Paú Gryffindor

Y justamente había llegado a la Torre, cuando las defensas comenzaron a producir sonidos un tanto misteriosos. Fue entonces que ella entendió lo que estaba por ocurrir, pues muchas veces había vivido ello en aquel lugar. ¿Y qué debía hacer? Se situó en la puerta de la torre, mientras sacaba su varita de álamo blanco y la tomaba por la empuñadura.

-Expecto Patronum- murmuró con claridad, haciendo que de su varita se desprendiera un patronus brillante en forma de jirafa. El animal iría de inmediato con sus compañeros de bando para avisarles sobre el rescate mortífago que se estaba llevando a cabo en la torre y que de ninguna manera tenía que ocurrir.

Cuando finalmente el patronus desapareció por el horizonte, ella acomodó su vestido blanco y se peinó una coleta alta, intentando mantener la calma para el momento en que los mortífagos llegaran.

Y no tenía que perder tiempo, después de haberse demorado aún más desde que llegó a la prisión. Empuñó su varita por el Palisandro y miró a su alrededor antes de empezar a atacar, pues quería cerciorarse de que sus compañeros estuviesen en las mejores condiciones antes que cualquier otra cosa. Sin más, apuntó a Zack y pensó en un Zancadilla que lo haría caer bruces al suelo, para que de ese modo él no pudiese hacer ningún movimiento con sus piernas y por ende, no salir de ahí.

Después le volvió a apuntar a Zack:

-Expelliarmus- Un rayo azulado se disparó de la punta de su varita, con intenciones claras de impactarle de lleno en el pecho, para que de ese modo, el pequeño golpe hiciera que su varita saliera desprendida por los aires a cuatro metros por detrás de él. Era suficiente para retenerlo, o eso quería creer.

Llegó a defender su torre como debía, aunque fue un tanto tarde puesto que las cosas se le habían complicado. Esperaba que sus compañeros estuviesen reteniendo aún a algún preso; ella ya se disculparía con ellos por aquella falta que había cometido al no asistir cuando le habían pedido. Ingresó a la Torre y se incorporó en la batalla, aproximadamente a siete metros de cada mortífago y a cuatro de cada uno de sus compañeros de bando. LLevaba en su mano derecha la varita de álamo blanco que nunca soltaba y que era su más fiel compañera en situaciones como esa. Esperaba que todo saliera bién. ¿Qué más podía ocurrir? Miró a su alrededor y fijó su mirada en un objetivo. Una palabra faltante.

Llegó a defender su torre como debía, aunque fue un tanto tarde puesto que las cosas se le habían complicado. Esperaba que sus compañeros estuviesen reteniendo aún a algún preso; ella ya se disculparía con ellos por aquella falta que había cometido al no asistir cuando le habían pedido. Ingresó a la Torre y se incorporó en la batalla, aproximadamente a siete metros de cada mortífago y a cuatro de cada uno de sus compañeros de bando. LLevaba en su mano derecha la varita de álamo blanco que nunca soltaba y que era su más fiel compañera en situaciones como esa. Esperaba que todo saliera bién. ¿Qué más podía ocurrir? Miró a su alrededor y fijó su mirada en un objetivo.

Recibió el llamado un poco tarde, así que debía hacer algo urgente su traslación hasta el lugar de la prisión. Tomó prestado al elfo de su padre y le pidió que la llevara hasta el Parque Nacional Cabo Scout en Canadá. Necesitaban ayuda y aunque ella había estado un tanto ausente los últimos días, necesitaba hacer algo para que se dieran cuenta de que estaba ahí, y que no se ocultaba porque todos sabían sobre su identidad y lo que hacía. Aquello era lo de menos. Y así, en un abrir y cerrar de ojos llegó a las tierras de la prisión de Nurmengard, donde se percató que sus compañeros estaban en batalla y que aún necesitaban que la chica saliera si no todo habría sido en vano. ¿Qué tanto había ocurrido en su ausencia? Esperaba que nada demasiado grave.

