Artes Oscuras V + Runas Antiguas II

[Kahlan Blackthorn]

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-Señorita Malfoy…-siseó su escolta-Es hora…-depositando diversos tomos en un cofre oscuro que bien podía albergar una biblioteca entera-Su hermana Anne, ya debe estarle esperando, al igual que el joven Stephen…-le recordó que la Gaunt sería su única alumna dentro de la Clase de Artes Oscuras y el Malfoy el Único que cursaría Runas Antiguas-Todo está listo…-dedicándole una ligera reverencia mientras depositaba en los hombros de la Malfoy una capa de viaje rojo sangre. Su dorada cabellera descansaba sobre su hombro izquierdo semejándose a una cascada rozada por el sol, inexpresivo permanecía su marmóreo rostro-Lo que deseaba está preparado…-concluyó su perorata.

 

-Sabía que podía confiar en ti…-acariciando la mano de la gloria guardo en un pequeño saquito polvo peruano-¿Marcaste el sendero?...-inquirió interrogante tomando con fuerza el mango de su katana-No me gustan los errores y menos los contratiempos…-arremetió contra el castaño-Ian me presto a regañadientes su diario de Voldemort, no creas que ha sido sencillo persuadirlo. En cuando a Damon, no soltaba ni por las buenas, y menos por las malas el collar de ópalo que tanto trabajo le costo pujar en esa dichosa subasta…-rodeando sus orbes lapislázulis resguardo ambos objetos en un pequeño moral.

 

-En perfecto orden…-la voz del menor de sus hijos la hizo respingar-Tan bella como siempre…-tomándola por la cintura le plantó un beso en la mejilla-Te acompañaré en esta encomienda, no pienso dejarte sola…-acariciando la mejilla de la Ángel Caído, le hizo recordar de forma irremediable cuando era su pequeño Damon-He vuelto para quedarme…-afirmaba tajante el Haughton-Además de poner algunas cosas en su sitio…-entornando sus ojos hacia el castaño-Parece que no han cumplido con mis órdenes…-entrecerrando sus ojos no pudo evitar centrarse en lo cambiaba que estaba la rubia.

 

Intentaba percibir el brillo que solía brotar de sus ojos, aquella chispa que le indicaba que todo estaba como siempre. Empero, no era de ese modo, ya no era la misma, Juv. Ya no era su madre cálida y protectora, ya no mas y eso era lo que le dejaba con una inmensa interrogante, ¿Qué le había pasado en esos meses?.-Esta bien…-contestó ante la mención de su hijo intentando volver a conectarse al mundo de los vivos-Será como vos lo prefieras…-entrelazando su mano con la de su hijo se sintió fortalecida-Partamos de una vez…-enfilando sus pasos hacia la salida de la Mansión Malfoy, repasaba uno a uno todos los momentos que vivió detrás de esas paredes.

 

Tocando el suelo fuera del recinto que le vio nacer, desapareció acompañada en todo momento por Damon. Siendo recibidos por un paraje desconocido para el vampiro original, ajeno a todo lo que solía conocer dentro y fuera de Londres. Varias lápidas se elevaban a la altura de una colina desierta y árida, no había una sola muestra de vida en ella, pasto seco era lo que reinaba dentro de ese sitio tan tétrico-Espero que no tarde en llegar…-musitó la Ángel Caído esperando a su hermanita querida

 

-Ya regreso…-avanzando por el terreno decidió preparar un sitio más para otro alumno. Las Runas Antiguas eran un arte sumamente cuidadoso y peligros, no podía tomarse a la ligera el uso de estas o la lectura de las mismas, ya que de no conocer el lenguaje adecuado o el conjuro correcto podían desatarse energías que causarían devastación a gran escala-Bienvenido…-saludó con cortesía al joven que estaba delante de ella-Mi nombre es Juv Malfoy y en esta ocasión seré su profesora de Runas Antiguas…-desplegando su mano sobre el firmamento apareció un grupo de tabillas que cayeron al suelo como palitos de juguete-Antes de dar inicio a la clase…-carraspeó con suavidad-Espero que tenga la cortesía de presentarse…-le invitó a soltarse un poco dentro del terreno que les rodeaba.

