Jump to content

Aaron C. Haughton

Magos
  • Mensajes

    491
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    2

Mensajes publicados por Aaron C. Haughton

  1. Andyzuelo!

     

    primero que todo, muchísimas gracias por el apoyo, la verdad se aprecia y será recompensado *-*

     

    realmente te haces un lío para llenar las lineas eh xD mira, te enseño, solo tienes que comenzar a escribir todo lo que piensas, como yo hago y en menos de un minuto tenes las dos lineas :E ves? así? no mentira, creo que aun no lleno, ah sí, sí llené.

     

    Andy Greyback

    primer apoyo oficial hacía: Aaron C. Haughton

    http://i1023.photobucket.com/albums/af355/PikMonster/Winteriscoming.png

  2. Aaron dio un respingo al dirigir su mirada hacía el reloj. Habían pasado los diez minutos y era el momento de descubrir para que realizaban tal reunión. Tal vez no fuera algo tan importante como para preocuparse de la manera en la cual lo había hecho. Se miró frente a un espejo de cuerpo completo colocado en la esquina de aquella oficina. Pasó sus dedos entre su oscura cabellera y prosiguió a sonreírse a si mismo.

     

    <Eres un vanidoso> dijo una voz en su cabeza, haciendo que Aaron sonriera y pensara: < Tengo mis razones para serlo >. El muchacho salió a paso lento de su despacho y comenzó a adentrarse en el Gabinete. Encontró a medio camino a una señora a la cual le había tumbado un papeleo. Por su mente cruzó la idea de ayudar a aquella anciana, sin embargo se esfumó con el viento. El Black simplemente pisó aquellos papeles y siguió su camino.

     

    Llegó entonces hasta la puerta del despacho de su tío. Ahí encontró a Mei, esperando al parecer lo mismo que el. No se molestó en decirle nada. Más bien, solo le ofreció una sonrisa y le dio tres toques a la puerta sin saber que ella lo había hecho antes.

     

    Los pasos se comenzaban a escuchar tras ellos. Iría más gente.

  3. voy a ser completamente sincero xD

     

    no entiendo lo que debo hacer acá .-. digo si, hay muchas cosas que hacer, pero como link con la mini no se que dejarles. No se si me explico. Además de ser el enlace con la Mini, acá en esta oficina organizativa de los guardianes que debo hacer D: (traer eso de quienes visitaron y no reportaron, checar constantemente) no se u,u esa es mi duda xD

  4. Alzó una ceja al escuchar como desde a lo lejos provenía la voz de su tío Hugo, avisando la reunión que se llevará a cabo en.. ¡¿QUÉ?! ¿Diez Minutos?. No tenía nada de tiempo, para nada. Ofreció una mirada de disculpa a Bastian y a Evarela, cerró la puerta y salió disparado a su despacho. En el camino tumbó a muchas personas, más no se molestó en pararse a ver quienes eran.

     

    Finalmente, después de un corto viaje, llegó a su despacho. Se encontró con que Madeleine ya no estaba ahí. No se sorprendió, pues seguramente ella había escuchado lo mismo que el. Se sentó en su silla de cuero y entonces quedó confundido. ¿Por qué se había exaltado tanto?. Todavía restaban seis minutos y el ya estaba listo. Ni siquiera sudoroso, lo cual le sorprendió.

     

    – ¿Y ahora que? – se preguntó a si en voz alta.

     

    Cinco. Comenzó a caminar con impaciencia alrededor de su escritorio. Observando su reloj cada tanto, pues estaba nervioso ya que era su primera reunión. No hacían muchas reuniones por ahí, ¿Sería algo importante?, o tal vez, algo MUY importante. ¡Tal vez harían limpieza de personal y lo fueran a despedir!.

     

    Cuatro. Sí, seguro lo despedían. No había hecho más nada que sentarse a tomar café aquellas ultimas semanas y la consecuencia sería nada más ni nada menos que perder su trabajo. ¿Ahora como ganaría sus Sickles, Knuts y Galeones?. El dinero no crecía en los árboles, ¡quedaría en la ruina!.

     

    Tres. O tal vez lo ascendían de puesto. <No> pensó de una vez para apartar aquello de su mente. Era obvio que no irían a hacer eso después de que el chico mostrara tanto desinterés. Debía “ponerse las pilas”.

     

    Dos. Comenzaba a marearse. Solo daba vueltas y vueltas en aquel pequeño despacho. El despacho no era pequeño antes, ¿Se estaba achicando?. Era imposible, ¿Por qué alguien lo querría encerrar ahí?.

     

    Uno. ¡Claro! Posiblemente fuera una broma pesada hacía el por tanta vagancia en su trabajo. Había abandonado las entrevistas, ¡seguro le harían pagar!. No, no, aquello era muy est****o. Debía simplemente relajarse y esperar en el momento en el que…

     

    Cero.

  5. Historia

     

     

    Nació un 12 de Diciembre en las afueras de París. El pequeño niño fue nombrado “Aaron” en honor a su tío, quien era muy unido a su madre. Originalmente, según su registro como mago, su nombre fue y sigue siendo “Aaron Haughton”. Sin embargo su nombre verdadero es otro. Gracias al remordimiento que su madre había formado en contra de su padre, había decidido remover el apellido Crowley de el registro de su hijo, además de intentar ocultarle por siempre la existencia de León.

     

    El Haughton creció en un hogar compuesto por una madre soltera y seis hermanos. No vivían nada mal económicamente, no obstante el ambiente en aquella mansión en las afueras de París nunca fue bueno. Evarela pasaba por una depresión muy grande, por lo que pasaba la mayoría del tiempo dentro de su habitación, bebiéndose hasta la ultima gota de cada botella de vino que se encontrase a medio tomar.

     

    Gracias a aquel bajón, el muchacho creció sin la atención debida. Como de pequeño creció en un ambiente muy turbio, sufrió muchos transtornos a los cuales nadie le prestaba atención. El niño, ya desde muy chico se había convertido en un sádico bebé, el cual no sabía que aquella manía de arrancarle la cabeza a sus osos de felpa terminaría por convertirse en una manía en la cual le arrancaría las cabezas a personas reales, además de hacerles cosas peores.

     

    Al año dijo sus primeras palabras. Todos quedaron atónitos al escuchar como aquel retoño con facciones tiernas pronunciaba la palabra “sangre” antes de siquiera decir mamá o papá. Fue entonces cuando Evarela comenzó a prestarle más atención al niño, pues aquello le hizo darse cuenta de que el pequeño crecía en un ambiente muy horrible. Sin embargo, no se arrepentía tampoco de que aquellas fueran sus primeras palabras, pues aquello le daba una idea de el hombre sanguinario en el que años después se convertiría Aaron.

