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Astronomía + Meteorología


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Muchas veces Nathan se sorprendía a sí mismo por la manera en que respondía a ciertas situaciones. Al contrario de la mayoría de la gente, que aprendía más llevando todas las situaciones a la práctica y forzándose a colocarse en posiciones donde debían tomar una decisión, el Weasley tenía la costumbre de aprender más mediante la simple observación de los movimientos y el accionar del resto. Fue por eso mismo que se quedó unos momentos inmóvil y tranquilo, observando como su instructor y su abuela practicaban con los hechizos que estaban siendo dictados.

 

A medida que las condiciones metereológicas oscilaban de un estado a otro gracias a los hechizos que eran conjurados, el Weasley hacía una lista mental de los hechizos que iba aprendiendo, procurando amaestrar dentro de su mente los movimientos de la varita necesarios para su ejecución así como la pronunciación de los mismos para evitar infortunios. Toda esa información quedaba registrada dentro de su mente, e incluso le vino de ayuda para cuando el profesor conjuró una tormenta de nieve que comenzó a bañarlos de inmediato.

 

Nathan se preguntó, antes de tomar cualquier medida, si tales fluctuaciones de las condiciones de humedad y presión atmosférica causadas por todos aquellos hechizos no tendrían efectos detrimentales sobre el ecosistema, más sabía que era una pregunta más apropiada para un físico que para su instructor, por lo cual prefirió ignorar su bicho de la curiosidad y pensar en como resolver aquella tormenta climática.

 

- Pues si mi razonamiento es correcto, la tormenta de nieve está causada por el viento, que es un fenómeno de aire, y el agua congelada que es un fenómeno de agua. Así que... para deshacernos de esta tormenta, esto debería bastar. - a continuación, apuntó su varita hacia la tormenta que se abría por encima de ellos y imitó el movimiento que su instructor y su abuela habían realizado previamente - ¡Tempestatibus tranquilla!

 

De inmediato, y como si fuera la solución justa, los efectos de la tormenta comenzaron a amainar, más el Weasley se concentró en algo que había dicho previamente su profesor.

 

- Me resulta particularmente interesante eso que usted dice sobre la ética de cada uno de aquellos quienes practican hechizos metereológicos... imagino que deben haber habido casos donde estos hechizos han sido utilizados para detrimento del bien común, ¿no?

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- ¡Bien Weasley! - Grité al momento en que un par de copos de nieve se metían en mi garganta, produciéndome una tos seca antes de continuar hablando - ¡Muy bien los dos Weasley!

 

Ayudé a calmar la tormenta de nieve para que no afectara mucho aquel tejado, viendo a Divied fulminándome con un simple gesto, reprimiéndose unas ganas de lanzarse contra mi por haberlo puesto en aquella extraña situación en lo que comenzaba su clase con mi querida Amya. ¿Dónde se encontraba?

 

- Recuerden que a toda acción hay una reacción, - proseguí con el curso - y siempre que estemos controlando neustro ambiente existirán consecuencias, por ello es que se pide a los meteorologos mágicos que únicamente lo utilicen en situaciones particulares, aunque les he de confesar que conozco a un par que lo utilizan para tener buenas cosechas... mejores uvas... un vino más sabroso... ¡pero todo en esta vida se paga! Maldito Claude...

 

Antes de que mis alumnos pudieran darse cuenta de lo que ocurría, sonreí ampliamente para contestar la pregunta que había quedado volando en el aire como un par de copos de nieve en aquel sitio.

 

- La muerte es inevitable, por supuesto, pero muchas veces podemos ayudar a que una tragedia no sea tan grave. Han existido magos y brujas que ayudan a que un derrumbe se retrase, a que la erupción de un volván siga cierto camino o inclusive que la fuerza de un huracán no caiga con todo su poder sobre ciertas áreas pobladas. Ninguno de los anteriores salió ileso, desafortunadamente... dicho control de poder resulta demasiado esfuerzo, por ello es que siempre se recomienda hacerlo en grupo, en equipo, al menos se podrían cuidar mejor.

 

Nunca era cómodo meterse en esos asuntos en específico, jugar con la moral y la ética de los aprendices podría ser un arma de doble filo.

 

- Igualmente han existido aquellos que han querido hacer daño con el gran poder de la naturaleza, sin medir consecuencias. Aún sigue maldito un lugar en la Antártida, cerca del polo sur, donde se quizo crear una tormenta de tal nivel que arrasara todas als estaciones muggles que existen en dicho continente. Muchos murieron sí, otros más siguen desaparecidos el lugar donde se intentó realizar la tormenta, que se salió de control, sigue maldito... si van por ahí e intentar realizar cualquier tipo de conjuro, activan una ventisca imposible de contener.

