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Mia.

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Todo lo publicado por Mia.

  1. Se aprueba esta Bóveda con el número 107336 como la única válida para el Negocio Wild Pizza, después de haber sido descontado el gasto inicial por registro a sus propietarias Romina Black Lestrange y Nicole Evans Crowley. El negocio comenzará a cobrar ganancias, desde el día en que se creo la Bóveda, es decir, desde el día 08 de junio del presente año. Mientras tanto las ganancias comenzarán a cobrarse de acuerdo a lo estipulado en la Reforma de Marzo del 2019. ​ Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  2. Se aprueba esta Bóveda con el número 112602 como la única válida para el Negocio Kandra Shop Toy, después de haber sido descontado el gasto inicial por registro a sus propietarios Valkyria Karkarov B.L. y Alessandra G. Delacour. El negocio comenzará a cobrar ganancias, desde el día en que se creo la Bóveda, es decir, desde el día 14 de mayo del presente año. Mientras tanto las ganancias comenzarán a cobrarse de acuerdo a lo estipulado en la Reforma de Marzo del 2019. ​ Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  3. Se aprueba esta Bóveda con el número 112609 como la única válida para el Negocio Natural Poison, después de haber sido descontado el gasto inicial por registro a su propietario Garry M. Ollivander. El negocio comenzará a cobrar ganancias, desde el día en que se creo la Bóveda, es decir, desde el día 22 de mayo del presente año. Mientras tanto las ganancias comenzarán a cobrarse de acuerdo a lo estipulado en la Reforma de Marzo del 2019. ​ Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  4. Saldo Anterior: 1900 G Descuento por Disolución de Sociedad (02/06/2019): - 950 G Beneficiaria de la Donación:​Rachel Ravenclaw: - 950 G ​Total en Bóveda: 950 G _____ Nota: La bóveda permanecerá congelada hasta que se solicite el cambio de iniciador de la misma, dentro del tópic de Bóvedas de Negocios según las indicaciones del primer posteo. (@)
  5. Saldo anterior: 10825 G Descuento por salida de sociedad (13/05/19): - 2706 G Socio saliente: Lady Luxure Grindelwald: - 2706 G Total en bóveda: 8119 G
  6. Saldo anterior: 7963 G Descuento por ingreso a sociedad de nuevo socio (16/04/19): - 7963 Socios beneficiarios: Lady Luxure Grindelwald: - 3982 G Oriánthi: - 3981 G Total en bóveda: 0 G
  7. Hola Cissy *-* Vengo a molestarte poquito, para ver si puedes hacerme una bonita firma, ahora que he visto que tu firmería esta un poco activa y porque siempre haces cosas bellas. Te dejo el formulario: Diseño_ Firma Render o Imagen [High Quality]: Opción, si es que te sirve sino eres libre de elegir una, que siempre tienes buenas imágenes elegidas. Tamaño: Como el que traigo actualmente. Texto: Mia Black Lestrange Otras especificaciones: Lo dejo a consideración del firmero. Gracias de antemano
  8. #LoPeomwríYCumplí No le sorprendió saber que Hivolt había hecho negocios con la Bratvá, porque durante su estancia en Estados Unidos estuvo presente en al menos un par de reuniones con los dirigentes de ese organismo en ese país. No fue algo que le gustase, pero su pareja en ese momento consideraba importante mostrar el vínculo que poseía en esos momentos con las altas esferas Ministeriales de Inglaterra para que confiarán en él y lo aceptaran como alguien digno de pertenecer sin las debidas iniciaciones. —Nada me sorprende de él y creo que deberías saberlo. —añadió mirándolo a los ojos y regalándole una sonrisa. Sentándose en un sillón de respaldo alto y de una sola plaza, dejó que su cuerpo se relajara en el mueble mullido respiró profundamente. Quería continuar escuchando las palabras de su hijo porque eran una forma sencilla de conocerlo un poco más y esperaba que ahora que se encontraban en una de sus propiedades se sintiera mucho más cómodo y eso le permitiera explicar algunas cosas más sobre su pasado para que continuara conociéndolo de esa manera tan sencilla pero tan complicada a la vez. — ¿Trabajaste para la Bratvá? —la sorpresa fue notoria en su voz y no pudo ocultarla— ¿Qué hiciste exactamente para ellos? ¿una foto? Esperaba que en serio aquella fotografía fuese tan valiosa, como para haber vendido su fidelidad a aquella organización que se movía en los barrios más bajos de Rusia y los países en los cuales lograban ingresar. No es que fuesen realmente peligrosos para alguien de su posición, pero si eran un tanto molestos y era algo que no le gustaría revelar a la comunidad mágica, que uno de sus hijos poseía vínculos con ellos, así que mejor dejar en claro que tan enredado estaba con ellos y sacarse de una vez por todas las dudas que tenía. En cuanto tuvo la imagen entre sus manos, negó con lentitud. Era una vieja casi de hacía veinte años o poco más según lograba recordar, era demasiado joven tenía a penas unos 19 o 20 años y por supuesto que su apariencia era casi similar a la actual porque gracias a la metamorfomagia logró ocultar su juventud y aparentar los 25 años que Hivolt creía que tenía. Al ver el rostro de la pareja que estaba en la imagen, a su mente comenzaron a venir los recuerdos del acontecimiento que habían vivido horas antes de ser tomada y que había marcado por completo su vida. —En la vida me hubiese imaginado que volvería a ver esta foto. —confesó con los ojos vidriosos permitiendo de esa manera mostrar un atisbo de sus emociones— ¿Alguna vez te dijo que pudiste haber tenido una hermana mayor? —soltó de golpe mirándolo a los ojos. Cerrando unos segundos los ojos, controló las emociones que la embriagaban y al abrirlos dejó que únicamente una lágrima saliera de uno de sus ojos para después, ordenar a uno de los empleados que le llevase una copa de whiskey, necesitaba ingerir algo de alcohol para adormecer sus sentimientos. —Antes de que nacieras estuve embarazada de una niña y tu mejor que nadie lo conoce, cuando se empeña en conseguir algo no para hasta conseguirlo y así fue… —comenzó explicando— insistió en que