Bratvá (MM B: 109195)

[Valky]

Kelian K.

El peliazul se había quedado apoyado en la pared de las escaleras, mirando hacia el desorden sin saber siquiera por dónde empezar > susurró mientras quitaba la tapa de la botella y se servía una copa de vodka. Le gustaba su sabor más que el del whisky, lo más seguro era porque después de todo tenía sangre rusa.

—Me llamo mi amo—dijo un elfo que con un sonoro crack apareció junto a él, estaba vestido con ropa limpia y olía a jabón de baño. Kelian bajo la mirada hacia la criatura y sonrió. Unos hoyuelos, tan parecidos a los que tenía su madre Valkyria.

—¿Interrumpí una cita? ¿Quién es esta vez? —preguntó al elfo con evidente diversión en su voz.

—Nadie mi amo, Handigal esta intentando portarse bien —respondió la criatura evitando decir el nombre de la elfina con la últimamente pasaba demasiado tiempo.

—Bueno, solo diré que no quiero más elfos — añadió, aunque en el fondo sabía que, de darse el caso, seguramente aceptaría a la dependencia de Handigal. — Vamos, ayúdame a poner este sitió presentable —le pidió luego de beberse de un solo trago lo que quedaba del vodka en su vaso.

Lo más fácil hubiera sido sacar la varita y empezar a desaparecer las cajas apiladas, pero tenia curiosidad por saber lo que contenían. Sabía que muchas de las cosas de sus padres habían sido trasladadas al castillo, pero si se había quedado un anillo encantado y un espejo que llevaba a otra dimensión ¿Qué más había oculto en aquellas cajas?

—Ten cuidado...ya sabes cómo eran mis padres —previno al elfo que ya estaba revisando una de las cajas.

[justo]

- Pero nos estamos desviando del tema, hablabamos de Theo.

 

- ¡Ah, si, de Theo! Bueno veras, nos conocimos en el Expreso, en su segundo año, bueno, lo de conocernos es un decir, digamos que fue la primera vez que me vio.

 

- ¿Y cuando hablasteis?

 

- Fue mas tarde, en el despacho de Dumbledore, te lo contare...

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Tras la primera clase de DCAO no me dirigi al Gran Salon ni a mi Sala Comun, como un automata me dirigi al despacho de Dumbledore, pronuncie la contraseña y entre.

Pero no estaba solo.

- ¡Ah, Nott! ¡Pase pase!

- Disculpe señor, veo que esta acompañado, volvere en otro momento.

- ¡No no, no importa!

- ¿Seguro?

- Si. Mi amigo es de confianza.

El que asi nombraba era un mago alto, con una barba corta y rojiza, cabellos negro-azulados y una expresion traviesa en la cara. Me era familiar pero estaba seguro que no lo conocia.

- Pero creo que vosotros dos ya os conociais...

- Lo siento señor pero...no le he visto en mi vida.

- Claco que si, Theo, en el expreso...

- ¿Como dice? ---musite con asombro--- ¿cuando...?

Entonces el mago hablo. Lo hizo con una voz suave y aterciopelada.

- Nos conocimos en el viaje de ida pero...quizas sea mejor que te muestre quien soy.

Y con un suave gesto de su mano derecha su faz cambio y su cuerpo se encogio, y el joven alumno de Hufflepuff surgio ante mis ojos.

- Pe-pero, ¿que...?

- Transformacion organica avanzada, es muy simple.

- Un dia tendras que contarme como lo haces ---añadio Dumbledore--- es fascinante.

[Valky]

Kelian K.

Con la ayuda de Handigal, la tarea que se había autoimpuesto iba avanzando rápidamente o al menos esa sensación tenía. Las cajas poco a poco estaban desapareciendo, en su mayoría eran cosas inservibles, insumos para el bar que ya estaban pasados de moda, manteles para el restaurante que las polillas habían carcomido y que los roedores habían usado de madrigueras.

—Deberíamos hacer una lista de las cosas que tendremos que reemplazar —dijo el peliazul que buscó en una de las cajas una pluma y un pergamino, movió la varita y estos empezaron a flotar listos para escribir —manteles de mesa, copas, cubiertos — empezó a enumerar cosas.

 

Una repentina sensación de cansancio empezó a afectarlo, su cuerpo se empezaba a sentir pesado y tenía la imperiosa necesidad de recostarse. Bostezó y dirigió la mirada hacia su elfo pensando en decirle que lo dejarían ahí cuando lo vio profundamente dormido en posición fetal, en la mano derecha de la criatura había un frasco del cual manaba una especie de humo amarillo.

