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Idiomas


Gabrielle Delacour
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La decisión que había tomado la rubia al parecer le había agradado bastante a su sobrina ya que lo reflejo en la sonrisa que se dibujo en su rostro en el mismo instante en que se decidió por la cafetería. Además con el clima que hacia en el lugar a menos necesitaría calentarse un poco para no morir de frío ya que su vestimenta si bien era algo cálida no hacia mucho contra la nieve. Como hubiese querido que Zoe estuviera con ella en ese sitio disfrutando de esa salida y mucho más porque de seguro con sus abrazos se sentiría más a gusto con el clima.

 

Recorrieron el trecho que las separaba del local y cuando entraron en el no pudo estar más agradecida por el ambiente acogedor que había al interior del lugar. Después de ubicarse en su mesa se dedicó a observar los detalles de la decoración. Un poco rústica en algunos detalles pero dejando implícito el aire de buen gusto que manejaban los franceses.

 

Cuando el mesero se acercó y su sobrina hizo el pedido que pensaba que era para las dos no pudo evitar sorprenderse cuando le preguntó que quería. Aunque su francés no era tan bueno si entendía algunas palabras. -Te vas a comer 6 porciones de tarta tu sola? - fueron sus palabras, en serio que no entendía como comía tanto su sobrina.

 

- Capuchino y dos Croissants- dijo mientras con la mano mostraba la cantidad de lo que pedía. Las otras dos palabras eran tan comunes a nivel mundial que no tuvo problema en ser entendída así no lo dijera en francés.

 

El lugar era cálido y lo que menos quería era irse, pero tenían una tarea que hacer para volver a la Universidad, así que no podían perder mucho tiempo.

 

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Tenía tiempo desde que había desaparecido varios de sus alumnos; la Black decidió que mientras esperaba alguna novedad esperaría el tiempo adecuado afuera del aula tratando de calmar su repentina ansiedad al ver la tarde caer entre las paredes de la Universidad. Sus brazos se cruzaron debajo de su poco pecho y les presionó contra sus costillas, estaba un poco nerviosa, se sabía.

 

Siempre le ponía un tanto impaciente el tener que dejarles solos por el mundo pero la mejor manera de aprender era enfrentar las cosas de frente. Ella más que nadie lo sabía.

 

Levantó la mirada y soltó un suspiro ¿Les faltaría mucho? No era desconfianza, era esa extraña actitud de "Mamá Gallina" que sentía con cada uno de sus alumnos. Volvió a bajar la mirada y se clavó en el salón de clases ¿Faltaría mucho?

 

Sólo faltaba el final, aunque posiblemente sería "pan comido" para quienes regresaran de la primer lección práctica.

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Alessandra se ruborizo al escuchar la sorpresa en la voz de su tía, amaba el chocolate, que otra cosa podía significar que pidiera tanto.

 

- Bueno tía, si sobra se lleva- le dijo de forma de justificar su pequeña obsesión.

 

Se mordió el labio, mientras observaba que le pedía al mozo lo que deseaba, el mozo se fue y le trajo enseguida todo lo que pidieron, con una sonrisa comenzó a comer de apoco sus trozos de tarta con el café. El tiempo pasó sin que ninguna se diera cuenta a lo que Alessandra puso lo que le sobró en una bolsa de plástico.

 

- Tía se nos hace tardé, vamos a la licoreria a comprar las cosas y volvamos a clases- esperaba que no fueran las últimas o las únicas que faltaban y las reprobaran.

 

Para eso es que habían hecho el viaje, no sólo para comprar alcohol, sino para hacer lo que su profesora les había pedido hacer que era buscar una bebida típica del lugar. No era una buena bebedora por lo que de eso conocía muy poco pero al menos en dónde irían aprenderian.

 

- Vamos, vamos junta- le dijo a su tía.

 

Sacó su dinero muggle después de pedir la cuenta, tomaron sus cosas y salieron al frío del exterior, la poca luz del día se estaba extinguiendo de apoco por lo que apurada Alessandra tomó de la mano de su tia caminando a la licoreria.

 

- Hola, disculpe tienen alguna bebida que sea de la región?- le preguntó en frances a la muchacha de la caja.

 

Cómo hablaba por teléfono con un gesto de manos les indicó el caminó hasta el fondo, ambas Delacours caminaron hasta un pequeño escaparate dónde había escrito los nombres de las bebidas y como tomarlas.

