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Alexander Malfoy

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Todo lo publicado por Alexander Malfoy

  1. Ouh... Bueno, pues supongo que te recibiré como mi nueva hija, con resignación u.u (?) xDD Por mi parte doy el visto bueno, obviamente no hay ningún problema. Tal y como habíamos planeado Mizu, sólo habrá que esperar a que te metan en el árbol. Pues nada más, sólo decir eso. Yo ya me iba, ya dejo de molestar xD ¡Un saludo, familia! O: Nos leemos, Shelle xD
  2. Bueno, Blake, como te veo muy sola y muy perdida me temo que no tengo otra opción que acogerte u.u Supongo que será lo mejor para ambos (?) En teoría ya está, ya eres una Malfoy, aunque obviamente tienen que aceptarte y añadirte al árbol xD Como se menciona siempre que aparece un nuevo miembro en la familia, debo recordarte que aquí damos apoyo al bando de los mortífagos, aunque seguramente ya te haces una idea xD Creo que ya tengo las dos líneas cubiertas Así que sin más, me despido de todo el que me lea xD
  3. – Te voy a decir algo, chico Malfoy - dijo con arrogancia, adelantándose un par de pasos -. No a las dos cosas. Sí, me agradan las visitas, pero me reservo el derecho a aceptarlas. Y no, no recibo a todas las personas con varita en mano, sólo recibo así a quienes aparecen en medio de la noche en mi vestíbulo ocultado su rostro con una capucha. Reí ante la postura que había adoptado la chica. Ante aquella altanería, inadecuada en el trato hacia una visita, su belleza aumentaba más si cabe. Sostuve la mirada con ella un par de segundos y sus ojos verdes relampaguearon. – Buena respuesta - reconocí, encogiéndome de hombros. La sonrisa no desapareció aún de mi rostro –. Pero ya me he descubierto, por lo que has hecho bien en bajar la varita. Además, piensa que nadie de tu familia me hubiese permitido entrar en caso de que fuera una amenaza para los Granger. Si la mansión estuviese bien defendida no podría ni haberme acercado a la puerta, imagino... Aunque tampoco parece que haya nadie que pueda defender la fortaleza. Me acerqué a una repisa que colgaba de la pared, sobre la cual reposaban diversos objetos de valor que pertenecían a la familia. Una esfera blanca y resplandeciente llamó mi atención y pasé sobre su pulida superficie un dedo con suavidad, y sentí cómo una mágica energía recorría fugazmente mi brazo. - Yo sólo venía a... Ver cómo andaba este lugar – repetí en un murmullo. Allysson se mantuvo en silencio y no dijo nada más. Con un ligero movimiento de su varita, hizo que el vestíbulo pasara a estar completamente iluminado. – ¿Venías a ver como andaba este lugar? Te explico - comenzó a decir -. Comen, duermen, hablan, se duchan, pelean… no sé, lo que hacen las familias. La joven Granger caminó hacia un sillón de cómoda apariencia y allí se sentó, como si estuviera aguardando por algo. - Oh, Malfoy… Qué pena. Por lo general soy sarcástica y arrogante, pero no suelo ser tan descortés. Por favor toma un asiento - sonrió, mientras me invitaba a sentarme a su lado. Lo de sarcástica y arrogante era obvio ante los ojos de cualquiera -. En fin, supongo que conoces a algún familiar mío, ¿o es que solo te gusta socializar? Con cierta desconfianza, caminé hasta otro de los sillones ubicados en el hall de la mansión. Ahora estaba sentado frente a Allysson, y a mi izquierda se