Keira Katina

Keira observaba el movimiento de las llamas en silencio, se encontraba frente a la chimenea en el castillo Haughton con un pergamino en la mano. Allí le comunicaban el día y horario de su clase de Duelo Básico, sólo faltaban veinte minutos para que comenzara. Ella había estado preparada y esperando allí por media hora, sólo vaciando su mente de toda preocupación y mirando los trozos de madera quemándose. Se había puesto un vestido negro muy propio de funerales, no era de su estilo pero ese día había despertado con el tipo de humor para llevarlo puesto. Además usaba zapatos sin tacón de color negro y se había quitado todo los colgantes y aros que usualmente usaba en las orejas.

Suspiró largamente, tomó un gran puñado de polvos flu y los utilizó para trasladarse a la Academia de Magia y hechicería. Luego de salir entre las llamas verdes en el lugar deseado, se quitó las cenizas del vestido y caminó hasta el tercer salón de la academia. Vio el anillo sobre la mesa caoba como decía la carta, se preparó unos segundos mentalmente para el viaje y tocó con la punta de su dedo índice el traslador. La sensación de ser transportada la llenó por completo, todo se volvió borroso y en un instante sus pies volvieron a tocar el suelo. Esa forma de transporte siempre la desorientaba, aún no llegaba a acostumbrarse así que perdió el equilibrio y cayó al suelo.

— Maldición — expresó con enfado y se incorporó.

Observó detenidamente dónde se encontraba, parecían las ruinas de algún tipo de civilización antigua, podía apostar que se encontraba en alguna parte de México; estaba segura de haber visto alguna imagen del lugar antes o haber leído sobre esas pirámides. Caminó comiéndose el paisaje con los ojos, en su viaje por el mundo no había podido estar en ese lugar así que debía aprovechar la oportunidad y apreciar la historia que tenía en frente de ella.

Vio a un par de jóvenes cerca de una gran mesa de piedra y se acercó a ellos suponiendo que eran los profesores. Al parecer era la primera alumna, se cruzó de brazos esperando a que alguien más apareciera, esperaba tener al menos un compañero pero no estaba demasiado ilusionada. Recordó que en su clase de Generales sólo habían sido dos alumnos y ella había tenido que encargarse de hacer casi toda la tarea impuesta, terminando agotada mental y físicamente; no quería que le pasara otra vez lo mismo.

Escuchó a ambos hablar sobre los duelos con mucho respeto y explicar cómo sería la clase. Cuando acabaron, la Haughton creyó que pedirían la presentación de los estudiantes, pero en vez de eso Radamantys lanzó un hechizo a las estatuas que estaban a los costados y éstas se convirtieron en enormes tigres de bengala. Sin esperar ni un segundo, los feroces animales corrieron con intención de atacar; Keira tuvo un momento de pánico pero sacó la varita en un acto de reflejo.

— Petrificus totalus — grito lo primero que se le ocurrió, un rayo azul salió de la punta de su varita e impactó en la bestia justo en la cabeza, dejándolo inmovilizado como si estuviera congelado. Suspiró de alivio por tener suerte en acertarle, usualmente no tenía tanta puntería.

***

Off

Hola a todos, me llamo Erika y soy de Buenos Aires, Argentina. Tengo 21 años y estudio Gastronomía. Mi personaje es Keira, una pacifista que no es muy buena en los duelos así que espera aprender mucho xD

Espero que aparezcan mis compañeros, sino será aburrido

http://i.imgur.com/hpSfHIS.png

La empleada que la atendió le pidió que la siguiera, Keira caminó detrás de ella tratando de relajarse para no verse demasiado nerviosa, tenía que parecer fuerte y decidida. Observó cada detalle de las oficinas, muy pronto ella pasaría allí la mayor parte de su tiempo, tendría su propio escritorio; se ganaría cada galeón con trabajo duro. La mujer la guió hasta una puerta donde se encontraba su jefa con la directora del departamento, tocó suavemente dos veces y se marchó dejándola allí.

La rubia no supo si esperar a que le abrieran o entrar, después de pensarlo un instante apoyó su mano en la perilla y la giró para adentrarse a la habitación lentamente. Lo primero que notó fue la luz de un patronus que desaparecía, después posó sus ojos azules en las tres mujeres que se encontraban en la oficina.

― Hola... soy la nueva aprendiz, Keira Haughton ― dijo con voz neutral mientras veía a cada una de ellas.

En ese momento se dio cuenta de que conocía a una de las personas presentes, miró directamente a los ojos verde claro de la castaña alta y enseguida los apartó. Era la mujer del karaoke en Doyle's, la que estaba borracha e hizo varios shows esa noche ganándose los aplausos de toda la clientela. Una sonrisa se dibujo en su rostro automáticamente, se contuvo para no reír recordando lo divertido que había sido estar allí; se preguntó si ella la reconocería, lo más probable era que no y eso esperaba.

Cerró la puerta y se quedó parada esperando a que alguien dijera algo, no sabía que estaba pasando en ese momento pero todas parecían tener una expresión de que algo muy serio se estaba llevando a cabo.

http://i.imgur.com/hpSfHIS.png

Durante todo el trayecto desde el Castillo Haughton hasta llegar al Departamento donde había sido contratada, Keira sintió los nervios por su primer día de trabajo. No le había sido fácil elegir su atuendo, se cambió varias veces con indecisión y finalmente se decidió por un vestido con volados azul, zapatos con tacón negros y sus usuales brazaletes plateados. Peinó su cabello en un coleta y se maquilló muy poco, finalmente iba a saber qué se sentía trabajar en el Ministerio.

