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Acerca de Cillian Haughton
- Cumpleaños 13/02/1992
Ficha de Personaje
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Nivel Mágico
57
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Rango Social
Supremo Consejo de Morgana
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Galeones
456146
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Rango dentro del Bando
Lider de la Marca Tenebrosa
- Ficha de Personaje
- Bóveda
- Bóveda Trastero
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Bando
Marca Tenebrosa
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Libros de Hechizos
Libro de Merlín (N.40)
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Familia
Haughton
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Trabajo
Jefe de Control Regulatorio de Escobas
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Escalafón laboral
Sin información
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Raza
Humano
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Graduación
Graduado
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Puntos de Poder en Objetos
11340
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Puntos de Poder en Criaturas
11060
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Puntos en Mazmorras
82
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Rango de Objetos
Más de 3000
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Rango de Criaturas
Más de 3000
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Conocimientos
Leyes Mágicas
Cuidado de Criaturas Mágicas
Artes Oscuras
Transformaciones
Herbología
Estudios Muggles
Astronomía
Pociones
Adivinación
Defensa Contra las Artes Oscuras
Maestría en Escobas
Historia de la Magia
Idiomas
Aritmancia
Primeros Auxilios
Runas Antiguas
Meteorología
Conocimiento de Maldiciones
Encantamientos -
Habilidades Mágicas
Metamorfomagia
Legilimancia
Hablante de Pársel
Animagia -
Medallas
157100
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Tickets
0
Profile Information
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Equipo de Black Serpents
Quidditch -
Casa de Hogwarts
Ravenclaw
Campos para Gringotts
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Escalafón último mes cerrado
T2
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Posteos acumulados último mes cerrado CMI
158
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Posteos último mes cerrado CMI
3
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Legeremancia con @ Alyssa Black Triviani #8 Cillian asintió con calma mientras escuchaba a Alyssa describir a Lucia. Su mirada se desplazó con discreción hacia la bruja del vestido morado, analizando rápidamente su postura, movimientos y el entorno que la rodeaba. Luego, devolvió su atención a Alyssa, la comisura de sus labios curvándose en una ligera sonrisa. —Entendido, ministra. Creo que puedo manejar algo que capte la atención de todos, lo suficiente como para garantizar tu momento —dijo en un tono bajo y calmado, su mirada aún fija en Lucia por un instante más antes de enfocarse en el salón. Cuando Alyssa comenzó a caminar hacia su objetivo, Cillian dejó su copa vacía sobre una mesa cercana y se dirigió al bar, pasando junto a un grupo de invitados que conversaban animadamente. Sus movimientos eran naturales, sin prisa pero seguros, como si su única intención fuera disfrutar del ambiente. Al llegar al bar, se detuvo junto a un hombre corpulento que llevaba un uniforme similar al de los sirvientes. Fingiendo tropezar ligeramente, Cillian dejó caer un par de copas llenas de champagne sobre la mesa cercana, haciendo que el líquido se derramara sobre la ropa de un par de invitados. —¡Mil disculpas! —exclamó con una mezcla de arrepentimiento y preocupación en su voz, sacando un pañuelo del bolsillo para tratar de limpiar el desastre—. No era mi intención, me temo que el suelo está algo resbaladizo. El pequeño caos fue inmediato: los invitados afectados comenzaron a quejarse, los sirvientes acudieron apresurados con paños para limpiar, y la atención del salón se centró brevemente en el incidente. Todo transcurrió en un torbellino de murmullos y exclamaciones que llenaron el aire, permitiendo que Alyssa ejecutara su plan sin miradas intrusas. Cuando Alyssa regresó y entrelazó su brazo con el suyo, Cillian inclinó ligeramente la cabeza hacia ella, una sonrisa cómplice en sus labios. —Ha sido un placer, ministra. Tu ejecución fue impecable, diría que incluso mejor de lo que podría esperarse de una aprendiz —dijo en voz baja, con un tono cargado de aprobación—. Manejas la habilidad de forma natural, no muchos pueden hacer lo que tú sin levantar sospechas. Cillian la observó por un momento, dejando que su mirada vagara brevemente por el salón antes de regresar a los ojos de Alyssa. —Ahora bien, si Lucia no es nuestra rata, tal vez deberíamos intentar con Lorenzo. A decir verdad, no me importaría jugar un poco con él. Es una figura pública, tiene mucho que perder, y diría que soy bastante bueno extrayendo información de gente como él… incluso sin necesidad de magia. Dejó caer la propuesta con una sonrisa astuta, su tono era ligero pero sus intenciones claras. —Si me permites intentarlo, podría apartarlo de la gala durante un rato. Podría usar un poco de encanto, un par de copas y esa chispa de curiosidad que los políticos nunca pueden resistir. ¿Qué dices, Alyssa? ¿Te gustaría que lo distraiga mientras continúas evaluando a otros posibles traidores?
