Aaron C. Haughton

Esbozó una leve sonrisa al reconocer a quien le atendía en el departamento de cooperación mágica internacional. Felicity Weasley, una ex profesora suya. La Fenixiana le había impartido la clase de Bando y Perfil junto a Gyvraine Malfoy y su tía Mónica la cual se tuvo que retirar. Realmente no esperaba encontrársela ahí, sencillamente nunca se le pasó la idea por la cabeza de volver a encontrarse con sus profesores fenixianos. Pero en ese momento no habían solo uno, sino dos.

- Claro F.. – comenzó a decir cuando Deiwan irrumpió en la estancia – ¡Eh, Deiwan, buen día! – saludó al mago mientras fijaba su vista en el pregamino que la bruja le acababa de entregar.

- veamos.. a rellenar-

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

 

Ficha de registro de Brujas y Magos inmigrantes

 

Nombre: Aaron Haughton Malfoy

Ficha: A.H.M

Nacionalidad: Francés

Motivo de inmigración: Situación Familiar

Situación actual en Gran Bretaña: Mortifago Base. Empleado en el Ministerio de Mágia. Unicornio de Bronce

 

http://i.imgur.com/esoTO.png

- L… isto – dijo al finalizar de redactar la información requerida para todo el trajín del pasaporte y la cosa.

Deslizó la hoja hacia la mujer y se tomó la libertad de echarle un ojo por sobre el escritorio a los papeles que Dei acababa de entregar. Esperó un rato a que Fee terminara de revisar.

Por andar entretenido en el formulario, no llegó a percatarse de que la Weasley le había extendido otro más el cual rellenar. Este era un poco más sencillo, así que le tomó menos terminar.

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

 

Plantilla Para Pasaporte

 

Nombre: Aaron Haughton Malfoy

Edad: 17

Sexo: Masculino

País de origen: Francia

Ficha: A.H.M

 

http://i.imgur.com/esoTO.png

Al echarle un ultimo vistazo al pergamino, lo entregó a Felicity, deslizándolo al igual que al otro por sobre el escritorio y tendiéndoselo a la joven.

- Espero que esté correcto.

No. Al parecer, Hugo no le había ordenado una reunión en su despacho, es más, ni tan siquiera se encontraba dentro de la Oficina. Se halló en un extraño escenario en el cual se encontraba totalmente solo, frente al escritorio de su tío, esperando Merlín sabrá que. Dio un paso al frente y luego retrocedió para después sacudir un poco la cabeza y retirarse de la estancia. Seguramente si alguien le estuviese observando lo hubiera tomado por loco.

Comenzó a caminar alrededor del Gabinete, igual de perdido que hace unos minutos. Todavía no se explicaba lo que había ocurrido, por lo que se había quedado más o menos en ascuas, y se sentía extraño, con un malestar en la cabeza y en el estomago. Entró a su despacho por un segundo y cerró los ojos, se quedó quieto y descansó.

Habían pasado tantas cosas en esos últimos días que había perdido la cuenta de ellas. Ciertamente todas eran buenas noticias, pero todas ellas lo traían tan ajetreado que la cabeza le palpitaba con fuerza. Estaba en pleno tramite de sacar pasaporte, en pleno ingreso a la Marca Tenebrosa, cuidando de su hija, manteniendo una relación. Era una clase de día en el cual hasta respirar se volvía una molestia.

Depsués de pasar horas meditando, se quedó dormido.

- ¡Achus! – exclamó Aaron mientras soñaba, lo cual le hizo despertar.

Estaba en el piso. Su silla estaba desparramada por el suelo y los papeles apilados en su escritorio volaban por los aires. Se enjugó la nariz con la manga de la camiseta, levantó la silla y acto seguido atrapó los papeles para luego preguntarse ¿Por qué rayos no usó Accio?.

Dormir. Eso era lo que le faltaba. Tomó una bocanada de aire y apareció un jugo de calabaza el cual tragó como si fuese la ultima bebida en el desierto. Se puso en pie aún algo atontado, sin embargo dispuesto a trabajar, y por alguna clase de emboscada jugada por su mente, terminó adentrándose en el despacho de Mei, una de sus muchas compañeras.

Al instante, Aaron peló los ojos como platos. Justo frente a Mei, de espaldas con el se encontraba su novia, Bridget. . Su melena roja era totalmente familiar, además de que ya conocía de memoria la blusa que la Ravenclaw traía puesta.

- Yo.. entré por error – comenzó a decir – Las dejaré seguir..

Comenzó a intentar salir del despacho de Mei cuando una voz lo detuvo.

Hola Alely ! :B

bueh, primero que todo, me halagas *-----*

segundo. Claro que acepto ser tu padre *o* y, te puedo ayudar con la ficha y eso :3 te dejo mi msn más abajo :3 necesito que me especifiques si me quieres o no quieres que esta sea tu familia sanguínea pero fuera de eso todo bien ^-^

prometo ser un buen papá *-*

Caminaba rápida pero tranquilamente por los amplios caminos dentro de el Ministerio de Magia. Había salido de su trabajo a almorzar con su novia y momentos después se topó con una gran amiga suya, la suma inquisidora. Hablaron por largo rato y salió el tema de la internacionalidad de Aaron. Sheyla le aclaró que debía sacar un pasaporte para estar legalmente dentro de Inglaterra, lo cual ciertamente era una estupidez. Vivió toda su vida allí, y eso sin exagerar. Cuando cumplió un mes de nacido su madre ya estaba de vuelta en Inglaterra junto con el.

