Andy Greyback

Paseando por la noche como era costumbre llegué a la taberna aproximadamente a las 7 de la noche acercándome a la barra miré a los ojos a aquel cantinero, era un tipo de un aspecto no muy agradable y barba muy poblada de canas. Luego de aquel intercambio de miradas procedí a pedir algo de beber.

-Una cerveza de mantequilla por favor- dije en un tono sereno y amigable. El hombre inmediatamente soltó una carcajada y burlándose de mi dijo:

-¿Cerveza de mantequilla quiere la nena? Aquí solo tomamos los hombres y tomamos whisky de fuego- dijo con voz seca y ronca. -Si quieres tomar aquí, te atienes a lo que hay- afirmó de forma déspota.

En ese momento sentí como la rabia me invadía inmediatamente y mirando al cantinero empuñe la mano.

-De acuerdo viejo- dije serio. -Sirve lo que tienes para darme- decidido pegué un golpe en la barra y el cantinero inmediatamente me pasó un trago de whisky de fuego, lo bebí y no pude evitar hacer una mueca puesto que no era un trago muy agradable a lo que el cantinero nuevamente agregó.

-¿Está caliente nena?- dijo burlándose nuevamente, sabía que esta vez no sería tan amigable así que lo tomé de la barba y lo saqué de la barra tirándolo al suelo.

-Será mejor que no vuelvas a decirme nena- dije serio mientras el resto de hombres en la taberna se ponían de pies acercándose de un modo amenazante. Los observé detenidamente y refuté. -Ni todos ustedes juntos podrían conmigo así que mejor aléjense- inmediatamente posé mi mano en mi cinturón y con gran velocidad saqué mi daga de su funda y la posé frente a mi. -Apártense de mi camino si no quieren resultar heridos y hasta muertos-.

Dieron un paso atrás al ver el brillo de la plata reflejando la luna y proseguí a salir de aquel apestoso lugar guardando nuevamente mi daga en su lugar.

Al salir, voltee la mirada a la luna con una leve sonrisa, cuando de repente sentí un aroma muy conocido por mi y bajando la mirada observé aquella silueta de una persona fumando. Olfatee nuevamente notando que era una mujer, por lo que procedí a acercarme y en un gesto atrevido pero decidido tomé el cigarrillo de sus labios dedicándole una sonrisa.

-creo que no debería fumar bella dama- dije antes de poner el cigarrillo en mis labios.

Era algo tierno ver como Hermione se ponía tan sonrojada y tímida pero procedía a entablar una conversación así que me acerqué sonriendo aun con la boca sucia.

-¿de donde eres?- dije intrigado al tiempo que Madelein me limpió la boca y sonrojado acepté su regalo que procedí a guardar en mi bolsillo.

-Gracias- dije sonriendole a Madelein y escuché atento cuando nos dijo que la comida estaba lista así que tomé a Hermione de la mano y caminé para no perder la conversación y a la vez tomé a Leah para que fuéramos todos sin perder la conversación con ninguna.

-Si Leah, cada vez nos unen mas- reí por su expresión y noté que Madelein se había molestado por lo que había dicho por lo que procedí a hablar con ella.

-Madelein, no creas que lo hice como una mala broma, es que hace poco me enteré que soy mago y aun no me acostumbro, ademas me gusta hacer ejercicio físico, hacer todo con magia no me mantendrá en forma para el equipo de Quidditch- dije sonriendo mientras le presentaba mis disculpas.

Voltee al ver a la chica nueva y sonreí para darle una bienvenida cálida.

-Hola, yo también soy nuevo aquí pero ya me siento bastante cómodo, espero que tu igual lo logres pronto- sonreí y seguí el camino con ellas hacia el comedor.

No ayudé con lo referente a los navideño, puesto que no tenía experiencia en el tema, pero supongo que al verlas una idea surgió en mi así que me dispuse a pensar en investigar algo, esperaba dar una grata sorpresa.

-¿Que cenamos?- dije casi riendo puesto que los bocadillos no había saciado mi necesidad de comer y escuchaba lo que decía Madelein con atención. El ser poco sociable era un problema, pero como ya tenía pensado, eso debía cambiar si quería ser parte activa de la casa.

