Noeline Malfoy McFarlan

Noeline Malfoy McFarlan Interior de la niebla Las varitas brillaban en la penumbra mientras los hechizos chocaban en el aire. El estruendo de los conjuros se mezclaba con los rugidos y aullidos de las criaturas, creando un caos ensordecedor. Noeline se movía con agilidad, confiando en su entrenamiento y en su intuición para protegerse y proteger a sus compañeros. Cada movimiento, cada hechizo lanzado, estaba imbuido de su compromiso por la comunidad. Sabía que había mucho en juego y que el éxito de su misión no solo dependía de su valentía, sino también de su ingenio y cooperación con el equipo. Belmont Dubois Exteriores de Hogsmade Luego de la explicación de la medimaga donde le indicaba que tenía que sostener la extremidad herida y aplicar una serie de movimientos cuidadosos para asegurar que los huesos volvieran a su posición correcta. Aunque nervioso, Belmont seguía cada una de sus instrucciones con la mayor precisión posible, tratando de ser de ayuda en lo que podía. En ese instante crucial, Belmont intentó centrarse, nunca se había visto su rostro tan serio como en ese instante. Cerró los ojos por un momento, visualizando mentalmente la estructura de un brazo humano, recordando cada articulación y hueso. Trató de recordar cómo solía mover su propio brazo y cómo era una posición que consideraba "normal". Guiado por esa memoria interna y su intuición, comenzó a mover cuidadosamente el brazo del mago herido, aplicando su mejor intento para enderezarlo siguiendo los lineamientos de la medimaga. Con paciencia y concentración, fue adaptando el movimiento hasta que el brazo pareció adoptar una posición que le parecía más cercana a lo que recordaba. Aunque su confianza se tambaleaba ante su falta de experiencia y conocimiento médico, Belmont perseveraba, motivado por la urgencia de la situación y la esperanza de que su ayuda fuera valiosa para el mago herido. Esperaba sinceramente que su esfuerzo contribuyera a aliviar el sufrimiento del herido y a facilitar su pronta recuperación. Y mirando hacia Bodrik esperaba su aprobado para lo que acababa de realizar. El tiempo parecía extenderse mientras se enfocaban en su tarea. Era una unión momentánea en la que el deseo de ayudar y la necesidad de habilidad médica se fundían en una colaboración inesperada. Aunque el peligro acechaba y el futuro era incierto, Belmont se encontraba decidido a contribuir y hacer una diferencia en medio de la emergencia. Su corazón latía con fuerza, impulsado por la adrenalina y la responsabilidad de estar allí, intentando marcar un cambio positivo en un momento de desesperación. @ Ludwig Malfoy @ Mica Gryffindor @ Eterno Black Triviani @ Malum Luxure @ Ada Camille Dumbledore@ Anthony R. Dracony M. @ Bodrik

Belmont continuaba disfrutando de su sándwich, saboreando cada bocado y dejándose llevar por la atmósfera mágica y animada del lugar. Desde su posición, escudriñaba cada rostro por si coincidía con algún conocido de Inglaterra o de otros lugares. De repente, una sensación de añoranza por su amiga pelirroja lo sorprendió. Ella compartía su pasión por el deporte y tenía mucho tiempo sin verla. Deseaba que ella también estuviera allí para vivir ese momento especial. Aunque sospechaba que no llegaría, mantenía la esperanza de verla entre la multitud. Su mirada se detenía en cada mechón pelirrojo, esperando que fuera ella. Terminado el bocadillo y más alegre de lo habitual, con una sonrisa en su rostro, Belmont recorrió los diferentes puestos del Magyc Fest, disfrutando de la diversidad cultural reflejada en la música, la comida y las coloridas artesanías. La música en vivo llenaba el aire, fusionando ritmos de diversos orígenes mágicos. Cada nota era como un hechizo musical que lo envolvía, transportándolo a un mundo de emociones y alegría. Mientras caminaba, divisó a lo lejos un grupo de artistas callejeros realizando impresionantes trucos de magia, hechizos adaptados para entretener a las masas. Se detuvo a observar maravillado, recordando su infancia y las horas que solía pasar intentando replicar aquellos trucos, aunque su torpeza general con la magia hacía que sus resultados fueran nulos. Una sensación en su ser lo hizo girar la cabeza, esa misma percepción de ser observado por alguien más. Y no estaba equivocado, pues una menuda silueta se había fijado en él. Si no se equivocaba, era la joven médico que había conocido en el suceso de Hogsmade. Se acercó con una sonrisa y, sin pensarlo siquiera, se lanzó a darle un efusivo abrazo. A veces, le surgían esos arrebatos de entusiasmo, más a menudo de lo que la gente común consideraba normal, y Belmont parecía no notar las incomodidades. ―¡Qué sorpresa verte aquí!― exclamó soltándola finalmente. @ Ludwig Malfoy @ Darla G Dumbledore @ Ada Camille Dumbledore @ Bodrik

