Conocimiento de Maldiciones

[Kahlan Blackthorn]

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-Conocimiento de Maldiciones…-siseó la Ángel Caído desviando su vista hacia los libros que permanecían abiertos sobre su escritorio-No pensé que me permitieran impartir esta cátedra. Hace tiempo que no tengo contacto con hechizos de este calibre, al menos no desde el punto de vista académico…-asintió categóricamente-Pero si se trata de ponerlos en práctica…-rodeando sus orbes lapislázulis acaricio sus colmillos con sus lengua-Yo puedo darles los mejores tips que jamás hayan conocido…-agregò levantándose de la cómoda silla era momento de ir en busca de los jóvenes que se habían atrevido a tentar a su suerte. El destino casi siempre le colocaba diversos retos en su camino, andanzas que había tenido la fortuna de agregar a su bitácora personal.

 

Enfundando su katana en su espalda acompaño la misma por su varita oscura como el ala de un cuervo-Es momento de darles una pequeña lección…-curvándose en sus labios una lóbrega sonrisa estaba convencida de que sería una travesía sumamente interesante para todos los presentes. Acomodándose la capa de viaje sobre los hombros intentaba cubrirse del feroz viento que soplaba fuera de la Mansión Malfoy. Citaría a sus alumnos en un lugar alejado de la civilización, no deseaba que tuvieran contacto con sus seres queridos o sitios que los hicieran sentirse dentro de su zona de confort.

 

Descendiendo por las escaleras de la residencia que la vio nacer, tras cruzar la puerta desapareció en medio de varias volutas de humor negro. Su destino era incierto incluso para ella, no confiaba mucho en el sentido de la orientación de su elfo personal, ya que era capaz de enviarla lejos de ese plano donde habitaba desde hace 26 años. Sus facciones se tensaron en el acto tras aterrizar estrepitosamente contra el suelo, si que se había dando de bruces contra el suelo sacándose de esa forma el tedio que desde hace dos horas estaba trastocando su humor. No era la clase de persona que se la pasaba botada de la risa, no le agradaba expresar sus sentimientos de ninguna forma peculiar o que fuera usada por el resto de los seres que le rodeaban.

 

Notando algunas miradas sobre sus ojos salto del suelo, sacándose la tierra de la capa de viaje y su elegante vestimenta-Un altercado sin importancia…-enfilando sus pasos hacia una edificación que tenia la pinta de estar a dos pelos de caerse en mil pedazos-Mi nombre es Juv Malfoy…-se presentó escuetamente ante los seres que le acompañaban-Seré su profesora de Conocimiento de Maldiciones, espero que no les asusten algunos de los métodos que planeo emplear para su deleite y goce de esta clase…-adentrándose en el sitio les invito a seguirle. Su primera tarea era detectar o intentar detectar el tipo de maldiciones que protegían dicho recinto, desde las más básicas e indefensas hasta aquellas que eran capaces de causar un daño irreparable en quien tuviera contacto con ellas.

Editado 19 de Octubre del 2015 por Juv Malfoy Croft

[Fydha Guilty]

Me levanté temprano sintiéndome llena de energías aquel día. Me sentía emocionada por el comiendo de la clase de Conocimiento dee Maldiciones, aunque por fuera no se notaba ya que seguía con mi expresividad de siempre. Aquel día me puse una de mis ropas góticas, una falda y una camisa de mangas largas. La clase no parecía que requiriera una ropa especial para escapar en caso de peligro, o al menos eso esperaba.

 

Me encontraba ya esperando en aquel lugar luego de tocar el traslador que se me fue enviado, era de esperarse un lugar así, pero lo más inesperado irónicamente fue la llegada de la profesora y su forzoso aterrizaje que la tiró al suelo. No mostré ninguna expresión pensando que no quisiera que alguien, y menos sus alumnos, pero sí me sorprendí cuando me di cuenta de que se trataba de una de las profesoras que ya me había dado clases antes, al menos sabré con seguiridad que esta clase será intersante.

