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Prueba de Legilimancia — Ada Camille Dumbledore y Eobard Thawne


Rosália Pereira
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ADA CAMILLE DUMBLEDORE y EOBARD THAWNE 

La citación a los alumnos no había llegado al día siguiente que habían confirmado que estaban listos para la prueba, no. Rosália les había comunicado que pasarían algunos cuántos días para que de verdad pudieran enfrentarse a la prueba y eso había ocurrido. El sol había empezado a descender cuando la Arcana de Legilimancia les mandó una carta con una lechuza rojiza. Contenía muy pocas letras pero ellos sabrían cómo interpretarlo y llevar a cabo.
Incluso tenían que traer con una tarea previa si querían avanzar en ese camino al portal.

“Queridos alumnos.
Los espero al finalizar el atardecer, cerca del lago.
Recuerden traer el recuerdo o no podrán avanzar.
atte, Rosália Pereira”

Ellos tenían que usar la legilimancia y robarle, literalmente el recuerdo a la persona que ellos eligieran. Más tarde sabrían por qué. A cada uno que llegaba a aquella zona, le explicaría cada prueba preparada hasta el portal. Ella podría acompañarlos hasta dentro de la Sala Circular, pero dentro del portal estarían solos. Les dirigió palabras suaves pero firmes. Y fue explicando las cuatro barreras

CAMINO
El territorio donde estaba ubicada la pirámide era muy extenso, de varias hectáreas, divididas en zonas. En ése sitio llano se encontraba un lago, que era señalado por varios caminos dibujados en el suelo, algunos eran de piedras, otros de tierra, otros estaban escondidos a simple vista. Lo que importaba no eran éstos, sino las personas que transitaban por el lugar. Debían rastrear la mente correcta para saber por cuál camino pasar para llegar al lago. Sino los encantamientos protectores de Rosália los haría darse la vuelta.

AGUA DEL POZO
En el borde del lago se encontraba un pensadero. Allí deberían colocar el recuerdo que habían obtenido antes. Lo importante no era el recuerdo en sí, sino que era un recuerdo del pasado de alguien, que deberían buscar dentro del pensadero para ver una decisión que le había cambiado la vida a ésa persona. Eso les serviría de llave para que aparezca una barca por la que puedan cruzar aquellas aguas profundas.

ALDEA
Después de varios cientos de metros de agua, había una isla en medio del lago. Una isla que contenía muchos recuerdos, alegres y tristes, secretos, problemas, tanto como lo habían hecho en la aldea. Había todo tipo de criaturas y seres mágicos, contenidas por aquellos altos setos que bordeaban la isla y el complicado laberinto que se imponía para llegar a la siguiente zona. Deberían encontrar la manera de poder cruzar todo eso. Lo único que no tenían permitido era aparecerse o volar, de cualquier forma.

ORBE
Una vez pasado por el laberinto (inmune a la magia) la imponente y colosal pirámide, que se erguía a unos cien metros de un color blanco marco. En ninguno de sus cuatros lados se encontraba una puerta, porque debería ubicarla. ¿De qué manera? Susurrarle un secreto, ofrecérselo a modo de pago localizando una especie de orbe que solo se mostraba justo a medianoche, durante unos 3 minutos. Si llegaban luego, sería el final de aquella prueba. Por lo que deberían apresurarse.

Rosália Pereira dio las indicaciones necesarias y desapareció directamente dentro de la Sala Circular. Confiaba en ambos y los esperaría allí dentro.

@ Ada Camille Dumbledore  @ Eobard Thawne

 

OFF: POR FAVOR! Necesito que me avisen cuántos posteos necesitan para llegar a la pirámide. Y una vez dentro, cuántos posteos necesitan para DENTRO de la prueba. Pueden hacer todas las barreras en un solo post, o en dos o en cuatro. De la misma manera para dentro de la prueba, eso lo manejan ustedes. Yo solo debo hacer de puente.

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  • 2 semanas más tarde...

Con aquel final tan electrizante que Rosália Pereira les había regalado para su clase de Legilimancia, el castaño decidió retirarse unos días a Boston. En cierta manera, servía de preparación para la prueba en un entorno distinto de la mansión de los Black Lestrange, y también como excusa para visitar a su familia adoptiva, fruto del revivir algunos de sus recuerdos con ellos al desarrollar sus capacidades como legilimante. 

Allí, pasó un buen tiempo con los Thawne en su casa de los suburbios muggle, como había hecho años antes después de huir de Europa por la creciente guerra. Y desde luego, probó su recién estudiada habilidad con algunos, para evitar oxidarse. Había elegido tomar un recuerdo de Jessica Thawne, hija biológica de Hivolt, con quien había compartido parte de la infancia hasta que se marchó a Oceanía. Recién regresaba a Estados Unidos, y parecía la candidata perfecta para la tarea que la Arcana les había dejado. 

