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Lillian Potter Evans

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Mensajes publicados por Lillian Potter Evans

  1. Aquel lugar definitivamente era espectacular a los ojos de Lily. Sencillamente había seguido a un duende mal encarado que entre murmullos la había conducido por una puerta estrecha y un pasillo interminable hacia un espacio abierto en las profundidades del banco mágico.


    Recordaba la primera vez que había ido ahí y como había solicitado la máxima seguridad para su bóveda así como que se encontrará en una bifurcación de las tantas que ahí había.


    Eran dos puertas gemelas talladas y pulidas en la roca, la de la derecha con la leyenda POST TENEBRAS, LUX en el borde superior además de poseer una cerradura en forma de unalome con encantamientos ancestrales y la de la izquierda, sencilla pero con la misma cerradura y un hechizo de sangre cuyo propietario abriría en su momento.


    Al entrar, su parecido con una cueva es indiscutible exceptuando el hecho de que al reconocer el aura de su propietaria, la luz se hace presente reflejándose en las paredes cubiertas de relucientes amatistas como si fuera una esfera de cristal, en cuanto se entra, la puerta desaparece y solo vuelve a hacerse presente cuando Lily con la punta de Evenstar toca un cristal en específico que nadie mas que ella sabe reconocer.









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  2. No esta tan segura de si su método funcionó, lo único que siente es un calor abrasante y en cierta parte obsesivo que se quiere adentrar, escapar ...

     

    Y la escucha, o al menos visualiza como aquel ente corrupto abandona poco a poco el cuerpo de su tía por lo que la pelinegra la suelta lentamente sintiéndose algo cansada. Aquella misión estaba representando más de lo que ella había calculado y si bien tenía la convicción de que unirse a la orden era un deber, no contaba con que lo haría justo al regresar de mucho tiempo en el mundo muggle.

     

    Perdida en sus cavilaciones se encontraba cuando el jalón por parte de la pelivioleta le trajo de vuelta a la realidad, ayudándola a tenerse en pie.

     

    - ¿Que no estamos unidos? - preguntó incrédula, cayendo en cuenta de cuan obvia resultaba esa pregunta.

     

    No obstante, siguió con la mirada el libro cuya portada reflejaba una espada sublime y poderosa a la vez.

     

    - ¡Excalibur! - murmuró prestando atención a lo que Madeleine y los demás comentaban al fondo. Invocaciones, intentos fallidos, todo aquello se le antojaba por demás absurdo, lo que si le quedaba claro era que tenían que trabajar como un conjunto, por lo que decidida avanzó hacia dónde se encontraba Vera, quién ya sostenía una majestuosa arma en sus manos.

     

    - Es hermosa - musitó sintiéndose intimidada pues debía admitir que ella nunca en su vida había manejado algo por el estilo, y aquella bruja parecía elegante y ágil como si aquello fuera cotidiano.

     

    Sus pies se encontraban en contacto directo con las frías baldosas del suelo haciéndole estremecer sin embargo, su determinación a deshacerse de aquella corrupción que tanto daño les había causado fue mayor por lo que con súbita valentía, se hizo a un lado al escuchar la voz de Graves acercarse blandiendo un arma por demás desconocida para ella.

     

    Un resplandor divino inundó la estancia, cegándola por unos segundos, pero como si aquello no fuera poco y después del impacto de esa especie de lanza sobre la bitácora maldita, una risa aguda e infernal precedida por un humo venenoso comienza a inundar el recinto.

     

    - ¡Basta! - musita, incapaz de respirar aquella putridez. Ahora creía saber lo que tenía que hacer.

     

    Poco a poco concentra su poder, elevando una plegaría a la diosa para buscar su ayuda y encontrar el arma que acabe con todo eso. Segundos eternos antes de que una brisa cálida roce su mejilla, una caricia muy familiar.

     

    Y lo siente, en sus manos extendidas puede palpar la solidez de la mítica lanza de Assal, y sabe que es porque recuerda el relato de su madre tiempo atrás...

     

    - Es una lanza de luz que purifica todo lo que atraviesa y nunca falla al encontrar la oscuridad - completó rememorando mientras sostenía la misma entre sus níveas manos. Y sin más tiempo que perder, la arrojó contra la bitácora justo en el instante en que fieras de ojos rojos se materializan del libro maldito.

     

    - ¡Por la diosa! - murmuró antes de sentir un fuerte empellón y observar anonadada como las garras de uno de esos seres traspasaba la carne de su brazo como si de papel se tratará.

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  3. Dolor, melancolía, ansiedad.... Un golpe de emociones que le hicieron tambalearse y sostenerse de una repisa cercana. Escuchaba las voces de sus compañeros a su alrededor, pero para ella esas palabras no tenían el menor sentido o coherencia porque su dividida mente trataba de buscar a ese que le había hecho daño y al mismo tiempo, sentía la necesidad imperiosa de ayudar a su tía pues veía algo oscuro a su alrededor, como si la esencia de su aura hubiese cambiado de la nada ...

     

    <... basta .... ¡BASTA!> aquella batalla de voluntades estaba siendo por demás extenuante y cualquiera que la viese desde fuera podría pensar que había perdido la razón, no obstante, guardo a Evenstar en el interior de la manga de su túnica y dejó que sus sentimientos tomaran el control justo después de apartarse hacía un rincón de aquel abovedado lugar.

     

    Escenas del pasado invadieron sus ojos al cerrarlos mientras su respiración antes acompasada se volvía pesada e irregular. Con presteza posó su mano sobre el relicario de lapislázuli en su cuello aferrándose como un salvavidas.

     

    - No es cierto, ya te he perdonado - murmuró tratando de mantenerse fuerte a esa aseveración pues era verdad. Recordaba perfectamente como junto a Max se había acercado a la cabaña entre los terrenos de los Batería y la Marauder, aquel lugar que una ocasión había servido de refugio para una querida prima, y ahí, justo al lado del camino de piedra que llevaba al lago, ambos habían construido una pequeña lápida de piedra en honor a él.

     

    Rememoró como de rodillas y con las mejillas bañadas en lágrimas le había perdonado por dejarla e incluso le había agradecido por su hijo.

     

    Y aún con los ojos cerrados y aquella frialdad que quería envolverla se concentró fuertemente, orando a la diosa y a su vez, dejando salir la magia por cada uno de sus poros.

     

    Poco a poco la sensación de rabia que le carcomía fue desapareciendo, dejándola desgastada y alerta, dando un respingo al escuchar la apremiante voz de Dick. Sin reparar en los libros de los estantes a su alrededor dirigió su andar hacia su compañero, sorprendiendose al verlo sostener de una manera poco amable a su tía quien con voz fuera de si, los vilipendiaba.

     

    Sin embargo, por el rabillo del ojo se percató como otra de las chicas, del clan de los oscuros para se exactos, comienzaba a ejercer su magia sobre Dick haciendo que el agarre sobre la matriarca Potter Black fuese cada vez más nimio por lo que dejando de lado el ataque de las criaturas marinas contra la cúpula del lugar, la Evans se lanzó sobre la pelivioleta, envolviendola en un abrazo, su propio círculo protector ...

