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Mia.

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Todo lo publicado por Mia.

  1. —Tal vez me equivoqué y no fue una buena idea. —intentó zanjar el tema— Claro, da igual quién sea su padre o quién quiera creer que lo es. Porque al final, eso no cambia el pasado y mucho menos el presente. —completó terminando el segundo vaso del jugo especial. Podía observar como la luz del sol en esos momentos estaba comenzando a tornarse naranja dejando en claro que estaba comenzando el atardecer. El día había pasado demasiado rápido en medio de las discusiones, estaba cansada y no quería saber nada más, solo quería dejar que sus ojos se cerraran y con ello, olvidarse de que todo aquello había ocurrido y justo cuando se encaminó hasta la entrada de la puerta, pudo ver cómo es que León se acercaba hasta la posición de Jessie. ¿Qué es lo que esperaba con eso? Tentada a no quedarse a descubrirlo, negó con lentitud y continuó con su camino hasta la puerta que la llevaría a la cocina. Pero se quedó estática al notar como en uno de los brazos del Crowley comenzaban a aparecer bifurcaciones negras y que pronto comenzaron a emanar sangre, sabía lo que significaba eso, el demonio que poseía su cuerpo intentaría tomar el control y con eso, mostrar a su hija las imágenes de su procreación o detalles que antes compartieron. No estaba segura de querer que viera como esos encuentros clandestinos se daban en el despacho del director, disfrazados de reuniones de trabajo. Era parte de un pasado, que había disfrutado pero que si era sincera, pudo haber ocasionado dolor en la vida de alguna fémina. Por lo que simplemente, negó con lentitud y esperó unos segundos hasta que la escena terminara y al notar como Otto, comenzaba a alterarse un poco, en sus labios apareció una sonrisa, era la reacción de un hombre que amaba a su esposa, a nadie le gustaba que pusieran una mano encima de su pareja y menos que pareciera dañarla. —No te preocupes Otto, solamente le da las pruebas que tanto quiere. —soltó con tranquilidad, cruzándose de brazos— Verá lo que deseaba, y eso es como León y yo compartimos más de un momento íntimoy el hecho de que en ese momento mi cuerpo fuese enteramente humano impidió que su crecimiento fuese el normal, sino que casi pasaron dos años antes de que ella naciera. Resumió con palabras lo que su hija estaba viendo por medio del vinculo con su novio y respiró profundamente. En cuanto notó como él la soltaba, se preocupó lo veía cansado y débil, quería acercarse y ayudarlo a curarse, tenía los conocimientos necesarios para ello y su corazón era lo que le pedía, pero estaba enojada y con ese sentimiento, no podía actuar como era de esperarse, por lo que permaneció de pie, y solamente reaccionó un poco cuando su hija dijo la palabra <padre>, aceptando a León. Las pruebas habían sido suficientes, o eso era lo que creía por lo que no pudo evitar que en sus labios apareciera una sonrisa y con ello, se acercó un poco hasta la posición de los dos y miró directamente a los ojos al pelinegro y le quitó la botella de las manos, para darle un rápido beso, demostrándole así todo el amor que sentía por él y más, por haberse arriesgado a perder el control y eso le decía cuan de importante era para él su relación. —Baphomet esta recuperando parte de su poder y el conseguir que no salga, logra este desgaste en tu padre Jesseca. —soltó mirándola a los ojos— Espero que ahora creas nuestras palabras. Al notar como la bruja comenzaba a perder el control de sus emociones y con ello el tono de su cabello así que supo que tendría que hacer algo y evitar que se hiciera daño. Respirando profundamente se acercó hasta la joven y se agachó delante, llevando sus manos hasta su rostro y mirándola a los ojos, olvidándose por completo de la presencia del Black, quien estaba reclamando al Crowley por lo que estaba pasando. Acariciando lentamente con sus dedos el rostro de la bruja, la miró y le pidió calma. Inhaló y exhaló algunas veces, pidiéndole que hiciera lo mismo, para después concentrarse en todo lo que las rodeaba y permitió que de su interior comenzara a emanar un calor que recorrió todo su cuerpo y este se trasmitió hasta el cuerpo de Jessie, consiguiendo que ingresará por sus manos y subiera por sus brazos y llegará hasta su cabeza, impidiendo que su cabello continuará cambiando de color y se quedará en un tono rojizo, justo como el que tenía al inicio de la discusión. Tenía que controlar la habilidad que le había sido heredada y como su madre, la ayudaría en esos momentos. Tomándola de la mano, la ayudó a levantarse y la miró nuevamente a los ojos, pidiéndole calma y escuchando en su interior las preguntas que anteriormente la bruja había conseguido articular y que anteriormente habían sido resueltas, pero que por el estado de crisis se impedía asimilar. —Es tu padre, las cuentas no fallan. —respondió con calma— Sé que no es algo fácil de aceptar, cree en nosotros y piensa en que tienes frente a ti la posibilidad de tener a tus dos padres juntos y que ambos estamos aquí diciéndote las cosas porque te quiero y eso debe bastar para saber que no te mentiría, no en este momento. Había admitido por fin que quería a su hija y que estaba allí porque por primera vez en mucho tiempo había decidido hacer lo correcto con relación a sus hijos. Además, teniendo el apoyo de León todo se volvía mucho más sencillo o al menos sino sencillo, claro sobre que era lo que tenía que hacer. Mirándolo nuevamente, se acercó hasta él y dejó que los sentimientos negativos y de enojó disminuyeran, para conseguir que en sus labios se formará un sonrisa que prometía una charla larga y tendida sobre algunos temas, que tendrían que tratar y que quizás no sería del agrado de ninguno de los dos. —Gracias amor, no era necesario que arriesgarás nuevamente tu integridad por demostrar algo —quiso decir demostrarme, pero se abstuvo—. Las cosas no son sencillas de asimilar, pero es una oportunidad que nos da la vida y solo podemos tomarla o dejarla, depende de cada uno tomar su decisión, en mi caso decido aprovecharla para disfrutar de dos personas que son importantes en mi vida. Al parecer hablar de sus sentimientos, había dejarlo de pesarle y se había vuelvo mucho más sencillo, aunque estaba segura que eso se terminaría en cuestión de segundos, porque sabía que el sentirse mareada y con un poco de sueño, no era buena señal. Pero, poco o nada había comido desde el día anterior y toda la sucesión de acontecimientos, más que un desgaste físico, le habían pasado uno mental, así que simplemente se sentó en una de las sillas y espero a que sus palabras surtieran efecto.
