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Eledhwen

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Todo lo publicado por Eledhwen

  1. Felicidades Sunar!!! En cuanto pueda me paso por el rol, todavía estoy decidiendo en qué bando me meteré...
  2. - Lava... lava... lava... - murmuraba Eledhwen, sopesando lo que había dicho Sagitas. Escuchaba hablar a la pelivioleta y a Reena, pero ella seguía dándole vueltas a la cabeza, y de repente exclamó - ¡lava en Nueva York! Las miró, buscando una confirmación en su mirada. Luego, negó ante Sagitas. - No, no, no... el libro era mío, yo lo leía, aunque no tenía ni idea de jeroglíficos. Yo leía... - frunció el ceño - ¡...para guiar a Henry! El muggle... el muggle nos salvó... ¡Aunque ya estabamos muertos! ¿Cómo lo hizo? Egipto; el juicio de Osiris; sacrificios... Las imágenes que "El Libro de los Muertos" le mostraban. ¿Libro de los Muertos? ¿De dónde salían esas ideas? Las espantó sacudiendo la cabeza. Y miró a Reena: - Si tienes ese poder, no puedes renegar de él; somételo, y utilízalo, que no sea al contrario, tú debes dominarlo.
  3. Se encogió de hombros ante la pregunta de Xell: - No, no he sido resucitada en ninguna ceremonia, ni en ningún hospital... Pero no sé, es un sentimiento extraño, pero... - Eled seguía con el ceño fruncido - sé que me morí... Suena a locura. Había bajado ya los brazos, porque no entendía tampoco porqué los había levantado. La Vladimir seguía diciendo que sólo había sido un Mundial de Quidditch, y que había ganado Argentina, y que no había sucedido nada. Y sí, si Eledhwen no pensaba con profundidad, eso decían sus recuerdos. Pero, si se concentraba, si se esforzaba... - Es como si me hubiesen desmemorizado... ¿Quién estaba en el Cuartel de Desmemorizadores en aquellos tiempos? Un golpe la sobresaltó; Reena había caído sobre la mesa, golpeándose contra ésta. Su café se le había derramado por encima, y parte había caído en sus manos. Pero ahora el líquido oscuro se había transformado en agua clara y transparente, en el cuenco que sus manos habían formado. Dijo que necesitaba saber qué había despertado sus poderes durmientes. Y Xell le preguntó sobre estos. Eledhwen se acercó, interesada también. Observó la frente enrojecida de Reena, y no supo si aplicarle un Episkey. El tema que trataban era más preocupante que un chichón leve. Reena solicitó un cuenco para poder verter lo que tenía en las manos; Xell, aún confundida, se lo proporcionó. Reena explicaba cómo en su familia había parte de poder demoniaco, aunque había estado latente, dormido, hasta aquellos días. Pero entonces la Rosier estaba segura de que se habían despertado, y el motivo de aquello era lo que había sucedido en realidad durante el Mundial de Quidditch. Xell se giró hacia Sagitas y Eledhwen, y las preguntó qué recordaban ellas. Así, quizás pudiesen ayudar a Reena. Eledhwen volvió a concentrarse, y comenzó a relatar: - Yo viajé hasta Egipto, como trabajadora de San Mungo, para tratar a la gente que lo necesitase en la carpa del Hospital. Recuerdo caos, heridos... Entonces me reuní con vosotras... Arena, un desierto, incluso un oasis... ¡Y un monstruo de agua! Y después... Frío, también recuerdo frío. Nieve, montañas... Algo de una cueva... Se frotó la frente con una mano, si con ese gesto pudiese aclarar esos recuerdos enrevesados como el hilo de una madeja de lana, liado en numerosos nudos.