 

No hacía falta presentaciones así que simplemente la seguí dentro de aquella casa la cual parecía increíble que no se viniera abajo. Podía sentir que al lugar le rodeaba un aura oscura, de hecho... no venía de un solo punto. Camino por aquel lugar y la madera cruje con cada paso que daba, los pocos muebles que había se encontraban deteriorados por el tiempo, sin duda no era un lugar muy agradable y menos para quien temiera a las arañas ya que el lugar estaba repleto, por suerte no era mi caso.

 

Siguiendo un poco mi instinto llego ante una puerta donde noto que se concentra una gran cantidad de energía oscura, entonces cuando la abro descubro unas escaleras que conducían al sótano, aquello era perfecto para una película de terror. Cogo mi varita y pronuncio -Lumus- para que una luz aparezca en la punta iluminando el camino. Al bajar, me encuentro con una sala casi vacía, entonces escucho un ruido que provoca que me ponga alerta, si aquel lugar estaba maldito podia haber fantasmas o algo por el estilo...

[Amya An]

Ok. Con tantos ... imprevistos en su vida personal (?), se le había pasado por completo la clase a dónde se había inscrito algún tiempito atrás.

 

Llegó un poco tarde ... bastante tarde en realidad, y culpa de ello (mentira! que ella siempre es demorona)

la tremenda panza que no le fue nada fácil vestir.

- Pero, ¿cómo se me ocurre apuntarme a una asignatura con Maldiciones estando embarazada?

 

Renegaba ella solita intentando subirse el condenado cierre de la túnica-vestido (que no había mucha ropa que le quedarse ya con holgura ahora)

 

- ¡Ya me voy!

 

Anunció a grito pelado mientras terminaba poniéndose el sobretodo (prenda) sin abrochar por encima de lo demás.

 

- ... si no regreso, (chilló aún mas) TwT le avisan al abogado muggle para que desempolve mi testamento ...

 

Rayos! que ella no recordaba ninguna clase tranquila en ese Ateneo mágico del demonio, y ahora que iba solita (TwT), pos, ya se veía echa chicharrón para la tercer ó cuarta lección ... si es que siquiera conseguía pasar la primera (!)

 

En el corre-corre, por poco olvida la varita (chanfles!)

 

Y ni le pregunten cómo le fue con la transportación mágica porque ella lo único que sintió fue el horrible malestar de dicha magia que por poco le hace regresar hasta el desayuno del domingo pasado.

 

Así, toda redondita como una tinaja, apenas y vio la silueta de la profa adentrarse en esa construcción de yuyuy (como diría su manis ... mello?)

 

Y allí también iba casi a su par, una fémina ... tendría que ser al menos una compis de clase.

 

«Qué bien! ¬¬ un testigo si nos pasa algo», pensó sobándose la pancita,

como para la buena suerte ... como el Budita muggleoso (?), disque hablando con su crio.

 

Les siguió a su propio paso ... aunque no quería terminar entrando solita, xDDD.

 

Primera regla, no arriesgar los pellejos.

 

Antes de poner el primer pie dentro (?), sacó la varita y de un pequeño golpe (mágico?), hizo saltar una piedrecilla por delante solo para ver si se caí el techo desde arriba ó el piso bajo sus pies (!)

 

Escuchó el espeluznante eco del cosito saltarín ése. Esperó paciente por si se movían las paredes ó algo así.

 

Nada.

Entró.

- Hola?

Qué siniestro ...

Intentó concentrarse aún cuando por dentro ... ¬¬ "alguien" la pateaba (!)

- Shhhhh ...

 

Se dijo así misma procediendo a conjurar un particular Specialis Revelio ... una invocación que ellos usaban para rastrear en un primer momento cualquier magia ... ¿indebida?, tal vez no consiguiera detectar todas las maldiciones del mundo pero al menos podría decirle ... qué emanaba magia.

 

Ya su propia intuición le diría si era magia regular,

magia prohibida,

ó incluso, magia rota.