Parada dentro de la chimenea en su hogar pensó lo genial que era tener conexión flu con su nuevo lugar de trabajo, tomó un buen puñado de polvos y pronunció cada palabra alta y clara.

― Ministerio de Magia.

Apareció entre las llamas verdes en el lugar deseado y caminó entre la multitud de magos que día a día se dirigían allí a ganarse sus galeones. Observó otra vez la magnificencia del lugar, con su gran fuente en el centro, símbolo del lugar. Se subió con varias brujas a un elevador que la llevó hasta el quinto piso, donde semanas antes había estado para sacar su pasaporte. Las mangas con volados de su vestido se movían con cada paso, la joven comenzó a juguetear con su cabello para tratar de quitarse los nervios de encima mientras llegaba caminando hasta la puerta con el cartel de "Confederación Internacional de Magos, Sede Británica". Se acercó hasta una empleada que estaba sentada en un escritorio.

― Hola, soy Keira Haughton... soy la nueva aprendiz. Creo que busco a... ― hizo memoria del corto organigrama del departamento que había leído antes de salir ― Maylis Juliene Black Lestrange Malfoy ― dijo cada nombre como si recitara una sucesión de números, no quería equivocarse con el nombre de su nueva jefa.

La canción de Keira fue aplaudida con entusiasmo, la chica hizo una pequeña reverencia y le entregó el micrófono al siguiente cantante. Caminó devuelta hasta el bar y se sentó en la banca donde aún estaba su abrigo. Allí estaba una chica sentada sobre la barra y la dueña borracha como ninguna. Le pareció gracioso el cambio de eventos en su noche, había salido para saciar sus impulsos y luego había acabado en un bar haciendo karaoke. Esta vez le pidió al bartender un trago frutal con frutilla y mango, necesitaba algo más consistente.

Observó el show del hombre que cantaba una canción del famoso muggle Ricky Martin, lo hacía bastante y coqueteaba con su jefa abiertamente, sin ninguna vergüenza. Se apretó el vientre riendo a carcajadas, sin estar segura si era por el acto del empleado o por el alcohol que la estaba emborrachando. Al terminar la canción, la Haughton aplaudió con ganas mientras otro chico comenzaba a cantar. Al parecer todos los hombres del lugar se la pasaban flirteando con las empleadas de Doyle's, Keira se preguntó de dónde habrían salido aquellos tipos.

En el medio de la canción dejó su asiento para ir al baño, allí se retocó el maquillaje y usó el retrete. Se miró al espejo arreglando su cabello rubio y de pronto se sintió muy débil, quizás la noche le estaba pasando factura, quizás era hora de ir a casa. Cuando volvió, la chica que antes estaba sentada en la barra ahora se encontraba cantando, le aplaudió al finalizar y fue a tomar su abrigo y pagar la cuenta para poder irse a descansar al castillo, si es que podía llegar en ese estado.

Casi un instante después de pensar si debía reparar el vaso o no apareció un elfo arrugado y bajito, chasqueó los dedos y el recipiente se arregló mágicamente y fue devuelto al bar. La joven rió y pidió una medida de tequila con una rodaja de limón y un salero, hacer ese pequeño ritual de lamer la sal, beber y luego chupar el limón le encantaba, aunque siempre era más divertido si lo hacía con alguien más. Justo cuando terminó con el tequila, la castaña alta invitó a todo el mundo a celebrar incluyéndola a ella y los elfos improvisaron un karaoke con una vieja rocola mágica.

La verdad era que no cantaba nada bien, desafinaba y sus palabras no se entendían por el estado en que se encontraba la mujer. Por suerte otra chica le quitó el micrófono y comenzó a cantar un poco mejor aunque también desafinaba, bailaban con el ritmo de la música y unas cuantas personas aplaudían. Un chico se sentó en un taburete a su lado para ver el show y comenzó a aplaudir y chiflar también así que la Haughton tomó coraje y se levantó de la silla para seguir con el canto improvisado. Pero justo cuando estaba por elegir la canción la chica castaña comenzó a cantar otra vez armando un espectácul.o más impresionante que el anterior.

El bar pasó a parecer a una especie de cabaré con show incorporado, hasta incluso la que parecía ser la dueña se había cambiado de ropa por algo más burlesco y comenzó a acompañar su canto con una coreografía seguida de dos hombres más. Keira aplaudió con el público y rió a carcajadas por lo divertido de la situación, incluso pudo ver en una esquina que varios elfos aplaudían también y hasta un par bailaban viendo a su jefa.

Cuando ésta terminó su pequeño acto, la joven Haughton decidió robar el turno del tal Fokker y corrió sonriente a la rocola, cambió la música a algo más británico, se acerco a la cantante y le pidió el micrófono estirando la mano.

— ¡Mi turno! No soy tan buena como tú pero me dijeron que canto bien — sentenció saltando y comenzando a mover las caderas con el ritmo de la guitarra eléctrica.— Shut up and let me go, this hurts I tell you so, for the last time you will kiss my lips. Now shut up and let me go!

Aquella canción era de un dueto de magos encubiertos que habían llegado a la fama con una pequeña ayuda de la magia pero de todas formas le gustaban a muchos en la comunidad mágica y eran la banda favorita de Keira.

— I ain't freakin', I ain't fakin' this — siguió cantando mientras daba pequeños saltitos.

Esa canción le gustaba mucho porque hablaba de una ruptura pero no era deprimente, le pareció que no desafinaba pero iba un poco a destiempo con la canción. Aún así no podría superar a la cantante anterior que ya estaba en la barra bebiendo más de lo que cualquier humano podía soportar.