     

    - Disculpame - musitó antes de comenzar a recitar una oración ancestral protectora mientras parte de su magia les envolvía con un halo de luz. No estaba del todo segura que aquello funcionará, tomando en cuenta el poder que poseía la persona afectada, sin embargo, esperaba que sus compañeras de clan encontrasen el libro que les correspondía para así dar por terminado todo aquello.

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  4. Ni bien había terminado la frase cuando las palabras orgullosas de su tía resonaron, haciéndole sonrojar. La verdad sabía que si lo habían logrado había sido en base a su trabajo en equipo, no obstante, se acercó a la pelivioleta sonriente.

     

    - ¿Lo sentiste, cierto? - inquirió no solo refiriéndose a la energía que les había ayudado hacía unos segundos atrás, sino a ese cambio en el ambiente, esa energía cálida que perduraba como el vago recuerdo de magia ancestral.

     

    El portal parecía llamarles, pero no fue sino hasta que la matriarca Potter Black se ofreció a que entrasen juntas que Lily se animó a dar el paso decisivo, no obstante, de la nada sintió como una masculina mano se posaba sobre su antebrazo empujándola fuertemente, atravesando el portal de la forma más abrupta posible.

     

    Ni siquiera sabía cómo diablos había aterrizado, lo único de lo que estaba segura es que le dolía el brazo izquierdo así como la cadera por lo que intuía que el golpe había sido mitigado por esas extremidades en específico.

     

    <<Haz vuelto>> fue el susurro dulce que atravesó su corazón llenándolo de dolor y esperanza en partes iguales por lo que cegada por la necesidad, irguió solamente su torso quedando arrodillada en el suelo del llamado Palacio de la memoria.

     

    Aquel lugar debía maravillarla y aterrorizarle en partes iguales, no obstante y aunque sabía que algo andaba mal, pasó de largo lo hermoso del recinto y la propia advertencia que su sentido común le anunciaba para dar rienda suelta a una necesidad imperiosa de buscar a aquel que le había hecho tanto daño. Era su voz, lo sabía y aunque tuviera que arrastrarse o volar aquel lugar lo encontraría, le haría pagar cada lágrima derramada.

     

    Podía ver a su alrededor a cada uno de sus compañeros pero eso le tenía sin cuidado, ni siquiera la apremiante necesidad que había tenido antes de saber si Jank estaba bien le apartaría de su nueva misión.

     

    La ojiazul se irguió con soltura mientras Evenstar se materializaba en su diestra lista para actuar, sin embargo, un movimiento a la derecha llamó su atención, observando de reojo la interacción entre su tía y el chico llamado Dick.

     

    - ¿Y estos libros que nos importan? - musitó - No los protejas tanto, tía. En vez de eso deberías decirme dónde diablos está Only... lo acabo de escuchar, se que está aquí, él también tuvo que haber pasado por esto - siseo furiosa.

     

    Sentía un halo helado alrededor de sí, algo que la envolvía y manejaba utilizando su dolor más profundo, aquella herida que no terminaba de cerrar.

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  5. Aún no recibía respuesta alguna a la pregunta sobre el relicario que pendía de su diestra por lo que con la siniestra limpio las lágrimas de sus mejillas al sentir la presencia de más personas acercarse.

     

    Siendo una de estas su hermano, a quién tenía muchísimo tiempo de no ver.

     

    - Gracias - susurró al verlo sentarse en la escaleras apenas vestido, sosteniendo una copa de vino como todo Evans que se respetara (?) - Comentario rápido - susurró hacia el mago - ¿Necesitas ropa? tengo algunas camisas de tu ex-cuñado que ya no me sirven - completó restándole importancia al asunto. Esperaba que él no se lo tomará a mal pero casi estaba segura que la sonrisita de Fuscia no se debía al viaje astral que parecían tener sus demás compañeros fantasmas.

     

    - ¿El abuelo? - la incredulidad no la dejaba aquel día - ¿Aún vive?

     

    La verdad es que entre más cosas familiares salían más cuenta se daba de lo mal informada que se mantenía en cuanto a su propia sangre. No obstante, las palabras de Helen la trajeron de vuelta a la realidad, haciendo a un lado sus cavilaciones.

     

    - Pero si son libros prohibidos lo mas seguro es que la tía Bel, madre o el propio abuelo hayan puesto alguna clase de hechizo para que no se pudieran leer o tocar fácilmente - dedujo, aunque con recelo - Aunque es algo innecesario pero a veces la lógica de nuestra familia tiende a ser un tanto retorcida - completó volviendo a ponerse la alhaja sobre el cuello.

     

    Y ahí fue donde las palabras de su prima tuvieron sentido ya que los fantasmas parecían seguir con su fiesta pues la mayoría ya departía en la alberca, otros peleaban por el canasto de fresas podridas y al parecer Jonathan aún no se rendía en dejar a Mel.

     

    La pelinegra sentía sobre sí la mirada de Scav, sin embargo, trató de dejar atrás esa faceta abrumada, volviendo a tomar una copa con lo que parecía vino, terminando el contenido de golpe.

     

    - No lo creo, prima - expuso - Por más malvado que fuese alguien y sobre todo tomando en cuenta que dejó una maldición tras de sí, algo que hable acerca de él debe haber, algo que ayude a sus descendientes a librarse de la maldición. Si todo fue destruido entonces quien nos condenó no fue el propio Mavado, sino su sucesor.

     

    Sabía que exponer aquello de esa manera tan brusca podría causar enemistad con algún miembro de su familia, no obstante, ahora más que nunca quería saber qué había pasado con ese tal Bellucci y por qué no, con su propia madre.

     

    El lejano quejido de Mel llamó su atención, así que volviéndose a la bruja le extendió uno de los 2 bollitos que había tomado para llevarlos a Max, porque sabía que si el chico tenía hambre solo bastaría con que le dijera a Pallas y ella lo solucionaría.

     

    - Toma - musitó cómplice extendiendo el panecillo mientras la Moody se entretenía con algunas fresas. - Es buena la idea de ir a la biblioteca y a la torre, pero creo que deberíamos tener algún plan a seguir - reconvino, esperando que alguien tuviera una buena idea.

     

    Sin embargo, ante la enérgica propuesta del Ironwood no pudo más que sonreír ya que ella tampoco sabía donde quedaba la biblioteca familiar. Pidiendo algo de calma y ayuda a la diosa, dirigió su andar hacía Jank parándose justo a su costado solo que al inicio de los escalones, mientras esperaba que P-ko o alguien diera algún indicio.

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  6. Aún seguía inmersa en ese blanco vital, ese fulgor de relajación que trataba de mantener para que aquel ritual se llevase a cabo sin el menor inconveniente tomando en cuenta las circunstancias extremas en las que se encontraban, a lo lejos las voces de sus compañeros de clan y de bando resonaban cual zumbido incesante pero no elemental.

     

    Lily sabía que era de vital importancia la rapidez con que aquello se llevará a cabo por lo que sin moverse de su posición canalizó parte de su energía para alimentar el campo protector que Luna había creado y que estaba casi hecho pedazos, aunque aquello fuese por demás agotador sin embargo, no estaba dispuesta a ceder.

