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Prueba de Parsel 18 Ludwig Malfoy Haughton - Julio 2022


Lawan Nguyen Thanh
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El tiempo de ponerse a prueba había llegado, confiando en que el pequeño Mordred, estuviera convencido de la travesía que estaba por comenzar. Un bosque frondoso se abría paso ante los ojos del Encantador de Hanoi, enormes árboles se elevaban tan alto que no dejaban ver más allá de sus copas tupidas por las hojas que brillaban al ser rosadas por los rayos del sol. La naturaleza prestaba parte de su mundo para que cuatro hitos se llevaran acabo dentro de esas tierras, acompañado por un grupo de cuatro serpientes que siguieron el paso certero del vampiro.

— El primer hito está conectado con el asesinato que perpetró de niño, quiero que evite que el mismo se lleve acabo. Eso no quiere decir que no haya ocurrido en la realidad, pero para acceder a la pirámide, debe estar liberado de todo lo malo o bueno que haya creído que hizo—indicaba el Arcano con severidad. El desprenderse de la piel muerta, restos que pudieron haber quedado adheridos a su cuerpo y necesitaban ser extirpados como se hace con la mala hierba— No podrá usar magia en ningún momento, solo cuando cruce el portal que le dará acceso a la prueba—advertía clavando sus ojos en los del crio. 

— El segundo hito tiene que ver directamente con su linaje, encontrar el origen que desencadenó su odio y aversión. Visto desde la perspectiva de sus padres o abuelos, no quiero que me cuente lo que ya se. Sino que vaya más allá, indague sobre lo que no está escrito en su árbol genealógico, sino en lo que le corre por las venas a los otros miembros de su familia—la petición del vampiro era algo que quizás abriría viejas heridas o posiblemente causar que las cicatrices escocieran como lo hace la piel al ser quemada por el fuego.

— El tercer hito es entorno a lo que desea al salir de aquí, ¿Qué busca al hacerse con la habilidad de los Hablantes de Parsel, realmente?—aquella duda era un acertijo que debía ser descubierto por el Malfoy. No se trataba solamente de ir en busca del anillo que le vinculará a la habilidad que impartía Lawan, sino conocerse el mismo desde su origen y que lo impulsaba en verdad. Quedando solo un hito por delegar, sintió como la cobra real se subía por su pierna hasta su antebrazo—Casi lo olvido, gracias pequeña—dejando una palmadita en su cabeza aparecía un grupo de tablas cerca del río que cruzaría su alumno al crear una canoa lo suficientemente resistente para los embates que lanzaría contra ella los peces que habitaban en su interior.

Serían de gran tamaño y buscarían volcarla a como diera lugar— El último hito (lea con atención) es para dejar algo caer dentro del río, considérelo un pago solicitado para que no se vaya a nadar con los peces o en el peor de los casos sea devorado por mi querido basilisco—la advertencia estaba hecha por parte del hombre. Todo quedaba en manos del niño, demostrar de lo que era capaz y no quedarse con las ganas de concretar con éxito su anhelo por volverse un Hablante del Parsel tras superar las pruebas impuestas por la pirámide.

@ Ludwig Malfoy Haughton

Editado por Lawan Nguyen Thanh
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  • 3 semanas más tarde...

Mordred Deschain

Finalmente había logrado su cometido, el arcano le había ofrecido la oportunidad de presentarse para la prueba final que lo vincularía con aquella grandiosa habilidad y el Deschain no podía sentirse más feliz. Si bien era claro que ya no era la misma persona vengativa y rencorosa con sed de sangre que había iniciado aquel camino, ahora era una persona consiente de un futuro más prometedor y menos árido para el. Claro que aún le tenia ese odio y resentimiento al rubio pero por primera vez supo que podía vivir con ese odio y no buscar intentar vengarse cada que tuviera la oportunidad. Respiró y caminó codo a codo con su mentor mientras veía a las cuatro serpientes que los acompañaban para seguir al Deschain en esa aventura.