 

Un inmenso bosque se extendía con frondosos árboles como guardianes, elevando sus altas copas intentando rozar el oscuro manto-Espero que le agrade el paisaje…-apareciendo una enorme cascada delante de los ojos absortos de su alumno-Use la magia de las runas que poseo desde hace algunos años, no crea que improvise para impresionarle…-externo sacándose la capa de viaje dejando a la vista un conjunto completo de seda verde esmeralda-Conocerá lo que pueden hacer las runas, diversas invocaciones que son empleadas por toda clase de magos y los brujos que les han dado el reconocimiento que estas tienen…-quedando en silencio espero la presentación del Malfoy.

[Anne Gaunt M.]

El aviso de que la clase de Artes Oscuras comenzaría pronto le llegó justo cuando unos trabajadores del Magic Mall acababan de llegar al castillo Gaunt con unas cajas que contenían las compras que había hecho hacía pocos días. La pelicastaña agarró la notificación y, tras leerla, la arrugó entre los dedos mientras escuchaba cómo sus hijos más jóvenes corrían tras ella, probablemente sabiendo que el momento que tanto habían esperado acababa de llegar. Shiro también les acompañaba, aunque algo más rezagado. Hacía ya muchos años desde que él no tenía tanta prisa por nada.

 

— ¡Corre Erik, que te quedas atrás!

 

— Cállate Sarah, verás cuando...

 

— Silencio ambos. Comportaos como las personas civilizadas que, supuestamente, sois —cortó la discusión la Gaunt, con sequedad. Ambos jóvenes detuvieron la carrera y aguardaron tras su madre con gesto serio. Sin embargo, en cuanto ésta se giró para los que ya le alargaban los papeles que debía firmar para poder marcharse y dejar a la familia con sus compras, Sarah pellizcó suavemente a su mellizo y volvieron a mirarse con gesto divertido—. Listo, ¿verdad? Gracias por la entrega, adiós.

 

Los del Magic Mall se alejaron y Anne chasqueó los dedos, de forma que los jaulones que habían llevado hasta los jardines del castillo se abrieron en simultáneo. Dos hipógrifos salieron por un lado mientras una especie de pajaro de color fluorescente les pasaba rozando las cabezas. Tras ellos, un pequeño oso panda se arrastró olisqueando el aire. Sarah lanzó un grito de emoción y se arrojó al lado del osito, que se metió en la jaula nuevamente a causa del sobresalto. Anne puso los ojos en blanco.

 

— Papá, tengo que irme a la Universidad. La clase comenzará pronto y no quiero llegar tarde, Juv será la profesora. Tendré que portarme bien si no quiero volver a casa en un frasco —bromeó, guiñándole un ojo al anciano. Depositó un beso en su mejilla y luego se giró hacia sus hijos—. Dejadles en paz, ¿de acuerdo? Querrán conocer y familiarizarse con su nuevo hogar. Escogeremos sus nombres después... pero nada de bautizarles antes de que llegue yo. Es una orden. Sarah, espero que me hayas escuchado con atención —añadió, fulminando con la mirada a la rubia, que seguía llamando al oso con auténtica fascinación.

 

Sin nada más que decir, la matriarca desapareció de los terrenos del castillo y reapareció en un lugar mucho más tétrico y tenebroso, aún con la notificación de la clase apretada en el puño. Aquella colina parecía haber sido escogida para crear en ella una especie de cementerio improvisado que había sido abandonado mucho tiempo atrás al juzgar el aspecto que presentaban las lápidas que adornaban el terreno. La hierba del suelo estaba reseca y crujía bajo las botas de la licántropa, que se envolvió un poco mejor en la capa que siempre usaba al salir de casa. Se apartó un mechón de pelo castaño que caía sobre sus ojos azules y luego buscó con la mirada a Juv.

 

La halló de golpe e, inconscientemente, en sus labios se instaló una sonrisa sincera y cariñosa. Llevaba tiempo sin verla, pero se alegraba al comprobar que seguía tan magnífica como siempre. Se cruzó de brazos y cargó el peso de su cuerpo sobre la pierna izquierda, adelantando ligeramente la derecha para adoptar una postura relajada y expectante. .

 

— No sé si es necesario que me presente puesto que me conoces bien pero bueno, respetaremos las normas que se han de seguir en una clase oficial —comenzó diciendo, con tono neutro. Carraspeó y luego sonrió suavemente de nuevo—. Mi nombre es Anne Gaunt, y soy alumna de Artes Oscuras. Será un placer para mí aprender de alguien como tú... usted, profesora Malfoy —se corrigió en el último momento, recordando que en aquella ocasión su hermana mayor ejercía también de profesora con ella. Sin perder la sonrisa, esperó a que ésta le indicara cómo procederían a continuación.