     

    Cuando alcanzó la edad de los tres años, su familia comenzó a estabilizarse. Se volvió muy independiente por el hecho de que permanecía solo en su casa la mayoría del tiempo. Su madre debía asistir al trabajo que había conseguido en el banco mágico “magiciens”, como directora, gracias a sus contactos. Y pues, sus hermanos habían partido hace mucho a Hogwarts. No moría de hambre por el simple hecho de que su madre había implantado un hechizo en la casa el cual hacía que la comida llegara hasta el bebé.

     

    A partir de los cuatro años, su única compañía fueron sus mascotas. Ninguna duraba más de una semana, pues todas aparecían muertas. El muchacho ya podía caminar, por lo que se dedicaba a tomar el cuchillo más cercano que su madre dejara tirado a la hora del desayuno y descuartizar a los animales todos los viernes. Eva dejó de comprarlos cuando el jardín comenzó a apestar a muerte, y desde ese punto, la soledad había vuelto.

     

    A los seis años el niño ya era capaz de la mayoría de las cosas, por lo que siempre buscaba una manera de poner trampillas para causar dolor a algún ser vivo, era realmente astuto. Llegó un día en el cual una panda de muggles pasaban por en frente. Ese día se las había ideado para rápidamente hacer que una manta levitara hasta el jardín y se moviese por el cielo. Los adolescentes habían intentado huir del susto, y por la huida, fueron atropellados.

     

    Una noche antes de su cumpleaños numero 7, el muchacho dormía plácidamente mientras su madre y sus hermanos se paseaban por el parque, ya que se acercaba la víspera de Navidad y finalmente había gente por ahí, Evarela había aprovechado para dar un corto paseo con sus hijos, mas Aaron se opuso. Solo esa noche se había opuesto, la noche de su mala suerte, la noche que lo definió como lo que hoy día es y será siempre.

     

    Mientras el chico roncaba sobre su cama, unos cuantos miembros de lo que ahora es llamado la Orden del Fénix se escabullían entre los arbustos del jardín de su hogar. Habían forzado la puerta y despertado al niño quien por instinto de supervivencia se había escondido. Habían subido, le habían encontrado y le estuvieron a punto de matar. Nunca olvidaría aquella luz que tapaba sus caras, aquellas palabras que le llamaban engendro maligno por el simple hecho de ser hijo de una mujer con aspiracones Mortífagas, nunca olvidará el momento en el que se implantó su eterno odio a la Orden.

     

    Pero más importante aún, nunca olvidaría ESE momento en el que su madre salvó su vida. Una sombra había aparecido tras el hombre el cual intentaba matarlo en aquel preciso instante. La esbelta figura de su madre había clavado una daga en la sien del hombre cuyos compañeros huyeron por simple miedo. Desde ese momento no solo odió a la orden, sino que desarrollo una increíble admiración hacía su madre.

     

    Después de aquel ataque decidieron mudarse a Inglaterra de inmediato, por lo que pasaron el día del cumpleaños de Aaron montándose en trenes, thestrals y hasta escobas voladoras, para finalmente llegar al castillo Black, el lugar el cual cambiaría su vida más que cualquier otro.

     

    Con el paso de los años fue perdiendo las ansias de sadismo hacía los animales y comenzó a desear desarrollarlo en contra de personas. Nunca hizo nada, por lo que pensaron que todo había terminado, sin embargo tan solo se tragaba sus ganas y esperaba el momento correcto para desatarlas.

     

    Pasaron los años y se hizo muy amigo de los Black, eran como su familia. Certeramente, ERAN su familia al fin y al cabo. Todos se ganaron su cariño, pero solo una chica de casi su misma edad se ganó su corazón. No podía apartar los ojos de Bridget. Cuando a ella la miraba, todas esas ganas de hacer cosas malas por puro placer desaparecían y eran remplazadas por el deseo de tomarla en brazos y abrazarla para siempre.

     

    Cerca de los nueve años, el Crowley realizaba un paseo por Ottery junto con su elfo domestico, para acostumbrarse al área. En aquel paseo, sufrió el segundo acontecimiento el cual le hizo odiar aun mucho más a aquel grupo de personas con la cara iluminada.

     

    Mientras pasaba frente a la mansión Malfoy, se percató de que dentro de la misma se libraba una ardua batalla.

     

    A los once años el joven marchó a Hogwarts, bastante confiado de que sería un alumno exitoso, pues si algo tenía Aaron era que su ego y su confianza eran enormes. Había pasado el viaje en tren observando el paisaje, por lo que, a diferencia de los demás, de aquel largo viaje no se había ganado ni un conocido.

     

    Al momento de montarse en la canoa y navegar junto al obsoleto guardabosques hacía los terrenos del castillo, estuvo conversando con unos chicos los cuales desde ese momento se volvieron sus compinches en el castillo. Rosalie Ryddleturn y un chico al que llamaban Black, junto con Aaron, fueron un trío inseparable por aquellos siete largos años.

     

    El había seleccionados para la casa de Slytherin, mientras que el sombrero seleccionador decidió que Black y Rose tomarían el camino del bien, colocándolos en Gryffindor; Aunque Aaron fue seleccionado a Slytherin, el sobrero se debatió por varios minutos entre Ravenclaw y la casa de las seprientes, terminando por elegir la segunda. Sin separarse por aquella gran diferencia entre casas, los chicos continuaron su amistad normalmente, sin embargo, Aaron procuraba esconder el hecho de que Black y Rose fueran sus mejor amigos ante los ojos de la familia. Para el, era toda una vergüenza tener unos mejores amigos de Gryfffindor.

     

    Los años en Hogwarts fueron muy locos para aquel trío de chicos. Rosalie y Black habían empezado a salir cuando Aaron se acostaba con cada chica que se le pasaba por en frente, realmente era un caos de muchacho. Sus deseos sádicos y sanguinarios se apagaron un poco durante aquellos años, no demasiado, pues, por algo de vez en cuando los duendes de la cocina del castillo amanecían descuartizados.

     

    Así continuaron sus años en Hogwarts. No hubieron muchos acontecimientos extraños, eran tan pocos que los podía contar: En primer año un chico de sexto se cayó de la escoba y se golpeó en la cabeza con una bludger, al final, al caer al piso, murió En segundo, Myrtle la llorona había gritado con suficiente fuerza para romper la mitad de los vidrios de l castillo, en tercero, pues, en tercero no ocurrió nada, en cuarto año Rosalie y Black comenzaron a salir, y después de eso, todo transcurrió comúnmente. Excepto por un hecho: En las vacaciones de quinto año, Aaron había vuelto a Ottery y se había encontrado con la sorpresa de que el castillo Haughton ya estaba completamente establecido en los terrenos mágicos. Una noche, disfrutando de la comodidad de su hogar, Rose y el partieron hacía la cantina para encontrarse con Black.

