Primeros Auxilios y DCAO

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra miro el cielo gris de Londres donde habia citado a su alumna, habia hablado bastante con el locomotor del tren para tener su permiso de poder hacer su clase ahi dentro, por lo que se quedo apoyada entre el anden 9 y 10.

Se emociono al saber que le daria clases a su nieta, llevaba bastante tiempo que no sabia nada de la joven Potter por lo que aquello podria al menos servir para ponerse un poco al dia, quizas no tanto pero al menos un poco.

Ya habia mandado la carta de aviso sobre la clase a Vero dándole el el lugar y la hora dónde la estaría esperando, tendrían abierto la pared de acceso a el tren de Hogwarts una hora por lo que esperaba que no tardara demasiado.


@@Veronica Prince Rambaldi Editado 1 de Junio del 2018 por Alessandra G. Delacour

[Jessie Black Lestrange]

http://i.imgur.com/F9Y9VUG.png

Un aula grande con camillas pulcramente ordenadas a cada lado con un largo pasillo en el medio. Unas mesillas con largas patas y rueditas estaban en cada esquina del aula con varios frascos de vidrio con distintas cosas dentro que necesitaran durante la clase. En las camillas había unos bultos que se irían transformando conforme sus alumnos fueran terminando con los trabajos.

Ella había tenido muchas formas de enseñar pero aquella hace mucho que no lo utilizaba. Suspiro pasándose por entre las camillas tendidas con pulcritud, revisando que las ventanas estuvieran abiertas y la enfermería ventilada. El mosaico del piso estaba higienizado al grado que la nariz podía percibir un ligero olor a hospital que para Jessie era bastante agradable.

Una bata blanca cubría un corto vestido color negro que a cada paso de Jessie podía percibirse cuando la bata se abría en la parte baja, llevaba unos tacones gruesos en color negro opaco y su cabello recogido en un alto moño con un listón negro. Su varita mágica estaba oculta bajo la manga de su bata en su brazo izquierdo. Se recargó en la mesa del frente observando todas las camillas esperando a que el mago llegara.

No sabía que esperar de la clase, como se iba a desarrollar porque a ella no le gustaba imponer; más bien le gustaba dejar que ellos se explayaran y dieran lo mejor de sí. Ella ya sabía qué hacer y cómo actuar, el era el que venía a aprender. La campana del castillo anunció el medio día cuando el sol se posiciono en lo alto del cielo sin mostrar sombra alguna.

-Las doce, llego la hora

Con un simple movimiento de varita abrió las puertas de aquella magnifica aula que había trasformado en una enfermería. Sonrió con amabilidad siempre simulando una cara amigable a la gente que no sabía que ella era mortifaga.

-Buenas tardes, bienvenido a su clase de primeros auxilios mágicos, mi nombre es Jessie Black Lestrange y seré su instructora en esta clase

Comenzó a caminar acercándose al mago que acababa de ingresar en el aula aun con esa sonrisa que escondía más de lo que la gente podía percibir a simple vista. Ladeo un poco el rostro en una mueca de inocencia que sabía que pocos conocían como fachada, sus grises ojos brillaban de inocencia y placer por lo que estaba haciendo. Amaba dar esa clase y lo disfrutaba.

- Aquí descubrirán como curar desde heridas simples hasta cosas muy completas, como el restaurar la vida de las personas, veamos con que amuletos cuentas de sus libros de hechizos y a partir de ahí podemos ver cuáles son las especializaciones que podemos llevar en la clase

Le cedió la palabra al mago para que este le dijera que esperaba para su clase de primeros auxilios y que tanto era lo que conocían de la misma.



Editado 31 de Mayo del 2018 por Jessie Black Lestrange

[Veronica Prince Rambaldi]

Como cada mañana remolonee en mi cama, desde que no tenía trabajo no tenía le menor apuro por salir de ella, pero para mi sorpresa Nahir entró corriendo en la habitación con una bandeja de desayuno que apoyó en una mesita junto a mi cama.

 

--Vamos ama Vero, se le hará tarde --dijo mi elfina mientras descorría las cortinas de mi dormitorio para dejar entrar el sol de la mañana. La miré con sorpresa.

 

--¿Tarde para qué? --he de confesar que me hizo gracia el gesto de la elfina con las manos en jarro en la cintura, ceño fruncido y orejitas revoloteando airadas.

 

--La carta de la Universidad, su tía abuela Alessandra, su profesora de Defensa contra las Artes Oscuras ¿el ama Vero olvidó que se anotó en la Universidad mágica?

