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Prueba del Libro de la Sangre [Cubias vs. Kimberly] - Octubre 2021


Darla G Dumbledore
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Kimberly había despedido mediante trasladores a dos de los hermanos que habían participado en su clase, sin avisarles que irían a un duelo que sería entre ellos mismos, quizás porque sentía que los dos hermanos tenían cuentas pendientes que aclarar luego de que ella no sanara a su hermano o luego de que él la atacara a ella. O tal vez solo porque el hermano que había quedado era al único al que no había utilizado para demostraciones prácticas. Bueno, no era tan así, ya que sí había cortado levemente a Cubias con la daga del sacrificio, la cual había ya desaparecido de su cintura para hacer más parejo el duelo en que ambos se enfrentarían.

—Bueno Cubias, quedamos tú y yo —Kim lo señaló con su varita antes de agregar —haz estado muy callado y espero que fuera porque prestabas atención y asimilabas lo que yo decía y no como insinuó tu hermano que la sangre te descomponía porque este libro exige precisamente, como ningún otro, que demos nuestra sangre a cambio de sus poderes.

La rubia se alejó hasta poner diez metros de distancia entre el mago de oscuros cabellos y ella, a su alrededor seguía aquel oasis con el lago a su derecha a quince metros y los arbustos y palmeras de varios metros de alto a su izquierda a unos veinte metros de ambos. Ellos estaban aún en esa emplanada mezlca de piedra y arenisca del lago. Por primera vez prestaba atención a que detrás de cada uno de ellos, a siete metros de las espaldas de ambos, había rocas que no superaban el metro de diámetro y que parecían servir como “trampolín” improvisado para los que deseaban zambullirse en el agua, ya que había dos de cada lado más cerca del agua que de la vegetación y parecían que alguien las había trasladado hasta allí. Además se podía escuchar entre los arbustos algunas criaturas salvajes que parecían moverse en silencio alrededor de ellos, al contrario de las aves en los árboles que cantaban sin importarles lo que ellos hacían ahí debajo.

—Muy bien Cubias —Kimberly hizo una leve reverencia hacia el hermano que había quedado con ella —inicias tú el duelo —agregó la rubia.

C O N D I C I O N E S

  • En el segundo turno de cada uno, la magia del lugar actúa contra los duelistas haciéndoles creer que un guerrero Uzza ha aparecido y tiene apuntando con la varita al ser más querido de cada uno, lanzándole un sectusempra. Deben decidir si lo salvan o dejan morir en el lugar. Tras la/s acción/es que tomen todo desaparece y se dan cuenta que nada ha ocurrido en realidad. El o los hechizo/s que utilicen no consumen acción alguna del turno y no afectan la continuidad del duelo. 
  • No existen límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
  • Duración del duelo: Del 20 al 29 de Octubre.
  • Nos guiaremos por las Reglas Nuevas de duelos existentes.
  • Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro de la Sangre)
  • Están prohibidos los Off y las ediciones.
  • Consultas, dudas o sugerencias, al tópic del Libro de la Sangre.

 

@ Lord Cubias

Editado por Alyssa Black Triviani
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Cuando la lección teórica llegó a su fin, Cubías y Kimberly quedaron solos en medio de la planicie, sus hermanos habían abandonado el lugar sin que el ojinegro llegara a percatarse de ello, tampoco hubo tiempo para pensar el posible paradero de ambos puesto que la profesora de nuevo interrumpió el silencio, el Malfoy había notado que ella no era precisamente alguien de pocas palabras, al contrario que él.

-Algunos preferimos hablar menos para observar y escuchar atentamente…- respondió Cubías ante la indagación de la bruja, hizo una pausa antes de agregar algo más, pues notó que su respuesta podía interpretarse como un signo de insolencia.  -Sobre todo cuando la persona que habla resulta ser muy interesante, prefiero concentrarme en sus palabras- agregó mientras le guiñaba el ojo, las viejas mañas seductoras le eran imposibles de dejar, incluso en las circunstancias más extrañas.

De inmediato el Malfoy comprendió que ahora debía enfrentarse en duelo ante ella, no era algo que le emocionara demasiado, pues hubiese preferido un encuentro de otro tipo con la rubia…pero entendía muy bien que todo debía hacerse en su momento y espacio.  

Ambos quedaron separados por aproximadamente diez metros, un rango prudente para un duelo de ese tipo pensó Cubías. El ojinegro realizó un paneo visual del lugar para identificar posibles elementos del entorno que pudieran perjudicarlo o ayudarle, por suerte solo notó pequeños cúmulos de rocas a la espalda de ambos. Se acomodó la túnica de cuello oriental que le cubría hasta la altura de los tobillos y la cual dejaba oculta su vestimenta interna, que solamente era una delgada camisa blanca de botones y un pantalón de fina tela gris. 

