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Ky.

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Todo lo publicado por Ky.

  1. Nick: Ky. Nombre del negocio: The Hipster Coffee Cambios: Nombre de los propietarios y porcentajes: Eobard Thawne 50% Ky. 25% Mia. 25%
  2. ID: 73841 Bóveda: Paises Bajos - Estados Unidos empate y se define en penales, pasando Estados Unidos. Argentina 2 - Australia 0 Francia 3 - Polonia 1 Inglaterra 3 - Senegal 2 Japón 2 - Croacia 1 Brasil 3 - Corea del Sur 2 Marruecos - España empate y se define en penales, dándole el pase a España Portugal 3 - Suiza 1 Ojala ver buenos partidos.
  3. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ —Simplemente deseaba compartir algo contigo. Aquella negativa por parte de ella, no lo tomó para mal al contrario le había agrado que le dijera que le parecia alguien sexy aun sin tinta en su piel. Algo en su mirada de la ojiazul le hizo darse cuenta que si la dejaba levantarse de aquella cama, la burbuja en la que se encontraban ambos sin importarles nada de lo que ocurriera fuera de esas poderes explotaría. Que importaba si fuera de aquella habitación estaba ocurriendo una tercera guerra mágica, Lukyan no quería que si esto era un sueño terminará. Aprovecho que aun estaban sin ropa, solo con una sabana cubriendoles para volver a iniciar un camino de besos en la suave y tersa piel de la nipona, unos beso húmedos que se abrieron camino hasta aquella parte donde le haría tener un manantial acompañado con un torrente de placer, era la forma en que Volkov le decía que quería volver a hacerlo, volver a entregarse en cuerpo y alma de ella. Aunque su mente de Kaori, pensara que no lo merece, el cuerpo y su boca decían exactamente lo contrario, fue así como con ayuda de sus falanges le arrancaron un orgasmo más, el que bien podía decirse que sería el último de aquel día. Kaori no era una mujer libre, eso lo tenía bien claro, y por eso mismo no podía retenerla por más tiempo, Sammael había ido al acuario con unas personas de la eterna confianza de ella, ¿Cuánto tiempo tomaba ver unos peces? Seguramente el pequeño torbellino, no tardaría en regresar a casa, a Lukyan no le importaba Aries, pero deseaba hacer lo correcto por Sammael, así que salió debajo de las cobijas y deposito un beso en los labios de la pelinegra. —Me gustaría mantenerte aquí toda la noche, pero creo que deberíamos volver a tu casa. —le miró a los ojos, mientras le acariciaba, unos cuantos besos más fueron depositados en sus rosaceos labios que en ese momento aún seguían hinchados de todas las veces que se habían besado en ese tiempo. —Imagino que Sammael ya esta ansioso de contarte todo lo que vio en el acuario. El ruso se levantó de la cama y fue en busca de las prendas íntimas de ella que se encontraban en el suelo de la habitación, para dárselas, aprovechando de tomar las propias y empezar a vestirse.