lo ayudará con un experimento, el cual no salió del todo bien y me ocasionó un accidente que tuvo como desenlace la perdida de la bebé y justamente esa foto fue tomada algunas horas después durante un evento con el MACUSA. . Aún recordaba como Hivolt, prácticamente la obligó a levantarse de la cama y acudir a aquella Gala de Beneficencia, siendo que no se sentía bien y no tenía ni siquiera las fuerzas para mantenerse en pie, pero aparentar que todo estaba bien y nada había ocurrido era lo primordial, puesto que pocos conocían de su estado de gestación. La discusión que habían tenido minutos antes de aquel evento había dejado secuelas en el mago y era justamente esa consternación la que se reflejaba en la imagen. Regresando a la realidad, continuó escuchando las palabras de su hijo. Claro que hubiese sido totalmente diferente si él hubiese venido desde pequeño con ella, aunque si bien posiblemente no se hubiese hecho cargo de sus cuidados sí habría crecido en un entornó familiar y lo habrían protegido y mimado como a todos los Black Lestrange. Así que el haberle negado eso a uno de sus hijos, ahora comenzaba a pesarle pero era tarde para arrepentirse, ahora debía recuperar el tiempo perdido con él, —Es una lástima que no confiara en tu poder mágico, porque yo siempre supe que tendrías un gran futuro mágico y sé que aún te queda mucho por hacer y descubrir de tus capacidades. —añadió mirándolo e intentando ser un poco maternal. @
  9. Bueno, dije que iba a pasarme por aquí y aquí estoy *-* Ficha para la inscripción: • Nick: Mia. • Fecha de Nacimiento: 07/07 • Bando de preferencia: Mortífago • Parentesco y de quien: Prometida de León (ama y señora del castillo ) • Mascotas y/o elfos: ​Elfos: Clariss y Marie Mascotas: Muchas v_v • ¿Esta será tu familia sanguínea o adoptiva?: Adoptiva • Link a la ficha de personaje Mía Black Lestrange • Link a la bóveda personal http://www.harrylatino.org/topic/78345-boveda-de-mia/'>Bóveda N° 78345 Espero que me acepten(?) Sin más, prontito iré a hacerles una visita al castillo que miren que ando con ánimos de rolear un poco y causar drama
  10. —Ama, ama —el sonido de la voz de la elfina doméstica llegó hasta sus oídos y girándose lentamente le prestó total atención a sus palabras—. conseguí lo que me pidió, no fue tan fácil pero en el Callejón Diagón a un buen costo, me entregaron lo que me pidió. Realizando una seña con su diestra, le indicó a Marie que se acercara y le entregara lo el bolso. Mirando el rectángulo negro en el que estaban ocultos, esbozó una media sonrisa al abrirlo y revisar que efectivamente dentro contenía cuatro objetos que necesitaba para cumplir con las exigencias de la Potter Blue para la clase de Estudios Muggles, la cual si era completamente honesta consigo misma, no le generaba mucho interés. Sin embargo, al ser el único conocimiento que aún no dominaba, supo que no tenía más alternativa que intentar aprobar el curso. Cambiando la túnica verde esmeralda que portaba, decidió usar unos jeans de color negro con unas botas del mismo color y una playera blanca que era cubierta por una chamarra de cuero. Un atuendo totalmente acorde con el sitio al que irían para la clase. Mirándose una última vez en el espejo de cuerpo completo de su recamara, sonrió al fijar su vista en el anillo de compromiso que descansaba sobre su dedo anular. Aprovecharía justamente que cursaría la clase con uno de sus hijos, para comunicarle de la buena nueva. Invadida con ese pensamiento, tomó la bolsa y salió de la mansión Black Lestrange, para encaminarse hasta la parada del autobús Noctámbulo el cual nunca en la vida había usado, pero que para su fortuna la traslado rápidamente hasta la estación de tren más cercana, para poder usar ese transporte no mágico para llegar hasta España, lugar por el que había entendido en la misiva de la profesora era elegido para la clase. ¿Temía el idioma? No, porque gracias a las diversas lenguas que manejaba se sentía cómoda y segura en cualquier parte del mundo. —Un boleto a Bacelona. —pidió sin muchas ganas, para en cuanto tenerlo abordar el tren del tercer anden y comenzar con la aventura. Tras pagar el boleto con dinero del pequeño bolso que traía en las manos, subió en el segundo andén de la estación al tren y se sentó en uno de los vagones. Afortunadamente, el viaje fue bastante rápido y sin contratiempos, por lo que una vez que arribo a la ciudad española, comenzó a caminar por los alrededores. Necesitaba un transporte para llegar a la exhibición y sin estar completamente decidida a usar lo que su elfina había sido tan amable de conseguirle, comenzó a caminar por las calles apelando a su sentido de ubicación. Aunque afortunadamente no tuvo que caminar mucho porque un chico se acercó hasta su posición y se ofreció a llevarla en su automóvil hasta la Feria del Automóvil, lugar en donde quizás Eobard y la profesora ya estuviesen esperándola. Así que regalándole su mejor sonrisa, le pidió que se diera prisa y el joven de a penas unos 20 años de edad, no dudo siquiera en aceptar la petición de la rubia. Estaba llegando a su destino, mediante el famoso aventón. Quizás el hecho de que la edad que aparentaba en esos momentos era la de una mujer de unos treinta años de edad, justo la que antes de salir de su casona se le hizo la correcta. Cuando llegó a la feria, agradeció al joven y comenzó con su camino. Debía encontrar a su hijo y lastimosamente no podía usar la magia, cuestión que comenzaba a causarle cierta molestia. Usando el ritmo de sus pasos, sacó de su mente cualquier ruido externó y en cuanto encontró al castaño lo saludó con un rápido beso en la mejilla y caminó a su lado durante algunos minutos, disfrutando del espectáculo hasta que el tumulto de voces la sacó de su ensoñación y la regresó a la realidad. —Me siento rara por estar rodeados de tanta gente, vamos mejor a conocer un poco más el sitio —iba a comenzar a indicar a donde quería ir, cuando los gritos de una mujer la hicieron girar. Era su profesora, y la estaban