[Stephen Malfoy]

Mirando a través de la ventana pensativo permito dejar volar cada uno de mis pensamientos, recuerdos sobre aquel acontecimiento que marcaría la diferencia de mi existencia, abandonando la vida de un simple humano para convertirme en algo más grande si es que se lo puede decir de esa manera. No es arrepentimiento alguno, simplemente ahora se puede ver las cosas con otras perspectiva.

 

 

¾ Me parece que es un buen inicio ¾ me digo a mi mismo casi en un susurro sin dejar de ver a través de la ventana, sonriendo con suficiencia.

 

 

Dentro de mi habitación en la mansión de mi familia encuentro un pergamino envuelto sobre el escritorio, enarco una ceja mientras le saco la cinta para conocer la pequeña información. Luego de abrirlo me percato de que es un comunicado del inicio de la clase Runas Antiguas que había decidido cursar sin interés alguno de perderlo, por lo que vistiéndome de una manera algo decente termino saliendo de la mansión desapareciéndome en el acto.

 

 

Sintiendo el latido de mi corazón enfoco la mirada a mi alrededor para visualizar el panorama, ver aquello me desconcierta un poco por lo inesperado del paisaje. Cascadas…arboles…esto es relativamente nuevo pero estando aquí solo falta continuar, avanzo unos cuantos pasos sin dejar de observar el terreno.

 

 

Es algo sorpresivo presenciar este lugar, preguntándome las sorpresas que podrían venir en un futuro no muy lejano ya que eso podría ocurrir en cualquier momento. "Espero que le agrade el paisaje" al darme cuenta de dicha frase mis ojos buscan a la persona responsable para después encontrarme con su mirada.

 

 

¾ Creo que he visto mejores ¾ le contesto despreocupado encogiéndome de hombros al mismo tiempo, pero escuchando su presentación con el respeto que se merece mi ángel caído como profesora, a la vez haciendo aparecer unas tablillas ¾. Disculpe mi mala educación, soy Stephen Malfoy para servirle.

[Kahlan Blackthorn]

-La cortesía es un lujo que pocos pueden darse…-sentenció clavando sus orbes lapislázulis en las gemas grises de su hermana-Nos conocemos…-carraspeó enérgicamente-Claro que nos conocemos…-agregò apareciendo en su diestra el saquito de polvo peruano-¿Cómo puedes asegurar que me conoces?, ¿Quién no te dice que soy una réplica exacta de tu adorada hermanita Juv?...-arremetió con dureza contra la Lican-La poción del cuerpo rudimentario hace maravillas, ¿no lo crees?...-haciendo estallar el saco todo se vio ennegrecido por una bruma espesa causada por el dichoso polvo-Aquí tienes la mano de la gloria, dicen que ella es la única capaz de permitir que los magos vean en una oscuridad de esta naturaleza…-explicó con soltura.

 

-Tienes que encontrar los ingredientes necesarios para la creación del beber de la desesperación. Si, aquel que provoco que el grandioso Dumbledore sufriera en carne propia las peores penurias que pudiera imaginar…-atrajo a su mente el pequeño relato sobre uno de los horrocruxes de Voldemort-En su intento por encontrar el guardapelo de Slytherin, no tuvo más opción que probar ese brebaje por las malas y bueno…-rodeando sus orbes lapislázulis desvío su vista hacia el cementerio-Podrías necesitar uno que otro hueso, tal vez algo de piel muerta o que se yo…-encogiéndose de hombros le deseo buena suerte.

 

-Por cierto, cuidado con las criaturitas que pueden andar sueltas por ahí, no creáis que te iba a poner la cosa sencilla…-inclinando ligeramente su cabeza enfiló sus pasos hacia donde estaba la cascada. Anne ya tenía la primera encomienda en sus manos, no dudaba que saliera airosa de la misma y cumpliera con altas expectativas la petición de la Malfoy-Suerte…-escuchando con atención la presentación del vampiro les ordenó a las runas elevarse en el aire-Los nórdicos las emplean para pedirles favores a sus dioses, desde fuerza y entereza…-meditó un momento-Hasta tener poder para obtener lo que desean y creo que sabe a lo que me refiero…-señaló con su dedo índice uno de sus colmillos

 

-Es un ser de la oscuridad, nacido de la misma y protegido por ella…-cruzando sus brazos le observó con atención-¿Qué le parecería enfrentarse a uno de sus mismo calibre?...-invitó a su hijo Damon hacer acto de presencia-El y yo poseemos un grupo de Runas, el tiene escondidas las Nórdicas y yo el Alfabeto Rúnico…-golpeó su capa de viaje-Tendrá que esforzarse en obtenerlas, ya sabe pelear por ellas, intentar despojarnos de las mismas y una vez que las tenga en su poder podrá aprender a leerlas y saber el uso que tiene cada una de ellas. Le recomiendo que use su velocidad, empleé los dones que le ha otorgado su recién adquirida naturaleza vampírica, le deseo suerte…-desapareciendo ante los ojos del Malfoy recorrió el terreno con una velocidad moderada, no deseaba que se extraviara del todo en esos terrenos.