Voltee la mirada a Leah que se había sentado junto a mi y sonreí.

-Si, así parece, cada vez nos vemos en las clases, y ahora quedamos en la misma casa- dije mientras paseaba mi mirada nuevamente por todo el lugar.

Sonreí al notar el leve sonrojo de Hermione y decidí dejar que cambiara el tema, podía incomodarla y era mejor evitar cualquier tipo de molestias.

-Solo quise ser cortes Hermi..- dije son una sonrisa amable en mi rostro y voltee la vista a Madelein.

Mientras la chica Madelein hablaba noté como hizo aparecer comida la boca se me hizo de agua y me acerqué a la mesa tomando un trozo de pizza y sin esperar comiendo mas de la mitad en un mordisco voltee a ver a mis compañera dándome cuenta de que había llegado la prefecta.

-Disculpen, tenía hambre en serio- añadí luego de tragar. Tenia la boca sucia de la salsa de la pizza pero igual continué comiendo hasta que Madelein nombró la palabra "Navidad" ahora que lo pensaba, nunca me había interesado esa fecha, siempre me la pasaba en las montañas y los muggles la celebraban con mucha emoción, así que era momento de ver porque tanta emoción.

-Claro Madelein, yo puedo ayudar en cargar y mover cosas pesadas..- dije sonriendo para luego continuar comiendo.

Noté que al llegar inmediatamente fui recibido por dos chicas Madelein y Hermionie a quienes les dediqué una cálida y amistosa sonrisa levantándome de mi asiento extendí mi mano para recibir el saludo de Hermione y cordialmente le otorgué un beso a su mano.

-Hola, el gusto es mio- dije aun sonriendo. -Creo que yo ya me presenté, si tienen alguna duda, solo háganme saber de estas y yo con mucho gusto la resolveré- escuché las indicaciones que tenían para darme en cuanto a mi estadía dentro de la casa y de inmediato cargué mis cosas y las llevé a la habitación para regresar.

-Con respecto a la lechuza, sufrió un pequeñito accidente..- dije un poco apenado pero con cierta malicia en mis palabras. -llegó cuando estaba dormido y mi reacción no fue la mejor.. perdí la carta y la lechuza..- sonreí y luego ya no dije nada mas.

Me topé con la llegada de Leah y sonreí al ver una cara muy conocida.

-Hola Leah- dije sonriendo y saludando con la mano a la distancia. -Parece que todo el tiempo nos juntan por alguna razón- me acerqué nuevamente a sentarme y escuchaba atento lo que Hermione me estaba contando con respecto al destino tritón y sonreí abiertamente.

-Pues aquí me tienen- dije sonriendo cuando Madelein tomó la palabra y comentó acerca de unos juegos. Debo admitir que la idea no me gustaba del todo, pero tampoco quería ser grosero así que sonriendo nuevamente me dirigí a ella.

-Me parece bien, así nos integramos mejor- me levanté, pero luego intervino Hermione para contarnos un poco acerca de la historia de los tritones y la escuché atentamente, hasta que terminó y paseando la mirada hacia ellas dije en un tono gracioso.

-¿Jugamos o comemos?- reí y luego ya me puse serio. -Disculpen es que el hambre no me deja pensar en claro..- dije un poco apenado y luego sonreí a mis compañeras.

Me dirigía rumbo a la sc luego de recibir mi informe donde se me informaba, era uno de los nuevos integrantes de los Tritones del río Wye. Era extraño, si no era social en las clases ¿Como lo iba a ser en la Sc? Esa duda se metió en mi cabeza, pero no estaba dispuesto a bloquearme.

Al acercarme me puse frente a la puerta y respirando profundo y sin titubear dije las palabras necesarias.