  2. Todo lo que estaba ocurriendo se estaba saliendo de control, lo que imaginó como una amena tertulia de había convertido en un caos. Jessie exigiendo pruebas a diestra y siniestra, Otto intentando mediar y quien se suponía sería su apoyo en todo aquello estallado en ira e ignorando sus intentos por conciliar la paz o al menos por tener la calma del lugar. Notando como en su interior comenzaba a quemar nuevamente aquella sensación de calor, negó con lentitud porque Rusalka no saldría en esos momentos, al menos no en aquellos que necesitaba arreglar todo aquel embrollo en el que estaban metidos por un pequeño error de cuentas y de verdades. --Jesseca, no eres nadie para cuestionar todo que te estoy diciendo --comenzó mirándola friamente--. No metas a Eobard en esto, que es el que menos culpa tiene y créeme cuando te digo que sé quién es tu padre. --completo intentando eliminar de su mente aquellos recuerdos que evitaban a Hivolt. No era un buen momento para dejar que lo vivido en Estados Unidos saliera a la luz, por lo que tomó un respiró y negó con lentitud, ¿Qué tenía que hacer la pelirroja metiendo a Nathan en la ecuación? ¿Un vano intentó de dañarla o hacer enojar aún más a León? Posiblemente las dos últimas cosas, pero lamentablemente para su hija, Mia no caería en la provocación y se mantuvo con la sonrisa en los labios, dejando en claro que quizás lo que le dolía a la muchacha es que incluso habiendo sido su novio, al final e Weasley hubiese sido una de su conquistas. Manteniéndose firme, no giró siquiera su rostro en dirección al Crowley, porque le había molestado que la ignorara segundos antes y estaba segura que incluso en esos momentos su nivel de enojo podría aumentar. Porque no se iba a quedar callada, o no. Pero cuando iba a comenzar nuevamente con su alegato el Black comenzó a articular algunas palabras con la única intención de tranquilizar a su esposa y pedirle a León que fuese un poco más respetuoso, algo que consiguió que de los labios de la Black Lestrange saliera una carcajada que intentó ser cubierta con llevarse la taza de café a sus labios e incitando a Sunev a que le dirá un vaso de su juego especial, al parecer aquel día que había comenzado a trompicones no se iba a arreglar rápidamente. --Otto, gracias por intentar hacer que Jessie entre en razón --agradeció a su yerno-- pero, le guste o no está verdad no está en discusión y deberá aceptarla como tal. Así que cariño, aunque creas que es una broma de mal gusto, no es así. Se había mantenido firme, hasta que escucho las palabras de León que consiguieron que perdiera la poca paciencia que le quedaba. Dejando caer la taza sobre la mesa, está se hizo añicos y soltó un sonido que fue audible para todos para segundos después ponerse de pie, ¿Era a caso en serio lo qu acaba de decir el hombre que decía amarla? ¿Aquel que le confesó que Jessie era hija de los dos? Pues parecía que ese pequeño detalle se le había olvidado y aunque intentaba ser paciente, estaba a nada de comenzar a tirar algunas cosas y manifestar de ese modo su enojo, pero sabía que con eso no conseguiría nada así que simplemente de giró para ver al pelinegro y le regaló una sonrisa falsa. --León, gracias por dejar en claro que no eres nada de Jessie --soltó mirándolo--. Podrías haberlo dicho antes y nos ahorramos dramas innecesarios, pero eso me pasa por creer que hablar con mi hija era la mejor solución. --añadió con un poco de ira en la voz-- Aunque, ahora que lo sabe supongo que puede olvidarlo, que más da un padre u otro ausente. Dejando ver que solamente era un nombre el del progenitor y que aunque en un primer momento le gustó saber que era él el verdadero padre de su hija en ese momento le daba casi igual, porque la actitud que estaba tomando has se la imaginó. Tentada a dejar en claro que su vida sexual era sólo asunto suyo, llevo a la boca el líquido color naranja con vodka y se lo tomó de golpe, dejando de lado la fruta que aún contenía su plato y que no había tenido tiempo de terminar. Decidió que no era el mejor momento, el nivel de enojó estaba incrementado exponencialmente y eso no les llevaría a ningún sitio, al menos de momento que ya después podría dejarlo bien claro. --Nunca he dado explicaciones y mucho menos, mostrado pruebas a alguno de mis hijos de mis palabras --soltó con desdén--. Pero no olvides cariño que los genes se heredan no sólo en físico, también en personalidad y mirate, estas actuando del mismo modo. Guardando silencio tras sus palabras, intentó relajarse un poco y respirar profundamente. Pero al parecer, no estaba siendo del todo sencillo, no cuando Rusalka la motivaba a decir todas aquellas palabras que se guardaba para Jessie y León.
  3. @ Si, llevo varios años en el foro, pero relativamente nuevo no eres, ya llevas poco más de un año dentro del foro y sabes que si tienes dudas puedes venir y preguntar, como antes lo has hecho, incluso etiquetandome para que sea solo yo quien responda, pero no hay que asumir que estamos bien en todo lo que hacemos, porque a veces no es así, como en este caso. Dices que tomas de ejemplo la donación de Orianthi, pero en esa misma página esta la de Dennis en donde engloba en un mismo posteo, varios beneficiarios (link) porque todos son de la misma bóveda, aunque en este caso sea una familia (Delacour) el caso, es similar al tuyo, mientras que el posteo de Orianthi si tiene dos fichas, porque la primera pide una donación de su bóveda personal a la de Matthew y la segunda, ficha que llena es porque solicita la donación de la bóveda de su negocio a la personal. No son el mismo caso y no pertenecen a la misma bóveda, por ese motivo no uso el mismo formulario, ¿me explicó? Eso es lo que quiero darme a entender, los ejemplos los tenías en esa misma página, y solamente te basaste en uno, que en ese caso tenía motivo de llenar dos fichas, no como tu donación, que pides dos donaciones en el mismo posteo, pero en diferente ficha, por lo que cuentan como diferentes donaciones, no como la misma. Cometiste un error y ahora aprender de ello es lo que toca y tenerlo en cuenta para futuros trámites que realices.
  4. @ Como lo dices "como cualquiera se hubiera dado cuenta al leer" en este caso, tu también pudiste haberte dado cuenta del error y no lo hiciste, y dices que debíamos notificarte del error, cuando Eobard lo notó después hasta que preparó posteos. No es muy congruente en este caso que reclames, cuando tu mismo estás diciendo que pudiste notar tu error, en serio que lamento que tengas que esperar 13 días más para pedir una nueva donación, pero las reglas son bastante claras y aunque se puedan interpretar de otras maneras, estás se pueden pedir que se expliquen para tener la interpretación de las mayorías y no cerrarnos a nuestro entendimiento. También, debo decir que el ser duendes, genera que tengamos que ser más cuidados con las reglas y con todo aquel trámite que solicitamos, porque muchas veces nos toman como ejemplos nuestros posteos los demás usuarios, ¿nuestra culpa? No, porque nosotros también podemos equivocarnos y como tal, debemos asumir esos errores y esperar a pedir nuevamente el trámite o volver a postear para poder hacerlo de la manera correcta, aunque no nos guste.
  5. Las indicaciones de Báleyr eran claras, tenía que presentarse en el lago a las 9 am. Sabía que no podía llegar tarde así que en cuanto notó como el reloj que se encontraba sobre la chimenea marcaba las 8.30 supo que era momento de salir de la mansión Black Lestrange. Dejando dicho que esperaba volver en las siguientes horas, soltó un suspiro y dio un medio giro, para desaparecer envuelta en una voluta de humo negro, que segundos después reapareció cerca de los terrenos de la Universidad, desde donde tuvo que comenzar a caminar porque era la única manera de llegar. Disfrutando de la fría brisa del aire gracias a los atisbos de hielo que aún se notaban por entre medio de algunos arbustos, agradeció llevar puesta una gruesa capa de viaje que cubría su cuerpo, mientras que sus pies iban enfundados en unas bonitas botas que eran complementadas con unos sencillos jeans y una blusa blanca. Mirando el collar que contenía todos los amuletos de los libros que poseía, y el anillo en la mano izquierda con todos los poderes que también poseía y a las habilidades a las que estaba ligada, esbozó una media sonrisa; estaba lista. En cuanto llegó a la orilla del lago, en donde observó la barca que descansaba esperando a ser utilizada por ella. Sabía que no sería un camino sencillo y lo supo en cuanto en su mano derecha apareció un anillo de plata con algunos filamentos negros. Respirando profundamente, desató la barca y subió a ella, deseando terminar con eso lo más rápido posible, por lo que mediante el uso de su varita mágica comenzó a remar con la única intención de no cansarse a menos, no de momento. Cuando llevaba algunos minutos remando, supo que algo iba mal porque el ambiente comenzaba a tornarse lleno de bruma, que en cuanto llegó a la mitad del lago, supo que no era solamente neblina, sino entes que comenzaron a rodearla sin siquiera ocultar sus intenciones. Intentando mantenerse tranquila, los observó y les regaló una sonrisa, notando como miraban fijamente el anillo supo que era lo que tenía que hacer, hablar con ellos. — ¿Qué es lo que quieren? —preguntó retóricamente, puesto que creía que estaba escuchando la palabra sangre… sangre. Podía entender la sed de sangre que tenían aquellos seres, así que negando lentamente invocó la daga de sangre, con la cual consiguió hacerse un corte en la palma de la mano y permitió que unas guantas gotas cayeran en el interior del lago, manchando se sangre el agua, consiguiendo que los espectros se alejaran de la balsa y esta pudiese seguir avanzando. No había sido tan difícil como había pensado en único atravesar el lago, pero no podía confiarse, así que aprovecho el momento para curar sus heridas y mirar lo que le esperaba delante de ella. En cuanto terminó de cruzar el lago, se encontró con el inicio de lo que era un laberinto, ¿tendría que cruzarlo? Al parecer así era, por lo que quitándose la gruesa capa de viaje que cubría sus hombros y metiéndola a un pequeño bolso que cargaba, comenzó a caminar hacía el interior de las altas paredes de árboles frondosos que generaban que las paredes estuviesen muy amplias y con eso, la luz entraba escasamente. Y contrario a lo que alguien pudiese haber dicho o insinuado a la Black Lestrange, no le causó miedo. Al ver como algunas sombras comenzaban a rodearla, soltó un respiro rápido, tendría que emplear algunos trucos para comenzar a cruzar ese sitio, y así fue porque se transformó en un zorro, su forma animaga- la cual a pesar de tratarse de un laberinto oscuro, permitió que comenzará a avanzar con mayor rapidez. Cruzando cada una de las bifurcaciones con seguridad, hasta que tuvo que frenar en seco, puesto que se topó con una criatura mágica que no estaba ver por allí. Pero, al saberse animal, simplemente pensó en un rápido hechizo que le hubiese ayudar y decidió que mejor el anillo de amistad con las bestias, podía ser de gran ayuda y no tendría que recurrir a nadie más para conseguirlo. Así que con ese anillo, las criaturas comenzaron a dejarla pasar, observándola rara si pero sin darle problemas. Cuando comprobó que no había problema, comenzó a correr y sentir como el aire entraba a cada parte de su ser, dándole fuerza y paz mental para conseguir lo que deseaba, llegar hasta la salida del mismo. La travesía no había sido tan compleja como se habría imaginado en un primer momento, pero solamente eran un par de las pruebas que aún le quedaban por realizar para volver a encontrarse con el Arcano. —Vamos, queda poco. Tras sus palabras logró salir del laberinto y se encontró con el camino que conducía hasta una cueva, la cual sabía que debía considerar como parre de la prueba, pero a la que no quería enfrentarse.
