Libro de Merlín - Febrero 2022

[Asenath]

Las cuevas solían albergar dentro de ellas secretos que trascendieron a través de los tiempos, conocía una que tenía una entrada sumamente peculiar. La misma se destacaba a lo lejos por los filosos dientes que sobresalían, como lo hacen los de un felino que habitaba en las zonas gélidas— Dientes de sable—emulaba lo que aspiraba a ser una sonrisa socarrona y sin emoción alguna impresa en ella. Los cuentos para niños solían hablar de esos seres como cazadores natos, feroces a la hora de dar el zarpazo que sesgaba la vida de sus victimas. Ella misma era como uno de esos seres, poderosa a la hora de poner a prueba a sus alumnos.

Aspirantes al libro de Merlín una de ellas, ya era conocida por la Uzza y los otros dos eran la primera vez que se presentaban ante ella. Triviani, Burke y Triviani. Imaginándose que el hombre y la mujer eran familiares, mientras que la restante solo estaba ahí para completar la cuarteta para el duelo final— Traer consigo todos los amuletos que el libro trae consigo. No olviden que no solo van a vincularse con los conjuros, sino que también aprenderán a controlar ese peculiar amuleto—deslizaba sus dedos sobre el propio. Hablándole a la nada, pero sabía que sus alumnos debían ser previsores y no pasar esa clase de detalles por alto.

El viento golpeaba con fuerza el curtido pero experimentado rostro de Asenath—Merlín es el último escalón antes de que puedan ascender del todo a la cumbre que les dará acceso al conocimiento que coronará sus esfuerzos—aquella expresión era puramente sincera. No esperaba nada menos de ellos, tras verse la cara con los compañeros de la mujer. Bakari y Badru era los que llegaban a su mente, hombres poderosos que tal y como ella, se iniciaron en ese mundo bajo entrenamientos severos y muy demandantes. Caminando por un terreno plagado de hierba seca y algunas alimañas, emergía dentro de ella ese espíritu combativo que desde pequeña le hizo sobresalir sobre el resto.

— Deben dar con la fuente de la juventud, aquello que los hará mantenerse jóvenes y poderosos eternamente—parafraseó enarcando una ceja admirando la belleza del sitio donde se desarrollaría la clase. Sus aprendices debían salir del fondo de esa cueva, apresurando el paso antes de que el basilisco que los esperaba con hambre retumbante en sus entrañas hiciera de las suyas y les quitará alguna extremidad que les fuera de utilidad dentro de la clase. El bosque podía mutar en cualquier momento, gracias a los deseos que expresará la Guerrera Uzza.

@ Jeremy Triviani  @ Mica Burke  @ Candela Triviani

[Mica Gryffindor]

No había logrado superar esa, pero no por ello se rendiría. Apenas tuvo oportunidad, volvió a inscribirse para un nuevo intento. ¿Sería muy pronto? ¿Qué haría aquel intento diferente al anterior? No tenía idea, solo sabía que debía aprovechar ese impulso para no caer, aunque se arriesgaba a una caída mucho más abrupta ante la posibilidad de un nuevo fracaso. ¡No! Haría todo lo posible para que no volviese a suceder.

Las instrucciones habían sido pocas y se habían presentado en modo sorpresivo. Primero la convocatoria como alumna. Más adelante, de la nada, escuchó la voz de Asenath recordándole no olvidar los amuletos. Sabía que era Asenath porque no olvidaría su severa presencia en su clase. Solo esperaba que su mal desempeño previo no la condicionara esta vez. De todos modos, se aseguró de guardar con cuidado aquel amuleto que pasaría a formar parte del set habitual.

Sus días se volvieron tal vez demasiado cortos a la espera, pues cuando quiso darse cuenta ya se encontraba en las profundidades de una cueva con sus dos compañeros.

-Lumos- procuró lograr luz, al menos para saber los peligros que podrían llegar a ellos.