  4. Mientras "explotaba" verbalmente, Xell había ido a cerrar el establecimiento. Debían tener cuidado con cumplir el toque de queda, no era conveniente que las detuviesen por no cumplir las normas del Estado de Excepción. Reena tomaba su bebida humeante, y parecía contenta. Incluso sonreía. Aceptó las disculpas de la Hufflepuff, razonando que sus reacciones eran peores. Eled sonrió tímidamente. Entonces Sagitas la recriminó que alentase a la Rosier. - Yo no aliento a nadie... - se excusó Eledhwen, ni ella entendía aquella mezcla de recuerdos, nubosos como si la hubiesen aplicado un Obliviate chapucero. Sagitas pidió que no asustasen a Xell, que había vuelto tras cerrar la puerta, y las miraba extrañada. Entonces Reena hizo una pregunta directa. Un ahogo, una cueva, y una tienda de campaña. Sagitas contestó. Arena, la cueva de nuevo. Intentó razonar con ellas, y pidió que cada una explicara lo que recordaba. Eledhwen pensó durante unos segundos, con los ojos cerrados. Una masa de agua deforme, pero que se movía, apareció en su mente. - Un gollum de agua... - musitó. Una ciudad. Fuego. Llamaradas. - Me morí... - dijo bajito. Notó calor en sus pies, mucho calor. Y algo pesado en sus manos. Al abrir los ojos, vió que había extendido sus brazos, con las palmas abiertas boca arriba, como si sujetase algo. ¿Un libro, quizás?
  5. El rostro de Reena seguía atemorizándola un poco. Mientras se sentaba, Eledhwen pensó que se estaba metiendo en la boca del lobo. Aún así, sonrió a Reena cuando ésta le habló, preguntándole por sus recuerdos sobre el viaje a Egipto. La Hufflepuff abrió la boca para contestar, pero se calló. Frunció el ceño, y comenzó a pensar. Tras unos segundos, habló bajito: - Pues... en un principio, recuerdo que fui a trabajar como sanadora en los Mundiales de Quidditch, y que pasó algo, y al final... Pero es que... ¡hay momentos en los que mi memoria está en blanco! - había elevado poco a poco el tono de voz - ¡y de vez en cuando, a mi mente acuden recuerdos inconexos, el otro día me ví leyendo un jeroglífico, yo no sé leer jeroglíficos, pero de repente recordé que una vez había leído jeroglíficos! Se calló de repente, porque se había dado cuenta de que estaba gritando. Miró avergonzada a sus amigas. - Lo siento... - se disculpó por lo que acababa de pasar.
  6. Sagitas explicó a Eledhwen que la Librería era de Xell, aunque se había asociado con Sagitas y Reena. - Claro, claro, si tiene pérdidas, serán compartidas - intentó bromear Eled, pero no pudo dejar de notar que su prima parecía ausente y preocupada. Entonces, tras unos segundos en silencio, Sagitas, en un tono misterioso, y algo meláncólico quizás, ofreció a Eledhwen una invitación a quedarse para escuchar una historia. La Hufflepuff estaba segura de que no sería buena idea, se lo decía su instinto, muy desarrollado para esas cosas desde que formaba parte de la familia Potter Blue. Pero también estaba intrigada, así que asintió. - Vale, de acuerdo... - murmuró, y siguió a su prima. Entonces descubrió a Xell y Reena. Las saludó sonriendo. Reena se acercaba con una taza de café humeante, y ofreció una silla a Eledhwen para que se sentase. - Gracias - respondió, y observó a la pelirroja, ¿parecía molesta por su presencia?
  7. Había entrado despacio en la Librería, pero una campanilla anunció su aparición. Hasta ese momento se había escuchado un murmullo de voces que parecieron silenciarse ante el titileo de la campanilla. Segundos después, la voz de Sagitas saludó a la Hufflepuff: - ¡Eledhwen, qué sorpresa...! Pasa. Creo que nunca habías venido a la librería, ¿Verdad? Eledhwen sonrió, y negó con la cabeza: - No prima, no tengo vergüenza, realmente nunca me había percatado de la existencia de este negocio, la verdad que a veces camino demasiado distraída. La Hufflepuff se quedó pensativa, y le dijo a su prima: - No quería molestar, quizás estés ocupada.
  8. Caminaba por el Callejón ensimismada, cuando descubrió un edificio de lo más curioso: de una de sus ventanas superiores, caía una especie de cascada de libros. - ¡Anda! - exclamó Eledhwen - ¿desde cuándo está esto aquí? Se acercó con curiosidad, y su rostro enrojeció, cuando descubrió que aquel negocio de libros pertenecía a sus familiares y amigas. - Claro, tonta... - se dijo a sí misma - aquí es donde comentó Sagitas que podrían grabar con el escudo Hufflepuff los pergaminos y sobres que encargaste en la tienda P.B. Decidió asomarse, para ojear los últimos éxitos en materia editorial. Entró en la librería por primera vez en su vida.