Noeline estaba encantada con el juego que desarrollaba delante de sus ojos. Hubiera preferido que fueran los Magpies quienes se enfrentaran en este juego, pero que los cuervos hayan llegado a este punto no era coincidencia y cada uno de sus siete jugadores lo dejaba claro tras cada segundo del partido. La energía palpable en el estadio era indescriptible, y la emoción de estar en la final de la Superliga Europea de quidditch se reflejaba en cada rostro y gesto de los aficionados. Los de celeste que venían confiados apoyando al favorito y los pocos de las tierras del norte que habían llegado con la misma determinación que el equipo al que apoyaba. ―Los Tornados son los favoritos de Inglaterra.― Bodrik, mostraba interés genuino en aprender y entender el juego, a lo que Noeline respondió proporcionando algunos detalles y anécdotas sobre los equipos y jugadores, tratando de hacer que la experiencia fuera más enriquecedora para ella. ―Yo juego para el equipo escocés y los dos últimos años nos disputamos la final y en ambas ocasiones ellos salieron ganadores.― comentó mientras en su rostro se dibujaba el disgusto que le producía recordar cuan cerca habían estado de la copa. ―Por otra parte están los cuervos, así se conoce a los de Kattegat Krakor, desde que regresó el quidditch es la primera vez que se los ve en las canchas europeas. El año pasado algunos de ellos participaron en el mundial. El guardián, la buscadora, uno de los golpeadores y un cazador estuvieron representando al combinado Escandinavo que reúne a los países de Dinamarca, Noruega y Suecia, quedaron terceros venciendo a Francia. El otro golpeador jugó para Jamaica y Zahara Nabirye jugó para Uganda, el equipo campeón, y fue la mayor goleadora del mundial. Con un equipo así tienen casi asegurada la victoria. Mientras el partido avanzaba, Noeline no podía evitar la sensación de que estaba presenciando algo especial, algo que quedaría grabado en su memoria para siempre. El quidditch no era solo un juego; era una pasión que unía a personas de todo el mundo mágico. El estadio era un microcosmos de esa pasión, un lugar donde las diferencias se olvidaban y todos se unían para celebrar el deporte que amaban. @ Bodrik

