Guerra mediática

[Hayame Snape Potter Black]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

MARCO

-Es que en los porvenires del destino siempre necesitamos de que alguien nos brinde un pie, un brazo o incluso una mano para poder estar al dí con los chismes de la política del momento, ya ve, yo necesito de una mano como la de este i****** que me mueve y la tengo metida en el...

-Ah!! no sea grosera señora, estamos intentando que la señorita Snape nos ayude para formar parte de nuestro equipo de noticias, no para que usted la asuste con estas cosas

El chico que tenía la marioneta de mano de la Síbila ahora regañaba a la marioneta de la mujer en su mano y que supuestamente había dicho lo primero con un tono de voz que parecía de rancho, volviendola bastante graciosa; el chico hizo que la marioneta se cruzase de brazos antes de volver a hacerla que abriese la boca a modo de queja

-Pues entonces y si le leo el futuro? o si le ofrezco unos cuantos de mis libros y prometo no quemarlos en la hoguera ni quitarle un ojo de la cara por ellos? -dijo la marioneta abriendo y cerrando la boca varias veces lo que hizo que el chico se colocase una mano en el rostro y negase varias veces con la cabeza, avergonzado

-Otra vez, lo que queremos es que la señorita Snape nos ayude con nuestro pequeño periódico, no que te hagas rica a expensas de ella, ella no es un emperador romano -regaño a su marioneta que empezó a chillarle vaticinaciones del futuro que no tenían nada que ver con lo de aquellos momentos -no puedes ir por ahí ofreciendoles cosas a la gente que no puedes hacer en estos momentos, no eres la verdadera síbila, eres una marioneta

-Ahhh!! y ahora me ofendes!! -chilló la marioneta de mano moviéndose para darle la espalda al chico que dió un pequeño grito

-Ah! me tuerces la muñeca, síbila tonta!

[Lisette Ryddleturn]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

Lisette se asomaba a través de las cortinas, primero no siendo capaz de reconocer nada ya que el cambio en las luces le afectó levemente, por lo que solo era capaz de distinguir la espalda de Hayame delante suyo

Tardó unos minutos pero finalmente, fué capaz de moverse y ver tres siluetas más que ahora hablaban con la pelirroja y que parecían hasta emocionadas por el hecho de tenerla delante

-Que extraño...

Brotó de sus labios, la verdad era que las personas no solían ponerse tan felices de ver a la vampiro, principalmente porque tenía la dudosa reputación y orgullo de pertenecer al departamento de accidentes

Lo que por lo general significaba, que era causadora de problemas

Y sin embargo aquellos jóvenes, porque se notaba que eran jóvenes, parecían de lo más felices de hablar aunque quizás le pareció que una de ellas incluso parecía nerviosa, como si estuviese esperando una negativa

Y por lo que escuchaba de la propia Snape, era era la respuesta que les estaba dando porque ahora, esta se enfocaba nuevamente en el trabajo que tenía que preparar para cuando los clientes llegasen, al menos los clientes de verdad

[Hayame Snape Potter Black]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

YUKI

La bruja estaba muerta de nervios mientras veía a aquella bruja que tenían delante y algo en su interior parecía impulsarla a querer salir y tomar un poco de aire antes de que los nervios la traicionasen; algo de picor en su cuello y su cuerpo le hacía sentir que no era la primera vez que percibía a la bruja de ojos rojos y por eso solo estaba todavía más nerviosa si se podía e intentaba poner atención lo más posible a lo que sus compañeros estaban hablando

Ella era la más nueva dentro de aquel periódico, dedicado a los miembros del pueblo que no se confiaban ni en los periódicos que circulaban por parte del gobierno ni en los otros, quizá con un aire más jocoso pero que les traía una sensación de que algo no estaba del todo bien con ellos

Se habían juntado algunos estudiantes de Hogwarts y reporteros que habían terminado hacia poco el colegio con un par de antiguos reporteros importantes, gente que sabía lo que hacía y que les recibía; habían sido muy amables, los guiaban y les iban indicando cómo y donde llevar a cabo sus noticias y esparcir su periódico, lo que decantó en poco tiempo a tener suscriptores que les pedían mucha discreción al entregar

Y eso era algo que ellos siempre tenían en consideración

Y sin embargo, había sido uno de los grandes los que les había sugerido reclutar a la Snape y aunque Yuki no la conocía, al mismo tiempo sentía que sí

Pero de dónde?