 

- Mira tía llevaré el Pastís, suena bien como se toma- le dijo a Dennis señalando el papel con las instrucciónes.

 

"Pastís quiere decir mixtura. Es un licor ansiado, una bebida destilada a base de alcohol etílico en el que se maceran flores, hierbas de Provenza y luego se le agrega regaliz y anís."

Editado por Alessandra G. Delacour

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Era bastante divertido ver la expresión en el rostro de su sobrina cuando le pregunto si podía comer todo eso, algo que sin dudas la hizo reír fuertemente. Compartir el tiempo con Alessandra era no aburrirse en absoluto y daba gracias por eso, la verdad es que desde que había regresado a Londres se llevaba muy bien con la rubia frente a ella.

 

El ambiente estaba tan agradable dentro de aquel café que por unos momentos olvido el motivo de su visita a aquella ciudad por lo que cuando ale se lo recordó no dudo en tomar el sorbo que le quedaba de su bebida y ponerse en pie rápidamente. Entrego su parte de la cuenta y salieron en busca de las bebidas. Aunque realmente habría preferido no salir ya que el frío conforme iba cayendo la tarde y el sol se alejaba se hacía más inclemente.

 

Entraron al lugar donde la atención dejaba mucho que desear realmente, tal vez por eso el lugar lucía falto de clientes. Observó la elección de su sobrina con un gesto de aprobación, pero ella también quería llevar algo así que se acercó al mostrador de vinos. Después de observar varias opciones escogió un Château Margaux para llevarle a su profesora por si de pronto no estaba muy feliz con la demora.

 

Se acercaron a la encargada y después de darle el valor de aquellas bebidas le agradeció — Merci beaucoup — dijo en francés, al menos eso si lo recordaba bien. Cuando estuvieron listas regresaron a la universidad donde su profesora las esperaba con una pequeña expresión de impaciencia — Bonsoir — saludo alegremente — Lamentamos la demora, pero trajimos un pequeño presente — dijo extendiendo la botella de vino que venia empacada en una bolsa de papel decorada.

 

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Y ahí estaban, casi podría decirse que corrió al encuentro con las chicas.

 

– ¡Por Melín Mujeres! Me tenían rezando a cada mago, brujo, animal y bestias pero veo que ya regresaron a salvo.

 

La bolsa con la botella ya era lo de menos, las chicas estaban de regreso y había que continuar con la lección, agradeció inclinando levemente la cabeza y sonrió a ambas. Caminó hasta el escritorio y dejó el presente sobre ella, sacó del cajón una caja pequeña, la última y decisiva, le puso en la mesa y un brillo de desafío se dibujó en sus ojos.

 

Asumo que gracias a este viaje aprendieron lo más importante: Observar y comprender. Puedo apostar que no sabían el idioma del todo pero lograron comunicarse y sobretodo comprender lo que querían decirles.

 

Posó sus manos en el escritorio y se sentó cruzándose de piernas e inclinando un poco el torso. De cierta manera le apasionaba hablar sobre el tema.

 

El punto en Idiomas no está en saber de memoria palabras y frases, está en comprender el lenguaje tanto corporal como la vibra de los demás.- un tanto romántica aquella explicación pero tenía algo de sentido. Volvió a sus alumnas y sonrió para soltar la bomba.– Ahora ¿Podrán comunicarse con cualquiera?

 

Sí, cualquiera. Alzó la ceja y señaló rápidamente con la mirada la pequeña caja.

 

Adentro está un translador, les llevará a orillas del lago. Tendrán que traer el nombre de al menos dos sirenas o cualquier criatura marina, en vista de que ambas hacen buen equipo pueden hacerlo juntas o cada una por su lado.- sonrió a ambas.- ¡Adelante mis pequeñas!

 

@@Dennis Delacour @

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Mientras la Delacour esperaba a que su tía eligiera lo que iba a comprar para la clase sacó un trozo de tarta no sin mirar al rededor y comenzó a darle un par de mordidas. <<estaba tan rico cómo cuándo se los dio>> pensó, mientras terminaba de masticar el último trozo observó como Denn tomaba un vino que no alcanzó a ver el nombre y fueron a la caja para pagar para volver a la Universidad.

