Keira Katina

Con Juliene y Bea

― Charlotte... encantadora como siempre ― dijo en voz baja luego de escuchar su comentario, aunque probablemente ella no lo había oído ya que se encontraba atendiendo a una mujer.

Keira se pasó una mano por el cabello y miró alrededor buscando a su jefa o a alguna de sus otras compañeras, se sentía como si fuera su primer día otra vez y eso no le gustaba, además la curiosidad por saber si había pasado algo interesante en esas semanas, o si todo seguía igual de tranquilo como siempre.

Mientras estaba en la clínica privada, recordó haber considerado la opción de abandonar su trabajo en el Ministerio y buscarse alguno de una jornada laboral menor o quizás dedicarse a otra cosa; pero sabía que tener demasiado tiempo libre la haría perder la cabeza, necesitaba concentrarse en algo y construir una carrera aunque el dinero no fuera lo primordial.

En ese momento pudo ver a lo lejos a Juliene, radiante de vida sobrenatural como siempre, acompañada de otra bruja; se preguntó cómo se sentiría ser así, saber que ninguna enfermedad podía acabar con tu vida porque técnicamente ya estabas muerta. <<Y si... te pidiera que me convirtieras en vampiresa ¿lo harías?>>. De repente se le ocurrió una loca y probablemente est****a idea.

― Sigo siendo humana... aún ― sonrió y le dio un abrazo ligero a su jefa ―. Y estoy lo suficientemente bien como para volver al trabajo, espero que tengas muchas tareas importantes para encargarme ― lo dijo un poco en broma ―. ¿Tenemos nueva compañera? ― reconoció a Bea, la hija de Sophie en la Haughton, su ¿sobrinanieta o algo así? No estaba segura del parentesco y prefería no estar segura (la hacía sentir la tía solterona de la familia).

Keira respiró hondo y bajó del ascensor como tantas veces lo había hecho en el pasado, cuando visitaba la quinta planta a diario; antes de las horribles semanas plagadas de sanadores y pociones, que la habían dejado débil física y mentalmente. ¿Cuánto tiempo había pasado lejos del Ministerio? Le parecían años, los días más miserables de su vida.

Era increíble cómo podía extrañar cosas como el aburrido decorado o el olor que se percibía cuando apenas entrabas al departamento, una mezcla entre pergaminos viejos y madera encerada; o lo reconfortable de ver rostros conocidos (la anciana austríaca siempre se pasaba por ahí a molestar porque no tenía nada mejor que hacer, o el elfo medio ciego con las orejas pequeñas), hasta sonrió al percibir unos cabellos colorados a la distancia.

― Se siente bien estar de vuelta... ― susurró. Aunque la rubia estaba contenta, no podía evitar preguntarse si la mejora en su salud iba a ser duradera, o tarde o temprano se llevaría otro chasco y caería enferma. <<La vida tiene una manera cruel de demostrarnos que la magia, aún en su grandeza, no tiene la solución para todos los problemas>> la frase de la sanadora era malditamente cierta.

― Hey... ― en su cara se dibujó una sonrisa tímida que iluminó por un momento sus ojos azules, si ensanchaba los labios no se veía tan mal, con las ojeras y la piel pálida parecía que sólo le estuviera faltando unas buenas noches de sueño; aunque la perdida de peso era notable al usar uno de los vestidos de antes (su favorito, color crema y con mangas largas) ― ¿Me extrañaron, lindas? ― les dijo a unas elfinas domésticas y caminó buscando a sus compañeras de trabajo.

— ¡Groter! — su saludo la sorprendió y dio un pequeño salto en el asiento, estaba algo paranoica, debía relajarse más —. Hola... hum pedí un café mientras esperaba ¿Quieres algo? Podemos compartir un pastel o algo — le sonrió esperando que aceptara, tenía un poco de hambre.

No sabía si su hermano seguía allí, internamente deseaba que se hubiera ido con aquella chica con la que lo vio charlando, ¿era una nueva conquista? ¿él y Arya habían terminado?. Su lado curioso quería saber más, quizás la estaba engañando, quién sabe.

— Y, humm ¿Qué te ha parecido el Departamento de Cooperación? Justo llegaste en un momento incómodo, pero no es así siempre, la mayoría de las veces es super tranquilo, conoces personas de todo el mundo... es interesante — dijo recordando al borracho que había entrado a hacer escándalo —. Además Kassandra es una directora genial, no sé cómo será Catherine.

Se pasó una mano por el cabello rubio y bebió el café que estaba enfriándose, en verdad estaba contenta de tener nuevos empleados en la quinta planta, ser siempre las mismas seis chicas era aburrido y monótono.

— Juan Valdez Café... — susurró para si misma buscando la cafetería por el Callejón Diagón, nunca antes había visitado el lugar, si quería un café siempre iba al negocio de su hermana Anne, aunque hacía mucho tiempo que no pasaba por allí.