De todas maneras era una obligación, por lo que aprovechó de su tiempo extra para dirigirse a la oficina de cooperación mágica internacional, en la cual sacaría sus documentos sin problemas, seguramente. Lanzó un suspiro y se peinó un poco con las manos al llegar frente a los ascensores, la parte más asquerosa de todo el ministerio. Se rumoreaba que antes, viajar en un ascensor dentro del ministerio de magia no era tanto trajín, pero ya en el 2012 era insoportablemente sofocante, además de que los avioncitos de papel revoloteando en el techo eran suficientemente estresantes como para sacarlo a uno de quicio.

Quinta Planta. Departamento de Cooperación Magica Internacional y…

La voz del elevador fue interrumpida por la tos de una señora de mediana edad, la cual moqueaba y lloraba a la misma vez. Por un momento se preguntó que le estaría pasando, y se divirtió con el mundo de posibilidades que le traía el berreo de la mujer. Salió del ascensor con una leve sonrisa en los labios y se dirigió hacía el Departamento que buscaba.

Entró a una de las muchas oficinas cuyo cristal en la puerta citaba alguna cosa cualquiera bla bla bla internacional, por lo que adivinó que sería ahí donde sacaría el pasaporte.

Por suerte la oficina se encontraba vacía y gracias a esto no le fue problema acercarse hasta el funcionario y solicitar lo deseado.

- Buenas, vengo a sacar mi pasaporte – una mirada fulminante se clavó sobre el trabajador, esperando una respuesta.

- Hug.. ¿Hugo? – se preguntó a si mismo. Al fin y al cabo su tío Hugo ya se había marchado de el departamento hacía ya mucho tiempo. No sabía en que rayos estaba pensando.

Se restregó un poco los ojos y al volverlos a abrir, notó que el despacho tenía ya algo de polvo encima. Parecía como esa clase de películas en las cuales se entraba a una habitación vieja y esta estaba cubierta con polvo y telarañas.

No recordaba que fuese hace tanto el retiro de su querido tío, por lo que se sintió más perdido que nunca. Se acercó al despacho en el cual sus primeros días le había preguntado que debía hacer y le desempolvó un poco.

Se giró sobre sus talones y comenzó a avanzar hasta el despacho de Ashley. Lo ultimo que recordaba era haber estado a su lado preparando una entrevista la cual no había podido concluir por la extraña presencia de Hugo.

Llegó frente a la oficina y solo dio unos pequeños toques antes de atreverse a entrar por su cuenta.

Trató de actuar de lo más normal, sin embargo era sospechosa la idea de que se hubiese ido sin más. ¿qué ocurría?.

- bien.. ¿en que íbamos, Ash?.

:c yo quiero un hijo tocayo T-T

en fin xD solo me pasaba a decir que si Alee no se pasa yo estoy disponible ^-^ ehm.. y bueno, nada más. Los quiero familia! por cierto, la idea del rol misterioso se vino abajo por falta de personas, Además de que Mistify no pudo estar para ayudarnos en ello por problemas del internet y demás :3

es todo, los quiero mis Malfoys *-*

nos vemos por la mansión :b

- Eh.. – comenzó a decir, pero su voz fue interrumpida por la de su tío Hugo, quien solicitaba su presencia en su despacho y le felicitaba por su graduación.

Dedicó una mirada inexpresiva a Ashley y se levantó de su asiento de manera temblorosa, pues era extraño que solicitaran su presencia. << Es el fin, seguro me despide>> repetía en su mente una y otra vez mientras caminaba tras el Haughton.

Como siempre que los nervios lo atacaban, sentía un irracional calor por dentro y cualquier cosa que alguien dijera no tendría sentido, porque en ese momento lo único que le importaba era que nada malo pasara, que todo saliera bien.

Caminaba sin darse cuenta de que lo hacía, estaba inmerso en sus pensamientos. Sin tampoco percatarse, abrió la puerta del despacho del Mago Oscuro y se quedó parado, ahí, pensando en nada, deseándose suerte.

Ni siquiera sabía si su tío estaba por ahí, tal vez se había trasladado solo hasta el despacho y ya.

- ¿Si, Señor? – murmuró sin saber si le hablaba a Hugo o al aire.

- Nada Gale, vine a darme el gusto de comprar una lechuza – comentó – Y gracias, ahora voy a recoger el premio ¿vale?. Por cierto, estas invitada a mi graduación.

La lechuza bebé agitaba sus alas pequeñas con rapidez y desesperación por lo que al instante comenzó a llenar el formulario el cual debía llenar para comprar.

ID: 114832

Nick: AlbusP.

Bóveda:A.H.M

Fecha: 21 – 03 - 12

 

Nombre del producto: Lechuza

Objetos, Criatura o Poción: C

Catalogación: No mágica

Puntos por unidad: 10 puntos.

Cantidad de unidades: 1

Precio por unidad: 75

 

Precio total:75

Total de Puntos: 10

 

Si es una criatura para personaje, colocar el Rango Social del comprador: Unicornio de Bronce

En caso de ser criatura, objeto o poción para familia o negocio: --

- Ahí está, mamá – mencionó al terminar de llenar la ficha.

Al reconocer la voz de su madre, volteó rápidamente hacía a ella y le dedicó una blanca sonrisa. Era una muy buena casualidad que fuese su madre la que le estuviese vendiendo ese día.

- Hola ma – saludó mientras se acercaba para besar su mejilla.

- Eh.. la verdad sí – dirigió su mirada hacía las criaturas tras el y señaló una lechuza negra la cual ululaba suavemente mientras movía un poco sus alas.

Se acercó a esta para llevarla al mostrador y eso hizo, dándole un pequeño golpe a la jaula al posarla sobre este.

-¿Cuánto cuesta? - preguntó, y no dejó que su madre hablara antes de que volviese a murmurar. – Me la llevaré.

Se dio la vuelta y comprobó la presencia de su antes jefa de casa: Galedra Anprina Dumbledore Ravenclaw.

- Eh, Gale, buen día – comentó sin dejar de ponerle atención a la Black.