     

    Allá todo fue de maravilla hasta que la conversación se concentró en el tema de los padres. El nunca se había puesto a recapacitarlo, pero bien, el no tenía un padre. Dejo que la ira lo llenara por dentro, huyó y fue al encuentro de su madre. Ambos se gritaron barbaridades en la habitación de Evarela, la Mortífaga hasta llegó a lanzarle un Crucio, pero, finalmente, supo que su apellido era Crowley, y que su padre era la cabeza de aquella familia: León Corvinus Crowley. A partir de ese momento, portó su apellido con orgullo.

     

     

    Los tres a Hogwarts y se graduaron con honores del Colegio de Magia y Hechicería. Crecieron y juntos volvieron a Ottery. Al volver, se distanciaron un poco durante las vacaciones, no obstante, el trío se volvió a reunir al entrar a la Academia.

     

    Estar dentro de aquel ambiente era como ir a un Hogwarts más exclusivo y con personas más maduras. Era un ambiente realmente genial. Se realizaban muchas fiestas. En una de ellas, patrocinada por la Marca Tenebrosa, se reencontró con Bridget después de siglos sin verle. Ahí, esa onda expansiva se volvió a expandir por su ser, y volvió a sentir lo que antes por la Black.

     

    El tiempo pasó y los tres se graduaron de la Academia. Por problemas en duelos, Aaron terminó algo después que sus mejores amigos. Aquello los terminó de separar. Nunca más supo de ellos, si acaso se los topaba, pero no les saludaba. Después de una vida juntos se habían vuelto unos completos desconocidos.

     

    Aaron cautivó a Bridget en un viaje que hicieron a Europa y comenzaron a salir. Y después, después es historia. Entró al bando Mortífago, pues le atraía el concepto de aquel. Actualmente desarrolla su puesto como tempestad.

     

    Y lo más importante para el ahora es ese grupo, y la satisfacción que le da poder tomar venganza en contra de la Orden del Fénix finalmente. Vive con la idea de que algún día no muy lejano caerán a los pies de la Marca.

     

     

    Mistify Malfoy - Perfil Mortífago Admirado

     

    Pues xD yo admiro el perfil de Mistify por el carácter de su personaje y la facilidad con la que hace notar en sus roles que forma parte del bando Mortífago sin la necesidad de mencionar al mismo. Su manera de ser. Como trata a todos como si fueran inferiores y la manera en la cual hace notar que ella es la autoridad, aún cuando no lo sea. Admiro muchos aspectos de ella, como la forma en la que implanta misterio y maldad en sus roles como si plantara semillas en un jardín (?) así de simple lo hace ver.

     

    Yo espero que después de esta tutoría mi personaje pueda volverse un poco más frío, que se me facilite tanto como a ella mostrar al bando al que pertenezco y que por algo estoy ahí, además de los otros aspectos mencionados arribita *-*

     

    Su personaje solo me fascina xD

     

    Chau e-e

    • Me gusta 1
  6. *¿Por qué quieres ser un Black?: juro que me siento un Black o.o estoy hecho Black *O* soy un negro más +-+ aceptenme aquí y seamos negros juntos (?)

    *¿Por quién te gustaría ser adoptado?: GoshI me ha pedido matrimonio me ha pedido ser su hijo, y estaría orgulloso de serlo*OOOO*

    *¿Te comprometes a respetar las pautas/reglas/condiciones que has leído en este tópico? no las leí of course *-*

    *¿A qué otra familia perteneces? Haughton, orgulloso hijo de Evarela *se lo presume a todos*

    *¿Cuál es tu Nick en harrylatino.com? Aaron C.H

    *Bóveda de Personaje: tengo que buscar el link e.e

    *¿Será tu familia sanguínea o adoptiva? adoptiva :3

    #llenarlasdoslineasconincoherenciasmodeON

     

    eh.. con eso hay dos lineas? e.e no me molestaré en llenarlas .-. okno u.u pero no me molestaré en llenarlas con cosas coherentes, voy a cantar o.ó un elefante se columpiaba sobre latela de un arácnido (?) yaaaaa llené. me voy, me voy, ya tarde es, me voy (8)

     

    A QUE nadie me esperaba por acá +.+

    • Me gusta 1
  7. Hola familia!

     

    estoy aquí para pedir mi baja de la familia. No se lo tomen a mal, los amo a todos pero simplemente no me hallo aquí. No me siento un Malfoy xD y pues creo que si no me siento uno no debo seguir ocupando el lugar o.o no es que no me hicieron sentir en casa, porque la pasé genial con todos y cada uno de ustedes *O* mentira, no conozco a más de la mitad pero igual los quiero eh xD

     

    siempre estarán en mi corazón, Malfoys!

    chau +.+

  8. Aaron le dirigió una mirada inexpresiva a Madeleine. Estuvo a punto de abrir la boca e indicarle que justo comenzarían con las entrevistas, sin embargo, la voz de su madre lo distrajo de aquello. Había escuchado como claramente Evarela lo llamaba, lo cual era extraño e inusual, pues la única vez que se la había cruzado por allá había sido por mera casualidad. Entonces de pronto se despertó una curiosidad en el. ¿Era extraño nunca cruzarse con la directora de el gabinete para el que trabajaba, quien, tras eso era su madre?. No, seguro que no lo era.

     

    – Ahora necesito que.. aguardes. Solo un segundo, juro que no tardaré – se despidió con una curvatura en la boca, un intento de sonrisa y sin más salió de la habitación.

     

    Le apenaba bastante tener que dejar a Madeleine de aquella manera cuando el mismo la había buscado, no obstante, el deber llamaba. Ya había cumplido con ella, la buscaría luego para las entrevistas. Sus pies se deslizaron por el suelo alfombrado del gabinete en busca de su mamá. Seguía dándole vueltas a aquella duda que se había planteado hacía algunos segundos.

     

    Entonces llegó al vestíbulo. Vacío. Nada interrumpía el sepulcral silencio en aquella vasta soledad, en excepción de el roce de la pluma del secretario con un pergamino. Lanzó una mirada al chico y se dispuso a examinar mejor la estancia. No, su madre no estaba.

     

    Pensó en volver con Madeleine, mas insistió en el asunto, pues si lo llamaban era porque lo necesitaban. Salió de su sección del gabinete y comenzó a rebuscar entre todo lado la oficina de la Black. No recordaba haber estado allí alguna otra vez. No, nunca había ido. ¿Para que le solicitarían?. Se perdió varias veces entre departamentos hasta encontrar un pequeño mapa pegado a la pared. Así, siguiendo las instrucciones, siguió recto y llegó al despacho de la Haughton.