 

Sí, salté de la cama, lo había olvidado, corrí al baño, me higienicé y minutos después salí a tomar el desayuno que la elfina había traído. Ella ya tenía preparada mi ropa muggle para el encuentro. Mientras masticaba una tostada revisé la carta que me había llegado hacía unos días, Londres, Andén 9 3/4, casi como cuando era niña. Tomé un trago de café con leche mientras metía en mi mochila la carta, ya tenía allí varias de mis posesiones, plumas, libreta de notas, algunas pócimas en una cajita de madera y unas chucherías mágicas más.

 

--Bueno, ya me voy --dije a Nahir mientras me echaba mi mochila al hombro --¿cómo me veo?

 

La elfina me observó de pies a cabeza re evaluando la ropa que ya habíamos revisado un par de días antes cuando la había elegido, zapatillas, unos jeans gastados, una camiseta mangas cortas y mi mochila. La varita estaba en el bolsillo lateral de mis jeans.

 

--La ama Vero está muy bonita.

 

Sonreí divertida, porque no era lo que esperaba me dijera, le hice una caricia en la cabeza y me marché de mi departamento rumbo a la estación, esperaba no llegar tarde.

 

Atravesar Londrés luego de salir del Callejón Diagon me llevó casi siete minutos llegar hasta Leicester Square desde donde tomé el metro de Picadilly hasta la Stación de King's Cross St. Pancras y en menos de cinco minutos estaba entrando en la estación de trenes. Encaminé rápidamente mis pasos hacia el ingreso al expreso de Hogwarts, divisando en el lugar a Alessandra, había tiempo no la veía, la última vez había sido en su hogar.

 

Sonreí mientras me acercaba y elevé una mano para saludar.

 

--Buen día, espero no haberte hecho esperar demasiado --dije mientras me acercaba a ella, indecisa entre saludarla con un beso o solo extender mi mano, después de todo estábamos allí como alumna y maestra, o más bien profesora.

 

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[Vladimir Karkarov]

Comenzó el día esplendoroso, lleno de energía vital proveniente del astro rey, atomizando cada célula de Vladimir y haciendo que éste se sintiera con mucha vitalidad. Sonrió honestamente dando un pequeño suspiro al leer de nuevo la nota que acompañaba un viejo pergamino sobre su escritorio, la clase comenzaría al medio día. Era mejor ponerse cuanto antes a recoger todo, tendría que viajar una larga distancia para poder llegar a la Universidad a tomar ese nuevo conocimiento que junto con Defensa de las Artes Oscuras, deseaba tanto poder adquirir.

 

Estaba algo nervioso, hacía demasiado tiempo no tomaba ninguna clase de nada, posiblemente ya ni reconociera como luce la Universidad, todo cambiaba a paso acelerado y esa área del mundo mágico no era inmune al paso del tiempo, como a las tendencias. En fin, poniéndose un jubón azul con botones negros, un pantalón de lino negro y unas botas del mismo color, emprendió su viaje por el escarpado paisaje de Islandia. Le tomaría algunas horas llegar en escoba, pero al menos llegaría a tiempo.

 

No llevaba consigo más que su varita y un pequeño maletín de cuero en el cual guardaba su escoba, haciéndola de un tamaño pequeño para que así cupiera. Al entrar a las instalaciones con una hermosa fachada blanca y sus altos techos no pudo sentirse más emocionado que nunca, hacía mucho tiempo que no recorría esos pasillos y se sentía un estudiante joven de nuevo. Se dirigió de inmediato a la sala de Primeros Auxilios, donde le enseñarían todo lo relacionado con éste arte.

 

Faltando cinco minutos decidió esperar fuera en la puerta cerrada, podía escuchar a veces el sonido de unos tacones en el interior. Si bien el mago es totalmente cortés y educado, nunca dejaba que los demás vieran su sonrisa, a menos que fuera totalmente necesario y solo con gente en confianza. Las campanas de la Universidad sonaron al y casi que al mismo instante y al unisono, las puertas de madera rechinaron al abrirse, dando un pequeño golpe seco en la pared. Observó la misteriosa figura a blanco y negro que daba la bienvenida a la clase, mostrando una cordial sonrisa. El mago simplemente esbozó una pequeña sonrisa y parándose bien erguido, la saludó.