  9. La Hufflepuff observó los tipos de pergamino que le mostraba el elfo de Sagitas: - Son muy bonitos, Harpo, me quedo con los dos, me cuesta elegir sólo uno - dijo Eledhwen riendo, y añadió - creo que quedaría más elegante el escudo en la parte superior de las hojas. Su prima Sagitas hizo referencia a los posibles ratoncillos inquilinos del Castillo, y la rubia le contestó: - Realmente no sé si existen o no, yo todavía no les he visto, pero esos mordisquitos.. Aunque ya te digo que pueden ser de Mel, este tejón creo que devora hasta en sueños, cualquier día se levanta sonámbulo y me pega un tarisco en la pierna. Después Sagitas le explicó que en la imprenta de Xell podrían realizar el grabado del escudo. La desmemorizadora sonrió satisfecha: - Es genial, así doy trabajo a toda la familia y amigos, que los galeones queden en casa. Se escuchó el ruido de la puerta de la Tienda abrirse, y tras unos minutos, un joven de cabellos castaños y ojos verdes apareció en el lugar en el que conversaban. Se presentó como Rodrigo Myddrin. - Hola, buenas, soy Eledhwen Hufflepuff - se presentó la Hufflepuff - soy la prima de la dueña.
  10. - Oye, seguro que la dueña tiene preferencia - rió Eledhwen, ante el comentario de Sagitas - además, yo enseguida terminó, ¿verdad, Harpo? Eledhwen observó que su prima tenía el cabello revuelto, y la cara somnolienta. Después, la Hufflepuff sopesó la pregunta del elfo, sobre cuántos paquetes de pergaminos más sobres de cada tipo quería. - Uhmmm... Yo creo que dos docenas de cada, si veo que se acaban, volveré a por más. Últimamente no se utilizan demasiado, pero la cosa es que creo que Mel el Glotón los mordisquea... O eso, o en el Castillo hay ratones. Sonrió tanto a Sagitas como a Harpo.
  11. Buenas tardes, me gustaría modificar mi ficha. En el apartado Ficha de Personaje, sección de Historia, me gustaría añadir al final el siguiente párrafo: En el apartado Pertenencias, sección de Mascotas y Criaturas, me gustaría añadir la siguiente criatura: En el apartado Otros Datos, sección de Cronología de cargos, me gustaría modificarlo, y que quedase así: Supongo que lo de la sección de Criaturas modificaréis vosotros, teniendo el cuenta el posteo anterior que ha dejado Bínfeyd, pero bueno, habría que añadir el Grindylow. En la sección Licencias, Tasas, Registros, en Registro de Criaturas, añadir así: Creo que eso es todo. Gracias, un saludo.
  12. Eledhwen observó a su alrededor; había muchas clases de pergaminos, colores, diseños, tamaños... ¿Cuál elegir? Era difícil, entre tantas opciones diferentes. - Bueno, yo creo que tiraré por lo clásico... - dijo, tras haber pensado durante un ratito - me quedaré con el pergamino de color blanco, aunque... quizás unos con color crema, tipo envejecido, como si fuese clásico, no sé si me explico. Y los sobres a juego. También tenía que elegir tintas y plumas. - Las tintas, varias negras, y luego una roja, otra azul, y otra verde. Después pensó en el servicio de transporte que le había ofrecido el elfo. - Bueno, lo del envío estaría bien, si dejo los pergaminos para preparar el membrete...