- ¿Olfateabas su miedo?- replicó burlesca, mientras resoplaba-. Lo último que sentimos por ustedes es miedo. Lo que se siente es asco, vergüenza... No se puede sentir miedo por la gente que es cobarde- se inclinó, colocando su rostro justo frente al de él y rodó los ojos-. Pero cuando quieras te enseño lo que es el miedo, aunque no es la manera de adquirir respeto.

Se levantó nuevamente, jugueteando con la varita entre sus dedos. ¿Qué se sentía estar bajo la custodia de un fenixiano? Ella siempre solía aburrirse con la presencia de los mortífagos, pues cuando los escuchaba hablar lo último que sentía era su inteligencia. Y ahora, para acabar de divertirse con el Greyback, el chico empezaba a frustrarse y hablar cosas que creía saber sobre la Orden.

-Te equivocas, cariño- respondió, mientras movía su cuello hacia los lados, intentando relajarlo-. Mujeres como yo buscamos justicia, igualdad... No buscamos venganza, ni tampoco ser superiores o ganar el respeto a base de ataques.- Claramente se pensaba muy diferente y lo que ellos creían que estaba bién, no lo era-. Gente como los que sigues son los que no valen la pena y lo aprenderán por las buenas o por las malas.

Buscó en su bolsillo un cigarrillo de vainilla y lo encendió. Después de ello siguió escuchando las palabras del Greyback, quien estaba dándole un bonito entretenimiento.

-Voy a hacer como si no dijiste nada y volveré a preguntar. ¿Quiénes son los que te lideran?- sintió la mirada del mortífago y fijó sus orbes esmeraldas en él. Si creía que iba a caer en su juego, estaba muy equivocado... Ella sabía jugar mejor que él en cuanto a bando se trataba-. ¿Y bién?

Sexta Planta ~

w / Boss.

- Muy galante, Boss- sonrió, mientras giraba sobre sus talones para tomar un nuevo pergamino de su escritorio. Estaba trabajando bastante rápido, como hacía tiempo que no lo hacía-. Pero de igual manera es mucho mejor verte en otro lado, no aquí donde todo huele a enfermo.

Comenzó a escribir a toda prisa, sintiendo la presión de los chicos que tenía en el lugar. ¿Qué ocurría ahora? No lo sabía, pero seguramente pronto se enteraría. Cuando terminó de escribir aquel alta, puso el sello del hospital en el pergamino y finalmente la firmó con aquel tintero azulado que tenía sobre la mesa... Aunque ella prefería el negro.

-Si te sientes bien, sabes que puedes salir de aquí- se encogió de hombros y se mordió el labio inferior-. Solo espero que te cuides esta vez, ¿dale?- y diciendo ello, le entregó un caramelo de limón junto con la hoja fresca.

Sexta Planta ~

w / Boss y alta a Kris

Aún esperaba la respuesta de Browsler, cuando escuchó que alguien más llegaba al lugar. Un nuevo líder. ¿Qué tenían esos hombres que les gustaba tanto visitar el hospital? De algún modo, aunque ello le favorecía económicamente, pero eso era lo que menos le importaba en esos momentos. Detestaba mucho el ver a sus compañeros en esas situaciones.

-Ennervate- exclamó a distancia apuntando a Boss. Cuando el hombre abrió los ojos, ella ya estaba lista para empezar a curarlo-.Me gustan sus visitas, Evans... pero no tan constantes- murmuró mientras se acercaba a él. Le apuntó cuando estuvo junto a él y pensó en un Episkey para curar sus heridas, después en un nuevo Episkey para terminar de curarlas.

Mientras esperaba que el joven se recuperara, fue hasta donde se encontraba Athena para ayudarla a terminar de curar a su padre. ¿Qué necesitaba la Ravenclaw? Para agilizar la salida del Gryffindor, fue hasta su escritorio y comenzó a redactar el alta que le permitiría salir del hospital. Había bastante trabajo, lo que detestaba en sus días de guardia.