Eran las ocho de la noche en punto cuando finalmente lo encontró y escapó de la llovizna, para adentrarse al cálido local que olía deliciosamente a granos de café recién molidos. Estaba por quitarse la capucha de la capa cuando notó a la distancia que Emmet se encontraba allí, era su hermano y podía reconocer su figura donde fuera. <<Maldición ¿por qué hoy?>>. Pensó en irse y disculparse con su "cita" por plantarlo cuando lo viera al día siguiente, pero creyó que eso haría que su relación laboral se volviera tensa, no quería algo así, ya era bastante con Charlotte.

Deliberó un par de segundos y fue a sentarse al rincón más oscuro que pudo encontrar, ocultando su rostro todo el tiempo, le dio la espalda al Haughton y pidió una bebida mientras esperaba al hombre lobo. <<Más le vale que llegue rápido...>>. Algo le decía que todo eso no iba a acabar bien, odiaba la idea de un enfrentamiento allí mismo, estaba harta del drama que llevaban, nunca en su vida había tenido algo parecido a un enemigo o a alguien a quien le deseara lo peor, si podía evitar ese tipo de cosas mucho mejor; le parecía tonto formar esa especie de relación con alguien.

Entonces se le ocurrió una idea, llamó a una camarera y le pidió un pequeño favor, describió detalladamente al mago con quien se iba a encontrar y le dijo que si lo veía entrar, lo mandara directamente a su mesa. La bruja accedió de buena gana, se ganó unos galeones y Keira un poco de tranquilidad.

 

 

 

otra vez

<<El castillo ya no existe... bueno eso explica muchas cosas>>. Se preguntó por qué no sabía nada de eso, aunque la verdad era que con Arya no hablaban de sus familias precisamente, se anotó mentalmente charlar con ella sobre el asunto para saciar su curiosidad, Catherine no parecía el tipo de persona que contara cosas personales a recién conocidos.

― Hasta pareces Clark Kent ― susurró sonriendo Keira, cuando May finalmente apareció. Era más bien un chiste interno porque no era probable que la vampiresa conociera la cultura muggle, pero lo dijo de todas formas ―. No sabes lo que te has perdido...

 

Ya estaba por comenzar a explicarle lo del borracho y las nuevas incorporaciones al departamento, seguido del reproche respetuoso por no haber avanzado casi nada en el caso de Gia; pero entonces Roxanne llegó saludando a Kassandra y robándose la atención de la Black Lestrange. <<¡Esto nunca va a acabar!>>. Keira se desesperó un poco, estaba ansiosa por su tema personal que olvidaba las "cosas más importantes" pendientes por hacer.

 

― Ah sí, el informe... esta bien, pero no olvides que lo prometiste ― le respondió con una mirada más bien triste que molesta, no le hacía gracia trabajar directamente con Charlotte, sentía que no le caía del todo bien a la pelirroja.

 

Se dio media vuelta y buscó a la secretaria que ya había escuchado a Juliene, juntas se sentaron en su escritorio con los pergaminos y las plumas. La Haughton volvía a tener sentimientos encontrados, por un lado el viaje a Rumania la había acercado un poco a su jefa, le tenía más confianza como para contarle la historia completa, hasta sentía que podían ser amigas. Pero al mismo tiempo estaba asustada de conocer la verdad, de cerrar ese capítulo en su vida que tanto la había herido y condicionado.

 

― Bueno Charlotte, terminemos con ese papeleo rápido...

— Juan Valdez Café... — susurró para si misma buscando la cafetería por el Callejón Diagón, nunca antes había visitado el lugar, si quería un café siempre iba al negocio de su hermana Anne, aunque hacía mucho tiempo que no pasaba por allí.

Eran las ocho de la noche en punto cuando finalmente lo encontró y escapó de la llovizna, para adentrarse al cálido local que olía deliciosamente a granos de café recién molidos. Estaba por quitarse la capucha de la capa cuando notó a la distancia que Emmet se encontraba allí, era su hermano y podía reconocer su figura donde fuera. <<Maldición ¿por qué hoy?>>. Pensó en irse y disculparse con su "cita" por plantarlo cuando lo viera al día siguiente, pero creyó que eso haría que su relación laboral se volviera tensa, no quería algo así, ya era bastante con Charlotte.

Deliberó un par de segundos y fue a sentarse al rincón más oscuro que pudo encontrar, ocultando su rostro todo el tiempo, le dio la espalda al Haughton y pidió una bebida mientras esperaba al hombre lobo. <<Más le vale que llegue rápido...>>. Algo le decía que todo eso no iba a acabar bien, odiaba la idea de un enfrentamiento allí mismo, estaba harta del drama que llevaban, nunca en su vida había tenido algo parecido a un enemigo o a alguien a quien le deseara lo peor, si podía evitar ese tipo de cosas mucho mejor; le parecía tonto formar esa especie de relación con alguien.

Entonces se le ocurrió una idea, llamó a una camarera y le pidió un pequeño favor, describió detalladamente al mago con quien se iba a encontrar y le dijo que si lo veía entrar, lo mandara directamente a su mesa. La bruja accedió de buena gana, se ganó unos galeones y Keira un poco de tranquilidad.