No le agradaba iniciar así, con dos sujetos en los cuales no sabía si podía confiar, atravesando un sitio del que pocos datos tenían. A la mujer la había visto en contadas ocasiones, siempre asociada a problemas… o al menos esa idea le dejó la vaga descripción que su esposo había hecho de ella. Al muchacho lo tenía más visto, aunque siempre de la mano de una rivalidad bastante importante, marcada por el quidditch. No recordaba haber entablado alguna conversación con ninguno.

Nuevamente la voz de Asenath resonó, esta vez más en contexto. La primera expresión sonó meramente protocolar, por lo que no le dio demasiada importancia. La segunda llamó más su atención.

-¿Fuente de la Juventud? Yo no quiero… -frenó en seco, al darse cuenta de que estaba hablando en voz alta hacia la nada. -Lo siento, soy Mica, por cierto -se presentó encogiéndose de hombros.

[Mentita]

— ¿Mica? —el murmullo brotó súbitamente, como si su subconsciente se hubiese enterado mucho antes que su forma consciente de ese nombre. Tuvo que entornar los ojos para poder observarla, la oscuridad de la cueva se le había pegado en los párpados y acostumbrarse a la nueva luminosidad que provocaba la bruja con su varita le hizo maldecirla internamente.— Gryffindor... —dijo por fin, como si comprendiese sus propias palabras.

¿Qué hacía allí? No recordaba haber llegado con sus propios pies al interior de ese lugar, donde una voz que le pareció lo suficientemente vulgar como para impacientarla le hizo reaccionar. ¿Amuletos? Espera. Parpadeó un par de veces para salir de ese estado de letargo previo a lo que, en el fondo sabía, se le avecinaba. Buscó entonces, con la mirada, al único posible responsable de su presencia en ese lugar. 

— Cuando salga de aquí, rusito, desearás haber seguido a tu padre en su largo viaje. —masculló, con ambos puños apretados y una mirada asesina.

Es que claro, lo último que recordaba era haber estado bebiendo un par de copas con quien se hacía llamar su hijo en un bar del Callejón Knockturn, y de repente, se había despertado allí. El vestido húmedo por el mismo ambiente que había dentro de esa cueva que se le antojaba interminable. La superficie se sentía un poco resbaladiza, por lo que tuvo que hacer uso de su varita para encantar la planta de sus pies para evitar caer (porque #AntesMuertaQueCalzada). Revisó su mano "libre" y notó que tenía el amuleto que había pedido antes Asenath, así que lo colocó junto con los otros, colgando en su cuello.

— No quieres, ¿qué? —interrumpió la línea de pensamientos de Gryffindor— ¿Ser eterna y poderosa? —Candela sonrió, pero no era una sonrisa sincera. Notaba la ironía de la situación. Asenath los estaba enviando en busca de la fuente de la eterna juventud y ella, muy contrario a la imagen que podía llegar a dar, quería lo opuesto. Sin embargo, mientras más se acercaba a su meta, ésta parecía alejarse, como burlándose de ella.

La gitana buscó entre los bolsillos de su vestido y sacó una lámpara, la encendió con magia e  iluminó más el interior de la cueva. Dentro de ella no veían más que muros mohosos y llenos de insectos. Dirigió la luz hacia atrás y no alcanzó a ver un final, alumbró hacia el frente y sólo pudo ver a la chica Gryffindor, Asenath un par de metros más por delante y a Jeremy a su lado. A regañadientes, comenzó a caminar hacia adelante. Mientras tanto, el ¿rugido? de una bestia a lo lejos, le obligó a acelerar el paso.

[Jeremy Triviani]

¡Otra cueva! Jeremy no debería sorprenderse de que su vida fuera un boomerang pero lo hacia sin poder creerlo del todo. ¿Hacia cuanto que había estado en otra cueva luchando contra un clima loco y personas ahogándose? Muy poco tiempo. Tan poco tiempo, que hasta le parecía que las paredes rocosas tenían la misma composición que la anterior. Era absurdo, claro. Pero no tanto. El mundo de la magia siempre daba nuevos giros. Lo único bueno, y no tan bueno, es que estaba acompañado por su madre, bueno, acompañado era decir mucho para el vampiro que la había arrastrado hasta ahí para pasar un breve momento con ella. 