  4. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ Aquel par de montañas no era a lo unico qué deseaba acceder y eso lo tenía muy claro, cuando sus manos iban acariciando los muslos de ella, quien luego de un intercambio de caricias era ahora él quien estaba recostado sobre la cama con ella sentada a horcajadas sobre él y lo más importante sobre su virilidad que aún se encontraba bajo su bóxer. Lukyan tenía sus manos en las caderas de Kaori, le estaba llevando el ritmo del vaivén de caderas que había iniciado la pelinegra el cual quedo intermitente, ya que de cierta forma se debía mover ya que empezó a recorrer con besos húmedos los pectorales y otras partes del cuerpo del moreno. Soltó varios suspiros y gemidos cada vez que cada mano o labios de Kaori, le propinaban un beso o una caricia en su cuerpo al desnudo, ya que la última prenda que le quedaba, la morena decidiera qué sobraban al momento de dejar besos en su hingle haciendo que el también se sintiera como en las nubes al igual que ella, pero Lukyan extrañaba el besarla, así que la tomo de la mano y la jalo hasta besar sus labios. Aquello se había puesto duro, acababan de cruzar el punto de no retorno, más cuando la prenda inferior de la nipona también había abandonado su cuerpo. Aquella habitación luego de esas acciones se había convertido en un campo naval de besos, caricias, gemidos y suspiros arrancados sin pudor alguno, ni Kaori y mucho menos Lukyan se sentían culpables de lo que estaba ocurriendo ahí, ambos se estaban entregando al deseo que sentían uno por el otro sin importarles las consecuencias de lo que eso podía ocasionarles. Así que cuando todo acabó a las horas, el ruso se quedó acariciando la espalda de Kaori que ahora parte del tatuaje de serpiente que tenía tatuada en su espalda también tenía adornando las marcas de sus dientes al igual que él tenía rasguño en su espalda y hematomas con pequeñas marcas de dientes en sus pectorales. —Estoy muy enamorado de ti... —susurro mientras le dejaba besos en la espalda baja. —¿Puedo tatuarme una mamba negra en la pierna derecha?
  5. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ La había bajado al llegar a su habitación, pero la mantuvo pegada a su cuerpo con ayuda de sus brazos qué rodeaban su cintura, por un momento creyó que ella iba a salir corriendo, pero en su lugar volvía a confirmarle qué lo deseaba tanto o más de lo que él la deseaba a ella. Se dejó llevar por el beso que había iniciado la morena, sus manos aprovecharon la cercanía por el beso y en menos de un segundo, ya habían desabrochado el botón del jeans y bajado el zipper para poder quitarle esa prenda. La fue recostando sobre su amplia cama, era la primera vez luego de tanto tiempo que compartía aquella cama con otra mujer que no fuera la mujer por la que ahora era viudo, pero estaba completamente seguro de querer estar así con Kaori, quien era la única que lo hacía cometer aquel tipo de locuras. Procuró sacarle el jeans, mientras sus manos acariciaban la piel desde sus muslos hasta las puntas de sus pies. Aprovechó que le estaba alzando las piernas para sacarle los pantalones de mezclilla y empezar a dejar un camino de besos húmedos en dirección de su feminidad que aún se encontraba cubierta por unas bragas del mismo color que el sujetador de la nipona. —Que hermosa te ves. —le dice cuando deja de besar la cara interna de los muslos de ella para darse un minuto y verla semi desnuda sobre su cama, fue quitándose su pantalón, le parecía lo más justo antes de volver a abordarle con un camino de besos que empezaron en la punta de sus pies, hasta sus labios los cuales beso con el mismo deseo que ella le había transmitido con sus palabras. Fue quitando el sujetador para que sus manos en medio del beso ocupará su lugar, estas se movieron sobre ella generandole más caricias, de esa forma volver a escucharle gemir como la había escuchado minutos antes.
  6. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ El empleado apenas dejó la botella y los vasos, salió de la habitación, dejando a los dos pelinegros ahí mirándose con deseo, Lukyan cambio de lugar la botella y los vasos para volver a poner sobre su escritorio a la morena a la que luego de su suplica la volvió a besar, esta vez, sin miedo, le fue desabotonando cada botón de su blusa dejando ver su escote y parte del sujetador de la morena. Mismo que empezó a recorrer con sus labios, dejando besos y suaves mordidas en aquella zona, Lukyan se encargaria de borrar de la mente de la morena y de su cuerpo, el recuerdo del rubio. Pegó su pelvis al de ella, regresando a besar aquellos labios tan dulces que tanto le gustaban, al tiempo que su diestra acariciaba sobre el sujetador aquella zona tan sensible. —Ya que me lo permitiste lo haré, te haré olvidarte de todo. Ya una de sus manos estaba tocando la piel de la morena, recorriendo de arriba hasta el filo del pantalón ajeno, el cual empezó a desabrochar para deshacerse de aquella prenda al igual que había hecho con la blusa que ahora se encontraba en el suelo de su estudio, junto con su camisa qué la morena se había encargado de quitársela. Por un momento, el estudio le parecía el lugar menos indicado para estar con ella, por lo que la cargo para llevarla hasta su habitación, sabiendo que la gente que atendía su casa eran personas discretas y si es que los miraban pasar no saldría nada de ellos.