     

    - Cedanos un poco de su poder - susurró apremiante a quienes estaban fuera del círculo sintiéndose egoísta. Pero antes de que pudiese añadir algo más, la voz de la vampiresa pelirroja casi le hace salir de su trance sobre todo al sentir la inusual energía que desprendía, sabiendo de antemano que esa cantidad de poder expulsado podría incluso acabar con su vida.

     

    <<Aguanta>> pensó abriendo los ojos y observando como las runas comenzaban a adquirir un tono verdoso. Raidho destacaba.

     

    - A coelo usque ad centrum - ancestrales palabras pronunciadas a conciencia - Aqua natura renovatur integra.

     

    < del cielo a centro de la tierra, toda la naturaleza se renovará por el poder del agua>

     

    Sabia que aquel era un hechizo por demás sencillo, no obstante, con lo que no contaba la Evans era con que de "la nada", una cálida sensación familiar la envolviera dándole la fuerza suficiente para que de un impulso rociará con el agua la roca estela frente a ella, activando la segunda runa que era Laguz.

     

    - Gracias - musitó relacionando la ayuda momentánea con la mismísima Antara, su abuela.

     

    Un fulgor verdoso cubrió el perímetro envolviendo el tejo y a su vez, dando paso a una irrupción en el ambiente.

     

    - ¿Que es eso? - musitó dirigiendo la mirada hacia el centro del lago.

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  7. - Hermana - musitó incrédula mientras su mirada se dirigía hacia el castillo, exactamente en la parte en la que descansaba el cuadre de la que fuese su madre. <Ya habrá tiempo> pensó devolviendole la sonrisa a Helen - Un gusto conocerte - terminó estrechándola en un efusivo abrazo,

     

    A lo lejos pudo distinguir el saludo comedido que Mel le regresaba a la Evans por lo que apartándose de la chica, suspiró escuchando a lo lejos la conversación de Mel y los fantasmas hippies, que para acabar de colmar todo se habían equivocado por omisión de uno de ellos.

     

    - ¡Vaya enredo! - musitó aún curiosa de lo que ahí pasaba. Con parsimonia tomo otro vaso con el agua mineral que para acabar de sorprenderla ahora contenía una refrescante bebida alcohólica incluida. Sin embargo, la llegada de otra familiar terminó por ser la cereza de aquel revuelto pastel.

     

    - ¡Hola Scav! ¿Puedo llamarte así, verdad prima? - inquirió posando sus orbes zafiro sobre la bruja en cuestión - ¿Algo en que ayudar? Pues en eso estamos, aunque no han querido dar mucha información al respecto - completó señalando a un enfurruñado Jonathan en la alberca - Lo único que sabemos es que llegaron 18 años tarde el 14 de febrero y que además, mi nariz era el rasgo distintivo de la persona que los invitó.

     

    La sacerdotisa sabía que eso no debía ser todo, sin embargo el arribo de los pastelillos típicos de P-ko la sacó de sus cavilaciones tomando dos al vuelo, recordando que desde su arribo al castillo solo el agua mineral era lo único en su estómago.

     

    <Nota mental, tomar unos para Max> se dijo sonriendo para sí mientras terminaba de degustar a la par que la elfina de bel les comentaba la situación.

     

    - Mavado Evans - aquello era una sorpresa ya que no tenía en claro quienes eran sus antepasados por el lado materno. Instintivamente sus manos se posaron en el relicario sobre su pecho, como si el contacto con el le regresara algo de la paz que el relato de P-ko estaba removiendo.

     

    Un silencio pesó sobre los presentes solo roto por la risa de uno que otro de los fantasmas que aún seguían divirtiendose en la piscina, así como el sonido de la cesta arrastrándose por quienes se peleaban por el codiciado fruto.

     

    - P-ko, no es sorpresa que todo esto sea nuevo para mí, creo que nunca me preocupe realmente por preguntarle nada de nuestro linaje a la tía Bel o a madre - musitó - Pero... ¿Evans Bellucci? es demasiada coincidencia como para que no tengamos algo que ver con ese tal encantador, aunque ni siquiera estoy segura que se llame así, además creo que su pecado debió ser grande si nadie lo recuerda e incluso si no tenemos ningún registro de él - completó estremeciéndose. Sabía de familias pura sangre que al menor desliz de alguno de sus miembros se encargaban de desaparecerlos, pero nunca hubiese pasado por su cabeza que aquel fuera el caso de su propia familia.

     

    Un escalofrío recorrió su espalda y sus orbes se dirigieron a la ventana del ala en que sabía se encontraba el cuadro de Pad Evans, quizás su orgullo fuese grande en su última discusión pero aquel misterio no se quedaría sin resolver, por lo que si era necesario iría a hablar con ella para que le contase lo poco o mucho que tuviera que decir.

     

    Sin embargo, el comentario apropiado de Fuscia la sacó de su cavilación.

     

    - ¿Relicario? - repitió cual tonta sin quitar las manos de la joya en su níveo cuello.

     

    <<Lo recordaba casi como si hubiese sido ayer cuando todo sucedió.

     

    El atardecer le daba un toque romántico a la carpa color crema de la novia donde Lily se había ido a refugiar por un momento, dejando al novio con su tío Matt y un travieso Argentus.

     

    - Toma - había musitado Pad haciéndole sobresaltar y girar con premura para quedar frente a frente. Era una sorpresa vera su madre allá, sobre todo al final del ajetreado día de la que había sido boda con el Marauder, y más aún sabiendo que la Evans desaprobaba la misma. No obstante, le agradecía con el corazón que se presentará.

     

    En sus ahuecadas manos se encontraba un hermoso relicario de lapislázuli con una inscripción en latín al reverso Sum quod eris -soy lo que serás- se leía en el grabado. Dentro del mismo, una foto de su padre y en el otro extremo una runa encapsulada a la joya con magia antigua.

     

    ... Es una reliquia familiar que debes cuidar ... eran las palabras de Pad a su hija antes de besarle ambas mejillas y despedirse, desapareciendo>>

     

     

    Lágrimas mojaban sus sonrojadas mejillas por el simple hecho de recordar, pero aún así optó por levantar la fina cadena que sostenía la alhaja y desprendiéndola de si, la sostuvo para que los demás pudieran verla.

     

    - ¿Algo así? - inquirió con el corazón desbocado.

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  8. Sombras ... oscuridad... Muerte.

     

    La respiración agitada y el sudor frío recorriendo su espalda sacaron a la Potter Black de su letargo. Su intuición le decía que el círculo protector alrededor de la piedra rúnica no serviría por mucho tiempo más, por lo que separó la siniestra casi sanada del tronco y se dispuso a enfrentar aquello que se cernía sobre tan sagrado lugar, dándose cuenta con alivio que sus compañeros de clan ya se encontraban cerca de ella.

