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Libro de los Ancestros - Septiembre


Khufu
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El brillo de sus ojos oscuros llenos de sabiduría se reflejaban en cada una de sus miradas al horizonte de los nuevos terrenos que les habían sido asignados a su pueblo para continuar impartiendo los conocimientos del contrato firmado hacía años, el cual recordaba bastante bien y que estaban obligados a cumplir. Motivo por el cual, en cuanto se enteró que Crazy Malfoy sería uno de sus alumnos, negó con lentitud pero aceptó la encomienda con tranquilidad. Poco o nada podía hacer para negarse y tenía ciertas tesituras sobre qué haría el legendario mago durante su clase, así que pensando en ello se puso en marcha.

 

Se movería de localidad, para el duelo que tendría con él exministro, tenía pensada una pequeña Isla en el Caribe Mexicano, así que pensando en Isla Mujeres, abrió un portal de Fulgura Nox, con su arma mágica y se encaminó hasta allí, esperando que en breve llegara su pupilo para comenzar con su instrucción.

 

Observando por completo el lugar, asintió con tranquilidad. Se encontraba parado descalzo sobre la arena de color entre hueso y blanco, a escasos tres o cuatro metros del tranquilo mar caribe, disfrutando de la brisa marina que llegaba hasta su posición. Esperando unos segundos más, notó que no se encontraba ninguna criatura, persona o cosa hecha por el hombre cerca, más que unas cuantas rocas colocadas por la naturaleza a su derecha y algunas algas formando una especie de tapete hasta donde llegaba el agua marina.

 

En cuanto sintió la presencia del mago, lo observó y le indicó que se acercara hasta su presencia.

 

—Bienvenido, espero que te encuentras listo para enfrentarte a los saberes del Libro de los Ancestros. —su voz salió de manera pausada y tranquila, dejando en claro que estaba listo para transmitir sus conocimientos al mago en cuanto tuviese oportunidad

.....................

  • No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
  • Duración del duelo: Del 08 de septiembre (inclusive) al 23 de septiembre, constando de, al menos, seis rondas.
  • Nos guiaremos por las reglas de duelos existentes.
  • Hechizos: Neutrales, Graduados, y los Libros de Hechizos hasta el Libro de los Ancestros. (Con especial énfasis en este último).
  • Están prohibidos los Off. Consultas, dudas o sugerencias, al topic del Libro de los Ancestros
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Crazy atravesó el portal nox tejido con zarcillos de tinieblas y fue recibido por el fulgor del sol bañando un paisaje paradisíaco. Caminó lentamente por la arena, dejándose acariciar por la brisa marina y el relajante murmullo de las olas rompiendo en la costa. Era aquel un lugar extraño para una lucha, pero no dejó de agradecer que el maestro hubiera decidido elegir un lugar hermoso en vez de las oscuras criptas y templos abandonados en los que solían suceder aquel tipo de encuentros mágicos. Pensó, no por primera vez, que la tiranía del estatuto para el secreto de la magia llevaba demasiado moldeando su mentalidad y transformándolos poco a poco en seres avergonzados de sí mismos que se obsesionaban con moverse allí donde nadie miraba como alguna especie en peligro de extinción.

 

- Bienvenido, espero que te encuentras listo para enfrentarte a los saberes del Libro de los Ancestros

 

La voz de Khufu lo distrajo de sus cavilaciones. Observó su rostro avejentado antes de responder, sorprendido como siempre de encontrarse a alguien más viejo que él en aquel mundo mágico repleto de rostros adolescentes que parecían haber descubierto la piedra filosofal. Sus ojos de color claro lo miraban sin pestañear y se mantenía inmóvil como una estatua descalza en la arena. Era uno de los Uzza que menos conocía, de hecho no recordaba haberlo visto después del día en que les había recordado su contrato en compañía de su hija.

 

- No sería tan arrogante de afirmar algo así, pero espero estar a la altura de la prueba - respondió con sinceridad -

 

Llevaba bastante tiempo estudiando la extraña magia de aquel libro, pero no podría estar seguro de lo que había logrado hasta que lo pusiera en práctica. Tras varios años de investigar un libro tras otro siempre creía que el siguiente resultaría más sencillo pero, de alguna forma, era justo al revés.