No era una costumbre suya pasarse por el callejón diagón ni por el Magic Mall, pero le parecía que ya era tiempo de darse algunos gustos ya que tenía más galeones de lo usual gracias al trabajo y su graduación.

Avanzaba dando zancadas y empujando a los sangre sucia de su camino. No soportaba tener que mezclarse con ese tipo de gente por lo que intentó andar lo más rápido posible sin ensuciar su vestimenta con las huellas digitales de las pestes.

Finalmente llegó a los pies de la estructura más elegante y grande de todo el callejón y no dudó ni un segundo en salir de el sudoroso ambiente de afuera y adentrarse en el limpio aire acondicionado de adentro.

El Magic Mall había sido un milagro para personas como el a quienes no les gustaba juntarse con cualquiera ni ir a cualquier lugar.

Por suerte no debía subir ni un piso para llegar a su destino, si bien iba por una lechuza y la podría encontrar ahí, en la trastienda.

Su atención se desvió de Ashley cuando el leve murmullo de una voz conocida le llegó a sus oídos <<¿Pero que rayos?>> pensó, pues era muy poco probable que.. bueno.. la voz.. la productora de ella se encontrase ahí.

Decidió pasarlo por alto justo cuando la Rambaldi terminó de hablar. Tuvo que hacer un rápido flash back de todo lo que por lo menos había escuchado mientras su mente se encontraba absorta en pensamientos ridículos.

- Entiendo – murmuró mientras le miraba a los ojos directamente – Pues.. la verdad es que se me a ocurrido, que sí queremos analizar la sociedad en la que vivimos debemos comenzar por incomodidades o fallos.

Al terminar la oración se dio cuenta de que esta no le entendía, por lo que trató de ser más explicito.

- Digo, si hay algo que el ser humano tiene siempre en cuenta son las incomodidades, incluyendo a los magos. Si queremos analizar mejor esta sociedad, comencemos por ahí. Por ejemplo podríamos preguntar… - dudó, pues no sabía aún, después de tantas explicaciones que hacer. Era mejor para el der breve con las palabras que utilizar términos tan complicados.

- No lo sé, tal vez.. – carraspeó – sin pensar en las preguntas aún, mi plan sería primero que todo preguntar sobre la convivencia.. o.. tal vez los impuestos que impone Gringotts por inactividad.

Se sentía realmente est****o por cada palabra que decía, ¿era el propósito el mismo en el que el estaba pensando?, es decir, realizar un análisis de lo que les gusta a los magos y a las brujas de el mundo mágico en el que vivimos.

Terminó por preguntar nuevamente, mientras notaba que el rubor comenzaba a teñirle las mejillas.

- Solo confírmame.. brevemente.. si estamos en lo que pienso, es decir – comenzó – el propósito de esto, explicado simplemente, es de analizar si los magos y brujas residentes de esta comunidad mágica están cómodos o incomodos.. o.. de acuerdo o en desacuerdo con nuestra comunidad.. ?.

- Siento ser tan preguntón – se disculpó, sorprendiéndose hasta a sí mismo. No era un hombre de disculpas.

Esbozó una leve sonrisa al notar que Ashley mostraba una parte blanda de si que el ni como su hijo había logrado sacar a flote.

Sus ojos chocolatosos se clavaron en los ojos claros de ella, y antes de continuar, quizo dejar una frase en el aire, o más que todo, aclarar algo.

- Ashley, yo también te apreciaba y te aprecio - ¿pero que coj..? las palabras salían solas – Pero.. simplemente no eras tú, ni Deiwan, y no me iba a quedar por el simple hecho de apreciarlos, y sabes que lo hago.

Volvió a concentrarse en su trabajo cuando la Rambaldi mencionó el cuestionario nuevamente y lo sobresaltó, pues había medio olvidado su propósito dentro de el despacho de esta.

- No – respondió - Pues, no me queda claro el propósito del mismo, por lo que no te podría decir todavía una serie de preguntas a realizar.

Era todo cierto. Sabía lo que harían, sabía que debían hacer el cansado trabajo de entrevistar familia por familia y negocio por negocio, pero, ¿y el propósito?.

- No me has contado cual es la meta de todo esto.

La Fenixiana le ordenó tomar asiento y Aaron prosiguió a lo mismo. Vio como, inconsiente mente la Rambaldi arrugaba la nariz, casi como si estuviese oliendo las axilas de Dumbledore.

- Mira, Ashley – comenzó – Es mejor trabajar en armonía, ¿no?, bien, intentemos eso. Primero que todo, hay mucho que no sabes, no dejé tu familia por nada, fui engañado, ahora estoy seguro de mi pasado, presente y futuro.

Ella debía saber a que se refería, fue parte de la farsa, como cuando lo cambiaron de padres y toda la cuestión. Su vida ahí dentro había sido un enredo total, hasta que descubrió su verdadera identidad.

- No te hagas que no sabes, fuiste parte de la farsa – bufó – Y lo que te da tanta rabia es que los haya descubierto.

Un fugaz recuerdo de el “Alejandro Fossatti” que se suponía que era le pasó por la mente. El chico abrazaba a Ash y la miraba con cariño, con amor de hijo. Cursilerías.

- Será mejor proseguir con el cuestionario antes de.. antes de que extendamos mas el tiempo, creo que a ninguno le agrada la compañía del otro.

Sacó un pergamino, una pluma, y escribió con su pulcra letra la palabra “Cuestionario”, y con rudeza pasó una larga línea bajo la palabra.

Su paciencia tenía un punto tope, y Ashley lo desafiaba.

- El que ves frente a tí es Aaron, no Alejandro.

Se tuvo que contener para evitar dejar escapar una risotada en medio del lugar. Los intentos de grosería y arrogancia de Ashley era más que aterradora graciosa. De la manera en que la Templaria se enderezaba y lo miraba con desprecio.