Escuchó también las indicaciones las cuales eran bastante claras aunque con una dificultad considerable. ¿Como podía evitar el asesinato que había realizado? No podía usar nada de magia así que únicamente le quedaba el cuerpo frágil de niño y la ayuda de las serpientes que lo acompañarían en todo momento. Sin embargo no rechistó, asintió y terminó por escuchar todas las indicaciones para finalmente adentrarse en aquel bosque misterioso. No era necesario despedirse sabía que el mentor era de pocas palabras y que de todos modos estaría observando cada movimiento que diera, pero eso no significaba que lo ayudaría o sacaría de algún apuro así que debía ser cuidadoso con cada paso que daba.

Mientras caminaba y buscaba un camino que seguir, se percató que aquel bosque, a diferencia del desierto en el que habían estado, era bastante fresco, con una tranquilidad maravillosa, podía gritar y sabía que nadie lo escucharía a kilómetros, pero no obstante esa soledad comenzaba a agobiarle, no podía ver ningún patrón y no le costó mucho llegar a la conclusión de que se había perdido por completo. Estuvo tentado a sacar su varita y buscar la solución a aquel problema pero recordó las instrucciones de Lawan y sabía que estaba en contra de las reglas usar cualquier clase de magia. Entonces ¿cómo viajaría al pasado para prevenir su propio crimen? No tenía idea de cómo lograría aquella encomienda pues solo se le ocurría usar el fulgura nox para ir al pasado lo cual podría ser algo peligroso ya que de alguna manera podría evitar que el mismo Mordred fuera creado en la mente de Ludwig.

Sin embargo, recordó el entrenamiento que había tenido con el arcano, no era necesario viajar literalmente al pasado, había formas mas fáciles de realizar ese tipo de tareas sin tener que ocupar mucho esfuerzo o energía. Para ello debería concentrarse y la ayuda de una de las serpientes.  Recordó durante el entrenamiento que algunas de ellas causaban alucinaciones bastante fuertes al morder a sus víctimas, fue prácticamente lo que había vivido previamente y ahora debía volver a repetir aquella pesadilla. Suspiró y decidió dejar de procrastinar - mueeerdemeeee - dijo a la serpiente más cercana quien por un momento se quedó dudando sobre aquella orden y accedió a realizar dicha acción cuando el niño la miró con severidad. La mordida no había causado tanto dolor pero si el veneno que lentamente se inyectaba en la piel del Deschain.

El niño se recostó entonces en un árbol y canalizando toda su concentración se vio sumergido en una alucinación tan real y poderosa que olvidó incluso que todo era falso. Pudo ver a la mansión Malfoy en todo su esplendor, otra vez los jardines y a los hermanos de Ludwig, recordó entonces que en aquel entonces Mordred no era nada más que una especie de amigo imaginario que poco a poco tomó tanto poder que se volvió en una personalidad del rubio. Sin embargo en esta ocasión era como un fantasma que veía todo en tercera persona. Aquel día se trataba del asesinato del pequeño hermano de Ludwig. ¿Por qué había hecho algo así? Claro, desde que Ludwig conoció la existencia de su pequeño hermano, dejó de pasar tiempo con Mordred lo cual le causó un gran enojo y coraje. Aquel día estaba preparado para matar al neonato y con ello continuar jugando con el Malfoy. Aquel día cambió todo.

Mordred observó con cuidado al joven Ludwig quien estaba siendo controlado por el amigo imaginario para crear su travesura. Sabía que debía detenerlo y con ello pasar su primera prueba pero una parte de él aún no quería hacerlo. Se acercó a la cuna y vio al indefenso bebé durmiendo y un gran remordimiento le llegó a su mente tenía que evitar su crimen y fue entonces que comenzó a gritarle al Malfoy para que se detuviera.

-Alto, detente, no tienes que hacer esto – le dijo intentando imponerse a si mismo del pasado – matarlo lo único que logrará será llevarte por un camino lleno de penas y odio, tu no quieres eso, eres un niño mereces ser feliz – entonces se percató de que lo que decía a si mismo de alguna manera estaba funcionando, el pequeño Ludwig se detuvo y miró hacia donde estaba Mordred, era una reunión algo extraña y agridulce, Mordred lo odiaba pero también lo quería – tienes que ser bueno por primera vez, si matas a ese bebé indefenso no tendrás redención.

