Mercado Mágico Ilegal.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Respire profundo mirando el reloj que tenia enfrente. Acomodado sobre el butacon que soportaba mis posaderas, no paraba de pensar en como se habia desarrollado los acontecimientos. A mis espaldas en lo que parecia un organo de musica, a traves de varios tubos que lo componian, salian aviones de papel, memoramdums con informacion relativa a los negocios. Estos en si no se relacionaban con el destino final de mis productos ilegales pero enterarme de que Zoella abria (independizandose del Concilio, ente con el que mantenia fuertes lazos comerciales gracias a Cissy) y ni siquiera me habia tomado en cuenta como proveedor lo tomaba como una ligera traicion. Como en todo queria mi pedazo de pastel y no era de ir a por migajas.

 

Asi que si, admitia que habia utilizado recursos de incierto proceder, brindando informacion delicada y contratado a los que llevarian la accion a su casa. Que tampoco es que queria que fuese algo extremadamente letal, despues de verla en accion sabia como se las gastaba y de seguro ya mis sicarios habrian estirado la pata. Por suerte el hecho de indicarles cierta magia oportuna contra vampiros, para debilitarlos y evitar esa problematica regeneracion, los haria competentes para un enfrentamiento decente. De no haberlo hecho de seguro habrian palmado a la primera teniendo en cuenta que no tenian muchas materia en esa cabeza de ellos.

 

-Estas muy tranquilo Sean -dijo una voz a mis espaldas y me gire solo para notar unos brillantes rubies mirandome desde la sombra. Me recoste un poco mas para responder. -No tengo de que preocuparme, Zoella es muy competente y saldra de esa, por lo pronto seguiremos con el plan.

 

Senti el roce de la tunica de mi interlocutor contra el piso de piedra mientras se acercaba a uno de los aviones que aterribaba un una pila de papel.

 

-Espero que hayas borrado las memorias de esos tontos que contratastes -dijo mientras tomaba un pergamino para leerlo -mira que los Triviani inconvenientes si los tienes en contra.

 

No queria tener esta clase de conversacion y menos con el. Incluso ahora confiaba mas en Zoella que en el portador de esos ojos que desde la oscuridad escruñaban un papel en una de las oscuras esquinas de la habitacion. Aun asi compartian negocios juntos y ya la suerte estaba echada cuando decidi colaborar con el. Ahora mismo de misterioso desaparecido habia pasado a incomodo inquilino. Suspire incomodo.

 

-No te preocupes...solo deje migajas para matar varios Diricawl de un hechizo.

 

Y esto era totalmente cierto. En lo que se referia a dejar pistas falsas era bastante cuidadoso y bien adiestrado a la hora de implantar recuerdos a tal punto de maestria que pocos sabian diferenciarlo de uno real. Supongo que demasiado tiempo como desmemorizador ayudaban en eso. Claro para eso hacia falta que alguno de los que habian atacado estuviese vivo. Sino serian bien dificil,llegar al siguiente punto, pero no imposible. El punto de quiebre seria Derek Mckinnox, a traves del cual habia sido el enlace y que actuaba en Inglaterra bajo jurisdiccion de "El Danes" con quien tenia mis diferencias. Hasta ahi la pantalla, pero siempre habia algo mas.

 

 

off: bueno ya tiene a quien perseguir...a mi. odio los adversarios ficticios y tengo un plan.

 

@@Zoella Triviani@@Jeremy Triviani@

Editado 30 de Enero del 2020 por Sean -Ojo Loco- Linmer

[Thomas Clairmont]

La mente de Thomas estaba llena de caos. Las posibilidades de que hubiera chocado justo al hombre que tenia algún tipo de relación con su gemela, era escasa. Sin embargo, ahí estaban. El mago se había llamado al silencio. Por lo que toas las preguntas que tenia el joven para hacerle, en su mente inquieta, se disolvieron en el aire. Logro reunir la fuerza de voluntad suficiente para marcharse. Una ultima mirada cruzo con el mago antes de alejarse.

 

No fue a la salida como había sucedido momentos antes, aun no estaba preparado psicologicamente para volver al centro a enfrentar la rutina de la semana. Tenia que relajarse. Busco entre los stand vacíos el que le pertenecía a él. No se demoro en colocarle los mazos mágicos sobre la tabla de exhibición y decorarlo con carteles vistosos a los costados. Esperaba juntar algunas monedas que le sirvieran para poner en su bóveda de ahorro. Tenia planes a futuro de utilizar parte de las ganancias en invitar a Persy a un crucero por Europa.

