Keira Katina

El viento seguía soplando cada vez más fuerte mientras el duelo de las jóvenes brujas comenzaba, Keira alzó una ceja por el vestuario de su contrincante, era bastante cómodo pero comenzaba a hacer frío y tal vez hasta llovería, las dos tendrían que finalizar antes que eso para no mojarse y agarrar un resfriado. La Haughton vio como Shirley se alejaba siete pasos y evitaba su ataque exitósamente con ayuda de las aves, pero ella no se iba a quedar atrás tampoco.

— Silencius — bramó antes de que su contrincante pudiera lanzar su hechizo y el efecto salió con una luz casi invisible, le cortó el habla y sólo se pudo escuchar un Zan- de los labios de la Malfoy Black, que seguramente significaba que había tenido la intención de usar zancadilla con ella.

La rubia miró a su alrededor y rápidamente tuvo una idea, después de haber visto a sus profesores transformar tantas veces objetos en animales, decidió hacerlo y ver que tal le salía, pensó que no sería difícil así que apuntó con su varita a una de las sandalias con plataforma que usaba Shirley y pronunció por primera vez el hechizo.

— Morphos — el calzado fácilmente cambió su forma y pasó a ser un pequeño alacrán negro que le picaría con su aguijón en el pie, inyectándole el veneno paralizante. Keira se removió nerviosa, la adrenalina estaba comenzando a fluir por sus venas, se sorprendió de que contrario a lo que ella creía, duelear le estaba empezando a gustar, quizás era porque la hacía sentir poderosa.

Parque de diversiones Lakeside

Los pasos de la Haughton resonaban en el pavimento gastado de aquel lugar, era media tarde pero el cielo estaba nublado, lo que le daba un aire tétrico al parque de diversiones muggle. Ella había elegido ese sitio para el encuentro duelístico que se iba a llevar a cabo en las horas siguientes, le gustaba como las instalaciones se veían olvidadas y viejas, después de todo el parque había sido abandonado hacía más de diez años.

En su época de esplendor fue centro de reunión de muggles de todas las edades, tenía trece atracciones incluyendo una montaña rusa, un anfiteatro, un carrusel, una casa encantada, una noria y un pequeño parque acuático. En las noches, el resplandor de las luces de colores que se encontraban por todo el área iluminaron por años la ciudad, pero ya no más. Ahora la naturaleza había reclamado el parque como suyo, oxidando, creciendo vegetación en cada rincón y acumulando basura en las esquinas; estaba totalmente desierto de vida animal o humana.

Quedaban pocos juegos en pie, la mayoría estaban totalmente desgastados y perdidos entre la maleza, solo eran reconocibles la montaña rusa y la noria, que era donde Keira estaba parada, esperando a su rival. Tenía la varita en la mano y se encontraba tranquila, había sido capaz de mantener la calma después de recordarse varias veces que sólo era una práctica para poner a prueba lo que sabía.

Desde donde estaba parada, si veía hacia arriba se encontraba con la rueda de la fortuna, enorme e imponente con sus casillas color amarillo viejo. Si le daba la espalda al juego y miraba a la derecha solo había un camino pavimentado y más arbustos; lo mismo pasaba con su lado izquierdo que era un espejo del derecho. Enfrente, a casi medio kilómetro de distancia, podía ver la montaña rusa que apenas se mantenía estable.

El viento comenzó a soplar, volandole el rubio cabello de la joven que vestía cómodamente para la ocasión, con un vestido verde y corto hasta las rodillas, sin ningún accesorio o joyería que le molestara. También llevaba zapatos negros sin tacón, sus favoritos. Comenzó a impacientarse pero pronto Shirley apareció, Keira le sonrió como saludo y luego hizo una reverencia.

— Que gane la mejor duelista —le dijo con tono amable y luego decidió lanzar el primer hechizo — ¡Furnunculus! — un rayo azulado salió de la punta de su varita con dirección al rostro de su compañera, el conjuro llenaría con ampollas y forúnculos grandes su piel, ocasionándole un terrible dolor y molestias que le imposibilitarían ver y concentrarse en el duelo. Además si no se curaba, éstas seguirían creciendo con el tiempo.

Hola bueno, no sé si me pueden hacer este cambio ahora pero lo dejo igual en mi ficha para cuando se pueda hacer, me gustaría que cambiaran dos cosas:

Donde dice esto:

Familia(s):

*Familia Haughton

Padre(s) Sanguíneo: Evarela Black Haughton y Tomas Figger**

Padre(s) Adoptivos:

Tendría que decir esto:

Familia(s):

*Familia Haughton
*Familia Ryddleturn

Padre(s) Sanguíneo: Evarela Black Haughton y Tomas Figger**

Padre(s) Adoptivos: Cillian

Y eso nada más, gracias y que tengan un buen día

Después de recibir la tarea corregida por los profesores, Keira se quedó esperando para saber cuál sería la próxima actividad de la clase, mientras un par de compañeros comenzaban a socializar. Ella no se sentía cómoda allí, los duelos no eran su fuerte aunque para ese momento ya estaba comenzando a entenderlos un poco mejor, y cuando el profesor Radamantys habló de poner las cosas en práctica lo vio venir, esta vez se preparó para un ataque y respondió para protegerse del expelliarmus.

— Protego — lanzó el hechizo creando un escudo que absorbió el ataque del profesor.

Pero lo segundo no se lo esperaba, había creído que el tema con los animales estaba acabado, pero no. Ahora varios pandas enormes de casi dos metros se abalanzaban a los estudiantes que decidirían usar diferentes tipos de hechizos para defenderse y salir con vida de ese problema.

— ¡Incárcerus! — exclamó y tres gruesas cuerdas salieron de la punta de la varita, una ató al panda las patas traseras, otra las delanteras y la tercera se enrolló en su cabeza, dejándolo inmovilizado completamente.