Cómo?

Solo le quedaba averiguarlo por medio de sus compañeros, que eran los que más parecían saber exactamente de quién se trataba la otra mujer...

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[Lisette Ryddleturn]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

La chica ahora parecía auténticamente sorprendida por las palabras que aquel chico estaba diciendo con ayuda de su marioneta de mano, sobre el motivo por el cuál habían ido a buscar a su amiga

"Quieren que ella los ayude con su periódico?... en verdad?"

Se llevó la yema de los dedos de una de sus manos con preocupación al labio inferior, sin estar muy segura sobre lo que quería o debería de pensar justamente en esos momentos

Aunque el chico y una de las chicas se veían entusiasmados, podía notar como una de ellas no lo estaba tanto y todavía ponía una expresión como de que no confiaba del todo en su amiga

Porque?

Quería intervenir y decir algo, pero seguía sintiendo que lo mejor para ella sería escuchar en qué terminaba todo, no quería asustar a los muchachos y que ya no dijesen el motivo por el que querían que Hayame los ayudara con su periódico

Aunque ella sabía de todas maneras que había bastantes en el pueblo, todo era feliz con esa información pero si parecía que recientemente todos querían tener también su propio diario informativo

[Hayame Snape Potter Black]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

Hayame

A la bruja nuevamente le salían enormes gotas de sudor de la nuca mientras veía como aquel muchacho parecía estar queriendo ahorcar ahora a la muñeca que tenía en la mano y que hacía ruiditos de ahogarse; le creía recordar haber visto algo similar entre los muggles pero no sabía exactamente donde y tampoco tenía muchas ganas de recordar específicamente algo como aquello

Continuó moviendo con atención sus ingredientes de pociones y pesándolos para estar segura de que no iba a tener a su cliente reclamándole por la falta en alguno de los pesos, cuando se detuvo en su trabajo; por un lado, sentía a Lisette que ahora estaba en silencio pero observándolo todo desde el otro lado de la cortina y por el otro, aquella muchacha que acompañaba a los chicos reporteros y que parecía que repentinamente, se había quedado de piedra

-Vamos, que no recuerdo haberte mordido a tí alguna vez

Le dijo a la chica con un tono y una mirada serios aunque esperaba que se diese cuenta de que no lo estaba diciendo en serio y que solamente la molestaba para ver si su actitud se relajaba

La Snape sentía que la conocía de algún sitio... pero de donde?

-Conzoco la Síbila Política, realmente me gusta su tirada... y se nota que está hecha por gente nueva pero, me gusta el punto de vista sin ironías... es bueno de vez en cuando no tener que estar interpretando palabras entre lineas, llega un punto en que se vuelve tedioso

Por primera vez les sonrió un poco a los chicos

[Lisette Ryddleturn]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

Lisette se tensó un poco cuando se dió cuenta de que Hayame la había mirado y por unos instantes sintió la tentación de retroceder un poco y esconderse más pero no tenía sentido

No estaba escuchando nada secreto ni nada malo, nada que debiera de esconderse o si no, todos ellos no habrían estado teniendo esa conversación justamente en aquella habitación que estaba expuesta al público

Tomando algo de aire para sentirse más valiente, finalmente la chica se decidió a salir apartando las cortinas y llevando el par de saquitos que Hayame le había pedido, para dejarlos al lado de la mujer y que pudiera utilizarlos

-Te he traído lo que me has pedido, espero que todas las medidas estén correctas y podamos tener todo esto a tiempo para cuando el comprador decida mandar a su mensajero a recogerlo todo

Le dijo a Hayame sonriéndole y pretendiendo que no había escuchado ninguna de las conversaciones pero luego, volteó a verlos a todos los que tenía delante

