Idiomas & Runas Antiguas

[Kahlan Blackthorn]

 

Los diversos idiomas que se hablaban alrededor del mundo, siempre despertaban el interés de muchos magos. Ahora más que nunca con los cambios que se efectuaron dentro de la comunidad mágica, vital era contar con la fluidez necesaria para entender a los interlocutores de otros países vecinos. Intercambios de información o solamente para entablar lazos afectivos, jamás podría descartarse el toparse con alguien que hablara sirenio o duendigonza.

— Nunca se sabe lo que uno se va a topar dentro de esas reuniones, no paramos para sorpresas—comentó la rubia. Terminando de acomodar las runas antiguas dentro de su mochila. Además de algunos tomos que contenían varios idiomas que se hablaban fuera y dentro del agua. En está ocasión solo tendría dos alumnos y eso hacía mucho más llevadera su tarea dentro de la clase. Nunca le gustaba separar los conocimientos, sino crear un nexo sin que uno interfiera con el aprendizaje del otro.

La clase se desarrollaría dentro de una sesión entre países aliados, buscando derrocar a los ministros que no apoyaban los cambios que ellos deseaban implementar dentro del ámbito comercial. Era fácil mezclarse con esa clase de políticos, empleando el lenguaje del movimiento del dinero a favor de sus capitales personales, dándoles lo que deseaban obtener en apariencia. Aunado a eso usar las runas antiguas para descubrir las verdaderas intenciones de cada uno de ellos, conociendo su año exacto de nacimiento, el mes y el nombre de pila.

— Hablaremos la jerga que gusten, solo hay que aparecer en el momento ideal—soltando una carcajada para amenizar un poco el ambiente. Preparándose para hacer acto de presencia una vez que la presentará el hombre que estaba a cargo de esa labor. Sus alumnos debían estar en camino o eso sospechaba la Nigromante, revisando que las misivas fueran enviadas en tiempo y forma. La primera era un tigre blanco y la segunda un león, quizás el emplear los trasladores ya se le estaba volviendo una mala costumbre.

En muchos casos era más recomendable confiar en las lechuzas, pero se decantó por mantener la información como clasificada—Ya llegarán—le reconfortaba la seguridad que exudaba por los poros. Aunque todo eso era un artilugio para no dejar en evidencia su condición como vampiro y levantar una polvareda por tan insignificante detalle. No se podía tapar el sol con un dedo y no era un secretos a voces que algunos muggles se colaban a esos sitios, posiblemente para buscar una forma de acabar con los magos.

— Insensatos—vocifero acomodando su cazadora de piel, ajustando la pretina de sus jeans ahí donde estaba guardada su varita. Siempre la mantenía presta para realizar algún ataque o solamente para darles un susto a los que buscarán pasarse de listos. Escuchando detrás de la puerta un nutrido grupo de cuchicheos, pudo detectar con claridad a un par de magos hablar amenamente en sirenio y a otros tres en duendigonza. Sus sospechas dieron en el clavo, pululaban los secretos y la manera más astuta de mantenerlos debajo del agua era parlar en lenguas que solo algunos eran capaces de entender.

Un sonoro crack le saco de su inofensiva travesura, notando que el primero de sus alumnos apareció en el lugar. Esperaría unos minutos antes de presentarse, para darle un momento más al otro hombre que completaría el grupo de la clase.

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Editado 5 de Enero del 2021 por Niko Uzumaki

[David Augustus Lestrange]

Había descubierto información interesante. Sabía que tenía el poder mágico suficiente como para poder crear una Varita de la Iluminación, una arma mágica más poderosa que la portada habitualmente por la mano derecha del australiano. Hacerse con ella le daría un impulso en todos los ámbitos de su vida, aquel que niegue que es el poder el que realmente te hace lograr tus objetivos es que nunca ha tenido ni una pizca. Era como una especie de poción adictiva, cuanto más tienes, más quieres tener.

 

La tarea de fabricar una varita de esas características no era sencilla, el mago lo sabía. Además de reunir un número determinado de ingredientes que no eran fáciles de conseguir, se necesitaban unos conocimientos mágicos que no todo el mundo poseía. Se había enterado de que necesitaría saber de Runas Antiguas para lograr ese objetivo que se había propuesto, por lo que desde ese mismo instante en el que lo supo corrió a anotarse a la escuela mágica para aprenderlo lo antes posible.