Las calles del Callejón Diagón estaban concurridas, después de todo era el momento perfecto del día para salir a pasear y visitar alguno de los muchos bares y restaurantes que se encontraban allí. Una figura femenina caminaba entre la gente lentamente, iba comiendo una tableta de chocolate de a trozos grandes y dejaba migas en el suelo sin darse cuenta. Se detuvo enfrente de un local y guardó el envoltorio vacío en su abrigo verde oscuro. «Ahora necesito un trago» pensó la joven al entrar en el bar llamado Doyle's del que nunca antes había escuchado.

Se acercó a la barra viendo como un grupo de personas estaban bailando y bebiendo en medio de la pista, parecían estar pasándola muy bien. Una de ellas era más ruidosa, seguramente estaba borracha, ella sabía muy bien como se comportaba la gente así. Recordó sonriendo como había acabo de su última borrachera, con su piel teñida de verde y siendo utilizada como conejillo de indias en un laboratorio.

Se sentó en un taburete alto y pidió un trago dulce, necesitaba azúcar para sentirse mejor luego de haber sido succionada por un vampiro durante diez minutos, tenía bastante suerte de no haberse desmayado por eso. Se quitó el abrigo dejando a la vista el vestido negro que llevaba y lo apoyo en sus piernas, sus brazaletes tintinearon con el movimiento. Ese sonido comenzaba a molestarle pero debía usarlos para tapar las marcas de mordidas.

— Aquí sí que saben divertirse eh... — le dijo la chica al bartender mientras bebía su trago que estaba comenzando a hacer efecto en su sangre.

Se giró para seguir viendo a aquella gente, le pareció que conocía a al menos una de ellas. Siguió mirando fijamente a la castaña alta con la botella, su rostro lo había visto antes en alguna parte pero por más que se esforzaba en hacer memoria no recordaba dónde. Estaba tan concentrada en ella que al querer dejar el vaso sobre la barra, lo apoyó muy al borde y éste cayó al suelo rompiéndose.

— Ups, lo siento — dijo disculpándose.

De todas formas no era nada, con un simple hechizo lo podían reparar.

Hola, me gustaría hacer algunos cambios en mi ficha

Gracias

PD: edité porque cambié de opinión en unas cosillas y aprovecho que aún no me lo actualizaron °° espero que no sea molestia

Bien, vengo a opinar después de haber leído todas las ideas. A mi me gusta mucho lo que dice Kurt Ayrton Ravenclaw, es que cuando apenas te registras no pensas mucho en el nick y terminas eligiendo cualquier cosa sin saber que después será importante para diferentes juegos, lo que puede llevar a que hayan nicks parecidos y la gente se confunda.

Además de que muchos no somos buenos para nada xD entonces sería genial si se pudiera cambiar al menos una vez cada cierto tiempo y cierta cantidad de gente para que los que se encargan de eso no tuvieran tanto trabajo.

Lo de poder cambiárselo al graduarse sería bueno porque creo que incentivaría más a que haya más gente en la Academia aprendiendo a rolear y cómo funciona el foro si están interesados.

Espero que se tomen en cuenta todo lo que se dijo y al menos haya alguna opción

PD: Edito porque se me ocurrió que quizás para hacerle el más fácil el trabajo a quién se encargue de cambiar todo podríamos hacer como cuando pedimos formar parte de algún trabajo en el Ministerio, o sea que haya una ficha donde tengamos que explicar bien por qué queremos cambar el nick, todos los links donde esté nuestro nick en algo oficial y así les será menos engorroso cambiar todo.

Hola perversitos

Aquí dejo mi marca para que me acepten, tenkiu

Nick: *Keira
Nombre: Erika
Edad: 21
Fecha de cumpleaños: 23/09
País: Argentina
Skype: erika.cabral5

 

Mi mente se quedó en blanco ante la mirada de esos horribles bichos frente a mi. Creía que ya íbamos a acabar, estaba preparada para tomar la copa y luego ir a casa a relajarme, quitarme de encima toda la suciedad y tomar un trago. Entonces Stnazi decidió dejarme ahí para hacerlo sola otra vez, el muy flojo ya se estaba rindiendo después de haberme llamado de cualquier manera menos con mi verdadero nombre. En ese momento mi paciencia acabó y estallé de ira.

— Tú, maldito vampiro, vete, sí. Huye como los has estado haciendo, no te necesito — le grité aunque no estaba muy lejos de mí.

Seguramente él creería que me había vuelto loca pero ya no me importaba nada, quería acabar con eso de una vez sin importar lo que debiera hacer. Los músculos de mi rostro se contrajeron formando una mueca horrenda, me paré a unos tres metros de los bowtruckles con aspecto amenazante y sin pensarlo demasiado pronuncié el hechizo.

— ¡Incendio! — unas llamas rojizas salieron de la punta de mi varita y quemaron a los animales más cercanos.

En un segundo todo se convirtió en caos, las criaturas comenzaron a chillar y correr por todas partes. No supe si huían o si también intentaban atacar mis ojos con sus delgados dedos mortíferos, pero ante la duda decidí seguir lanzando Incendio por toda el área. No vi si mi compañero había decidido quedarse o correr ante mi acto de locura espontánea, pero no lo culparía si había hecho lo segundo.

Cuando pude entender que los animalitos ya no estaban allí solté mi varita con un gemido, había quemado a varios y eso no se sentía nada bien. Caí sobre mis rodillas en el fango y me llevé las manos a la cabeza, comencé a llorar silenciosamente llena de vergüenza y cansancio mental. Podía sentir que algunas llamas seguían ardiendo con las hojas del suelo.