-Canto de sirena- dije con voz firme y decidida y entré inmediatamente observando la magnificencia del lugar casi incrédulo. caminaba lentamente adentrándome en el recinto, parecía que la decisión para abrir no fue igual al entrar. Reí leve al pensar en eso pero luego me puse serio.

notaba que todo estaba adornado de azul, curioso, no era este mi color favorito pero debían admitir que me quedaba bien. Nuevamente reí, cada cosa que pensaba me parecía una broma para mi mismo, como sacándome el nerviosismo y dándome seguridad. Los miré a todos serio y un poco nervioso y decidí hablar.

-Hola..- dije observando a todos -soy el chico nuevo creo..- reí con ganas y luego me relajé -bueno ya, vengo reciente, así que.. Hola, soy Andy y pues espero conocer a todos.. O por lo menos que me quieran conocer- dije des complicado, como si el "pánico escénico" hubiese desaparecido y sin pensarlo me acerqué a un sillón posan dome inmediatamente.

Seguía apreciando el lugar, era como si estuviese en un estado de "éxtasis" era un lugar bello y muy cómodo, olfateaba igual por si alcanzaba a percibir algún alimento cerca, mi estomago ya pedía un poco de comer o algo para "distraer" semejante apetito que normalmente tenía.

-Jajaja dirán que estoy loco, o que soy un tragón pero ¿A que hora sirven la cena?- reí mas al darme cuenta de lo que había dicho y alcé mi mirada al techo y esperé la respuesta de mis compañeros.

-Claro, tengo que investigar mas a fondo- sonreí -Este tema no es solo de leer sino de hacerlo intensivamente- reí leve, puesto que no me gustaba mucho leer, de hecho solo iba por saber de mi historia, leer no es mi fuerte.

miraba a Anna llevarnos a Sergio a y mi hacía donde estaba Monica, sentí nervios y vi como se saludaban mutuamente. Alcancé a notar la distracción de Monica y se me hizo extraño que estuviese tan desconectada, como pensando en algo que le perturbaba y solo me dediqué a observarla al tiempo que ella lo hacía.

La mirada de la bruja penetro en mi mente sin darme cuenta y tome su mano dando un beso suave en esta.

-Encantado me has dejado tu con esos ojos- de inmediato desperté de la hipnosis de sus ojos y me sonrojé levemente. Podía haber perdido toda esperanza de conocer a Monica con ese acto, pero igual no pensaba dejar las cosas así.

-Disculpa, solo fue una reacción ante el interés que creas en mi- dije ahora un poco mas calmado y sonriente.

Pensaba en lo que me decía acerca de la mezcla y cambios de nuestra sangre, y tal vez tenía un poco de lógica pero, ¿y si por eso se dio la división de apellidos? entonces pensé y dije.

-Tal vez por eso es que los apellidos cambiaron, los licrantropos se fueron con el apellido Greyback y los que no lo eran se fueron con el apellido Corvinus como es el caso de Sergio, haciendo así la división del apellido Mc Loud- dije pensando bien y analizando cada palabra que salía de mi boca.

Sonreí ante aquella pregunta, era exactamente lo que quería escuchar salir delos labios dela chica e inmediatamente asentí con mi cabeza y respondí ansioso y emocionado.

-Si! claro que me gustaría, me encantaría como dije antes.. Llegué a sentir vergüenza un poco y me sonrojé a causa de mi modo de hablar, hasta sentí que estaba siendo apresurado, ella no me conocía y no sabía si acaso querría conocerme, pero igual yo si quería conocerla, de hecho lo deseaba mas que nada.

Pero luego de repasar las palabras de Anna algo perturbo un poco mi mente y pregunte extrañado.

-¿Madre adoptiva me dijiste? no sabia como era eso, y quería averiguarlo, saber todo acerca de Monica era algo que me absorbió la mente y el interés por completo.

Escuché las palabras de Anna y sonreí sentándome para apreciar mejor a la de capa escarlata.

-no siempre es por mordidas linda, yo soy licantropo de nacimiento- dije amablemente volteando la mirada hacia ella y escuchando su pregunta.

-¿Monica? ¿Se llama Monica ella?- señalé con la mirada a la de la capa que desde que entró me interesó en un grado que no sabia a que conllevaría solo quería que sucediera lo que tuviese que suceder.