°

[Fydha Guilty]

Aquel sótano estaba bastante tenebroso, se notaba que lo habían abandonado por mucho tiempo ¿qué case de maldición podría tener? Sabía que podría encontrarla pero cuando lo hiciera tendría que ir de vuelta hacia la profesora para que me explicara ya que no sabía ningún hechizo que pudiera desacerla y menos si tuviera alguna especie de defensa o si me afectaría de alguna forma si intentara quitarla.

 

A pesar de mi condición de demonio podía sentir el frío helado que me recorría hasta lo huesos. Pero con cada paso que daba me acercaba más al punto de donde surgía aquella aura que sentía. Entonces descubro un baúl empotrado junto a una pared. Se notaba que era viejo y la madera estaba mal cuidada pero lo que llamaba la atención era que varias cadenas le rodeaban. Allí dentro tenía que ocultarse el origen de la maldición, algún objeto o el baúl mismo.

 

Apunto con mi varita aquellas cadenas, posiblemente no funcionara un hechizo tan simple pero si no lo intentaba no lo sabría, igual solo estaban puestas como un abiso. -alohomora -pronuncio y el rayo sale disparado hacia las cadenas, pero algo sucede, más allá de que no hace efecto, el rayo parece concentrarse en un punto cambiando de color y este se me es devuelto golpeándome entre los ojos.

 

-¡Ah! -caí al suelo por el empujón, pero realmente no me dolía nada a excepción de que estaba un poco confundida. Pero cuando abro los ojos de nuevo no veo nada y recuerdo que la luz de la varita se debió apagar, por suerte esta no se había soltado de mi mano- Lumus -pronuncio, pero nada.- Que extraño... Lumus -pronuncio de nuevo pero sigo sin poder ver nada. -¿Qué...? -pregunto confundida a la nada algo nerviosa intentando mantener la calma. ¿Me había sellado la magia o... aquel rayo me había dejado ciega?

[Kahlan Blackthorn]

-No es bueno rebuscar en rincones prohibidos…-sentenció la Ángel Caído al escuchar el ruido debajo de sus pies-El sótano es tan peligroso como el ático…-percibiendo esa energía oscura que brotaba de todo lo que les rodeaba-Las Maldiciones han sido lanzadas por medio de hechizos o conjuros, empleadas para proteger o impedir que personas extrañas o seres ajenos a un sitio deambulen a placer por el mismo…-agregò elevando su oscura varita-Hay tres hechizos que son considerados potencialmente peligroso y uno de ellos es mortal…-avanzó por la espaciosa estancia. Sabía que sus alumnas la escucharían-Cruciatus, Imperius y Avada Kedavra. Cada una de ellas empleados por magos experimentados y en algunos casos por magos novatos…-carraspeó con suavidad.

 

-Hay tres criaturas en el sótano, tres en el ático, tres en la biblioteca y tres más en la habitación principal…-indicó dando dos golpes con su varita sobre un estante cubierto de polvo-Les corresponde identificar que maldición imperdonable ha sido usada en cada una de ella, obviamente la que está muerta perdió a vida tras ser atacada por un Avada Kedavra…-terciando una media sonrisa sintió una punzada en su costado izquierdo-Objeto maldito…-identifico el mismo con solo mirarlo-Como no saberlo…-se regodeó al recordar que era la Directora del Departamento de Misterios-Les deseo suerte…-vocifero notando que algo se movía debajo de una mesa de centro-Comienza la aventura…-disfrutando cada momento dentro de ese edificio intentaba hilar los puntos correctos que le condujeron a su interior.

 

Las maldiciones eran su punto fuerte, al igual que las runas antiguas y el resto de conocimientos que poseía. Pero el tener en su poder objetos que estaban malditos de diversas formas, si que el provocaba un interés inmenso, deseando a toda costa transmitir todo lo que ella albergaba en sus pensamientos y recuerdos-Cuidado donde pisan…-les advirtió colando sus orbes lapislázulis debajo del mantel enmugrecido por el tiempo y el polvo. Retorciéndose ante ella estaba lo que parecía ser un cangrejo de fuego, herido por una lanza o algo puntiagudo. No daba crédito a esa escena dantesca, ya que era prácticamente imposible dañarlos sin que estos intentaran defenderse.