A penas Kimberly terminó de musitar sus últimas palabras cuando el ojinegro realizó un elegante movimiento con su mano derecha apuntando con su varita a su rival de turno, pero en ese instante lo que verdaderamente importaba era su mano izquierda, pues tras haber pensando en la daga de sacrificio en ella se materializó una fina arma corto punzante, plateada con reflejos de matices azules.

Muy a su pesar, Cubías titubeó un segundo para luego exclamar - Immolo oppugnare – de inmediato encogió su brazo izquierdo para enterrar la daga en un costado de su cuerpo a la altura de las costillas. La sangre no brotó de inmedaito, pero el dolor fue instanteo. Cuando el Malfoy fijó su vista en Kimberly se percató que la maldición había sido efectiva, pues de su costado derecho empezó a brotar la sangre, al igual que en el suyo.

-Maldita daga- exclamó quejandose del dolor

 

@ Darla Potter Black

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Una sonrisa se dibujó en los labios de la Black al escuchar las primeras palabras del mago enfrente de ella. No había nada que hiciera reaccionar más a un hombre, a todo ser humano en realidad, que le tocaran un poquito su orgullo. Y Kim tenía esa mala costumbre, aunque el último tiempo no había tenido oportunidad de hacer uso de ello, lo cual quizás había sido algo positivo.

De igual manera, el moreno parecía dispuesto a que sus palabras no fueran de un tono agresivo, ni mucho menos, agregando que le despertaba interés lo que oía, o más bien a quién oía, y lo reafirmó con un guiño que arrancó una suave risa de los labios de la rubia.

—Cuidado Señor Ministro —río y le guiñó un ojo a su vez —sí, sé quién eres, tengo una amiga que sabe de ti y me ha contado… pero como dije… cuidado, podría considerar que me coquetea y podría no disgustarme…

Apreció como el mago analizaba con rapidez una vez más el lugar del duelo, lo cual le valió la tácita aprobación de la vampiresa. Aunque el mago le apuntaba con su varita no pasó desapercibido para la bruja el suave destello del sol sobre su mano izquierda, sin dudas había invocado la daga del sacrifio, y ella le imitó pensando a su vez daga del sacrificio, ambos tenían en sus zurdas ahora las dagas. Y algo más… Kim lanzó un suave gemido cuando un dolor intenso atravesó su lado derecho a la altura de las costillas, observó el cuerpo del Malfoy y asintió en silencio, el aroma de la sangre llenó sus fosas nasales, la de ella y la del humano.

—Ahh… en verdad podría darme un festín contigo y no solo en el duelo ni con mis colmillos —dijo la rubia algo embriagada por el aroma para luego lanzar una risa ante la queja del mago mientras pensaba en algo realmente absurdo, pero su idea era probar la eficacia del mago en los duelos y no vencerlo sin más así que se curó la herida causada en su costado pensando en un episkey para instantes después, con su costado curado pero su ropa empapada en sangre mirar al mago y sonreírle.

—Ojo por ojo dijeron hoy… immolo oppugnare —dijo la rubia mientras se causaba en un corte en los tendones sobre su brazo derecho, en el cual ambos sostenían la varita… aquello era doloroso… pero valía la pena intentarlo y que los cortes produjeran el efecto deseado en ambos.

 

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nota: utilizaré el mismo PP que tú.

 

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La insinuación de Cubías no pasó desapercibida por Kimberly, ella incluso respondió positivamente, hasta se podía inferir que dejaba la puerta abierta a una posibilidad, misma que de existir no llegaría en ese instante, pues el contexto les obligaba a concentrarse en el menester que los había llevado ahí, y que no era precisamente una cita amorosa. 

Con el primer movimiento del ojinegro ambos cuerpos de los combatientes sufrieron exactamente la misma herida, la rubia se quejó leventemente del dolor, aunque no pareció inmutarse demasiado, aún así, procedió de inmediato a sanarse. Al observar aquello, Cubías que en ningún momento había dejado de apuntar con su varita preparó una segunda arremetida. 

-Silencius- exclamó el ojinegro, sus palabras resonaron justo antes de que la rubia pudiera verbalizar lo que parecía una maldición. Cubías observó a Kimberly hacerse daño a sí misma con su propia daga, la sangre brotó rápidamente desde sus tendones, eso además le haría difícil mantener con firmeza su varita y por ende apuntar con precisión. Aquel ataque pretendía causar los mismos efectos en el Malfoy, pero por suerte lo había evitado puesto que las palabras necesarias para lograrlo se ahogaron en la garganta de la chica.