-No, no la conozco, pero claro que si me encantaría conocerla.- sonreí y volví a mirar a Monica. Por lo menos ahora ya sabia su nombre, ademas de esa intriga que cargaba en su aura, podía sentir todo con mi olfato, pero no lo que en realidad deseaba. Sabia que debía acercarme, pero, ¿como? según alcanzaba a percibir no era muy sociable, y al parecer Anna se sorprendió a ver que noté su presencia.

De inmediato vino la idea a mi mente y pensativo pregunté a Anna.

-Espera, ¿Acaso tu si la conoces?- su respuesta dependía de poder o no conocer a esa chica que me hipnotizó con su capa y cabello.

Abracé a Sergio con gran emotividad.

-¿primo? llevas mi sangre, para mi eres un hermano- mi abrazo no cedía en cuanto a fuerza se trataba, sentía que tenia alguien en quien confiar. Lo mas extraño eran dos cosas. Uno, ¿como es que alguien que acabo de conocer es mi pariente? y dos, ¿como es que yo soy lycan y el no? esas dos preguntas rondaban en mi cabeza. Y no dudé en hacérselas a Sergio.

-Pero.. ¿como es que yo, soy lycan y tu no?- preferí solo hacer esa, no quería ser grosero o mal educado al preguntar que si podía confiar en el. Y esperaba su respuesta cuando voltee la mirada a Anna sonriendo.

-¿Parece increible cierto?- pregunté con una sonrisa que no lograba borrar de mi rostro.

Al tiempo olfatee y logré divisar la entrada de una persona a la biblioteca, el olor a café me llevo directo a ella y observé la capa de color esmeralda, que extrañamente era el mismo del estuche de mi daga. Su cabellera larga y roja me atraía de tal manera que ver la combinación de colores causó una especia de "hipnosis" en mi pero seguí en lo mio, tal vez acercarme aun no era lo más prudente.

Las palabras de sergio atravesaron mi desconcierto y mente quedó en shock por unos segundos.

- ¿pa-pa-parientes? dije titubeando. No lograba a asimilar por completo el acontecimiento, pasar 25 años sin vivir con mi familia biológica y ahora, aquí en la librería ¿encontraría mi destino? ¿mis orígenes? decidí enfrentar la realidad y miré firme a Sergio.

-Parientes! somos parientes.. pero tu vendrías siendo mi primo!- me emocioné mas de lo que imaginaba podía hacerlo. Tener un pariente frente ami, sangre de mi ancestro, ¿como podía pasar eso?

Muchas preguntas rondaron por mi cabeza, el desconcierto y la emoción eran la mezcla mas extraña además de mis transformaciones en lycan. me imaginaba como tomaría la noticia Belsebú y mi madre adoptiva muggle al saber que por fin había encontrado los que era el único pariente que conocia. Un pariente real y que lleva mi misma sangre

-El apellido que busco es el Greyback- dije a Sergio aunque eso era muy obvio pero no le di importancia, mis ojos estaban plasmados en la portada del libro. Un leve escalofrío corrió por mi espalda, y supe que ahí estaba lo que buscaba y sin pensarlo dos veces abrí de golpe el libro, para mi sorpresa me encontré con una gran letra al estilo barroco, donde estaba escrito el apellido Greyback.

Quedé en shock, no sabia por qué había sucedido así, tan de repente, como si el libro quisiera decirme algo, como si el libro me hablara.

-Aqui está!- alcé un poco la voz sin darme cuenta y los otros me mandaron a bajar la voz, y la mirada de la bibliotecaria se posó sobre mi. Bajé la mirada y me concentré en leer, comenzaba a darme cuenta de muchas cosas, en especial el "porque" de esa cruz en la daga de plata, que de hecho llevaba en mi cinturón como de costumbre. La saqué de su estuche y la observe con cuidado, vi su filo insaciable y su brillo natural.

Voltee la mirada a Anna con la daga en la mano. -El gusto es mio. dije sonriente.