Durante una de sus charlas para ponerse al día, el castaño, aprovechando el contacto visual, hizo lo propio para adentrarse en su mente; para sus adentros, él lo hacía con una buena causa, y no encontró muchas complicaciones para acceder a sus recuerdos, más que mantener su mente en la de Jess, y además, continuar la conversación sin parecer que estaba ensimismado. 

La lechuza rojiza anunciaba el comienzo del final para esa travesía. 

⎯⎯Buenas tardes ⎯ saludó el castaño, apareciendo tras haber abierto un portal con el Fulgura Nox desde el otro lado del océano. En la mano libre de la varita, sostenía el recuerdo, que había almacenado en su mente y posteriormente extraído ⎯. Hace una tarde espléndida en Boston, temo que me he maravillado de más con la hojarasca del inminente otoño. 

Prestó oído a las indicaciones que la Arcana de Legilimancia les comunicó respecto a las cuatro pruebas que tendrían que superar para llegar a la Sala Circular, un lugar con el que estaba más que familiarizado. En esencia, las diligencias parecían simples, pero uno no podía confiarse por lo superficial; los ojos podían ser fácilmente engañados, era mejor confiar en la mente. 

⎯⎯ Qué comience el acto final. 

Dedicó una cabezada a su compañera, a manera de desearle éxito para la prueba, una vez que su mentora los dejó, y se dispuso a tomar el camino menos idóneo, el de adoquín de piedra, para poder ir descartando lugares. Recordaba que al lago se llegaba por un camino de terracería, sencillo, pero quizá eso había cambiado en varios meses sin estar ahí. 

⎯⎯ ¡Ayude a un triste aspirante perdido! Este camino es demasiado elegante como para llevar al lago, ¿no cree? ⎯ preguntó a un transeúnte que caminaba en dirección opuesta a él.

⎯⎯¿Qué? Uh, esto... No sé a qué lago se refiere ⎯ respondió la otra, desconcertado. Miro hacia sus espaldas, como buscando algo invisible ⎯. Seguro que le dieron las direcciones equivocadas, por aquí se va hacia la felicidad. 

Desde luego que eso no le decía mucho, por lo que vació su mente e intentó acceder a la de la mujer, a quien sus pensamientos la traicionaban. Fue nadando por el mar de memorias, hasta llegar a una que estuviera relacionada con ese sendero. Siguió una versión más joven de su sujeto de pruebas, para enterarse que ese camino eventualmente desembocaba en una plazuela en la que la vida cotidiana parecía suspenderse por unas horas, a manera de comida y entretenimiento callejero al más puro estilo medieval. Esbozó una media sonrisa al percibir la felicidad de la que hablaba; era una situación casi minimalista. 

Así, pues, decidió abandonar el elegante camino, para tomar otra bifurcación, aquella en la que se confundía todo con la niebla, y lógicamente parecía más tenebrosa. 

Pronto se encontró dando vueltas en círculos, pues ni la luz de su varita mágica podía disipar la neblina; era como si ese lugar deseara que se perdiera y no llegara al cuerpo de agua. Fue sólo cuestión de tiempo para que se tropezara con otro perdido, un muchacho en edad de Hogwarts, quien debía llevar más minutos que él en ese espacio de desesperación. 

Aunque en ese ambiente era difícil mantener el contacto visual, hizo lo que pudo para encontrarle, adentrándose en sus emociones, que percibía intranquilas. En efecto, llevaba ya un par de horas ahí, queriendo escapar del cuerpo gaseoso. Entre sus memorias encontró un pequeño parque que había visitado antes de perderse, y lógicamente la sensación intranquila le decía que no iba por buen camino; si seguía ese trayecto, posiblemente terminaría del otro lado del recinto, bastante lejos del lago. 

Dando traspiés, fue a parar a un tercer sendero, lodoso y coronado por árboles. Parecía más acorde a lo que buscaba, y la baja afluencia de personas también se lo sugería, pues no todos presentaban pruebas en la pirámide tan a menudo. Al primero que encontró fue un pequeño de unos diez años, que buscaba a su hermano, y cuya ropa goteaba, indicando que se había metido en algún sitio con suficiente agua como para mojarse. Leyó su mente al susurrar Legeremens, encontrándose con una sensación de frescura y lo que parecía ser un amplio lago. Confió ciegamente en lo que vio dentro de su mente, y se dispuso a seguir ese maltrecho camino. 

⎯⎯Pescado fresco y sabroso, ¡para la buena suerte! Debería llevarse uno, joven. 