  13. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado Eledhwen clavó sus uñas en el respaldo del asiento del pilot; estaban aterrizando, la aeronave posó el tren de aterrizaje en la tierra, el avión comenzó a pegar botes, el morro se acercaba demasiado hacia aquel acantilado, no lo conseguirían... La Hufflepuff entrecerró los ojos, y agitó la varita. El avión se detuvo. El piloto resopló, y miró a Eledhwen con seriedad: - En serio, no quiero saber nada... La desmemorizadora sonrió. Aquel tipo sabía perfectamente que se hubiesen estrellado, pero que algo había pasado. - Por favor, acompáñeme hacia la zona de pasajeros, y siéntese en un hueco libre. Los dos abandonaron la cabina, y el hombre obedeció a Eledhwen, sentándose en primera fila. La escalera para salir del avión estaba abriéndose, y Xell y John casi saltaron desde el avión hacia la arena de la playa. La Hufflepuff puso los ojos en blanco, y rió. Después, avisó a Adrian: - Venga, es nuestro turno, no extraeremos los recuerdos, porque necesitaríamos demasiados frascos. Así que, simplemente... ¡Obliviate! Los dos desmemorizadores agitaron sus varitas, y los rostros de los muggles (curiosos, nerviosos, desconfiados, risueños, incrédulos, miedosos, ...) se tornaron ensimismados y obnubilados. Entonces, Eledhwen tomó el telefonillo por el que se comunicaban las azafatas con el pasaje, y comenzó a hablar: - Buenas tardes, les habla el comandante. Tras entrar en un banco de turbulencias, y haber perdido dos de los motores, hemos tenido que realizar un aterrizaje de emergencia en una isla desierta. Hemos activado el sistema de localización de emergencia por gps, y pronto llegarán los equipos de rescate - tomó aire y continuó - en ningún momento el avión ha dejado de volar, y mucho menos se ha sumergido en el agua; en ningún momento han visto criaturas fuera de lo común, ni demostraciones de poder ni magia. Si no recuerdan durante un lapso de tiempo, es debido a la descompensación de presiones atmosféricas, que ha hecho que todos ustedes, sin excepción, hayan sufrido algún desvanecimiento. Excepto el piloto, claro, se ha comportado con valentía y honor, y deben pedir una medalla al valor para él. El piloto sonrió tontamente. Eled miró a Adrian: - ¿Se te ocurre algo más? Minutos después, los desmemorizadores fueron a la parte de la cabina, y tras unos cuantos intentos, activaron el localizador de emergencia por gps. Una voz se escuchó al de unos segundos; Eled habló: - May Day, May Day, aquí al habla el Boeing 747, Nueva York - Londres, tras unas turbulencias, y la pérdida de potencia, hemos realizado un aterrizaje de emergencia en medio del Atlántico, en una isla desierta. Solicitamos asistencia inmediata. Ningún fallecido, todos supervivientes. Una voz apresurada y nerviosa confirmó la recepción del mensaje, y prometió que la ayuda llegaría enseguida. Adrian y Eledhwen salieron de la cabina. Eled comentó a sus compañeros de Accidentes: - Hay que largarse pero ya... ¡Amya, recuerda poner un encantamiento para que a ojos de los muggles, este avión sea como debía ser, con cuatro motores, y alas, y eso...! La Hufflepuff se asomó por la ventanilla: - ¿Cuándo ha llegado el Autobús? Así da gusto. Estaba a punto de descender del avión, cuando escuchó una voz gritándola: - Tú, la tipa engaña-bobos, arrea con mi jacuzzi, voy incluído en el lote. Eled puso cara de asco, ¿ese bicho ahora era de desmemorizadores? Miró a Sagitas - Buff... - suspiró, agitando la varita para que el recipiente donde estaba el grindylow, que asomaba la cabeza de vez en cuando, feliz, como perrito asomando la cabeza por la ventanilla del coche. Abandonó el avión, y se subió directa al autobús. - Hola Reena - saludó cansada, y también al elfo - hola... Se fue para el final del autobús, y dejó la bañerita del grindylow a su lado. Pensó en ponerle en cinturón, pero cambió de opinión. - ¿Y qué, ahora qué hacemos? Eled cerró los ojos, y murmuró: - Cállate, Krumito...