-Bien papu, si te sientes bién, ya puedes salir de aquí- le entregó su hoja a Kris, junto con un caramelo de limón-. Tú Boss, aún espérame ahí.

El mortífago había tardado en incorporarse y al parecer le había costado un poco más de trabajo el acomodarse en una posición relativamente cómoda en el frío suelo de la celda. Ella, mientras esperaba ver recuperado al licántropo, esperaba recargada en la pared, moviendo en círculos la varita entre sus dedos. Si bien, se encontraban en la prisión de la Orden del Fénix, pero ni ahí se sentía cómoda. El ambiente de las prisiones jamás le había gustado.

- ¿Necesitas verme a caso? Mírate, vergüenza te debería de dar el estar aquí de esta forma y por las razones por las que caíste. Te han dejado solo, ¿eso para tí es un bando?- preguntó, mientras se ponía de pie frente a él, quitándose el cabello castaño de su rostro. No perdía nada, hace tiempo que no llevaba máscara y tampoco le resultaba algo peligroso el que la reconocieran.

Se acercó hasta Andy y giró a su alrededor con pasos lentos, sin despegar la mirada de aquel vulnerable joven que había caído en sus manos tras la redada. Sentía pena por él e incluso satisfacción de verlo en aquella situación; se estaba haciendo justicia pues los mortífagos no estaban destinados a estar libres por Londres como lo estaban en ese entonces.

- ¿Ahora me vienes con galanterías? No soy de las tuyas, así que déjate de esa clase de comentarios que están de más en este lugar- murmuró, mientras le apuntaba con la varita. No pretendía atacarlo de ninguna manera, pero tampoco iba a dejar que le faltaran el respeto de esa manera-. Si quieres que te desate, tendrás que empezar a hablar... ¿quiénes son los cobardes que te lideran? Es triste que ni siquiera ellos den la cara por ustedes- se encogió de hombros-, pero ahora lo entiendo todo.

Sexta Planta

Se había dado cuenta de que el hombre se encontraba un tanto confundido por estar en el hospital. Le abría dicho lo que sabía si él le hubiese preguntado, pero le resultaba extraño que no pudiese acordarse sobre los días que pasó preso en Nurmengard, cuando ella siempre recordaba lo que ocurría en aquel lugar. Guardó silencio por un par de segundos, mientras miraba fijamente aquellos ojos azulados que tenía enfrente.

-No- dijo de forma seca, al mismo tiempo en que colocaba su mano sobre el abdomen de su líder-. Si aún te sientes débil, no hagas esfuerzo alguno por ahora- replicó. Desvió su mirada hacia la criatura que tenía a un lado; parecía preocupada por ver a su amo en esas condiciones-. No va a pasar nada, él está bien y saldrá de aquí, aunque no quiero- pronunció, mientras dejaba escapar una sonrisa de sus labios.

Giró sobre sus talones mientras les dejaba un espacio para recuperarse y hablar. Llegó hasta el armario donde se guardaban los ingredientes de las pociones y buscó la que había dejado preparada la sanadora que cubría el turno anterior a ella. Al ver que era suficiente, tomó el frasquito y volvió hasta el lugar donde había dejado a Edmund en compañía de su elfo. No pudo evitar sonreír ante el comentario que el hombre había hecho.

-¿Te digo la verdad o te miento?- bromeó, mientras le ayudaba a sentarse. En seguida le entregó la sustancia con el sabor desagradable que seguramente ya conocía-. Yo también necesito muchas cosas y no por eso las tengo, Ed- se mordió los labios intentando no reír-, aunque mi atención la tienes, seguro será sencillo prestarte más.

Sintió sus mejillas enrojecer y no pudo ocultar una nueva sonrisa. Mientras esperaba que el chico terminara de ingerir la poción, ella aprovechó para ir a tomar un pergamino en blanco que se encontraba sobre su escritorio y redactar su alta. No estaba muy segura de si era tiempo para que se retirara, pero al menos se había cumplido con la curación necesaria. El resto solo era cuestión de descansar.