A medida que la tarde se desvanecía en la noche, las luces de colores comenzaron a iluminar el cielo, creando un ambiente aún más mágico y enérgico. Al pasar junto a un puesto de comida, el aroma tentador de los platillos llenó el aire y estimuló su apetito. Belmont no pudo resistirse y se acercó al puesto, donde una vendedora de aspecto amable y sonrisa contagiosa lo saludó. Era una mujer de mediana edad, con el cabello oscuro recogido en un moño alto que dejaba al descubierto su rostro radiante y lleno de entusiasmo. Sobre toda su vestimenta, destacaba un delantal colorido. ―¡Bienvenido, jovencito!",― exclamó la vendedora con alegría cuando lo vio cerca de su puesto, mientras le guiñaba un ojo. ―Te encuentras en el lugar perfecto para satisfacer tu apetito. Se te nota en el rostro que buscas algo delicioso. Belmont asintió con una sonrisa a las palabras de la extraña y repasó con la mirada las opciones que se exponían delante de él. Había pequeños sándwiches de diferentes sabores, croissants rellenos de ingredientes deliciosos y una variedad de quesos acompañados de pan fresco y aceitunas. Los ojos de Belmont recorrieron el surtido mientras su estómago rugía. ―Todo se ve increíble―, admitió Belmont con una sonrisa muy amplia, ―pero no estoy seguro de por dónde empezar. ¿Tienes alguna recomendación especial?― La vendedora rió suavemente y señaló un sándwich de panecillo con un relleno de carne estofada y salsa de cerveza. ―Este sándwich es una delicia típica de Bélgica, he notado por tu acento que no eres de acá. El panecillo es esponjoso por dentro y crujiente por fuera, y el relleno de carne tierna y sabrosa te transportará.― Belmont no dudo ni por un instante y asintió entusiasmado mientras la vendedora se lo entregaba. Mientras el rubio mordía el sándwich, los sabores se desataron en su boca, despertando recuerdos de su niñez que parecían olvidados. No tenía muy claro pero los aromas y sabores le recordaban a su casa y algo inesperado, a la casita en las afueras, donde vivía su abuela. No había pensado en ello hace años y un panecillo la traía a su memoria, que injusta podía ser la mente humana. Notó como una lágrima se deslizaba por su rostro. ¿Qué le sucedía eso no era propio de él? Además estaba alegre, no podía notar ni un rastro de tristeza. Aún con el bocadillo en la mano se estiró en su lugar recorriendo con la mirada el lugar. Este tipo de eventos solían estar abarrotados de conocidos. Esperaba poder encontrarse con algún amigo pronto. @ Ludwig Malfoy @ Darla G Dumbledore @ Ada Camille Dumbledore @ Bodrik

Al acercarse al lugar, pudo sentir la emoción en el aire. Un inmenso escenario se alzaba majestuosamente frente a él, listo para albergar a más de 30 grupos musicales de renombre. Las notas mágicas y los ritmos vibrantes se escapaban de los ensayos que resonaban en los alrededores, anticipando una experiencia musical verdaderamente asombrosa. El festival no solo ofrecía una amplia gama de actuaciones musicales, sino también salones dedicados a concursos de karaoke y exhibiciones de talento mágico. Belmont se sintió atraído quería probar todo lo que se ofrecía en el lugar, si fuera más sensato se daría cuenta de que el tiempo no daba para tanto, pero eran detalles que se le solían escapar al belga. Mientras Belmont exploraba los terrenos del festival, se maravillaba ante la mezcla de sonidos, colores y emociones que se entrelazaban en el ambiente. Sin olvidar el espíritu de solidaridad y apoyo a las víctimas que había promovido aquel evento. A medida que avanzaba por el recinto del festival, Belmont comenzó a notar una diversidad impresionante entre los asistentes. Los murmullos de diferentes idiomas llenaban el aire, creando una sinfonía lingüística que rivalizaba con la música que comenzaba a sonar desde el escenario. Magos y brujas de todas partes del mundo se reunían en aquel lugar mágico, y sus distintas nacionalidades se manifestaban claramente en la forma en que se comunicaban y se vestían. Le llenaba de calor el pecho, el ver la alegría que se palpaba al rededor, muy distinto al evento que había dado origen a todo eso. ¿por qué la gente no se mantenía así? @ Ludwig Malfoy @ Darla G Dumbledore @ Ada Camille Dumbledore @ Bodrik

En las gradas del estadio, el aire vibraba con la emoción de la final de la Superliga Europea de quidditch. Noeline no quitaba su mirada de los jugadores que se deslizaban con gran pericia en sus escobas, estaba absorta en cada movimiento. Había perdido su oportunidad en ese torneo pero no le podían quitar el deporte que tanto amaba, el quidditch era su mundo entero. Sus ojos escudriñaban cada acción, capturando la danza caótica de cazadores y golpeadores, la destreza de los guardianes y la velocidad deslumbrante de los buscadores. El equipo escandinavo estaba cerrándole la boca a la crítica. ¿Qué diría Roto Skeeter al ver en la final a un equipo que había calificado de poco trascendente? La buscadora de ellos parecía moverse con una gracia inigualable, como si estuviera sincronizada con su escoba en una danza de precisión. Era un juego ejecutado con maestría y sin un solo error. No había otra palabra que pudiera describirlo sino perfecto. A su lado, Bodrik, a quien Noeline había acabado de conocer reducía mucho sus comentarios sobre el partido que se desarrollaba delante de sus ojos. Podía sentir que Bodrik era una novata en el mundo del quidditch. Intentando ser amable ofreció su ayuda. ―Si algo del juego no te queda claro, no dudes en preguntarlo. ―¡Mira al guardián!― continuó señalando a la enorme masa que cubría los aros en un extremo del campo― Es otro ejemplo del juego escandinavo. Tienen un don sobre las escobas, es agradable verlos en la cancha. Incluso ha anotado algunos goles para su equipo.― concluyó recordando que hablaba del jugador y no de todo el equipo al completo. A su alrededor las gradas resonaban con un estruendo constante y animado. Los espectadores, emocionados y entregados al partido, llenaban el aire con aplausos, vítores y cánticos. El sonido de las voces se entrelazaba en una mezcla ensordecedora, mientras el crujido de los asientos y el eco de los tambores añadían textura al ambiente. Era un ruido intenso y vibrante, un eco del fervor de la multitud que celebraba cada jugada con entusiasmo contagioso. @ Bodrik @ Luna Gryffindor Delacour