     

    Tras la puerta se escuchaban murmullos. Un leve aroma de incienso mezclado con rosas rojas llegó a sus narices. Se percató de el hecho de que desde adentro salían murmullos y voces. Aquello le hizo pensar que la mujer ya había comenzado a charlar con Mei y Ashley, sin molestarse por la ausencia de su hijo.

     

    Dio unos cuantos toques a la puerta de la oficina antes de abrir la puerta.

     

    – Mamá, ¿me buscabas?.

  9. Primera Tarea de Rol

     

    2410391.png

    Narcisa Wright

    Supera Las Expectativas - 18 puntos

     

    Lord Frederic

    Supera Las Expectativas - 18 puntos

     

    ~Erath Anarion~

    Aceptable - 12 puntos

     

    Jade Poppy

    No Presentada

     

    Dami

    No Presentada

     

    Jenay Black

    No Presentada

     

    MM.png

    Percy Evans

    No Califiacada

     

    Nats Moon

    No Calificada

     

    JPX20

    Supera Las Expectativas - 19 puntos

     

    Rayi

    Aceptable - 12 puntos

     

    Courtney Adams

    No Presentada

     

    John.Slimer

    No Presentada

     

    Elizabeth Agnes D

    No Presentada

     

    2611583.png

    Sakura Uzumaki

    No Presentada.

     

    Priss

    No Presentada.

     

    Allen Shezar

    No Presentada.

  10. El Asesor Legal de dicho departamento extrajo unas gafas del bolsillo de su camiseta y se las colocó de una manera en la cual estas no se pudieran deslizar por su nariz mientras caminaba hacía su asiento y, con un ademán, le indicaba a Madeleine que podía tomar asiento ella también. Cuando la chica se sentó finalmente, el Haughton la observó con una leve sonrisa. El muy bien podría estar igual de perdido que ella en aquel momento, pues nunca antes le habían ordenado explicarle el funcionamiento de todo aquello a alguien.

     

    – Bien, Maddie – comentó, tomándose la libertad de llamarla por aquel nombre – La Oficina del Ministro no es algo demasiado complejo de explicar, sin embargo, aunque no lo creas, somos el centro del Ministerio.

    Se aclaró un poco la garganta y tomó un sorbo del café que el asistente del departamento había dejado en su despacho.

     

    – Por nosotros es que funciona todo el Ministerio. Tenemos que ver con todas y cada una de las Oficinas y Escuadrones de alguna u otra manera.

     

    Esperó que después de aquello no hubiesen muchas dudas, pues no sabía como ampliarse en aquella explicación. Seguía preguntándose porque le habían elegido a el para aquella función, no obstante, no le dio más vueltas al asunto.

     

    – Creo que, básicamente, eso somos hacemos aquí. ¿Alguna duda? – y entonces volvió a esbozar esa hipócrita sonrisa que tanto le gustaba.

  11. El joven tempestad yacía boca abajo sobre su cama. Sus ronquidos estruendosos llenaban la habitación, por lo que el mal tiempo no fue algo lo cual le complicase quedarse dormido. Aquel frío que inundaba las calles de Londres las noches de lluvia era de aprovecharse cuando, durante el día, lo único que vibraba entre la gente era el intenso calor y aquellas ventiscas secas y llenas de vaho. Aaron se encontraba en tal incomoda posición que había quedado semi despierto, sin embargo, un estruendoso relámpago logró hacer que el Haughton diera un brinco y callera al suelo.

     

    Algo molesto y atontado, el muchacho decidió que volvería a dormirse y listo. De alguna u otra manera, su mirada se desvió hacía el reloj colgante en la pared de en frente. Sus ojos se abrieron como platos y su cuerpo dio un pequeño espasmo al observar que ya eran las 00:00. < La maldita tutoría> pensó poniéndose de pie inmediatamente. Lanzó un bufido al aire algo cansado. No era sano tener que levantarse todas las malditas noches para ir a la Fortaleza Oscura y ver con que diablos uno se tendría que encontrar en cada tutoría. Tal vez los profesores deberían darse cuenta que hacer las cosas tanto de noche como de día daba lo mismo, no otorgaba ningún halo de misterio el color del cielo.

     

    Después de una media hora de quejidos dentro del baño, el joven Crowley salió, seguido por una capa humo proveniente de la regadera. Llevaba puesto uno de sus atuendos favoritos: Su torso estaba cubierto por una camiseta rayada color beige, la cual traía por encima un smokin sin mangas y un pequeño corbatín. Vestía también un pantalón del mismo color que la camisa rayada, además de unos mocasines color chocolate claro que había comprado hace ya bastante atrás en un viaje a España.

     

    Por ultimó, tomó una capa negruzca, polvorienta y anticuada para protegerse la lluvia. Se cubrió con la misma y en pocos segundos ya se encontraba fuera del castillo Haughton. Echó una ultima mirada a su hogar, más específicamente a su recamara, cuya ventana era apenas visible en la torre norte. Echaba de menos encontrarse regado en la cama, sin hacer nada más que respirar.

     

    Desvió nuevamente su mirada, aquella vez la misma se clavó en su reloj de pulsera.

     

    – ya son las doce y cincuenta y seis – susurró con sorpresa, pues eran altas horas de la noche – Mejor me doy prisa.

    No pasó tan siquiera una milésima de segundo cuando su figura dejó de ocupar espacio en las calles de Ottery. En unos cuantos segundos, un remolino color escarlata lo escupió en el bosque de Necrófagos, bastante cerca de ahí, pudo ver como a duras penas la punta más alta de la torre en la fortaleza salía de entre los árboles que tapaban el resto de la estructura. Bufó nuevamente, se negaba al hecho de que debía pasar allá toda su noche. Cerró su mano en un puño y al abrirla en esta apareció un sándwich de queso. Lo comería durante el camino.

     

    Tampoco le tomó mucho llegar hasta las columnas quienes figuraban como entrada a la Fortaleza. Para ese entonces, el sándwich estaba bien dentro de su estómago. Entonces tuvo sed. Echó un vistazo a la torre más alta y pudo observar como las figuras se movían dentro. Seguro llegaba tarde, pero: ¿y eso que?. Era un adulto entonces. Se sentó en el suelo húmedo, apareció una lata de soda de cereza y comenzó a tomarla con calma.

     

    Ya eran para eso de las una de la madrugada cuando terminó de tomarse un descanso. Se puso de pie, un poco más dispuesto a cumplir con su deber y sin más, salió trotando hacía aquella enorme torre, la cual sobresalía de entre las demás.