  7. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ Decir que se esperaba la respuesta de la pelinegra era una completa mentira, lo que si no era una mentira es que aquella respuesta lo había hecho tan feliz, Lukyan lo estaba tomando como que empezaba a tomar sus sentimientos en cuenta y los correspondía. Aquellos segundos que se quedaron mirando a los ojos acrecentó el deseo compartido, por lo que no dudo ni un segundo en levantarse del sofá, tomando firmemente a una pelinegra de la que no se deseaba separar. Al aparecerse en el interior de su casa, aflojo el agarre de la de cabellos negros, pero sin dejar que se aparte, aunque no vio indicio alguno de que fuese ella la que quisiera su espacio, ambos estaban expectantes de lo que haría el otro, ella ya había dado un gran paso, ahora le tocaba a él darlo. —Bienvenida a tu casa, siempre que lo desees, puedes venir por un poco de vodka. —hizo uso del juego de palabras antes empleado y volvió a besarla no sin antes cargarla de upa para que no tuviera la necesidad de caminar y llevarla hasta su estudio, donde todos tenían prohibido la entrada si el no los llamaba antes. Estando en aquel lugar, busco un lugar para continuar donde es que se habían quedado, ya que el beso por más que sus lenguas se rozaban y se movían como si en un baile se trataba, Lukyan deseaba más, la mano que coloco en primer lugar en su cadera y fue subiendo por su cintura ahora se encontraba cerca del seno derecho de la pelinegra. La otra mano tomó con firmeza el muslo de la pierna izquierda y la hizo que lo enredase en la cadera de este. —Kaori, ¿hasta donde? Seguía siendo ella la que marcaba el límite, el beso se fue terminando en un hilo de saliva que colgaba del extremo de ambos, aun eran conscientes de lo que hacían, y era eso lo que al ruso dejaba con la sensación de querer más y más de ella. —Olvida a Aries... —Era la primera vez que lo decía tan directo, pero si nunca lo decía no se lo tomaría enserió. —Esta puede ser tu casa con la de Sammael. Piénsalo. Fue aquella su última palabra antes de volver a besarla, beso que se freno ya que uno de susn empleados tocó a la puerta para hacerle saber que estaba afuera con la botella de vodka que le había pedido al llegar. Lo dejó pasar, luego de que ambos hicieran como que ahí no ocurría nada, aun cuando dentro de aquella habitación podía ocurrir de todo.
  8. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ Lukyan estaba por negar el querer algo, hasta que se dio cuenta de las miradas furtivas en las que la pelinegra se le quedaba mirando a los labios, entonces aprovechando que el deseo era por parte de los dos y que la nipona había abultado sus labios en un hermoso puchero, el ruso aprovechando la cercanía en la que se encontraban y que ya había dejado la taza sobre la mesa, acercó su rostro al ajeno, uniendo sus labios en un beso. Un beso que fue llevado a más, ya que las ásperas manos de Lukyan se posaron en la cintura de la pelinegra, mientras le recostaba sobre el brazo de un sillón y seguir besándola de forma tranquila, aun cuando quería escalar a no solo besitos tiernos, lo mejor para ambos era llevar las cosas tranquilas y eso lo sabía Volkov. —Podemos calentar el chocolate, si quieres... —le dijo sobre los labios de ella, como quien no quiere dejar de besarle, sus manos habían dejado la cintura ajena, discretamente ya la tenía tocando las piernas de Kaori mientras se enderezaba. —o bien podemos ir a mi casa por vodka o algo más, tu decides. Lukyan estaba nervioso, aquello que acababa de hacer, probablemente le podía restar todos los puntos ganados que tenia con ella, pero si aquella interpretación en aquel juego de miradas era incorrecto, ¿por qué sintió que su beso fue correspondido?