 

Valoró durante unos instantes tratar de invocar la Vara de Cristal, ¿Una invocación que potenciaba el poder de la varita? ¿Algo que transformaba la herramienta que los magos llevaban siglos usando y que todavía no comprendían del todo? Estaba impaciente, y precisamente por eso supo que no era el momento. A nada bueno llevaba la prisa.

 

Adoptó una pose de duelo relativamente anticuada, pero que quizás Khufu supiera reconocer. Adelantó un pie para saludar y luego movió el otro para completar la forma de combate. Su varita relampagueó trazando un arco vertiginoso, despidiendo una andanada de Flechas de Fuego en dirección al guerrero.

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- Interesante - Estaba acostumbrado a la arrogancia de los magos ingleses y le sorprendió por completo la respuesta del hombre. Esperaba mucha más arrogancia de su parte debido a su antiguo cargo pero al parecer no era el caso al menos no de momento. Khufu estaba dispuesto a enseñarle todos sus conocimientos y los maravillosos poderes del Libro de los Ancestros solo si mantenía dicha actitud durante toda la clase.

 

Las Flechas de Fuego salieron de su varita y el guerrero supo exactamente qué hacer para evitarlas - Salvaguarda Mágica - La magia uzza era demasiado maravillosa, incluso aquella que no parecía tan poderosa como la de los libros de menor nivel. Sin embargo, los guerreros siempre la encontraban muy útil para utilizar en cualquier ocasión - Esa ha sido una buena jugada - Le hizo saber en señal de aprobación pero al mismo tiempo indicando que tendría que subir el nivel.

 

- Cinaede -Un efecto capaz de llevarlo a la muerte si el gas lograba ingresar en su cuerpo. No sabía en qué terminaría su alumno si lograba cumplir su objetivo pero tenía claro que no dejaría que las cosas salieran tan fácil. Khufu esperó atento para analizar los movimientos del mago y tomar una decisión con respecto a cómo continuar con el duelo que estaba sucediendo en dicho momento.

 

- Piensa bien - No sabía si lo escucharía o no pero esperaba que su alumno pensara muy bien cada uno de sus movimientos y entendiera cómo podría utilizar los hechizos del Libro en su beneficio en situaciones como a la que se estaba enfrentando.

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Crazy observó atentamente al Uzza, se hizo intangible con un movimiento felino y las flechas pasaron a través de él sin dañarlo. Su expresión era calmada pero sus ojos lo horadaban apreciativos, evaluando su actitud y tratando de decidir si era digno de aquella magia tan poderosa. De alguna forma comprendió que no estaba buscando ganarle, sino examinarlo.

 

Algo en su interior le susurró que era el momento, que debía demostrarle que era capaz de invocar aquellos dos objetos mágicos que eran la seña de identidad del pueblo guerrero. Se afianzó en la arena y extendió el brazo mientras susurraba:

 

- Vara de Cristal Sectumsempra

 

Al instante sintió una furiosa oleada de magia recorriendo su cuerpo. Fue una sensación muy diferente a cuando tiempo atrás sintió la magia del caos canalizarse a través de él arrasando todo a su paso, este poder fue más calmado, más sólido pero no menos potente. La varita brilló con un súbito fulgor y se alargó hasta tomar la forma de una larga vara de cristal negro como la noche. No le sorprendió el color, su extraña varita de madera quemada tenía la misma tonalidad y la vara no dejaba de ser una extensión de la propia varita.

 

No vio salir ningún rayo, pero supo de alguna forma que la magia había funcionado y que el hechizo se había transformado en algo diferente. Khufu recibió las heridas impasible, acostumbrado al dolor, y ya estaba moviendo la varita para invocar un nuevo hechizo. Reconoció el patrón y supo que se trataba de un hechizo peligroso, que tenía que evitarlo o pasaría un mal rato. El Uzza lo estaba probando nuevamente, quería verle desplegar toda la magia del libro.