llevando hasta algún lugar extraño. ¿Dónde o qué era ese carro en el que la subían? No tenía ni la más remota idea, así que simplemente le pidió a su hijo que la siguiera y ya buscarían la manera de encontrar como llegar hasta el Bellvigte. Al momento de llegar al estacionamiento del lugar, negó con lentitud y sacó de su bolso un teléfono móvil, uno muy similar al que le había visto usar a Mackenzie durante la expedición al Desierto del Zahara. ¿Le sería útil? Según su elfina si, porque podía usarlo para pedir un transporte. —¿Sabes que es el Uber? —preguntó a su hijo mirándolo con curiosidad. Desbloqueando el móvil que tenía entre sus dedos, comenzó a buscar entre la pantalla la palabra uber y en cuanto la encontró, esbozó una sonrisa y supo que algo más tenía que hacer. Descifrando un poco su funcionamiento se tardaron al menos cinco minutos. Pero después de mucho trabajar, consiguieron colocar el destino al que querían ir y el sitio en el que estaban esperando por el transporte. Vaya que eran rápidas las aplicaciones, porque no demoró ni diez minutos en pasar a traerlos un vehículo de color negro, justo como el de la foto que le había salido en la pantalla. —Esperemos llegar a tiempo, creo que estaba herida. —fue lo único que dijo, porque subió y estaban transitando tranquilamente por una de las avenidas más concurridas de Barcelona- Los accidentes ocurrían en cuestión de segundos, justo como lo descubrieron los Black Lestrange en esos momentos. El coche que los transportaba había sido embestido por un trailer, el cual generó que su transporte quedará volcado en una de las mallas de contención. Los daños causados a los dos, eran significativos o al menos para Mia, quien se golpeó con el espejo y uno de los asientos, ocasionando que su rostro quedará herido y su cuello adolorido, así que al instante en que intentó incorporarse cayó inconsciente. No supo que más fue lo que pasó y menos con su hijo, porque los ojos le pesaban cada que intentaba abrirlos. Era momento de rendirse, porque al estar limitada a no usar la magia, poco o nada podía hacer, así que todo dependía de los muggles y eso fue justamente lo que ocurrió, porque un automóvil justo como el que se había llevado a Sagitas, apareció para llevarlos hasta el inmueble, denominado hospital. ¿Qué era eso? No tenía ni idea, pero se llamaba igual al sitio al que habían conducido a la Warlocks. —Me duele. —fue todo lo que pudo articular en cuanto la bajaron en una camilla de la ambulancia y notó la presencia de su hijo cerca de ella, pero ya no estaba dormido y queriendo levantarse, volvió a perder el conocimiento. Estaban en el hospital, pero no como conocidos de la Potter Blue para recogerla y llevarla a casa o a donde sea que tuviese que ir, no sino como pacientes, que dramas podían resultar en la vida pensó.
  11. Las frases que León utilizó para expresarse de la morada de la familia Crowley, le permitieron encontrar un amago de tristeza. Entendía lo que era ver descender de la cumbre de la sociedad londinense a la familia que con tanto esmero durante años se le dedicó tanto cariño y esfuerzo, pero también conocía la dicha de volver a levantarla lentamente hasta convertirla nuevamente en lo que era y en esa ocasión, confiaba que con el paso del tiempo lo lograrían. Mirándolo con una sonrisa en los labios, aceptó su sonrisa y en su interior se formó un sentimiento de tranquilidad, porque no se estaba negando a que pasará por el castillo no como una visita o conquista más, sino como lo que era actualmente: su novia. El silencio en que se sumieron, disfrutando de la brisa fresca del mar, acompañada por el vino y la compañía de la persona querida era suficiente o al menos eso fue lo que pensó la Black Lestrange hasta el instante en que la invitó a dar un pequeño paseo. Caminando durante algunos segundos al lado del holandés, disfrutó de la sensación cálida que aún conservaba la arena con los últimos atisbos del sol, los cuales consiguieron que su cuerpo se relajara un poco más y que en su mente no existiera absolutamente nada más que ellos dos y los sonidos de la naturaleza que los rodeaba, hasta que llegaron a un pequeño montículo de arena. Dejando caer el peso de su cuerpo sobre la arena, se giró para mirarlo fijamente a los ojos y prestar su total atención a cada una de las palabras y sentir como en su interior comenzaban a despertar emociones que poco o nada recordaba haber sentido anteriormente. Eran palabras tan profundas y con un significado que conscientemente o inconscientemente marcarían un antes y un después para su relación. Así que permaneció en silencio, permitiendo que los sentimientos del Crowley salieran en forma de palabras, algo que estaba segura no era tarea fácil. — ¿En serio crees que soy la persona correcta? —preguntó sin poder evitarlo, estaba nerviosa y el ver como comenzaba a desenterrar una pequeña caja que en su interior contenía un anillo comenzó a generar en su interior sorpresa e inevitablemente miedo, así que decidió añadir algo más antes de escucharlo decir alguna palabra más— ¿Quieres renunciar a tu libertad? Sabía que sus palabras podían sonar un poco difíciles de creer, pero estaba asustada más de lo que recordaba haber estado en algún momento durante al menos la última década. Había madurado y aprendido de sus errores, porque si bien antes fue impulsiva y poco le importaron las consecuencias de los actos desencadenados de esos subidones de adrenalina cargados de emociones, en el aquí y ahora no era así, porque sabía que estos tenían un coste que no estaba segura de querer pagar. Cada uno de sus movimientos era analizado por Rusalka, para que en el más mínimo momento de debilidad tomará el control. Algo que anteriormente no le importó, pero que ahora sabía que si volvía a ocurrir durante algún periodo de tiempo mayor a un par de horas o incluso días, le terminaría de arrebatar la poca humanidad que poseía, así que de ahí radicaba su miedo, el que se incrementó en cuanto vio a León de rodillas frente a ella con