¿Groter quería pedirle una cita? ¿Por qué quería hablar en el café?. Keira comenzó a ponerse paranoica, no se le ocurría de lo que quisiera hablar con ella, en la Academia no habían sido precisamente amigos y luego estaba todo ese dilema que tenía con Emmet. La rubia no tenía nada en contra de él, pero era mejor no mencionar enfrente de su hermano que se iba a encontrar por el Callejón Diagón con su "enemigo".

— Oh, esta bien... pasaré como a eso de las ocho — respondió al hombre lobo, que luego se dirigió a poner dulces en una mesita. Al escuchar el nombre completo de Catherine, le llamó la atención el apellido, así que se acercó antes de que Kassandra comenzara con el recorrido por el departamento —. Keira Haughton Ryddleturn — se presentó y estiró la mano para saludarla — ¿Eres familiar de Arya? Una vez estuve en Winterfall, una estadía memorable — sí que lo había sido.

Aún recordaba ese día donde había sido utilizada como rata de laboratorio, después de conocer a Pandora y Rose, lo extraño es que jamás las había vuelto a ver por Londres, y eso que su amiga era una Stark.

— Kassandra, ¿sabes dónde está May? Desde que volvimos de Rumania no la he vuelto a ver... y tengo pendiente trabajo con ella — todavía no habían empezado a buscar a Gia, Keira no lo olvidaba y tenía que encargarse de que su jefa tampoco.

Una mujer alta y de cabello y ojos negros llamó la atención de la Haughton, no la había visto allí nunca pero parecía conocer a Groter y Ania porque los saludó. Ella no lo sabía aún pero pronto se enteraría que se trataba de Catherine, la nueva jefa que reemplazaría a Niqqi (quién había dejado su puesto en misteriosas circunstancias ¿?).

— Ahora dejan entrar a cualquiera al Ministerio, que horror, en serio — pensó en voz alta —. Sí, Ania... no vaya ser que piensen que estuvimos bebiendo — estaba algo molesta todavía por la escena que acababa de vivir y por la ausencia de su jefa. Luego escuchó al hombre lobo pedirle un segundo para hablar así que accedió, no tenía mucho que hacer en ese momento —. Claro, Groter... ¿Qué pasa?

Mientras tanto Charlotte, la secretaria que había observado todo el asunto muy cómoda desde su escritorio, se levantó al darse cuenta de que los nuevos empleados estaban presentes. Codeó a Cassie, que atendía a una anciana paquistaní, y caminó hasta donde estaban reunidos todos.

— ¿Catherine Nott Stark? Usted es la nueva jefa ¿verdad? Bienvenida al Departamento de Cooperación Internacional, mi nombre es Charlotte, si necesita algo sólo llámeme — comenzó a presentarse, era mejor caerle bien a la jefatura en primera instancia —. Y el mago que habla con Keira debe ser Groter Shulton Granpie, el nuevo compañero... — lo observó sonriendo, era refrescante tener presencia masculina en el trabajo para variar, y más si era sexy aunque lastimosamente muy joven para ella.

― Llámame mi amor otra vez y te aplasto como insecto ― siseó enojada.

De no ser por Kassandra, Keira sentía que podía haber desfigurado al borracho aquel, pero el agarre de la Directora la hizo entrar en razón, así que dejó de pelear y se cruzó de brazos. Estaba despeinada y con el rostro colorado, era casi gracioso, parecía que había tenido un berrinche como cuando era una niña pequeña. Se pasó las manos por el cabello, acomodándoselo hacia un costado y alisó su vestido verde, mientras la castaña se hacía cargo del asunto.

Entonces escuchó una voz conocida en medio de la escena, Groter había aparecido a su primer día de trabajo e intentaba ayudar a las mujeres para sacar al extranjero del departamento, Keira se sintió avergonzada por su comportamiento tan poco usual, esperaba que no la hubiera visto aunque el chico la había encontrado en situaciones mucho más comprometedoras en la Academia y en su propio hogar también.

— ¿Groter? ¿Qué... qué haces aquí? — la chica obviamente no sabía que él era su nuevo compañero de trabajo, junto con la otra jefa que debía llegar en cualquier momento.

Además vio que Ania también acababa de llegar a la quinta planta nuevamente, se puso al lado de su madre y el hombre viéndose rodeado por los Cooperacionosos* finalmente entendió que era mejor irse y abandonó el espectácul0.

 

<<Si May estuviera acá seguro no salía vivo y nadie lo notaba ¿Dónde se habrá metido?>> pensó la Haughton cuando todo acabó.

 

 

— Me siento de lo mejor ¿Es que me veo mal? — ¿Aún tenía rostro de enferma? No importaba pero al menos Tau había respondido la pregunta, aunque no le dejó tocarle el cabello. <<Podría esperar a que esté distraída y robarle unos mechones... aunque puede que sus sentidos agudos de demonia (¿existe eso?) me delaten y seguro se enoja y creo que es mejor no tenerla de enemigo>>.