 

@, @@Stephen Malfoy

Editado 12 de Noviembre del 2015 por Juv Malfoy Croft

[Stephen Malfoy]

Asiento con atención cada una de sus palabras sin apartar la mirada sobre ella, debo estar concentrado sabiendo que cualquier sorpresa puede venir ante mí. Al ver como aquellas runas empiezan a elevarse sintiendo al mismo tiempo un escalofrío sobre mi columna vertebral, con el presentimiento de que algo inesperado sucedería.

 

 

El clima comenzó a cambiar de un momento a otro, oscureciendo de cierta manera que provoca recorrer mis ojos sobre ese lugar. Percibo la mirada de ella sobre mí, con una concentración que asombra de alguna forma como si estuviera preparando algo divertido o posiblemente todo lo contrario. ¿Enfrentarme a alguien de los míos? Al escuchar eso me agarra con la guardia baja esperando saber de quien se trataba.

 

 

Pero no fue necesario que me dijera su nombre, después de todo ya se lo podía ver a un lado de ella apareciendo como si nada, muevo mi cabeza de un lado para el otro medio desconcertado.

 

 

¾ No me imaginaba encontrarte por aquí¾. Sonrío con suficiencia, ganándome una mirada de desprecio pero sin quitar la mirada a ninguno de los dos.

 

 

Así que era por eso, arrebatarles esas runas de sus propias manos, respiro con tranquilidad percatándome de que mi ángel caído decidió moverse, de seguro para despistarme pero veo que Damon sigue en la misma posición observándome tratando de asesinarme con la mirada, el cual se lo sostengo de igual manera.

 

 

Inicio la persecución contra ella para cumplir con la tarea de obtener el “alfabeto rúnico” pero sin siquiera lograr avanzar demasiado siento como termino rodando por el piso a causa de un bloqueo, provocado por nada más ni nada menos que por Damon…empezando con el pie izquierdo.

 

 

¾ Parece que no me dejarás fácil las cosas ¾.me pongo en pie sacudiendo la tierra de mi vestimenta para después atacarlo de la misma manera.

[Kahlan Blackthorn]

Damon Malfoy

 

-¿Y por qué lo haría?…-le cuestionó lacónicamente el Australiano-No veo razón para ello…-elevando sus orbes azul oscuro hacia el firmamento, sintió la necesidad de empezar con la contienda-Eres un vampiro nuevo, no me queda la menor duda de ello…-saboreando el poder que corría por sus venas, apreciaba la invitación hecha por su querida madre Juv-Ella te ha dado un don inmenso y dudo que puedas aprovecharlo al máximo…-aquella mirada gélida no le perdió de vista-¿Qué planeas obtener al casarte con ella?, ¿Poder?, ¿Status?, ¿Riqueza?...-soltando una sarta de preguntas procedió a cerrar sus ojos. Usaría uno de los tantos dones que le habían heredado sus padres, empleando el mejor que poseía.

 

-Te dolerá un poco…-centrándose en el pecho del Malfoy, desatando una oleada de dolor sobre el corazón de este-Tortura emocional, si tanto le amas esto dolerá muchísimo más…-manteniendo la concentración en su punto más álgido, emanando de su cuerpo una frialdad que escarchaba todo a su alrededor-Jamás desafíes a uno de tu misma especie, no es lo más sensato a decir verdad…-presionando la runa en su diestra recorrió con la mirada el terreno apreciando la blancura que deleitaba sus ojos-Será una tumba fría y sin compañía alguna…-afirmó acrecentando el daño en su rival-Impide que tus emociones te dominen…-ladeando la cabeza se negaba a escuchar los pensamientos de su madre.