un anillo, proponiéndole matrimonio, ¿era cierto? ¿o solo un sueño? No estaba segura, pero su cuerpo comenzó a temblar un poco. Lo quería o incluso ahora mismo lo amaba, pero ¿estaban listos para ese paso? ¿en serio querría él dar ese paso con ella? No lo sabía y aunque escuchaba las palabras que tendrían que eliminar cada uno de sus miedos, su mente no lograba procesarlas. Estaba permitiendo que sus miedos tomarán el control, así que mirándolo a los ojos simplemente permitió que de uno de sus ojos saliera una lágrima e intentó respirar profundamente, regalándole una sonrisa en el proceso. Mirando el elaborado anillo, que indudablemente los representaba en un solo objeto, era hermoso, sin duda alguna elegido a consciencia y eso le dejaba en claro que no era una decisión que hubiese tomado a la ligera y le permitió comprender que entonces eso no tendría porque ser un acto surgido del momento, no era algo planeado a conciencia. — ¿Escribir nuestro futuro juntos? —preguntó mirándolo a los ojos negros— Nada me gustaría más. Pero el cuento comenzamos a escribirlo desde hace más de tres años, y ninguno de los dos se lo pudo siquiera imaginar. Tras sus palabras, fijó su mirada en el anillo y dudando unos segundos, lo cual se reflejó con un atisbo de indecisión en la mirada, negó con lentitud. Tenía que tomar la decisión que tenía el poder de romperla o hacerla más fuerte, ¿estaba segura de lo que sentía por León? Si, ¿quería continuar a su lado? Claro que sí, se había vuelto su lugar seguro y cómodo, alguien a quien acudir cuando necesitaba ser escuchada o acompañada, era parte importante de su vida así que era momento de responder. —Si, si quiero casarme contigo. —respondió al fin, para segundos después unir sus labios en un profundo beso que intentaba transmitir todo aquello que sentía— Tengo miedo, nunca imagine volver a aceptar casarme con alguien, pero llegaste tú y has sabido llenar cada parte de mí vida. Colocando el anillo en su dedo anular, lo abrazó y se quedó escuchando el corazón del demonio. Estaba nervioso, se podía sentir como el latido de su corazón aún era acelerado, ¿dudaba de su respuesta? Al parecer si, pero ¿podía culparlo? No, porque incluso ella había tenido un momento de indecisión y que si bien, aún la tenía estaba segura que estaba tomando la mejor elección. Así que tendría que relajarse y dejarse llevar por el momento, porque no había vuelta atrás ante sus respuesta positiva. —Eres mi persona correcta, así que vamos a seguir escribiendo este camino juntos. —añadió mirándolo a los ojos y acariciando su rostro— ¿Tanto me quieres? —preguntó con una sonrisa traviesa en los labios, dando a entender que la pregunta podía ser interpretada de otra manera. Aún sentados sobre la arena, se sentó a horcajadas sobre él y disfrutó del contactó físico que tenían, guardando silencio y dejando que la emoción del momento la embriagará por completo y la hiciera sentirse plena y feliz.
  12. El último atisbo de luz del sol se filtró por la ventana de la pequeña sala en la que habían recibido a la Macnair, acto seguido la chimenea comenzó a arder lentamente con llamas color naranjas y amarillas. Las horas habían pasado rápidamente, más incluso de lo que podría haberse imaginado al inicio del día cuando toda una maraña de situaciones se congrego en la casona. Respirando profundamente observó a sus acompañantes y les regaló una sonrisa en cuanto vio como la vuelapluma paraba de escribir a toda velocidad y se dejaba caer en el regazo de su hermana. La entrevista había concluido, ¿habría sido suficiente lo que Arya había escuchado de sus labios? Esperaba que si, pero mientras tanto al no estar segura, únicamente esperó unos segundos antes de volver a llevar a sus labios un sorbo de zumo con el aderezo estrella de sus elfos; vodka. Antes siguiera de repetir la acción, escuchó el comentario referente a la espera, era cierto todos ansiaban ese momento en que pudiesen volver a mostrarse como orgullosos mortífagos y los viejos o nuevos líderes se alzaran con el poder. ¿Qué estaría ocurriendo con esa cuestión? No tenía ni idea, habían pasado al menos siete meses desde que todo comenzó a desplomarse lentamente para finalmente en enero desplomarse para quedar reducido ni a escombros lo que alguna vez fue el bando al que le entregó parte de su vida y lealtad. Sin duda, esperaba saber si volverían algún día antes de que decidiera retirarse a vivir la vida tranquila que prometía su futuro, lejos del ajetreó diario de Londres y recluida en la casona o en su negocio disfrutando de la buena vida. Saliendo de sus pensamientos, tomó entre su diestra la zurda de León y le regaló una sonrisa, disfrutando de su compañía y haciendo nuevamente notorio delante de la invitada que le era difícil separarse demasiado tiempo de él. Dispuesta a comenzar nuevamente con alguna cuestión que le diera la posibilidad de continuar conversando con su hermana y esta llegó al escuchar su pregunta. —Sabes que eso no tienes ni que preguntarlo hermanita y mi padre se hace el difícil pero espero pronto puedas hablar con él, —soltó con fingida molestia porque tuviese que preguntar algo así— ¿Qué se te antoja para cenar? —añadió colocándose también de pie. Comenzando con su camino hacía el exterior de aquella pequeña salita, los guío hasta el comedor principal de la propiedad. El cual estaba preparado para brindarles el servicio que requerían. —Cariño, ¿nos acompañas a cenar? —preguntó mirando al Crowley a los ojos y esperando su respuesta. Sabía que había pasado la totalidad del día a su lado pero no sabía si deseaba continuar de ese modo o tomarse algunos minutos para sí mismo. Girando a su hermana, la invitó a sentarse y asintió ante los elfos que comenzaban a ingresar al lugar con algunas bandejas con pequeños bocadillos que les permitirían picar mientras decidieran que era lo que deseaban cenar. —Arya, ¿cómo esta Amber? En estos momentos, debe estar enorme y cuéntame, ¿cómo va todo con Jank? —la curiosidad le pudo más y únicamente atinó a preguntarle. @León Crowley @@Arya Macnair