encontraba la extinta chimenea con las cenizas de un fuego anterior, y a mi derecha nacían las escaleras que ascendían hasta los pisos superiores, perdiéndose entre numerosos pasillos que se perdían en la oscuridad de la noche. – Conozco a algún familiar tuyo, supones bien. Con ninguno tengo demasiada confianza, pues de algunos sólo conozco el nombre y de otros el haberlos visto perdidos en algún lugar... En el Ministerio, algún comercio del Callejón... – una imagen acudió a mi mente, un viejo recuerdo, pero rápidamente la memoria se desvaneció –. Pero en realidad podría decirse que me aburría en la Mansión Malfoy y venía a ver qué me encontraba por aquí. Hice una breve pausa y eché una fugaz mirada al negro final de las escaleras. – Conozco a una chica, no sé si te sonará su nombre... Silverlyn. Y también conozco a... – iba a decir algo, pero detuve mis palabras. Una mueca de repugnancia se dibujó en mi rostro. Allysson escuchaba con atención (¿fingida?) cada de una de mis palabras, aún sin fiarse del todo en apariencia de mis intenciones. Se llevó una mano a lo boca y se comenzó a morder las uñas con ansiedad. Su pierna temblaba con impaciencia, como si estuviese aguardando a que me marchase por la misma puerta por la que había entrado y volviese a desaparecer en las tinieblas que se derramaban por las calles de Ottery. – ¿Molesto? Parece que ha sido una visita inapropiada. Quizás podamos relajarnos un poco, el ambiente está un poco tenso - el codo de mi brazo izquierdo se apoyaba sobre el respaldo del cómodo sillón y mi mentón sobre mi mano, y con los dedos de la derecha jugueteaba con la varita que descansaba en el bolsillo -. ¿No vas a invitar a tu huésped a tomar algo? Off: buff, como puedes ver, esta vez nada de inspiración. xD
  4. Allysson mantuvo la distancia, sin retroceder, y adoptó una postura firme y orgullosa que se pudo percibir en sus palabras. – Encantado de conocerte, Allysson. Bello nombre. Comprendo tu sorpresa, pues no pertenezco a tu familia. Soy un Malfoy, pero no tienes nada de que preocuparte – dije con una sonrisa en el rostro, intentando parecer amable a sus ojos. Di un par de pasos más, acercándome a ella, y a pesar de haberme presentado como miembro de otra familia ya no mostró ningún signo de desconfianza –. Dime, ¿qué es lo que ocultas? No parece que te agraden demasiado de las visitas, a no ser que a todas las recibas con la varita en alto. La miré fijamente a su bello y joven rostro, en un interminable cruce de miradas, aguardando su respuesta. Los dos continuábamos con la varita en nuestras manos, aunque estas ya no apuntaban directamente al otro mago. Sin embargo, era demasiado pronto como para bajar la guardia, aunque dudaba mucho de que aquello terminase en un peligroso cruce de hechizos y de maldiciones. La clara y pálida luz de los conjuros se despedía de la punta de las varitas e iluminaba el hall de la mansión, solitario y desierto aunque un mago y una bruja estuviesen allí iniciando una conversación nocturna. Un silencio procedía de las escaleras y las habitaciones de los Granger, indicando que habría poco movimiento en aquel bastión durante la noche. – Yo sólo venía a... Ver cómo andaba este lugar – comenté, echando una mirada a mi alrededor y contemplando brevemente la decoración con la que se daba la bienvenida a todo aquel que cruzase las puertas de la vivienda.