 

No cedería un solo ápice, no teniendo el sartén por el mango. Si tanto deseaba obtener esa runa, si que tendría que sangrar de verdad y demostrar de lo que estaba hecho-Ya tengo un padre, no necesito un padrastro o algo que se le parezca…-plasmando todo el odio que sentía por Stephen, le demostraría de lo que era capaz-Has cometido un grave error, jamás debiste poner tus ojos en mi madre…-le calaba profundo, el saber que tendría que compartir a la Ángel Caído, si era celoso con su gemelo con el vampiro no sería la excepción-Espero que puedas atacarme o te quedaras con las ganas…-lo incitaba a lanzarse contra él, sacarle el corazón y acabar con el chiquillo caprichoso que se empecinaba en arruinar los planes de ambos mortifagos.

 

-Hazlo…-continuo con su ataque-Si puedes…-reaccionando de forma descabezada y altanera, buscando mermar la mentalidad y emociones de su padrastro. Logrando de ese modo desequilibrarlo, tal vez, solo tal vez para sacar lo mejor de este y ganarse que le cerraran la boca de una sola, pero eso era prácticamente imposible ante un ser como Damon. Criado para matar, torturar y causar dolor sin importar las consecuencias, solo pensaba en dañar a sus semejantes o todo aquel que considera un enemigo para su familia o su madre.

[Stephen Malfoy]

¾ No debiste decir eso ¾ Lo miro con cara de pocos amigos en el momento que escucho sus insinuaciones, no puedo creer que haya dicho una cosa descabellada como si me importaran esos detalles¾. No tienes la más mínima idea, así que te sugiero que te informes antes de decir cualquier tontería.

 

 

De un momento a otro comienzo a sentir un pequeño dolor punzante sobre mi pecho, un dolor que aumenta con el pasar de los segundos por lo que confundido presiono mi pecho con mi mano derecha, llevando mis ojos encima de Damon llegando a la conclusión de que era el responsable de todo aquello. Mostrándome al mismo tiempo imágenes para nada alentadoras, sino al contrario con el simple hecho de verme sufrir.

 

 

Suelto una carcajada.

 

 

¾ El niño no quiere perder a su mami ¾ le contesto burlón¾. ¿Qué te sucedió Damon? ¿Acaso estás triste por no haber tenido cerca a tu papi? ¾ Me acerco a él con velocidad golpeándolo en el camino¾. Es una pena que te comportes de esta manera ¾lo sostengo del cuello presionándolo¾. Y descuida…no pienso suplantar a tu padre, pero si tengo que enseñarte modales créeme que no lo pensaré dos veces.

 

 

No iba a permitir de ninguna forma que un mocoso como ese arruinara todo lo que tengo con ella, de seguro en un futuro no muy lejano habrá confrontaciones pero no me preocuparé por eso en estos momentos.

 

 

¾ Ahora dame lo que necesito ¾ comienzo a persuadirlo mirando sus ojos hasta tener esa runa en mi mano, pero recibiendo su mirada de odio en unos segundos¾. Mira el lado positivo, ya no perderás el tiempo.

 

 

Lo miro por última vez regalándole una sonrisa de suficiencia para después soltarlo, retrocediendo unos pasos desapareciendo al mismo tiempo entre los árboles mientras voy en busca de mi ángel caído, esta vez sería más difícil obtener la runa que ella poseía en su poder. Recorro la mirada a mí alrededor concentrado en percibir un aroma familiar.

[Anne Gaunt M.]

Estuvo a punto de soltar una carcajada con el comentario de la Malfoy. ¿Permitiría la Universidad que una impostora disfrazada de Juv impartiera una clase? Lo dudaba seriamente. Además, podía sentir el aura de su hermana en el lugar. Sin embargo, decidió guardar aquel comentario para sí misma y simplemente esperó para escuchar las indicaciones de ésta, que había hecho aparecer un saco de polvo peruano en su mano. Anne se tensó ligeramente: ¿qué habría de hacer a continuación?

 

Con la siguiente frase, la demonio lanzó el polvo y el aire se ennegreció hasta hacer que la visibilidad fuese prácticamente nula. La varita se le materializó en la mano izquierda por instinto y se quedó en guardia, mientras Juv le ofrecía un objeto que la ayudaría a ver en aquella oscuridad provocada. Tomó la mano de la gloria y miró a su alrededor. ¿En serio tendría que buscar aquellos ingredientes en semejantes condiciones?

 

— Ah, ¿con criaturitas por aquí también? —preguntó con sorna, al escuchar las últimas palabras de su hermana. Pero ésta ya se había alejado para ocuparse de algún otro asunto que Anne no conocía ni sabía si debía o deseaba conocer. Por su parte, comenzó a otear a su alrededor a pesar de que apenas podía ver a poco más de medio metro de distancia—. Maldita sea, a ver cómo demonios encuentro ahora los ingredientes de esa endemoniada poción... estas cosas sólo se le ocurren a mi hermana, desde luego —masculló entre dientes.