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Cillian entro en el salón con un par de segundos después que Derek. Su mirada se deslizó por el entorno, analizando las sombras y los rincones polvorientos de la casa. El viento helado cortaba la piel, pero a él parecía no importarle. Bajo el techo derruido, el resplandor tenue de la noche apenas delineaba su figura. Sus ojos negros se encontraron con la silueta de Beltis al centro del salón. A un lado, Santos permanecía atento, examinando el lugar con igual cuidado. Sin embargo, Cillian no los reconoció ni como aliados ni como enemigos en ese momento; eran del mismo bando si, pero en ese momento tendrían que actuar como contrincantes. —Vaya, qué acogedor. —El sarcasmo en su voz fue más una formalidad que una provocación mientras sus pasos resonaban contra el suelo desvencijado. Caminó despacio, observando con detenimiento los muebles rotos y las paredes desgastadas. Se detuvo frente a una mesa coja, tocando con la punta de los dedos el polvo acumulado. Sin girarse hacia ellos, continuó hablando, su tono apenas un murmullo audible: —El frío hace que uno se sienta... más vivo, ¿no creen? —Finalmente, se volvió hacia ellos, una sonrisa fría en sus labios. No era una expresión de burla, sino un gesto calculado, como si buscara medir sus reacciones. Se colocó junto a una pared semiderruida al lado de Derek, cruzando los brazos con calma. No tenía prisa por actuar, al menos no todavía. Observó a Beltis y Santos con una mezcla de curiosidad y precaución, como si evaluara lo que ambos harían a continuación y después de esa entrada tomo por fin una posición de ataque, esperando que el resto de su equipo apareciera pronto.
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Darla vs. Cillian [•Tutorías LMT•]
Cillian Haughton responde a Mael Blackfyre de discusión en Rubro de duelistas y Sala de Duelos Mágicos
Cillian permaneció inmóvil por un instante, su cuerpo aún sacudido por las heridas del Sectusempra y los efectos del Furnunculus. La vara cristalina en su mano brillaba tenuemente, pulsando con la magia que albergaba en su interior. Aunque no podía hablar debido al Silencius, su determinación no necesitaba palabras. Respiró hondo y apuntó directamente a Darla. Sin vacilar, concentró toda su energía mágica en su siguiente hechizo, canalizando el poder a través de la vara cristalina y cuando por fin pudo hablar de nuevo, murmuró: — Vara de cristal Desmaius. Un rayo de luz rojizo salió disparado de su vara, directo hacia el pecho de Darla. Cillian sabía que, aunque ella era rápida, no podía esquivar todo. El impacto sería suficiente para noquearla momentáneamente, dándole tiempo para actuar. Sin perder un segundo, dirigió la vara hacia su propio cuerpo, enfocando su magia en sanar las heridas aún abiertas del Sectusempra. Su varita emitió un destello sutil mientras la energía curativa recorría su torso. La sangre dejó de fluir y las heridas comenzaron a cerrarse, todo esto gracias al efecto de Curación aunque sentía todavía el dolor residual. Finalmente, giró su varita con un movimiento ágil y preciso, apuntándola hacia sí mismo una vez más y pensó: Finite Incantatem. Un destello azul envolvió su cuerpo, disipando por completo los efectos del Furnunculus. Su piel se alisó, libre de ampollas, la cosa volvía a estar pareja. —Espero que no te hayas cansado todavía, Darla. Apenas estamos calentando. Con una sonrisa sarcástica en su rostro, Cillian se preparó para el próximo movimiento de su oponente, disfrutando del duelo más de lo que habría querido admitir. @ Darla G Dumbledore -