Las habitualmente tranquilas afueras de Hogsmeade, no se mostraban tal que así, el viento traía en su movimiento el ruido de gritos humanos y de fieras que se entremezclabas en una horrible armonia. Sobre sus cabezas el sol ya no brillaba, las nubes lo ocultaban como si fueran una extensión de la niebla que escondía al pueblo de la ayuda mágica. Con su cabello claro y alborotado y sus ojos brillantes de determinación, se había aventurado a ofrecer ayuda a la medimaga asiática, de la que se le escapaba el nombre, nunca se le había dado bien recordar esos datos pero seguro no se daría cuenta. Sin embargo, su conocimiento en medicina era tan limitado tal vez un infante tendría más que hacer o decir al respecto. Había seguido cada una de las palabras de la medimaga con atención. Comenzó a hablar de sus orígenes hasta que se percató que sus palabras no habían sido del todo claras. ―Disculpe, creo que no me supe explicar―, dijo en un tono amigable, tratando de disimular su nerviosismo. ―Yo no soy francés, soy belga, pero me he criado y trabajado allá―, explicó mientras sus ojos continuaban atentos a lo que hacía sobre el mago herido. ―Estudié en Beauxbâtons―, añadió con una pequeña sonrisa, como si reviviera en su mente los pasillos elegantemente adornados y los jardines cuidadosamente cuidados de la famosa escuela de magia francesa. ―¿Qué se supone que es enderezar?,― preguntó Belmont, mostrando su desconocimiento en cuestiones médicas, a las indicaciones que le daba. La posibilidad de hacer el ridículo no lo detuvo. Aunque en el quidditch solían surgir muchos accidentes, él nunca se había visto en una situación así. ―¿Lo estiró hasta ponerlos en su forma habitual?― A pesar de no tener certeza absoluta, estaba dispuesto a intentarlo. Llevando sus manos hasta el brazo del herido y dispuesto a hacer el movimiento respectivo de inmediato. @ Bodrik @ Ludwig Malfoy @ Mica Gryffindor @ Eterno Black Triviani @ Malum Luxure @ Ada Camille Dumbledore@ Anthony R. Dracony M.

Las horas avanzaban en el elegante salón, Belmont había tenido el placer de compartir los últimos minutos con una persona ante quien en otra situación le habría resultado complicado y casi imposible cruzar más de una palabra. A su alrededor la música fluía como un hechizo mágico que envolvía a todos los magos y brujas del lugar. Hasta sus oídos llegaban entremezclado con las notas musicales los sonidos de las risas y las voces de quienes se movían sobre la pista. La pasión de Belmont por el quidditch era tan desbordante como un caldero hirviendo. Había soltado una verborrea sobre el deporte mágico, desencadenando un flujo incontenible de palabras que parecían no disminuir en algún momento. Había sido poco delicado de su parte y recién se daba cuenta. Así que su mejor opción era guardar silencio al menos por unos segundos. El propio Belmont era consciente de su tendencia a monopolizar la charla, cuando de quidditch se trataba. ―Disculpa si no te he permitido hablar,― dijo con una sonrisa juguetona, mientras una de sus manos recorría sus rubios cabellos. ―A veces me dejo llevar y no soy muy consciente. Pero la francesa a su lado parecía lo suficientemente amable para no reparar en ello, y añadir algunos comentarios de su propia experiencia en el deporte. Ada le había extendido una nueva copa hacia la mano que tenía libre, sin dudarlo y de manera automática la tomo. La champaña burbujeaba dentro del cristal. Mientras la Ministra expresaba el motivo de su brindis, las copas chocaron con un tintineo cristalino. ―Por un próximo torneo que sea más favorecedor para París― dijo completando las palabras de la Dumbledore. ―y por ver a la intrépida Ministra francesa dominar los cielos sobre su escoba.― Concluyó con un guiño. @ Ada Camille Dumbledore @ Ashley Emily Black Lestrange M. @ David Augustus Lestrange