  14. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado Eledhwen permanecía en el interior de la cabina, mientras observaba cómo el piloto introducía las coordenadas que la bruja le había proporcionado. Aquel tipo era inteligente, y no preguntaba lo que no quería saber. Entonces escuchó golpes y gritos en la zona de pasajeros, y abrió la puerta de la cabina de golpe, saliendo de ésta con rapidez. Llevaba la varita en la mano, y preguntó alterada: - ¿Qué ha pasado? Algunos muggles habían despertado (ya que las reservas de oxígeno se estaban reponiendo), y miraban hacia atrás con curiosidad. Eledhwen observó al final del estrecho pasillo un bulto que hablaba y pedía agua. Eled abrió la boca; la maraña era su prima Sagitas, unida a una cosa viscosa (aunque cada vez menos...). - Ostras - exclamó Eled - ¡el grindylow! ¿Qué hace aquí? Entendió porqué pedía agua su prima, y entonces movió con la varita uno de los carritos de las azafatas, y lo vació. El rectángulo de metal se quedó vacío, y la Hufflepuff, tras murmurar Aguamenti, comenzó a llenar el interior, creando una especie de piscina. - Mételo ahí - animó a su prima, y sin poder esperar más, preguntó - ¿cómo te has librado de Krum? ¡Sigues viva! Tenía ganas de abrazar a su prima, contenta de que estuviese bien, pero se contuvo, ya que había unos cuantos muggles ante los que mantener las formas...
  15. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado Observó por la ventanilla, mientras el avión se alejaba de la superficie del mar. Y de Sagitas... Movió la cabeza, alejando ese pensamiento. Debían centrarse en los muggles. Miró al piloto, cuyo rostro tenía un color indefinible. - ¿Tiene suficiente potencia para volar? - le preguntó Eledhwen. Éste comprobó el panel que tenía delante, con decenas de botoncitos, luces y planos. Tocó un par de ellos, y se produjeron varios pitidos. - Sí, el avión se estabiliza - pareció dudar - ¿hacia dónde vamos? Eledhwen puso su varita sobre su mano, y murmuró unas palabras. La varita comenzó a moverse, y tras calcular qué dirección era, se la transmitió al piloto. - En esa dirección está la isla desierta más cercana - le explicó la desmemorizadora. El piloto asintió con severidad, y preguntó de nuevo: - ¿Tiene el espacio suficiente para aterrizar? Eled explicó: - Nosotros haremos que lo tenga, y usted será un héroe por haber conseguido aterrizar allí...
  16. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado John se apareció en el interior del avión, e informó de lo que Xell y Eled habían visto por la ventanilla: que los hombres de Krum buscaban algo entre los motores desenganchados y se los han llevado. El revertor tenía un plan con los aparatos muggles, pero tendrían que buscar otra opción. El Black Lestrange se dirigió a la cabina, y asomó la cabeza. Cuando volvió, su mirada brillaba. Explicó que tenía un plan, pero que necesitaba la ayuda de todos. Un par de cracs resonaron en la aeronave; los magos se giraron, y vieron que Amya y Cye habían aparecido en el avión. - Bienvenidas... - dijo Eled, con algo de ironía, a las desaparecidas. Ya estaban todos a bordo, excepto Sagitas... La Hufflepuff se giró hacia John, y le preguntó: - ¿En qué estás pensando?
  17. Hacía tiempo que no iba al Magic Mall; ciertamente, sólo recordaba haber estado una o dos veces. No era muy dada a comprar objetos, a veces prefería pujar en subastas, algo que le parecía divertido. Eledhwen entró en la Planta Baja, ya que su objetivo era una criatura mágica: un grindylow. Pero no quería comprar uno allí; quería tramitar la adopción de uno, que el DAMC había "adoptado" en una reciente misión en las profundidades marinas. Unos sirenios les habían "obsequiado" con un grindylow maleducado y aficionado a lanzar insultos y palabras malsonantes. Gran regalo el de los sirenios, que lloraban de emoción y alegría cuando los humanos se quedaron con la criatura. Atravesó un pasillo, a cuyos lados se podían divisar diferentes animales muggles. El sonido era algo molesto, ya que los animales bramaban, rugían, maullaban, ladraban... Una mezcla algo exasperante, ya que a la Hufflepuff le gustaba el silencio. Después, los animales cambiaron, y comenzaron a verse criaturas mágicas. Se acercó hasta el mostrador, y saludó a los presentes: - Buenos días. Hemos adoptado un grindylow, y para poder registrarlo y que tenga todos los papeles en regla, me gustaría hacer el pago de uno, para obtener el registro. Tomó una ficha de compra, y comenzó a rellenarla con sus datos. Aunque la criatura estaría en el DAMC, Eled lo adquiriría a su nombre, ya que tras revisar la ficha no veía ningún apartado dirigido a departamentos ministeriales. Una vez hubo completado todos los datos, entregó la ficha al encargado.