 

Movió su cabeza intentando aclarar sus ideas y se apresuró a cerrar el frasco, que, si no estaba mal, era un preparado de su madre cuyos efectos no eran únicamente hacer dormir a quien la percibiera. Frunció el entrecejo, esperaba que estuviera el antídoto por algún lado, de lo contrario Handigal podría pasar horas o años dormido.

 

—Bueno al menos no abriste algo más peligroso—dijo mirando al elfo cuyas facciones estaban pasando de ser relajadas y pacificas a llenas de angustia y ¿Dolor? —Bueno, quizá hable muy pronto — comentó buscando en la caja el antídoto.

[justo]

Me temo que no, Albus, tendrias que alcanzar mi nivel y eso...es imposible, ya lo sabes.

- ¡Lastima! es una tecnica muy util.

- Lo supongo ---repuso riendo--- siempre fuiste muy curioso Albus. Pero sera mejor que hablemos con el joven Nott antes de que se desmaye.

- Veras Theo ---dijo Dumbledore--- este es mi amigo Manuel. Ahora se hace pasar por alumno de intercambio y sus poderes, ya lo has visto, son formidables.

- Profesor ---dije reponiendome de la sorpresa--- ¿cree que es prudente que...?

- ¿Que sepa nuestro pequeño acuerdo? Por supuesto que si. Pero no temas, tu secreto esta a salvo con el.

- Si usted lo dice...

- Y bien ¿que querias?

- Es sobre Lockhart profesor, a mi me parece un farsante.

- Lo es, pero tiene su utilidad.

- No le comprendo.

- Servira de señuelo mientras buscamos un profesor competente. Ya me he puesto en contacto con uno.

- Pero con el aprenderemos poco...

- ¿De veras...? Me decepcionas Theo, tu y Granger sois los mas inteligentes ¿no es asi?

- Si, bueno...en eso estamos de acuerdo.

- Pues vuelve tranquilo a tu Sala Comun y recuerda no hablar a nadie de lo que has visto esta noche. De todos modos nadie te creeria..

- En eso le doy la razon, buenas noches tengan los dos.

- Adios Theo ¡buenas noches!

Y sali del despacho. Dumbledore tenia razon con respecto a Manuel ¿quien iba a creerme? Yo mismo no me lo creia y lo habia visto. ¿Quien demonios era Manuel...? Algo me decia que terminaria averiguandolo.

[Valky]

Kelian K.

Se estaba empezando a preocupar por su elfo, pues por más que revolvía en la caja de donde la criatura había sacado el frasco, solo encontraba condimentos. Al parecer alguien había confundido las opciones que solía fabricar su madre, con las especies que le ponían a la comida del restaurante. ¿y si estaba buscando en el lugar equivocado? Se preguntó.

Handigal seguía dormido en un improvisado catre que el joven mago le había hecho para que estuviera cómodo mientras buscaba la manera de despertarlo. Al menos había dejado de quejarse y parecía volver a tener sueños agradables, lo que no sabía era hasta cuando durarían. Siguiendo la repentina corazonada que tuvo, Kelian se encaminó lo más rápido que pudo a la cocina.

—A ver mamá, tu siempre tenías los antídotos cerca — murmuró mientras revisaba uno a uno los frascos con condimentos, varios de los cuales olían a rancio y otros a podrido.

Luego de someterse a esa tortura y cuando estaba por rendirse tomó el último que estaba en el rincón más apartado, lleno de polvo, como si no lo hubiesen usado nunca y es que lo más seguro es que nunca supieran lo que era. Lo mas probable es que algún elfo descuidado confundió las cajas con los ingredientes de pociones y en todo caso ya no importaba como es que habían ido a parar en un lugar el veneno y en otro lugar el antídoto.

—Revelio—dijo apuntando al frasco con su varita y una sencilla etiqueta apareció, en ella estaba escrito con la inconfundible letra de Valkyria >

Al leer la sangre en las venas de Kelian se le heló, maldijo por lo bajo a su progenitora por no guardar bien sus cosas y salió corriendo en busca del elfo. Solo con leer el nombre del veneno le bastó imaginarse que la aparente calma en que lo había dejado, no iba a durar. Mientras más tiempo dejara pasar, los efectos serían cada vez más desastrosos.