  5. Al fondo de uno de los pasillos había brotado una pequeña luz que cada vez se volvía más clara y cercana, acercándose lentamente a mí. Con precaución, alcé la varita y apunté en aquella dirección, dispuesto a convocar la ayuda de cualquier encantamiento en caso de que esto fuese necesario. Di un par de pasos con cuidado, procurando no hacer ningún ruido, y fugazmente percibí que una fría sensación recorría mi espalda, como si mi instinto licantrópico comenzase a aparecer tal y como siempre sucedía cuando se avecinaba un peligro, o cuando la luna llena estaba próxima. Finalmente, aquel pequeño resplandor reveló su propia procedencia. Una bruja joven y bella, de tez blanca y pálida como un temprano amanecer, sostenía en su mano una varita mágica, de cuya punta nacía el fulgor propio del encantamiento Lumos. Sus ojos verdes y profundos se clavaron en mí, escondiendo cierto interés y quizás recelo hacia aquel extraño con el que intercambiaba una mirada. Bajé la varita, como si aquella desconocida fuese absolutamente inofensiva, aunque puede que me hallase en un error y un hechizo por su parte me haría verlo, pero no fue así. Ella también escondió la suya. Levanté mi mano izquierda lentamente y ella volvió a mostrarse tensa y alerta, esperando a ver qué hacía. Levanté mi capucha revelando el secreto de mi rostro, desvelando mis rubios cabellos que cayeron hasta mi cuello. Mi mirada celeste y clara volvió a cruzarse con la suya, pura y limpia, y con una sonrisa intenté tranquilizarla. – Lumos – dije en un murmullo, buscando algo más de luz que clarificase aquella escena. Ella se mantuvo en silencio, mirándome aún, como hipnotizada por algún tipo de encantamiento. Reí y di un paso hacia hacia la joven bruja, aunque ésta se echó para atrás. – Tranquila, no tengas miedo – comencé a decir mientras alumbraba mi camino con la luz de la varita –. Me llamo Alexander. Y así dos luces comenzaron a intercambiar palabras en la penumbra.
  6. Era de noche y la luna crecía y crecía sin piedad, para maldición de mis familiares los licántropos, rodeada de estrellas. Me movía sigilosamente como una sombra oculta en las tinieblas, con el rostro camuflado e irreconocible bajo la oscuridad de mi capucha. A pesar de que era una apacible medianoche, durante la cual el ligero viento murmuraba entre las hojas de los árboles, en las calles de Ottery reinaba la soledad y lo único que alcanzaba a escuchar eran mis propios pasos, ágiles e imparables. Cada uno de ellos me condujo hasta la entrada de la Mansión de los Granger. Suspiré mientras sostenía mi varita en mi mano derecha, aunque esperaba que no tuviese que utilizarla, aunque si algo había aprendido durante los últimos años era a estar alerta y a caminar siempre con precaución, aunque eso nunca es suficiente. No iba a ser bienvenido en aquel lugar, a pesar de no representar ninguna amenaza y ser un completo desconocido para la mayoría de los que vivían entre aquellas paredes. Amigos o enemigos, daba igual, pues para mí los Granger eran unos extraños, y yo lo era para ellos, salvo para una persona a la que me ataron viejos recuerdos, pero eso es ya otra historia presa del pasado. Alcé la mirada y contemplé durante unos instantes la fachada de aquel lugar, como si quisiera traspasar sus muros con la mirada y escrutar lo que se hallaba en su interior, como si mi intuición me dictase que algún peligro o alguna sorpresa me aguardaban al otro lado de aquellas puertas que me daban la bienvenida al lugar. Levanté la varita y con ella apunté a la entrada y ésta se abrió de par en par con la ayuda de un hechizo que no se escuchó, descubriéndose así lo que se hallaba en el umbral del portón. Una luz acogedora del interior se derramó hacia afuera e iluminó mi figura. Volví a dejar escapar un suspiro y entré, cerrando con un nuevo encantamiento la entrada tras de mí con un ágil movimiento de muñeca. Una vez dentro miré a mi alrededor con serenidad, descubriendo así a una bruja que rápidamente desapareció en uno de los pasillos. Ni yo mismo sabía a qué había acudido exactamente a aquel lugar, pero había sentido como si algo en mi interior me hubiera arrastrado hasta allí. Esperaba no haberme equivocado al haber acudido a aquella llamada, esperaba que mi intuición ni mis impulsos volvieran a fallarme.
  7. ¡Weeeeeee! Vengo a hacer cambios a la ficha, que ya va tocando. o.ó Ahí lo dejo:
  8. Duelo con Santos Siento molestar tanto por aquí hoy, pero es que si no me hiciera falta postear no lo haría. u_u (?) Ha sido un duelo legendario. o.ó Y yo lo gané. :hero: Me gustaría que lo cerrasen, que ahí ya no hay nada más que hacer. D: xDD ¡Saludos y gracias!