-Quiero creer que el viaje de papá es real, y no tuviste nada que ver con "organizarlo"-Dijo Jeremy mirando con fijeza a Candela esperando descubrir si su padre estaba en el mas allá con tres metros de tierra sobre su cuerpo, o realmente se había ido de viaje al exterior como todos creían - Aun tengo muchas cosas que hacer por aquí, Madre. Aunque no lo creas, soy un éxito en el Quidditch. ¿No viste la portadas de los diarios? Estoy limpiando nuestro apellido. 

La mirada de Jeremy volvió a mirar la mugrosa cueva llena de lodo, humedad y olores extraños, donde empezaban a adentrarse siguiendo a la guerrera. Le llamo la atención el tartamudeo de Mica Gryffindor al presentarse y su rápido movimientos para encender las luces. ¿Le tendría miedo a la oscuridad? Sin esperarlo, se le hizo agua la boca al recordar el agradable aroma de la sangre que tenia la bruja. En los partidos, había sangrado lo suficiente para que el vampiro deseara probarla hasta dejarla seca. La voz de Asenat describiendo lo que deberían encontrar, lo saco de sus pensamientos y lo hizo prestar atención al significado de las palabras. 

-Lumos -Dijo encendiendo la varita y sonriendo al ver que la luz ya era mucha. Si había monstruos en aquella cueva, estaban atrayéndolos de una forma obvia. Acomodo los amuletos en su cuello y se planteo sacar el libro de su Moke para releerlo mientras caminaban por aquel odioso sitio. ¿Qué le importaba la eterna juventud? Su cuerpo estaba congelado en el tiempo como las rocas que formaban el túnel. ¿Para que buscaría encontrar algo que ya tenia? Lo absurdo de la situación lo dejaba sin palabras - ¿Escucharon eso? Parecía un....

El rugido mas parecido a una respiración fuerte y poderosa, volvió a escucharse mas cerca. La criatura que los estaba acechando se arrastraba por el lodo cavernoso, produciendo una pequeña vibración que Jeremy podía sentir. El anillo Detector de Enemigos empezó a despertar advirtiéndole del peligro inminente que estaba acechándolos. Debian actuar con rapidez, no podían quedarse quietos mucho tiempo mas si querían tener alguna oportunidad de encontrar la bendita fuente. 

-¡Corran! -Gritó el vampiro tomando el frasco de Semillas de Hielo y lanzando una de ellas por donde provenía el sonido de ataque. El efecto fue inmediato, apenas la semilla toco el suelo empezó a congelar todo a su alrededor. Serian unos cien metros detrás de ellos, y Jeremy esperaba no tuvieran que volver por ahí en el regreso. No sabia si la bestia, que nunca había logrado ver aunque sabia que era un ofidio, estaría mucho tiempo congelada.

Editado 3 de Febrero del 2022 por Jeremy Triviani

[Mica Gryffindor]

La charla entre ¿madre e hijo? Entendió que eso eran se tornó algo extraña, entre amenazas y un reencuentro, contando noticias que a esa altura de seguro ya no eran novedad. Permaneció al margen, intentando no escuchar pues no quería ser indiscreta, a pesar de que estaban en un sitio bastante reducido como para que alguien, en su sano juicio, no se percatara de que estaría al tanto de sus comentarios.

-Exacto, ni una cosa ni la otra- respondió. No sonreía, veía el sarcasmo en la expresión de la bruja. Sabía que había gente que se cegaba por cosas como aquellas, no era su caso. Ella solo estaba interesada por proteger a los suyos, utilizar sus conocimientos en servicio de su familia y su bando. Era todo.

La lampara que la bruja tenía ayudó a ver mucho más y, al Jeremy encender también su varita, lograron una buena iluminación del lugar. Se trataba de un espacio más amplio de lo que parecía en principio y había varios recovecos. También notó ¿túneles? Al menos varios de los sectores oscuros de la caverna parecían ser entrada túneles o ductos ¿llevarían hacia el exterior? De pronto tenía demasiadas ganas de que alguno de ellos la condujese hasta afuera.

