Lillian Potter Evans

Segunda Planta.

Y ahí estaba. Ese día había ido al Ministerio con el propósito de hacer unos trámites algo enojosos, pero al verse atrapada entre papeleos y horas muertas, había decidido pasarse por la oficina de su esposo, esperando encontrarle ahí para ir a almorzar o comer juntos.

- Soft Green pillow♪♪ – canturreo caminando grácilmente hacia la recepción, asombrándose al ver un silueta femenina de capucha negra salir a toda prisa del lugar.

Su garbo al andar denotaba su cansancio producto de su abultado vientre de 5 meses, mientras su zafíreos ojos recorrían con detalle el lugar percatándose de la presencia de Enrick junto a la de Tom.

- Chicos, ¿hola? – exclamó caminando ya con premura y con la varita en ristre al ver lo solitario del lugar, aproximándose a la puerta cuyo letrero rezaba el cargo del Marauder. Y con delicadeza poso su diestra sobre el pomo casi sellado de la puerta, tratando de abrirlo.

<<No es propio de una dama, pero…>> pensó entrecerrando los ojos al escuchar voces dentro de la oficina.

- Alohomora – susurro conteniendo la respiración, a la vez que la puerta cedía lentamente ante el encantamiento revelando la escena interior, llegando hasta sus oídos las últimas palabras de el Ryddleturn.

- ¡Circe! – exclamo la pelinegra, llevándose ambas manos al pecho justo encima del dije que él le hubiese regalado – Enrick.. Tom – susurro apenas, conteniendo el aire mientras todo comenzaba a darle vueltas siendo la realidad quien hablaba por aquellos hombres.

La chica misteriosa, él sobre el sillón, y la ropa desperdigada por el suelo. – Yo… necesito aire – susurró la ojiazul, saliendo del lugar sin esperar explicación alguna.

<<Salir de aquí>> mpensó sintiendo un grueso nudo formarse en su garganta, impidiéndole hablar por lo que impotente y tambaleante dirigió su andar hacia los ascensores recargando el cuerpo sobre las rejillas doradas de uno.

- Expecto Patronum – siseo, convocando un deslucido quetzal, quién triste pío revoloteando encima de su ama para después desaparecer en busca de la única chica que podría ayudarle en ese momento: Valentina.

Cuarta Planta. Departamento de Control y Regulación de las Criaturas Mágicas.

<<Ya llegamos>> pensó con tedío acariciando la dulce curvatura de su vientre, escuchando a su vez, la gélida voz anunciar el nombre de la Cuarta Planta, lugar al que se dirigía la sacerdotisa con algo de prisa. Aún tenía cosas que hacer, sin embargo, aquello era primordial puesto que días postergando el trámite.

Aquel soleado día se le antojaba por demás molesto, sobre todo con los achaques propios de su embarazo – Espero que no sea tardado – murmuro para si, caminando grácilmente hacia la recepción que lucía algo abarrotada.

- Genial – siseó, acomodando el bajo de su vestido beige, contrastante con sus accesorios y sandalias de tacón azules. Sin dejar de andar con algo de cuidado, camino directo hacia el cubíc*** de recepción.

- Buenas tardes, necesito un formulario para registro de criaturas mágicas – anunció con voz cantarina, sonriendo hacia la persona encargada. Esperaba no haber soñado brusca o desesperada, pero le urgía que el trámite acabara pronto y con suerte, mejor iría a casa a descansar.

Espero paciente a que alguien se los proporcionara, entreteniéndose mientras tanto en observar a su alrededor y chasquear los dedos contra el broche de su bolsa, cuyo tamaño ni siquiera se acercaba a la gran cantidad de cosas que su dueña traía dentro.

Lily Potter…

Había despertado sobresaltada al sentir un pequeño escozor sobre la muñeca izquierda, sintiendo aún el fresco aire de Ottery entrar por el balcón abierto de su cuarto en la Potter Black. – Pa.. – y dejando la frase en el aire, posó su azulada mirada sobre su mano, dándose cuenta de que el dije de la hadita titilaba notoriamente, a la vez que un dolor en el pecho le cortaba la respiración antes siquiera de poder pararse.

