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David Augustus Lestrange

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Todo lo publicado por David Augustus Lestrange

  1. Con todo el dolor de mi corazón tengo que pasarme por aquí. Estaba el otro día aburrido (el 'otro día'... igual hace dos meses o más) y me registré en lo que antes se llamaba Pottermore. Creo que las cuentas que tuve en su día desaparecieron ._. El caso es que me puse a hacer el Sombrero Seleccionador y salí en Ravenclaw. Nunca salía en Ravenclaw, en ningún lado, siempre Gryffindor o Slytherin. Dije: esto tiene que ser un error. Días más tarde repito la operación y vuelvo a salir en lo mismo a pesar de que las preguntas habían cambiado bastante. Así que nada asumí mis nuevos colores, por eso estoy aquí, para saludar a los Ravenclaw del foro. Lo de con todo el dolor del corazón era broma, me parece una casa genial. ¡Feliz semana!
  2. Esperaba con paciencia ser atendido. Se echó un rápido vistazo a su vestuario para asegurarse de que estaba perfecto, se imaginaba por la belleza del lugar que no era la clase de negocio que aceptase a cualquier tipo de cliente. Se sacudió la ropa para retirar una flor, una rosa roja que se le había enganchado a su prenda en el choque con la desconocida, pero al hacerlo se hizo daño con el tallo. Le echó un vistazo a su dedo para darse cuenta de que se había hecho una pequeña herida de la que se escapaba un hilo de sangre sin importancia. Pero su suerte parecía haberse terminado. Levantó la mirada del suelo después de ver la rosa en el mismo. Le daban ganas de pisarla en venganza, pero su mente desperdició esos pensamientos cuando se percató de quién era la persona que se acercaba. Los pasos que resonaban habían sido los de su medio hermana. ¿Qué? ¿Trabajaba allí? Aquello no se lo esperaba. Su corazón se aceleró y sintió un pequeño cosquilleo en su estómago. ¿Acaso los últimos efectos de la poción de la fortuna le habían llevado hasta allí precisamente para encontrarse con ella? Solo pensarlo le hacía sonreír. Era una posibilidad. —Te he seguido con la misma insistencia que un buscador a una snitch dorada en el partido más importante del año. —respondió con una breve sonrisa ante la acusación de su familiar. —Con la misma emoción que un escarbato buscando objetos brillantes. —añadió. Se agachó para agarrar la flor. Lo hizo con sumo cuidado, no quería volver a pincharse. Y con el mismo cuidado que la sujetaba, se la ofreció a su media hermana. No tenía ninguna duda de que todo lo que había sucedido hasta ahora no había sido fruto de la casualidad, sino de la magia. Él había ido al Callejón Diagon en búsqueda de objetos valiosos y quizá en su interior considerase que la Lestrange era el mayor tesoro que podría conseguir. Quién sabe, a lo mejor la referencia al escarbato no había sido tan descabellada después de todo. Esperó que aceptase el obsequio. —¡No! Egocéntrica... —aclaró por si era necesario, riendo levemente. Lo de antes solo había sido una broma, no la estaba siguiendo. Como todavía no se conocían lo suficiente era mejor aclararlo. El mago tenía un humor que no todos entendían. —Pero también es cierto que si me apeteciese seguir a alguien, te seguiría a ti. —comentó pensativo. —Solo para ser el primero en enterarme en caso de que te pasase algo e ir rápido a Gringgots a por la herencia. —bromeó. Se rascó unos segundos la barbilla aún no sabía qué hacía ella aquí. —Pero dime, dime. ¿Qué haces tú aquí? ¿Trabajas aquí? —parecía que sí, pensar eso era lo más evidente. Esa posibilidad hacía que su rostro se iluminase. La iba a molestar un rato en venganza por el recibimiento que le habían dado en el Castillo, pero solo por diversión. —Tú sabes que el cliente siempre lleva la razón, ¿no? Bien. Puedes llamarme Señor Lestrange. —hizo una breve pausa. —Bueno, eso a lo mejor es demasiado formal. Nosotros ya tenemos algo de confianza... ¿qué te parece llamarme Señor Guapo? —cuestionó riéndose.