 

Vamos a ser sinceros, las runas nunca le han llamado demasiado la atención. ¿Por qué? Porque nunca les había encontrado gran utilidad. ¿Para qué servían? Si se lo preguntaban posiblemente se quedaría sin respuesta y era complicado que el ex-Gryffindor se quedase sin nada que decir. Pero en serio, no tenía ni idea. Se imaginaba que los dibujos que aparecían en esas famosas runas tendrían algún tipo de significado interesante, pero... ¿qué utilidad tendría saberlo? Esperaba que su profesor lo iluminase.

 

Quería crear una varita de la iluminación y que su profesora lo iluminase, qué irónico todo. Más teniendo en cuenta los últimos movimientos que había realizado en su vida personal. En la búsqueda de mayores hazañas se había dejado llevar por el lado oscuro de la magia. Se había unido a un conocido y famoso grupo de magos y brujas que soñaban con un futuro muy similar al suyo. El mago debería estar siempre por encima del muggle, por el propio bien de ellos. Incapaces de hacer nada bien.

 

Cuando vio la misiva que había recibido sonrió, por supuesto. Sin saber quién sería la persona que le impartiría la clase sabía que le caería bien simplemente por el detalle del león, demasiado genial para ser verdad. En su interior siempre se había considerado un auténtico león, una especie de rey que cada dos por tres estaba intentando quedar por encima del resto. No de todo el mundo, simplemente de aquellos que sabía que podía vencer en cualquier circunstancia. Nunca se metería con alguien que sabe que es demasiado fuerte para él.

 

Pero lo que nos preocupaba ahora eran las runas. Se puso una túnica negra, guardó en el bolsillo derecho un pergamino y una pluma y se puso en marcha. Normalmente usaba túnicas negras, pero cada vez estaba utilizando más otro tipo de vestuarios más elegantes, como trajes ejecutivos. Creía que con ese tipo de ropa podría ser un político más respetado y admirado, tal vez. Necesitaría una persona a su lado que le asesorase en temas de imagen. Un político con buenas maneras de vestirse y comportarse sería más seguido.

 

Era el momento. Tomó el traslador y con un ruido llegó a su destino. Echó un rápido vistazo al lugar, peinando su flequillo para atrás de forma distraída y dedicándole una sonrisa a la mujer que se encontraba muy cerca de su posición en forma de saludo. Por lo que veía debía ser el primero de los alumnos, así que se limitó a esperar la llegada de los demás antes de hablar y presentarse, no le gustaba repetirse.

[Nate Weasley]

El gusto metálico del café le impregnó los sentidos, generándole unos escalofríos que sacudió rápidamente. Cerró los ojos en una mueca de desagrado, puesto que en los momentos que se había quedado dormido sobre la mesa, su taza de infusión había perdido temperatura. Nathan consumía el café extremadamente caliente o extremadamente frío, sin intermedios, y a pesar de que en ese momento necesitaba fehacientemente espabilar y prepararse para su clase, volcó el remanente de la taza por el drenaje de la cocina. En cambio, se coló dentro del baño de su habitación y se enjuagó la cara con agua helada, rogando por un milagro que lo salvase de lo que ya eran semanas de malos hábitos de sueño.

 

El fin del año ya culminado lo había encontrado ajetreado entre el trabajo y las celebraciones con amigos y familia, que fueron un suspiro de alivio luego de un año sin dudas dispensable, pero había dado paso a un nuevo mes en el cual rápidamente tuvo que retomar sus obligaciones. Una de ellas era la clase que iba a tomar aquel día. Por mucho tiempo había mirado cuasi despectivamente a las Runas Antiguas; su misma antiguedad las volvía poco atractivas y, en toda franqueza, no les encontraba utilidad alguna. Sin embargo, la Orden del Fénix una vez más lo ponía en la posición de tener que expandir sus horizontes del conocimiento, y la última misión de la guerrera Freyja lo había enfrentado a una vasija llena de runas que no tenía ni el más mínimo indicio de como empezar a decifrar.