Un memorándum hecho de pergamino le pasó rozando la mejilla, ocasionando un poco profundo pero severamente doloroso corte.

- ¿A propósito o buena puntería, Rambaldi? – comentó mientras pasaba un dedo por su mejilla y comprobaba que el corte era tan fino que ni tan siquiera emanaba sangre – En fin. No estoy aquí porque quiero, creeme, es porque Hugo, mi tío, mi jefe, tu esposo o como quieras llamarle me asignó trabajar contigo.

Volvió a frotarse la mejilla y ahogó un chillido al sentir el desgarrador ardor del corte con pergamino.

Ashley había quedado medio paralizada frente a el, todo parecía estar en pausa o algo por el estilo, era ciertamente extraño.

- ¿Y? – preguntó.

Esperaba que al llegar, le dieran indicaciones sobre lo que harían o lo que sea que fuese, no que le cortasen la mejilla con un pergamino.

- Por cierto, creo que con el corte fue suficiente, no quiero ninguna clase de beso o.. puaj, guardaselos a Hugo.

- Uhmm.. – dudó después de que Hugo se volteara hacia el y le diera ciertas indicaciones.

Se vio en una situación penosa e incomoda al escuchar a su tío ordenarle tomar iniciativa por si mismo, o a menos eso parecía. Tal vez hablaba con una fantasma llamado Albus, pero aún así era extraño que lo mirase fijamente a el, Aaron, dirigiéndose a un tal chico Albus.

- Claro Se.. digo ti… - tartamudeó – Eso, ehm, iré con Ashley entonces.

Se despidió con la mano de ambos y salió del despacho, cerrando la puerta de la oficina de su madre tras el.

La verdad era que odiaba ruborizarse, más no podía evitarlo en momentos como esos en que le llamaban la atención. Se sentía apenado, ya que parecía una reunión suficientemente importante como para no interrumpirles.

Por otro lado, no sabía a que se refería con iniciativa, ¿A caso debía acercársele a las personas sin antes una indicación?, no lo sabía, pero algo de lo que estaba seguro era que lo tenía que averiguar antes de que Ashley terminase con el, pues, sino estaría perdido y no haría más que vagar.

El Mago Oscuro tenía toda la razón, finalmente, Aaron tenía mucho que aprender, y al fin y al cabo seguía siendo un aprendiz.

Caminaba a paso lento en busca de la Rambaldi, cuando vio de reojo la cara de su padre. Era prácticamente imposible que hubiese visto a su novia por ahí, luego a su padre, y no fuese más que mera coincidencia, aún así no se detuvo y continuó su búsqueda.

Las opciones se agotaban y solo quedaba por revisar el despacho de la mujer. Con algo de atrevimiento giró el pomo y entró en dicha oficina, más estaba vacía.

- Genial – bufó.

Reconoció claramente la voz que se alzaba como la de su madre, y sin esperar más, entró y sonrió. Como la empleada le había asegurado, su tío y jefe y su madre y jefa se encontraban en una pequeña reunión, hablando de Merlín sabrá que.

Esbozando una sonrisa, se acercó a su madre y le plantó un beso en la mejilla, y justo un segundo después, se volteó hacia Hugo y le ofreció un apretón de manos.

- Siento incomodo no saber como llamarles – comentó con algo de gracia - ¿Señor Haughton y señorita Black?.

La verdad era que su “comentario en broma” era más o menos cierto, pues llevaba todo un mes llamándole a Hugo: “señor” o “jefe”, más ahora, en compañía de su madre se le hacía algo incomodo hablarles de esa manera, sin embargo se trataban de los parámetros del trabajo.

- En fin – continuó – Madre, tío o Señorita Black, Señor Haughton. Siento interrumpir, más vengo a solicitar mi trabajo de hoy a.. a.. – dudó, echándole una mirada a Hugo, ya que el tema de los nombres volvía a ser un problema o una incomodidad.

- Eh.. sí.. eso..

- Rayos, pero que estupidez la que cargo – musitó el chico en un tono de reprobación y cerró la puerta del despacho de su jefe con un solo portazo.

Daba zancadas por la oficina cuando detuvo a una empleada la cual caminaba por ahí. Al instante la misma tiró todo su papeleo al suelo, más no le importó ni un poco a Aaron.

- ¿Y Hugo? – preguntó justo antes de que la chica de pelos rizados le afirmara que se encontraba en el despacho de Evarela Black, la jefa general del departamento, o como el prefería llamarla, mamá.

El camino entre un despacho y otro se le hizo larguísimo, más finalmente llegó a la puerta de la oficina de Evarela.

Dio unos cuantos toques en la misma y esperó a que le abrieran, pues no querría interrumpir algo muy importante o escuchar algo que no debería.

Una voz muy conocida lo sacó de sus pensamientos, y estuvo a punto de voltear hacía la que parecía la melodía angelical de la voz de su novia, más no debía desatender su trabajo.

Datos Personales:

Nombre del Personaje: Aaron Haughton Malfoy

Sexo: Masculino

Edad: Joven, 19 años

Nacionalidad: Francés

Familia(s): Haughton & Malfoy

Padre(s) Sanguíneo: Evarela Black & David Malfoy Ryddleturn

Trabajo: Oficina del Ministro de Magia. Oficina de Asesores, Gabinete de Protocolo y Prensa. Aprendiz.