     

    Pareció una eternidad aquella subida. Se había esforzado demasiado, pues no había trotado sino corrido al intentar subir aquellas infinitas escaleras. Había comenzado a jadear del cansancio cuando finalmente desembocó en un aula. Efectivamente llegaba tarde. Todos los presentes le lanzaron una mirada asesina al posarse entre ellos, sin embargo, no supo porque hasta que uno le susurró “¡preséntate, idi***!”.

     

    Aquello lo impulsó a dar un paso hacía adelante y analizar la sala con una mirada burlona.

     

    – Presentaciónes… Desde la Academia que no lo hago – rió. Luego su cara pasó de tranquilidad a seriedad y clavó su mirada en Alyssa. Asintió a la líder a manera de saludo y prosiguió diciendo – Mi nombre es Aaron Hau.. Digo, Aaron Crowley Haughton. Tengo diecisiete años, pronto dieciocho. Soy hijo de Evarela Black y León Crowley – hizo una pausa – Y estoy aquí, porque un trueno me despertó y no hubo más remedio.

     

    ~~~*~~~

    El día apenas iniciaba y Aaron había despertado con un gran ánimo. Bajó las escaleras del castillo Black a la carrera, saltando de escalón en escalón. El pequeño de tan solo trece años radiaba de felicidad, pues ese sería el día en el que saldría a conocer las calles de Ottery por primera vez. Después de haber vivido tanto tiempo en Francia, el chico se encontraba un poco confundido en aquel nuevo mundo. Un año ya era su tiempo de residencia ahí, y aún así, aún no se acostumbraba. Igualmente, no viviría ahí para siempre, su madre y su nueva tía estaban trabajando en un nuevo hogar: El Castillo Haughton.

     

    Llegó dando trompicones al comedor. Sus hermanos y otros niños y niñas residentes del castillo le lanzaron una mirada extrañada. Algunos se rieron y otros negaron con la cabeza, mas aquello no le importó en lo absoluto. De un salto cayó en su silla respectiva en el gran comedor y comenzó a engullir sus panqueques como un animal.

     

    Dejando una gota de sirope pegada a su labio inferior, el chico finalizó su comida y corrió escaleras arriba para ducharse. Aquello le tomó muy poco, pues andaba tan apurado que seguramente había olvidado restregarse bien el jabón. Cuando salió del baño ya vestido, su elfo, Peter, lo esperaba sentado sobre su cama, con los pies guindando. El elfo alzó la mirada asustado y intentó quitarse con rapidez, no obstante, Aaron ya estaba muy cerca.

     

    _ ¡¿Pitt, que haces?! – exclamó tumbando al elfo de la cama – los trastos que traes están muy sucios, si mamá se entera de que te dejo sentarte en mi cama ambos moriremos degollados, ¡bien lo sabes!.

     

    El pequeño elfo de tan solo unos cuantos años de edad se limitó a bajar la mirada. Aaron hizo un gesto de frustración tan pronunciado que parecía estar probando algo muy acido.

     

    – y además, ¿qué haces aquí? Recuerda que hoy es mi paseo por Ottery –

     

    Peter alzó la mirada hacía su amo y asintió.

     

    – Poi lo mishmo, señioi – musitó. Aun no aprendía muy bien como hablar – Shu made ha saido a coshas sequetas, señoi. Yo io acompañaie.

     

    El pequeño castaño hizo un gesto de decepción y se sentó en el lugar de Pitt. Aquellas salidas de su madre empezaban a dejar de agradarle, pues algunas veces volvía muy malherida o se tardaba días en volver. Nunca le había revelado a Aaron adonde era que iba. Le sobreprotegía por ser el más pequeño. Sin embargo, a los demás les contaba todo.

     

     

    – Vamos – susurró sin ni tan siquiera cruzar su mirada con la del elfo.

     

     

    Se encontraban a medio camino y la tarde ya caía cuando escuchó como en la Mansión Malfoy los gritos no cesaban. Peter trató de detenerlo, mas Aaron fue más agil y llegó hasta la cerca del castillo. Pegó sus ojos contra la misma y observó como Mortífagos y Fenixianos se debatían en una ardua batalla. La mayoría, o mejor dicho todas las figuras traían la cara cubierta, algunas con máscaras plateadas y otras con una cegadora luz. Era increíble y desconocido, jamás le habían hablado de eso en Hogwarts, ni ese año ni los anteriores. Entonces un hechizo cruzó el aire y impactó en una mujer enmascarada. Al instante, la máscara plateada se desvaneció en el aire y pudo observar claramente las facciones de su madre, quien yacía muerta o malherida en el suelo. No se movía.

     

    Todavía escuchaba los jadeos de su elfo tras el, tratando de taparle la vista mientras tiraba de su camiseta. En un ataque de rabia, el niño empujó a la criatura a lo lejos con violencia y extrajo su varita mágica del bolsillo. Era en contra de la ley hacer magia fuera de Hogwarts, al igual que estaba en contra de la ley utilizar aquel hechizo que estaba por usar. Bien lo podrían enviar a azkaban sin importar su edad después de todo ello, pero todo haría por su madre.

     

    < Hazlo > clamaba una voz en su interior

     

    < conoces el hechizo, haz visto a tu madre realizarlo > repitió aquella voz

     

    < nada pasará, hazlo ya>

    Alzo su varita y apuntó a uno de los miembros de la luz. De repente todo se volvió claro, supo quienes eran aquellos “alumbrados”.

     

     

    Flash Back.

     

    El bebé dormía placenteramente en su cuna, pues eran altas horas de la noche y su madre quien se encontraba junto con sus hermanos aun no volvía del parque. El niño de tan solo cinco años se había preocupado mucho, pero aún con la preocupación encima el sueño fue muchísimo más fuerte y logró tumbarlo en brazos de Morfeo.

     

    Ya llevaba varias horas descansando cuando de repente escuchó como la puerta principal de la casa se hacía pedazos. Su primera reacción como pequeño fue echarse a llorar, pues no entendía nada y le hacía falta su madre y sus hermanos. ¿Qué pasaba? ¿A caso los habían matado a ellos?. La mente del niño estaba muy, muy confundida.

     

    – il ya un bébé ici, Prenez soin d'elle. – dijo una de las voces, gritando.

     

    Seguida de aquella voz, una más aguda gritó estruendosamente:

     

    - L'assurance est le fils de Mangemorts, Mangemort est une maison. Tuons le fruit du mal qui ne devient pas une si grande chose déjà. – todos hablaban Francés por el echo de que se encontraban en Francia, mas el niño también nacido allí solo distinguía algunas palabras como “fruto del mal” y “hogar mortífago”.