 

En virtud de ello se había inscrito a la clase del colegio sudamericano, para días después recibir de la profesora un traslador y un mensajero que le comunicó los pormenores de la clase. En un primer momento, había planificado y acomodado su agenda para librarse de responsabilidades profesionales el día en el que había sido citado, y sin embargo mantener aquel compromiso le costó varias horas extra de trabajo los días anteriores, las cuales ciertamente no lo habían indultado de sus pésimos hábitos de sueño. Ya vestido y minimamente acicalado, hizo uso del traslador que la docente le había enviado y se marchó en dirección al lugar de la cita.

 

El continuum espacio tiempo se rompió momentáneamente para que el Weasley se materializase en el lugar indicado. David, previamente compañero suyo en otra clase, ya se encontraba allí además de la profesora. Nathan saludó a los dos con la mirada, y se limitó a saludar con un:

 

– Buenos días. – antes de contemplar el lugar donde estaban.

[Kahlan Blackthorn]

Las runas antiguas suelen ser un tema que se aprende mayormente de forma teórica y estudia las escrituras antiguas en la magia rúnica. Para ella la mejor manera de aprenderlas es aplicando el abecedario antiguo y dos palabras destacan dentro de este. Chasqueando los dedos aparecía delante de ella levitando la caja que contenía tabillas de madera del tamaño de una ficha de domino, dos saltaron de la caja hacia la palma de su surda.

— Aquí tenemos dos runas que estarán muy presentes dentro de la clase. Ehwaz que significa: asociación y Eihwaz que significa: defensa—la voz de la rubia se elevaba por encima de los miembros del consejo. Cada uno de ellos pudo haber empleado la lectura de algunos pergaminos que contenían la magua rúnica impresa en ellos. Descifrar cada uno de los simbolos y grabados, otorgaba al descubridor el poder de controlarlos a su beneficio.

Detestaba los temas relacionados con la política, pero era la mejor forma de enfrentar a sus alumnos con el manejo de las Runas. Asociarse con los grupos poderosos siempre acarreaba ganancias para los países aliados, beneficios de carácter económico y bélico que serían usados en el momento justo—Vean al hombre que preside la asamblea, percátense de la seguridad que emana de su persona y pregúntense una sola cosa—desvió su vista hacia el par de magos.

— ¿Qué clase de hechicero usaría de forma tan descarada el sello de la runa de la buena fortuna en la solapa de su traje?—el nombre de está retumbo en su cabeza

— Uruz—siseó tomando la runa de la caja. La fortaleza de lograr todo lo que se deseaba, tesón que ayudaba al portador de esa trozo de madera de la seguridad más avasallante que jamás de haya visto dentro del mundo mágico. Para ella era una pantalla bien confeccionada y estratégicamente detallada para captar la atención y aceptación de varios de los altos mandatarios.

— Tyr—la victoria provenía de ese símbolo que plasmará sobre la mesa. Uniendo ambas runas daba como resultado la fortaleza que le llevaría hasta la victoria. Asintiendo de mala gana dejaba que el par de magos analizaran lo expuesto por la Vidente, invitándolos a sumergirse en el mar inmenso que era conocer el verdadero poder que poseían las runas antiguas dentro del mundo mágico.

Sus oídos captaban cuchicheos detrás de su ubicación, provenientes de un grupo de ancianos que acariciaban sus largas barbas blancas con parsimonia.

— Los números están asociados a los animales mágicos, pero eso lo veremos más adelante. Ahora tiene una tarea por delante—comentó sentándose cerca del primer ministro de Rusia. Aquel hombre no contaba con la misma seguridad que el continuaba hablando, perorata que se transformará en un cantó que le comenzaba a resultar estridente y sin sentido.

@@David James Dumbledore @@Nate Weasley

Editado 7 de Enero del 2021 por Juv Macnair Hasani

[Juliens]

Benjamin Karkarov

 

El traslador está tirado en el suelo. Todavía no decide si acudir o no a la clase de idiomas. Le molesta algo ¿Qué tienen que ver las runas antiguas con los idiomas? ¿Porqué debe compartir clase con personas que estarán aprendiendo otras cosas? La mirada de Connor, desde la cama, disipa su duda. Esa mirada de reproche divertida que tiene para burlarse de situaciones absurdas como esa. Benjamin le devuelve la mirada y le enseña el dedo corazón.