     

    Ahora tenían las palabras que había escuchado mientras intentaba con ayuda del árbol sanar su mano lastimada. Su tía y la Gryffindor habían llegado, sin embargo, con lo que no contaba es con que esta última fuera tan temeraria y sola, adelantase el paso para ver si tocando las runas directamente sucedía algo.

     

    - ¡Espera! - trató de advertir, sintiéndose un poco mas calmada al notar la presencia de su tía pelivioleta junto a ella.

     

    - Tí...erm, hermana - terminó por decir, atragantándose con las palabras ya que no sabía que tan adecuado era llamarla de forma tan familiar frente a sus compañeros en general.

     

    - No entiendo que tenemos que hacer - susurró hacía su tía, siendo honesta por primera vez desde que aquello había comenzado - Luna parece haber creado un circulo de protección que envuelve el tejo y la piedra de aquellos que nos miran en las sombras pero no creo que dure mucho... Creo que para que todo vuelva a tener un balance debemos "despertar" las runas- admitió dirigiendo su andar hacia la vampiresa pelirroja.

     

    Aquella chica era por demás peculiar y le llamaba la atención e incluso si la situación fuese otra, se hubiese atrevido a primero entablar una conversación casual, no obstante, se limitó a llegar hasta ella para sostenerla del antebrazo y colocarla justo frente a la roca para después con paso ligero dirigirse hacía una orilla para tomar agua y depositarla en una hoja del tejo, llevándola con cuidado para por último colocarse un metro más a la diestra de Luna.

     

    Ladeando la cabeza asintió en dirección a la matriarca Potter Blue a sabiendas de que ella les protegería mientras llegasen los otros. Ganaría un poco de tiempo si comenzaban el ritual a pesar de no estar en círculo.

     

    Sin premura y acompasando su respiración al fluir del viento a su alrededor coloco ambas manos a la altura de vientre -ahuecadas ya que la hoja con el agua se encontraba ahí- y concentrando dejó que su mente se vaciara de cualquier pensamiento... un estado de relajación absoluto.

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  9. Una arrolladora luz verde iluminó la piedra rúnica mientras el calor inundaba su ser desde la punta de sus dedos hasta las plantas desnudas de sus pies, envolviéndola cálidamente pero también de forma tenebrosa casi como si aquella fuerza corrupta la succionará hacia las entrañas del inframundo mismo.

     

    Intentaba con todas sus fuerzas pedir ayuda, ya que al parecer sus compañeros de clan seguían en la primera plataforma, sin embargo, no pudo emitir palabra por lo que siguió invocando a la diosa en un intento de parar aquello que al parecer obedecía a una fuerza conjunta. Y no es que ella hubiese querido activar la plataforma sola, su única intención había sido tratar de que nadie sintiese lo mismo que en la plataforma que pertenecía al clan oscuro.

     

    - protección - susurró mientras con la fuerza que le quedaba completaba la tercera vuelta en derredor de la piedra, encerrando la misma en un circulo protector tal cual las costumbres antiguas. - Todo esta bien - murmuró para sí, apoyando su espalda contra una roca cercana de mediano tamaño.

     

    Tenía curiosidad de saber que era lo que debían aprender y sobre todo, quería descubrir como activar la que parecía la roca de su clan, no obstante, no tenía el conocimiento para leer las runas por lo que por una vez en su vida tendría que practicar la virtud de la paciencia y aguardar a sus compañeros, ya que estaba por demás segura que alguno de ellos sabría que hacer.

     

    <<¿Por que dudas?>>era la voz interior que no le dejaba en paz desde que aceptara ir a esa misión de autoconocimiento y debía admitir que era algo que ella misma se cuestionaba, quizás sentía que el autoexilio impuesto por tanto tiempo demeritaba los conocimientos adquiridos en aquellas aventuras con su familia sobre todo después de haberlos guardados con un celo casi enfermizo, o quizás le costaba admitir su miedo a darse cuenta de que no aportaría nada a quienes le acompañaban, tomando en cuenta que la mayoría de ellos eran experimentados y reconocidos en la comunidad mágica.

     

    Decidida, la pelinegra dejó que esos pensamientos volviesen a lo recóndito de su mente mientras en su diestra volvía a encontrarse Evenstar, su entrañable varita. Atenta a su alrededor no dejó de notar las raíces de un árbol...

     

    - Un tejo - musitó incrédula de no haberlo notado antes. Aquella representación del espíritu de la tierra acogía bajo su sombra la piedra que les revelaría información mas que vital para seguir adelante sin importar cuales fuesen los obstáculos que se presentaran, por lo que sin dudarlo adelanto el paso hacia el tronco del mismo, extendiendo la siniestra marchita y concentrando su fuerza en esa región especifica.

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  10. << Estás cerca>>

     

     

    El eco de la voz de Maia resonó en su cabeza mientras su mirada seguía a cada uno de los miembros de aquel recorrido. La familiar silueta de su tía, la complexión arisca de Darla, la lejanía de Madeleine todo aquello contrastaba sobremanera con las sensaciones que cada uno de sus nuevos compañeros le transmitía.

     

     

    Hasta hace unas pocas horas desconocidos ahora debía hacerse a la idea de que formarían parte de una unidad, casi como una familia aunque esperaba que esta no fuera tan disfuncional como el ambiente de aquel lugar.

     

     

    La pelinegra no se atrevía a acercarse a su tía Sagitas –cuya poderosa aura de sacerdotisa- le hacía recordar peligros pasados.Todos parecían estar en guardia solo ella sentía que todo aquel embrollo quizás fuera más simple de lo que se proyectaba. No obstante, Evenstar descansaba en su diestra preparada para cualquier contratiempo…

     

     

    Mismo que llegó de la mano de turbulentas apariciones, guardianes de aquel paraje que otrora fuera sagrado para los tres clanes … o quizás aún era sagrado y solo se encontraba corrompido momentáneamente para confundirles …

     

     

    Entre hechizos, despliegues de poderes que parecían específicos de cada clan y alguna que otra purificación, Lily optó por mantenerse al margen, sintiéndose algo cohibida puesto que llevaba algún tiempo separada de su lado mágico. Sentía que su conexión con la naturaleza incluso con la diosa misma se había perdido y le costaba reconocer que quizás haberse presentado allá fuese un error de su parte.

     

     

    Estas y demás cavilaciones pasaban por su mente de forma continua volviendo solo a la realidad al percatarse del agua sobre sus descalzos pies.

     

     

    - ¡Por la diosa! – musitó recorriendo con la mirada la plataforma al fondo del lago. Con presteza se acercó a una de sus compañeras quién invocando un portal, logró transportar a aquellos que como Lily no habían encontrado otro medio para bajar a tal profundidad.

     

     

    Al llegar un escalofrío recorrió su espalda, erizando los vellos de sus brazos y haciéndole sentir mal. Aquel lugar parecía no congeniar con su esencia y eso solo le había ocurrido una ocasión hacía mucho tiempo atrás, incluso sabía que la matriarca Potter Black recordaba ese episodio tan bien como ella, no obstante, se mantuvo en pie alerta escuchando las deducciones de sus compañeros siendo la de Vera la mas congruente.