Se detuvo casi en seco, usando los talones de sus botas como freno, para procesar lo que había escuchado mientras se giraba hacia la voz que le hablaba. Un pescador agitaba aquellos animalejos, que parecían de agua dulce y no de aguas abiertas, como si fuese una señal. ¿Valía la pena adentrarse en su mente, o jugaba su tiempo a descubrir lo que había al final del sendero? 

⎯⎯Llevaría uno, pero antes me gustaría preguntarle algo ⎯ concertó, colocando el índice y anular sobre la sien derecha, mientras le dedicaba una mirada de análisis ⎯. ¿Le molesta si conozco sus más oscuros secretos?

Con la pregunta retórica al aire, inició su incursión en la mente del anciano. Primeramente se encontró con una historia de familia, donde el arte de pescar había pasado de generación en generación, así como una lección empírica de cómo encontrar cuerpos de agua. El pequeño crecía y se convertía en un maestro de las aguas, que sentía emoción y felicidad al preparar las cañas y las redes para salir a la mar. Su versión más veterana, similar a la que tenía frente a sus ojos, ocupaba ahora su lugar, enseñando a su nieto sobre los secretos para atraer a los peces. Una imponente estructura antigua se podía vislumbrar a lo lejos, mientras el anciano y su nieto caminaban por el mismo sendero que el Black Lestrange. 

Compró un par de pescados, como muestra de buena fe, y continuó con su travesía, confiando en que llegaría al sitio indicado. Sus sentidos no eran tan agudos, pero casi podía asegurar que el lago estaba cerca. Un par de pasos lo separaban de la siguiente etapa en la que tendría que utilizar el recuerdo que había tomado de su media hermana. ¿Lo lograría, o sería otro espejismo como el mundo alterno que habían visitado en la última etapa de clase?

 