  9. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ Cuando la bruja se hizo presente frente a él, hizo uso de todo su autocontrol para no abrazarla y besarla de lo linda que se miraba a sus ojos. Dio un par de pasos dejando la puerta cerrar a su espalda, le tomó la mano para que no se alejara de este, mientras le dedicaba una sonrisa sincera. —No vengo a tomar chocolate, vine a verte, por que como dije, ya te quería ver. —la diferencia de estatura le hizo tomarla de la barbilla para que sus miradas se cruzaran, aveces las miradas decían más que las palabras no dichas o los textos no escritos. Lukyan no sólo extrañaba la presencia de la nipona, sino que también añoraba el dulce sabor de sus labios. Fue guiado hasta donde ella había dejado su taza y le soltó la mano de forma lenta para tomar asiento en el sofá de dos plazas para sentarse juntos y hablar de esa manera en susurro, aun cuando no había nadie que los pudiese escuchar, es más podían hacer algo más que hablar ya que Sammael no estaba ahí para interrumpirles, pero Lukyan habia prometido esperar a que fuese ella quien lo besara y aceptara sus sentimientos. —¿Y tu pequeño torbellino personal? —preguntaba por el pequeño demonio, para saber si estaba con Aries y por si podía pedirle un beso sin que se justificara por la presencia de su hijo, ya que para ese momento ya se habían dado un par de fugaces besos luego del beso en la misión de lo del profesor Brown.
  10. ʟᴜᴋʏᴀɴ ᴀ. ᴠᴏʟᴋᴏᴠ El día se le estaba haciendo tan denso, que ya solo contaba los minutos para ir a entrenar con Kaori, a lo largo de una hora si miraba el aparato que la pelinegra le había dado unas 20 veces eran pocas, pero no se atrevía a molestarle, pensando que podía estar ocupada, al igual que él, quien aún no tenía respuesta del paradero de ahora ya 6 trabajadores que sufrían de Licantropia. El que sus trabajadores desaparecieran sin dejar rastro le estaba complicando el trabajo, ya que otros Licantropos que trabajaban para él, empezaban a no querer seguir trabajando con él, creyendo que era quien los estaba haciendo desaparecer para no pagarles. Eso y todo lo que estaba pasando en Londres desde que Ludwig había llegado al poder, estaba generándole un poco de estrés. Estaba por levantarse y servirse un poco de whisky, cuando vio que la pantalla del aparato que usaba para intercambiar mensajes con Kaori se había encendido. Leyó el mensaje y sonrió, apenas termino de leerlo, ya estaba tomando sus cosas para ir a casa de la morena ubicado en la planta alta del Shadowhunters. 《Voy para allá, muero por verte.》 El mensaje se envió y no tardó más que un par de minutos más en aparecer a las puertas de la casa en la que Kaori vivía con Sammael y Aries, aunque este último ya llevaba más de un mes desaparecido. Al llegar tocó la puerta, ansioso por tener a la pelinegra entre sus brazos, por la ausencia de ruido estaba seguro que estarían solos y eso lo aprovecharía.