  6. @ Las reglas con relación a las donaciones son claras, aquí te dejo las dos primeras relacionadas a negocios: Como espero que hayas leído al solicitar la donación, solamente se puede hacer un posteo al mes en la bóveda del negocio por concepto de donaciones, en este caso al llenar dos veces la ficha se entiende que son dos donaciones diferentes, por lo tanto es correcto que se rechace la segunda, porque se cumplió la norma del posteo en bóvedas por concepto de donación. Si querías realizar las dos donaciones en el mes, tendrías que haber llenado solamente una ficha y poner los datos de los dos usuarios beneficiados, como lo dice la segunda regla. Eobard te avisó del error en los links en el formulario, ¿fue su error no avisarte de tu "error"? No, porque puede que incluso no se diera cuenta hasta que realizó la orden por completo, cuando preparó los dos posteos y notó que no podía hacer el segundo, al haber hecho minutos antes un posteo en la misma bóveda. Perdiste la posibilidad de donar a los dos en el mismo mes, por distracción o por no prestar atención a las normas de donación, pero el siguiente mes, puedes solicitar la donación restante. Saludos.
  7. Escuchar las palabras de León con respecto a la relación que tenía con sus hijos, le causó un pinchazo de dolor en su interior, ¿por qué habría sido así? No estaba del todo segura, pero sabía que tenía relación con el hecho de que incluso ella misma había sido una pésima madre. Durante los últimos años, intentó reestablecer la relación con sus hijos, pero pocos resultados había tenido y no sabía explicar como sentirse, porque ella si había tenido una figura paterna que se dedicaba a cuidarla y leerle cuentos cuando era pequeña, mientras que ella había hecho todo lo contrario con sus hijos: los había alejado. —Con Jessie tendrás la oportunidad de ser diferente mi amor —soltó con una sonrisa mirándolo a los ojos—. Puedes ser el padre que te gustaría ser, estoy segura que lo aceptará aunque nos cueste un poco de trabajo al inicio. Sabía que sus palabras le proponían ser una buena dupla como padres, ¿realmente sabía lo que estaba diciendo? Estaba abriéndose a la posibilidad de más hijos y eso era algo que no podía detenerse a pensar en esos momentos. Afortunadamente, antes de que pudiese decir algo más la Black Lestrange apareció y la saludó de manera seca, notando el pequeño desplante que le realizaba al Crowley estuvo tentada a reprimirla, pero se contuvo. ¿Cómo le diría que Black o mejor dicho Ivashkov no era su padre? No estaba del todo segura, necesitaba pensar en algo. Pero en unos segundos más, porque justamente en esos instantes apareció Otto, el esposo de su hija. Saludándolo con una cabezada y una media sonrisa, los invitó a tomar asiento a los dos. Ordenando a la elfina doméstica que les sirviera una taza de café o un vaso de jugo, según lo que ellos quisieran, porque entre más relajados estuviesen sería más fácil abordar el tema, aunque estaba consciente de que no sería sencillo. —Jessie, estás equivocada. —soltó con tranquilidad— Zeth, no es tu padre como en muchas ocasiones te lo dije, él fue mi primer esposo y padre de Ashura pero cuando tu naciste él estaba perdido y yo divorciada. —aclaró las cosas al sentir la tensión en el cuerpo del pelinegro al momento en que mencionaron el apellido Black. Sabía que esa parte de su pasado podría traerles problemas como pareja en un futuro porque entendía que a nadie le gustaba saber que tenía lazos con su exesposo y menos, que esos aún la unían a él a pesar de que no lo quisiera más, sabía que aquel había sido el culpable de haberse cerrado durante años al amor, porque él la engaño y solamente jugó con ella. Por lo que negando con lentitud, escuchó como León soltaba de golpe que él era el padre de la pelirroja y esta estallaba en colera e intentaba mantener la calma, pero no lo conseguía. ¿Cómo decirle que no era una broma? Estaba convencida de que no sería fácil, pero tendría que explicarle algunas cuantas cosas a su hija y dejarle en claro otras. Respirando profundamente y al sentir el apretón de la mano de su novio, le sonrió para después girarse y enfrentar la mirada fría y demandante de su hija. —Zack es quien pensabas que era tu padre, ¿no? —preguntó con tranquilidad regalándole una sonrisa— Es cierto que con él pasé buenos momentos, y disfrutamos de nuestra compañía de más de una misión de la Marca Tenebrosa, pero nuestra relación era meramente profesional que con el tiempo se convirtió en amistad y en alguna ocasión algo más íntima. —concedió y le pidió disculpas con la mirada al Crowley por ser un tanto detallista en ese aspecto— Pero hasta ahí es todo, somos buenos amigos y él es consciente de que no es tu padre, pero jamás lo desmintió por ¿comodidad? ¿no le pareció importante? Yo que sé. Soltó restándole total importancia. Sabía que Zack lo había hecho por la amistad que pese a los años los unía y que aún se mantenía con el paso de los años. Porque desde aquel año en que compartieron obligaciones en la marca, se volvieron cercanos y así continuó durante alguna temporada, hasta que él desapareció. Durante esos años, ellos habían sido conscientes de que no podían arruinar su amistad con algo que sabían que no funcionaría, y eso le alegraba porque había contribuido a que con el paso del tiempo encontrará nuevamente al hombre que tenía a su lado y que había entrado hasta lo más profundo de su corazón, reclamando sus sentimientos, su paz mental y su futuro. —Por lo que te voy a pedir que te relajes, no es ninguna broma. —aclaró con voz neutral— León es tu padre y no tiene porque darte pruebas, si yo misma te lo estoy confirmando. ¿acaso dudas de mis palabras? Y te claro, él no es ningún traidor querida, es solamente un hombre que decidió alejarse de Londres una temporada y que volvió años más tarde y ahora te esta dando la cara como tu padre, ¿Zack alguna vez lo hizo? —le cuestionó con una sonrisa de suficiencia. Había querido mantener la calma, pero la actitud de su hija la estaba exasperando y no quería perder la sensación de tranquilidad que había ganado su interior tras la revelación de sus sentimientos, acariciando el torso de la mano de León, tomó con su diestra la taza de café y bebió un sorbo con tranquilidad y aparentando que aquella conversación era de lo más normal que podía haberles ocurrido un día posterior a la boda de Jessie y Otto, como si fuese lo que unos recién casados quisieran saber.