     

     

    Antes de que pudiese decir algo, uno de sus compañeros ya se esta adentrando en la búsqueda de otra plataforma por lo que siguiendo las indicaciones dadas anteriormente, la sacerdotisa se encaminó segura por un camino de rocas hasta llegar a la curva mencionada.

     

     

    No sabía si alguien se había unido a ella pero esperaba que la chica Gryffindor, su tía o incluso Darla lo hubiesen hecho ya que a cada paso que daba y conformé se acercaba a la pequeña isla en cuyo centro se hallaba la nueva plataforma, todo lo verde y lleno de vida parecía más tenebroso de lo normal como si la naturaleza siempre sabia estuviera corrupta.

     

     

    A pesar de eso, la sintonía que sentía -como si le llamará- era fuerte por lo que sin pensarlo avanzó por el siniestro lugar, teniendo una visión repentina de una sombra oscura cerniéndose sobre ella y marchitandola a cada paso.

     

     

    - O misericordiosa madre naturaleza– murmuró juntando ambas manos sobre su pecho casi sin aliento– por favor, protejenos – completó estirando la mano marchita para tocar la roca llena de runas y observar como la misma se iluminaba con el poder que fluía de sí.

     

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  11. La bebida era por demás refrescante y además de eso que la Moody le hubiese seguido el juego ayudaban a que su sombrío humor mejorase, tomando en cuenta que su lado curioso estaba demasiado pendiente de las conversaciones en derredor para ver si a alguno de los otros fantasmas se les escapaba algo.

     

    Sin embargo, la lejana voz aterciopelada de un fantasma con la camisa más ridícula del mundo captó su atención.

     

    - ¿Encantador era uno de ustedes? -preguntó rascándose la nariz de forma distraída - De todas formas, es algo que ya nos incumbe, verdad Mel - musitó tomando un sorbo a su bebida. El clima se prestaba para seguir en aquel lugar de la casa por lo que optó por aparecer con un leve movimiento de varita unas tumbonas de playa, arrojándose a una y arrastrando consigo a Mel.

     

    De reojo observó como Jonathan no apartaba la vista entre melancólica y casi con un dejo de enojo de ambas, por lo que sonrió satisfecha captando a su vez la última frase pronunciada por el tal Floor.

     

    ¿2002? Por la diosa, hacía de esa fecha 18 años lo cual era sorprendente y por demás intrigante.

     

    - ¿Aún estaban vivos cuando esa invitación se produjo? - musitó, arrepintiéndose casi al instante de su imprudente pregunta. - Es decir, no estamos en Febrero y mucho menos en ese año - concluyó, esperando que algún otro de los presentes dijera algo.

     

    De pronto, el aura de una bruja se hizo presente llamando su atención al verla aparecer en medio del jardín, lucía un tanto desorientada por lo que la sacerdotisa para salir de la incomoda situación en la que sola se había metido opto por ponerse en pie y dirigirse hacia la recién llegada.

     

    - ¡Hola! - saludó sonriendo - Soy Lily hija de Pad ... ¿Tú eres? - inquirió extendiendo la nívea diestra en un gesto cortés.

     

     

     

     

     

     

    @@Rory Despard @ @@Syrius McGonagall

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  12. Max Potter

     

    Siguió caminando en dirección a la sala del retrato cuando de la nada las 6 presencias se desvanecieron para instalarse en diversas áreas de aquella mansión, haciéndole parpadear con asombro.

     

    - ¡Qué extraño! - musitó rascándose la cabeza con Cang'he en un gesto distraído, sin embargo, una muchacha de pelo rubio, a la que reconoció como la prima Xell, apareció ante si, haciendo amago de querer proteger las puertas que ya no ocultaban a nadie.

     

    - Soy Max - respondió a su pregunta, que a antojo del joven se notaba ruda - El hijo de Lily - completó como para dar validez a su nombre. Verdad era que sabía que su apariencia por demás no diría nada de si mismo, sin embargo, esperaba que aquella joven bruja le creyera y no tratara de atacarlo, menuda bienvenida sería si se ponía a duelear en la querida casa de su madre.

     

    Espero paciente unos momentos si despegar sus azules orbes de la Vladimir, no obstante, Pallas apareció de repente con el semblante triste.

     

    - Amita Xell - susurro haciendo una pequeña reverencia antes de dirigir su atención hacia el mago - El cuarto de la ama Lily ya esta listo, debería ir a descansar, lo necesita - recomendó observando su semblante cansado de forma acusadora - Ya mismo aviso a los patriarcas de su llegada - reconvino antes de agregar - En la tumbona frente a la cama esta una bandeja con comida y bebida. Si necesita algo llame a Isis, porque regresaré al castillo Evans a verificar que la ama este cómoda.

     

    - Creo que antes de cualquier cosa, la prima Xell amablemente me contará como han estado todos durante todo este tiempo, además Pallas, tengo que presentarle mis respetos a mis tíos, sobre todo porque madre no esta aquí - terminó tratando de sonar convincente.

     

    Ante esa aclaración, la elfina solo atinó a encogerse de hombros y caminar escaleras arriba, suponiendo de antemano que quizás la ama Sagitas como el amo Matt estuviesen en sus habitaciones.

     

    Mientras tanto,el Potter siguió sonriendo frente a la pelirubia, más por que la idea de comida y descanso llegaban como bajadas del cielo y era algo que casi rogaba, sin embargo, la tensión de aquel ambiente no le gustaba para nada. Sabía por boca de la propia Lily que eso solo podía significar malas noticias, por lo que prefería estar al tanto antes de que se acercara la tempestad.

     

    No obstante, no estaba tan seguro de que Xell accediese a darle toda la información por lo que esperaba que con lo poco que pudiera confiarle le diera tiempo para pensar en como obtener las partes faltantes de ese puzzle.

     

     

     

     

    @@Xell Vladimir Potter Black

  13. - ¿Excepto? - siguió tratando de no perderle el hilo a Mel aunque quizás se refiriera ...

     

    No obstante, seguía firme en mandarlos a trascender rápidamente si todo aquello no servía más que para quitarles el tiempo, además el que les preguntarán hace cuánto se les había invitado de nada servía a menos que elucidaran quién y en dónde se había efectuado dicha invitación.

     

    Tarde se había dado cuenta que Max ya no se encontraba en los terrenos de esa propiedad por lo que aún con Evenstar en su siniestra resoplo observando a su alrededor. Mel parecía haber hecho buenas migas con un fantasma que hacía muecas y cosas solo para ella, P-ko parecía al borde de un colapso, Kutsy seguía en la alberca algo ensimismada, y solo la sacerdotisa y el Ironwood parecían querer acabar con todo aquello.

     

    Sin embargo, un movimiento por demás exagerado de Mel así como la risa chillona y estridente de Jonathan <único fantasma que había optado por presentarse a regañadientes> le distrajeron, llamando su atención.

     

    Con soltura, se posiciono al lado de Mel, pasando un brazo por aquellos hombros enjutos de forma amistosa y así acercarla más a la piscina, esperando que aquella táctica funcionará, tomando en cuenta que Jonathan parecía querer llamar la atención de aquella bruja todo el tiempo.