  3. —A estas alturas deberías empezar a considerarme, al menos, como una visita interesante. —comentó mirando a la pelirroja. A su juicio, ya habían pasado los minutos suficientes como para que no lo siguiesen definiendo como una visita extraña. El Lestrange merecía subir de categoría. Podría haber aprovechado ese momento para preguntar acerca de la identidad del padre de la joven, pero se mantenía pensando que esa clase de cuestiones tan íntimas era mejor dejarlas para cuando existiese cierta confianza. De lo contrario se arriesgaba a recibir una mentira a modo de respuesta. El mago dejó escapar una pequeña sonrisa ante esa confesión. Así de sencillo había podido descubrir a quién pertenecía la herencia. Hacerse con todo lo que había pertenecido a su progenitor era su objetivo. Ahora sabía a quién se la tenía que arrebatar. Sabía de quién necesitaba ganarse la confianza, ganarse el afecto suficiente como para poder engañarla sin levantar sospechas. Pero era mejor quitarse esos pensamientos por el momento, obsesionarse le haría cometer errores. Tenía que ser sutil. Hacerlo poco a poco. Por supuesto, no hizo ningún comentario acerca de esa información. Como no quería que se le notara que la herencia le preocupaba más de lo que admitiría, lo dejó pasar. Ya sabía todo lo que necesitaba para ir elaborando un plan. Era mejor no mencionar nada acerca de ello y no levantar sospechas. También era importante no dejar que ninguna clase de sentimientos interfirieran en nada de lo que pudiera hacer, aunque igual para eso iba tarde teniendo en cuenta lo que le había transmitido su media hermana desde el comienzo. El silencio inundó el lugar. El Lestrange las miró esperando que le dieran una respuesta. Los momentos en los que nadie hablaba podían llegar a ser divertidos si uno se fijaba bien en los gestos que otras personas podían estar realizando. A algunos les daban mucha incomodidad momentos como ese. No pudo evitar arquear una ceja ante la falta de seguridad que transmitían las palabras de Sol. —Parece ser que no lo odian tanto como presumen. Yo siempre he pensado que solamente se puede odiar a personas a las que has amado demasiado y que todavía te importan más de lo que quieres admitir... —dijo de forma pensativa, pero convencido de cada una de sus palabras. —Cuando dejas de querer completamente a una persona no la odias, sino que te es completamente indiferente. —explicó con tranquilidad. No necesitaba que estuviesen de acuerdo con él, nada de lo que pudieran decir le haría cambiar de parecer en cuanto a esa opinión. No es que lo creyese, es que lo sabía. Perfecto. Había aceptado la propuesta. Parecía que no había sido una decisión fácil, a pesar de que el Lestrange había pensado que no durarían ni un segundo en aceptar a causa de las palabras que le habían ido diciendo. —Gracias por confiar. —agradeció sin poder sonreír. Ella podía confiar en él, pero no plenamente. Y eso le hacía sentirse algo culpable. —¿Qué dices tú, pelirroja? ¿Te apuntas? Esperando una respuesta por parte de su sobrina se escuchó la voz de su padre. Si bien la idea principal habría sido poder demostrar todo el odio que sentían por él y encargarse de asesinarlo, había una parte bonita en aquello. —Pueden verlo de otro modo. Tienen la oportunidad de cambiar cómo fue asesinado. No sé qué pasaría, pero tienen la opción de darle una muerte digna, una muerte indolora. Por un lado, vosotras podéis vengaros de todo lo que os ha hecho siendo las encargadas de acabar con su vida, al mismo tiempo que podéis demostrar que aún guardáis amor por él haciendo que sea de una forma rápida y sin sufrimiento. —trató de explicar, esperando que se entendiera bien. —Por el otro, nuestro padre verá que a pesar de sus errores hubo personas que siempre le quisieron. El caballero trataba de ayudar en todo lo posible, pero le daba igual cómo lo hiciesen. Le daba igual si interferían o si eran espectadoras. Sólo quería ganarse la confianza. —Bien... ¿Qué saben de aquel día? —necesitaban reunir toda la información posible. A mayor datos sobre el suceso, más probabilidades había de que consiguiesen su objetivo.
  4. Solo me paso por aquí para espiarte 🤭