  8. Justo cuando tomaron asiento y estaba ordenando su desayuno León, fue cuando se dio cuenta del atuendo casual que portaba, no era que le quedará mal al contrario le daba una imagen mucho más juvenil y hasta sexy. Pero ¿de dónde había sacado esa ropa? Tendría que preguntarle y más ahora que eran una pareja seria o eso era lo que quería creer por todo el cúmulo de situaciones vividas y que culminó con la confesión de sus sentimientos y de pasó enterarse de quién era el verdadero padre de su hija Jessie. Si alguien le hubiese advertido el día anterior que todo eso ocurriría, sin duda les habría dicho que estaban equivocados y que estaban consumiendo sustancias ilícitas que les hacían tener una imaginación muy fructífera. Pero afortunadamente para la matriarca Black Lestrange todo estaba encajando y haciéndola sentir afortunada, algo que si era sincera consigo misma tenía cierto tiempo sin sentir. Sabía que ser correspondida era parte fundamental de ese estado y lo agradeció mentalmente, porque eso le había devuelto la paz mental que requería. — ¿Quince años? Eso es mucho tiempo, pero estoy segura que el castillo Crowley no está en estado tan decadente. —respondió al asimilar la cantidad de años que había pasado fuera de Londres­— De todos modos, sabes que puedes quedarte en la mansión el tiempo que quieras y hasta podría considerar darte una habitación propia si lo pides. ­—soltó con un guiñó y regalándole una sonrisa. En cuanto notó la nostalgia en la mirada de León, lo comprendió un poco mejor. No había sido sencillo para él irse y dejar todo por encontrar una posible cura a lo que le ocurría y por eso no lo juzgaba, empatía sintió por él en esos momentos, así como un poco de melancolía en su interior y no le reprocharía jamás que quisiera recuperar amistades y relaciones familiares que había pedido, porque eso mismo había hecho cuando volvió después de su viaje por Alemania. —El sentimiento es mutuo cariño y te creo cuando dices que estemos donde estemos es como estar en familia, pero necesitas sentir esos lazos filiales con tus hijos, así como el cariño e tus amigos y lo comprendo, así que nada me haría más feliz que verte feliz. —admitió con una sonrisa y segundos después bebió un sorbo de su jugo y comenzó a comer la fruta. Lograr recuperar y hacerse una posición en el mundo mágico no sería sencillo pero estaba segura de que el pelinegro lo conseguiría sin problema alguno y ella lo apoyaría en todo lo que pudiese y aunque también, quisiera tenerlo solo para ella sabía que eso no sería posible porque en determinado momento el trabajo en Gringotts, la recluiría nuevamente durante otras entre las cuatro paredes de una oficina y por más que le gustara su trabajo, comenzaba a valorar si era realmente necesario tanto sacrificio, porque quería más despertares como ese. Se sentía cansada y hambrienta, pero por más que quería comer más no podía porque sentía como un nudo se extendía por su estómago y tenía presente que no se desharía hasta que hablaran con Jessie y la sacarán del error de que su padre era Zack, quien en algún momento había sido un buen amigo con el que compartió más que batallas y conversaciones, pero nada más. Nada como lo que tenía y sentía con León. —Llegó el momento de hablar con Jessie, es obvio que nos vio hace unos segundos… la vi en el balcón. —le dijo mirándolo a los ojos y acariciando el torso de la mano que la sujetaba. Mirando a Sunev, le indicó que era momento de que llamará a Jessie hasta donde se encontraban porque sus padres querían hablar con ella. Sabía que quizás, la premisa que le estaba dando no era la correcta, pero al menos confiaba en que con esa información la pelirroja acudiría en cuestión de segundos. —No será fácil, pero podremos con esto. ­—soltó dándole un rápido beso y notando como @Jessie Black Lestrage ingresaba en esos momentos a la terraza— Buenos días cariño, tu padre está en la mansión y queremos hablar contigo, es importante que sepas algunas cosas. Aún tomada de la mano de León, respiró profundamente al decir aquellas palabras porque no sabía como respondería la bruja ante sus palabras.
  9. Mia.

    Nigromancia

    Sabía que la advertencia contenida en las palabras del arcano era más que cierta, pero siendo honesta no le temía a la muerte y nunca lo había hecho, siempre la había visto como una buena amiga con la que tendría que reunirse en determinado momento. Con eso en mente, asintió simplemente y supo que tendría que prepararse mentalmente para cualquier clase de imprevisto porque nada estaba escrito y menos con el grimonio de nigromancia, que era un libro ancestral y de un poder tan antiquísimo que pocos magos podían experimentar. Leyó con atención las indicaciones o mejor dicho, las advertencias que rezaban en la primer página del libro. Lo tenía presente y estaba segura que el memorizarlas le ayudaría mucho para conservar la calma si debía usarlo en algún determinado momento, esperando que la prueba no fuese ese sitio, pero poco o nada podía hacer para intentar predecir su futuro en ese sitio, porque aunque era vidente, esas cosas no podía verlas con total precisión. -Lo estoy, gracias por sus enseñanzas. -agradeció al anciano con tranquilidad. Escuchando las últimas indicaciones sobre dónde y a qué hora tendría que presentarse el día siguiente, asintió y se encaminó hasta la salida de la mazmorra. Tendría que prepararse para lo que se venía venir. Sabía que no era fácil, porque no era la primera vez que recorría ese camino pero confiaba plenamente en sus capacidades para conseguir resultados positivos como los anteriores y con ese pensamiento, dejó los terrenos de la universidad, aunque no sin antes decir un audible. -Mañana nos vemos.