  13. La pasión y el deseo que sentían el uno por el otro, era parte fundamental de su relación así que el hecho de que aún no se hubiesen fundido en un éxtasis extremo era suficiente como para comprender que aquella velada era especial o sino especial, si le deparaba algo importante. Por lo que simplemente disfrutó del momento que sus labios y cuerpo se intentaban fundir como uno solo y segundos después se separó de él, para llevar la copa que anteriormente había dejado en la arena a sus labios y beber un sorbo más del vino. El apelativo que salió de los labios de León, consiguió que en el interior de la matriarca comenzara a formarse un cumulo de emociones que le eran difícil de controlar porque sentía como estas la embriagaban. No queriendo analizarlas a profundidad, únicamente aceptó interiormente que era importante en su vida y a su lado se sentía cómoda, feliz y disfrutaba de cada uno de los minutos que pasaban juntos, ¿eso era amor? Posiblemente, pero indudablemente, le daba miedo porque eso significaba que se estaba entregando en cuerpo y alma a él. —Me conoces bien, elegiste el sitio perfecto. —concordó ante el acuerdo que había hecho con su hermana, la cual estaba segura no había sido fácil de convencer de cooperar porque a pesar de que su trato siempre había sido un tanto distante, una a la otra se guardaban un cariño especial y único que pocos podían comprender— Jamás pensé verte en esta faceta hace veinte años. —compartió sinceramente mirándolo a los ojos y acariciando su rostro. Los recuerdos comenzaron a invadir su mente, consiguiendo que en sus labios apareciera una sonrisa traviesa y su cuerpo comenzó a incrementar su temperatura corporal al instante en que sus memorias la llevaron hasta los encuentros que sostenían dentro del despacho del demonio cuando este fue director de la academia. Negando lentamente, observó como el mesero en esos instantes les traía la ensalada que había pedido y la colocaba en una pequeña mesa improvisada delante del fuego la cual les otorgaría un poco de comodidad. —La mansión Black Lestrange —corrigió sin poder evitarlo a su novio— Además, debo decir que me gusta tenerte solo para mi en la casona de mi familia pero ahora que lo pienso, pocas veces he estado en el castillo de tu familia. —dejó ver parte de su pensar, algo que si bien en inició poco o anda le había importado en esos momentos le dejaba una pequeña espinita, que estaba segura no debería existir. Sacando de su mente esos pensamientos, consiguió que en sus labios apareciera una sonrisa y escuchó nuevamente decir a su novio los años, meses y días que llevaban compartiendo sus vidas. Jamás imagino que el tiempo en compañía y siendo pareja del pelinegro pasase tan rápido, tanto que casi parecía una broma pero ella mejor que nadie sabía que no era ni una broma ni un sueño, sino solamente la realidad de su vida. —Mucho tiempo mi amor, —admitió por fin— pero cuando lo pasas con la persona correcta pareciera que este corre más deprisa de lo que podemos imaginarnos, —mirándolo a los ojos volvió a relajarle un beso y después se dispuso a comer. Tomó entre una de sus manos un tenedor llevó hasta su boca un trozo del pulpo que contenía la ensalada, cerrando los ojos disfrutó del sabor que del bocado y permitió que saliera un gemido de placer de su boca. Recordando en esos momentos, que según creencias populares los mariscos eran afrodisiacos sonrió y tomó otro trozo de pulpo, pero esta vez se lo dio en la boca al Crowley. —Gracias, en serio que si gracias por sorprenderme con este tipo de detalles. —mirándolo una vez más, lo besó y segundos después disfrutó del atardecer y del viento que conseguía que sus rubios cabellos danzaran a su ritmo— Te quiero. —soltó sin pensarlo y volvió a mirar el cielo con la sonrisa reflejada en sus labios. Le basto para saber que admitir parte de sus sentimientos la dejó más tranquila.
  14. El momento ha llegado V2 (?) xDD Nick: Mia Black Lestrange ID: 83845 Conocimiento: Estudios Muggles Nivel de Magia: L Link a la Bóveda: N° 78345 Link a la Ficha: Mía Black Lestrange
  15. Sabía que Jank no era una persona constante en sus relaciones, ni en nada en general. Era una persona que se perdía demasiado tiempo y volvía queriendo aparentar que el tiempo no había trascurrido. Comprendía el sentir de su hermana, así que únicamente asintió y le regaló una sonrisa de confort, y no podía juzgarla porque ella misma había vivido durante tres años en un ir y venir que los volvía a unir con el paso del tiempo, dejando en claro que quizás ese encuentro fortuito hacía casi veinte años los había unido en más de un ámbito. — ¿Un mes o dos desde que ustedes lo dejaron? No realmente, creo que pasó al menos medio año y bueno solo puedo decir que Kaori y Aries siempre fueron buenos amigos y bueno supongo que una cosa los llevo a la otra. Quitó importancia a aquello que les estaba causando un poco de malestar o tensión entre hermanas y prestó atención al intercambio de palabras que fluía entre León y Arya, era peculiar como por un solo mago habían terminado hablando plácidamente tres personas que en otro tiempo, lo único que tenían en común era la Academia de Magia y Hechicería y ahora eran casi familia. Negando lentamente, sacando de su mente la idea de unir a dos familias ancestrales de la comunidad mágica. En cuanto escuchó las palabras de su novio, giró lentamente para observarlo a los ojos y tuvo que batallar un poco para no borrar la sonrisa de sus labios, ¿No descartaba el matrimonio? ¿En un futuro podrían considerarlo? Intentando mantener la calma, dejó soltar un suspiró y apretó un poco la mano que le acariciaba la suya. Intentando no dejar en evidencia que ese comentario la había descolocado un poco, sobre todo por lo dicho anteriormente. —Claro, el matrimonio llegará cuando deba llegar y si es que llega. —completó con tranquilidad, acercándose a sus labios para regalarle un beso rápido, una muestra de afecto que raras veces se permitían en