Libro de la Sangre X

[Hades Ragnarok]

El tiempo presagiaba tormenta. La luna hacia tiempo ya se había escondido tras espesos nubarrones. A lo lejos en el horizonte se podían ver algunos rayos cayendo en la lejanía. Contó… 1… 2…. 3…. 4… hasta escuchar el sonido del trueno romper aquel silencio. El viento se arremolinaba cada vez más. Las corrientes de aire en aquel punto eran cada vez mas fuertes, La tormenta, el juicio para aquellos que osaran ver el libro de la sangre aquella vez estaba por iniciarse.

 

Sus ornes oscuros como su propia alma estaban posadas en el punto donde se suponía que @@Cillian llegaría. En su nívea mano su eterna amiga, su querida varita quien deseaba derramar sangre y quería volver a sentir el vital liquido, el vampiro podía sentir l sed de la misma y al suya propia. En la otra mano la daga del sacrificio, aquella que había conjurado esperando que algo sucediera. En su espalda garras de fuego, solo que en aquel mundo no podía usarla como debería, por lo menos, no hasta regresar a Grecia o volver a recuperar su rango.

 

Entrecerró los ojos. Su túnica negra se movía con las corrientes de gélido viento. Los animales habían desaparecido de aquel lugar, incluso mucho antes de que aquella terrible tempestad explotara, ellos, habían huido una vez que sintieron el poder oscuro de aquel ser que se encontraba presente. En su pecho, se estaba arremolinando todo el caos y la ira que tenia, aquella que, lo haría cada vez más mortal, una vez que recitara su mantra, todo cambiaria de una vez por todas.

Editado 10 de Enero del 2017 por Hades Ragnarok

[Cillian Haughton]

Suspiró.

 

¿Por qué lo habrían citado en un lugar como aquel? Bueno, no podía quejarse, recordaba bien la última vez que había cursado un libro y sabía bien que era imposible que los citaran en un aula o algo por el estilo. El viento comenzaba a despeinarlo y Cillian no sabía cuánto más tendría que caminar, ¿tan difícil era dar una dirección exacta? A cada paso que daba estaba cada vez más cerca de ese escenario tan poco alentador para su persona.

 

Y entonces, después de un par de minutos caminando sin un destino en mente, encontró el lugar en el que tenía que estar. Echó un vistazo a su alrededor y pensó que quizá había sido el primero en llegar ya que no había nadie más en el lugar, exceptuando a Hades. ¿Hacía cuanto tiempo que no lo miraba? No es que tuviera una relación con él, pero se lo había topado ya un par de veces en la vida.

 

— ¿Libro de la Sangre? —Inquirió sin saber en realidad si estaba haciendo lo correcto o qué.

 

Se acercó un poco más hasta que estuvo justo frente al que sería su tutor en aquella ocasión. ¿Cuál sería la sorpresa que tendrían preparada para aquella ocasión? No podía imaginárselo siquiera. Se detuvo a sólo un par de pasos y esperó hasta que Hades comenzara hablar, necesitaba saber exactamente qué era lo que tenía que hacer.

[Hades Ragnarok]

-Bienvenido, espero estés preparados para derramar un poco de sangre, si tienes miedo -observo los ojos de Cillian- o no deseas continuar eres libres de hacerlo y largarte de una vez -el tono serio del cainita no dejaba lugar a dudas- si te desmayas al ver sangre -paso la lengua por los filosos y ponzoñosos colmillos- pues también puedes huir, no voy a detenerte.

Sin más guardo silencio, había llegado la hora de recorrer aquel sitio, uno donde hacía mucho tiempo ya nadie había pisado. Se volteo y sin medir palabras o pensarlo salto de aquel acantilado, cualquiera pensaría que el vampiro se mataría desde aquella altura, pero no era así, había usado los conocimientos de los libros anteriores y había planeado hasta una barcaza en el fondo.

-<<Me pregunto si las catacumbas estarán abiertas>> -pensó.

 

El cainita observo al aprendiz atentamente esperando que se moviera y llegara hasta done estaba él. Una vez que había llegado dibujo una mueca. Entrecerró los ojos esperando que esta vez no fuera a irse o a morir bajo su cuidado, y no era que le importará mucho pero el papeleo era insufrible, sin embargo, si algo así sucedía el mismo le daría cacería y lo entregaría como ofrenda a los dioses o lo daría como alimento para las bestias escondidas en el inframundo.