 

La profesora parecía estar esperandolas cuándo su tía se le acercó para darle la bebida que compró mientras que ella fue a su silla para dejar su pequeño botín, Alessandra esperaba que con eso terminará pero al parecer la profesora tenía otros planes porque les señaló una caja más pequeña.

 

- Sirenas?- chillo.

 

Cómo harían para encontrar a una sirena, eran criaturas bastante difíciles de encontrar si asi se lo proponían. Miró a Dennis y pensó que el único lugar dónde podrían encontrarlas y obtener algo era en los terrenos de Hogwarts, con un casco burbuja podrían nadar y buscar para obtener los nombres.

 

- Vamos juntas, se dónde buscar- le dijo a Denn.

 

Se acercó a la Delacour tomó su mano para tocar la caja y volver a desaparecer del aula.

 

Aprecieron cerca del lago dónde ya hace muchos años de había celebrado una de las pruebas del torneo de los tres magos. Caminaron hasta dónde había un bote con un par de mantas.

 

- Si usamos un casco burbuja podremos estar más de una hora que alguna planta para respirar bajó el agua- además de eso les llevaría tiempo y ya estaba bastante oscuro y el agua estaría congelada.

 

Alessandra comenzó a quitarse las zapatillas y las medias, tomó su varita y saltó al agua, el frío la hizo gemir pero se concentró en apuntarse el rostro y cómo si fuera una bolsa de aire volvió a respirar.

 

-¿Quieres que nos dividamos para buscar?- le preguntó a la rubia.

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Realmente la rubia creía que cuando volvieran se encontrarían tal vez con una profesora molesta por la demora, pero al contrario de lo que se hubiese podido imaginar la Delacour que así se apellidaba <debía recordar preguntarle luego si tenían algún parentesco a su sobrina>, estaba más que feliz de que hubiesen regresado sanas y salvas. Si bien era cierto que Ale a veces se metía en líos no creía que estar en Francia fuera a terminar en un problema, pero bueno lo importante es que ya estaban en el aula de clases.

 

Escuchó atenta las palabras que les daba su profesora sobre la importancia de establecer comunicación aún a pesar de no conocer el idioma. Su sobrina se puso cómoda pero esa tranquilidad no le duró mucho porque su profesora les tenía otra tarea, en ese momento se pregunto si sus compañeros ya estarían cumpliendo su segunda labor ya que no los veía en el aula todavía, esperaba que su demora no las hubiese dejado rezagadas en sus deberes.

 

Un viaje al lago, ese era su nuevo destino. Al escuchar eso giró buscando la mirada de Alessandra y eso fue más que suficiente para afirmarle que iban a continuar trabajando en equipo, al menos hasta ahora todo les había funcionado de esa manera. Lo único que alcanzó antes de que su sobrina la arrastrara en el viaje por traslador fue a hacerle un saludo de despedida a su profesora con la mano, de pronto simplemente estaba sintiendo el jalón que la llevo hasta el lugar donde debían llevar a cabo su asignación.

 

Cuando estuvieron en el lago no podía lamentar más esa idea a esa hora en la que el sol empezaba a ocultarse y el aire frío hacía cada vez más presencia — Si ya había tenido en cuenta la posibilidad del casco burbuja, aunque lo que no me agrada mucho es el agua helada ahora — Se quitó sus zapatos y medias y con varita en mano saltó al agua — Rayos que esta heladaaaaa — dijo casi en un pequeño grito, esperaba no demorarán mucho.

 

— Mejor nos separamos, tu busca un nombre al menos y yo otro, si conseguimos más genial, pero solo nos separaremos media hora y nos encontraremos en la orilla, no pienso enfermarme si pasó más tiempo aquí — dijo mientras sus dientes empezaron a castañear por el agua helada. Empuñando su varita pensó — Casco burbuja — y alrededor de su cabeza se formó la burbuja que la dejaría respirar bajo el agua, con un movimiento de mano se despidió de Ale y se introdujo en la profundidad del lago para buscar la información que necesitaba.

 

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Alessandra asintió a las palabras de su tía y comenzó a nadar más al fondo del lago negro, se suponia que aquellas sirenas podian hablar con humanos bajo el agua lo cual esperaba que el casco burbuja sirviera para poder hablarles y asi poder obtener el nombre.