 

Mientras espera que llegue la hora del viaje centra su atención en la lectura. Aprender leyendo libros no es imposible, cuesta un poco más de esfuerzo pero es una tarea posible. Los libros le han enseñado mucho las últimas semanas. Su cerebro está, por decirlo de alguna forma, programado para aprender idiomas debido a su habilidad para hablar la lengua de las serpientes.

 

Faltando pocos minutos se levanta de la silla y regresa a la cama. Se despide con un beso y despeina a su novio. Toma el traslador, que aún estaba en el suelo, en el último segundo. Aunque no cree que sea necesario lleva una pequeña riñonera cubierta de piel de moke y ampliada mágicamente con un hechizo de expansión indetectable.

 

La única persona a la que reconoce es Nate, aunque realmente solo de cara. Sabe que, al igual que él, es un integrante de la Orden del Fénix. Pero no lo conoce de nada más.

 

 

[Valky]

—Ya en serio… me tengo que ir…—Decía Kaori sin dejar de corresponder a los besos que su esposo Aries le estaba dando con el afán de persuadirla de quedarse con él un poco más. —Eres terrible… — dijo riendo mientras se deslizaba fuera de la cama aprovechando un descuido del rubio.

—Pero si ya asististe a esa clase ¿no? — se quejó su esposo quien no tenía intención de salir de la cama todavía.

—Si pero esa clase fue una broma de mal gusto, ¿si te conté que la profesora tenía 9 años? —Le respondió la pelinegra quien ya estaba de camino hacía el baño para asearse rápidamente. —Pues me llegó una lechuza diciendo que tenía que volver a tomar la clase, al menos no me cobraran —Le contó. Su voz sonaba amortiguada y algo extraña debido al agua que la cubría por completo.

Varios minutos después salió envuelta en una toalla y sonrió al ver que mientras ella se duchaba Aries había llevado a su hijo Sammael a la habitación y jugaba con él. El bebé apenas la vio estiró los brazos y aunque moría de ganas por cogerlo, tenía que cambiarse o jamás llegaría a la clase, haciendo un es gran esfuerzo lo ignoro.

—Si lo sigues sacudiendo así te va ha vomitar —Lo previno mientras terminaba de ponerse unos zapatos negros de tacón alto.
Ese día además de la clase tenía que asistir a una reunión importante, así que, aunque no le gustara vestirse formal tenía que hacerlo. Una falda negra y una blusa carmesí con botones al frente era lo que había elegido y debido al frio que aun reinaba en la región un abrigo negro. Se acercó para despedirse de los dos hombres más importantes de su vida y al hacerlo el más pequeño vomitó sobre ella.

 

 

—Es en serio Sammael… —Dijo sacando la varita para con varios movimientos de la misma limpiar el desastre —Me voy, que al parecer están confabulados para que me quede —añadió con fingido enojo.

Apenas tomó el traslador que la profesora le había enviado, sintió un fuerte tirón y entonces todo se volvió borroso a su alrededor, cuando finalmente tocó suelo firme descubrió que estaba en una especie de parlamento. Buscó con la mirada a quien sería su profesora, la encontró a varios metros de distancia y junto a ella a dos magos desconocidos y a Nathan.

—Al menos una cara familiar… —Le comentó al mago y luego saludó a los presentes —Buenos días y perdonen la demora. Espero no haberme perdido de mucho. — Hizo una leve reverencia y luego en voz baja para que solo el Weasley escuchara dijo —Te vez terrible… ¿Hace cuanto no descansas como se debe? —El mago era sin lugar a dudas uno de sus mejores amigos, a quien sin dudarlo le confiaría su vida y verlo en ese estado la preocupaba y mucho.

Editado 7 de Enero del 2021 por Kaori M.

[Kahlan Blackthorn]

Un par de magos se unieron al grupo, desviando por un momento su atención del sujeto que estaba hablando como tarabilla. Decidió que era momento de adentrarse en el mundo de los diverso idiomas que se hablaban dentro del mundo mágico, señalando al grupo de magos que parlaban amenamente en sirenio. Cualquiera pensaría que habitaban debajo del mar y serian denominados como gente del agua, pero no ellos solo eran representantes de los interesados en ganar beneficios para los habitantes de su pueblo.