Sonrió con suficiencia, al menos ese día no moriría a manos de un rabioso animal. Pero no tuvo tiempo de relajarse porque le tocaba a Jack hacer su movimiento, después de convertir el suelo en una especie de tablero de ajedrez. Esta vez Keira prefirió tomar la iniciativa y atacar primero al profesor.

— Sectusempra — pronunció alto y claro, un rayo rojizo se dirigió a la pierna del Clearwater provocándole una herida sangrante que necesitó un episkey para sanarlo y poder seguir con el duelo improvisado.

Sintió una punzada de culpa, lo que estaba haciendo iba totalmente en contra de su forma de ver las cosas, pero una voz en su mente le dijo se se dejara con tonterías, esa sólo era una clase para aprender y practicar los duelos por si en algún momento de su vida una fuerza mayor la obligaba a defenderse. Sacudió la cabeza e intentó concentrarse en el presente, ya tendría tiempo de reflexionar sobre dilemas morales.

— Silencius — bramó con la varita en alto apuntando al rubio, el efecto dejaría sin habla al chico y no podría atacarla más, dando por terminado el encuentro.

Aún tenía miedo, pero después de haber podido producir ese potente patronus se sentía mucho más confiada en sí misma. Había caminado un poco más lejos de la caverna, por lo que no sabía que estaba pasando con la profesora Evans ni con Atria, eso le hizo sentir la culpa estancarse en su estómago. Una parte de su mente le decía que debía correr y juntarse con ellas porque aún estaban en la clase, pero la otra parte le decía que saliera de allí en ese instante, que regresara como pudiera a la Academia.

Lo bueno era que los dementores ya no estaban, se habían ido volando hacia quién sabe dónde gracias a la ayuda de más animales plateados, producidos por sus otros compañeros que estaban con la Black Lestrange . Keira apoyó la espalda contra el grueso tronco de un árbol, había logrado retener sus recuerdos para controlar sus emociones, respiró profundo varias veces concentrándose en prestar atención a lo que le rodeaba, no quería ser tomada por sorpresa otra vez.

— Lumos — susurró muy bajo para iluminar un poco su paso.

Caminó tratando de seguir la misma ruta por la que había venido, pero no era muy buena en eso de orientarse así que nunca podría saber si lo estaba haciendo bien. Entonces algo pesado le golpeó en la espalda haciendo que cayera al suelo, la Haughton gritó por la sorpresa y con horror sintió como las peludas patas de la cría de una acromántula la apresaban al suelo. La araña había saltado desde la copa del árbol y tenía los colmillos ya preparados para devorar a la chica, pero gracias al instinto de supervivencia se defendió.

— ¡Incendio! — bramó la bruja y las llamas anaranjadas salieron de su varita.

Por alguna razón ese hechizo era el primero que se ocurría a la hora de defenderse, y le funcionó porque después de lanzarlo varias veces y quemar al animal, éste huyó rápidamente, dejándola casi ilesa de su ataque. Sólo tenía unos raspones y la ropa toda sucia, pormenores que a la joven lo me importaban en ese momento.

Y luego, cuando creía que algo peor no podía pasar, comenzó a escuchar a lo lejos el aullido de una manada de hombres lobos que se acercaba. Decidió no usar lumos para iluminar esta vez, porque eso llamaría la atención de cualquier criatura o bestia que estuviera buscando algo qué comer, y se agazapó detrás de un arbusto con la esperanza de que no la vieran.

No pasó mucho tiempo cuando el sonido de una pelea la sobresaltó, ella no sabía pero eran sus compañeros que se estaban defendiendo y trataban de protegerla a lo lejos. Su respiración comenzó a ser inconstante por el susto, intentó calmarse para que no le diera un ataque de pánico como le había pasado hacía varias semanas atrás, pero por suerte alguien llegó en su ayuda.

Groter se acercó en su forma licántropa, lo que preocupó a Keira antes de saber que era él, pero después de transformarse otra vez en humano y preguntarle si estaba bien, la chica pudo sentir el alivio de saber que no estaba perdida del todo en ese lugar.

— Sí, estoy bien... — le respondió al joven que parecía haber estado en una pelea recientemente — ¿Dónde están los demás? ¿Están todos bien? — preguntó con urgencia en la voz.

— Genial, amo Halloween — contestó Keira a la declaración de la jefa.

La Haughton observó sonriente como Bel comenzaba a decorar el lugar, primero con la iluminación que le daba al salón un aspecto tenebroso y misterioso, después con calabazas flotantes que eran un clásico en todas partes, no debían faltar. Luego aparecieron los dulces y caramelos con rata de mentira incluída, una ponchera llena de jugo de frutas y los vasos correspondientes.

La rubia estaba a punto de decir algo cuando Arya salió con la divertida idea de llamar a los fantasmas, además de poner murciélagos, arañas y música acorde a la fecha. Alzó una ceja ante las ocurrencias de la chica, eso era junto lo que ella había pensado.

— Pues sí, la música no debe faltar. Además podríamos poner sangre falsa sobre las paredes, o algún muñeco que asuste a los estudiantes que pasan por ahí... — aportó las otras ideas que tenía y los muggles usaban a veces —. Quizás hasta preguntarle a algún retrato si nos cuenta una historia de terror jajaja — rió porque a veces los cuadros podrían ser muy charlatanes.

Entonces sacó la varita y empezó a poner en práctica lo que habia dicho, un chorro de pintura roja salió de la punta y manchó gran parte del tapizado, de todas formas luego se limpiaba fácilmente con un fregotego poderoso. Mientras las demás comenzaban a decorar tomó un par de caramelos para probar que tal estaban, apenas se los puso en la boca y comenzaron a hacer chirridos y saltar en su lengua, era una sensación genial lo que le provocó una carcajada.