     

    - ¡Querida! - comentó casual, sonriendo - Si estos fantasmas no nos quieren decir quién es el tal Belucci, ¡ni hablar! - mencionó - Hay que dejarlos ser, de todas formas si nadie sabe quien es ese mago es porque de seguro no fue nadie importante, es más, ni siquiera creo que existiese - terminó antes de observar por el rabillo del ojo la reacción de Jonathan.

     

    Un delicado movimiento de su varita basto para que sendos vasos con agua mineral y limón apareciesen delante de ellas en su afán por aparentar que aquello seguía siendo trivial para cualquier miembro de la familia.

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  14. Una genuina sonrisa se extendió por sus labios no llegando hasta sus siempre tristes ojos, sin embargo, adoptando una expresión cálida y seria a la vez correspondio el saludo que la Moody le brindaba.

     

    - Tanto tiempo - respondió observando la cara nueva ante ella. Aquel chico que parecía increpar a uno de los fantasmas le recordaba por demás alguno de los agentes de migración muggle con los que se había topado y a los que había tenido que confundir, no obstante, trató de componerse y presentarse.

     

    - Soy Lily, hija de Pad - comentó en dirección al muchacho, extendiendo la nívea diestra en señal amistosa. Ni siquiera sabía que tanto conocimiento tenía aquel joven de la familia, y quizás no importara el hecho de que mencionará el nombre de su madre, pero aquella explicación sirvió para su propia paz mental.

     

    Después del breve saludo, observó las fresas en el canasto y sin importarle ser imprudente tomó una, engolosinandose de un bocado el fruto mientras escuchaba a P-ko y la canción primaveral de los fantasmas con guirnaldas.

     

    - ¿Disculpa? - aquella aseveración proveniente de un ente muerto la había descolocado, tomando en cuenta que probablemente estuviera en uno de los viajes astrales a los que todos los de su grupo parecían adeptos. - ¿Quién es él, exactamente? - la pregunta brotó de sus labios movida por la curiosidad de información mientras con la siniestra tocaba su respingada nariz.

     

    Todo apuntaba a que alguien llamado Belluci los había invitado, de la fecha a esa convocatoria no estaba del todo clara, podían haber pasado décadas o quizás milenios y como ellos no habían querido trascender, quizás les hubiese parecido buena idea hacer fiesta justo ahora, pero ¿porque?

     

    Esas y más preguntas se arremolinaban en su jet lageada cabeza, no obstante siguió prestando atención a lo que aquellos hippies decía.

     

    - ¿Fucsia, serías tan amable de darme el canasto? - pidió antes de que P-ko mandara todo a volar - Y entonces porque según ese fantasma - continuó apuntando al que le había mencionado anteriormente - dice que me parezco al tal Belluci, P-ko, sabemos que parte de mis rasgos son heredados de mi padre y otros tanto de madre y el abuelo, no creo que se estén inventando cosas, ¿o si? ¿Que ganarían?

     

    Esperaba que todo aquello tuviera una rápida solución porque si solo era un engaño ella personalmente se encargaría de mandarlos a todos a trascender de inmediato.

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  15. Hacía casi 5 veranos que Pallas no visitaba la querida mansión de su ama, y mucho menos podía dejar de sentirse nerviosa al saber que de una forma u otra podía toparse con Raizor, el elfo de la ama Sunar, por lo que la criatura retorcía sus manos de forma obsesiva en el impecable delantal que portaba.

     

    - Pallas - llamó Max, observando de reojo a la ojiplateada - No es necesario que me guíes, aun y cuando no he pasado mucho tiempo con ellos creo que sabrán reconocerme - completo caminando con el mismo garbo que su madre.

     

    El ojiazul sabía de antemano que aquello sonaba a vil mentira y debía admitir que dejar la Evans McGonagall a hurtadillas de su madre derivaría en una regañiza monumental, no obstante, necesitaba regresar al único lugar que sentía como su casa, aquel lugar dónde recordaba haber visto a su madre sonreír, brillar, algo que hacía mucho había perdido, convirtiéndose en la sombra de sacerdotisa que era ahora.

     

    Su atuendo por demás muggle le camuflaba bien, por lo que siguió a Pallas por los inmensos terrenos de la mansión dudando un poco ante las puertas dobles de la majestuosa entrada.

     

    - Si fuera un engaño, amo - musitó la elfina agradeciendo el conocimiento adquirido de su amita - El conjuro de las puertas ya lo hubiese transportado a otro lado, despreocúpese, ¡por fin esta en casa! -terminó con la vista del gran hall ante sus ojos, invitándolo a pasar.

     

    - Gracias - expresó el joven mago antes de adentrarse en la mansión mientras se relajaba y comenzaba a percibir las presencias alrededor de si. - Esto... es demasiado extraño - musitó con la siniestra enarbolando a cang'he y así mismo prestando atención al lejano lloro de un bebé.

     

    Con paso lento dirigió su anda a la sala de la chimenea, esperando que las 6 presencias dentro de la misma pudieran explicar que sucedía ahí.

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  16. Había pasado casi demasiado tiempo desde que Lily pisara aquellos terrenos tan queridos para ella por lo que seguida de Max condujo su andar por el imponente camino rural hacia las puertas de entrada de la blanca casona ( n/a ya sé que es castillo pero no supe como ponerlo en esta narrativa).

     

    - ¿Cuál es el plan?- murmuró el joven tras de ella, logrando que se sobresaltara un poco y regresandola a la realidad apabullante.

     

    - No hay ningún plan, hijo - respondió sopesando su larga melena azabache - Hemos vuelto de Escocia y eso es todo lo que necesitan saber, además - añadió - Ni bel ni madre están, así que no creo que nadie haga preguntas, y antes de que digas algo sobre el cuadro de los ancestros, no, no le debo explicaciones. - terminó tajante, dirigiendo sus orbes zafiro hacia las puertas antes de que su nívea diestra las tocara.

     

    Max solo se limitó a encogerse de hombros y resoplar, sabiendo que era inútil tratar de discutir con aquella bruja necia. No obstante, se limitó a seguirla percibiendo tal y como ella la tensión y porque no, la diversión (?) en el aire de aquel lugar.

     

    - ¿No nos invitaron a la fiesta? - murmuró en un amago ofendido y divertido a la vez, haciendo referencia a las voces lejanas que parecían provenir del jardín.

     

    - No creo que sea una fiesta - comentó antes de que Pallas se hiciera presente.

     

    - Amos, que alegría verlos de nuevo - musitó la elfina haciendo una pequeña y pulcra reverencia - No es una fiesta -agregó con los ojos plateados abiertos en su esplendor - Unos fantasmas invocados por no sé que familiar han estado volviendo a P-ko loca desde hace un mes, y nadie sabe como correrlos de la piscina ni del castillo - completó antes de murmurar - ni han querido ...

     

    Aquello se antojaba en algo normal para el castillo, sin embargo, la curiosidad logró que Lily sonriera aliviada ante aquella dosis de normalidad.