Caso contrario eran los duendes, ellos serán conocidos por hablar en clave para mantener en secreto los valiosos tesoros que guardaban las bóvedas dentro de Gringotts. Otros seres que eran conocidos por comunicarse solo con aquellos que supieran escuchar con atención sus siseos y descifrar el mensaje oculto que iba impreso en ellos

— Cada uno tiene una forma diferente de comunicarse, pero todos tenemos en común una sola cosa—explicaba volviendo a centrar su atención en el orador. Escuchar los siseos constantes de la serpiente que estaba enroscada en el brazo de un hombre de mediana edad, poco o nada le sacaba de su ensimismamiento. El chirrido de un par de uñas sobre una pizarra se mantuvo presente en todo el recinto, quizás al estar debajo del agua permitiría captar el mensaje oculto de lo seres acuáticos. Los gigantes se mantenían relegados a la pared, provocando incomodidad en el resto de los presentes.

— El lenguaje sireno tiene además una base escrita y se encuentra plasmada en el libro de Miranda Goshawk—puntualizó sacando el libro de una mochila. Además de las lenguas mágicas, existían otras clases de comunicación por medio de simbolos o dibujos. Un ejemplo claro eran los egipcios y sus jeroglíficos, plasmados dentro de las pirámides y que advertían de diversas maldiciones que recaerían sobre los que se atrevían a profanar esos recintos sagrados. Las lenguas muertas también era parte de los idiomas antiguos, varias comunidades se comunicaban por medio de sonidos guturales o aullidos.

— Tambíen el lenguaje de señas suele ser empleado, ya sea por personas que no poseen el don de la palabra o aquellas que lo han aprendido por tener un conocimiento más basto sobre dicho tema—indicó haciendo la seña de unos cuernos con sus dedos pulgar y meñique— Eso significa “te amo”—agregó recordando algunas señas más que poco a poco se proyectaron en su mente. Los libros poseían diversas clases de idiomas, destacando entre ellos las lenguas romances o poemas.

Era común que los escritores emplearán las palabras para enamorar a las parejas de enamorados o solamente para plasmar su arte en papel.

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[David Augustus Lestrange]

Saludó con un gesto cortés al recién llegado, pero no había tiempo para las presentaciones o los saludos. Sin contar que había echado un vistazo rápido a su alrededor para saber con exactitud dónde se encontraba, podría decirse que no había apartado sus ojos azules de la profesora. Por esa razón, no perdió detalle cuando apareció la caja que en su interior contenía aquello que había venido a aprender. En el futuro sería recomendable que comprara esas tabillas de madera.

 

Encontrarse en una asamblea de magos internacionales era surrealista, a la par que una oportunidad única para entender las personalidades de algunos de los hombres y mujeres más poderosos del mundo mágico. Sentía verdadera curiosidad por descubrir quién sería la profesora realmente, no estaba nada convencido de que cualquier maestro normal y corriente pudiera llevar a sus alumnos a un lugar así. Debía de ser alguien con influencia, o al menos, alguien que aparentaba tenerla.

 

Se fijó en el hombre que mencionaba. ¿Qué tipo de hechicero? No se le ocurría uno solo, sino que le encajaban dos tipos diferentes de personas que pudiesen portar el sello de esa runa, la tercera runa que veía después de haber aprendido cómo eran las de asociación y defensa.

 

—Alguien muy seguro de sí mismo, que sabe que haga lo que haga le irá bien por lo que se sentirá representado en la runa. Sea porque es afortunado o porque tiene las suficientes armas como para conseguir todo lo que se propone de una forma u otra. —comentó pensativo mientras realizaba una breve pausa. Tiempo atrás había aprendido que no podía dejarse llevar solamente por las apariencias. Si quería en el futuro tener una voz importante en un lugar como ese, tenía que visualizar en su mente cualquier opción y no dejarse llevar por primeras impresiones.

 

Era el momento de decir qué otro tipo de hechicero podría utilizarla.