Hacía mucho tiempo que no explotaba de esa manera, normalmente era pacífica pero en contadas ocasiones estallaba y cosas como esas sucedían. Creía que ya había aprendido a superarlo pero al parecer no estaba ni cerca del control. Así que me quedé ahí arrodillada sintiéndome como un fiasco por doblegarme tan rápido ante la presión y haber matado a unos cuantos bowtruckles con mi berrinche. Estaba segura de que de alguna forma había fallado con la misión.

Off: bueno, eso fue intenso espero que no sea ilegal hacer algo así e.e

Puse los ojos en blanco cuando el chico volvió a salir con todo ese acto de alentar y luego esconderse, su tono era muy falso así que era obvio que se estaba burlando de mí. «Qué suerte la mía» pensé. Creía que todos los vampiros tenían alguna habilidad especial, al menos super visión o algo por el estilo pero al parecer mi compañero sólo servía para ser porrista.

— Mi nombre es Keira ¿ok? Deja de decirme Vanessa —le dije frunciendo el ceño, ese nombre parecía el que una bailarina exótica elegiría para presentarse —.Creía que los vampiros eran más valientes, con todo eso de la inmortalidad...

El augurey voló hasta posarse en la cabeza del gigante de piedra de la derecha, éste no se veía nada amigable. Me quedé allí parada cruzada de brazos porque ya me estaba comenzando a dar más frío y me sentía incómoda. «¿Y ahora qué?». Entonces Anne apareció de la nada sobre un árbol y nos ayudó un poco, me recordé a mí misma agradecerle cuando todo esto hubiera acabado.

— Oppugno — susurré apuntando con mi varita hacia el pájaro.

Y tan fácil como pensarlo yo misma, el ave comenzó a cantar para dormir a los gigantes. Las grandes figuras cerraron sus ojos y las lanzas que tenían en sus manos cayeron haciendo temblar el suelo y asustando al ave que salió volando hacia rutas desconocidas.

— ¿Eso es todo? — pregunté a la nada porque realmente esperaba algo más dramático —. Genial — suspiré perdiendo la alegría anterior por el cansancio mental —. Vamos Stnazi, tienes que ayudarme a remar —grité hacia donde él se había escondido recordando que Anne había dicho su nombre para regañarle al inicio de la clase.

Tomé una antorcha que estaba fuera de la entrada de la caverna y me interné a la oscuridad. Podía usar Lumos para alumbrar pero prefería el fuego así si había que enfrentarse a alguna criatura extraña tendría mi varita lista. El olor a humedad lo impregnaba todo, mientras andaba podía sentir que el camino iba en bajada y estaba todo bastante silencioso, sólo se escuchaban nuestros pasos retumbando en la piedra.

Comencé a tiritar de frío, estaba segura de que había un hechizo para secarse pero no lo recordaba así que tuve que conformarme con la esperanza de que todo acabaría rápido para poder salir de allí lo antes posible. «Cuando llegue a casa me daré un largo baño caliente» dije para mis adentros.

— Yo alumbro y tu remas —. le dije a Stnazi apuntando a la barca que estaba en el borde del lago.

El agua era oscura y sucia, no se podía ver si allí debajo habitaba alguna criatura acuática dispuesta a atacar. Todos nuestro sonidos retumbaban allí, intenté ver la orilla que debía estar del otro lado pero no pude, tendríamos que adentrarnos con la esperanza de que las profesoras no nos hubieran mentido por alguna razón. Nos subimos a la barca y con alegría noté que ésta mágicamente comenzó a moverse por el agua lentamente.

— Alégrate Stnazi, ni siquiera debes remar — le dije a mi compañero sonriendo —. ¿Acaso no es el paseo más divertido de tu vida? — lancé una carcajada por la expresión que ponía —. Ya casi terminamos.

Cuando por fin llegamos a la costa me precipité para salir y arrojé la antorcha al suelo, esperaba ver la Copa de los Tres Magos. Llena de decepción sólo vi más árboles y con ellos montones de pequeñas criaturas extrañas. Jadeé comprendiendo de qué se trataba todo eso.

— Malditas alimañas — susurré viendo la enorme cantidad de bowtruckles que nos estaba esperando.

Bajé del elevador a la quinta planta como mi madre me había dicho, caminé por un pasillo sosteniendo el pergamino en mi mano derecha y haciendo un leve «clack clack» con mis zapatos. No me detuve ante la bruja que estaba escribiendo algo aparentemente muy importante en su escritorio porque ya sabía qué camino tomar, me había informado de antemano todo lo que necesitaba para sacar mi pasaporte con Evarela. Me dirigí a la puerta izquierda donde un letrero decía "Confederación Internacional de Magos, Sede Británica" y supe que era el lugar correcto. Entré y me paré frente al escritorio más cercano.

— Hola, buenos días — sonreí amablemente — quiero tramitar mi pasaporte, aquí tengo el formulario — estiré mi mano y tendí mi pergamino a la empleada.

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

Organismo Internacional de Normas de Instrucción Mágica y Oficina Internacional de Ley Mágica

 

Plantilla para Pasaporte

 

 

 

Nombre: Keira Haughton

Edad: 19

Sexo: Femenino

País de origen: Inglaterra

Ficha de personaje: ficha

 

— Espero que este todo en su lugar... — dije lentamente, ya era hora que comenzara a hacer las cosas como se debían.

Alejé mis ojos de la joya para ver el mapa que él me mostraba, no se veía tan bien como el de Inglaterra así que perdí el interés. Giré mi rostro para ver el vestidor del que me hablaba y vi a una nueva clienta, llevaba una larga túnica blanca y estaba probándose un parche en el ojo. Fruncí el ceño por la sorpresa, no la había escuchado entrar.

— Creo que me llevaré el mapa de Inglaterra — le dije al vendedor volteándome a verlo.