     

    Los pasos no tardaron en escucharse. Alguien subía las escaleras hacía su cuarto. El niño sollozaba sin poder tan siquiera hablar cuando aquella figura con la cara iluminada por una luz deslumbrante irrumpió en su habitación. Sin duda era un hombre, el mismo alzó su varita mágica hacía el joven mago antes de caer desplomado y dejar espacio para que la figura de su madre fuese visible. Portaba un cuchillo filoso y su varita mágica. Había salvado su vida.

     

    Fin de Flash Back.

     

    – Lo voy a hacer – dijo el joven hablando para sí – Avada asdfrt – Unas manos frías habían impedido que la ultima palabra saliera y desatara aquel hechizo. Las manos de Pitt. El elfo había detenido aquella locura.

     

    Ficha de Personaje

     

    Nacido en Francia, para el año 1993, cruzando el frío mes de diciembre. El pequeño Aaron era un chico enérgico y realmente cruel con cara angelical.

     

    Era una noche helada cuando finalmente el dolor de Evarela cesó. El niño había nacido, el sexto y el más joven de todos los Crowley. La mujer nunca estuvo segura del nombre de su hijo hasta el momento en el que sostuvo a su retoño en brazos. “Aaron será su nombre” dijo exactamente “Aaron Cr… Aaron Haughton” musitó después, tratando de olvidar que también era un fruto de León.

     

    La familia de Aaron vivió por mucho tiempo en Francia por asuntos que nunca fueron de su incumbencia y que su madre prefería no revelar. Por lo mismo, el pequeño había nacido allí. Vivieron siempre en una casa apartada de la metrópolis, pues aquellos fueron unos años muy tristes para la Black quien no estaba como para ser molestada por los constantes ruidos de la ciudad.

     

    Desarrollaron una vida como la de cualquier mago o bruja, exceptuando una invasión a su hogar, tan solo una vez por fenixianos. Aquella invasión que hizo que Aaron se sintiera seguro de odiar a los que hasta ese momento llamaba iluminados.

     

    Los más grandes asistían la mayoría a Beauxbatons, o que decir la mayoría, sino todos, pues el colegio se había formalizado como mixto hace años atrás, después de la batalla de Hogwarts. Cuando Aaron cumplió los once años, todos sabían que debería llegarle también su carta de ingreso, mas esta nunca llegó. Cuando Aaron cumplió los once, se mudaron todos a Inglaterra. Su verdadero hogar.

     

    Sorprendentemente, todos los anteriormente miembros de Beauxbatons la pasaron de maravilla en Hogwarts y nunca se escuchó ni un solo quejido de parte de ninguno de ellos, que si porque deberían dejar a sus amigos. Estaban dispuestos a hacer eso y más por el bien del más pequeño.

     

    Sus hermanos fueron la mayoría Slytherin, excepto por algunos otros que lograron causar vergüenza en su hermano mayor al quedar en Gryffindor. El día del ingreso de todos fue bastante inusual, pues nunca antes habían llegado magos de otro colegio, totalmente nuevos, e ingresado a cuarto año o tercero después de pasar por el sombrero seleccionador. Confuso y extraño era todo aquello, confusa y extraña era esa familia.

     

    Aaron terminó graduándose como miembro honorifico de Ravenclaw para después volver a su hogar por varios meses de vacaciones en los cuales todo cambió. Hubieron muchas revelaciones y peleas entre el y su madre, pues no aguantaba no saber de la existencia de su padre y ser discriminado por ser el menor. Al finalizar aquel periodo, gracias al cielo todo estaba arreglado, y el joven ya convertido en todo un hombre entraba a la Academia con sus ideales bien marcadas: La Marca Tenebrosa era su objetivo.

     

    Durante la academia hubieron varias fiestas, a las cuales el nunca faltaba, pues fuera de sus notas también era muy codiciado en las fiestas “traer buenas notas no es ser nerd” se decía siempre. Y vaya que era cierto, pues se llegó a acostar con la mayoría de las chicas de su grado en la Academia.

     

    Una de ellas, de grados más altos y recién graduada logró cambiar todo en Aaron. Bridget Wenlock había sido como la luz que había alumbrado su camino. Estuvieron juntos por mucho tiempo, tan solo como amigos, hasta que Aaron tuvo las fuerzas suificientes el dia de su graduación para declarale su amor.

     

    Hicieron un viaje por Europa en el cual muchas cosas locas ocurrieron. Se habían divertido mucho asesinando gente, pues se les daba muy bien a ambos. Parecía que los dos poseían la misma sed de sangre en sus adentros, poseían las mismas ganas de matar escondidas tras una máscara angelical. Eran simplemente el uno para el otro.

     

    Depués de ello no mucho ocurrió, Aaron entró a la Marca y su vida cambió. Se sentía satisfecho consigo mismo por una primera vez. No dejaría que todo eso que había conseguido se le deslizara entre los dedos. Se quedaría entre los suyos, los Mortios, y ahí sobresaldría, lo haría por deber, porque era una meta y el siempre cumplía aquellas.

     

    Y hasta el momento se encuentra de maravilla allá dentro, saciando aquel odio, sed de sangre, de dolor y de gritos como nunca antes.

     

    OFF:

     

    Aly, te odio xD

     

    hice la parte on de la consigna 1 porque me inspiré un poquito demaciado para eso xD me falta la consigna tres perfeccionarla, así que no te apures u.u

     

    maldita T-T has logrado sacarme un tocho D:

     

    Después edito para arreglar unas cosas que tengo hambre u.u

  12. bueenas xD

     

    parece que soy el primero o.o pero bueno, acá les dejo una duda por alejo7 y una inscripción de parte de Caroline A. Malfoy Black Lestrange e.e

     

    *sale huyendo*

     

    Haber tengo una duda, el topic oficial dice que Juve es mi guardiana protectora, pero previamente me dijeron que es Aleera mi guardiana.

     

    Aleera ya empezó a rolear conmigo, así que creo que es mejor si solo me cambian de guardiana, pero eso queda a decisión de ustedes.

     

    Y bueno, espero su respuesta para empezar a rolear xD Saludos!

     

     

    Este tópic me queda como dedo en el anillo :3 volvi oshi. Bueno estube un tiempo dando vueltas por el universo y volvi con muchas ganas de rolear, ñe.

    Bueno dejo mi fichita aqui ;) y juro solemnemente rolear (:

     

    Nick: Actualemente si lees bien dice pero Caroline A. Malfoy Black Lestrange, pero mi pj se llama Taylor Malfoy Black Lestrange,so, dejo ambos...