Volví mi mirada al libro un poco extrañado al notar que el ultimo en el árbol genealógico de la familia terminaba en mi padre. Comencé a acender en orden regresiva -Ryuk, Sebastian, Euripides, Raphael..- decía ascendiendo. -Todos Greyback, pero.. hice una pausa al notar algo que a mi parecer no era normal, el arbol tenia inicio sin el apellido Greyback.

-¿Crowley?- pregunté en un todo de voz un poco alto y desesperado.-Pero.. ¿que significa esto? no entendía nada, solo que mi apellido, descendía de otro.

Los observé a ambos sintiendome un poco incomodo pero luego me centré en lo que necesitaba.

-Hola, Soy Andy Greyback- respondí y tome la mano de Sergio, asi alcancé a memorizar su nombre, igual mi interes se centraba en mi libro.

Di vuelta a mi vista y sonreí a la la chica junto a el.

-Hola, busco el libro de Grandes personajes de Irlanda, es muy importante para mi..- dije a ella extendiendo mi mano. -soy Andy Greyback y tengo mucho interés por saber el pasado de mi familia..

pero inmediatamente voltee la mirada al chico, puesto que al olfatear sentí que mi palabras ocasionaron una reacción de interés al escuchar el nombre de el libro que buscaba con tanta prisa.

-¿Pasa algo?- pregunté con interés -puedo notar que tu actitud ha cambiado un poco, como si algo te incomdara- miraba al chico con inquietud, puesto que ese cambio no era algo muy normal en los humanos que conocí antes.

- g, h, i- decía con un poco de rapidez, al llegar al estante, la incertidumbre acerca de mi realidad y mi familia biológica me tenían en un encuentro total de emociones, que me causaban displacer de solo imaginarme lo peor.

Buscaba el libro con ansiedad, a tal grado, que perdí la razón y me desesperé. intenté correr hacia la bibliotecaria, pero justo cuando voltee la mirada y el cuerpo, me di cuenta que la mirada de aquel chico del accidente se posaba en mi y de inmediato pensé que el debía ser mas experimentado que yo en el asunto de los libros, así que con decisión me acerque a el y le dije en voz tímida pero firme.

-Disculpa, me preguntaba si podías ayudarme a buscar un libro, digo si no estas muy ocupado- Dirigí la mirada a la joven frente a el y le obsequié una cálida sonrisa y una leve reverencia, de inmediato volví al mirada al joven, puesto que mi interés solo era encontrar mi libro.

-Acá es- repetí para mi mismo tras pararme frente a la puerta de madera caoba y oscura de la biblioteca de la academia. Varias personas en mi camino me habían indicado que allí encontraría la información muggle historica que deseara y que ademas encontraría también varios libros de paises. Entre ellos el que realmente me importaba, Escocia. La noche era fria y una inmaculada luna llena se alzaba en lo alto del cielo. Mi temperamento se vió un poco afectado desde que se había puesto el sol. La naturaleza de mi condicion de hombre-lobo la podía controlar perfectamente con la poción que diariamente Belsebú mi fiel elfo me preparaba.

Alcancé a notar cierta tensión en el lugar, habían un par de chicos que habían tenido lo que parecía un accidente, pero en realidad solo me interesaba llegar a la estantería y hallar el libro que necesitaba.

Pasé junto a un chica que al mirar de reojo pude notar su miedo y sus nervios ante alguna situación que desconocía e incluso ignoraba.

llegué al frente de la bibliotecaria y en una voz un poco tímida pregunte -Disculpe usted, podría decirme donde encontrar el libro llamado Grandes personajes de Irlanda?- Ella me miró fríamente y solo señalo hacia uno de los pasillos.

inmediatamente partí en esa dirección, notando que ahí se encontraban los chicos del accidente, pero no me interesé en ayudar, ahora solo pensaba en encontrar lo que buscaba.

Hola muy buenas tardes. Paso a informar que ya he dejado mi ficha en donde creo que debe ir. Me gustaría saber si hay algo que cambiar o agregar, agradezco la atención prestada y de paso agradezco de una vez por la aprobación de la misma gracias y hasta luego.

http://i.imgur.com/ITniI.png

Datos Personales:

Nombre del Personaje: Andrés Greyback Crowley.