 

Keira estaba distraída en sus pensamientos sobre cómo lograr quedarse con algo del pelo de la Crouchs, quería concentrarse porque estaban en medio de una misión de trabajo pero sus sentidos no le estaban ayudando, cualquier sonido u movimiento hacía que su mente divagara.

 

— Ah Sherlyn es muy muy agradable, sabes ella tenía el pelo azul una vez, creo que fue cuando pasó todo eso de Jack el Destripador. De hecho ese día recuerdo que tooodos en esta planta tenían el cabello de colores. Quizás había oferta de tinte en la peluquería, ¡quién sabe! — comenzó a parlotear otra vez mientra la arrastraban — Yo me tiño el pelo de rubio, no es natural, en realidad lo tengo así como el color de May, lo que es gracioso, yo no sabía que ella es tu hija ¿No debería tener el cabello azul también? ¿o es porque es vampiresa? Los genes son muy interesantes...

 

Ya estaba reunida con su jefa y ahora tocaba irse a Rumania de una vez por todas; sólo que a Keira le preocupaba un poco cómo iba a ayudar si su cerebro no cooperaba en ese momento, no estaba segura de poder hablar en rumano.

¡Sí! Kassandra había llegado al rescate, al menos ella podía controlar la situación mejor; eso esperaba Keira porque no se le daba bien manejar a borrachos y más cuando le sacaban varios centímetros de cabeza (se sentía más bajita que de costumbre). Ya estaba por llamar al mini ejército de elfos o a la seguridad del Ministerio, cuando el demente aquel le dio un beso.

Realmente la tomó desprevenida, no esperaba que el mago hiciera algo así, de repente tenía la boca succionada y llena de sabor alcohólico mezclada con mal aliento. As-que-ro-so. El tipo se había metido con la bruja equivocada, Keira no andaba de humor y no iba a tolerar que le faltaran el respeto de esa forma. Le pegó un empujón con toda la fuerza que tuvo y escupió al suelo con una mueca de asco.

― Maldito desgraciado, ¡QUE TE HAS CREÍDO! ― le dio una cachetada y se olvidó de que el hombre andaba borracho, ya casi que se le tiraba encima para matarlo a golpes, sin importar que la directora del departamento estuviera ahí, que fuera una debilucha pequeña o que esa forma de pelear fuera sólo de vándalos muggles incivilizados.

 

Si alguien no intervenía, seguro que lo mataba (?)

Rol Ministerial (?)

― ¿Qué? ― dijo primero, cuando Sherlyn no le quería dejar entrar al baño, es que la chica no comprendía que si no iba allí, lo más probable es que devolviera los cereales que había desayunado sobre sus lindos zapatos. Por suerte escuchó a Xell dejarla pasar así que no esperó ni un segundo, corrió hasta el retrete pero luego recordó que llevaba un frasquito con la poción sanadora. <<Eso por distraída>>.

Luego de bebérselo se sintió muchísimo mejor, su rostro dejó de verse verdoso (?) y pudo respirar aliviada, no quería perderse ese viaje a Rumania por nada del mundo, además tenía que ayudar a su departamento con esa misión. Salió de los sanitarios algo perdida, no sabía dónde estaban Tau o May, <<No debí haberme alejado...>>

Miró a un lado y al otro, ¿Y si se habían ido a Rumania sin ella? No, Juliene no era tan malvada ¿o sí?. Decidió que se guiaría por la cabeza celeste de la chica Crouchs, como si se tratase de un cartel de neón de "Salida de Emergencias". La vio enseguida, (no estaba muy lejos) fue tras ella y lo primero que dijo fue:

― Lo siento, me sentía un poco mal pero ya estoy mejor. ¿Nos vamos a Rumania o qué? ― sonó demasiado mandona para dirigirse a una directora así que intentó arreglarlo ― Em ¿Dónde está May? Tienes un cabello muy bonito, sabes. ¿Es natural? ¿puedo tocarlo? Sólo conocí a alguien con pelo azul, el hijo de Sunar, ese día en la casa de Sherlyn ¿No eres humana, verdad? Es... es como antinatural, pero en el buen sentido, como el cuerno de los unicornios... ― alguien debía callarla o iba a odiarse por el resto de su vida por la verborragia. ¿De dónde había salido eso? ¿Todos la estaban escuchando haciendo el ridículo?

¿En el futuro? Nu sé


― Pero que rayos está pasando... ― Keira se levantó de su escritorio cuando escuchó aquello gritos que venían de la recepción, todo estaba tranquilo como siempre en el departamento, odiaba cuando rompían su calma de esa forma, frunció el ceño mientras corría hacia el origen del despelote.

Un hombre completamente borracho y sin una gota de pudor, estaba bailando (más bien parecía que le daba un ataque epiléptico) en el medio de la sala; desde lejos se podía sentir el olor a alcohol que desprendía su aliento asqueroso, la Haughton se enfureció (últimamente no tenía la misma paciencia de siempre).

― Oh, bruja mía, no te hagas la santa y déjame hacerme ilegal… ¿o era legal?