Legeremancia con @ Alyssa Black Triviani #7 Cillian observó con una ligera sonrisa cuando Lorenzo Giovanello extendió su mano. Con un movimiento fluido, la estrechó, aplicando una presión firme pero medida, al tiempo que inclinaba ligeramente la cabeza, proyectando una cortesía imperturbable. —El placer es mío, señor Giovanello. Italia siempre ha sido un destino fascinante, pero esta vez debo agradecer a la ministra Triviani por invitarme a participar en esta velada —respondió con una voz suave, aunque sus ojos parecían analizar al hombre frente a él como un depredador evaluando a su presa. Mientras Lorenzo intercambiaba palabras con Alyssa, Cillian no perdió detalle de su tono, sus gestos y la cadencia de su risa. Sus ojos negros permanecieron atentos, absorbiendo cada matiz de la interacción como si estuviera tomando notas mentales. No intervino más en la conversación, limitándose a una sonrisa educada cuando Alyssa decidió dar por concluido el encuentro. Cuando se alejaron, su postura se relajó ligeramente, pero el brillo agudo en su mirada delataba que seguía completamente enfocado. Escuchó el murmullo bajo de Alyssa sin cambiar su expresión, apenas asintiendo en respuesta mientras seguía su paso por el salón. —Interesante, aunque predecible. Me pregunto si hay algo más tras ese sirviente aparte de lo obvio —murmuró en voz baja, devolviendo un saludo cortés a un invitado que los observaba pasar. Cillian giró apenas el rostro hacia Alyssa cuando mencionó a Lucia Baldoni, su ceja izquierda alzándose con una mezcla de curiosidad y escepticismo. —¿Y cuál es el plan si ella se resiste o si resulta más astuta de lo que aparenta? —preguntó en un tono deliberadamente casual, aunque había un matiz de advertencia en su voz. Se detuvo un momento para tomar una copa de champagne de la bandeja de un sirviente que pasaba cerca, inclinando la cabeza hacia Alyssa mientras continuaban avanzando. —Si necesitas una distracción, ya sabes que puedo ser bastante convincente —añadió, tomando un sorbo de su bebida y esbozando una sonrisa ladeada que no alcanzaba a sus ojos.
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Fabricantes de Mentiras (MM)
Cillian Haughton responde a Mael Blackfyre de discusión en Callejón Diagon
Parsel con @ Jocker Black Lestrange #2 Cillian mantuvo la mirada fija en Jocker, como si cada palabra fuera un acertijo que debía descifrar antes de responder. Sus labios se curvaron apenas en una sonrisa que no alcanzó a sus ojos, pero que insinuaba una mueca de diversión que nunca terminaba de manifestarse. La serpiente albina, inmóvil sobre la mesa, inclinó ligeramente la cabeza, como si también estuviera interesada en el intercambio. —Siempre he creído que lo interesante de cualquier habilidad… —empezó con voz baja, medida, casi un susurro— …es la disposición para usarla correctamente. O, en tu caso, Jocker, la voluntad de mostrarme qué tan natural eres manejándola. Se detuvo, observando cómo Jocker se movía cerca de él, midiendo cada paso, cada leve cambio en su expresión. La proximidad del hombre no lo incomodaba; más bien, parecía alimentarlo, como un depredador disfrutando el juego antes del ataque. La serpiente comenzó a deslizarse por la mesa, acercándose al borde más próximo a Jocker, su lengua bífida probando el aire. Cillian no la detuvo. Al contrario, sus dedos se movieron lentamente sobre el lomo blanco, como si quisiera enfatizar el gesto, un movimiento lento y deliberado que parecía tener un propósito oculto. —Dominar algo como esto requiere paciencia, control… y cierta audacia. —Su mirada, siempre intensa, bajó apenas, como si evaluara algo más que la postura de Jocker— No todos tienen lo