público. Sin embargo, al ser la Macnair su hermana no se sentía incómoda y estaba segura que eso no le molestaría al Crowley y sino pues posteriormente tendrían que hablarlo para terminar de comprender la relación que tenían desde hacía más de tres años y que por fin estaba siendo algo que todo Londres podría considerar como real. —Las cosas han cambiado sí, pero las personas en esencia siguen siendo las mismas. —añadió con tranquilidad— Igual la dirección de Gringotts, no es algo que me guste presumir últimamente y casi prefiero volver a ser una simple profesora de Hogwarts y disfrutar de la sencillez de la vida, así como tener más tiempo libre. Tras sus comentarios, no dijo nada más y decidió volver a beber un sorbo de su bebida y disfrutó del sabor del vodka mezclado con el zumo de naranja y miró a la elfina, pidiéndole que trajera más bebidas y algunos aperitivos. @León Crowley @@Arya Macnair
  16. Pasar tiempo con el Crowley se había vuelto una de sus actividades favoritas y que más le hacían conseguir sobrellevar el estrés que causaba el banco en algunas ocasiones. El correr de los segundos y minutos era tan rápido que cuando quería darse tiempo había transcurrido una noche más, y con ello la mañana llegaba y era momento de volver a encerrarse en la rutina que se con el paso de los años se forjó en su día a día. Sentía que sus sentimientos comenzaban a engranar como si fuesen piezas de rompecabezas, y eso le daba un poco de miedo si era totalmente sincera consigo misma. Pero la decisión que había tomado la matriarca Black Lestrange era que iba a dejarse llevar y disfrutar del momento, no preocuparse por el futuro y eso era justamente lo que irónicamente le había funcionado en la relación que mantenía con León desde hacía más de tres años. —Disfrutar de nuestro tiempo juntos nunca ha sido un problema. —aseguró con una sonrisa—El mesero estará encantado de dejarnos solos o eso espero. —soltó dándole un beso más y disfrutó del momento, de la sensación de unirse con él con ese mismo detalle. Tomando la botella de vino de las manos de su novio, sirvió una cantidad generosa del líquido espumoso y posteriormente dejó la botella en la base con hielos. Para después tomar una de ellas de las manos y llevársela a los labios, disfrutando de la escena que tenían delante. La noche estrellada se reflejaba en el mar, dando paso a una extensión del cielo y enmarcando la postal con la fogata. —Brindemos por esta noche, y porque tienes un lado romántico mi amor, gracias. —soltó levantando la copa y mirándolo a los ojos con ternura— Siempre se puede experimentar algo nuevo y continuar disfrutando de estar juntos en todo momento y mientras sea posible. Sintiendo la mirada del demonio sobre su escote, consiguió que en sus labios apareciera una sonrisa aún más pronunciada, queriendo provocarlo un poco se acercó hasta su posición y se sentó sobre sus piernas y profundizó el beso que le había dado segundos atrás, con la única intención de disfrutar de su cercanía y dejar liberar un poco la tensión e incrementar la temperatura corporal de su cuerpo. —Si, tengo hambre… —soltó con un jadeo, dejando en claro que era otro tipo de hambre la que tenía pero se comportaría porque la noche iba a ser lenta y llevar la tensión sexual hasta el punto máximo siempre les había hecho sentir de manera más intensa. Tomando la carta entre sus manos y leyendo la carta, analizó cada una de las opciones que tenía para probar, quería algo frío que le ayudará a refrescarse y que permitiera comer sentados allí, en el sitio en el que se encontraban. —Una ensalada de pulpos de marruecos, ¿te parece bien? —le preguntó, sentándose nuevamente sobre una de las almohadas y cruzándose de piernas, dejó que el vestido mostrará un poco más de lo normal, pero no le importó. Esperando su confirmación el mesero se acercó hasta su posición. —¿Por qué se te ocurrió esta maravillosa idea? —se aventuró a cuestionar, lo que desde el día anterior le había alegrado el ´día y le había causado curiosidad.
  17. @ Bóveda aprobada. Bóveda N° 112585 de Frankie Tarly
  18. Subí de nivel, así que quizás vengo por última vez en mucho tiempo 0/ ID del foro: 83845 Número de Comprador Frecuente: 36 Link al perfil en la Web del Magic Mall: http://magicmall.harrylatino.org/mago_detalle_lista.php?buscar_mago_lista=83845&button=Ver+en+forma+de+lista
  19. Un día antes de la sorpresa Amanecer cada día a lado de León se había vuelto un pequeño placer que tenía el lujo de darse cada día desde que habían dado el paso decisivo en su relación: hacerla formal y gritarle al mundo que los rumores eran ciertos y desde hacía cierto tiempo eran uno parte de la vida del otro. Contrario a lo que pudo haber pensado, el compartir más momentos con el Crowley le ayudaban a relajarse y sentirse extrañamente protegida en un ámbito emocional más que físico, situación que en un inicio le había causado miedo pero que con el paso de los días había conseguido superar porque la vida había que vivirla y disfrutarla como tal. Por lo que esa mañana en cuanto se puso en preparo para ir a intentar uno de los tantos problemas que tenían normalmente los usuarios del Banco Mágico de Gringotts y vio a su novio allí acostado en su cama, estuvo tentada a enviar todo por la borda y quedarse a su lado, pero sabía que no podía hacerlo. Parte del compromiso que tenía consigo misma y con la comunidad mágica le impedía tomar esa decisión tan precipitada así que al terminar de arreglarse tan formal como siempre, aceptó la ayuda que él le ofreció para colocarse un abrigo que cubría su cuerpo del frío inclemente de Londres. —Espero no llegar tan tarde. —se despidió— Te quiero. Añadió antes de darle un suave beso en los labios. Disfrutó de la cercanía y con un suspiro se alejó unos cuantos centímetros para dar un medio giro, el cual la hizo desaparecer envuelta en una voluta de humo negro, que segundos después reapareció en su despacho de la institución a la cual había vivido esclavizada los últimos tres años y la que cada