Sus bramidos la aturdían, parecía que estaba totalmente demente ¿Cómo había entrado al Ministerio alguien en ese estado? Keira se apresuró a tratar de sacarlo de ahí, no fuera que los demás inmigrantes que hacían sus trámites tranquilamente, mandaran alguna queja sobre el departamento.

 

― Hey, va a tener que retirarse señor o llamaré a seguridad y lo sacamos a rastras ― le dijo al mago, parándose en frente de él, se veía muy pequeña pero no le importaba.

Rol ministerial

La captura del Ghoul

― Humm ― Keira no sabía que decir, o más bien no tenía nada que decir, comenzó a sentirse algo inútil, entonces el departamento que le había parecido normal y vacío, comenzó a llenarse (más bien era que no había prestado atención, el pelo de Taurogirl le tentaba).

No lo iba a admitir pero es que quería tocar ese pelo celeste, no lo hacía porque tendría que pedirle permiso y eso prometía ser bastante vergonzoso. Así que se quedó al lado de Juliene mientras varias personas entraban y aparecían en escena, a algunos ya los conocía de la otra vez. No los saludó porque creyó que ninguno la recordaría, sólo era una aprendiz.

Primero los recibió Xell y luego Amya en cuestión, que era a quién andaban buscando. La Haughton comenzó a sentirse un poco mal y se preocupó, podía ser que la enfermedad no se hubiera ido y siguiera para torturarla unas semanas más, gimió y se cruzó de brazos.

― Amm... Maylis... no me siento muy bien ― susurró sin ser escuchada por el alboroto que se produjo después, ¿por qué siempre había mucho ruido ahí? En Cooperación era todo tan tranquilo, aburrido, sí, pero pacífico, así le gustaba. Ni siquiera se dio cuenta de que su amiga Sherlyn estaba presente ―. Tengo que ir al baño ― dijo y corrió en busca de uno.

Rol ministerial
La captura del Ghoul

»Tercera planta. Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes«

Keira no sabía quién era la bruja de la que había hablado Tauro, sólo había estado en la tercera planta una vez y tampoco había sido un buen momento para hacer sociales, con todo el asunto del fantasma asesino y tal. Sólo recordaba a Sherlyn porque casi que la había dejado ciega, y gracias a eso ahora eran buenas amigas, estaba contenta de poder pasar a saludarla.

Salió del elevador detrás de la vampiresa y la demonio, suspiró preguntándose qué clase de aventura iba a vivir esta vez, en ese departamento podía pasar cualquier cosa, lo que era interesante pero aterrador al mismo tiempo. Se mordió el labio mirando alrededor, todo parecía normal, igual que la última vez, se distrajo con la decoración y sin querer chocó con Taurogirl.

― Oh lo siento ― se disculpó y dio un paso atrás mientras May se encargaba de buscar a Amya.

<<Oh... vaya>>. La directora del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas no era lo que ella esperaba, aunque no había tenido demasiado tiempo como para hacerse una idea mental de cómo sería, su apariencia la descolocó un poco. Alzó las cejas nada más, no quería parecer irrespetuosa, pero no podía evitar verle el cabello, sin duda tenía algo con el pelo de la gente.

Es que no era solo el hecho de que fuera de un color azul-celeste, ya había visto a otros magos y brujas con cabellos verdes, totalmente blancos o rojo fuego; también era largo y sus ojos eran del mismo tono. Comenzó a preguntarse si era humana o no, cuando oyó a May llamarla "madre". <<Eso sí que es revelador>>. No lo habría pensado ni en un millón de años.

― Uh, Keira Haughton Ryddleturn, el gusto es mío ― respondió al saludo de la mujer estrechándole la mano.

Se quedó allí al lado de su jefa mientras ella comentaba cosas que no entendía, pero escuchó de todas formas porque le interesaba satisfacer su curiosidad. Cruzó los brazos esperando la respuesta de Taurogirl, internamente quería que dijera que sí, le gustaba conocer personas de otros departamentos del Ministerio.

Charlotte

La bruja no dejó de sonreír falsamente, aún cuando Anne dejaba en claro que no le estaba gustando el modo en que la atendía, ni siquiera había tomado la pluma que ella le había dado. Entonces Keira apareció y saludó a la mujer, al parecer eran hermanas; la pelirroja no lo habría adivinado jamás, no se parecían mucho.

— Esta bien, ya se los doy yo — respondió al favor que le pidió, aunque no le daba mucha gracia hacerle de secretaria a la chiquilla nueva —. Muy bien, está todo correcto — le dijo a Anne después de leer los formularios. Los selló rápidamente para que se fuera de una vez —. Que tenga un buen día...