  9. No soy Santos, soy Alex, pero bueno. D: xDD Bueno, aparte de eso, se me olvidó en el otro post decir una cosa... Al iniciar el duelo, Santos era neutral, por lo tanto, ¿puede usar el Avada Kedavra igual? Gracias otra vez. xD
  10. Bueno, vengo a consultar una duda que tengo en uno de los duelos. o.o Duelo contra Santos ¿Me pueden decir los tiempos? Además, creo que según eso Santos está muerto, pero vengo a confirmarlo. xD Gracias!
  11. Vengo a hacer unos pequeños cambios en mi ficha. xD De la última vez no se modificaron unas cosas, por cierto. o.o Y aquí la historia de mi personaje:
  12. Vengo a modificar unas cosas pequeñitas de mi ficha. xD Bueno, aquí lo dejo.
  13. Bueno, no sé si lo estoy haciendo bien, pero vengo a modificar mi ficha. xD Nombre del Personaje (Nick): Alexander Weasley Malfoy. Rango Social: Aprendiz. Sexo: masculino. Edad: joven. Nacionalidad: inglesa. Padre(s) Sanguíneo: Lilith Nix. Familia Sanguínea: Malfoy. Patriarca/Matriaca: no. Padre(s) Adoptivos: Familia Adoptiva: Raza: licántropo. Trabajo: Bando: neutral. Rango dentro del Bando: Habilidades Mágicas: Conocimientos Especiales: Objeto Magico Legendariol: Objetos Magicos: varita mágica y un pensadero. Licencia de Aparición: Licencia de Vuelo de Escoba: Mascotas: Lara, un halcón hembra. Aspecto Físico: mide 1'80. Pelo rubio y liso, ojos azules oscuros, barba de tres días. Alto, delgado y de complexión atlética. Tiene una cicatriz en el brazo izquierdo. Cualidades Psicológicas: amable, sincero, mujeriego y romántico, aunque toma las decisiones importantes con demasiada facilidad y puede llegar a enojarse fácilmente. Historia de Personaje: Alexander nació en un lluvioso 31 de diciembre. Sus padres lo abandonaron en la puerta de una casa, por motivos desconocidos, donde los muggles que vivían en ella lo tomaron como hijo adoptivo. Sus padres adoptivos lo trataron muy bien, como si fuera su hijo biológico, concediéndole todo tipo de cosas. Sin embargo, el joven desarrolló un carácter rebelde e inconformista. A medida que fue creciendo y cuando entró en un instituto muggle, Alexander se fue dando cuenta de que era un niño especial, con poderes especiales que ninguno de sus compañeros de escuela tenía, y esto provocó que niños cercanos a él lo marginaran. En un día como otro cualquiera, Alexander recibió una carta de parte de una familia llamada los Malfoy. Éstos lo invitaron a ir a su mansión en Ottery. El muchacho fue a la mansión y allí le revelaron que era un mago y que su madre biológica estaba allí: Lilith Nix. A pesar de todo, el joven no se sentía cómodo en su nuevo hogar. No se adaptaba bien y los miembros de su familia aún lo veían como a un desconocido, así que decidió salir y conocer gente. Conoció a Mey Potter Black, con quien enseguida comenzó una relación amorosa que duró poco tiempo por diversas razones, como por ejemplo que Mey no trataba bien a Alexander o que el corazón de éste perteneciera a otra mujer. Más tarde, conoció a Silverlyn Triviani, con la que inició una relación que jamás podrá olvidar pero que se quebró por varias razones. Durante el tiempo en el que estuvieron juntos y antes de que Silverlyn se cambiase de familia, compartía con ella tres hijas: Hana, Mizu y Luna. Actualmente, Alexander se encuentra estudiando en la Academia de Magia y Hechicería para poder ascender en el rango social. Otros Datos: tiene un especial odio y miedo hacia las arañas. Link a Bóveda Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?act=S...=0#entry3130727 Link a Bóveda de Negocio: Link a Bóveda Familiar Principal (La Sanguinea): http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78526