que hace falta para hacerlo bien. Pero algo me dice que tú no estás aquí por simples juegos, ¿verdad? Mientras hablaba, no pudo evitar que su mente lo traicionara. Hubo un instante fugaz, una imagen que atravesó su pensamiento como un relámpago: el sonido de la tela desgarrándose bajo sus manos, la piel expuesta de Jocker ardiendo bajo su control, su voz, grave y certera, dictando órdenes que no se podían desobedecer. En su fantasía, no solo lograba levantar algo más que su interés; lo sometía, lo dominaba, hasta que no quedara rastro de resistencia. Un segundo después partó esas ideas con una disciplina que fingía ser mayor de la que realmente poseía. El ambiente en la habitación se volvió más denso, como si las palabras de Cillian llevaran consigo un peso que iba más allá de lo literal. No había una línea clara entre la conversación y la insinuación, y eso era deliberado. Sabía cómo caminar sobre el filo sin cruzarlo, dejando a su interlocutor en el desconcierto exacto que le convenía. —Por supuesto, puedo ayudarte a entender lo que necesitas. —Sus dedos dejaron de moverse sobre la serpiente, y volvió a centrar su atención completamente en Jocker, ladeando la cabeza ligeramente— Pero espero que estés dispuesto a entregarte al proceso… completamente. Cillian dejó que la pausa hiciera su trabajo, dejando que sus palabras se hundieran en la mente de Jocker, mientras una chispa de desafío brillaba en sus ojos. —Y como sé que lo estás, he traído a esta pequeña amiga conmigo para ayudarnos. —Comentó señalando a la pequeña Serpiente Albina. -
Turno 1 Zlatka Hasan Zlatka Hasan ajustaba la cinta roja que mantenía su cabello negro alejado de su rostro, dejando sus ojos castaños bien enfocados en el campo. La nieve no era un obstáculo para ella, sino un desafío más que estaba dispuesta a superar. Flotaba ligeramente por encima del resto de su equipo, su Nimbus personalizada temblando apenas bajo la presión de sus dedos enguantados. Era el momento de probar que Bulgaria no se quedaría fuera de la máxima competencia. —¿Listos para callar a esos alemanes? —murmuró Zlatka, medio sonriendo mientras lanzaba una mirada a los cazadores que se alineaban más abajo. Era una pregunta retórica; sabía que todos estaban igual de ansiosos por darlo todo en el campo. Mientras Bronwen Bennett daba las últimas indicaciones a los capitanes, Zlatka exhaló un leve suspiro, empañando el aire frente a ella. Sus ojos no se apartaban del cielo, buscaban cualquier reflejo, cualquier movimiento que delatara la aparición de la Snitch Dorada. —Vamos, preciosa... Aparece rápido. No tengo toda la noche —murmuró para sí misma, mientras flexionaba los dedos sobre el mango de su escoba. El silbato resonó, marcando el inicio del partido. Zlatka inclinó su escoba hacia adelante, ascendiendo rápidamente por encima del caos que se desataba entre los cazadores y golpeadores. Desde esa posición, podía ver el campo completo, su mirada fija y decidida como si la Snitch estuviera a punto de cruzar su línea de visión. —No me falles ahora, Zlatka. Este partido es nuestro. —Se dijo con voz baja, apretando los labios mientras se lanzaba en un movimiento rápido hacia la derecha, simulando haber visto algo, esperando desconcertar a su oponente alemán. Ordenes de Turno Los cazadores de Bulgaria utilizarán Cabeza de Halcón. Darina Ivanova usa Disparo con Curva Nikola Ivanova usa Reverse Pass Miguel Georgiev Martínez usa Cambio de mano Alexei Lesvki usa Golpe Bombeado contra Jonas Fisher y Golpea a Johannes Strauss Gueorgui Dimitrova usa Golpe Bombeado contra Berta Meyer y Golpea a Mina Meyer Zlatka Hasan usa Caída en Picada.