[justo]

- ¡Sopla! Es mas increible de lo que yo pensaba.

 

- Supongo que cuando lo encontraste en el Santuario te quedaste petrificado.

 

- ¡Tu veras...!

 

- El y yo nos reiamos mucho de ese encuentro. Sobre todo con los esfuerzos que hacia para evitar encontrarse con Draco.

 

- ¿Y de que os reiais?

 

- Pues de los malabarismos que hacia para no tropezarse con vosotros, sobre todo con Draco, yo le decia que parecia un alma en pena intentando daros esquinazo y nos reiamos a carcajadas.

 

- Draco estaba perplejo con vosotros, una vez me pregunto si conocia a Theo, con su disfraz, pero yo me sali del embrollo como pude.

 

- Reconoce que la situacion era comica.

 

- ¡Y tanto!, a veces me reia yo y Hermione era la perpleja, creo que el unico que pasaba de todo era Neville.

 

- ¡Ah, Neville! ese si que se lo pasa bien, ¿quien diria que un chico bobalicon se transformaria en lo que es hoy?

 

- Yo no lo hubiera creido. O sea, se que era valiente, pero tanto...

 

- Eso demuestra lo que yo decia siempre, no os fieis de las apariencias...

[Valky]

Kelian K.

Cuando finalmente llegó al sótano Handigal se estaba retorciendo del dolor. Sin perder tiempo calculo rápidamente la dosis del antídoto que le tenía que dar a beber para contrarrestar los efectos, con algo de trabajo pues el elfo se retorcía en sus brazos, Kelian consiguió hacer que la bebiera.

Poco a poco el cuerpo de la criatura se fue relajando, la respiración se le empezaba a normalizar y estaba intentando abrir los ojos. El peliazul conocía bien a su madre, si bien era cierto que cambió los últimos años antes de que muriera, antes era sin duda una mujer malvada.

Intentó pensar como ella lo haría cuando creo semejante veneno y llegó a la conclusión de que lo mejor sería desmemorizar a Handigal o las imágenes de las pesadillas que tuvo mientras dormía lo seguirían atormentando. > pensó, un pequeño rayo color azul roso con suavidad la cabeza del elfo quitándole el recuerdo de todo lo sucedido.

—Hey colega... vaya susto me has dado—dijo el peliazul mirando al elfo que le devolvía la mirada, estaba visiblemente confundido.

—Yo...¿me quede dormido? ¿Qué paso mi amo? Handigal solo recuerda estar revisando cajas —respondió sentándose en el catre.

—Nada...creo que alguien mezclo cosas de mi madre con condimentos para la comida—le respondió quitándole importancia mientras servía dos copas de vodka —Te quedaste dormido...no vuelvas a abrir frascos que no sepas lo que son ¿Vale? —le pidió.

Handigal asintió con la cabeza y tomó la copa de vodka que Kelian le estaba entregando, se la bebió de un solo trago y le pidió un poco más. A pesar de no recordar que había sucedido, la actitud de su amo y lo aliviado que se veía de verlo bien, le decía que quizá estuvo al borde de la muerte y no lo sabía.

[justo]

- ¿Sabes? Nunca he leido las memorias de Draco.

 

- Pero si sois amigos ¿no me digas que no has tenido tiempo?

 

- Pues no, la familia, mi trabajo...ya sabes.

 

- Ningun problema ---hice una floritura en el aire y aparecio un libro--- aqui estan, te las voy a leer...

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Comienzo este relato, estas digamos... memorias, por el principio. Yo era un muchacho engreido, orgulloso de mi linaje y mi riqueza, soñaba con la gloria. Mi padre siempre me dijo que cuando volviera el Señor Tenebroso seriamos de los suyos, de sus favoritos. Mi padre hablaba exaltado de lo mucho que podiamos ganar, del poder que alcanzariamos, del dominio que tendriamos sobre Dumbledore, Potter y su gentuza, de la chusma que les rodeaba, mestizos y sangres sucias, y de esos traidores a la sangre pura, los Weasleys, esos tambien recibirian su merecido.

Bien, alcance la gloria. Volvio el Señor Tenebroso y me uni a el, me hice Mortifago y me dio una tarea ¡matar a Dumbledore! Y lo intente, de veras que lo intente, pero fracase y mi fracaso hundio a mi familia. Y luego la Guerra, al principio bien pero luego se fue torciendo y, por ultimo, fue Potter, el odiado Potter el que acabo con Voldemort y mi mundo, definitivamente, se hundio.