— Jajajaja estos caramelos saltan en la boca, me siento como una niña otra vez — dijo entre risas.

— Bien, gracias — le respondió al guapo empleado que le tendió el registro de elfos.

Leyó cada ítem con detenimiento y sacó una pluma que no necesitaba tinta de su otro bolsillo, sí que amaba ese vestido. Con una caligrafía pulcra y prolija escribió lo que le pedían, al terminar se lo devolvió al morocho que parecía tener más pinta de modelo que de empleado del Ministerio.

— Espero que esté todo en órden — le sonrió y esperó a que su jefa terminara su trámite, para luego salir de ese departamento detrás de ella por el tobogán otra vez.

Ficha para el Registro de elfos.

• Nombre del elfo: Raviva
  • Indicar si sirve a un mago/bruja, familia o negocio: bruja
• En caso de servir a un mago/bruja
  • Nombre del mago/bruja: Keira Haughton
  • Tiempo en el que lleva sirviendo al anterior: una semana
  • Nombre de quien lo registra: Keira Haughton
• Link de la ficha de personaje, registro de negocio o registro de la familia para la que sirve el elfo: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=102083

— Oh, claro — respondió la joven y siguió a la mujer que la guiaba al lugar correcto.

Caminó tras ella junto con Arya y Shirley que también se encontraba allí, mirando todo con ojos curiosos como siempre, se percató de que el departamento parecía tener mucho trabajo ese día, empleados iban y venían con papeles por todo el lugar.

— Hola... bueno, queremos el formulario para el examen de vuelo en escoba, por favor — sonrió cansadamente a Irina.

La empleada rebuscó entre los pergaminos y sacó tres, se los tendió a las chicas explicando un poco como debían regresarlo y pidiendo que estuviera en buenas condiciones.

— Claro, no hay problema. Gracias y que tenga un buen día — le dijo guardando con cuidado el formulario, luego miró a las chicas —. Bien, yo me despido, nos vemos en clase — las saludó con la mano y se retiró por donde había entrado.

Ya que había terminado con lo que le habían pedido las profesoras se sintió mejor, subió al elevador con el gusto de saber que podía volver a su hogar y descanzar sin problemas ni responsabilidades que atender en ese día.

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Keira se deslizó por el tobogán inflafle y llegó hasta la cuarta planta detrás de May y Sagitas, ya con los zapatos puestos y una mini aventura en su primer día de trabajo se dispuso a seguir a su jefa como si fuera su sombra. Jamás se había imaginado que algo así podía pasar en el Ministerio, las pocas veces que había visitado el lugar todos parecían estar serios y con caras de estar trabajando en algo muy muy importante, por lo que le parecía curioso el giro que habían tomado las cosas.

Se acercó a un escritorio para aprovechar y hacer un trámite que necesitaba, mientras la Potter Blue transformaba un archivero en una escalera para facilitar la comodidad de transporte, la Haughton sonrió y la vio marcharse otra vez luego de terminar su cometido allí.

― Hola, yo también necesito registrar algo, es un elfo doméstico ¿Cómo puedo hacer? ― preguntó la joven.

Mientras esperaba la respuesta se dedicó a arreglarse la ropa, después de todo seguro estaba desarreglada y con el cabello desordenado. Sacó un pequeño espejo del bolsillo de su vestido (por eso le encantaba ese atuendo) para ver que tan mal estaba, acomodó los bucles rubios y lo volvió a cerrar. Pensó que tenía suerte, salir con May de paseo por los departamentos ministeriales le daba la oportunidad de matar dos pájaros de un solo tiro y hacer la tarea que tenía para Rol Básico.

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― Bien... adiós, nos veremos en algún momento, espero que te encuentres mejor ― le dijo a Kirara y se despidió de todos sacudiendo la mano ―. Humm suerte con su trabajo, supongo. Y gracias por evitar que murieramos ― les dijo a los demás con una sonrisa sincera.

Estaba por seguir a su jefa cuando se pensó mejor el hecho de ir descalza por todo el Ministerio, eso la haría ver ridícula, así que decidió ver si tenía suerte.

― Accio zapatos ― pronunció con la varita en alto y enseguida éstos salieron volando y fueron a parar en las manos de la bruja.

Se los calzó rápidamente y en seguida volvió a notar la molestia, pero ya no le importaba porque acababa de salir viva de aquel embrollo y eso era lo importante.

Fue detrás de May para luego tirarse por el inflable que Sagitas había aparecido después de muchos gritos y aclaraciones de los empleados del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes, se deslizó mientras sonreía porque le parecía muy divertido ese medio de transporte. Los volados del vestido azul se removieron con el aire y con un gritito llegó a la cuarta planta.

Notó que Atria había quedado con ellas, parecía estar muy molesta, en cambio Keira estaba nerviosa. Comenzó a sentir un frío aterrador que crecía en la oscuridad de la noche, jadeó y con sorpresa vio como su aliento se condensaba en el aire, miró a la profesora Evans con urgencia en los ojos. Ella parecía estar tranquila, poniéndole más atención a su compañera mientras usaba su varita para alumbrar un poco.

— ¿Por qué hace tanto frío? — la voz de la Haughton tembló y resonó haciendo eco en la entrada de la cueva.

No le contestaron y ella tampoco pudo darse cuenta de lo obvio, sabía que el bosque era hogar de criaturas tenebrosas pero nunca se le ocurrió pensar en dementores, ella creía en que el Ministerio los tenía controlados, después de todo lo que había pasado en el mundo mágico algo así no podía volver a repertirse. Y entonces Bínfeyd dijo algo que le puso la piel de gallina, se dio vuelta para mirarla y preguntarle si era un chiste de mal gusto pero enseguida escuchó el murmullo de cientos de acromántulas con hambre.