-Un placer -saludó correctamente y luego, miró a Marco con una amable sonrisa -me gusta mucho tu marioneta -se rió

[Hayame Snape Potter Black]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

Hayame

La bruja pelirroja había estado a punto de hablar nuevamente con aquellos muchachos que se estaban acercando y algo empecinando con ella, al menos porque veía que ahora el tercero estaba a punto de hablar; ella solo quería terminar pronto su trabajo y poder tener listos los paquetes que iban a ser cuidadosamente envueltos para cuando el propio cliente o alguno de sus elfos fuesen a recoger sus cosas, pero entonces escuchó unos pasos detrás suyo

Para cuando volteó, pudo ver que Lisette finalmente se había decidido a salir de su escondite y acercarse con expresión de circunstancias, como si nada ahí hubiese pasado; los ojos de la vampiro cayeron a la mitad de sus ojos, siempre estaba sorprendida por la manera en la que la Ryddleturn podía aparentar aquel tipo de cosas y que todo mundo le creyese que no mataba ni una mosca

Y eso que la Snape la conocía mejor que nadie y podía saber lo fiera que podía llegar a ser si se lo proponía, por eso mismo no dudaba de que tuviese el poder de mantener a raya a todos los demonios que ahora dormían en las cavernas profundas, en las dimensiones infernales debajo de la mansión Ryddleturn

-Bienvenida al mundo de los mortales, señorita -la saludó con voz plana para luego, mover una mano en dirección de los chicos -ella es Lisette Ryddleturn, mi ayudante en esta tienda y mi segunda mano derecha cuando se trata de estas cosas -presentó con un tono neutro y parejo, tan solo viendo las reacciones de los chicos

[Lucrezia Di Medici]

Passepartout, puerta de El Sendero.

 

Cuando un elemento carece de magia en su elaboración o esencia la facilidad para rastrearlo se transforma obligadamente en ingenio para interpretar las huellas que te lleven hacía él. El polémico panfleto que había llegado a posición de Lucrezia Di Médici se había producido sin el uso de magia con un objetivo que no escapaba a la sagaz mente de la italiana: trazar un rastro, que en otra circunstancia no hubiese conllevado más de un minuto, se volvía una tarea casi imposible…casi, a menos que tu experiencia de eterno testigo te preparase para situaciones así.

 

Passepartout era un elfo que se manejaba con naturalidad en el bajo mundo, en las callejuelas casi inaccesibles para las personas y carcomidas por la humedad que se filtraban por las cañerías; entre las angostas paredes invadidas por el verde moho y sutilmente protegidas de extraños por el fuerte olor a orines de animales callejeros se desarrollaba un submundo que permanecía invisible a los ojos de los magos, más por desinterés que por ignorancia. En medio del silencio característico del abandono, los elfos domésticos bajo regímenes de servicio más flexibles se reunían para pasar el rato y, entre medio, compartir secretos de sus amos. El flujo de información, lejos de la intromisión de los humanos, era una contante.

 

Fue así que, gracias a un rumor tan débil como un suspiro, Passepartout la entrada de El Sendero. El elfo doméstico, un asiduo visitante del Callejón Diagon, jamás se había percatado de la fachada del local. La maravillosa maquinaria que era su memoria, aceitada por años de servicio a la familia Di Médici, ignoraba por completo la existencia de ese vistoso lugar ¿Por qué nunca se había detenido a admirar, cargado por compras cuyo peso su pequeño cuerpo apenas podía resistir, aquel cartel de curvilíneas letras? Tan bello como llamativo, aquel negocio podría funcionar como una perfecta tapadera y Passepartout lo sabía. El ¿apócrifo? Profeta había salido, según le había sugerido un viejo elfo libre de larga data en la clandestina industria de los secretos, del interior de aquel lugar.