 

 

@@Oliver Gaunt

Editado 31 de Enero del 2020 por Thomas Clairmont

[Zoella Triviani]

El mago desconocido estampó al rubio contra el muro y llevó su mano libre a su frente. Su otra mano apretaba de su herida sangrante y ya sentía la ya conocida sensación de estarse desvaneciendo - Hey - llamó la atención de todos, o bueno intentó con su débil voz. Con la poca fuerza que le quedaba tomó su varita y la puso entre sus dientes. Pensó en un "Curación", que paró el sangrado más no cerró la herida abierta en su abdomen.

 

Sintió su cuerpo mojado de su sangre vampírica e intentó incorporarse, soltando un quejido en el proceso. Retiró los botones de su blusa, quedando en un top y dejando al descubierto la gran abertura que habían dejado con aquel cuchillo en el costado de su abdomen, en el lado contrario se podía observar la herida sanada de su accidente en Azkaban - Maldición - soltó la bruja, retirando su blusa para hacer una especie venda sobre su herida. La fuerza vital y mágica era reducida en la bruja, estiró su mano nuevamente y alcanzó el cuchillo, examinandolo entre sus manos.

 

Se sentía hirviendo, como si tuviera fiebre, cosa que era imposible por su condición de vampira pero la poca fuerza la hacía sentir sensaciones que no ocurrían en su sistema. Cansada, levantó la vista al Triviani y estiró sus brazos - Ayúdame - pidió amablemente, siendo precavida con las reacciones que frecuentaban a su hermano para con ella, desde Azkaban.

 

El par de magos desconocidos fueron ignorados por la débil bruja, que fue alzada por los brazos del rubio - Alguien mandó a que me mataran - dijo, sabiendo que la situación era bastante obvia - Algún socio enojado porque no cerré negocios con él y me fuí con los Alemanes - susurró, recargando su frente del hombro de su hermano - Estoy cansada, me dieron una fuerte lucha y por lo visto el cuchillo está hechizado también - acotó, cerrando sus ojos por algunos segundos.

 

 

 

@ @@Jeremy Triviani

[Fengari M.]

La tensión aumentaba en la oficina, cuyas paredes parecían reducirse conforme pasaban los minutos, y la Munter observaba a su herido compañero arremeter contra el demonio, al inicio con placer pero luego con una sensación confusa que la hizo considerar el acto, relamió sus labios bajando su mirada, buscando nada en particular, hasta encontrarse con los bordes del vampiro "aún no estás curado del todo" pensó moviendo su varita para utilizar un Episkey y un encantamiento revitalizador, sin que éste se moviera, y retrocedió unos segundos observando desde otro ángulo la situación.

 

Fengari se apegó a la pared sintiéndose est****amente confusa, los segundos se alargaban más de lo que usual, y en medio de debatirse lo mucho que odiaba a Jeremy, lo mucho que le importaba Ice, y muy en el fondo, que sentía ambas cosas también hacia ambos; la Munter empujó todos esos pensamientos absurdos, asqueada por ponerse sensible, mirando fijamente al Triviani, hasta que otro olor atrapó su atención.

 

"Vampira" la reconoció con desagrado, siguiendo el hilo a su estómago expuesto, "que te hicieron" pensó moviéndose hacia ella, apenas sus dedos la tocaron escuchó las palabras de la hechicera y sus esfuerzos por llamar la atención de Jeremy. La mitad vella sonrió ampliamente, observando ese acto de complicidad entre los magos, "nuevamente Jeremías al rescate" se relamió los labios sin borrarse la sonrisa, complacida a la vez, torció sus cejas y cerró los ojos al igual que su mente, desviando una traviesa mirada hacia el novio de su madre. A la pálida bruja le gustaba coleccionar las situaciones en las que el brujo la decepcionaba, aunque eso también dolía.

 

--Vamos Ice, Jeremías necesita auxiliar a su amiga... --dijo la Munter con sarcasmo poniendo suavemente su mano en el hombro del McTavish-- Vámonos por favor-- susurró cerca de su cuello.

[Jeremy Triviani]

El Triviani ya estaba en pose defensiva al aparecer y al momento de lanzar el hechizo. Se deshizo de su mascara al notar que el hombre no saldría de allí con vida. La realidad era que no importaba mantener su anonimato. Ya no mas. Luego de la caída del Ministerio y de la guerra a la que estaba sometido el país, bien podían darse algunos lujos que eran imposible tiempo atrás.