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La Fortaleza Oscura, protegida por maldiciones
Cillian Haughton responde a La Marca Tenebrosa de discusión en Residencias de Familias Mágicas
Con Astara en la Taberna después de la Ceremonia. El aire entre ambos se cargó aún más de esa tensión eléctrica que parecía envolverlo todo. Cillian, que aún mantenía la frente contra la de Astara, cerró los ojos por un instante, como si intentara grabar sus palabras en su memoria. Su respiración era pesada, errática, y un susurro de algo más oscuro y peligroso danzaba en sus labios antes de volver a mirarla. —¿Te pertenezco? —repitió, su voz grave y baja como un desafío—. No sabes lo que estás diciendo, Astara. Pero incluso mientras lo decía, sus manos desmintieron sus palabras. Con una mezcla de determinación y adoración, sus dedos delinearon cada curva de su cuerpo, como si quisiera dejar grabada en ella su huella. El recorrido era lento, casi tortuoso, pero con cada caricia dejaba claro que estaba reclamándola de todas las maneras posibles. Dejó escapar un gruñido suave, cargado de deseo reprimido, antes de inclinarse nuevamente hacia ella. Sus labios encontraron su clavícula y bajaron por el contorno de su cuello, dejando besos ardientes que parecían querer consumirla desde dentro. —No tienes idea de lo que acabas de hacer, ¿verdad? —murmuró contra su piel, su aliento cálido causando un estremecimiento que recorrió todo su cuerpo. Cillian dejó que sus labios continuaran bajando, besando con devoción y deseo cada parte que sus manos no alcanzaban en ese momento. Se detuvo lo justo para observar su reacción, una mezcla de sumisión y desafío que lo volvió loco. Su sonrisa apareció nuevamente, oscura y peligrosa, antes de susurrarle con una mezcla de mando y ternura: —Eres mía, Astara. Lo que acabas de prometer no tiene marcha atrás. Sus manos se apoyaron en la mesa a cada lado de ella, encuadrándola, y su mirada descendió sobre ella como si pudiera devorarla solo con sus ojos. Cillian se inclinó una última vez, besándola con una pasión que no dejaba lugar a dudas sobre quién dominaba el momento, ni sobre cuánto deseaba que ese instante durara para siempre. Y aunque la taberna estaba vacía y el mundo parecía haberse detenido, en el fondo, ambos sabían que no había marcha atrás. Lo que acababa de suceder entre ellos no solo era físico; era la afirmación de algo mucho más profundo, algo que los ataría más allá de cualquier promesa o palabra. @ Astara Macnair -- En la ceremonia. Cillian permanecía en el centro de la ceremonia, sin poder dejar de pensar en Astara. Sus manos descansaban a los lados, enguantadas, rígidas, proyectando la imagen de un hombre firme, seguro, tal como debía ser el líder de La Marca Tenebrosa. Pero detrás de esa máscara, detrás de la capa de solemnidad, Cillian estaba completamente descontrolado. Cuando Astara volvió a su sitio, la atención de Cillian se desvió hacia los demás, evaluando, calculando, buscando una oportunidad para reforzar la autoridad que todos creían que tenía. Entonces, su mirada cayó sobre su hermana, Eliah. Durante un instante, algo parecido a la duda pasó por su mente. No era exactamente orgullo lo que sentía al verla entre los demás, ni tampoco afecto. Tal vez una vaga satisfacción, una extraña sensación relacionada al pasado. Sin mover un solo músculo más de lo necesario, dio un paso al frente, y su voz se alzó, baja pero lo suficientemente clara como para atravesar el murmullo ocasional. —Hekate —pronunció, haciendo que el nombre resonara con un peso casi tangible. El silencio que siguió fue tan ensayado como cada movimiento de Cillian. Observó a su hermana mientras ella levantaba la cabeza y se acercaba, y en su interior luchaba contra los pensamientos que siempre lo asaltaban en momentos como este: que todo era una farsa, que incluso esa autoridad que proyectaba era una mentira que podría desmoronarse en cualquier momento. —Acércate. La orden fue directa, seca, pero con un tono que intentaba imitar una calidez inexistente. Mientras ella avanzaba, Cillian golpeaba sus dedos una y otra vez contra su pierna derecha más para ocupar sus manos que por verdadera necesidad. Cuando Eliah estuvo frente a él, no se movió ni un centímetro más, dejando que la distancia entre ambos se llenara con el peso de las palabras que aún no había dicho. —Has esperado pacientemente, más de lo que muchos aquí pueden siquiera imaginar —comenzó, su voz baja, casi