 

**************

 

-Veo que has llegado vivo y sano hasta este punto –dijo en tono serio- espero que sea así hasta el final, jamás debes confiarte más ante lo desconocido del lugar al que vamos a ir, si eres listo lo respetaras, quizás no escuches los gritos aterradores de la sangre que clama por venganza, de aquellos que murieron en el lugar al cual legaremos, pero yo si puedo, y eso no te gustara absolutamente nada, más bien ellos desean que los acompañes en las penas y sufrimientos que están padeciendo –dijo divertido mostrando los filosos y ponzoñosos colmillos vampíricos.

 

Sin más el Ragnarok se volteo para mover la varita y que aquella barcaza comenzara a moverse. El viaje, a pesar de la tormenta que había estallado era tranquilo por lo que el vampiro simplemente le prestaba atención a lo que tenía a su alrededor, pendiente a su vez, de que nada los fuera a tomar con la guardia baja

 

Al fin llegaron a una caverna y dio unos cuantos pasos hacia el centro de aquella estructura, se quedo allí parado por unos segundos observando muy bien el sitio, esperando una señal o como si buscara algo. La varita se mantenía en las níveas manos, la verdad es que no se escuchaba nada, parecía como si el sonido y el tiempo se hubieran detenido, pero no era así, una muy tenue brisa soplo desde el lado izquierdo el Ragnarok y observo un punto muy pequeño y luminoso pegado a la pared.

 

-Así que allí esta –susurro sin saber si aquel chico lo había escuchado.

 

Ladeo la cabeza y movió la varita de manera rápida con una floritura muy corta y poco elaborada, pronunciando aquella frase en un idioma antiguo y lejano casi inentendible, una vez que había hecho aquello o que había terminado de conjurar aquellas palabras inmediatamente aquel sitio comenzó a brillar cada vez más, unos segundos después una puerta luminosa se abrió en el suelo de aquel punto.

 

-Muy bien –se volteo- llego el momento de continuar, vuelvo a repetirlo, si decides irte o salir corriendo no te detendré –dijo en tono serio- ya es cosa tuya, pero una vez que decidas cruzar el pasadizo no hay vuelta atrás –comenzó a caminar hasta allí para sin mirarlo dirigirle una última palabras- puedes usar todos los conocimientos que has adquirido

 

***********

 

La luz de la varita iluminaba aquel estrecho pasadizo por el que iban, podía sentir en sus pies descalzos los huesos de las antiguas victimas, podía ver manchas de sangre seca y el esqueleto de ratas y roedores que habían por allí, además y claro estaba de las telarañas que jamás podían faltar.

 

Se detuvo en una bifurcación y sin medir palabras o dar ninguna advertencia hizo aparecer la daga del sacrificio, se acerco al nuevo aprendiz del libro y tras tocarlo en el hombro siguió su camino sin decir ninguna palabra, al menos ya la marca de sangre estaba hecha y colocada, luego él entendería en carne propia lo demás.

 

@Cillian

[Cillian Haughton]

¿Y ahora qué?

 

Cillian no entendía ni un poco lo que estaba pasando en aquel lugar, pero aún así intentó seguir todas y cada una de sus instrucciones. ¿Un acantilado? ¿Qué pretendía Hades en aquel momento? Suspiró y lo tomó sólo un par de segundos más el descubrir lo que su mentor pretendía, necesitaba hacer acopio de lo que había aprendido con anterioridad. Así que en aquel momento hizo uso del amuleto volador para lograr seguirle el paso.

 

El viaje fue aún más raro de lo que se esperaba, ¿por qué todo aquello tenía que ser así? Seguro que en algún punto entendía lo que Hades tenía preparado. No les tomó más de un par de minutos llegar hasta su destino.

 

— No me iré... —Respondió en un tono que demostraba tanto seguridad como un poco de duda.

 

Y entonces, Hades se acercó a él y Cillian no tuvo tiempo de impedir que lo tocará con aquella extraña daga que recién aparecía entre sus manos. Un segundo después, podía sentir y escuchar un sin fin de cosas que un momento atrás no lograba percibir. ¿Así que era eso lo que aprendería durante aquella ocasión? ¿Acaso Hades buscaba que el sintiera todo aquello en carne propia para poder entenderlo a la perfección?

 

— ¿Qué demonios es esto? —Dio un paso hacia su mentor—. ¿Esto es el poder del libro de la Sangre?