Poderes Mágicos:

Rango Social: Unicornio de Bronce

Bando: Neutral

Rango dentro del bando: --

Nivel de Poder Mágico: --

Puntos de poder en objetos: 20

Hechizos adicionales: --

Puntos de poder en criaturas: --

Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

Habilidades Mágicas: --

Conocimientos Especiales: --

Perfil del Personaje:

Raza: Humano

Aspecto Físico: Aaron es un joven de contextura fornida, es decir, no es ni flaco ni obeso, sino que la verdad sus músculos son bastante prominentes y sobresalen en su cuerpo. Sus ojos son un chocolate oscuro más no tiene idea de adonde heredó cierto color ya que los ojos de ambos de sus padres son claros y colores totalmente lejanos al chocolate. Su piel es bronceada, con un tono dorado lo que le da un especial brillo cuando agua o sudor se derraman sobre él. Sus cabellos, los cuales lleva siempre peinados hacia atrás, son de un color rubio cenizo, algo bastante extraño ya que se podría decir que es tanto rubio, como castaño como peli-negro.

Usualmente viste como la mayoría de la gente de su edad, aunque su abuela Mistify insista en el hecho de que su vestimenta no es digna de un Malfoy, el rebelde joven sigue vistiendo sus pantalones vaqueros casuales y sus camisetas cualquiera, la verdad era que no, ningún mago adulto vestía así, pero no le podría importar menos lo que los demás pensaran.

Cualidades Psicológicas:

Usualmente es calmado, arrogante y sereno, más que todo arrogante. El hijo de mortifagos vive y siempre vivió en un ambiente oscuro, por lo que claramente creció como un ser de corazón de piedra, o mejor dicho, de mármol, ya que además de dureza y arrogancia posee mucha clase.

Depende de quien seas depende de como te trate. Claro esta que no le agradan los miembros de la Orden, por lo que a estos como a sus aspirantes los trata con un singular desprecio, al igual que a varios seres mágicos y, obviamente, muggles, los cual se ganan un lugar especial en todo lo que abarca el odio que alguna vez sintió y siente Aaron.

Historia:

Era el mediodía y el día transcurría normalmente para Evarela Black, quien atendía en ese momento su negocio – tetería, localizada en el Callejón Diagón.

La mortifaga se sentía bastante decaída, ya que se suponía que tendría una cita ya hace varias horas con su pareja, más el hombre nunca se presentó y Eva no supo de el en todo el día.

Sus ojos se iluminaron a ver que un chico de ojos azules entraba por la puerta de su negocio. Para ya entonces se había tomado muchas copas y no se sentía muy bien, por lo que no podía comprobar realmente si era un chico real o ficticio, pero se veía bastante bien, y eso era lo único que le importaba a Evarela.

La Haughton fue a tomarle la orden ya que sus empleados y empleadas se encontraban ocupados, y de un momento a otro, sin darse cuenta, estaban hablando ambos de sus penas.

En resumidas cuentas, todo comenzó con un beso espontaneo, siguió a algo más apasionado y terminaron sin saber como en la habitación de David, sí, así se llamaba el chico con el que, sin estar muy consiente, Eva se había acostado.

No fue algo tan espontaneo, las citas siguieron y el romance secreto vivió por meses, hasta que ambos decidieron que no podía seguir más, y a decir verdad, fue el peor momento para separarse.

Durante esos meses, la Black Haughton la había pasado en París, despejando un poco su mente y relajándose al máximo, apartándose de Londres y todo el estrés que este traía.

Un mes después de plantearse quedarse en París por varios años, a Evarela la sorprenden los constantes vómitos y mareos, y no consulta a un médico, pues está segura de que esta por concebir un hijo de David.

No pierde el tiempo y llama a su amante, y este acude rápidamente a Francia y accede a quedarse con ella hasta el día del parto, y que con el niño de un mes volverían a Londres, el verdadero hogar de los tres.

El pequeño creció en el vientre de su madre a duras penas, ya que estuvo muchas veces al borde de la muerte gracias a la adicción incontrolable de su madre al alcohol. Mientras crecía, al igual de que corría peligro aprendía de sus padres, ambos con ideales Mortifagas, le enseñaban al bebé cada vez mejor como ser perverso, no con palabras, sino con sus acciones.

Llega el doce de Diciembre del 1994 junto con los dolores de parto, y ambos amantes recurren al parto en casa, ya que ninguno de los dos estaba dispuesto a que un medico muggle ayudase a Eva a dar a luz.

Finalmente el niño nació sano y guapo, con un solo mechón amarillento en la cabeza y ojos chocolate brillante.

El nombre ya lo habían acordado, de modo que ya todos sabían que se llamaba Aaron, más lo que formó una gran discusión fueron los apellidos, pues el padre de Aaron se rehusaba de sobremanera a poner el apellido “Malfoy” como segundo, y su madre no aceptaría el “Haughton” tras el “Malfoy”.

Finalmente su madre terminó ganando la pequeña batalla, más perdió para siempre contacto con David, y a no ser por su hijo, nunca más lo hubiese visto.

El niño creció en el seno de ambas familias, tanto Malfoy como Haughton lo criaron en el nido del mal, lo alimentaron con impureza y lo llenaron de arrogancia y avaricia, todo para moldear al pequeño como un buen mortifago.

Y así creció, junto con todas ambas sus familias, Aaron tiene ahora los diecinueve años y lleva una relación armoniosa con ambos de sus padres, a la vez que espera con ansias su ingreso a la marca tenebrosa.