 

—O alguien muy inseguro que necesita esa runa para transmitir seguridad. Un ser incapaz de confiar en sus propias acciones que lleva eso como un amuleto deseando que le dé la fuerza y la suerte necesaria para lograr lo que se propone. En pocas palabras: un supersticioso que sin eso se siente indefenso, desnudo.

 

¿Y cómo podía saber si era del primer grupo o del segundo? Sencillo, cuando le escuchase hablar por un rato. Era relativamente fácil aparentar seguridad, pero sino estabas verdaderamente cómodo se notaba en la voz. En un par de palabras puede que no se notase, pero si tienes miedo, estás asustado o tienes cualquier sentimiento de inferioridad acabará notándose cuando la voz se acabe quebrando. Quieras o no acabará pasando sin que puedas hacer nada para evitarlo. Pero no podía olvidar que estaba en una clase y en quien debía centrarse principalmente era en la mujer.

 

Dos runas nuevas que le llamaron más la atención que las dos primeras. Por alguna razón que era incapaz de comprender la runa Tyz le transmitía buenas sensaciones.

 

¿Acaso tenía el dos algún tipo de vínculo especial con ese día? Veían runas de dos en dos. Dos eran los conocimientos que se impartirían en la clase. Dos eran los primeros alumnos que llegaron y dos eran los alumnos que llegaron justo en ese momento, con la clase empezada. ¿Todo sería casualidad?

 

Mientras la profesora tenía que prestar atención a los recién llegados aprovechó para tomar asiento tal y como había hecho ella, lo tomó en un lugar cercano a su posición, al lado del representante de un país proveniente de Oceanía que no tenía muchos habitantes pero que merecía tener voz y voto. No había sido casualidad que se sentara a su lado, pero seguramente no era el mejor momento para que explicase eso. Se había atrevido a agarrar un par de runas para observarlas y tratar de entenderlas por su cuenta.

 

Se decía que los hombres no podían hacer dos cosas a la vez, pero el australiano estaba tratando de buscar una runa que le gustase, escuchar al hombre que hablaba para darse cuenta de qué tipo de hechicero era, ver si alguien más portaba el sello de alguna runa y de paso, escuchar a la profesora. Se iba a volver loco.

 

Evidentemente no lo pudo hacer todo a la vez y tuvo que hacerlo de uno en uno. En el único momento que sus oídos volvieron a prestar atención a la rubia fue cuando dijo 'Te amo'. Entonces, se le ocurrió una pregunta que no podía dejar pasar.

 

—Imagino que las Runas también pueden expresar esa clase de sentimientos, ¿me equivoco? —Le mostró las tres runas que había elegido sacar y de la misma forma le acercó la caja donde estaban las demás, esperando que la hubiese y la encontrase. —¿Cuál es la runa del amor? —pocas cosas hay tan mágicas como el amor, tiene que haberla. Y antes de dejarle responder. —¿Qué representa exactamente Tyr? Me gusta. —así saldría de dudas y entendería mejor las razones por las que le había llamado la atención.

 

También se moría por descubrir el número en runas de sus criaturas mágicas favoritas, pero iba a respetar los tiempos que la mujer había marcado para la clase.

[Nate Weasley]

– O bien podría ser un hombre controlador. – Nathan había estado escuchando la respuesta de su compañero, quien se adelantó a responderle a la docente, mientras contemplaba al hombre que tenía delante. Un hombre por demás extravagante: todo gesto suyo acarreaba un propósito y era grotesco en comparación a los de una persona normal, el Weasley podía ver los ojos del señor danzar desde un interlocutor a otro mientras hablaba, con sus cejas fruncidas en un ceño de preocupación que sólo estaba allí para el que lo estuviese buscando. – Alguien que, como dijo mi compañero, es plenamente capaz y confiado de sus capacidades pero aún así no quiere librar nada a la suerte. Sus gestos demuestran una neurosis de histeria subyacente.

 

Por unos segundos, su atención dirimió hacia las otras runas que la profesora sacaba de la caja que había hecho aparecer. Nathan estaba tan concentrada en ella que apenas notó la presencia de su compañera de bando y mejor amiga colarse detrás de él; su voz lo sobresaltó, pero sonrió al ver su rostro.