Noeline Malfoy McFarlan Mansión Malfoy En el exterior el día comenzaba a clarear y la pelirroja aún no había cambiado su cómodo pijama gris y negro. Noeline se encontraba en el comedor de la mansión, disfrutando de su desayuno. El ambiente era sereno y elegante, con la luz suave que filtraba a través de las cortinas de seda. Desde pequeña le había sido habitual estar en el gran salón con alimentos para un ejercito y a pesar de ello disfrutarlo sola. A su alrededor, Chavez, el leal elfo doméstico de su abuelo, se movía inquieto, susurrando para sí en susurros apenas audibles. Sobre la mesa de madera pulida reposaban bandejas llenas de frutas frescas: manzanas rojas y verdes, naranjas jugosas, uvas y racimos de brillantes bayas. También, se encontraban tazones repletos de cereales crujientes y nutritivos, acompañados de recipientes de leche fresca y yogur cremoso. Una selección de panes recién horneados se exhibía en una cesta de mimbre, algunas mermeladas caseras y la suave mantequilla. Mientras saboreaba una taza de té caliente, repasaba las noticias del día. En la portada de El Profeta destacaba la breve nota sobre un evento que se realizaría ese mismo día en Versailles. Aunque no fuera una actividad de la isla, los eventos del continente solían tener un espacio en el diario. Sobre la mesa, junto a la pelirroja, reposaba una ornamentada invitación. Era un papel elegante, cuidadosamente doblado, que emanaba un aire de importancia. Se reconocía el sello distintivo de la Ministerio de Francia. Lo único perdurable del matrimonio de su padre, había sido la adhesión de la Ministra francesa a la familia. Y con ella los múltiples compromisos.

Belmont se encontraba en los vestuarios de París, agotado después de un intenso entrenamiento con su equipo de Quidditch. A pesar de que no se hablaba todavía de la próxima liga, él se aferraba a su rutina de entrenamiento con determinación, sabiendo que el esfuerzo y la disciplina eran fundamentales para cumplir los objetivos que tenía. Además de que era lo único que le daba sentido a su vida, o al menos así lo veía el belga. Con la toalla envolviendo sus caderas, sus manos sostenía una volante que había captado su atención y había conservado con letras grandes y llamativas decía: MAGYC FEST. El evento era en beneficio de las víctimas de la niebla, Belmont recordaba claramente los sucesos que tuvieron lugar en Hogsmeade, ya que se encontraba allí cuando ocurrió la tragedia intentando apoyar en lo que podía. La idea de contribuir de alguna manera y apoyar a las víctimas resonaba en su corazón. Rebuscó entre sus monedas y se dio cuenta de que podía permitirse gastar un par de galeones en la entrada. No era mucho, pero confiaba en que cada contribución, por pequeña que fuera, podía ayudar. Decidido a participar en el evento, Belmont se vistió con ropa cómoda y apropiada para la ocasión. Optó por una camiseta de algodón de color naranja marino, decorada con el logo del mundial pasado, una prenda que compraban los fanáticos del deporte mágico y que no pudo controlarse y terminó adquiriendo también. Combinó esta prenda con unos pantalones vaqueros negros y unas zapatillas deportivas que le brindaban la comodidad necesaria para disfrutar plenamente de las actividades del festival. Una vez que estuvo listo, se desapareció de los vestuarios, apareciendo instantáneamente en el tranquilo pueblo de Feldcroft, donde se llevaría a cabo el MAGYC FEST. @ Ludwig Malfoy @ Darla G Dumbledore