 

Kansho, pensó. En su mano libre surgió una extraña daga, de color blanco. La descarga de poder fue menor, pero de alguna manera sintió como si en torno a la daga existiera una especie de cúpula, como si lo envolviera un escudo invisible pero impenetrable. La magia del guerrero lo golpeó, pero la daga pareció recibirlo, hambrienta de poder, lo absorbió y acto seguido lo expulsó el cinaede de vuelta a Khufu. No pudo evitar maravillarse ante el poder del pueblo Uzza, si hubiera tenido acceso a aquella magia tantos años atrás, durante las guerras mágicas... Quizás todo hubiera sido diferente.

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El Malfoy no lo estaba decepcionando, estaba mostrando porque había sido durante años uno de los magos más poderosos del mundo mágico. Así que con una sonrisa en los labios, recibió los cortes por parte del Sectusempra que exitosamente había realizado con ayuda de la vara de cristal, así que sin siquiera dudarlo pensó un curación. consiguiendo de esa manera que el hechizo consiguiera sanar sus heridas en cuestión de segundos, nuevamente estaba sano, al menos de momento. Porque sin duda, él era un digno adversario o eso estaba demostrando al menos de momento, que era poco lo que llevaban en aquel duelo, igual todo podía cambiar.

Sectusempra —siseó, en el instante en que sintió como sus vías respiratorias comenzaban a cerrarse lentamente.

El rayo que lanzó en contra de Crazy, impactó directamente en su pecho, causando heridas de gran consideración que tendrían que ser atendidas si quería continuar con vida. Un pequeño daño, a consideración de los que él le había causado. Pero, considerando que todo estaba siendo parte de una formación académica, el duelo estaba cumpliendo su finalidad, que era la de enseñar y demostrar que podía usar el mago aquella magia tan poderosa y emblemática de su pueblo, que desde hacía algunos años había estado a disposición del pueblo inglés.

Anapeo —pensó, consiguiendo que sus vías respiratorias se abrieran rápidamente y de ese modo, quedó casi completamente curado del veneno que había regresado en su contra gracias al buen uso del Kansho que había usado el exministro. Era momento de esperar, a ver cuál sería su siguiente movimiento. [/justify]

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Crazy sintió una súbita explosión de dolor, a lo largo de su torso se abrieron rápidamente varias heridas sangrantes. Había sentido los efectos de aquel hechizo múltiples veces, pero eso no hacía que el dolor que producían las laceraciones fuera menos intenso. Qué terrible podía llegar a ser la magia oscura en ocasiones, resultaba difícil no admirarla incluso cuando se sufrían sus consecuencias.

 

La sangre comenzó a deslizarse por su piel, empapando la túnica de viaje que portaba. El Uzza no se encontraba mucho mejor, su rostro se había vuelto de una tonalidad violácea y parecía luchar por respirar. Decidió, en un súbito arrebato, que podría agregar un tipo de magia diferente al cóctel de poderes que estaban liberando.

 

- Señor del Caos - dijo esbozando una sonrisa torva -

 

Por suerte, la moneda que se sentía lanzando cada vez que acudía a las puertas del caos cayó del lado favorable y esta vez le envió a una criatura dispuesta a ayudarlo. El Cíclope surgió ante él, enarbolando una enorme rama de madera nudosa a modo de tosca varita. Crazy le hizo un ademán con la cabeza, indicándole que atacara a Khufu. La criatura observó a su rival con expresión confusa, el guerrero se encontraba en ese momento realizando una contramaldición que le abriría las vías respiratorias. El cíclope levantó su enorme vara y pronunció: Floreus

 

- ¿Floreus? ¿Enserio? - dijo Crazy, incrédulo -

 

Reflexionando que la próxima vez tendría que ordenarle claramente que usara un hechizo más adecuado, se apuntó a sí mismo con la varita invocando un Episkey, que cerró la mayor parte de sus heridas y cortó al instante el flujo de sangre. Desearía un frasco con esencia de díctamo para curarse mejor, pero aquello tendría que servir por el momento.

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