Era un mapa hermoso y lo quería para mí, en cuanto a la joya otro día tendría que ser, no llevaba muchos galeones encima, pronto tenía que pasar por Gringotts para retirar más oro. Observé como el hombre enrollaba el mapa y lo envolvía para dármelo. Le pagué lo que valía y me retiré con una sonrisa.

Pasé por al lado de la extraña con el parche en el ojo y me dirigí hacia el exterior del barco. Antes de bajar por las escaleras le volví a echar un vistazo, sin dudas volvería a pasar por allí en algún momento de vuelta, toda la decoración me gustaba mucho y tenían cosas interesantes para ver y quizás coleccionar.

Caminé lejos del negocio con mi mapa en la mano pensando exactamente dónde lo podría poner. Ya se había hecho de noche y no quería andar demasiado tiempo sola en el Callejón Diagón así que apuré mis pasos para llegar pronto a casa.

— Oyeee ¿qué te pasa? ¿me estás siguiendo? — me di vuelta para ver a la chica que me estaba gritando algo que no podía comprender.

Al parecer los duelos se habían cancelado porque ahora todos estaban haciendo cosas diferentes, un chico con muchos vasos de cerveza acababa de romper una pared como si estuviera hecha de papel y Jazmín estaba hablando con él. Me alarmé un poco, no fuera que aquel loco le hiciera algo a mi prima.

— ¿Siempre pasan este tipo de cosas acá? — le pregunté a la desconocida que me había echado esa espuma verde encima —. A propósito, ¿quién eres tú? — el alcohol me desinhibía y no me preocupaba ser educada como siempre.

Caminé hasta unos lavabos y comencé a refregarme las manchas que por alguna razón en vez de salirse se hacían más grandes. Con horror miré mi piel que se estaba volviendo cada vez más verde, si seguía así parecería una serpiente rastrera.

— Oh oh ¡haz que pare! — rogué porque ya me estaba asustando y no se me ocurría ningún hechizo para arreglar aquello.

Ya había llegado cerca de los espinos cuando escuché a mi misterioso compañero llamarme Vanessa, me di vuelta para mirarlo mientras soltaba palabrerías sin sentido. «¿Está jugando otra vez?». Al parecer tenía que hacerme cargo de la situación yo misma, no podía esperar mucha ayuda de él si lo único que parecía interesarle era fumar cigarritos.

— Mira Edward, sé lo que hago. Por alguna parte de aquí hay un augurey muy bonito esperando ser usado como cajita musical para dormir gigantes de piedra — hice una pausa, quizás estaba siendo demasiado dura con alguien que ni conocía solo por la situación en que nos encontrábamos —. Tu... eres un vampiro ¿verdad? ¿Acaso tienes alguna super habilidad que nos vendría bien en este momento? — le pregunté ignorando su comentario sobre mi apariencia física.

Me acerqué para revisar por allí y nada, ningún nido de augurey a la vista. Suspiré frustrada presionando a mi cerebro para que pensara en algún hechizo que podría convocar al animal cuando oí un sonido extraño. Era como el lamento de alguien muy dolido, un sonido tembloroso y lleno de pena. Giré mi cabeza rápidamente hacia la dirección de donde provenía y apunte con mi varita al lugar, era aproximadamente a veinte metros de nosotros.

— ¡Por ahí! Ese canto tiene que ser del augurey — exclamé con una sonrisa triunfante.

Corrí hasta el lugar agarrando fuertemente mi varita completamente preparada para lanzar un hechizo. Al llegar pude ver su nido con forma de lágrima en un arbusto pequeño, el animal estaba agazapado allí dentro cantando esa horrible canción. Agradecí internamente que las leyendas fueran falsas y que ese sonido sólo significara lluvia, de lo contrario estar cerca significaría la muerte. No lo pensé dos veces, le apunté y dije firmemente:

— ¡Mobilicorpus! — el rayo salió de mi varita e impactó al ave que dejó de cantar inmediatamente, moví mi muñeca hacia el vampiro y el animal voló en esa dirección —. Atrápalo, que no salga volando — le grité.

Cuando el pájaro estuvo bien tomado por el cuerpo y nos aseguramos que no pudiera escaparse, nos adentramos en el bosque. No había llevado mi reloj por lo que no estaba segura de cuánto tiempo había pasado pero podía ver que el sol estaba más alto detrás de las nubes. Después de caminar un par de metros vi unas antorchas y comprendí que esas grandes figuras en la distancia eran los gigantes que custodiaban la caverna. En todo ese tiempo el ave había seguido cantando su melodramática melodía en los brazos del chico, así que cuando comenzó a caer una lluvia finita no me sorprendí.

— Ya falta poco, cuando estemos en frente de los gigantes sólo debemos esperar a que se duerman con el canto y luego ¡pam! lo demás es pan comido — le dije mientras me acomodaba el cabello en una trenza para no desarreglarme demasiado con la lluvia.

Estaba feliz porque con el ave las cosas serían más fáciles, podríamos tomar la barca y él tendría que remar porque yo era una "escuálida". Luego al llegar a la otra orilla suponía que estaría la copa y así cumpliríamos la misión a tiempo. Observé a mi compañero de reojo mientras caminaba y pensaba que después de todo tenerlo me había venido bien, si hubiera sido la única en la clase quién sabe si podría haberlo hecho.

Cuando faltaban unos pocos metros para llegar a la caverna paré repentinamente para admirar a los gigantes de piedra. Parecían sacados de las tumbas egipcias aunque no por los rasgos árabes, sino por su altura y la forma en que estaban sentados. Miré a mi compañero con una expresión divertida, estábamos mojados y con los pies llenos de barro pero bien encaminados.