@ Rosália Pereira

~~~

(*) Off: Buen día, Arcana. Estaría requiriendo otros dos posts para llegar a la pirámide, y dentro de la prueba considero que con tres bastaría, a reserva de algún comentario al respecto. Muchas gracias de antemano.

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  • 2 semanas más tarde...

Habían pasado ya unos día desde que había dejado Mahoutokoro y a la Arcana Rosalía con las lecciones de Legilimancia,  también a mi compañero Eobard, apenas lo había podido conocer, pero sus pensamientos me habían enseñado mucho de el y de sus vida. Hasta había entendido el porque de su lejanía y su timidez. En muchas ocasiones se juzga a las personas por como actúan si ver en el fondo lo que sucede con ellas, así mismo me sentía a veces y aunque sabia que era bella eso no me traía ninguna felicidad. Jamás había tenido el amor de quien había amado y solo tenía recuerdos de esos que hacen doler el corazón por lo que no fue. Una misiva llego a mis manos con la invitación a la prueba de legilimancia, seria al atardecer. Me sorprendí que justo el día en que estaba más emocional sucediera esto, pero era el destino el que elegía el momento no yo. Me miré al espejo de mi habitación: usaba jeans, una blusa blanca con un corsé negro en la cintura, botas largas y el cabello trenzado en una corona. Tome la varita y me dirigí a la escuela a presentar la prueba. Al llegar camine por la ladera cerca a donde nos encontraríamos,  había allí un lago,  debía llevar un pensamiento, un recuerdo, lo elegí sin pensarlo mucho: lo tome de alguien que había pasado por mi lado antes de venir, no espere mucho y lo deposite en el pequeño frasco.

 

-Buenas tardes… 

 

Dije observando el atardecer,  era momento de escuchar atentamente y eso hice viendo a la Arcana,  mis oídos escuchaba pero mi mente no lo entendía bien, finalmente mi compañero siguió su camino y yo debía tomar el mío, debía encontrar el lago, para llegar a la pirámide. Tome un camino de tierra, mis botas negras pulidas no lo agradecía, pero creía yo que era el mejor camino, por allí no parecía haber nadie hasta que vi a un joven de unos 12 años con una niña. Ambos iban de la mano atravesando el campo. Les sonreí,  pero estaban muy distraídos así que concentrándose me adentre a su mente el niño Jacob, era el hecho mayor y venia de haber encerrado un tercero en un terreno más allá, busque en su mente el camino hacia el algo pero algo me i pedía ver más. Salí de la mente del niño y me adentre a la de la niña. Una mente jovial y alegre, era una pequeña pícara que le encantaba molestar a su hermano mayor. Su nombre era Greta y había atrapado a una mariposa mientras su hermano halaba con una soga al ternero. Al fondo de ese paisaje se veía el brillo del agua, busque en su pensamiento para seguir buscando el camino y encontré que ellos venían de cercanías del lago así que debía salir del camino y atravesar por los árboles por donde ellos habían venido. Salí de sus mentes y al pasar frente a mi los salude con la mano, yendo justo hacia los árboles de donde ellos venían. Camine por un tiempo hasta ver el lago y allí un pensadero, era bastante grande para que la gente no lo viera, pero tome el frasquito y vertí su contenido en el pensadero. Tras unos momentos sumergí la cabeza en él, me adentre a un pueblo bastante colorido, era pequeño y sus casas parecían de otra época la joven estaba sentada alrededor de una fuente como esperando a alguien, pero otra mujer mayor la había descubierto y se la había llevado casi a rastras del brazo. Luego se repetía la misma escena pero esta vez un joven venía a su encuentro y le daba un lado de color rosa. En el cuello el llevaba algo que brillaba, parecía una medalla, tras un momento de movimientos se ve a la mujer y al caballero tomando un barco y la mujer mayor gritando el nombre de la joven desde la orilla con mucha furia. El pensamiento aclaro y salí de él, toque mi cabello pero no estaba mojado y frente a mi en la prima del lago apareció un a barca. Ahora debía pasar el lago, camine despacio y me senté mirando hacia el frente a donde debía dirigirme a seguir el camino de la prueba.

@ Rosália Pereira

Off: 

Buenas noches, creo que haré dos post antes de llegar a la pirámide y otros dos en la pirámide. Gracias y linda noche

 

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con @ Ada Camille Dumbledore  y @ Eobard Thawne

Cada vez que Rosália Pereira cerraba los ojos, intentaba hacer lo mismo con su mente, cerrarla. Cada alumno que caminaba con ella por la senda de la Legilimancia y lograba salir con éxito de la prueba, ella se volvía más poderosa, porque los anillos de los nuevos habilidosos se unían al de ella. Podía ver lo que ellos veían, podía leer las mentes que ellos leían. Pero últimamente, su espalda estaba invadida por escalofríos que no dejaban de alertarle un gran peligro. Claramente que había recurrido a Sajag en busca de esclarecer sus temores. Ellos no tomaban partido respecto a los asuntos de esas personas, no podían, porque no todos los Arcanos pensaban igual. El bien y el mal los atravesaba por igual.

Eobard y Ada volvieron a la tierra a la Arcana, sabiendo que la primera en llegar había sido la muchacha. Los dos iban camino a la pirámide y Rosália haría todo lo posible para que ellos llegaran ante el portal, pero dentro no podría hacer nada. La barca aparecía ante Ada y Eobard no estaba tan atrás. Tenían algunas barreras que debían atravesar sin problema, sabía que lo harían. Rosália se mantendría oculta ante ellos, y solo les comunicaría mentalmente, si era necesario, solo unas palabras de apoyo.