-Es una lástima que tenga que darte de alta ya, cariño- le entregó su pergamino, acompañado de un caramelo de uva, que tanto le gustaba a ella-. Si te sientes mejor, puedes retirarte.. si no, tienes todo el tiempo del mundo para descansar.

Edito: Estaba roleando y no vi que roleaste Ed, ahorita edito y te curo xD

Sexta Planta

Nada había resultado mal en el transcurso de su día, salvo aquella visita que su padre había hecho a su negocio. No entendía como alguien podía dejar que sus hijas andaran solas por la vida, más en momentos como los que ambas estaban pasando esos días; y para colmo, llegar y dar órdenes, regañar a diestra y siniestra no era lo más adecuado para todo lo que aconteció en aquel lugar. Esperaba de algún modo que todo se solucionara pronto, pues le dolía.

Por ese encuentro con su padre, la joven había llegado un poco tarde a cubrir su turno en el hospital. No había absolutamente nadie que estuviese en la planta a esas horas, todo por culpa de su impuntualidad. Y ahora encima que llegó a trabajar, se percató de que tenía que lavar las sábanas blancas, debido a que los encargados de limpieza últimamente no daban señales de vida en el hospital. Bonita cosa para ella. ¿Por qué no lo habían hecho sus compañeras?

- I'm singing in the rain- tarareó constantemente, mientras caminaba hacia el perchero para tomar su bata blanca y colocársela por encima de aquel vestido suelto color negro. Se la arremangó debido a que no tenía ningún paciente y caminó hasta su escritorio, donde recorrió la silla de piel negra y se sentó. En ese lugar podía observar a la perfección todo su entorno y sabía quiénes eran los que entraban y salían de la planta. Si alguno de sus compañeros llegaba, se daría cuenta enseguida.

Se sentía cansada, incompleta. Con las rueditas de su silla, se desplazó hasta el microondas y metió la taza de porcelana verde que contenía agua natural hasta por encima de la mitad. Programó aquel aparato para calentar durante cincuenta segundos y volvió a desplazarse hasta su escritorio, donde fijó la vista en un cuerpo que yacía sobre el azulejo blanco del hospital.

- Pero.. ¿Pero qué es lo que ha pasado aquí?- preguntó alarmada, mientras se levantaba de golpe de su silla. A esa distancia no reconocía de quién se trataba, pero conforme caminaba hasta la dirección del cadáver, se percató de que era un hombre. Y no cualquiera, sino Edmund.

Se inclinó para poder levantarlo y mordió sus labios al momento en que lo cargó. Ese era el trabajo difícil de su profesión, cargar a los pacientes. Caminó hasta la camilla más cercana, donde despojó de sus prendas a Browsler y comenzó a limpiar aquellas heridas con sumo cuidado, para asegurarse de que al momento de traerlo a la vida, no sintiese dolor alguno. Finalmente pensó en un Episkey para terminar de sanarlas.

- Ennervate- murmuró, haciendo que el rayo tomase la dirección de Ed y cuando éste impactó, el hombre abrió los ojos. Una tímida sonrisa se formó en sus labios, producto de la alegría que le provocaba el tenerlo vivo nuevamente-. ¿Te sientes mejor? No quise quitarte la ropa, pero he tenido que hacerlo al ver tus heridas- murmuró, mientras alcanzaba una bata y se la entregaba.

Después de un largo recorrido con los cuerpos de Mía Black Lestrange y Andy Greyback, quienes prácticamente se habían entregado en la Mansión Malfoy, había llegado al destino tan esperado para ellos. Ingresó por la Torre de Abaddon esperando que alguna de sus compañeras guardianes llegara para ayudarla, pero no le resultó tan necesario después de que empezó a subir las escaleras. Su primer parada fue el tercer piso de la torre.

- Aquí te vas a quedar tú, niña- dijo en todo despectivo, mientras se bajaba del hombro izquierdo el cuerpo de Mía. Su hermana parecía conocer al derecho y al revés la Torre, y conocía también como era la estadía en el mismo lugar, así que no hizo nada más que murmurar un ligero Ennervate para que la mortífaga reviviera-. Ya vendrán a hacerse cargo de tí, no te preocupes linda.