Sexo: Masculino.

Edad: Adulto.

Nacionalidad: Colombiana.

Familia(s):

• Crowley
• Croft |Adoptiva|

Padre(s) Sanguíneo: Ryuk Greyback** & Violeta Greyback**

Padre(s) Adoptivos: Near y Brardolla Black.

Trabajo: --

Poderes Mágicos:

Rango Social: Unicornio de bronce.

Bando: Neutral

Rango dentro del Bando: --

Nivel de Poder Mágico: --

Puntos de poder en objetos: 20 puntos.

Hechizos adicionales: --

Puntos de poder en criaturas: 0 puntos.

Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

Habilidades Mágicas: --

Conocimientos Especiales:

• Cuidado de criaturas mágicas
• Conocimiento en maldiciones
• Pociones (Conocimiento adquirido)

Perfil del Personaje:

Raza: Licántropo.

Aspecto Físico:

Alto, de 1.80M de estatura aproximadamente. Tés morena y de rasgos faciales marcados; tiene los ojos negros y el cabello oscuro y largo hasta sus hombros. Se mantiene delgado, aunque es bastante fornido gracias a su estructura y a los ejercicios físicos que realiza.

Transformado en Licántropo: Pelaje negro en su totalidad y mide al rededor de 2.10 m. y mucho mas corpulento que cuando es humano.
Cualidades Psicológicas:

Tiene una gran determinación por hacer las cosas bien. Es coqueto y alegre aunque con un marcado carácter y es algo compulsivo. No sabe cuando rendirse aún cuando sea obvio hacerlo. Tiene un pasado que no descubrió hasta hace poco.

Historia:

Bosques de Galloway, Escocia, Otoño de 1986.

La noche se mostraba oscura y amenazante sobre los bosques que colindan con la región de Hampshire, en nueva Escocia. La luz de la luna mostraba un claro contraste con el fuego de las antorchas que se acercaban al castillo del Baron McGrith. El pueblo estaba cansado de los repentinos asesinatos que suceden en el pueblo y en las poblaciones lejanas. Algunos testigos aseguraban que haber visto una cruz plateada antes de que las victimas aparecieran literalmente desgarradas de sus vestiduras.

Al principio, los pueblerinos desconocían el origen de estos ataques y le fueron asignados a las bestias que desde tiempo antiguos rondaban el bosque. Así transcurrieron los primeros meses hasta que los testigos comenzaron a afirmar la existencia de un brillo y unos ojos rojos en las victimas. Una noche una de las victimas pronunció el apellido del Barón. El pueblo enfurecido tomo represalias y salió con antorchas y trinchos en dirección al castillo. El motivo fue confirmado al notar que el símbolo que veían los testigos era la insignia característica de la McGrith, quien no era otro que el Rey Ryuk Greyback: uno de los pocos patriarcas de Hombres Lobo que aun quedaban en el territorio escocés.

Propietario de un castillo a la orilla del río Wye, al sur del bosque de Galloway, Ruyk Greyback había llegado allá tras salir de la quema de hombres lobo privada en Irlanda del norte, a manos de los seguidores de Slyver, reconocido cazador de Licántropo. Una vez más, la condición de su naturaleza lo había dejado en evidencia a él y a su familia. Su mujer Irene y su único hijo Andrés se encontraban en el interior de la mansión al llegar la muchedumbre.

- Mujer, toma el niño y váyanse de acá - dijo el rey.

- No te dejaremos acá. Somos una familia y moriré...

Irene no alcanzó a terminar su frase cuando una gran roca golpeo su cabeza, dejándola inconsciente en el suelo. Con la aterradora imagen de su mujer en el suelo y su hijo llorando incansablemente junto a ella, el patriarca Greyback, tomó a su hijo en brazos y a su mujer, desapareciendo del lugar no si antes tomar un baúl que tenia bajo la escalera. Cuando la multitud iracunda entro al castillo, no vio más que un pequeño remolino rojo y negro donde había desparecido la familia.%2