— ¿Dementores? ¿Acromántulas? — el tono se su voz fue de incredulidad por lo calmada que estaba la profesora, lo que hizo enojar a la rubia — Bueno, te dejo las arañas a ti para que se den un festín — luego miró a Atria —. No sé tu, pero yo prefiero salir de aquí antes de acabar entre las patas peludas de arañas gigantes.

Se dio media vuelta decidida a salir de ese bosque como fuese, no quería pasar ni un minuto más cerca de aquella sádica persona «¿Qué tan lejos pueden llegar para ponernos a prueba?» pensó con preocupación y sostuvo la varita en alto, agarrandola fuertemente para que le diera valor y pudiera enfrentar tamaña tarea. Sólo había producido un patronus corpóreo una vez en su vida, y fue una práctica para demostrarse que podía hacerlo, no era comparable con lo que tenía que hacer en ese momento.

Sintió su cuerpo tiritar un poco por el miedo y el frío, trató de prepararse mentalente para producir el patronus pensando un recuerdo feliz pero le costaba concentrarse por sus sentimientos de rabia y miedo que se revolvían en su interior. Recordó la primera vez que tocó Nocturno Opus N°2 en el piano para una fiesta en el castillo Haughton, cómo su madre había estado tan orgullosa y la había abrazado, (algo que no hacía usualmente) y los aplausos de todos los invitados.

— ¡Expecto Patronum! — dijo con voz alta y clara.

Una bruma densa y plateada salió de la punta de la varita, provocó que los dementores más cercanos se rehullerán para atrás pero no era lo suficientemente fuerte para acabarlos. Keira gimió con decepción por sí misma, podía hacerlo mucho mejor, quizás no era un buen recuerdo. Su corazón comenzó a palpitar fuertemente y sintió su mano sudar, los dementores se apróximaban otra vez y parecían ser cientos.

— ¡No puedo con esto sola! — gritó hacia las mujeres para que la ayudaran y decidió intentarlo otra vez.

Respiró hondo y cerró los ojos por dos segundos. «Tengo que hacerlo» pensó y los abrió, encontrándose con tres dementores cara a cara, con sus asquerosas túnica negras y olor putrefacto que lo invadían todo. Supo que tenía que actuar rápido, sintió el recuerdo llegar como si hubiera destapado su memoria con un simple pensamiento.

Recuerdo de Keira a los 12 años

— Oh wooow, ¡Hazlo otra vez! — gorjeó la niña al ver como Keira sacaba flores de su cabello — Parece magia de verdad jajaja — rio y lanzó todas las margaritas al aire.

— Eso es porque soy una bruja — le respondió con tono de burla y le sacó la lengua para hacerla reir más —. Me gusta estar contigo... te quiero ¿Lo sabes no?

— Sí, claro — le sacó la lengua también y luego se puso seria para lo que iba a decirle — . Yo también te quiero... eres mi mejor amiga. No, la mejor de las mejores amigas del mundo mundial jajaja — abrazó a Keira tirándola al césped entre risas.

La mini Haughton rodó y comenzó a hacer cosquillas a su amiga muggle, luego sin previo aviso ésta la besó en los labios provocandole el sentimiento más hermoso que la ojiazul había experimentado en su corta vida.

— ¡Expecto Patronum! — esta vez un caballo plateado salió de la varita y embistió contra los dementores, empujándolos con una fuerza increíble hacia el cielo.

La rubia giró la muñeca y el animal galopó con dirección a las otras criaturas, provocando que se alejaran cada vez más hasta que la mayoría desapareciera de la vista. Los ojos de la chica estaban llenos de lágrimas contenidas, el recuerdo era hermoso pero no terminaba ahí, tampoco se permitiría ir más allá de aquello, sino jamás podría salir del Bosque Prohibido.

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— Lo siento — volvió a decir una vez más la chica con expresión de dolor en el rostro —. No quería lastimarte pero tampoco que te quedaras ciega... ¿Puedes ver mejor ahora? — al menos sus ojos no estaban tan rojos como antes.

Kirara quería secarse pero Keira siempre olvidaba el hechizo de secado, era uno de los más fáciles pero por alguna razón su mente no retenía el nombre.

— ¿Sabes el hechizo para secarse? no lo recuerdo...

Apenas terminó de decir aquello y la puerta se abrió para dejar pasar a una mujer tambaleante que cargaba a la de pelo naranja que estaba seriamente lastimada, la Haughton dio un pequeño respingo por el susto y se acercó a ellas para ver si podía ayudar, pero Perenela estaba demasido confundida para notar su presencia.

— Hey ¿Me escuchas? ¿Estás bien? — la pregunta estaba de más porque era obvio que no se encontraba bien, pero la chica no sabía qué más hacer.

La Potter Blue susurraba algo a su madre, sosteniéndola y prestando total atención a ella. Entonces la rubia se percató de que ya no se escuchaban gritos desde afuera, en realidad todo parecía haberse calmado, «¿Habrán acabado con Jack?» pensó y miró a la peli azul con emoción.

— Creo que por fin arreglaron el asunto del asesino... ya no se escucha nada

Y así fue porque después un fantasma apareció de la nada diciendo que debían evacuar el departamento y que él las guiaría.

— ¿Agujeros? ¿en el suelo? — Keira bajó inmediatamente la vista al suelo para no caer en ningún hoyo.

Salieron detrás del espectro que levitaba y se encontraron con May, Eled y Sean que recién salían del pensadero.

— Sí... estamos a salvo — le dijo a Eled que luego fue a atender a Sagitas que estaba aún en la Sala de Juntas con su hija medio drogada(?)