  14. http://i.imgur.com/LBMuB.png http://i.imgur.com/CroGH.png Fotografía de Alexander y Mónica Datos Personales: Nombre del Personaje: Alexander Malfoy. Sexo: Masculino. Edad: Adulta. Nacionalidad: Inglesa. Familia(s): Sanguínea: Malfoy. Adoptiva: Triviani. Padre(s) Sanguíneo: Gatiux. Padre(s) Adoptivos: Aland Black Triviani. Trabajo: Empleado. División de Bestias. Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. Poderes Mágicos: Rango Social: Unicornios de Bronce. Bando: Neutral. Rango dentro del Bando: -- Puntos de poder en objetos: 80 Puntos de poder en criaturas: 10 Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: Artes Oscuras. Aritmancia. Perfil del Personaje: Raza: Licántropo. Aspecto Físico: http://i.imgur.com/wS0Ee.jpg Alexander Malfoy Es un joven alto y delgado, de complexión atlética y piel de aspecto normal, ni muy morena ni muy pálida, en un equilibrio perfecto. Posee unos hipnotizantes ojos azules de intenso brillo, muy expresivos. Suele afeitarse la barba con frecuencia, aunque siempre mantiene en su mentón una pequeña perilla. Tiene el pelo largo hasta los hombros, de cabellos rubios como el oro, liso. En su rostro suele brotar una media sonrisa ante determinadas situaciones que le causan gracia, satisfacción o suficiencia. Quienes se encuentran con él con frecuencia, todos dirían que se trata de un joven que siempre anda sumido en su propio mundo, con la mirada perdida en alguna parte de la que no quiere volver. Desde fuera se ve como alguien frío, con movimientos lentos, pero cuando pierde el control parece una persona totalmente diferente, tal y como ocurre en los días anteriores a su transformación. Cuando es noche de luna llena, su pelaje es totalmente blanco, como si se tratase de un lobo de las nieves. Tiene diversas cicatrices en varias zonas de su cuerpo, tales como el brazo derecho, el vientre o una surcando su mejilla izquierda. Varias de las cicatrices de su vientre son fruto de varios cortes de espada que Alexander recibió en una de sus noches de luna llena. Al otro lado del vientre, se encuentra una que surgió a raíz de un corte provocado por las zarpas de un colacuerno húngaro. Bajo su ojo izquierdo tiene otra, producida por un cuchillo en una pelea callejera en la cual casi se queda ciego. En su brazo derecho se encuentra la última, cuyo origen no alcanza a recordar pues se la ganó cuando estaba borracho. También tiene varios tatuajes decorando su piel. Cada uno de ellos representa una etapa de la vida de Alexander, y tan sólo él sabe el significado que tiene cada uno. En la espalda tiene tatuado un fénix con las alas abiertas, como si estuviese a punto de echar a volar. Su brazo izquierdo lleva el tatuaje de la Marca Tenebrosa, como recuerdo de cuando fue mortífago por vez primera. El pectoral izquierdo está decorado con una runa antigua, recuerdo de un amor roto. Su vientre guarda un extraño símbolo indescifrable para cualquiera, pues su forma no recuerda a nada conocido. En su pierna derecha está dibujada una luna en cuarto creciente. De entre todos los tatuajes, este tiene el significado más obvio. La ropa que más utiliza son unos viejos y desgastados vaqueros combinados con una camiseta negra. En invierno suele llevar también un gorro azabache puesto en la cabeza junto con una chupa de cuero o un abrigo de tintes oscuros que protege su cuerpo del frío, así como una braga cubriendo su cuello y mitones en sus manos. Detesta las túnicas y demás prendas de ropa usadas dentro del mundo mágico, y quizás sea por falta de costumbre por la que prefiere la sobriedad de las ropas muggles. Cualidades Psicológicas: Alexander es frío. Astuto y reflexivo, aunque puede llegar a ser muy impulsivo cuando se deja llevar pos unos sentimientos profundos que siempre oculta a los ojos de los demás. Dichos sentimientos sólo brotan y los hace dejar ver ante aquella persona a la que más quiere, ante la mujer que ama. Le cuesta coger confianza con la gente, pues prefiere vivir aislado antes que verse involucrado en cualquier evento social y rodeado de otros magos y brujas, y aunque