Ludwig despertó de su trance y en lugar de asesinar al niño, lo tomó en sus brazos y comenzó a arrullarlo, el bebé continuaba durmiendo. Los ojos de Mordred estaban empapados en lágrimas. ¿Qué era eso? Jamás había llorado así y se sentía bastante vulnerable pero a la vez feliz de haber cerrado ese ciclo de dolor. Entonces la escena pareció cambiar de dirección. Había superado su primer hito y había descubierto parte del hito dos al saber que el origen de su odio se debía a la enfermedad mental que Ludwig poseía teniendo la capacidad de crear distintas personalidades. Sin embargo había algo más que aún no sabía. Tenía que dar con el origen de su maldad.

Estaba entonces dentro de el mausoleo de la mansión Malfoy. Todos los muertos de la familia terminaban ahí, en ella había una gran cantidad de lápidas con nombres de familiares que apenas lograba recordar. Mordred veía todas ellas y se daba cuenta de que tenían algo en particular. La mitad de las tumbas estaban en perfecto estado mientras que la otra mitad estaban muy deterioradas y desgastadas – la maldición de la familia corre por tu sangre – decía una voz extraña – en nosotros hay tanto maldad como bondad, pero estamos destinados a vivir una lucha interminable entre ambos bandos.

Recordó entonces como en varias ocasiones los miembros de la familia habían traicionado los ideales de la marca tenebrosa para pasarse del lado de la luz. Lucius, Draco y Narcissa Malfoy eran un claro ejemplo. Los tres habían elegido el camino del mal y pasado muchas penas hasta elegir la luz. Aquel patrón se había repetido en varios de sus familiares: Cubias, Hanzo, Mackenzie y más de sus hermanos habían iniciado como mortífagos y finalmente habían cambiado su bando. Solo que Mordred había vivido ese cambio diferente ya que al separarse de Ludwig, toda la maldad y oscuridad había quedado en el Deschain mientras que toda la luz había sido guardada en el rubio. Ahora lo entendía y sabía que debía vivir con aquella carga.

Abrió los ojos, el veneno había terminado por eliminarse de su cuerpo, la serpiente seguía con el mirándolo con extrañeza. Mordred ahora sabía dos grandes cosas, una que siempre podía tener redención y la otra, sabía el origen de su maldad. Ahora debía tomar una decisión mientras caminaba codo a codo con las serpientes que lo seguían. ¿Qué buscaba al ganar esa habilidad? En un principio deseaba venganza y poder ocupar a las serpientes como su arma letal. Ahora sabía que eso no era algo suficientemente fuerte como para vincularse con la habilidad. Mordred ya no quería matar al Malfoy después de todo. Ahora solo deseaba vivir su vida.

-Ya no quiero venganza, quiero vivir, quiero crecer, quiero ser alguien respetado y a la vez conocido – dijo en parsel hacia la serpiente – ésta habilidad me hará un mejor mago, mis ideales no han cambiado, sigo resentido contra el Malfoy pero entiendo el motivo de sus actos en mi contra, yo era el malo y parte de mi siempre lo será pero ahora entiendo que hay cosas más importantes que solo ser malvado.

Dijo mientras finalmente se acercaba al pequeño barco que estaba suspendido en el agua. Se subió a el y comenzó a remar, tenía que llegar al ateneo antes de que anocheciera, no sabía cuanto tiempo había pasado ya pero estaba seguro de que Lawan no lo esperaría más. Entonces justo cuando estaba a la mitad del camino, algo lo sacudió y causó que casi perdiera el equilibrio. Un golpe luego otro y luego otro. Era un grupo de pirañas que estaban ahí para devorarlo. Mordred no tenía muchas cosas pero necesitaba hacer algo para deshacerse de aquel obstáculo.