Pero lo peor vino despues. Fuimos arrestados y confinados en Azkaban en espera de juicio.Yo ya lo veia todo perdido. Ningun abogado nos quiso ayudar y nos habrian condenado de no ser por dos razones. La primera que mi fiel amigo Theo Nott nos asesoro legalmente con los conocimientos que tenia del tema. Abnegado amigo ¡cuanto le debo!. Y la segunda fue que, cuando ya lo teniamos todo perdido, Theo se trajo un testigo sorpresa que se pronuncio a nuestro favor.

¡Que conmocion causo! Mi viejo adversario Harry Potter testificando a mi favor, salvandonos de la vergüenza y el deshonor. Y llore, llore como nunca lo habia hecho y alli mismo Potter me abrazo y sellamos definitivamente el fin de nuestra enemistad.

Y asi volvimos a casa, a nuestra mansion medio en ruinas por los destrozos de Voldemort y los suyos. Conseguimos un nuevo elfo domestico, Kolcher, que nos ha servido desde entonces con fidelidad y con amor y al que aprecio profundamente.

Las heridas iban a tardar en cerrarse, de eso no habia duda, pero un futuro esperanzador nos aguardaba, y mi madre, mi querida madre me animaba con su mirada, con esos ojos azules expresivos que tanto cariño me habian aportado y que yo ¡tonto de mi! nunca habia correspondido.

 

[Valky]

De rato en rato miraba a Handigal, no sabía el efecto exacto de la poción que había afectado al elfo y temía que pudiera tener algún efecto secundario, así que lo mejor sería mantenerlo vigilado, al menos por un par de horas. La botella de vodka casi se terminaba y los efectos en él cada vez se hacían más notorios.

—¿Qué tiene pensado hacer con este espació— preguntó el elfo?

—La verdad es que no tengo ni idea. Quizá me mude aquí —bromeo. La verdad era que se sentía cómodo en la Scamander, había mucho espació, era silenciosa y tenía espacio de sobra para todas las criaturas que en su momento vivieron en los terrenos aledaños al castillo de sus padres.

Estaba distraído recordando algunas partes de su niñez que no se dio cuenta que un espejo roto sobresalía de un cartón, lo levantó y al hacerlo se hizo un profundo corte en la palma de la mano. Dejó caer la caja y se retiro el vidrió con tal rapidez que parte de su sangre salpicó en la pared del fondo del sótano.

Los ladrillos se estaban moviendo, ordenándose uno a uno hasta que dieron paso a una puerta. El interior de esa cámara estaba totalmente obscuro, no se podía apreciar que tan grande era. Handigal se acercó con la intención de investigar, pero Kelian lo detuvo. Si se abrió con su sangre lo más probable es que únicamente él y nadie más podría entrar.

—No te acerques… no creo que puedas entrar — dijo acercándose.

 

Quizá todo lo que habían ido encontrando hasta el momento, incluido el espejo que en su momento pensó que habían olvidado, estaban ahí para proteger lo que sea que este en el interior de esa bóveda.

[justo]

Dicen que para todo la primera semana es la mas dificil. He de admitir que, para mi, fue una de las peores de mi vida. Todo comenzo una mañana...

- Deberias hacer algo hijo.

- No se que hacer mama, no se me ocurre nada.

- Buscate una ocupacion, no se, un entretenimiento.

- Espero carta de Pansy, ya deberia haber llegado.

- No me gusta esa chica, no parece de fiar.

- Pero mama, si es mi novia ¿cuando vas a aceptarla?

- Te digo que no me gusta, hay algo siniestro en ella.

- A papa si le gusta, es sangre pura.

- Esa es otra ¿cuando vas a dejar esos prejuicios? ¿es que no te das cuenta los sufrimientos que nos han causado?

- ¡Amo Draco!

- ¿Si, Kolcher?

- Han llegado dos cartas para usted.

- ¿Me disculpas un momento, mama?

Y quedandome a solas procedi a su lectura. Una me lleno de estupefaccion, la otra....la otra me causo un gran daño.

-Mama ---dije con voz entrecortada--- ¿puedes venir?

- ¿Que ocurre hijo? Pareces palido...

- He recibido un mensaje y quisiera que me des tu opinion.

Editado 16 de Octubre del 2019 por justo