 

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional
Confederación Internacional de Magos, Sede Británica


Ficha de registro de Brujas y Magos inmigrantes

Nombre: Anne K. Gaunt Haughton
Ficha: http://www.harrylati...gaunt-haughton/
Nacionalidad: Irlandesa
Motivo de inmigración: Se mudó a Inglaterra para vivir cerca de su familia y estar así más cerca de los suyos.
Situación actual en Gran Bretaña: Estuvo trabajando un par de años en el Ministerio, aunque actualmente anda desempleada. Es profesora de la Academia de Magia y Hechicería y es jugadora y árbitra profesional de Quidditch.

http://i.imgur.com/05vIo.png

 

 

Ministerio de Magia
Departamento de Cooperación Mágica Internacional
Organismo Internacional de Normas de Instrucción Mágica y Oficina Internacional de Ley Mágica

Plantilla para Pasaporte

Nombre: Anne K. Gaunt Haughton
Edad: 26 años.
Sexo: Femenino.
País de origen: Irlanda
Ficha de personaje: http://www.harrylati...gaunt-haughton/

http://i.imgur.com/05vIo.png

 

http://i.imgur.com/f24F3.png

— Oh... hola Roxanne, está bien, te sigo — respondió Keira mientras iba con ella a su oficina.

Pasando por el pasillo le pareció oír voces familiares pero no le dio importancia, seguramente conocía a más de uno que trabajaba por ahí sin estar enterada. Luego pasó a la habitación parcialmente desordenada, le recordó a la oficina de May por motivos totalmente contrarios, el de su jefa estaba siempre super impecable. <<Maniática del orden>> pensó.

— Bueno... igual estoy acostumbrada a rellenar formularios — suspiró y tomó el papel, escribió con su caligrafía juvenil en cada espacio. Cuando terminó se lo entregó de vuelta.

Ficha de Identificación Personal:

~ Nombre del examinado: Keira Haughton Ryddleturn
~ Enlace a su ficha personal: Ficha

Consentimiento informado:

La escoba es el único objeto legal como medio de transporte que no necesita ser registrado. Es una de las formas de transporte mágico más utilizada y aceptada en Gran Bretaña, aunque es algo cultural. En el pasado, los magos eligieron la escoba como medio para volar por ser discreta, barata y fácil de llevar.

Los alumnos de RB de la Academia de Magia y Hechicería que hayan sido mandados al Departamento, deberán recurrir al Consejo Regulador de Escobas para realizar el examen. Con esto se sabrá si el mago o bruja está capacitado para manejar el medio de Transportes.

Yo, Evarela C. Black Haughton, madre de Keira Haughton Ryddleturn, he leído y comprendido el presente informativo.
Evarela C. Black Haughton
Link de la ficha del responsable.

Por medio de la presente, yo, Keira Haughton Ryddleturn, autorizo al Consejo Regulador de Escobas tramite el descuento de 100 Galeones de mi bóveda personal por concepto del examen de vuelo.

 

 

Rol ministerial
La captura del Ghoul

― Sí, suelo llevar esas cosas en mi bolso... por precaución ― respondió la rubia tocando el pequeño bolso marrón que colgaba en su hombro derecho, con el último viaje por el mundo había adquirido nuevas costumbres y hábitos que no podía dejar de hacer en Londres, como tener a mano documentos importantes o acarrear hacia todos lados un pequeño botiquín con artículos de emergencia, nunca se sabía si podía salvarle la vida.

Salió del ascensor suspirando, le hubiera gustado tener al menos un poco de tiempo para descansar de las idas y vueltas emocionales, tendría que aguantarse y pensar en todo eso más tarde, cuando el trabajo estuviera acabado y el Ghoul fuera historia.

May preguntó por Tauro a la recepcionista. <<¿Tauro?>> <<La directora del departamento>> <<¿Tauro es su nombre real?>>. Le pareció extraño, y más aún que se dirigieran a ella como si fuera una prima o amiga. <<Espera, Kassandra también le dijo así>> Quizás era una de esas personas que no le gustaba que se dirigieran a ella con mucha formalidad.

― Bueno, en realidad me gusta mucho ese aspecto de mi trabajo ― le sonrió a su jefa ―. Sí, le pedí ese favor a Charlotte, espero que ― <<no sea una arpía>> ― sea buena y lo haga... ― Charlotte a veces parecía ser una amargada, Cassie le caía mejor.

― Ohhhh, suena divertido ― susurró Keira ―. Claro, voy detrás de ti ― <<Como siempre>> agregó en su pensamiento y se levantó para seguir a su jefa en una nueva aventura por el mundo, que acabaría quién sabe cómo.

Salió a la recepción con las cartas en las manos, pensó en pedirle el favor a Cassie o Charlotte para que se las dieran a los elfos, entonces notó que su hermana Anne estaba allí hablando con una de las pelirrojas; se acercó para saludarla fugazmente ya que podía.

― ¡Anne! ¿Qué andas haciendo por acá? Justo voy de salida, si sabía que venías aprovechaba y charlábamos un rato... ― tenía ganas de ponerse al día con la Haughton. Luego se dirigió a Charlotte ―. ¿Por favor podrías darle esto a algún elfo para que lo envíe por lechuza? Gracias gracias gracias ― lo repitió varias veces ante el gesto de mal humor de la empleada; ya sabía como era. Después las saludo con la mano y corrió para meterse en el ascensor junto con la vampiresa.