  10. Los conjuros de sanación que utilizó León en su cuerpo surtieron efecto casi de inmediato, estaba adolorida pero no sangraba más y solo un par de pequeñas líneas moradas eran lo que sobraba del encuentro tan cercano a la liberación de Rusalka. Tenía que poner de su parte, por lo que llevando su mano a la zona de su espalda baja soltó uno de los hechizos de curación, aprendido con los Uzzas, permitiendo de esa manera que su cuerpo quedara completamente sano físicamente. Su interior comenzó a descansar tranquilamente al escuchar las siguientes palabras salidas de los labios de él. Ninguno de los dos se había buscado, y mucho menos deseado encontrarse, simplemente había sucedido como contaban aquellas historias asiáticas, en especial la del hilo rojo, que aseguraba que no importaba cuanto tiempo pasará siempre te contrarías nuevamente con aquella persona destinada y hecha a la medida para compartir el largo camino de la vida, por lo que al recordarla no pudo evitar que en sus labios se formará una sonrisa y al sentir las caricias en su rostro se acercó a su pecho y se recargó unos segundos allí. —Tampoco quiero perderte, pero ese será otro tema que después debemos hablar amor. —utilizó nuevamente aquel apelativo que le causaba sentirse cómoda y que descubría le gustaba expresar— No será nada sencillo para Jessie, ella cree saber quien es su padre. Sabía que aquellas palabras no le caerían nada bien al Crowley, pero necesitaba que supiera que la pelirroja no les pondría nada sencillo el creer lo que le dirían acerca de su procreación y nacimiento. Por lo que a lo más que podían aspirar era a explicar las incongruencias de tiempos, así como todo el contexto en el que se habían dado las circunstancias. —Hace algunos años, comenzó a investigar a algunas de mis ex-parejas, intentando atar cabos para saber quién era su padre y cree que lo descubrió pero no es así —explicó un poco más la situación—. Siempre supe que el nombre que me daba era falso pero no me atreví a desmentirla porque eso significó un poco de tranquilidad para ella. Al escuchar que Jessie por el momento no tendría que preocuparse por el demonio de carga masculina, asintió con tranquilidad y prestó atención a la habitación, parecía una zona de guerra. Sabanas manchadas de sangre, igual que el piso y las alfombras eso sin contar alguno que otro destrozo que en el momento de la casi perdida de control por parte de León y Mia había ocasionado. Tenían que limpiar y adecentar su habitación o de lo contrario no podrían volver a dormir allí. —Eligió estar con Otto, así que si de cierta manera le pertenece. —aceptó con una sonrisa— Estoy de acuerdo, ahora que lo mencionas tengo un poco de hambre —el día anterior poco o nada había ingerido de alimentos y eso sumado a la reciente energía gastada estaba débil— Pero antes, una ducha no nos vendría nada mal. Levantándose de la cama se mareó un poco, pero eso no le impidió encaminarse hasta el baño privado que poseía su recamara y una vez dentro abrió la regadera de agua caliente, la cual permitió que cayera sobre su cuerpo durante algunos minutos; lavando y purificando. De esa manera, consiguió relajarse aún más y cuando salió, cubrió su cuerpo con una bata de baño y volvió a la habitación en donde había dejado al pelinegro. — ¿Te parece bajar a desayunar a la terraza? Después podemos ir a la habitación de Jessie, me informaron que llegó sola a la mansión hace algunos minutos. —soltó mirándolo a los ojos. Mientras esperaba una de sus respuestas, eligió un sencillo vestido rosa palo corto que era fresco y le permitía moverse libremente por toda la mansión con unas sandalias de piso. Era una vestimenta muy básica pero no se sentía con mucho ánimo de ponerse algo más porque en esos momentos un bostezo salió de sus labios, pero no le prestó atención, aún tenían un día largo por delante. —Aunque creo que será más almuerzo que desayuno —soltó al ver que pasaban de las diez de la mañana— Vamos. Dándose la libertad de tomar de la mano a León, le regaló una sonrisa y segundos después ordenó a su elfina doméstica que limpiaran el desastre de su habitación. Caminar por los pasillos de la vivienda de la mano de su pareja, era toda una novedad y algo que extrañamente la hacía sentirse bien, no entendía de donde surgían todos aquellos sentimientos, pero no los iba a cuestionar, sino que únicamente los iba a disfrutar, no tenía fuerzas para nada más. —Buenos días, ¿qué les ofrezco de desayunar? —preguntó Sunev, el elfo familiar— Ama Mia, a ustedes me adelanté y le pedí su jugo especial. —la criatura a pesar de atenderla pocas veces, sabía que era lo que solía beber por las mañanas. Un poco de zumo de naranja con vodka. Se podía considerar alcohólica, pero necesitaba de esa bebida para comenzar con la jornada del banco, era algo que permitía adormecer sus sentidos y le facilitaba el trabajar, pero extrañamente ese día no lo necesitaba por lo que negó con lentitud. —Hoy solo quiero jugo de naranja, con un poco de fruta y un omelet. —tras ordenar, giró su vista al Crowley para pedir perdón con la mirada al acaparar la atención de la criatura y no dejarle ordenar antes. Los rayos del sol en la terraza eran tenues y calentaban lo suficiente para generar un clima agradable, sumado al poco aire de la brisa matinal que aún quedaba, era el sitio adecuado para disfrutar de un desayuno en compañía para disfrutar de una amena conversación. —Te confieso que anoche, pensé que regresarías al castillo de tu familia. —soltó mirándolo a los ojos, necesitando continuar liberando parte de sus sentimientos.
  11. Mia.

    Nigromancia

    Las palabras del arcano llenaron por completo la estancia, mientras su mirada se perdía por completo en el grimorio que tenía delante, ¿era el original? podía sentir la presencia del original. Ese que había sido el primero en crearse, sentía el poder y oscuridad que amanaba que contrario a lo que se podía esperar que era que le inspirará miedo, no lo hacía la traía lentamente hasta su posición y le parecía casi imposible perderse entre sus páginas. —Si, sería capaz de abrirlo y mis peores miedos son solo eso, miedos que se pueden enfrentar y vencer. —soltó con tranquilidad mirando a Báleyr. Sabía las implicaciones de su respuesta, pero no era más que la verdad. Podía enfrentarse a sus peores miedos, no era que antes no lo hubiese hecho, no temía al dolor y menos lo consideraba un impedimento para alcanzar sus fines. Lo único que si tenía claro era el hecho de que tenía que actuar bajó el más absoluto respeto para aquel libro que contenía magia que en su vida se imaginaría que podría manejar y controlar. Estaba lista si, pero no era totalmente seguro que pudiese hacerlo del todo bien. —Estoy lista, sé que el camino no será sencillo pero considero poder presentar la prueba. —respondió lentamente y con seguridad. No sería fácil, como el camino para entender y manejar mejor la habilidad lo estaba siendo, pero conocía sus capacidades y confiaba en que pudiese salir victoriosa de aquella prueba que estaba segura le costaría sangre y sudor, en el buen sentido de la palabra. Por lo que respondiendo a la penetrante mirada del hombre, intentó esbozar una sonrisa, pero esta no salió de sus labios demostrando la veracidad de sus anteriores palabras, sin permitir un atisbo de duda en su rostro.
  12. Podía escuchar la veracidad en las palabras de León. Sabía que le estaba confesando un episodio difícil en su vida y que la había marcado un momento determinado, y aunque le creía recuperar el control y serenidad de sus emociones no estaba resultando sencillo porque Rusalka se manifestaba con más fuerza con cada una de las palabras que decía consiguiendo que más filamentos plateados comenzaran a salir en su espalda con cada una de las palabras que externaba. «Eres tan tonta que le vas a creer, tus sentimientos te nublan querida.» Era obvio que la súcubo estaba empeñada en que no le creyera, porque con cada sentimiento de desconfianza, duda o miedo se volvía más fuerte. Sin embargo, en esa ocasión la Black Lestrange no tendría que luchar sola contra ella y lo supo en cuando el Crowley comenzó a recitar un hechizo en su lengua natal que tenía la finalidad de volver mucho más fuerte el tatuaje protector que impedía que esta tomará el control. Sabiendo que no estaba sola, sintió como poco a poco la voz de la demonio comenzaba a remitir. Al sentir el peso del cuerpo de él sobre sí misma, un estremecimiento la recorrió, pero solo duró unos segundos porque poco a poco comenzaban a parar los espasmos. El contacto físico de sus cuerpos, estaba obrando más magia de la que se hubiese imaginado, sus emociones negativas comenzaron a cambiar por positivas y más al escuchar la respuesta a su última pregunta o el inicio de la misma. —Te creo, sé que eras tu… puedo sentirte ahora y en ese entonces también podía aunque me cueste aceptarlo—soltó con voz medio quebrada— Pero, aún tengo una pregunta que quizás más adelante logre formular.. —completó respirando profundamente. El acercamiento que habían tenido hacía veinte años había sido por gusto de León, no de Bapometh y eso le hicieron regalarle una media sonrisa. Sacando casi por completo de su mente a Rusalka, sintió como un atisbo de sorpresa total se comenzaba a formar en su interior. Claro que era él, como había podido dudar alguna vez que estuviese con ella por culpa de aquella íncubo. Todo era obra de Rusalka y eso lo estaba entendiendo rápidamente, solo necesito esa pequeña maraña de sentimientos contrariados para intentar salir. «Parece que Bapometh no pudo evitar que su siervo desarrollará un interés más allá del sexual contigo, ¿qué sorpresa no?» Fue lo último que pudo escuchar ahora si en su mente, y ya con un silbido totalmente lejano a su voz. Todo estaba en orden y confiaba en que ese pequeño episodio se quedará en el olvido dentro de algunas horas, y meditando en eso, casi soltó un grito de sorpresa al escuchar que León estaba enamorada de ella, ¿eso podía ser posible? El hombre que muchos años había huido de sentimientos como aquellos estaba confesando que la quería. Sin poder evitarlo, profundizó un poco el beso que le estaba dando queriendo demostrarle que era correspondido y aunque Rusalka se hubiese adelantado a confesar sus sentimientos sabía que no valían hasta que ella los admitiera también en voz alta. —Te amo León Crowley, no sé cómo paso o en qué momento —comenzó a hablar con decisión—. Pero solo sé que también comparto el mismo sentimiento. Llevando uno de sus brazos al cuello del holandés y otra a su rostro lo miró a los ojos y le dio otro beso que marco la desaparición total de los cabellos rojizos: nuevamente era rubia. Las filigranas plateadas quedaron únicamente como marcas rojizas sangrando en unos cuantos sitios y el tatuaje solo quedó marcado de color rosa… cicatrizando poco a poco, borrando el rastro de que la súcubo había intentando salir. —No quiero que te alejes nuevamente de mi vida. —añadió mirándolo fijamente para después cambiar el tema rápidamente— Jessie tiene que saber que eres su padre, ella merece conocer la verdad. Sus palabras estaban cargadas de sentimientos de preocupación en esta ocasión, no sabía como le explicaría a la pelirroja quién era su padre y como se había enterado. Además, de que aún tenían que aclarar unos cuantos puntos con ese íncubo, porque su hija no le pertenecía por más que formará parte de su concepción. —Bepometh no estará muy contento con saber que Artemisa puede reclamar a Jessie para cualquiera de las súcubo que forman su corte demoníaca y aunque no le guste, sé que así será. —permitió que sus pensamientos se externaran en voz alta mientras acariciaba el cabello del Crowley y sentía como esa acción extrañamente la calmaba. Estaba cansada, podía sentir dolor en algunas articulaciones. Sabía que eran consecuencias del episodio que acaban de vivir, pero aceptarlo lo hacía más real y no quería recordarlo, al menos no de momento así que simplemente se permitió cerrar unos segundos los ojos e inhalar el aroma de su compañero, buscando relajar por completo su cansado y tenso cuerpo. Concentrarse en el aquí y ahora, disfrutando del saber que León correspondía a sus sentimientos..