Intentó dar golpes a los peces con su remo sin tener éxito. La balsa se estaba comenzando a deshacer y pronto se destruiría. Tenía que tirar algo y lo único que estaba en su bolsillo era un relicario con fotos de Ludwig Malfoy. Lo tenía siempre en su poder para recordar que el era el motivo de su odio y su objeto de venganza. Ludwig se había convertido en su obsesión y ahora estaba a punto de deshacerse de lo último que le quedaba. Lo tomó entre sus manos y lo lanzó fuertemente esperando que los peces se distrajeran. Por un momento no ocurrió nada hasta que finalmente dejaron de golpear. Todo volvió a ser calma y tranquilidad. Mordred estaba a salvo y continuó remando hasta que llegó hasta la orilla donde su arcano estaría para recibirlo.

 

@ Lawan Nguyen Thanh

 

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  • 3 semanas más tarde...

Lo percibido por Lawan eran todas las vivencias y peripecias del pequeño Mordred, el odio que consumió por completo la vida de un niño que jamás fue feliz del todo. Ahora comenzaba a liberarse, dejando detrás de él trozos de piel muerta, piezas de un rompecabezas que ya no le pertenecían. La primera de las cuatro serpientes que lo acompañaban se mostró recelosa a la hora de pedirle hincarle los colmillos, cediendo ante la petición, al ver en los ojos del aprendiz que era necesario pasar por el mismo dolor que le causará una de sus hermanas dentro de la clase.

— La liberación era para ti, no para Ludwig. El nunca fue tu peor enemigo, sino tu mismo. Fuiste creado para tener una vida propia, no para habitar dentro de una mente que te alimento con rencor y sufrimiento—la voz del Encantador de Hanoi, llegaba como una bocanada de aire fresco. Prestando atención a como se gestaba el intercambio de palabras e ideas, notando como el Malfoy acunaba en sus brazos al pequeño que años después le pondría a prueba de una forma bastante cruenta y dolorosa. Ese pasaje lo llevaba una de las serpientes que acompañaban al Deschain, ya le mostraría el mismo cuando lo creyera conveniente.

La balsa se vio amenazaba por las mordaces pirañas, aferrándose a la idea de frenar a estás con el remo sin tener éxito. Rebuscó entre sus ropas el único objeto que aún le ataba como un lastre al rubio, sintiendo la misma sensación de odio y maldad que Mordred. Se detuvo antes de permitir que este lo lanzará dentro del lago, haciéndolo pensar por un breve instante que era lo que ocurriría al desprenderse del todo de ese relicario. 

La serenidad reino en el amigo imaginario, ahora todo un hombre con un cuerpo propio. Lanzándolo lejos de su ubicación consiguió que los peces hambrientos fueran en busca de ese manjar, posiblemente el aroma que poseía este los hizo desviar su atención del crio. Ahora lo que quedaba del bote le conduciría con bien hacia la orilla, donde la noche comenzaría a pintar con su oscuridad la dorada tarde que palidecía y perdía la fuerza que momentos antes acompañara a su alumno. Se sintió satisfecho por el trabajo conseguido hasta ese momento, no le juzgaría que ya que no estaba ahí para reprenderlo, sino para apreciar todo lo que aprendió de su mano antes de enfrentarse de lleno a la pirámide. 

@ Ludwig Malfoy Haughton

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Las palabras del arcano llenaron al Deschain de una especie de dicha, nunca había buscado aceptación pues estaba acostumbrado al rechazo y el ver como de alguna manera Lawan, a su modo, expresaba palabras de felicitación lograban que Mordred pudiera sentirse aún mejor. Había logrado una parte de su misión en aquel lugar y ahora le correspondía algo aún más difícil. Cruzar esos portales a tierras o mundos lejanos. No sabía a donde o de que manera sería trasladado pero se sentía más que listo para enfrentarse a su último desafío y parecía que el arcano se percataba de lo mismo pues no le faltó decir más palabras, simplemente comenzó a caminar hacia la famosa pirámide, lugar que era visitado por primera vez.

Al llegar se percató de varias puertas que emanaban una especie de luz extraña, había escuchado mucho sobre esos portales, podía quedar atrapado si no era lo suficientemente bueno como para evadir todos los problemas pero pese a todo, estaba listo para una última aventura, miró a Lawan quien continuaba callado frente a una sola puerta – creo que no podrá venir conmigo maestro – dijo bastante respetuoso lo cual también causó sorpresa – no tardaré, volveré para la cena – dijo sonriendo y entró de golpe hacia aquel portal.