"Apóyense mutuamente ahora que pueden. Respiren, piensen y actúen, que ustedes podrán hacerlo sin problema".

 

 

____________________________

Off.- Disculpen la demora. Voy a estar más al tanto, ésto no me avisó que habían respondido. También pueden hacerse puente entre ustedes, asi que si lo desean y ven la oportunidad, ni me esperen y respondan. Solo debo si o si, postear que les abro el portal y demás, pero antes y luego son libres de rolear.

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La travesía apenas empezaba, no estaba muy segura de lo que debía hacer, pero la prueba estaba justamente diseñada para que logrará usar a profundidad la legilimancia y que diera el máximo esfuerzo logrando usarla bien. Así que después de todo el estudio y la práctica que habíamos realizado durante estos meses, estaba segura que lo lograríamos. El agua se veía tranquila y la barca se veía a su ritmo, miraba a mi alrededor el paisaje tratando de recordar en mi mente los fundamento de la ciencia que estábamos practicando,  acaricie con mi pulgar ese anillo que era parte de esta habilidad y pensé en los conocimientos que aún me hacían falta estudiar para lograr el tan ansiado saber mágico. Era tan basto y profundo los estudios mágicos que sentía que con lo que estaba aprendiendo apenas lograba raspar la superficie de todo esto. Mire mi reflejo en el agua y pude ver que aún no cambiaba mucho, aunque estudiará y demás seguía siendo yo al final, solo que con más conocimiento y podría usar esto para ayudar a muchos otros. Siempre pensaba en poner mis dones y habilidades a función de mi nación y mi familia, ellos eran los más importantes para mi finalmente.  Al mirar al frente divisé una isla, curiosamente se veía grande, pero parecía estar envuelta con una gran pared de ramas verdes. Al acercarme pude divisar los grandes setos que rodeaban la isla ,la barcaza en la que iba parecía saber a donde iba y fue cuando divisé un pequeño puerto de madera. Cada vez que me acercaba más me daba cuenta que no era una isla pequeña sino que tenia una gran extensión.

Respire profundo y me concentre un poco en sentir el lugar, singularmente sentí cerca una mente que me recordaba mi ser interior, cerca de allí estaba una veela, estaba en medio del bosque y pude ver por medio de sus recuerdos lo que me aguardaba: un gran laberinto era la entrada a la isla y era la que permitía que todo lo que estaba allí estuviera resguardado del exterior.

La barca se acercó al muelle y paro amarrándose y quedando fija  me baje con cuidado de no caer al agua y camine hasta llegar a la entrada del laberinto, la realidad es que se veía imponente, los setos eran realmente altos y no debatan veras allá. Empecé a caminar guiándome de a poco y doblando por los largos pasillos, pero me preguntaba si estaba bien el camino que llevaba o quedaría perdida. Así que me dispuse a buscar otra mente, seguramente los lugareños habían hecho esto por protección de sí mismos. Encontré una mente algo difusa,  que recorría el camino al igual que yo, era un niño que parecía perseguir algo no muy lejos de donde yo me encontraba, indague en sus recuerdos y pude ver el camino correcto . Así que camine durante un tiempo hasta que logre hallar la salida del laberinto y logre ver ni lejos de allí al niño que perseguía a un knarl en una pradera. Al mirar más allá de esa pradera divisé una aldea, pero justo al otro lado imponente y brillante bajo el sol estaba la pirámide. No podía negar que estaba aterrada de verla,  pero era normal, sabía que podría avanzar y superar la prueba  confiaba en mi y en mis conocimientos. Camine para lograr llegar a ella.

@ Rosália Pereira  @ Eobard Thawne

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Los alumnos ya se encontraban desenvolviéndose dentro de la prueba. Sabía muy bien de lo que ambos eran capaces, y Rosália Pereira no solo quería que se incentivaran para llegar dentro del portal, sino que también confiaba en que saldrían de la prueba. La que había tomado la delantera era Ada, quien había alcanzado la isla para continuar con los obstácu.los que estaban impuestos para ellos.

“Sé cautelosa, se detallista, yo sé que tú puedes, no lo dudes”.

Aquellas palabras habían llegado a los oídos de Ada con la intención de que supiera que se encontraba muy cerca, vigilándola. También estaba al tanto de todo lo que hacía Eobard. Lo que tenían que tener en cuenta ambos era muy importante, casi como el tronco de un árbol: tenían que demostrar que sabían leer mentes, sin alertar a la persona. Que podrían unir tanto recuerdos propios con ajenos, que tenían que ser agiles para no perderse en la cabeza del otro

@ Ada Camille Dumbledore  @ Eobard Thawne

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  • 3 semanas más tarde...