 

—Buenas tardes, Jessie, yo soy Vladimir... —, hizo una pequeña pausa observando la reacción facial de la pelirroja, dándose cuenta que tenía una mirada un tanto extraña, casi oculta por un velo de felicidad, pero al mismo tiempo le influía desconfianza. —Seguro ya se lo dijeron, pero luce increíblemente hermosa hoy. Por favor, comencemos. — Pasó adentro de la sala junto con la bruja, observando como todo estaba arreglado con total pulcritud y militarizado orden. El olor era casi inexistente, olía a vacio, dando señas del buen manejo de los germenes y las bacterias en el lugar.

 

Aún de pie, escuchó lo que decía su profesora, lamentablemente su aislamiento se había extendido demasiado y no sabía exactamente de lo que hablaba.

 

—Disculpe usted Jessie, pero no tengo idea a lo que se refiere. ¿De qué clase de libros me está hablando? ¿Que amuletos?—, preguntó mientras ladeaba un poco la cabeza y enarcaba una ceja, sin comprender de si era realmente la clase correcta. Tomó un pequeño suspiro y esperó que le explicara.

 

@@Jessie Black Lestrange

[Leslie Ashryver PB]

Alessandra hasta ese momento se había dado cuenta que no le había dicho nada a Vero cómo vestirse, ya que estaba en el mundo muggle, más que nada para pasar desapercibidas, tampoco era algo que le preocupara tanto ya que sólo pensarían que iban a una fiesta de disfraz o criticarian los "jóvenes de hoy en día".

 

Mientras esperaba a su alumna miró a las personas pasar cerca suyo sin mirarla, sus ropas sólo eran un jean negro, una blusa rosa palo de mangas largas y unas zapatillas negras. Para su suerte no tuvo que esperar mucho ya que enseguida vio bajar a la muchacha del tren, dejó que se acercará a dónde estaba.

 

- Para nada muy puntual- alabó a la muchacha con una sonrisa.

 

Se acercó a Verónica para entre lazar sus brazos - no me acostumbró aún a está entrada- se disculpó con la muchacha tirando de ella para transpasar la pared para llegar al expresó de Hogwarts.

 

Corriendo pasaron el portal, el humo blanco que el famoso tren escarlata las recibió cómo si fuera 1ero de Septiembre, excepto por el bullicio de la gente, eran las únicas que usarían el transporte por lo que el silencio era muy notorio.

 

- Bien, ingresemos- le dijo a Verónica entrando al pasillo del tren - esperemos un poco que arranqué antes de empezar- le dijo apoyándose en la puerta de un vagón.

 

- Mientras tanto dime ¿que sabes sobre Defensa y que hechizos conoces que puedan servir para contrarrestrar maldiciones?-

 

Alessandra mientras dejaba pensar a la Potter cerró la puerta por dónde entraron oscureciendo más el interior del tren. Al cabo de un segundo el expresso comenzó a deslizarse rumbo a Hogwarts.

 

 

@@Veronica Prince Rambaldi

[Jessie Black Lestrange]

Un hombre de mediana edad ingreso en el aula y tras darle la bienvenida y explicarle brevemente de que trataría la clase esuchó lo que este tenía que decirle y cual fue su sorpresa al descubrir que este no sabía nada de los libros de hechizo.

 

-Oh, eso es algo que no me esperaba.

 

Toco su pecho con su mano derecha sacando una fina cadena de oro blanco donde una serie de amuletos descansaban en el mismo; tomo un aro de un intenso color amarillo, como si el sol lo hubiera creado con uno de sus rayos y se lo mostro con cuidado.

 

-Este amuleto se llama curación, te ayuda a curarte de heridas simples y lo obtienes despues de cursar el libro del equilibrio peor llegado a ese momento necesitaras tener esta clase parasacarle todo su potencia, cuando curses el libro tu profesor te explicara.

 

Sonrió intentando tranquilizarlo mientras volvia a colocar el amuleto en su lugar. Recordaba como había conseguido todps y cada uno de sus amuletos pero ahora no podía perderse en sus pensamientos o cosas raras podían pasar.

 

-Pero bueno, ya que no cuentas con el amuleto podemos hacer las cosas básicas. Comenzaremos por identificar al primer paciente y que es lo que tú crees que necesita para ser curado, cuentas con todo el material necesario en la mesilla que esta cerca de la entrada, tienes 30 minutos para poder terminar. Comienza.