  18. Eledhwen siguió a Harpo con alegría. Le encantaba que fuese ese elfo el que la atendiese. Observó con curiosidad las escaleras mecánicas, aunque no le extrañaba que aquel invento muggle estuviese en un local de Sagitas, ya que a su prima le gustaban mucho los objetos muggles. - No hay problema, Harpo, pasaré encantada a recoger los pergaminos con los membretes cuando estén ya listos. El olor a pergamino nuevo inundaba el local, y era un olor realmente agradable, como el olor a hierba fresca, o a tierra mojada. Por esa razón, no le importaba nada tener que volver por allí los días siguientes.
  19. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado Eledhwen observó a Adrian; el desmemorizador estaba preocupado por la suerte de su hermana, pero parecía centrado en el problema que tenían entre manos. Se ofreció a hacer que el avión volase. Eled asintió: - Sí, la idea es que entre todos elevemos este cacharro hasta la superficie, luego haremos que los motores funcionen, y cuando esto suceda, el capitán podrá pilotar la nave. Si no consiguen arrancar los motores, llevaremos mediante la magia el avión a una islita, y les dejamos allí, creyendo que han tenido un aterrizaje de emergencia. Activaremos sus llamadas de emergencia, para que el rescate muggle llegue hasta ellos. Y nosotros... para casa... La Hufflepuff seguía mirando hacia el exterior. El resto de Accidentados iban acercándose hasta el avión, pero Sagitas seguía alejada, junto a Krum, y aquellos sirenios. Parecía que se movían, ¿hacia dónde se dirigían? GRINDYLOW - No te joroba, ahora van y se largan... Me podían llevar con ellos, es más, el medio pescado me ofreció - mascullaba el grindylow en humano. El sirenio que sujetaba su correa, más atento al dos piernas, casi ni se enteró, cuando el grindylow mordisqueó la correa, y se alejó en silencio de su lado. - Adiós, pringao... jijiji El grindylow quería salir de allí; toda la vida en el fondo del mar, viendo escamas, burbujas y algas. Él quería ver mundo; uno de sus primos lejanos le había contado que vivía en un lago, en medio de las montañas, junto a un castillo. Y a veces, niños caían al agua, y de vez en cuando, conseguían largarles algún mordisco en la pierna... Aquello sí que era vida. Si aquellos dos piernas le llevaran con ellos... Se acercó con cuidado hasta un grupo de sirenios, y dos humanos. No se mostró demasiado, aquel era el rey sirenio, y tenía muy malas némonas pegadas en el trasero, o donde estaría su trasero. Escuchó su conversación atento. ¿Aquella humana estaba loca? Se creía que hablaba bien sirenio, pero se equivocaba al traducir a sus interlocutores. El grindylow negó con la cabeza. A no ser... La mujer de cabellos violetas parecía mirar con temor al otro humano. Era un tipo grande, incluso temible. Bien aparecido. Bien vestido. Anda, pensó el grindylow, y sus ojos se iluminaron. ¿Qué objeto portaba en el pecho? El grindylow se frotó las manos...
  20. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado Eledhwen se acercó hasta una de las ventanillas. No hizo falta decir a los muggles que la dejaran sitio, ya que según pasaba por los pasillos, los pasajeros se apartaban, temerosos. - ¿Ves aquel grupo? - le preguntó a Xell, que también miraba por una ventanilla - parecen Sagitas y el Capitán, hablando con los sirenios. Siguieron mirando por allí, y detectaron un grupo de marineros del barco de Krum, que se acercaban presurosos hasta los dos motores que John había quitado del avión, y comenzaban a rodearlos, como buscando algo... Eled enarcó una ceja, y miró a la Vladimir: - ¿Crees que...? - Eled seguía pensando - ... los marineros parecen interesados en los motores, ignorando el avión. Quizás... quizás Sagitas les ha dicho que, lo que el capitán quería sacar del avión, está en los motores... Si fuese así, podríamos marcharnos ya... La Hufflepuff tenía claro que tenían que sacar a los muggles de allí sanos y salvos, pero... ¿qué pasaría con Sagitas?