se encuentre acompañado por alguien de fiar sigue rehusando a mostrar lo que siente. Prefiere pasar desapercibido a ser el centro de atención. Con una gran ambición por llegar a ser un gran mago, vive a la sombra de su pasado y dominado por una vieja melancolía con la que ha tenido que aprender a convivir. Una oscuridad intensa crece en su interior desde que fue mordido por un licántropo en su infancia, por lo que siempre lleva encima, a pesar de que lucha por ocultarlo, un gran instinto asesino. Nunca sabe si hace lo correcto o no, y por ello siempre vive preguntándoselo, y más de una vez ha hecho algo de lo que más tarde se ha arrepentido durante mucho tiempo, castigándose una y otra vez por cada uno de sus errores. Lo da todo por aquello que quiere hasta que lo consigue, jamás se da por vencido ante nada. Podría decirse que cuando Alexander pierde la esperanza en lograr uno de sus objetivos, es porque es imposible alcanzarlo para cualquiera. Quizás a veces peque incluso de egoísta cuando se centra en conseguir aquello que quiere, olvidándose de todo lo que hay su alrededor e incluso utilizándolo a su antojo para salir victorioso. Historia: Alexander Malfoy nació en un frío y lluvioso 31 de diciembre entre los Malfoy, pero su madre Gatiux lo entregó a una familia muggle para que lo cuidasen como uno más, creciendo entre ellos y sin conocimiento alguno de que se trataba de un mago descendiente de un noble linaje hasta muchos años más tarde, pues tan pronto entró en su nueva familia siendo tan solo un bebé perdió su apellido y adoptó el apellido Gallagher. Cuando tenía cinco años, un extraño que se hacía llamar Christopher Vega lo fue a visitar a su casa de Londres, y lo sometió a una pequeña prueba, alegando que tanto el pequeño Alexander como él eran dos magos. La prueba consistía en que el pequeño brujo debía escoger un objeto entre cinco que había, y de entre todos él escogió una pluma de fénix. Ante este hecho, Vega se marchó, enojado, de la casa de los Gallagher y no regresaría allí hasta mucho después. Alexander no comprendió entonces qué significaba nada de aquello, ni qué implicaba su elección, y nunca llegaría a saberlo. Tras este suceso, Alexander comenzó a tener extraños sueños que lo atormentaron cada noche durante muchísimo tiempo, y en todos ellos aparecían un grupo de personas que no conocía que lo llamaban por otro nombre: Alexander Malfoy. Estos sueños se repetían cada vez que tenían la oportunidad y provocaban un gran sufrimiento e incertidumbre sobre el joven mago, aunque, en una noche, cuando tenía dieciséis años, un joven de pelo naranja que también era brujo le desveló el significado de las repetidas pesadillas con un acertijo: Encuentra a esas personas, y encontrarás a tu verdadera familia. Gracias a la ayuda de aquel misterioso chico, Alexander se pasó semanas buscando a quienes se aparecían en sus sueños nocturnos. Poco después de aquel encuentro fue mordido por una vieja amiga de su infancia, la cual siempre le ocultó su verdadera naturaleza licantrópica. Estuvo a punto de morir desangrado, sin embargo, Vega lo ayudó y lo salvó, aunque al devolverlo a la vida tuvo que hacer un sacrificio; un sacrificio que provocó que en el interior del Malfoy brotase una misteriosa oscuridad que lo acompañaría desde aquel momento. Con todo aquello, Alexander olvidaría toda su vida pasada. Borrón y cuenta nueva. Años más tarde, una bruja pelirroja de gran renombre se puso en contacto con él y lo contrató como asesino, valiéndose de una espada, puesto que aún no era capaz de controlar su magia. Si Alexander la ayudaba, ella lo ayudaría a encontrar a su familia, y la bruja cumplió su trato, llevándolo finalmente a la Mansión Malfoy, donde conoció a todos sus parientes que lo estaban esperando, para luego comenzar a estudiar en la Academia de Magia y Hechicería y llegar convertirse en