Se habría quedado a conversar con ella, de no ser porque traía un cadaver más encima de su hombro. Habían conseguido llevarles un festín a sus compañeras en la Torre, así que solo esperaba que no los desatendieran, pues se necesitaba conseguir mayor información sobre aquel bando de cobarse. Siguió subiendo las escaleras, cuidando de que su vestido no se levantara, hasta que llegó al último piso y se adentró.

- Este es el lugar para tí, cariño- murmuró, mientras dejaba al mortífago en una de las celdas vacías. No sabía si revivirlo o no, pues tenía que regresar a las guardias en San Mungo antes de que Athena se quejara de su impuntualidad-. Te voy a curar, pero en la primera señal que des de intentar hacer algo, te voy a atar... más.

Y diciendo ello, pensó en un par de Episkey que curaron las heridas externas del joven Greyback. Antes de realizar el hechizo que haría que el alma regresara a su cuerpo, decidió que lo mejor era atarlo y asegurarse de que no pudiera moverse mientras ella estuviese dentro de su celda. Al despertar, el chico tendría una linda vista con ella ahí.

-Incárcerus- pronunció, haciendo que tres cuerdas de 3cm de grosor salieran disparadas hasta Andy. La primera ataría los brazos a sus costados, la segunda amarraría con fuerza sus piernas para que no pudiese levantarse y la tercera solo estaba de adorno, por si llegaba a necesitarla despuésxD-. Ennervate.

Y el rayo blanquecino lo trajo de vuelta a la vida. A ver si lo hacía recapacitar su estadía en Abaddon, que falta les hacía a esos mortífagos la inteligencia...

Sexta Planta ~

w/ el new Boss \o/

- Tu no te vas de aquí hasta que yo lo diga- murmuró, mientras vertía la poción recién hecha en un pequeño frasco de cristal transparente. Quizá Boss podría ser líder y mandar dentro de la Orden, pero en San Mungo el trabajo era de ella y no los iba a dejar ir hasta que viera conveniente-. Y sí, te toca la poción- se la entregó.

Mientras esperaba que el Evans McGonagall ingiera aquella viscosa sustancia, decidió regresar hasta su escritorio para tomar un pergamino y poder redactar su alta con las mejorías que había visto. Esa hoja era algo tedioso para hacer, pero siempre los guardias de la entrada la pedían a los pacientes que iban saliendo. Y a decir verdad, si salían caminando no entendía el por qué.

-Y bien, guapo. Si te sientes mejor, ahora sí puedes retirarte- le entregó la hoja, junto con un caramelo de cereza para evitar el mal sabor que las pociones dejaban. Finalmente se sentó en su escritorio y suspiró.

Sexta Planta ~

w/ el Boss (?

Había terminado de ordenar el armario y aún le quedaban pendientes algunas cosas que hacer antes de que su turno terminara. Necesitaba entregar unos papeles a dirección y no quería demorar mucho con aquellas peticiones que le habían hecho tampoco, pero fue cuando vio que el cuerpo de su líder estaba en una de las camillas del pasillo. ¿Qué había ocurrido?

- Ennervate- le apuntó mientras caminaba hasta su ubicación. El rayo le devolvería la vida más rápido de lo que se pudiesen imaginar. Después pensó en un par de Episkeys que se encargarían de curar las heridas y cortes que Boss pudiese tener en su piel-. ¿Mucho mejor?

Esperó su respuesta, mientras preparaba una poción revitalizante. Quizá no la tomaría, pues conocía como eran los hombres de la Orden, pero al menos cumpliría con su trabajo de dársela.

Hola amores! Vengo a pedir editación de ficha*o* No son muchas cosas, así que no se tardarán demasiado, ñiañia! Pero esto lo pongo nada más para llenar líneas, porque lo otro lo pondré en quotes y bueno (?) Creo que ya con esto es suficientee xDDDDD

Otros Datos:

*Amante de la lectura.