 

El mago tendría que descubrir el primer "cuerpo" y ver que era lo que le afectaba. Había encantado a los "cuerpos" para que estos fueran aumentando de dificultad a medida que avanzaba la clase para que así el alumno pudiera desarrollar todas sus habilidades magicas. Solo queda ver que sería a lo que se enfrentaría Vladimir.

 

@@Vladimir Karkarov

[Veronica Prince Rambaldi]

Sonríe ante las palabras de Alessandra, el haber remoloneado en la mañana me había hecho dudar de mi capacidad de llegar a tiempo, pero por suerte, aunque había elegido medios muggles para movilizarme había llegado a tiempo. Entrelacé mi brazo al de Alessandra y asentí.

 

—Creo que no he utilizado esta entrada desde que termine de estudiar en Hogwarts —comenté pensativa, no recordaba haber ido luego de ello en el Expreso.

 

El suave trote para pasar la pared fue en realidad algo extraño, casi siempre la había atravesado empujando el carrito del equipaje. No era anormal que los padres o hermanos cruzaran sin equipaje, caminando, o corriendo, como lo habíamos hecho nosotras. Sin embargo tenía que darle la razón a mi profe, era extraño hacerlo así, sin nada que fuera como un escudo para mi persona.

 

Pero la sensación extraña pasó rápidamente y el aire fresco y el aroma al humo el tren llenaron el ambiente. Mis ojos recorrieron la larga extensión del tren y el desierto andén, era casi como un juego de niños, disfrutar del tren nosotras solas.

 

—¿Habrá carrito de dulces? --pregunté sin poderme resistir mientras ingresábamos al tren, pero ya mi profesora tomaba su papel y me preguntaba sobre los hechizos. Sabía que había algunos que había olvidado, pero no tenía idea por qué ni cuáles, había sido mucho tiempo atrás, pero si recordaba una buena cantidad, no había sido tan mala cuando había cursado la Academia, de hecho había tenido buenas notas.

 

—Bueno, déjame ver, se protegerme cuando me lanzan rayos con protego o cuando me lanzan algún objeto con evanesco, aunque son de ataque creo que también son buena defensa el finite incantatem y el impedimenta o petrificus totales —pensé durante unos segundos —el resto creo que son casi todas más bien de ataque creo yo que de defensa, aunque como dije, creo que a veces un buen ataque es la mejor defensa.

 

Me encogí de hombros, esperando no estar equivocada en mis ideas. El tren comenzaba a moverse y miré por sobre el hombro de Alessandra el andén que quedaba atrás mientras nos alejábamos del lugar.

 

—¿Nuestra clase será eh Hogwarts? No me quedó claro si sería compartida como la última vez. ¿Hay hechizos especiales para enfrentarse a las Artes Oscuras?

 

Tal vez me apresuraba un poco, pero era mi habitual curiosidad la que me llevaba a preguntar tanto, después de todo, hasta hacía poco tiempo, había trabajado como reportera y mi función era hasta entonces preguntar sobre todo. De pronto un recuerdo vino a mi mente.

 

--Ahhh, sí, otro hechizo, creo que el avis se puede utilizar contra algunos rayos para detenerlos --agregué de pronto mientras que el sonido del silbato del tren llenaba el ambiente

 

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[Leslie Ashryver PB]

Alessandra asintió a las palabras de la Rambaldi mientras le decía los diferentes hechizos que se sabía o al menos recordaba. Dejó que la muchacha hablará de cómo pedía defenderse y los hechizos que usaba cuándo era atacada.

 

- Muy bien- felicitó a la castaña.

 

Estaban en el vago de los Gryffindor's dónde Verónica avanzaria por los corredores de las distintas casas enfrentándose a diversas pruebas no sin antes hacer una práctica con ella.

 

Sintió a Vero mirar sobre sus hombros y sonrió, habían llegado a una cabina que, gracias a que el locomotor la dejó después de tanta insistencia, estaba hechizada en extensión y otras comodidades para llevar una clase amena.

 

- No, no tendrás clase en Hogwarts sino aquí en el tren- sonrió a la bruja pero después pestañeo sorprendida de lo otro -no, no será clase compartida, quería que está clase sea llevaba aquí hace bastante- le comentó recordando su clase anterior y cómo no había aparecido su alumno.

 

- Hay un hechizo que no es común o al menos cuándo estudié mi profesora se lo pasó por alto pero que lo veo muy conveniente- dijo abriendo el vago para la clase.

 

Ocupada al menos cinco lugares del tren y era alargado, sólo había un sillon al ingresar para sentarse ambas ya que había prometido que no romper nada en la práctica.

