que Simyni lo trae, pronto estará por aquí. Así que te lo encargo que debo revisar unos papeles – comentó volviendo a mirar el reloj – Aunque espero a que llegue antes de irme a la oficina. – agregó observando a Pikomi a los lejos con unos cliente del parque.

  24. Hanimi, elfina de la Hacienda Tonks


    Había elegido un libro más a los ya aconsejados por la ama Sagitas. Aunque no recordaba que le dijera que los libros no serían llevados a la mansión donde siempre se hallaba el niño. La madre e hijo se encontraban en la hacienda visitando mientras el tío-abuelo de la Potter Black llegara para que el amito lo viera. Sabía que le agradó mucho y en especial el micropuff del Tonks.

    Tal vez, deba decirle – pensó Hanimi al ver que se demoraba un poco en regresar.

    No quería salir sin que supiera los libros que serían adquiridos. Y aun pensaba la reacción cuando le dijera que los compraría, ya que la ama le pidió que se le pagara a su tía. Fue una orden expresa.

    Vio que la persona, una mujer se iba tras realizar un asunto ministerial –no pudo evitar agudizar sus orejas –pero se mantuvo en su sitio. No quería importunar por si alguien más de la librería necesitara la presencia de la matriarca.

    Sin embargo, el tiempo se le acababa y ya debía estar despertando de su siesta. Arregló a un lado la torre de libros y tomó los escogidos, no sin antes sacar la bolsita de galeones. Se acercó a la mujer.

    Ya elegí. Serán estos tres – le dijo mostrándolos y pasándole la bolsita con un total de 180 galeones – No estaba segura la ama cuánto sería, si es menos, me dice. – comentó esperando que la bruja le anunciara el precio por los tres. Después de eso, saldría.

    Solo que si la ama no aceptaba, no se daría cuenta que al salir del local, igual le haría aparecer las monedas. De la magia de los elfos no se escapaba nadie.

  25. http://i.imgur.com/RicDrFX.png

    La chica miró los catálogos que la rubia le enseñó. El tiempo justo para que la dueña bajara, o al menos el otro dueño. Eso de poner iniciales en una varita no creía que fuera tan complicado, pero si ella se atrevía a hacerlo, luego hasta podría dañar la madera y líbrele Merlín de que se dañara el núcleo.

    Usted miré mientras encuentro a la persona que le haría ese trabajo – comentó al escucharle preguntar sobre fundas.

    La dejó un momento sola, se alejó unos metros tratando de encontrar la forma de no verse tan incompetente ante los dueños que seguían arriba en la oficina. Y claro, tampoco que la viera el cliente que se encontraba muy encantada por las fundas.

    Preguntaré sobre la funda de piel de dragón, señorita – exclamó antes de subir.

    Con un paso lento pero a sabiendas que necesitaba hacerlo, llegó hasta donde los jefes. Tocó la puerta y se identificó, aguardó hasta que le pareció escuchar que pasara.

    Disculpen. Hay una clienta que desea que se le grave la inicial en su varita, y saber si tenemos fundas de piel de dragón. – pasó su mirada de un lado al otro. Sus ojos verdes bailaron nerviosamente del rostro de la señorita Ariane hasta el rostro del joven Joaquín. Si, recordaba los nombres de sus jefes, que empleado no lo haría.

     

    http://i.imgur.com/91y1kjH.png

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