- Amita – susurró una ágil Pallas, posándose a un lado de la adoselada cama con sus orbes plateados fijos en la pálida figura de la Potter – ¿Vuelve a sentirse mal? ¿Quiere que llame al amo Tom o a su madre? – inquirió tomando un pañuelo del buró cercano para pasarlo por la perlada frente de su ama.

- Yo… - balbuceo, respirando agitadamente y tratando de calmarse – Algo pasó… Jesse me necesita pero… - dichas palabras fueron expresadas mientras la pelinegra salía de la cama y se erguía, despabilándose mientras avanzaba con premura hacia el baño, mojando su cara en el lavabo.

- Iré a San Mungo – sentenció saliendo del baño y cogiendo su varita de la cama; invocando una pequeña cartera – Si preguntan, di que fui a revisión – ordeno a la elfina frente a ella, quien solo atino a asentir. – Y otra cosa, ¿Puedes llevarme allá? – inquirió la francesa.

- Claro que si ama, solo tenga cuidado y de paso vaya a la planta de maternidad para sus chequeos – rogó la criaturita caminando hacia la bruja para tomar delicadamente su mano.

- Lo haré, pero es mejor que nos vayamos ya – pidió, observando la concentración de la elfina y el subsecuente bajón de tripas que anunciaba la aparición.

Quinta planta, en busca de Jesse y encuentro con Laura (?)

- Llegamos, amita – musitó a elfina cuyos ojos preocupados estaban posados en la figura femenina a un lado de ella. La bruja en cuestión aún conservaba un tono pálido en su semblante y sus orbes zafiro estaban fuertemente cerrados.

- ¿Enserio? – respondió, entreabriendo los párpados para corroborar las palabras de Pallas, quien sonrió. Y es que la aparición conjunta nunca había terminado de agradar a Lily, solo se sentía bien si su esposo la hacía, cosa que no había pasado ese día.

- Gracias, vuelve a casa, cualquier cosa enviaré un patronus – apuntó sonriendo con desgana mientras caminaba grácilmente por aquel lugar. <<¡Que aroma!>> pensó arrugando la nariz, pues el olor a hospital, desinfectante y demás le desagradaba sobremanera.

- Que todo esté bien – rogó caminando en busca de alguien que pudiese orientarla, observando los pasillos atiborrados de magos y brujas, algunos con batas o pociones extrañas. Un extraño escalofrió recorrió su columna al darse cuenta de la planta en la que estaba, caminando más a prisa logrando que su vestido se levantase de cuando en cuando.

- Por aquiii – canturreo débilmente, abriendo los ojos de par en par al ver una silueta femenina salir de un cuarto y tambaleante, caminar como si buscara algo. – Yo le conozco – susurro para si la sacerdotisa, acercándose más a la bruja reconociéndola del todo.

- ¡Laura, por Circe! – casi grito, cogiendo un brazo de la aludida y pasándolo sobre sus hombros – Así que fuiste tú, ya decía yo que ese dolor no era normal – corroboró, posando sus orbes zafiro en la desorientada tez de su amiga, con una mirada reprobatoria en ellos. – Debiste quedarte en la cama, supongo que Jesse salió y por eso escapaste – dedujo, regresando sobre los pasos de la Haugthon.

E ingresando en la blanca habitación, con premura y cuidado dirigió el magullado cuerpo de su embarazada amiga hacia la cama, recostándola parcialmente.

- Y no intentes reincorporarte, que si no, te hechizo… es por el bien de Anto – masculló como disculpa, sonriéndole tristemente – Traje algo de ropa para cuando te den de alta, ¿Quieres hablar de lo que paso? – inquirió, preocupada por el estado de su amiga.