 

Suspiré, aún seguían en mi mente los recuerdos de auqel grupo de magos de talla internacional para poder limpiar esa zona sin tener éxito, perdiendo un par de colegas que estimaba demasiado.

 

- Pero esa es harina de otro costal, - aplaudí para romper el tema y proseguir - hasta aquí, ¿alguna duda? ¿Quién me queire hacer un breve resumen de los conjuros y de lo visto? No habrá examen, pero si necesito saber si todos vamos de la mano con la enseñanza, sino crearé un breve tornado que no les agradará... o a los directores...

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Escuchó atentamente las contestaciones de su profesor y compañero de la Orden del Fénix, quien versaba sobre la historia de una de las ramas de la magia que Nathan menos conocía pero en la cual pretendía inmiscuirse de a poco, tomando como puntapié esta clase. Siempre le resultaba fascinante el ver como cada disciplina tenía sus altibajos y vaivenes, sus bienhechores y malhechores, y era algo que él mismo comprobaba cuando tomaba nuevos conocimientos o cuando debía instruir a sus pupilos en las artes herbológicas, siempre debiendo recurrir a fechas más antiguas para hacerlo.

 

- ¿Es triste, no lo cree Profesor? - soltó el Weasley, sin verdaderamente pensar si al profesor le interesaban sus razonamientos - El cómo nosotros los humanos, ya seamos magos o muggles, irrumpimos y desestabilizamos algo tan sagrado como la naturaleza. Siendo usted ducho en estas artes que son un fiel reflejo del poder de la Madre Natura, ¿cree usted que algún día se nos retribuirá por nuestro mal accionar?

 

Era una duda que siempre le saltaba cuando veía grandes ataques a la naturaleza como deforestaciones, derrames nucleares, grandes incendios, entre otros, en las noticias que le llegaban desde el diario Muggle. Sabía que el profesor no podría darle una respuesta a ciencia cierta, dado que se escapaba del rango de conocimientos que alguien pudiese tener, pero aún así le interesaba conocer su opinión al respecto.

 

- Yo tengo una duda, y quizá Mynerva quiera encargarse de ese resumen... ¿es posible combinar mediante magia dos elementos totalmente opuestos, como el fuego y la lluvia? Pregunto por que a través de los varios hechizos que nos ha enseñado, siempre hemos respetado las bases de la física, pero sabemos que existen algunos hechizos que desafían completamente aquellos principios. Así que... ¿se puede? No estoy preguntando si vamos a aprenderlos hoy, estoy seguro que de existir deben ser severamente complicados, pero nada mas quiero saber si existen.

Editado por Nathan A. Weasley

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La bruja no estuvo muy conforme con la respuesta del profesor. En apariencia, cualquier tipo de magia que se llevara a cabo debía regirse por la Ley de la Transformación Elemental de Gamp. Esto reducía el campo de acción mágica a tratar de influir en elementos ya creados por la naturaleza como el aire, fuego, agua y tierra. Como ella temía, no podía crearse agua de la nada. Escuchó pacientemente las explicaciones de Ishaya y observó con curiosidad lo que hacía.


Algo le llamó la atención y fue el énfasis puesto en la decisión de cada bruja o mago en cuanto a su propia ética al momento de usar su poder mágico. Es decir, cada cual elige si utiliza su magia para el bien o el mal. Y esto aplica también a manipular las fuerzas de la naturaleza. Como siempre, la verdadera fibra de una persona podía adivinarse por sus elecciones. Y a eso no escapaba ningún meteorólogo mágico tampoco.


Ishaya provocó acto seguido una buena tempestad de nieve tan sólo con mover su varita de determinaba forma mientras pronunciaba el conjuro.


- Glaciem tempestas.


Esta vez la mujer no fue tomada por sorpresa. Además prefería mil veces la nieve a la lluvia. Y sintió el viento que se arremolinaba en la torre con los suaves copos impregnándolo todo, en especial el suelo. Los observó caer sin oponer resistencia por el momento mientras veía a su nieto Nathan que a su vez practicaba los hechizos de lluvia y de nieve.