Las escuchó discutir o algo así, Keira solo oía cosas que no comprendía, creyó que se trataba por todo el desorden que había quedado y por la pobre chica que luego mandaron a que descanzara en el sofá. Lo bueno es que la mujer no había muerto y nadie parecía estar demasiado dañado, a menos que Kirara tuviera que usar lentes en adelante para poder ver mejor (?)

— ¿Ya está? Entonces ahora debemos volver a Cooperación ¿no? — le dijo a May mientras se acercaba a ella aún descalza, tendría que buscarse unos zapatos nuevos porque los suyos los había perdido en medio de la confusión.

Keira suspiro de cansancio y recostó la cadera en un lado del elevador, cerró los ojos por un momento mientras esperaba a que éste se detuviera en el piso correcto. Estaba cansada, las clases en la Academia y su nuevo trabajo como aprendiz le habían quitado gran parte de su energía, sin mencionar las salidas nocturnas que la debilitaban aún más.

— Departamento de Transportes Mágicos. Sexta Planta — anunció una voz cantarina en el ascensor y la Haughton se apresuró para salir.

Caminó con desgano hasta el mostrador de la recepcionista, tenía como tarea pedir un formulario y no veía la hora para acabar con eso de una vez para poder regresar al castillo y dormir una buena siesta. Al llegar notó que su compañera estaba allí, seguramente iba a hacer lo mismo que ella.

— Hola Arya — le sonrió de costado — ¿Haciendo la tarea, eh? — luego se dirigió a la mujer que la atendería para darle lo que necesitaba — Buenos días... yo también necesito el formulario para la aplicación el examen de vuelo en escoba. Me dijeron que si lo pedía para una cierto período de tiempo, sería gratuito ¿Es así?

Esperó a que la mujer le tendiera el pergamino para poder rellenarlo, mientras apoyaba el brazo izquierdo en la mesa de madera y bostezaba sin disimular.

El abrazo cariñoso de Sol sorprendió a Keira que no se esperaba una bienvenida tan calurosa, sonrió pero se alejó un poco para ver bien a las mujeres que la estaban recibiendo tan amablemente.

— Gracias... ¿sobrina? — miró detenidamente a tu tía y la pudo identificar en seguida — ¡Isabelle! pero si eres tu jajaja — lanzó una carcajada y acepto su abrazo.

Entonces se percató de que alguien más había llegado detrás de ella y se dio vuelta para ver a Arya, su compañera de Rol y Duelo básico, que estaba parada mirando fascinada el cartel donde estaba su nombre junto al de la Haughton y el de Sara.

— Arya... no sabía que eras de los Dragones también, hola — le regaló una gran sonrisa y luego miró a las jefas de casa que se encontraban dando más anuncios llameantes — Y bien ¿Qué hacen en este lugar para divertirse?

Observó la sala un poco mejor y pudo notar que era bastante amplia, con una decoración acorde con el nombre del lugar y el resto de la estancia, pero aún no habían colgado nada de cosas sobre Halloween, lo que era raro porque en la Academia ya lo habían hecho.

— ¿Tendremos fiesta de Halloween? — preguntó esperanzada a las chicas con los ojos brillosos (?)

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— Oh no no — Keira sacudió la cabeza varias veces —. Esta habitación está totalmente cerrada, nos mandaron para acá por eso, se supone que esto es seguro — trató de calmar a la chica de pelo azul —. No vamos a morir, no te preocupes... la niebla ni Jack pueden entrar.

Entonces la aprendiz abrió los ojos lentamente y la Haughton pudo ver que los tenía muy rojos, eso le pareció preocupante y mucho más cuando ella le dijo que tenía cinco dedos.

— ¿Cinco? Yo... solo estoy levando tres dedos — respondió la rubia.

Tuvo un momento de pánico, los demás ya tenían suficientes problemas con el destripador y la mujer desmayada de pelo naranja, Keira supo que tendría que hacerce cargo de la situación antes de que la chica se quedara ciega.

— Lo siento por lo que voy a hacer pero es por tu bien... — le advirtió y sacó su varita para apuntarle y susurrar claramente —. Aguamenti — un chorro de agua salió de la punta y fue directamente a parar a los ojos de Kirara para limpiarlos, como consecuencia también le mojo el rostro y toda la parte de arriba de la ropa.

— Lo siento, lo siento — seguía diciendo la rubia mientras le tiraba otro aguamenti —. ¡Enjuágate los ojos!

No sabía si eso le estaba ayudando pero esperaba que sí, además no se le ocurría qué otra cosa hacer.

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Al fin estaba a salvo, o eso se suponía que debía pasar en la sala completamente cerrada para los aprendices, se preguntó cuanto tiempo estarían allí, porque May aún no le había explicado nada sobre su trabajo en el departamento. No podía creer que todo el problema con Jack el destripador estaba pasando en su primer día, al salir del castillo en la mañana creyó que le tocaría hacer papeleo o algo parecido, que su jornada laboral sería hasta aburrida.

Keira podía escuchar gritos apagados que le llegaban desde afuera, no sabía si ya había podido controlar la situación o no, pero por las dudas se quedó allí dentro esperando a que su jefa le dijera que se podían ir. Se cruzó de brazos y comenzó a morderse las uñas. ¿Era posible que un recuerdo causara tanto problema?

Entonces una chica de pelo azul apareció en la Sala de Juntas sin siquiera mirarla, parecía tener problemas para poder ver, seguramente la bruma le había lastimado los ojos como a ella le había pasado hace un momento atrás al estar agachada. Se acercó para ver qué le pasaba.

― Ummm... hola, soy Keira, aprendiz de Cooperación Internacional ― le dijo después de escucharla lloriquear y recuperarse en un segundo(?) ― Oye no te habrás quedado ciega ¿no? deberías lavarte los ojos

Pensó en tirarle un aguamenti, pero quizás era demasiado rudo así que estiró la mano para ponerla en frente de ella y levanto tres dedos.