 

No recordaba la última vez que había entrado al lago sólo recordaba que Mía había sido secuestrada y gracias a sus alumnos la habían salvado. Dio un par de patadas más cuándo algo atrapó sus pies tirandole para abajo, unos cuatro grindylows, estaban colgados de sus pies aferrados con sus tentaculos lastimandole la piel.

 

La Delacour con su varita apunto a los cuatro pero un tridente fue incrustado en su cuello con fuerza, una selkie estaba frente suyo mirandola con esos grandes ojos amarillos que le hacian desviar la mirada.

 

-¿Quien eres y que quieres?- le pregunto la criatura aprentando la punta del tridente mas al cuello.

 

Acaso su profesora no les habia dicho nada, penso tratando de no gemir de dolor ante la quemason de los tentaculos de los grindylows sobre su pies.

 

-Hemos venido por una clase- gimio -se supone que debemos buscar nombres de Sirenas- le explico.

 

Aunque la criatura la miraba mal aflojo un poco su tridente para mirarla por un segundo, ¿acaso la habia entendido? La miro por un segundo pero parecia que con el casco no le entendia bien por lo que empezo a hacer señas sobre ambas.

 

-¿Nombre?- le preguntó.

 

Alessandra rápidamente asintió con la cabeza aliviada de que le entendiera y le pudiera ayudar. Con señas le dijo que necesitaba el suyo.

 

-Samur- le respondió pero parecia que se le acercaban más por lo que la selkie le dijo - vete- a lo que la Delacour comenzó a nadar de vuelta a la superficie y se subió al barco cubriendose con las mantas que había esperando que Dennis llegará pronto con un nombre y asi marcharse.

 

Sus pies le ardian seguramente por el veneno del grindylows ya que tenía pequeñas mordidas, con un movimiento de varita transformó unas piedras pequeñas en varios besoars por si Dennis también hubiera sido atacada por los grindylows.

 

 

 

@@Dennis Delacour

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La Delacour siempre disfrutaba del agua, eso era un hecho y amaba nadar cada que tenía oportunidad pero no en las profundidades del lago negro y más con las temperaturas que tenían el agua a punto de congelación, esperaba no enfermar por esa osadía de venir casi al anochecer a buscar el nombre de alguna criatura habitante de ese lago, además no sabía qué tan amables podían ser.

 

la rubia llevaba casi el tiempo que habían estipulado nadando sin conseguir a ninguna criatura, algo sospechoso la verdad pero esperaba que eso no fuera señal de algún problema que vendría después. Ya cuando estaba a punto de darse por vencida observó en su campo de visión a una sirena por lo que se dispuso a seguirla. Pero antes de poder apresurar su ritmo de nado frente a ella se posicionaron varios Grindylows bastante molestos haciendo que retrocediera por el movimiento de ataque en su dirección.

 

No quería lastimar a nadie más de la cuenta así que apuntando su varita dijo — Desmaius — en varias ocasiones impactando a algunos y provocando que otros salieran huyendo, no quería hacerles daño solo aturdirlos un poco para continuar, pero lamentablemente el tiempo que le tomó deshacerse de las criaturas la sirena se perdió de vista.

 

Giro sobre su espalda para ver a un Grindylow algo confuso aún por el rayo y aprovechando que tenía su anillo de amistad con las bestias pensó — Orbis Bestiarum — de inmediato un anillo dorado envolvió a la criatura dejándola bajo su control. — No quiero lastimarte, solo necesito tu nombre — fue todo lo que le dijo al grindylow mientras lo señalaba para que entendiera que se refería a él y de pronto escucho una sencilla palabra — Quo — ese era su nombre, a lo que la bruja agradeció y partió rumbo a la superficie.

 

Alcanzó el pequeño bote donde ya la esperaba su sobrina, subió al mismo para cubrirse con una de las mantas y antes de decir cualquier otra cosa o incluso pensar en sus ropas empapadas tomó la mano de la rubia para regresar de inmediato al salón de clases, quería volver con su asignación de inmediato, ya después pensaría en algo seco que usar. Por ahora le interesaba finalizar lo que les habían encomendado y para eso debían volver.

 

Al poner sus pies sobre el piso del aula soltó un respiro de descanso, al menos entre esas paredes el clima era un poco más agradable. Esperaba lo que su profesora tenía por decir para terminar su instrucción.

 

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