  21. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado - Si hacen el favor de escucharm... - Eledhwen intentaba hablar con los muggles, pero estaban extremadamente nerviosos - por favor, deben guardar silenc... Xell se apareció en el interior del avión, y comenzó a gritar. Eled frunció el ceño. - Así no ayudas... - murmuró, ya que los gritos de la Vladimir habían hecho que los muggles gritasen más aún. Pero la Hufflepuff se quedó boquiabierta al escuchar la explicación de Xell. - Entonces... No me motiva llevarme al tipo ese al departamento, o quizás, si se lo dejamos a Babila... - Eled espantó esa idea con la cabeza - pero... la otra opción, ¿sabemos qué es el aparato de control? Y yo no soy la jefa - dijo alzando el dedo - lo es Amya, ¿dónde está? Los muggles se habían quedado en silencio. Xell y Eledhwen se percataron de ello, y la rubia les mandó a dormir. Eled suspiró: - Como si les dices que canten, luego les borraremos estos recuerdos - murmuró la Hufflepuff. Notó que alguien le tocaba en el hombro. Se giró. Era un hombre, con un traje de primera comunión con muchos galones. - ¿Quería algo? - preguntó Eled. El hombre se cuadró: - Soy el capitán, ¿ustedes son del equipo de rescate? ¿Cómo han entrado aquí? Las puertas están cerradas y no pueden ser abiertas... Eled puso los ojos en blanco: - Por supuesto que no pueden ser abiertas, entraría el agua y se ahogarían todos. No voy a perder el tiempo explicando algo que luego olvidarán. Usted vaya a la cabina, y siéntese en su sitio. Dentro de un ratito tendrá que volver a manejar el canario... - el capitán la miró raro - ... el cuervo? - Eled lo intentó de nuevo - ... ¡el pajaro, eso es! El capitán asintió, mirando a Eled como si estuviese loca, y se dió media vuelta, rumbo a la cabina.
  22. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado Eledhwen todavía observaba al Grindylow con una cara de estupor e incredulidad, cuando Adrian se acercó hasta ella, seguido de un grupito de sirenas (y algún sirenio). - En serio, cuando estemos de vuelta te enseñaré algún encantamiento de costura - dijo la Hufflepuff, intentando aguantarse la risa. El grindylow también quiso dar su opinión: - Dicen los sirenios que el dos piernas se puede quedar... La Hufflepuff murmuró algo parecido a "esto es de locos". Adrian dijo a los sirenios que el grupo se marcharía enseguida, llevándose a los muggles. Algunas sirenas y el sirenio parecieron lamentarse por aquellas palabras. El Wild se alejó, hacia el avión. Eled iba a seguirle, cuando el sirenio que tenía la correa con el Grindylow, le entregó la correa. Eled negó con la cabeza. - No, no, yo no lo quier... - balbuceó la desmemorizadora. El sirenio comenzó a "hablar", y el Grindylow hizo de traductor. - Dice que me lleves contigo, por si necesitáis traductor, y que no hace falta que me devuelvas, porque soy un... ¡eso tu padre, maldito anfibio escamoso, quisiste ser pez espada y no llegas a mero!... El sirenio se alejó, y Eled se quedó con el Grindylow. Puso los ojos en blanco y nadó hacia Adrian, que se preguntaba cómo entrar. - Veo que te has buscado escolta - le murmuró la Hufflepuff. El sirenio que se encontraba al lado de Adrian hablaba, y el grindylow tradujo: - Dice que para qué quieres entrar donde esos dos piernas, que él te dará todo lo que... ¡en serio, estos sirenios están locos! No puedo traducir esas palabras... Eled tironeó de la correa para que la criatura se callará, y le dijo a Adrian: - Visualiza el interior del avión, nos trasladaremos a su interior. Después, tendremos que armar alguna mentira, antes de desmemorizar a todas esas personas. Algo como un aterrizaje de emergencia en una isla desierta, seguro que por el Océano Atlántico han bastantes islas, porque... - Eled hizo ademán de mirar el reloj, pero se lo había quitado en Londres - ... mecachis... en fin, que han pasado demasiadas horas como para hacer aterrizar el avión en Londres como si tal cosa... Los muggles comenzarían a hablar de triángulos de Bermudas y Calzones, y quizás la liásemos más... Así que... Destino, Determinación, y... - entregó la correa del grindylow al sirenio - fan de Adrian - ... y Deliberación... La Hufflepuff se desapareció, y a los pocos segundos, aparecía en el interior del avión. Allí, los muggles, ya bastante fuera de sí, comenzaron a gritar más aún...