     

    - Gracias, Pallas - musitó, convocando a Evenstar en su siniestra mientras dirigía su andar hacia el jardín - Max, es tu elección si vienes o vas a mi habitación, aunque por cierto, ya es hora de que tengas la tuya propia, aunque primero tendré que hablar con Mavado, P-ko o alguien - comentó casi para sí antes de salir de nueva cuenta al aire libre.

     

    Por su parte, Max solo rodó los ojos antes de convocar con su varita las llaves de la habitación materna y subir los escalones de dos en dos hacia el segundo piso.

     

     

    La elfina por su parte siguió a su ama, no fuera a ser que necesitará ayuda ella contra aquellos seres fantasmales.

     

    Caminando con garbo, la sacerdotisa dejó los tenis dentro de la casa para así tocar el siempre vivo y refrescante césped con los pies descalzos en un arrebato de espiritualidad.

     

    - ¡Buenas tardes, familia! - exclamó, levantando la diestra para llamar la atención de las personas congregadas alrededor de la piscina mientras el dulce aroma de las fresas -que algunos ya comían - inundaban su sentido olfativo.

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  17. A lo lejos le pareció que le señalaban, pero a decir verdad últimamente le importaba poco la opinión del gentío, aunque fuesen parte de su familia o no, por lo que siguió caminando entre los árboles, tratando de buscar inspiración en la naturaleza dejando que su lado de sacerdotisa conectara con su atribulada mente.

     

    Sin embargo, un pequeño destello azulado le distrajo, antes de volverse y vislumbrar bien el grupo de personas que parecían charlar a lo lejos. Una porrista, un jugador de americano, un hombre con un sombrero chistoso destacaban, por lo que curiosa dirigió su andar hacia ellos, no sin antes sentir el escozor de algo sobre su tobillo derecho.

     

    Sin darle importancia se acercó a la congregación de personas, sonriendo apaciblemente pero buscando con la mirada un matiz familiar en alguna de esas personas, reconociendo sólo a uno. <Richard> el hermano de su madre. Sin dilación y haciendo gala de los exquisitos modales enseñados por su madre saludo.

     

    - Feliz Samhain – musitó posando la mirada en cada uno de los presentes, sin dirigirse a nadie en particular. – Mi nombre es Lillian – completó sin dar más detalles. – Es un gusto – dirigiéndose al “jugador de americano” en específico, notando su extraña aura.

     

    - ¿Walpurgis? – Comentó extrañada refiriéndose a la conversación que tenía el chico frente a ella – Esta noche es Samhain y dicta como tradición que un aquelarre de sacerdotisas <o una sacerdotisa poderosa> contacten con los espíritus de los antepasados milenarios para que su sabiduría nos guíe – explicó. De hecho ella añoraba esa clase de hermandad perdida, sobre todo al pasar revista a los presentes y constatar la falta de su tía Bel.

     

     

     

    @

     

    Post bebé :rolleyes: :rolleyes: :rolleyes:

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  18. - Ama Lily – la queda voz de Pallas se dejó escuchar interrumpiendo el ambiente calado de quietud y silencio. Lily yacía con el pelo desparramado sobre el suelo formando un halo negruzco alrededor de su cabeza mientras Max se encontraba sentado frente a ella sobre la tumbona romana que hacía las veces de salita frente al balcón.

     

    Ambos se encontraban en la Mansión Potter Black contemplando la luna llena que alumbraba aquella significativa noche para cualquier bruja, mago o ser mágico. Sin embargo, la sacerdotisa hacía mucho que había dejado de lado la celebración de aquel evento. No obstante, ladeo la cabeza ante la llamada de su elfina, clavando su zafírea mirada en la pequeña criatura.

     

    - Dime Pallas – musitó, observando a su vez a Max.

     

    - Tiene una invitación del Castillo Evans – y sus grandes ojos plateados se posaron en su ama, anticipando la tensión en el esbelto cuerpo de la bruja – Habrá una celebración hoy en la noche y piden su estricta presencia – mintió.

     

    Ante la mención del lugar, Lily optó por levantarse lentamente del frío suelo cubriendo sus hombros con una sencilla bata de seda rosada sonriendo melancólicamente.

     

    Bastaba un parco gracias escrito en un bonito papel ribeteado pero ¡qué diablos!, aquel mutismo selectivo en el que se había instalado desde que ocurriera el incidente con el cuadro de Pandora no le hacía nada bien tal cual su hijo se lo había dejado claro esa misma mañana… y aun así, ahí estaba él, su única compañía humana del último año.

     

    Sin mediar palabra, se dirigió a su armario con la mente decidida en un personaje. Max le había contado la historia de una mujer con un linaje magnífico pero con la tragedia nublando su destino, así que sus níveas manos se dirigieron sobre las telas de la ropa encontrando casi con un toque magnético un vestido prístino de algodón con orillas ribeteadas en oro blanco.

     

    Bastaron segundos para que el vestido se deslizara por su delgada figura mientras sus manos se ocupaban de recoger su pelo en un medio moño en la cima de su cabeza dejando que las ondas naturales de su pelo crearan volumen en la parte trasera de su larga melena. Sus pies llevaban unas sandalias estilo romanas con delicados cordones de oro blanco y en su antebrazo una pulsera ancha del mismo material mientras que en su cuello pendía el relicario de lapislázuli con las fotos de su padre, madre y marijo.

     

    Su nívea piel competía con la blancura del atuendo logrando resaltar el carmesí natural de sus labios así como su mirada azulada, por lo que no considero necesario maquillarse por lo que con decisión salió hacía la alcoba para encontrarse a Max con las manos y mente ocupadas en un libro titulado El señor de los anillos.

     

    - Es mejor que vayas tu sola – musitó sin prestarle mucha atención a su madre, sonriendo de lado ya que por un momento llegó a captar el atuendo que ella vestía, algo que le complació sobremanera.

     

    Sin esperar otra respuesta, Lily optó por salir de la mansión de forma poco convencional ya que no quería toparse con algún conocido si salía por la puerta principal. La destreza adquirida durante noches rindió frutos cuando termino de bajar la enredadera que colgaba de su balcón, alegrándose al sentir el pasto fresco sobre sus pies.

     

    Minutos después el imponente castillo de sus antepasados irrumpió su vista por lo que con paso decidido camino hacia la verja, misma que se abrió antes siquiera de la bruja pudiese tocarla.

     

    Totalmente sola avanzó hacia el creciente ruido que se dejaba sentir a lo lejos, indicándole donde debía de estar la celebración.

    Voces, música y presentaciones aparte de poderosas auras fueron las cosas que Lily captó más no le apetecía acercarse aún por lo que camino por el linde del jardín entre los altos árboles.

     

    Si alguien fijaba su vista a lo lejos, seguro le confundiría con una ninfa del bosque o peor aún, con un espíritu.

     

     

     

     

     

     

     

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  19. Aquella navidad volvía a ser alegre para Lily, quién a primera hora habia dejado el comfort del colchón para preparar los regalos de Max. Veinte cajas de todos tamaños cubrían su cama, mientras el sol entraba a raudales por las puertas abiertas de su balcón.