Estaba anocheciendo y mis pasos iban dirigidos sala colosal pirámide que estaba justo frente a mí, el mármol blanco brillaba con los colores naranjas y rojos del atardecer, poco a poco cuando iba ocultándose el sol se iban haciendo menos intensas las luces que se reflejaban, yo iba observando cada vez más la magnitud de la pirámide, era un lugar enorme  y no sabía que podía haber dentro de ella, talvez debía enfrentarme a una criatura, quizás un troll o un gigante de las montañas, o tal vez sería una eslingas como en la historia del torneo de labores magos y tendría que resolver suspicazmente una adivinanza o seguir huellas en un camino… mi cabeza daba vueltas y vueltas haciendo mil teorías sobre lo que habría allí, mientras iba llegando el anochecer. La Arcana Rosalia me hablaba y sonreí al escucharla, siempre tan dulce y amable. Mientras avanzaba el bosque de hacia más y más denso y apenas podía ver el cielo y hacia donde me dirigía,  la noche estrena muy oscura y la luz de la luna había sido oculta por las nubes.  Suspire y trate de ver por dime día el camino pero no le encontré y fue entonces cuando escuche el susurro en mi mente,  no sabía quien era pero estaba allí entre los árboles, mi mente podía percibirla y entonces la vi, mire a través de sus pensamientos y me vi allí en medio del bosque por medio de sus ojos era una ninfa de los bosques que desde detrás de uno de los troncos me miraba inquieta por mi presencia, buscando en sus pensamientos vi a otros y el camino que habían seguido para llegar a la pirámide,  así que seguí el camino que me dictaban sus memorias y recuerdos del lugar. Estaba segura que no es consiente que moraba sus pensamientos, por eso se sentía tranquila y me permitió llegar hasta la base de la pirámide. Le agradecí desde mis pensamientos y empecé a buscar la entrada del lugar, era grande y me tomó mucho tiempo rodearla completamente,  pero no encontré nada , no había lugar ni en la base ni más arriba de ella para entrar. Empecé a desesperarme porque ya casi era la hora en que debía estar adentro , pues ella solo me permitirá estar dentro de ella a la media noche. No tenia otra opción y concentrándose trate de buscar una mente cerca a mi que me revelará como debía entrar, varias criaturas estaban alrededor pero la mayoría dormía, pero no muy lejos percibí a un centauro,  estaba frente q una fogata y logre penetrar su mente y ver como observaba a una joven susurrar algo a la pared de la pirámide y con más calma logré ver que era un secreto lo que le susurraba y así se había abierto la pirámide y había logrado entrar. Sonreí y avance tocando la pared Lisa de la pirámide, suspire por lo que le diría.

 

 Estoy enamorada,  esta persona es alguien con quien jamás he hablado, pero alguien tan especial que se robo mi corazón sin estar cerca de mí…

 

Las palabras que susurre fueron tan sinceras que además había cerrado los ojos al decirlas y sentí como vibraba aquella pared y me daba paso para lo que estuviera adentro de ella. Camine hacia el camino que me ofrecía la pirámide y vi como la pared se cerraba tras de mi, era la hora de la verdad.

@ Rosália Pereira

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Sentía los latidos de su corazón al exhalar el gélido aire que momentos antes había ingresado por sus vías respiratorias. El inicio de la travesía, así como el continuo uso de la Legilimancia, habían mermado físicamente al castaño, tal como su náusea al practicar la Aparición Conjunta. Se sabía humano, y desde luego, eso implicaba una serie de limitaciones físicas al emplear ciertas ramas de la magia. Sin embargo, el trayecto apenas comenzaba, y si quería superar aquella prueba, todavía le quedaba un largo tramo por recorrer. 

Llegó a la orilla del lago, donde una estructura de piedra se erigía; a pesar de que claramente no originario de ahí, el pensadero encajaba perfectamente con el relieve, pues la roca fácilmente adoptaba las características del entorno, como lo era la humedad o el crecimiento de raíces. Interpretando lo que requería, el Black Lestrange se aproximó hacia éste, destapando el frasquito en el que había confinado el recuerdo de Jessica Thawne, su hermana adoptiva. 

⎯⎯Es la hora de la verdad ⎯ se dijo, vertiendo el contenido de este hacia la vasija ancestral, que rauda comenzó a generar volutas de una extraña sustancia con apariencia de humo ⎯. Viajemos hacia lo desconocido. 

Apoyando ambas manos en los bordes del pensadero, hundió el rostro para poder adentrarse en el recuerdo. No se mojaría, puesto que el funcionamiento de ese objeto le permitía acceder a una especie de realidad alterna donde poseía una mejor visión de las memorias, ya fueran suyas o de otra persona. Descendió por un tobogán de recuerdos de su familia, sobre todo de Hivolt y de su agria esposa; a diferencia del castaño, Jess era considerada la verdadera heredera de la familia Thawne. 

Finalmente tocó el fondo, incorporándose al poco tiempo para evitar perderse en el correr del recuerdo. 

Se sintió de vuelta en casa, literalmente, pues se encontraba en la ciudad de Boston, específicamente en el pequeño espacio verde en el que se erigió la estatua en honor a Paul Revere, un notable patriota nortamericano. Jessica Thawne, de unos veinte y tantos años, caminaba con tranquilidad al lado del que era su primo, Cassius, en lo que parecía ser un reencuentro tras muchos años de distancia. De acuerdo con lo que Eobard sabía, Jess se fue a Australia cuando demostró signos de magia, y su reinstauración a la familia sólo tendría unos cinco o seis años. 