 

Dio varios hacia adelante con la espalda ligeramente inclinada, observando el suelo. Tendría que buscar varios huesos y piel muerta, tal y como había señalado Juv. ¿Tendría que exhumar un cadáver para conseguir lo último? Un chasquido la hizo detenerse en seco, con la vista clavada en el suelo. Parecía que no estaba sola en aquel cementerio, y probablemente no era la Malfoy quien la acechaba entre la oscuridad creada por ella misma. Se giró rápidamente y se topó con una araña del tamaño de una quaffle, que chasqueaba con sus pinzas como si estuviese amenazando con comérsela. Anne se relajó y soltó una risita.

 

— Tenías razón con lo de criaturitas... —dijo al aire, con autosuficiencia. Sin embargo, un chasquido aún mayor resonó a su alrededor y volvió a tensarse, entornando los ojos. Había una sombra que se movía por detrás de la araña que había visto antes, y palideció de golpe al comprobar que era una araña de un tamaño mucho mayor a la primera. Dio un paso atrás y asió la mano de la gloria con un poco más de fuerza, como si aquel objeto pudiese librarla del ataque inminente de ambos arácnidos. Las pinzas de la araña mayor chasquearon con tanta fuerza que dio un respingo, y se apresuró a dar un paso atrás para alejarse lentamente del lugar.

 

La araña más pequeña avanzó también, como si no tuviese intención alguna de perder de vista su cena. Y Anne hizo lo único que podía hacer en aquella situación: salir corriendo. No sentía ningún reparo a la hora de arrebatarle la vida a una persona. Las personas eran falsas, traicioneras y peligrosas, nada que ver con las criaturas mágicas y no mágicas. Nunca les hacía daño si podía evitar, pero en aquella ocasión parecía que estaba complicado no reaccionar. A pesar de que se alumbraba el camino con la mano de la gloria, tropezó con algo que no supo identificar y cayó cuan larga era con un soplido final de indignación. La mano de la gloria se le escurrió y rodó poco más de medio metro a su izquierda. Se levantó tan rápido como pudo y volvió a asirla, justo cuando un par de pinzas gigantes chasqueaban cerca de su cabeza.

 

— ¡Arania exumai! —exclamó, moviendo la varita con agilidad a la vez que volvía a caer al suelo prácticamente de cabeza. Un destello verdoso iluminó momentáneamente el lugar y la araña salió despedida hacia atrás mientras que Anne se estrellaba de cabeza contra una lápida—. ¡Auch!

 

Se rascó la cabeza con la mano de la varita y luego se examinó los dedos. Un ligero rastro de sangre adornaba su piel. Apoyó esa mano en el suelo para ponerse en pie y se sorprendió al tocar algo que no era la tierra del suelo ni el mármol de la lápida. Bajó la vista rápidamente hacia el suelo para ver de qué se trataba y soltó una risita entre dientes al ver de qué se trataba.

 

— Anda, con un muerto hemos topado —parafraseó, alzando con la mano un montón de huesos que no supo ubicar. Y no sólo había un montón de huesos disperso, sino que estaba el esqueleto completo. Eso sí, un poco disperso por el suelo. Pero afortunadamente, acababa de conseguir todo lo que necesitaba para la poción que le había indicado Juv. Tomó varios huesos más que portaban algo de piel seca y putrefacta que esperaba sirviera para la tarea que debía cumplir y luego volvió a ponerse en pie, agarrándose a la mano de la gloria como si fuese una tabla salvavidas en mitad de un océano—. ¡Juv! —llamó a su hermana, con tono serio—. ¡Ya tengo esto! ¡Vamos, creo que lo tengo! —añadió, mirando de reojo los huesos que tenía en la mano compartiendo espacio con su propia varita.

[Kahlan Blackthorn]

La Malfoy estaba con la carcajada suelta por todo el lugar, jamás se había gozado tanto una clase de conocimientos y mucho menos que tuviera como protagonista a su hermanita Anne. Sabía que la mataría cuando concluyera todo ese jaleo, pero poco le importaba a la Ángel Caído, ya que estaba consiguiendo lo que deseaba instruir a su alumna en el manejo de las Artes Oscuras. La creación de pociones y hechizos de esa índole no era sencillo, no para magos que no tuvieran los conocimientos debidos y los ingredientes adecuados-Tienes los huesos…-acertó a decir con una mirada gélida en sus orbes azul oscuro-¿Dónde está a piel?...-dando pequeños golpecitos en su brazo tiro del manto blanquecino que cubría sus músculos y huesos.