[Amya An]

Ok ... como si no estuviera lo suficientemente asustada con el nombre del Cursillo, y por ende, de lo que implicaba llevar el ejercicio práctico-mágico de esta clase ...

 

Ni las narices había adentrado, cuando una voz resonó en el aire.

Se llenó de mello.

 

Quizás fuera mas su propio miedo, que las circunstancias a su alrededor, pero allí estaba ella, recién llegada

y ya preguntándose,dónde estaría el condenado baño.

- Las Imperdonables?

Murmuró para sí misma, mientras avanzaba haciéndole, tal vez, demasiado caso a aquello de mirar de en dónde uno ponía la pata.

 

- ... qué bueno que al menos la que te mata ya fue lanzada ...

Se contentó en parte e intentó memorizar los lugares mencionados.

 

- Sótano ... biblioteca ... ático ... habitación principal ...

 

¡Para tratar de evitarlos a toda costa!

 

No obstante, nada certificaba que si eran "criaturas" por descubrir, pues, suponiéndoles capaces de moverse ...

 

- ... sí claro, seguro que se quedarán bien Buenitos, sentaditos y quietecitos, a que uno les llame a la puerta y pregunte si "se puede" ...

Continuaba hablando con ella misma, porque éso es lo que hacía para tratar de acallar el creciente pánico que

se le juntaba en los huesos, cuando ...

- Eh?

 

Tuvo una extraña sensación en la piel de que era mas que observada ... se sentía seguida, pero cada vez que volteaba a ver, no hallaba nada mas que piedras y escombros, cosas nada fuera de lo común en una locación cómo ésa que se caía en pedazos.

 

Sacudió la cabeza en negativo, para disque ella, quitarse tales delirios de persecusión de encima.

 

Prosiguió aún cuando el ruido a sus espaldas, aunque leve, era evidente ; «Quizás solo sean ratas ...», pensó, intentando pillar lo que fuese por detrás suyo solo con el rabillo del ojo.

 

Pero no consiguió nada, su campo de visión no era tan amplio como el de un camaleón,

por ejemplo (?)

 

Se resignó a continuar y llegó hasta el lugar por donde se descendía al sótano.

 

- Ni de broma ....

Se auto-dijo abriendo los ojos grandes y redondos cuales platos.

 

Torció el camino y miró hacia arriba, hacia donde unas escaleras peligrosamente ¿crujientes? invitaban a subir.

 

- Es broma?

 

Volvió a negar con la cabeza y súbitamente se giró brusca hacia atrás.

Nada.

 

Absolutamente nada.

 

Le entró de escalofríos terribles que le sacudieron violentamente el resto del cuerpo allí parada.

 

Tragó saliva y decidió explorar ese mismo nivel, ya que obvio ... allá arriba solo podía estar el MasterRoom y el susodicho Ático, y tres mas tres siempre eran mas que solo tres (?)

 

Caminó.

 

Le chillaba el piso por debajo de los pies ; la construcción entera crujía toda, además de ese lastimero lamento

en la corrientita gélida (según ella) que le cosquilleaba por doquier ... aunque en realidad, nada de éso era tan fuerte como el golpeteo de los latidos de su propio aterrado corazón ensordeciendo su mente.

 

- Vamos! vamos! ... qué necesidad de morirse para aprobar un curso!!!

 

Se quejó la muy cobardosa casi temblando como gelatina.

- Te pille!

 

Volviose con brusquedad pero solo hallo ... ¿una piedra?

 

Se mordió el labio y de la pura cólera bruta, le dió tremendo patadón (field goal?) pretendiendo lanzarlo hasta lo alto de un ventanal a nivel del piso de arriba.

¿La cosa ésa chilló?

 

Ó eso le pareció a ella. Entonces se volvió rápido de nuevo hacia sus espaldas y pilló otra muy similar ... media redondeada y brillosa.

- Eh?

No estaba muy versada en Criaturas, menos las mágicas, pero reconocía que eran muy sospechosas las coincidencias.