Un rugido anticipó que no se encontraban solos allí y, al unísono, los anillos detectores de enemigos parecieron notar lo mismo. Algo se arrastraba a gran velocidad e iba hacia ellos. La reacción de Jeremy fue admirable, lanzando las semillas de hielo que congelarían justo cuando entraba en su rango de visión ¿un basilisco? Sí, eso era. Recordaba cuando Laura había lanzado el suyo contra ellos en pleno Ministerio… había sido una locura.

La adrenalina en su cuerpo hacía que su corazón latiese muy a prisa de pronto. Escuchó la voz del caballero gritando que corran, pero lo hizo en el sentido opuesto al que, seguramente, estuviese esperando.

-Que alguien cree un portal, tenemos que enviarlo fuera de aquí- se acercó hacia la bestia congelada, extendiendo su mano para tocar su cabeza, fría como la piedra. Aguardó a que el efecto de las semillas estuviese a punto de acabar para aprovechar el tiempo de lo que estaba por hacer -Obedire- dijo con firmeza, tomando el control en aquel instante de la gran bestia que ya empezaba a moverse.

Intentó mantener la calma, respirando con dificultad mientras controlaba a la serpiente, en busca de algún portal por donde poder enviarla fuera del lugar. Hacia dónde no importaba en ese momento, debían actuar.

@ Candela Triviani  @ Jeremy Triviani

[Mentita]

No, Candela no corrió. De hecho, giró sus talones para correr hacia la bestia que Jeremy había congelado, esperando hacer algunas de sus maniobras tan raras. No sería muy extraño que la gitana quisiese apoderarse del basilisco para que Green, el propio, tuviese algo de compañía en el castillo Triviani, ¿no? Pero Mica ya se le había adelantado en la tarea, aprovechando que el animal aún estaba congelado. Y pedía ayuda. Pff... Por un instante pensó en salir de allí sola, ni siquiera se llevaría a Jeremy; después de todo, no estaba en esa cueva por voluntad propia.

Sin embargo...

— ¡Fulgura nox! —exclamó y de su varita comenzó a surgir una esfera que fue abriéndose poco a poco hasta adoptar la forma de un portal, a unos pocos pasos de donde se encontraban Gryffindor y el basilisco. El movimiento de Mica fue sutil y rápido, casi tuvo que hacer un esfuerzo para seguirle el paso a la bruja.

Cuando la enorme criatura atravesó el portal, Candela lo cerró de inmediato dejándolos completamente solos, sin amenazas. Al menos, sin amenazas de momento. Asió su varita con fuerza, era evidente que no tendrían tiempo de mantener un momento tranquilo, considerando el lugar en el que la locura de la guerrera uzza los mantenía. Prefería los lugares más calmados, donde a una le enseñaban a agarrar la varita y ya (?).

— ¿Nos vamos, o va a salir algún otro bicho de esos túneles? —su voz incrédula, pero con notas de curiosidad, se perdió en el interior de la cueva y reanudó la marcha. Levantó la lámpara, que momentos previos había soltado para poder concentrarse en el portal que llevó a un basilisco al interior de una mazmorra que nadie más que ella conocía. Bueno, exceptuando a Jeremy.

Se detuvo en cuando se topó con Asenath, detrás de ella podía visualizar la salida de la cueva, aunque la luz que provenía de allí no era muy esperanzadora pues algo le decía que afuera encontrarían más cosas/entes/etc.

[Asenath]

Semillas de Hielo... Obedire... Fulgura Nox... los tres estudiantes habían logrado coordinarse de manera efectiva para neutralizar aquella amenaza, incluso dejándola fuera de combate ante la posibilidad de nuevos peligros. Había sido una maniobra notable y denotaba no solo buena aplicación de los conocimientos previos, sino también predisposición para trabajar en equipo. ¿Se conocían de antes? No lo sabía, no indagaba respecto al pasado de sus pupilos en demasía. Triviani... Triviani, sus apellidos sí indicaban familiaridad al menos. 