 

-Solo eran un par de arañas, no un Colacuerno húngaro o un Vipertooth peruano. No sé, porque tanto drama…-rodeando sus ojos recorrió con la mirada el oscuro firmamento-La mano de la gloria era para que la tuvieras contigo, no tiene la finalidad de ser usada como balón de soccer…-dando un respingó le miro de hito en hito-Anne es sencillo, puedes hacerlo tu sola, pero no tienes las agallas…-estaba retándole de una forma descarada-Visualízate como una gran hechicera, no por nada somos parte de un grupo tan selecto…-cerrando sus ojos aspiraba el temor que brotaba del cuerpo de la Nigromante-¡¡¡ Céntrate !!!…-exclamó con vehemencia-No me decepciones…-apareciendo en su mano un grupo de objetos que levitaron hacia la Lican-Son horrocruxes, aquellos objetos que contienen parte del alma de una persona…-recordó la simpatía que sentía por ese tipo de magia.

 

-Magia Negra…-asintió con una ligera reverencia-Esa clase de magia que es castigada con la cárcel o la muerte. Sin embargo, porque no aprovechar lo que nos han dejado los grandes magos del pasado y llevarlo al presente, piénsalo el saber cómo dividir tu alma en varios fragmentos, acceder a un poder que estaba reservado para pocos y ahora puede ser nuestro…-el tentarla era un recurso muy usado por la Malfoy-No somos corderitos y ambas lo sabemos, yo ya lo he probado miles de veces y ahora es tu turno…-señalando el collar de ópalo este destello con fuerza tomando parte del alma de la Gaunt.

 

-No te dolerá…-podría emplear la poción del cuerpo rudimentario, crearse una nueva coraza mucho mas resístete y poderosa. Quedaba en manos de Anne atreverse o dejar pasar lo que le ofrecía su hermana. No era una oferte limitada o hasta agotar existencia, solo era el poder entrar en el cielo y el infierno, libremente sin tener que pagar algún tipo de peaje o algo similar a ello.

 

 

La batalla entre Damon y Stephen, no pintaba de lo mejor, ya que este último había desafiado de una forma descabezada al Haughton. Había tentado la nula paciencia del vampiro original, metiéndose con la vida personal del mismo, desatando la furia descomunal que albergaba el Australiano en su interior.

 

-Elegiste meterte con el inmortal equivocado…-sentenció arrogante el castaño-Mi padre solo sirvió para dos cosas, para fastidiar a mi madre y darme la vida…-tronando su cuello destenso este en el acto-¿Crees que golpearme te servirá de algo?...-ladeando la cabeza con parsimonia tomo por el cuello al Malfoy-Entiende una cosa…-susurró cerca del oído de su rival-Ella es mi madre y ningún noviecito va a quitármela, ya sea que tenga que matarte o matarla a ella…-aquellas palabras salieron como ráfagas de fuego de sus labios.

 

Tal vez, no sería capaz de dañar a su madre o causarle algún mal innecesario o tal vez sí. No podía saberse que pasaba por su mente, no cuento tenía en sus manos al ser que deseaba arrancarle a la persona que mas amaba-Una runa es lo de menos, pero tu vida…-ejerciendo presión sobre el cuello del vampiro sintió sus músculos tensarse-Vampirito nuevo y mal entrenado…-se regodeó ante su accionar-No te irás tan fácil de aquí, tu y yo no hemos terminado…-cambiando el color de sus orbes por un rojizo similar a la sangre no detuvo su ataque.

 

Si tanto deseaba hacerse con la runa y el alfabeto, tendría que demostrar de lo que estaba hecho y no solo con palabras hirientes. Ambos tenían caracteres aguerrido y desafiantes, justo por eso el Haughton se estaba jugando el todo por el todo. Sabia como colocar el dedo en la llaga, causando un daño que la mayoría de las veces podría ser irreversible en la mayoría de los casos. La rubia de mantenía expectante, no deseaba intervenir, pero tampoco podía quedarse de brazos cruzados.

 

@,@@Stephen Malfoy

Editado 23 de Noviembre del 2015 por Juv Malfoy Croft

[Anne Gaunt M.]