  13. «Baphomet, ¿qué hace aquí? ¿Cómo te atreves a mencionarlo en mi presencia? No vale la pena si quiera tu tiempo escucharlo» Podía escuchar cada vez con mayor claridad el sonido de la voz de Rusalka mientras el tatuaje en forma de mariposa terminaba de adquirir el tono totalmente rojizo que delineaba por completo el contornó de la figura. Era cuestión de minutos para que el súcubo tomará el control de la situación y dejará delegada en un segundo plano a la Black Lestrange, pero ella se negaba a cederle la voluntad de su cuerpo y acciones, no había pasado en años y no ocurriría en esos momentos, al menos no si podía evitarlo. El enojó y la frustración que sentía por el tema que se estaba tratando con León, era de tal magnitud que se había permitido perder el control de sus emociones y manifestar en sus palabras y movimientos su sentir. Pero no podía continuar así, por lo que intentando encontrar lógica a los argumentos con los que se defendía la paternidad de Jessie, realizó un par de inhalaciones y exhalaciones. Comprendía lo que le estaba diciendo, pero era difícil creer que era cierto y por más que le explicará como a una niña pequeña seguía aferrada a no aceptarlo. —Si, puedo decir que al menos veinte años pasaron para volvernos a ver. —admitió al sentir su caricia, permitiendo que el tacto de sus manos sobre su piel la ayudaran a relajarse un poco más. Pero eso solo duró unos segundos, porque en cuanto se alejó el sonido potente de la voz de su némesis apareció con más potencia que antes, reclamando y dejando en claro cuál era su postura ante toda aquella situación y comenzando a tomar el control del cuerpo de Mia, logrando que el rubio de su cabello se oscureciera un poco hasta convertirse en un castaño claro. «Sabes que nada de lo que dice tiene lógica, Jessie es mía y no dejaré que ese arribista intente reclamarlaaaaaaaa» —Hace quince años aproximadamente. —contestó a la pregunta. En ese momento, fue como si algo en su interior hiciera un pequeño click. Entendía a qué se refería, Jessie tenía diecisiete años era prácticamente imposible que la hubiese concebido cohabitando su cuerpo con Rusalka, debido a que en ese momento aún era una simple humana que podía hacer y deshacer con su cuerpo lo que le placiera. Ese descubrimiento, a la súcubo no le gustó y fue más que obvio porque tuvo que deshacerse de la bata que cubría su cuerpo para intentar acariciar y así intentar aliviar el dolor de la marca roja en forma de un latigazo que se formó a la mitad de su espalda, la cual consiguió hacerla soltar un quejido de dolor. —Es posible que sea tu hija… era una simple humana, nadie compartía mi cuerpo. —admitió intentando mantenerse tranquila y permitiendo que su mirada vidriosa se perdiera en la espalda del Crowley— ¿Por qué no me dijiste antes que eso podía ocurrir? —preguntó por inercia antes de cerrar los ojos. El cabello de Mia había cambiado completamente de tono, ahora era rojizo y la marca que en un inicio había sido como un latigazo se convirtió en color plateado formando un par de espirales. Rulsaka estaba presente, aún no por completo pero estaba casi a nada de salir y hacerse notar plenamente, por lo que aprovechando ese momento de debilidad que tuvo al cerrar los ojos usó su voz. «—Jessie es míaaaaaaa, aléjate de ella. —espetó con voz sensual Rusalka— No la necesitas, es una pequeña insignificante… a cambio puedes seguir disfrutando de los placeres de esta hermosa rubia que poco me ha ayudado en mi misión.» Cuando Mia escuchó como su voz había sido totalmente distorsionada, abrió los ojos y al girarse al espejó notó el cambio que tenía su cabello y la herida. Se asustó, puesto que lo único que reconocía de sí misma en esos momentos era el color verde de sus ojos, y aferrándose a eso… intentó mantener el control y consiguió que algunos mechones rubios aparecieran y se mezclaran con el rojo. —En ese entonces, ¿estuviste conmigo por Baphomet o por ti León? ¿Quién de los dos quiso eso que vivimos hace veinte años? —se atrevió a preguntar con un susurró dejándose caer en la cama, mientras su cuerpo comenzaba a tener algunas sacudidas por el ferviente deseo de salir de Rusalka. «Lo hizo solo por el demonio… lo sabes y cuando te lo confirme no podrás volverme a aprisionar, saldré y nadie me impedirá controlar por completo tu cuerpo a mi entera voluntad niñita, lo amas y eso te impedirá soportar el dolor que te causará el saber la verdad» Esperaba que al escuchar las palabras de León, los temblores de su cuerpo cesaran y pudiese conseguir que el rubio platinado de sus rizos volviera. Se sentía vulnerable sabiendo que la súcubo en cualquier momento podía salir y temía que esta vez no pudiese apresarla como lo había conseguido en Alemania, sitio en el que consiguieron que aprendiera a dominar cada una de sus emociones e impulsos para no exponerse a dejar que Rusalka tomará el control en un descuido, justo como lo que estaba ocurriendo en esos momentos.