    1. Sol Lestrange Black

      Sol Lestrange Black

      ¿Solo a eso?¿ Te gustó lo que ves?❤️

    2. David Augustus Lestrange

      David Augustus Lestrange

      ¿Solo a eso? ¿Acaso hay algo más importante que venir a espiarte? jajaja. Claro que sí ♥

  5. «¡Hasta el infinito y más allá!»

  6. Suerte líquida... El mago había vertido varias gotas de la poción conocida como Felix Felicis en la cerveza de mantequilla que estaba bebiendo. Había calculado que con eso sería suficiente para tener aproximadamente una hora de fortuna, puede que menos. Sin tiempo que perder se encaminó al Callejón Diagon con la esperanza de que los efectos le ayudasen a encontrar objetos valiosos para aumentar su colección. Desde el primer momento sintió que podía conseguir todo lo que se propusiese, seguro que sería una tarde productiva. Hoy sería un gran día. Apenas llevaba un rato recorriendo las concurridas calles de la zona comercial más famosa de Londres cuando pudo cerrar un interesante acuerdo con un mago comerciante que pasaba por allí vendiendo antigüedades. El trato había sido una ganga. Por menos precio de su valor había logrado adquirir un importante lote de cromos de Quidditch de hacía varias décadas. Algo que tanto para él como para coleccionistas especializados en artículos deportivos tenían gran valor. Si decidiese venderlos seguro que ganaría más de lo gastado. Pero no podía parar y conformarse. Tenía que seguir buscando. Todo iba perfecto hasta que pasó por delante de una floristería... —No se preocupe, ha sido culpa mía. —dijo el mago ante las disculpas de una señora que había salido del establecimiento con un ramo de rosas y que había chocado con el Lestrange. Sin darle más importancia el mago prosiguió su camino, pensando con preocupación que los efectos de la poción se estaban terminando y sin percatarse de que el aguijón de una de esas rosas rojas se había enganchado en el sweater que llevaba aquel día y que tan bien combinaba con sus pantalones y zapatos. Vestuario sencillo, cómodo y que le quedaba muy bien. A pesar de todo se seguía sintiendo como en una nube, el efecto aún parecía continuar. Al frente tenía la tienda dónde sabía que más objetos interesantes podía encontrar, pero en un inesperado giro de los acontecimientos su instinto le dijo que ahí no estaba su lugar. Giró a la izquierda para acceder al interior de un hotel hermoso con una arquitectura que lo había maravillado desde el primer momento que la vio. Accedió al interior del 'Diagon Palace Hotel & SPA'. Se había dejado llevar por sus intuiciones potenciadas por la poción. ¿Se estaría equivocando? Avanzó por el interior maravillado por la belleza del lugar. Desconocía que hubiera negocios tan bonitos en pleno Callejón Diagon. Estaba muy por encima de otros lugares en los que había estado con anterioridad. Llegó a la recepción casi sin querer y sin saber muy bien a dónde mirar de tantas cosas que habían llamado su atención. El nombre del lugar no había sido elegido de cualquier manera, realmente era un Palacio. El pobre hombre había tenido que pasar noches en el Caldero Chorreante cuando no muy lejos tenía maravillas como esa. Terrible... —Buenas tardes —saludó con educación esperando ser informado de los precios, habitaciones y servicios que allí encontraría.
  7. ID: 111240 Nick: David Augustus Lestrange Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2022-04-22 Poción: Amortentia Puntos: 160 P Precio: 8550 G Poción: Felix Felicis Puntos: 160P Precio: 9320 G Total de puntos: 320 P Total de Galeones: 17870 G