 

- Es fuerte si vas creciendo en habilidades mágicas- le avisó - pero sin duda muy útil para protección el " Protego horribilis" para Maldiciones pero no las imperdonables- le advirtió.

 

Era un buen hechizo, aunque aún no lo había usado si lo había enseñado y había sido bastante fuerte.

 

- Y si, el Avis detiene rayos pero recuerda que si un rayo le da a una ave todas desaparecen- le recordó.

 

- Y desgraciadamente para ambas, la mujer del carrito no trabaja sólo para nosotras- río.

 

Pero admitía que le hubiera gustado que la mujer del carrito estuviera ahí dándole chocolate mientras practicaban. Agitando la cabeza se posicionó al lado de Vero en la mitad del vagón.

 

-Quiero que practiques un poco antes de otra actividad- le avisó.

 

 

 

@@Veronica Prince Rambaldi

[Vladimir Karkarov]

Escuchó con atención lo que la sanadora le explicaba sobre los amuletos, el joven mago aún no había tenido la oportunidad de adquirir esos amuletos o los libros en donde se enseña esa poderosa magia ancestral. Se sintió algo bochornoso, al parecer era algo normal que cualquier mago o bruja debía tener, pero no lo demostró y no le tomó importancia. Así que sin importar lo que dijeran continuó con su deseo de aprender primeros auxilios y ser un sanador con renombre en todo el mundo mágico.

 

—Muy bien, gracias por la explicación señorita. Aprecio que se tome el tiempo... Espero que terminado este curso podamos volver a vernos en algún lugar, se ve que usted es una sanadora excepcional y una hechicera poder de la cual aprender—, suspiró levemente y colocándose una bata blanca encima de su jubón, hizo aparecer su varita por entre su piel. La necesitaría, así que con eso ya estaba listo para comenzar la clase.

 

Los pacientes estaban encerrados entre cortinas, las cortinas de color rosado mate tapaban las camillas ahora, dejando los cuerpos de los pacientes invisibles para el que transitara en el pasillo. Al abrir la primer cortina un fuerte olor a podrido penetró la nariz del Karkarov, era un fuerte comienzo, tuvo ganas de vomitar pero se contuvo. Dio unos cuantos pasos hasta quedar al lado del paciente y poder ver su cara. Estaba inconsciente. Pero su mano izquierda y parte de su torso estaban cubiertos de una capa gruesa y fétida de carne podrida infectada.

 

—Está claro lo que tiene este paciente... es un caso severo de los efectos de un absorvere... —, comentó mientras colocaba una pequeña mascarilla en su boca para no contaminar aun más al cuerpo del mago. —Según lo que puedo ver, algunas zonas subcutáneas aún están intactas y se pueden rescatar, hay otras en el inicio de su mano que están muy mal y la gangrena está muy avanzada. A este ritmo si no hacemos algo pronto va a perder todo el brazo—.

 

Estaba inseguro de lo que podría hacer, no sabía muy bien de los métodos mágicos para tratar al paciente o de los hechizos. Por lo que mientras iba diciendo lo que tenia el paciente, un vuela pluma apuntaba el diagnostico del Karkarov. Decidió entonces pasar al siguiente paciente, el cual estaba en un estado de shock. Vladimir se acercó y pudo observar que los ojos del enfermo estaban grises y su boca totalmente deshidratada. Se puso a pensar en qué podía haberle causado dichos efectos.

 

—Por lo que a mi respecta, la deshidratación puede deberse a los efectos de seneca... y sus ojos... no sé... pueden haber muchas razones, veneno, strellatus, derrame cerebral a causa del elevado ritmo cardíaco del paciente y tal vez la condición de deshidratacion avanzada que presenta.—Comentó mientras suspiraba. —Mientras tanto, demos un sedante para que se calme un poco. Y pongamos una vía de suero.— dijo mientras se acercaba al carrito y tomaba con sus manos una bolsa de suero salino, un catéter, una jeringa y una botella con morfina.

 

—Muy bien, serán 5 cc de morfina para calmar su dolor. Y luego le colocaré el suero para recuperarlo. Volvere en un instante para saber como sigue.— le dijo al paciente como si este le pudiera entender o saber que es lo que estaba haciendo el Karkarov. Una vez terminado el proceso, seguido por su vuela pluma se aproximó a Jessie, a la cual debía consultarle todo lo que habia hecho hasta el momento.