*Odia a las criaturas.

*Odia a las novias de su padre.

*Tiene un trastorno alimenticio.

*Tiene adicción al tabaco de vainilla.

*Su bebida favorita es el whisky.

 

Cronología de cargos:

 

Orden del Fénix

- Ingreso como Initié (Mayo 2012)

- Legionario (Septiembre 2012)

- Templario (Febrero 2013)

 

Academia de Magia y Hechicería

- Profesora de Rol Básico (Agosto 2012)

- Profesora de Rol Avanzado (Septiembre 2012)

 

Ministerio de Magia

- Aprendiz en Cuartel de Desmemorizadores (Marzo 2012)

- Sanadora San Mungo, Planta 6 (Agosto 2012)

- Unicornio de Bronce (Mayo 2012)

- Unicornio de Plata (Octubre 2012)

- Unicornio de Oro (Febrero 2013)

 

Premios y reconocimientos:

- Ganadora de los Juegos del Hambre Mágicos (Agosto 2012)

- El más suicida: Premos Fénix 2012.

- Promesa ODF: Premios Fénix 2012.

Es lo único *-* Muchas graciaaaaas al mode que edite*-*

Los quiero a todos, ñie \o/

A ver, a ver!

¿Qué está pasando acá? No quiero discusiones chicos, es lo menos que Kya y yo queremos en la clase.

Ambas les hemos planteado una trama para seguir en el inicio de la clase y les he dicho que ustedes pueden desarrollarla, pero basándose en lo que ocurrirá. Yo no veo mal que Sherlock esté aportando esa idea del reloj, ni tampoco tengo problema en ayudarles con ello... Así como tampoco veo mal que May y Carlos estén pensando en algo diferente.

El punto es que debemos estar centrados en la trama que Kya y yo les estamos dejando en nuestros roles y apegarnos a ello, pudiendo hacer más cosas al par, obviamente.

En un baile de graduación, en Brighton, Inglaterra, los jóvenes asisten con el entusiasmo propio de finalizar una etapa de su vida. Sin embargo, en medio de aquella gran celebración, el suelo comienza a temblar bajo sus pies. Si bien al principio iba despacio y casi no se percataban de lo que sucedía al estar divirtiéndose, pero pronto lo que había comenzado como un leve sismo se transformó en un cataclismo, por lo que los jóvenes deberán ayudar a los heridos y conseguir llegar a lugares altos para poder salvarse del inminente tsunami que las alarmas de la ciudad advierte.

 

Primera semana de rol: Se narra las vivencias en el baile.

Segunda semana de rol: El terremoto azota Brighton.

Última semana de rol: Alertas de tsunami y huida a lugares altos.

Aquí se los dejo para que presten atención a ello.

No quiero discusiones ni peleas entre ustedes, este tópic es de organización para desarrollar la trama... porque ustedes la crean pero no es ignorando lo que estamos haciendo nosotras como profesoras. Se pueden incluir diversas cosas, pero siempre apegándonos a ello.

¿Dale? Ánimo, no se me desanimen. No quiero malos tratos entre ustedes e intenten llevar esto de manera pacífica, que solo es una clase y están en Avanzados ya.

¡Los quiero! Cualquier inconformidad que tengan, saben que existen los mensajes privados y con gusto les ayudaremos.. Pero tranquilos, por favor*-*

♥

Edito: Amores, les repito lo de las líneas. El tópic es OFF Rol, pero deben llenar las dos líneas porque de igual manera es spam. Vamos, son cosas que deben saber ya u_u jaja!