     

    Familias a las que perteneces: Malfoy y Black Lestrange

     

    Disponibilidad: Media, en creccendo

     

    Msn: camila.vasquez@hotmail.com

     

    Saludiñes a toodos (:

  13. El Tempestad escuchó estupefacto las declaraciones de Afrodita, quien actuaba como si el incesto fuese algo sano para la salud. Clavó su penetrante mirada sobre la tutora, quien parecía no comprender que aquel recuerdo iba mucho más lejos del incesto, pues tanto el como su pareja desconocían aquella condición. Un vago destello de las peleas que generaron aquel encuentro le pasó por la mente, no obstante logró acallar al mismo.

     

    No podía dejar de mirar al recién llegado. Algo en sus facciones se le hacía incomprensiblemente familiar, sin embargo no lograba comprender como era que lo conocía, pues nunca antes se había topado con el en terrenos Tenebrosos. De repente un mapa de la Oficina del Ministro apareció entre sus recuerdos. Fue así como supo que se trataba de Ethan Rambaldi, quien tenía algo que ver con el Gabinete. ¿A caso trabajaba ahí también?. Era muy posible, más terminó restándole importancia al tema.

     

     

    Su atención volvió a centrarse en Ethan cuando el chico realizó los dos primeros desafíos en cuestión de nada. Vaya que le ponía empeño a lo que hacía, parecía una persona con gran potencial. No supo porque, sin embargo esbozó una pequeña sonrisa y lanzó un resoplido entre dientes. No fue hasta que el Rambaldi volvió de su pasado cuando Afrodita volvió a tomar la palabra. Esa vez, explicaba que irían de vuelta en el tiempo a la renombrada batalla de Hogwarts.

     

    Una llama de emoción se encendió en su interior, llenándole de un calor abrazador. Supo, por pura lógica, que si volvían en el tiempo hacía la Batalla significaba que podrían salvar al gran Señor Tenebroso de aquella injusta muerte. Fue entonces cuando Afrodita se acercó con un gran balde de palabras frías y apagó aquella llama, aclarándoles en general que no podrían cambiar el presente, más podrían jugar con los elementos.

     

    – ¿Has escuchado, Di? – susurró a su hermana por lo bajo – Podremos presenciar en vivo y a todo color la Bat…

    Un sonido arenoso no le dejó finalizar la oración. De inmediato el Mortífago volteó su vista hacía el punto en el cual se encontraba Afrodita. Pudo observar como el cuerpo de la Mortífaga se iba disolviendo en Arena la cual iba entrando en aquel reloj el cual giraba sin parar. <Entonces eso fue lo que nos pasó a nosotros al viajar en el tiempo, nos convertimos en arena> Era aquel un dato muy curioso, pues dentro de todas las posibilidades nunca lo había imaginado.

     

    El reloj de arena continuó girando, esperando que Aaron se adentrara en sus limites. El Tempestad dio un paso hacía adelante y tomó las manos de su hermana – Entonces, nos vemos en la batalla, pequeña.

     

    Sin más, el Haughton dio unos cuantos pasos hacía adelante y entró en el perímetro del reloj.

     

    Su cuerpo cayó en un golpe seco sobre un piso confeccionado con ladrillos. El joven tardó un rato en ponerse en pie, y cuando lo logró, observó un horrible caos a su alrededor. Era realmente la batalla de Hogwarts ¿O no?. Recordó las palabras de la profesora “no todo es lo que parece” y con ese dicho grabado en la mente comenzó a correr.

     

    Off:

     

    Rol

  14. El joven esbozó una sonrisa cuando, como por arte de magia, Madeleine apareció justo frente a el. Tal vez la chica hubiese escuchado los susurros de Aaron, aunque realmente era algo muy poco probable ya que la llamaba de una manera casi inaudible. Sin embargo, parecía que la Rambaldi tenía buena habilidad auditiva. Estuvo a punto de pasar una mano sobre el hombro de la Fenixiana, sin embargo no quería tener mucho contacto físico con la gente del bando contrario, no le agradaba. Por lo mismo simplemente posó una mano sobre el hombro de esta.

     

    – Sí, Sí – respondió – Justo te buscaba porque necesito tu ayuda con mis entrevistas. Pero antes de ello, déjame que te cuente como funciona la oficina, que tengo entendido que has entrado hace algunas semanas ¿No es así?.

    No esperó una respuesta antes de volver a hablar, pues se dio cuenta que sí alguien llegara hacía el para explicarle algo sobre el funcionamiento de tal cosa, no lo tomaría como nada más que un regaño, por lo que prefirió aclarar sus ideas.

     

    – No me tomes a mal, no es un regaño. Solo algo rutinario – Aquella vez esbozó una sonrisa más amplia y más hipócrita.

     

    Sin dar ordenes, comenzó a caminar hacía su despacho, esperando que Madeleine lo siguiera. Se metió entre pasillo y pasillo hasta llegar a las puertas de roble que daban paso a su habitación propia dentro del Gabinete.

     

    – por favor, pasa.

  15. Mazmorras con Zack.

     

     

    Aaron esbozó una amplia sonrisa después del bramido del Black. No tenía que ordenarle aquello, pues el ya muchas ganas tenía de largarse de aquel hospital y disfrutar de la falta de presencia de Zack. Le clavó la mirada y aún sonriendo, Aaron tomó la palabra. No se iba a quedar callado ante tal falta de respeto.

     

    – No te preocupes, Zackito, ya me voy… – dudó unos segundos si realmente debería lanzarle aquello, sin embargo, por el puro placer de observar la rabia crecer dentro del Nigromante, lo hizo – Tengo que llegar temprano a mi cita con Bridget.

    Se levantó de la camilla dando un salto. Se sentía completamente renovado, no obstante, no se molestó en darle las gracias al Mortífago. Metió la mano en uno de los bolsillos de sus jeans y de estos sacó un saco de té por pura arte de magia. Se paró en seco frente a Zack, tan cerca de el que podía sentir la respiración ajitada del doctor.

     

    No se molestó en hablar, tan solo introdujo el saco de té en el bolsillo del chico, en forma de broma y burla. Lo miró con desdén por ultima vez y se apresuró a salir de aquel lugar.

  16. El joven mago dormía plácidamente dentro de su habitación en el Castillo Crowley. Aquella noche la había pasado con su padre, cosa que no hacía usualmente ya que se había acostumbrado a convivir con su madre, sin embargo, la presencia paterna llegaba a hacer mucha falta. Su pecho ascendía y descendía regularmente mientras sus parpados delineados con un aquel común color verdoso eran tentados a abrirse gracias a que el resplandor del sol les pegaba directamente. Pasaron los minutos y el Haughon decidió que no tenía sentido seguir intentando volver al sueño, por lo que abrió sus ojos de golpe, aquellos ojos que alguna vez fueron castaños como su cabello.