un murmullo cargado de intenciones ambiguas. Sus ojos oscuros se fijaron en los de ella, y por un instante, parecían intentar leerla, comprender algo más allá de lo evidente. Hizo una pausa, dejando que el momento se alargara, aprovechando el silencio como un recurso teatral. Cuando volvió a hablar, lo hizo con un tono calculado, buscando dar la impresión de una conexión más profunda de la que realmente sentía. —Hoy no es el final de ese camino, pero es un paso más. Y sé que no hay nadie más que pueda hacerlo como tú. Sus palabras eran medidas, cuidadosamente seleccionadas para proyectar un aire de autoridad y confianza, aunque lo único que realmente sentía era una necesidad desesperada de que todo saliera según lo planeado. Extendió una mano, como si le ofreciera algo invisible, antes de bajarla de nuevo con un gesto lento, ceremonioso. —Mantente aquí. Sin esperar una respuesta, se apartó apenas un paso, volviendo a dirigir su mirada al resto de los presentes. No era el momento de prolongar el acto, pero sabía que había logrado lo que quería: todos los ojos estaban nuevamente sobre él, y por ahora, eso era suficiente para mantener su fachada intacta. @ Eliah Selwyn R. -
Legeremancia con @ Alyssa Black Triviani #6 Cillian se mantuvo a un paso de distancia, permitiendo que Alyssa tomara el liderazgo. Mientras Francesco les daba la bienvenida, su mirada escudriñó al joven con atención, analizando cada movimiento y cada palabra. Cuando la Triviani lo presentó con su falso título, él esbozó una sonrisa educada y añadió con un tono cortés pero neutral: — Un placer, Francesco. Durante el trayecto, sus ojos recorrían los pasillos con calma, evaluando las entradas, salidas y detalles arquitectónicos que podrían ser útiles más tarde. La tensión en el ambiente no se le escapaba, y aunque su semblante se mantenía sereno, cada fibra de su ser estaba alerta. Notó la pausa de Alyssa antes de llegar a su destino y se detuvo con un movimiento fluido, observando cómo ella tomaba el control de la situación con Francesco. Mientras ella conjuraba, Cillian entrecerró los ojos, analizando cada gesto. Su postura relajada no traicionaba la curiosidad que lo invadía. Notó el cambio en la expresión del sirviente tras el hechizo y la manera en que Alyssa retomó el mando, una ligera curva se formó en sus labios, aprobando en silencio su manejo de la situación. Cuando Francesco comenzó a avanzar de nuevo, Cillian se acercó a Alyssa lo suficiente como para susurrar: — Impresionante, aunque me pregunto cuánto disfrutaste de esa pequeña demostración. Su tono estaba cargado de ironía ligera, pero el brillo en sus ojos sugería que no esperaba una respuesta seria. Continuó caminando junto a ella, el eco de sus pasos resonando en las paredes del Vaticano, hasta que finalmente llegaron al salón principal. La gala era un espectáculo en sí misma, llena de luces, conversaciones que murmuraban como un río subterráneo y figuras envueltas en telas lujosas. Cillian dedicó un rápido vistazo al espacio, reconociendo rostros y escaneando el lugar en busca de potenciales aliados o amenazas. Con una inclinación de su cabeza hacia Alyssa, se acercó lo suficiente para que solo ella pudiera escuchar: —Ahora, ¿qué fue lo que descubriste? — Antes de que pudiera responder, una voz potente y perfectamente modulada resonó a su espalda. — Alyssa Triviani, siempre tan puntual y deslumbrante como esperaba. Cillian se giró lentamente, su mirada encontrándose con la de Lorenzo Giovanello aunque en ese momento él no la sabia.
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Fabricantes de Mentiras (MM)
Cillian Haughton responde a Mael Blackfyre de discusión en Callejón Diagon
Parsel con @ Jocker Black Lestrange #1 La puerta se cerró tras él con un chasquido sordo, envolviendo la habitación en un silencio más denso que el aire cargado de magia. Cillian avanzó con una calma meticulosa, el eco de sus pasos amortiguado por la alfombra negra que cubría el suelo. Había algo teatral en su andar, un intento deliberado de proyectar seguridad y autoridad, aunque en la profundidad de sus ojos negros se escondía algo más, una sombra de cansancio y vacío que traicionaba la imagen que intentaba mantener. Sobre su hombro descansaba una serpiente albina, pequeña pero imposible de ignorar. Su piel blanca como la nieve parecía brillar bajo la luz verdosa del lugar, y sus ojos, de un rojo profundo, captaban cada detalle con una inquietante precisión. La