-Curación- pensó Cubías enseguida, con ello logró sanar las heridas que se había provocado al costado

-Sectusempra- exclamó al tiempo que hacía una elegante floritura en el aire con la varita, un rayo escarlata salió despedido a gran velocidad con dirección al pecho de Kimberly, el impacto le haría perder mucha más sangre de la que ya estaba perdiendo. 

En ese mismo momento, Cubías se percató de una sorpresiva aparición, un guerro Uzza se había materializado de la nada a un costado del lugar, frente a él estaba Alyssa, que lucía desarmada y a merced de un ataque, el guerrero apuntó su varita en contra de ella haciendo salir un rayó que impactó de llenó en el pecho de la Triviani.

El ojinegro no podía dar crédito a lo que veía, no entendía bien qué era lo que estaba sucediendo en ese instante, pero sin perder tiempo exclamó -Immolo ad protegendum- al exclamar sus palabras las heridas provocadas en la chica se trasladaron al pecho de Cubías, este perdió el aliento por un segundo, pero enseguida todo se disipó; ni el Uzza, ni Alyssa y mucho menos la hérida eran real, el Malfoy comprendió que había sido presa de una ilusión.

 

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PP: 6-1= 5

 

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Kimberly lanzó un grito, si se prestaba atención era una extraña mezcla entre el dolor por el corte producido en su brazo y el hecho de que su alumno acababa de silenciarla justo antes de que pronunciara el encantamiento del immolo oppugnare, la herida estaba en su brazo al haber movido la daga pero no en la de Cubias, que había sido listo. ¿Cómo no sentir satisfacción porque había entendido cómo detener su magia? No es que fuera masoquista, al contrario, pero aquello era una muestra de que sí había prestado atención y en cierta forma la hacía sentir orgullosa, considerando que era la primera clase del libro que impartía.

—Bien jugado, me debes algo… —gruñó mientras que pensaba en un curación con el cual sanó las heridas que se había producido en su propio brazo, la sangre dejó de brotar y al menos ahora, no sentiría deseos de morder al hombre frente a ella, sobre todo porque él a su vez había sanado la herida que se produjera al principio en su costado.

La siguiente jugada del mago parecía ser bastante poco convencional y la rubia lanzó un silbido, vaya que iba derecho hacia los hechos, quería ver correr sangre, no solo con el oppugnare.  Kimberly pensó en una Salvaguarda Mágica que la volvió intangible, aunque su intención no era  traspasar paredes o materia sólida, sino que el hechizo que le acababan de lanzar, el rayo, no le causara ningún daño, de hecho la atravesó limpiamente haciendo el efecto esperado de mantenerla a salvo y sin un rasguño.

Lo siguiente era un poco de revancha de su parte porque se sentía algo ofendida, aunque no demasiado ante el hechizo que utilizara el mago. Por unos segundos el mago pareció haberse perdido mientras ella lograba evitar salir herida, incluso hubiera jurado que había pronunciado un hechizo de protección, pero ahora le veía de nuevo atento a la acción entre ellos dos.

—¿Recuerdas que te toqué verdad? —preguntó, recordándole que antes de empezar el duelo, al tocarle, le había grabado una marca de sangre que le permitía controlarlo por completo durante una acción, por lo que agregó —obedire… no puedes causar otra herida con tu daga del sacrificio… —había dos alternativas de acción en estos casos y ella lo sabía.

No eres digna de enseñar el libro, pagarás por tu osadía  —la repentina aparición de un Uzza frente a ella la sorprendió, aunque no tanto como que arrojara al suelo a la niña que traía con él.

—¡Cat! —gritó Kimberly, reconociendo a su sobrina, aunque no así al Uzza, quien en ese momento lanzó un sectusempra hacia la pequeña —¡no! —Kim presionó la daga del sacrificio con fuerza mientras pronunciaba en voz alta —Immolo ad protegendum! —inmediatamente las heridas que hubieran cubierto el pecho de su sobrina cubrieron el suyo, haciendo que lanzara un suave gemido y en el momento que iba a atacar al uzza para luego curarse todo se desvaneció, incluyendo sus heridas. Kim lanzó un insulto, ¿acaso se trataba de una prueba también para ella? ¿o era el sol del África que los estaba afectando?

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PP= 6

@ Lord Cubias

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Cubías recibió en silencio la felicitación de Kimberly, solamente asintió con la cabeza en señal de aceptación,  le pareció extraña la situación, pues en otras circunstancias nadie le felicitaría después de haber causado daño. Sin embargo, aquel duelo no tenía la finalidad de pasar por encima del otro y mucho menos de llegar a instancias fatales, era en cambio una genuina situación de aprendizaje.