Pertenencias:

Objeto Magico Legendario:--

Objetos Magicos: --

 

Objeto 1: Varita confeccionada con Nogal Negro, de 32cm de largo y totalmente inflexible

 

Clasificación:

AA

Puntos de poder: 20

Mascotas y Criaturas : --

Criaturas en la Reserva:--

Elfos:

- Payton: elegante elfina quien ejerce labor a Aaron junto con su gemelo

- Pitt: arrogante y tonto elfo quien ejerce labor a Aaron junto con su gemela

Licencias, Tasas, Registros:

Licencia de Aparición: Adquirida

Licencia de Vuelo de Escoba: --

Registro de Elfos: Payton y Pitt

Otros Datos:

Otros datos:

- Conoce múltiples idiomas

- en un principio estuvo como aspirante a la Orden,

- se ha prometido nunca salir de la marca tenebrosa ahora que aspira a ella

- esta perdidamente enamorado de Bridget Black

- desconoce que, su madre, es la misma madre de Brid

Cronología de cargos:

- Estudiante de la AMyC (Oct.2011 - Mar.2012)

Premios y reconocimientos:

--

Links de Interés Referentes al Personaje:

Link al Perfil de Comprador MM: --

Link a Bóveda Personal: Bóveda 95319

Link a Bóveda Trastera:--

Link a Bóveda de Negocio:--

Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Haughton

Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Malfoy

bien o.o a parte de todo eso me gustaría que cambien el titulo de la ficha.. again por: Aaron Haughton Malfoy

por otra parte, me gusatría, si es posible, elegir los siguientes conocimientos ya que certifico como estudiante graduado:

-Historia de la Magia

- Leyes Mágicas

Era una cálida mañana de Marzo en la cual si quiera se notaba que el invierno seguía ahí. Los imponentes y cegadores rayos del mediodía chocaron contra los parpados del joven acostado junto a la ventana, el cual se despertó suavemente mientras se movía en su lugar con pereza.

Aaron Haughton. Ex – prefecto de la casa de los Dragones de Lancashire se levantó lentamente de su posición y se recostó contra el respaldar de su cama, la cama que, en tan solo unos días le pertenecería a otra persona.

No podía evitar pensar en que sería su ultimo día dentro del volcán el cual le acogió por meses, no podía evitar pensar que tal vez era la ultima vez que vería a Galedra, ya que seguro a Tau la vería por la marca. No podía evitar pensar en que sería su ultima vez mirando justo a la blanca pared frente a el, con la mente llena de cosas.

Era difícil dejar una etapa atrás, era difícil mirar hacia delante y encontrarse con un futuro incierto, el único destino próximo que conocía verdaderamente era la marca tenebrosa, ¿pero y después que?.

Siempre había estado tan ansioso por salir, más la idea de tener que irse para siempre y dejar una etapa atrás era muy triste como para afrontarla.

Con sumo silencio y cuidado se metió en la ducha, y salió media hora después, vestido con una roja camiseta y jeans sencillos, casi como se vestía siempre solo que algo más formal.

Comprobó con un solo vistazo que sus cosas no seguían allí, por lo que salió de el dormitorio de los chicos, echándole un ultimo vistazo a todo dentro de este.

Bajó a saltos las escaleras y no encontró a nadie, o por lo menos no vio a nadie, y eso le dio el tiempo de escribir y dejar una notita para todos sus compañeros dragones en general.

Queridos Dragones.

 

Gracias.

 

Eso es todo lo que puedo decir cuando me han regalado la mejor estadía de una vida. No pienso olvidarlos nunca, ni a ustedes, Tau y Gale, lindas jefas de casa.

 

A todos los que estuvimos esa noche contra la planta carnívora y a todos los que no.

 

Quiero que sepan que los quiero mucho y que no se como agradecerles todo lo que aquí me ofrecieron

 

Atentamente.

 

Aaron Haughton.

 

PD: todos y cada uno de los miembros de la casa serán invitados a mi graduación cuando esta se celebre.

La puso con delicadez frente a la puerta de entrada y abrió la puerta que daba a la salida, examinando la sala por un rato, finalmente tomó el valor de cerrar la puerta tras el, no solo cerrando una puerta sino un capitulo de su vida mágica, en el que decía:

Adiós, mis Dragones.

cambiar titulo de ficha a: Aaron Haughton Malfoy

ahora sí, el modelo de la ficha

y ah! gracias *-*

*deja chocos para el/la mode*

Datos Personales:

Nombre del Personaje: Aaron Haughton Malfoy

Sexo: Masculino

Edad: Joven, 19 años

Nacionalidad: Francés

Familia(s):

Haughton & Malfoy

Padre(s) Sanguíneo: Evarela Black & David Malfoy Ryddleturn

Trabajo: Oficina del Ministro de Magia. Oficina de Asesores, Gabinete de Protocolo y Prensa. Aprendiz.

Poderes Mágicos:

Rango Social: Aprendiz

Bando: Neutral

Rango dentro del bando: --

Nivel de Poder Mágico: --

Puntos de poder en objetos: 20

Hechizos adicionales: --

Puntos de poder en criaturas: --

Criaturas controlables en asaltos y duelos: --

Habilidades Mágicas: --

Conocimientos Especiales: --

Perfil del Personaje:

Raza: Humano

Aspecto Físico: Aaron es un joven de contextura fornida, es decir, no es ni flaco ni obeso, sino que la verdad sus músculos son bastante prominentes y sobresalen en su cuerpo. Sus ojos son un chocolate oscuro más no tiene idea de adonde heredó cierto color ya que los ojos de ambos de sus padres son claros y colores totalmente lejanos al chocolate. Su piel es bronceada, con un tono dorado lo que le da un especial brillo cuando agua o sudor se derraman sobre él. Sus cabellos, los cuales lleva siempre peinados hacia atrás, son de un color rubio cenizo, algo bastante extraño ya que se podría decir que es tanto rubio, como castaño como peli-negro.

Usualmente viste como la mayoría de la gente de su edad, aunque su abuela Mistify insista en el hecho de que su vestimenta no es digna de un Malfoy, el rebelde joven sigue vistiendo sus pantalones vaqueros casuales y sus camisetas cualquiera, la verdad era que no, ningún mago adulto vestía así, pero no le podría importar menos lo que los demás pensaran.