Llegaron a su ubicación justo cuando los esperaba. Los observó un momento en silencio antes de darles la espalda y empezar a caminar por el exterior. La cueva daba a una llanura bastante pacífica que poco tenía que ver con la amenazante vista de su entrada. Con esa prueba le bastaba para saberlos dignos de continuar, al menos para poder conocer los hechizos que el libro de Merlín albergaba. 

La fuente de la juventud estaba a unos pasos. No los llevaba ahí para beber de sus aguas, sin embargo era bueno observar las reacciones de cada individuo cuando un sitio de poder como ese se les presentaba. Los tres habían parecido poco interesados, eso denotaba cierta humildad al menos. 

-Muy bien, los invito a sacar sus libros...- esperó hasta que cada uno lo hiciera antes de realizar un fugaz movimiento de varita, que dejaría por primera vez a la vista de sus tres estudiantes los hechizos allí resguardados. -Pueden leerlos y hacer las preguntas que sientan necesarias antes de pasar a su aplicación...- los desafíos no habían terminado, claro que no, pero siempre era bueno tomar un momento de calma en el cual leer a consciencia lo que estaban adquiriendo. 

Les dio el tiempo necesario, sabía que podrían llegar pronto las dudas, pero quería saber algo más.

-El Vínculo no pediré que sea utilizado durante la clase, pero sí quiero que piensen con quién sentirían la confianza para vincularse con tal plenitud. No pido siquiera que me lo digan, pero sí tomen el momento para visualizarlo -aquel era su hechizo por excelencia, el poder por el cual había llegado a límites inimaginables.

@ Candela Triviani  @ Jeremy Triviani  @ Mica Burke

[Jeremy Triviani]

Ninguna se fue corriendo y Jeremy no podía culparlas. Parecía que Mica era igual de terca que su madre cuando querían protegerla. Jeremy negó con la cabeza mientras veía la bestia congelada frente a sus ojos. Sabia que era un basilisco, pero ver la inmensidad de la criatura frente a él era preciosa aun en la peligrosidad que lo rodeada al estar fracturándose el hielo que lo mantenía en su lugar. El pedido de Mica pidiendo un portal, antes de controlar a la bestia, fue de inmediato correspondido por Candela, quien creo el agujero para que la criatura hechizada traspasara al descongelarse, desposeído de voluntad. El vampiro reconoció a donde llevaba el familiar portal y soltó una carcajada al darse cuenta que su madre jamás dejaba de estar dos pasos adelante de las personas. ¡Por supuesto que iba a sacar un beneficio de aquello!

 

-Creo que un bicho por clase esta muy bien -Respondió Jeremy sacudiendo el pequeño hielo que se había adherido a su varita, mientras caminaba detrás de Asenath junto a las mujeres - Creería que la cueva tiene que enseñarnos humildad y sumisión. ¿No? Vamos a reprobar, ya lo veo venir -Comentó saliendo al pequeño claro rodeado de vegetación donde estaba la fuente de la juventud.

 

La fuente con su liquido imperturbable parecía contener mucho mas que el milagro del poder y la juventud eterna. El aura de fuerza que despedía atraía las miradas sin esfuerzo alguno. El pedido de la guerra Uzza desconecto momentáneamente a Jeremy de sus pensamientos. Su voluntad empezaba a flaquear queriendo ir a tocar el liquido y comprobar por sus propios medios si las leyendas que rodeaban el objeto le hacían justicia. "Luego..." pensó sacando el libro de Merlín y volviendo abrir las paginas añejas llenas de sabiduría. Jeremy releyó los poderes que poseía, una vez mas.

 

-Tengo unas preguntas en referencia al Vinculo -Interrumpió el silencio - ¿Tiene un tiempo de duración determinada? Aquí expresa... -Jeremy releyó el fragmento - "verá y escuchará con gran agudeza y adquirirá gran fuerza física, reflejos y una mejora en su capacidad mágica"... Con la capacidad ¿Se refiere específicamente a que puedo trasmitirle mis poderes mágicos a un mago con menos sabiduría de nuestra magia? También poseo otra raza diferente a la normal ¿Eso afectaría el vinculo de alguna forma?