 

Passepartout rara vez tenía miedo y aquella oportunidad no era la excepción, envalentonado por la certeza de que su ama también se encontraba en el Callejón, encerrada en su propio negocio. Ella lo defendería ante el peligro al que lo había expuesto enviándolo allí, considerando la limitación mágica que tenía como elfo doméstico ¡Si, lo haría! Con cautela apoyó su grisácea mano sobre la puerta cubierta de flores y la empujó con toda la fuerza que los pequeños músculos de sus brazos le permitieron ejercer. El rechinar de las antiguas bisagras, que ya sentían el peso de la oxidación, hicieron las veces de un inesperado anuncio de su ingreso al lugar.

 

En sus grandes y redondos ojos se proyectó la confusión que lo embriagó: en el interior del lugar no había una imprenta, ni una redacción de gente...ni siquiera había gente. El camino que tenía por delante, conformado por largos tablones de madera natural que crujía bajo la pequeñez de sus desnudos pies, llevaba a otra sala a simple vista vacía. Las plantas que rodeaban aquel sendero lucían bien cuidadas e hidratadas por lo cual, intuía el elfo, el lugar no estaba abandonado. La idea de haber sido víctima de información falsa comenzaba a asomar en su fuero interno ¡No! Se negaba a tal falla en la orden impartida por su ama.

 

- ¿Hola...?- dijo con un hilo de voz, casi por instinto, sin estar completamente seguro de querer ser escuchado.

 

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@ @@Arya Mcnair

[Hayame Snape Potter Black]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

Rud

El tercer muchacho dentro de aquella tienda estaba demasiado excitado por estar en aquel lugar y no podía evitar dejarlo ver por medio de los pequeños saltitos que daba cada cierto tiempo, tan solo mirando a la mujer delante de la cuál estaban

Según sus maestros y guías, aquella mujer hacía mucho tiempo había sido una muy buena para conseguir y sacar información y para repartirla entre las personas que la necesitaban y tenía sus propios contactos para conseguir saberlo todo; los dos viejos reporteros que ahora enseñaban a esos tres jóvenes, habían sido de aquellos que se habían unido a la pelirroja para repartir toda la información que iban recabando, con pruebas, puntos y señales y habían tenido que desaparecer bajo riesgo de despido cuando todo había estallado fuertemente por algunas declaraciones de su diario

Era una época en la que muy pocos se atrevían a alzar la voz, por lo que todo su grupo revolucionario había hecho mella en una sociedad que no estaba preparada para ello y eso los viejos reporteros lo recordaban perfectamente

Y era por eso que ahora enviaban a esos chicos a invitarla al proyecto, pensando que quizá, la Snape recordaría aquellos días

-Por favor, en verdad que la queremos de regreso...

Dijo de pronto el chico, con un tono de voz agudo por las emociones que lo recorrían y entonces, se apretó las manos con fuerza

-El señor Komori y el señor Fenikusu dijeron que usted había sido muy importante en los inicios de La Síbila Política y estan muy interesados en que la haga revivir otra vez -dijo y entonces, reparó de la rubia que acababa de ingresar -buenas tardes -saludó apenado

[Lisette Ryddleturn]

*Alguna zona dentro del Callejón Knockturn*

La bruja ladeó la cabeza y miró al chico que le acababa de saludar y le dirigió una sonrisa amable, observando el comportamiento nervioso que tenía aquel chico en esos momentos

Suponía que todo lo tenían planeado para estar hablando directamente con su amiga sin imaginarse que esta podía estar acompañada en esos momentos por otras personas, así que ahora se sentían algo sobrecogidos con la presencia de la Ryddleturn

Pero ella sabía que no había motivo, quizás estaba preocupada por todo lo que estaba pasando y quizás, por una posible guerra entre los periódicos más sonados pero fuera de eso, ella no era alguien que pasara el chisme a otras personas

-Está bien, soy amiga personal de ella y yo no cuento secretos ajenos, no tienen porqué preocuparse de que yo esté en este lugar en estos momentos o de que haya escuchado algo indebido

Les dijo esperando que con eso relajasen un poco su pose defensiva

-Pero si los hace sentir más tranquilos el hablar con Hayame mientras yo me voy a preparar un poco de té en el otro salón, no tengo ningún problema, entiendo de estas cosas

Les aseguró volviendo a sonreírles con amabilidad