 

-Vine lo mas rápido posible -Respondió a la mujer - ¿Que hechizo te lanzaron? -Preguntó con extrañeza. No le parecía conocer un hechizo que tuviera semejante capacidad de sometimiento en sus victimas.

 

Cuando Jeremy quiso acercarse a su hermana, el hombre moribundo se levanto y lo estampo contra la pared gritándole en el rostro. De repente ya no estaban solos. Fengari, la niña, estaba allí pidiéndole explicaciones.

 

-Si no te curas, vas a morir tu cabrón -Le espeto al hombre, antes de deshacerse de su apriete con un empujón en el pecho - Tu amigo va a morir, lo que utilizaste no sirve, debes destapar su vías respiratorias ¡Anapneo! -Grito liberando la garganta de Ice para que pudiera respirar con normalidad - No vuelvas acercarte a mi familia -Lo amenazo, antes de girarse a la mujer - ¿Que haces aquí? Si, yo lo ataque, ahora explícame... ¿En que negocios andas metida? ¿Tienes algo que ver con esto que ocurrió aquí? ¿Quien co.ño es el matón que trajiste? ¿Tu madre sabe de esto?

 

Si, Jeremy estaba muy enojado. Que Fengari se juntara con esa clase de personas, de dudosa procedencia, lo ponía de malas. Estaba por largar muchas preguntas duras contra la Munter, cuando Zoella llamo la atención de todos. Su herida no se veía para nada bien, y el auxilio parecía no surtirle efecto. Vio como el hombre rubio la tomaba entre sus brazos. Tuvo que controlarse para no empezar a largar hechizos a diestra y siniestra.

 

-Toma un poco de mi sangre, eso debe activar a tu sistema a cicatrizar -Dijo mordiendose la muñeca con los dientes hasta lograr una herida profunda que lleno el ambiente de su olor a sangre - Toma, ten cuidado -Le acerco la muñeca a Zoella para que bebiera.

 

 

 

@@Zoella Triviani @@Sean -Ojo Loco- Linmer @

[Zoella Triviani]

La mujer negó ante la pregunta del Triviani, rebuscando en su memoria y rememorando los hechos. Sentía su cuerpo pesado pero poco a poco el dolor mermaba. La fuerza con la que un vampiro se curaba había sido disminuida en la Triviani y hasta ahora comenzaban los procesos dentro de su cuerpo, que se habían disminuido a tal punto que parecía el proceso de homeostasis humana.

 

- No recuerdo, o no escuché - soltó, cerrando sus ojos - Pero atacaron sin piedad, dos contra uno. Cobardes, al menos los maté - soltó, levantando la vista cansada a las palabras de la bruja desconocida. Y lanzó un bufido al escuchar las palabras, se trataba de la hija de Anne - Ahora le cuidas la cola a los hijos de Anne. ¿Donde estuviste cuando los tuyos te necesitaron? - escupí al mago, pellizcando sus costillas. Giré mi vista a la bruja y su acompañante - No, ustedes no se van a ningún lado - espetó, con la voz tan autoritaria como su fuerza le permitía.

 

EScuchó al Triviani y asintió, oliendo la sangre que se desprendía de su muñeca. Recordó un poco a los viejos tiempos, donde compartían tan íntimo acto en las profundidades del cuarto de la bruja, acompañándolo de algunos rituales vampíricos que entrelazan a las parejas. Se sintió triste y con suavidad bebió de la sangre que le propinaba su hermano. Lentamente, sintió el ya casi olvidado sabor por sus papilas gustativas y poco a poco fue retomando la fuerza.

 

Soltó la muñeca del mago, y relamió sus labios, saboreando aún la sangre de Jeremy - ¿Pueden ver si el local está abierto? - pidió al hombre que había intentado socorrerla en un principio - Cierra las puertas y corre a cualquier persona que esté aquí - ordenó suavemente, mientras pedía con la mirada al Triviani que la llevara a la silla.

 

Se dejó caer y soltó un quejido, abrió la gaveta del escritorio y extrajo una poción vigorizante, destapó de ella y bebió gran parte del pequeño frasco - Con qué trajiste a la hija de Anne. Que diría mi cuñada si su hija se mete en problemas por error - Zoella llevó sus cansados ojos a la ojiverde, con una minúscula sonrisa ondeando sus labios. Cerró sus ojos y suspiró - Necesito encontrar a quienes pagó a estos por matarme, o bueno, intentarlo. ¿Alguno tiene nigromancia? Yo aún ni llegó a cursarla - agregó la mujer, apretando la herida que sentía como poco a poco comenzaba a sanar.

 

@@Jeremy Triviani @