Abrió los ojos y claramente ya no se encontraba en aquel ateneo pero tampoco se encontraba en algún lugar que el niño conociera, por un momento pensó que volvería a ser enviado a algún recuerdo de su vida con Ludwig pero sorprendentemente eso no pasó, estaba en un lugar nuevo al menos para el, era una especie de selva la cual estaba siendo incendiada, era de noche y la mayoría de las criaturas que se encontraban ahí corrían hacia donde pudieran estar a salvo. A lo lejos se veían a unos ¿humanos? Quienes tenían lanzallamas y prácticamente eran los causantes de aquella catástrofe. Mordred intentaba interpretar lo que estaba pasando pero viendo tantas criaturas mágicas correr le causaban bastante confusión.

-Vamos, atrapen a todas, gracias a que finalmente podemos entrar a la comunidad mágica podemos atrapar a todas estas bestias – decía uno de los cazadores furtivos mientras que otros lanzaban redes atrapando todo lo que pudieran, centauros, unicornios, escarbato, no discriminaban. Mordred necesitaba hacer algo o todas esas criaturas morirían – no se olviden de aquella serpiente gigante pero no la vean a los ojos o los matará.

Un basilisco, a eso se refería, seguro había uno escondido y los cazadores también irían tras el, Mordred había jurado no usar su magia en aquella habilidad pero deseaba con todas sus fuerzas aniquilarlos a todos. En su lugar tuvo una idea que le ayudaría, necesitaba encontrar a aquella serpiente – dooondeeee essssstaaaassss – comenzó a susurrar en parsel – no quieeero hacccceeerteee daño, ssssiii me dicceeessss donde te encuentraaaaassss podemos sssssaaaliiirs los dosss con vida.

Esperaba que la criatura le escuchara y respondiera y así fue, segundos después escuchó una respuésta bastante clara pero débil, Mordred apenas pudo saber lo que decía pero pudo percibir la dirección del sonido, era hacia donde estaba el fuego, corrió con todas sus fuerzas y trató de evitar el fuego y el humo, sentía que los cazadores estaban tan cerca que lo atraparían también a el pero no le importó. Finalmente llegó a una caverna donde continuaba escuchando los susurros de la criatura. Finalmente tuvo cuando comenzó a ver pedazos de piel muerta supo que había llegado a su guarida pero algo andaba mal. El lugar olía a piel quemada como una especie de aroma a pollo cocinado – cccieeerra los ojossss para que pueda veeeerte – y sin miedo continuó hasta ver al basilisco de cuerpo completo, estaba mal herido con quemaduras y heridas que sangraban, sin embargo se aferraba con fuerza a dos huevos grandes, posiblemente sus crías.

-Fueeeroon ellossss – finalmente respondió la criatura – quiereeeen llevarsseee a mis bebessss no lo permitaaaaas, cuida de ellooooosssss – dijo la basilisca que agonizaba. Mordred no sabía que hacer pero tomó los huevos entre sus brazos y miró a la criatura quien agonizaba. Los guardó perfectamente y salió corriendo, tenía que mantener esos huevos a resguardo pero aún quedaban esos cazadores que seguían haciendo de las suyas. Necesitaba evitarlos.

Caminó un kilómetro sin saber a donde se dirigía hasta que vio el cuartel donde estaban todos los cazadores, en el había más de tres docenas de jaulas en las que habían atrapado muchas criaturas, el bosque había quedado destruido por completo y Mordred quería venganza así que se dispuso a liberar primero a las criaturas que pudo pero los cazadores lo interceptaron rápidamente rodeándolo – vaya vaya, ¿Qué tenemos aquí? Un mago que quiere hacerse el héroe – Mordred estaba rodeado de armas y hombres listos para asesinarlo – tu sangre también servirá para experimentos.