Los recintos religiosos a su alrededor comenzaban a tomar forma, pero el castaño se concentró más en las dos personas que protagonizaban la memoria, pues era el objetivo que le había propuesto la Arcana. De escuchar susurros, comenzó a captar una conservación más nítida, en el que la señorita expresaba la alegría de estar de vuelta en Estados Unidos. Cassius, la cabeza de familia tras el fallecimiento de Hivolt, estaba complacido con aquella visita, pero a su vez inquiría si ella se quedaría más tiempo allí. Mencionaba los recientes acontecimientos al otro lado del Atlántico, y la importancia de una familia unida; Jess aminoraba el paso, mirando por encima de su hombro izquierdo, y evocando una sensación de melancolía que Eobard alcanzaba a percibir a flor de piel. 

Como si el recuerdo se ramificara, Jess podía observarse a sí misma en campo abierto, como una exitosa magizoóloga; en Oceanía había tenido trabajo de sobra, y comenzaba a sentirse como en casa, pero también extrañaba a su familia sanguínea, y deseaba, si no recuperar, compensar los años perdidos en el extranjero. Era una decisión difícil, pues tal vez Estados Unidos no le inspiraba la misma tranquilidad que su segundo hogar, pero su amor por la familia le pudo más. 

«He decidido quedarme un poco más, sí. De hecho, me gustaría saber si mi habitación aún está disponible, querido Cassius. Ya va siendo hora de una reunión familiar, ¿no crees?».

Con esa sensación de entereza, el castaño ascendió hacia la superficie, sacando la cabeza del pensadero, y robando una bocanada de aire fresco para recuperar el aliento. Por el agua, se acercaba una solitaria barca que, a juzgar por su aspecto, le llevaría a las siguientes etapas de la prueba. Se había retrasado, eso era seguro, pero parecía que aún tendría oportunidad de llegar a la pirámide. 

Se adentró hacia las tranquilas aguas como único pasajero, mientras reordenaba sus pensamientos. El siguiente reto yacía en el islote a mitad de la isla, donde alcanzaba a divisar la aldea y el seto del laberinto, únicos puntos que separaban al Black Lestrange de la gran construcción en la que Rosália y, probablemente, su compañera lo esperaban. Apenas tocó la orilla, lo invadieron las sensaciones y pensamientos de los habitantes que habían hecho de ese pequeño espacio, su morada. Emociones de felicidad, frustración, tristeza, todas ellas se arremolinaban alrededor de su cabeza como fantasmas, pero también recuerdos agridulces y de esperanza. Eobard intentó concentrar su mente en alguno que le indicara el camino. 

Halló en la mente de un antiguo aspirante a la habilidad, que se había asentado ahí tras varios años intentando conseguirla, el recuerdo que quería. Se adentró en su mente, visitando el camino que este había recorrido hacia la entrada del laberinto, e inconscientemente caminándolo él en el proceso, como si hubiese establecido una conexión bidireccional.  De la mente del antiguo aspirante, empatizaba con su emoción y confidencia de lograr dominar la Legilimancia, como él se sentía en ese momento. Finalmente, se halló ante la entrada del seto, con la hora próxima a la medianoche.

Dentro del laberinto, no encontró grandes complicaciones, pero sí que se demoró recorriéndolo. Había pasado mucho tiempo desde que lo visitara, en su prueba de Animagia, por lo que no lo recordaba a exactitud. La última vez, se encontró con cierta resistencia, principalmente compuesta por entes mágicos, pero el principal reto que aminoró su paso en esta ocasión, fue un aura mágica que lo colgaba de los pies cada cierto tiempo, como una versión más tétrica del encantamiento Levicorpus. 

«Ya voy, Arcana. Temo decir que mi condición física últimamente no está en su mejor momento, pero la mental sin duda se ha fortalecido», pensó, mientras se sacudía la tierra y hojarasca que le quedaban tras ser liberado de uno de esos, como él les llamaba, campos de vacío.

Cada vez que la mano invisible lo jalaba del tobillo, el Black Lestrange trataba de unificar sus pensamientos al momento, en ocasiones alcanzando la mente de algún ente como los gorros rojos, que le mostraban memorias de sus travesuras a magos y muggles en los campos de batalla, que era donde habitualmente vivían. Emergió del laberinto, con el cabello hecho un desastre, y uno que otro corte en sus ropas, pero a tiempo para alcanzar el último obstáculo; echando mano de la Legilimancia, había accedido nuevamente a la mente del aspirante, para guiarse a partir de su vivencia por sus pasillos. 

⎯⎯Jamás pensé que me alegraría tanto el ver una pirámide ⎯ dijo entre jadeos, precipitándose entre traspiés hacia la elegante estructura de mármol que reinaba aquella isla. Su reloj no mágico marcaba dos minutos después de la medianoche, por lo que aún estaba en tiempo de entregar su tributo. 

Recorrió los cien metros que le quedaban de forma olímpica, y apoyó ambas manos sobre el frío material del que estaba compuesto el recinto. A diferencia de las pruebas anteriores, que habían sido a plena luz del día, en esta ocasión su entrada al interior tendría un truco. No veía puerta alguna, y en teoría no era necesaria, pues los ojos podían engañar a uno. 

Dio en el punto, pues su mirada comenzó a adaptarse en la penetrante oscuridad, y se encontró con la forma circular, o el orbe, que permitía o denegaba la entrada en esa ocasión. 

⎯⎯ La verdadera razón por la que abandoné el camino de la magizoología, a pesar de ser una de las profesiones que mejor se me daba, fue el miedo a las criaturas mágicas, que en ocasiones pudo más que el conocimiento de las mismas. 