Cualidades Psicológicas:

Usualmente es calmado, arrogante y sereno, más que todo arrogante. El hijo de mortifagos vive y siempre vivió en un ambiente oscuro, por lo que claramente creció como un ser de corazón de piedra, o mejor dicho, de mármol, ya que además de dureza y arrogancia posee mucha clase.

Depende de quien seas depende de como te trate. Claro esta que no le agradan los miembros de la Orden, por lo que a estos como a sus aspirantes los trata con un singular desprecio, al igual que a varios seres mágicos y, obviamente, muggles, los cual se ganan un lugar especial en todo lo que abarca el odio que alguna vez sintió y siente Aaron.

Historia:

Era el mediodía y el día transcurría normalmente para Evarela Black, quien atendía en ese momento su negocio – tetería, localizada en el Callejón Diagón.

La mortifaga se sentía bastante decaída, ya que se suponía que tendría una cita ya hace varias horas con su pareja, más el hombre nunca se presentó y Eva no supo de el en todo el día.

Sus ojos se iluminaron a ver que un chico de ojos azules entraba por la puerta de su negocio. Para ya entonces se había tomado muchas copas y no se sentía muy bien, por lo que no podía comprobar realmente si era un chico real o ficticio, pero se veía bastante bien, y eso era lo único que le importaba a Evarela.

La Haughton fue a tomarle la orden ya que sus empleados y empleadas se encontraban ocupados, y de un momento a otro, sin darse cuenta, estaban hablando ambos de sus penas.

En resumidas cuentas, todo comenzó con un beso espontaneo, siguió a algo más apasionado y terminaron sin saber como en la habitación de David, sí, así se llamaba el chico con el que, sin estar muy consiente, Eva se había acostado.

No fue algo tan espontaneo, las citas siguieron y el romance secreto vivió por meses, hasta que ambos decidieron que no podía seguir más, y a decir verdad, fue el peor momento para separarse.

Durante esos meses, la Black Haughton la había pasado en París, despejando un poco su mente y relajándose al máximo, apartándose de Londres y todo el estrés que este traía.

Un mes después de plantearse quedarse en París por varios años, a Evarela la sorprenden los constantes vómitos y mareos, y no consulta a un médico, pues está segura de que esta por concebir un hijo de David.

No pierde el tiempo y llama a su amante, y este acude rápidamente a Francia y accede a quedarse con ella hasta el día del parto, y que con el niño de un mes volverían a Londres, el verdadero hogar de los tres.

El pequeño creció en el vientre de su madre a duras penas, ya que estuvo muchas veces al borde de la muerte gracias a la adicción incontrolable de su madre al alcohol. Mientras crecía, al igual de que corría peligro aprendía de sus padres, ambos con ideales Mortifagas, le enseñaban al bebé cada vez mejor como ser perverso, no con palabras, sino con sus acciones.

Llega el doce de Diciembre del 1994 junto con los dolores de parto, y ambos amantes recurren al parto en casa, ya que ninguno de los dos estaba dispuesto a que un medico muggle ayudase a Eva a dar a luz.

Finalmente el niño nació sano y guapo, con un solo mechón amarillento en la cabeza y ojos chocolate brillante.

El nombre ya lo habían acordado, de modo que ya todos sabían que se llamaba Aaron, más lo que formó una gran discusión fueron los apellidos, pues el padre de Aaron se rehusaba de sobremanera a poner el apellido “Malfoy” como segundo, y su madre no aceptaría el “Haughton” tras el “Malfoy”.

Finalmente su madre terminó ganando la pequeña batalla, más perdió para siempre contacto con David, y a no ser por su hijo, nunca más lo hubiese visto.

El niño creció en el seno de ambas familias, tanto Malfoy como Haughton lo criaron en el nido del mal, lo alimentaron con impureza y lo llenaron de arrogancia y avaricia, todo para moldear al pequeño como un buen mortifago.

Y así creció, junto con todas ambas sus familias, Aaron tiene ahora los diecinueve años y lleva una relación armoniosa con ambos de sus padres, a la vez que espera con ansias su ingreso a la marca tenebrosa.

Pertenencias:

Objeto Magico Legendario:--

Objetos Magicos: --

 

Objeto 1: Varita confeccionada con Nogal Negro, de 32cm de largo y totalmente inflexible

 

Clasificación:

AA

Puntos de poder: 20

Mascotas y Criaturas : --

Criaturas en la Reserva:--

Elfos:

- Payton: elegante elfina quien ejerce labor a Aaron junto con su gemelo

- Pitt: arrogante y tonto elfo quien ejerce labor a Aaron junto con su gemela

Licencias, Tasas, Registros:

Licencia de Aparición: Adquirida

Licencia de Vuelo de Escoba: --

Registro de Elfos: Payton y Pitt

Otros Datos:

Otros datos:

- Conoce múltiples idiomas

- en un principio estuvo como aspirante a la Orden,

- se ha prometido nunca salir de la marca tenebrosa ahora que aspira a ella

- esta perdidamente enamorado de Bridget Black

- desconoce que, su madre, es la misma madre de Brid

Cronología de cargos:--

Premios y reconocimientos:

--

Links de Interés Referentes al Personaje:

Link al Perfil de Comprador MM: --

Link a Bóveda Personal: Bóveda 95319

Link a Bóveda Trastera:--

Link a Bóveda de Negocio:--

Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Haughton

Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Malfoy

Era un nuevo día para Aaron. El Haughton se sentía preparado y ni la pizca de nervios se notaba en el, ¿por qué?, porque no se encontraba nervioso. Sus compañeros y su jefe le habían hecho sentir confidente en la Oficina y eso era lo que importaba sobre todo lo demás, aunque la verdad no tenía ni una sola queja, era perfecto.