― ¿Cuántos dedos ves?

Keira pasó su dedo índice por el pequeño tatuaje nuevo que llevaba en la muñeca, le gustaba como el dibujo del dragón cambiaba con el movimiento de su mano, a veces parecía que saldría volando. Alzó la mirada a la estatua que estaba en el patio de la Academia, le habían dicho que esa cabeza de Colacuerno servía de traslador, así que sin dudarlo más se metió dentro de las fauces para descubrir a dónde la llevaba. Por suerte estaba usando unos jeans y camisa bastante cómodos, porque los vestidos que usualmente se ponía no eran buenos para ese tipo de situaciones.

Apareció justo frente a una puerta enorme, el cambio repentino de lugares la confundio un poco, pero con unos segundos de estabilizarse se recompuso. Observó con curiosidad el diseño de la entrada, era realmente hermosa con sus dragones de hierro entrelazados a la piedra de fuego, le recordó un poco al Parque de las Lamentaciones y su mito del dragón que cobraba vida.

Después de lograr entrar usando el tatuaje, la rubia caminó por los pasillos de la enorme casona hasta ver a lo lejos a una mujer cruzada de brazos. Sólo podía apreciar una parte de su rostro que estaba iluminado con una luz brillante, la otra se sumía en las sombras dándole un aspecto dramático. Al acercase más a ella, pudo notar la fuente de la luz y abrió los ojos por el cálido recibimiento que le estaban dando.

— Wow... eso es genial — dijo al ver el cartel de bienvenida —. Hola, yo soy Keira — estiró la mano para saludarla.

Su voz hizo eco en el salón, el resto del lugar parecía estar muy silencioso, como si la propia casa fuera un dragón y este estuviera sumido en un sueño profundo.

— No tengo idea — le respondió la Haughton a su hermano con un susurro.

Los demás estudiantes se las apañaron muy bien frente a las bestias, algunos fueron más violentos que otros pero al final todos estaban sanos y salvos. Keira estaba feliz, tenía cinco compañeros nuevos y podría aprender las nociones básicas de los duelos, esperaba mejorar mucho en esa área de estudio porque no era precisamente una buena duelista. A decir verdad todo lo que ella creía iba en contra de pelear o dañar físicamente a las personas, pero sabía que necesitaba saber cómo defenderse en caso de vida o muerte.

Observó a sus jóvenes profesores mientras ellos improvisaban un pequeño duelo, vio ir venir rayos de diferentes colores y formas, lo hacían bastante rápido y con mucha precisión. Se notaba que tenían experiencia pero la chica pudo ver diferentes errores que saltaban a la vista para cualquiera, se preguntó si lo estaban haciendo a propósito para poner a los alumnos a prueba.

Cuando terminaron su pregunta tuvo respuesta, todo ese show sólo era una parte más de la tarea del día, así que la rubia repaso mentalmente cada una de las acciones y se dispuso a escribir las respuestas. Releyó varias veces el pergamino y cuando estuvo conforme con lo que decía, se lo entregó a Jank con una sonrisa.

— Espero que esté todo bien

Keira alzó una ceja al escuchar a Bínfeyd, se preguntó si siempre era así de estricta o sólo estaba teniendo un mal día, le pareció que la profesora Black Lestrange estaba siendo más sensata, enorgullecerse por tener sangre pura no tenía nada de malo. Decidió que no le gustaba ninguna, parecían esconder algo y la Haughton desconfiaba de las personas misteriosas, aunque para ser justa todos allí habían dicho muy poco de sí mismos.

Siguió a las mujeres al interior del bosque preguntándose qué rayos tenían planeado para los alumnos allí dentro, estaba segura de que no sería nada bueno, «¿Acaso alguna vez dan clases en las aulas?». Caminó entre los árboles cada vez más y más gruesos, siempre prestando atención a cualquier sonido sospechoso o alguna sombra tenebrosa. Emmet estaba a su lado en modo protector, lo que le causaba gracia a la chica, él nunca la vería como la adulta que ya era, al ser su hermana menor siempre estaba tratando de protegerla. Era algo dulce así que Keira le seguía el juego para no molestarlo, además nunca estaba de más tener un vampiro de guardaespaldas.

— Claro, hermanito — le dijo sonriente y luego miró hacia atrás para saludar con la mano a su sobrina, Atria.

No la había visto en mucho tiempo y eso la entristecía, pero no era el momento indicado para ponerse a charlar así que se prometió a sí misma mandarle una lechuza después de clases. Alzó su rostro una vez más para comprobar si podía ver la Luna, con decepción vio que las copas tapaban totalmente el cielo, lo que significaba que debían estar casi en el centro del hermoso pero tenebroso bosque.

Entonces sintió como el suelo comenzaba a temblar, se podía escuchar a lo lejos el sonido de cientos de pies golpeando la tierra, Keira observó a Emmet con expresión de miedo en el rostro, lo que sea que se aproximaba estaba yendo rápido. Sacó su varita por instinto, tener ese objeto significaba poder salvarse o caer como un muggle ante cualquier peligro.

— ¿Qué es eso? — preguntó pero nadie respondió.

En cambio, sintió como alguien la jalaba hacia un costado al mismo tiempo que veía una manada de bestias aparentemente furiosas que le pasaban rozando; cayó sentada dentro de una cueva y sintió un «crack» que la desesperó completamente. Se removió en el lugar buscando el origen del sonido esperando lo peor, pero al ver su varita intácta a unos metros suspiro con alivio, no la había roto por accidente.

— Yo estoy bien, sólo unos golpes pero nada serio — le contestó a la profesora Evans y se paró para seguirla en la búsqueda de los demás compañeros, agarrando su varita fuertemente para no volver a perderla.