     

    Se irguió inmediatamente después de despertar, sabía que era EL día. Era el día en el que finalmente entraría a los Juegos Del Hambre, el día en el que finalmente podría cumplir aquel sueño para el cual se estuvo preparando por años. Eran cerca de las siete de la mañana, algo bastante temprano como para que el radiante astro rey se encontrase en su punto más alto brillando con grandeza. Supo que, por la hora, la cosecha tardaría en iniciar.

     

    Aaron se puso de pie y como solía hacer cada mañana, echó un vistazo por la ventana. Nada en absoluto había cambiado. Los castillos y mansiones que habían sobrevivido a los días oscuros seguían erguidos e imponentes como siempre, en cambio aquellas familias que no habían logrado resistir a las fuerzas del Capitolio se encontraban derrumbadas y con sus miembros desparramados sobre los terrenos en los cuales años atrás bien se pudo haber encontrado una mansión, o tal vez un castillo.

     

    En cuanto a los muggles, aquellos vivían casi en la misma condición que las familias más pobres pero mágicas. No obstante, había una fina línea que los diferenciaba, dejando así, como siempre, a los muggles por debajo. El Crowley apartó su mirada de la ventana y se dirigió al cuarto de baño.

     

    Se observó a si mismo en el espejo por unos momentos, no podía creer lo mucho que había cambiado en cuestión de unos diez años. Tan solo diez años atrás el era completa y aburridamente normal. Sus cabellos castaños siempre peinados hacía atrás poseían ahora un color verde, al igual que su piel la cual desprendía un tono más amarillento del mismo color. Sus labios variaban en color verdoso según su animo y sus ojos bien podrían haber quedado sin iris, sin embargo este ahora poseía un color grisáceo casi blanco.

     

    Justo en su pequeña repisa sobre la cual guardaba las toallas había una foto suya junto con Bridget en el primer viaje que realizaron juntos, cuando aún eran tan solo amigos. Esbozó una amplia sonrisa, mostrando sus dientes tan blancos como las perlas mismas. Aquel aspecto era el único el cual no había cambiado en toda la estructura física del hombre. Dejó aquel pequeño recuerdo insignificante sobre la repisa y se apresuró a meterse a la regadera.

     

    Salía ya del cuarto de baño cuando se encontró consigo mismo frente al espejo. Ese era Aaron, el mismísimo Aaron Crowley Haughton, quien poseía pelos y ojos castaños, piel bronceada y labios color carne. Muy en el fondo se enorgulleció de poder verse a si mismo ofreciendo aquel aspecto el cual daba a relucir quien realmente era, pues, aunque el fuese uno de los pocos ciudadanos de Ottery los cuales adquirieron estilo del capitolio, seguía siendo una persona, no un ken maquillado.

     

    Ya se encontraba vestido para la cosecha cuando un leve recuerdo cruzó su mente de una manera fugaz. Como si hubiese pasado el día anterior , la imagen de su figura insistiendo en quedarse a vivir en Ottery para poder participar en los juegos permanecía tan viva y latente como lo había estado en el momento mismo. Al final sus padres habían accedido a quedarse y luego pasar a la vida del Capitolio después de que el saliera vi…

     

    Fue entonces cuando una repentina sombra sobre toda el área interrumpió sus pensamientos. El usual dragón plateado había llegado, como siempre: aterrizando sobre los terrenos de los más pobres. Aaron no dudó ni un segundo en salir corriendo hacía su primera cosecha, completamente consiente de que esta podría significar su muerte.

     

    Como era de costumbre todos los años, los jóvenes se encontraban divididos por sus edades. El y otros jóvenes se encontraban en un slot para los de veintitantos, prestando atención al discurso que ofrecían cada año Felicity y Hugo, tío de Aaron. Cuando ambos finalizaron sus discursos, una gran turbamulta de personas se precipitó a escribir sus nombres, sin embargo el solo esperó. Cuando todo ya se hubo calmado un poco, comenzó a caminar en silencio hacía el escenario.

     

    A cada paso que daba dudaba más y más de si realmente debería hacerlo, no obstante después de subir los escalones supo que no habría vuelta atrás. Sus orbes examinaron a Hugo y a Felicity por una ultima vez antes de voltearse hacía aquel librito en el cual algunos nombres yacían inscritos ya.

     

    Se inclinó un poco, tomó su pluma y redactó su nombre en el pergamino. Tragó saliva al terminar, era vivir o morir, ganar o morir, todo o nada. Él se jugaría.

     

     

    Aaron Crowley Haughton B.

     

    Off:

     

    Nick e ID de HL.org: Aaron C. Haughton / 114832

    Motivo por el cual te crees apto para ser tributo: solo tal vez porque me leí los tres libros las tres veces y porque me encanta todo eso xD

    Disponibilidad Horaria: Tarde/Noche Panamá. Ciertas horas de la mañana los findes, lo mismo con las tardes, puede variar, sin embargo es seguro las noches ^^

     

     

    let the hunger games begin, and may the odds be EVER in your favor.

  17. Mazmorras Mortífagas

     

    El tempestad abrió los ojos de golpe cuando sintió un frío liquido correr por su garganta. Gracias a su posición, estuvo muy cerca de ahogarse en la medicina, por lo que de inmediato se irguió y quedó sentado en la pequeña camilla. Su memoria había vuelto y todas las piezas hacían click. Había participado de una emboscada en el Castillo EvansMcGonagall y hasta el momento en el que se desmayó pudo notar la ventaja Mortífaga. Después de aquello, todo era una irregular mancha de colores en la cual prefería no pensar.

     

    Recorrió la habitación con la mirada y no pudo evitar sobresaltarse a encontrarse con la figura de Zack Black justo frente a él. <te va a matar>. Todo su subconsciente le indicaba que debía salir de ahí rápido, sin embargo, la lógica le contradecía. Intentó simular calma, no obstante, sabía que no podía permanecer con la guardia baja en una habitación en la cual se encontraran ellos dos solos, pues Zack lo detestaba.

     

    Entonces las palabras brotaron de su boca como un río desbordándose. El no pretendía lanzarle aquello tan descaradamente al Black. Su cuerpo comenzaba a actuar por si solo. Todo aquello era producto de la ira que también comenzaba a brotar en el, mezclada con el miedo que le daba saber que su vida estaba en manos del Nigromante.

     

    – Que ironía, ¿cierto? – Esbozó una sonrisa de picardía mientras todo dentro de el le indicaba que lo que hacía era incorrecto – A veces toca hacer cosas que uno no quiere, como por ejemplo devolverle la vida a quien realmente quieres matar.

     

    Hizo una pausa, era su momento para decir algo razonable e intentar arreglar las cosas, mas no podía tan solo seguir hablando después de lanzarle aquello y aun menos sabiendo que su vida dependía de aquel doctor.

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.