  8. —Define 'arsenal de vástagos' —pidió el caballero, sorprendido. Tragó saliva. Ante todo había que recordar que había llegado para hacerse el control de todo, principalmente del patrimonio. Tener demasiada competencia haría que eso fuese una misión imposible que quizá no mereciese la pena. Por lo que había querido entender, a su padre no solamente le gustaba disfrutar de la vida sino que encima el hombre no conocía los métodos anticonceptivos. Soltó una carcajada ante las palabras de la pelirroja. A cada rato que pasaba le parecía más impertinente que el anterior, pero como justamente eso era lo que más le estaba agradando de la mujer no pensaba quejarse. Tenía un humor muy similar al suyo. —Nada me asegura que no sean arañas... —dejó escapar a modo de broma mientras se preguntaba qué pasaría si una araña tomaba una poción multijugos. El mago era experto en pociones, pero esa pregunta nunca se la había pasado por la cabeza. Supuso que todo sería probar. ¿Tendría algún efecto? Desde luego, sería curioso. Parecía evidente que no se podrían convertir en unos humanos con la capacidad de hablar, pero a saber... El poder de la magia podía llegar a sorprender. De hecho, siempre sorprendía. —Mata a todos los visitantes que quieras, pero deja escapar a uno con vida para que vaya diciendo por ahí que entrar en el Castillo Lestrange casi te asegura la muerte. —no hacía falta aclarar que él no era visitante, sino habitante del castillo de pleno derecho. Escuchó con atención todo lo que vino a continuación. Parecía ser que su padre, que ahora era un fantasma, no mantenía una buena relación con ambas mujeres. Eso para el caballero eran buenas noticias, cooperar con alguien que seguro le ayudaría a conseguir que nada de la familia quedase para ellas. Pero no. Él quería una familia que le apreciase, por eso su plan era más difícil que llegar y quedarse con todo. Si había una guerra familiar tarde o temprano tendría que posicionarse en algún bando por mucho que le gustase la ambigüedad y ver en qué lado sacaría más provecho. —Pueden creer que me encantaría ser un simple visitante. Y no porque no esté orgulloso de mi apellido o vosotras dos no me gustéis lo suficiente como para ser mi familia, sino justamente me pasa lo contrario. —dijo mirando a la morena, la cual le gustaba demasiado y temía que compartir padre le hubiese quitado todo el atractivo que ella pudiese haber visto en él, si es que le había visto alguno... —Además... ¿no se dan cuenta? Si de verdad fuese todo un plan bien estudiado no tendría sentido venir ahora. El momento perfecto para venir hubiese sido cuando falleció y así quedarme con la herencia que ahora se encuentra en manos de... —hizo una pausa, mostrando despreocupación en la siguientes palabra que diría, pero deseando saber la respuesta con mucho interés. —¿Quién se quedó con la herencia? ¿No me digan que os lo dejó a vosotras a pesar de que le odiaban? —dijo escapándose una pequeña risa algo forzada, pero creíble. Y es que disimular que se moría por saber la respuesta no era sencillo. Había dado argumentos de peso. ¿Sería suficiente como para que comenzasen a dar su brazo a torcer? De manera habitual al mago le daba igual ser rechazado, ser odiado, ser acusado de mentiroso, de maléfico... pero en ese día estaba necesitando conseguir que su media hermana tuviera una buena impresión de él. ¿Por qué el corazón era caprichoso? ¿Por qué no había cerrado los ojos y tapado sus oídos cuando la vio por primera vez? Ah, sí, porque ya hubiese sido tarde por la inmediatez del flechazo. —¡ESPERAD! ¡ESPERAD! Que todo el mundo se pare. Antes de que Alexander haga su aparición estelar... —¿Y si yo pudiera conseguir que fuesen testigos de aquel fatídico día dónde falleció? ¿Y si pudieran ser participes del asesinato? ¿Y si pudieran ver a los asesinos para descubrir su identidad y agradecerles? ¿Querrían? Decirme... ¿de verdad querrían? Miró a la morena. Luego a la pelirroja que se había sentado y se había puesto a comer sin invitar a nadie... Podía pasar por alto su impertinencia, pero no ser invitado a un sandwich lo consideraba una ofensa... No era un supuesto. Podía hacerlo, aunque no fuese sencillo. Había descubierto muchos poderes mágicos desconocidos. Un Libro de Hechizos al cuál se había vinculado hace mucho tiempo le permitía, gracias a sus conocimientos mágicos en otras ramas, conseguir eso de regresar al pasado gracias a un portal. No era una broma. Eran preguntas muy serias porque con suficiente información, preparación y tiempo podía llevarlas a cumplir sus... ¿deseos?
  9. El castillo se ve hermosamente majestuoso ❤️