     

    Lily podia oir el eco de todos los sonidos que llenaban ese castillo, pero prefirio ignoralos, aún concentrada en su tarea: envolver los regalos de forma muggle.

     

    - Pallas - llamó quedamente con las manos ocupadas en cortar pequeños trozos de cinta. La elfina no tardó en aparecer a su lado, logrando sacarle una pequeña retahíla de maldiciones pues el susto. había echo que se cortará con las tijeras en su diestra.

     

    - ¿Que necesita ama? - musitó la criatura con una bandeja repleta de pastelillos y té.

     

     

     

    ..... TO BE CONTINUED .....

  20. - Tu ultimo acto de egoismo - susurro clavando las uñas en la palma de sus manos. Un sabor agidulce corrio por su garganta mientras oia sin siquiera prestar atencion a lo que sus "hermanas" decian.

     

    Etaba siendo dura, lo admitia. Pero lo cierto era que aquello le corroia el alma sobremanera y no sabia por cuanto tiempo mas seria capaz de controlarse.

     

    Sus orbes azules comenzaron a empañarse mientras las lagrimas se agolpaban añadiendo un toque mas de irrealidad a todo ese absurdo.

     

    - Quizas tengas razon - comento por lo bajo dirigiendose a Madeleine mientras sentia la mirada desesperada de Aylin sobre si - Si ella lo quiere asi .... haganlo

     

    Ni siquiera sabia si consentian aquella clase de permiso que les otogaba, y lamentablemente no le mpotaba, a sabiendas de que antaño, abria rogado por la aprobacion de aquellas chicas. Sin embargo, aun le quedaba algo por añadir.

     

    Con una parsmonia de gata cansada estira sus brazos hacia Mady para quitarle el cuadro y hacerlo quedar a la altua de su demacrado rostro. Puede ver la figura en el, su madre ... Pad, aquella bruja qe siempre la habia protegido y cuyo ultimo egalo descansaba como una reliqia sobre su pecho.

     

    - Es tu ruego y se cumplira - musito, consiente de que ellas la escuchaban - Aunque se me vaya la vida en ello ... Sin embargo, en el momento que te vayas, este dejara de ser mi hogar y nunca mas pisare sus jardines. - anuncio, mientras gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas, entregandole simultaneamente el cuadro a Madeleine.

     

     

     

    @ @

  21. Frente al cuadro de Pandora.

     

    Todo aquello se le antojaba tan extraño que no supo sino sólo sonreír. Una sonrisa sarcástica muy diferente al temperamento sincero y sutil que siempre optaba por demostrar ante los demás.

     

    Pero ahí estaba. Conociendo a más y más gente que no hacía sino hacerle sentir culpable pero traicionada a la vez ... <¿Porque nunca fue sincera conmigo?> era la pregunta que rondaba por su cabeza mientras su mirada perdida se detenía en Madeleine. Sabía que le conocía pero no estaba del todo segura hasta que un vistazo hacia su diestra, donde reposaba el anillo de compromiso le dio la respuesta.

     

    - Laura - susurró recordando a la pelinegra bruja mientras dos gruesas lágrimas se deslizaban por su mejilla. La promesa, la niña ... todo aquello que alguna vez le había hecho feliz y que desde su ausencia y autoencierro se había ido al caño.

     

    Su diestra se cerró cual autómata sobre la mano cubierta de cicatrices de la Moody correspondiendo su saludo y dejando escapar un ligero lamento. Aquello la estaba sobrepasando y sabía que si seguía empeorando lo poco que quedaba de su autocontrol sería tirado a un lado para dejar escapar sus verdaderos sentimientos...

     

    Sin embargo, la llegada de otras personas y el creciente sentimiento de auras oscuras lograron que comenzara a preocuparse no de su seguridad, sino de la de Max.

     

    - ¿Reunión familiar? - inquirió como si apenas captar la esencia de toda aquella pantomima. Sus orbes azules que hasta entonces habían estado fijos en Madeleine se volvieron hacia aquella chica con tacones - Yo le pedí conocerles - susurró a modo de respuesta, tratando de mediar entre la creciente hostilidad que se sentía en el ambiente. - Aunque supongo que no fue una buena idea - completó.

     

    Con un movimiento simple de la varita convocó su patronus, enviandole a donde Pallas estaba al cuidado del niño, sobre todo por si debían marcharse enseguida.

     

    Ante tal descuido, solo atinó a escuchar la última parte de la plática entre Pandora y Ailyn entendiendo de inmediato la súplica.

     

    - No tienes ningún derecho a pedirle eso - musitó con la mandíbula apretada y los ojos cerrados. Su entrecejo fruncido reflejaba poco del dolor que sentía - Ni siquiera estas segura de lo que tu presencia mucha o poca, significó para cada una de nosotras ... Solo supones ...

     

    Y ahí estaba, el torrente de frustración guardado hacia ella, hacía Only, hacía la vida...

     

    No importaba que fuese una sacerdotisa, que su supuesta naturaleza dictara el cuan pura, sacrificada o buena debía ser, en ese momento lo único que quería era que Pad espabilara un poco su egocentrismo y admitiera que no había sido por el bien de ellos, sino por el bien de ella misma.

     

     

     

    @ @ @@Jank Dayne

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  22. - Creo que no necesitaba una reiteración - comentó quedamente con un amago de sonrisa en los labios. - Max esta en mi cuarto al cuidado de Pallas - menciono, antes de voltear para quedar frente a la bruja que acababa de llegar.

     

    Una vaga sensación de familiaridad embargo sus sentidos, no obstante prefirió utilizar la cortesía como primer paso, Pandora ya tendría tiempo de explicar el parentesco que les unía, si es que había alguno.

     

    - Soy Lillian Potter Evans - se presentó tratando de recobrar un poco de la serenidad perdida - Gusto en conocerte - terminó extendiendo su nívea diestra en señal amistosa. Sin embargo, y antes de proseguir con cualquier otra palabra, una energía oscura se hizo presente logrando crispar el vello de los brazos de la sacerdotisa, no obstante, al no distinguir entre amiga o enemiga prefirió ahorrarse cualquier comentario, prestando más atención a las palabras que Pandora les dirigía.

     

    <¡Con que ese es su nombre!> pensó sin apartar la mirada de aquella chica. No lograba discernir del todo si la expresión en la cara de Pandora, Madeleine y ¿Cath? era de desconcierto, incomodidad o una mezcla de eso y mucho más, por lo que el silencio que se instaló entre ellas sirvió para recomponerse por completo, a sabiendas de que el aura que trasmitía decía todo lo contrario a lo que su físico proyectaba.

     

    Y espero.

     

    Quizás cuando aquel momento pasara, o cuando más gente llegara <si es que los había y más sorprendida no podría estar> todo aquello quedara en el pasado y la plática amena comenzará ... o al menos eso deseaba...

     

     

     

     

    P.s. 0 inspo y seguiré esperando que alguien más se nos una ... O es que todos me odian y nadie quiere conocerme????? :cry: :cry: :cry: :cry: :cry: :cry: :cry: :cry:

     

    @

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