Charlotte

Alzó una ceja por el comentario de la bruja, estrechó los ojos y le mostró una sonrisa falsa; si tanto le molestaba su lentitud entonces iba a tratar de ser lo más lenta que pudiera, si aquella mujer quería tener todos sus papeles tendría que esperar un buen tiempo. <<Ni que tuviera corona>>

— Entiendo, déjeme buscar los formularios necesarios — buscó los pergaminos sin hacerlo realmente porque ya sabía exactamente donde estaban —. Yo que usted me pongo cómoda, esto va a llevar un rato y seguro debe tomar asiento por su condición... — lo dijo como si estuviera hablando de una enfermedad, refiriéndose al notable embarazo de la Haughton.

Tarareó una cancioncita brasileña mientras pasaba sus perfecta manicura sobre los formularios, levantó cada uno hasta sacar dos: el de pasaporte y registro de inmigrantes. Los revisó y luego tomó pluma y tintero para dárselos a Anne. @

— Sólo debe leerlos atentamente y rellenarlos

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Keira

— Okey... tomaré unos pergaminos de aquí y los elfos pueden enviar esas lechuzas — susurró la rubia preguntándose cómo habría terminado la oración anterior de Juliene; en ese momento se dio cuenta de que no sabía casi nada de su jefa. ¿De qué familias provenía? ¿Cuantos años tenía realmente? ¿Estaba casada o tenía alguna pareja? Parecía alguien que no hablaba de su vida privada con cualquiera —. Seguramente está con Cassie en la recepción, o ahí se supone que debe estar ¿no?

Escribió rápidamente a la vez que escuchaba a Kassandra, sólo eran un par de líneas para que sus familiares no se preocuparan por ella; doblo las cartas y las guardó en un bolsillo. Cuando la directora habló sobre promocionar el departamento se emocionó, le gustaba armar eventos sociales y más si ayudaba a aumentar la actividad allí.

— Estoy de acuerdo, pero perdoname Kassandra ¿Cómo es una feria de inmigrantes? — ella no había estado cuando eso sucedió y quería saber.

Suspiró subiendo las escaleras para volver a la sexta planta una vez más, acababa de cumplir su horario en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional y en vez de ir directamente a casa, decidió pasarse otra vez por aquel lugar para presentar papeleo. Recordó que había estado allí recientemente, debió haber aprovechado y hacer ese trámite también, ya que.

— Hola otra vez — sonrió forzadamente en la recepción — Vengo a pedir el formulario para dar el examen de vuelo, por favor — habló con tono cansado, todo el día rellenando papeles y debía seguir con eso.

 

Sólo quería tener todos los permisos y exámenes aprobados, no se sabía cuándo se necesitaría trasladarse con urgencia y hacer las cosas a modo ilegal empeoraría cualquier sospecha que alguien tuviese sobre ella, además era hora de comprar y estrenar una linda escoba como buena bruja que era.

— ¿Océano? — fue lo único que pudo decir la Haughton antes de entrar a la Sala Cambiante, de por sí aparecerse requería mucha concentración, además tendría que sumarle estar rodeada de agua. Sintió como su garganta se cerraba, automáticamente pensó en renunciar, intentarlo en otra ocasión donde no tuviera que ver olas malignas creciendo para ahogar brujas inocentes.

La empleada del Ministerio no lo sabía pero Keira le tenía mucho miedo a los mares o grandes agrupaciones de agua, no sabía nadar, le aterraba la idea de morir en un lugar así. <<No seas cobarde>> . Gimió con preocupación pero se metió allí de todas formas, al menos no se diría que había huido de los problemas otra vez.

Lo primero que sintió fue el sonido, le puso los pelos de punta y luego tuvo que agacharse porque se dio cuenta de que lo único que la apartaba de su pesadilla era un tablón de madera; chilló como una niña pequeña cuando una fuerte ráfaga de viento le voló el vestido color crema que llevaba y azotó su cabello rubio contra la mejilla derecha.

— ¡Maldición! Oh Oh Dios… — tartamudeó mirando hacia todos lados, sólo podía ver más y más olas revoltosas en una noche oscura y tenebrosa, dominada por los relámpagos que ayudaban al menos a ver un poco.

<<Vamos, concéntrate>>. Temblando de frío y miedo, recordó lo que debía hacer ahí, buscó su destino desesperadamente con los ojos; sabía que debía haber otro círculo rojo en alguna parte, ya le habían contando cómo era el examen y lo que se necesitaba para aprobarlo, había practicado unas pocas veces con ayuda de sus familiares en el castillo, así no estaría tan nerviosa.

Entonces lo vio flotando en el medio de las enormes crestas, una boya roja con la marca donde se supone que debía aparecerse, la esperanza creció en su pecho infundiéndole fuerzas para continuar, intentó despejar su mente de los miedos y rememorar lo que había aprendido. <<Las tres D's: primero, Destino, eso ya está>>. Tenía grabada en la memoria esa boya aunque volver a verla no le vendría mal, escudriñó otra vez el agua.