  11. †˗ˏ✎*ೃ˚ ℓυκγαи α. νοℓκον. :; Lukyan no podía quitarle la vista de encima a Kaori, quien se miraba hermosa aún cuando le estaba llamando la atención por llegar tarde, y tenía toda la razón eso les dejaba menos margen para equivocaciones, por no decir que para esta misión un error de su parte podría ser catastrófico. Aunque para el joven de cabellera negra, los minutos en los que se tardó en llegar por arreglar cosas de su trabajo, era pasar menos tiempo con Matsudaira. —Nos vemos del otro lado... Estuvo por decirle mi amor, mientras le dejaba una caricia en la mejilla, pero en su lugar tomó la escoba que flotaba al otro lado de la bruja, dos portales se habían abierto, luego de esto tenían 5 minutos a lo mucho para alejar a las criaturas de la cabaña en la que todos los otros se iban a concentrar y luego ellos los alcanzarían. Estando al otro lado del portal, se enfocó en su trabajo, uso phantom para tener una velocidad paranormal, la cual no se la podía dar la escoba que estaba utilizando, durante la práctica había visto a Kaori utilizándola, por lo que decidió hacer uso de ese poder tambien al igual que su compañera. Fue gracias a la velocidad que llevaba qué no reparó en que podía estrellarse contra la rama de un árbol y así hubiese sido, de no ser que pensó en escendia y la roca con la que la escoba iba a chocar se hizo más pequeña. Ya había logrado llevarse lo más lejos que podía a las criaturas que habitaban la Isla de los condenados, tan lejos que empezaba a sentirse desesperanzado pero el segundo portal que le habían prometido, se abrió frente a él, dejándole un minuto para adentrarse y encontrarse con personas que desconocía en un 60% —Yo no vi la luz, eso quiere decir que esta más al sur. —comenta luego de aceptar el chocolate de la morena y abrazarla sin importarle lo que los demás dijeran de ellos, al final no los conocía, bueno, conocía a Dennis, quien le habían presentado como prima de la morena, así que por ser el último en llegar, debería presentarse frente a todos. —Hola a todos, soy Lukyan Volkov, espero trabajar de la mano de ustedes para lograr nuestra misión.
  12. †˗ˏ✎*ೃ˚ ℓυκγαи α. νοℓκον. :; Días previos a la Misión. —Kaori, ¿podemos entrenar juntos? Quiero que mis poderes del clan se hagan más fuertes. Fueron las palabras que Lukyan había utilizado para seguir viendo a Kaori, luego de lo sucedido en la fiesta de Halloween en el Macusa, aquello que habían vivido le hizo saber que lo que él sentía también era correspondido hasta cierto punto, lo único malo era el esposo de la morena pero con tanta ausencia por parte del rubio era una ventaja para seguir enamorando a Kaori. —Claro, –respondió ella con una sonrisa —es necesario volvernos más fuertes, le he dicho a Ellie y a Hobbamock que podríamos servir de carnada para la misión de exploración en una isla que producto a un efecto extraño a quedado abandonado... La pelinegra siguió explicándole a detalle lo que iban a hacer en la nueva misión por parte de la Orden del fénix, ya que eso significaba pasar más tiempo con la más joven acepto sin dudarlo, sin pedir explicación del por qué siempre elegía ponerse en peligro y lo en desacuerdo qué iba a estar Aries. Aquel mismo día, acepto hacer uso de un artefacto mágico a invención de Ellie, el cual según Kaori, Ellie decía que era tres veces mas eficiente y seguro que un patronus, sobre todo en esta era moderna donde los magos y brujas interactuaban más con los muggles. Fue gracias a ese aparato que la comunicación entre ambos fluyó, Lukyan siempre le enviaba mensajes de 《Bonito día》《Descansa, dulces sueños》 al principio, luego se convirtieron en un intercambio de mensajes todos los días que no paraban hasta las altas horas de la noche y que solo se detenían mientras estaban entrenando para la misión DIA 0. 《Ya estoy llegando, estamos a tiempo, presiento que lo que sucede es que me extrañas.》Teclea lo último y se lo envía a Kaori, estaba por textearle un nuevo mensaje preguntándole a Kaori que tal había funcionado la vigilancia aérea a la zona a la que iban a llegar, pero mejor lo hizo a viva voz cuando la vio a escaso un metro de distancia. —Hola, creo que nos podemos ir, la vigilancia aérea arrojo muy buenos datos, ¿no crees eso? —Se acercó a la morena y como lo había venido haciendo desde hace un par de días y sin que la morena se opusiera, le dejó un beso rozando la comisura de sus labios como si solo esperace un accidente o algo para volver a besarle en los labios.
  13. ID de usuario: 73841 Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin, Ilvermorny o maestra): 1 llave Gryffindor 2 llaves Ravenclaw 2 llaves hufflepuff 1 llave Ilvermorny ID de usuario:73841 Premio obtenido (Criatura/Objeto): objeto 4A Elección del usuario: Flauta Sheena Ktam Tienda de campaña de lujo.