vez le resultaba más atrayente abandonar para dedicarse a vivir una vida mucho más tranquila. Pero no, aún no era el momento y quizás en un futuro cercano no lo sería tampoco, por lo que, con un movimiento de cabeza, era momento de trabajar. Concentrada durante algunas horas en su labor, no supo el momento exacto en el que su cuello comenzó a dolerle y con él la cabeza. Era demasiado el estrés que tenía entre sus manos, por culpa de algunos cuantos magos y brujas que solamente gustaban de quejarse por el más mínimo error o retraso en sus trámites, ¿qué no entendían que eran seres vivos y tenían una vida? Ellos decían que sí, pero parecía ser que no, que debían vivir por y para el banco, algo que quizás en otro momento le resultó atractivo, pero no más, y pensando en eso, observó como del abrigo que había llevado a la oficina, salió flotando una pequeña ave. — ¿Qué rayos? —soltó sin poder evitarlo. Pero antes siquiera de poder levantar su varita mágica, la criatura comenzó a darle un mensaje que le resultó sorpresivo y agradable, y que inevitablemente consiguió que en sus labios se formará una sonrisa permanente. Era un poco romántica la situación y jamás se imaginó ver una faceta de ese tipo en León y no porque no lo fuese sino porque era algo poco común, por lo que lo disfrutó y casi sintió en su interior que un detalle así era lo que quizás había necesitado en esos momentos de caos en el trabajo y el sin saberlo o consciente de ello se lo había dado. Por lo que no queriendo arruinar aquella tarde con más estrés, volvió a la mansión Black Lestrange, en donde esperaba encontrarse con el demonio pero no fue así, tuvo que dormir sola y disfrutar de lo que su mente podía llegar a crearse para la sorpresa que según el mensaje tendría al día siguiente, aunque estás nunca le hubiesen gustado, en aquella ocasión se dejaría sorprender totalmente. o.o.o.o.o.o.o.o.o A la mañana siguiente Eligiendo un simple vestido de color crema con un escote pronunciado en v en el pecho y la espalda, supo que era lo único que necesitaba por el momento, porque dentro de una pequeña maleta se encontraba un fino camisón y otro par de vestidos. No sabía a donde la llevaría el Crowley, pero estaba segura que sería el sitio adecuado para darse un pequeño momento para los dos en la ajetreada rutina del Reino Unido. Con esa convicción, disfrutaba de un poco de zumo de naranja con el típico toque de vodka, cuando escuchó como tocaban la puerta de su habitación, la cual abrió casi de inmediato y sintiendo el tacto de la alfombra debajo de sus pies, se acercó hasta su novio y lo besó con tranquilidad. Sorprendiéndose de verlo vestido totalmente de blanco, algo que le quedaba bastante bien y que combinaba con la elección del tono de su vestido. Regalándole una sonrisa, dio un pequeño giro para que la observará mucho mejor. —Tampoco estás nada mal, —respondió ante su cumplido— ¿Una sorpresa? ¿dónde iremos? Estoy segura que lo conseguirás, aunque no son mis favoritas. Con esas palabras se dejo guiar por completó por él y al sentir como sus ojos eran cubiertos, respiró profundamente y confió plenamente en el ojinegro. En cuanto terminó el movimiento típico de la aparición sintió debajo de sus pies, arena si eso era que estaba aún un poco caliente así que sin duda era un sitio cálido y con mar en el que se encontraban algo que sin duda comprobó en cuanto el olor a la sal llegó hasta sus fosas nasales. Caminando lentamente por la orilla del mar, sintió como poco a poco el estrés que tenía en su cuerpo iba disminuyendo, consiguiendo lo que solamente la tranquilidad del vaivén el mar habían conseguido desde hace algunos años. Escuchando la pequeña broma que su novio le había hecho, negó con lentitud e intentó girarse para quedar frente a él. —Sé que no me dejarías caer y si caigo, caemos juntos. —soltó para después buscar con una de sus manos su rostro y acariciarlo. Sus ojos aún permanecían vendados así que su misión no fue sencilla, pero conocía casi de memoria cada una de las formas del cuerpo de León, así que eso le bastó para conseguir su cometido. En cuanto se detuvieron y lo sintió lejos de ella, se tentó a quitarse lo que cubría sus ojos, pero no fue necesario porque en esos momentos él la retiro y pudo observar todo lo que la rodeaba. Estaban en una bonita playa, con una mesa preparada para pasar una bonita velada y ahora mismo, delante de ella se encontraba una fogata que destacaba la tenue luz del fuego sobre el mar azul y el casi atardecer en el horizonte. Era un momento increíble, y más por los tonos que se podían visualizar, era perfecto para tomar una foto y más, al sentir como las palabras del mago llegaban a sus oídos acompañadas de un beso. —Gracias amor, por esta sorpresa. —soltó volviendo a besarlo y sorprendida de que tuviera tan presente el tiempo que llevaban juntos, algo que ni ella era capaz de contar totalmente. Sabía que llevaban juntos algunos años, pero nunca supuso que tantos o al menos no desde que habían vuelto a estar en contacto frecuente. Así que abrazándolo, disfrutó unos segundos del silencio que instauró entre los dos y le regaló una sonrisa, la cual segundos después, se transformó en una más grande. Sentándose sobre uno de los cojines, lo invitó a hacer lo mismo y en cuanto lo hicieron, lo miró a los ojos. —Es hermoso todo esto, no era necesario y los sabes… me basta con tenerte a mi lado. —añadió mirando una vez más el mar y tomando entre su mano, una de él. Sintiéndose tranquila y disfrutando del momento. ____ Edit: corregir el formato
  20. El Banco Mágico de Gringotts certifica que Baby Catwoman, con ID 40089, y Ficha 111267, ha pagado el costo de 5000 G por esta bóveda trastero, que tiene por número 112566. Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  21. El Banco Mágico de Gringotts certifica que GoshI, con ID 13894, y Ficha 92096 ha pagado el costo de 5000 G por esta bóveda trastero, que tiene por número 112532. Atentamente: Mia Black Lestrange, Directora, Banco Mágico de Gringotts.