Artículo tomado de Diario El Profeta Luego del problema cardíaco que había causado un gran susto en la familia, Ludwig ahora se encontraba en una etapa de recuperación satisfactoria y finalmente había recibido el alta para regresar a casa. Noeline, su hija, había estado a su lado en el hospital durante todo ese tiempo y ahora lo acompañaba mientras se alistaba para irse. Mica debía estar cerca del lugar, durante todo el tiempo que Ludwig había estado en cama solo se había ausentado ocasionalmente y regresaba lo más pronto posible. La habitación del hospital en la que Ludwig había estado alojado era cálida y acogedora, con paredes pintadas en tonos suaves y ventanas que permitían la entrada de luz natural. Se notaban los privilegios que su cargo facilitaba. Mientras acompañaba a su padre a prepararse, Noeline no podía evitar pensar en la pila de diarios que conservaba en la sala adyacente. Sabía que a su padre le habían prohibido leer los diarios durante su estadía en el hospital debido a las emociones y tensiones que podrían generarle. Pero ella no tenía que cumplir con esa norma e iba al día con la multitud de rumores que había publicado el Diario el Profeta, donde a diario le devolvía la mirada algún retrato del rubio. Cuando lo vio completamente listo, no pudo evitar expresar. ―¿Seguro que quieres ir a casa, papá? Has estado encerrado por tanto tiempo. ―conocía lo activo que era su padre y no lo imaginaba descansando luego de tantos días en el hospital. ―Mientras no sea al Ministerio te acompaño a donde quieras. @ Ludwig Malfoy @ Mica Gryffindor @ Luna Gryffindor Delacour @ Darla G Dumbledore

El ambiente estaba impregnado de un aura misteriosa mientras Belmont Dubois se presentaba a la bruja de características asiáticas, cuyo nombre contrastaba con su apariencia pues parecía de origen inglés. A su lado se encontraban dos individuos de origen japonés, al menos eso parecía a simple vista. Antes de que pudiera preguntar por su procedencia, una voz familiar resonó en su mente, advirtiéndole sobre lo inapropiado de ciertos comentarios, que solían fluir de manera natural para él. Tomando una pausa, decidió presentarse en su lugar. ―Mi nombre es Belmont Dubois, cazador de los Paris Promise y de la selección francesa... ―comenzó a decir, pero se dio cuenta de que hablar sobre el Quidditch no era relevante en ese momento. Repentinamente, antes de continuar con sus palabras, dos magos emergieron de la niebla. Sin perder un instante, Belmont se adelantó y ofreció su ayuda, siguiendo las indicaciones de la bruja. A veces olvidaba que era mago y se dejaba guiar por sus instintos. Fue solo después de colocar a la víctima en una camilla que se dio cuenta de que podría haberlo movido con magia o haber hecho aparecer la camilla más cerca del mago herido y evitarle el esfuerzo del traslado. En contraste, la medimaga parecía todo lo contrario. Sacó varios artículos de su pequeño bolsito y comenzó a recitar hechizos mientras aplicaba pociones con destreza. Belmont la observaba fascinado, percatándose de su habilidad y conocimiento en el arte de curar. Unos momentos después Bodrik hizo un gesto y Belmont, aún perdido en aquella situación, se acercó rápidamente. ―Si puedo ayudar en algo, por favor, indíquenme qué puedo hacer.― ofreció, esperando con atención las palabras de la bruja. Las circunstancias no parecían mejorar, ya que desde la niebla se escuchaban gritos humanos y rugidos, indicando el peligro que escondían. @ Ludwig Malfoy @ Mica Gryffindor @ Eterno Black Triviani @ Malum Luxure @ Ada Camille Dumbledore@ Anthony R. Dracony M. @ Bodrik