  14. Voy a tener un Dragón Zombie. 😍

    1. Valky

      Valky

      \o/  si se pudo, si se pudo *-*

  15. Ky.

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    Motivo: Tirada de Mazmorra 3 (2/2) Resultado: 17 Premio: Llave escolar a elegir.
  16. Ky.

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    Motivo: Tirada de Mazmorra 3 de 1 Resultado: 21 Premio: 3000
  17. Ky.

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    Motivo: Mazmorra terminada 2 de 2 Resultado: 24 Premio: 2000G.
  18. Ky.

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    Motivo: Mazmorra terminada 2 de 1 Resultado: 16 Premio: Faltriquera de Runas Antiguas.
  19. Ky.

    Reportes

    número de Equipo: 8 Link a la mazmorra: Destino y Sueño
  20. Casilla 31 Al sueño al que se vio inmerso luego de cruzar el portal, al inicio no lo era así, al menos tener comunicación con la persona que el por muchos años habia jurado era el amor de su vida y ahora se hallaba muerta, no era ni de cerca uno de sus mejores sueño. Quería despertarse, antes que la imagen de aquella mujer delgada y de cabello castaño le mirase, pero no podía lograrlo, en cambio Irisha se le acercó lentamente a él y le tocó el hombro para dedicarle una sonrisa. —Amor, ya es momento que dejes de culparte, es momento que abras tu corazón a un nuevo amor. Las finas manos de Irisha tomaron las mejillas del moreno para depositar un casto beso en los labios de este y luego desaparecer en una nube de humo, abriendo paso a otro sueño totalmente distinto al que había tenido con Irisha. En este nuevo sueño, la imagen central era una mujer de cabellera negra y su pequeño hijo, quien al verlo, corrió hasta donde el se encontraba, Lukyan tomó al niño entre sus brazos y lo alzó de upa, al ver su rostro del niño se dio cuenta de que era Sammael, solo que ya unos años más grande. —Papá, vamos con mamá. —Lukyan comenzó a caminar hasta donde estaba la fémina que se encontraba sentada de espaldas, luego de ver a Sammael, supuso que la mujer era Kaori, su sorpresa fue cuando al acercarse noto que la pelinegra estaba embarazada. —Papá, mamá dice que mi hermanita va a nacer pronto, ya quiero que este con nosotros. Lukyan se le detuvo el corazón por un instante, estaba con Kaori, e iba a tener una hija que esperaba se pareciera a su madre, aquello no se parecía en nada al sueño anterior, quizás era un sueño premonitorio, estaba por acercarse a tocarle la barriga a Kaori cuando una serpiente cornada le llamo la atención. Imaginó que era ese el mensajero que lo llevaría de regreso a la realidad. 《Deja eso, sígueme, tienes que seguir adelante, Allá a unos metros esta el castillo negro.》 [...] Al llegar al castillo negro, él y todos los demás despertaron del sueño profundo al que los había introducido Sandman, pero no solo eso, todos habían aparecido de regreso al salón del Macusa que estaba lleno del personal medico quienes comenzaron a ver si estaban todos bien, ya según a criterio de los otros invitados a la fiesta estos habían sido absorbidos por algo que nadie había visto. Pero a diferencia en como llegaron los seis que lograron vencer las mazmorras ahora cada uno tenia en sus manos tres diferentes totem.