  14. Mi amor. Esas dos palabras bastaron para que en su interior se esfumaran todas las dudas que minutos antes había tenido con respecto a León. Estaba ahí y su mirada le decía que no tuviera miedo pero que era necesario que comprendiera ciertas cuestiones, intentando mantener la calma lo miró a los ojos y le regaló una sonrisa intentando demostrarle que dijera lo que dijera no cambiarían las bases de aquellos sentimientos que crecían con cada minuto que pasaba a su lado, aunque eso le costará parte del poco corazón que conservaba. ¿Hay alguien más? no pudo evitar preguntar, después del beso casto beso que compartió con él. Sabía que era casi improbable y se lamentó en cuanto las palabras salieron de sus labios y justo cuando iba a pedirle perdón, se quedó callada porque vio como la bata caía de su cuerpo y quedaba nuevamente desnudo delante de ella y segundos después tras ver el movimiento que realizó el Crowley supo que era para romper el sello que mantenía en una prisión mágica a ciertas entidades espirituales, por lo que en ese momento simplemente abrió un poco más los ojos y negó con lentitud. La transformación de la parte superior del hombre la dejó completamente sorprendida, y más cuando en su interior comenzó a moverse algo rápidamente recorriendo cada una de las células de su cuerpo, queriendo demostrar que había algo o alguien que ansiaba dejarse ver: Rusalka. Cerrando unos segundos los ojos, apretó las manos sobre los posabrazos de la silla, intentando mantener el control de su cuerpo y no permitiendo que aquello que le había costado tanto ocultar los últimos años saliera a la luz. Comprendía por completo las palabras que le estaba diciendo, era victima de ciertas dolencias de la misma naturaleza, Artemisa había cobrado un alma más de los hijos de Alyssa para los mismos fines o sino, los mismos si parecidos. Sé que no es fácil lidiar con ellos, pero eres lo suficientemente fuerte para controlarlo respondió levantándose rápidamente y se acercó hasta él para tocar con sus manos el rostro del demonio Porque estamos juntos en esto, no tienes que luchar más solo. soltó y lo beso. En cuanto se separó y vio las heridas que aquellas líneas le habían provocado negó con lentitud. Haciendo uso de su propia magia comenzó a ayudar a curarlas, una a una y segundos después, lo ayudó a levantarse y lo traslado nuevamente a la cama. Se veía tan débil y tan cansado que se asustó, y más cuando su cuerpo se estremeció y sintió un pinchazo en la espalda baja, sabía lo que significaba, pero no, no podía pasar tenía que controlar las ansias de Rusalka por salir. No, Jessie no puede ser tu hija. soltó de manera tajante También tengo a un demonio en mi interior y eso vuelve imposible que sea nuestra hija lo sabes, los tiempos no cuadran. Intentó recordar con exactitud cuando había sido la última vez que se habían algún encuentro en las instalaciones de la Academia de Magia y Hechicería, dos años si la memoria no le fallaban habían pasado para que naciera la pelirroja. Dos años después de nuestro último encuentro en tu despacho nació. explicó con tranquilidad dejando que en sus labios se dibujara una sonrisa al recordar aquellos encuentros clandestinos por los lazos que unían a León con cierta fémina de manera formal Los meses no cuadran, y seguramente lo que esta sintiendo Baphomet es la presencia de Rusalka. añadió mirándolo a los ojos Quiere reclamar el alma de Jessie para su causa al ser hija de un súcubo. Tras sus palabras, intentó relajarse pero se llevó la mano al tatuaje de mariposa que minutos antes estaba bien oculto en su espalda, comenzaba a delinearse lentamente de color rosa casi tirándole a rojo en algunas zonas y eso lo pudo comprobar al caminar hacia el espejo y ver como unas gotitas de sangre comenzaban a salir y manchar la bata que cubría su cuerpo. No tiene lógica lo que me dicespidió casi en una súplica interior al demonio de que la dejará en paz No es que no te crea, pero los tiempos son exactos en estas cosas y aunque me gustaría tener algún recuerdo físico de todo aquello que vivimos y que por gracia divina estamos repitiendo pero sin nadie más que nosotros dos. lo observó con determinación y deseando que aquello no desencadenará una discusión. Estaba un poco molesta porque no creía lo que le estaba diciendo, no lo creía y menos porque era algo que no podía tener sentido al menos no conociendo bien su condición.
  15. Se aprueba esta Bóveda con el número 112395 como la única válida para el Negocio Mekari Moon, después de haber sido descontado el gasto inicial por registro a su propietario Ethan Lenteric. El negocio comenzará a cobrar ganancias, desde el día en que se creo la Bóveda, es decir, desde el día 11 de febrero del 2019. Mientras tanto los impuestos, se cobrarán a partir del mismo mes, de acuerdo a lo establecido en la reforma ministerial del año 2015. ​ Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  16. Se aprueba esta Bóveda con el número 112388 como la única válida para el Negocio Tenebrus, después de haber sido descontado el gasto inicial por registro a su propietario Demian Luxure. El negocio comenzará a cobrar ganancias, desde el día en que se creo la Bóveda, es decir, desde el día 10 de febrero del 2019. Mientras tanto los impuestos, se cobrarán a partir del mismo mes, de acuerdo a lo establecido en la reforma ministerial del año 2015. ​ Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  17. Mis amores: Ya esta actualizado todo lo que debía actualizar para añadir a León y a Valky al árbol de la familia en bóveda, registro y mansión, así que pueden pasar a rolear cuando quieran o seguir roleando Gracias por añadirnos a tu ficha Sergio *o* solo nos falta @, así que espero que pronto lo consigas, así si toca dar mesada y has sido activa, podemos darte ese bonito beneficio xDD Cande, ya tienes tu firma y Valky creo que esta en proceso de tenerla así que nada, todo en orden(?)
  18. Las palabras que segundos antes habían salido de sus labios, le costaron más de lo que podría admitir. No se sentía lista para escuchar la respuesta, por lo que solamente unos segundos se permitió pensar que todo estaba bien y nada podría salir mal, y con ese pensamiento sus ojos se perdieron en la espalda del Crowley que estaba aún desnuda, bajando por su cintura y justo cuando iba a continuar mirando prefirió darle un sorbo a su bebida. Comenzaba a estar habituada a su presencia en ese estado y extrañamente le agradaba, algo que con ninguna otra de sus parejas había ocurrido. Solía salir corriendo después de algunas horas en su compañía y eso estaba siendo diferente, motivo por el cual en cuanto escuchó las palabras que le aseguraban que estar en su compañía se había convertido en algo bueno, su corazón casi sintió un pequeño golpeteo de felicidad y en sus labios apareció una sonrisa sincera. —Me dejas un poco más tranquila —soltó con un suspiro, dándose cuenta que había estado conteniendo el aire—. Eres alguien habitual en mi vida y créeme que me gustaría comenzar sin secretos a tu lado. Sabía que lo que sus palabras estaban externando, podía no ser lo mejor pero al continuar escuchando sus palabras tuvo que soportar el soltar una risotada. Claro que los dos tenían un pasado, uno que podía llegarles a pisar las espaldas sino lo dejaban del todo claro, ninguno había sido precisamente un santo a lo largo de los últimos años pero eso eran pequeños detalles que posteriormente podrían tratar, no entendía del todo el punto al que quería llegar. Cuando lo supo, no pudo mantener la taza entre sus manos y observó directamente sus ojos. ¿Quién era el padre de Jessie? No lo sabía, nunca había podido asegurarlo… ese embarazo había sido tan extraño porque simplemente pasó, y no es que fuese alguien que no disfrutara de su sexualidad, sino todo lo contrario, pero el no saberlo significaba una mancha en sus principios, que no iba a admitir con él. —No es algo que sea de tu incumbencia amor. —respondió intentando no sonar a la defensiva— ¿Por qué te interesa saberlo? No es alguien importante, al menos no para nosotros. —añadió posando su diestra en su cuello y mirándolo fijamente. Sabiendo que debía ceder un poco, dejó el café en la mesa y respiró profundamente. —Sinceramente, no sé quien sea… debió ser una noche de excesos, pero no es algo importante. Jessie lo ha aceptado bastante bien y aprendí la lección o al menos eso creo. —sin querer revelar que eso esperaba, el tener el control de Rusalka el demonio que cohabitaba en su interior. Esperando que eso no significara un cambio en su relación, continuó con aquella postura relajada y dejando en claro que ese hecho no importaba, era solamente alguien pasajero en su vida que había ayudado en la concepción de su hija y que no tenía relevancia.
  19. @León Crowley Mi Sergio, claro que acepto a León como novio prometido o esposo de Mia me lo esperaba y que bonito que paso antes de lo pensado y eso esta muuy bien xDD En fin, espero que puedas colocarnos pronto dentro de tu ficha de personaje y yo me encargo de la bóveda. Pd. Edito en unas horas el árbol que ahora mismo, voy de salida y no me dará el tiempo para todos los sitios.