  22. Antes de poder responder a la pregunta de su hijo, sintió como pequeños fragmentos de lo que parecía ser polvo cubrían sus ojos causando que perdiera un poco de la visión que normalmente poseía. Negando con diversión, supo que había sido víctima de la arena del hechicero, algo con lo que lamentablemente poco o nada podría hacer y más al recordar aquellas veces que también habían puesto en apuros a su padre en la casona, cuando intentaba mostrarles a usar la varita mágica, casi como ahora le había ocurrido con su hijo. —Nadie nos verá, si estamos solos porque oportunamente una alarma de bomba en el Campus fue dada, de tal manera que todos han desalojado la universidad. —respondió con tranquilidad, puesto que sabía que su hermana había perdido un poco los estribos anteriormente y había causado un pequeño caos, que se había visto obligada a resolver— Cineade —siseó con tranquilidad. Una fina nube transparente de gas comenzó a aparecer alrededor del cuello de Eobard, consiguiendo de esa manera que sus vías respiratorias comenzarán a sufrir estragos y su cuerpo quedará completamente envenenado. Era un hechizo sencillo y muy útil que traía consigo el Libro del Equilibrio y estaba contenta de poder usarlo en esos momentos. Mirando su varita mágica, supo que tendría la oportunidad de hacer algo más pero quizás más tarde. Tenía que analizar de la mejor manera sus armas y la estrategia que seguiría porque sabía que el Black Lestrange, siempre terminaba saliendo de los aprietos en los que era colocado en los duelos de la manera más ingeniosa posible, algo que le agradaba y la hacía sentir orgullosa. —Maldición —pensó tranquilamente, de tal manera que el siguiente hechizo que el también hijo de Hivolt pronunciará se convertiría en una burla del original, algo que le dejaría un poco de ventaja— ¿Qué te pareció esta segunda parte del tour? —preguntó por curiosidad, siendo consciente de que poco o nada le había mostrar en esa ocasión.
  23. — ¿Una entrevista con mi padre? —meditó unos segundos la pregunta que le habían hecho y supo que era algo que no iba a poder responder del todo con honestidad— Podríamos llamarlo, a ver si tiene algún momento libre y puede venir a hacernos compañía. Desviando su atención hacía la puerta, notó la presencia de uno de los elfos más antiguos de la familia Sunev, quién al escuchar sus palabras asintió recibiendo la indicación no expresada verbalmente de la matriarca; avisar a @@Jock de que Arya estaba en la casona, para entrevistar a más de un Black Lestrange y que por tanto su presencia era requerida. Algo que inevitablemente le causó un poco de nerviosismo, porque si decidía acudir por fin conocería a León en persona y no solamente por hablar de él o por sus investigaciones para saber si era un buen partido para su hija. Sintiendo la mano de su novio sobre la suya, le restó importancia a esa sensación tan extraña que por unos segundos la había embriagado y escuchó el pequeño intercambio de palabras de sus interlocutores, soltando una pequeña risotada. Claro que no le había enseñado como volver a su habitación, pero cuando abandonaron la habitación juntos. Pensó que volverían de la misma manera, sumado a la conversación que habían tenido con Jessie, se distrajo del papel que debió haber realizado como anfitriona para él. Intentando recomponerse después de la pregunta que salió de los labios de Arya. Escuchó con atención la respuesta del Crowley y aunque se sintió un poco herida porque considerará que quizás en un futuro lejano tuviesen una unión matrimonial, simplemente esbozó una sonrisa y asintió como apoyo a sus palabras. También pensaba en que un matrimonio era demasiado pronto pero no lo descartaba con él, si bien su primer matrimonio había sido un fracaso total, y tenía miedo de volver a entregar su corazón a una persona, León se había ganado su amor y nada podía hacer para evitarlo o intentar contrarrestarlo. —No queremos correr cuando recién estamos comenzado a caminar. —comenzó con tranquilidad— Deseamos vivir paso a paso cada una de las etapas de nuestra relación, nos queremos y estamos disfrutando de hacerlo formal, claro que sí y aunque existían rumores desde hace algunos meses de que estábamos juntos, ahora la exclusiva que podrás tener es la que dice que León Crowley dejó su anhelada soltería desde que volvió a Londres y la ocupada directora de Gringotts es la afortunada de llamarlo novio. Tras esas palabras, miró al demonio y sintió como el malestar anterior ocasionado por sus palabras, desaparecía para dar paso a un sentimiento un poco más normal y coherente. Estaba cómoda con él y aunque comprendía el temor al compromiso que algunas personas tenían, aún prefería mantenerse en el estatus de divorciada o viuda según la persona a la que le preguntarán y no volver a añadir al final de su nombre el apellido de alguien más. Casarse era una decisión que tomaría a consciencia y más que en esa ocasión, sería la persona adecuada para acompañarla por el resto de su vida. Soltando un respiró asintió ante la afirmación de la Macnair, Aries y Kaori habían contraído matrimonio y no era cualquier cosa, porque a nadie le habían dicho, simplemente lo habían hecho e informado. Algo que le causó un poco de malestar, porque había sido su cuidadora desde que recordaba, era casi como un segundo hijo para ella y no la había tomado en consideración para su boda y eso más que enojarla, le había dolido. —Si, una sorpresa para todos y más para ti supongo… pero recuerdo haberte visto bien acompañada por Jank, ¿cómo van las cosas con él? —se interesó sin poder evitarlo, desviando un poco la atención de la entrevista que les realizaba y dando la oportunidad a que ella respondiera la pregunta antes hecha con relación a su parentesco. @ León Crowley @@Arya Macnair
  24. @@Thomas Clairmont Tu bóveda ha sido aprobada, los datos: Bóveda N° 112570 de Thomas Clairmont @@Dante De Angelis Tu bóveda ha sido aprobada, te dejo los datos: Bóveda N° 112543 de Dante De Angelis @ Hecho.
  25. Les dejo los depósitos: Garry M. Ollivander Xell Vladimir Potter Black Eobard A. Black Lestrange Mia. Tiberius Nerón Blackthorn justo Avril Malfoy Anne Gaunt Seba Granger Helike Rambaldi Vladimir

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