 

La miró con recelo y se hizo la que se convencía de que no era nada.

 

Se adelantó unos cuantos metros mas, fingiendo descuido cuando ...

- Ajá!

¡La piedra! ¡ésa piedra la estaba siguiendo!

 

Allí estaba nuevamente detrás de ella, así que sacó la varita y de un buen hechizo la hizo volar por los aires como hacía con los condenado gnomos en su jardín (!)

 

Escuchó otra vez movimiento tras sus espaldas ...

es que estaban infestados de esos animalejos???, así que giró su cuerpo y ¡Otra MAS!

 

Ahora sí que se ponía loca, no había ido hasta allí para ser acosada por piedras (supuestamente lo eran, pero no lo eran, era un bicho!)

 

Le dio el mismo tratamiento pero no se dio cuenta de que le fue a dar a un espejo viejo colgado de la pared e hizo estallar su vidrio. Ella no sabe cómo, cuándo ni dónde, pero la rebotó hacia atrás una fuerte onda mágica en expansión.

 

La dejó toda turulata de sentón en el suelo sobre sus pompis, aún preguntándose el qué rayos había pasado.

 

Entonces lo sintió ... del reflejo de ese artícu.lo hecho trizas, algo se habría liberado (?)

 

Retrocedió en tan incómoda postura y allí los vio ... otra clase de bichos, todos estropeados y

mal-trechos. Apenas y con vida ... respirando con dificultad y retorciéndose adoloridos.

 

- O.O espero que la profa no nos haga ésto por no completar las tareas a tiempo ...

 

xDDD, ella ya se la alucinaba dándoles de crucio´s exigiendo furiosa los deberes al día (!)

°

[Fydha Guilty]

Tres criaturas en el sótano y cada una tiene una maldición imperdonable, sin duda en aquel momento me sentí la más lista de... aquel sótano, o al menos eso esperaba pues alguien inteligente no se pasaría a vivir a aquel sótano. Me levanté sin poder ver nada todabía, temía volverme ciega por el resto de mi vida pero era mejor pensar en eso después. Concentrándome muevo el aire a mi alrededor para sentir los objetos que se encontraban en aquel lugar como hacen los murciélagos, siento aquel mueble de antes y lo palpo sintiendo como las cadenas ahora si se soltaban con el más ligero toque.

 

Con algo de intriga e intentando ocultar el temor que el lugar me hacía sentir. Abro aquel baúl y el olor que desprende es espantoso, me hecho hacia atrás y agradezco de no poder ver lo que se encontrara en su interior pues sin duda debía de ser una de las criaturas que recibió la maldición de la muerte, el avada kedavra. Al menos una ya estaba encontrada. Cierro el baúl rápidamente antes de que aquel apestoso olor hiciera que perdiera el conocimiento, no quería entrar a detalles.

 

Entonces escucho un ruido en el fondo, sabiendo que no debería ir a ver me adentro para saber de que se trataba. Cada vez qwue me aproximaba podía distinguirlo mejor, parecía un grito muy agudo. Entonces algo salió volando directamente contra mi cabeza. Intento recuperarme e intento identificar de que se trata pero aquello volaba sin ningún control chocándose contra las paredes y luego contra el suelo, era un duendecillo de cornualles, una criatura muy traviesa tenía entendido pero pensaba que solían ir en grupo.

 

Hago mover el viento de nuevo para detectar si había algo más y así era... más adelante sentía que más de esas criaturas pequeñas se encontraban en el suelo retorciéndose de dolor. Me daban tanta pena que quería sacrificarlas para que dejaran de sufrir al igual que se hace con un caballo cuando se le rompe una pata. Aquella era una segunda maldición, la cual provoca que sientas en tu cuerpo clavarse mil cuchillas. Nunca experimenté aquello y no creo que sea algo que quisiera experimentar.