De repente sintió como unos dedos viscosos y fríos le rodeaban el tobillo derecho y tiraban de ella, el pánico le hizo gritar y pateó por acto de reflejo para soltarse; no podía creer lo que acababa de pasar. ¿Qué clase de criatura mágica había intentado arrastrarla a su más horrorosa pesadilla?. Su corazón comenzó a latir cada vez más fuerte, lo podía sentir en golpeando en sus oídos.

— ¡Destino, deliberación, determinación! — lo dijo en voz alta para no perder los estribos. Lo tenía. Pudo ver mentalmente la baliza con el círculo rojo que estaba a unos metros, como si lo tuviera en frente de ella.

Deliberó velozmente cómo debía aparecer allí, considerando todas las cosas que podían salir mal si no lo hacía bien y el hecho de estar siendo amenazada por los dedos viscosos, era ahora o nunca; evitaría cada error para salvar su vida, ya no era solo una prueba más.

 

Finalmente tomó una bocanada de aire salado y húmedo, sus músculos se tensaron y frunció el ceño sintiendo cada parte de su cuerpo en determinación con el cometido; estaba consciente de cada extremidad y totalmente dispuesta de llevar todo eso hasta la meta. Un segundo antes se imaginó a sí misma justo donde quería estar y cerró los ojos.

 

— Unosdostres — una fuerza la estranguló, tuvo la sensación de ser absorbida por un tubo el triple de pequeño que ella, pero sólo duro un parpadeo porque al abrir los ojos se encontró sobre la boya como quería — ¡Lo hice! — se tocó viendo que no le faltara nada — ¿Y ahora?

Keira

— ¿Ya mismo? — repitió lo que acababa de decir Juliene en tono de pregunta, no creía que la cosa fuera a ser tan rápida — Oh claro, no tengo problema... — respondió levantando ambas cejas — Sólo, creo que enviaré unas lechuzas para que mis familiares no se alarmen — dijo aunque era mayor de edad y podía hacer lo que quisiera sin permiso de nadie, sólo creía que era prudente avisar que se iba del país otra vez, por como andaban las cosas en Inglaterra.

Sonrió por como estaban cambiando los eventos, le alegraba que las cosas estuvieran poniéndose algo mejor después de ese último mes en donde había pasado por situaciones nada agradables. Aunque sabía que ir a Rumania por el asunto del Ghoul no iba a ser precisamente un paseo divertido, le alegraba que su trabajo le diera la posibilidad de seguir viajando, era naturalmente curiosa e inquieta así que no podía quedarse demasiado tiempo en un lugar.

Pensó en la larga aventura que había vivido el año anterior y cómo se sintió al llegar de vuelta a Londres, con tantas nuevas experiencias encima y muchos temas que resolver a nivel personal. Viajar era como darle un nuevo aire a su mente, realmente lo amaba y por fin podría hacerlo como forma de vida.


Charlotte

La pelirroja no podía estar más aburrida, se encontraba en el baño perdiendo algo de tiempo mientras podía, el departamento estaba bastante tranquilo por no decir totalmente muerto; Cassie se las podía arreglar bastante bien sin ella por un momento. Se dedicó a leer la última carta de él, la tenía guardada para sacarla y así suspirar por su amor hasta que llegara una nueva y reemplazara a la anterior.

"Anoche miré al cielo y empecé a dar a cada estrella una razón por la que te quiero tanto. Me faltaron estrellas".

 

Besó el pergamino como una colegiala enamorada y salió del lavabo contando los días para sus próximas vacaciones que seguramente serían en America del Sur. Al volver a su escritorio, Cassie le lanzó una mirada asesina por haberse tardado tanto, se había formado una pequeña fila de gente quejándose por los lentos empleados; rápidamente despejó su mente y luego de escuchar a Anne le respondió.

— Ejem, buenas tardes, mi nombre es Charlotte ¿En qué le puedo ayudar? — trató de sonar amable hablándole a la bruja @

― ¿De verdad? Gracias... muchas gracias ― respondió Keira con entusiasmo contenido.

Sintió como un enorme peso se iba de su pecho, sonrió hundiéndose en una felicidad pura y enérgica, no importaba si tardaban mucho en encontrarla porque al final la espera lo valdría. Casi pudo verse a sí misma cerca de Gia, observándola en su vida cotidiana, sabiendo que ese accidente que había causado años atrás no le había arruinado el futuro.

Pensó un segundo en los demás chicos que también habían estado involucrados, a quienes había causado quemaduras graves con su explosión de ira. Si era sincera consigo misma sabía que no le afectaba en nada saber su presente, la habían traicionado, sólo importaba ella.

 

La interrupción de Kassandra la sacó de sus cavilaciones, se removió en la silla escuchando como se dirigía a su jefa y luego leyó el pergamino que traía. Tuvo que leerlo dos veces para entender bien, ya que pensar en Gia la distraía un poco; finalmente lo comprendió, o eso pensaba ¿Irían a Rumania?

 

― Oh claro, primero el trabajo ― asintió mirando a la vampiresa ―. Yo hablo un poco de rumano... si sirve de algo ― acotó sin saber muy bien cómo ayudar en la importante tarea.