Noeline se encentraba en el palco del estadio junto a su amiga Luna y Bodrik. Al saludo de esta último no atinó nada más que a responder de la misma manera, ―Noeline Malfoy, un gusto ―extendiendo su mano en un suave apretón. Era evidente que las dos señoritas se conocían muy bien por lo que por un momento, se desconectó de la conversación y se sumergió en lo que sucedía en la cancha. El equipo Tutshil Tornados había tomado la delantera en el comienzo del partido. Marcando el primer tanto. A su alrededor se levantaba comentarios entre el público de que la snitch dorada está más cerca de Thiago Moraes, su actitud y su forma de vuelo habían cambiado. Ya no buscaba sino más bien parecía perseguir algo concreto. Como la pelirroja no se había fijado de lo que sucedía en los últimos segundo desconocía los motivos de protesta de Klaus Thorsen que realizaba en contra del árbitro. Ya lo veía venir, y así sucedió, había conseguido que le pitaran un penal en contra. Mientras, al otro lado de la cancha los ojos estaban posado sobre Luca Van Halen había logrado atrapar la quaffle con una rápida reacción. Sin embargo, su jugada es interrumpida cuando John Smith lo golpeó con su bludger, provocando que Luca pierda la quaffle. Claire Skeeter intentando proteger a su compañero buscó interceptar la jugada, pero lamentablemente falló. Antes de que los Tornados puedan reaccionar Asa Haraldsson logró capturar la quaffle con una capacidad fuera de lo común para intuir a dónde irá. Rápidamente la hace llegar a manos de Zahara Nabirye, un gol certero se percibía en el aire. Zahara mostró su destreza al vencer a Maida Black Yaxley con un disparo de volea, igualando el marcador. Había llegado el momento de cobrar el penal que había sido pitado segundos atrás. Olaf Ragnarsson bloquea el disparo de penal de Aedis Greengrass con un espectacular movimiento lateral, demostrando su habilidad como guardameta. Y en las gradas se escuchaba como los fanáticos entonaban un himno en el que destacaba la palabra "Frozen" en cada segundo. Nadie sabía de donde había salido el mote pero se había vuelto muy popular en las gradas desde el mundial de Brasil. A continuación, Olaf venció a su oponente guardián con un tiro de resbalón que surcó todo el estadio de aro a aro, aumentando la ventaja del equipo y la emoción de los hinchas nórdicos. ―¿Lo están disfrutando? ―preguntó Noeline a sus dos compañeras. ―Los vikingos acaban de voltear el marcador a su favor. @ Bodrik @ Luna Gryffindor Delacour

Noeline Malfoy McFarlan Interior de la niebla Había decidido conservar la retaguardia en el grupo de avanzada, el peligro podía llegar de todos lados, y a medida que continuaban la pelirroja notó un destello de luz en la distancia. Guiada por su intuición, decidió seguir esa pálida luminosidad, y parecía que quienes iban a la cabeza compartían ese pensamiento, confiando en que los llevaría hacia respuestas y soluciones, por lo que no tuvo que expresarlo en voz alta. A medida que se acercaban al origen de la luz, los sonidos hostiles y amenazantes se intensificaban. Los rugidos y gruñidos resonaban con más fuerza, pero el equipo estaba decidido a enfrentar cualquier desafío. Sus varitas relucían en la oscuridad, preparadas para defenderse y proteger a los inocentes. Belmont Dubois Exteriores de Hogsmade Había escuchado la noticia en la radio lo que estaba sucediendo en Hogsmeade y no le había dado mayor importancia, había continuado con sus ejercicios matutinos. Una nueva noticia había alcanzado sus oídos indicando del viaje hacia el pueblo mágico para brindar ayuda y debido a su despiste habitual, llegó tarde al Ministerio y perdió la oportunidad de tomar el tren junto a los demás. Sin pensarlo dos veces, decidió utilizar la aparición para llegar a las afueras del pueblo, aunque sentía cierto temor a despartirce, ya que no era un experto en la materia. Nada más llegar, el rubio divisó a lo lejos a un grupo que se alejaba adentrándose en la espesa niebla. Aún sintiéndose un poco mareado por la aparición, intentó apresurarse para alcanzarlos, pero se dio cuenta de que no tenía posibilidades de hacerlo. En cambio, notó que cerca de allí una joven acompañada por un par de elfos domésticos estaba montando lo que parecía ser un puesto de enfermería improvisado, con carpas, camillas y otros suministros. Decidido a ofrecer su ayuda, aunque carecía de experiencia en ese tipo de situaciones, Belmont se acercó al lugar. La joven y los elfos estaban terminando de montar todo cuando de repente emergieron de la niebla dos magos recién llegados. Uno de ellos presentaba arañazos en la piel y desgarros en la ropa, mientras que el otro tenía una pierna amputada y uno de sus brazos estaba en una posición extraña, indicando una lesión grave. ―Una bestia nos atacó, no pude distinguir qué era,― comenzó a relatar el mago herido.― creo que alguien más también resultó herido, pero no pude localizarlo en medio de la niebla.― Se notaba que el hombre se esforzaba mucho para controlarse. Sin perder un instante mientras aquel hombre hablaba, Belmont se adelantó y ofreció su ayuda para cargar al mago más gravemente herido. Aunque carecía de habilidades mágicas avanzadas, sabía que podía brindar su fuerza y apoyo físico en ese momento crucial. @ Ludwig Malfoy @ Mica Gryffindor @ Eterno Black Triviani @ Malum Luxure @ Ada Camille Dumbledore@ Anthony R. Dracony M. @ Bodrik