  21. Casilla 13 —¿16 años? Lukyan se negaba a creer esa edad, ahora que la sabía, se dio cuenta de que solo debía esperar un año y mostrarle sus sentimientos en cambió la dejó ir sin más, había tenido un par de oportunidades para hacerle saber lo que sentia por ella y cada oportunidad la había desaprovechado tratándola como un extraño. De la nada, el escenario cambia, ahora es Kaori la que habla, la que le explica por qué había dejado de ir a verle, y en el lugar muestran cada uno de los encargos en los que trabajaba en manos de su padre, el puede ver un par de niños dentro de una cabaña, la mira, ve el dolor y el sufrimiento en los ojos de la morena y entonces la toma del brazo con delicadeza, era momento de avanzar, al parecer los otros miembros del equipo habían logrado abrirse camino por ellos mismos, así que el camino de ellos se había logrado abrir permitiendoles volver a estar juntos. —Discúlpame, creo que vi algo que querías que nadie conociera. Que sepas que no te juzgo, hay cosas imposibles, por más que uno conozca y quiera salvarlos, el destino está marcado, ahora entiendo, tu destino era encontrarte con alguien como Aries y el mío es aceptar que perdí mi oportunidad. Todo se lo dice antes de reunirse con los otros, a quienes les quiere preguntar que pasó al otro lado pero la imagen de un hombre varios metros por delante sosteniendo un libro es lo que le llama la atención. Quiere acercarse, pero recuerda a los otros guías y no cree que sea lo más óptimo, aun así da un paso en su dirección y se detiene. Es cuando la voz gruesa del hombre se escucha en su cabeza. 《El destino está marcado, deja de pensar en el pasado, el presente es el que importa, ella regreso a ti, no la dejes ir.》 Sus ojos miel miraron a Kaori mientras la voz se escuchaba en su cabeza, miró a los otros esperando que aquellas palabras solo fueran para él y que nadie se enterase de la comunicación que había entre el hombre que portaba un libro y él. En cuanto se dio cuenta que nadie más escucho lo sé se le dijo, pensó que ahora solo tenía que descifrar que mensaje oculto había en ellas
  22. Casilla 3 Lukyan tomó un trozo del chocolate que Kaori había robado, y mientras ella le comentaba cosas de Aries, lo metió a su boca disfrutando de aquel exquisito sabor. Durante el poco tiempo en el que había conocido a Aries, quizás dos o tres veces había escuchado el nombre antes mencionado por la pelinegra, solo que a diferencia de ella, Aries lo hacía con una sonrisa como si todo lo que había vivido con ese tal Rory, lo hiciera muy feliz, aunque a últimas fechas, Aries había dejado de ser lo que era cuando conoció al ruso. Estaba tan absorto en su pensamiento que no se dio cuenta que al ir avanzando, habían dejado a sus compañeros atrás, solo esperaba que en alguna parte volviera a encontrarse en el camino, ya que su camino comenzó a transformarse en el jardín de su casa hace poco más de 10 años, ver todo desde fuera le llamo mucho la atención, más cuando recordaba aquella escena como si no hubiese pasado tanto tiempo, además era el momento perfecto para decirle a Kaori la verdad, parecía que ella tenía una idea con respecto a él de ese entonces. —Nos conocimos en este lugar, hace ya bastante tiempo, eras una niña muy linda. —le empezó a decir mientras le tomaba de la mano, entre más tiempo pasaban en aquel jardín, su cuerpo y todo lo que había vivido después de ese presente empezaba a dejar de ser un recuerdo. Entonces el dolor de haber perdido a su amada esposa se convirtió en algo muy presente, tan presente que sentía que le faltaba el aire y le comprimia el pecho, pero el ver a la chica de cabellos negros le hacía recordar que tenia todo el derecho de volverse a enamorar. —El día que te conocí, pensé que eras alguien muy linda, pero tenias escasos 12 años. Si me acercaba a ti con otra intención, me repudiarias, entonces año con año mientras me traías mi medicina pensaba la forma en la que pudiera conseguir que aceptaras salir a una cita conmigo. Había optado por sentarse en el jardín de su casa, no sabía que haría aquella mazmorra para no dejarlos avanzar, pero el deseaba seguir adelante, no solo en la mazmorra si no en aquella parte de la historia que les mostraba el laberinto. —Pero tu dejaste de venir a dejar mi medicina, ¿Por qué justo al cumplir tu mayoría de edad decidiste desaparecer de mi vida? Quizás si el laberinto mostraba un poco del pasado de Kaori, este sería capaz de comprender el por que ella que se veía tan enamorada de él, como él de ella, había elegido casarse con alguien caprichoso como lo era su esposo.