  20. La fiesta había sido más apacible de lo que se hubiese esperado en un primer momento. Los invitados habían llegado de manera puntual al sitio elegido por Aries, al igual que los funcionarios del Ministerio de Magia, de quienes su presencia era de vital importancia porque eran los encargados de dar fe y legalidad del enlace matrimonial. Tras la rápida pero emotiva ceremonia oficiada por la matriarca Black Lestrange, en la que Otto y Jessie se prometieron amor y fidelidad fue momento de dar comienzo a la recepción. Durante horas se compartió con los recién casados su felicidad y dicha, ocasionando una alta ingesta de bebidas alcohólicas las cuales siempre fueron abundantes y permitieron el aguante casi hasta las últimas horas de la madrugada de los presentes. En el momento en que creyó que incluso León se iba a retirar algo extraño ocurrió y se quedó a su lado, una noche más, lo que consiguió que en sus labios se instaurara una sonrisa sincera durante el resto de la celebración. Después de compartir una última danza al son de los músicos, consideró que era pertinente volver a Londres y así se lo hizo saber a su acompañante. Regresar juntos a la mansión Black Lestrange fue una sensación que le agradó, se sentía cómoda al lado del demonio y aparte un sentimiento más difícil de explicar se instauraba en su interior, sin querer darle tantas vuelvas disfrutó de su compañía durante algunos minutos más y se quedó perdidamente dormida. No supo cuanto tiempo durmió y mucho menos, desde hacía cuánto estaba sola en la cama pero al abrir los ojos, observó la silueta del holandés y en sus labios se formó una sonrisa. Había pasado nuevamente la noche a su lado, ¿era una señal? Esperaba que si, por lo que disfrutó unos segundos del beso de buenos días, para después regalarle una sonrisa y tomar entre sus manos una de las tazas de café de la charola. —Buenos días cariño —respondió con tranquilidad— Dormí muy bien. —dando a entender a que se era por su compañía. La sonrisa que segundos antes se había formado en sus labios, se esfumó al escuchar las dos temidas palabras “necesitamos hablar”. Sabía que muchas veces ese era el trasfondo de alguna mala noticia, sino es que siempre, y no se sentía preparada para algo así, pero no iba a demostrar esa cuestión, así que simplemente asintió y permitió que en su rostro se instaurara un semblante de falsa seguridad que no tenía en esos segundos. Era momento de salir de la cama, por lo que así lo hizo, sin importarle su desnudes se encaminó hasta su armario y tomó una bata de seda que protegió su cuerpo. —Es muy temprano… —se quedó callada, al ver que era pasado el medio día— Pero claro, dime ¿de qué tenemos que hablar? —añadió mirándolo a los ojos y dejándose caer en la silla frente a la mesita que servía como escritorio. Algo en su interior comenzó a removerse, no estaba segura de que era lo que tenían que tratar y menos si quería escucharlo, pero debía hacerlo así que era mejor comenzar dando el primer paso antes de dejarle todo el trabajo al Crowley. — ¿Es sobre el que hayas dormido dos noches en la mansión? ¿No te sientes cómodo? —preguntó con un poco de curiosidad, queriendo sondear el terreno y preparándose mentalmente para lo que podía llegar a responder su interlocutor.
  21. El momento ha llegado V2 (?) xDD Nick: Mia Black Lestrange ID: 83845 Conocimiento: Runas Antiguas Nivel de Magia: XLVII Link a la Bóveda: N° 78345 Link a la Ficha: Mía Black Lestrange
  22. Mia.

    Nigromancia

    Las palabras del arcano llegaron hasta su mente, ¿el psiquiátrico? Le parecía un sitio extraño para colocar un portal, pero a la vez idóneo considerando que era sencillo ingresar por llevar varios años abandonado. Respirando profundamente, inició su camino hasta el lugar elegido, necesitaba llegar cuanto antes a Londres otra vez, sentía que el tiempo se había salido de sus manos y con eso la noción del mismo se perdió, no sabía cuanto tiempo llevaba allí, podían ser horas o incluso días. Perdiéndose entre las calles de Estados Unidos, comenzó con su travesía la cual afortunadamente duró solamente unos minutos. Al instante en que ingresó al lugar notó como el ambiente se tornaba totalmente denso, era obvio que allí había alguien más, la presencia de algún ente la podía sentir desde la puerta principal, muy lejos de la habitación asignada para volver. Sabía que tendría que enfrentarse a otra prueba antes de continuar con su camino, así que dejó que el aire inundará sus pulmones y posó su mano en la manija de la puerta. —Hivolt. —soltó al mirar a la figura del hombre que tenía delante de ella. Tenía que ser una especie de visión, porque a pesar de que su hijo Eobard le comentó que estaba muerto, tenía ciertos contactos por Brasil que le habían dicho que continuaba con vida. Era obvio que era una alucinación, no podía ser aquel ser vil y despreciable que conocía a su llegada a aquel país, pero de todos modos, tendría que enfrentarlo para continuar porque se veía decidido a no tener un diálogo pero sus palabras la sorprendieron. —Mia, Mia. —pronunció su nombre— Nos volvemos a ver, cuando juraste que no lo haríamos, ¿quieres volver a Londres? Pues un precio tendrás que pagar. —soltó con una risotada en los labios. Dudando sobre si era el real o no, negó con lentitud. Siempre buscando sacar beneficio de cualquier situación, tan propio de él. Intentando mantener la calma y el rostro totalmente sereno, dibujó en sus labios una sonrisa divertida, ¿creía que estaba vez le tendría miedo? No, nunca lo había hecho y no comenzaría en esos momentos. — ¿Qué precio? En estos momentos, tu me debes más de lo que podría deberte a ti... —respondió con tranquilidad, acercándose un poco a él— Eobard volvió conmigo cariño, así que dime y habla rápido que mi tiempo es demasiado valioso para continuar perdiéndolo contigo. Sabía que la información que le había dado era extraña, pero necesitaba decirle que al final su hijo había vuelto al sitio al que pertenecía; a su lado. —Un recuerdo, es todo lo que pido... pero uno feliz y que sea real mi amor. —añadió el apelativo que tanto había usado en otros tiempos. Un recuerdo, sabía que era un precio alto que pagar. Pocos recuerdos placenteros tenía y desprenderse de alguno, no estaba en sus planes pero aún así podría hacerlo, tenía una época que estaba dispuesta a dejar en el pasado y solamente le quedaba un pequeño recuerdo y lo entregaría sin temor. Llevando su varita mágica a su sien, respiró profundamente y comenzó a extraer un hilo de color plateado. Era el recuerdo de la pedida de matrimonio que su sobrino, cuando aceptó casarse con Zeth, creyendo que era el único hombre que podría ser su felicidad y con él cual había elegido compartir su vida, mirando por última vez como aquella gala de navidad fue testigo de esas ilusiones, esbozó una sonrisa y miró a Hivolt. Le estaba entregando algo que había sido importante en su momento, pero que ahora era solo un bonito recuerdo. Estaba ahora enamorada o en ese proceso de alguien más, que había logrado despertar ciertas ilusiones que creía muertas. Con ese pensamiento le regaló una sonrisa al hombre y le tendió el recuerdo que depósito en un frasco. —Aquí tienes. —fue todo lo que dijo. Tras sus palabras, traspasó el portal y regresó hasta las mazmorras de la universidad, en donde se encontraba el arcano junto con Anne. —Volví... fue una experiencia única. —añadió con tranquilidad— Buenas tardes Anne. —completó mirando a la bruja y esperando alguna respuesta del hombre.
  23. ID de usuario: 83845 Nick Actual: Mia Black Lestrange Nick Nuevo: Mia Premio obtenido: 3° lugar raking de juegos Nota: Sino se puede solamente Mia, sería Mia. (se le pondría un puntito al final)

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