Noeline se encontraba en el animado estadio de Quidditch, donde el bullicio de los aficionados llenaba el aire. Sin embargo, en medio de la emoción del juego, había cometido un error y confundido a una chica con otra. Una sensación de incomodidad se apoderó de ella, pues no le gustaba causar malentendidos. Justo en ese preciso momento, como si el destino hubiera intervenido, apareció de manera inesperada Luna Gryffindor. Con su carácter cálido, Luna tomó la iniciativa y presentó a la joven. Luna conocía a la persona que Noeline había confundido. La confusión de Noeline se desvaneció gradualmente, reemplazada por la gratitud hacia su amiga por intervenir de manera tan oportuna y amable. Mientras tanto, el partido de Quidditch continuaba enérgicamente en el trasfondo. Por las palabras que intercambiaron, la nueva conocida parecía conocer bien a Luna, y no solo a ella, sino que también entendía que las familias a las que ambas pertenecían también se conocían. ―Hola, Luna― dijo Noeline con una sonrisa en el rostro, ahuyentando la incomodidad de hace unos segundos. ―Un gusto, Bodrik― saludó nuevamente a la otra joven. ―Pues, los Tornados no son de mis favoritos― recordó cómo en dos ocasiones consecutivas se habían enfrentado en la final por el trofeo de la Liga, y en ambas ocasiones les habían arrebatado la oportunidad. ―Aunque no apoyo a ninguno de los dos, creo que los nórdicos tienen más oportunidades de ganar. A su lado los gritos y los himnos no cesaban, era evidente que los Tornados eran los favoritos, dos años consecutivos sosteniendo la copa les daban esa ventaja entre los fanáticos del deporte mágico. @ Luna Gryffindor Delacour @ Bodrik

Holi. Los galeones!

Perdón si hago doble post. En el anterior gastaba todos mis puntos, pero con los nuevos creo que sería así: 170 de spam, 15 de puzzle, 185. Nombre: Noeline Malfoy McFarlan Objeto de compra: Fuegos artificiales, Petardos explosivos, SombreroPuntos gastados: 30 puntosResultado del dado: 1 Objeto de compra: Fuegos artificiales, Petardos explosivos (x2), SombreroPuntos gastados: 40 puntosResultado del dado: 2 Objeto de compra: Fuegos artificialesPuntos gastados: 10 puntosResultado del dado: 3 Objeto de compra: Fuegos artificiales, Petardos explosivos, Sombrero (x2)Puntos gastados: 35 puntosResultado del dado: 4 Objeto de compra: Fuegos artificiales, Petardos explosivos, Sombrero (x3)Puntos gastados: 40 puntosResultado del dado: 5 Objeto de compra: Fuegos artificiales, Petardos explosivos, SombreroPuntos gastados: 30 puntosResultado del dado: 6

Holi! Vengo a dejar el puzzle. https://imgur.com/6P0Q7IZ

Animales XXXXX Y si no se puede Animales XXXX

Formulario de compra Nombre: Noeline Malfoy McFarlan Objeto de compra: Fuegos artificiales, Petardos explosivos, Sombrero Puntos gastados: 30 puntos Resultado del dado: 3