 

– ¿Descansar? ¿Qué es eso? – le retrucó, bromeando. Procuró evitar la mirada que indudablemente la mujer le daría a manera de reproche. Sus ojos se detuvieron unos segundos en el otro recién llegado, un hombre cuasi desconocido, aunque su rostro le resultaba familiar, probablemente un conocido de la Orden del Fénix. – Los hombres no descansan. – agregó, segundos después, con una ligera sonrisa dibujada en su rostro. Los dos amigos bromeaban continuamente acerca del machismo y ambos eran fuertes pujantes por el advenimiento del feminismo en Europa occidental.

 

El silencio en el aire duraba muy poco. Era tan solo una milésima de segundo antes de que algún otro personaje se jactara de algo o hiciese una pregunta; la conversación era particular no sólo por las múltiples razas de sus interlocutores sino también por la multiplicidad de los lenguajes intercambiados. Nathan aún recordaba su clase de idiomas años atrás en la cual había aprendido fundamentalmente sirenio; sus habilidades con el duendigonza se habían forjado en el interim de los últimos años a través de sus múltiples interacciones con los duendes del Banco Mágico de Gringotts. A causa de ello, el Weasley pudo comprender gran parte de la conversación que se estaba sucediendo frente a sus ojos, y los términos utilizados no le gustaban en lo absoluto.

 

– ¿Profesora? – inquirió, curioso, mirando a la mujer. – ¿Quienes son estas personas? ¿Y por qué hablan de utilizar la sedición como herramienta para dominar la comunidad mágica? – acotó, segundos después.

[Kahlan Blackthorn]

— La seguridad no lo es todo en la vida, no sirve de nada poseerla, sino se cuenta con una personalidad fuerte que la respalde—comentó la Vidente al escuchar la mención de David. Sus sentidos continuaban sumergidos en la charla del sujeto, parlaba más de lo normal y las facciones de este comenzaron a tornarse amorfas.

La sonrisa en los labios dela mujer se hizo presente, ahí estaba la prueba más palpable de que la magia al ser empleada de forma errada, cobraba un alto precio

— ¿De que sirve poseer un arma sino se sabe como emplearla?—la voz de la profesora se dejaba sentir como parsimonia. No le gustaba cuestionar las apreciaciones de sus alumnos, pero abrir la puerta para un debate siempre estaba a la mano.

— Sujetos como estos emplean toda clase de pantallas, desde la que esta amparada por una falsa indefensión hasta la que nos da la cara más siniestra que pueden poseer—les indicaba con un gesto de la mano. Sacando otra runa de la caja, acariciando con la yema de sus dedos el grabado que estaba sobre la tabilla provocando que el mismo se iluminará tenuemente—Todos podemos ser supersticiosos, solo hay que saber como controlar esos miedos infundados y no dejar que dominen nuestra razón del todo o influyan en nuestras decisiones—agregó notando la mirada del Dumbledore sobre ella.

Sus apreciaciones estaban siendo bien enfocadas, solo necesitaba aprender a ver más allá de lo evidente y no solo la corteza, sino llegar al núcleo y desenmarañar el mismo con astucia.

— Las casualidades, no existen y creo que debe aprenderlo—le miraba fijamente, desviando su vista hacia Nate. Los dos estaban prestando la atención debida hacia las runas antiguas, dándoles el significado que ellos creían correcto. Las Runas eran capaces de transmitir toda clase de emociones o sensaciones, dentro o fuera de un sitio como ese. Los antiguos nórdicos solían usarlas para solicitar favores a sus dioses y salir victoriosos en algún enfrentamiento bélico, además de solicitar una buena cosecha y que los frutos sirvieran para alimentar la comunidad—Pueden trasmitir lo que la persona que las ha estudiado y conoce su significado desee. Amor, odio, gloria y hasta la conexión que se ha establecido con alguna deidad mayor—resolvió con una sencilla perorata.

— Algiz es la runa del amor, suele emplearse para proteger los valores verdaderos de la familia, el amor y la amistad—se la entregó en la mano— Berkana es la runa asociada a la fertilidad , la procreación y la maternidad. Las madres en trabajo de parto complicado, elevaban sus peticiones hacia ella para que su hijo naciera sin problemas o daños irreparables—la otra runa descansó sobre la primera. La guerra estaba asociada con Tyr, obteniendo su nombre del dios nórdico que representaba la victoria, , el coraje, la conquista y la valentía

—Digamos que es la representación ideal de un guerrero, que posee todas las cualidades que le destacarán como un triunfador dentro del campo de batalla—relataba con tranquilidad.