Fue él quien detuvo la nevada con el mismo conjuro empleado por ella para finalizar la lluvia. Y por supuesto, también ayudó el mago instructor tratando de que no quedaran rastros en la torre de las prácticas meteorológicas. También comentó algunos fenómenos producidos adrede por meteorólogos que quisieron usufructuar sus conocimientos para obtener mejores cosechas algunos y causar estragos con tormentas otros. La idea había quedado clara en la mente de la bruja que encontró totalmente inaceptable producir daño sólo por el hecho de tener poder y saber usarlo. Esperaba que las autoridades no hubieran sido benignas a la hora de castigar tales maldades. En cambio, no le pareció malo mejorar cosechas con buenos aguaceros oportunos ya que la intención no era dañar sino favorecer los cultivos.


De manera que sería mejor recordar lo aprendido. Si tuviera que enumerarlo, diría:
- ¡Tempestatum! ¡Fulminibus! Nos ha servido para acelerar la llegada del temporal de agua. Y hubo que invocar Glaciem tempestas para atraer nieve. Y luego, para deshacernos de ambas, aplicamos un ¡Tempestatibus tranquilla!


Mynerva se detuvo un momento y luego prosiguió.


- Entiendo que debemos ser cuidadosos con la aplicación de nuestros hechizos. Y es una pena que sea tan peligroso alterar la naturaleza. Pero ¿por qué no podemos intervenir en ella si nuestras intenciones son buenas? Sería de mucha utilidad mejorar los resultados de las cosechas, por ejemplo, si sabemos cómo hacerlo y tenemos el poder. No hablo de hacer experimentos peligrosos, sino, tal vez, una lluviecita aquí o allá que mejore el aprovechamiento del suelo.


Se quedó esperanzada mirando a Tonks. Sería un desperdicio aquel curso, si luego no podía aplicar los conocimientos adquiridos.

 

Mynerva, matriarca Weasley
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- La naturaleza es una fuerza que no perdona, - respondí de inmediato al primer cuestionamiento de Nathan - por lo que siempre tendremos consecuencias de todos los actos de abuso contra ella, y eso lo podemos ver día con día a nuestro alrededor; siempre encontrará la forma de reponerse.

 

Lo que menos buscaba en una clase del ateneo era convertirla en cuestiones éticas o morales, eso correspondía a cada uno de los aprendices conforme aprovechaban dichos cursos para uno u otro camino.

 

- Antes de contestar tu segunda pregunta, - me apresuré a decir - responderé la de Mynerva, como introducción a la tuya.

 

La bruja había realizado el resumen de la clase de manera correcta y se había adelantado a da run breve cuestionamiento sobre el alcance de los poderes del meteórologo mágico, un poco de lo que tendría que ver con el fusionar dos elementos opuestos o que en teoría no pod´rian conjuntarse.

 

- A lo que me refería con el tener cuidado de las fuerzas de la naturaleza es que se consume mucho poder mágico, esfuerzo físico y al final terminas agotado mentalmente si lo que deseamos es crear un fenómeno natural de gran impacto, por algo está considerado el conjuro de cyclone maximus que es característico por la Orden del Fénix, aunque se use el efecto en menor medida.

 

<<Ciertamente el utilizar un poco de llovizna en tu propia casa, en tu sembradío, pede resultar provechoso para uno, pero hay que ponernos a pensar el cómo afectaría en la humedad de la zona. Me beneficio yo, pero afecto a mi vecino; lo realizó continuamente y, al final, podría secar a la vegetación cercana por la falta de humedad que está, ahora, solo en mi jardín. Todo en exceso, siempre resulta contraproducente...>>

 

<<Ahora bien, si queremos generar, por ejemplo, una bola de fuego y agia también se podría, pero aquí vendría incluida la aplicación de otros conocimeintos especial, como son las artes oscuras, encantamientos, transformaciones y astronomía, por su puesto, - me giré un momento para ver a Divied... era una pena que su alumna nunca se hubiera presentado - porque hay efectos a nivel astronómico que afectan el poder de muchos seres mágicos. Tenemos, por ejemplo, el conjuro de fuego negro que utilizan los miembros de la Marca Tenebrosa, una conjución de plasma, metal y fuego, rodeado por energía eléctrica para hacer un daño bastante considerable.>>

 

<<Veamos los conjuros del día de hoy, que afectaron solo a esta zona, les adelantoq ue el día de mañana se sentirán un poco más cansados de lo normal debido al poder mágico gastado en estos momentos, pero realmente no tendrán consecuencias graves a futuro porque en realidad fueron pocos los conjuros que se hicieron y en una frecuencia bastante sencilla.>>

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La respuesta de Tonks aclaró las dudas que tenía la bruja. No era cuestión de no aplicar lo aprendido. Se trataba de no aprovecharse de lo aprendido en provecho propio en detrimento de los demás. Había que recordar siempre que los elementos que se usaran sólo para nosotros, se los estaríamos quitando a los demás. Sin contar que esos hechizos eran muy poderosos y requerían mucha energía mágica y desgaste físico por lo que no estaba segura si a su edad se podría dar el gusto, el lujo de emplearlos a menudo.