— Bueno Celestina — miré al augurey con sorna — haz lo tuyo.

off: te toca stnazi

Miré fijamente a mi único compañero, toda su actitud me llevaba a pensar en sólo una cosa: chico malo. Noté con sorpresa sus ojos rojos y su piel demasiada pálida para ser humana. «¿Acaso es un vampiro?». Nunca me había relacionado directamente con uno así que ya veía que esta clase estaría repleta de primeras veces. Bufé ante su jueguito de la varita, más le valiera que no fuera cierto porque sólo lo tenía a él como ayuda y no estaba dispuesta a obtener una mala nota.

Me crucé de brazos enojándome con los otros compañeros que no conocía y que por alguna razón habían decidido no presentarse a clases. Respiré profundamente varias veces para calmarte mientras veía como Anne mostraba la reluciente copa y Bodrik explicaba qué debíamos hacer, para todo eso necesitaría la cabeza fría. «Bien, no es tan difícil, yo puedo hacerlo, yo puedo» pensé tratando de no entrar en pánico.

Inmediatamente supe que ella estaba hablando de un augurey, había leído Animales fantásticos y donde encontrarlos muchísimas veces en mi tiempo libre, tantas que me sabía la información de unos cuantos animales de memoria. Así que cruzar sin el ave no era una opción, nunca iba a admitir en frente de desconocidos que no sabía nadar. Era algo tonto pero jamás había aprendido y hasta tenía un poco de miedo a tratar de intentarlo yo sola, así que nada de intentar cruzar esa caverna sin el pajarraco.

Para empezar estábamos en un buen lugar, esperaba que el nido del augurey estuviera cerca. Visualicé mentalmente el libro de tapa rojiza que se encontraba en el estante más bajo de mi habitación y me recordé a mí misma leyéndolo. Repasé en mi mente lo más importante varias veces «Nido en forma de lágrima, come insectos grandes, plumaje negro y verdoso, anida en zarzas y espinos». Asentí con confianza y miré a mi compañero.

— Vamos, hay que atrapar un pajarito.

No esperé su respuesta, la seguridad que me daban mis conocimientos era energizante. Quizás fuera mala para los duelos o las tareas físicas pero el conocimiento era totalmente lo mío y estaba orgullosa de eso. Caminé sin ver si él me seguía, ya había divisado a lo lejos un conjunto de arbustos y espinos, con un poco de suerte el nido estaría allí. Saqué mi varita del cinturón pensando que podía usar Mobilicorpus o Incárcerus para atrapar al animal si estaba allí, no debíamos lastimarlo porque necesitábamos su canto.

Off

Perdón stnazi, sé que dije que esperaría a que postearas primero pero hoy tengo mucho tiempo libre para hacer esto y ya mañana tengo clases por lo que no sé si estaré tan inspirada/con ganas para hacerlo.

Sé que sería mejor si te lo explico en un MP pero dice que no puedo mandarte mensajes .-.

Escuché la voz chillona de alguien acusándome y no lo pude evitar. Giré mi rostro a un costado y vomité whisky de fuego, era la primera vez que me pasaba algo así y me prometí a mi misma evitar a toda costa que se repitiera. Si esa bebida ardía cuando entraba, al salir quemaba igual que el infierno. Como si no fuera suficiente, en ese momento una espuma fluorescente me cubrió casi por completo dejando sólo visible mi rostro.

— ¡Pero qué rayos! — exclamé totalmente confundida.

Mi enfado duró solo dos segundos porque aún estaba borracha así que comencé a largar carcajadas tocando la espuma con mis manos. Miré a la chica que lo había provocado con una expresión de diversión e intenté salir de aquel embrollo. No fue difícil pero mis jeans y camisa blanca habían quedado húmedas y con un color verde chillón.

— Espero que no tenga más efectos que esto... — susurré estirando mis manos llenas de manchitas fluorescentes.

Observé alrededor para ver si mucha gente me estaba viendo y evaluar el nivel de bochorno que me había ocasionado a mí misma, pero por suerte varios chicos habían decidido seguir en su mundo y en ese momento parecía que comenzarían a ¿duelear?. Eso creí porque tenían sus varitas apuntando y dos rayos ya salían de ellas.

No estaba preparada para eso, ni siquiera había empezado mis clases de duelos y mis reflejos eran lentos. Me corrí de allí para buscar un lugar donde limpiarme al menos los brazos pensando que quizás meterme en ese lugar había sido un error.

Había comenzado la Academia hace unos días y ya estaba explorando el lugar, mi clase de Generales estaba bastante desierta, sólo tenía un compañero y él no parecía alguien dispuesto a hacer amigos así que decidí pasar por los baños averiados para ver qué pasaba por ahí.

Entré en el bullicioso lugar con aquella divertida contraseña que había escuchado decir a otros alumnos. Llevaba una botella de whisky de fuego en mi bolso, le había estado dando pequeños sorbidos para animarme un poco. Últimamente estaba tomando más alcohol de lo que estaba acostumbrada pero no le veía ningún problema a aquello, no es que fuera alcohólica o algo así, simplemente me gustaba el sentimiento que me producía.

El lugar estaba bastante concurrido, pude ver desde lejos a Jazmín con un grupo de gente haciendo quién sabe qué. De repente la música cambio y la reconocí en seguida, era de aquella banda de vampiros (?) que a los muggles tanto les gustaba. Reí ante la letra de la canción y me alejé de la barra para bailar.

— My hump, my hump, my hump — canté el verso que más se repetía mientras me movía con el ritmo de la melodía.