— Las capacidades suelen ser limitadas, no siempre van más allá de los limites y cuando ese ocurre estamos delante de un superdotado—puntualizo—Pero para ella ese sujeto era todo menos, superdotado o un genio andante—respondió apremiante a Nate. Le gustaba como analizaba la forma del hablar del mago en el estrado, desmenuzando la personalidad de este desde la punta de sus cabellos hasta los pies.

Sus dudas brotaron como lo hacen los botones de un rosal, abriéndose para dejar la verdadera esencia de sus brillantes colores a la vista.— Emplean la sedición, porque están bajo el hechizo de una runa que esta escondida dentro de está sala de reuniones—miraba alrededor indicándoles que irían en busca de dicho objeto para romper el encantamiento.

Dándoles una reseña sobre los números que representaba cada criatura mágica, despejando sus dudas respecto a ese tema—Las criaturas también poseen su poder numérico dentro de las runas antiguas—apareciendo un demiguise detrás del orador. La criatura se mantuvo oculta gracias a su habilidad para mantenerse invisible— El representa el 0, el cuerno del Unicornio representa el número 1. Ahora es cuando comienza la verdadera diversión—una tropilla de unicornios que era liderada por una yegua galopaban sin controlo fuera del recinto.

Una selva ambulante estaba apareciendo cada que la bruja recitaba el siguiente número—El 2 son los cuernos de un Graphorn, seguidos por el 3 que le da paso al runespoor por poseer tres cabezas. Ya nos haremos cargo de ellos—siseó continuando con el conteo, le estaba dando un aire aventurero a la clase. No deseaba caer en lo trillado, porque salir de lo tradicional era la mejor forma de infundir el conocimiento en sus aprendices.

Un Fwooper de colorido plumaje sobrevolaba el firmamento, posándose en la lámpara de araña que pendía del techo. Cuatro colores radiantes engalanaban su plumaje, dándole un aspecto atrayente y que captó de inmediato la atención de algunos dignatarios, el número 4 estaba representado por esa criatura.

El Quintaped con sus cinco extremidades, le daba forma al número 5, la salamandra se dejaba sentir al sobrevivir fuera del fuego y sus patas representaban el 6, quizás la forma que adoptaba al enroscarse o torcerse sobre si misma. El 7 no posee ningún animal asignado, justamente por eso se le consideraba sumido en el misterio. El 8 era la acromantula, porque posee 8 ojos y finalmente el 9 pertenecía a la Hidra por las nueve cabezas que poseía ese animal tan poderoso y poco común.

— Desean levantarse en contra de una opresión inexistente, porque no les parece como se manejan las cosas. Suelen decir que los poderosos les quitan lo poco o nada que poseen, provocando que la miseria ser mucho más lastimera y lacerante para ellos—cruzándose de brazos retomaba la palabra—Una forma cobarde de alcanzar sus metas, porque muchos de ellos no pelean por una causa justa, sino solo por obtener venganza ante los crímenes cometidos en su contra o de sus familias—finalizó su relató. Dejando todo en manos de sus alumnos, ella los guiaría y les acompañaría en su travesía.

Los números se traducen de la siguiente manera en el mundo mágico.

Demiguise: Las habilidades de la criatura invisible, representa “0”

Unicornio: El Cuerno de la criatura representa el “1”

Graphorn: Los cuernos doble de la criatura representa el “2”

Runespoor: La criatura de tres cabezas, representa el “3”

Fwooper: La criatura compuesta de cuatro colores diferentes en su plumaje, representa el Quintaped: Las cinco patas de la criatura representa el “5”

Salamandra: La duración de sobrevivir de la criatura fuera del fuego y las patas de esta, representa el “6”

Desconocido: Este se reconoce como el número mágico que esta envuelto en misterios, representa el “7”

Acromántula: La cantidad de ojos que tiene la criatura representa el “8”

Hydra: Las nueve cabezas de la criatura representa el “9”

 

 

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