— Y yo no sé cómo puedes preguntarlo si quiera... —respondió Anne, aunque sin indignación real. Le había parecido oír a la Malfoy reir, así que en el fondo se sentía divertida. Estaba siendo una buena clase, si bien le había desagradado encontrarse con aquellas arañas—. ¡No me gustan los arácnidos! Aunque los prefiero antes que las serpientes... en fin, cosas mías —se encogió de hombros. No era muy dada a hablar de sus manías y extrañas fobias, aunque sus seres queridos más cercanos sí eran conscientes de aquellas aflicciones de la Gaunt. Alzó la mano para mostrarle a Juv lo que había conseguido y luego lo movió en el aire ritmicamente—. Los huesos están aquí. Y la piel... aquí, aquí también —luego dejó que Juv lo tomara y sólo la miró con una suave sonrisa autosuficiente.

 

Luego la riñó por haber dejado caer la mano de la gloria. ¡Como si lo hubiese hecho adrede! Y luego la presionó para que se mostrara más concentrada y decidida en la clase. Anne suspiró y luego se quedó seria. Juv tenía razón, debía concentrarse para poder aprender de ella tanto como le fuera posible. La Malfoy siempre había supuesto un ejemplo a seguir para ella desde que se habían conocido, cuando la Gaunt no era más que una aspirante a unirse a las filas de la Marca Tenebrosa. A pesar de que era joven e inexperta, Juv la guió por aquel sendero de gloria y oscuridad sin vacilar, enseñándole la mayor parte de las cosas que sabía en aquel momento y sin perder la paciencia ni una sola vez en las meteduras de pata que la licántropa cometió a lo largo de su aprendizaje.

 

Su rostro se ensombreció y agachó su grisácea mirada para observar cómo los objetos que su hermana acababa de crear se acercaban levitando hasta ella. El aura de magia oscura que los acompañaba pronto fue detectada por la pelicastaña, que se estremeció ligeramente al notarlo. No por temor, puesto que estaba familiarizada con aquel tipo de poder, sino más bien por el hecho de saber que, en algún día no muy lejano, ella sabría manejar esa magia.

 

Alzó la vista y se cruzó con los ojos de la demonio, que la provocaban para que continuara tomando el camino que le acababa de ofrecer. Entre los objetos flotantes había un libro, y Anne extendió una mano para tomarlo mientras observaba de reojo el collar de ópalo que ahora le mostraba Juv, reluciente y oscuramente atractivo.

 

— Tranquila, no le tengo miedo al dolor... —murmuró, sin apartar la vista del collar. Luego, sacudió la cabeza suavemente y centró su atención en el libro que acababa de tomar, hojeando sus páginas con agilidad y leyendo las líneas a toda velocidad. Tras unos segundos así, lo cerró y lo soltó en el aire. Éste quedó suspendido, sin caer, flotando junto a los otros objetos que había hecho levitar Juv. Ahora la atención de la Gaunt volvía a centrarse en el collar, que era el objeto en el que tendría que guardar una parte de su alma.

 

En la teoría (que Anne conocía perfectamente), se decía que el alma del mago debía estar rota. Y lo necesario para conseguir romper el alma era realizar un asesinato. O dos. O puede que tres. Y Anne había perdido su cuenta particular hacía mucho tiempo. Entornó la mirada y apretó su varita ligeramente, como si así pudiera conectar mejor su poder mágico al arma. Entrecerró aún más los ojos para concentrarse al máximo y luego comenzó a murmurar unas palabras, las mismas que había leído en el libro unos instantes antes.

 

Mientras lo hacía, sentía algo en su pecho que se removía de forma extraña, como si quisiera salírsele del cuerpo. Mientras continuaba con el hechizo, aquella extraña sensación se incrementó, como si el corazón fuera a saltarle del tórax. Varias gotas de sudor aparecieron en su frente pero no llegaban a escurrir por ella, ya que se quedaban en los mechones de pelo que le caían sobre la cara mientras continuaba recitando la fórmula mágica que había leído.

 

Un destello procedente de la punta de la varita cubrió la zona durante un instante y luego se desvaneció. Anne enmudeció y se dio cuenta de que la respiración se le había acelerado sin que se diera cuenta. Tomó aire con más fuerza y luego abrió los ojos sin recordar en qué momento del conjuro los había cerrado. Alzó la vista para observar el collar de ópalo y luego desvió la mirada hacia Juv sin saber si había procedido correctamente.

 

— Creo... creo que lo he intentado. No, creo que lo he conseguido. Es extraño —dijo, con voz suave pero convencida.