  10. El caballero se había anotado para seguir con sus enseñanzas en el mundo mágico. Inconformista, buscaba ampliar sus conocimientos y habilidades en busca de una sabiduría mayor. Lejos estaban las grandes ambiciones de poder, a pesar de que ahora lo seguía buscando todo era de una forma diferente. Se tomaba las cosas con mayor calma que antaño, utilizando solamente su varita mágica en complicaciones que realmente lo requiriesen. Le gustaba librar batallas de otro tipo que supusiesen un verdadero reto para su intelecto. Pocas veces había encontrado adversarios que estuviesen realmente a su altura, así que la mayoría de sus enfrentamientos se habían vuelto aburridos. Pesados. Desde que tenía en sus manos una de las Reliquias de la Muerte poco se había dejado ver. Estaba dándole uso antes de que tuviera que devolverla al que se la había prestado. El sueño imposible de hacerse con las tres seguía vivo en su interior, mas sabía que eso jamás sucedería. Ser el 'Señor de la Muerte' seguro que tenía sus ventajas, pero como todo en la vida no le cabía ninguna duda de que con ello iría alguna clase de responsabilidad o peligro que no estaba dispuesto a asumir. En cualquier caso, era consciente de que uno nunca olvidaba sus deseos más profundos y que esa ilusión seguiría viva en su interior hasta el final de los días. Pero no era un tema del que tratar ahora. Para su sorpresa le había llegado una lechuza que le informaba de que su aprendizaje estaba a punto de comenzar. Le sorprendió la rapidez, había hecho planes para esos días pensando que tendría que esperar semanas antes de acudir a la Universidad Mágica, pero no se quejaba. Mejor ahora que dentro de un mes, de eso no tenía ninguna duda. ¿Y qué hizo a partir de ese momento? Prepararse. Ropa cómoda, varita en mano y los artículos que venían con el libro, entre los que se encontraba un anillo y un amuleto. Lo llevaba todo consigo, por lo que pudiera pasar. Por si acaso también llevaba consigo anillos, amuletos y collares de libros que estudio en el pasado. Un pasado lejano a decir verdad. Acabó llegando a un templo. Comenzó a caminar por el mismo, siguiendo lo que parecía ser un camino marcado precisamente para que los estudiantes lo recorriesen. No estaba seguro de que estuviese yendo en la dirección correcta, pero se dejaba guiar por sus piernas que parecían saber qué destino tenían que seguir. Se encontraba emocionado y expectante de descubrir sus límites, de ver hasta dónde podía llevarle la magia. Pero esta consciente de que por mucho poder que se tuviera, si no se sabía usar con inteligencia no servía para nada. Personas poderosas podía haber muchas, pero que supiesen darle buen uso a sus capacidades no había tantas. Demasiado poder en magos equivocados. Lo que se encontró ante sus ojos después de un largo paseo fue un portal. Bajo sus pies había un círculo perfecto dibujado, no le llamó demasiado la atención porque no le parecía gran cosa. Un simple círculo. Lo interesante eran los grabados que había en el mismo, pero no tuvo tiempo para fijarse demasiado en ellos. Sabía que lo que tenía que hacer era cruzar el portal, era lo evidente, lo coherente. No sabía que se encontraría al otro lado, pero ahí estaba la gracia. Ahí estaba el motivo por el cual su corazón comenzaba a latir con más fuerza, la incertidumbre. Era un hombre que necesitaba vivir con emociones constantes, era un hombre que necesitaba la adrenalina en su día a día. Cielo oscuro y silencio fue lo que le encontró tras cruzar. Y no quiso romperlo, esperó. Sabía que ahí se encontraba quién se encargaría de enseñarle y decidió darle el honor de tener la primera palabra...