Se quedó pensativa reflexionando sobre lo que había comentado el brujo. En especial, la parte de la respuesta dirigida a Nathan. Había enumerado algunos hechizos que según comentó utilizaban los integrantes de la Orden del Fénix y otros usados por los componentes de la Marca Tenebrosa en los que la manipulación de elementos era tan fuerte que el resultado era muy poderoso.

Por no haber militado nunca en alguno de esos bandos, Mynerva ignoraba cómo realizarlos o el efecto que producían ya que durante toda su vida se las había ingeniado para desaparecer de cualquier redada en la que se hubiera encontrado por error. Pero decidió dar por descontado que el efecto sería bastante desbastador y no hacer preguntas incómodas al instructor que no se referían estrictamente a la meteorología. Prefirió ir por algo más sencillo.

- Estoy segura, sin embargo, que debe haber algún hechizo fácil de realizar y poco demandante que nos pueda enseñar para practicar sin consecuencias. Algo simple que no requiera mucho esfuerzo, apropiado a una casi anciana como yo, - sonrió mientras aguardaba la contestación de Ishaya.

 

Mynerva, matriarca Weasley
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- Para un conjuro sencillo, siempre hay tiempo. ¡Waterjet!

 

De inmediato comenzó a salir de mi varita una llovizna bastante constante, que se esparcía hacia un lado de la torre de astronomía de apenas unos veinte segundos de duración. Sonreí mientras me giraba hacia mis estudiantes y sacudía un poco la punta de mi artefacto mágico.

 

- Conjuntas la humaded que está cerca a ti, solo alrededor tuyo y controlas una breve salida de agua mientras haces que llegue el agua suficiente a un sembradío. Inclusive pueden utilizar este... ¡Aeris!

 

Ahora se provocada que alrededor nuestro el viento comenzara a soplar un poco más fuerte, nada escandaloso, simplemente lo suficiente como para que las hojas de los árboles se movieran, nuestras túnicas s eondearan e inclusive que nos llegaramos a despeinar un poco.

 

- Dos conjuros que solo liberan un poco del poder mágico para controlar nuestro ambiente, sin tanta fuerza como otros que utilizamos de manera cotidiana y que seguramente le vendrán de utilidad, mi estimada Weasley.

 

Sonreí tranquilamente, esperando que ambos aprendices pudieran ocupar todos los conocimientos básicos de los elementos dentro de la meteorología.

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¡Waterjets! ¡Aeris!

 

Mynerva paladeaba los hechizos como si cada letra, cada sílaba fuera un dulce delicioso que saboreaba en su boca. Sonrió al mago plenamente feliz. Esos sencillos encantamientos podrían ayudarla bastante en su jardín.

 

- Gracias Ishaya. Ya casi creía que poco podría llevarme de esta clase. A veces me cuesta incorporar nuevos conocimientos mágicos cuando vuelvo a la Universidad después de tanto tiempo. Pero ha logrado hacer que esta enseñanza sea liviana y muy práctica. Tal como me gusta.

 

No exageraba. Los años no habían pasado en vano y lo que su nieto adquiría con gracia, rapidez y decisión, para ella no era tan fácil. Por eso se entusiasmaba tanto cuando aprendía magia que podría llevar a cabo sin demasiado esfuerzo y con buenos resultados sin tener que perjudicar a nadie. Recordó las plumas revueltas de la pequeña lechuza que le había acercado información sobre esta reunión que tenían en aquella torre tan alta. La remembranza le hizo preguntar.

 

- ¿Hay alguna forma de impedir los efectos desbastadores de un tornado? Los muggles se esconden en sótanos si viven en el campo. Pero en las grandes ciudades los efectos pueden ser devastadores. Disculpa mi ignorancia, pero ¿qué hechizos podríamos nosotros conjurar para calmar la furia de los elementos desatados? El agua y el aire pueden llegar a ser mortíferos si se desplazan con mucha fuerza y velocidad. No se me ocurren conjuros lo suficiente poderosos como para detenerlos. ¿Será ¡Tempestatibus tranquilla! suficiente? - quiso saber con preocupación imaginando a muchísimos magos uniendo sus varitas en el esfuerzo.

 

Mynerva, matriarca Weasley
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