un mortífago. Una vez en Ottery, Alexander tuvo una relación amorosa con Mey Potter Black y con Silverlyn, durando la primera poco y la segunda mucho más. Silverlyn fue un gran capítulo en la vida de Alexander, un amor loco e imposible que lo marcó, pero como todo, terminó, y Alexander no volvió a ser el mismo desde entonces. Después de ese suceso, se alejó de Londres y de la sociedad mágica en busca de la tranquilidad que necesitaba, desapareciendo así del bando de los mortífagos. Durante sus múltiples y largos viajes a lo largo del mundo, se dedicó a hacer un estudio sobre la vida y naturaleza de los dragones así como de otras criaturas mágicas. Ahora vuelve de nuevo con la intención de hacerse un hueco en la sociedad mágica. Tiene un negocio en el Callejón Diagón llamado Passio Arcanum, el cual comparte con Mónica Malfoy Haughton, y busca un lugar en el ministerio de magia desde el Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas, así como también desea retornar cuanto antes al bando mortífago. Tras su regreso, ha revivido una historia pasada con Mónica Haughton, con la que mantuvo una cercana amistad durante toda su vida, y buscó junto a ella la serenidad que durante toda su vida ha buscado, compartiendo así un futuro con la bruja, pero la relación finalmente rompió. El nuevo fracaso amoroso hizo mella sobre Alexander, aunque en el fondo siga amando a la bruja. Tras aquella relación y a pesar de que el amor por la Haughton nunca llegó a desaparecer, Alexander tuvo encuentros con otras brujas con las que compartió ciertas noches pero nunca llegó a ir más allá, siempre con el recuerdo de la mujer a la que más amó en su mente. Siguió viviendo en la Mansión Malfoy pero pasando totalmente desapercibido, sin hacer mucho ruído, trabajando en silencio hasta que los mortífagos estuviesen dispuestos a recibirlo de nuevo en sus filas. Historia detallada: Pertenencias: Objeto Magico Legendario: -- Objetos Magicos: Objeto 1: Varita mágica de madera de acacia y nervios de corazón de dragón. 31 centímetros, rígida. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 pts. Objeto 2: Guitarra mágica. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 pts. Objeto 3: Pensadero de plata. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 pts. Objeto 4: Daga de plata. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 pts. Mascotas y Criaturas: Criatura 1: Halcón. Clasificación: X -no mágica- Puntos de poder: 10 pts. Elfos: -- Licencias, Tasas, Registros: Licencia de Aparición: Aprobada Licencia de Vuelo de Escoba: No Registro de XXX: -- Otros datos: Otros datos: Tiene un especial odio hacia las arañas, surgido a raíz de un encuentro con una acromántula, y los elfos domésticos. Es un virtuoso de la guitarra eléctrica. Su mayor pasión es la música rock, aunque también ama el deporte, en especial el quidditch del mundo mágico. En el pasado tuvo problemas con la bebida y coqueteó con las drogas. Siente especial debilidad por los dragones. Odia su condición de licántropo. Siempre lleva encima un frasco con su recuerdo más preciado. En uno de sus viajes a Egipto para estudiar a las esfinges, recibió como regalo una misteriosa daga cuya historia todavía desconoce. En aquel mismo viaje, recibió un mote que aún le dura hoy día. Los egipcios lo llamaban Chacal. Sin saber ni siquiera cómo se lo ganó, hay quienes también lo llaman Cuervo. Cronología de cargos: -- Premios y reconocimientos: -- Links de Interés Referentes al Personaje: Link al Perfil de Comprador MM: -- Link a Bóveda Personal: Bóveda Nº 81313 Link a Bóveda Trastera: -- Link a Bóveda de Negocio: Bóveda Nº 97727 - Passio Arcanum (Cerrado) Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Nº 78526 - Familia Malfoy Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Nº 78361 - Familia Triviani

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