 

—Jessie, a lo mejor ya me oíste lo que he dicho... pero tengo mis dudas. El primer caso es de un paciente con grangrena cutánea acelerada. La peor parte de la infección está en su mano, entre los dedos indice y anular. A mi parecer, tendríamos que cortar su mano, suturar y luego con un tratamiento de babosas mágicas, limpiar el resto de su mano para que no pierda el brazo y la infección no se traslade por medio de su torrente sanguíneo.—

 

Revisando de nuevo sus notas del segundo paciente, añadió, —En cuanto al segundo paciente, presenta ceguera irreparable, no responde a estímulos sensoriales de ningún tipo, aunque el estimulo fisico parece que si lo siente ya que reacciona al dolor físico que siente en su gangrena y boca debido a la deshidratacion y la infección que se está comenzando a formar. Tengo la teoría de que fue impactado por un seneca y un strellatus... o el hechizo conjuntivitis...—

 

Una vez que temrinó, la observó para saber que debía hacer, ya que no estaba seguro del todo con el procedimiento.

 

@@Jessie Black Lestrange

[Jessie Black Lestrange]

Observaba a su alumno, le sorprendía la tranquilidad con que los examinaba ya que ella solía ir corriendo de camilla en camilla con la varita en alto y todo un arsenal de pontinges siguiéndola. Sonrió sin poder evitarlo recordando los viejos tiempos donde atendía pacientes por centenas sin tiempo de descanso.

 

Salió de su ensoñación cuando Vladimir acudió a ella en busca de ayuda. Asintió a sus palabras y sonrió con amabilidad jugueteando con su varita entre sus manos.

 

-Primero que nada debes recordar que eres un mago

 

A lo mejor su alumno tampoco había cursado pociones y ella lo había lanzado al ruedo sin conocimiento básico. Debió preguntar más a fondo cuáles eran los conocimientos previos del Karkarov pero ya na podía hacer para regresar el tiempo.

 

-Veamos... Comencemos con tu primer paciente, sígueme... Cómo bien reconociste esta persona fue impactada por un hechizo... ¿Cómo lo llamaste? No importa... Lo podemos reconocer por la forma de la herida que va avanzando en forma de picos iniciando en una pequeña estrella a la altura de sus dedos, ya que al parecer con esta mano sostiene la varita mágica.

 

Señaló el lugar con su varita sin llegar a tocarlo, agitó está en un ligero movimiento para atraer uno de los botes que había en la mesilla metálica de la entrada.

 

-Comenzaremos limpiando la herida con un par de babosas, estás se encargarán en pocos minutos de eliminar toda la carne muerta. Después podemos proceder a su sanación la cual es muy sencilla... Puedes aplicar escencia de dictamos o bien una serie de hechizos que serán más rápidos aunque dejarán marca a diferencia del dictamos

 

Dejo al mago en la camilla con las babosas carnívoras haciendo su trabajo y se encaminó hacia el siguiente paciente.

 

-[/i]Lo bueno de la magia es que podemos arreglar casi todo sin problema alguno, no podemos recuperar miembros cercenados mágicamente ni resucitar gente o arreglar la ceguera por algún extraño motivo... Pero muchas cosas si que las podemos curar e incluso revertir[/i]

 

El otro paciente era igual de complicado o al menos para ella lo era. Podría fácilmente acelerar el proceso utilizando su amuleto para curar sus principales heridas pero así el mago no aprendería nada.

 

-Le has administrado una vía periferia... Algo invasivo y poco práctico que los muggles suelen utilizar provocando muchas veces, si no tienen el debido cuidado, una infección severa a nivel sanguíneo. Comenzaremos por su deshidratación, como bien dices... Toma el frasco que dice: poción hervo-vitalizante e introduce en su boca seis gotas. La forma para saber cuántas horas administrar a cada paciente es simple. Debes verificar el nivel de deshidratación y esto se ve gracias a la elasticidad de la piel, cuando pellizcas una zona debes contar el tiempo en que está tarda en regresar a su normalidad y las marcas que deja tras de eso. La cantidad de segundos es la cantidad de horas multiplicado por dos en adultos y por punto setenta y cinco en niños

 

Primero vería el avance de su aprenîz antes de continuar con la lección. Tenían tiempo y ella sacaría el mayor provecho de ello.

 

-Comienza con lo que te he explicado, cuando termines seguiremos con lo demás y puedes hacerme todas las preguntas que tengas y se te ocurran, solo de esa forma se alcanza el conocimiento

 

@@Vladimir Karkarov