  11. —Tienes una imaginación fantástica, sobrina. —dijo hablando con calma. Aquello le parecía divertido en gran parte. La desconfianza de las mujeres hacía que todo fuese más complicado, ya sabía que tendría que esperar más tiempo del imaginado en un primer momento en poder llevar a cabo sus planes. Sus palabras no eran del todo erróneas, era cierto que el mago tenía interés en ocupar el puesto que estaba libre. En todo lo demás estaba equivocada y era su obligación tener que hacérselo ver con el paso de los minutos. —¿No ha pensado en ser escritora? —a lo mejor ya lo era. Esperó a que terminara su intervención mientras las miraba fijamente, tratando de estudiar sus comportamientos. Conocerlas le daría mucha ventaja. —¿En serio desconfían? No me lo parece. Tenían la opción de ser agresivas y tratar de atacarme desde que me escucharon —comentó con un tono de voz que transmitía seguridad en sí mismo, tratando de decirles que era mejor que eso no se les pasase por la cabeza, sería un auténtico desperdicio que aquello acabase en batalla. —O tenían la oportunidad de ser astutas. Invitarme a una copa, echarme unas gotitas de Veritaserum sin que me diera cuenta y preguntarme lo que quisieran hasta que confesara hasta mis más oscuros secretos... —pero tampoco lo habían hecho. Sólo se habían quedado ahí, mirando al supuesto mentiroso. Al supuesto estafador. —Así que si me lo permiten, estoy convencido de que hay algo dentro de vosotras que os dice que quizá esté diciendo la verdad. —soltó frotándose las manos durante un instante, las tenía algo frías y quería que entrasen en calor. Iba a proseguir hablando, por supuesto. Era un hombre que podía estar divagando todo el día, sólo estar debajo del agua le hacía callar. También tenía un don para ser escritor y ahora le tocaba demostrarlo. —Claro que... podéis haber sido vosotras las que habéis investigado, las que habéis planificado de algún modo la muerte de mi padre y las que estáis montado esta actuación para parecer inocentes. Ya sabéis lo que dicen; 'Piensa el ladrón que todos son de su condición' Pero como sabía que si seguía así aquello iba a ser un bucle interminable daría su brazo a torcer. A fin de cuentas, ellas llevaban razón. Era él quien tenía que demostrarles quién era. Lo sabía. —Tú puedes llamarme como quieras... —confesó. Le respondería igual. Si el nombre de 'David' se le olvidaba podía usar otro. ¿Qué importaba? —Y como tus necesidades son ahora una prioridad para mí... Está bien. —dijo mirando a Sol, teniendo la capacidad para tratar de ser un caballero hasta en esa situación. Todo había salido perfecto. Gracias a aquello había descubierto que su sobrina era inteligente, con imaginativa, impertinente, desconfiada y guerrera. La tendría que vigilar de cerca. También había descubierto que el lobo con apariencia peligrosa parecía hacer más caso a Sol, pues era ella la que lo acariciaba. Y, por si fuera poco, acababa de decir que les daría las pruebas solamente porque la mujer se lo había pedido en última instancia. Eso algún punto tendría que darle a su favor, ¿no? Sacó su varita e hizo un movimiento con ella. Un papel apareció en su mano. —Puedo mostrarles mi certificado de nacimiento, pergamino donde sale el nombre de mis padres —guardó la varita y se llevó la mano detrás de su hombro izquierdo. —Les puedo enseñar una pequeña marca de nacimiento que mi madre me aseguró que no soy el único Lestrange que la tiene. De hecho dijo que mi padre tenía una parecida... —y dejó lo mejor para el final. —Pero... ¿por qué no se lo preguntan directamente a él? ¿Lo llamamos para que se una? —fuese como fantasma o fuese como cuadro, seguro que estaba allí. Seguro que Lord Lestrange no andaba lejos. ¿Qué opción elegirían?
  12. ID: 111240Habilidad (en caso de que se trate de la habilidad de Animagia, especificar preferencia de animal): Legilimancia & MetamorfomagiaNº de conocimientos que se poseen: 9Link a la Bóveda: https://www.harrylatino.org/forums/topic/89424-bóveda-de-david-james-dumbledore/Link a la Ficha: https://www.harrylatino.org/forums/topic/89335-ficha-de-david-augustus-lestrange/