Entonces el Deschain escuchó una voz que decía – ccccierraaa los ojosssss – era el basilisco quien usaba sus ultimas fuerzas para salvar al Deschain y a sus hijos, Mordred atendió la orden y comenzó a escuchar gritos de ayuda mientras poco a poco caían cuerpos al piso. No sabía lo que estaba pasando pero intuía que aquellos hombres estaban siendo asesinados ya fuera por la mirada de la criatura o por su veneno. No abrió los ojos hasta que dejó de escuchar ruidos y finalmente con mucha cautela comenzó a abrir sus párpados. La escena era desastrosa, todos los cuerpos tirados, nadie se había salvado. Finalmente el basilisco yacía en el suelo – cuidalossss bien – fueron sus últimas palabras antes de morir.

Aquella misión había terminado, Mordred abrió el resto de las jaulas y una vez acabado eso pudo ver como los dos huevos se rompían al mismo tiempo dejando ver unas pequeñas víboras, ahora le pertenecían y debía cuidarlas como a su vida. Acto seguido un portal se abrió y el mago lo cruzó había regresado al mismo lugar, todo parecía un sueño pero no lo era y para muestra estaban los dos baby basiliscos en sus brazos – he vuelto – dijo a su mentor esperando su aprobación.

 

 

@ Lawan Nguyen Thanh  al final solo fue uno :3

 

 

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  • 3 semanas más tarde...

Gracias al vínculo entre los anillos, el de aprendiz que llevaba puesto el joven Mordred y el de la habilidad arcana y anillo original que llevaba Lawan, el encantador de serpientes estaba al tanto de lo que sucedía dentro de la pirámide y como avanzaba paso a paso su joven aprendiz. De momento lo que veía le resultaba propio de las habilidades de un buen arcano, Lawan pretendía que el resultado de la prueba sea favorable no solo por el hecho de disponer de un nuevo arcano, si no de que el ahora aprendiz sea capaz de extrapolar todo lo aprendido bajo su tutela y que con ello pueda llegar a cumplir los objetivos que se había marcado al llegar a que lo instruya. —Curiosa decisión… — siseó para sí mismo al corroborar como se desenvolvía Deschain en el interior de la pirámide.

Con la seguridad de que su aprendiz iba bien encaminado el encantador de hanoi se dispuso a preparar una de sus cañas de pescar, en ese mismo instante había decidido que luego de acabar con Mordred le vendría bien relajarse pescando un poco. Lawan era lo que los occidentales consideraban coleccionista de cañas de pescar, tenía una colección nada envidiable en su posesión y de vez en cuando se daba el gusto de salir de sus aposentos y en buena compañía de sus amigas ofidias perderse en los ríos o lagos para pescar. Al cabo de unos segundos dio con la caña indicada, era una que a simple vista parecía sencilla, pero se tenía que mirar muy de cerca para ver los pequeños detalles que la adornaban, era una obra de arte hecha a mano y tallada con detalles idénticos a su anillo de arcano, pequeñas serpientes que se enroscaban alrededor de la caña. 

Pasado unos minutos se preparó para esperar la llegada de su aprendiz, este ya había superado la prueba de manera favorable, así se lo había hecho saber el anillo que llevaba puesto. Un portal se abrió a escasos metros de distancia y Mordred cruzó acompañado de dos crías de serpientes en mano. —Felicidades, Deschain— hizo un ademán con la cabeza en señal de aprobación. — he podido seguir en todo momento el desarrollo de tu prueba y solo puedo estar agradecido por cómo ha ido, has sido capaz de superar de manera heroica y con mucho coraje, llegando al punto de volver con dos crías que seguramente hubieran muerto de no haber intervenido— miró a las crías cual padre mira a sus hijos, sin embargo, aún les quedaba el tema más importante, finalizar la vinculación de la habilidad. Con una floritura de su varita finalizó la vinculación de su anillo original al anillo de habilidad que llevaba el nuevo hablante de parsel. El anillo emitió un destello y se transformó según las características propias de quien lo llevaba. 

—Cuídelas bien, Mordred y que tengan una larga vida junto a usted… puede retirarse — Lawan despidió a Deschain acompañándole hasta la puerta de salida. 

 

@ Ludwig Malfoy

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