Miró alrededor para ver quiénes estaban con ellas pero no vio a su hermano ni a Arya o al chico que había llegado tarde, esperaba que estuvieran bien y tampoco demasiado lejos, el Bosque Prohibido se llamaba así por una buena razón y no quería descubrir cuan sangriento podía ser con los que se atrevían a entrar.

****Off****

Mi ficha

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Keira trataba de levantarse del suelo para no ser pisada por toda esa gente que iba y venía, así que se quitó los zapatos para sacarse de encima ese problema. Entonces sus ojos se dilataron con horror, había visto como Jack el destripador le hacía honor a su apodo y destripaba a un pobre elfo. Lanzó un grito ahogado y se incorporó rápidamente, escuchó como diferentes voces gritaban toda clase de soluciones al problema pero el asesino seguía ahí.

Vio a lo lejos varias cabelleras de colores que se movían hacia una dirección, supuso que era donde los aprendices debían ir para resguardarse porque el africano estaba pasando lista.

― Ohh... ehh... sí, yo mejor voy a la sala esa ― le respondió a su jefa, tomó los zapatos y se fue corriendo descalza detrás de los pelos azules que resaltaban en la bruma.

Apenas se había movido unos metros cuando sintió el asqueroso olor que se expandía por todo el lugar, parecía el aroma que tendría un perro muerto si antes hubiera comido huevos podridos mezclados con estiércol. «¿Alguien se hizo el gracioso y tiró bombas fétidas?». Le produjo arcadas, pero siguió rumbo al lugar seguro a la vez que escuchaba más gritos y no entendía nada.

― ¡Keira Haughton, aprendiz del Departamento de Cooperación Internacional! ― le dijo al que pasaba lista antes de que le pidieran perfume, no se detuvo para saber si la había escuchado.

Se metió a la sala detrás de la peli-azul que se veía asustada. Entonces uno con cabello púrpura entró cargando a la mujer de pelo naranja y les pidió a las otras chicas que lo ayudaran. «¿Está muerta?» se preguntó la Haughton con pánico.

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Su jefa le ordenó no alejarse a lo que Keira asintió porque estaba de acuerdo, no comprendía lo que estaba pasando y menos que menos quería perderse en un lugar como ese. Escuchó que hablaban de un fantasma, de Jack el Destripador o algo así, además más gente con pelos de colores aparecían en la escena. Maylis estaba portándose muy protectora con ella, lo que le preocupó más porque eso significaba que estaba en peligro; ya podía sentir el pánico creciendo en su interior.

Y para agregarle más condimento a la situación, querían "proteger a los aprendices". La Haughton abrió la boca de sorpresa, ¿Qué era tan grave como para que los aprendices tuvieran que esconderse como si fueran muggles?

― Pero que creen que... ― empezó a decir la chica pero no siguió porque una luz proveniente del techo la asustó.

Un hombre con un marcado acento africano comenzó a hablar sobre el protocolo de emergencia. Entre la bruma, la luz y la voz, Keira estaba más confundida que nunca. Luego alguien apareció corriendo y lanzado hechizos por todos lados, como si estuviera en pánico y la chocó tirándola al suelo.

― ¡Hey ten cuidado! ― le dijo a la chica de pelo color-anti-natural aunque ella ya se dirigía a otra parte.

Se quedó ahí en el suelo, desorientada porque la niebla le hacía doler los ojos y no le dejaba ver bien. Se arrastró por el suelo como una bebe y se agarró de la pierna de alguien, también le pareció ver a un elfo volando por los aires (?)

― Lo siento ― le dijo al propietario de las piernas que estaba usando de apoyo para levantarse.

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Un murmullo chillón llamó su atención, siete globos parlantes flotaban en la recepción haciendo un espectác.ulo muy divertido. La Haughton rió como una niña por el colorido y como se peleaban entre ellos, nunca había visto algo así antes. Su jefa les habló como si nada, quizás ella estaba acostumbrada a que ese tipo de cosas pasara en el Ministerio.

— Estoy bien, sólo... mala elección de zapatos... — respondió a su jefa mientras veía como hipnotizada a los globos, algo en ella le tentaba a pincharlos pero sabía que hacer eso sería de mala educación.

El amarillo gritó algo sobre una niebla y la aprendiz casi choca con Maylis al darse vuelta. Efectivamente, una bruma salía de alguna parte y se expandía por la recepción. Keira se tapó los oídos por reflejo, los chillidos de los globos le empezaron a molestar y le confundían, ya no sabía para que lado mirar porque muchas cosas sucedían al mismo tiempo.

Vio que aparecía una mujer muy peculiar, llevaba una peluca negra que levantó para dejar a la vista su calva no tan calva porque tenía unos pequeños pelitos creciéndole. Y como si la cosa no pudiera ponerse más extraña, otra mujer apareció diciendo que la bruma era del Tamesis y luego se dirigió a los aseos sin ni siquiera mirarlas; lanzó un grito que asustó un poco a la rubia y comenzó a llamar a alguien.

— Oye ¿Esto es normal? — preguntó la aprendiz a su jefa, que se veía confundida como ella.

¿Emergencia? ¿Cierre hermético de la plata? ¿Gases peligrosos?. La chica se removió en el lugar sintiéndose completamente fuera de lugar.

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La joven aprendiz siguió a su jefa por las escaleras, se maldijo a si misma por haber elegido esos zapatos, tomó nota para el próximo día de usar unos más cómodos. Notó como Maylis se arreglaba aunque a ella le parecía que estaba muy prolija. Después de muchos escalones llegaron al departamento al que se dirigían, la rubia hizo una mueca porque le comenzaban a doler los pies y su jefa se acercó a la recepción buscando a alguien.

Lo primero que la Haughton notó fue lo elegante de la decoración del lugar, aunque así era el Ministerio en general. Observó lo ordenado que estaba el escritorio de la recepción pero la persona que debía ocupar el puesto no estaba a la vista. La Black Lestrange parecía impaciente ante la falta de respuesta.