  13. ID: 111240 Libro de Hechizos: Libro de los Ancestros Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): https://www.harrylatino.org/forums/topic/110791-bóveda-trastero-de-james-fleamont-potter/page/10/#comment-5486546 Link a la Bóveda: https://www.harrylatino.org/forums/topic/89424-bóveda-de-david-james-dumbledore/ Link a la Ficha: https://www.harrylatino.org/forums/topic/89335-ficha-de-david-augustus-lestrange/
  14. Nick: David Augustus Lestrange Número de bóveda con link: 89424 ¡Gracias!
  15. ID: 111240 Nick (con link a la ficha): David Augustus Lestrange Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: 34 Fecha: 2022-04-02 Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): -- Criatura: Kelpie Puntos: 80 P Precio: 4.000 G Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): -- Criatura: Yeti Puntos: 80 P Precio: 4.000 G Total de puntos: 160 P Total de Galeones: 8.000 G
  16. Era consciente de que ni aunque hubiese tomado la poción Felix Felicis antes de presentarse al Castillo Lestrange podía pretender tener un recibimiento mucho más cálido. Estaba justificada la desconfianza, incluso que pensasen que era un loco que no tenía nada mejor que hacer. Aquello no era algo que le hiciese dar marcha atrás, que le provocase ganas de querer irse. ¡Al contrario! Qué divertido. Por eso, mientras centraba sus ojos en la pelirroja esbozó una sonrisa. Ese carácter que parecía tener le gustaba al Lestrange, que siempre estaba más que preparado para esa clase de enfrentamientos dialécticos. Se llevó las manos a la espalda de forma relajada. Manteniendo la calma. —¿Dirías? Yo acabo de oírte decir de forma clara 'Bienvenido, pasa y toma asiento'... así que gracias. Tú lo has oído también, ¿verdad que sí? —preguntó a la castaña. Sí, sí... Había entendido perfectamente qué quería decir la mujer, pero decir esas palabras... las había dicho. Eso nadie lo podría negar. Hablaba con un tono amable y una sonrisa que lo acompañaba. Simplemente quería ser educado y, por supuesto, marcar cierto territorio para ir dejando claro que desde el momento que había puesto sus pies en el Castillo, por muy pacífico y simpático que fuese a ser, los tiempos iba a marcarlos a su gusto. Tenía el mismo derecho que las dos mujeres de estar allí y de hacer lo que quisiese dentro de sus paredes. Hizo un gesto quitando importancia al asunto, pensando que era una locura que pudiese regañar a la que después descubriría que se trataba de su sobrina. Una verdadera Lestrange tenía que ser así. Y era bueno que lo demostrase cada vez que tuviese oportunidad, por lo que el caballero había leído hace tiempo en libros sobre familias mágicas el pelo pelirrojo era más típico de una Weasley que de una Lestrange... Claro que el libro tenía mucho tiempo y esas cosas podían haber cambiado. Pensándolo bien, a lo mejor su padre sí que era un Weasley. Bah, daba igual. —No es necesario que recalques que eres legítima, hacéis bien en pensar que soy ilegítimo, un bastardo. —sonaba mal, pero era así. Lo que no sonaba mal era su nombre, muy acorde. El Sol da luz y ella alumbra con su belleza, muy bien elegido.—Yo no vengo a por la fortuna familiar, ni nada parecido... Lo único que quiero conseguir es vuestro amor, vuestro cariño y vuestro aprecio. Quiero estar con mi familia —estaba mintiendo porque a ver... sí que venía a por la fortuna. Pero ahora ya no solamente venía a por eso y miró a la castaña mientras pronunciaba esas palabras. —Antes responded... ¿cómo vosotras dos podéis demostrar a los demás que sois madre e hija? Porque salvo que tengáis una fotografía del momento exacto del nacimiento y, por favor, si la tenéis espero que no me la enseñéis... —no era un momento bonito de ver. Salvo que se fuese el padre, quizá. —El resto de pruebas seguro que no lo afirmarían con rotundidad absoluta. —dijo esperando pacientemente. La misma prueba que ellas darían, la daría él. Había formas de demostrarlo, pero si uno no quería creer, no creía... Esperaba no haber abierto ningún tema delicado. Iba a ser muy gracioso -y dramático- si por algún motivo la pelirroja descubría que Sol no era su madre biológica.
  17. Qué fácil se gastan los galeones :c