ASHBCSDFVBSD, odio eso :c Los spoilers siempre me quedan feos y no sé por qué ;O; voy a llorar T____T En fin! Vengo con el repoooorte*o*

Y vuelvo a editar, no termino de poner algo cuando me encuentro con otra captura más, nonono xDDD En fin, ya va*o* Pobre spectum, acaba de salir y vuelve a entrar xD

Cárcel de Abaddon: (actualizado hasta posteo 533)

* Evarela Black Haughton

* Pik Malfoy Mcnair

* Near

* Radamantys

* Spectum Crouchs

* Mía Black Lestrange

* Andy Greyback

TOTAL: 5 prisioneros

—Liberacorpus— murmuró apuntando hacia Sally. El efecto cayó de inmediato en ella y la Demon Hunter podría salir de ahí si no tenía más hechizos encima. Al menos no había nada que le impidiera el salir porque se encontraba atada o algo así. Sally pudo volvera caminar y hacerse cargo de sus propios pies como gente decente(?). Después apuntó a Aimé y pensó en un Episkey para curarla del Fuego Negro que le había mandado una de las mortífagas, Blackimse al parecer, así que esperaba que fuese suficiente al menos con ello. Y se encargarían de lo demás, Paula estaba débil y al parecer moriría si no hacía nada más para ello, pero no había de más. Aún tenía el vitae, y la picadura de la avispa marina no la pudo evitar. Después de haber hecho ello, murió.

Y ya estaba muertita.

—Liberacorpus— murmuró apuntando hacia Sally. El efecto cayó de inmediato en ella y la Demon Hunter podría salir de ahí si no tenía más hechizos encima. Al menos no había nada que le impidiera el salir porque se encontraba atada o algo así. Sally pudo volvera caminar y hacerse cargo de sus propios pies como gente decente(?). Después apuntó a Aimé y pensó en un Episkey para curarla del Fuego Negro que le había mandado una de las mortífagas, Blackimse al parecer, así que esperaba que fuese suficiente al menos con ello. Y se encargarían de lo demás, Paula estaba débil y al parecer moriría si no hacía nada más para ello, pero no había de más.

—Maldita sea— murmuró al ver que caía atada con cuerdas.

No iba a hacer nada con ello, o quizá no quitaría todas aquellas cuerdas. Pero era necesario al menos tener movilidad de sus extremidades, aunque a decir verdad, escapar de ahí no era un riesgo pues fácil podría salir con el sortilegio de la prisión si moría. Pero quería movilidad en sus manos para salir lo más pronto posible de ello y poder atacar para que sus compañeras salieran. Al menos Maddie había conseguido escapar.

Pensó en un Evanesco que quitó las cuerdas de su boca y después pensó un Evanesco más que quitó las cuerdas que ataban sus manos. Lisa pagaría muy caro aquel ataque que ella no había visto venir y después se encargaría del vitae, que aún tenía tiempo para defenderse de ello. Cambió su varita de mano.

—Floreus— murmuró justamente cuando vio la posibilidad de atacar. El efecto impactó de lleno en la varita de Pik Malfoy Mcnair y el mortífago no podría mandar hechizo alguno debido a que florecitas amarillas y azuladas saldrían de la punta de su arma mágica. Esperaba que así fuera, los mortífagos eran tiernos cuando eso ocurría. Después volvió a blandir su varita de álamo en dirección a Pik nuevamente y murmuró un —Limitate—que impactaría de lleno en su varita también, limitándolo aún más. Esperaba que las cosas salieran así como esperaba, pues muchas veces su hechizo limitante era contrarrestado con algún otro hechizo mucho más fuerte que ese. Estaba lista para cualquier otra cosa, pero con ello creía que sería suficiente al menos por un rato.

Había subido por una ¿escalera era? No sabía, pero subió. Y Jessie se encargó de los dragones, pero antes de que algo más pudiese ocurrir, continuó corriendo debido a que no quería que esos seres le lanzaran llamarada alguna, como aquella que uno de los morphos de su compañera había interceptado. ¿Qué demonios querían?

—Gracias, guapa— le dijo a su compañera mientras continuaba su camino de puntillas pero a prisa.

Al menos se alejó del peligro, o eso fue lo que ella había creído antes de toparse con las gorgonas. Alzó su varita:

—Corpus Patronus — murmuró con claridad, intentando que su voz no se escuchara entrecortada. Le seguía doliendo la herida pasada, pero eso no impidió que un león adulto se formara por delante de ella por medio de unos hilillos plateados de luz. Y ella, con una mirada rápida, le ordenó que fuera a luchar contra aquella malévola criatura que era la Gorgona. Evitó la mirada de ésta todo el tiempo.