 

Me alejo de aquel lugar pero sin salir del sótano, solo no soportaba escuchar chillar a aquellas criaturas. Pero mientras pienso... ¿Quién fué la que les hechizó de aquella manera? ¿Por qué? Y lo más importante... si hay otra criatura con una de las maldiciones imperdonables, solo quedaba una, y era la del control mental, ¿eso significaba que el causante de todas esas maldiciones se encontraba en aquel lugar...? Tenía que estar alerta, pues había posibilidades de que no solo tuviera que enfrentarme a aquella criatura.

[Kahlan Blackthorn]

Había pasado demasiado tiempo, no podía contener el poder de las maldiciones que habitaban dentro de ese lugar. Era poderosa como ningún ser dentro del mundo mágico, aguerrida hasta decir basta y eso estaba más que comprobado sin lugar a dudas. Sin embargo, pelear contra el poder de seres ancestrales y mucho más oscuros que ella, no era sencillo y lo mejor era retroceder aunque eso le calcinará por dentro-Será la próxima vez…-asintió categóricamente arañando con la punta de su varita el aire maleado por todo lo despertado por la Malfoy-Maldiciones de alto calibre…-entrecerrando sus orbes lapislázulis recorrió con estos todo lo que le rodeaba.

 

Una a una las criaturas se evaporaron en el firmamento, dejando detrás de ellas una pestilencia parecida al azufre-Aroma inconfundible…-demonios era lo que residía dentro de ese siniestro lugar. Seres provenientes de las llamas del averno, aberrantes sujetos que eran peores que los de la calaña de la que provenía la Ángel Caído-Si yo me bebo la sangre de los humanos, ellos…-quedando en silencio de golpe sintió que no estaba sola del todo. Ya sus alumnas no estaban dentro de ese recinto, tras haber desaprobado la clase regresaron sanas y salvas a Londres. No sucedió lo mismo con la rubia, no podía irse sin sanar de todo el daño recibido en el pasado por uno de esos seres.

 

-No eres el que conocí hace tiempo…-olisqueó el ambiente detectando la presencia de un demonio puro-No, como podrías serlo, si me encargué de acabarlo por completo…-apretando sus puños blanqueando sus nudillos ante la presión ejercida exaltó sus venas al máximo-Pero dentro de poco le harás compañía…-mutando el color de sus iris por una tonalidad azulada y profunda, similar a la que se presencia al estar dentro de una tormenta con el mar como principal protagonista-Oh vamos, ¿No me digáis que me tenéis miedo?…-inquirió despertando en ella aquel instinto asesino tan suyo que poseía desde que nació-Ya no tenes criaturas que den la vida por ti, ya no cuentas con nadie que te tienda una pata o mano…-se burlaba descaradamente de su adversario.

 

El podría quemarle el cuerpo, si lo deseaba, calcinarla por completo y matarla sin pensárselo dos veces. Para su mala suerte la Malfoy tenía un as bajo la manga, ya que ella si contaba con la ayuda de tres poderosos pequeños, aquellos seres que eran su mayor adoración junto con el padre de estos-Te echaría una manita…-rodeando sus ojos elevó con elegancia su varita-Pero que chiste tendría matar la diversión o no a ti en su lugar…-dando un certero latigazo sintió desprenderse de la punta de su arma un rayo escarlata-Crucio…-sentenció pegando de lleno su ataque en el cuerpo del demonio-No eres lo suficientemente rápido…-saboreando el dolor que brotaba del cuerpo de ese sujeto, no detuvo sus ataques contra el mismo.

 

-Morisoseo Ánima…-profirió con crueldad desprendiéndose de la punta de su varita una horda de almas oscuras, gimiendo y gritando desgarradoramente. Eran las victimas asesinadas por la Ángel Caído, entes atormentados que estaban bajo las ordenes de la Alto Rango, cumpliendo cada uno de los encargos encomendados por esta a ellas, captando el mensaje enviado por su creadora arremetieron con fuerza contra ese hombre abriendo profundas heridas que sangraron en el acto, arrancándole litros de liquido vital que empaparon el suelo mugriento. Había terminado su misión, cercando a piedra y lodo las maldiciones que hace unos momentos despertara, desapareciendo de ese lugar en medio de una nube negra.