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    2. David Augustus Lestrange

      David Augustus Lestrange

      Gracias por tu comprensión, Cillian xD.

       

      Jajajaja. Shh. No mires mis finanzas, eso es muy privado. 

    3. Samy Lestrange

      Samy Lestrange

      Pero si de aquí lo veo xD Yo sólo digo que las nuevas adquisiciones familiares deberían llegar cargadas de obsequios y dispuestas a gastar mucho, es una vieja costumbre Lestrange(?)

    4. David Augustus Lestrange

      David Augustus Lestrange

      Jajaja ya sé que lo ves, pero como boicoteas mi drama no quiero que mires mis galeones :c

      Tú pide obsequios sin miedo, eres mi sobrina favorita. Y no porque seas la única que conozco (e igual la única que tengo, eso ya no sé xDD)

  18. ID: 111240 Nick: David Augustus Lestrange Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Boveda Link a Tópic de la clase o a la prueba: -- Nivel Mágico: 34 Fecha: 2022-03-31 Nombre del producto: Libro de los Ancestros Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): 25 Precio: 25.000 G Nombre del producto: Consumible o Libro de Hechizo: Nivel (del libro): Precio: Precio total: 25.000G
  19. ID: 111240 Nick (con link a la ficha): David Augustus Lestrange Link a la Bóveda Trastero: Bóveda trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: https://www.harrylatino.org/forums/topic/89424-b%C3%B3veda-de-david-james-dumbledore/ Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: 34 Fecha: 2022-03-31 Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): -- Criatura: Kelpie Puntos: 80P Precio: 4.000G Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): -- Criatura: Yeti Puntos: 80P Precio: 4.000G Total de puntos: 160P Total de Galeones: 8.000G Ay :c Algo raro pasó con el link de la bóveda. Lo siento. Cuando pueda, regreso ._.
  20. ID: 111240 Nick (con link a la ficha): David Augustus Lestrange Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: 34 Fecha: 2022-03-31 Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): -- Criatura: Graphorn Puntos: 80 P Precio: 4.000 G Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): -- Criatura: Ave del Trueno Puntos: 80 P Precio: 4.000 G Total de puntos: 160 P Total de Galeones: 8.000 G
  21. —Estoy buscando a los descendientes de Lord Lestrange, necesito hablar con ellos asuntos de suma importancia... ¿se encuentran aquí? —preguntó a la elfina doméstica que fue a su encuentro. Tan pronto como la criatura apareció para abrir la puerta, se fue. Intuyó que en busca de aquellas personas que quería encontrar. Aprovechó ese momento para adentrarse en el interior del castillo, a esperar con paciencia. Se quitó la túnica y la dejó colocada a un lado. Centró los ojos en el tramo de escalera, pero al darse cuenta de que aquello no sería tan inmediato cómo pensaba comenzó a distraerse con la decoración del lugar. Era la primera vez que conseguía entrar en el hogar de su familia paterna. Ya estaba dentro. Hasta el momento todo había ido tal y como había imaginado, pero ahora llegaba lo realmente complicado. El verdadero reto estaba en socializar con los miembros y conocerlos. Quería causar una buena primera impresión, quería conseguir que los habitantes se sintiesen felices y contentos de su llegada. Porque a pesar de que no llevaba maletas para no ser demasiado directo con sus intenciones, a partir de ese momento comenzaba a vivir allí. Y no había nadie que pudiera impedírselo. Pero no buscaba conflicto, por ahora. Aquellos pensamientos en su cabeza provocaban que, a pesar de encontrarse viendo la elegante decoración del vestíbulo que tenía ante sus ojos, no fuese capaz de apreciarla cómo debería. En sus sueños había idealizado tanto el interior del Castillo Lestrange que estaba predispuesto a considerar cada objeto decorativo del lugar como magnífico aunque no lo fuera lo más mínimo, mas no sería ahora. Se podía decir que estaba inmerso en sus mundos con la mirada perdida, algo que cambió cuando escuchó una voz femenina saludándole que le hizo girarse para ver a la causante. Automáticamente esbozó una leve sonrisa. Dicen que siete segundos son suficientes para tener una primera impresión de alguien. Siete segundos para saber si odias o amas. Siete segundos que construyen los cimientos de lo que podría ser tu relación con otra persona... Al elegante caballero le sobraron seis para tener una primera impresión de la mujer del pelo oscuro. Seis segundos que aprovechó para mirarla en silencio asegurándose de que su primer pensamiento no había sido equivocado. Y no, no lo había sido. Hasta la voz había sonado dulce, atrayente. La llama que había parecido nacer en su interior no estaba dentro de sus planes en ninguno de los muchos supuestos que había planeado. —Disculpad. Me he quedado de piedra por los nervios del momento. —justificó su silencio durante esos segundos con una leve sonrisa y una pequeña mentira, porque sonaba mejor lo que había dicho que decir: 'He estado en silencio observando la belleza de la morena, pensando qué intenciones podría tener la pelirroja y calculando qué tan peligroso podía ser el lobo'. Se acercó a las personas que le habían recibido de forma lenta para demostrar que su acercamiento era completamente inofensivo y no se pusieran en alerta. —Permitidme que me presente. Soy David... —tomó la mano de la primera y le dio un pequeño beso en el dorso de la misma. —Augustus...— y tras el segundo nombre repitió la operación pero en la mano de la segunda mujer. Se alejó cuando era el turno del beso en la pata del lobo. Con su magia podía controlar a criaturas y animales, pero no quería usar su arma mágica ni tampoco acercarse tanto a un animal de esas características sin ganarse antes su confianza. Lástima por el animal que hoy no podría sentir los suaves que tenía sus labios, quizá otro día... Volvió a su posición, con calma. Para conocer a las personas hay que hacerles reaccionar. Y para hacerles reaccionar no puedes quedarte parado en el vestíbulo limitándote a decir un 'Hola', tienes que hacer cosas. Pero lo que pensaba que más les haría reaccionar llegaba ahora. Había dejado lo mejor para el final, para dar un aura de misterio extra a su llegada. —Lestrange. David Augustus Lestrange. —dejó caer como un jarro de agua fría esperando ver cómo se lo tomaban. ¿Sabían de su existencia? ¿Les pillaría por sorpresa? —Hijo de Lord Lestrange. —Era el turno de ellas.

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