Keira no pudo aguantar la incomodidad y caminó para sentarse en una de las sillas de la sala de espera que estaba a la derecha del mostrador. Le salió una risa baja al ver el tapizado psicodélico que desentonaba completamente con la decoración tan sobria del resto de los muebles, se quitó el zapato derecho porque era el que más le dolía y vio que se había lastimado. Utilizó episkey para sanarse rápidamente y se lo volvió a acomodar.

Se paró devuelta al lado de la castaña para estar lista para cualquier cosa que necesitara.

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Maylis le dio la bienvenida y le presentó a las mujeres que estaban reunidas allí, trató de grabarse el nombre de cada una con su rostro, era un método que estaba tratando de poner en práctica para no confundir a la gente como le pasaba a veces. La Haughton le sonrió a cada una y se quedó parada escuchando lo que decían, mencionaron algo sobre un ruso y varias cosas más que ella no comprendió. Entendió que al parecer estaban llevando a cabo alguna clase de investigación que involucraba a más departamentos, por lo que le tocaría seguir a su jefa y tratar de no perderse en su primer día.

— Oh, sí, claro, estoy lista — respondió a la orden de Maylis, aunque no se sentía nada lista.

Antes de salir detrás de la castaña, se dio vuelta para saludar con la mano en modo de despedida a Ania y Kassandra. Observó cómo su jefa parecía pensar sobre algo y luego cómo se dirigía a las escaleras. Le pareció extraño que no tomara los ascensores como hacia todo el mundo pero se limitó a seguirla sin decir nada.

— A la orden jefa — la oración le salió con tono de burla sin querer e intentó arreglarlo —. Quiero decir, claro... estoy ansiosa por aprender.

Caminó detrás de ella haciendo ruido con sus zapatos, iban bastante rápido y los volados de su vestido saltaban cada vez que bajaba un escalón. Se preguntó a dónde la estaba llevando y qué era todo ese caso con el ruso y el tal Jack, suspiró y se rascó disimuladamente la cabeza, tendría que esperar y descubrirlo.

Era un día tan hermoso que la joven Haughton decidió merendar en el jardín bajo un gran árbol para que le hiciera sombra, se llevó un par de libros y se quedó allí por varias horas. Le gustaba la tranquilidad de la naturaleza, ver como el viento movía las hojas verdes y de vez en cuando alguna mariposa que revoloteaba entre las flores. Apoyó la espalda contra el césped y se llevó los brazos a la cabeza, no pensaba en nada en particular, sólo observaba la copa del árbol y sentía la brisa despeinar su cabello. Justo cuando comenzaba a sentir que se dormía, una lechuza marrón moteada apareció en el cielo y se posó en una rama cercana estirando la pata donde tenía una carta.

Keira se incorporó y tomo el pergamino dándole las gracias al animal, que luego salió volando de vuelta. El recado decía que su clase de Rol Básico sería en el Bosque Prohibido a la medianoche, la rubia suspiró y juntó todas las cosas para dormir un poco antes de ir a la Academia. Se imaginó mil escenarios que podían pasar en aquel lugar y ninguno le gustó, frunció el ceño mientras caminaba a su habitación, los profesores podían ser un poco sádicos con sus alumnos.

* * *

Exactamente diez minutos antes de la medianoche, la joven se paró en la chimenea del castillo Haughton y utilizó los polvos flu para dirigirse a su clase. Llevaba puesto un suéter color crema y unos jeans simples, eligió también unas botas marrones y se quitó toda la joyería de sus orejas para evitar problemas. Había tratado de elegir prendas cómodas por si tenía que correr, intentaba como siempre estar preparada para cualquier situación, odiaba no poder tener control sobre lo que pasaba en su vida.

Apareció entre las llamas verdes como ya muchas veces había hecho y caminó con destino al bosque. La noche era fresca y callada, de vez en cuando se podía escuchar a alguna lechuza ulular pero nada más. Keira caminaba hacia el lugar de encuentro sigilosamente, tratando de que sus pasos no se notaran demasiado a la vez que miraba todo con curiosidad. Recordó que allí habitaban centauros y toda clase de animales mágicos y se sintió expectante por lo que pasaría en las horas siguientes.

Sus ojos azules recorrían cada centímetro del lugar prestando atención a los detalles, los árboles se volvían cada vez más gruesos y altos conforme avanzaba y tapaban un poco más a la Luna. Ser silenciosa se volvió más difícil por la cantidad de hojas y ramas secas en el suelo, pero no importaba porque ya se encontraba a unos metros del lugar indicado.

Cuando llegó pudo ver que ahí estaba su hermano Emmet, al que no había visto por mucho tiempo y también una chica más baja que ella con grandes ojos claros y cabello rojizo. Los saludo con la mano y se paró junto a a ellos para escuchar a sus profesoras hablar sobre la clase y luego a cada uno presentarse, cuando llegó su turno sonrió y levantó tres dedos de la mano como un gesto de marcar su presencia.

— Buenas noches, mi nombre en Keira Haughton, soy hermana menor de Emmet — le sonrió al chico y prosiguió —. Soy miembro de las familias Haughton y Ryddleturn. También trabajo como aprendiz en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional.

****Off*****

Hola a todos, me llamo Erika y tengo 21 años, estudio tecnicatura en gastronomía y vivo en en Buenos Aires, Argentina.

Me gusta mucho leer y escribir por lo que el rol me ayuda bastante con eso

Mi personaje se parece a mi en algunos aspectos pero la estoy cambiando para que tenga un perfil más mortífago, así que de vez en cuando le sale la locura(?)

Espero que la pasemos lindo, si quieren planear roles o lo que sea agreguenme al skype que está en mi perfil