 

Jeremy ni tenia que pensar con quien se vincularía de aquella forma. Con nadie mas lo haría. Durante años había tenido un vinculo de sangre con su hermana donde tenían la capacidad de percibir humores, y sentimientos del otro. La muerte de Zoella había interrumpido aquel hechizo oscuro dejándole un vacío imposible de llenar en su vida. No volvería a pasar por algo así siendo consiente del dolor que llegaba con un vinculo tan invasivo.

[Mica Gryffindor]

Candela fue la que respondió ante su pedido, generando rápidamente un portal que trasladó a la bestia hacia vaya a saber dónde. El portal se cerró antes de que el basilisco se diese cuenta de la jugada, dejándolos fuera de peligro. La carcajada de Jeremy y su posterior comentario la hicieron abrir mucho los ojos, observando alternativamente a al mago y a la bruja. 

-Díganme que no enviaron un basilisco al jardín familiar, puede matar a quien se encuentre desprevenido... ya no podemos controlarlo desde aquí -no quería escuchar la respuesta, al menos no si sus sospechas se confirmaban.  -¿Reprobar? Si hemos cumplido con lo que se ha pedido... -no comprendía la línea de pensamiento del Triviani, tal vez había atravesado clases demasiado traumáticas en el pasado.

Siguieron a Candela y su lámpara mientras continuaban el recorrido por al cueva, la cual parecía libre de más complicaciones. Por fortuna, Asenath apareció fente a ellos en la salida, dando un giro en el desarrollo de la clase. Los condujo a un sitio tranquilo y les pidió tomar sus libros para poder leer los poderes que ellos contenían. 

La castaña no dudó en recorrer cada definición, si bien ya había cursado la clase, nucna estaba de más asegurarse haber comprendido correctamente. Los verdes ojos de la Burke recorrieron página a página, no creía tener dudas hasta que el vampiro habló. De pronto notó que no sabía tampoco esas cuestiones del Vínculo, así que contempló a la guerrera, a la espera de una respuesta que también le fuese de utilidad.

 

[Mentita]

«Hay preguntas que no necesitan una respuesta.» Se dijo a sí misma mientras hacía oídos sordos a las cuestiones de Mica. Es que ya chica ya se notaba bastante escandalizada por la sola idea de que la criatura estuviese en una casa de familia, no iba a confirmarle nada, no vaya a ser que le diese un ataque en plena clase. De pasar eso, seguramente ella optaría por dejarla en la cueva y seguir... ¿Qué? Nadie dijo que debían seguir juntos hasta el final, ¿no?

Cuando lograron salir de ese lugar tan oscuro y de ambiente pesado, Candela divisó a la guerrera uzza esperándolos y, posteriormente, los guio por una llanura nada parecido a lo que acababan de abandonar. Imitó a Jeremy y Burke en cuanto sacaron sus libros, con una media sonrisa dibujada en su rostro que difícilmente podrían interpretar. Le hacía gracia que estuviesen regresando a una metodología antigua, en la que la paz era primordial para un aprendizaje efectivo. 

Así pues, la gitana comenzó a ojear el Libro de Merlín, mientras escuchaba las preguntas de su hijo y miraba de reojo a Mica. A Candela, puntualmente, le interesaba el tiempo de duración del Vínculo, Jeremy ya había hecho esa pregunta, por lo que se quedó en silencio un momento a la espera de una respuesta. Desde que había visto el hechizo hacía algunas semanas, pensó en poder utilizarlo, pero si no estaba segura de cuánto duraría o las limitaciones, más allá de que dijese que no podía vincularse a más de dos personas al mismo tiempo, no podría realizarlo tranquila.

— ¿Hay consecuencias? Digo, aquí nos habla de los "beneficios" —hizo la seña con los dedos— que obtendrían ambas partes, tanto el que vincula como el vinculado, pero entiendo que es una magia poderosa. Y sabemos que toda magia poderosa tiene, no sólo limitaciones, sino también consecuencias de uso. ¿El Libro de Merlín no es así?