Comencé a dar vueltas y a reír como una niña tonta, sabía que me veía mal pero con todo el alcohol en mi sistema no me importaba nada. Perdí el equilibrio por eso y sin querer choqué con alguien, reboté hacia la pared disculpándome y sentí las nauseas creciendo en mí.

— Ohhhh no debí hacer eso — dije para nadie en especial mientras me tapaba la boca para no vomitar.

El saludo del hombre me pareció gracioso pero contuve la risa mientras entraba en la habitación. Podía ver más objetos con estilo pirata muy al siglo XVIII, había joyas como él decía y vestidos de época dentro de un gran armario. También había un área destinada a toda clase de armas, cosas que no había visto nunca en el Callejón Diagón.

- Si que tienes una gran variedad por aquí – dije dándole la espalda y tocando la pluma de un sombrero -. Curiosa y potencial coleccionista de mapas, nunca están de más ¿verdad? - respondí a su pregunta girándome y sonriendo.

Él dueño del lugar sí que se había tomado en serio el tema del barco, se sentía como estar en uno pero sin el movimiento de balanceo que se experimenta cuando éste navega. Incluso el hombre tenía un parche en el ojo.

Me acerqué a él mientras me mostraba los mapas, eran realmente hermosos y estaban en mejor estado que los que había visto. Pasé mis manos por varios hasta agarrar el de Inglaterra, lo estiré bien para apreciarlo mejor.

- Éste me gusta mucho... ¿Tienes alguno donde se pueda ver toda Europa? - pregunté dejando el mapa y observando la joya, tenía un color rubí brillante que me llamaba a comprarla.

El día estaba horrible, no me habría molestado un poco de lluvia pero el cielo parecía no decidirse preparando las nubes de tormenta sin largar ni una gota. La humedad y el calor se sentían en todo el Castillo Haughton, me ponía de mal humor sentirme pegoteada y tener el cabello con frizz a causa de eso, así que estaba en mi habitación sentada frente a la ventana abierta viendo los jardines. Había hechizado un abanico para que se moviera y me tirara una brisa más fresca pero de todas formas no hacía gran diferencia.

Escuché como golpeaban mi puerta así que dí permiso para que entraran, odiaba que la gente apareciera como si nada en mi cuarto por lo que apreciaba mucho cuando los habitantes del castillo respetaban eso.

— Señorita Keira, ha llegado una lechuza para usted — dijo Tara, la elfina doméstica de la familia.

No la había visto en mucho tiempo pero parecía seguir siendo la misma vieja y lenta elfina que me había atendido desde mi niñez. Sus grandes ojos color ámbar me miraron directamente mientras estiraba su corto brazo para darme aquel pergamino. Tomé el papel y le sonreí aunque no fuera necesario, luego de tantos años a ella le daban igual aquellos gestos un poco más gentiles de lo común.

— Gracias, Tara —hice una pausa pensando y añadí —. Prepárame el almuerzo y tráemelo aquí, quiero el jugo bien frío.

— Enseguida, señorita —respondió ella lentamente, arrastrando las palabras.

Escuché el crack de su desaparición mientras abría la carta y leía. «Genial, nunca he estado en Albania» pensé y luego miré el mapa colgado en mi pared, estaba lleno de tachuelas donde marcaba los países que había conocido viajando alrededor del mundo. Sin perder tiempo comencé a planear mi vestimenta para ese día y más tarde visité la biblioteca de la casa para ver si encontraba algo sobre aquel país. Estaba que reventaba de emoción, incluso el mal humor por el clima se me pasó.

Unos días después

Desperté con los golpesitos de Tara en mi puerta, solté un quejido bajo y me di vuelta en la cama queriendo cinco minutos más para dormir. Ella siguió tocando como yo le había pedido para así no llegar tarde a clases. «Mi reloj despertador».

— Ya ya... estoy despierta — le dije para que dejara de hacer ese ruido molesto — . El desayuno en el comedor, por favor —terminé la oración con un bostezo.

Me costó un poco levantarme al no estar acostumbrada a estar despierta a esas horas, pero luego de un baño rápido estaba lista para desayunar. La elfina había puesto de todo en la mesa: tostadas, muffins, panecillos, mermeladas y mantequilla; también un vaso de jugo de naranja y una taza de café bien fuerte. Comí un poco de cada cosa mientras leía de pasada El Profeta, luego corrí hasta mi habitación donde me sequé el cabello y le di forma a mis largos rizos. Me puse un vestido con mangas largas color violeta, unas pantimedias negras, un par de botas y un cinturón que tenía una mariposa que podía usar de portavaritas. Tomé mi abrigo que estaba colgado en el guardarropas cerca de la entrada del castillo y me dirigí sonriente a la Academia.

Apenas entré al aula de Generales vi el traslador, me puse un poco nerviosa porque si bien no era la primera vez que usaba uno, tampoco era algo que hacía muy seguido. Respiré hondo y toqué el objeto con mi dedo índice. Sentí como si tiraran de mí con una gran fuerza, mis pies se despegaron del suelo y me vi envuelta en un remolino de colores. En un instante toqué tierra de vuelta, casi caigo pero por suerte encontré un árbol para sostenerme.

Miré alrededor, estaba en medio de un bosque y allí podía ver a mis dos nuevas profesoras. Con alegría noté que una de ellas era nada más ni nada menos que mi hermana. «Esto será divertido» pensé sonriendo. No hacía demasiado frío por lo que me desabotoné el abrigo pero me lo dejé puesto, caminé entre los árboles hacia los asientos y esperé a mis compañeros sentada ahí. Pronto todos llegaron y escuché atentamente a las profesoras mientras se presentaban. Luego fue nuestro turno.