*le regresa el mordisco a Madeleine*

Apoyo a Mei Black Delacour

* se come a Franko de un bocado *

Apoyo a Mei Black Delacour

*las avienta a un barranco, sobre todo a Franko*

Apoyo a Mei Black Delacour

*se come a Jay* carnívora too

Apoyo a Mei Black Delacour

*sal de acá Jay, la empuja tantito*

Apoyo a Mei Black Delacour

*se adelanta a Ishaya por que si* ahora si esta bien o no¿? xDD

Apoyo a Mei Black Delacour

**se pone delante de Ishaya*

Apoyo a Mei Black Delacour

*empuja a Madeleine con su abultado (?) vientre*

Apoyo a Mei Black Delacour

*empuja tantito a Cornelius para hacerse lugar*

Apoyo a Mei Black Delacour

*llega a reclamar el mafilliak y los corro a todos*

Apoyo a: Mei Black Delacour

El escaso vientecillo mecía su ahora rojiza melena, mientras caminaba a paso lento por las callejuelas del Capitolio protegiendo con ambas manos su curvado vientre. Desde el cataclismo, el haberse quedado sola y con la responsabilidad de su hijo, le habían hecho desconfiar de la mayoría de la gente, aún cuando su posición social fuese buena sobre todo ante la falta de magia.

- Allá es – musitó para sí, levantando con sus níveas manos el bajo de su vestido para no ensuciarlo con los despojos en el suelo y con todo grácil andar que su embarazo le permitía, se dirigió hacia el stand que el Capitolio había permitido para la venta de criaturas.

De antemano sabía que la revisión al entrar sería molesta y hasta cierto punto fastidiosa, pero no renegó al llegar frente a un guardia, quién grosero le obligo a mostrar su identificación. – Si, si soy Lillian Stark – respondió al escuchar la incredulidad en la voz del hombre frente a ella. Lamentaba haber tenido que cambiar su nombre y parte de su identidad, pero si eso la ayudaba a mantenerse viva y con ello a su hijo no-nato, lo repetiría.

Cuando la aprobación fue dada, camino con soltura adentrándose en el lugar observando atenta con sus orbes azules cada vitrina. Sin embargo, una criaturita llamó su atención en especial atrayéndola con su charla graciosa.

- Vaya, si eres hermosa – musitó colocando la diestra sobre el cristal apenas y tocándolo un poco.

Y sin dilación, sonriendo caminó hacia el escritorio, para rellenar el formulario correspondiente. – Espero que todo esté correcto – explico a la persona encargada de recibir el papel.

ID: 112725

Nick: Lillian Potter Evans

Bóveda: 92743

Fecha: 2012-07-17

 

 

Nombre del producto: Maffiliak

Objetos, Criatura o Poción: C

Catalogación: XX

Puntos por unidad: 20 pts

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 1000 G

 

Precio total: 1000 G

Total de Puntos: 20 pts

 

Compra por propietario o propiedad: Propietario

Saben que.. deberíamos ponernos de acuerdo para spamear esté lugar (ni tan spam, llenar las dos líneas en realidad) y así subir más el contador, porque siempre hacen las trivias cuando uno esta trabajando juro! So... Mas te vale que me cumplas Mei besha~ sino tabla! aunque Heko me la devuelva después...

Y Heko maltratador de gente, maltrata al Lauti flojo (a quién le pido encarecidamente que en su clase de rol básico repruebe a Alexander Ovish, no pregunten xDD) y obligale a que se pase acá... nos abandona y debemos animar a la Mei mucho mucho y dejar este tópic como en la página 52 ¿? hahahaha

Ok, basta de desvaríos .. mejor sigo viendo la movie... Besitos

Ya quedo registrado eeh, que conste que tengo testigos que mi primosa besha me deberá una firma Ains qe ilu me hace, ya tendeeré blinkie y firma nuevitos después de esto.... Por fin, algo para que la saga me guste con eso de que los juegos fámelicos no me agradan del todo xDDDD

Lauti, sos un genio con el nombre! Me partí de risa al leerlo....

So, me voy a hacer roles pendientes y MUCHA SUERTE MEI!!!!!

Lala♪♪ no vengo obligada por Mei ni nada por el estilo eeeh :rolleyes: Vengo a relajear y apoyar a la primosa besha y al Hekoso que aunque me había tenido abandonada lo perdono solo por que igual lo voy a ver acá .-. ...