A pesar de ello, el ojinegro no estaba dispuesto a ceder terreno y quería demostrar que aún poseía las habilidades que en algún tiempo lo habían caracterizado y le habían hecho estar al frente de distintas divisiones de ataque. Observó la manera hábil en la que Kimberly sanó sus heridas y casi al mismo tiempo esquivó el rayo que iba hacia su pecho.

El Malfoy luego escuchó las palabras de su contrincante, era una especie de amenaza la que resonó en su cabeza “recuerdas que te toqué…” al escuchar aquello, Cubías supo de inmediato que eso lo haría quedar a merced de su rival en lo que ella decidiera. Por un instante pensó en impedirle conjurar lo que seguramente sería producto de una marca de sangre, sin embargo, el ojinegro meditó otro plan.

Era consiente que, tras haberle hecho daño con la daga, ya estaba ligado a ella por el juramento de sangre, de manera que segundos antes de que la chica pronunciara palabra alguna, él se adelantó con una imponente exclamación -Yo juro no defender- dijo. Aquello era una implicación para ambos, Cubías lo sabía, pero no le importó. En ese momento terminó de escuchar las palabras de Kimberly cuya prohibición le impedía herirse de nuevo con la daga, pero eso no sería problema, pues no tenía deseos de hacerlo, en cambió sonrió levemente antes de mover de nuevo su varita.

-Expelliarmus- susurró el fenixiano, un rayó de color azul salió expedido de su varita, iba directo hacia Kimberly, la idea era poder desarmarla aprovechando la prohibición de defenderse y con ello intentar terminar con el combate lo antes posible al despojarla de su arma. 

 

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PP= 5

 

 

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Ohhh, chico listo, pensó la rubia al escuchar las palabras del juramento de sangre que acababa de lanzarle el ojinegro, ahora la ponía en una pequeña disyuntiva. Kimberly por lo general no le importaría sangrar, con lo cual, si debía defenderse no dudaría, y sin embargo, también era consciente del placer que le producía causar daño, era una jugada por demás extrema. ¿Qué debía optar? ¿Ojo por ojo? ¿O  sufrir las consecuencias del atrevimiento mágico?

Curioso, muy curioso, la rubia no solía dudar en estos casos, pero su función era enseñar y constatar que hubieran aprendido, no mandar a una cama de San Mungo a un Ministro extranjero. A otra cama quizás… aunque no era el momento para pensar en semejantes cosas, además, su coquetería podría haber sido una simple estrategia para hacerle bajar la guardia en el duelo.

Y bueno, como decía un amigo, si no te demuestran lo que puede pasar, no aprendes… así que la rubia se decidió e invocó su Kansho la daga se materializó en su mano en lugar de la daga del sacrificio y absorvió el expeliarmus que le había lanzado Cubias, devolviéndoselo hacia él… Kim apretó los dientes en el momento en que el corte en su antebrazo izquierdo la hizo ver las estrellas por el ardor y la sangre corrió por su brazo mientras que la rubia abría una vez más sus labios.

—Vara de Cristal —su varita vibro y la clara madera se extendió hasta transformarse en una especie de bastón al estilo de los que utilizan los cuidadores de ovejas, pero totalmente cristalino y translucido con pequeñas vetas de plata —Sectusempra —agregó tras el equipable la bruja, convirtiendo en efecto lo que era habitualmente un rayo, el aroma de la sangre la haría desear estar en otro locación cazando más que en ese lugar.

En verdad, había algo que debía reconocer, habían aprendido a utilizar el libro y podía estar conforme con lo que era su primera clase como profesora, ya que, a diferencia de Darla, ella no había enseñado con anterioridad, le gustaba más aprender en realidad y practicar.

 

PV: 100-30=70
PP: 6-1=5

@ Lord Cubias

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♦ CUBIAS [PV100 – PP6] VS. KIMBERLY [PV100 – PP6] ♦

C. Immolo Oppugnare [-30pv]

K: Episkey [+30pv]

C. Silencius

K: Immolo Oppugnare [-30pv]

C. Curación + Sectusempra [+30pv][-1pp]

K: Curación + Salvaguarda Mágica [+30pv]

C. Juramento de sangre (no defender)

K: Obedire (no utilizar la daga)

C. Expelliarmus

K: Kanso (Expelliarmus) [-30pv por juramento]

 

K: Vara de Cristal Sectusempra [-1pp]

 

Puntos parciales:

Cubias: 100pv – 5pp
Kim: 70pv – 5pp

• Observaciones: -- -- -- -- 

Gracias Mael

Editado por Darla Potter Black
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