Con una leve sonrisa en sus labios se apretujó dentro del abarrotado elevador, y solo pudo dar gracias a Merlín al bajar de este en su piso correspondiente, pues no era muy agradable el olor que se empezaba a expandir allá dentro, y a decir verdad, el adolescente se comenzaba a ahogar.

El Gabinete del Ministro. Era un lugar en el cual prácticamente pagaban por que uno se divertía, eso era el trabajo, y por un segundo se detuvo a pensar que en realidad no era tan malo mantenerse como muchos lo ponían.

Dejó su pequeño maletín en su escritorio y se dispuso a irrumpir en la oficina de Hugo, quien, como siempre, se encontraba sentado en su escritorio.

- Buen día señor Haughton – dijo con honradez – pasaba a.. bueno primero que todo a notificarle que la entrevista ha concluido exitosamente, y segundo, venía a recoger mi trabajo para hoy.

Y esperó, con la esperanza de que su jefe entendiera que por “recoger su trabajo” se refería a que el le indicase que rayos debía hacer.

Alejándose un poco de la realidad, una duda recorrió su mente “¿Y Pim?”.

Off

1º rol - CM

2º rol - CM

3º rol - CM

Abue *-* yo tengo una idea de rol ramoso dramoso ohsi *-*

siempre he tenido la idea en mis familias de este tipo de rol ya que me parece muy interesante, pero no la había sacado a relucir

y que tal un scavanger hunt? búsqueda de el tesoro o como les guste llamarlo. Pero claro, sería más interesante que solo eso.

Digo, una de mis ideas es que uno de los parientes desaparezca y los demás siguen la pista escrita con sangre (?) y eso los lleva a la otra, y a la otra, ya a la otra hasta encontrar al familiar desaparecido

yo quiero desaparecer *-* pero no se si alguien se ofrezca a desaparecer (?)

igual es solo una idea

editaba para tachar ramoso xD

Sonrió ante la critica de Pimienta, ya que aunque esas demás preguntas estuviesen mal, el resto de su trabajo estaba bien hecho, y por lo menos eso era algo.

- Claro Pim, ya lo corrigo – comentó a la Rambaldi, dispuesto a volver a su escritorio, más la verdad no tenía tantas ganas de reescribir, por lo que le dio un toque de varita al pergamino, y según las instrucciones de Pimienta este se arregló a su gusto.

Volvió sus ojos hacia el mismo, y lo analizó antes de volver a mostrárselo a su compañera de trabajo.

- Creo que así está perfecto. – murmuró mientras se volvía a acercar a la mujer – No, bueno, no perfecto, sino algo mejor ¿no?.

Titubeó un rato esperando la respuesta de esta, y se dio cuenta entonces que ya era algo tarde y debía ir a casa.

- ¿Es todo, Pim? – preguntó – Es que, debo volver a la casa y releer un poco las preguntas para estar preparado para mañana.

Al terminar de decir esto, le dio otro toque de varita a el pergamino y una copia exacta apareció sobre la original. Aaron tomó la misma y se la extendió con gentileza.

- ¿Nos las debemos aprender para mañana, no?.

~ Lunes, día de la entrevista.

Ese día había llegado algo más fresco que el anterior al trabajo, pues ya estaba más preparado y seguro de lo que hacía, no como su primer día. También llegaba un poco mejor vestido, pues no podía llegar a la entrevista en vaqueros y una camiseta cualquiera.

A cada paso que daba, la hoja que sostenía con sus dedos bailaba en el aire graciosamente. Finalmente llegó al elevador y esperó pacientemente hasta que el mismo le llevó a las oficinas del Gabinete del Ministro.

Llegó a su correspondiente oficina y comenzó a buscar desesperadamente a Pim con la mirada.

- Eh.. si c.. claro las preguntas – dijo algo nervioso cuando Pimienta se levantó y comenzó a alejarse a a paso lento. – Pero.. ¿cuántas?. – terminó de pronunciar, más Pimienta ya se encontraba demasiado lejos como para lograr escucharlo, o por lo menos eso parecía.

Tomó un pergamino, una pluma, y eso fue todo, al instante su mente quedó tan vacía como la intacta hoja bajo sus ojos. ¿Y si las preguntas le desagradaban al miembro del concilio? ¿Y si la Rambaldi consideraba las preguntas redactadas por el impertinentes o tontas?.

El miedo a ser rechazado siempre había sido uno de los grandes defectos de el joven adulto, más decidió que esa vez no se dejaría vencer por este.

- Si ehm.. a las preguntas – murmuró para si mismo y comenzó a redactar rápidamente, mientras las ideas fluían en su cabeza.

- Bien, creo que así está bien. De todos modos le echaré un vistazo antes de mostrárselo a Pim.

Sostuvo el papel amarillento en sus manos, y volvió a releer su trabajo, asegurándose de que todo fuese correcto y prudente de preguntar.

- Creo que es prudente - dudó mientras se ponía en pie y caminaba hasta la mortifaga para mostrarle su trabajo.

Sonrió a Pimienta al notar que esta se había percatado de su rubor de unos minutos atrás, y justo cuando ella terminó de describirle a Hugo, fue su turno entonces.

- Ni te molestes Pim – comenzó – Conozco a Hugo de mis clases en la academia, y solo digamos que casi morimos todos los alumnos, pero bueno, al fin y al cabo es un mago oscuro, con carácter fuerte. Hasta puedo admitir tener un carácter similar, solo que hoy me ves de buenas.

Evadiendo el tema, recordó que estaban ahí para charlar sobre el Concilio, y estaba a punto de tomar la palabra cuando la voz de la mortifaga se volvió a alzar.

Esta terminó de hablar, y Alex se quedó en silencio por nos segundos para luego tomar el la palabra.

- No, creo que comprendo a la perfección – puntualizó – pero.. creo que con eso te refieres a preparar bien nuestras preguntas, ¿cierto?.