Veo que lo del pack no solo lo pensaba yo, pero bueee a los dos se les quiere y por igual, así que... cualquier cosa avisen y armamos boicot o campaña limpia (cofno como en Méxicocof) ... So, espero haber completado las líneas

Lalalal 3

90 y yo?

Lalalal 2

Jo! rápidos!

Había una vez un barco chiquito ¿? xDDD

Yey!!! Spa spam spam

Se encontraba rebosante de felicidad. Escuchar cada palabra que el Marauder le brindaba, su rostro ahora iluminado por la noticia lograba arrancarle más suspiros y sobre todo, un nuevo deseo de poder estar así siempre.

El eco de las últimas palabras que él le había dicho le hicieron sonreír aún más de lo que ya lo hacía. <<Yo más>> pensó mientras observaba a Dorothy y las restantes personas. Ansiaba llegar a casa y sobre todo comunicárselo a Jesse para empezar a programar las visitas a San Mungo.

De nueva cuenta él la trajo a la realidad, al sentir la fuerte mano masculina sobre su mojada mejilla. – Estoy bien cariño – respondió a la pregunta muda que los ojos de él le habían formulado, entrelazando más sus manos. Sabía de sobra que de ahí en adelante todo tendría que ser diferente, pero esperaba que los cambios no fuesen del todo drásticos.

- Dorothy, quizás no seamos tus padres pero… - meditó las siguientes palabras luego de ver la emoción y sentimiento que embargaba a su sobrina; tras el detalle de sus padres, sonriendo antes de agregar – Ven acá, linda – murmuró atrayéndola hacia ellos y rodeándola en un cálido abrazo.

Esperaba que aquello no molestase a la Westrong, sin embargo, cuando las lágrimas volvieron a empañar su vista, la ojiazul notó que parte de eso se debía a su sentimentalismo debido al embarazo. - Saben... tengo el presentimiento de que serán gemelos - murmuró como si nada, conteniendo la risa al ver la cara de asombro de tío y sobrina.

Sin siquiera protestar, se dejó halar por su marido quien la observaba como si tuviese algo especial. Y antes de que pudiese pronunciar palabra, el cálido abrazo que le brindó, logró que cristalinas lágrimas se agolparan en los zafiros orbes de la pelinegra, mientras un nudo en la garganta le impedía emitir sonido.

<<Je t’aime>> pensó, sintiendo como gotas saladas recorrían sus mejillas desde sus ojos. Una sonrisa asomó a sus rosados labios luego de ver el tacto con que Tom empezaba a mostrar con ella, esa delicadeza de quién posee una muñeca de porcelana.

- Ya pasará – murmuró como respuesta al ver el tono rojizo que aún perduraba en su melena y que él tenía entre sus manos. Los ojos de la bruja no se despegaban de la tez del pelinegro, quién permanecía pasmado frente a ella con la mirada perdida. Con premura, posó su diestra sobre la mejilla masculina dejando suaves caricias en espera de su verdadera reacción.

Y cuando al fin pronunció su nombre, que sonó como melodía para la sacerdotisa el repentino besó la descoloco logrando sonrojarla mientras correspondía al mismo con fervor, teniendo que separarse cuando el deseo comenzaba a hacerse presente en esa muestra de tierno afecto.

Su corazón seguía latiendo desenfrenadamente, casi como aquel día en la mansión en que se había dado cuenta de su embarazo, cuan contenta y radiante se sentía al ver la alegría que colmaba al Marauder y a su sobrina.

- Pues no sé cariño – musitó posando sus orbes zafiro en los dos westrong tratando de contener una carcajada ante las palabras serías que el pelinegro le había dado a su sobrina – Además, creo que Do será una excelente prima – afirmó mientras besaba la mejilla de la bruja de orbes verdes, sin soltarse del agarre que Only tenía sobre ella.

Y fue en ese momento en que reparó en las palabras dichas por Tom. –¿También piensas que será niño? – inquirió curiosa, posando su siniestra sobre su aun plano vientre.