Después se percató de que había una más, así que realizó una segunda operación:

—Corpus Patronus— volvió a exclamar. Nuevamente la luz fue formando un segundo león adulto, al que amaba crear porque nunca le fallaban. Y así fue, igual que el león anterior, lo mandó contra la segunda Gorgona para que luchara y acabara con ella antes de que algo más ocurriera. Morirían ambas criaturas.

Y ya había empezado a caminar. Siguió los pasos de su compañera Jessie quien había derribado las defensas, pero ella había salido corriendo por aquel lugar del cual ni siquiera conocía la salida. No quería encontrarse atrapada ahí, así que debía buscar la salida rápida de ello.

Después de haber caminado por un par de minutos, llegaron a una caverna que tenía puerta rocosa. Había escuchado sobre esas cosas antes, pero no estaba segura si tenía que hacer un pago de sangre para abrir el camino…. Lo haría por si servía para ello. Y con su varita de álamo blanco, que portaba con firmeza en su mano derecha, se realizó un corte que le dolió hasta el alma, para así pegar su mano sangrienta en la puerta del lugar. Se abrió, mostrando más adelante el oráculo.

Llegó y el oráculo habló: Dos magos adultos y sus dos hijos querían tomarse una poción pero solo encontraron tres pociones en la mesa. Finalmente cada uno se tomó una poción. ¿Cómo es posible si no hicieron ni compraron más?

Y la respuesta que ella murmuró, fue la siguiente: Uno para cada uno… Abuelo, hijo y nieto.

¿Y era correcta? Al parecer sí.

Maldita sea. Una vez más tenía que ir a rescatar a sus compañeros, aunque no le molestaba hacerlo, sino lo que odiaba era tener que enterarse de que se encontraban presos. El sol comenzaba a ocultarse, abriendo paso a una noche fría y estrellada, la cual, de no saber que estaban en primavera, podría haber asegurado que nevaría en ese preciso momento.

—Adivina quién está presa por milésima vez— dijo mientras se paraba bajo el marco de la puerta de la recámara de su padre. Rodó los ojos. Sabía que él conocía la respuesta—. ¿No hay manera de que aprenda? Claramente a mí no ha salido y a ti menos, ya que andas más perdido que nada— dio un golpe con sus nudillos en la puerta de madera y continuó caminando hacia la planta baja, pues iría rumbo al Parque Nacional Cabo Scout, que se encontraba en Canadá.

Y así fue, le ordenó a uno de los elfos de la familia, que la llevaran hacia allá y desapareció junto a esa criatura hasta pisar los terrenos antes mencionados. Era momento de realizar el llamado, pues no podía sola con toda la carga del rescate, ni mucho menos podía traspasar las defensas siendo una sola persona la encargada de ello.

—Expecto Patronum— murmuró claramente. La jirafa de luz iría con sus compañeros de bando a avisar sobre el rescate que se llevaría a cabo en ese lugar. Esperaba que ellos no demoraran mucho para poder iniciar con ello.

—Silencius— murmuró antes de que Nathaly pudiese terminar de pronunciar su séneca hacia ella. El efecto nunca salió debido a que se encontraba silenciada y no había podido pronunciar el hechizo. Amaba ese efecto puesto que siempre la sacaba de problemas como ello.

Después mandó a su león a interceptar el fuego maldito de Carrie, y así fue, impidiéndole que ell llegara hasta ella. De igual forma mandó a sus avecillas hacia el fuego maldito de Nathaly para que la defendieran de aquellas llamaradas que seguramente le provocarían quemaduras si las dejaba impactar. Finalmente murmuró:

—Floreus— El efecto cayó de lleno en la varita de Nathaly. No podía mandar hechizo alguno pues en su lugar saldrían florecitas amarillas de la punta que lo impedirían. Era momento de acabar con ellos.