  23. Al otro lado del portal, la situación era totalmente distinta a lo que ya había presenciado antes, Lukyan observo el lugar y los caminos que se empezaban a formar más adelante, quizás lo mejor era seguir todos juntos, pero aun no entendía como es que ellos trabajaban, vio a Graves trabajar con Kaori, pero aunque la misión era la misma, cada uno había elegido su camino. La mazmorra anterior parecía que todos iban sobre el mismo eje, pero al final, cada uno se fue alejando del otro, de lo contrario, como era que Kaori había salido tan lastimada y nadie había ido a socorrerle, es más, la duda le seguía carcomiendo, ya que Aries era capaz de sentir si algo malo le pasaba a ella, o eso era lo que Ivashkov le había contado cuando le pedía que cuidara de la qué el mismo demonio llamaba el amor de su vida. Se fue acercando a la mujer por la que estaba en ese lugar, esta vez recorrería esa mazmorra pegado a la pelinegra como si fuese una sombra a la que no dejaría por miedo a que algo malo le pudiese pasar luego de haber perdido tanta sangre y no haber logrado comer algo para que no estuviera mareada. —Espero que lo que vivimos en esa mazmorra, solo sea una mala imagen de lo que a Malfoy se le puede meter en la cabeza. Se que es inútil que te pida que vengas a Rusia,—hizo una pausa mirando a su alrededor, para tener bien claro hacia donde dirigirse, que camino elegir para empezar aquello y terminar lo más pronto posible. —por que tienes un trabajo aquí en Inglaterra, pero si ves que las cosas se complican, ven con tu hijo y conmigo, trae a Aries si lo que no quieres es separarte de él. Por una corazonada, eligió el camino de la derecha, pero no dijo nada y espero a que fuese Kaori o alguno de los otros, quien eligiera el camino, realmente no se sentía con la suerte, si esta mazmorra tendría que ver con la suerte posiblemente estaría caminando en círculos.
  24. El sentir las manos de la pelinegra aportándole fue señal suficiente para hacerse a un lado y darle la mano para que se pusiera de pie. Escucho las palabras que ella le decía aun cuando el sabía que su cuerpo decía otra cosa, realizo una reverencia, se debía disculpar por besarla, pero, ¿que no ella había hecho lo mismo que él? Al momento en que lo beso por sorpresa, quizás había comprendido mal las señales que creyó que Kaori le estaba enviando. —Discúlpame, creí que debía despertarte con un beso como en los cuentos de princesas muggles. Quería decirle mil cosas más, pero la mazmorra por fin los dejaba salir, regresandoles a las instalaciones del Macusa, mismo lugar donde habían empezado esa aventura, no sintió ningún llamado por parte del demonio rubio esposo de Kaori, por lo que entendió que él debía seguir acompañando a todos a esa nueva aventura. Hasta ese momento entendió que posiblemente, Aries no se sentía mal, simplemente el convivir con las personas que le robaban tiempo con su esposa no le agradaba de todo y por eso lo había enviado a él. 《Que tonto, pudo pasar tiempo con su esposa y me envió a mi.》pensó Lukyan con respecto a Aries y miró a Kaori a lo lejos, se acercó hasta ella para decirle lo que pensaba ocurría con su marido, quizás ella de alguna forma lograba hacer que Aries dejara de ser alguien a quien no le gustaba socializar. —… creo que deberían hablar sobre el asunto de que no quiere convivir con tus amigos y que si sigue de esa manera se va a quedar solo. Luego de aquellas palabras, vio al presidente del Macusa, estaba decidido a tener una pequeña conversación con respecto a lo que había hecho con la mazmorra de la que acababan de salir, pero sin previo aviso un nuevo portal que los llevaba a una nueva aventura se abrió frente a ellos una vez más, Lukyan sólo esperaba que esta nueva mazmorra fuese más tranquila que la anterior.

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