criatura se movía lentamente, su cuerpo sinuoso rodeando el cuello de Cillian con una familiaridad que hablaba de una relación construida no por amor, sino por necesidad. Era su compañera constante, un recordatorio tangible del poder que había heredado, el poder hablar con las serpientes. Se detuvo al borde de la mesa, permitiendo que la serpiente se deslizara de su cuerpo para explorar el entorno. El animal se movió con la misma delicadeza calculada que su dueño, su lengua bífida probando el aire mientras se enroscaba parcialmente sobre la madera. Su presencia llenaba la sala de una sensación inquietante, una que complementaba la falsa compostura de Cillian. Durante unos segundos, el líder de la Marca Tenebrosa no dijo nada. Su mirada recorrió a Jocker con lentitud, como si lo evaluara, aunque en realidad lo único que hacía era admirar la bellaza de aquel mago. Esa pausa era parte de su estrategia, un truco aprendido para controlar las situaciones sin esfuerzo aparente. Pero dentro de él no había confianza, sino una ansiedad latente que siempre lo acompañaba. Su mano derecha se alzó brevemente, acariciando con los dedos el lomo de la serpiente albina que ahora estaba completamente posada sobre la mesa. El contacto era mecánico, desprovisto de afecto, pero servía para reforzar la imagen que había construido. Porque para Cillian, todo era una actuación. Desde el traje que llevaba hasta el tono cuidadosamente controlado de su respiración, cada detalle estaba diseñado para sostener la ilusión de control que necesitaba mantener frente a los demás. Sus ojos volvieron a posarse en Jocker, pero aún no rompió el silencio. En su mente, las palabras se amontonaban, evaluando la mejor manera de manejarlas. Por un instante, sus labios se curvaron en una ligera sonrisa, aunque no llegó a sus ojos. Era un gesto vacío, uno que usaba con demasiada frecuencia y que había perdido cualquier significado genuino hace mucho tiempo. La habitación parecía esperar junto a él, su atmósfera cargada de expectativa, mientras el tiempo se alargaba con una tensión calculada. — Entonces, ¿comenzamos? —Inquirió, mientras imaginaba lo divertido que sería revolcarse con Jocker aquella enorme mesa. -
Ventanilla de Pago de Pluses y Ganancias Especiales
Cillian Haughton responde a Sagitas E. Potter Blue de discusión en Bóvedas
GALA DE NAVIDAD 2024 ADVIENTO (Ranking de juegos, concursos y plus gala moderación ) Adrian Wild - Perfil - Bóveda ID: 83911 Total de G: 15000 G Astara Macnair - Perfil - Bóveda ID: 109211 Total de G: 15000 G Alyssa Black Triviani - Perfil - Bóveda ID: 36876 Total de G: 10000 G Catherine Moody - Perfil - Bóveda ID: 110981 Total de G: 10000 G Cillian Haughton - Perfil - Bóveda ID: 30860 Total de G: 15000 G Derek Lúcien - Perfil - Bóveda ID: 36928 Total de G: 10000 G Eliah Selwyn R. - Perfil - Bóveda ID: 76610 Total de G: 7000 G Emily Karkarov - Perfil - Bóveda ID: 89984 Total de G: 10000 G Goderic Slithering - Perfil - Bóveda ID: 35232 Total de G: 15000 G Jank Dayne - Perfil - Bóveda ID: 115890 Total de G: 15000 G Leah Slytherin - Perfil - Bóveda ID: 114477 Total de G: 5000 G Lukyan A. Volkov - Perfil - Bóveda ID: 73841 Total de G: 17000 G Malum Luxure - Perfil - Bóveda ID: 109628 Total de G: 10000 G Matt Blackner - Perfil - Bóveda ID: 109123 Total de G: 15000 G Mónica Malfoy Haughton - Perfil - Bóveda ID: 85845 Total de G: 15000 G Noeline Malfoy McFarlan - Perfil - Bóveda ID: 89444 Total de G: 7000 G Pik Slytherin - Perfil - Bóveda ID: 109213 Total de G: 10000 G Sagitas E. Potter Blue - Perfil - Bóveda ID: 27361 Total de G: 15000 G Sophie Elizabeth Granger - Perfil - Bóveda ID: 74802 Total de G: 15000 G Tauro - Perfil - Bóveda ID: 101680 Total de G: 20000 G Veronica Prince Rambaldi - Perfil - Bóveda ID: 80580 Total de G: 5000 G Yadiz Vashtí - Perfil - Bóveda ID: 48648 Total de G: 15000 G -
¿Listos para hacer sus confesiones? https://www.harrylatino.org/forums/topic/120795-•-confesiones-•-voxmortia/?_rid=30860