— Hola a todos, mi nombre es Keira Haughton y tengo 19 años —hice una pausa pensando qué más decir —. Me gusta mucho viajar y conocer gente nueva, el año pasado estuve de molichera paseando por todo el mundo... emm... me interesa bastante el mundo muggle y ya no se me ocurre que más decir —me encogí de hombros esperando que bastara con eso.

Off rol

¡Hola hola! Mi nombre es Erika, soy de Argentina y tengo 20 años ( en 2 semanas cumpliré 21 )

Estoy estudiando gastronomía y ya me quedan pocas materias para recibirme así que ando en crisis de veinteañera (?). Me gusta mucho leer y me uní a esto del rol por curiosidad y para practicar un poco más mi escritura y me terminó gustando bastante.

Sobre mi personaje tengo que decir que se parece bastante a mí en cuanto a la personalidad aunque yo no soy tan sociable, pero tengo otros planes a futuro, volverla un poco más malvada o algo así, aún no me decido.

- Stormride Ghost Ship

Parada frente a aquel negocio leí en voz alta su nombre porque sonaba bastante curioso, como el título de algún libro de aventuras. Torcí mi boca a la derecha y estreché los ojos. El local era literalmente un barco, hasta olía como uno, con ese característico olor a madera mojada casi podrida. Eso me recordó a cuando había estado en Singapur así que decidí entrar para curiosear un poco y ver que podía encontrar allí, además tenía un cumpleaños cerca y podría aprovechar a buscar algo para regalar.

Subí por la escalera cudadosamente porque no parecía muy estable y llegué a la cubierta donde vi botellas, huesos y todo tipo de objetos extraños. <<Acaso venden esto>> pensé mirando todas esas cosas. Tomé un mapa para ver de qué se trataba y con sorpresa vi que no estaba tan mal, quizás se lo podría regalar a mi madre para que lo colgara en la biblioteca del castillo.

Caminé hasta llegar a una habitación bajo la cubierta y me detuve frente a la puerta que estaba entre abierta. Todo aquel lugar tenía un aire siniestro que me incomodaba un poco pero trataba de no pensar en ello porque mi curiosidad era mucho más grande. Toqué la madera dos veces con mis nudillos, lo que hizo que la puerta se abriera más.

- Hola... emm... ¿Cuánto están estos mapas? - dije esperando que hubiera alguien dentro.

Caminando por el Callejón Diagón me alegré de haber elegido un abrigo bien grueso esta mañana, el cielo estaba gris y el viento parecía que podría volar a un elfo doméstico flacucho. Había decidido salir de compras para matar el tiempo y ver si podía encontrar algo interesante o llamativo, estaba tan aburrida dentro de la Mansión Haughton que ningún fenómeno climático iba a detenerme.

Eventualmente llegué frente a Flourish y Blotts, la célebre librería del mundo mágico. Me paré frente a la vidriera para ver las novedades de este mes, todas esas portadas llamativas con movimientos para atraer la atención del público me divirtieron y una sonrisa se dibujo en mis labios. Giré el pomo de la puerta y entré al negocio.

Inmediatamente sentí el placentero aroma que despedían todas la librerías, esa mezcla entre libros viejos y nuevos, a tinta y papel. Mientras caminaba entre las estanterías pasé mis dedos suavemente por los lomos de los libros leyendo rápidamente sus títulos, allí tenían de todo y eso me llenaba de alegría.

Me sentía dentro de mi elemento así que decidí no buscar ayuda de ningún empleado, de todas formas no estaba buscando algo en específico. Simplemente caminé entre los libros como si estuviera paseando por un jardín, tomando de vez en cuando alguno entre mis manos y ojeandolo si me interesaba lo suficiente.

Al final tomé Vida y Mentiras de Albus Dumbledore y me dirigí al mostrador para pagar por el libro. Al aproximarme me pareció reconocer a una bruja, no estaba segura pero su cara me parecía conocida, como si la hubiera visto en algún otro lugar antes. La miré de soslayo, tenía el rostro sonrojado por alguna razón y hablaba con la que parecía ser una empleada. Me quedé allí sosteniendo el libro esperando para pagarlo.

Hola! pues tengo 100 galeones y decidí gastarlos para afiliarme al negocio de mi hermana me encantan los cafés y el nombre del local también así que espero que me acepten +.+

No estoy segura de qué datos dejar así que pongo lo usual

Mi ficha y mi bóveda

Prometo estar siempre atenta allí

Saludos!

Hola! Paso a comentar porque este tutorial es genial, es muy fácil y me encantó

Aprendí rápido como funciona el programa e hice unos cuentos blinkies sencillos pero al menos me salieron bien. Además Jasc Animation está buenisimo para editar gifs +.+ así que gracias!!

He visto blinkies más complicados pero supongo que están hechos con photoshop o con otras versiones del Jasc porque la que bajé tiene pocos efectos de animación.

Bueno, entonces dejo los blinkies que hice y ya me estoy animando a hacer cosas más complicadas.

http://i.imgur.com/CxNYTrg.gif

http://i.imgur.com/X8dMpkH.gif

http://i.imgur.com/eHpWa1R.gif

Saludos

http://i.imgur.com/7vZwt.png

Bóveda de Keira Katina

1.- Link al tópico de su ficha de personaje: Ficha de Keira Haughton

2.- Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: --

3.- Link del tópico de registro de sus familias:

Familia N° 1: Familia Haughton
Familia N° 2: Familia Ryddleturn

4.- Link a las bóvedas de sus familias:

Bóveda Familia N° 1: Bóveda 84511 familia Haughton
Bóveda Familia N° 2: Bóveda 77616 familia Ryddleturn

Saldo en bóveda previo a la Migración 2021: 16790 G