  23. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado Escuchaba a los sirenios hablar entre sí, aunque ella no entendía nada. Ojalá Sagitas estuviese allí traduciendo. Eledhwen observaba atenta a Amya, pero fue John el que tomó el mando de la situación. El Black Lestrange se acercó hasta el avión, y comenzó a separar los motores del avión, dándole indicaciones a Xell para que la rubia le ayudase. - ¡Pero qué...! - exclamó Eled alarmada, necesitaban que aquel cacharro volase, y por lo que sabía, los motores eran los que hacían que el aparato se mantuviese en el aire. Pero entonces, observó cómo John y Xell rediseñaban la aeronave, dotándole de un nuevo diseño, retirando los motores dañados, y colocando los que sí funcionaban en un lugar idóneo para que la nave pudiese volar de nuevo. Eled se quedó con la boca abierta. - ¡Guau, John, Xell, gran trabajo! - comentó la Hufflepuff dentro de su casco burbuja - creo que es turno de los desmemorizadores, vamos Adrian... Eledhwen se acercaba al avión, cuando un sirenio le tomó del brazo. Comenzó a decirle algo, pero Eled negaba con la cabeza. - No entiendo, lo siento... Entonces el sirenio hizo un gesto de espera con la mano, y se alejó. Al poco tiempo apareció de nuevo, y venía sujetando una correa, al final de la cual había un... ¡grindylow! La Hufflepuff frunció el ceño. El sirenio volvió a hablar, y Eled le miró expectante. Entonces el sirenio tiró de la correa con gesto de enfado, y el grindylow habló a Eled. - Dice el medio pescado que os larguéis cuanto antes de aquí, os llevéis la basura humana, y mováis vuestros blancos culos fuera de sus dominios... ¡Aquel bicho hablaba humano!
  24. Eledhwen sonrió al reconocer a Harpo. Siempre era un alivio tratar con un elfo conocido (desde el problema en la Tintorería, realmente no se fiaba de los elfos de Sagitas...). - Hola Harpo, sí, necesito ayuda, había venido a comprar material de oficina - le explicó al elfo - un poco de todo, ya sabes, tinta, plumas, pergaminos, sobres.... Es para el Castillo Hufflepuff. Se quedó pensativa y añadió: - ¿Se podría grabar el emblema del Castillo Hufflepuff en los pergaminos? Quedaría bonito, ¿verdad? - dijo ilusionada.
  25. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/02_RMyEM/Insignia%20Revertores/InsigniasDePrueba/BASE-ELEDHpE_3.gif Rol Ministerial: Caso del Avión Siniestrado Eledhwen siguió a Amya en la inmersión. La Adler se había colocado un casco de buceo muggle, pero la Hufflepuff prefirió utilizar el encantamiento Casco-Burbuja. Aunque fuese un encantamiento mágico, permitía el uso de el transmisor muggle que llevaban todos los empleados en la oreja. Eled frunció el ceño; no veía demasiado. Después, su vista fue acostumbrándose, y comenzó a ver el fondo marino. Abrió la boca para lanzar una exclamación, cuando vió cuatro sombras cercando a Amya. Luego comprobó que eran cuatro sirenios. A los pocos segundos, los sirenios también la rodearon a ella. Empieza la fiesta, pensó Eledhwen. Escuchó a Amya con claridad, la Adler pedía a sus revertores que no se quedaran demasiado atrás, y comenzó a nadar, desplazándose por el agua. Eledhwen la seguía, mientras un sirenio les indicaba por dónde ir. Amya, que ya había llegado a un montículo, informó de que veía el avión muggle, y al parecer, había problemas: los muggles se quedaban sin aire. - Quizás podáis reparar la filtración - sugirió Eledhwen. Amya se desplazó con más rapidez, ayudada por los sirenios. Eled hizo un gesto a los que lo rodeaban, ella nadaba con comodidad, no necesitaba ayuda (lo cierto era que le daban un poco de yuyu...).

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