Editado 18 de Enero del 2017 por Cillian

[Hades Ragnarok]

-es uno de los muchos poderes que puedes encontrar en tan sangriento libro –dijo respondiendo a la pregunta de Cillian ante lo que el cainita había hecho.

 

Una vez que comenzó a caminar sabia que todo se había vuelto patas arriba, literalmente estaba escuchando algunos viejos susurros cada vez más fuerte, no había luz, el no necesitaba aquello gracias a su condición vampírica, pero quizás el aprendiz si, por lo que supuso que Cillian debería al menos usar la varita para continuar con el camino. Caminaron unos cuantos metros, allí, frente a él, la primera prueba. Dibujó una mueca... una jauría de esqueletos en forma de lobos sangrientos, con garras y colmillos afilados venían hacia ellos

 

*****************

 

El vampiro había pasado aquella primera prueba sin inmutarse, sabía perfectamente lo que debía hacer, sin embargo, se detuvo solo una fracción de segundo para ver lo que hacía el hermano de Anna. Ladeo la cabeza y dibujo una mueca para luego encogerse de hombros, aquello había sido demasiado fácil, pero por experiencia propia conocía perfectamente lo que significaba aquello, mientras más se adentraran las cosas se pondrían cada vez más difíciles.

 

- Deberías comenzar a practicar –dijo en tono serio- si no lo haces te aseguro que podrías aprenderlo a las malas o cuando ya sea lo suficientemente tarde -negó con la cabeza- y eso no sería nada agradable -comento recorriendo un nuevo camino.

 

Continuo caminando sin darse cuenta si aquella persona que intentaba descubrir los secretos del libro s de la sangre le seguía, aunque podía escuchar pasos a lo lejos. Un frio gélido atravesó las células del vampiro cuando llegó a aquel claro. Los susurros y lamentos no se habían hecho esperar mientras estaba parado allí. Si deseaban llegar al final debían continuar por el sendero plagado de peligros. Al voltear lentamente y poco a poco las aguas que se encontraban cerca de ellos comenzaron a agitarse, algunas manos comenzaron a verse, quizás inferís que habían detectado la presencia de carne fresca con la cual jugar. Una mueca apareció en la faz del vampiro, era algo nuevo, aunque no debía de haberse sorprendido, esperaba que Cillian no se viera en aprietos ante aquel nuevo obstáculo.

 

-<<debería salir fácilmente de esta>> - pensó el Ragnarok mientras mantenía la daga entre sus níveos dedos y la varita en la otra.

 

@Cillian

[Cillian Haughton]

Y qué más daba, se le daba a la perfección aprender las cosas a la mala.

 

Si tenía que ser sincero no entendía bien de que iba aquella prueba, pero ahí estaba y haría todo lo posible por conseguir el poder que el Libro de la Sangre podría otorgarle. La sensación que había tenido un par de minutos atrás de estar conectado con Hades había terminado y ahora al parecer estaba completamente por su cuenta. Antes que verlos, logró escucharlos... ¿Una jauría de lobos esqueléticos?

 

No estaba seguro de si funcionaría o no, pero aún así utilizó uno de los poderes que había adquirido con anticipación. Dio un par de vueltas a su Anillo de Amistad con las Bestias y casi al instante logró sentir una leve conexión con sus atacantes. Y bueno, era eso o simplemente se lo estaba imaginando, pero un segundo después logró que aquellas bestias que parecían querer dañarlo dieran marcha atrás y desaparecieran.

 

El siguiente paso no lo sorprendió demasiado, más cadáveres. Suspiró, no entendía porqué Hades lo había llevado hasta aquel lugar, ¿qué podía hacer aprender de esos seres sobre el poder de la sangre? Activo la Salvaguarda Mágica justo un momento antes de que los inferís lograron alcanzarlos y una vez que estos se percataron de que no podían atacarlo, Cillian comenzó a caminar detrás de su maestro.

 

— Incendio —No se había alejado más de un metro cuando se dio media vuelta e incendio al par de inferís que pretendían atacarlo.

 

¿Lo había hecho bien? Nadie lo sabía, quizá y el pobre Cillian estaba delirando mientras la jauría de lobos esqueléticos lo devoraban rápidamente. Pero aún así, fuese un delirio o no, se acercó hasta Hades y lo cuestionó: — ¿Qué tiene que ver todo este lugar con el poder de la Sangre? No sé si hayas visto a mis atacantes, pero ellos no tenían ni una sola gota de ella en sus huesos.