Hizo otra momentánea pausa para recuperar el aliento, y reflexionar sobre lo que le había contado al orbe. Si bien era cierto que su primer trabajo en el Ministerio de Magia inglés había consistido en la regulación de entes mágicos, reconocía que mientras más se adentraba en ese giro, más peligroso se volvía, y para un joven de veinte y pocos, perder la vida de una forma tan absurda habría resultado un gran golpe a su ego. 

Dio un par de pasos, adentrándose hacia la pirámide, pero aún quedaba algo de tramo antes de alcanzar el recinto en el que le estaban esperando. 

 

@ Rosália Pereira

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La medianoche había llegado y yo había arribado a tiempo al lugar en donde la Arcana @ Rosália Pereira me esperaba, estaba ciertamente nerviosa, lo que había vivido hasta aquí no había sido fácil y mi racionalidad me había traído hasta aquí pero yo sabia que estas pruebas estaban diseñadas para probar no solo tu mente si no todo tu ser. Ya había desarrollado algunas habilidades y en una de ellas había estado a punto se perder la vida, lo cual no había sido nada divertido y como la legilimancia estaba directamente relacionada con la mente temía enloquecer fácilmente, lo que no era algo difícil pues en la prueba podía pasar demasiadas cosas. Debía ser suspicaz y muy hábil para estar objetiva y poder lograr volver desde el portal.

 

Al entrar en la pirámide un pasillo largo me esperaba, no era cálido el lugar, lo sentía frío y raramente se escuchaba como susurro, entendía algunos de ellos, los otros solo los percibía  era curiosos eso, unos se escuchaban como lamentos y otros como cantos. Daban algo de escalofrío pero llegué a pensar que no era mi oído quien lo percibía, era mi mente quien llegaba a sentir los pensamientos que habían quedado allí por todos los que habían pasado por ese lugar y sus experiencias habían quedado plasmadas en el lugar. 

 

El anillo era un plano y sencillo, no como el que observaba en la mano de la arcana, hice una venia y le agradecí.

 

- Mercí Arcana,  espero no deshonrar los conocimientos que me ha brindado mientras realice la prueba.

 

Suspire y la mire a los ojos, estaba tremenda mente agradecida no solo por sus conocimientos,  sino por su amabilidad y dulzura en algún momento que me había sentido tan vulnerable como era en el desarrollo de esta habilidad que me parecía no solo difícil de llegar a dominar sino que tenia probaba profundamente. De pronto vi como ella abría el portal y me estremecí un poco era momento de empezar. Levante mi rostro mirando de frente el arco por donde debía ingresar y sin dudar lo atravesé pensando en estar preparada para lo que tuviera que enfrentar.

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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El eterno camino hacia la pirámide parecía que llegaba a su fin, cuando el Black Lestrange se adentró en sus pasillos. Sus pasos producían un cierto eco, a pesar de que el castaño era de pies ligeros, tan acostumbrado al uso de las míticas botas de siete leguas, cuya principal característica era conferir al usuario de una velocidad sobrehumana, aunque ni eso había permitido al hombre de llegar a tiempo al encuentro. Confiado de que, eventualmente, tendría que llegar ahí, tuvo que anteponer su integridad física; no quería llegar hecho pedazos, tal como fue el resultado de sus últimos duelos con el pueblo Uzza. 

Se trataba de un camino de gran opacidad, que impedía ver más allá de unos cuantos centímetros por delante, forzando al castaño-rubio a emplear su varita mágica para orientarse, aunque aquello fuese aproximado. Finalmente, si la pirámide le había permitido entrar, todo desembocaría en la llegada a la Sala Circular. 

«Uno no llega tarde ni temprano, sino en el momento que debe de llegar», rememoró un habitual dicho de uno de sus varios mentores, un reservado barbudo que solía desaparecer por años, sólo para reaparecer con algún presagio del final de la civilización. 

La luz invadió su campo visual, con un resplandor indicándole que llegaba a su destino. La Sala en la que la Arcana le esperaba, a pesar del gran espacio con el que contaba, favoreciendo la acústica, parecía un cementerio con semejante silencio, quizá obra de algún encantamiento que los sabios habían impuesto, o tal vez era producto de su imaginación. Alcanzó a divisar a Ada ya reunida con @ Rosália Pereira ; tal como había previsto, llegaba tarde. 

⎯⎯Una disculpa por la demora, me he perdido un poco en el camino de la vida ⎯ sentenció, dedicando una cabezada a las dos presentes. 

Ada lo había adelantado por mucho, por lo que alcanzaba a escuchar. Tenía sentido, considerando que él casi se había ido al otro mundo en el lapsus, sin mencionar que palpó a oscuras para poder buscar el famoso orbe, por lo que no descartaba la posibilidad de haber entrado por otro pasillo distinto, o haber sucumbido finalmente a la locura o algún encantamiento respirable en el aire. 

Fuera como fuera, había arribado. Sólo restaba aguardar a la Arcana para las indicaciones en lo que respectaba al Portal. Mientras aguardaba a que eso sucediera, se maravilló nuevamente con la vista de la Estrella de Cinco Puntas, acompañada por la serpiente que se tragaba a sí misma, simbolizando un ciclo infinito. 

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