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Legilimancia con @ Alyssa Black Triviani #5 Cillian observó el cambio de Alyssa con una ligera elevación de cejas, su expresión neutra, pero con un destello de aprobación en los ojos. Su transformación de líder estratega a elegante socialité era impecable, un recordatorio del juego político que ambos estaban a punto de jugar. Su atención se desvió al bolso de plata que ella había encantado como traslador, y sin dudarlo, avanzó con la gracia despreocupada que lo caracterizaba. —Un plan sólido —comentó mientras colocaba su mano sobre el bolso, sus dedos rozando brevemente el emblema familiar—. Aunque con un evento de esta magnitud, dudo que haya mucho margen para la improvisación. Espero que estés preparada para cualquier giro inesperado, Alyssa. El tirón del traslador no fue algo que lo tomara por sorpresa; estaba acostumbrado a este tipo de transporte. Cuando sus pies tocaron el suelo de la oficina de la Triviani, Cillian apenas necesitó un segundo para ajustar su postura. Sus ojos negros recorrieron el espacio con interés contenido, notando los detalles renacentistas que conformaban el despacho. Era un lugar que reflejaba poder y prestigio, un escenario ideal para el tipo de jugadas políticas que Alyssa parecía disfrutar tanto. —Impresionante, como siempre —murmuró, deteniéndose frente al ventanal que ofrecía una vista de la plaza San Marcos. La vista era cautivadora, pero su atención estaba más en los detalles de seguridad que en la estética. Después de todo, esa noche estarían caminando entre enemigos potenciales, y él no tenía intención de bajar la guardia. Girándose hacia Alyssa, apoyó una mano en el respaldo de una de las sillas cercanas. Su mirada se encontró con la de ella, y una ligera sonrisa curva apareció en sus labios ante su pregunta. —Listo para jugar el papel que se necesite —respondió con una mezcla de seriedad y diversión, inclinándose apenas hacia ella—. Aunque me pregunto, ¿quién de nosotros será más convincente esta noche? Se enderezó, colocando una mano en el bolsillo de su pantalón, el otro brazo cruzado casualmente. —Espero que hayas practicado tu sonrisa de diplomacia. En este tipo de reuniones, un gesto malinterpretado podría significar mucho más de lo que parece. La chispa en sus ojos reflejaba tanto entusiasmo como precaución. Sabía que esta noche sería una danza de apariencias, y estaba preparado para cada paso.
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Legilimancia con @ Alyssa Black Triviani #4 Cillian observó a Alyssa con una mezcla de paciencia y evaluación tras retirarse de su mente. Sus labios se curvaron apenas en una sonrisa calculada, aunque sus ojos permanecieron fijos en ella, estudiándola. —Eres capaz, Alyssa, pero necesitas más que voluntad. Controlar la Legilimancia no es solo una cuestión de magia, sino de confianza en ti misma y, sobre todo, en tu objetivo. —Dejó que la observación flotara por unos segundos antes de continuar, con un tono ligeramente más amable—. Relájate. No pienses en las consecuencias; concéntrate solo en la conexión. Dio un paso atrás, cruzando los brazos con calma, mientras la veía prepararse. No apartó la mirada de sus movimientos, atento incluso al más mínimo detalle. Cuando el hechizo fue pronunciado, Cillian sostuvo el contacto visual, permitiendo que la magia fluyera. Su mente permaneció abierta, pero no completamente vulnerable; mantenía las partes más sensibles de sus pensamientos selladas tras un muro de disciplina. Mientras la conexión se establecía, la sintió moverse entre recuerdos superficiales. Su rostro se mantuvo inmutable, aunque en su interior evaluaba cada paso de Alyssa, analizando la torpeza inicial y la breve chispa de éxito antes de que la conexión se rompiera. —No está mal para un primer intento —comentó con serenidad, dejando que el peso de su mirada recayera nuevamente sobre ella—. Es normal que sea desorientador al principio. Con el tiempo aprenderás a moverte con fluidez, como si navegaras en aguas tranquilas en lugar de luchar contra una corriente. Hizo una pausa, sus dedos jugueteando con el borde de su varita mientras la estudiaba. Finalmente, ladeó ligeramente la cabeza, rompiendo el momento de introspección. —¿Crees que has tenido suficiente práctica por ahora? —preguntó, su tono ligero, aunque con un toque de provocación—. Si estás lista, tal vez sea hora de que nos pongamos en marcha. ¿Nos dirigimos al lugar que mencionaste?
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Premios de la Gala de Navidad 2024
Cillian Haughton responde a Sagitas E. Potter Blue de discusión en Las Tres Escobas
Ranking de Juegos - Adviento 2024 Primer Lugar: Tauro 5000 G Criatura 4XXXX en stock (no baby), objeto o poción 2AAAA subnick color en el nick Segundo Lugar: Derek Lucien 3000 G Criatura 3XXX en stock (no baby), objeto o poción 3AAA Tercer Lugar: Adrian Wild Criatura 2XX en stock (no baby), objeto o poción 2AA